TEMA 8 EVOLUCIÓN Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA

TEMA 8 EVOLUCIÓN Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA 1) LOS EFECTIVOS DEMOGRÁFICOS Y SU EVOLUCIÓN Para el conocimiento de la evolución
Author:  Pedro Plaza Cuenca

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TEMA 8 EVOLUCIÓN Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA 1) LOS EFECTIVOS DEMOGRÁFICOS Y SU EVOLUCIÓN Para el conocimiento de la evolución de la población española, de su distribución espacial, así como de sus características, dinámicas de crecimiento y de movilidad espacial, se utilizan fuentes demográficas, como los censos y los padrones municipales, las estadísticas sobre el movimiento natural y de migraciones y los Registros Civiles. De la elaboración de estas fuentes se encarga a nivel nacional el Instituto Nacional de Estadística (INE), además cada Comunidad Autónoma tiene sus organismos de estadísticas, como el IEA (Instituto de Estadística de Andalucía). La evolución de la población española recogida en los censos refleja los acontecimientos históricos por los que ha atravesado el país que han ido conformando la evolución natural de los fenómenos demográficos. La estructura por edad y sexo que se recoge en las sucesivas pirámides de edades también pone de manifiesto la evolución del comportamiento demográfico de la población española. En efecto, las pirámides de edades de comienzos de siglo muestran un modelo demográfico tradicional caracterizado por unas tasas elevadas tanto de natalidad (aunque ya mostraban una cierta limitación de la fecundidad) como de mortalidad. Por el contrario, los últimos censos ponen de manifiesto un modelo radicalmente distinto con bajas tasas de natalidad y mortalidad, siendo importante destacar la rapidez con que ha disminuido la primera desde 1975, hasta el extremo de haber transformado la imagen de pirámide que tradicionalmente ha representado a la población, hasta adoptar en la actualidad forma de urna. La consecuencia inmediata de este cambio de comportamiento ha sido el envejecimiento de la población actual y su previsible e inevitable acentuación en un futuro próximo. España alcanzó los 46.815.916 habitantes a 1 de noviembre de 2011 (fecha censal) , actualmente según los datos de 2013 la población es de 46.507.670. La población a 1 de julio de 2014 se estimaba en 46.464.053 habitantes. La población española es el resultado de un largo proceso de crecimiento que ha conocido etapas de crecimiento acelerado y otras en las que el aumento ha sido más pausado, así como la cantidad y la calidad de las fuentes de información. Se pueden diferenciar las siguientes etapas: La etapa preestadística, comprende los siglos anteriores a la segunda mitad del s. XIX. El conocimiento de los efectivos es impreciso por falta de fuentes seguras. Desde la dominación romana al s. XIV se alternan momentos de auge y de crisis demográfico, aunque nunca debió superar los siete millones de habitantes. La etapa estadística se inicia en 1857, con el primer censo moderno. Desde ese momento hasta 1900 la población crece en tres millones, lo que indica un crecimiento débil. Durante la primera mitad del siglo XX se acentúa el ritmo de crecimiento gracias a los progresos médicos, a las mejores condiciones sanitarias e higiénicas y a los mayores recursos alimenticios. Todo ello hizo descender de manera significativa la tasa de mortalidad; aún así, se produjeron algunos acontecimientos excepcionales que frenaron el crecimiento, como la Página 1 de 5

guerra del norte de África (1908-1927), la gripe de 1918 y el desastre de la Guerra Civil (19361939), además de la emigración a Iberoamérica, Francia… En las décadas de 1950 a 1970 el crecimiento de la población alcanza sus mayores cotas, fruto de una mortalidad en declive, del mantenimiento de altas tasas de natalidad y de unas mejores condiciones económicas y sanitarias; no obstante, la salida de emigrantes durante las décadas de 1950 y 1960 fue un factor de contención muy importante. Con el inicio de la década de 1980 se produce un cambio de tendencia: el crecimiento se hace más lento debido a la fuerte caída que experimenta la natalidad. Las razones son muchas y complejas, se destacan las siguientes: la emancipación de la mujer y su incorporación al mercado laboral, el coste de la educación y crianza de los hijos, el comportamiento natalista propio de cada generación, fruto de la experiencia ante la vida. Este débil crecimiento se ha manifestado en el censo de 2001. Sin embargo, en los últimos años se observa un crecimiento notable, consecuencia evidente del aporte de la población inmigrante. El Censo de 2011 supone un crecimiento de casi 6 millones de personas en una década (un aumento del 14%). Si tenemos en cuenta la información de otros censos nunca se había producido en una década un incremento de la población tan elevado en términos absolutos ni relativos. El Censo de población, elaborado durante los últimos meses de 2011 y primeros de 2012, es la operación estadística de mayor envergadura que realiza el INE cada diez años. Proporciona la población de cada uno de los municipios de España. La principal causa del incremento de la población entre 2001 y 2011 se debe al fuerte incremento de la población extranjera. En ese periodo han llegado a España más de tres millones y medio de extranjeros. La población española ha experimentado un aumento mucho menos pronunciado en términos relativos que la población extranjera y ha pasado de poco más de 39 millones de habitantes en 2001 a más de 41 millones y medio. Los motivos de este crecimiento son varios, como un aumento de la esperanza de vida desde el censo anterior, un incremento de la tasa de natalidad (sobre todo en el período 2005-2009) o el hecho de que muchos extranjeros hayan adquirido la nacionalidad española. Las cifras de población de los Censos de Población y Viviendas 2011 se han obtenido utilizando la información existente en distintos registros administrativos, siendo el Padrón el principal de ellos, así como una gran encuesta que se realizó a más del 10% de la población. Este censo se caracteriza por ser el primero que tiene que cumplir con la reglamentación comunitaria. Esto permitirá una mayor y mejor comparabilidad de los datos entre los países miembros de la Unión Europea.

2. LA DENSIDAD Y LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL La distribución espacial de la población analiza la forma en que ésta se localiza sobre el espacio.

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El proceso de ocupación y distribución de la población española sobre el territorio se puede resumir en las siguientes características: 

Aumento generalizado de la densidad de población



Oposición entre el litoral, donde se produce una fuerte concentración de población, y el interior, que aparece medio vacío



Concentración en las áreas urbanas frente al despoblamiento de las zonas rurales.

2.1 Evolución de la densidad de población La densidad de población ha evolucionado, a lo largo del tiempo, a valores más altos. Una consecuencia del importante crecimiento de la población española en los últimos años ha sido el aumento en la densidad de población, actualmente en torno a 92 hab/Km2. En la etapa preestadística, la densidad crece lentamente. De hecho, pasó de los 13,5 hab/km2 estimados para el siglo XVI a los 21 hab/Km2 a finales del siglo XVIII. Es la Corona de Castilla, en el siglo XVI debido al descubrimiento de América, la que lleva el peso de la población pues acogía las ¾ partes de la población española; Valencia y Galicia también estaban pobladas y el resto tenía densidades bajas. En el siglo XVII, la crisis económica y demográfica, de la que Castilla tardó más en recuperarse originó movimientos de población hacia la periferia. Como consecuencia en el siglo XVIII la situación se había invertido: las densidades más altas se situaban en las regiones costeras e insulares gracias a un floreciente comercio marítimo, y las densidades más bajas, en el interior peninsular. En la etapa estadística, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, el crecimiento es mayor, configurándose el mapa actual, se pasa de una densidad de 21 hab/km2 a principios de siglo a los 36,8 hab/Km2 de 1900. Entre mediados del siglo XX y la crisis de 1975, se observa ya una periferia densamente poblada, en unos casos por un elevado crecimiento natural, (Galicia, Andalucía y Murcia) y en otros casos por la instalación de actividades económicas que atrajeron población (Asturias, País Vasco y Cataluña, y luego los ejes del Ebro y del Mediterráneo) y el turismo (litoral mediterráneo e insular). Madrid aumenta su peso como capital y centro financiero del Estado, el resto de las regiones del interior siguieron perdiendo peso demográfico. A partir de la crisis de 1975, tienden a mitigarse los contrastes. La crisis redujo la atracción de las áreas industrializadas, y disminuyó la salida de las zonas tradicionalmente emigratorias del interior, que incluso recibieron emigrantes retornados. Tras la crisis, los factores actuales de desarrollo, como la primacía de los servicios, la difusión espacial de la industria, la agricultura tecnificada, el desarrollo interior, y la inmigración extranjera, han reforzado la consolidación demográfica de Madrid y de los ejes mediterráneos y del Ebro. A lo largo de la segunda mitad del siglo XX la densidad sigue elevándose .

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El incremento de población en los últimos diez años se ha producido en todas las comunidades autónomas, aunque se ha distribuido de una manera muy desigual, siendo las islas y el levante en donde ha habido un mayor incremento y el noroeste peninsular donde el crecimiento ha sido menor. 2.2 Distribución actual de la población española En la distribución de la población encontramos áreas de concentración y otras de vacío, un desequilibrio que presenta contrastes entre las comunidades autónomas. Las comunidades con más porcentaje de población: Andalucía, Cataluña, Madrid y Valencia, concentran el 57,9 % del total. Las de menos son La Rioja, Navarra, Cantabria, Baleares, Ceuta y Melilla. Si analizamos los valores de densidad de población, las comunidades con valores más altos son la Comunidad de Madrid, País Vasco, Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana e islas Baleares, que presentan cifras superiores a 200 hab/Km2; a éstas le siguen, Can tabria, Principado de Asturias y Región de Murcia. Por encima de la media pero sin superar los 100 hab/Km2, se encuentran las comunidades de Andalucía y Galicia; en el polo opuesto están las comunidades autónomas con valores que no superan los 50 hab/Km2, como Aragón, las dos Castillas y Extremadura. Por provincias la densidad se distribuye así: Provincias de mayor densidad, superior a 100 hab/Km2. se encuentran en el litoral, salvo Madrid y Sevilla, Pontevedra, A Coruña, Barcelona, Valencia, Alicante, Málaga, Baleares, Cádiz, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas. Provincias que no superan los 50 hab/Km2 las de las regiones de Extremadura, CastillaLa Mancha, Castilla-León, Aragón, interior de Galicia. En cuanto a las provincias que han aumentado su población destacan: Guadalajara, que ha sido la que más ha crecido seguida de Girona y Tarragona. Sólo hay cuatro provincias que han perdido población (Zamora, Ourense, Lugo y Palencia). Respecto a los municipios se observa en el conjunto de la década una reducción del porcentaje de población que vive en municipios pequeños (menores de 2.000 habitantes) y un aumento de la población residente en municipios de tamaño medio, siendo el grupo de municipios de 50.000 a 100.000 el que presenta el crecimiento más acusado. El reparto de la población por comunidades autónomas ofrece los siguientes datos: Las comunidades autónomas que reúne mayor porcentaje de población son: Andalucía, Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana. Las de menor población Asturias, Navarra, Cantabria y La Rioja. La localización de estos valores sobre el mapa refleja, pues, el intenso poblamiento existente en el litoral mediterráneo y cantábrico y el enorme vacío demográfico del interior peninsular, con la excepción de la Comunidad de Madrid. Página 4 de 5

En relación con los valores de densidad observados en otros países europeos, la española sigue siendo baja en el conjunto de los países de la Unión Europea. De los países actuales de la Unión Europea sólo tienen densidades inferiores a la española: Croacia, Irlanda, Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Suecia y Finlandia. 3. FACTORES EXPLICATIVOS DE LA DENSIDAD Y DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN Las causas que explican el mapa actual de distribución de la población son muy variadas: Los factores geográficos que presentan un mayor obstáculo para el asentamiento de la población son el clima y la altitud. Un clima de condiciones extremas como el del interior de la Península, no favorece la habitabilidad ni el desarrollo de las actividades económicas. La altitud y la irregularidad topográfica representa también un desafío para la ocupación humana (desarrollo agrícola, comunicaciones…) Así, la gran mayoría de las provincias con bajas densidades son las que presentan unos climas más continentalizados (interior) o están ocupadas en una gran parte por sistemas montañosos. Los factores demográficos están ayudando a consolidar la oposición interior-periferia, pues las poblaciones del interior son las que presentan un menor crecimiento natural y una estructura de población más envejecida, frente a un litoral expansivo apoyado en una población joven. Los factores socioeconómicos son hechos o situaciones de naturaleza social o económica que atraen a la población hacia determinadas zonas geográficas o la repelen de otras. El factor básico de las desigualdades ha sido la emigración. Las corrientes migratorias internas se han originado por la concentración de las actividades más productivas: industria, turismo, servicios en unas pocas áreas (Madrid, Cataluña, Valencia...) y la reconversió n del sector agrario (Almería, Murcia).

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