Testimonio 1 EL ANTES

Testimonio 1 EL ANTES Antes de lo sucedido el 27 de Febrero del 2010, puedo decir que era una persona incrédula a la existencia de los terremotos como

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Testimonio 1 EL ANTES Antes de lo sucedido el 27 de Febrero del 2010, puedo decir que era una persona incrédula a la existencia de los terremotos como experiencia de vida y de la naturaleza. Nací en el año 1988, por ende, mis mayores aproximaciones a lo que sería uno de ellos, eran por un lado algunos temblores grado 4 (por nombrar lo máximo) en donde la imagen de mi abuela (más marcada en la niñez) y la imagen de mi tía (con la que actualmente vivo) eran las de flash arrancando hacia afuera de la casa y llevándonos al resto de los presentes con ellas, siempre un poco molestos por la "exageración" y por otro lado, algunos de los documentales que daban en la televisión, que si bien hablaban de Chile, siempre los encontré tan fantásticos (ya que eran de canales extranjeros y por lo que contaban con recursos) que nunca los creí totalmente, o si los creí! pensé que yo no me encontraría nunca frente a uno de ellos, que eran un poco, cosa del pasado, ya que en cuanto a memoria familiar, incluso, estos nunca fueron muy desarrollados. En realidad, siempre he sido un poco orgullosa en cuanto a parecer equilibrada frente a los demás en momentos de "emergencia", siguiendo el modelo de comportamiento de mis padres, por lo que cada vez que temblaba, mi actuación era simplemente decirle a los demás "tranquilidad es sólo un temblorcito, ya pasará", creo que lo anterior se potenció debido a que el día a día lo comparto con mi tía (hermana de mi padre), la que arranca, y dentro de mi familia actual su hijo, que también vive con nosotras, simplemente ya no la toma en cuenta, por lo que me he convertido en su apoyo moral frente a los "movimientos de la tierra". A lo anterior se une, y con fuerza, una de las creencias populares de mi ciudad natal, Linares (VII Región), "Si hay un terremoto, o algún temblor, acá no pasa nada porque la ciudad está asentada sobre un terreno rocoso y rodeada de ríos, por eso se sienten más despacio y no causan tantos destrozos", en realidad nunca he sabido con certeza de donde salió esa información, pero no hay persona que viva en Linares, que no salga con la idea al nombrar siquiera la probabilidad de un terremoto o de un sismo de mayor magnitud, es así como el pensamiento del "no pasa nada" se quedó completamente grabado en mi cabeza, y mi credibilidad se basó siempre en este. Posteriormente, la idea de que en Linares nunca temblaba ni pasaba nada, se potenció más, no sé si por cosas del destino o soy yo misma la que invento la posibilidad, pero cada vez que he sentido algún temblor fuerte, ha sido en Santiago. Vivo en el tercer piso de un departamento antisísmico, por lo que siempre la magnitud del movimiento lo atribuí a las características de la vivienda, cosa que no sucedía nunca en mi casa de Linares (construida de adobe), ya que en ésta no se sentían, o si alguna vez se sintieron con mucha intensidad, yo por lo menos, me encontraba cegada por él "en Linares no pasa nada" y no reaccionaba, más que a decir la frasecita. Creo que también otro de los aspectos importantes a considerar en mi "no miedo a estos sucesos", es que siempre que se presentaron me encontré con mis familiares, por lo menos en Santiago, por ende nunca sentí algún tipo de angustia o incertidumbre con el tema, más aún considerando también, que en el caso de Linares, las distancias son cortas, lo que posibilita un encuentro en menor tiempo. Y simplemente estando con la gente que uno quiere, las cosas son diferentes y los grados de seguridad son mayores. EL DURANTE El terremoto me pilló en la despedida a mis vacaciones, en la casa del campo de uno de mis amigos, a

unos 3 kilómetros de Linares en auto, éramos 6 personas y estábamos solos, habíamos llegado a ese lugar alrededor de las 2:00am debido a muchos cambios en el panorama. La noche se había transformado en un "asustémonos mutuamente", cuando comenzó a temblar, en ese momento yo no pensaba moverme de ahí y dije "ya va a pasar", hasta que se cortó la luz, el movimiento no cesaba y para no quedarme sola dentro de la casa salí a la siga de todo el mundo, durante el camino se iba haciendo más fuerte, íbamos en cadena por el costado de la casa y comenzó un vaivén que nos movía con fuerza, al pasar por el lado de Ios autos comenzó el terror, estos se movían en dirección a chocarse unos con otros y ahí comprendí, que me obligaba internamente a pensar, "esto no está pasando". Siguió el movimiento y el asunto no paraba, me salió la voz, y lo único que pensaba y gritaba era, "¡Que pare! ¡Que pare! ¡Se va a abrir el piso, se va a abrir!", mientras uno de mis amigos me miraba con cara de espanto (propio) y me decía, "no si va a pasar, ya, sí, ¡que pare!", en ningún momento pensé en mi familia, yo me preparaba mentalmente casi para el fin del mundo, pensando cómo iba a arrancar cuando la tierra se abriera, hasta que en un momento el movimiento nos botó, y ahí la preocupación fueron los grandes árboles que estaban a metros de nosotros y que se movían de manera escandalosa. El movimiento paró y la cara de espanto la teníamos todos, hubo un poco de calma y automáticamente los pensamientos positivos, "llegaremos a Linares y dirán que fue de 20 segundos y nos imaginamos como 5 minutos cálmense". Empezaron a pasar de manera descontrolada los autos por la carretera y comprendimos que no, a pesar de todo, el miedo mayor fue que nos pasará algo por la carretera al irnos, el consenso fue "esperemos el amanecer", el amanecer no llegaba nunca, yo seguía con el pensamiento del fin del mundo, tenía terror, nos empezamos a desesperar, ahora sí que todos pensábamos en nuestras familias, más aún cuando no había luz, agua y los teléfonos estaban cortados. Recibimos un llamado de Ovalle, la prima de una amiga decía que había sido en todo Chile, que las ciudades estaban en el suelo y que no se podía comunicar con Linares, la incertidumbre aumentó, algunos la trataban de bajar con alcohol y otros preparando la casa por las posibles réplicas. Después de llamados la prima de mi amiga le dijo "las niñas están bien con su mamá en los bomberos", mis hermanas estaban bien, lo único que me tranquilizaba, antes de esa noticia, era que los bomberos se encontraban al frente de mi casa y si pasaba algo, como un derrumbe, mi casa era prioridad, por ende las posibilidades de sobrevivir eran máximas. Nunca me sentí botada al ver que nunca me llegaron a buscar, había hablado con mi papá a las 3:30am y le había dicho que estaba en el campo, sabía que por eso, no había partido en caravana a buscarme, según ellos, ahí no pasa nada, porque nada se puede venir encima de uno. A las 5 am llegaron a vernos familiares del dueño de casa, la noticia: Linares en el suelo y el mandato de no movemos de ahí, a las 6am, aún no amanecía, decidimos irnos, nos dividimos en 2 autos e hicimos una especie de caravana. El panorama al llegar a la cuidad fue desolador, fogatas en los patios de las casas, gente en las calles, todo el centro abajo. Llegué a los bomberos, es la orden si pasa algo así, miré hacia la casa, estaba parada, los papás de mi mejor amiga la esperaban ahí, me desesperé y quería sólo ver a mis hermanas y a mi mamá, en el camino hacia eso me encontré con mucha gente conocida y familiares, estaba todo el mundo ahí, abuelos, tíos y primos, todos menos mi Papá, que se encontraba a cargo del Cuerpo por ser Comandante. Empezaron las historias propias, mi casa se había agrietado, teníamos que salir de ahí, me preocupé de mi hermanas pequeñas (1 y 9 años) mientras mi madre sacaba cosas de primera necesidad de la casa (leche, pañales, etc.), en el cuartel había un generador, lo que permitió poner las noticias en un data, el panorama era desolador tanto dentro de la ciudad como en otros lados, todo el mundo en el cuartel se preparaba para la emergencia. Después del acontecimiento y de ver que todo el mundo importante para mí (el más próximo) estaba bien, ya que nadie nombraba a Santiago como un lugar también afectado, llegó el momento de actuar, mi día duró exactamente 24 hrs desde el terremoto, desmantelamos la casa de forma desordenada y rápida, centrándonos en todo lo que lleva uno a un viaje, después de empezar por casa y no tomar muy

en cuenta el momento en que nos paramos en la puerta cuando ya había luz, mi papá, mi mamá y yo, y dijeron "yo no me quedó acá", "no es imposible, nos vamos de acá", el tema se había cerrado. Yo estaba al tanto de la información, tanto local (por 'la institución) como nacional (por medio del noticiero), después de sacar también las cosas de valor de la casa (debido al asunto de los saqueos en las ciudades), lo único que sabía era que no me podía quedar en la casa tranquila, que se necesitaba ayuda en otros lugares, ya se sabía de los tsunamis y de la real magnitud de la catástrofe, estábamos casi en el epicentro, Pelluhue, Curanipe, Constitución, Parral, Talca, ciudades que frecuentábamos siempre. Se arreglaron los teléfonos, y de manera desesperada comencé a llamar a amigos y gente que podía ayudar. Junté a algunos, mientras, me enteraba y hacia un catastro mental de su situación, finalmente nadie necesitaba ayuda, (bueno, yo era un caso aparte, la familia no tenía un sentimiento de arraigo con la casa en sí (por no ser propia) y habían hace algunos años planes activos de cambio) así que nos fuimos a trabajar, hasta que nos dieron las 3am del 28 de febrero del 2010. EL DESPUÉS Debo admitir que pese a mis cuatro años de carrera, y a mi inclinación de "descredito" (no total) al asistencialismo propiamente tal frente a un pensamiento de largo plazo, mis dos semanas a partir del terremoto fueron sólo lo primero. A pesar de recibir la invitación de la carrera a viajar a Hualañé y Curepto, decidí quedarme, la mayoría de mis amigos, por no decir todos, querían ayudar sin saber cómo, así que automáticamente, como siempre, tomé el rol de organizadora. La provincia de Linares, hablando de alrededores, se encontraba en el suelo, y todo el mundo, debido a la influencia de los medios de comunicación enviaban recursos hacía las otras ciudades más devastadas de forma particular, ya que la organización en materia de ayuda por medio de instituciones formales se demoraba en llegar, es así como nos organizamos y nos centramos en la ayuda expedita y provincial. Sin embargo, personalmente creo que es el momento de ir más allá en materia de reconstrucción, pero que ésta a pesar de todo el boom por ayudar, y de que mucha gente se "movió" con el tema del voluntariado, finalmente se dará con la ayuda de los que realmente se preocupan por el tema social y por la misma gente afectada, ya que es increíble el nivel de resiliencia con que cuenta la gente y las ganas de hacer cosas y salir adelante, lo cual creo se presenta como un plus, para que la respuesta a los problemas se resuelvan de la mejor manera posible, generando incluso en algunas partes mejores situaciones que las que habían antes del acontecimiento. Del mismo modo creo que es importante que el gobierno se mueva con la reconstrucción, y que además las constructoras por ejemplo den respuestas a la gente que perdió lo suyo a causa de errores humanos. En cuanto al tema familiar, después de ver que estábamos todos a salvo, el tema de la casa antigua, en la cual habíamos vivido desde mi nacimiento, pasó a otro punto, en términos materiales todo lo que se pudo salvar, se salvó, y actualmente se aceleraron las gestiones para la compra de una nueva casa propia, el panorama por lo tanto se ve alentador. En materia simbólica, la casa si bien representaba y rememoraba muchos recuerdos, tanto de mi vida como de mi familia estos no cuentan con mayor significado al compararlos con una posible caída de viviendo cuando mis hermanas y mi madre se encontraban dentro, por lo que, si el sentimiento de pérdida está, éste es mínimo, y no se compara, ni se asemeja a algunas de aquellas familias que lo perdieron todo, las que sin lugar a dudas comparten con mi familia la frase "lo importante es que estamos bien, lo material se recupera", que se pone tan de moda, en estos momentos de catástrofes. Para finalizar, me gustaría rescatar el hecho de que sí creo en los terremotos. Testimonio 2

EL ANTES Siempre les he tenido miedo a los temblores y terremotos, siempre les he tenido miedo y he creído en su fuerza, pero desde que me vine a vivir a Santiago en Junio del 85' les tengo pavor, me vine de Linares (Región del Maule), cuando vivía allá no me daban tanto miedo como ahora, porque nunca allá han sido tan fuertes, desde chica me acuerdo que eran despacio, como allá la ciudad está sobre piedras y entre ríos, se sienten menos, de hecho el único que había vivido hasta el de este año, fue el de ese año que me vine, ese lo sentí despacio, o sea, fue como un temblor un poco fuerte y las cosas se balanceaban, yo me encontraba en la casa de mis padres lo único en qué pensé, fue ir a sacar a mi hijo que jugaba escondido tras auto, que veíamos moverse el auto, éste lo tapaba y lo destapaba, y lo único a lo que atiné, fue a correr y sacarlo de ahí, lo demás fue sólo risas, porque la vecina se echaba la culpa de lo que sucedía golpeándose el pecho, después nos enteramos que se trataba de un terremoto en todo Chile y súper fuerte, nos enteramos por la radio, y empezamos a llamar para saber de la familia en Santiago, de mis abuelos y tíos por parte de madre, cuando supimos que estaban todos bien y que no le sucedió nada malo a la familia el asunto se olvidó, de hecho he contado esta historia con suerte dos veces más. En Linares no pasó casi nada, por eso el pánico no llegó a la gente, ni nada por el estilo. Ahora odio los temblores, por más mínimos que sean y más aún los terremotos, me dan miedo desde que llegué porque vivo en un tercer piso, y apenas siento cualquier movimiento que sea temblor pienso que se caerá todo, y aunque yo me caería arriba de los demás tengo que salir arrancando como sea, el solo hecho de moverse causa miedo, terror. Yo creo que la mayoría de la gente le tenemos miedo, pero a veces es demasiado para mí, una vez hubo un temblor, me acuerdo que fue grado 4, fue hace algunos años, salí corriendo y gritando con tal fuerza que mi vecina, que también es mi prima, me agarró de la ropa de manera violenta, sino me caigo escalera abajo en pleno movimiento, porque más encima estábamos con llave en la reja, entonces me iba a tirar por cualquier parte para salir, así que por eso en mi casa me tienen como la "loca de los terremotos", siento algo y me paro al tiro gritándole a mi hijo y a mi sobrina que se levanten y se vayan al marco de la puerta principal, y ellos ni me pescan, se quedan acostados y me dicen "ay si es un temblorcito, ya va a pasar" o "le poní tanto color, si no pasa nada". Ahí me calmo un poco, como no estoy sola es más llevadero el susto, y no estoy preocupada de que anden en cualquier parte. Pero de igual manera siempre les tuve y tengo mucho miedo. EL DURANTE Para el terremoto del día 27 yo estaba en mi departamento, en Santiago, me encontraba sola, mi sobrina y hijo con mi nieto pequeño estaban en Linares por causa de las vacaciones, por eso, me había acostado como a las 3:30am chateando con mi consuegra, estaba un poco dormida, de pronto sentí un ruido súper grande y se empezó a mover todo, al principio despacio, pero como es mi costumbre, automáticamente me levanté, pasé por encima de la cama y salí a la puerta, entretanto el movimiento aumentaba y sentía en medio de la oscuridad como los muebles se movían, al pasar por el living choqué con el sillón y me aterré, busqué afirmarme de un mueble, pero ya no estaba ahí, sino en el otro extremo del living, ahí comencé a prestar atención en los gritos de niños y mujeres que se escuchaban afuera, mientras oía también gritos de hombres que llamaban a la calma, y además el ruido de vidrios que explotaban y cosas que caían, tanto en mi casa como en las otras, además de los perros que aullaban y ladraban, Llegué a la puerta y la abrí, me quedé afirmada con fuerza en el marco, pero los movimientos más fuertes me asustaron y me llevaron a salir, y a afirmarme de la reja fuera de mi departamento, mientras, escuchaba como mi prima salía por la puerta del lado, corriendo y gritando, ahí nos dimos cuenta de que de su casa salía agua, eso no interesaba, la afirmé como pude, una mano en la reja, y la otra en su brazo, nos quedamos juntas mientras el movimiento pasaba, yo estaba aterrada,

creía que todos los departamentos se iban a caer, gritaba que el techo nos caería encima, que ahí terminaba todo. Al otro lado de la reja estaban los vecinos, afirmados igual que nosotras, el único hombre que se encontraba en el piso, nos trataba de calmar a todas por medio de gritos, se movió con su esposa hasta la reja e intentó tomamos la mano a nosotras dos. Estaba aterrada, primero porque me encontraba sola en la casa, y después porque aún estando con mi prima, me sentía sola y aterrada, la acción del vecino permitió que me calmara un poco, cuando el asunto paró nos demoramos en volver a la calma, pensé que mi hijo me podría llamar, pensé en llamar a mis consuegros, los únicos a los que podría llamar familia acá en Santiago, pensaba en Linares y me aterraba, traté de llamar, pero las líneas estaban cortadas, se me vino a la mente mi sobrina y mi cuñada, con las otras dos niñas pequeñas y la casa de adobe de mi hermano en el centro, en mi mamá y su casa de madera, en mi hijo y mi nieto. Esperando que se restablecieran las líneas telefónicas, entramos a las casas, en la mía estaba todo desordenado y se habían caído algunos televisores, pero el entrar a la casa de mi prima fue desastroso, se habían caído copas, muebles, el estanque del baño inundó todo, entre otras cosas, así que lo único que pensamos fue, salgamos de acá, se arreglaron las líneas del teléfono y llamé a mis consuegros, si mi hijo llamaba iba a ser para allá, ya que es la casa de mi nieto, así que quedé en irme a dormir allá, lo único que quería era salir de mi casa, vivir en altura me tiene los nervios de punta, así que me fui con un bolso, casi arrancando. Cuando llegué allá nos quedamos despiertos toda la noche, hasta las 6:00am cuando mi hijo llamó y nos dijo que estaban bien, le dije que llamara a la familia, a mi sobrina sobretodo que estaba también allá, me dijo que iría a su casa, y después se pudo comunicar, estaba toda la familia en el Cuerpo de Bomberos y bien, me quedé más tranquila, ahí al fin pude dormir un poco, intranquila si por las réplicas. Todavía no llegaba la luz, así que no sabíamos nada de lo demás que había pasado en el resto de Chile, sólo sabíamos que había sido fuerte y que en el Maule también se había sentido muy fuerte, pero nada más, dormí intranquila y con miedo, pero ya sabía que mis seres queridos estaban bien. EL DESPUÉS Yo creo que el después de éste terremoto es que Chile se levantará, la gente tiene fuerza, en estos casos se ayuda y mucho, se olvidan las diferencias y se trabaja unido, da pena ver lo que pasó, pero la gente sabe que es el momento de levantarse, de partir de nuevo, aunque cueste, yo estoy dentro de esas personas que no podemos ayudar con mucho, no puedo ir a construir una mediagua, sólo puedo ir a dejar dinero al banco, pero sé que hay muchos jóvenes que quieren ayudar y tienen ganas de hacer cosas, que se han despegado de los computadores, de los carretes del fin de semana y que han salido a ayudar a la gente. Aunque no me dan ganas de viajar a Linares por ejemplo, para no deprimirme con el panorama, estoy segura que cuando viaje nuevamente mi ciudad natal estará parada, como también .10 hará Pelluhue y Constitución playas que me traen tantos recuerdos de verano, y que la gente en conjunto con su entusiasmo y con la gente 'que ayuda estarán en mejores condiciones incluso que las que se encontraban antes de este desastre, por ejemplo en Linares ahora habrá un centro completamente renovado, hay que pensar positivo. En lo que refiere a mí, el susto con los terremotos no se me olvidará más, menos ahora con tanta réplica, estoy segura que viene uno más grande, pero creo que con todas la_ cosas que han dicho en la televisión de cómo reaccionar podré hacer algo más, como mantener la calma y no salir arrancando a tirarme escalera abajo por cualquier cosa, porque al final uno más otro gritando desesperado es más problema para los demás personas, que además de tratar de mantener la calma ellos, deben hacer que uno mantenga la calma.

Espero también que el gobierno cumpla con lo prometido y no se olvide de la gente cuando ésta deje de salir en la televisión, como lo que pasó en Haití, por eso creo que es súper importante tener en cuenta que existen muchos pueblos pequeños que nunca mostraron en las noticias y que se encuentran botados en lo que es ayuda. Y también darle solución a la gente que ha perdido su casa no completamente, a mi casa no le pasó nada, y me enorgullezco de que haya sido construida por el Estado de Chile, porque me da vergüenza lo que ha pasado con muchas familias con departamentos destruidos por aminorar costos en la construcción, por gastar menos. Eso principalmente, estoy segura que Chile se levantará, porque somos fuertes. Y que' yo, si existe otro panorama como el pasado, reaccionaré de mejor manera, me tengo fe, al igual que todo el país.

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