Terres de Lleida. Cataluña

Terres de Lleida Cataluña Generalitat de Catalunya Departament d’Empresa i Ocupació Cataluña Terres de Lleida Garrigues Noguera Pla d’Urge

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Terres de Lleida

Cataluña

Generalitat de Catalunya Departament d’Empresa i Ocupació

Cataluña

Terres de Lleida

Garrigues

Noguera

Pla d’Urgell

Segarra

Segrià

Urgell

Introducción

Terres de Lleida es la denominación turística del sector de poniente de la depresión central catalana —integrada en la gran depresión del Ebro—, formado por una extensa llanura que se extiende al sur de los Pirineos, y que tiene el río Segre como eje principal y la ciudad de Lleida como capital desde tiempos remotos. Lindante con las tierras de Aragón por el lado oeste, los altiplanos de la Segarra, al este, separan este territorio de la llamada Catalunya Central. A mediodía se extiende hasta la barrera montañosa del Montsant y el valle del Ebro. El clima es mediterráneo con tendencia continental, propio de las tierras interiores de Cataluña en las que la entrada de aire húmedo y templado del Mediterráneo encuentra el obstáculo de los sistemas montañosos próximos al litoral, lo que determina un clima más seco y con oscilaciones térmicas mayores —máximas más altas y mínimas más bajas— que en el resto del país. Predominan las tierras llanas, a pesar de que la barrera septentrional que las separa de la zona de los Pirineos —la gran y escarpada sierra del Montsec, dividida entre el Montsec d’Ares y el Montsec de Rúbies— se acerca a los 1.700 metros. A través de 4

los angostos desfiladeros de Mont-rebei y Terradets que atraviesan dicha cordillera entran las grandes corrientes fluviales del Noguera Ribagorzana y del Noguera Pallaresa. El Segre, en la zona de levante, entra por el sector montañoso, más suave, donde se ha construido modernamente el pantano de Rialb. Afluyen en él los dos ríos antes mencionados cerca de Corbins y de Camarasa, respectivamente, dentro de la comarca de la Noguera. Esta red fluvial proporcionó un giro espectacular con relación a la economía e incluso a la fisonomía de estas tierras a partir de la construcción, en la segunda mitad del siglo xix, del canal de Urgell, que con sus canales auxiliares irriga grandes extensiones (unas 70.000 ha) de las comarcas siguientes: Urgell, Segrià, Pla d’Urgell, Noguera y Garrigues. Son también importantes los regadíos que proporcionan el canal de Pinyana y el canal de Aragón y Cataluña, al oeste, limítrofe con las tierras aragonesas. Este último aprovecha el agua de los ríos Éssera y Cinca, río que afluye en el Segre en la Granja d’Escarp, aguas abajo de la ciudad de Lleida. Esta zona es rica en restos arqueológicos —Cogul, Tornabous, Guissona, El Bovalar—, especialmente

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Olivos en las Garrigues

Tàrrega. Santuario de Sant Eloi

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de época ibérica y romana, testimonio del poblamiento en tiempos remotos. En la Alta Edad Media, en el momento de formación de Cataluña, esta zona se hallaba bajo dominio musulmán. En el siglo XI pasaron a dominio cristiano determinados sectores, como el de Cervera, que se integró al condado de Barcelona, o el de Balaguer, que se convirtió en capital del condado de Urgell. Sin embargo, la importante taifa musulmana de Lleida, que dominaba un considerable territorio, no fue reconquistada hasta el año 1149. Esta lenta ocupación de los territorios islámicos y el carácter

fronterizo de la zona favoreció la creación de castillos con jurisdicción territorial, especialmente en los siglos x y xi, que cumplían una función defensiva y facilitaban la repoblación. Desde el punto de vista eclesiástico se divide entre los obispados de Lleida, que a su vez integraba desde hace muchos años antiguos territorios aragoneses, Urgell, con capital en La Seu d’Urgell, y con un pequeño sector (Cervera y Tàrrega) que pertenece al obispado de Solsona. Desde el punto de vista de las jurisdicciones señoriales, dejando al

Lleida. Murales de la Pia Almoina (MLDC)

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Montfalcó Murallat

margen las poblaciones grandes —Lleida, Cervera, Balaguer, Tàrrega, Agramunt— que tenían el estatus de villa real y fueron capitales de veguería, existieron varias posesiones baroniales civiles — vizcondado de Àger, marquesado de Camarasa, etc.— y eclesiásticas —Gardeny, Bellpuig de les Avellanes, Vallbona de les Monges, Escarp, etc.— por todo el territorio. Son muchos y muy variados los atractivos turísticos de las Terres de Lleida. El paisaje es predominantemente agrícola: alternan las zonas ubérrimas de los campos de frutales del Segrià y de la Noguera con las grandes extensiones olivareras de las Garrigues o los llanos cerealísticos de la Segarra, sin olvidar la viña que proporciona los vinos de Costers del Segre. Encontramos un magnífico y áspero paisaje de montaña en la zona 8

del Montsec, en la que se abre el bellísimo valle de Àger. La capital es una ciudad con una gran oferta — monumental, cultural, comercial, gastronómica, etc.— y son muchas las poblaciones que vale la pena visitar como Cervera, Tàrrega, Balaguer, Agramunt, Les Borges Blanques, etc. El patrimonio monumental es amplio y variado, desde los interesantes yacimientos arqueológicos hasta los monumentos de época medieval, civiles y religiosos. Una rica y sabrosa cocina, con los excelentes productos de la tierra —hortalizas, fruta, aceite, vino—, las fiestas populares y la práctica de los deportes al aire libre son otros alicientes que convierten la visita a estas tierras en un gran atractivo.

Plantación de manzanos

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La ciudad de Lleida

La ciudad de Lleida —el núcleo demográfico y económico más importante de la Cataluña interior— se extiende por la orilla derecha del río Segre, dominada por el cerro en el que se levanta la antigua Suda (zuda) árabe y la Seu Vella (seo antigua), monumento que marca la silueta inconfundible de la población. A sus pies se extiende la ciudad histórica, paralela al río, que tiene como eje principal el Carrer Major (calle mayor), su arteria más animada y comercial. La parte moderna o ensanche residencial se extiende detrás del cerro de la Seu Vella, hacia las carreteras de Huesca y del Valle de Arán, alrededor de la Plaça de Ricard Viñes. A la otra orilla del Segre se sitúa el barrio de Cappont, donde se ha construido el nuevo campus universitario y otros barrios edificados en época reciente. Además de su condición de capital provincial y de centro de una importante y antigua diócesis episcopal, con las instituciones y edificios que dicha condición conlleva, Lleida ha sido una ciudad tradicionalmente agraria, centro de una huerta muy rica y de la fértil llanura leridana. En los últimos decenios se ha convertido también en centro industrial —con industrias básicamente de 10

transformación agraria y ganadera— y de servicios. El comercio tiene larga tradición y presenta hoy en día una oferta extensa y diversificada. La nueva universidad ha representado un gran estímulo para la vida cultural de la ciudad. Su historia se remonta a la época ibérica, cuando fue capital fortificada de los ilergetas (siglos iv y iii a. de C.). Sus caudillos Indíbil y Mandonio, enfrentados durante la II Guerra Púnica (218-205 a. de C.) a los Escipión, simbolizan la resistencia de la población indígena contra el mundo romano. Ya romanizada (Ilerda), fue una ciudad clave en la guerra civil entre Julio César y Pompeyo, como narra el mismo César en De Bello Civile y el poeta Lucano en Pharsalia. Su situación estratégica —en el camino del Mediterráneo en las tierras interiores de la península y punto de convergencia de una serie de valles fluviales que descienden de los Pirineos— favoreció su desarrollo. El obispado está documentado desde el siglo v. Durante los cuatro siglos de dominación musulmana (719-1149), Lleida fue un bastión de primera línea en la llamada Frontera Superior, primero dentro de la órbita del emirato y califato de Córdoba y desde el siglo xi como taifa

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La Seu Vella

independiente. Los árabes construyeron la fortaleza de la Suda en la Roca Sobirana y amurallaron la ciudad, a la vez que creaban una extensa red de canales y acequias en la gran huerta que rodeaba la ciudad, base de su posterior riqueza agraria. Fue conquistada en 1149 por los condes catalanes Ramón Berenguer IV de Barcelona y Ermengol VI de Urgell, que se repartieron su dominio, mientras que los templarios recibieron una quinta parte del término y la fortaleza de Gardeny. Jaime I convirtió Lleida en ciudad de fuero real y creó (1264) el Consell General de la Paeria, régimen municipal que añadía nuevos privilegios a la primera carta de población de 1150. La restauración del obispado conllevó la construcción de la magnífica catedral sobre la Roca Mitjana. Jaime II creó (1300) el Estudi General de Lleida, que fue la universidad central y durante un tiempo la única de sus reinos. Su ya mencionada condición estratégica fue causa de varios sitios y agresiones bélicas. Los más sangrientos fueron el llamado sitio de santa Cecilia (1646), durante la guerra de los Segadores, y el del 1707, durante la guerra de Sucesión. Felipe V suprimió entonces los tres elementos más distintivos de la ciudad: el Estudi General —todas las universidades catalanas fueron trasladadas a Cervera—, la Paeria —convertida en ayuntamiento borbónico— y la Seu Vella —transformada en caserna militar. Lleida entró en un período de postración, dominada por el cerro de la Seu Vella, convertido en bastión fortificado, con una vida pública resignada y provinciana. A partir de la segunda mitad del siglo xix la ciudad inició un proceso de revitalización —derribo de las murallas (1861), llegada del ferrocarril, etc.— y la Renaixença cultural y el catalanismo político tuvieron allí una presencia notable. El perfil de la ciudad está dominado por la impresionante edificación de la Seu Vella, la catedral primitiva, construida (siglos xiii-xv) sobre una antigua mezquita. Obra de transición del románico al gótico, presenta un insólito y espectacular claustro frontal, con bellos ventanales 12

Auditorio Enric Granados

calados góticos, mirador de la ciudad, el río y la huerta. Sus magníficas portadas —especialmente la de los Fillols y la de la Anunciata— fueron ejecutadas por artistas de la llamada Escuela de Lleida, tendencia escultórica que incorporaba a la austeridad del románico una fantasía de tradición arábiga y oriental. Su interior es severo, espacioso, con la planta de cruz latina, y un bosque de esbeltas columnas. La soberbia torre del campanario (siglos xiv-xv), de 70 metros, se levanta en un extremo del claustro, al lado del Portal de los Apóstoles. Detrás de la sede, encontramos los restos de la antigua Suda o Castell del Rei, residencia de los valíes árabes muy reformada por los monarcas catalanes, edificación sólida y compacta de la que sólo se conserva su estructura (una torre esquinada ha sido restaurada modernamente). Las típicas calles de Cavallers y de la Palma comunican la parte alta del núcleo antiguo con el Carrer Major. En la primera, llamada antiguamente el Romeu, vemos el antiguo convento dominicano de El Roser, con una iglesia barroca y un claustro de tres pisos, actual sede del Museu de Pintura Jaume Morera. Está previsto convertirlo en Parador de Turismo. Más al oeste, se destaca la iglesia de Sant Llorenç, contemporánea de la Seu Vella, con un precioso pórtico y una esbelta torre campanario. En su interior se conservan una excelente colección de retablos góticos de piedra —san Lorenzo, san Pedro, santa Lucía, entre otros— y notables esculturas como la Virgen de la Candelaria (siglo xv), san Miguel (finales del siglo xiv) o la imagen restaurada de un santo Cristo hallado, protagonista de una leyenda.

Parque de la Mitjana

El Museu de Lleida Diocesà i Comarcal —en la calle del Sant Crist, junto a la Rambla d’Aragó— reúne un rico fondo integrado, entre otras aportaciones, por las colecciones centenarias de distintas instituciones de la ciudad como el Institut d’Estudis Ilerdencs, el Museu Diocesà o la catedral.

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En el Carrer Major, eje urbano de la ciudad tradicional, se levanta la Catedral Nova, catedral edificada en el siglo xviii cuando la antigua sede fue convertida en caserna, interesante obra neoclásica del arquitecto Pedro Martín Cermeño. Consagrada en 1781, perdió su suntuoso coro del escultor Lluís Bonifaç en 1936, sin embargo conserva, entre otras piezas, el archivo y la imagen de la Mare de Déu del Blau. Frente a ella, el antiguo edificio del Hospital de Santa Maria (s. xv-xvi), con un bello patio central, es prácticamente el único exponente del gótico civil de esta época en la Catalunya occidental; acoge la sede del Institut d’Estudis Ilerdencs, institución cultural de gran tradición y, a la vez, de moderna proyección. Siguiendo por el mismo Carrer Major hacia levante, pasada la capilla de El Peu del Romeu y la plazoleta de Sant Francesc —donde se levanta la Casa

Melcior, modernista— llegamos a la Paeria, sede del Ayuntamiento, noble mansión gótica del siglo xiii que cuenta con vestigios arqueológicos. Siguen después los Porxos de Dalt i de Baix, con el Teatre Principal a un lado y el edificio modernista del antiguo Hotel Palace al otro. Cerca, se encuentra la Plaça de Sant Joan, con restos arqueológicos en el subsuelo, urbanizada modernamente según un vanguardista y polémico proyecto del arquitecto vasco Peña Ganchegui. Pasado el Arc del Pont, entrada antigua a la ciudad amurallada, donde se levanta el monumento a los héroes ilergetas Indíbil y Mandonio, réplica de una escultura de Medard Sanmartí, el Pont Vell nos lleva a los Camps Elisis, jardín urbano de sabor romántico que alberga chalés novecentistas y los pabellones feriales. Otros puntos de interés -un poco alejados de este circuito- son el castillo e

Claustro de la Seu Vella

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iglesia del conjunto monumental de Gardeny, testimonio destacado de la Orden del Temple (s. xii) y que forma parte de una ruta templaria; la iglesia románica de Sant Martí; las Cases Noves modernistas, las Cases Noves modernistas de la Rambla de Aragó; el moderno auditorio municipal Enric Granados (1994), también conservatorio municipal; el santuario neorrománico de la Acadèmia Mariana o el edificio novecentista de la estación de Renfe, obra de Adolf Florensa al final de la Rambla de Ferran.

www.turismedelleida.cat www.paeria.cat

El eje comercial leridano tiene una gran vitalidad

La animación nocturna está básicamente centrada en la zona alta, en el ensanche que se extiende por la parte norte de la ciudad, especialmente alrededor de la Plaça de Ricard Viñes, donde abundan los restaurantes de moda y los bares musicales. En las noches de verano, el cerro de Gardeny es un punto de encuentro. El parque de la Mitjana es una

amplia zona verde húmeda (90 ha), al límite de la ciudad, declarada de interés natural, ideal para dar un paseo, practicar el deporte u observar la fauna y la flora.

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Algunas ciudades y otras poblaciones

Son muchas las poblaciones de las Terres de Lleida que no se encuentran en los circuitos turísticos más tradicionales —debido a su distancia de la costa o de los principales sectores de segunda residencia y veraneo— y que merecen ser más conocidas y apreciadas por su carácter y encanto, conservado a lo largo del tiempo, y por sus valores monumentales. En el centro de los altiplanos de la Segarra, se levanta la capital, Cervera, en la cima de un cerro elevado, a la derecha del río de Ondara. Formada alrededor de un antiguo castillo fortificado, conquistado por Ramón Berenguer I, se extendió por el espacio que resigue el típico Carrer Major de un lado al otro. Fue importante desde época medieval, como demuestran algunos hechos históricos —celebración de las Cortes de 1359, que consolidaron la institución de la Diputació del General o Generalitat, o la firma de las capitulaciones matrimoniales de Fernando II de Cataluña-Aragón con Isabel de Castilla— y el magnífico patrimonio monumental. Sin embargo, el hecho más determinante en la historia de la ciudad es la creación de la universidad única de Cataluña por Felipe V, a finales de la guerra de Sucesión (Decreto de Nueva Planta, 1718), premio a la fidelidad de Cervera a su causa, y que representó 16

un brillante momento cultural que se prolongó hasta los inicios de la Renaixença. La gran fábrica de la Universidad de Cervera, en un extremo del núcleo antiguo, marca la silueta urbana. Construida en 1718-1740, es un amplio edificio de líneas neoclásicas con elementos barrocos en su fachada exterior y en el paraninfo, presidido por el magnífico retablo de Jaume Padró. Actualmente acoge varias instituciones culturales. En el otro extremo, la imponente colegiata gótica de Santa Maria (siglos xiii-xv), con campanario octogonal, guarda notables piezas escultóricas, entre las cuales destaca el altar barroco del Santíssim Misteri. En la cercana Plaça Major, en gran parte porticada, se levanta la Paeria, o ayuntamiento, precioso edificio renacentista del siglo xvii ampliado en el xviii, con balconada sostenida por interesantes ménsulas (cinco sentidos, tipos del mercado etc.). En el interior han quedado al descubierto en los últimos años unas salas góticas. Otros puntos de interés son la iglesia de Sant Antoni, de origen medieval, el Hospital Berenguer de Castelltort, neoclásico, el Museu Duran i Sanpere, en la casa solariega de este ilustre historiador del Carrer Major, la iglesia románica de planta redonda de Sant Pere Gros (siglo xi), en las afueras, el sindicato

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Cervera

Balaguer

modernista de Cèsar Martinell. Quedan tramos muy bien conservados de las murallas medievales que rodean la población, reforzadas por orden de Pedro el Ceremonioso (1368) durante la guerra contra Castilla. Balaguer, capital de la Noguera y antigua capital del condado medieval de Urgell, está situada a la derecha del río Segre. El núcleo primitivo se encuentra en una terraza dominando el río en la que se había localizado la población musulmana, el llano de Almatà, llamado después el llano del Real, que estuvo amurallado (se conservan notables tramos de muralla, dominando la población medieval). El casco viejo, a la vera del Segre, está centrado por la gran Plaça del Mercadal, una de las plazas porticadas más grandes de Cataluña, en la que se sitúa el ayuntamiento y donde se celebra el mercado semanal todos los sábados. También vemos calles porticadas con mucho carácter. El ensanche del otro lado del río se conoce como Davant Balaguer. Un monumento a Gaspar de Portolà evoca la figura de este hijo ilustre de la ciudad, explorador de la Baja California. 18

Fue una importante fortaleza andalusí, dominada por la dinastía de los Banu Qasi, que en 1105 pasó a manos cristianas. El castillo árabe (Castell Formós) se convirtió en residencia de los condes de Urgell; sin embargo se destruyó en 1413, tras el sitio a que Fernando de Antequera, Fernando I, sometió la población en las luchas por la sucesión a la corona catalano-aragonesa después del Compromiso de Caspe, que Jaime el Desdichado, conde de Urgell, no había aceptado. Los hallazgos excavados en su recinto se guardan en el museo comarcal. Sobre la antigua mezquita, se construyó la iglesia de Santa Maria de Almatà, que el siglo pasó a ser capilla de un monasterio de clarisas, ampliada el siglo xvii, y que se ha convertido en el santuario del Sant Crist, de mucha devoción, por la imagen de tradición gótica (restaurada en 1947) que se venera en él. xiv

En el otro extremo del llano, dominando la ciudad, se levanta la iglesia y antigua colegiata de Santa Maria, gran edificio gótico iniciado en 1351 y consagrado en 1558, con una amplia nave y un

esbelto campanario poligonal, magnífico mirador de la comarca. El convento de Sant Domènec, en el extremo del puente, inicialmente dominicano y recientemente franciscano, fue construido por mandato testamentario del conde Ermengol X (1314); es especialmente remarcable su claustro gótico, de esbeltas y delicadas columnas, relacionado con el de Sant Francesc de Mallorca. A unos 3 km de Balaguer encontramos los restos de la iglesia románica (siglos xii-xiii) del antiguo monasterio cisterciense femenino de Santa Maria de les Franqueses. La villa de Agramunt, en el Urgell, en el sector de la Ribera de Sió, cerca del canal de Urgell, es una población muy vital desde la Edad Media, con un mercado tradicional y actividades artesanales, como atestigua el encargo del gremio de tejedores en 1283 del magnífico relieve del dintel de la iglesia parroquial de Santa Maria, edificada en los siglos xii-xiii. Este edificio es una de las mejores muestras del arte románico de la zona: tiene tres naves y

tres ábsides y una puerta, ejemplo excepcional de la escuela leridana, con rica decoración en las arquivoltas (santos y vírgenes), capiteles esculpidos y el relieve con María, la Anunciación y la Epifanía. El coronamiento del campanario es del siglo xiv y recuerda los cimborrios de Poblet y Vallbona. Conquistada a los árabes por el conde de Urgell, Ermengol IV, en 1070, su sucesor Ermengol VII le concedió una favorable carta de población en 1163 y la villa fue —de hecho hasta 1314— capital del condado de Urgell. La parte antigua conserva bellas calles porticadas, una amplia Plaça del Mercadal también porticada, un magnífico ayuntamiento, de época barroca, con fachada con pórticos de medio punto sobre pilares y triple gran balcón en el piso principal. Sin embargo, no se han conservado las murallas y el antiguo castillo (representados en un grabado de Beaulieu del siglo xvii). En el antiguo mercado se han instalado un museo etnológico y el Espai Guinovart, que presenta obra y ambientes del artista Josep Guinovart.

Cervera. Ménsula de la Paeria

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Agramunt. Iglesia de Santa Maria

Cabe destacar dos especialidades pasteleras que se elaboran en la población: los turrones de Agramunt (avellana y miel) y el chocolate a la taza, ambos tienen larga tradición y prestigio, y dan ocasión a la Feria del Turrón y el Chocolate a la Piedra que se celebra en octubre. Otra villa, con larga historia y antiguo mercado, es Ponts, en el sector más oriental de la Noguera, cerca de la confluencia del Llobregós con el Segre, tradicional nudo de comunicaciones (carreteras de Lleida a Puigcerdà y procedente de Igualada). Su núcleo antiguo, con calles y plazas porticadas, está dominado por el cerro de Les Forques, en el 20

que vemos los restos del antiguo castillo de Ponts, importante fortaleza medieval dentro del condado de Urgell, regida por una importante familia de castellanos, apellidada Ponts. Al pie del castillo se encuentra una magnífica iglesia románica de la antigua canónica agustiniana de Sant Pere de Ponts, bello edificio de una nave, coronado por tres ábsides en cruz, ornados en su exterior con elementos de tipo lombardo, y un gran cimborrio octogonal sobre el que se levantaba el campanario. Su construcción comienza en 1143, cuando recibió importantes donaciones, especialmente de Ermengol VI de Urgell, encaminadas a la fundación de un monasterio benedictino, sin embargo en su lugar

Àger

se instituyó la canónica (1169) que perduró hasta el siglo xvi. En los alrededores de Ponts podemos visitar los restos del antiguo monasterio benedictino de Santa Maria de Gualter, de época románica. En la parte opuesta de la comarca de la Noguera, en un amplio y luminoso valle al pie del Montsec d’Ares, elevada en un cerro, se halla la villa de Àger, centro de un importante vizcondado medieval cuyos imponentes vestigios se conservan hoy en día. Fue fundada por el mítico caballero Arnau Mir de Tost, al servicio de los condes de Urgell, que conquistó el lugar a los musulmanes (la reconquista definitiva ocurrió en 1047) y extendió sus dominios por toda la zona, que fue repoblada por él mismo. El vizcondado fue establecido más adelante por Ermengol V de Urgell. Arnau Mir de Tost construyó, dentro del recinto del poderoso castillo fortificado, la canónica agustiniana de Sant Pere d’Àger. Sus ruinas consolidadas nos muestran una amplia cripta de tres naves (siglo xi) y bella iglesia también de tres naves (siglo xii) con tres ábsides, destacando sólo el central que tiene en su interior fornículas con

semicolumnas y capiteles esculpidos. El claustro posterior es gótico (siglos xiv-xv). El castillo tenía dos recintos de murallas, reforzados por torres redondas, que rodeaban la colegiata y el núcleo antiguo de la villa, cuyos restos son también impactantes. La iglesia parroquial de Sant Vicenç, en la parte baja de la villa, conserva un bello sarcófago romano. En el Parque Astronómico del Montsec, cerca de Àger, la inexistente presencia de contaminación lumínica y sus excelentes condiciones meteorológicas convierten el Centro de Observación del Universo en un lugar único para iniciarse y disfrutar del apasionante mundo de la astronomía y la geología.

www.cerverapaeria.cat www.nogueraturisme.cat www.agramunt.cat 21

Castillos y pueblos amurallados

Las Terres de Lleida fueron, a partir del siglo xi, tierras de frontera entre los dominios cristiano y musulmán, hecho que condiciona su historia y su fisonomía. Muchas de las poblaciones que se fueron creando se edificaron al amparo de una fortaleza o castillo por motivos defensivos. Encontramos principalmente dos modelos de castillos en estas regiones, el castillo exento y amurallado, generalmente elevado en un cerro y dominando el pueblo, construido en los primeros siglos medievales, o el castillo-palacio, que une al carácter defensivo el residencial, muchos de ellos reformados y ampliados a finales de la Edad Media, en época tardogótica o renacentista. La villa de Camarasa (Noguera), a la izquierda del Segre, aguas abajo del pantano así llamado, en el Noguera Pallaresa, se sitúa al pie de un cerro donde vemos aún los imponentes restos del castillo e iglesia medievales. Había sido una importante fortaleza en época musulmana que pasó a los dominios del mítico Arnau Mir de Tost y fue centro de la llamada marca de Camarasa, amplia jurisdicción señorial que más tarde se convirtió en marquesado. Se conservan algunos muros y torres del castillo y la cabecera y otros restos de la iglesia románica de Sant Miquel, ya de transición al gótico (siglo xiii). En su término municipal se encuentra el lugar agregado de La Baronia de Sant Oïsme. Situado estratégicamente sobre el pantano, a 22

la salida del desfiladero de Terradets, destaca la magnífica torre redonda del antiguo castillo y la iglesia románica de Sant Bartomeu, con una nave y tres pequeños ábsides en cruz y un pequeño campanario de torre. Más a mediodía, al noroeste de Balaguer, encontramos la villa de Castelló de Farfanya, formada alrededor de una importante fortaleza de origen árabe. Dentro del recinto del castillo, que domina la población, se conservan imponentes torres y lienzos de muralla, y a su lado se levanta la antigua iglesia gótica con gran campanario de torre. En el núcleo antiguo de la villa se sitúa una iglesia del último románico, que guarda un magnífico retablo de piedra de escuela leridana (siglo xiv) e interesantes edificios renacentistas y barrocos. En el sector de la Noguera regado por el canal de Urgell, se halla la villa de Cubells, dominada por el cerro en que se levantan los restos del antiguo castillo, cerca de la iglesia de Santa Maria del Castell, con una magnífica portada tardorrománica de escuela leridana (siglo xiii), con arquivoltas ornamentadas sobre seis parejas de columnas. En la iglesia parroquial de Sant Pere (siglos xiii y xiv), gótica, se conserva la imagen de alabastro de la Mare de Déu de la Llet (siglo xiii), originaria de la iglesia del castillo, y un interesante púlpito del siglo xv;

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La Baronia de Sant Oïsme

Castelló de Farfanya. Parte central del retablo de Santa Maria h

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Castillo de Montsonís i

El castillo de Montsonís, situado en el municipio de Foradada (Noguera), a la entrada del congosto de Salgar, es otra de las fortalezas de este sector que estuvieron bajo el dominio de Arnau Mir de Tost. Convertido en un gran palacio residencial en época gótica, como muchos otros de estas tierras, ha sido restaurado modernamente por sus propietarios, los barones de Albi, y es centro de una red de castillos abiertos a la visita del público (Castells de Lleida) que, además, ofrece ciclos de conciertos y otras actividades culturales. Cerca se encuentra el santuario de Salgar, en un bello paraje sobre el Segre.

Castillo de Alòs de Balaguer

proceden de ella notables retablos de los museos Diocesano de Urgell y MNAC.

Muy próximo, en un enclave del término urgelés de Agramunt, se halla el castillo de Montclar, elevado en la sierra homónima, restaurado modernamente por los propietarios, marqueses de Palmerola; está abierto al público (grupo Castells de Lleida). Es un gran edificio, mansión señorial fortificada construida el siglo xvii sobre uno anterior (en la dovela central de la puerta de acceso figura la fecha 1638). En dicha sierra de Montclar se perforó en 1856-1860 la mina o túnel de Montclar, cerca de 5 km, importante obra de ingeniería de la época, en el tramo inicial del canal de Urgell, en la que trabajó un gran contingente de presidiarios condenados a trabajos forzados. De nuevo en el interior de la Noguera, podemos visitar el castillo de Alòs de Balaguer, elevado en un peñasco a la derecha del Segre, al sur de la cuenca de Meià. Se conservan sus imponentes muros, una torre redonda y arcos apuntados. Documentado ya en el siglo xi, formó parte de los dominios de Arnau Mir de Tost. La villa se escalona por las laderas del cerro y mantiene su carácter típico; la iglesia conserva un valioso retablo de piedra característico de la escuela de Lleida (finales del siglo xiv). En dirección norte, encontramos Vilanova de Meià, capital de la cuenca de dicho nombre, antigua villa fortificada que 25

Castillo de La Floresta

conserva parte de las antiguas murallas y una notable iglesia de transición del románico al gótico. En otoño se celebra la popular Feria de la Perdiz. Cerca, en una elevación, el santuario de la Mare de Déu del Puig de Meià corresponde a la capilla del antiguo castillo. La Segarra cuenta con una serie de castillos-palacio de tipología similar, grandes casonas residenciales reedificadas sobre antiguas fortalezas o torres de vigilancia en época tardogótica y renacentista (siglos xvi y xvii) en un momento de prosperidad gracias a la producción de cereales. Citamos en primer lugar el de Les Pallargues, capital del municipio llamado Els Plans de Sió, con una destacada arcada gótica en la fachada, y el de Florejacs, con una gran torre almenada, ambos se pueden visitar (grupo Castells de Lleida). Cerca de este último, se encuentra el de Les Sitges, con una gran torre maestra en el centro del edificio rectangular, con grandes muros almenados. El castillo de L’Aranyó, de grandes proporciones, con muchos elementos renacentistas (fue reedificado hacia 1569), perteneció en los últimos tiempos a la familia del escritor Manuel de Pedrolo, nacido en 1918. Cerca se halla el castillo de Montcortès, notable edificio de piedra picada con dos grandes torres y ventanales renacentistas.

Un tipo singular de fortificación medieval es el de los pueblos encastillados como Montfalcó Murallat (en el término de Les Oluges), alrededor de un cerro, que conserva el cercado medieval, con el antiguo castillo, cerrado todavía por las murallas y en el que se entra sólo por un portal, con las casas dispuestas en torno a una plazoleta con callejones estrechos y en parte cubiertos. Muchas de sus casas se han restaurado como segunda residencia. Muy próximo se encuentra el pueblo de Vergós Guerrejat, en el término de Estaràs, presidido por el antiguo castillo en una disposición que recuerda la de Montfalcó. La comarca de Urgell tiene también interesantes poblaciones organizadas alrededor de un antiguo 26

Guimerà

castillo. Citamos en primer lugar Verdú, al sur de Tàrrega, que conserva el castillo –dominio de Poblet, que gozaba de jurisdicción sobre la población– convertido en una gran mansión urbana con elementos defensivos de distintas épocas y una notable sala gótica en su interior. Una actividad muy tradicional y característica de Verdú es la cerámica, especializada en la fabricación de cerámica negra. Tiene un museo de juguetes y de autómatas. Guimerà, sobre el río Corb, con el recinto amurallado al pie del antiguo castillo, en ruinas, forma un pintoresco y atractivo conjunto de callejones, con bellas muestras de arquitectura medieval. Ciutadilla, también en el valle del río Corb, se sitúa a los pies de las todavía imponentes ruinas de la fortaleza medieval reconstruida en época renacentista. La comarca de las Garrigues ofrece un paisaje de belleza austera, dominado por los olivos que

producen un excelente aceite. Las poblaciones mantienen su fisonomía tradicional, algunas con notables castillos-palacio. Citamos en primer lugar La Floresta, que perteneció al poderoso linaje de los Cardona, que en los siglos xiii y xiv reedificaron el antiguo castillo, convertido en una gran mansión residencial de piedra, con algunas ventanas coronelas, y que incluye la iglesia parroquial de Sant Blai y una torre de defensa. En L’Espluga Calba, que desde el siglo xv fue centro de una encomienda de la orden de San Juan de Jerusalén (hospitalarios), se conserva casi íntegra la fachada del castillo, con portales adovelados y ventanales de época gótica; el interior fue muy modificado en época barroca. L’Albi fue centro de una importante baronía medieval y el núcleo antiguo de la villa está dominado por los restos del antiguo castillo, reformado y ampliado en los siglos xv y xvi, uno de los más notables del sector.

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Vallbona de les Monges y otros monasterios

El monasterio más importante de las Terres de Lleida, con una continuidad de vida monástica de varios siglos, es Vallbona de les Monges, de la rama femenina de la orden cisterciense. Situado en un bello paraje, a mediodía de la comarca de Urgell, en un valle en las laderas de la sierra de El Tallat, forma, con los otros dos grandes monasterios de Poblet y Santes Creus, la ruta del Císter en Cataluña. Su origen reside en una comunidad de anacoretas documentada en 1150, que en 1175 se incorporó a la orden del Císter. Alfonso I el Casto y Jaime I el Conquistador impulsaron la construcción del cenobio, que adquirió gran empuje repoblador y en el que profesaron hijas de las principales familias de la nobleza catalana. El conjunto arquitectónico sigue los esquemas generales cistercienses, sin embargo los tres recintos iniciales quedaron muy alterados desde 1573 cuando —a partir de los dictados de Trento prohibieron los monasterios femeninos en lugares aislados— se trasladó a su vera el pueblo de Montesquiu. Iglesia y claustro ocupan gran parte del tercer recinto de clausura, bordeado por una magnífica plaza que corresponde al antiguo cementerio, en la que hay algunas tumbas y sarcófagos (siglo xiii), una fuente monumental y dos magníficas portadas románicas, 28

el portal de los muertos y el portal principal de la iglesia. La iglesia abacial (siglos xiii y xiv), buen ejemplo de transición del románico al gótico, es de planta de cruz latina, con una sola nave muy alargada y tres ábsides rectangulares que se abren al crucero. Además de un primer cimborrio de planta octogonal, con ocho ventanales y bóveda de crucería (siglos xiii y xiv), se construyó posteriormente el gran cimborriocampanario con amplia linterna, también de ocho caras, lacerías en los ventanales y filigranas. En el presbiterio se encuentran los bellos sepulcros de la reina Violante de Hungría, mujer de Jaime I (muerta en 1251), y su hija Sancha de Aragón. Otros elementos notables son el sepulcro de los Guimerà, una bella estatua de Maria de Guillem Seguer (siglo xiv), la capilla gótica de Corpus Christi, el Entierro de Cristo (siglo xv) y la reja que cierra el coro. El claustro, de planta trapezoidal, tiene dos alas románicas (sur y este), una plenamente gótica (norte), con arcadas bien decoradas con lacerías y la última (siglo xv) de tradición románica. En él se abre la capilla moderna de la Virgen del Claustro, con una bella imagen románica. Su magnífica sala capitular es plenamente gótica (siglo xiv), muy austera, con

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Vallbona de les Monges. Claustro y cimborrio

Vallbona de les Monges Tumba de Violante de Hungría

losas sepulcrales de abadesas y una imagen de la Virgen de la Misericordia atribuida a Pere Joan (siglo xv). Además de su interesante archivo y biblioteca, posee un pequeño museo con orfebrería, bordados y una antigua farmacia. Actualmente el monasterio es un activo centro de espiritualidad y también cultural. Otro cenobio que mantiene la vida monástica —aunque no pertenece a la orden monástica fundadora— es el de Bellpuig de les Avellanes, antigua abadía de canónigos premonstratenses situada al sur del valle 30

de Àger, en el término municipal de Os de Balaguer (Noguera); a largo de los tiempos mantuvo una gran vitalidad: fue panteón de los condes de Urgell (siglos xiii y xiv) y en el siglo xviii albergó una importante escuela de estudios históricos. Además del claustro románico, obra de los primeros tiempos, con dobles columnas y capiteles muy sobriamente ornamentados, se conservan partes importantes de época gótica: el dormitorio y sala capitular y la amplia cabecera de la iglesia (siglo xiv), que se integra en la obra moderna. Tras la Desamortización (1835), pasó por distintas

manos y los sepulcros condales se vendieron (se encuentran actualmente en el museo The Cloisters de Nueva York); constituyen una de las primeras manifestaciones de plenitud de la escultura gótica catalana (inicio del siglo xiv). El conjunto monástico ha sido restaurado modernamente por los hermanos maristas, que se instalaron en él en 1910. Dispone de una Casa de Espiritualidad y dependencias para celebrar convenciones.

La villa de Bellpuig, en la misma comarca del Urgell, en la llanura regada por el canal, fue centro de una importante baronía de la poderosa familia de los Cardona. En el paso de los siglos xv a xvi estaba en manos del linaje Cardona-Anglesola, uno de cuyos miembros, Ramon Folc III, al servicio de Fernando el Católico, fue virrey de Sicilia y de Nápoles, y capitán general de la Santa Liga (1511). Este magnate hizo construir en las afueras de Bellpuig el convento franciscano de Sant Bartomeu (a partir de 1507)

Bellpuig. Mausoleo de Ramon Folc de Cardona

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32 Monasterio de Santa Maria de Bellpuig de les Avellanes

Bellpuig de les Avellanes. Claustro

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Vallbona de les Monges. Ménsulas de la capilla del Corpus Christi

con la finalidad de tener en él solemne sepultura. Queda buena parte de la obra original: el claustro de la cisterna, con una exuberante segunda galería, el lavabo del refectorio, el armario de la sacristía, la sala capitular y la caprichosa escalera helicoidal, resueltos casi totalmente con diseño todavía gótico. También son remarcables la galería alta del claustro, las alas norte y levante y el llamado mirador del duque, que incorporan ya elementos de estilo romano, y, aun, la escalera principal, de aire barroco. La antigua iglesia alojaba el mausoleo de Ramon Folc, trasladado en 1841, después de la exclaustración del convento, a la parroquia de la villa, donde hoy podemos admirarlo; se trata de un espectacular conjunto de mármol, esculpido en Nápoles por Giovanni Merliano da Nola en 15221525, con rica simbología y episodios heroicos de la

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vida del duque, el monumento de escultura funeraria más importante del Renacimiento en Cataluña. En el mundo monástico leridano destacamos –dejando a parte el conjunto templario de Gardeny– el antiguo monasterio trinitario de Nostra Senyora dels Àngels de Avinganya, el primero femenino de esta orden en España (1250), situado en el valle del Segre, en el término de Seròs, al límite oeste de las tierras leridanas. Pueden verse las ruinas todavía imponentes de la gran iglesia gótica, con su campanario y del claustro, así como fragmentos de sepulturas del linaje de los Montcada y del Casal de Barcelona. En él se han realizado trabajos de consolidación y alberga el Centre d’Arqueologia d’Avinganya del Institut d’Estudis Ilerdencs.

Vallbona de les Monges. Claustro

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El mundo antiguo

La presencia de testimonios del mundo antiguo —que van desde las pinturas rupestres al mundo paleocristiano— por todo el ámbito de las Terres de Lleida es notable. Damos noticia de los yacimientos más destacados y del Museu de Lleida, que muestra piezas de gran interés. Las pinturas rupestres más famosas son las de El Cogul, un típico pueblo olivarero de Las Garrigues, en el que el rector Ramon Huguet descubrió, en 1908, en una cavidad abierta en un bloque arenoso, llamado la Roca de los Moros, a la vera del río Set, un notable conjunto pictórico. El descubrimiento causó un gran impacto en su momento, cuando aun no se conocían pinturas análogas como las del abrigo de Cabrafeixet de El Perelló o las de la sierra de La Pietat de Ulldecona, de estilo naturalista estilizado, que han sido llamadas «arte levantino» o de los «pintores de las sierras». La presencia de cerámica de distintas épocas y de graffiti ibéricos y romanos nos llevan a una cronología muy amplia a partir del neolítico. Se destacan una escena de cacería con dos ciervos, un arquero con un jabalí, otros animales y el conjunto más conocido, interpretado como una danza fálica, con nueve figuras femeninas que parecen bailar alrededor de un personaje masculino, desnudo. Forman parte 36

de las pinturas rupestres del arco mediterráneo declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Mucho más reciente es el descubrimiento de las pinturas rupestres de Os de Balaguer, en la Noguera, en un acantilado calcáreo, la Cova dels Vilassos, de estilo naturalista estilizado. Se observa una escena de danza, con tres figuras rojas, dos femeninas en los extremos y una masculina desnuda en el centro que las coge por la cintura. Debajo, un zorro de color negruzco y, más abajo, una figura humana muy estilizada, además de distintos elementos de fauna. Del final de la edad del bronce (1100-900 aC) tenemos los restos del poblado de Genó, en un cerro a unos 3 km del pueblo de Aitona (Segrià), a la derecha del Segre, formado por casas de piedra y de tapia, alargadas y estrechas adosadas, el muro posterior de las cuales forma la muralla, con una única calle central. Fue habitado poco tiempo, dos o tres generaciones, y destruido por un incendio que obligó a un abandono precipitado. Descubierto en 1955, las excavaciones de 19761984 permitieron recuperar elementos de un gran interés.

Pinturas rupestres de El Cogul

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El mundo ibérico tuvo en estas tierras el importante núcleo de la ciudad de Lleida, llamada Iltirda, de la tribu de los ilergetas, que bajo las órdenes de caudillos como Indíbil y Mandonio, se caracterizó por la fuerte oposición a la ocupación romana los primeros años de la conquista. Su estratégica situación y las buenas comunicaciones terrestres y fluviales, fueron, sin embargo, motivo para que los romanos estableciesen aquí una nueva ciudad, con el nombre latinizado de Ilerda. Otro poblado ibérico importante es el de Gebut, en el término de Soses (Segrià), en un cerro a la derecha del Segre, excavado desde 1940, un buen ejemplo del desarrollo urbanístico y cultural de los ilergetas. Estructurado en dos calles enlosadas divergentes, al entorno de las que se observan

unas sesenta habitaciones correspondientes a unas veinte viviendas, en el centro había una gran plaza con una cisterna en un lado. Al extremo NO, más elevado, se encuentran unas habitaciones que podrían haber formado una especie de acrópolis y en la ladera O se sitúan los restos de la muralla. En la comarca del Urgell, en el término de Tornabous, podemos ver los restos del poblado ibérico de El Molí de l’Espígol, uno de los más importantes de la Cataluña occidental, excavado desde 1970, una de las ciudades principales de los ilergetas. De planta elíptica, una serie de calles circulares unidas por otras rectilíneas delimitan diferentes barrios de casas. Queda un tramo de unos 30 m de muralla. Se han excavado unas treinta casas cuadrangulares, adosadas, con

Tornabous. Molí de l’Espigol

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zócalo de piedras, paredes de tapia y el piso de tierra; algunas tienen en el interior enlosados o pilones de piedra para moler cereales, y bancos laterales para poner recipientes de barro cocido. Había hornos domésticos en algunas esquinas. Las calles están enlosadas, de una anchura de 2 a 5 m. En la primera mitad del s. ii aC se levantó al extremo E un nuevo barrio de casas rectangulares mayores que las anteriores, ante el que hay un edificio correspondiente a la etapa inicial, posiblemente de uso religioso, con la entrada flanqueada por dos columnas (se conserva la base de piedra moldeada), convertido después en vivienda. En la comarca de las Garrigues, Els Vilars d’Arbeca constituyen un conjunto arqueológico excepcional (750-325 aC), situados a 4 km al NE

de la población de este nombre. Se trata de una fortaleza ilergeta habitada a lo largo de quince generaciones, con restos de murallas (con torres y foso), de origen desconocido y de gran interés arqueológico. De época romana, además de algunos vestigios en la ciudad de Lleida como los que podemos ver en el subsuelo de la Paeria o del Auditori Municipal Enric Granados (éstos procedentes de un edificio situado en el antiguo portal de la Magdalena), citamos en primer lugar los restos de la fortificación llamada Castell-lliuró, en el término de Castellnou d’Ossó (Urgell), con una base de planta semicircular irregular, de unos 30 m de perímetro y una altura conservada de 4 m, con doble muro hecho con grandes sillares de piedra

Corbins. Tossal dels Moros

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Castellnou d’Ossó. Castell-lliuró

arenosa. En época medieval se construyó una torre circular cubierta por una cúpula. Cerca del pueblo de Corbins (Segrià), en la confluencia del Segre con el Noguera Pallaresa, en el llamado Tossal de los Moros, encontramos los restos de una importante villa romana, a la que pertenecía un interesante mausoleo del s. ii dC, actualmente restaurado. Es de planta rectangular, con cuatro departamentos subterráneos —los conditoria— de finalidades sepulcrales, que tenían el suelo y las paredes recubiertas con placas de mármol y las bóvedas de baldosa estucadas y pintadas. La celda superior, reservada al culto funerario, tenía el pavimento de barro cocido machacado y estaba cubierta con una bóveda. En la Noguera, en la población de Àger, a los pies del Montsec, donde pueden verse magníficas muestras de arte medieval, podemos también admirar, dentro de la iglesia parroquial de Sant Vicenç un notable sarcófago romano en mármol blanco (s. ii dC), utilizado como pica bautismal, decorado con temas marinos en tres de sus lados; preside el medallón central un busto de un hombre togado que representa el difunto. La villa de Guissona, una de las poblaciones más vitales y dinámicas de la Segarra, de orígenes muy remotos, conserva interesantes vestigios de la antigua ciudad romana de Iesso, fundada el s. ii aC y que adquirió la categoría de municipium, como la torre de defensa de les antiguas murallas que protegía la entrada, los restos de la puerta de acceso al cardo maximus y de varias edificaciones y de la necrópolis. Son numerosas las inscripciones y hallazgos que se guardan en parte en el Museu de Guissona, desde el cual se ha creado un Parque Arqueológico. Una muestra muy notable de época paleocristiana son los restos de la basílica de El Bovalar, en el

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término de Seròs (Segrià), en un cerro a la izquierda del Segre. Tiene elementos de los ss. vi-vii, pero su origen es anterior. Es de planta rectangular, con cabecera tripartita y tres naves separadas por columnas. La piscina bautismal, cubierta por un magnífico baldaquín formado por columnas con capiteles y arcos de herradura, se conserva —restaurado— en el Museu de Lleida. Cerca de la basílica se hallan los restos de un poblado formado por unas quince casas unifamiliares de dos y tres cámaras, alrededor de dos plazas. Se han encontrado buena parte de los objetos y utensilios, de gran interés por su rareza (como un incensario de bronce de tipo copto), conservados también en el museo leridano. La principal colección arqueológica de las Terres de Lleida es la reunida en el Museu de Lleida Diocesà i Comarcal. Destacan los materiales de las épocas del bronce, ibérica y romana. De este último período hay mosaicos procedentes de la villa romana de El Romeral (Albesa), cerca del Noguera Ribagorzana, excavada a partir de los años 60 del siglo pasado, y las citadas de El Bovalar.

Seròs. Basílica de El Bovalar

Àger. Sarcófago romano

www.vilars.cat www.museudeguissona.cat www.museudelleida.cat www.mac.cat 41

El aceite de las Garrigues

Uno de los productos más prestigiosos de la agricultura catalana es el aceite de las Garrigues, con denominación de origen, elaborado a partir de la aceituna arbequina cultivada en gran parte en la comarca de las Garrigues —que dedica el 50% de toda su superficie cultivada al olivo— y en algunos municipios del Segrià y el Urgell. La recolección temprana da el tipo de aceite afrutado, de color verdoso, con bastante cuerpo y ligeramente amargo, y la más tardía el dulce, de color amarillo y más fluido. El de mayor calidad es el virgen extra, que no llega a 0,5º de acidez. Dicha calidad responde —además de los condicionantes de clima y suelo— a un sistema de recogida del fruto manual (no a golpes de barra), a través del sistema de peinado de las ramas, de modo que la aceituna no sufre ningún tipo de agresión. Su elaboración se realiza por medio de procedimientos mecánicos o físicos, por el sistema de prensado, prácticamente en frío, sin provocar alteración alguna a la aceituna. El aceite que se obtiene es un jugo de fruta totalmente natural que se envasa con la garantía de un estricto control de 42

calidad. Desde su comercialización son muchos los premios internacionales obtenidos por el aceite de las Garrigues. La capital de las Garrigues y gran centro oleícola es la villa de Les Borges Blanques, en la zona de contacto entre la llanura regada por el canal de Urgell y los altiplanos de la depresión central. Surgida al amparo de un castillo islámico, la carta de población fue concedida por Pedro I el Católico en 1206 y Pedro III el Ceremonioso dio permiso en 1336 para la primera feria. La villa estaba amurallada y la Plaça Major se abre al pie de la ladera, hasta el portal de Cent. La Plaça de la Constitució tiene amplios pórticos con 51 arcadas y algunas mansiones notables con elementos renacentistas de los siglos xvii y xviii. Uno de los lugares más atractivos de Les Borges Blanques es el Passeig del Terrall, magnífica zona verde con dos estanques y un gran jardín con diversidad de plantas y árboles. En el interior de su recinto vemos una antigua prensa de aceite de viga (siglo xvii), un monolito dedicado al campesino

Olivos en flor

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Les Borges Blanques. Passeig del Terrall

Molino de Ca l’Argilés d’Arbeca

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de las Garrigues, un monumento a la sardana, a las víctimas de Mauthausen y al prohombre Francesc Macià, diputado por Les Borges Blanques en todas las elecciones a las que se presentó en su andadura política y muy vinculado a la población. Al Terrall se trasladaron también algunas de las columnas y arcos originarios del antiguo claustro del convento del Carme, demolido en 1974. El palacio del marqués de Olivart, uno de los edificios más interesantes de la población, situado fuera del antiguo cercado medieval, fue totalmente restaurado al convertirse en sede del ayuntamiento; alberga el pequeño museo de arqueología. La ermita de Sant Salvador, lugar de devoción popular, en el camino a Cervià de les Garrigues, es un edificio de transición del románico al gótico, de una sola nave, rodeado por una zona ajardinada. La Feria del Aceite de Calidad Virgen Extra y la Feria de las Garrigues se celebra en torno a la fiesta de san Antonio, coincidiendo con la fiesta de los «Tres Tombs», con carrozas y caballos. Acoge más de cien participantes. También relacionado con el mundo oleícola encontramos el Parc Temàtic de l’Oli (Parque Temático del Aceite), en la masía Salat, al noroeste de la población, rodeada de viejos olivos, con prensas de aceite antiguas y otros elementos, colección de aceiteras, etc. Otros centros interesantes para conocer el mundo de la elaboración del aceite son el Centre d’Interpretació de les Garrigues a Les Borges Blanques, el Museu de l’Oli i Món Rural de Castelldans, el Molí Ca l’Argilés d’Arbeca y el Ecomuseu de l’Oli de la Pobla de Cérvoles.

Olivas arbequinas

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Una cocina profundamente rural

La cocina de las Terres de Lleida consiste en una sólida cocina payesa, marcada por la trilogía mediterránea del trigo, el aceite de oliva y el vino, sabiamente complementada por los frutos secos, las hortalizas y frutas de la huerta, las carnes de ovino y porcino, el pescado salado y productos silvestres como los caracoles o las setas. Entre los platos tradicionales tenemos dos preparaciones paradigmáticas: la coca de recapte —una delgadísima masa de pan de trigo cocida al horno con un recubrimiento de cebolla, pimiento, tomate, sardina en salazón o butifarra y aceite, o bien de pisto— y la cassola del tros o de pagès, en la que el confitado de cerdo, la butifarra, los caracoles y el conejo se combinan con verduras y hortalizas de una clase u otra según el clima. Junto a las sardinas en salazón asadas con uva moscatel, típico desayuno de vendimiador, son platos para comer en el campo, en contacto directo con la naturaleza. Sin embargo, el sibaritismo más célebre de estas tierras son los caracoles, preparados de muchas maneras: en salsa, a la brutesca (sin limpiar a la parrilla), a la llauna, hervidos con alioli, con conejo, etc. 46

Siempre con la presencia dominante de las hortalizas y las legumbres tenemos platos como la olla verda (con col, judías verdes, patatas, etc.), la escalivada de pimientos y berenjenas bien aliñada con aceite y sal, la ensalada de habas tiernas o el cocido de habas tiernas, las alcachofas a la brasa, la tortilla de pisto, las espinacas a la cazuela y, sobre todo, las magníficas ensaladas, que suelen incluir verduras confitadas en vinagre. La tradición ganadera (porcina y ovina, sobre todo) se traduce en unos embutidos (butifarras, longanizas, etc.) de una calidad extraordinaria, los confitados de cerdo, una carne de cordero finísima, ideal para cocinar a la brasa, y una original tradición de carnes rellenas de fruta dulce y frutos secos. Mención aparte merecen la caza —liebre o conejo con hierbas, perdiz en crosta de fang (superficie de cerámica), a la cazadora o en vinagreta— y las setas impregnadas de fragancias silvestres. Entre los postres, además de las tradicionales orelletes (sutil masa de harina, huevo, azúcar y matalahúga frita en aceite de oliva), indispensables en las fiestas populares, cabe destacar el pa de pessic (tipo de bizcocho) y, en la comarca de la

Ensalada

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Caracoles

Segarra, algunas especialidades locales como las plomes d’àngel, los nevats, las sabines y las morenetes. Costers del Segre, una denominación de origen cada vez más reconocida La aplicación de las nuevas técnicas enológicas y la introducción de algunas variedades foráneas de ciclo corto —debido a la dureza del clima— han transformado en los últimos años los vinos de esta zona en protagonistas de muchas mesas, tanto catalanas y españolas como extranjeras, para las que la DO Costers del Segre es toda una garantía. La denominación incluye cuatro subzonas: Raimat, Artesa, Vall del Riu Corb y las Garrigues.

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Raimat, al oeste de Lleida, cerca del límite con Huesca, en un terreno de relieve suave, calcáreo y pedregoso, disfruta de un clima continental no extremado. A las variedades tradicionales — tempranillo, macabeo y parellada—, los últimos años se han añadido algunas nuevas: cabernet sauvignon, merlot, pinot noir y chardonnay. Se producen vinos blancos delicados y finos, tintos complejos y equilibrados y, sobre todo, vinos espumosos y cavas de una gran personalidad y llenos de matices. Artesa, al noroeste de la capital, Lleida, en un territorio cruzado de este a oeste por el Segre, esta subzona tiene en su centro Artesa de Segre. La influencia de los Pirineos da lugar a un clima extremado, que conlleva el cultivo de variedades de ciclo corto: monastrell, trepat y cabernet sauvignon

Cellers Raimat

para los vinos tintos, bien estructurados, y macabeo para los blancos, aromáticos y elegantes. También se elaboran rosados, muy frescos y afrutados.

tempranillo y cabernet sauvignon para los tintos, cálidos y sabrosos, y chardonnay para los blancos, frescos y afrutados.

Vall del Riu Corb integra 15 municipios del valle de este río, afluente del Segre, al límite de las demarcaciones de Lleida y Tarragona, y pertenece geológica y climáticamente al valle del Ebro. La sequedad y aridez del terreno, la elevada insolación y una pluviosidad escasa proporcionan variedades blancas como macabeo, parellada y charelo, y tintos como tempranillo y garnacha. Tanto los blancos como los tintos son vinos robustos y de grado elevado. También perteneciente al valle del Ebro, la zona de las Garrigues es igualmente seca y recibe una elevada insolación. Se utilizan variedades como 49

Feria de Teatro en la Calle de Tàrrega y otras fiestas y tradiciones

Entre las fiestas y celebraciones de las Terres de Lleida, tiene un lugar destacado la Feria de Teatro en la Calle, de Tàrrega, uno de los mercados internacionales de las artes escénicas más importantes del sur de Europa, que se celebra todos los años el segundo fin de semana del mes de septiembre, coincidiendo con las fiestas de san Eloy. La ciudad de Tàrrega, en el valle del río Ondara, capital de la comarca de Urgell, es una de las poblaciones más dinámicas de las Terres de Lleida. Su importancia como mercado y las actividades agropecuarias y comerciales se remontan a la Edad Media, cuando se formó al amparo del castillo de este nombre, en el ámbito del condado de Barcelona. Desde el punto de vista monumental, además de los restos del castillo y las murallas medievales, cabe destacar la iglesia barroca de Santa Maria, el bello palacio de los marqueses de Floresta, bien conservado, con elementos de origen románico, el antiguo hospital, gótico y la plaza porticada de Sant Antoni. En un cerro que domina la población se encuentran el santuario y parque de Sant Eloi, mirador del llano y de la montaña. 50

Se trata de un centro de servicios culturales y deportivos (archivo y bibliotecas, conservatorio de música, escuela de artes y oficios, etc.). La Feria de Teatro en la Calle se celebra desde 1981, promovida por el ayuntamiento de la ciudad y organizada por el grupo teatral Comediants. Su éxito y dinamismo ha sido un proceso continuado y progresivo y actualmente acoge cada año más de 800 profesionales y más de 100.000 espectadores, que convierten la ciudad en un magnífico escaparate de las artes escénicas contemporáneas y en marco de una gran fiesta popular. Constituye un espacio para la exhibición y la compraventa de espectáculos y al mismo tiempo un foro para el contacto, el intercambio y la difusión entre profesionales. Contempla distintas disciplinas escénicas y una variada oferta de espectáculos, aunque suele darse especial énfasis a las formas contemporáneas y visuales a fin de propiciar la innovación. Su objetivo principal es contribuir a la dinamización de la industria de las artes escénicas. En el área profesional, la feria de teatro tiene una gran presencia de ámbito peninsular y avanza

Feria de Teatro en la Calle de Tàrrega

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Museu de Vestits de Paper de Mollerussa h

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Fiestas de Sant Anastasi de Lleida i

Cervera. Aquelarre

progresivamente en su proyección internacional, fruto de los contactos con organismos como IFEA (International Festivals and Events Association Europe) y el gobierno quebequés. Son propuestas interesantes la invitación a algunos creadores artísticos para ofrecer una acción teatral particularmente pensada para la feria y la coproducción de espectáculos, especialmente de montajes en la calle. En el pabellón ferial de la Llotja se instalan una serie de estands expositores para las compañías que actúan en la feria como punto de encuentro y contacto con los programadores. Se organizan zonas de acampada para tiendas y caravanas para más de 8.000 personas. La ciudad de Cervera ha mantenido a lo largo del tiempo la representación litúrgica del misterio de la Pasión, documentado desde el siglo xv en la iglesia de Santa Maria dentro de una tradición común a muchas poblaciones del país. El texto

que se había impuesto desde el siglo xviii, atribuido al trinitario Antoni de Sant Jeroni, fue sustituido en 1940 por el de Emili Rabell y Josep M. Sarrate, más fiel a los evangelios. En un teatro creado para estas representaciones, con una capacidad para 2.000 personas, se sigue celebrando con éxito en Semana Santa, en castellano y en catalán, Cristo Misterio de Pasión. El popular Aquelarre goza de unas características muy distintas, se celebra a finales del mes de agosto desde 1978, es de carácter lúdico, y representa una evocación del mundo de las brujas y homenaje al mundo mágico y festivo, con pasacalles, correfocs (desfiles en que animales fantásticos vomitan fuego y petardos, conducidos por los diablos), bailes de diablos y la llamada Feria del Gran Chivo. En Mollerussa, la capital del Pla d’Urgell, en torno a las fiestas de santa Lucía (13 de diciembre), patrona de las modistas, se celebra desde 1964 el 53

popular Concurso Nacional de Vestidos de Papel, que abarca un ámbito supracomarcal. Organizado por la Societat Cultural i Recreativa l’Amistat, acoge un desfile de pasarela de modelos confeccionados con papel, de gran fama y participación. En Balaguer, en la Noguera, el segundo fin de semana de julio se celebra una de las fiestas hoy más populares de las Terres de Lleida, la Transsegre, carrera de embarcaciones de fabricación casera que bajan río abajo desde Camarasa a Balaguer, desde el sábado por la tarde hasta el domingo por la mañana. Por la noche, en el parque del Transsegre, hay baile y fiesta hasta la madrugada. Entre las fiestas dedicadas a los rituales agrícolas que pautan el ciclo anual de las labores del campo, destacan las que se celebran en La Fuliola (Urgell) en dos tandas: la fiesta de la siega, la última semana de junio, con la demostración de la siega del trigo hecha a la manera tradicional, y la fiesta del trillo, quince días más tarde, en que se separa el grano de la cáscara también a la manera tradicional. La vendimia es otro momento decisivo en la vida agrícola leridana, y a principios de octubre se celebran, entre otras, la Fiesta de la Vendimia de Raimat (Segrià), uno de los centros de los acreditados vinos de la D.O. Costers del Segre, en la que, además de una gran comida de hermandad, se hacen representaciones mitológicas como la de la serpiente y un concurso de prensada de uva. La Fiesta del Vino y la Vendimia de Verdú (Urgell) muestra la vendimia, el transporte de la uva y la elaboración del mosto según los métodos tradicionales como la “piada”, pisado de la uva con los pies. Las comidas colectivas tienen también mucha solera. Son buenos ejemplos de ello el Ranxo de Ponts (Noguera), popular celebración con 54

Fuegos artificiales en el Parc del Segre de Lleida

Fiestas de la vendimia («piada») en Verdú

motivo del Carnaval (febrero), cuando, además de los pasacalles del miércoles de ceniza, el jueves lardero y el entierro de la sardina se celebra una comida multitudinaria para vecinos y visitantes, o el Aplec del Caragol de Lleida, más concurrido encuentro del país, en el que se juntan, en el marco de las fiestas de mayo de Lleida, cuadrillas y peñas para degustar toneladas de caracoles, producto estrella de la gastronomía de la huerta. Dicho encuentro ha sido declarado fiesta de interés turístico nacional y también de interés tradicional. El Aplec de les Cassoles del Tros de Juneda, por la Pascua de Pentecostés, tiene lugar en esta población; durante dicho encuentro se realiza un concurso de la mejor elaboración de este popular guiso entre varias cuadrillas.

los Pastorcillos, las cabalgatas de Reyes, los Tres Tombs por san Antonio Abad, el carnaval, san Juan, las brillantes fiestas mayores de verano, etc.—, además de ferias y mercados como la Fiesta de la Manzana de Barbens, la Feria del Turrón de Agramunt, la Feria de la Perdiz de Vilanova de Meià, la Feria de Santa Caterina en Arbeca con la Muestra del Perro Cazador, el Mercado Medieval de Guimerà con la recuperación de antiguos oficios, o el Mercado Romano de Guissona, que evoca la antigua Iesso romana. Tienen especial relevancia las ferias agrícolas de Lleida: la Feria de Sant Miquel, Eurofruit, Agrícola de los Pirineos, etc.

Es imposible detallar el gran número de fiestas de estas tierras, desde las que van pautando el paso del año litúrgico —santa Lucía, la representación de 55

Deportes y naturaleza

Las Terres de Lleida ofrecen varias y atractivas modalidades de los deportes praticados en la naturaleza, tanto en el sector montañoso del Montsec como en las llanuras de la depresión central y siguiendo el curso de los canales de regadío. Una de las áreas más conocidas y prestigiosas es la zona de vuelo libre del valle de Àger, orientado de este a oeste y con condiciones climatológicas excelentes para los vuelos dinámicos, entre el Montsec y la sierra del Port d’Àger y entre los dos ríos Noguera. Hay un buen número de puntos de despegue —Raudoral, Gabrieló, Coll d’Ares, Sant Alís— y de aterrizaje —Camp del Vertet, Camp de Tarrits— señalizados y es fácil encontrar otros alternativos. Esta tradición de la práctica del vuelo libre se ha consolidado tanto por la creciente participación de aficionados como por las competiciones nacionales e internacionales, como el Campeonato del Mundo de Ala Delta, que ha facilitado la presencia de voladores de todo el mundo. La modalidad más practicada es el parapente, que consiste en lanzarse al vacío desde la pendiente de una montaña suspendido en un planeador 56

ultraligero flexible, que las corrientes de aire hacen subir, bajar y girar con el viento, hasta volver a tocar con los pies en el suelo. El ala delta es un planeador semirígido de poco peso que permite elevarse y aterrizar a pie, y que se gobierna dirigiendo el peso del piloto. Permite recorrer grandes distancias aprovechando las corrientes térmicas. También se practica el vuelo en globo aerostático, en ultraligero, el vuelo sin motor, la vela, el paramotor, etc. Existen una serie de empresas y escuelas que ofrecen cursillos, bautizos de vuelo, vuelos con guía, oferta de material, etc. La escarpada cordillera del Montsec y sus contrafuertes forman una zona muy adecuada para la escalada, tanto por la belleza del lugar como por los distintos grados de dificultad que pueden afrontarse. Cuenta con parajes tan estimados por los deportistas como el desfiladero de Terradets, las áreas del pantano de Camarasa (Agulla del Bisbe en los riscos de Santa Linya, Agulla del Pont Penjat) y del pantano de Sant Llorenç de Montgai (Paret de l’Os) y la sierra de Mont-roig. El excursionismo de montaña y el senderismo tienen también en este sector unas posibilidades enormes: travesía del Montsec de Rúbies, ascensión al pico de Mirapallars y Urgell,

Pantano de Camarasa con el Montsec al fondo

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Ala delta en el valle de Àger

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ascensión al Montsec d’Ares por las canales del Embut o de Xurulla hasta el pico de Sant Alís, la travesía del desfiladero de Mont-rebei por Corçà y la ermita de La Pertusa. La espeleología presenta parajes muy interesantes en el término de Vilanova de Meià, cerca de los núcleos de Lluçars y Tòrrec. Los principales senderos de gran recorrido son el GR-1, el sendero transversal que va de la Costa Brava a los Pirineos, y el sendero GR-3, que atraviesa el interior de Cataluña. Los pantanos del sector septentrional, especialmente los de Camarasa y Canelles, además de los de Santa Anna y Sant Llorenç, son lugares idóneos para la práctica de los deportes náuticos. Otras actividades de naturaleza son el cicloturismo, tanto el paseo en bicicleta por las zonas que bordean el canal de Urgell y otros canales de regadío (Pinyana, Seròs, etc.) como

la bicicleta todo terreno en parajes más ásperos, o la marcha a caballo. Centros excursionistas y centros de BTT organizan rutas con temas conductores como la fruta en el Segrià, el aceite en las Garrigues, los monumentos en el Urgell, las torres de vigilancia en la Segarra, etc. También se ha implantado el golf, con el campo de Raimat y los pitch & putt de Bellpuig y Torre-serona. El recuperado lago de Ivars y Vila-sana es un espacio natural de gran interés dotado de servicios y equipamientos. Acoge una rica diversidad biológica en que destaca la fauna, especialmente las aves. La modalidad de establecimientos de turismo rural tiene mucha incidencia en las comarcas de la Noguera y la Segarra, y facilita el turismo de deporte y naturaleza.

Cicloturismo

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Información general

Departament d’Empresa i Ocupació Direcció General de Turisme Pg. de Gràcia, 105 08008 Barcelona Tel. 934 849 500 gencat.cat/empresaiocupacio Agència Catalana de Turisme Pg. de Gràcia, 105 08008 Barcelona Tel. 934 849 900 www.catalunya.com Serveis Territorials a Lleida Av. Segre, 7 25007 Lleida Tel. 973 728 000 Patronat de Turisme de la Diputació de Lleida Ara Lleida Rbla. Ferran, 18, 3r 25007 Lleida Tel. 973 245 408 www.lleidatur.cat

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Consejos comarcales Garrigues Av. Francesc Macià, 54 25400 Les Borges Blanques Tel. 973 142 658 www.turismegarrigues.com Noguera Pg. Angel Guimerà, 28-30 25600 Balaguer Tel. 973 448 933 www.nogueraturisme.cat Pla d’Urgell Prat de la Riba, 1 25230 Mollerussa Tel. 973 711 313 www.plaurgell.cat Segarra Pg. Jaume Balmes. 3 25200 Cervera Tel. 973 531 300 www.ccsegarra.cat

Segrià Canyeret, s/n 25007 Lleida Tel. 973 054 800 www.segria.cat Urgell Agoders, 16 25300 Tàrrega Tel. 973 500 707 www.urgell.cat

Información turística Barcelona 08008 Pg. de Gràcia, 107 (Palau Robert) Tel. 932 388 091 gencat.cat/probert Lleida 25001 Turó Seu Vella, Edifici Canonja Tel. 973 238 446 Lleida 25007 Pl. Edil Saturni, 1 Tel. 973 032 997 Alguaire 25125 Aeroport Lleida - Alguaire Tel. 973 032 744 www.aeroportlleida.cat

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Mapa de las Terres de Lleida

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© Generalitat de Catalunya Departament d’Empresa i Ocupació Agencia Catalana de Turisme Fotografias: O. Alamany, J. Balanyà, F. Bedmar, J. Borrell, F. Guillamet, J. Pareto, R. Peña, T. Vidal, consells comarcals de les Garrigues, Segarra und Urgell, Turisme de Lleida, Ignasi Iglesias (I.R.T.A.) und Mario Krmpotic. Impresión: EADOP D.L.: B-24201-2013 Printed in EU

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