Tiempos de oportunidad, confianza y estrategia

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4a Encuesta de CEO en México Entrevistas a profundidad

Tiempos de oportunidad, confianza y estrategia

16a Encuesta Global Anual de CEO

www.pwc.com/mx/encuesta-ceo

Juan José Suárez Coppel

Director General de Petróleos Mexicanos (PEMEX) Entrevista realizada en noviembre de 20121

El petróleo más allá de los mitos Entorno económico mundial y regional Existen condiciones para crecer El entorno se encuentra en una coyuntura difícil. Es claro que los desequilibrios macroeconómicos y el endeudamiento excesivo en algunas economías de la Unión Europea (UE) constituyen un problema complejo que tardará varios años en resolverse. Hablamos de un proceso que nosotros ya vivimos en América Latina y que logramos superar en un tiempo relativamente corto gracias a la ventaja de contar con regímenes cambiarios independientes y flexibles, condición que no se da en las economías de la UE que operan con una moneda única para toda la región. Por eso los escenarios de crecimiento para el conjunto de países de la Zona Euro en el corto y mediano plazos son muy poco favorables. En el caso de Estados Unidos, a pesar de la magnitud de sus problemas fiscales y presupuestarios, yo comparto la opinión de que el gobierno del presidente Barack Obama cuenta con el margen de maniobra para conducir una estrategia de ajuste gradual, manteniendo un ritmo de crecimiento aceptable. Estados Unidos tiene ventajas importantes: sus mercados son muy grandes y dinámicos; su gente posee una vocación emprendedora muy arraigada; y cuenta con sistema empresarial altamente competitivo e innovador, que año con año aporta un porcentaje significativo de los avances tecnológicos que se registran en el conjunto de la economía global. Con esas fortalezas, yo creo que los horizontes de crecimiento de la economía estadounidense para el corto y el mediano plazos, son mucho mejores que los de la Zona Euro. Actualmente, los vectores más importantes del crecimiento de la economía mundial, tienen como punto de partida, los procesos de incorporación a la vida moderna de las poblaciones de algunos países y regiones que se habían quedado atrás, como en los casos de China, India y de otras naciones de Asia, África y América Latina. En los últimos 20 años, el cambio que han experimentado esas naciones y regiones ha sido muy grande: el tamaño de sus mercados ha aumentado mucho y, desde la crisis de 2008 una proporción muy representativa del crecimiento de la economía global se ha generado en esos mercados emergentes. Para las naciones emergentes, los escenarios de crecimiento son positivos, pero tampoco se encuentran exentos de riesgos. En el corto plazo, la interrogante se encuentra en su capacidad para absorber el impacto de un menor crecimiento de la economía mundial, y en el mediano y largo plazos habrá que ver si esas economías consiguen sostener un crecimiento anual superior

al 5%, sin experimentar desequilibrios macroeconómicos o situaciones de estrés inflacionario o financiero, como ha ocurrido ya en China y en Brasil. Para Pemex, y para la industria petrolera mundial, el cumplimiento de esos escenarios es crítico porque los precios del petróleo y de sus derivados dependen en buena medida del crecimiento de la economía internacional. Por lo que toca a México, aunque aún nos quedan muchas tareas y asignaturas pendientes, me parece que la coyuntura actual nos encuentra con una economía sólida, competitiva y con muy buenos fundamentales. Otra buena noticia es que con el cambio de gobierno y con la nueva correlación de fuerzas e intereses en el congreso, existen mejores condiciones e incentivos para el diseño y aprobación de un nuevo marco jurídico, fiscal y regulatorio, que contribuya a detonar el potencial de crecimiento y competitividad de la industria petrolera y energética mexicana.

Una industria llena de sorpresas El petróleo aún es por mucho, la mayor fuente de energía, la industria que “mueve al mundo” y, para las naciones productoras, una importante generadora de riqueza, de empleos y de recursos presupuestales para sus gobiernos. Por esa razón, la industria siempre ha estado demasiado expuesta a la opinión pública, ya que en ella convergen millones de miradas, opiniones e intereses contrapuestos. El problema con esta sobreexposición a la opinión pública, es que los medios de información y comunicación “no especializados” suelen difundir “verdades a medias” que luego se convierten en mitos colectivos. Uno de esos mitos es la creencia de que las reservas de hidrocarburos en el mundo se están agotando, y otro más sugiere que la extracción y procesamiento de petróleo es una industria madura: aunque en otros tiempos y contextos tecnológicos estas ideas reflejaron la opinión dominante, en el contexto actual las dos se encuentran ya en el archivo de las hipótesis superadas. La realidad es que esta siempre ha sido una industria intensiva en capital y muy dinámica en términos de cambio tecnológico. Para los expertos, y para los que hemos vivido de cerca la evolución del sector, es una industria que siempre está llena de sorpresas y, la mayoría de ellas, agradables o de signo positivo. Por el lado de la oferta, los avances tecnológicos en el campo de los estudios de prospección de yacimientos de petróleo y gas han permitido comprobar que las reservas mundiales y regionales de hidrocarburos son muy superiores a las que tenían 1 Esta entrevista se realizó durante las funciones del doctor Juan José Suárez Coppel Director General de PEMEX (septiembre 2009-noviembre 2012) 4a Encuesta de CEO en México

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Los avances tecnológicos en el campo de los estudios de prospección de yacimientos de petróleo y gas han permitido comprobar que las reservas mundiales y regionales de hidrocarburos son muy superiores a las que tenían prospectadas hace 10 años. prospectadas hace 10 años, mientras que las nuevas tecnologías de extracción han contribuido a diseñar e implementar sistemas de explotación y recuperación de los recursos fósiles mucho más racionales y eficientes. En lo que toca al consumo, los cambios tecnológicos han contribuido a mejorar sustancialmente el rendimiento de los insumos energéticos.

Mitologías al servicio de… Más allá del impacto en términos de imagen pública para las empresas y para todo el sector, la información imprecisa o sesgada que se difunde en los medios de información no especializados, tiene otras consecuencias económicas que no siempre son buenas para la industria, y menos aún para los consumidores. Los mitos y los pronósticos que auguran horizontes de escasez contribuyen a generar aumentos en los precios del petróleo que obviamente benefician a los productores, y con esto mejoran artificialmente las perspectivas de rentabilidad futura para el desarrollo de proyectos de generación de energías “limpias o alternativas” más amigables con el medio ambiente. La paradoja de todo esto, es que en el inconsciente colectivo de la gente y de los mercados, prevalece la idea de que el petróleo se va a acabar, pero en “el mundo real” la dinámica tecnológica y las tendencias más representativas en el sector apuntan hacia otra dirección. Las coyunturas de mercado en las que predomina un exceso de demanda son de muy corto plazo y se presentan siempre en contextos de inestabilidad política o de contingencias ambientales en las principales regiones productoras; en cambio -y esta es la mejor prueba de que el petróleo no se está convirtiendo en un recurso escaso- la gran mayoría de los desequilibrios oferta-demanda que se han presentado en los mercados en los últimos 40 años se han originado en excesos de oferta.

Riesgos macroeconómicos, naturales, institucionales y de mercado Esta es una industria cíclica y globalizada. Eso explica que los riesgos más comunes a los que estamos expuestos, ya sea en el corto, mediano o largo plazos, son precisamente los ciclos recesivos o la desaceleración del crecimiento de la economía global, eventos que tienen un impacto inmediato en los precios y, por lo tanto, en la rentabilidad de todo el sector. Otros riesgos que derivan de la propia naturaleza de la industria, son los riesgos de seguridad y la posibilidad de que ocurran accidentes en las instalaciones extractivas e industriales, por causas que van desde fenómenos meteorológicos, terremotos, marejadas y fallas humanas, hasta sabotajes, robo de recursos y otras actividades ilegales. Aunque estos son los riesgos con mayor incidencia en la industria, no son los que le quitan el sueño a los directivos de las empresas ya que estos también son los riesgos que mejor hemos aprendido a administrar y mitigar. En realidad, los riesgos que más distraen el pensamiento estratégico de los directores de las empresas petroleras, son los que tienen que ver con la evolución de la dinámica competitiva en los mercados, con el descubrimiento de nuevos yacimientos de alto potencial, con la llegada de nuevos competidores o el fortalecimiento de los que ya existen, con los procesos de cambio tecnológico al interior de la industria, con el desarrollo de las

tecnologías para generar energía a partir de fuentes alternativas y/o renovables y, finalmente, con los cambios cada vez más frecuentes en los marcos regulatorios, fiscales e institucionales, tanto en las naciones productoras como en los países y regiones importadoras.

La lucha contra el cambio climático: una cuestión de incentivos El problema del “calentamiento global” se ha convertido en la principal fuente de cuestionamientos y en el mayor desafío a largo plazo para las industrias del petróleo y del carbón, toda vez que los procesos de generación de energía basados en la combustión de estos recursos fósiles son una de las mayores fuentes emisoras de CO2 y de otros gases de “efecto invernadero”. La evidencia científica acumulada deja ya pocas dudas de que el aumento de la temperatura promedio del planeta en los últimos 100 años tiene su origen en la acumulación y permanencia de estos gases en la atmósfera, y eso nos obliga a intercambiar periódicamente el casco de petroleros por el “gorro” de ciudadanos interesados en combatir ese proceso de calentamiento global. Hablamos de un problema complejo, con implicaciones sistémicas muy serias para todas las naciones, industrias y para los estilos de vida de los habitantes de la aldea global. Un problema de esa magnitud demanda respuestas inteligentes y estrategias de acción muy bien consensuadas y coordinadas en las que participen todos los gobiernos, organismos internacionales y partes interesadas, con compromisos y responsabilidades muy bien definidas. En este punto, tenemos que reconocer que las estrategias de salida de la actual encrucijada energética tienen que plantearse bajo esquemas de gradualidad a largo plazo y encauzarse en la dinámica y en la lógica propia de los mercados. La experiencia nos dice que el desarrollo de las tecnologías para generar “energías limpias” (solar, hidráulica, eólica, geotérmica, etc.) tiene una relación muy importante con los niveles de precios actuales y futuros del petróleo y el gas: en la medida en que estos precios suben, los proyectos de generación de energías limpias se vuelven más atractivos en términos de sus expectativas de competitividad, rentabilidad y sustentabilidad. En los últimos 20 años, los precios de los combustibles fósiles –con excepción del gas- han aumentado mucho, y eso ha contribuido al desarrollo de proyectos de generación de energías limpias, pero también ha incentivado las actividades de prospección y explotación de nuevos yacimientos de recursos fósiles que provocan, a su vez, fluctuaciones a la baja en dichos precios. Los frecuentes movimientos al alza y a la baja de los precios del petróleo, del gas y de sus derivados complican en demasía los procesos de planeación y comprometen la sustentabilidad de los proyectos de inversión para generar energías limpias.

Los motivos de El Quijote La verdad es que debemos de empezar a trabajar en serio -y desde ahora- para disminuir el riesgo del cambio climático, pero insisto en que tenemos que ser muy inteligentes en el diseño de las estrategias para resolver o amortiguar ese riesgo. En el actual contexto tecnológico, la solución no está en llenar de “molinos” cualquier parte del mundo en donde los vientos alcancen una

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velocidad promedio superior a 20 kilómetros por hora, o en edificar cualquier número de nuevas plantas nucleares, o en equipar cada casa o edificio con sistemas de celdas solares. Mientras el estatus de las tecnologías de generación de energías limpias no alcance para garantizar el desarrollo de procesos eficientes de generación, almacenamiento y transportación de los fluidos eléctricos para ponerlos a disposición de los usuarios a precios competitivos, lo más seguro es que los proyectos no van a ser rentables y, por lo mismo, las inversiones no se van a recuperar. Desde mi perspectiva, la estrategia más viable para avanzar en los procesos de transición energética debe comenzar por diferenciar con claridad el impacto ambiental de los diferentes insumos energéticos (petróleo, gas, carbón, etc.), en términos del volumen de las emisiones de gases de carbono CO2 que produce cada uno de ellos; aumentar de modo sustancial las inversiones en actividades de investigación y desarrollo tecnológico (I+D) aplicadas a la reducción de las emisiones de carbono en la producción de energías tradicionales, y mejorar la eficiencia y rentabilidad de los proyectos de generación de energías “limpias”. Finalmente, tenemos que ayudar a los mercados a generar los incentivos correctos para que los avances tecnológicos que resulten de esas inversiones puedan implementarse con eficiencia, producir energía a precios competitivos y atraer a los inversionistas con expectativas más claras de rentabilidad. ¿Cómo podemos ayudar a los mercados? Si la creatividad y el cambio tecnológico generan los incentivos del mercado, entonces hay que ponerlos a jugar y dar un precio a las emisiones de gases de carbón que puede manejarse a través de un impuesto progresivo al consumo y/o a la producción, y susceptible de incrementarse. Al imponer ese precio progresivo a las emisiones de carbón, podríamos “emparejar la cancha” para que la competencia entre los diferentes sistemas y fuentes de generación de energía, sea más equitativa y se resuelva en las arenas de la creatividad y el desarrollo tecnológico. Es claro que una estrategia así tendrá efectos importantes sobre los presupuestos de los gobiernos, las carteras de las empresas y que golpeará los bolsillos de todos. Sin embargo, la lógica también nos dice que, por más elevado que sea el costo de lo que podamos hacer “hoy” para paliar el deterioro ambiental, será infinitamente menor al precio que tendremos que pagar en el futuro si no logramos detener la ruptura de los equilibrios climáticos.

Las maravillas de Alicia Desde la 1ª Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (1ª CMNUCC-1992-Río de Janeiro) hasta nuestros días, se han celebrado una decena de cumbres mundiales en las que se han alcanzado acuerdos interesantes en torno a las estrategias para reducir las emisiones de CO2. Pero una cosa es reconocer el problema y firmar declaraciones

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bien intencionadas y otra, muy distinta, asumir compromisos de acción rigurosos y verificables. El resultado es que, en la práctica, los objetivos planteados en las cumbres del CMNUCC han quedado muy lejos de alcanzarse. El problema es sumamente complejo. Aunque todas las naciones participantes reconocen que las emisiones de Co2 están ocasionando una externalidad negativa de las peores porque es global y acumulativa, los programas de acción se están retrasando por dos tipos de complicaciones: la primera, las crisis económicas y financieras, que han elevado el costo de implementación de esos programas; y la segunda, que las naciones que más contaminan ahora, son las naciones pobres que están viviendo una etapa de auge económico y que en el pasado fueron las que efectuaban menos emisiones de CO2. Esta última circunstancia no es trivial, ya que plantea un problema de equidad para estas naciones que no generaron el problema, y que no están de acuerdo en que ahora se les exija pagar los platos rotos. Lo que tenemos ante nosotros es una tarea enorme en materia de negociación, cooperación y coordinación; además, compromisos de acción objetivos sobre magnitudes relativas. Como sea, existe un consenso más o menos amplio en nuestra industria de que los hidrocarburos seguirán siendo la fuente de energía más importante, al menos durante los próximos 50 años, y aún en el caso hipotético de que la humanidad adoptara una estrategia muy agresiva para disminuir el riesgo de cambio climático, seguramente esa misma estrategia consideraría un rol importante para el petróleo y principalmente para el gas en los modelos energéticos del futuro. Si analizamos el tema objetivamente, tendremos que concluir que no es posible cambiar rápidamente un paradigma energético y a una industria que ha sido el motor de todas las industrias desde hace más de 100 años, que proporciona empleos directos a muchos millones de personas, y que cuenta con una infraestructura enorme en todo el mundo. El petróleo seguirá jugando un rol fundamental para la economía mundial en el Siglo XXI, porque cada barril que se extrae lo tenemos que volver a descubrir, desarrollar y extraer. Esta es la industria de Alicia en el País de las Maravillas: una actividad en la que siempre hay que correr, correr y correr, porque si te detienes, la aventura se acaba.

Lo irracional sería ponernos a construir grandes refinerías que, por ser intensivas en capital, requieren de inversiones gigantescas, generan muy pocos empleos directos y lo más seguro es que no van a resultar autosuficientes ni rentables.

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Cambio estratégico Pemex Exploración y Producción: transformar el petróleo en oro La Constitución establece que todo el petróleo y el gas que se encuentre en el subsuelo terrestre o marítimo del territorio mexicano es propiedad de la nación, y también que Pemex es la empresa del gobierno mexicano encargada de encontrar los yacimientos, desarrollarlos, extraer los recursos y venderlos o transformarlos a partir de un mandato muy claro: darle valor a esos recursos y transformarlos en riqueza que contribuya al crecimiento de la economía nacional y al bienestar de los mexicanos. Por esa razón, el negocio más importante de Pemex es la extracción de gas y de aceite, no sólo porque es el inicio de la cadena de refinación y de transformación, sino porque es la actividad que genera el mayor volumen de ingresos y también la más rentable. Cuando llegamos a Pemex, en el curso de la administración del presidente Felipe Calderón, encontramos muchas áreas de oportunidad para mejorar la operación y la rentabilidad de la compañía. En el negocio de exploración y producción, las áreas de oportunidad estaban en mejorar la tasa de recuperación en los pozos: continuar descubriendo petróleo en los sitios tradicionales -en aguas someras y en tierra-, buscar y/o desarrollar tecnologías e invertir para reactivar muchos campos maduros en los cuales aún queda mucho petróleo y gas. Se tenían también muchos campos ya descubiertos que requerían nuevas ideas y tecnologías para poder desarrollarlos y explotarlos mejor: el más importante era Chicontepec, que tiene reservas de aceite para muchos años, pero es un campo muy complejo para extraerlas en forma rentable. Todo esto, nos llevó a trabajar e invertir muy fuerte en tecnologías y sistemas para aumentar el “factor de recuperación”, y para controlar y retrasar la declinación de los campos maduros. Por otro lado, conocíamos también por los estudios geológicos y por los descubrimientos realizados en campos análogos en el mar territorial de Estados Unidos, que en las regiones de “aguas profundas” existen yacimientos con grandes reservas de aceite y de gas. Ante ello, el reto fue gestionar y liberar los recursos financieros –siempre escasos- para diseñar los proyectos e invertir en la adquisición, adaptación y/o desarrollo de las tecnologías y capacidades necesarias para echarlos a andar. Actualmente, Pemex Exploración y Producción se encuentra trabajando en 22 pozos ubicados en “aguas profundas”: 15 de ellos han sido perforados durante la administración del presidente Calderón. Con los descubrimientos anunciados en el último año, entre los que sobresalen los yacimientos Trion 1 y Supremus 1, que se encuentran en aguas profundas del Golfo de México, y otros yacimientos en tierra, como el Navegante 1, en Pemex hemos logrado incrementar la tasa de restitución de reservas sobre producción del 40%, que se tenía en el 2006, a más del 100% en el último año.

Pemex Refinación Racionalidad económica vs. ideologías Para el negocio de refinación, el mandato es asegurar que no falten combustibles –gasolinas, diesel, etc. – en ninguna región del país, y que estos se vendan al menor costo posible. Pemex es una compañía que maneja y opera los activos de nuestros accionistas, que son todos los mexicanos, y por esa razón tenemos que buscar la forma de hacerlo de la manera más eficiente. Aquí el reto era -y sigue siendo- mayúsculo, si consideramos que la refinación de petróleo es una industria intensiva en capital, en tecnología y que formamos parte de América del Norte, una región que desde hace muchos años padece un exceso de oferta de esos combustibles. Con este escenario, lo que hicimos fue invertir para modernizar nuestra compañía. En este negocio hay que ser muy cuidadoso en las decisiones de cuánto invertir y, sobre todo, en qué conviene invertir, o qué cantidad de combustibles conviene producir internamente y qué volumen importar. Muchos critican a Pemex por la importación de gasolinas, y nos cuestionan en el sentido de que estamos cambiando oro negro por espejitos. Pero eso es completamente falso. Por el contrario, en este caso estamos hablando de una decisión económica racional que, en términos de negocios, se llama “maquila”: en las condiciones actuales de los mercados de combustibles, con los excesos de oferta ya mencionados, lo irracional sería ponernos a construir grandes refinerías que, por ser intensivas en capital, requieren de inversiones gigantescas, generan muy pocos empleos directos y lo más seguro es que no van a resultar autosuficientes ni rentables. La ciencia económica enseña que en cualquier mercado en el que existan excesos de capacidad, las empresas difícilmente podrán vender sus productos a un precio que les permita recuperar cuando menos sus costos fijos. Bajo este esquema, ¿realmente nos conviene construir nuevas refinerías? En este sentido, la decisión de establecer una determinada matriz de producción interna e importación de gasolinas y de otros combustibles, es una elección racional que permite a Pemex reducir costos y mejorar su desempeño financiero, lo que al final se traduce en mayores ingresos y riqueza para los mexicanos. Como sea, el mandato constitucional de asegurar el abasto de gasolinas y combustibles se ha cumplido a cabalidad. En este país nunca han faltado los combustibles, y todos sabemos también que éstos se venden a precios subsidiados. Este último es un tema sobre el que deberíamos reflexionar con detenimiento todos los mexicanos.

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Pemex Petroquímica Asociarte o seguir nadando de muertito En los negocios de la petroquímica, las nuevas condiciones de los mercados de gas natural y el hecho de que este recurso sea ahora tan barato en Estados Unidos, están abriendo enormes ventanas de oportunidad para hacer negocios susceptibles de crecer y operar con perspectivas de rentabilidad muy atractivas. Aquí es donde ahora es muy importante invertir para construir nuevas plantas, ampliar las capacidades existentes y crear la infraestructura necesaria para detonar el crecimiento de la industria petroquímica pública y privada en el país. El problema estriba en que el volumen de inversiones que se necesitan es enorme y, por lo mismo, tenemos que aceptar que Pemex no podrá reunir los recursos financieros que se necesitan para aprovechar todas las oportunidades que nos presentan los mercados. Para estar a la altura de los tiempos, los mexicanos debemos entender que en este y en muchos otros casos, la forma más racional de aprovechar las oportunidades, maximizar los resultados y minimizar los riegos es aliándonos y asociándonos. La suma de recursos naturales, capitales, tecnologías, talento y experiencia, permite siempre facilitar la gestión y potenciar el éxito de los proyectos. En México, tenemos muchísimos clientes y aliados potenciales que nos comprarían el 100% de la producción de muchos insumos petroquímicos que ahora ellos tienen que importar en condiciones de oferta, calidad y cantidades que no siempre son las mejores para sus negocios. Con alianzas estratégicas y/o asociaciones comerciales o de capital, Pemex Petroquímica podría entrar en otros nichos de mercado para vender petroquímicos intermedios, finales o especialidades, que son los segmentos en donde se concentran los mayores márgenes, y participar en un espectro más amplio de esta enorme cadena industrial que es muy dinámica.

Innovación y talento Pemex cuenta con una fuerza de ingeniería muy grande y bien capacitada, sin embargo, a pesar de muy buenos ingenieros, no estamos desarrollando al interior las tecnologías que necesitamos para mejorar y para ser más eficientes y competitivos en todas nuestras divisiones y áreas operativas o de administración. ¿Cómo podemos generar capacidades propias de investigación y desarrollo tecnológico (I+D)? En nuestro caso resulta muy fácil saber lo que hay que hacer, lo difícil es aterrizarlo. De entrada, se necesita estabilidad para hacer planes a largo plazo y tomar decisiones relevantes, ya que va a ser muy difícil de lograr construir esas capacidades en un marco de inestabilidad institucional, de rotación sexenal de las administraciones y de cambios motivados políticamente. El primer paso que hay que dar es convertir al Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) en el órgano interno encargado de realizar y coordinar las actividades de I+D y de gestión tecnológica de Pemex. En la estructura actual, el IMP solo tiene una relación cliente proveedor, y para participar en los proyectos de la empresa tiene que competir con los grandes desarrolladores de

tecnología, como los Halliburton o Schlumberger: como resultado de ese estado de cosas, tenemos ahora al IMP dando clases de inglés, de Excel y de Internet a nuestro personal. El IMP debe ser el brazo de Pemex, pero para eso se necesita certeza, corresponsabilidad, e incorporarlo como un órgano interno con roles y responsabilidades bien definidas y muy diferentes a una relación comercial.

Cambio organizacional Una empresa “del gobierno, o “de gobierno” Si las expectativas en torno al desempeño de la economía mexicana en los próximos años son buenas, los escenarios probables para Pemex son aún mejores. ¿Por qué afirmo esto? Porque México tiene por fortuna mucho petróleo todavía por descubrir y explotar, y porque Pemex tiene grandes áreas de oportunidad para mejorar y porque cuenta con un acervo de talento muy grande en el que una proporción importante de nuestro personal lo conforman petroleros de 3ª generación que nacieron y han crecido oliendo petróleo, porque sus padres y sus abuelos trabajaron aquí y porque ellos están orgullosos de formar parte de esta compañía, que es la más importante de México y una de las más grandes de América Latina. Otro factor que abona al optimismo es que tanto gobierno como sector privado están hablando de impulsar una reforma energética, y eso quiere decir que hay algo en México que se mueve y que podemos cambiar. Pero en una coyuntura como la actual, en pleno cambio de gobierno, con las fuerzas políticas reagrupándose, redefiniendo sus estrategias y gestionando nuevas alianzas y equilibrios, no faltan los escépticos que descartan la posibilidad de alcanzar una reforma energética de fondo. Sobre este punto cabe decir que, aunque los escépticos tuvieran razón, lo cierto es que no se requieren reformas de gran calado para fortalecer la competitividad y detonar el crecimiento de Pemex. De hecho, una reforma que limpiara los excesos regulatorios que representan una camisa de fuerza para Pemex y que ordenara los cambios legales que se han hecho en los últimos años bajo una lógica de eficiencia y racionalidad competitiva, podría alcanzar para impulsar el crecimiento y desarrollo de Pemex durante muchos años. Otro de los mitos que circulan en la opinión pública es que nuestra legislación en materia de petróleo y recursos energéticos es la más retrógrada del mundo, pero la verdad es que muchas de las naciones productoras de petróleo tienen marcos jurídicos muy similares al que rigen estas actividades en México. Algunos de los expertos que promueven una reforma a fondo de las leyes mexicanas en materia energética, suelen contrastar el éxito y la fortaleza financiera y tecnológica de Petrobras, con el desempeño económico, financiero y patrimonial de Pemex en los últimos años, y recomiendan que la legislación mexicana replique el modelo brasileño; piden que Pemex siga los pasos de Petrobras y cotice acciones en los mercados de valores.

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La idea no es mala, pero esos expertos deberían mencionar también que el éxito y la fortaleza tecnológica de Petrobras son fruto de la planeación a largo plazo y de grandes inversiones aplicadas en actividades de prospección y de investigación y desarrollo tecnológico, realizadas muchos años antes de que la empresa listara sus acciones en los mercados de valores. Asimismo, deben añadir que Petrobras opera con un amplio margen de autonomía con respecto al gobierno de su país, y que si bien es una empresa “del gobierno” brasileño, no funciona como una empresa “de gobierno”, como es el caso de Pemex.

El enemigo íntimo En esta diferencia que desde un punto de vista semántico parece tan sutil, reside el verdadero problema de fondo que detiene el desarrollo competitivo e institucional de Pemex: mientras que a Petrobras o a Saudi-Aramco (que es la empresa petrolera del Gobierno de Arabia Saudita) y a la misma PDVSA (Petróleos de Venezuela) se les permite tomar decisiones, elegir a sus cuadros directivos, diseñar sus estrategias, planificar, administrarse y operar con la racionalidad propia de una empresa que tiene que competir en un mercado global, a Pemex se le obliga a seguir las directrices que le dictan una red de oficinas e intereses desde los poderes ejecutivo (secretarías de Energía y Hacienda y Crédito Público) y legislativo, diseñadas a partir de una lógica de “administración pública” impregnada de incentivos políticos. Los bajos niveles de recaudación que se tienen en México han generado una marcada dependencia presupuestal del gobierno mexicano con respecto a los recursos fiscales que le aporta Pemex. Esta situación ha llevado a las secretarías y al mismo “Congreso” a diseñar e implementar un marco regulatorio que les permite, de facto, operar a Pemex a través de un esquema muy extraño de “gobierno corporativo” en el que el “Consejo de Administración” es el que define las responsabilidades, decide qué es estratégico y cuál es la estrategia, aprueba contratos, pone las reglas, toma todas las decisiones relevantes y hasta se pelea con los medios de comunicación.

Como resultado de este modelo de gestión tan sui géneris, tenemos que los altos directivos de la empresa terminan trabajando más para el Gobierno Federal, y hasta para el Congreso, lo que nos exige ocupar la mayor parte de nuestro tiempo pidiendo permisos para cualquier cosa, hacer cualquier cantidad de reportes para las secretarías de Energía, Hacienda y Crédito Público o Función Pública, y muchas otras actividades insustantivas.

Los mexicanos tenemos que ponernos de acuerdo La transformación de Pemex y de la industria energética es, sin duda, una de las asignaturas más urgentes que tenemos que superar para que los hidrocarburos, este maravilloso recurso que la geología y la geografía nos han otorgado tan generosamente, puedan convertirse realmente en la palanca de desarrollo y generar la riqueza y las inversiones que necesitamos para colocar a México al nivel de las naciones más importantes y prósperas de la aldea global. El gran reto entonces para el futuro de Pemex, y por consiguiente, para México, es cómo transformar una industria y una organización que es de gobierno, con una burocracia terrible sin incentivos y sin controles eficientes, en la que cada seis años cambias a todo el corporativo, y tienes que volver a empezar a diseñar estrategias y programas de gestión y administración. A Pemex la tenemos que manejar de otra manera, separar los roles de regulador y de operador; cada quien a lo suyo: el primero a regular, y el segundo a operar. Para eso, primero tenemos que ponernos de acuerdo qué es lo que queremos y lo que necesitamos hacer todos los mexicanos –y no solo los gobiernos- con esta industria: ¿Queremos que Pemex sea más grande, más eficiente, más rentable, que sea capaz de competir al tú por tú con las grandes compañías globales? Enhorabuena, que compita Pemex con los mejores, pero antes de lanzarla a las grandes ligas debemos asegurarnos de no mandarla amarrada, coja, tuerta y sordomuda.

Que sea el Consejo de Administración el que aconseja, aprueba, decide qué y cómo se hacen las cosas, y la mezcla de intereses ejecutivos, legislativos y partidistas, representados en él, ha hecho que las sesiones del Consejo de Administración de Pemex se parezcan demasiado a las sesiones de las cámaras de diputados y de senadores. El caso es que ahora Pemex está viviendo la poco excitante experiencia de tener un “Congreso en su Consejo”. El ejemplo más claro de esto último lo tenemos en los trabajos y negociaciones que realiza el poder legislativo para establecer –que no aprobar– el presupuesto anual de Pemex, y en el hecho de que ese presupuesto se diseñe más en función de las necesidades de recursos financieros de los gobiernos federal y estatal, que de las necesidades estratégicas de financiamiento, operación y administración de la empresa.

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Liderazgo con adjetivos ¿Qué características y habilidades necesita un CEO para liderar una empresa como Pemex? Cuando se tienen tan pocas palancas que mover, un director general tiene que desarrollar su capacidad de convencimiento. Una de las cosas que hice cuando llegué a Pemex fue incorporar a los líderes del sindicato a todas mis giras de trabajo. El propósito era sensibilizarlos para que palparan la problemática de la empresa con una óptica más amplia e integral. El ejercicio dio buenos resultados, porque con las pocas palancas que tienes bajo tu mando, y con la fragmentación de tus capacidades para tomar decisiones, si no logras convencer a los participantes, y si los directivos no estamos bien alineados con el personal, simplemente no puedes dirigir, ni dar órdenes, ni mandar.

Finalmente, cuando eres el CEO de una organización tan grande, con tantos empleados, trabajadores y gente de talento que se entrega profesionalmente como es el caso de “los petroleros”, es muy importante que te des el tiempo para asegurarte de que la comunicación con todas las áreas sea lo más eficiente y clara posible; que todos tengan muy claro cuáles son los objetivos, la estrategia y la dirección que vamos a seguir; detectar rápidamente a los que nunca van a remar, para bajarlos del barco; y de que todos cuentan con los recursos materiales y humanos para trabajar y para cumplir con las tareas que se les encomiendan. Solo cuando todas estas condiciones se cumplen, cualquier empresa u organización se convierte en un espacio en el que no caben los pretextos.

También es necesario contar con una inteligencia emocional muy bien entrenada para enfrentar situaciones anímicas muy complejas, como asimilar el hecho de que, a pesar de que eres el director general, tienes un margen muy estrecho para tomar decisiones y para soportar que muchas de las decisiones importantes sean tomadas por “expertos” que, la mayoría de las veces, son personas que no conocen a profundidad el sector o la industria, y menos aún los puntos finos de la operación. Por lo mismo, otras habilidades imprescindibles son “la diplomacia” y “la paciencia” para ir de oficina en oficina, tocando las puertas de todos los miembros del Consejo de Administración para conversar con ellos y tratar de que entiendan las necesidades de la empresa bajo la óptica de la administración, y de qué es lo más conveniente para el país, para el gobierno y para la misma organización.

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Contactos

José Antonio Quesada

Luis Gerardo Díaz

María Fernanda Perea

Socio líder de Clientes y Mercados

Socio de Mercadotecnia y Desarrollo de Nuevos Negocios

Gerente de Proyectos Especiales

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Agradecimientos Queremos expresar a todos los Directores Generales que participaron en estas entrevistas a profundidad, nuestro más sincero agradecimiento por compartir su tiempo y sus valiosas opiniones sobre los temas considerados este año por nuestra encuesta. Estamos seguros que todas sus ideas y propuestas expresadas y contenidas en este informe, contribuirán a ampliar los conocimientos, a elevar el nivel del debate nacional, y a mejorar la cultura económica y de negocios de nuestro país.

Las siguientes personas y grupos en PwC colaboraron para la producción de este reporte. Consejo editorial

Investigación y análisis

Carlos Méndez José Antonio Quesada Luis Gerardo Díaz

Unidad Internacional de Encuestas de la Red Global de PwC Ranking Negocios

Coordinación y edición de la publicación

Editores

Ma. Fernanda Perea Arellano

Leopoldo Eggers

Diseño Editorial

Berta Rendón Otros colaboradores

Mauricio Olvera Graciela Noguera Rosalia Cruz Luciano Molina Luz Cecilia Aguilar Nora Sansores

Enrique Chao María Luisa Aguilar Fotografía

Gabriel González Pintando con Luz

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Publicaciones relacionadas 16ª Encuesta Global de CEO Encuesta que incluye 1,330 entrevistas a CEO de 68 países, quienes comparten sus ideas sobre los principales retos actuales de las empresas. Entre los temas que les inquietan están: el crecimiento de sus empresas, la economía global, la confianza y la sobrerregulación. www.pwc.com/ceo-survey

México y sus Estados de oportunidad 2012 Visiones integrales del desarrollo ofrece por primera vez una visión panorámica del paisaje urbano que se encuentra en rápido crecimiento. En el estudio se comparan 31 estados y 32 zonas metropolitanas a través de un prisma compuesto de 10 indicadores compuestos por 74 variables. El resultado es un análisis del México urbano que es integral y consistente, así como equilibrado por su incorporación de las dimensiones económica y social. www.pwc.com/mx/estados-2012

3ª encuesta de CEO en México Aprendiendo a hacer negocios en un mundo volátil En esta ocasión, el informe consiste en un documento único, conformado por las conclusiones cualitativas y entrevistas a profundidad realizadas a CEO de empresas en México. Los resultados reflejan una amplia visión de cómo los CEO ven a México en el corto y mediano plazos en el entorno nacional e internacional. Los nuevos enfoques que están siguiendo los CEO giran en torno a dos conceptos fundamentales, principalmente: la innovación y el talento, sin duda ambos totalmente relacionados. pwc.com/mx/encuesta-ceo

1ª Encuesta de Gobierno Corporativo en México La 1ª EGC fue realizada por el área de consultoría de PwC México con los siguientes objetivos: obtener información relevante que permitiera constatar el estatus actual de las prácticas de GC en México, conocer la forma en que se estructuran los órganos de GC encabezados por el Consejo de Administración y los órganos intermedios de apoyo e indagar cuáles de las prácticas de GC son las más difundidas y mejor instrumentadas. www.pwc.com/mx/encuestagc

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Normatividad Bancaria 2013 Al revisar esta obra es posible percatarse de que no sólo cubre los cambios que han ocurrido durante el año 2011 en la normatividad contable y regulatoria de las instituciones de crédito y otras entidades financieras en México, sino que también incluye aspectos muy interesantes de cómo deben transformarse los modelos de negocio a fin de que estén preparados para hacer frente a las nuevas regulaciones de Basilea III. Es claro que la banca es un negocio como cualquier otro, en donde los accionistas y los ahorradores invierten su dinero, el cual se presta a los acreditados para el logro de sus objetivos, que a su vez permiten el desarrollo y crecimiento de sus negocios y por lo tanto también del país; sin embargo, con estas nuevas reglas se requiere que la banca mantenga mejores activos, evalúe mejor sus riesgos y planee muy bien la forma en que se va a capitalizar. Esta obra también se refiere al efecto que representa el cambio en el poder económico de las economías desarrolladas en las economías emergentes, el cual ha tenido repercusiones muy importantes en la industria bancaria de todo el mundo, por lo que se prevé que en el año 2050 las economías emergentes líderes podrán poseer activos y utilidades bancarias que excederán las del G7 en 50% aproximadamente.

Normatividad Bancaria 2013

do Gómez Alcalá es socio encargado del gulatoria y de Cumplimiento en la práctica or Financiero de PwC México, su principal lidad es el sector bancario y el de intermefinancieros especializados. resó a PwC en 2008 y cuenta con más de 20 una alta especialización en la regulación ema financiero y la supervisión financiera, va y de riesgos tanto de instituciones de múltiple como de instituciones de banca rrollo y entidades de fomento. ualmente, en PwC se ha enfocado en proque requieren un seguimiento y aplicación de la regulación aplicable a las entidades eras antes mencionadas, proporcionando el apoyo correspondiente a otras áreas de la práctica del sector financiero. el objetivo de mejorar la calidad de los s prestados por PwC dentro del sector ero y crear un liderazgo de opinión en el tiene a su cargo el análisis de los proyectos lación a nivel de leyes y en cuanto a las ciones secundarias que podrían tener un o dentro del sistema financiero. sido expositor en diversos foros relacionasu área de experiencia tanto a nivel nacioo internacional; asimismo, se ha desempemo académico en instituciones educativas icenciatura y posgrado. contador público egresado del Instituto ógico Autónomo de México y graduado con n honorífica; obtuvo la maestría en admión de negocios por la Universidad de ManReino Unido.

Normatividad Bancaria 2013 Esta obra incluye aspectos de cómo transformar los modelos de negocio para que estén preparados ante las nuevas regulaciones de Basilea III. Asimismo se refiere al efecto que representa el cambio en el poder económico de las economías desarrolladas y emergentes, el cual ha tenido repercusiones en la industria bancaria de todo el mundo. Se prevé que en 2050 las economías emergentes líderes podrán poseer activos y utilidades bancarias que excederán las del G7. José Antonio Quesada Palacios es socio líder del Sector Financiero de PwC México. Cuenta con más de 24 años de experiencia profesional en auditoría y consultoría dentro del área de su especialización, así como en empresas que cotizan en Bolsa. Participa activamente en organismos empresariales, como el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), en donde actualmente es presidente de su Consejo Técnico; y el Instituto Mexicano de Contadores Públicos, A.C. (IMCP), en donde es presidente de la Comisión Representativa ante Instituciones del Sector Financiero (CRISEF). En el ámbito académico ha participado como docente en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, A.C. (ITAM), en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, A.C. (ITESM) y en la Universidad Anáhuac, A.C. (en el Programa de Maestría en Banca). Es contador público egresado de la Universidad Iberoamericana, A.C. y es Maestro en Administración por el ITAM. Actualmente cursa el Doctorado en Ciencias Administrativas en la Universidad de Cantabria (España) y está en proceso de obtención de su título como Maestro en Contaduría en la Universidad de Florida.

Sin duda alguna, esta obra no es sólo una fuente muy importante de consulta, sino que también representa un invaluable apoyo en la planeación del desarrollo del negocio bancario de México en el futuro. Javier Flores Durón y Pontones Vicepresidente de Legislación del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP)

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Doing business de la Industria Maquiladora 2013 PwC reunió a un grupo de expertos para elaborar esta guía y ayudar a quienes están interesados en realizar actividades productivas en México, especialmente con propósitos de exportación a través de lo que se conoce en México como el programa de exportación “IMMEX Maquiladora”. El objetivo de esta guía es responder a algunas de las dudas más comunes y relevantes que pueden surgir al momento de evaluar la posibilidad de hacer negocios en México. www.pwc.com/mx/doing-business-maquiladora

Convergencia y Oportunidades en el Sector Salud. Doing Business México 2012 Entendemos al Sector Salud a través de una visión de convergencia, que propone entender al sector como la suma de dinámicas individuales de los reguladores, pagadores, prestadores, intermediarios y proveedores del sector. Bajo esta visión estamos seguros no sólo de ofrecerle una descripción de los aspectos clave del sector, sino de posicionarlo para actuar de una manera mucho más inteligente e innovadora dentro del sistema de salud mexicano. www.pwc.com/mx/doing-business-salud

Doing business Automotriz 2012 Doing Business Mexico The Automobile Industry

June 2011

Publicación en la que encontrara un análisis de cifras e indicadores previstos del sector automotriz, y en donde el lector observará áreas de oportunidad, así como de situaciones imprevistas. PwC le ofrece una estrategia para su empresa, así como para maximizar o transformar la competitividad de su negocio. www.pwc.com/mx/doing-business-automotriz

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www.pwc.com/mx/encuesta-ceo © 2013 PricewaterhouseCoopers S.C. Todos los derechos reservados. En este documento “PwC” se refiere a PricewaterhouseCoopers S.C. la cual es una firma miembro de PricewaterhouseCoopers International Limited, cada firma miembro constituye una entidad legal independiente. Las firmas de la red de PwC ofrecen servicios de Auditoría, Consultoría e Impuestos y Servicios Legales por industria para crear más valor al cliente. Más de 169,000 personas en 158 países que trabajan en las firmas miembro de la red de PwC comparten sus ideas y experiencias para desarrollar nuevas perspectivas y soluciones prácticas. Para obtener información adicional ir a: www.pwc.com/mx

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