ESTUDIOS “Sermón del Monte”

Hasta lo último de la Tierra

Tema: Bienaventurados los que lloran Unidad: Los pobres de espíritu

I.

Base bíblica Nehemías 1:4 Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. 1ª Samuel 1:15 Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.

II.

Texto de desarrollo Mateo 5:4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.

III. Trasfondo histórico No contamos con registros elocuentes que nos permitan verificar si Adán y Eva lloraron mientras estuvieron en el Edén. Es muy probable, que el estado de perfección del medio ambiente, la abundante comunión con Dios y la perfección relativa de la que ellos disfrutaban, les permitía vivir una vida estable sin mayores oscilaciones sentimentales. Aunque las lágrimas son saludables, debe administrarse apropiadamente esta acción. Seguramente, Adán y Eva experimentaron el sabor de las lagrimas cuando salieron del Edén en medio de un mundo desértico, atestado de fieras físicas y espirituales, que esperaban ansiosamente su salida para devóralos, o por lo menos, devorar su cimiente. Desde esos tiempos hasta hoy, el hombre no ha cesado de llorar, como dice la Escritura en el Salmo 42: 3 “fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche”. Los salmistas, hijos de Coré, habían experimentado, seguramente, razones suficientes para llorar de día y de noche. Por supuesto que para Dios existen solamente las lágrimas de los arrepentidos, y por supuesto, de su familia, sus hijos y su pueblo. Pero, más allá en el grueso de la humanidad que no conoce a Dios, las lágrimas son una práctica diaria, los ojos son vertientes de lágrimas con distintos sabores. Lógicamente, cuando una lágrima sale de los ojos sin propósito, deja marcada el alma con una semilla de una planta que mi Padre no plantó. Los santos deben ser buenos administradores de sus lágrimas, de tal manera, que cada vez que haya una razón de llorar sean bien invertidas y se ganen bienaventuranzas. Éstos, son siempre cegadores de dicha pues el bienaventurado es tres veces dichoso. Hay, por lo menos, cuatro cosas que se deben administrar con sabiduría: los sentimientos, el tiempo, el dinero y las lágrimas. San Salvador, lunes 14 de enero 2013 www.misioncristiananuevopacto.org

Predicador: Apóstol Isauro Vielman Tel. (503) 2534-6888 Fax (503) 2205-7413 [email protected]

La practicidad en el uso de estos bienes humanos enriquecen al hombre; o la no practicidad lo empobrece. Por eso, cuando vemos a los santos, a los hombres de Dios, a aquellos que alcanzaron madurez en la historia bíblica; lucen exitosos en medio de las adversidades, porque han sido buenos administradores de sus recursos. El Señor Jesús cuando se refirió a los que lloran, no meramente se refirió a los amargados y frustrados por su pecaminosidad, sino más bien, a aquellos que en medio de sus limitaciones reconocieron su pecado, y claman a Dios por misericordia; ésos son los que lloran. Y, que cuando lloran, siembran bienaventuranzas y vuelven después con regocijo trayendo sus gavillas. (Salmo 126). (Apostol Isauro Vielman) Salmos 126:5-6 Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. 6 Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas. Joel 2:17 Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios? 2ª Corintios 12:21 que cuando vuelva, me humille Dios entre vosotros, y quizá tenga que llorar por muchos de los que antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y lascivia que han cometido. Jeremías 9:1 ¡Oh, si mi cabeza se hiciese aguas, y mis ojos fuentes de lágrimas, para que llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo! Lucas 19:41-42 Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, 42 diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos.

IV. Conceptos  Bienaventuranza Griego (3107) “makários” (significa lo mismo); supremamente bendecido; por extensión afortunado, bien librado: bendecir, bienaventurado, dichoso, glorioso. (Diccionario Strong)

 Llorar Griego (3996) “pentheo” denota lamentar, condolerse de dolor por aquellos en una iglesia local que no muestran ningún arrepentimiento por el mal cometido (Dicc. VINE)

 Consuelo Griego (3870) “parakaléo”; llamar cerca, invitar, invocar (por imploración, exhortación o consolación): orar, presentar, rogar, alentar, amonestar, animar, confortar, consolación, consolar, exhortación, exhortar, exigencia. (Diccionario Strong)

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V.

Lagrimas sin propósito a) Las lágrimas de los hipócritas No hay duda, que los hipócritas son los más aborrecibles de todos los seres humanos. El Cristo en los días de su carne, a quienes más censuro en sus discursos fue a aquellos actores, bien disfrazados de piedad, cuyas acciones externas no eran consecuentes con la realidad interior. Éstos que aparentan piedad y con sus hechos la niegan, que son capaces de convertirse en verdaderos juglares a fin, de conseguir los propósitos oscuros del reino que los gobierna. (Apostol Isauro Vielman)

Jueces 14:16-17 Y lloró la mujer de Sansón en presencia de él, y dijo: Solamente me aborreces, y no me amas, pues no me declaras el enigma que propusiste a los hijos de mi pueblo. Y él respondió: He aquí que ni a mi padre ni a mi madre lo he declarado, ¿y te lo había de declarar a ti? 17 Y ella lloró en presencia de él los siete días que ellos tuvieron banquete; mas al séptimo día él se lo declaró, porque le presionaba; y ella lo declaró a los hijos de su pueblo. Mateo 23:27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Salmos 5:9 Porque en la boca de ellos no hay sinceridad; Sus entrañas son maldad, Sepulcro abierto es su garganta, Con su lengua hablan lisonjas.

b) Las lagrimas de los amargados A lo largo del ministerio, con mucha frecuencia hemos logrado ver ríos de lágrimas que vierten de ojos llenos de amargura y resentimiento. La queja dolorosa de los amargados es fácil de identificar: siempre hay un culpable en todos sus dolores y ellos salen bien librados llenos de justicia. ¡Cuántos creyentes en las iglesias padecen de esta mortal enfermedad!. Algunos, que han sido astutamente instrumentos de Satanás para sembrar, en otras personas, la especie de amargura que padecen; éstos con frecuencia vierten especies malignas por sus labios hasta dejar a otros delirando, enfermos, y por supuesto, cercanos a la muerte. El amargado quiere lo mejor y no lo alcanza; el amargado es víctima de todos y nunca victimiza a nadie; el amargado es el único justo en medio de un mundo cruel que lo está torturando de una manera desventurada; nadie lo entiende ni lo comprende; nadie aprecia lo que tiene, y es mejor que todos. (Apostol Isauro Vielman) Lamentaciones 1:2 Amargamente llora en la noche, y sus lágrimas están en sus mejillas. No tiene quien la consuele de todos sus amantes; Todos sus amigos le faltaron, se le volvieron enemigos. San Salvador, lunes 14 de enero 2013 www.misioncristiananuevopacto.org

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Génesis 26:35 y fueron amargura de espíritu para Isaac y para Rebeca. Jeremías 31:15 Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron. Job 21:25 Y este otro morirá en amargura de ánimo, Y sin haber comido jamás con gusto. Rut 1:13-14 ¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿Habíais de quedaros sin casar por amor a ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí. 14 Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella. Hebreos 12:15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;

c) Las lagrimas de los rebeldes El cuadro clínico de un rebelde, es típicamente, reconocido por su aversión a la autoridad. Él no reconoce a nadie como su autoridad, aunque lo hace encubiertamente, está decidido a no someter su vida a las estructuras de autoridad que comienzan en Dios, y por supuesto, al primero que evade es a Dios mismo, puesto que el rebelde no puede obedecer a Dios, su sintomatología es que desecha todo aquello que Dios a establecido. (Apostol Isauro Vielman)

Números 14:1 -2 Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. 2 Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! Romanos 13:2 De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Eclesiastés 5:8 Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos.

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VI. Las lagrimas con propósito a) Por oír la Palabra Entre, los reducidos grupos de los bienaventurados en medio del pueblo de Dios; están aquellos que aún se les mojan los ojos cuando oyen la palabra y la disertación de sus ministros, ésos que sienten dolor por su pecado, que sienten profunda compunción por su naturaleza humana y anhelan, lo más pronto, deshacerse de esa vestimenta pecaminosa. Ésos, que lloran en el altar en busca de misericordia, y recursos de gracia, para clausurar jurídicamente la fábrica de pecado inmanente y funciona en el ser humano; y que Dios a través del Apostol Pablo llama con frecuencia a “desvestirse” de tan inmundo referente del pecado, heredado en Adán. (Apostol Isauro Vielman) Esdras 3:12-13 Y muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de casas paternas, ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría. 13 Y no podía distinguir el pueblo el clamor de los gritos de alegría, de la voz del lloro; porque clamaba el pueblo con gran júbilo, y se oía el ruido hasta de lejos. Nehemías 8:9 Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.

b) Por arrepentimiento Los adanes, en un momento de la vida pecaminosa y llena de lagrimas, de desesperanza y destrucción; oyen las buenas nuevas del Evangelio de Jesucristo, las noticas de Dios ofreciendo recursos de gracia para ser salvos. En un momento dado, el Espíritu de Dios logra mostrarles su pecaminosidad, normalmente, cuando aún se siente la carga y el dolor que ha dejado el pecado, y uno nace de nuevo, se derraman lagrimas de arrepentimiento. Así, como en algunos casos muchos de los santos se han descaminado, y estando en la pocilga, como el pródigo, oyen la voz de su pastor, buscándolos para regresarlos al redil. Indudablemente, al volver en sí, valorando las bendiciones y la limpieza de la casa, y comparándola con la inmundicia, la desgracia y desdicha de la pocilga, la primera reacción es llorar de arrepentimiento y dolor, por haber abandonado a Aquél, que ha decido hacernos bien. (Apostol Isauro Vielman)

Lucas 15:17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 2ª Corintios 7:10 Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte. San Salvador, lunes 14 de enero 2013 www.misioncristiananuevopacto.org

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Mateo 26:75 Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente. Lucas 7:37-38 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; 38 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.

VII. Conclusión: Salmos 30:5 Porque un momento será su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, Y a la mañana vendrá la alegría.

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