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AUNAR Asociación Unidad Argentina

TERRORISMO SUBVERSIVO EN LA ARGENTINA PARTE DE UNA RED INTERNACIONAL Si bien en su momento la opinión pública no llegó a dimensionar el alcance de esta supranacional del terrorismo latinoamericano, la Junta Coordinadora Revolucionaria (JCR) fue una pieza clave de la Guerra Fría. Su concepción y lanzamiento tuvieron como objetivo estratégico la unión de seleccionados grupos subversivos que existían en cada país del Cono Sur del continente, su depuración ideológica, la planificación coparticipada en acciones revolucionarias y la coordinación y apoyo en aspectos políticos, militares, técnicos, de formación de cuadros y de propaganda. Por amor al odio, Carlos Manuel Acuña, tomo 1, página 256.

Buenos Aires, septiembre de 2007

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ÍNDICE PRÓLOGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3

TERRORISMO SUBVERSIVO EN LA ARGENTINA. PARTE DE UNA RED INTERNACIONAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5 LA GUERRA FRÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5 -La polarización del poder . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5 -Se realza el papel de la ideología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .6 REPERCUSIÓN EN LA ARGENTINA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .8 -Se reconoce la influencia externa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9 -La Cancillería condena el apoyo de Cuba y de la URSS a los movimientos subversivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .10 -Surge el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) . . . . . . .11 -Nosotros no pensábamos en la democracia . . . . . . . . . . . . . . . . . . .12 -El Ejército Guerrillero del Pueblo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .13 -El apoyo internacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .16 -El botín del rescate del secuestro de los hermanos Born . . . . . . . .27 -La conducción montonera se instala en Cuba . . . . . . . . . . . . . . . . .28 EXPANSIÓN DEL SOCIALISMO EN AMÉRICA LATINA – LA TRICONTINENTAL .28 -Otros argentinos en la Tricontinental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30 -Más visitas a Cuba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .32 ORGANIZACIÓN LATINOAMERICANA DE SOLIDARIDAD (OLAS) . . . . . . . . .33 -Bases para la Junta de Coordinación Revolucionaria . . . . . . . . . . .34 -Tres columnas fundacionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .35 LA JUNTA DE COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA (JCR) . . . . . . . . . . . . . . .36 -La Escuela Internacional de Cuadros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .38 -Definen la “guerra revolucionaria” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .38 -Lazos con Europa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .39 -4410 argentinos subsidiados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .40 LA JCR Y LA OPERACIÓN CÓNDOR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .42 LOS MONTONEROS Y SUS RELACIONES CON LA OLP . . . . . . . . . . . . . . . .43 -Lo que sabía el 601 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .45 -La “contraofensiva” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .45 TERRORISTAS ARGENTINOS EN NICARAGUA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .47 -El asesinato de Somoza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .48 CONCLUSIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .51 Notas y Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .53

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PRÓLOGO Este trabajo intenta llenar el espacio vacío existente en los análisis que se han realizado hasta el presente sobre el terrorismo en la Argentina. Tratará de demostrar que el mismo formó parte de una red terrorista internacional. Creemos que no es válido sostener, como hacen algunos, que el terrorismo en la Argentina no fue “terrorismo internacional” porque sucedió dentro de las fronteras de nuestro país, y solo involucró directamente a nuestra población. Nuestra sociedad sigue siendo desinformada en este aspecto a través de personas que, persiguiendo intereses espurios, manifiestan que lo sucedido fue solo un tema interno. Es un argumento tan falaz como el calificativo de “jóvenes idealistas, inocentes e indefensos”, que pregonan hoy los “revolucionarios” de entonces y los “progresistas” del presente. Es fascinante introducirse en el estudio de la información disponible, en buena parte obtenida de lo escrito por los propios integrantes de las bandas terroristas, y así poder verificar la dependencia que el terrorismo argentino tuvo, por ejemplo, del régimen cubano. Al avanzar en este estudio, resulta notable ver que en nuestro país, en el que se ha acuñado y puesto en uso el término de “terrorismo de estado” (entre algunos estratos judiciales, autoridades nacionales y entre los grupos que se dicen defensores de los derechos humanos), existió indudablemente la influencia no admitida oficialmente del “terrorismo de estado cubano” en la evolución del terrorismo argentino. Solo cabría preguntarse sobre el grado que alcanzó dicha influencia. Similar paradoja ocurre con la organización terrorista Junta de Coordinación Revolucionaria (JCR), de la cual oficialmente nadie habla, a pesar de que la misma fue creada con bastante antelación a la Operación Cóndor, de la que sí se habla permanentemente. La dependencia que tuvo el terrorismo argentino del régimen cubano ha sido importantísima pero no excluyente. También fue de importancia superlativa la relación de los Montoneros con la Organización de Liberación de Palestina (OLP), o la formación de la mencionada Junta de Coordinación Revolucionaria que reunió a terroristas de Chile, Bolivia, Uruguay y Argentina, o la actividad desplegada por terroristas argentinos en la revolución sandinista en Nicaragua. Creemos que la lectura de este informe puede dejar meridianamente claro a quien la haga que el terrorismo argentino formó parte de una extensa red terrorista internacional. Esperamos también que este trabajo sirva para que al menos algunos sectores de la sociedad tomen conciencia de que la información que reciben de los medios en la actualidad está tendenciosamente orientada a divulgar sólo una parte de la verdad. Pero nuestro mayor deseo es que, conociendo adónde conducen los desencuentros entre argentinos, podamos de una vez y para siempre aprender que para vivir en paz es necesario promover y sostener la justicia y la verdad. Eso sí, una Justicia imparcial y una Verdad completa.

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TERRORISMO SUBVERSIVO EN LA ARGENTINA PARTE DE UNA RED INTERNACIONAL

En esta reseña analizaremos cuáles han sido los antecedentes internacionales que sirvieron de fundamento y apoyo a los grupos terroristas que actuaron en nuestro país. No se puede hacer un análisis integral de la génesis y la evolución del terrorismo en la Argentina sin hacer referencia a estos antecedentes, ya que el proceso local y el internacional han estado íntimamente relacionados. Con mucha frecuencia y por distintos medios se difunden en la opinión pública referencias falaces acerca de los verdaderos fundamentos ideológicos, políticos o económicos que caracterizaron al terrorismo en nuestro país en la década de los años sesenta y setenta. Por ejemplo, no son casuales las declaraciones acerca de que “el terrorismo argentino no era internacional, sino local” o que “el Plan Cóndor respondía sólo al interés de gobiernos militares de países sudamericanos, con el propósito de perseguir a los opositores políticos”. El objetivo de este trabajo será el de demostrar que el terrorismo argentino formó parte de una red terrorista internacional.

LA GUERRA FRÍA Al finalizar la Segunda Guerra mundial, el equilibrio del poder mundial cambió notoriamente y pasó a ser totalmente diferente del que lo había precedido. La rivalidad soviético-norteamericana fue el eje sobre el cual girará el escenario mundial durante décadas. Frederick H. Hartmann en su libro Las relaciones internacionales (1) denomina a la Guerra Fría como “la paz intranquila”. “A partir de 1945 los Estados Unidos tuvieron el monopolio de las bombas atómicas que amenazaban con provocar sobre cualquier futuro enemigo una devastación tan horrible como la que se había producido en Hiroshima y Nagasaki […] Aunque los rusos en esta época marchaban claramente detrás en la creación de bombas y sistemas de lanzamiento, avanzaron mucho más de prisa de lo que habían calculado los norteamericanos [… y] no pasó mucho tiempo […] antes de que Moscú empezase a ponerse a la altura de [ellos] y demostrase así su afirmación de que el monopolio de los EE.UU. sobre esta arma había sido solamente una fase pasajera […] El invento de las armas atómicas transformó el ‘panorama estratégico’, ya que dio a cualquier Estado que las poseyese la capacidad de una destrucción indiscriminada y en masa, incluso de la propia Humanidad.” (2) POLARIZACIÓN DEL PODER Fue así como en el esquema de poder mundial, “solo contaban los Estados Unidos y la URSS y, de las dos, la ‘superpotencia’ norteamericana era muy superior” (3) tanto en poder económico como militar. Ambos bloques, el soviético y el norteamericano, competían por lograr su expansión en el resto del mundo. Los primeros extendieron sus fronteras territoriales en forma manifiesta,

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controlando los países satélites [ocupados] en Europa. (4) Los segundos, tratando de contener ese avance, produciéndose una “lucha incesante entre [las] dos superpotencias en el ámbito internacional.” (5) “En el decenio de los [años] 50 ambas superpotencias no solo mantuvieron una capacidad [militar] convencional enorme sino que comenzaron a desarrollar una capacidad nuclear tan grande que la de una u otra superpotencia superaba con creces, por si sola, la capacidad controlada por cualquier otro estado o grupo de estados. El predominio [de una u otra] terminó a raíz del restablecimiento de otros centros de poder, [como Gran Bretaña o Francia, que demostraron] su renuencia a desempeñar el papel de peones en la competencia entre las dos superpotencias y la escala de la carrera nuclear de éstas. La mayoría de los países del mundo se convencieron de que la ‘victoria’ en una guerra se había convertido en sinónimo de destrucción mutua.” (6) Al equilibrarse la balanza y al controlarse mutuamente el uso del poder nuclear, ninguna de las dos superpotencias adquirió la posibilidad de que una aventajara a la otra. En consecuencia, la capacidad militar se vio en cierta manera, restringida. Por ejemplo, “la represión soviética a la rebelión húngara en 1956, la negativa norteamericana de permitir la instalación de armas ofensivas rusas en Cuba en 1962 o la ocupación soviética de Checoslovaquia en 1968, fueron [hechos consumados] aceptados por la parte contraria.” (7) De todas maneras “la situación de empate y punto muerto entre las dos naciones no significó el congelamiento de sus posiciones relativas, desde un punto de vista estratégico.” (8) “Pero como el choque de intereses era inevitable,” (9) ambas cambiaron las formas de influir en otros países para lograr atraerlos a sus respectivas órbitas de control. SE REALZA EL PAPEL DE LA IDEOLOGÍA Y en ese contexto, un “elemento que pareció recalcar que el mundo debía ser ahora considerado, estratégica y políticamente, como bipolar y no en su forma multipolar tradicional, fue el realzado papel de la ideología.” (10) Winston Churchill pronunció, en el Westminster College de Fulton, Missouri, en marzo de 1946 ese famoso discurso en el que afirmó que “Desde Stettin, en el Báltico, a Trieste, en el Adriático, ha caído sobre el continente un telón de acero.” Detrás de este ‘telón de acero’, llamado también ‘cortina de hierro’, la “naturaleza ideológica de la guerra fría entre Rusia y Occidente se puso sobradamente de manifiesto. Las crecientes señales de que Rusia no permitiría democracias de tipo parlamentario en la Europa oriental, el mero volumen de las fuerzas armadas rusas, la guerra civil entre los comunistas y sus adversarios en Grecia, China y otras partes, y, pero no menos importante, el miedo creciente a la ‘amenaza roja’, las redes de espías y la subversión interna, condujeron a un cambio masivo en los sentimientos norteamericanos, al que respondió con prontitud la administración Truman. En su discurso de la ‘Doctrina Truman’ de marzo de 1947 […] el presidente describió un mundo que tenía que elegir entre dos series de principios ideológicos: Un estilo de vida se funda en la voluntad de la mayoría y se distingue por instituciones libres, gobierno representativo, elecciones libres, garantías de la libertad individual, libertad de expresión y de religión y liberación de la opresión política. El segundo estilo de vida se funda en la voluntad de una minoría, impuesta por la fuerza a la mayoría. Se funda en el terror y la opresión. Una prensa controlada, elecciones amañadas y supresión de la libertad personal”. (11) Es así como la guerra fría pasó a ser “un potpourri de acciones diplomáticas, agresiones ver-

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bales, violencia solapada, asesinatos y luchas abiertas en frentes variables. Raramente se alcanza la paz, no se respetan los acuerdos, países divididos se mantienen desmembrados, y todos hablan de paz y de desarme al mismo tiempo que de revolución e intervenciones armadas y de países abusados.” (12) Resumiendo, y a los fines de aclarar más los conceptos propuestos, se puede identificar la expansión mundial del marxismo como “un conflicto ideológico y de hegemonía, en desarrollo a escala mundial [… y que] en una esquematización general, el mismo confronta a dos grandes grupos o bloques de naciones designados comúnmente como ‘capitalismo, occidente, mundo libre, oeste’, etc. por una parte y como ‘marxismo, área socialista, países comunistas’, etc. por la otra”. (13) “Si bien la naturaleza global del conflicto hace que se hallen involucrados en él todas las naciones de la tierra, ellas lo hacen de manera diferente de acuerdo con su gravitación y compromiso en el mismo, pero siempre confrontando la naturaleza dual de poder e ideología del marxismo”. (14) Es en este contexto mundial en el que Cuba pasa a la órbita de la Unión Soviética. Escribe Valentin Lariónov, general mayor del ejército soviético e historiador militar, en su libro Las Guerras Locales del Imperialismo: “La revolución cubana condujo a la fundación en el continente americano del primer estado libre de la dominación imperialista y demostró que un pueblo que emprende firmemente el camino de las transformaciones revolucionarias, puede alcanzar la plena independencia y soberanía y rescatar las riquezas nacionales usurpadas por los monopolios norteamericanos. La revolución [cubana]… marcó el inicio de un viraje cardinal en el desarrollo histórico de todo el continente… rompió las cadenas del yugo imperialista en América Latina y condujo a la creación del primer estado socialista en el hemisferio occidental.” (15) Lo que pasó en Cuba fue que “en 1958 el dictador Fulgencio Batista falló en su intento de aplastar al Movimiento [revolucionario] 26 de Julio de Fidel Castro. El 1º de enero de 1959, Batista huyó de Cuba y Fidel Castro tomó el poder. Al cabo de una semana, los Estados Unidos reconocieron al nuevo gobierno pero las relaciones entre ambos se deterioraron a medida que Castro suprimía las libertades civiles y ejecutaba a muchos de sus antiguos opositores […] Castro se proclamó un marxista leninista convencido y, en el verano de 1962, su hermano Raúl, ministro de Relaciones Exteriores, y Ernesto Guevara, ministro de Finanzas, viajaron a Moscú con el propósito de negociar los envíos de armas y disponer lo necesario para recibir a técnicos rusos en Cuba.” (16) Manifiesta Claire Sterling en su libro Terrorismo, la Red Internacional, que “casi todos los tipos de grupos guerrilleros armados, antiestalinistas o trotskistas, dedicados a destruir los centros vitales del ‘imperialismo multinacional’, han contado con la simpatía discreta del Kremlin”. (17) Agrega que “en el verano de 1968 la Unión Soviética obligó a Fidel Castro a [aceptar] un acuerdo secreto mediante el que Cuba cedió el control soberano de su política extranjera al Kremlin y consignó su servicio de inteligencia, la Dirección General de Inteligencia cubana (DGI), al Comité de Seguridad de Estado soviético, el Komitet Gosurdarstvénnoe Bezopasnosti (KGB)… [De] pocas de las bandas terroristas que se mencionan [en el libro] se puede demostrar que tengan enlaces directos con la Unión Soviética, pero ninguno hubiera podido comenzar o seguir adelante sin la ayuda de La Habana, la Resistencia Palestina o ambas”. (18) En un reciente número de Le Monde Diplomatique, edición para el Cono Sur, el director para dicha área, Carlos Gabetta, reconoce que “Cuba recibió de los países socialistas [es decir,

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de la URSS] 80.000 millones de dólares de ayuda en sus primeros 30 años de revolución, sin incluir la ayuda militar.” Y, haciendo una extraña disculpa, agrega: “En honor de la Revolución Cubana y de sus dirigentes, debe insistirse en que todo ese dinero no fue a parar, como ha ocurrido sistemáticamente en las ‘democracias’ latinoamericanas, a manos de una burguesía corrupta y expoliadora. En Cuba se utilizó para construir hospitales y escuelas, y para mejorar el nivel de vida de la gran mayoría de la población. También para un generoso esfuerzo internacionalista –no solo en dinero, sino en todo tipo de solidaridad, hasta el sacrificio de vidas humanas- dirigido a los movimientos progresistas y revolucionarios de América Latina y del Tercer Mundo.” (19) Se puede afirmar entonces que en el escenario latinoamericano, y en cierta forma también en el europeo, la ideología se tradujo en empujar a grupos terroristas a la revolución y a la toma del poder por medio de las armas en sus respectivos países, como veremos en detalle más adelante. Las formas de este empuje pasaron a llamarse ‘guerra revolucionaria’, o ‘guerra de guerrillas’, o ‘guerra subversiva’. A nosotros nos quedan claros dos conceptos: por un lado que fue una verdadera guerra y de las más difíciles de combatir. Por el otro, que llámese como se llame a esa guerra, lo que hicieron estos grupos fue lisa y llanamente, el empleo del terror, o sea, terrorismo.

REPERCUSION EN ARGENTINA Fabián Bosoer, en su libro Generales y Embajadores manifiesta que “el período 62-66 tiene, como marco externo, un recrudecimiento de la guerra fría y una inserción inducida de la Argentina en la contienda E-W que se instala en el continente y llevará a la imposición de dictaduras militares en la totalidad del cono sur.” (20) Entre los acontecimientos que se produjeron a raíz de esa inserción en el conflicto E-W y que demuestran la dependencia del exterior que tuvieron los grupos terroristas argentinos, podemos mencionar, a modo de evidencia, y, en este caso particular, con relación a los aspectos ideológicos, que “el 6 de septiembre de 1974, [la agrupación terrorista] Montoneros pasó a la clandestinidad. También en ese mes, el jefe montonero Mario Eduardo Firmenich llegó a Moscú, llevado de la mano por la inteligencia cubana [y previas coordinaciones efectuadas por José Ber Gelbard, ministro de Economía y miembro del Partido Comunista Argentino]. Al mes siguiente de su estadía en la Unión Soviética, en una casa abandonada del barrio porteño de Belgrano, Firmenich realizó una conferencia de prensa para las agencias TASS, Prensa Latina, EFE y el diario Le Monde, en la que se proclamó ‘marxista-leninista’. No fue el primero ni sería el último en reconocer la adscripción de la guerrilla al Marxismo-Leninismo”. (21) Según Gilbert, (22) “Gelbard pensó en más de una ocasión que ‘el brujo’ [Lopez Rega] planeaba asesinarlo. Los Montoneros dejaron resumidos en [un] memorando [los] encuentros con ‘el ruso’ [Gelbard] y los acuerdos y las diferencias que tuvieron. [Los Montoneros, como] un gesto de respaldo a esa gestión [de Gelbard y los contactos con la URSS], designaron como enviado especial a Moscú, a Miguel Bonasso, director del matutino Noticias.” Bonasso es actualmente diputado de la Nación, aunque su partido dejó de existir por falta de adherentes. No se puede negar que la génesis del terrorismo en los años sesenta y setenta en nuestro

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país estuvo enmarcada en la situación descripta. Si no, gobiernos democráticamente elegidos por la sociedad argentina, no hubieran dictado los decretos que comentaremos a continuación. Es necesario recordar estos antecedentes ya que forman parte de nuestra historia oficial, la que está plasmada en documentos como estos. Es la historia que no se puede falsificar ni ignorar, como se hace en la actualidad. En los considerandos de esos decretos ya se reconocía la calidad de internacional de la guerra desatada por las bandas terroristas. Nos referimos al decreto Nº 2.452 del 6 de septiembre de 1975, dictado por la entonces presidente de la Nación, M. E. M. de Perón, en el que se afirmaba que “... el país padece el flagelo de una actividad terrorista y subversiva que no es un fenómeno exclusivamente argentino. Que tal internacionalización dificulta en gran medida la total represión del terrorismo y el proceso de pacificación argentino, lo que exige extremar las medidas tendientes a este objetivo... Que esa actitud configura el delito de sedición... Que nada justifica la asociación ilícita creada para la violencia y los hechos que la produzcan y la fomenten... Que en tal situación se encuentra el grupo subversivo Montoneros sea que actúe bajo esa denominación o cualquier otra…” El decreto, que fue rubricado por los ministros del Interior, coronel Vicente Damasco, de Defensa, Jorge E. Garrido, de Bienestar Social, Carlos Emery, de Economía, Ernesto Corvalán Nanclares, de Trabajo, Carlos Ruckauf y el de Cultura y Educación, Pedro Arrighí, declaró ilegal el accionar de la banda terrorista Montoneros. (23) SE RECONOCE LA INFLUENCIA EXTERNA Otro decreto, el Nº 157 del 13 de diciembre de 1983, dictado cuando el Dr. Raúl Alfonsín era presidente, en sus considerandos decía: “…en el mes de mayo de 1973 los órganos constitucionales de la legislación sancionaron una amplia y generosa amnistía, con el propósito de poner punto final a una etapa de enfrentamientos entre argentinos, y con la aspiración de que esa decisión de los representantes del pueblo sirviera como acto inaugural de la paz que la Nación anhelaba […] El cumplimiento de ese objetivo se vio frustrado por la aparición de grupos de personas los que, desoyendo el llamamiento a la tarea común de construcción de la República en democracia, instauraron formas violentas de acción política con la finalidad de acceder al poder mediante el uso de la fuerza [...] La actividad de esas personas y sus seguidores […] sumió al país y a sus habitantes en la violencia y en la inseguridad, afectando seriamente las normales condiciones de convivencia […] la dimensión que alcanzaron estos flagelos en la sociedad argentina no puede explicarse solo por motivos nacionales, debe reconocerse la existencia de intereses externos que seleccionaron nuestro país para medir sus fuerzas.” Este decreto disponía acerca de la necesidad de promover la persecución penal, con relación a los hechos cometidos con posterioridad al 25 de mayo de 1973, contra [...] los terroristas M. Firmenich, F. Vaca Narvaja, R. Obregón Cano, R. Galimberti, R. Perdía, H. Pardo y E. Gorriarán Merlo [...] por los delitos de homicidio, asociación ilícita, instigación pública a cometer delitos, apología del crimen y otros atentados contra el orden público, sin perjuicio de los demás delitos de los que resulten autores inmediatos o mediatos, instigadores o cómplices. Agregaba el decreto que “… no puede ser obstáculo para esta persecución que algunas acciones hayan acontecido en el extranjero, en virtud de lo dispuesto por el Art. 1, inc. 1 del Código Penal.” Si bien este decreto adoleció de varios olvidos en cuanto a los terroristas que podían figurar en el mismo, y que con posterioridad no se asumió ninguna acción de persecución penal, el hecho importante para este trabajo es el de que un gobierno constitucional reconoció la existencia de influencias del exterior.

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LA CANCILLERÍA CONDENA EL APOYO DE CUBA Y LA URSS A LOS MOVIMIENTOS SUBVERSIVOS Y en tren de recordar antecedentes que han quedado registrados, en este caso en forma ‘semi oficial’, tenemos la información contenida en la publicación Historia general de las relaciones exteriores de la República Argentina, obra que ya consta de quince tomos. (24) Decimos ‘semi oficial’ por que si bien no es una publicación reglamentaria de la Cancillería, ha tenido el apoyo de los últimos gobiernos constitucionales. Del tomo XIII, extraemos los siguientes datos relacionados con este trabajo. Bajo el subtítulo ‘Las relaciones con la Unión Soviética’ se explica que ‘cuando asumió la presidencia el Dr. Arturo Illia en 1963, se registró un acercamiento en los vínculos comerciales entre Buenos Aires y Moscú, especialmente debido a la anulación de los contratos petroleros que había firmado el presidente Frondizi con empresas norteamericanas. Incluso el Partido Comunista Argentino (PCA), mediante una declaración de apoyo de su primer secretario, Victorio Codovila, respaldó la medida. Otro gesto del gobierno de Illia que generó una repercusión positiva en el PCA y en autoridades del Kremlin y La Habana, fue la negativa a participar con tropas en la Fuerza Interamericana de Paz enviada a la República Dominicana, liderada por los Estados Unidos.’ No obstante, la posición adoptada por el gobierno nacional– aunque no exenta de ambigüedades y titubeos– no implicó una actitud pro-soviética o pro-cubana. Muy por el contrario, la Cancillería argentina asumió una actitud de condena respecto del apoyo de Cuba y de la Unión Soviética a los movimientos subversivos de izquierda, posición que ambos gobiernos (el cubano y el soviético) habían explicitado en la primera conferencia de Solidaridad con los pueblos de Asia, África y América Latina, más conocida como la Tricontinental, realizada en La Habana en enero de 1966, así como en la creación de la Organización Latinoamericana de Solidaridad, (OLAS) donde el régimen de Fidel Castro tuvo un papel protagónico, como veremos más adelante. ‘La posición argentina de rechazo a la estrategia cubano-soviética de ‘exportación de la revolución’ se tradujo en una carta que el canciller Zavala Ortiz envió el 5 de marzo de 1966 al embajador soviético en Buenos Aires y en las expresas instrucciones que se dieron al embajador en Moscú, Lucio García del Solar. Ambos elementos manifestaron con similares conceptos a las autoridades soviéticas, la preocupación con que el gobierno argentino veía el apoyo de la Unión Soviética a los movimientos subversivos en América Latina.’ Podemos leer también en esa publicación que en ambos gobiernos, el de Frondizi y el de Illia, ‘se registró una oposición al aislamiento de Cuba como el instrumento más eficaz para enfrentar la exportación del modelo castrista en la región. Ambas delegaciones argentinas se opusieron a las opciones extremas: a la de los partidarios de aplicar sanciones a Cuba versus la de los no intervencionistas. En el primer caso, el canciller de Frondizi, Miguel Ángel Cárcano se abstuvo de expulsar a Cuba del sistema interamericano; en el segundo caso, si bien canciller Miguel Ángel Zavala Ortiz votó con la mayoría de los miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) la resolución que aconsejaba la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales con la isla, se opuso a una acción armada inmediata y optó por advertir que dicha acción podría tomarse a futuro si el régimen castrista persistía en su actitud de promover agresiones revolucionarias contra cualquier estado miembro de la organización.’ Por supuesto, pese a que las agresiones continuaron, esta última advertencia nunca llegó a materializarse y ninguna de las demás acciones diplomáticas llevadas a cabo se tradujo en resultados eficaces para evitar el problema.

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SURGE EL PRT Otras evidencias del carácter internacional del terrorismo argentino se enmarcan también en relación a aspectos metodológicos. Sabemos que una vez defenestrado el stalinismo en Rusia, luego del fallecimiento de su líder, resurge el trotskismo, polarizándose en la IV Internacional. De su Congreso de Reunificación en 1963, surge posteriormente en nuestro país el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Dentro de las escisiones internas de esta IV Internacional, triunfan los partidarios de los métodos violentos para la toma del poder, y en el Vº Congreso del PRT (julio de 1970), como dato definitorio, se crea el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). (25) Fueron miembros de esta IV Internacional los argentinos Hugo Miguel Bressano, alias Nahuel Moreno, y Juan Posadas, ambos trotskistas de reconocida actuación en nuestro ámbito obrero. ¿Cómo se puede sostener entonces que el terrorismo en la Argentina haya sido exclusivamente de extracción nacional? Todos los grupos terroristas o guerrilleros en el mundo, y en esa coyuntura histórica, accionaban según doctrinas fundadas en las distintas interpretaciones que derivaron de las teorías de Marx y Engels. Cada una de estas interpretaciones tuvo una visión diferente acerca de la forma de llegar a instaurar en todo el planeta la ‘revolución del proletariado’. Pero todas coincidían con el objetivo de la toma del poder por medio de la lucha armada, y ninguna abjuró del uso de las armas, del terror y de la violencia. Para Marx y Engels, el camino era la lucha de clases. Para Lenin, se lograría con la expansión de la revolución mundial. Para Stalin, priorizando la revolución ‘en casa’. Para Trotski, con la revolución permanente e internacional, lo mismo que para Mao Tse Tung. Lo que los diferenciaba eran matices. Para unos la conquista del poder tenía que ser mediante focos revolucionarios en el interior de un país, y crear varios puntos desde los cuales poder esparcir la revolución. Para otros tenía que ser un solo foco, en una zona alta del lugar o país a conquistar, e ir bajando desde allí la ‘revolución proletaria’, emulando lo que Castro hizo en Cuba desde la Sierra Maestra. En algunos países, cuando los grupos aludidos, como sucedio, no obtuvieron en las zonas interiores el apoyo del campesinado, recurrieron a la guerrilla urbana. Otros, como lo fueron algunos grupos chinoístas, sostenían que debían hacer la guerra permanente mediante operaciones logísticas para obtener dinero y armas y con eso mantener las fuerzas listas a operar en un determinado instante. Al llegar este, se debía sacar a relucir toda la preparación previa de sus huestes y todo el armamento acopiado para accionar en el momento oportuno, generalmente relacionado con la apreciación de los cabecillas de que el gobierno a atacar estuviera en su punto de mayor debilidad y vulnerabilidad, y así dar el golpe para hacerse cargo del poder. No ha habido ningún grupo guerrillero terrorista que no haya estado influido por estas ideas, ni exento del apoyo que los centros de poder internacionales afines les brindaban. Con alguna excepción particular, como puede ser la del Partido Obrero, que propiciaban solo los movimientos insurreccionales de masas, todos los demás instaban por la toma del poder mediante la lucha armada. Lo de terroristas nacionales, químicamente puros, es tan falaz como decir que los guerrilleros que bajaron de Sierra Maestra para derrocar a Batista, lo hicieron solo por un sentimiento nacionalista de querer oponerse a una dictadura, sin ninguna connotación internacional de por medio. No caben dudas de que algunos creían que su revolución se había originado en un sentimiento nacionalista, pero estos habían sido engañados. Los que quisieron alejarse cuando se dieron cuenta de la evolución de la revolución cubana hacia el marxismo leninismo, fueron eliminados sin conmiseración. ‘…solo unos pocos entendidos sospechaban y temían la posibilidad de que los afamados guerrilleros de la Sierra Maestra se volcaran hacia el campo socialista… hasta que lentamente comenzó a tomar cuerpo la idea

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de que las cosas podrían resultar distintas. Una de las señales en ese sentido la dio el propio Guevara por su empeño en fusilar, después de juicios sumarísimos, a los numerosos prisioneros tomados durante las primeras semanas de gestión revolucionaria. Quien apenas siete años después caería en la selva del sur boliviano firmó sin hesitar las órdenes de fusilamiento y hasta ejecutó personalmente a muchos de los casi cinco mil sentenciados, un asunto que la historia ha pasado deliberadamente por alto.’ (26) Ernesto Guevara, sin lugar a dudas, fue uno de los más sangrientos impulsores de estas acciones… NOSOTROS NO PENSÁBAMOS EN LA DEMOCRACIA… Luis Mattini, (27) en una entrevista con un periodista, ante la pregunta acerca de qué habría pasado si el ERP hubiera triunfado, y, en ese caso, si hubiera prevalecido la idea de establecer la democracia o de adoptar una dictadura del proletariado, contestó: “No nos chupemos el dedo. Está bien la pregunta, porque ahora hay una cantidad de compañeros que se hacen los blanditos. La historia es la historia y hay que hacerla con la verdad. Pero la verdad es que nosotros nunca pensamos en la democracia. Nosotros pensábamos en la democracia en términos de Lenin, como un paso, un instrumento para el Socialismo, teníamos toda la concepción leninista más dura. Para nosotros la sociedad socialista tenía una etapa previa que era la dictadura del proletariado; y en eso que no se hagan los desentendidos.” (28) Mattini también nos confirma, en el libro ‘Los perros, memorias de un combatiente revolucionario’, “que un día del año 1970 un contingente de veinte miembros de Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y combatientes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) partimos para un curso de dos meses en Cuba, entre ellos Hugo Alfredo Irurzún (Santiago), Carlos Germán (Mauro), Carlos Ferreira (Lucas), Nélida Augier (Pola)...” (29) Otro caso de interés es el de Jorge Ricardo Masetti, periodista argentino, que en 1958 viajó a Cuba, mandado como reportero por radio ‘El Mundo’, para ‘ver qué estaba pasando’. Allí logró hacerles un reportaje radial a Fidel Castro y a Ernesto Guevara, en plena Sierra Maestra. Desde ese momento, quedó deslumbrado por la revolución cubana y a partir de allí, mantuvo una profunda y estrecha amistad con Guevara. Fue uno de los creadores, y primer director de la agencia noticiosa y periodística Prensa Latina, que empezó a funcionar en abril de 1959, en La Habana, como agencia de propaganda y difusión del gobierno revolucionario ya instalado para ese entonces, el que le brindó toda su colaboración y apoyo directo. Entre los fundadores de esta agencia de noticias, nos encontramos con Rodolfo Walsh, con Gabriel García Márquez, y otros destacados escritores y periodistas. Entre los argentinos que participaron en el proyecto estaban Rogelio García Lupo, Francisco ‘Paco’ Urondo, Susana ‘Pirí’ Lugones, Roberto Pastorino, Luis Pico Estrada y Jorge Timossi. Algunos de ellos trabajaron directamente desde las oficinas de la agencia en Buenos Aires. “La suerte de Prensa Latina estaba ligada a la revolución cubana”, escribía Rodolfo Walsh en marzo de 1969. Tanto Walsh como García Lupo fueron convocados por Masetti para colaborar con él. Masetti se había iniciado de joven, atraído por el discurso de la Alianza Libertadora Nacionalista, ya que “encarnaba la rebeldía juvenil, en aquella época, mejor que ningún otro espacio”. Walsh también pasó por una experiencia similar a la de Masetti en ese sentido. (30) García Lupo, se acercó como periodista al movimiento Tacuara; hizo reportajes a varios de sus dirigentes y fue quien preanunció las contradicciones ideológicas por las que atravesó ese movimiento. Trabó relación con Joe Baxter a partir de que éste, en su trabajo como telefonista internacional del turno nocturno de la compañía estatal de comunicaciones, lo conectaba con los medios de prensa del exterior. En tanto, Gabriel García Márquez operaba como comisario político y había sido impuesto por Fidel Castro.

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EL EJÉRCITO GUERRILLERO DEL PUEBLO (EGP) Jorge Ricardo Masetti encabezó la experiencia foquista en nuestro país, es decir, comprometerse a concretar la instalación de un foco insurreccional. (31) En el libro El Che quiere verte de Ciro Bustos, (32) el autor manifiesta que “Masetti… se había preparado militarmente ya, en muy alto nivel, pasando el primer curso para oficiales del ejército regular, en la nueva Escuela de Guerra organizada con ayuda soviética por el Ejército Rebelde de Cuba. En ocho meses de intenso entrenamiento teórico y práctico, en los que había cargado con la responsabilidad de ser extranjero y ser ‘el pollo’ del Che, se graduó de capitán como el número uno de la promoción.”… “El plan era preparar un grupo nada numeroso, bien entrenado militarmente, que entraría a instalar en Argentina una base guerrillera… al mando de Masetti como comandante segundo, hasta la llegada del Che, que se produciría ni bien se consolidara el grupo como vanguardia.” Comenta Bustos, que formó parte del grupo, que “la fragilidad del marco de seguridad era nuestra mayor debilidad, tanto en Cuba –por cualquier filtración- como en el transcurso del tiempo y del espacio necesario para el traslado del Che hasta la base argentina, que era nuestra primera etapa. La fase de ejecución de ésta quedaba en manos del pequeño grupo a cargo de Masetti. Cualquier descalabro, tanto en uno como en el otro extremo del esquema, tendría efectos anulativos para el plan. El Che no podría integrarse si nosotros fracasábamos, ni el proyecto podría llevarse a cabo sin el Che.”… “El grupo fue integrado por su jefe, Masetti, NG ‘Segundo’, Leonardo Werthein, NG ‘Fabián’, Federico Méndez, NG ‘’Basilio’, Ciro Bustos, NG ‘Laureano’ y Miguel. Todos los nombrados eran argentinos. El autor no proporciona los datos de filiación de Miguel, pero más adelante en el relato, nos enteraremos el por qué. Continúa manifestando Bustos que se agregó al grupo “el comandante Furry, jefe de la policía revolucionaria de La Habana.” La idea era que “Abelardo Colomé Ibarra, [nombre real de Furry] se establecería en algún punto de la frontera argentino-boliviana a cargo de la retaguardia.” Estando en la casa en la que se alojaron para recibir instrucción, los fue a visitar Guevara, y éste les dijo que “la tarea, como grupo, sería la de mantenerse a salvo, permanecer, asentarse en el lugar, [y] crecer, evitando combatir antes de su llegada.” Después de tres meses de intensa actividad de entrenamiento, los siete “…viajaríamos como ilustres desconocidos entre sí, … en el… vuelo de Cubana que salía de la isla hacia Praga: Masetti, Furry, Hermes, Federico, Leonardo, Miguel y yo.” De los siete solo dos eran cubanos: Furry y Hermes. Este último era Hermes Peña, hombre de confianza de Guevara que formaba parte de su custodia personal. En Praga tuvieron que esperar la orden para trasladarse a La Paz, pero la misma no llegaba. Masetti dejó “salir su impaciencia frente al silencio de La Habana.” Declara Bustos que “daba la impresión de que no se había hecho nada más desde que salimos de allí [La Habana]. La susceptibilidad de Masetti, muy agudizada por las maniobras de los viejos comunistas cubanos para desalojarlo del cargo en Prensa Latina, a pesar de ser el fundador, alentaba sus sospechas de un retraso deliberado y hasta de un abandono de los planes por encima del compromiso con el Che.” Sigue manifestando el autor: “…tanto el Che como nosotros estábamos en manos del aparato de inteligencia, con las comunicaciones reservadas en manos de un círculo de operarios sin autonomía política… Los mensajes llegados recomendaban paciencia, pero no fijaban plazos. Masetti se planteó dar un paso al costado: romper la dependencia con Cuba al menos mientras debiéramos esperar, cosa difícil en un país del ‘campo socialista’. Era preciso estar en una base revolucionaria.” Fue así como Masetti “… tomó la determinación de viajar sin más trámites a buscar la ayuda alternativa de sus amigos argelinos.” “Al tercer día regresó a Praga con una oferta de ayuda abierta y sin condiciones para todo el grupo, ofrecida personalmente por los jefes triunfantes de la revolución argelina, Ben Bella y Boumedienne…” El 30 de diciembre de 1962 llegaron a París. “Consiguieron una reserva de vuelo para el día 2 de enero y Masetti hizo un

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cable pidiendo las visas para Argel.” En una oportunidad en que el grupo caminaba por París, Bustos advirtió que cada vez que pasaban por un buzón, Miguel se retrasaba, hasta que lo vio tratando de dejar una tarjeta dirigida a su madre en Argentina. Bustos “se quedó con la tarjeta, después de asegurarle que, en principio lo tomaba como un simple error suyo si se abstenía de intentarlo otra vez y de mover un dedo sin [su] permiso.” Una vez en Argel “aislados de Cuba… Masetti reanudó la comunicación con el Che mediante mensajes cifrados que los argelinos recibían y transmitían.” Les llegaron varios mensajes atrasados y comenta Bustos que… “la lectura de esos y nuevos mensajes despertaron iras renovadas en Masetti. ¡Nada nuevo en la marcha de los planes! Se insistía en las virtudes de la paciencia, y hasta algunos mensajes del Che daban largas al asunto. Masetti dio paso a su desconfianza cerril y ordenó a Furry viajar a La Habana a hablar con el Che y únicamente con él.”… “Los mensajes eran evidentemente contradictorios... Furry partió como correo diplomático y pudo llevar los mensajes que, una vez frente al Che, fueron revisados uno a uno. Al volver, una semana después, contaba [Furry] en una reunión… que el Che leía los originales descifrados y decía: ‘Este es mío, este no, este tampoco, este sí’, etc.… como explicaba Masetti, ‘el Colorado nos está metiendo gato por liebre’. El ‘Colorado era ‘Barbarroja’ [Manuel] Piñeiro. (Jefe del Departamento América de la Inteligencia cubana). Furry traía indicaciones precisas. El Che se ocuparía de que se concretaran ayudas básicas: la finca en la frontera, equipos, armas. Autorizaba a Masetti a trazar su propio plan, apoyado en los amigos argelinos, para viajar a destino en cuanto él dijera ¡ya! Como se puede apreciar, esta información brindada por Bustos fundamenta las sospechas que se tenían acerca del deterioro de las relaciones entre Fidel Castro y Ernesto Guevara. Continúa Bustos: “Entre tanto el grupo no estaba libre de problemas internos. Miguel empezó a dar señales de querer romper el compromiso… se inclinó por generar una suerte de incompatibilidad con Masetti. La atmósfera se fue tensando entre ellos y una irritación generalizada nos afectaba a todos.”… “El clima de animosidad abierta entre Masetti y Miguel no era ninguna garantía de éxito, más bien un peligro latente. [Una] reunión estalló sin posibilidad de arreglo alguno. Tras un griterío tormentoso, Miguel anunció que no continuaba bajo el mando de Masetti y éste ordenó un juicio interno bajo los cargos de deserción y desacato en operaciones que, de por sí, implicaban la pena máxima. Me nombró fiscal a mí y defensor a Federico. El tribunal estaría presidido por Furry, con Leonardo como secretario de actas.” Bustos sostenía que “Este era un grupo militarizado y su comportamiento debía responder a sus reglas… no podíamos arriesgar nuestra seguridad con su presencia… Masetti, que ejerció su derecho como testigo de cargo, argumentó largamente en pos de un castigo ejemplar, no tanto por castigar a Miguel, sino porque dejar pasar una ruptura semejante significaba minar el futuro de la lucha, que dependería de nuestra propia fuerza y valoración, sin fisuras… insistió en sus cargos y dictaminó la pena de muerte, decisión sometida ‘ad referendum’ del grupo.” Finalizado el trámite “una copia de las actas del juicio fue elevada al Estado Mayor argelino, con la petición de facilitar la ejecución de la pena… Ellos se hicieron cargo de su cumplimiento…” Posteriormente y a efectos de poder llegar a la zona de operaciones en el norte argentino, los argelinos les ofrecieron mandar una “delegación itinerante oficial, de presentación y contacto diplomático con los países sudamericanos…” de la cual formaría parte el grupo. “La delegación aprovechaba las normas sobre equipaje ‘diplomático’, donde se llevaba toda nuestra impedimenta militar -excepción hecha de armas- y se protegía, dentro de lo natural, la operación viaje, controles aduaneros en aeropuertos de ingreso en el continente y el destino final, Bolivia.” (33) A principios de mayo de 1963 viajaron de Argelia a Roma y de allí a San Pablo y posteriormente, en tren, hasta Bolivia.

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Las transcripciones hechas del libro de Ciro Bustos han sido elegidas para demostrar la capacidad de movimiento y de organización que tenía el grupo Masetti y la forma sumarísima de actuar ante alguno que se apartaba de las normas establecidas por el régimen. La elección ha sido hecha con la idea de dejar meridianamente aclarado que los terroristas argentinos formaron parte de un sistema revolucionario que no reparaba en miramientos al momento de tener que actuar. El libro continúa haciendo un detallado relato de la suerte corrida por el grupo de avanzada y de la muerte de Guevara en Bolivia, hechos que no agregan mucho al interés de demostrar el carácter internacional del terrorismo argentino. A través de otras fuentes podemos verificar algunos de los datos ya mencionados como por ejemplo que la columna guerrillera del Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP) enviada por el gobierno castrista a la Argentina “fue el primer proyecto guerrillero en el que Guevara se involucraría en persona, pues tenía planeado tomar la dirección de la columna una vez superada la fase de asentamiento. Entraron a la Argentina por el norte, en la denominada Operación Penélope, (34) en junio de 1963 y la experiencia terminó en abril de 1964 luego de un enfrentamiento con la Gendarmería en Orán.” (35) A partir de marzo de 1964, se desconoció el destino de Masetti. Se supone que junto con su ayudante “iniciaron un movimiento de escape… tendiente a romper el cerco… y se presume que habrían caído al fondo de uno de los innumerables barrancos o habrían sido arrastrados por la corriente de algún río al intentar, débiles y enfermos, vadear cursos de agua en busca de una salida”, (36) ya que sus restos nunca aparecieron. De la misma forma que lo indica Ciro Bustos en su libro, sabemos que Guevara había incluido en la comitiva de Masetti a un hombre de su mayor confianza: el capitán del ejército cubano Hermes Peña, integrante de su custodia, con lo que se “muestra la importancia que Guevara le otorgó a la guerrilla de Orán, destinada a crear un foco que debía facilitar el posterior desembarco en Bolivia”. (37) También Ciro Bustos menciona que fueron más los cubanos que se sumaron al grupo de Masetti, ya que “…llegaron dos enviados del Che, un capitán de seguridad del estado cubano, adscripto a las órdenes del Che: ‘Papi’ José María Martínez Tamayo, hombre de Raúl Castro en la lucha cubana y Alberto Castellanos, un teniente de su escolta, compañero de Hermes [Peña]… el Che empezaba a preparar su llegada. (38) Para ese entonces John William Cooke, a quien nos referiremos con mayor detalle más adelante, tuvo una importante influencia en la captación y reclutamiento de guerrilleros argentinos que fueron a Cuba para su entrenamiento. Por ejemplo, en el año 1964, por orden del presidente Illia, el Canciller Zavala Ortíz informó al Congreso Nacional sobre la actuación del Ejército Guerrillero del Pueblo y denunció los planes cubanos y la presencia en Cuba de centenares de jóvenes argentinos que habían viajado secretamente para recibir instrucción militar y afianzar su ideología. (39) Suministró la información de que sumaban más de trescientos los argentinos que viajaron a la isla con esas motivaciones. Volviendo a las actividades de Masetti, leemos en Por amor al odio, que: “Lo cierto es que varios meses después se supo que el propio Guevara había comunicado a los parientes y a algunos amigos de Masetti en Buenos Aires, que el jefe del EGP había muerto, lo que revela que la inteligencia cubana estaba activa en nuestro territorio y contaba con medios como para establecer la realidad de los trágicos sucesos. La misma confirmación del final de la aventura se obtuvo cuando a través del diario Marcha –que la izquierda uruguaya editaba en Montevideo- los periodistas argentinos Rodolfo Walsh y Rogelio García Lupo… publicaron por separado cronologías laudatorias sobre su personalidad y corta trayectoria.” (40)

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En 1969 se publicó en Buenos Aires el libro ‘Los que luchan y los que lloran’, acerca de la revolución cubana, obra póstuma de Jorge Ricardo Masetti. “Rodolfo Walsh escribió un extenso prólogo a esa obra y recordó a su amigo periodista y revolucionario a quien describió como un rebelde integral”. (41) Dice Walsh en el prólogo que Masetti también estuvo en Argelia antes de embarcarse en esta aventura revolucionaria en nuestro país. Efectivamente, en 1961 había dejado la dirección de Prensa Latina y se dirigió a Argelia, donde recibió adiestramiento militar hasta 1962. EL APOYO INTERNACIONAL Como vemos, el hecho de que los crímenes y atentados cometidos en el conflicto armado por los grupos terroristas en el ámbito ‘local’, no implica, bajo ningún concepto, que sus ejecutores no se hayan relacionado y contado con apoyo internacional o extranjero. La lista que presentamos a continuación no será completa, pero da una idea de la dependencia del terrorismo argentino del régimen cubano. La misma se puede consultar en el sitio http://www.ladecadadel70.com.ar/Galeriaterroristas/otrosterroristas.htm cuyos datos fueron extraídos, según lo indica el mismo sitio, del libro “Años de Terror” de Guillermo Rojas, Editorial Santiago Apóstol, año 2001. Cuando las referencias se consultaron en otras fuentes, las mismas se encuentran detalladas en las notas al final de este trabajo: Mario Roberto Santucho, uno de los principales jefes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), brazo armado del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), organización extremista declarada ilegal en 1973 […] Tres veces fue detenido y tres veces se fugó, hasta que, aprehendido en Córdoba con documentos fraguados y por disposición de la Cámara Federal en lo Penal de la Nación, fue trasladado a Villa Devoto y de allí, por razones de seguridad, internado en el penal de Rawson, en la provincia de Chubut […] Participó de la fuga de terroristas que se encontraban detenidos en dicho penal cuando el 15 de agosto de 1972 miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y de Montoneros intentaron concretar una fuga masiva. Durante la huida mataron al Ayte. de Segunda del Cuerpo Penitenciario, Juan Gregorio Valenzuela e hirieron al Agente Justino Galarraga. Las investigaciones atribuyeron la muerte de Valenzuela al montonero Mariano Pujadas y a Ana María Villareal de Santucho. Seis terroristas lograron embarcar en un avión secuestrado por otros dos que habían embarcado en la escala anterior. Si bien existe la duda acerca de quién fue el verdadero jefe del operativo, lo indiscutible es que Santucho y Osatinsky trabajaron mancomunadamente en la inspiración y planificación general de la fuga [ver nota al pie en página 517 de ‘Por amor al odio’, tomo 1] Tras reiteradas amenazas al pasaje y a la tripulación, en un verdadero acto de piratería aérea, lograron aterrizar en Puerto Montt, Chile, desde donde, tras reabastecer a la máquina de combustible, enfilaron hacia Santiago de Chile. En el país vecino, pese al oportuno pedido de extradición cursado por las autoridades argentinas a la Cancillería del país trasandino, obtuvieron salvoconductos para trasladarse a Cuba. El grupo de fugados estaba integrado por Mario Santucho, Enrique Gorriarán Merlo y Domingo Menna, del ERP, Jorge Roberto Quieto y Marcos Osatinsky de las FAR, Fernando Vaca Narvaja, de Montoneros. Carlos Goldenberg, que fue quien condujo el auto desde el penal al aeropuerto y Ana Weissen, la única mujer, ambos de las FAR y Alejandro Ferreyra

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Beltrán y Víctor Fernández Palmeiro del ERP, que habían subido al avión en Comodoro Rivadavia junto con Ana Weissen. ¿Podrían haber elegido otro país como destino de su fuga si no fuera que sabían de antemano que contaban con el apoyo y beneplácito del régimen cubano? Los prófugos, tras una corta permanencia en Cuba reingresaron a nuestro país, por diversos lugares. A principios de 1973, Santucho convocaba a conferencias de prensa y otorgaba entrevistas exclusivas a periodistas de medios extranjeros. Una ley de amnistía, sancionada por el Congreso de la Nación a poco de asumir la presidencia Héctor J. Cámpora, “redimió” a los subversivos y les posibilitó [continuar con su accionar terrorista.] (42) Juan García Elorrio inició su militancia como periodista del progresismo católico. En sintonía con la temática progresista que arrastraba a la iglesia,[movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo] trató de realizar un puente entre ésta y el castrismo encontrando el mismo en la persona del cura Camilo Torres. Fundó la revista Cristianismo y Revolución. Organizó el Comando Camilo Torres, que llevó adelante algunas acciones directas, especialmente en el Uruguay, y envió militantes a Cuba para que recibieran entrenamiento militar. Muchos de sus integrantes, si no todos, se incorporaron después a Montoneros: José Sabino Navarro, Carlos Capuano Martínez, Norma Arrostito, Emilio Maza, Fernando Abal Medina, Carlos Ramus y Mario Firmenich, entre otros. Presente en la reunión de la OLAS se movió políticamente en apoyo del castrismo. (43) Eduardo Yasbec Jozami, periodista, abogado y originariamente miembro del Partido Comunista. Como tal integró una delegación Argentina que concurrió a Praga, Checoslovaquia al congreso celebrado en 1963 de la Organización Internacional de Periodistas (OIP), uno de los frentes del comunismo soviético. Evoluciona posteriormente a posiciones pro-cubanas por lo cual es expulsado del PC en 1965. Estrechamente ligado al llamado Frente Liberación es el conductor de uno de los grupos que va a recibir adiestramiento a Cuba entre 1966 y 1967. Luis Julio Piriz, periodista y estudiante de medicina, viajó a Cuba y se entrenó en las escuelas especiales, evolucionando consecuentemente al castrismo. Durante la década del ‘70 se unió al PRT -ERP. Alicia Graciana Eguren nació en el año 1924 en el seno de una familia nacionalista de raigambre rosista y católico. Hacia los años 40 y 50, ella comulgaba con este tipo de nacionalismo. Egresó de la Facultad de Filosofía y Letras y trabajó de profesora en Buenos Aires y en Rosario. Hasta 1952 estuvo ligada al movimiento literario y cultural de la época con una orientación nacionalista católica independiente. En el año 1946 conoció a John William Cooke en un Centro de Estudios que dirigía Ricardo Guardo (presidente de la Cámara de Diputados durante 1946 y 1948, primeros años del gobierno de Perón). Después de ese fugaz cruce entre Cooke y Alicia Eguren no se volvieron a ver hasta 1955. En el año 1953, mientras trabajaba en Cancillería, se casó con Pedro Catella, diplomático de carrera. Tuvieron un hijo, pero se separaron al poco tiempo. (44) A partir de entonces, ‘Alicia Eguren buscó a Cooke para ponerse a su disposición. Presumiblemente encontró en él a su complemento, quien le permitiría dinamizar esa potencialidad aún no desplegada de liderazgo y estratega que poseía. De tal manera se convirtieron en piezas claves y necesarias para organizar el proceso de la resistencia peronista en la clandestinidad.’ (45) Desde el principio fueron una pareja poco ‘convencional’. Sus vidas afectivas estuvieron cruzadas por la cárcel, las fugas y la ausencia de refugio en la cotidianeidad. (46)

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A partir de 1955, luego de la Revolución Libertadora, ambos estuvieron presos. Cooke en el penal de Río Gallegos, del cual se fugó, en 1957, junto al financista Jorge Antonio, el activista Guillermo Patricio Kelly y el ex diputado nacional Héctor J. Cámpora. (47) Alicia Eguren, estuvo en la cárcel de mujeres de Olmos y al salir en libertad se trasladó a Chile para unirse a Cooke. En el año 1957 fueron a Montevideo, Uruguay, y partieron juntos a Caracas para encontrarse con Perón en el exilio. “En 1959 pasaron a la clandestinidad y Cooke delegó en ella la ayuda a los Uturuncos, que operaban en Tucumán. Por su intermedio los Uturuncos pudieron contactar a un grupo numeroso de militantes de la Juventud Peronista… que se entusiasmaron con la participación en la guerrilla. Organizaron grupos de apoyo, colectaron plata y muchos de ellos viajaron a Tucumán para unirse.” (48) Entre las numerosas actividades que desplegó Alicia Eguren, está su participación ‘en el congreso de Palabra Obrera, de filiación trotzkista, su vinculación al Movimiento de Liberación Nacional (MLN) de Ismael Viñas, lo mismo que al partido Comunista (PCA) y al Partido Socialista Argentino de Vanguardia (PSAV). Recibió la influencia de Abraham Guillén, veterano de la Guerra Civil Española que le habló de Marx y de la guerra popular. La opción por lucha armada comenzó a dividir las aguas. Alicia Eguren, comprometida con la opción de las armas, repartió su militancia en tareas de difusión, de organización y apoyo logístico a distintas experiencias… reunió a militantes de pequeñas organizaciones y núcleos de izquierda (por lo general, escindidos de partidos que adoptaron una línea reformista, que ella no vaciló en criticar), y organizó grupos para su entrenamiento en Cuba. (49) En 1960, viajó junto a Cooke a Cuba. A partir de ese momento fueron [numerosas las] idas y vueltas a la isla y ella mantuvo una estrecha vinculación con Ernesto Guevara, (50) [convirtiéndose en una fanática seguidora del castrismo]. En oportunidad de uno de esos viajes a La Habana, en la escalerilla del avión que la trasladó, Alicia Eguren dijo, con todas las letras para que no cupieran dudas: ‘Acá habrá revolución por las buenas o por las malas’. (51) En 1962 intervino en el ‘Ejército Guerrillero del Pueblo’, al norte de Salta. Poco después Cooke y Eguren fundaron la Acción Revolucionaria Peronista (ARP), concebida como grupo de acción y concientización en el marco del movimiento peronista, pero independiente de sus estructuras ‘oficiales’. En 1967, viajó nuevamente con Cooke a Cuba donde él encabezó la delegación argentina que participó de la Conferencia Tricontinental. De allí surgirá posteriormente la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS). En el año 1968, antes de la muerte de Cooke que se produjo ese año a raíz de un cáncer, ambos “abrieron un espacio en formación: la Tendencia Revolucionaria… elaboraron el documento conocido como ‘Estrategias y Tácticas Revolucionarias’… que se presentó en 1969 en el Congreso Fundacional de la Tendencia, llevado a cabo en Córdoba y en el cual se reunieron los sectores más radicalizados del peronismo.” (52) Posteriormente vinieron años complicados para ella a partir de la caída del gobierno de Cámpora y por la muerte de Perón. No obstante siguió acompañando a Cámpora y dirigió la revista ‘Nuevo hombre’ que con anterioridad había estado bajo la coordinación de Silvio Frondizi y de Manuel Gaggero.

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A lo largo de todo este proceso los lugares de inserción de Alicia Eguren en el movimiento peronista no quedan muy claros… ya que se trata de una multiplicidad de espacios de pertenencia política a la vez: en Montoneros, en las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), en el Peronismo de Base (PB) y en el Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS), una colateral del Partido Revolucionario de los Trabajadores y del Ejército Revolucionario del Pueblo (PRTERP), concurrencia que contribuye a demostrar que ambas guerrillas eran una misma cosa, diferenciándose por matices a efectos del reclutamiento de adeptos. El 26 de enero de 1977, a los 52 años, fue detenida y posteriormente figura como desaparecida. José Aricó, intelectual marxista quien junto a Juan Carlos Portantiero, fueron creadores de la revista “Pasado y Presente”. Miembro del Partido Comunista, fue expulsado por apoyar al castrismo a principios de la década del ‘60. Se desempeñó activamente en el brote guerrillero patrocinado por Cuba en 1963/64. Evolucionó con posterioridad al maoísmo [haciéndose] miembro del Partido Comunista Revolucionario (PCR). Falleció en 1990. Roberto Quieto, miembro de la Federación Juvenil Comunista, fue expulsado del partido por su actividad en pro del castrismo. De profesión abogado, durante su etapa universitaria tomó contacto con grupos pro cubanos y viajó a la isla por lo menos en dos oportunidades, una de ellas para la reunión que crearía la OLAS. Se preparó allí militarmente para colaborar en la campaña que preparaba Guevara en Salta. El fracaso del Ejército Guerrillero del Pueblo en la Argentina termina con el primer plan de formar una columna guerrillera rural para apoyar a la guerrilla boliviana. Pasa entonces a ser uno de los dirigentes de la guerrilla urbana denominada Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Posteriormente durante los primeros años de la década de los ‘70 este grupo se unió a Montoneros, de los que Quieto fue uno de sus principales dirigentes. En 1976, [al ser] capturado [delató] las “citas nacionales” de la conducción de Montoneros. [Como] esto permitió la caída de muchísimos militantes guerrilleros y pertrechos en manos de las fuerzas legales, los Montoneros […] lo condenaron a muerte. Carlos Mugica Echagüe, sacerdote del progresismo católico que formó parte del movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. En el libro ‘Tacuara. Historia de la primera guerrilla urbana argentina, el autor Daniel Gutman, manifiesta: “…la zona donde Tacuara era local seguía siendo Barrio Norte y la Recoleta. Era fácil encontrar a Ezcurra, Baxter y los demás cercanos a la jefatura en el Blasón. De vez en cuando se sumaba un joven cura de una familia muy tradicional del barrio. Hijo de un ministro de Frondizi, se llamaba Carlos Mugica. Se había ordenado sacerdote en 1959 y era profesor de teología de varios tacuaristas en la Facultad de Derecho de la Universidad del Salvador. Allí tenía algunos choques, como el día que dijo que el Che Guevara era un tipo valioso porque arriesgaba su vida por la causa en la que creía, más allá de lo que se pensara de su ideología. Mugica, de todos modos, todavía no había hecho su definitiva opción por los pobres que más tarde lo llevaría al peronismo y a su compromiso con las organizaciones armadas.” (53) Posteriormente condujo el denominado diálogo “católico-marxista” y [orientó] los primeros núcleos juveniles que posteriormente integrarían los comandos Camilo Torres que guiaba Juan García Elorrio –quién actuó en el Uruguay- y Montoneros. Viajó a Cuba y a Bolivia. Alberto Clodomiro Elizalde Leal, quien comenzó su militancia en el Partido Comunista. Viajó a Cuba en las postrimerías de la década del ‘60. Retornó al país y formó parte de las Guerrillas del Ejército de Liberación (GEL), grupo guerrillero autor de multitud de latrocinios, secuestros y atentados en la ciudad de La Plata, hasta que fue desmantelado por la policía. Estaba en la cárcel cuando ingresó al PRT-ERP. Fue beneficiado por la amnistía de mayo de 1973, pero cuatro meses

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después resultó capturado cuando intentaba copar el Comando de Sanidad del Ejército con la denominada “Compañía J. L.Castrogiovanni”, del ERP. Durante el copamiento los terroristas mataron al Tte. Cnel. Raúl Juan Duarte Ardoy, segundo jefe del R.I. Patricios. Capturado con el grupo incursor volvió a la cárcel, de donde [salió libre en 1986]. Fue apoderado del diario Página 12. Jorge Di Pascuale, dirigente sindical de la izquierda peronista. Fue Secretario General del Sindicato de Empleados de Farmacia. Evolucionó al castrismo y estuvo presente en [Cuba] en la reunión de la OLAS de 1967. Formó parte de la plana dirigente de la “CGT de los Argentinos”, vinculándose con posterioridad al “Peronismo de Base”. José Luis Baxter,’Joe’, comenzó desde joven a militar en el nacionalismo vernáculo. Toda la información que sigue fue extractada del libro ‘TACUARA. Historia de la primera guerrilla urbana argentina’ de Daniel Gutman. Baxter fue atraído por la Unión de Estudiantes Secundarios (UNES), rama joven de la Alianza Libertadora Nacionalista (ALN). Los jóvenes de la UNES editaban una revista que se llamaba ‘Tacuara’ en la cual sostenían los postulados básicos del nacionalismo argentino: negación de la democracia y los políticos tradicionales, rechazo por igual al comunismo y al capitalismo, vocación por un régimen autoritario y católico, aversión por la oligarquía conservadora y antisemitismo. En 1959, cuando contaba con 19 años de edad, escribió, en dicha revista, una obra titulada ‘Nüremberg’ en la que reivindicaba a los criminales de guerra nazis juzgados por los aliados después de la guerra. La revolución cubana era un tema que generaba divisiones en Tacuara, pero a medida que crecía la tensión entre Cuba y los Estados Unidos, algunos tacuaristas comenzaron a ver con otros ojos a Fidel Castro. Tacuara ya había desarrollado para ese entonces no solo un fuerte anticomunismo y antisemitismo, sino también un marcado sentimiento antiyanqui. Cuando el presidente cubano Osvaldo Dorticós vino a la Argentina en 1960 para los festejos del Sesquicentenario de la Revolución de Mayo, dio un discurso en el que explicó, entre otras cosas, que si los guerrilleros habían bajado de la Sierra Maestra al grito de ‘libertad o muerte’, “hoy Cuba está en pie con otra consigna: patria o muerte.” Este discurso entusiasmó a Baxter con la revolución cubana, repitiendo que ese era el nacionalismo que el quería para la Argentina. Baxter trabajaba como telefonista internacional en la Central Cuyo lo que le permitía sumergirse gratuitamente en largas charlas nocturnas con una operadora de La Habana, quien le hablaba de la reforma agraria y la suerte de los capitales norteamericanos en Cuba. El 1961 Baxter denuncia, a través de la revista del movimiento, que sectores de la derecha anticomunista buscaban a Tacuara para utilizarla en la pelea callejera contra la avanzada marxista… el artículo mediante el cual rechazó esa operación, desde su posición fascista y revolucionaria, decía: “los que vienen a nosotros a pedirnos, lagrimeantes, nuestro apoyo para salvar el orden actual de los avances rojos… pretenden que pongamos nuestra juventud y nuestro coraje a su servicio… ignoran acaso estos imbéciles que para nosotros la única diferencia que hacemos entre ellos y los comunistas reside en que aún no hemos decidido a quién vamos a degollar primero…” Baxter fue acercándose a los grupos tacuaristas más volcados al peronismo… conoció a Cooke y al compás de la revolución cubana… terminó por entrar en un complicado proceso de metamorfosis del fascismo al marxismo. La idea de transformar lo que apenas era un movimiento de acción directa callejera en una organización revolucionaria produjo una ruptura en el grupo. Así nació la primera organización guerrillera urbana en Argentina: el Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara (MNRT). Entre sus miembros se encontraban Baxter, Nell, Arbelos, Roca, Caffati, Fidanza, Zarattini, Ribaric, Rodríguez y varios más.

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En esos años de la década de los sesenta, argentinos que nunca se hubieran considerado socialistas, quedaron encandilados por el proceso cubano… el discurso nacionalista que hablaba de una Argentina sometida a potencias extranjeras y abundaba en palabras como ‘coloniaje’, ‘cipayos’ e ‘imperialismo’, había sido adoptado no solo por la izquierda sino por los sectores combativos del peronismo… que se convencían cada vez más de que el camino guerrillero que habían enseñado los cubanos, era el único posible. Baxter no solo miraba a Cuba…la lucha de los argelinos contra el colonialismo francés también contribuyó a la evolución de los tacuaristas del MNRT. Baxter calificó a Argelia como el ‘ejemplo más completo de una revolución nacionalista.’ El líder natural del grupo que se escindió del tronco original del movimiento, el MNRT, fue Baxter. Y el MNRT produjo el primer atentado terrorista urbano en Argentina: el asalto al Policlínico Bancario en agosto de 1963, acción a la que se conoció bajo el nombre de ‘Operación Rosaura’. El botín alcanzó casi los 14 millones de pesos, que al cambio de la época representaron unos 100.000 US$. Baxter no estuvo involucrado en forma directa en el asalto, pero semanas después emprendió un largo viaje en el que la primera escala fue Brasil. Allí el movimiento había conseguido un contacto que les permitió cambiar parte del dinero por dólares, ya que los billetes obtenidos en el asalto, que habían salido de la Casa de Moneda directamente al Policlínico, estaban numerados y habían quedado registrados… y la justicia había dado orden de secuestrar los billetes y fueran entregados a la policía. Desde Brasil Baxter se dirigió a Madrid donde se entrevistó con Perón a quien le explicó los planes insurreccionales de Tacuara y le transmitió que no quedaba otro camino que el de la lucha armada. Perón lo puso en contacto con Héctor Villalón, que estaba vinculado a la revolución cubana. Fidel Castro lo había puesto [a Villalón] a cargo del comercio del tabaco de la isla, en el exterior. Villalón le preparó a Baxter un viaje para que conociera cómo se luchaba contra el imperialismo en otras partes del mundo. Fue así como Baxter viajó al Egipto de Nasser, donde, con una carta [de presentación] de Perón, participó en un encuentro de juventudes revolucionarias. Desde allí viajó a Argelia… en sus comunicaciones mediante cartas y telex a Buenos Aires encomendó a uno de sus colaboradores que preparara un grupo de jóvenes para enviarlos a Argelia donde recibirían entrenamiento militar y formación teórica durante 90 días. En marzo de 1964 cayeron detenidos en el país los miembros del MNRT que habían intervenido en el asalto al Policlínico Bancario. A partir de allí, Baxter [pasó a ser un] prófugo [de la justicia argentina], aunque consiguió escapar al Uruguay. En 1965 pasó un tiempo en Vietnam donde fue condecorado por el Vietcong a raíz de haber llevado a cabo un acto de arrojo. Luego pasó a la China de Mao Tse-Tung, acompañado por otros miembros de su grupo: José Luis Nell, Rubén Rodríguez y Jorge Cataldo. La invitación la había conseguido Baxter durante su paso por Vietnam y en la misma excursión participaron tres militantes del peronismo revolucionario que entonces coordinaba el empresario Héctor Villalón: Jorge Rulli, Pancho Gaitán y Armando Jaimes. Durante cuatro meses, al lado de revolucionarios africanos que poco tiempo después darían golpes de estado maoístas en sus países, se entrenaron militarmente en la división para extranjeros de la escuela popular de liberación, estudiaron el pensamiento de Mao y recorrieron casi todo el país. Finalmente se graduaron en la Escuela para Cadetes Extranjeros de Tung Chien. En el capítulo Final, en la página 275, relata Gutman que “A su vuelta a Montevideo Nell,

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Rodríguez y Cataldo, y también Baxter –aunque solo brevemente- se integraron a Tupamaros, que estaban en el tránsito del trabajo político y sindical a la guerrilla urbana. Los ex tacuaristas aportaron entonces todo su ‘know how’ adquirido en años de operaciones clandestinas en la Argentina y también los más sofisticados conocimientos estratégicos, militares y teóricos traídos de China. Incluso establecieron en la capital uruguaya una escuela de formación de cuadros. Aclara Gutman, en nota al pie, que esta información fue extraída del libro Una aproximación a la historia de la fuerzas armadas peronistas’, de Eduardo M. Pérez, y que el texto está incluido en Eduardo L. Duhalde y Eduardo M. Pérez, De Taco Ralo a la Alternativa Independiente. Historia documental de las Fuerzas Armadas Peronistas y del Peronismo de Base, página 51. En 1966 Baxter siguió camino a Cuba, donde conoció a una mujer boliviana, hija y nieta de militares nacionalistas, con la que se casó. En La Habana había entonces muchos argentinos que soñaban con hacer la revolución y Baxter encontró gran afinidad con algunos que junto a él, integraron el grupo fundacional del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), como Rubén Pedro Bonnet y Luís Pujals. En ese mismo año los tres viajaron a París para una reunión de la IV Internacional y fue allí donde Baxter conoció a Mario Roberto Santucho. En julio de 1970 Baxter y Santucho elaboraron juntos el programa que dio origen al ERP y lo presentaron en una isla del Delta del Paraná durante el 5º Congreso del PRT. Baxter en ese congreso fue quien más defendió la pertenencia del PRT a la IV Internacional trotskista, que ya encontraba algunas resistencias internas. Dos años después Baxter estuvo al frente del secuestro del director general de la FIAT argentina, el italiano Oberdan Sallustro que después de 19 días de cautiverio murió cuando la policía dio con la cárcel del pueblo en la que se encontraba. Baxter terminó por enfrentarse con Santucho y con la conducción del PRT-ERP y creó sus propios agrupamientos internos: primero la Fracción Roja en la zona sur del gran Buenos Aires y más tarde la Tendencia Leninista. En mayo de 1973 cuando Cámpora asumió el gobierno y fueron amnistiados todos los terroristas, Baxter quedó en condiciones de regresar al país, después de más de nueve años de ausencia. Pocas semanas después, el 11 de julio de 1973 murió en el accidente de un avión de Varig que se incendió cuando estaba a punto de aterrizar en el aeropuerto de Orly, en París. Baxter viajaba con la intención de participar en una reunión de la IV Internacional. (54) José Luis Nell, al igual que Baxter, ingresó muy joven a grupos nacionalistas. Evolucionó hacia la izquierda peronista a partir de 1962. El 29 de agosto de 1963 participó del asalto al Policlínico Bancario junto a Rubén Rodríguez, Mario Duaihy, Horacio Rossi, Tomislav Ribaric, Carlos Arbelos, Jorge Caffatti y Luis Alfredo Zarattini. Nell fue quien asesinó al chofer de la camioneta que trasladaba el dinero para el pago de sueldos, Víctor Cogo y al ordenanza Alejandro Morel. En marzo de 1964 fueron detenidos varios de los que intervinieron en ese asalto, incluido Nell, quien se encontraba haciendo la conscripción en la Fuerza Aérea y había sido trasladado a la Base de Río Gallegos. A fines

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de julio de ese mismo año, Nell se escapó de un juzgado en el Palacio de Tribunales. Una vez cumplida su audiencia, cuando el secretario del juzgado le ordena al policía que se llevara a Nell y trajera al próximo de la lista, Nell salió del despacho un instante después que el policía, atravesó la antesala y a los pocos segundos salió por la puerta principal de Tribunales. Luego de la fuga se escondió en la casa de su amigo Envar El Kadri y de allí se fugó al Uruguay. En 1965 viajó junto a Baxter desde Montevideo a China, como se explicó en la semblanza de este último. A su regreso entrenó a los Tupamaros en técnicas de lucha clandestina, para lo que tenía grandes aptitudes. Nell fue [nuevamente] detenido [pero esta vez] por la policía uruguaya en julio de 1967 junto a otros tupamaros. Argentina reclamó insistentemente su extradición. John William Cooke encabezó el sector del peronismo que lanzó una fuerte campaña de oposición a la posibilidad de que fuera entregado a Buenos Aires, con el argumento de que los delitos políticos no pueden ser materia de extradición. Nell efectivamente no fue enviado a la Argentina y recuperó su libertad en septiembre de 1971, cuando fue uno de los protagonistas de la célebre fuga de más de cien tupamaros que cavaron un túnel desde el penal de Punta Carrasco. Durante los años que Nell [estuvo] preso en Montevideo la mayoría de los integrantes del MNRT se unieron a las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP). Pero rápidamente surgieron diferencias políticas que llevaron a Nell a integrarse a Montoneros. El 20 de junio de 1973 Nell encabezó la columna sur de montoneros que fue hasta Ezeiza a esperar a Perón. Ese día lo alcanzaron las balas de la derecha peronista. No murió, pero quedó cuadripléjico. En septiembre de 1974 se suicidó de un tiro en la boca. (55) Silvio Frondizi, abogado y profesor universitario, que apoyó fervientemente al castrismo desde un principio y a los emprendimientos solidarios con la Revolución cubana. Realizó varios viajes a Cuba donde tomó contacto con los directivos de la revolución y con la colonia de argentinos que se había establecido en la isla. Al mismo tiempo formó grupos de reflexión y estudios políticos llamados Praxis de donde salieron teóricos del marxismo y gente adicta a la lucha armada. Durante años fue un miembro importante del aparato jurídico de la guerrilla. Políticamente se vinculó hacia finales de los años sesenta con el PRT–ERP y con su colateral el Frente Imperialista y por el Socialismo. Es necesario dejar en claro que el ERP fue el ‘brazo armado’ del PRT. Fue asesinado por la Triple A. Juan Gelman, escritor originariamente de tendencia comunista. Fue expulsado del PC por adherir al maoísmo. Desarrolló su actividad como poeta en el grupo denominado “Pan Duro”. Viajó a Cuba donde era un personaje bastante reconocido por La Casa de las Américas. Ingresó en el aparato de la inteligencia cubana con un cargo de importancia orientado al Cono Sur y, especialmente, a la Argentina. Participó en las FAR y posteriormente en Montoneros. Anteriormente lo había hecho como correo en la guerrilla de Salta en 1963. En enero de 1979 durante un Plenario de la conducción montonera, convocado en Italia, se aprobó oficialmente el lanzamiento de la llamada ‘contraofensiva’. Muchos miembros de la organización no estuvieron de acuerdo con esa decisión. Al mes siguiente Galimberti se separó de la organización, llevándose armas y dinero. El 22 de febrero difundió un documento firmado por él y Juan Gelman fundamentando su ruptura en la concepción elitista y militarista de la conducción, así como el error de la ‘contraofensiva armada’ por considerarla improcedente para la etapa de lucha revolucionaria que se vivía. Simultáneamente los firmantes anunciaron la constitución de la Mesa Promotora del ‘Peronismo Montonero Auténtico’, nombre que adoptó el numeroso contingente que a partir de ese momento se escindió de la rama original. Como con-

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trapartida, la Conducción Nacional y la Comandancia en Jefe del Ejército Montonero realizaron un ‘juicio revolucionario’ y anunciaron a través de una resolución del Partido Montonero de fecha 10 de marzo de 1979, la acusación por los cargos de deserción, insubordinación, conspiración y defraudación, entre otros, a Gelman y Galimberti. Los que firmaron la resolución fueron Mario Firmenich, Raúl Yager, Fernando Vaca Narvaja, Roberto Perdía, Horacio Mendizábal y Domingo Campliglia. El juicio concluyó con el dictado de la consecuente pena máxima (muerte) para ambos dirigentes, condena extrema que nunca llegó a ejecutarse. (56) Jorge Bellomo, dirigente estudiantil de la facultad de medicina de la UBA, que actuaba como reclutador y era miembro de la juventud Socialista. Posteriormente se relaciona con el ERP de Santucho y participa en la fracción “22 de agosto”. Recibió entrenamiento en Cuba. Luis Faustino Stamponi, fue militante de Palabra Obrera. Comenzó a trabajar como integrante de la agrupación del Frente de Liberación a partir de su estada en la Isla de Cuba en 1962. Tuvo intervención en la planificación de la Dirección de Inteligencia para el Cono Sur. En 1976 fue capturado por los militares cuando cruzaba la frontera con Bolivia. Raimundo Aníbal Villaflor, de origen anarquista, participa en la segunda resistencia vinculándose a John W. Cooke. Pasa luego a integrar la Acción Revolucionaria Peronista (ARP) y recibió adiestramiento militar en Cuba. Pasó a ser miembro de la porción mas radicalizada de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP). “El 30 de junio de 1969, fue asesinado Augusto Timoteo Vandor en la sede de su gremio. El grupo que lo hizo se empezó a conformar un año antes, siendo su primer miembro el periodista y escritor (devenido luego en espía y terrorista) Rodolfo Walsh. Luego se incorporan Raimundo Villaflor, Carlos Caride y Horacio Mendizábal. Una última incorporación fue Dardo Cabo, fundador del movimiento Nueva Argentina, desprendimiento del Movimiento Nacionalista Tacuara, hijo de Armando Cabo, gremialista vandorista. Para la operación, que denominaron Judas, contaron con un grupo de apoyo compuesto por Eduardo De Gregorio, Roberto Cirilo Perdía y Norberto Habbeger que operaban con el nombre de Los Descamisados.” (57) Ramón Horacio Torres Molina, NG ‘Ramuncho’ o ‘Javier’. Su origen político fue el grupo “Praxis” que orientaba Silvio Frondizi. Posteriormente formó el grupo Movimiento de Izquierda Revolucionario Argentino (MIRA) de extracción trotskista. Abogado. Se dedicó a la defensa de terroristas, pero al mismo tiempo intervino en operaciones guerrilleras encubiertas calificadas como “expropiaciones”. Formó parte del primer contingente organizado que viajó a Cuba, donde se entrenó para converger en la guerrilla de Guevara en Bolivia. A principios de los 70 participó en el grupo guerrillero GEL de guerrillas urbanas. Detenido fue liberado gracias a la amnistía del 73. Integró el grupo Montoneros y escapó del país durante el periodo 76-83. Retornó con la democracia integrando diferentes agrupaciones de izquierda. En 1989 defendió a los terroristas de La Tablada. Posteriormente fue elegido diputado provincial de Bs. As. por el Frepaso y en 1999 pasó a ser diputado nacional, por el mismo distrito, por la Alianza. Participó activamente [para lograr] la libertad de los guerrilleros [detenidos después de] los hechos de La Tablada. Marcos Osatinsky, NG ‘Lucio’, fue dirigente de la Federación Juvenil Comunista en la década del 50. Posteriormente evolucionó al castrismo y formó parte de una columna que viajó a Cuba para entrenarse junto a los grupos que iban a participar de la operación foquista de Guevara. Fracasada esta empresa fue uno de los fundadores de la organización Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), que se une a Montoneros en 1973.

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Carlos Eduardo Enrique Olmedo, NG ‘Germán’, ‘José’ o ‘Rubio’. De nacionalidad paraguaya se afincó de niño en la Argentina con su familia. Desde el Colegio Nacional Buenos Aires, se vinculó con la Federación Juvenil Comunista y luego evolucionó hacia el castrismo. Mediante el régimen de becas universitarias logró graduarse en La Sorbona de Francia. Retorno al país y marchó a Cuba para entrenarse también junto a los grupos que iban a participar de la operación foquista de Guevara. Fracasada la guerrilla boliviana fundó con otros las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), una de cuyas finalidades era copar ideológicamente el peronismo. Intervino activamente en el “cordobazo”. En el libro Por amor al Odio, Carlos Manuel Acuña nos informa (58) que Carlos Olmedo, “como mentor de las FAR, fue entrevistado por el diario oficial de Partido Comunista Cubano, junto a otros dirigentes de las FAP, FAL y Montoneros, y, por su hondo contenido ideológico y la decisión puesta en sus palabras, fue el que más se destacó en el conjunto. La entrevista fue reproducida hasta el cansancio, cruzó las fronteras y fue tomada en cuenta por las organizaciones guerrilleras de otros países que resolvieron enriquecer sus propuestas con una taxativa ratificación revolucionaria expresada con una fuerza y una amplitud como posiblemente no había sucedido nunca. Olmedo comenzó por reconocer la autoría de varios asaltos a bancos, operaciones que definió como ‘expropiaciones’ destinadas a obtener recursos para operar. El término utilizado… respondía a un mecanismo de acción psicológica científicamente instrumentado: si se ‘expropia’, no se roba, si se ‘ajusticia’, no se asesina, si se ‘ocupa’ un lugar, no se lo asalta, si se ‘libera’ una zona, no se la conquista por la fuerza de las armas y así sucesivamente. Más adelante Olmedo, [utilizando el mismo artilugio psicotécnico], señaló que ‘la violencia no es un placer ni la han elegido los combatientes del pueblo, pero nos hemos decidido a practicarla hasta el final y éste es el más elevado acto de humanidad que somos capaces de ejecutar’. Continuó Olmedo con su definición de la subversión: ‘un proyecto esencialmente constructivo, esencialmente humanitario’ (aunque)… ‘está interferido por un estado de cosas que no dependen de un grupo de personas o de un conjunto de familias sino de todo un sistema que condiciona hasta a los sectores propietarios. Contra ese sistema no cabe la negociación de ninguna forma de pacto o tironeo. Es preciso su destrucción total y no solo la expropiación, la socialización de los medios de producción, sino la destrucción inmisericorde y completa de todas sus instituciones y de toda su cultura”. Posiblemente fue el extremista mejor preparado intelectualmente, con una concepción drástica de la lucha. Murió en un enfrentamiento con la policía cuando intentaba, con otros guerrilleros, secuestrar a un directivo de una empresa automotriz en Córdoba. Juan Julio Roqué, NG ‘Lino’ o ‘Mateo’. Recorrió todas las variantes del extremismo de izquierda desde el comunismo al anarquismo. En 1966 creó la Organización Clandestina “Comando de Resistencia Santiago Pampillón”, con la que intervino en el “cordobazo”. Hizo el servicio militar como paracaidista y se entrenó con posterioridad en Cuba. Fue uno de los fundadores de las FAR y uno de los autores materiales del asesinato del General Juan Carlos Sánchez en 1972, y en 1973, con los Montoneros, de José Ignacio Rucci. Miguel Alejo Lebenson Rabinovich, NG ‘Julián’. En 1959, a los 22 años, marchó a Cuba con miembros de la Federación Juvenil Comunista. Posteriormente se apartaría del Partido Comunista -Línea Moscú- por su posición ambivalente y por el rechazo de ésta, oficialmente anunciado, a la tesis cubana. Fue dirigente estudiantil de la Facultad de Ciencias Exactas que se unió a los grupos del Ejército de Liberación Nacional (ELN) mientras estaba en Cuba y que luego se unió a las FAR. Fernando Abal Medina, fuertemente influenciado por las ideas del padre Mugica y el

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Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, a fines del año 1966 se vinculó a la revista Cristianismo y Revolución, donde conoció a su director Juan García Elorrio, vehemente ex seminarista fundador del Comando Camilo Torres. En 1967 se integró a dicha célula activista junto a Firmenich y Ramus. Allí conoció a Norma Arrostito, siete años mayor que él, quien se convertiría en su pareja. El 31 de julio de 1967 participó junto a John William Cooke de la primera conferencia internacional de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) en La Habana. En 1968 volvió a viajar a Cuba con Norma Arrostito, pero esta vez con el objetivo de recibir entrenamiento en la lucha armada revolucionaria. [Fue el autor material del asesinato del General Pedro Eugenio Aramburu el 1 junio de 1970.] (59) Norma Arrostito, originalmente del Partido Comunista Argentino, se incorpora al Comando Camilo Torres de Juan García Elorrio. En 1967 viajó a Cuba para participar en la primera convocatoria internacional de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) en La Habana. En 1968 volvió con Fernando Abal Medina a dicho país, pero esta vez con el objetivo de recibir entrenamiento específico en la lucha armada revolucionaria. [Formó parte del grupo que secuestró y asesinó al General Pedro Eugenio Aramburu el 1 de junio de 1970.] (60) Gasparini en el libro Montoneros, final de cuentas confirma también la estrecha relación de la banda con Cuba, cuando manifiesta: “Muchos pasaron por los ‘Comandos Camilo Torres’, que desde la revista ‘Cristianismo y revolución’ centralizó Juan García Elorrio. Otros emergieron de sectores cristianos independientes, como… Carlos Alberto Hobert, ‘el Diego Pingulis’. El único proveniente de ‘Tacuara’ fue Fernando Aval Medina. Gustavo Ramus tuvo un paso fugaz por ‘Guardia Restauradora Nacionalista’. Además del de Buenos Aires –que recién se unificó definitivamente en agosto de 1970- los otros dos núcleos fundadores (Córdoba primero, Santa Fe un poco después) procedían del cristianismo progresista y de la izquierda nacional. Entre otros el ‘Zapa’ Piotti, Miguel Ángel Bustos, Héctor Bruno, el ‘chino’ Prol, Luís Rodeiro, César Córdoba, el ‘gringo’ Elbio Alberione, Mariano Pujadas, Héctor Díaz, el ‘Churio’ Jorge Escribano, los hermanos Suarez, Fernando Vaca Narvaja, Alberto ‘Chacho’ Molinas, Cecilio ‘Cheche’ Salguero, el ‘pelado’ Baretta, el ex seminarista Orlando ‘Negro’ Montero, el ‘Chichilo’ Luján, Humberto Orlando ‘Hilo’ Anone, Leticia Jordán, Claudio Ehrenfeld, Susana Lesgart, Jorge Raúl Mendé, María Leonor Papaterra y los primos Yofre procedían en gran parte de la Agrupación de Estudios Sociales de la Universidad Católica, de la Federación de Agrupaciones Integralistas de la Universidad Nacional y la Agrupación barrial ‘Eva Perón’, todas de Córdoba. Raúl Clemente Yager, Fred Mario ‘Freddy’ Ernst, Roberto ‘Palometa’ Pirles, María Graciela de los Milagros Roldán, Osvaldo Cambiasso, ‘La Vieja’ Ezpeleta, Roberto Cirilo Perdía, Hugo Medina, el ‘Cara de Lápiz’ D’Angelo, los hermanos del ‘Chacho’ Molinas, Oscar Boero, Raúl Bracco, Ulises Amatti, René Haidar y los hermanos Oberlín, casi todos originarios del ‘Ateneo’ universitario o de la Acción Sindical de Santa Fe. Varios de todos ellos obtuvieron instrucción militar en Cuba, como Norma Arrostito, Gustavo Lafleur y Fernando Abal Medina. (61) Notamos que varios de los nombrados, habiéndose iniciado en los grupos violentos provenientes de la extrema derecha, sufrieron una transformación posterior hacia la extrema izquierda. Podemos buscarle una explicación a este fenómeno en el conocido y reiterado concepto de que ‘los extremos se tocan’. Pero esto no satisface como única respuesta a esta extraña situación. Tiene que haber alguna otra explicación. En primer lugar habría que hacer un profundo estudio psicológico y sociológico del terrorista argentino ya que es difícil de entender cómo han podido recorrer ese ‘proceso de metamorfosis del fascismo al marxismo’ sin mayores explicaciones, escrúpulos o remordimientos, tema que dejamos para

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que lo diluciden los expertos en esas disciplinas. Lo que sí encontramos nosotros es un solo hilo conductor, un solo factor común aplicable a todos ellos: una inclinación innata a la violencia, a una particular predisposición para matar o para morir, o sea, un enfermizo desprecio por la vida humana. Si es así, las causas habría que buscarlas en alguna falla de tipo cultural inherente a la sociedad argentina en su conjunto. El caso de José Baxter es un contrasentido a la lógica del comportamiento humano más elemental, ya que evolucionó mental e ideológicamente de ser un extremista de derecha, fascistoide, anticomunista y antisemita para convertirse en un extremista de izquierda, uno de los fundadores del ERP, para además, después, adoptar una posición más a la izquierda aún que la del propio Santucho. Realmente paradójico. EL BOTÍN DEL RESCATE DEL SECUESTRO DE LOS HERMANOS BORN Otra evidencia de la dependencia de los grupos terroristas argentinos del régimen cubano está dada por el destino dado al dinero producto del rescate pagado por la Empresa Bunge y Born a raíz del secuestro de los hermanos Born. Como se sabe, el 19 de septiembre de 1974 se produjo el secuestro. Algunas versiones indicaban que por lo menos 50 millones de US$ habían sido depositados en el Banco Nacional de Cuba. Durante muchos años el gobierno de Fidel Castro negó reiteradamente tener control sobre ese dinero. Sin embargo, tras más de veinte años de misterio, el ex-coronel Filiberto Castiñeiras Giabanes, quien se encuentra exiliado en los Estados Unidos, rompió el silencio para revelar el destino de esos fondos. El mismo Juan Gasparini lo confirma cuando escribe en su libro Montoneros, final de cuentas: ‘Por cierto, es imprescindible refrescar que la primera prueba tangible de la inversión de los Montoneros en Cuba apareció recién al promediar 1996, con las confesiones de Filiberto Castiñeiras Giabanes, un agente de inteligencia de la revolución de Fidel Castro, que defeccionó a los Estados Unidos…’. (62) Efectivamente, Castiñeiras entró en contacto con el botín montonero cuando servía como ayudante ejecutivo del brigadier general Pascual Martínez Gil, jefe de las Tropas Especiales, una unidad de elite que respondía al mando de José Abrantes, entonces viceministro del Interior a cargo de la seguridad del Estado cubano. Esta unidad servía de enlace para las operaciones de ayuda a los movimientos revolucionarios, lo que explica la decisión de mandar el dinero allí. Según declara Castiñeiras, los montoneros le habrían planteado el problema del dinero al embajador cubano en Buenos Aires, Emilio Aragonés Navarro y éste a su vez, como tenía relaciones muy directas con Fidel Castro y con Abrantes, les debe haber planteado la necesidad de trasladar ese dinero de Buenos Aires a Cuba. Fue así como fueron llegando a La Habana remesas que totalizaron 42 millones de dólares en efectivo, los que fueron guardados en una oficina secreta. Todo se hizo a través del correo diplomático. El terrorista Juan Manuel Zverko declaró, frente al fiscal federal Romero Victorica, que “La base Lima de la organización (Montoneros) estaba a cargo de Horacio Verbitsky cuyo nombre de guerra era el perro y que el dinero proveniente del secuestro de los hermanos Born fue hacia La Habana (Cuba) en sacos de cuatro y cinco millones de dólares. Y al no existir vuelos directos desde la Argentina a Cuba, se tuvo que hacer escala en Perú, con el apoyo de la mencionada Base Lima…” (63) Después de un tiempo se inició una operación para lavar ese dinero para lo cual se organizó un comando que empezó a lavarlo en Suiza en un principio. Como la maniobra en Suiza era complicada, coordinaron para que el Banco Nacional de Cuba (BNC) entregara el dinero en Checoslovaquia. Los checos se encargaron de lavarlo y de poner las cantidades que fuera pidiendo Cuba en el BNC. El dinero fue trasladado a Praga en tres viajes de dos correos y dos hombres de tropa, llevando entre doce y trece millones de dólares en cada viaje. Los vuelos los realizaban con las líneas de Aviación Cubana y con Checoslovak Airlines.

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Castiñeiras manifestó también haber conocido a casi todos los jefes montoneros que iban a retirar dinero: “Conocí a ‘Pepe’, es decir (Mario) Firmenich; a ‘Carlitos’ que era (Roberto) Perdía; al ‘Vasco’, (Fernando) Vaca Narvaja, a ‘Roque’ (Raúl) Yager, al ‘Viejo’ (Juan) Gelman…” Agregó que “…a Firmenich dio la casualidad de que tuve que ir a buscarlo a Italia, cuando fue por primera vez a Cuba, para darle cobertura. Fuimos a buscarlo a Roma con Hernández de Medina, que era el primer ministro de la embajada de Cuba en Buenos Aires. En otra oportunidad lo llevé al Líbano para que se entrevistase con (Yasser) Arafat.” “A partir del momento en que [los montoneros] se instalaron en Cuba, tenían total decisión sobre [el dinero], que lo iban solicitando en determinadas cantidades mensualmente.” (64) Evidentemente, las relaciones entre el régimen cubano y los montoneros eran más que fluidas, otra demostración del carácter internacional del terrorismo argentino. LA CONDUCCIÓN MONTONERA SE INSTALA EN CUBA Más evidencias acerca del apoyo cubano, las encontramos en el libro de Larraquy Fuimos Soldados ya mencionado cuando hace numerosas referencias que demuestran que la comandancia Montonera se había instalado y funcionaba desde Cuba. Por ejemplo, cuando escribe: “una noche, incluso, cuando todos estaban pensando cómo irse del país, [Mendizábal] le pidió a Julia que hiciera una interferencia desde la losa abandonada del edificio de enfrente del Regimiento 1 de Infantería de Patricios, de Palermo. Era un pedido que provenía de la Conducción en Cuba.” (65) Otro ejemplo del mismo libro: “A juicio de la conducción, el salto cualitativo de los conflictos era de tal dimensión que el mismo Firmenich había reproducido la localización geográfica de cada uno de ellos en la mesa de arena de la sede de la Comandancia en Cuba.” (66) Y otro más: “Los pasaportes y cédulas de identidad de cada miembro serían preparados por la Secretaría Técnica, establecida en Cuba, bajo la responsabilidad de Firmenich.” (67) Otro aspecto interesante en relación al apoyo cubano a los militantes montoneros y sus familiares, está dado por la existencia de guarderías para los hijos. Un testimonio es el de Cristina Zuker que relata en su libro ‘El tren de la victoria – una saga familiar’ que “…los padres de Marta, Keco y Luisa Libenson, fueron alertados por una carta de la propia organización sobre la presencia de su nieta en la guardería cubana… que llegaron a Méjico y de ahí se trasladaron a la isla. ‘Era normal, por un mecanismo de seguridad, una suerte de cobertura para ellos… que llegaron a La Habana en un avión cubano y los recogieron en la pista para que no quedara constancia de la entrada en el pasaporte’, me había explicado Susana, responsable de la guardería La Casita de Carmelo, en La Habana.” (68) Como se puede apreciar, el apoyo no estaba dado únicamente por la existencia de la guardería, sino también por la posibilidad de disponer de un avión para recoger personas de otro país y hacerlas ingresar desde la pista, eludiendo todos los trámites legales.

EXPANSIÓN DEL SOCIALISMO EN AMÉRICA LATINA LA TRICONTINENTAL Desde principios de los años 60, el gobierno revolucionario cubano, se dedicó a crear, incitar y apoyar a los grupos que actuaron en distintos países, como una forma de expandir el socialismo en el continente mediante la lucha armada. En pocas palabras, instrumentó lo

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que ahora da en llamarse, su propio “terrorismo de estado”. Más tarde, el objetivo fue, en conexión con algunos de los partidos comunistas locales, el de lograr la integración y coordinación de dichos grupos. Sus acciones diplomáticas y militares intervencionistas contra los países de la región para expandir la revolución comunista fueron tan extremos que determinaron su expulsión de la Organización de Estados Americanos (OEA) en el año 1964, lo que provocó que recurrieran al modo de acción de generar reuniones de todo tipo para neutralizar su aislamiento. Solo Méjico mantuvo relaciones con ella. Claire Sterling (69) manifiesta que “casi todos los tipos de grupos guerrilleros armados, antiestalinistas o trotskistas, dedicados a destruir los centros vitales del ‘imperialismo multinacional’, han contado desde entonces con la simpatía discreta del Kremlin”. Para lograr el objetivo mencionado “la dirigencia cubana resolvió organizar una serie de reuniones, conferencias y seminarios sobre los tópicos más diversos, con la finalidad de establecer directivas, relacionar dirigentes de distintas nacionalidades entre sí e intentar promocionarlas internacionalmente para respaldar sus esfuerzos políticos”. (70) Una de esas reuniones fue la “Primera Conferencia de Solidaridad con los Pueblos de Asia, África y América Latina”, más conocida como la “Tricontinental”, que se llevó a cabo en La Habana, en enero de 1966. La conferencia creó un órgano permanente con sede en La Habana, la “Organización de Solidaridad con los Pueblos de Asia, África y América Latina”, “OSPAAAL”. Carlos Manuel Acuña le asigna a esta conferencia “el carácter de una verdadera declaración de guerra, ya que en el discurso de clausura, Fidel Castro dijo, entre otras cosas: “En muchas naciones de América se dan las condiciones plenas para la lucha armada revolucionaria… En la América Latina no debe quedar ni uno, ni dos ni tres pueblos luchando solos contra el imperialismo… Nosotros creemos que en este continente, en todos o en casi todos los pueblos, la lucha asumirá las formas más violentas. Y cuando se sabe eso, lo único correcto es prepararse para cuando esa lucha llegue. ¡Prepararse!” Detrás de la fachada de una reunión tercermundista se movía el poderoso aparato de la inteligencia de Cuba. La Tricontinental resultaría el mecanismo cubano ideal para crear grupos terroristas, para desatar conflictos de baja intensidad y para la penetración política y el trabajo de espionaje. La Tricontinental, desde Europa y Canadá, lanza una avalancha de publicaciones en diversas lenguas con fines de propaganda… la editorial canadiense Davies Book Company en Montreal fue la encargada de distribuir las publicaciones cubanas en el continente americano. (71) En esta primera conferencia Tricontinental las delegaciones acordaron prestar ayuda incondicional a los movimientos armados en África, Asia y América Latina, proporcionar el más enérgico sostén a los movimientos revolucionarios en el Caribe y el sur del continente latinoamericano y formar un organismo coordinador de la lucha en América Latina. A esta reunión concurrieron entre 483 y 513 representantes. El número varía según la fuente que se consulte, y de las 82 u 83 delegaciones que concurrieron, 27 eran latinoamericanas. La delegación argentina estuvo compuesta por ciento ochenta personas. (72) Entre sus miembros eligieron a John William Cooke como su presidente. Cooke, nació en La Plata en 1919. Fue un personaje importante en la historia de los movimientos terroristas argentinos. Fue radical, socialista y peronista. Fue diputado por el peronismo entre 1946 y 1952. En el ámbito universitario fue profesor titular de Economía Política en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires entre 1946

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y 1955. Luego de la Revolución Libertadora en 1955, participó en la resistencia y siempre se mantuvo fiel a Perón, quien lo reconoció como el único dirigente político ciento por ciento leal. Tanto fue así que Cooke fue su representante en la Argentina durante sus primeros años en el exilio en Caracas, Venezuela. Mediante una carta Perón le concedió la autorización para “asumir su representación en todo acto u acción política [como así también para] presidir a la totalidad de las fuerzas peronistas organizadas en el país y en el extranjero”. Además Cooke fue el principal líder de la resistencia peronista entre 1955 y 1959 y el artífice de las relaciones del peronismo con los movimientos revolucionarios de todo el tercer mundo y con Cuba. Murió de cáncer en 1968. (73) La influencia de Cooke, a través del pensamiento y la ideología que impuso sobre algunos personajes de la época, marcó en forma manifiesta a aquellos ya embarcados en acciones de lucha armada. Como ejemplo, escribió una carta, el 18 de agosto de 1961, desde Cuba, a Genaro Carabajal, uno de los comandantes del grupo Uturuncos, que actuaba en el país bajo el seudónimo de ‘Alhaja’: “Por lo que usted me dice, comprendo que están formando cuadros y dando instrucción tanto doctrinaria como específicamente militar. Eso es lo que corresponde, a mi entender. La difusión de la Revolución Cubana, no su aprovechamiento, ayudará enormemente a crear en el país, sobre todo en grupos juveniles, la idea de cuál es la salida, cualesquiera sean las combinaciones electorales actuales, combinaciones que nada lograrán.” (74) Escribe Artemio López: (75) “El primer camino abierto por Cooke de introducir núcleos teóricos marxistas dentro del discurso y práctica populista es bien conocido por sus efectos: es clara la influencia del pensamiento de John William Cooke sobre amplios grupos de intelectuales peronistas y dirigentes de organizaciones gremiales, guerrilleras y políticas desde mediados de los años sesenta. En efecto, tanto sobre la primera y segunda fase de organización y resistencia peronista, la CGT de los Argentinos y los programas de La Falda y Huerta Grande, como en numerosos grupos de intelectuales reunidos en diarios y revistas […] y sobre investigadores notables como Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde, resulta fuerte la inspiración cookista. Igualmente son tributarios explícitos del pensamiento de Cooke grupos guerrilleros emblemáticos como las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y organizaciones político-territoriales múltiples, cuyo paradigma fue el denominado Peronismo de Base.” Cooke consideraba que el peronismo debía transformarse en un movimiento revolucionario, con estrategias insurreccionales, para lograr la toma del poder. A partir de su viaje a la Cuba de Fidel Castro y de Guevara en 1960, fue invitado a permanecer en la isla. Allí, su militancia lo llevó a defender la Revolución Cubana hasta con las armas, frente a la invasión de Playa Girón, en la Bahía de los Cochinos. (76) La influencia cubana lo llevó a sostener la necesidad de profundizar la teoría estratégica del “foquismo”, inspirada por Guevara, a partir de la revolución castrista cuyo foco había sido establecido en la Sierra Maestra. Esta estrategia político-militar proponía convocar a las masas a la lucha armada a medida de que el foco se fuera expandiendo. La idea era que esta acción haría que el pueblo se fuera uniendo progresivamente a partir del ejemplo de unos pocos y así alcanzar el objetivo de la toma del poder para conducir a la nación a una revolución social. OTROS ARGENTINOS EN LA TRICONTINENTAL En enero de 1966, la Tricontinental, además de Cooke, contó con la presencia de otros

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argentinos, entre ellos: Alfredo Varela, militante comunista, Miguel Rubinich, militante del Partido Comunista Revolucionario, Alcira de la Peña, fundadora de la Liga Argentina por los Derechos Humanos que en las elecciones nacionales de 1951 fue postulada al cargo de vicepresidente por el Partido Comunista Argentino, José Vazeilles, delegado del Movimiento de Liberación Nacional, profesor universitario, escritor e historiador del movimiento socialista que integró el equipo legislativo de Abel Alexis Latendorf quien también formó parte de la conferencia. Latendorf, militante del Partido Vanguardia Popular integró además la delegación argentina invitada por Ernesto Guevara a Cuba en enero de 1959. Fue uno de los fundadores de la OSPAAAL, y cofundador de la revista ‘Che’ y de numerosas publicaciones en los años ‘60 y ‘70. Integraba el plantel de profesores de la cátedra ‘Ernesto Che Guevara’ de la UBA en los años 2000 y 2001. Vazeilles y Latendorf conformaron, en el año 2001, la lista de candidatos del Partido Obrero-MAS. Otros fueron Carlos Laforgue, de la Juventud Peronista, Miguel A. Ruiz, Juan Sandis, R. Queyo, Juan Lefcovich e Ismael Viñas, también del Movimiento de Liberación Nacional. Hubo representantes de la Federación Universitaria Argentina (FUA) y del Movimiento de Unidad y Coordinación Sindical (MUCS). (77) Entre los asistentes extranjeros importantes figuraban Amilcar Cabral, dirigente político y militar, que abrazó la guerra de guerrillas como vía fundamental para liberar a su pueblo, Guinea Bissau, del colonialismo portugués, Agostino Neto, dirigente angoleño, líder del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) y Salvador Allende, que ocupó un destacado lugar en el ámbito de esta Conferencia ya que fue quien presidió la misma. Propuso la creación de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS). Brindó su apoyo a la guerrilla del Che Guevara y posteriormente, cuatro años más tarde, en 1970, fue elegido presidente de la República de Chile por el partido Unidad Popular. (78) El chileno Carlos Altamirano, que llamó a la lucha armada bajo el slogan “avanzar sin transar”. El guatemalteco Luis Augusto Turcios Lima, que fue miembro del Ejército de Guatemala y recibió instrucción militar en Fort Bragg, Estados Unidos. Se levantó en armas contra el gobierno de su país. En el año 1962 constituyó las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), y dirigió el grupo guerrillero que actuó en Sierra de las Minas. Murió en octubre de 1966 en un accidente automovilístico durante una acción guerrillera. Además, estuvieron presentes el guyanés Cheddy Jagan, (1918 – 1997), quien fue Primer Ministro de la recién nacida República de Guyana, ex Guayana Británica. Jagan fue líder y fundador del Partido Comunista de Guyana. Fue derrocado por el gobierno de Raúl Leoni. Pedro Medina Silva, oficial de la Marina de Venezuela quien, junto a otros camaradas, se sublevó el 2 de junio de 1962 en la base naval de Puerto Cabello. En esa oportunidad se produjeron dos levantamientos militares no sincronizados entre las Fuerzas Armadas y la izquierda insurreccional venezolana, ocurridos durante la presidencia de Rómulo Betancourt (1959-1964). En estos acontecimientos se pudo comprobar la participación de políticos ligados al Partido Comunista de Venezuela. Nguyen Van Tien, de Vietnam del Sur, dirigente del Frente de Liberación de Vietnam del Sur, invitado a Cuba por Guevara a los festejos del 26 de julio de 1963. También tuvo su representación el Vietcong. De la República Oriental del Uruguay, Rodney Arismendi, nacido en 1913, que en los años 30 ingresó al Partido Comunista de Uruguay (PCU). Se destaca de él una de las más originales contribuciones al marxismo con su teoría de la revolución continental, que planteaba, dialécticamente, la unidad esencial de la revolución latinoamericana. Bregó por la unidad del movimiento comunista internacional y de las fuerzas antiimperialistas. Murió en 1989. Stokley Carmichael, Julius Lester y George Washington Ware, dirigentes del ‘Poder Negro’ de los Estados Unidos también formaron parte del encuentro, lo mismo que el venezolano que

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iba a convertirse en el terrorista más temible y famoso a nivel mundial, “Carlos” o “El chacal”, cuyo verdadero nombre era Ilich Ramírez Sánchez. Así mismo se encontraba representada la Organización por la Liberación de Palestina, (OLP), tema que, por su importancia en las relaciones más directas con el terrorismo argentino, lo desarrollaremos más adelante. La Tricontinental iba a convertirse, en palabras de Claire Sterling, “en el principio de un ataque masivo contra el capitalismo occidental en general y en particular contra los Estados Unidos, con la creación de la Guerrilla Internacional.” (79) Como vemos, al estar representada la Argentina en esta reunión mediante la presencia de ciento ochenta miembros, no se puede pensar que el terrorismo argentino haya sido simplemente local. Nadie mejor que Claire Sterling, nuevamente, para explicarlo: “El hecho de que haya un circuito terrorista internacional, que una gran multitud de grupos terroristas se hayan estado ayudando unos a otros y obteniendo asistencia de personas del exterior que no pueden decir que [lo hayan hecho desinteresadamente], no constituye información secreta ni clasificada para nadie. Hay suficientes pruebas… Esto no demuestra que exista una conspiración mundial, bien planeada y de mando centralizado. Sin embargo, si bien todas esas bandas de terroristas pueden no estar fusionadas, cuando menos, están enlazadas unas a otras.” (80) MÁS VISITAS A CUBA A partir de la Tricontinental también se intensificaron las visitas a Cuba, como por ejemplo, la de 2500 jóvenes de toda América (inclusive de los Estados Unidos), que fueran seleccionados para formar parte de la ‘Brigada Venceremos’ entre 1969 y 1977. (81) Un norteamericano, Phil Hutchings, señaló: “Nosotros somos activistas tratando de construir un movimiento radical en EE.UU., quienes apoyamos, a la vez, la revolución cubana. La Brigada trata de activar a la gente mostrándole lo que una sociedad socialista es, y así fomentar aquí la lucha.” (82) Continuando con la información acerca de terroristas argentinos que pasaron por Cuba, hay otros ejemplos que vale la pena mencionar por la importancia que adquirieron en la dirección de los grupos del peronismo de izquierda. Gonzalo Leónidas Chaves (83) fue militante de la organización Montoneros. En 1974 pasó a la clandestinidad y a partir de 1977 estuvo exiliado en varias oportunidades en Madrid, Méjico, La Habana y Brasil. Era uno de los hijos del Suboficial de Ejército Horacio Chaves, que participó en el levantamiento de junio de 1956 y actuó en la resistencia peronista. Comentó que el padre le preguntó si quería viajar a Cuba, dado que “Cooke estaba convocando gente desde allá. Aceptó la invitación e hizo el viaje con Caratolli [el ‘loco’ Roberto Caratolli, militante de la JP de La Plata]… Cruzaron a Montevideo y de allí a La Habana, donde se encontró con ´Pichila’ Fonseca [Néstor Fonseca, militante de la JP], Saavedra [Clemente Saavedra, también de la JP] y Banegas [Carlitos] todos de la JP de La Plata.” Cuando llegaron los esperaba Alicia Eguren, la compañera de Cooke, quien los llevó “al encuentro con un grupo nutrido de argentinos. Estaban todos peleados entre sí, muy divididos, había poco acuerdo y mucha discusión al pedo (sic). Sin embargo, cuando estalla la crisis de los cohetes entre la Unión Soviética, Cuba y los Estados Unidos, el 23 de noviembre de 1962, y los norteamericanos amenazan con invadir la isla, todos los peronistas nos alistamos para defender palmo a palmo la dignidad de Cuba.” (84) Cuando ellos mismos declaran haber estado exiliados en tantos países, cabe preguntarse: ¿de

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qué vivían?, ¿quiénes los mantenían? La respuesta es que indudablemente existió una red internacional de apoyo, ya que si bien contaban con ingentes recursos propios obtenidos a partir de secuestros y otras acciones como extorsiones a empresarios o asaltos a bancos, el hecho que pudieran reunirse libremente y operar y capacitarse en el extranjero, prueba la anuencia y el apoyo que daban a sus actividades los gobiernos de los países que frecuentaban. Jorge Omar Lewinger, fue periodista responsable, en diversas oportunidades, de las publicaciones “El Descamisado”, “El Peronista” y “Causa Peronista”, de los Montoneros. Al principio había militado en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). En septiembre de 1967 viajó a Cuba junto a Roberto Pampillo, NG ‘El Gallego’, su novia, Elida D’Ippolito, NG ‘Analía’, Humberto D’Ippolito, NG ‘Gordo Pablo’, Arturo Lewinger, su hermano, Eva Gruszka, NG ‘La Colorada’, Luis Piriz y “muy pocos compañeros más”, con la intención de sumarse al accionar de Guevara. “Estos compañeros luego serían destacados militantes de Montoneros. Humberto (D’Ippolito) finalmente se integró a Descamisados y Luis Piriz al ERP.” Cuando regresaron a la Argentina, formaron uno de los grupos que luego pasaron a configurar las FAR. (85) Como agente de apoyo externo participó, en el año 1972, en la fuga de terroristas del penal de Trelew, donde se encontraba detenido su hermano, Arturo. A raíz de esta operación, fue detenido y recobró su libertad en 1973 con la amnistía de Cámpora-Righi. Estuvo exiliado en Méjico en 1977 y 1978, donde dirigió el periódico “Vencer”, órgano del Movimiento Peronista Montonero. Gustavo Rearte, militante de la JP, estuvo detenido desde 1961 al 1963 a raíz de haber asaltado, en 1960, un puesto de guardia de la Fuerza Aérea cerca de Ezeiza. Fue uno de los principales organizadores del Movimiento Peronista Revolucionario. Viajó en varias oportunidades a Cuba. Una de ellas fue para integrar la delegación argentina que participó en el congreso de la OLAS. Aunque mantenía ciertas diferencias de opinión con Cooke, la relación entre ellos fue muy estrecha. “Gustavo estuvo varias veces [en la Isla] y mantenía una relación muy estrecha con los cubanos, nunca ocultó su solidaridad y apoyó la lucha que libraba el Che en Bolivia.” (86)

ORGANIZACIÓN LATINOAMERICANA DE SOLIDARIDAD - OLAS Las 27 delegaciones de América Latina que asistieron a la Tricontinental constituyeron a su vez, al día siguiente de su finalización, la Organización Latinoamericana de Solidaridad, OLAS, cuya sede se radicó en La Habana. Es interesante señalar que durante más de un año el aparato estatal cubano trabajó en forma secreta para estudiar las debilidades de cada país latinoamericano con la finalidad de producir un plan coordinado de acciones revolucionarias en los distintos campos analizados. La OLAS inició sus reuniones el 31 de julio de 1967 en el Hotel ‘Habana libre’. Ernesto Guevara fue elegido presidente en ausencia, ya que había iniciado su periplo de expansión de la revolución en la selva boliviana, donde encontró la muerte pocos meses después. Carlos Manuel Acuña escribe que “Guevara había dejado un mensaje de salutación con consideraciones acerca de las perspectivas del marxismo en el mundo y la necesidad de realizar con urgencia la revolución en el continente.” (87) No hemos encontrado datos acerca de cuál fue ese mensaje, ya que después del último conocido, que fue pronunciado por Guevara en la conferencia Tricontinental, no hay constancias de otro discurso antes de su muerte. Es por ello que podemos considerar casi sin temor a equivocarnos, que el mensaje transmitido en esta primera reunión de la OLAS, debe haberse tratado del “Mensaje a los pue-

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blos del mundo a través de la Tricontinental” pronunciado en abril de 1967, en cuyo enunciado decía: “Crear dos, tres... muchos Vietnam, es la consigna.” En dicho discurso, Guevara dijo, entre otros conceptos, lo siguiente: “Nuevos brotes de guerra surgirán en estos y otros países americanos, como ya ha ocurrido en Bolivia, e irán creciendo, con todas las vicisitudes que entraña este peligroso oficio de revolucionario moderno. Muchos morirán víctimas de sus errores, otros caerán en el duro combate que se avecina; nuevos luchadores y nuevos dirigentes surgirán al calor de la lucha revolucionaria. El pueblo irá formando sus combatientes y sus conductores en el marco selectivo de la guerra misma, y los agentes yanquis de represión aumentarán. Hoy hay asesores en todos los países donde la lucha armada se mantiene y el ejército peruano realizó, al parecer, una exitosa batida contra los revolucionarios de ese país, también asesorado y entrenado por los yanquis. Pero si los focos de guerra se llevan con suficiente destreza política y militar, se harán prácticamente imbatibles y exigirán nuevos envíos de los yanquis. En el propio Perú, con tenacidad y firmeza, nuevas figuras aún no completamente conocidas, reorganizan la lucha guerrillera. Poco a poco, las armas obsoletas que bastan para la represión de pequeñas bandas armadas, irán convirtiéndose en armas modernas y los grupos de asesores en combatientes norteamericanos, hasta que, en un momento dado, se vean obligados a enviar cantidades crecientes de tropas regulares para asegurar la relativa estabilidad de un poder cuyo ejército nacional títere se desintegra ante los combates de las guerrillas. Es el camino de Vietnam; es el camino que deben seguir los pueblos; es el camino que seguirá América, con la característica especial de que los grupos en armas pudieran formar algo así como Juntas de Coordinación para hacer más difícil la tarea represiva del imperialismo yanqui y facilitar la propia causa.” (88) BASES PARA LA JUNTA DE COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA Vemos en esta parte del discurso de Guevara, además de la incitación a la violencia y la lucha armada, el comienzo del objetivo que poco tiempo después se convertirá en realidad: la formación de las Juntas, ya que, como veremos más adelante, se creó la “Junta Coordinadora Revolucionaria”, más conocida como JCR. También este discurso confirma lo afirmado por la Cámara Federal en la causa 13, que condenó a los Comandantes, cuando manifiesta en su sentencia que “como se desprende de lo hasta aquí expresado, debemos admitir que en nuestro país sí hubo una guerra interna, iniciada por las organizaciones terroristas contra las instituciones de su propio Estado,” realidad tantas veces negada por los grupos simpatizantes de los terroristas argentinos, que no reconocen que lo ocurrido en esa época en el país fue una verdadera guerra. Proseguía el discurso de Guevara: “América, continente olvidado por las últimas luchas políticas de liberación, que empieza a hacerse sentir a través de la Tricontinental en la voz de la vanguardia de sus pueblos, que es la Revolución cubana, tendrá una tarea de mucho mayor relieve: la de la creación del segundo o tercer Vietnam del mundo.” (89) La presidencia efectiva de la primera reunión de la OLAS en 1967 estuvo a cargo de la cubana Haydeé Santamaría Cuadrado, vicepresidentes fueron el uruguayo Rodney Arizmendy, el venezolano Francisco Prada y el dominicano Gerardo Sánchez. No todos los representantes de los partidos comunistas de América reunidos en La Habana, pensaban igual o coincidían en los modos de acción futuros. Tanto es así que se produjo una situación polémica entre ellos. Se alineaban en dos extremos; por un lado figuraban los de

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Argentina y Brasil, considerados desviacionistas de derecha, ya que sostenían la necesidad de trabajar políticamente dentro de las masas utilizando las vías legales, y descartaban la posibilidad de la insurrección violenta. Esta posición llevó al Partido Comunista Argentino a no integrarse a la OLAS. Además, su actitud ambivalente o de reconocida dualidad, producto de su subordinación al Partido Comunista Ruso y sostenida en años posteriores, fue el motivo por el cual el gobierno militar, una vez producido el golpe de 1976, no proscribió ni declaró ilegal al PCA. Por supuesto que en la conferencia la contrapartida a esa posición fue la tendencia a favor del uso de las armas para hacer la revolución y para la toma del poder, impulsada por los cubanos y acompañados por grupos de diferentes países, entre ellos argentinos, y sostenida por algunos de los otros partidos comunistas, como el uruguayo, el dominicano y un sector del venezolano. La OLAS declaró que el conflicto armado era la única vía de acceso al poder y que la guerrilla resultaba la regla más eficaz para obtenerlo. La resolución también afirmaba que el marxismo-leninismo orientaba al movimiento revolucionario de América Latina y que Cuba era la vanguardia. A la vez, la OLAS hizo un llamado clarísimo para que en todos los países se crearan Ejércitos de Liberación Nacional (ELN) en apoyo de la campaña de Guevara, los que posteriormente a la muerte de éste adoptaron distintos nombres. Quedó claro que Cuba proporcionaría santuario, comunicaciones, entrenamiento y dinero a todas las organizaciones clandestinas que emplearan la violencia, como las Brigadas Rojas, los Tupamaros, los Montoneros, el MIR chileno, los comandos palestinos de George Habash, grupos comandos en México, los Macheteros en Puerto Rico, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), el Comando Budiá, el Frente de Liberación de Carlos Semprún y otro grupo de organizaciones más pequeñas que adeudarán parte de su existencia a la ‘generosidad’ de Castro. TRES COLUMNAS FUNDACIONALES Con respecto al llamado a crear Ejércitos de Liberación Nacionales, en nuestro país se constituyeron tres columnas, que fueron numeradas como 1, 2 y 8. Cada una de ellas poseía distintas características ideológicas. La columna 1, trotskista, estaba conformada por el PRT. La columna 2, marxista-leninista, por las FAR, PCR, FJC y FAL. La columna 8, del peronismo revolucionario, estaba compuesta por Cristianismo y Revolución, y FAP, o sea, los futuros Montoneros. En estas columnas se entroncó la casi totalidad de las organizaciones terroristas subversivas de la Argentina. El discurso de cierre de la primera conferencia de OLAS, el 10 de agosto de 1967, fue pronunciado por Fidel Castro, en el que manifestó: “No nos consideramos los maestros, no nos consideramos los trazadores de pautas, como se nos quiere atribuir. Pero tenemos el derecho de considerarnos un Partido marxista-leninista, un Partido Comunista”… “Y nuestra satisfacción es muy profunda, y miramos con júbilo y no con nostalgia, con alegría y no con tristeza, que las filas del movimiento revolucionario se amplíen, que las organizaciones revolucionarias se multipliquen, que el espíritu marxista-leninista se abra paso, es decir, las ideas marxista-leninistas; y experimentamos una profunda satisfacción cuando en la resolución final de esta conferencia se proclama que el movimiento revolucionario en América Latina está orientado por las ideas marxista-leninistas”… “Es decir que hay un movimiento en este continente mucho más amplio que el movimiento constituido simplemente por los partidos comunistas en América Latina, y que a ese movimiento amplio nos debemos nosotros, y que juzgaremos la conducta de las organizaciones no por lo que digan que son sino por lo que demuestren que son, por lo que hagan, por su conducta”… “La guerrilla está lla-

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mada a ser el núcleo fundamental del movimiento revolucionario. No quiere decirse que la preparación del movimiento guerrillero pueda surgir sin ningún trabajo previo; no quiere decir que el movimiento guerrillero sea algo que puede prescindir de una dirección política. ¡No! No negamos el papel de la organización dirigente, no negamos el papel de la organización política. La guerrilla es organizada por un movimiento político, por una organización política. Lo que creemos incompatible con una correcta concepción de la lucha guerrillera es la pretensión de dirigir la guerrilla desde la ciudad. Y en las condiciones de nuestro continente será muy difícil suprimir el rol de la guerrilla.” Siguió diciendo Castro en ese mismo discurso: “El revolucionario en función de su idea y su propósito revolucionario emplea los distintos medios. La esencia de la cuestión está en si se le va a hacer creer a las masas que el movimiento revolucionario, que el socialismo, va a llegar al poder sin lucha, que va a llegar al poder pacíficamente. ¡Y eso es una mentira! Y los que afirmen en cualquier lugar de América Latina que van a llegar pacíficamente al poder estarán engañando a las masas”… “La guerrilla es la forma principal de lucha, y eso no excluye todas las demás manifestaciones de lucha armada que puedan surgir.”

LA JUNTA DE COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA - JCR Otra evidencia del accionar conjunto de los grupos terroristas argentinos y extranjeros, lo da la creación, en 1972, de la Junta de Coordinación Revolucionaria (JCR). Si quisiéramos resumir este trabajo, ya, con este solo hecho, podemos justificar su título: Terrorismo en la Argentina, parte de una red internacional. Habíamos visto que la idea de crear ‘juntas de coordinación’ ya había sido presentada por Ernesto Guevara en su discurso ante la Tricontinental cuando promovió la idea de que los “grupos en armas pudieran formar algo así como Juntas de Coordinación para hacer más difícil la tarea represiva del imperialismo yanqui y facilitar la propia causa.” Esta recomendación fue tenida especialmente en cuenta por las organizaciones terroristas subversivas, las que a partir de ese momento iniciaron o aumentaron las relaciones entre ellas, con miras a cumplir con aquel mandato. (90) La JCR tuvo una importante gravitación en el desarrollo de la guerra revolucionaria en el cono sur latinoamericano. Sus antecedentes se remontan al año 1968, cuando comenzó la colaboración, en forma no orgánica y mediante reuniones bilaterales, entre el PRT-ERP de la Argentina, el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile), el MLN-Tupamaros (Movimiento de Liberación Nacional de Uruguay) y el ELN (Ejercito de Liberación Nacional de Bolivia). Estos contactos y sus consecuentes reuniones entre sus cuadros les permitió un fluido intercambio de experiencias, a la vez que los estimuló para crear una organización internacional que les permitiera, a través de la cooperación y la acción armada conjunta, la imposición de gobiernos comunistas en los cuatro países asociados. (91) Los antecedentes de la colaboración mutua entre las cuatro organizaciones que integraron la Junta de Coordinación Revolucionaria se remontan al año 1968, como se dijo, pero es sólo en noviembre de 1972 cuando comenzó a concretarse la idea de una coordinación orgánica permanente, originándose a partir de allí numerosos contactos bilaterales entre los grupos nombrados.

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Algunos de esos contactos previos a su concreción, fueron, por ejemplo, la reunión mantenida en 1969, en La Paz, entre un miembro de la dirección nacional del PRT-ERP y el boliviano Inti Peredo. (92) También en La Paz, en 1970, se realizaron reuniones entre un delegado del MLN(T) y Chato Peredo (hermano de Inti). Entre 1971 y 1972 se llevaron a cabo varios contactos entre componentes del MLN(T) y del PRT-ERP en Buenos Aires y Montevideo, como así también varias reuniones entre dirigentes del MIR y del PRT-ERP en Santiago de Chile. En julio de 1971, una delegación del PRT-ERP, encabezada por Mario Roberto Santucho, viajó a Cuba invitada a los festejos del aniversario del asalto al cuartel de La Moncada. Allí se concretó el acercamiento, y se afianzaron los contactos con el MLN-Tupamaros y se retomó la concepción estratégica de Cuba de apropiarse del control de la Guerra Revolucionaria en el ámbito del Cono Sur, utilizando una organización supranacional para coordinar el ataque a las instituciones de los Estados. En noviembre de 1972 se realizó, en Santiago de Chile, la reunión fundacional de la JCR. De la misma participaron la Comisión Política del MIR chileno, miembros uruguayos de la Dirección Nacional del MLN-Tupamaros y tres representantes del Buró Político del PRT-ERP argentino. Miguel Enriquez, secretario general del MIR, expuso la necesidad de concretar esa organización internacional para llevar a cabo la lucha armada para la implantación del socialismo, tomando como ejemplo la revolución cubana. Enriquez llamó “pequeño Zimmerwald” a la organización que propuso construir. Esta denominación surgíó como referencia inequívoca al antecedente leninista de 1915, durante la Primera Conferencia de los Internacionalistas en la localidad de ese nombre, en Suiza, y en la que el grupo formado por Lenin reunió a los revolucionarios del movimiento socialista internacional. (93) Los miembros constituyentes de la Junta manifestaron “reconocer que la vanguardia revolucionaria latinoamericana, vigorizada por el éxito de la revolución cubana, inició un proceso general de auge antiimperialista y revolucionario en busca de una solución definitiva para la crítica situación económico-social, producto de la explotación imperialista. Heroicas vanguardias no vacilaron en colocarse a la cabeza de esas luchas, no vacilaron en sobrepasar las estériles concepciones reformistas, y se lanzaron decididamente por el camino de la lucha armada.” Seguían diciendo: “Pero nuestra juventud e inmadurez, graves déficits ideológicos y clasistas, impidieron a esa vanguardia combatiente encontrar el sendero de la guerra revolucionaria. Así, extraviados en la maraña, no supimos dirigir correctamente a nuestros pueblos en la difícil tarea revolucionaria. Pero no nos desanimamos. Los supervivientes de esas luchas y, principalmente, las nuevas camadas de revolucionarios que acudieron a nuestras trincheras afirmaron su determinación a combatir y vencer, galvanizados por el ejemplo heroico de los precursores principalmente por la gloriosa epopeya del comandante Guevara”. (94) Así, Enríquez argumentaba, examinando la situación latinoamericana y mundial, acerca de “la urgente necesidad de coordinar las luchas revolucionarias en el cono sur de América Latina a partir de la influencia adquirida por la lucha de las tres organizaciones.” (95) La propuesta de Enríquez fue aceptada unánimemente, sin observaciones, y en pocos minutos se pasó a discutir los pasos prácticos para concretar el objetivo planteado. Así fueron adoptadas un conjunto de resoluciones: n Preparación de un proyecto de declaración conjunta, n Preparación de un proyecto para la edición de una revista política, n Organización de una escuela de cuadros conjunta, n Proyecto de formas de funcionamiento orgánico, etc.

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Estos contactos, que abrieron una nueva y más profunda etapa de colaboración en las que se consolidaron vínculos y de los que surgieron actividades para ser ejecutadas conjuntamente, “permiten iniciar un conocimiento mutuo, que al tiempo que significan un valioso intercambio de experiencias, constituyen los primeros lazos entre organizaciones revolucionarias que libran una lucha similar en cuatro países sudamericanos.” (96) En la reunión constitutiva de la JCR no estuvieron presentes los representantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) boliviano. Posteriormente, mediante conversaciones sostenidas por dirigentes Tupamaros con dirigentes del ELN(B), en las que se habló de la posibilidad de que el ELN(B) participara en el proyecto del “pequeño Zimmerwald”, éstos, en total coincidencia con lo tratado y en conocimiento de las resoluciones adoptadas en noviembre, plantearon formalmente su total acuerdo y su voluntad de incorporarse a ese esfuerzo Internacionalista. LA ESCUELA INTERNACIONAL DE CUADROS A lo largo del año 1973 se consolidaron los vínculos y se organizó la Escuela Internacional de Cuadros, en primer término en Chile y posteriormente en la Argentina. Comenzó así el trabajo del organismo conjunto, llegándose a un funcionamiento sistemático con la práctica de reuniones semanales y la integración de distintos equipos de tareas conjuntas, como fabricación de armas, intercambio de combatientes, realización de congresos conjuntos, etc. (97) Luego del golpe de estado chileno del 11 de septiembre de 1973, la sede de la JCR pasó de Santiago de Chile a Buenos Aires, dado que la situación chilena absorbió todos los esfuerzos del MIR. Desde la nueva sede, Mario Roberto Santucho le impuso una actividad febril y constante, centrada tanto en el intercambio de militantes para dar una imagen panamericanista de la organización, como en la unificación de la estrategia revolucionaria y en la difusión de la propaganda destinada a obtener adhesiones en el orden internacional. (98) El año 1974 se inició con la preparación de una declaración que fue ratificada por las cuatro bandas terroristas subversivas, y que sirvió de lanzamiento público, no sólo en Latinoamérica sino en el mundo. La declaración, discutida por las cuatro organizaciones y aprobada por ellos luego de distintos aportes y modificaciones, fue traducida a varios idiomas, y la hicieron circular profusamente en los medios de comunicación y publicaciones de izquierda, particularmente en la Argentina, Francia, Italia, Suecia y la República Federal Alemana. (99) Así se oficializó la existencia de la JCR. DEFINEN LA “GUERRA REVOLUCIONARIA” La declaración definía claramente el carácter y los objetivos de la JCR al señalar que “nos une la comprensión de que no hay otra estrategia viable en América Latina que la estrategia de la guerra revolucionaria. Que esa guerra revolucionaria es un completo proceso de lucha de masas, armado y no armado, pacífico y violento, donde todas las formas de lucha se desarrollan armónicamente convergiendo en torno al eje de la lucha armada. Que para el desarrollo victorioso de todo el proceso de guerra revolucionaria es necesario movilizar a todo el pueblo bajo la dirección del proletariado revolucionario. Que la dirección proletaria de la guerra revolucionaria se ejercita por un partido de combate marxista-leninista, de carácter proletario, capaz de centralizar y dirigir, uniendo en un solo y potente haz todos los aspectos de la lucha popular, garantizando una dirección estratégica justa... que bajo la dirección del parti-

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do proletario es necesario estructurar un poderoso ejército Popular... Que es necesario construir asimismo un poderoso frente obrero y Popular de masas que movilice a todo el pueblo progresista y revolucionario... a las más amplias masas cuya lucha corre paralela, convergiendo a cada momento y estratégicamente con el accionar militar del Ejército Popular y el accionar político clandestino del partido proletario”. Continuaba expresando que “este importante paso es la concepción de una de las principales ideas estratégicas del Comandante Che Guevara, héroe, símbolo y precursor de la revolución socialista continental”. (100) Desde ese momento el funcionamiento orgánico de la JCR no dejó de consolidarse y poco a poco comenzó a hacerse presente en los acontecimientos internacionales. Esta declaración fue tomada por la banda terrorista PRT-ERP argentina como orientadora de su accionar y adoptada como lineamiento estratégico general. La JCR fue la organización supranacional que coordinó el terrorismo subversivo en los países de sus integrantes, y desplegó sus contactos con todas las otras organizaciones marxistas guevaristas de nuestro continente. La idea de lograr la unidad internacional de esos grupos subversivos marxistas latinoamericanos, se constituyó en la razón de ser de la JCR, para lo cual procuraron lograr e intensificar los contactos con organizaciones extremistas de Perú, Venezuela, Brasil, Paraguay, Colombia, México, Nicaragua, Santo Domingo, Guatemala, El Salvador e incluso los EE. UU. Fue así como “se instalaron campamentos de adiestramiento para guerrilleros, para decenas de miles de terroristas, en Cuba, Argelia, Libia, Siria, Líbano, Yemen del Sur, Corea del Norte, Alemania Oriental, Hungría, Checoslovaquia, Bulgaria y la Unión Soviética”. (101) En abril de 1975, la JCR celebró su primera conferencia pública en Lisboa, Portugal para anunciar la apertura de sus sedes en dicha ciudad y en París. Para esa fecha ya se habían establecido fluidas relaciones y contactos periódicos con organizaciones terroristas subversivas de Europa, entre otras: ETA (Patria Vasca y Libertad), Brigadas Rojas (Italia), Baader Meinhof (Alemania), y el IRA (Ejército Republicano Irlandés). La Junta estuvo integrada: en representación del PRT-ERP argentino, por el ‘comandante’ Domingo Menna, reemplazado luego de su detención por el ‘oficial’ Manuel Justo Gaggero; por las FAR, Alejo Levenson, y por las FAL, Walter Terrada, de Argentina; Miguel Enríquez, por el del MIR de Chile, reemplazado a su muerte por Enrique Espinoza, quien murió combatiendo para el ERP en Tucumán; por Raúl Rufo Sendic y Jorge Manera Lluveras, por Tupamaros del Uruguay y el ELN de Bolivia. El Dr. Eduardo San Emeterio denunció, en su presentación judicial radicada ante el Juzgado Federal del Dr. Ercolini, que el Partido Comunista de Brasil, formado por 40 organizaciones conducidas por Carlos Lamarca (102) también integró la JCR. LAZOS CON EUROPA Durante los dos años siguientes la JCR intentó constituir una guerrilla latinoamericana en el continente europeo con el objetivo preciso de desestabilizar las democracias vigentes en los países del sector occidental, con la cooperación y/o coordinación de movimientos terroristas europeos. (103) En 1976, según datos de la CIA, 140 bandas terroristas de cerca de 50 países y territorios en disputa tenían, en alguna forma, conexiones entre sí. (104)

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Las cuatro bandas terroristas que conformaron la JCR en sus orígenes, contaron con 20 millones de US$, provenientes de secuestros y otras actividades delictivas, con los que financiaron gran parte de su guerra revolucionaria. (105) La JCR llegó a reunir bandas terroristas que en conjunto totalizaron unos 50 mil terroristas luchando en 5 países bajo la conducción del sector denominado “Departamento América”, de la inteligencia de Cuba, conducido por Manuel Piñeyro, alias Barbarroja, y su esposa, la intelectual chilena Marta Harnecker. (106) El Departamento América era el encargado de las relaciones políticas con las guerrillas latinoamericanas, y se ocupaba también de la educación y adoctrinamiento de los hijos de guerrilleros muertos en América Latina. Montoneros, junto con otras organizaciones armadas decidieron integrarse y profundizar su relación con la JCR a mediados de 1976. Lo hicieron con el objetivo de alcanzar su declarado propósito de mantener una guerra popular y prolongada. Montoneros nunca había integrado la JCR propiamente dicha. Lo que sí hizo a partir de esa fecha fue sumar representantes de mucho peso, como el ‘oficial’ Eduardo Luis Duhalde, NG ‘Demián’, (107) actual secretario de Derechos Humanos de la Nación, quien se encargaba de la defensa jurídica de terroristas detenidos, y el ‘capitán’ Armando Croatto, reemplazado luego de su caída en 1979 durante la fracasada “contraofensiva” montonera por el ‘comandante’ Roberto Cirilo Perdía. Éstos, junto a Lidia Massaferro, se sumaron a la acción de propaganda y solidaridad que venía desarrollando la JCR. Dentro de las relaciones entre las bandas terroristas en Europa, las Brigadas Rojas tenían mayor relación con el ERP que con Montoneros. Pero a partir de la derrota del ERP, y siendo que los Montoneros mantenían su estructura y su capacidad de combate, intensificaron los contactos entre ellos. Hasta 1977 las reuniones de las cúpulas se realizaban en Roma para lo que evidentemente se requería el apoyo de las autoridades de ese país. Pero la situación cambió cuando en un procedimiento, se descubrieron armas y documentación falsa pertenecientes a Vaca Narvaja y Firmenich. A partir de allí se les prohibió la entrada a Italia. De todos modos, también llevaron a cabo reuniones en París, en Estocolmo y en Lisboa. 4410 ARGENTINOS SUBSIDIADOS Claire Sterling en su libro Terrorismo, la red internacional, comenta, en el capítulo 6 de su obra, el caso de una operación de la JCR. Dicha operación estaba relacionada con “el arresto, el 1 de abril de 1977, en Estocolmo, de Norbert Kröcher. (108) Este arresto hizo fracasar un plan maestro para desestabilizar a la mitad occidental de Europa. Contaba [Kröcher] para ese plan con 50 cómplices en 9 países diferentes. Pero el plan no era realmente de él. Sus patrones y las fuerzas activas que se encontraban tras él estaban a miles de kilómetros de distancia, en La Habana y en las selvas montañosas de Tucumán, en la Argentina” […] El plan, establecido en mayo de 1975, lo descubrió la policía argentina durante el invierno siguiente. Los informes comprometedores se encontraron en una casa segura del ERP […] y trataban de una reunión secreta que había tenido lugar en la provincia de Tucumán, entre los miembros de la JCR. […] Al interrogar a los cómplices latinoamericanos de Norbert [Kröcher] la policía sueca los acusó de actuar bajo las órdenes de una formación respaldada por Cuba que se denominaba Junta de Coordinación Revolucionaria. […] Todos los servicios de inteligencia de Occidente, incluyendo el de Suecia, habían [permanecido en] estado de alerta, esperando exactamente algo como eso desde los comienzos de 1976, exacta-

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mente cuando Armando Carrillo del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR) mejicano y sus amigos […] llegaron a Estocolmo y se pusieron en contacto con Norbert Kröcher. Lo que vigilaban era un proyecto elaborado que se conocía como Plan de Tucumán, [el que quedó trunco después de las detenciones.] […] A los tres o cuatro días de su captura, Suecia los expulsó del país y cerró el caso. No fue el primero ni el último ejemplo de nación asediada que se esforzaba en preservar la cortesía de la diplomacia internacional. […] Kröcher, perseguido en Alemania se encontraba refugiado en Suecia como ‘víctima de la persecución policíaca’, similar a otros miles de refugiados políticos que pululaban en el país. El Primer Ministro Olof Palme era famoso por la hospitalidad que les daba a esos fugitivos. […] Viviendo en el país [Suecia] con subsidios generosos del gobierno, en el año 1977 se encontraban [entre otros, y haciendo referencia únicamente a los países que conformaron la JCR inicial], 4410 argentinos, 2411 chilenos, 732 uruguayos y 397 bolivianos.” Continuando con los argentinos que en una u otra época fueron miembros conspicuos de la JCR, podemos mencionar a Rodolfo Aurelio Mattarollo, NG ‘Raúl Navas’, miembro y tesorero del ERP. Adquirió fama de aguerrido a lo largo de las acciones desarrolladas por esa banda. En ejercicio de su profesión de abogado se volcó netamente al servicio de la subversión y del terrorismo y fue un activo defensor de terroristas del ERP. Fue uno de los propulsores de la creación de una estructura en la Argentina denominada “Asociación Gremial de Abogados”, subvencionada por la propia guerrilla con la finalidad de asistir jurídicamente a sus detenidos. Actuó en Francia y ejerció la conducción de la “Junta de Coordinación Revolucionaria” (JCR). Desde allí centralizaba las actividades del “Centro Argentino de Información y Solidaridad” (CAIS), colateral de la JCR, creado específicamente con la finalidad de instrumentar campañas de acción psicológica dirigidas a desacreditar a sus respectivos países. Se destacó en la organización de entidades defensoras de los DDHH que acusaban a las autoridades de los países agredidos. En agosto de 1977 concurrió con Lidia Massaferro a la conferencia sobre DDHH en París y en su carácter de miembro de la Comisión Argentina por los DDHH (CADHU) asistió a las conferencias sobre el mismo tema en Ginebra. En noviembre de 1978, conjuntamente con Miguel Bonasso, Horacio Mendizábal y Fernando Luís Vaca Narvaja representó a Montoneros en el Congreso de la IV Internacional Socialista celebrado en Europa. La representación fue encabezada por Mario Eduardo Firmenich. Concurrieron también a ese congreso dirigentes terroristas del MIR de Chile, el ELNC de Colombia, el MIR de Bolivia, Tupamaros de Uruguay y la Liga 23 de Septiembre de Méjico. Pese a que en su momento Mattarollo estuvo prófugo de la justicia Argentina, actualmente ocupa el cargo de Subsecretario de Promoción y Protección de los Derechos Humanos de la Nación, en la Secretaría homónima. (109) También Julio Cortázar, fue uno de los primeros agentes encubiertos del Servicio de Inteligencia Cubano, lanzado por ese gobierno para ir introduciendo en Europa el “castrismo”, con la misión específica de instrumentar una plataforma de apoyo y solidaridad a los movimientos guerrilleros continentales. Logró su objetivo. Tomó intervención directa en la promoción de casi todas las organizaciones de solidaridad subversivas que accionaban fundamentalmente en Francia. El “Comité de Defensa de Prisioneros Políticos Argentinos” (CODEPPA), el “Grupo de Solidaridad con el Pueblo Argentino” (GSPA), el “Comité de Sostén de la Solidaridad de la Argentina en Lucha” (CISAL) y el “Centro Argentino de Información y Solidaridad” (CAIS) lo tuvieron como protagonista principal de sus respectivas creaciones. (110) Su condición de excelente y prestigioso escritor le posibilitó extender el marco de sus relaciones e influencias en Europa, que las hizo paralelamente válidas para sus fines ideológicos. Fue colaborador del PRTERP y de la JCR. Se relacionó activamente con el colombiano Gabriel García Márquez, ubicado en la cúpula de la Inteligencia Cubana, en coordinación con Eduardo Luís Duhalde, Horacio Verbitzky y Rodolfo Walsh.

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Carlos A. González Gartland, también de profesión abogado, adquirió las mismas características que las de Rodolfo Mattarollo. Actualmente es asesor jurídico de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Fue miembro propulsor de la “Asociación Gremial de Abogados”. Desplazó su radio de acción a Europa. Es uno de los que en mayor medida contribuyó al desprestigio del país en Europa a raíz de haber penetrado todos los organismos de Suiza dedicados a temas de los Derechos Humanos. Organizó visitas de esos organismos suizos a la Argentina, con la finalidad de investigar supuestas violaciones a los derechos humanos, las que fueron subvencionadas subrepticiamente por la JCR. En Europa trató de encubrir su activa militancia en las bandas del ERP y JCR. Accionó en el denominado “Centro Argentino de Información y Solidaridad” (CAIS), colateral de la JCR. (111) En relación al CAIS, Gustavo Molfino relata en el libro Montoneros, Soldados de Menem.¿Soldados de Duhalde? de Viviana Gorbato: “…Estuvimos diciembre y todo el 78 en París. Militábamos en lo que era el Comité Argentino de Información y Solidaridad (CAIS)… Tenía relación con todos los compañeros que estaban en París. En el CAIS recibíamos a los familiares, recaudábamos fondos, etc.”. (112) Desde su comienzo la inteligencia cubana apuntaló a la Junta Coordinadora Revolucionaria desde varias metrópolis europeas, especialmente desde París, con el objetivo de facilitar el traslado y lavado de dinero, propaganda y los desplazamientos y puntos de confluencia para los entrenamientos especiales en Cuba. Uno de los campamentos de entrenamiento terrorista de la JCR estaba en Guanabo, pueblo ubicado en las Playas del Este, a unos 24 kilómetros de la Habana, donde fueron adiestrados [entre otros] los subversivos puertorriqueños. (113) La JCR instaló sus bases abiertas y encubiertas en puntos geográficos de cada continente. Dentro del bloque soviético lo hicieron en Cuba y Checoslovaquia; en América Latina, se instalaron en la Argentina, Panamá, Brasil, Perú y Paraguay; con vistas a cubrir Europa se ubicaron en España, Francia, Alemania, Portugal, Italia y Suecia; en el continente africano, en Libia y Tanzania. (114) Con la robusta armazón europea de propaganda y con la tolerancia en los medios de prensa se desató una virulenta campaña contra el gobierno argentino.

LA JCR Y LA OPERACIÓN CÓNDOR Son frecuentes las manifestaciones de los actores y cultores de la guerra revolucionaria que sufrimos en la década de los 70, acerca de que el Plan Cóndor fue ‘una operación coordinada en contra de los movimientos de oposición en Latinoamérica’. Siguen sosteniendo que el mismo fue organizado para utilizar ‘la violencia contra idealistas inocentes e indefensos’. Los antecedentes de la creación de la JCR, como vimos, se remontan al año 1968, aunque la idea se concreta en noviembre de 1972. El Plan Cóndor se creó en octubre de 1975, casi tres años más tarde, oportunidad en la que se formalizó el entendimiento entre los gobiernos de Chile, Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina, a través de sus respectivas Cancillerías y Servicios de Inteligencia.

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El Plan Cóndor, así como la JCR, nació también en Santiago de Chile. El primero, tres meses antes de que se produjera el golpe militar en la Argentina, o sea, cuando todavía gobernaba el país un gobierno elegido por el voto popular, y dos años después del golpe militar en Chile. Se sostiene que el Plan, también conocido como Operación Cóndor, se creó con el aval o con la autoría intelectual de los Estados Unidos, pero al mismo tiempo sabemos que la JCR lo fue “bajo el patrocinio cubano”, (115) lo que significa con el pleno apoyo del régimen y de la inteligencia castrista, es decir, de un país extranjero a todos los del continente sudamericano Ahora, lo paradójico es que de la JCR no se habla, al tiempo que a la Operación Cóndor o Plan Cóndor cada día se le asignan más responsabilidades, desde la ‘represión extra-fronteriza’ hasta ‘combatir el marxismo en todo el mundo’. El Plan fue una operación de coordinación para combatir el flagelo del terrorismo, sin embargo actualmente gran parte de los medios lo hacen aparecer como si hubiera sido ‘la multinacional del crimen y del robo de bebés’, y no hacen mención al accionar terrorista, quedando así como que no hubiera existido. ¿Por cuánto tiempo más se le seguirá mintiendo a la sociedad?

LOS MONTONEROS Y SUS RELACIONES CON LA OLP Una de las evidencias más claras del carácter internacional del terrorismo argentino, y no exclusivamente nacional como se pretende hacer creer, es la que se refiere al apoyo mutuo coordinado entre la Organización por la Liberación de Palestina (OLP) y los Montoneros. En 1988 la revista “Jotape” (órgano nacional de difusión de la Juventud Peronista), incluyó un mensaje del representante de la OLP en Méjico que recordaba que “hace 20 años, algunos compañeros de la Juventud Peronista (Galimberti, Osatinsky, Gonzáles Jansen, etc.) nos hicieron conocer el peronismo y establecieron una relación fraternal entre nuestro movimiento de liberación y los revolucionarios argentinos.” (116) Según menciona Marcelo Larraquy en el libro Galimberti, “en el año 1971 el líder de JAEN [Juventudes Argentinas por la Emancipación Nacional – Rodolfo Galimberti] había firmado una solicitada en el diario Clarín a favor de los ‘derechos del pueblo palestino’ y se comprometió con Saad Chedid, presidente del Centro de Estudios Árabes, a buscar más adhesiones en el seno del movimiento peronista. En reciprocidad Chedid concurrió a dar conferencias sobre la problemática de Medio Oriente a la sede de JAEN. Mantenían una coincidencia básica: la visión del ‘tercerismo’ de Perón y el ‘tercermundismo’ de la OLP. A partir de entonces, por las excelentes referencias que dejaba Chedid en Damasco ante el segundo de Yasser Arafat, Abu Jihad, responsable del aparato militar de Al Fatah, los palestinos empezaron a preocuparse por la suerte de Galimberti, a quien consideraban destinado a desempeñar un lugar protagónico en el futuro ‘gobierno popular’.” (117) Unos años más tarde, en 1979, Galimberti restableció contacto con el responsable de la OLP en París… y Abu Jihad aceptó la incorporación del ex montonero [ya se había producido la ruptura entre el grupo Galimberti y Gelman y la conducción Nacional al mando de Firmenich] como jefe de un pelotón multinacional de voluntarios… Galimberti era oficial de la OLP… fue herido… trasladado a un hospital de Damasco y luego a París…” (118)

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Volviendo hacia atrás, o sea a partir de los primeros acercamientos llevados a cabo por Galimberti, continuaron las tratativas entre ambas organizaciones a partir del año 1973. En un principio se trató de contactos políticos con un delegado de la OLP en Europa. A medida que las conversaciones fueron avanzando, se firmaron acuerdos en temas logísticos, de documentación y de transporte de armamentos. (119) En 1975 Montoneros decidió actualizar y profundizar esa relación para oficializarla y así intercambiar ‘asesoramiento técnico para construir una fábrica de explosivos’ por ‘instrucción militar’ de sus miembros en campos de entrenamiento palestinos. En tal sentido se entrevistaron en España Vaca Narvaja, responsable de las ‘relaciones internacionales’ de la organización y Juan Gelman con Abu El Est, representante de la OLP en ese país. (120) En 1976 nuevamente Vaca Narvaja presidió otra delegación que entrevistó a Faruk Kadummi, secretario político de la OLP, en la que se acordó la instalación de una fábrica de explosivos financiada por los palestinos y la OLP se comprometió a ampliar las relaciones internacionales de Montoneros, especialmente con países del tercer mundo y con los llamados ‘movimientos de liberación’. (121) La cooperación mutua se hizo pública en mayo de 1977, cuando Eduardo Mario Firmenich y Fernando Vaca Narvaja fueron recibidos por Yasser Arafat y Faruk Kadummi en Beirut. La fotografía de esta reunión, donde el líder palestino aparece flanqueado por los dos jefes terroristas ataviados con uniformes de combate, circuló profusamente por los medios de comunicación de la época, incluyendo la revista ‘Evita montonera’, conjuntamente con una declaración, firmada por ambas partes, en la que se condenaba al ‘sionismo, al racismo y al imperialismo’. En enero de 1978, y en representación de Montoneros, Miguel Bonasso, diputado nacional a la fecha, y Daniel González cumplieron una visita a Tanzania con el objeto de abrir una delegación permanente de la organización que provisoriamente funcionaría en la oficina de la OLP en ese país. La finalidad principal era reforzar las relaciones africanas en razón de la cantidad de votos que podrían obtenerse en las resoluciones de organismos internacionales, [dada] la importancia de Tanzania como sede del Movimiento para el Cono Sur de África. Sin embargo el intento fracasó debido a gestiones de la cancillería argentina y a una clara actitud del gobierno de Tanzania, decidido a no involucrarse en problemas que no fueran africanos. En septiembre de 1978 Montoneros instaló una oficina de prensa en Beirut y comenzó a editar una publicación semanal en lengua árabe. Un mes más tarde se celebró una reunión cumbre del terrorismo internacional en Yugoslavia. Allí los representantes de la OLP, Montoneros, IRA, Brigadas Rojas, ETA y Ejército Rojo coordinaron el futuro accionar de sus organizaciones ilegales.” (122) El acuerdo al que se llegó con los árabes en 1977, “tenía una cláusula secreta: su aspecto militar. La OLP, a través de su fracción interna “Al Fatah”, ofrecía campos de entrenamiento, instructores militares y cohetes RPG7, entre otros armamentos. Montoneros, por su parte, como ya se dijo, instalaría en el sur del Líbano una fábrica de explosivos plásticos cuya producción quedaría bajo el mando de un técnico argentino, un ingeniero químico que contaba con un doctorado en explosivos en el exterior.” (123) Uno de los encargados de la fábrica fue el ingeniero químico Juan Carlos Marín. (124) Este es un hecho de una gran importancia en relación al carácter ‘no local’ del terrorismo argentino, especialmente por su incidencia en la red internacional, ya que la fábrica de explosivos produjo grandes cantidades de exógeno (C-2), que fueron utilizadas en numerosos atentados en distintos países. En nuestro país, la casi totalidad de los atentados y asesinatos provocados por bombas o la utilización de los cohetes RPG7 durante la ‘Campaña del Mundial’ y en la

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‘Contraofensiva Estratégica’ fueron realizados contando con esos elementos obtenidos a través de la relación OLP/Montoneros. LO QUE SABÍA EL 601… El 1 de septiembre de 2002, en Página 12, Miguel Bonasso, que integró la banda terrorista Montoneros con el grado de teniente y NG ‘Cogote’, actual diputado nacional, publicó un artículo bajo el título “Informe de inteligencia militar durante la dictadura argentina, lo que sabía el 601”. El informe que había tenido Bonasso en sus manos, constaba de 93 carillas ‘secretas’ escritas en junio de 1980 y en el que el Batallón 601 de Inteligencia del Ejército analizaba la segunda contraofensiva de Montoneros. Según Bonasso, el nivel de detalle del informe ‘es estremecedor’. Hay que tener en cuenta que si lo dice un integrante de Montoneros como Bonasso realmente la información volcada en él debe de haber sido real y de ‘asombrosa exactitud’. Dice Bonasso: “El informe del 601 abunda en datos sobre la relación militar entre Montoneros y Al Fatah, que había sido impudentemente publicitada en una entrevista concedida al semanario español Cambio 16, por el jefe de la estructura militar, Horacio Mendizábal, NG ‘Hernán’ o ‘Lauchón’. Dice el informe citado por Bonasso: “…posteriormente, los militantes convocados para realizar cursos en el Líbano, realizaban un curso completo (de dos meses de duración) de adoctrinamiento político en base al ‘Manual Roqué’ en Madrid, y luego viajaban para realizar la instrucción militar en Medio Oriente. El ‘Manual Roqué’, que llevaba como título formal “Curso de formación de cuadros del Partido Montonero”, había sido escrito en Méjico por el comandante montonero Julio Iván Roqué, NG ‘Lino’. Sigue Bonasso: “La instrucción militar que brinda Al Fatah a la BDT (Banda de delincuentes terroristas, que, como aclara el mismo autor, es la forma en que el documento de inteligencia nombra a los montoneros) –prosigue el 601- obedece a convenios firmados en 1978 por el DT (Delincuente terrorista) Horacio Alberto Mendizábal NG ‘Hernán’ y el responsable militar de Al Fatah, Abu Jihad. En estos convenios constan los compromisos, por parte de ésta, de prestar ayuda en cuanto a la instrucción militar y la compra de armamento y, por parte de la BDT, de instalar una planta de elaboración de explosivo plástico C-2 (exógeno), disponibilidad de personal técnico para ello, mantenimiento y producción (esta última de propiedad exclusiva de la OLP-Al Fatah. La fábrica fue instalada en Sayda [Sidon], en el Líbano). (125) Tras la publicación de las declaraciones de Mendizábal, “el líder de la OLP Yasser Arafat recriminó a Montoneros la difusión de acuerdos secretos, a partir de los cuales los servicios de inteligencia israelíes empezaron a trabajar sobre los movimientos de los argentinos en Medio Oriente y a intercambiar información con sus pares del Batallón 601”. “Cuando se fue de Beirut, Mendizábal no había tomado conciencia de las implicancias de su revelación…” A partir de allí, “no volvió más a Beirut. No podía hacerlo. Y al perder Beirut, que era la base del entrenamiento militar, perdió el mando del Ejército Montonero”. (126) LA “CONTRAOFENSIVA” Durante el último trimestre de 1978 la conducción de Montoneros puso en marcha una operación militar a la que denominó ‘Contraofensiva estratégica’. Méjico y Europa en general, y

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España en particular, fueron las bases principales de reclutamiento de aquellos exilados que se encontraban en esos países u otros cercanos. Marcelo Larraquy en su libro Fuimos Soldados dice que durante el año 1979 el Departamento de Logística y Personal de Montoneros había continuado con el reclutamiento de combatientes en Méjico y Madrid para enviarlos hacia el Líbano. (127) Tal vez se pueda alegar que estas acciones están indirectamente relacionadas con el terrorismo internacional, pero sí podemos afirmar que la organización contaba con el apoyo de las autoridades locales para moverse libremente en esos países. En Méjico, por ejemplo, contaban con el apoyo del gobierno mejicano, si bien la única condición que les impuso fue la de no permitirles el uso de las armas. De España, luego de un mes de entrenamiento físico y capacitación política, los militantes volaban a Beirut para convertirse en combatientes para luego formar parte de las TEI (tropas especiales de infantería). Relata Marcelo Larraquy en Fuimos Soldados, confirmando lo expuesto: “Laura viajaría al Líbano para hacer la instrucción militar y luego volvería a la Argentina con las Tropas Especiales de Infantería (TEI).” (128) El período de instrucción era de tres meses en Medio Oriente, para lo cual contaban con tres bases de entrenamiento, dos en el Líbano y otra en Siria. Mientras en Medio Oriente se formaban militarmente los terroristas de las TEI, en Méjico el reclutamiento los transformaba en integrantes de las TEA (tropas especiales de agitación). (129) Mario Firmenich viajó a Beirut en mayo de 1979. Fue la primera visita de la Conducción montonera luego del desbande que había producido la declaración de Mendizábal ocho meses antes. Lo acompañaban los comandantes Vaca Narvaja y Raúl Yager y también el capellán montonero, el padre Jorge Adur. (130) La comitiva tuvo otro encuentro con Abu Jihad, responsable militar de Al Fatah. En la reunión reconoció Firmenich el mal comportamiento, pero que no habían pretendido afectar las relaciones de cooperación y amistad que guiaban a las dos organizaciones. Luego pasaron a conversar sobre el tema de la fábrica de explosivos. La misma empezó a producir explosivos plásticos en agosto de 1979. La OLP brindaba, además de entrenamiento, instructores, municiones y armas, la información adecuada para poder trasladar el armamento en barco al continente americano y luego, por tierra, a la Argentina. (131) Una de las bases estaba en Damour, pueblo maronita en el sur del Líbano, de unos 30.000 habitantes, que fue tomado a mediados de los años 70 por la OLP y convertido en una base militar después de haber masacrado a gran parte de su población. Es allí donde se prepararon militarmente una cantidad importante de Montoneros. En el libro Montoneros, soldados de Menem. ¿Soldados de Duhalde?, Viviana Gorbato escribe sobre la historia del terrorista Gustavo Molfino, en un relato hecho por él mismo: “A los dieciséis años entré en Montoneros, pero en el exilio. Mi familia estaba dividida entre hermanos trotskistas y peronistas. Yo decido entrar en el peor momento. En el exilio, me convierto en correo de la organización.” (132) De París, Molfino se fue a Medio Oriente a entrenarse en los campos del Líbano y relató lo siguiente: “Eran cursos duros, muy completos. Más que nada nosotros desarrollábamos táctica, defensa y estrategias de acciones urbanas: manejo de todo tipo de armas, explosivos, desplazamiento en vehículos, nos tirábamos de un vehículo en movimiento… Imperaba un régimen muy estricto.” Molfino permaneció en el Líbano hasta diciembre de 1979. Cuando estuvo allí, eran unos treinta los montoneros que se entrenaban junto a él. (133) Lo visto hasta aquí nos permite afirmar que la relación de montoneros con la OLP fue una acción de carácter internacional en la que dos organizaciones revolucionarias unieron

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sus esfuerzos en la consecución de sus respectivos objetivos. Esta acción no puede ser tildada exclusivamente de ‘local’. Todo lo contrario, demuestra que formó parte de la red terrorista internacional.

TERRORISTAS ARGENTINOS EN NICARAGUA El régimen sandinista, instalado en Nicaragua después del derrocamiento de Anastasio Somoza Debayle en julio del año 1979, pasó a ser una preocupación para varios gobiernos americanos ya que no se sabía, al principio, si intentaría ayudar a otras guerrillas marxistas en América Latina. Manifiesta Shirley Christian: “Si seguían los dictados de Lenin, se sentirían en la obligación de ayudar a otros movimientos vecinos” y que, como así lo hicieron, “en muy corto plazo muchos de los representantes de grupos clandestinos se presentaron en Managua a los pocos días de la caída de Somoza. Entre ellos estaba Mario Firmenich, el jefe de los Montoneros argentinos, quien dijo que había llegado para estudiar la estrategia usada por los sandinistas para conseguir la victoria”. (134) La misma fuente indica que: “En las primeras semanas también se convirtieron en asiduos visitantes de Nicaragua delegaciones de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP)”. “Jorge Masetti, hijo de Jorge Ricardo Masetti, tenía nueve años cuando murió su padre”. Manuel Piñeyro, que como mencionamos era el Jefe del Departamento América, fue quien le dio a Jorge Massetti la noticia de la muerte de su padre y que luego se ocupó de su educación. El fue quien introdujo a Massetti (h) en los trabajos de inteligencia que se desarrollaban en dicho departamento. Es en este contexto que Masetti fue preparado militarmente en Cuba, y al volver a la Argentina ingresó muy joven en las filas del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). La derrota que iba sufriendo el ERP en nuestro país, lo empujó al exilio. Viajó a Nicaragua, donde “combatió en los rangos del Frente Sandinista de Liberación de Nicaragua (FSNL) y trabajó para los servicios cubanos en varios frentes, incluidos México, Centroamérica y Angola, experiencias que cuenta en su libro ‘El furor y el delirio: Itinerario de un hijo de la revolución cubana’ (Tusquets, 1999) (135) Durante la insurrección para derrocar a Somoza en Nicaragua, Masetti (h) formó parte del grupo de guerrilleros argentinos que participó en la revolución sandinista, integrando el Frente Sur. Manifiesta Masetti que “[…] ya nuestra organización, el ERP, había sido derrotada en Argentina, atravesábamos un momento de división interna y decidimos irnos a combatir a Nicaragua. Por otro lado, el Frente Sandinista nos hace saber que necesitaba a algunos que hubiéramos pasado cursos con cierta capacidad organizativa en lo militar, y así fuimos seis argentinos del ERP: Enrique Gorriarán Merlo, [N.G. “Ramón” o “Ricardo”], Hugo Alfredo Irurzún, N.G. “Capitán Santiago”, Eduardo Berestein, N.G. “El Vasco Manuel”, “El Gato”, “El Gordo” Sánchez y yo. Había dos argentinos más que habían llegado por su lado, uno cuyo nombre no conozco y otro a quien le decíamos “Negro Hugo”, pero no eran del ERP”. (136) El papel de la inteligencia cubana en Nicaragua fue fundamental, tanto para la revolución en sí como para la utilización de los terroristas de origen argentino. El coronel cubano Renán Montero Corrales, cuyo verdadero nombre es Andrés Barahona López, era el jefe de la 5ta. División de la Inteligencia Sandinista y fue el jefe de las operaciones a cuyas órdenes actuaron los argentinos. Además contaban con el asesoramiento de la Dirección General de la Seguridad del Estado cubano, que a su vez manejaba la Dirección General de la Seguridad del Estado Sandinista. Sus oficiales eran formados en Cuba. Todos los altos jefes contaban

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con asesoría cubana y también algunos oficiales del Ministerio del Interior Sandinista fueron entrenados en Bulgaria y Alemania Democrática. Los vínculos con Bulgaria y Alemania Democrática se conseguían a través de Cuba. Según Masetti la relación de los sandinistas con los grupos guerrilleros latinoamericanos era estrecha: “Allí también se daba una duplicidad parecida a la que se da en Cuba. Es decir, a cargo de la relación política con estos grupos estaba el Departamento de Relaciones Internacionales (DRI). En Cuba, por ejemplo, la relación política con los movimientos guerrilleros latinoamericanos la llevaba el Departamento de América, que dependía del Partido Comunista cubano. El jefe del Departamento de América era Manuel Piñeyro. En general, los entrenamientos a la guerrilla latinoamericana se realizaban en Cuba más que en Nicaragua”. Preguntado Masetti en una entrevista acerca de qué grupos guerrilleros eran los más beneficiados por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, dijo: “Hay relación con todos los grupos: guatemaltecos, salvadoreños, con las FARC, el M-19 y el ELN de Colombia, con el ERP y los Montoneros de Argentina, yo diría que con casi todos los grupos guerrilleros latinoamericanos. No me consta que existiera relación con Sendero Luminoso, pero había lazos muy estrechos con el MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru), incluso el MRTA colabora con la Dirección Quinta de la Seguridad del Estado con documentación para operar, informes de situación operativa y tráfico de armamentos. Hacia Colombia se hicieron varios envíos de armas tanto para el M-19 como para las FARC. Se trataba de fusilería y armamento de infantería, muchos RPG. Hubo entrenamientos en Nicaragua, había una escuela, por ejemplo, que tenía las tropas especiales cerca de la Laguna de Xiloá. Pero en general, el entrenamiento más a fondo se daba en Cuba. Llegaban a Nicaragua como brigadistas a los cortes de café, y desde allá tomaban un vuelo regular para La Habana, donde no había control de documentación ni nada para ellos”. Los sandinistas proveían de documentación -pasaportes nicaragüenses- a la guerrilla latinoamericana y “ahí se dio lo que después se llamó ‘la piñata de los pasaportes’. Nicaragua, incluso, facilitó nacionalidad. … por ejemplo, los vascos que estaban al frente del buzón de Santa Rosa estaban todos con documentación otorgada por el gobierno sandinista nicaragüense. Igualmente se le dio facilidades a la gente de ETA, la cual colaboró mucho con la Dirección Quinta, sobre todo en documentación y cursos para la fabricación de explosivo. Además participaron activamente en uno de los primeros atentados a Edén Pastora que intentó hacer en San José, Costa Rica, un etarra al que llamaban ‘El Pistolas’. Ese atentado fracasó. Fracasó después otro que montó uno que estaba como diplomático en Costa Rica. Y después, fracasó el de La Penca, donde Edén salió herido y murieron cinco periodistas”. (137) Otra demostración del apoyo del régimen sandinista a Montoneros y del carácter internacional del terrorismo argentino, la presenta Miguel Bonasso en el libro Diario de un clandestino cuando relata que Oscar Bidegain, en abril de 1980, siendo gobernador de la provincia de Buenos Aires, participó activamente de una reunión del Consejo Superior de Montoneros, realizada en Managua durante la revolución sandinista… Bidegain era miembro del Consejo Superior de Montoneros… (138) EL ASESINATO DE SOMOZA Del grupo de guerrilleros argentinos que había sido incorporado a la Dirección Quinta de la Seguridad del Estado de Nicaragua, unos se quedaron en ese país y otros se fueron al Paraguay para participar en el atentado contra la vida de Somoza.

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“El 17 de septiembre de 1980, Anastasio Somoza Debayle fue hecho pedazos por un proyectil RPG-2 mientras conducía su coche por Asunción, la capital de Paraguay, lugar donde había fijado su hogar como exiliado”. ”Siete miembros de una organización guerrillera argentina fueron identificados como los asesinos, pero el gobierno paraguayo dijo que los sandinistas estaban detrás del crimen. Dos miembros de la Junta [de gobierno de Nicaragua] negaron que Nicaragua o su gobierno tuvieran algo que ver con lo sucedido, pero ese desmentido no se hizo en nombre del Frente Sandinista”. (139) ¿Qué otro significado puede darse al que un grupo de terroristas argentinos asesinaran al nicaragüense Somoza en Paraguay sino que formaban parte de una organización internacional? Los que se incorporaron efectivamente para el atentado contra Somoza, fueron los terroristas argentinos Roberto ‘el Gordo’ Sánchez Nadal, N.G. Armando, quien en realidad había nacido en Francia pero tuvo actuación posterior en nuestro país; Berenstein, que no participó directamente, pero es el que hizo la primera exploración para ubicar el lugar donde vivía Somoza en Asunción del Paraguay; Irurzún, y otros seis argentinos, entre ellos Gorriarán Merlo, que ya había dirigido en la operación contra el “Comandante Bravo”. (140) Inicialmente el objetivo del atentado era Anastasio Somoza Portacarrero, alias “El Chigüín” (141) y no Anastasio Somoza Debayle. En realidad lo que pasó fue que hacer una operación contra “El Chigüín” era mucho más difícil porque había que hacerla en Estados Unidos, donde residía. Entonces, al ser ubicado Somoza Debayle en el Paraguay, se deciden por él. Es sabido que las armas llegaron por valija diplomática nicaragüense al Paraguay y que todos los recursos fueron provistos por la inteligencia sandinista. Como se mencionó, fue Tomás Borge, ministro del Interior, quien autorizó la operación contra Somoza. En ese entonces Lenín Cerna (142) era el jefe de la Dirección General de la Seguridad del Estado del Ministerio del Interior sandinista, o sea, que estuvo muy vinculado a esta operación. Manifiesta Jorge Masetti (h) en su libro: “… recuerdo que para esta operación, como yo había hecho los cursos de métodos conspirativos, me mandan a hacer un curso de piloto de avioneta en Los Brasiles, a una escuela privada de cursos para fumigación, y recuerdo que quien me daba el dinero para pagar esos cursos era directamente Lenín Cerna”. Comenta también Masetti que “…el entrenamiento de los guerrilleros argentinos que participaron en la operación contra Somoza se realizó en una quinta ubicada en el kilómetro ocho y medio de la Carretera Sur, donde después funcionó el “Taller Alvarado”, que servía de cobertura para el embuzonamiento [depósito encubierto] de armamento. Y fue Tomás Borge Martínez, uno de los fundadores del FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) y [que] en ese momento [era] Ministro del Interior del gobierno Sandinista, quien aprobó la operación, avalada además por la Dirección Nacional del FSLN, integrada por los nueve comandantes de la revolución sandinista”. Todo el equipo que participó en esta operación estuvo en la casa del “Taller Alvarado”. Todos se entrenaron allí y les prepararon la documentación. Allí recibieron un entrenamiento básico. Según Masetti: “Primero, de métodos conspirativos, que es la formación de una suerte de agente clandestino. Es decir, planes para controlar chequeos, realización a su vez de chequeo a terceros, planes para ubicar objetivos, comunicaciones, buzones [depósitos encubiertos para dejar armas u otros elementos como para que otro los levante], pases rápidos [para hacer inteligencia previa sobre blancos determinados], carga y descarga [de armamento], escondrijos y también entrenamiento en tiro. A ‘Santiago’ [Irurzún] se le puso a tirar muchos lanzacohetes RPG–7 y RPG–2 para que no fallara en eso”.

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A los tres días de producido el atentado contra Somoza, ya se supo que habían sido argentinos quienes habían actuado bajo el mando de Gorriarán Merlo y que habían sido identificados el ‘Capitán Santiago’ y una mujer del comando. De los que intervinieron en el atentado a Somoza, tres murieron: Hugo Irurzún NG ‘Santiago’, [al día siguiente del atentado en un enfrentamiento con la policía paraguaya, cuando volvió a la casa operativa a buscar dinero y fue reconocido], Roberto Sánchez Nadal NG ‘Armando’ y ‘Susana’ [ambos en el asalto al Regimiento de Infantería Mecanizada de La Tablada, en Buenos Aires, en enero de 1989]. Enrique Gorriarán Merlo, NG ‘Ramón’, siguió actuando en el ERP. [Murió el 22 de septiembre de 2006 a raíz de un aneurisma en la aorta abdominal]. Otros tres están libres: ‘Ana’, ‘Julia’ y ‘Osvaldo’ pero viven virtualmente en la clandestinidad, ocultos en el anonimato. (143) Como podemos ir apreciando, sostener que “el terrorismo argentino no era internacional, sino local”, (144) según palabras del Doctor Ricardo Gil Lavedra, (abogado de significativa actuación en foros nacionales e internacionales, que fue Ministro de Justicia y Derechos Humanos entre los años 1999 y 2000 y también integrante de la Cámara Federal que juzgó y condenó a los Comandantes en Jefe) es una verdadera falacia. Otro hecho que da por tierra con el argumento del carácter local del terrorismo en Argentina, fue el mensaje que transmitió el Presidente Perón por la Cadena Oficial de Radio y Televisión, tres días después del intento de copamiento de la Guarnición Militar de Azul. Dicha Guarnición fue atacada por la compañía ‘Héroes de Trelew’ del ERP el día sábado 19 de enero de 1974 a las 22.30 hs. (145) El mensaje, en el que el presidente en ejercicio trató al ERP como “partida de asaltantes terroristas”, decía entre otras cosas: “…ya no se trata de grupos de delincuentes, sino de una organización que actuando con objetivos y dirección foráneas, ataca al Estado y sus instituciones como medio de quebrantar la unidad del pueblo argentino y provocar el caos.”

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CONCLUSIONES La primera y fundamental es que la ideología marxista-leninista, a la que adscribieron todos los grupos terroristas argentinos, no es un producto de elaboración local. Las reuniones de la Tricontinental y de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), han sido verdaderas usinas terroristas internacionales que contaron con el ejercicio, práctica, apoyo y colaboración de las organizaciones terroristas argentinas. La Junta Coordinadora Revolucionaria (JCR) ha sido una estructura organizada para la ejecución de acciones terroristas a nivel internacional y a la que suscribió gran parte del terrorismo argentino, hecho que no se puede negar ni desconocer. Las organizaciones creadas en Europa para apoyar el accionar de los terroristas argentinos y para desacreditar las operaciones de guerra llevadas a cabo por las Fuerzas Armadas y de Seguridad en el país, cumplieron con su cometido gracias al apoyo recibido de los gobiernos de los países que frecuentaban, de otras organizaciones terroristas y, fundamentalmente, de la intervención del régimen cubano. Tal vez el paradigma del carácter internacional del terrorismo argentino sea la estrecha relación que se mantuvo entre la Organización por la Liberación de Palestina (OLP) con Montoneros a través del hecho de intercambiar la fábrica de explosivos plásticos en base a exógeno (C-2) por instrucción y entrenamiento militar para sus tropas especiales de infantería. Como fue explicitado, la intervención de grupos terroristas argentinos trabajando para el gobierno sandinista de Nicaragua con el auspicio, dirección y apoyo del gobierno cubano, también es una demostración palpable del carácter internacional del terrorismo argentino. Finalizamos este trabajo, repitiendo conceptos ya incorporados en el cuadernillo “Con el Poder Destructor de la Mentira – Una Malversación Histórica (1959-1983)”: (AUNAR, Asociación Unidad Argentina, Buenos Aires, enero de 2007.) “[…] los autodenominados ejércitos terroristas desarrollaban una guerra revolucionaria integrados en una red internacional, con organización y apoyo logístico de la Organización Latino Americana de Solidaridad (OLAS) desde 1967 y la dirección de Fidel Castro”. “[…] en 1974, el ERP comandaba una verdadera organización multinacional terrorista regional llamada Junta Coordinadora Revolucionaria (JCR), una red operativa pergeñada por el Partido Comunista de Cuba, con el cual el ERP trabajaba en estrecho contacto para mantener el control del proceso revolucionario continental”. “Ricardo Burzaco en su libro ‘Infierno en el monte tucumano’, indica: En Roma fueron detenidos y expulsados gran cantidad de subversivos pertenecientes a Montoneros […] Gran parte de los guerrilleros argentinos expulsados de Europa, recalaron en Nicaragua y formaron parte de las fuerzas sandinistas […]” “Decir que ‘el terrorismo argentino no era internacional, sino local’ no sólo es un grueso error sino una gran mentira […]”

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Hemos tratado, mediante toda la información expuesta, de demostrar la verdadera relación del terrorismo argentino, entre los años sesenta y setenta, con órganos extranjeros de similares características. Todas las pruebas aportadas nos permiten desenmascarar la falsedad de las declaraciones acerca de que el terrorismo en la Argentina no fue internacional, sino local. Después de haber transcurrido más de tres décadas desde que el país sufrió la más cruenta guerra revolucionaria de su historia, continúan las manifestaciones acerca de la ‘feroz represión’ o del ‘terrorismo de Estado’ ejercido por las FF.AA. y de SS., durante el gobierno constitucional o el militar. La sociedad olvida que si hay algo por lo cual debería de estar agradecida, es que lo actuado por esas fuerzas fue en defensa de su libertad, de la democracia republicana y del estilo de vida occidental. Todo lo actuado ha sido en oposición al “terrorismo del Estado cubano.” En el ejemplar del diario La Nación del día 20 de julio de 1992, se publicó que “un hombre de la talla de Julián Marías habló públicamente de los años terribles de la subversión y, entre otras cosas, dijo que ‘todos saben –aunque muchos no lo quieran saber– el grave peligro que corrió la Argentina de convertirse en una gigantesca Cuba, regida desde muy lejos. Eso es lo que no se le ha perdonado [a la Argentina]: que lo evitara.” (146)

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53 BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS

(1)

Las Relaciones Internacionales, Frederick H. Hartmann, Instituto de Publicaciones Navales, 1986. página 432

(25)

Violencia en la Argentina – Los 70, Centro de Estudios, Círculo Militar, 2001, página 24.

(2)

Auge y caída de la Grandes Potencias, Paul Kennedy, Plaza y Janes Editores, 1989, página 458.

(26)

Verbitsky, de La Habana a la Fundación Ford, Carlos Manuel Acuña, Ediciones del Pórtico, Buenos Aires, 2003, página 144.

(3)

Auge y caída de la Grandes Potencias, Paul Kennedy, Plaza y Janes Editores, 1989, página 443.

(27)

(4)

Auge y caída de la Grandes Potencias, Paul Kennedy, Plaza y Janes Editores, 1989, página 451.

(5)

Auge y caída de la Grandes Potencias, Paul Kennedy, Plaza y Janes Editores, 1989, página 452.

Luis Mattini, nombre de militancia de Arnold Kremer. Fue obrero metalúrgico con activa participación en los sindicatos navales durante los ‘60. Inició su actividad política en 1959 en la organización de movimientos de defensa de la Revolución Cubana. A partir de allí participa en diversos grupos que iniciaban la búsqueda de una orientación revolucionaria para un proyecto argentino que superara las “limitaciones” del peronismo y el “reformismo” del PC argentino.

(6)

Auge y caída de la Grandes Potencias, Paul Kennedy, Plaza y Janes Editores, 1989, Página 441.

(7)

Auge y caída de la Grandes Potencias, Paul Kennedy, Plaza y Janes Editores, 1989, Página 441.

(8)

Auge y caída de la Grandes Potencias, Paul Kennedy, Plaza y Janes Editores, 1989, Página 441.

(9)

Auge y caída de la Grandes Potencias, Paul Kennedy, Plaza y Janes Editores, 1989, Página 452.

(10)

Auge y caída de la Grandes Potencias, Paul Kennedy, Plaza y Janes Editores, 1989, Página 459.

(11)

Auge y caída de la Grandes Potencias, Paul Kennedy, Plaza y Janes Editores, 1989, Página 460.

(12)

Traducción libre de The Columbia History of the World, editado por John A. Garraty y Meter Gay, 1981 Dorset Press, página 1153.

(13)

Expansión mundial marxista, Néstor O. Pozzi Jáuregui, IPN, 1983, página 149.

(14)

Expansión mundial marxista, Néstor O. Pozzi Jáuregui, IPN, 1983, página 151.

(15)

Las guerras locales del imperialismo, Valentín Lariónov, editorial Progreso, Moscú, 1989, páginas 169/170.

(16)

Las relaciones internacionales, Frederick H. Hartmann, Instituto de Publicaciones Navales, 1986. página 240.

(17)

Terrorismo, la red internacional, Claire Sterling, Lasser Press, Buenos Aires, 1982, página 24.

(28)

Nadie fue, Juan B. Yofre, edición del autor, Bs. As. 2006, pags. 46 y 47.

(18)

Terrorismo, la red internacional, Claire Sterling, Lasser Press, Buenos Aires, 1982, página 257.

(29)

Los perros, memorias de un combatiente revolucionario, Luis Mattini, capítulo 1, página 22.

(19)

Cuba después de la URSS, Carlos Gabetta, en ‘Le Monde Diplomatique’, edición para el Cono Sur, abril de 2007.

(30)

Tacuara. Historia de la primera guerrilla urbana argentina. Daniel Gutman, Vergara, Buenos Aires, 2003, página 33.

(20)

Generales y embajadores, Fabián Bosoer, Javier Vergara Editor, 1ra. edición, Buenos Aires, 2005, página 26.

(31)

(21)

Nadie fue, Juan B. Yofre, edición del autor, Bs. As. 2006, pags. 34/35. También en El Oro de Moscú, Isidoro Gilbert, editorial Planeta, capítulo 13 ‘Firmenich en Moscú’.

(22)

El Oro de Moscú, Isidoro Gilbert, editorial Planeta, capítulo 13, ‘Firmenich en Moscú.

La teoría del foco fue desarrollada por Regis Debray. Ernesto Guevara manifestaba que “no siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones para la revolución; el foco insurreccional puede crearlas”. Lucas Lanusse, Montoneros, el mito de sus 12 fundadores, Ediciones B Argentina, para el sello Javier Vergara Editor, página 63.

(32)

(23)

Este decreto fue publicado en el B.O. del 12 de septiembre de 1975.

El Che quiere verte, la historia jamás contada del Che. Ciro Bustos, Javier Vergara Editor, 1ra. edición, Buenos Aires, 2007.

(24)

Historia General de las Relaciones exteriores de la República argentina, obra dirigida por Carlos Escudé y Andrés Cisneros, Grupo Editor Latinoamericano.

(33)

La información transcripta se extractó del libro El Che quiere verte, la historia jamás contada del Che, Ciro Bustos, Javier Vergara Editor, 1ra. edición, Buenos Aires, 2007, entre las páginas 77 y 134.

En 1967 se vincula al PRT [Partido Revolucionario de los Trabajadores] en la conformación de los primeros núcleos armados en la zona norte de Buenos Aires con centro en ZárateCampana [Pcia. de Bs.As.]. En 1970 es congresal al Vº Congreso del PRT en el que se funda el ERP [Ejército Revolucionario del Pueblo]. A partir de 1973 es incorporado al Buró Político del PRT, adoptando el seudónimo de Luis Mattini para la lucha clandestina, en donde asume diversas responsabilidades individuales y la máxima dirección colectiva del PRT-ERP, bajo la conducción de Mario Roberto Santucho. En 1976, con la muerte de Santucho, asume la secretaría general del PRT y la comandancia del ERP ya en pleno proceso de la derrota. En 1977, como secretario general organiza la retirada del PRT y desde el exterior, el intento de recomposición de la organización y de retomar la iniciativa política en Argentina. En 1980, considerando agotadas las posibilidades del PRT se aleja del partido y marcha al exilio en Suecia. En Estocolmo retoma su oficio de metalúrgico y a la vez participa de las actividades de solidaridad con Latinoamérica. Ha publicado “Hombres y Mujeres del PRT-ERP”, “La política como subversión”, “El encantamiento político y Los Perros”; y en colaboración “¿Qué son las Asambleas Populares?” y numerosos artículos en revistas y páginas Web. Fue docente en la “Cátedra libre Che Guevara” de la UBA. Actualmente participa de la actividad de los grupos autónomos y es también colaborador de Le Monde Diplomatique. Se desempeña en la Defensoría del Pueblo de la Nación y despliega una gran actividad intelectual y en el campo popular. Ver en www.elortiba.org/columnas.html.

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Esta Operación está extensamente tratada en Acuña, Carlos Manuel, Por amor al odio. La tragedia de la subversión en la Argentina. Tomo I. Ediciones El Pórtico. 2000. Página 34.

(60)

In Memoriam, Tomo 1, Círculo Militar, página 34.

(61)

Montoneros, final de cuentas, Juan Gasparini, Colección Campana de Palo, De la Campana, 2005, páginas 28 y 29.

(62)

Montoneros, final de cuentas, Juan Gasparini, Colección Campana de Palo, De la Campana, 2005, página 297.

(35)

Nadie fue. J. B. Yofre. Página 22

(36)

Por amor al odio. Carlos Manuel Acuña, Tomo I, páginas 69 y 75.

(37)

Por amor al odio, Carlos Manuel Acuña, Tomo I, página 37.

(63)

(38)

El Che quiere verte, la historia jamás contada del Che. Ciro Bustos, Javier Vergara Editor, 1ra. edición, Buenos Aires, 2007, páginas 170/171.

La mentira oficial, Nicolás Márquez, 1ra. edición, del autor, Mar del Plata, 2006, página 123.

(64)

La historia secreta del botín de los montoneros, por Mario Diament, La Nación, Suplemento Enfoques, 20 de noviembre de 1996.

(39)

Una malversación histórica (1959/1983), Oscar J. Calandra, Boletín del Centro Naval Nº 808, mayo/agosto 2004, página 188.

(65)

Fuimos soldados, Marcelo Larraquy, Aguilar, Buenos Aires, 2006, Capítulo 7, página 110.

(40)

Por amor al odio. Carlos Manuel Acuña, Tomo I, página 75.

(66)

(41)

Colección de documentos históricos. La Prensa. 2000. Versión y recopilación para Internet por Eduardo Manfut. Ver en www.manfut.org/cronologia/tachohijo.html.

Fuimos soldados, Marcelo Larraquy, Aguilar, Buenos Aires, 2006, Capítulo 8, página 133.

(67)

Fuimos soldados, Marcelo Larraquy, Aguilar, Buenos Aires, 2006, Capítulo 11, página 185.

(42)

Ver en Estrella Roja Nº 23 del 15 de agosto de 1973 y en www.ladecadadel70.com.ar, Aniversario de la sublevación en los hechos de Trelew.

(68)

El tren de la victoria - una saga familiar. Cristina Zuker, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2004, Capítulo ‘El duelo’, página 225.

(43)

Esta información fue también publicada en el diario Página 12, bajo el título A la izquierda de Dios Padre, en su edición del 23 de mayo de 2004.

(69)

Terrorismo, la red internacional, Claire Sterling, Lasser Press, Buenos Aires, 1982, página 24

(70)

Por amor al odio, Carlos Manuel Acuña, Tomo I, página 96.

(44)

Ver en http://www.agenciaisa.com.ar/articulos/articulo.php?idArt=79 &PHPSESSID=7e02397

(71)

Las guerras secretas de Fidel Castro, publicado por el Grupo de Apoyo a la Democracia, en www.gadcuba.org

(45)

Ver en http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/cookea/escrito.html

(72)

Por amor al odio, Carlos Manuel Acuña. Tomo I, página 105 y Las guerras secretas de Fidel Castro.

(46)

Ver en http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/cookea/escrito.html

(73)

Ver en www.pensamientonacional.com.ar

(47)

Por amor al odio, Carlos Manuel Acuña, Tomo I, página 8.

(48)

Uturuncos, Los orígenes de la guerrilla peronista (1959-1960) por Ernesto José Salas. Ver en http://www.ultimorecurso.org/drupi/files/libro16.doc

(59)

Ver en www.prensadefrente.org/pdfb2/index.php/new/2007/03/26/p2699

(50)

Ver en http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/cookea/escrito.html

(51)

Por amor al odio, Carlos Manuel Acuña, Tomo II, páginas 47/48.

(52)

Ver en http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/cookea/escrito.html

(53)

Tacuara. Historia de la primera guerrilla urbana argentina, Daniel Gutman, Vergara – Grupo Zeta, Bs. As., 2003, página 98.

(54)

Información extraída del libro Tacuara. Historia de la primera guerrilla urbana argentina, Daniel Gutman. Vergara – Grupo Zeta, Bs.As., 2003.

(55)

Información extraída del libro Tacuara. Historia de la primera guerrilla urbana argentina, Daniel Gutman, Vergara – Grupo Zeta, Bs.As., 2003.

(56)

Ver Nuestra historia 70, Boletín B69, Montoneros en el exterior.

(57)

Ver en www.peronvencealtiempo.com.ar/historia/laresistenciaperonista/notas/operacionjudas.html Prensa Nacional Alternativa

(58)

Por amor al odio, Carlos Manuel Acuña, Tomo I, página 401.

(59)

In Memoriam, Tomo 1, Círculo Militar, página 34.

(74)

Ver en http://www.galeon.com/elortiba/cooke.html

(75)

John William Cooke. Hacia una teoría del populismo , por Artemio López, en un estudio sobre la teoría de Cooke que escribió para el libro “Cooke de vuelta”, una compilación de textos publicada en 1999 por Ediciones La Rosa Blindada, a cuya presentación en el Auditorio de la Asociación de Trabajadores del Estado, jamás nunca nadie concurrió y hubo que levantarla.

(76)

En Noticias Atemporales, diario de Mar de Ajó, por Floreal Ferrara.

(77)

Por amor al odio, Carlos Manuel Acuña, Tomo I, página 105 y en http://www.galeon.com/elortiba/cooke.html

(78)

Ver en www.ARGENPRESS.i n f o, perfil de SALVADOR ALLENDE

(79)

Ver en http://www.marporcuba.org/Terrorismo/Principal.htm Madres y mujeres anti-represión por Cuba

(80)

Terrorismo, la red internacional, Claire Sterling, Lasser Press, Buenos Aires, 1982, página 21.

(81)

Guerrilla Prince, Georgie Anne Geyer, Little, Brown and Company, 1991, págs. 318-319-320, traducido del ingles, según lo escrito en Las guerras secretas de Fidel Castro, Publicado por el Grupo de Apoyo a la Democracia, ver en www.gadcuba.org.

(82)

Guerrilla Prince, Georgie Anne Geyer, Little, Brown and Company, 1991, págs. 318-319-320, traducido del ingles, según lo escrito en Las guerras secretas de Fidel Castro, Publicado por el Grupo de Apoyo a la Democracia, ver en www.gadcuba.org.

(83)

“Los del 73 Memoria Montonera” de Gonzalo Leonidas Chaves y Jorge Omar Lewinger, Editorial de la Campana, Colección Campana de Palo, 2da. edición, corregida en junio de 1999.

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55 (84)

“Los del 73 Memoria Montonera”, pagina 36)

(109) Ver en www.ladecadadel70.com.ar/2n.html

(85)

“Los del 73 Memoria Montonera”, páginas 55 y 56.

(86)

“Los del 73 Memoria Montonera”, página 94.

(110) Ver en www.laverguenzademifamilia.blogspot.com/2006/10/memoriacompletamente-arbitraria.html

(87)

Por amor al odio, Carlos Manuel Acuña, Tomo I, página 109

(88)

Ver en www.patriagrande.net/cuba/ernesto.che.guevara/ensayos/tricontinental.htm

(89)

Ver en www.patriagrande.net/cuba/ernesto.che.guevara/ensayos/tricontinental.htm

(90)

De nuestra historia-70, Boletín Nº 14 del 1 de abril de 2005.

(91)

De nuestra historia-70, Boletín Nº 14 del 1 de abril de 2005.

(92)

Militante del Partido Comunista de Bolivia, seguidor del Guevara, colaboró con él en el establecimiento de un foco guerrillero en la selva boliviana. Antes había prestado ayuda en la organización del Ejército Guerrillero del Pueblo, que encabezó Jorge Masetti. Murió en septiembre de 1969.

(111) Ver en www.ladecadadel70.com.ar/2n.html (112) Montoneros, soldados de Menem,¿Soldados de Duhalde?. Viviana Gorbato, Sudamericana, 2da.edición 1999, pág. 56. (113) De www.latinoamericanstudies.org/puertorico.origen.htm, La crónica gráfica, (San Juan) 1987, El origen de los Macheteros, por Armando André. (114) De www.gadcuba.org/Guerras%20Secretas/Tupamaros%20y%20 Montoneros.html (115) Terrorismo, la red internacional, Claire Sterling, Lasser Press, Buenos Aires, 1982, página 123 (116) Atentados: todos unidos triunfaremos, Menem, Irán y Montoneros, Horacio Lutzky, en www.lavozylaopinion.com.ar, ver ejemplar octubre 2002.

(93)

De nuestra historia-70, Boletín Nº 14 del 1 de abril de 2005.

(94)

Ver en www.CEDEMA.org, bajo el título: “Junta de Coordinación Revolucionaria: orígenes y perspectivas”, de febrero de 1975

(95)

Ver en www.CEDEMA.org, bajo el título: “Junta de Coordinación Revolucionaria: orígenes y perspectivas”, de febrero de 1975

(96)

Ver en www.CEDEMA.org, bajo el título: “Junta de Coordinación Revolucionaria: orígenes y perspectivas”, de febrero de 1975

(97)

De nuestra historia-70, Boletín Nº 14 del 1 de abril de 2005

(98)

e nuestra historia-70, Boletín Nº 14 del 1 de abril de 2005.

(119) Fuimos soldados, Marcelo Larraquy, editorial Aguilar, 2006, página 131.

(99)

De nuestra historia-70, Boletín Nº 14 del 1 de abril de 2005.

(120) La relación Montoneros – OLP, Nuestra historia 70, Boletín 61,

(100) Ver en www.CEDEMA.org, bajo el título: “Junta de Coordinación Revolucionaria: orígenes y perspectivas”, de febrero de 1975 (101) Terrorismo, la red internacional, Claire Sterling, Lasser Press, Buenos Aires, 1982, en el prólogo. (102) Denuncia 8702/07, radicada ante el Juzgado Federal Nº 10, Secretaría Nº 19, caratulada “SAN EMETERIO, Eduardo Sinforiano s/denuncia delitos de privación ilegal de la libertad, torturas y homicidio agravado – víctimas Pedro Eugenio Aramburu, Mario César Asua y otros siendo imputados Miguel Bonasso, Carlos Kunkel, Eduardo Luis Duhalde, Jorge Obeid, Horacio Verbitsky y otros.

(117) Galimberti. De Perón a Susana. De Montoneros a la CIA, Marcelo Larraquy y Roberto Caballero, Grupo Editorial Norma, Bs.As., 2000, página 164. (118) Galimberti. De Perón a Susana. De Montoneros a la CIA, Marcelo Larraquy y Roberto Caballero, Grupo Editorial Norma, Bs.As., 2000, página 328 y siguientes.

(121) La relación Montoneros – OLP, Nuestra historia 70, Boletín 61, (122) La relación Montoneros – OLP, Nuestra historia 70, Boletín 61, (123) Fuimos soldados, Marcelo Larraquy, editorial Aguilar, 2006, página 131. (124) La relación Montoneros – OLP, Nuestra historia 70, Boletín 61, (125) Rebelión. El reino del revés. Informe de inteligencia militar durante la dictadura argentina, Lo que sabía el 601. en www.rebelion.org/argentina/bonasso010902.htm (126) Fuimos soldados, Capítulo 4, página 56 y Capítulo 9, página 132.

(103) De nuestra historia-70, Boletín Nº 14 del 1 de abril de 2005.

(127) Fuimos soldados, página 180. Citado en la denuncia de Ana Lucioni.

(104) Terrorismo, la red internacional, Claire Sterling, Lasser Press, Buenos Aires, 1982, página 21.

(128) Fuimos soldados, Capítulo 6, página 98

(105) De www.lohndinges.com.condor.translationsrevelatikons.html (106) Ver en www.ladecadadel70.com.ar/temasdedifusion/pretensoquerellante.htm (107) Ver en www.foros.terra.com.ar (108) Norbert Kröcher fue un terrorista alemán, perteneciente al Movimiento 2 de Junio (M2J), grupo activista de guerrilla urbana que operó en Berlín Occidental, aliado en un pricipio a la Fracción del Ejército Rojo. La operación más significativa de este grupo fue el exitóso secuestro de Peter Lorenz en 1975. Lorenz era el Candidato a Alcalde de Berlín por la Unión Demócrata Cristiana de Alemania. Los secuestradores exigieron [y lograron] la liberación de sus camaradas en prisión, quienes huyeron hacia Yemen del Sur. Lorenz fue liberado sano y salvo al día siguiente.

(129) Fuimos soldados, Páginas 135 y 155. (130) Fuimos soldados. Página 158. (131) Fuimos soldados. Página 159. (132) Montoneros, soldados de Menem,¿Soldados de Duhalde? Viviana Gorbato, Sudamericana, 2da.edición 1999, pág. 27. (133) Montoneros, soldados de Menem,¿Soldados de Duhalde?. Viviana Gorbato, Sudamericana, 2da.edición 1999, pág. 63. (134) Nicaragua, Revolución en familia, de Shirley Christian. Editorial Planeta. 1985, página 153. (135) En 1990, después del ‘asesinato judicial’, en Cuba, de sus ex jefes, el general Arnaldo Ochoa y el coronel Antonio De La Guardia (padre de su esposa Ileana), sacrificados a la razón de Estado en un proceso de tipo stalinista, Jorge Masetti dejó

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56 definitivamente la isla con su pareja. Del motivo de su salida de Cuba, dice que fue esencialmente “el asco […] un asco total, un asco hacia todo, incluso hacia mí mismo por haber estado vinculado de algún modo al régimen.” Repudio tardío, pero repudio al fin. (136) Puede tratarse del montonero ‘Negro Hugo’ mencionado en Fuimos soldados de Marcelo Larraquy, Aguilar, 2006, páginas 60, 76, 79, 109 y 126. (137) Eden Pastora fue militar, político y guerrillero, más conocido por el alias de “Comandante Cero” cuando lideró la guerrilla sandinista que acabó con la dictadura de Anastasio Somoza. Edén Pastora estudió en la Universidad mexicana de Guadalajara donde realizó algunos cursos de la carrera de Medicina. Abandonó sus estudios y regresó a Nicaragua para participar en la lucha armada contra el gobierno somocista. La adolescencia de Pastora había estado marcada por un profundo rechazo al régimen del dictador desde que la Guardia Nacional asesinara a su padre cuando el joven Edén tenía sólo siete años. Lideró el movimiento guerrillero que tomó al asalto el Palacio Nacional de Managua y, durante varios días, mantuvo retenidos a más de un millar de responsables políticos afines a Somoza para exigir la liberación de los presos políticos. Consiguió su objetivo y aquel día nació la leyenda del comandante Cero. Daniel Ortega, nombró a Pastora jefe del Estado Mayor General del Ejército insurgente. Confirmado en 1979 el triunfo de la revolución sandinista, el comandante Cero asumió el cargo de viceministro en el departamento de Interior ocupado por Tomás Borge. En el mes de julio de aquel año recibió también el nombramiento de primer jefe nacional de las milicias del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) pero no fue integrado en la Junta Militar de los nueve comandantes encargados de dirigir el país. El idilio de Pastora con el FSLN se tornó pronto en franco enfrentamiento. Su manifiesta rivalidad con los líderes políticos de la revolución, se hizo pública en 1981 cuando renunció a sus cargos como viceministro y jefe militar y acusó al gobierno sandinista de haber cambiado la

orientación de su proyecto inicial hacia los planteamientos comunistas representados por Cuba y la Unión Soviética. (138) Diario de un clandestino, Miguel Bonasso, capítulo La última cena, páginas 324/325. Citado en la denuncia de Ana Lucioni. (139) Nicaragua, Revolución en familia, de Shirley Christian, página 185. (140) Pablo Salazar, Comandante Bravo, era el principal lugarteniente del dictador Anastasio Somoza Debayle. Fue muerto en Honduras de un balazo en la cabeza disparado a quemarropa por Enrique Gorriarán Merlo. (141) Anastasio Somoza Portocarrero, mejor conocido como “Chigüin”, dirigió la Escuela Básica de Batallones de Infantería (EBBI). A su regreso de West Point, lo incorporaron al escalafón militar dándole el rango de teniente coronel, y lo destinaron como director de la EEBI. (142) Reinaldo Gregorio Lenín Cerna Juárez, nació en la ciudad de León, Nicaragua en 1947 y sus primeras acciones en la lucha armada se dan desde comienzos de los años 60. (143) La Prensa, Nicaragua, martes 19 de septiembre del 2000 y testimonios de los miembros del comando que quedaron con vida, recogidos en el libro “Somoza, expediente cerrado”, de Claribel Alegría y D.J. Flakoll. (144) Ver La Nación, miércoles 6 de septiembre de 2006. “El derecho internacional busca, cada vez con más interés, declarar el terrorismo como un crimen de lesa humanidad. El problema es definir qué se entiende por terrorismo. "El terrorismo argentino -dijo Gil Lavedra- no era in-ternacional, sino local." Firma el artículo Paz Rodríguez Niell, de la Redacción del diario. (145) Esta acción está ampliamente tratada en el libro In Memoriam, Tomo I, Círculo Militar, pàgina 99 y sgtes. (146) Verbitsky, de la Habana a la Fundación Ford, Carlos Manuel Acuña, Ediciones del Pórtico, 2003, página 21.