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o d a l o r t n o c á t s e d Sonría, uste función exclusiva
1984 Tim Robbins y The Actor´s Gang El sábado 14 de abril último el Banco fue protagonista de una nueva función especial en el marco de su apoyo continuo al Complejo Teatral de Buenos Aires. 1984 –clásico de George Orwell, adaptado por Michael Gene Sullivan y dirigido por Tim Robbins– pudo verse en el Teatro San Martin en una velada exclusiva para clientes del Ciudad. La tarde se inició con los primeros invitados que fueron arribando al hall de entrada del teatro San Martín promediando las cuatro y media. El reloj se acercaba a las cinco cuando los invitados fueron poblando la sala Martin Coronado para disfrutar de una obra emblemática in-
el autor:
¡Tiren papelitos!
Seudónimo de Eric Arthur Blair, nacido en 1903, George Orwell fue un escritor y ensayista británico políticamente comprometido con cuya obra ha dejado una profunda huella en la cultura del siglo veinte. Sin blanca en Paris y Londres (1933), Días en Birmania (1934), Homenaje a Cataluña (1938), Rebelión en la granja (1945), y 1984 (1948) son obras de su autoría. En enero de 1950 a causa de una tuberculosis encontró la muerte quien en cierta ocasión había expresado que “en tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario”.
terpretada por la compañía teatral The Actor´s Gang, y con un hecho particular protagonizado por una pantalla en la que se visualizaban los subtítulos traducidos de los diálogos que en lengua anglosajona se producían en escena. El clásico de Orwell se dividió en dos bloques intensos que cautivaron a los presentes a lo largo de casi dos horas, con un breve intervalo que posibilitó cierta distención, opiniones y convites en el luminoso hall de la sala, ubicada en el primer piso del teatro. En 1984, Orwell concibe tres estados: Eurasia, integrada por Europa y la antigua Unión Soviética; Estasia, con China, Japón, Mongolia y el Tíbet; y Oceanía constituída por Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Sudáfrica. Según Tim Robbins –el director y quien recibió la adaptación teatral de Michael Gene Sullivan hace años y quedó entusiasmado– “tres superestados que sostienen la misma estructura piramidal, la misma adoración a un líder semidivino, la misma economía diseñada por y para una guerra permanente y total. Sin embargo, ninguno de ellos puede conquistar al otro y, como Orwell apunta, tampoco ése es el verdadero objetivo. La guerra tiene una función diferente: agotar los recursos de la sociedad, y en 1984, Orwell advierte sobre el totalitarismo de la mente, donde el pensamiento libre es considerado una amenaza para la seguridad del Estado”. La tarde se detuvo a las siete, justo en el momento en el que las puertas de la sala Martin Coronado se abrieron para que los invitados de honor del Ciudad se fueran retirando con gesto movilizador y cierto escalofrío por la mirada ajena, la mirada del gran hermano.
Más allá de sus inolvidables participaciones en películas como Sueños de libertad y Río místico, y su compromiso con diversas causas políticas, el actor y realizador Tim Robbins es además director artístico de The Actor´s Gang, compañía teatral de Los Angeles fundada en 1982. Desde aquel entonces, este grupo de actores, cuyo objetivo es proponer un teatro accesible a la comunidad, ha estrenado más de un centenar de producciones originales y versiones de clásicos, realizó giras nacionales e internacionales y recibió infinidad de premios. “Nuestras obras tienen mucho más que ver con el teatro europeo que con el realismo que se estila en Estados Unidos”, expresó Robbins en una conferencia de prensa ofrecida días antes de la función, donde también consideró que “1984 tiene más relevancia hoy que cuando fue escrita, ya que habla de los mecanismos de poder de los gobiernos, pero también habla sobre la tenacidad y la valentía del amor, la fuerza del corazón la esperanza puede ayudar a que uno se mantenga libre más allá de las presiones gubernamentales”.
Depósitos Judiciales
Su Importancia en el pasado, presente y futuro
Un histórico recurso del Banco
Jerónimo Arambarri, Subgerente Judicial
“Los abogados no debemos pagar la pelea del Gobierno nacional y Macri”. (Jorge Rizzo, Presidente del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal –CPACF–).
E
l proyecto de ley presentado en abril último por la diputada Diana Conti, del Frente para la Victoria, propone que todos los depósitos judiciales de los tribunales nacionales con asiento en Capital Federal dejen de efectuarse en el Ciudad y pasen a realizarse en el Banco de la Nación Argentina. De esta manera, se propugna derogar la ley 16.869 de 1965 que determina que aquellos aportes que se generen a partir de causas provenientes de la Justicia Federal y Nacional en el ámbito porteño se efectúen en la Entidad (en aquel momento Banco Municipal). Es importante destacar que el Banco de la Ciudad de Buenos Aires desde su origen fue creado para combatir la usura
y mantuvo el crédito social de empeño como su actividad central hasta 1968, momento en el que se desarrolla un proceso de apertura comercial a partir del fondeo otorgado por los depósitos judiciales, consolidándose a partir de entonces como el agente financiero de la ciudad. Desde aquel momento, el Banco sostuvo un rol social que se fue afirmando a lo largo de su trayectoria institucional, brindando en la actualidad servicios financieros universales, accesibles y de calidad destinados a trabajadores, profesionales, vecinos, jubilados y pequeños empresarios de nuestra región. Cabe señalar que la cifra correspondiente a los depósitos judiciales que se encuentran en el Banco alcanza los 6.800
millones de pesos y, por tal motivo, de aprobarse el proyecto de ley en cuestión se produciría la pérdida del fondeo de largo plazo de la Entidad. Esto implicaría repercusiones en el único crédito hipotecario a 20 años a tasa fija que hay hoy en el mercado para los habitantes del área metropolitana de Buenos Aires, en tanto que también se dificultaría la financiación a largo plazo de los proyectos productivos de pequeñas y medianas empresas. El Directorio del Banco se pronunció en contra del proyecto, al igual que la Asociación Bancaria, la Comisión Gremial Interna, el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal y la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
Seguramente no escapará al entendimiento de la mayoría de quienes lean estas líneas que, para determinar la importancia que tienen los depósitos judiciales para nuestro Banco, bastará simplemente con analizar el interés que hemos puesto de manifiesto por ellos a lo largo de los cuarenta y siete años en los que han estado bajo nuestro cuidado.
nos año tras año, incorporando mejoras edilicias, operativas, de sistemas y de calidad de atención, tanto a nivel Institucional como personal. Hemos invertido dinero, recursos, esfuerzo, dedicación y todo lo que estuvo a nuestro alcance. A veces, hemos compartido plenamente las políticas y actos de administración, y otras no tanto. Pero es, a todas luces, innegable que mas allá de la impronta que cada una de las distintas administraciones le haya dado, siempre ha estado en centro de las consideraciones esta operativa judicial. Es importante destacar que todo lo que tenemos hoy en torno a la operativa judicial es el producto de pruebas, con errores y aciertos, realizadas durante casi cinco décadas. Pero no perdemos de vista que también es el reflejo del esfuerzo y dedicación puesto en el objetivo de cuidar los depósitos judiciales de funcionarios y empleados de esta dependencia, y de otras tan diferentes como Obras, Sistemas, Seguridad Informática, Organización, Sucursales y Asuntos Legales, entre otras.
"El proyecto de Conti tiene un error grave, porque la ley 23.853 de autarquía judicial ya le permitió a la Corte depositar los fondos en cualquier entidad pública”. (Alfonso Prat-Gay, diputado por la Coalición Cívica y ex presidente del Banco Central). Creo también que todos sabemos desde muy chicos, probablemente a poco de haber tenido la suerte ingresar a esta centenaria y prestigiosa Institución, que nuestro Banco fue creado con un fin social para combatir la usura, y que los depósitos judiciales son la joya familiar que todos debemos cuidar, sin importar en qué lugar nos toque prestar servicio. Yo he tenido la suerte de que este precioso tesoro de todos, me haya sido confiado para su cuidado durante los últimos dieciséis años, y he tenido la oportunidad de ser testigo presencial y directo de que las administraciones, en ese tiempo, han entendido su importancia y acompañado el interés de todos nosotros por estos depósitos. Desde 1965 hasta la fecha, todos han efectuado su aporte para lograr una mejora permanente y continua en el tiempo, que nos ha permitido superar-
En definitiva, es el producto de cuarenta y siete años de esfuerzo, dedicación y evolución de todos nosotros. Hoy, la actual Administración y la Gerencia de Servicios, Obras y Mantenimiento nos han provisto de un edificio recién remodelado, luminoso en todos sus pisos, producto de los grandes y modernos ventanales que reemplazaron un frente con viejas estructuras metálicas, con espacios y salones más amplios y mejor dispuestos para recibir al público usuario, con mejoras tecnológicas en la red eléctrica, de sistemas, de cctv, de alarmas, de aire acondicionado, y hasta del mobiliario. Todo esto en la búsqueda permanente de mejorar nuestra atención y demostrar cuanto valoramos estos depósitos, pero también cuanto valoramos nuestro rol genético institucional y a la gente de nuestra ciudad, que concurre diariamente a cualquiera
del los cuatro locales judiciales que el Banco tiene habilitados para ello. También en nuestro afán por mejorar, que es una clara forma de demostrar interés por algo que nos importa y mucho, hemos desarrollado una herramienta tecnológica que denominamos Sistema de Extranet Judicial, que les permite a
“El Banco Nación no está en condiciones operativas ni técnicas para recibir semejante aluvión de trámites”. (Eugenio Cozzi, ex presidente del CPACF). los Juzgados de los distintos fueros del Poder Judicial de la Nación que lo van incorporando paulatinamente, consultar en tiempo real los saldos de las 600.000 cuentas a la vista y 57.000 inversiones judiciales que administramos, pedir chequeras de libranzas o enviar avisos de emisión de las mismas en forma electrónica, e incluso efectuar pagos por esa vía. Hace ya muchos años dividimos la operatoria Judicial, separando la institucional de la que nosotros llamamos comercial, que es ni más ni menos que la atención a jueces, magistrados, funcionarios y todo el personal dependiente del Poder Judicial, con el solo objeto de poder brindarle a cada segmento una mejor y más esmerada atención, ya que hemos aprendido, que toda acción a nivel comercial y personal, repercute en forma directamente proporcional en la relación institucional. Sabemos que falta mucho por hacer y hay mucho que mejorar, pero también sabemos que día a día ponemos todo de nosotros para que cada vez, todo funcione mejor, y que para eso tenemos 115 personas altamente capacitadas y calificadas que ponen lo mejor de sí para que ello suceda, acompañadas por un Banco que las respalda en cada área. Para terminar, solo me resta decirles, que la importancia que tienen los depósitos judiciales, es la importancia que cada uno de nosotros le da a nuestro querido Banco, y nuestro Banco, estimados, no es la familia del logo, ni son los vidrios azules de la sucursales. Nuestro Banco, somos nosotros •
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el sanfigol su majestad
José Francisco
Sanfilippo
C
bu: En los inicios de su carrera hay un dato que no se puede pasar por alto y es la firma de un contrato profesional a los 16 años con San Lorenzo. José Sanfilippo: Esa fue una guapeada mía. Lo que pasa es que yo venía jugando muy bien. Hacía pocos días habíamos jugado con Rot-Weiss, un equipo alemán formado por jugadores que luego integrarían la selección campeona del Mundial de 1954 y los pasamos por arriba. Entonces sentí que ese era el momento, y a mi viejo que no estaba muy convencido cuando le dije lo del contrato, lo tuve que convencer para que me acompañe al club. Cuando me recibe el presidente de San Lorenzo y le digo que estaba ahí para que me hagan un contrato, el tipo se empezó a reír, y mi viejo no sabía dónde esconderse. Me puse firme y le dije que si no me hacían un contrato, yo iba a tener que salir a trabajar de otra cosa, y de ser así no iba a poder entrenar, y si no entrenaba no podía hacer goles. El tipo me quedó mirando y al toque me trajo los pape-
les para firmar. Ojo que en esa época yo era un mocoso atrevido, porque estaba jugando con tipos como Benavidez y Basso que eran figuras consagradas del club y ante todo muy respetadas. Mi viejo no entendía nada, ganaba 1250 pesos al mes, mantenía a una familia de seis personas trabajando como motorman de los Leyland, en La Corporación, y mi contrato fue por 2500. Cuando salimos, estábamos tan emocionados que caminamos las veintidós cuadras hasta mi casa, llorando. Cbu: De ahí en adelante tuvo una carrera imparable. JS: Siempre fui un apasionado del futbol y nunca aflojaba. En todos los equipos donde estuve me quedaba entrenando a los arqueros después de hora, pero no porque ese fuera mi trabajo, sino porque yo mismo me entrenaba. Me quedaba con veinte pelotas y con los tres arqueros. Paraba los balones fuera del área y comenzaba a disparar. Dos pasos y ¡pum!, dos pasos y ¡pum! Los fusilaba (risas). En mis tiempos se jugaba con el 9 y el 10 bien
Una leyenda viva. Identificado con San Lorenzo, vistió la casaca de la Selección, Boca, Nacional de Montevideo, Banfield, y Esporte Club de Bahía. En 1972 se retiró en el club de sus amores. Es el quinto goleador histórico del fútbol argentino, conversador incansable y siempre polémico, el Nene Sanfilippo, mientras Messi y el Barcelona goleaban al Getafe, recibió a Cbu en un bar de Caballito. de punta, los dos wines estaban bien abiertos y el 8 ayudando en medio campo, digamos que era un 4-2-4. La mayoría de mis compañeros, tanto Higinio García, como el Beto Menéndez en Boca y en la Selección, tocaban la pelota y enseguida me la devolvían si estábamos cerca del arco, porque era como que tenían miedo de pifiarle. Fui el máximo goleador de San Lorenzo y eso me abrió las puertas de la Selección, de Boca y de un montón de equipos de afuera. Cbu: ¿Qué recuerdos tiene de los Mundiales en Suecia y en Chile? JS: Para el Mundial de Suecia en 1958 yo tenía veinte años y me convocaron porque la rompía en San Lorenzo. Lo que pasó es que el entrenador era Guillermo Stábile, que a mi me tenía bronca porque yo era goleador de San Lorenzo y él había sido de Huracán, pero yo lo había pasado en cantidad de goles. Por otra parte, ese Mundial, Néstor Pipo Rossi lo tuvo que jugar con un alambre de cobre atado debajo de la camiseta porque tenía dolor de
cintura y aparte tenía un dedo del pie infectado, no podía ni patear. Sin embargo, el periodismo en esa época había fogoneado para que Pipo fuera al Mundial. El otro que estaba en el equipo era Eliseo Mouriño que había surgido de Banfield, luego fue a Boca y que con el tiempo se convirtió en uno de los mejores números 5 de la historia del futbol argentino. Es decir, aquel seleccionado del 58 desde el vamos viajó con problemas. Me acuerdo que el primer día que entrenamos nos vinieron a filmar de la televisión. Cuando nos ponemos a patear, al arco se ubica Federico Vairo, que era defensor de River, mientras que los arqueros Amadeo Carrizo y Julio Musimessi estaban alejados de las cámaras, alistándose. Entonces cuando viene Musimessi, se pone los guantes y enfila para el arco, Vairo ni se mueve y él dice: “salí de acá que el arquero soy yo”, y el otro ni pelota. La cosa es que a los dos minutos de entrenamiento, ya se estaban matando a trompadas. ¿Cómo nos iba a ir bien? (risas). Ya el primer partido contra Checoslovaquia nos comimos seis goles, y para redondearla los brillantes dirigentes de la delegación argentina se habían gastado la platita que les habían dado para la competición. ¿Saben quién puso la guita para terminar pagando los pasajes? Papito, con la plata que me había dado un amigo que fabricaba relojes para que le trajera unas mechas importadas (risas). Y en el Mundial de Chile en 1962, el que se equivocó fiero fue el Toto Lorenzo contra Inglaterra cuando perdimos 3 a 1, porque lo pone a Rattín que era muy lento a marcar a un inglés número 10 que era un fenómeno y que acompañado por Bobby Charlton, que jugaba y volaba en la cancha, los pasaban como postes a Facundo, Rattín y Cap. Los tipos jugaban a otra velocidad, estaban como en el living de sus casas y nuestros defensores quedaban todos desparramados. Cbu: ¿Cuáles fueron los mejores arqueros y defensores a los que tuvo que enfrentar? JS: Amadeo Carrizo fue el mejor arquero argentino, pero fue también al que le hice muchos goles. Como al Tano Roma que le hice uno de taco, o a Mario Cejas. Otros grandes arqueros de esa época pero que tuve como compañeros fueron Ediberto Righi, de Banfield y el Mono Irusta en San Lorenzo. Con respecto a los defensores, es todo un tema. Yo veo en la actualidad al Barcelona y me lo imagino a Pepe Guardiola diciéndole a Mascherano: “pibe, mire que acá no se pegan patadas, ¡eh!” Yo siempre digo que los equipos vivos terminan con once jugadores en la cancha, y los equipos bobos terminan con nueve. Y miren que yo me bancaba de todo, porque me escupían y me puteaban. Un defensor duro era Jorge Griffa, que era como chocar contra una columna. Otros eran
Navarro, o Federico Edwards. En el futbol hay de todo, picaros, tontos, malos, buenos. Pero ojo, entre un tronco y un bobo hay que elegir al tronco. Porque al tronco uno le dice que patee de puntín para arriba y lo hace, en cambio el bobo se queda mirando los pajaritos (risas). Pero también están los que practican la maldad futbolística, como lo que hoy hacen Schiavi o Hugo Barrientos. Te ponen la pierna en el lugar justo, es decir, saben dónde pegar, te pisan donde uno tiene el equilibrio. Entonces me pregunto: ¿es bueno para los chicos ver en la tele una publicidad en la que un defensor va con todo contra un rival?
nuevo presidente en San Lorenzo enseguida, sin hablar conmigo, me transfirió a Boca. Yo no entendía nada porque en esa época me tasaban en cifras multimillonarias y no me vendían al Milan o al Real Madrid que me querían y ofertaban hasta 50 millones de pesos. Yo estaba muy bien en San Lorenzo y sinceramente no quería irme a Europa. Ellos no me transferían porque decían “el nene Sanfilippo no se toca”. Decían que podían vender a todo el equipo pero no a mí. Pero cuando finalmente me venden a Boca, la gente empezó a criticar, y entonces ellos instalaron el rumor de que yo me había querido ir. El asunto es que me senté a negociar con
Messi nos va a superar a todos. Algunos dicen que Diego fue superior a Messi y yo siempre hago este análisis, pese a que Maradona tiene otra personalidad y se criaron en contextos diferentes. Diego: diez puntos en habilidad. Messi: diez puntos en habilidad. Diego: seis puntos como goleador. Messi: ¡doscientos puntos! Cbu: Pese a su condición de goleador, siempre había lugar para las críticas. ¿Cómo reaccionaba ante ellas? JS: Les cerraba la boca con goles. Ante las críticas de algunos periodistas que llegaron a decir que yo jugaba con un balde en la cabeza (risas), yo no me calentaba, los esperaba calladito y simplemente les decía: “vos critica nomás, que ya te vas a arrepentir solito”. Y se las mandaba a guardar a todos (risas). Si alguien me criticaba cuando estaba perdiendo o jugando mal, yo me la bancaba, pero cuando yo venía bien… que me banquen ellos (risas). Cbu: Luego de tantos años en San Lorenzo, ¿cómo fue el pase a Boca? JS: Algo raro, porque fue cuando asumió un
Alberto J. Armando, Presidente de Boca de quien guardo los mejores recuerdos. En esa época la hinchada de Boca gritaba Tin Tin, gol de Valentín, y cuando fui yo: Sanfilippo, Sanfilippo (risas). Cbu: Con Boca enfrentó al Santos de Pelé. ¿Qué privilegio, no? JS: El privilegio fue de Pelé, que me enfrentó a mí (risas). En esos años, en el mundo existían tres números 10: Pelé, el español Suárez, y Sanfilippo. Con Boca a Pelé lo enfrenté dos veces por la Copa. Y en ese partido por la Libertadores, me acuerdo que veníamos ganando 1 a 0 con gol mío y los estábamos bailando, entonces el negro Pelé, para enfriar el partido, se desata el cordón del pantalón y se tira al piso, quedó en calzo-
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nes en la cancha, y entonces va Rattín a ayudarlo y yo le dije que no le diera bola, que el negro nos estaba engrupiendo. Entonces Pelé se levanta y ahí nos entramos a insultar de lo lindo con el negrito picarón (risas). Cbu: ¿Cómo era el Toto Juan Carlos Lorenzo como entrenador? JS: El peor técnico que tuve fue el Toto Lorenzo en 1962, y el mejor técnico, el Toto Lorenzo del 72 (risas). Cuando él vino en el 62 a la Selección, nos hablaba siempre de los jugadores que había conocido en Europa, de Bobby Charlton y de todas las estrellas, pero que nosotros acá no los conocíamos, no los habíamos visto jugar, ni los colores de las camisetas conocíamos (risas). Entonces un día le dije: “¡no me rompas las guindas con esos tipos que no los conoce nadie, habláme de Pinino Más o de otro jugador de acá, así podemos discutir tranquilos!”. En cambio, en 1972 ya era otra cosa, porque ese equipo de San Lorenzo fue una barbaridad. El Toto ya tenía más experiencia, ¡y yo con casi 38 años también! (risas). Él estudiaba mucho los partidos, recuerdo que nosotros concentrábamos en el Hotel Nogaró y el tipo me invitaba a tomar un café y me quedaba horas hablando de futbol.
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Cbu: Recordemos aquel San Lorenzo de 1972. JS: Era un equipo muy fuerte que te apretaba, te ahogaba y en el que casi todos pateaban al arco. Tenía un poder ofensivo tremendo. Si no estaba el pelotazo para el Gringo Scotta o para el Lobo Fisher, llegábamos todos y le pegábamos bien de media distancia. El Mono Irusta fue un gran arquero, el Sapo Villar era muy técnico y salía siempre jugando, en cambio Ricardo Rezza te mataba, era un roble. El Gallego Rols era un buen tipo pero no te agarraba una vaca adentro de un ascensor (risas), la Oveja Telch era un genio, Veglio, muy habilidoso y fino. Y adelante, ¡mamita querida, que poderío ofensivo teníamos!: Scotta, Fischer y Sanfilippo. En cambio Rubén el Ratón Ayala, era bueno pero muy desobediente dentro de la cancha, no le daba bolilla al técnico. Recuerdo que una vez íbamos perdiendo 2 a 0 contra Huracán de locales, y el Toto Lorenzo lo iba a sacar al Ratón, pero nos dieron un penal y él se apuró a patearlo para que no lo sacaran. Avivadas del fútbol, porque hizo dos goles aquel día. Cbu: Aprovechando que estamos viendo un partido del Barcelona con usted, ¿cuál es su opinión sobre Lionel Messi?
JS: Mírenlo ustedes mismos. Vean cómo viene avanzando fuera del área, ahora se la van a tocar, y miren, ¡miren dónde la clavó! Es infernal este pibe, te pone la pelota donde él quiere, y encima algunos arqueros quieren estudiar dónde define (risas). Es imposible saber por dónde va a entrar. Es un genio. ¡Miren! otra vez. La pelota se va fuera del área pero él la va a buscar, levanta la cabeza para dársela al otro que entraba y se la pone justo ahí, como con la mano. Es una bestia jugando, es increíble. Messi nos va a superar a todos. Algunos dicen que Diego fue superior a Messi y yo siempre hago este análisis, pese a que Maradona tiene otra personalidad y se criaron en contextos diferentes. Diego: diez puntos en habilidad. Messi: diez puntos en habilidad. Diego: seis puntos como goleador. Messi: ¡doscientos puntos! Cbu: Goles son amores, ¿no? JS: Es que cuando uno hace goles, uno es ídolo en cualquier lado. Mis compañeros de todos los equipos en los cuales jugué, me tenían mucha confianza porque sabían que siempre tenía que definirla yo. Hice 440 goles en toda mi carrera. Miren si se habrán enamorado de mí (risas). Cbu: ¿Cómo eran las concentraciones en los años 70? JS: Muy libres y también daban para todo. Recuerdo que en el 72 estábamos concentrados en el Hotel Nogaró desde el viernes a la noche porque teníamos el domingo la final con River. Y yo me di cuenta que por el hotel aparecían mujeres por todos lados, muy atractivas, atrevidas, y que no venían precisamente a pedir autógrafos (risas). Como me resultaban sospechosas tantas minas de golpe, me di cuenta y me enteré que las mandaba la gente de River, para que estemos cansados antes del partido (risas).
Sanfilippo
y Perón, un solo corazón Cbu: Usted es peronista desde la cuna. Cuéntenos sus encuentros con el General. JS: Desde que tenía 10 años, ya golpeaba la cacerola con los pibes del barrio gritando: ¡Perón Perón!. Lo he visto muchas veces al General. Creo que no debe haber mucha gente que lo haya visitado a Perón en Puerta de Hierro tanto como lo hice yo. Él ya me había recibido en la Casa Rosada cuando fuimos a los Panamericanos de México, también lo vi en Italia. Una vez que lo fui a visitar, le dije que yo estaba muy enojado porque los militares en Argentina decían que el gobierno de Perón había robado mucha plata. Entonces él me dice (imita la voz): “Mire Sanfilippo, yo no sé si mi go-
LA SELECCIÓN DE SANFILIPPO (EX JUGADORES)
Amadeo
Roberto
Carrizo
Perfumo
Miguel
Diego
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(10.volante)
(1.arquero)
(2.defensor)
Brindisi Maradona Desde que tenía 10 años, ya golpeaba la cacerola con los pibes del barrio gritando: ¡Perón Perón!. Lo he visto muchas veces al General. Creo que no debe haber mucha gente que lo haya visitado a Perón en Puerta de Hierro tanto como lo hice yo. bierno robó, porque la casa es muy grande, pero lo único que le puedo decir es que éstos roban y no dejan nada, y nosotros por lo menos, dejamos obras. Si yo tuviera el poder en este momento después de dieciocho años firmaría un decreto que diría: Yo Juan Perón, autorizo al gobierno argentino a que se robe el 20 % de lo que produce, pero lo obligo a que invierta el otro 80%. Seríamos uno de los mejores países del mundo. ¡Pero en Argentina se roban el 80% y después ven qué hacen con el otro 20 %!” (risas). Cbu: Usted fue de los pocos deportistas que compartió el avión de regreso con Perón. ¿Qué recuerdos tiene de todo aquello? JS: En 1972 me llaman Lorenzo Miguel y José Ignacio Rucci, ambos hinchas de San Lorenzo, y me dicen que lo iban a ir a buscar a Perón y que me invitaban al avión que lo traía a Argentina. Los únicos deportistas que estábamos invitados éramos el boxeador
Silvio
Carmelo
Rafael
Marzolini
Simeone
Albrecht
Claudio
José
Gabriel
(9.delantero)
(10.delantero)
(7.delantero)
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Caniggia Sanfilippo Batistuta Abel Cachazú y yo. Recuerdo que le dije a Lorenzo Miguel que yo no quería ningún puesto político ni nada de eso y que lo único que pedía era estar en el balcón de la Casa de Gobierno cuando el General diera su primer discurso. Y ese día en la Plaza, camino al balcón, le tuve que pegar un flor de codazo al brujo López Rega porque no me dejaba acercar al General (risas). Ese día tembló la Rosada. El asunto es que enseguida viajamos con San Lorenzo a jugar en Tucumán. Cuando en el segundo tiempo me toca entrar, la hinchada local le empezó a gritar a su propio arquero: “¡Dale h d p, salí del arco y dejale hacer un gol al Nene que es peronista!” (risas).
Bicampeonato y despedida
Cbu: ¿Cuando jugó por última vez al futbol profesional? JS: Luego de salir campeón con San Lorenzo y conseguir el primer bicampeonato de la historia un periodista en televisión hablando de mí dijo: nació para ser campeón. Entonces pensé que ese elogio no iba a poder superarlo más y me retiré. Cuando tenía más de 40 años, me llamó Coco Rossi, que dirigía San Miguel, y fui a jugar un partido para divertirme. La cosa es que terminé jugando en la primera que iba a jugar en los torneos de AFA. Y el primer gol que hizo San Miguel en torneos de AFA, lo hice yo (risas).
*“Por sabiduría, personalidad y porque te hace vivir el fútbol como nadie”. Aclaración: según Sanfilippo, Lionel Messi, estaría en su seleccionado de todos los tiempos.
Eliseo
Mouriño (5.volante)
Marcelo
Bielsa (DT)*
Cbu: En 1976 fue el director técnico de Vélez. JS: Una gran campaña porque dirigí trece partidos, ganamos once, empatamos uno y perdimos otro. Ahí puse en la primera a Julio César Falcioni, Castro y Larraquy. Luego asume la presidencia de Vélez un militar, Trimarco, vinculado al Golpe del 76, que me rajó por peronista. Cbu: ¿A qué se dedica en la actualidad? JS: Tengo una escuela nacional e internacional de fútbol en el Marinas Golf, de Tigre. Allí utilizamos el Sanfigol que es un jaulón rectangular con el cual le hago practicar a los pibes. Lo inventé cuando tenía 12 años y ya lo tengo patentado. Tengo 77 años, una hermosa familia y me encanta que la gente me pare en la calle. Muchos me piden que visite a familiares que están enfermos y de los cuales fui o soy ídolo. Muchas veces los visito largo rato en sus casas y les acerco un banderín firmado, un libro, y se llenan de felicidad. Eso sí, siempre pido a los que me invitan que les vayan diciendo a sus parientes que los va a ir a visitar un futbolista famoso, no sea cosa que el tipo cuando me recibe se muera de la emoción y después me quieran matar a mi (risas).Cbu: Por último, ¿Se salva San Lorenzo del descenso? JS: Está muy complicado. Tiene que laburar mucho el técnico pero lo bueno es que él ya dirigió a muchos jugadores del club. El rol motivador del técnico será fundamental. Le tengo fe, creo que va a zafar •
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[ Bitácora de Viaje ]
Galicia, España
Mi lugar en el mundo senta cómo esta mujer defendió a la Coruña de una invasión inglesa matando a su comandante en 1589. El centro más importante, a mi parecer, es Santiago de Compostela con su imponente catedral, lleno de peregrinos que decoran la plaza del Obradoiro que la rodea. Está dividida en la ciudad vieja y la moderna, diferenciada por sus construcciones, universidad, barrio estudiantil, museos, actividad cultural y comercial. Son interesantes las opciones de presentaciones artísticas y las muestras de fe que uno puede admirar, mientras camina por Santiago o bebe algo en sus barcitos. Las playas de Galicia son, en general, grandes y de agua fría por ser bañadas por el mar. Son limpias y sobre todo muy tranquilas, y habitualmente son familiares aunque sus costumbres de topless nunca faltan. He tenido la suerte de asistir a la cancha
Por Maite Alvarez, Sucursal 52 Galicia es un destino único y maravilloso, tan especial y conmovedor que siempre hay una razón para volver. Tiene todo lo que un turista desea, desde los paisajes hasta su gente, el servicio y la belleza van de la mano. Las emociones se mezclan con las distintas gamas de paisajes y ciudades que ofrecen variedad de costumbres, tanto en la gastronomía como en su cultura. Particularmente, me alojé en la casa de familiares maternos a treinta minutos de Santiago de Compostela en La Estrada, una ciudad que era una antigua aldea y que hoy combina las tradiciones del
campo con la modernidad. Allí, al igual que en toda Galicia, se pueden encontrar varias opciones de pubs, restaurants y discotecas. Centros de recreación continua de sus habitantes, donde es imposible negarse ir, ya sea por el buen ambiente, sus tapas, o por sus cervezas y vinos tradicionales. Uno de los lugares más emotivos que me tocó recorrer fue Bande, en la provincia de Ourense, lugar de nacimiento de mi abuelo paterno. Una aldea pequeña, con su iglesia, su ayuntamiento y su escasa población, derivada su mayoría del apellido Alvarez.
En sus alrededores, hay un antiguo campamento militar romano conformado por una mansión viaria y aguas termales, con un gran paisaje de fondo. Además cuenta con una reserva natural en los montes, cerca del campamento, con fauna y flora de distintas especies a la vista. Otra ciudad para conocer es A Coruña, con monumentos y centros históricos de la antigua Europa. Allí encontramos la torre de Hércules, construida aproximadamente en el siglo II como faro, actividad que aún se mantiene. También está la plaza de Maria Pita, constituida por el ayuntamiento y su estatua, que repre-
del Celta de Vigo y ver una tarde típica de fútbol gallego. La tradición es ir unas horas antes del partido a los bares de Vigo para hacer la previa y luego asistir todos juntos al juego. Esta demás decir que se nos parecen mucho a nosotros con su euforia y gritos, ya que muchos cánticos fueron enseñados por jugadores argentinos del Celta como el Piojo López. Un llamado de atención: si es la primera vez que va a Galicia no se sorprenda de los carteles que vea o del vocabulario. No se olvide que se habla el gallego que a pesar de tener palabras en español, muchas son del léxico regional. Es fácil encontrar carteles en la ruta con la palabra Curro, pero no se preocupe porque esta palabra significa trabajo al igual que si le piden un pitillo, es un cigarrillo. Uno de los sellos distintivo de esta región son los hórreos que están en cualquier parte y son para guardar granos, frutos del campo entre otros alimentos.
Pienso que el sello más distintivo es su nacionalidad, que es la gallega. Sus habitantes no se consideran parte de España, por eso Galicia es una comunidad autónoma con su propia bandera y quien escucha a algún nacionalista pensará que Galicia es un país. Ni hablar de las fiestas populares, son de lo más diversas y divertidas, van desde la de Santiago Apóstol hasta la rapa de bestias en Sabucedo, a unos kilómetros de La Estrada. Dicha festividad consiste en bajar del monte caballos salvajes y llevarlos a un recinto cerrado denominado curro, en donde se les corta las crines y se marca a los potros. Comienza un viernes a la noche con un campamento de jóvenes, que celebran hasta el sábado a la noche en el momento de la rapa. Podría escribir bastantes líneas más, sin embargo no hay nada como vivir esta experiencia que a mí me llenó el corazón •
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Es fundamental que la Gerencia de
Recursos Humanos se acerque a la gente”
Elena Cafaldo es Gerente de Recursos Humanos desde hace tres meses. Tiene 34 años, es Licenciada en Economía de la Universidad de Buenos Aires, ingresó al Banco a los 21 y luego de un tiempo en Estudios Económicos fue designada a cargo de un sector clave en la vida del Ciudad, donde su intención es “que el cambio sea lo mejor para cada uno de los empleados”. Elena Cafaldo, Gerente de Recursos Humanos Cbu: ¿Cómo fue tu historia laboral previa al Banco? Elena Cafaldo: mis primeros trabajos fueron temporales con el fin de poder financiar mis estudios, como en una juguetería en la semana del día del niño o en algunas ferias vendiendo anillos y ropa. Previo a mi ingreso al Banco, lo hice en el Zoológico de Buenos Aires, en el puesto de atención de fotografía
que estaba cerca de la entrada, donde se prestaban cámaras y se vendían pilas y rollos para que el visitante saque fotos durante su estadía. Ahí empecé como promotora ofreciendo el servicio y después estuve a cargo del local. Cbu: ¿Qué rescatas de aquella experiencia en el zoo? EC: Una vez haciendo un curso de liderazgo en la Universidad Católica Argentina al que asistí a través del Banco detecté algo muy fuerte. Uno de los ejercicios que planteó el profesor tenía que ver con enumerar qué características recordaba o ponderaba de mis jefes
anteriores, y la verdad es que me acordé muchísimo del que tuve en el zoológico. Era una persona cuyo respeto laboral lo generaba a través del conocimiento, con alta inquietud por formar equipos exitosos y una gran virtud para detectar las habilidades que cada uno y ponerlas en función del equipo. Cbu: ¿Cómo es tu historia académica? EC: En 2001 me recibí de Licenciada en Economía en la Universidad de Buenos Aires, y al año siguiente el Banco, a través de una beca por concurso, me dio la posibilidad de hacer un Master en Finanzas en la Universidad Di Tella. Para mí fue sumamente enriquecedor porque si bien estudié Economía, en la UBA la carrera está muy focalizada en la macroeconomía y siempre tuve una gran inquietud por profundizar en temas micro como te permite una formación en finanzas. Incluso en la carrera de grado cursé una materia optativa como cálculo financiero que no es generalmente elegida por los estudiantes en Economía. Cbu: ¿Qué balance realizas de la experiencia del Master? EC: En cuanto a la formación fue suma-
mente enriquecedor, porque los contenidos no fueron iguales a mi carrera de grado. En cuanto al desarrollo profesional, aún más ya que junto con otros compañeros del Banco que también cursaron el mismo Master, aplicamos mucho del conocimiento adquirido a la Entidad. Comenzamos a desarrollar técnicas que no se aplicaban, como las evaluaciones de proyectos de inversión, por ejemplo, cuando se quería abrir una sucursal. Cbu: ¿Cuándo entraste al Banco? EC: Hace trece años, como pasante a los 21. En aquel momento, año 1999, las búsquedas de empleo por internet no existían, entonces, salí a recorrer el microcentro con mis currículums en mano. Recuerdo que vine al sexto piso del edificio de Sarmiento 630, donde me atendió un hombre que primero me dijo que no había posibilidades y cuando me estaba yendo me preguntó si estudiaba. Le dije que cursaba la licenciatura en Economía y me comentó que había unas pasantías, así que dejé el CV, y al tiempo me llamaron. Ingresé en lo que en aquel momento se llamaba Instituto de Comercio Exterior, que dependía de la Presidencia, y mi función era realizar trabajos de investigación económica. Allí me sumé al trabajo que venía realizando un chico que había entrado unos meses antes, y que hoy es un gran amigo: Martín Cascante. Con él publicamos muchas investigaciones, varias fueron destacadas en revistas especializadas, y la mayor parte se encuentra en bibliotecas como la del Banco Central y el Ministerio de Economía. Cbu: ¿Cómo viviste la experiencia del corralito en 2001? EC: En aquel momento, todos los que estábamos en ese sector fuimos a sucursales, y a mí me tocó ir a la de Villa del Parque para colaborar en la apertura de cajas de ahorro. Fue una tarea ardua, fundamentalmente por el momento que estaba atravesando el país y lo que ello generaba en la gente, pero en lo personal, fue sumamente enriquecedor haber pasado por allí. Cuando recibo jóvenes graduados y soy tutora de ellos, siempre les digo que valoren la experiencia de pasar por una sucursal, porque cuando uno ingresa a áreas centrales desconoce el día a día que viven las casas, y en definitiva son el negocio del Banco y la cara visible con el cliente. Recuerdo que fueron momentos difíciles, pero aún así siento que fue una experiencia única el haber visto un
equipo de trabajo tan comprometido con la tarea diaria. Hace un mes, en la jornada outdoor de sucursales, estaba Mariela Gil Feilberg –actual Gerente de la Sucursal 60– que en ese momento era cajera y Alberto Farina, Gerente de aquel momento, quienes me trataron muy bien y aprendí muchísimo. Recuerdo que me recibí de Licenciada en Economía estando ahí, fui a buscar la nota, me tiraron los clásicos huevos y después me fui a trabajar a la sucursal y me habían comprado un ramo de flores grandísimo que me emocionó enormemente. La verdad es que siempre los recuerdo con un gran cariño. Cbu: ¿Cómo continuó tu carrera? EC: Volví al Instituto y al tiempo surgió un operativo de partidas pendientes de imputación en lo que sería hoy la Gerencia de Administración de Préstamos, y con Martin Cascante nos tocó ir a colaborar. Fue una experiencia distinta ya que se
Voy a poner mucho foco en el trabajo en equipo dentro y fuera de la gerencia. trataba del backoffice de toda la operativa. Al tiempo, volvimos y se disolvió el Instituto de Comercio Exterior, entonces, pasamos a depender del área comercial, y para mí fue espectacular porque tenía ganas de empezar a meterme en temas concretos del Banco tras haber pasado unos años haciendo trabajos de investigación económica. Nos tocó comenzar a trabajar con Maximiliano Coll, que ya estaba en la Gerencia de Banca de Individuos y venía haciendo muchas cosas para el área. Comenzamos a generar información de gestión que no existía en la Entidad. Pasé de hacer informes de investigación económica a estar todo un día con listados enormes para sacar cuántas cajas de ahorro tenía la sucursal 33, por ejemplo, y aunque parezca mentira yo estaba mucho más reconfortada con esa situación que con la anterior, porque sentía que estaba aportando algo concreto al Banco. La información de gestión es una
herramienta fundamental para la toma de decisiones, así fue para quienes en ese momento y actualmente lideran las áreas comerciales. Cbu: Luego de ese operativo, ¿Qué tareas hiciste? EC: Continuamos en el área comercial realizando informes para la Gerencia de Banca de Individuos enriqueciendo día a día sus contenidos y su complejidad hasta que, en 2004, se conforma la Gerencia de Estudios Económicos que tenía dos equipos: Estudios Financieros, y Estudios Macroeconómicos y Sectoriales. Todo el grupo con el que estábamos realizando trabajos de gestión pasó a Estudios Económicos y ahí continuamos con lo que veníamos haciendo y sumamos nuevas tareas. Empezamos a evaluar proyectos de inversión, lanzamos el informe financiero semanal que aún sigue vigente y nuevos informes que fueron surgiendo según la coyuntura del negocio. Cuando el gerente de aquel momento, Matias Kulfas (ahora Gerente General del Banco Central) se va del Banco, Daniel García (actual Gerente de Finanzas) pasa a ocupar el cargo, Maximiliano Coll queda como Subgerente y yo pasé a ser Jefe de Equipo. Allí seguimos ampliando la información de gestión, y empezamos a aplicar nuestro conocimiento a más cosas dentro del Banco, no sólo a sucursales, sino a pymes, grandes empresas, recupero de créditos, y cobranzas, ampliando el alcance de los informes de gestión. Cbu: ¿Cómo es a grandes rasgos el proceso de elaboración de estas investigaciones? ¿Qué variables o metodologías se consideran de acuerdo a cada sector? EC: Para mí hay algo clave. No se pueden hacer informes de gestión sin entender el negocio, sin escuchar a quien está todo el día gestionando, porque si no se llega a comprender la lógica diaria, los productos y los clientes del sector, es imposible que se pueda hacer algo que realmente sea útil como herramienta de gestión para quienes lideran dichas áreas. Los informes tienen que tener el valor agregado de entender el contexto del negocio para no quedar en meros datos, si no lo conoces es muy difícil generar un aporte en tal sentido. Por ello, nosotros nos juntábamos mucho con las áreas y siempre tuvimos una excelente relación con los gerentes a los que apoyábamos con estas herramientas, escuchábamos sus necesidades y en base a ellas diseñábamos el contenido de los informes. Cuando
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arribó la actual gestión presidida por Federico Sturzenegger se implementó el sistema de incentivos y al tiempo, sumó esa tarea al equipo que yo lideraba en ese momento y que se convierte en Coordinación. En lo personal, y sin dudas para el equipo también, hacernos cargo de esta tarea fue sumamente enriquecedor, porque tuvimos que ampliar la mirada del Banco y meternos en temas hasta el momento desconocidos. El equipo contaba con un gran conocimiento de toda el área comercial y a partir de este nuevo desafío ampliamos
injerencia en el proyecto y comenzamos a tener foco en la meta final y a trabajar en equipo para alcanzarla. Lo importante es trabajar juntos y alcanzar la meta final, y eso para mí fue un gran cambio para la Institución. Cbu: ¿De qué manera se establecen y diagraman esos objetivos? EC: Esa es la parte más compleja. Todos los años, a partir del segundo semestre, cada gerencia presenta a la Dirección su planificación de objetivos para el año siguiente. El Directorio los escucha, se discuten y se debaten esas metas y se
El pilar de mis lineamientos es transformar al área en un socio estratégico del negocio. la visión del Banco de forma integral. De repente, había que entender qué hacía Seguridad en Tecnologías de la Información, que confieso que en ese momento era chino para todos (risas). Logramos una visión de la Institución muy integral, porque tuvimos que entender los proyectos y necesidades de cada gerencia. Cbu: Los objetivos también comenzaron a compartirse. ¿Cómo se desarrolló esa nueva dinámica? EC: El mayor avance que ha obtenido el programa de objetivos desde mi punto de vista, es que logró mejorar muchísimo el trabajo en equipo entre las gerencias. Antes nos costaba mucho el trabajo en equipo y a partir de tener objetivos compartidos, las áreas dejamos de mirar únicamente nuestro ámbito de
suman otras. Después está el trabajo que se hace en Estudios Económicos que es coordinar con cada gerencia y entre gerencias, fechas, metas e indicadores de medición y evaluación. Luego en cada trimestre se hace el seguimiento de los proyectos. Cbu: ¿Cuál fue el objetivo más complicado en su elaboración? EC: Creo que hubo muchísimos que nos costaron porque se trataba de temas nuevos y ajenos a la formación de uno como todos los relacionados con Sistemas, pero siempre digo que Seguridad en Tecnologías de la Información fue el más difícil. Fue complicado entender de qué se trataba el proyecto para luego pensar cómo medirlo de la manera más objetiva posible. En este sentido, al profundizar el conocimien-
to en estos y otros temas, muchos de los objetivos que hoy son proyectos implementados nos sirvieron después a nosotros mismos para medir o evaluar nuevas metas. Cbu: ¿Cuál consideras tu mayor triunfo en Estudios Económicos? EC: Los objetivos para mí fueron un gran logro. Fue todo un desafío porque había varias cosas que tuve que desarrollar de cero. Por un lado, abordar temas completamente nuevos, por otro, sumar al rol analítico que tenía hasta ese momento uno plenamente nuevo que era el de negociación. Cada objetivo o proyecto está enmarcado en una negociación entre la Dirección y las áreas y entre las propias áreas para el caso de los objetivos compartidos, y Estudios Económicos participa activamente en este proceso. Cbu: ¿Cómo fue el arribo a la Gerencia de Recursos Humanos? ¿Era algo que vos te habías planteado en algún momento? EC: Fue un shock, porque era algo completamente nuevo y como a cualquier ser humano lo nuevo siempre genera un estado de movilización interna. La verdad es que en algún punto tenía ganas de un cambio a pesar de que me fascinaba hacer lo que hacía por el trabajo y por el equipo del cual era parte, pero hace un tiempo, me había picado el bichito del cambio. Creo que a todos nos pasa en algún momento. Igual quiero confesar con total sinceridad que nunca me imaginaba semejante desafío. Fue un orgullo muy grande que me hayan dado tan inmensa responsabilidad, creo que es una Gerencia distinta a todas porque en cada decisión que uno toma tiene que ser consciente que llega a cada una de las personas que forman parte de la Entidad. Cbu: ¿Qué valor agregado crees que le aportas a la Gerencia de Recursos Humanos? EC: Si bien es un sector en donde no todo es analítico y cerrado porque estamos hablando de personas, creo que puedo mirar con objetividad las cosas independientemente del caso que se presente, tratándolo en el marco de una política que responda a un criterio unificado. Por otra parte, tengo una gran creencia que el éxito lo logran los equipos y no las personas individualmente. Siempre digo que no podría haber hecho ni el 10% de lo que hicimos en Estudios Económicos sin el gran equipo que formábamos. En tal sentido, voy a poner mucho foco en el trabajo en
equipo dentro y fuera de la gerencia. Dentro del sector estamos haciendo reuniones semanales para estar todos al tanto de los temas y que todos puedan aportar en la discusión de ideas. Creo que este tipo de prácticas son sumamente constructivas y de gran valor agregado. Externamente, creo que las políticas del área van a tener que ser muy trabajadas y consensuadas con los gerentes haciéndolos partes de las decisiones. Ellos son los primeros gerentes de Recursos Humanos en cada lugar de trabajo y por tanto resulta fundamental que trabajemos en equipo. Todos los temas que se llevan al Comité de Recursos Humanos son previamente tratados con las áreas involucradas. Esto no garantiza que podamos estar de acuerdo en todo pero la discusión y el consenso que genera ese ámbito de discusión y de comunicación es fundamental. La verdad es que tengo una muy buena relación con muchos gerentes, creo que soy una persona de muy buen trato y que escucha mucho al otro entonces trabajar juntos es mucho más fácil. Cbu: ¿Qué cosas consideras que se venían haciendo bien en la Gerencia? EC: Creo que se hacían muchas cosas bien y que por ahí no estaban transmitidas correctamente. Hay muchos proyectos desde lo estratégico en recursos humanos que se hacían muy bien y que por ahí no estaban bien comunicados, y de esta manera no era visto ni reconocido. Otras de las cuestiones que destaco es que como tutora del plan de jóvenes graduados veía el grado de interés que se ponía en la situación de cada uno de ellos, interiorizándose en sus inquietudes, proyectos y su experiencia laboral. Si eso se puede replicar para todo el Banco sería espectacular. Es fundamental acercarse y conocer a cada integrante de la Entidad. En este sentido, uno de los proyectos que tengo es armar un equipo de trabajo en el que cada integrante sea el referente de una determinada cantidad de sucursales, a fin de recorrer las dependencias y recoger temas de agenda para la Gerencia. Abordar estas inquietudes individuales como políticas del área será sumamente enriquecedor y generará un ámbito de comunicación y acercamiento directo con las personas. Cbu: ¿Qué otras ideas tenés referidas al futuro del sector? EC: El pilar de mis lineamientos es transformar al área en un socio estra-
tégico del negocio. Para ello, creo que tenemos que lograr que el área tenga un gran conocimiento del negocio y de las personas para poder lograr una buena combinación entre ambas. En tal sentido, conocer a la gente, sus inquietudes y sus competencias es fundamental para pensar su desarrollo de una manera que combine estratégicamente con el negocio. Esto implica entender muy bien el negocio y muy bien a las personas. Cbu: ¿Qué se ha pensado en términos de capacitaciones? EC: En este sentido, me gustó mucho lo que se venía haciendo, porque no sólo se releva las necesidades de cada área sino que se evalúan los pedidos de formación que hace cada individuo y que contribuyen al desarrollo de las competencias necesarias para mejorar su aporte al trabajo realizado diariamente. Teniendo en cuenta esto, creo que estamos preparados para avanzar un paso más y es establecer las competencias por puesto, los gaps de capacitación y planificar capacitaciones direccionadas. Cbu: ¿Cómo fue tu primer día como Gerente de Recursos Humanos? EC: Básicamente me presenté por equipos y les conté un poco qué es lo que había hecho en estos trece años en el Banco y lo importante que era para mí el trabajo en equipo. Al día siguiente, me fui a Boedo a conocer a la gente de Desarrollo de Personal y Capacitación que estaba trabajando allá, digo estaban, porque ahora se mudaron al edificio de Sarmiento ya que me parecía terrible que dos áreas tan estratégicas no estuvieran en el día a día junto conmigo y el resto del equipo. Cbu: ¿Y el día a día? EC: Trato de llegar lo más temprano posible para optimizar el tiempo, siempre y cuando me permitan mis hijos (risas). Trabajo mucho con reuniones, porque considero que hay que trabajar en equipo y cuando tenemos un tema me gusta mucho debatir entre varios. Creo que es la manera de generar un gran valor agregado a las ideas. Cbu: Si tuvieras que puntualizar el gran desafío que te toca afrontar en esta nueva etapa, ¿Cuál sería? EC: Que los empleados sientan que Recursos Humanos es un área que los conoce y que los apoya. Favorecer desde el área que la gente venga a trabajar contenta, motivada, feliz y con ganas de dar todo •
Pequeño Cafaldo Ilustrado
Elena Cafaldo es la hermana mayor de tres hermanos y se define como “cuida”, aunque reconoce que ellos también la protegen a ella. Está casada hace ocho años con Mariano, paradójicamente Licenciado en Recursos Humanos, y a quien conoce desde los 16 años. “En casa no falta material de recursos humanos, hay varios libros del tema”, comenta entre risas. Es mamá de Facundo y Joaquín, de 5 y 1 año. “Al ser madre sentís el mayor amor del mundo y también una profunda responsabilidad al saber que hay una persona que al principio depende exclusivamente de vos y que a medida que van creciendo vas formando con cada decisión que tomás”, reconoce quien quiere estar presente en el día a día de sus hijos. Los fines de semana los pasa en familia en una casa que alquilaron por todo el año en un country con mucho asado con amigos. Es hincha de River y antes de ser mamá hacía spinning y aerobox, actividades que desea retomar en el futuro. Otra de las experiencias que quiere volver a repetir en su vida es la de ayudar en orfanatos o geriátricos con un grupo conformado en el colegio, “donde uno se enriquece más de lo que enriquece al otro”. Fanática de Madonna, estuvo presente en dos de los tantos recitales que dio la diva en River en 2009. Antes cinéfila, ahora se dedica más a las series de TV, dentro de las que enaltece a Lost y a Friends.
Súper TC2000
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Súper TC2000 Fotos: Facundo Pechervsky
Súper TC2000
→ 1.000.000 de espectadores. → 100 pilotos que participaron en todas las categorías. → 3.080 mts de extensión del circuito. → 20 tribunas para 12.000 personas. → 750 personas de seguridad privada, más Policía Federal y Metropolitana. → 5 carros de bomberos. → 500 neumáticos de contención de seguridad. → 1.800 personas trabajando en la organización del evento. → 30 días de montaje. → 15 días de desarme.
“
Ganar es una motivación increíble, y hacerlo ante tanta gente, a la que podía escuchar a pesar del ruido del motor, aún más. Me salió la euforia contenida y paré para festejar con ellos, se lo dediqué porque fueron tres o cuatro días de tránsito interrumpido en la ciudad, y quizá para ellos eso no es lo mejor, pero para nosotros es el mejor sueño, correr en el corazón de la Capital Federal”, explicó emocionado Mariano Werner, el corredor que fue número uno en una carrera de Súper TC 2000 totalmente distinta.
Postal de un fin de semana inolvidable.
Y vaya si tenía razón. La última semana de marzo había visto mutar a la avenida más característica de Argentina, que de a poco se llenaba de muretes que complicaban un poco (o bastante) el tránsito, con alguna mano reducida. El viernes 30 a la mañana, ya eran
varias las carpas instaladas y los técnicos de los equipos competidores se mezclaban con quienes colocaban los carteles de las marcas o los tablones de las tribunas, mientras al lado suyo pasaban, como lo hacen todos los días, la infinidad de colectivos que transitan esa parte de la Ciudad. Mientras tanto, las bocinas formaban un enervado y constante coro. El sábado el Microcentro despertó con la cara completamente cambiada. Ya con el tránsito menguado, la 9 de julio, Diagonal Norte y Avenida de Mayo, se convirtieron en una pista de carrera con un marco de cemento que fue congregando gente desde muy temprano para ver las ruedas clasificatorias. Antes de las nueve, muchos eligieron su lugar para ver pasar a los autos desde una buena ubicación. Las escaleras de la Catedral de Buenos Aires hacían las
Súper TC2000
Los números de la Carrera del millón
El 31 de marzo y 1 de abril se corrió el Súper TC2000 en el Callejero de Buenos Aires. En un marco completamente distinto, los autos rodaron en plena City porteña con el Cabildo, la Catedral y el Obelisco de principal escenario. El Banco fue uno de los principales sponsors de un evento que siguieron de cerca un millón personas y que demostró, una vez más, el fanatismo fierrero de los argentinos.
dos simuladores de manejo. Unas tres horas más tarde de lo pautado, finalmente los autos fueron saliendo a la pista y el ruido fue ensordecedor. Quienes habían tenido oportunidad de presenciar una carrera de Fórmula Uno, lo compararon con ese sonido, y explicaron que eso se dio por el cambio en los motores, ahora V8, que elevaron la categoría de TC 2000, a Súper TC 2000. Los invitados del Ciudad se dieron cuenta que era hora de agarrar uno de los pares de tapones que también se ofrecía, mientras trataban de encontrar un huequito que mirara a la pista u observaban las pantallas ubicadas allí, y entre ellos, Julia Ballario, la única mujer corredora de la jornada, también disfrutaba de la carpa junto a su familia (ver Bendita tú eres). Así fueron pasando los entrenamientos de las categorías Fiat Línea Competizione, Turismo Carretera 2000 y Súper TC 2000, y luego sí las clasificaciones. Las calles se habían llenado completamente y lo mismo ocurría con las tribunas. Las ventanas de los edificios y hoteles aledaños mostraban a gente atenta al
espectáculo. La camioneta del Banco se paseaba por la pista para que todos la puedan ver y alrededor de las siete de la tarde, cuando comenzaba a bajar el sol que había brillado todo el día, Christian Ledesma con su Chevrolet logro el primer lugar en la clasificación y todo su equipo se preparaba emocionado para lo que vendría.
Súper TC2000
Súper TC2000
Recuerdos fotográficos en la carpa del Ciudad.
veces de gradas improvisadas y cualquier lugar servía para poner una silla y esperar que empiece el show. Familias enteras se acercaban de a poco, algunas con vianda, mate, gaseosas o lo que fuera necesario para pasar un día distinto. El clima acompañaba con un sol que ya se mostraba fuerte, y la temperatura que empezaba a subir. Vallas adentro, el sector de boxes ya estaba en actividad y los equipos trabajaban para poner a punto los autos, que comenzarían a rodar en un rato. Una carpa promocional del Banco Ciudad también se preparaba estratégicamente en el pasillo por donde pasarían todos los invitados al evento, para que allí pudieran llevarse, como souvenir, su foto simulando haber obtenido una pole position. Cerca de las once de la mañana, aún no se escuchaban los autos, aunque esa era la hora en la que todo debería empezar. Algunos inconvenientes con el cierre de las calles, y la incorporación de algunas medidas precautorias más para evitar posibles choques o accidentes a lo largo de la pista, hicieron que las puertas para el público se abrieran más tarde y quienes estaban esperando comenzaron a emerger del túnel del estacionamiento de 9 de Julio y Sarmiento que se utilizó durante los dos días como pasillo para ir desde la calle Cerrito (donde estaba el ingreso), al otro lado de la gran avenida, por donde se accedía a los paddocks y vips. La carpa promocional del Banco empezó su actividad, y las familias enteras posaban contentas con pelucas, gorros, cascos y otros elementos. Nadie quiso perderse la opción de irse con sus fotos, y los gerentes y empleados invitados del Ciudad no fueron la excepción. Cuando cada uno recibía su foto enmarcada, debía cruzar ese puente que el día anterior ya estaba instalado y daba una imagen algo surrealista cuando el tráfico pasaba por debajo suyo, pero en ese momento, la primera mano de la 9 de julio que va hacia la Avenida del Libertador era la calle de boxes. Del otro lado estaban los paddocks de las empresas. Carpas que de un lado veían a la pista, y del otro a los boxes, por donde también pasaba mucha de la acción del día. El catering empezó a circular y no dejó de hacerlo durante lo que duró toda la jornada. Quienes iban llegando al paddock del Banco, se encontraban con promotoras que les entregaban merchandising, y se acomodaban en los sillones tipo living, o algunos elegían jugar en los
Motor, alma y sangre El domingo amaneció nublado pero eso poco le importó a la gente que a las siete de la mañana estaba ubicada al lado del alambrado a lo largo de toda la extensión de la pista. Ese día era el más importante y nadie quería perdérselo. A medida que fue pasando el tiempo el tumulto era cada vez mayor, y a las nueve, cuando aún faltaban unas cuatro horas para que salieran los autos, familias enteras iban en busca del mejor lugar para verlos, mientras los vendedores ambulantes ofrecían desde banderas de las escuderías hasta panchos o monitos de peluche.
Vista privilegiada desde el paddock del Banco.
Puertas adentro, la organización del evento estaba completamente encaminada, con un sol que había comenzado a brillar y los autos ya ubicados en sus boxes, con los últimos retoques para que todo marchara bien. Grandes masas se concentraban junto a cada uno de los bólidos, y allí se mezclaban técnicos, promotoras, curiosos, periodistas y, por supuesto, los pilotos. Las ventanas, terrazas y balcones de los edificios tampoco parecían dar abasto para contener tantas ganas de formar parte de la carrera. Media hora más tarde fue momento de la Misa y Bendición de Ramos, y luego la camioneta del Banco, junto a otros autos promocionales, salieron nuevamente a la pista para que todos los puedan ver. Las tribunas de las marcas ubicadas a lo largo de la pista, se iban llenando y a cada bocinazo o cada acelerada del auto que les pasara por delante, era vivado como si en él anduviera una estrella del automovilismo. Las puertas de acceso se abrieron, y esta vez las carpas se llenaron rápidamente. La promocional del Banco, volvió a juntar mucha gente que quería llevarse su foto souvenir antes de ir para el paddock. Nuevamente apareció el catering, y los simuladores de manejo no tuvieron paz. Unos minutos pasadas las once, la Categoría Fiat Línea Competizione salió a la pista, y ya todo estaba en marcha. La cantidad de gente era incesante, cámaras, fotógrafos y periodistas recorrían los distintos lugares para obtener una imagen o palabra de Agustín Pichot, Horacio Cabak, Osvaldo Cocho López (uno de los organizadores del evento) o Juan María Traverso, alguno de los tantos famosos que por allí estaban. Los invitados y mozos de las distintas carpas, hacían lo propio con su camarita personal. En ese momento el paddock del Banco (reconocido por los organizadores como uno de los más concurridos), estaba repleto de gente y por allí también pasaron actores y periodistas. Benjamín Vicuña, Sebastián Estevanéz y Luciano Cáceres, fueron de los primeros en aparecer y luego se sumaron Maby Wells, Ruben “el Mago” Capria y Luis Islas. También el Presidente de la petrolera Shell, Juan José Aranguren; el diputado Rogelio Frigerio; el Ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad, Diego Santilli junto a su mujer, la periodista Nancy Pazos y sus hijos. Carlos Laurencena, de Molino Cañuelas y Andrea Grobocopatel de Los Grobo, que también
Los motores rugen contra la pared.
El Banco sorteó entradas entre los empleados para que puedan estar presentes en la primera edición del Súper TC 2000 en el circuito callejero de la Ciudad de Buenos Aires. A continuación, la palabra de algunos de ellos. Hector Orlando Zarate, Gcia. de Sistemas
“Sin lugar a dudas, el hecho de haber tenido la oportunidad de presenciar el Callejero que llevó adelante el TC2000 por las calles de la ciudad de Buenos Aires fue, para mí, un evento deportivo fantástico. Realmente el espectáculo fue magnífico. Ojalá podamos seguir disfrutando en los años venideros de esta fiesta maravillosa, con la presencia de familias, como fue en esta oportunidad”.
Maria Elisabeth Nicotera, Sucursal 46
“Fue un evento memorable e histórico, fui con mi hija Lucía Mercedes Gomez, que quedó impactada con el ruido de los motores de los autos de carrera, divinos. El día fue hermoso y tenemos que destacar la actuación del Coro del Banco Ciudad, hermosa, y por suerte había mucha seguridad, no hubo problemas, y se pudo disfrutar en familia. Ojalá que se repita”.
Súper TC2000
Súper TC2000
Ciudadanos del 2000
La intimidad del paddock.
Julia Ballario, Corredora TC2000
Tiene veinte años y es la única mujer que corre TC 2000. Oriunda de Marcos Juárez, Córdoba, vive desde hace tres años en Rosario donde estudia diseño gráfico, “me voy dedicando a las dos cosas –le explica a Cbu antes de salir a la pista mientras todos quieren sacarse fotos con ella en el paddock del Banco–, pero sin duda el automovilismo es mi pasión, lo que llevo adentro”. Cbu: ¿Cómo comenzó tu historia con los autos? Julia Ballario: Yo empecé a correr en karting desde los siete años. A los quince lo hice en Fórmula Renault Plus, y el año pasado en Turismo Nacional y luego en TC Pista Mouras. Hoy es mi primera carrera en TC 2000. Cbu: ¿Venís de una familia de automovilistas? JB: Sí, mi papá y mi tío corrieron, y a mi mamá casi que no le quedó otra que ser fierrera porque siempre está en todas las carreras, así que es un clima muy familiar para mí. Cbu: ¿Cómo se siente estar en un ambiente lleno de hombres? JB: La verdad que muy bien, siempre me recibieron de la mejor manera en todas las categorías, así que me sentí y siento muy cómoda, y como recién dije, en un ambiente muy familiar. Realmente todos me transmiten la mejor onda. Cbu: ¿Qué significa para vos correr en este Callejero de la Ciudad de Buenos Aires? JB: Increíble. ¡Hay mucha gente y va a ser hermoso ir por la 9 de Julio a fondo y en contramano! (risas). Va ser muy lindo y más siendo mi debut en TC 2000. Tengo toda la fe y la tranquilidad.
El Coro fue protagonista al entonar el Himno.
se hicieron presentes allí. De a poco, y mientras el show del Callejero ya estaba en su mejor momento, los autos se fueron ubicando en la línea de largada y se calculaba que eran 700 mil las almas que estaban ubicadas en las calles para ver la gran carrera, a pesar del calor y del fuerte sol que se había instalado definitivamente para acompañar el ánimo del día. Cada una de las marcas auspiciantes tuvieron la oportunidad de llevar diez invitados al Grid Show, un acercamiento especial con los vehículos estrella de la jornada. Federico Sturzenegger, Presidente del Ciudad, y Juan Curutchet, Vicepresidente, compartieron el momento con sus hijos y también los acompañaron Gabriel Roullet, asesor de Presidencia; Capria; Aranguren y Frigerio. Unos minutos más tarde, a unas dos cuadras de allí, el podio con la imponente imagen del Obelisco detrás, pasó a ser escenario principal y a lo largo de la 9 de Julio y más allá, se escuchó el Himno Nacional Argentino, entonado por el Coro del Banco, que pudo ser seguido por toda la gente de los paddocks, y que pudo verse, incluso, por la televisión. Con la última estrofa concluida, ahí sí los motores empezaron a rugir, la bandera de largada comenzó a flamear y la gente enloqueció. Durante casi una hora, el ruido ensordecedor de los V8 fue la banda de sonido, y el lado de los paddocks que daba a la pista, no tenía un solo claro porque todos estaban encimados para ver pasar los autos. Cuando alguno debía ingresar a boxes, entonces los invitados sacaban su cámara de fotos y corrían al otro lado para ver pasar al bólido de cerca. Pasados unos minutos de las dos de la tarde, Mariano Werner cruzó la línea de llegada y la bandera flameó para consagrarlo ganador. En los boxes de Toyota, todos gritaron y se abrazaron eufóricos, mientras la gente en la calle no paraba de aplaudir. Detrás de él llegaron el Brasilero Carlos Caca Bueno y Jorge Trebbianni, ambos con sus Ford Focus. El desembarco en el podio fue todo alegría y cada uno de ellos recibió un pequeño obelisco para no olvidarse nunca que el Callejero de Buenos Aires era de ellos. Curutchet fue el representante del Banco que subió para entregar la placa a la escuderia ganadora, y después del baño de champagne correspondiente, la locura del mar de gente que había alrededor, obligó a los ganadores a subirse a un coche bomba para poder llegar a la conferencia
Fuerte presencia El paddock del Ciudad fue, no sólo el más concurrido según los propios organizadores, sino también el único que tuvo entretenimiento para quienes lo visitaron, con los dos simuladores de manejo que no se desocuparon ni un segundo en los dos días del evento. Durante ambas jornadas los asistentes pudieron disfrutar del muy buen catering y recibieron un llavero y una gorra que fue de las más vistas. Unos metros antes, la carpa del Banco recibía a todos para que se lleven su foto de souvenir, y nadie se quiso ir sin su instantánea tuerca. Por si fuera poco, el Edificio del Plata con el enorme cartel de The Wall también quedó como postal obligatoria y muy repetida, y arriba de él, el reloj del Banco que ya es un clásico.
Súper TC2000
Súper TC2000
Bendita tú eres
Máxima Velocidad con el obelisco como testigo.
de prensa, custodiados de cerca por Tango, el perro bombero. Espectadores, técnicos, organizadores, invitados y todos lo que estaban allí, mostraban una alegría de esas que suele despertar el automovilismo en nuestro país, y poco parecía importar si quienes habían triunfado eran de tal o cuál escudería, lo que realmente importaba era esa fiesta vivida. Werner hablaba con los ojos bien brillantes de alegría. “Fue la mejor victoria de mi vida. Felicito a quienes se hicieron presentes, nunca viví lo que hoy en la vuelta de honor, con tanta gente, tantas tribunas repletas, tantos gritos. Era un sueño correr acá y ganar un callejero”, y luego bromeó con la posibilidad de que le lleguen boletas por ir a 250 kilómetros por hora en plena 9 de Julio y en contramano. A su lado, el garoto Bueno expresaba que “es lo mismo de siempre, una alegría, es fantástico. No hay lugar en el mundo que se comparta tanta pasión por el automovilismo, que se junte tanta gente con alegría en los ojos. Yo competí por todos lados en el mundo y no se ve en otro lugar. Nosotros tres estamos en el podio de una carrera histórica, en pleno centro de una de las capitales más importantes del mundo, con el Obelisco al lado, en esta avenida tan característica. Es algo que va a seguir en nuestro recuerdo cuando uno mire para atrás, en unos años. No importan los problemas que pudieron haber, importa lo que fue hoy, la cantidad de gente que se acercó y que vuelve a su casa con la alegría de haber estado un día en familia, trayendo a los chicos a mirar los autos de carrera”. Por su parte, Trebbiani también se sumaba a la alegría y pedía que “lo que habría que corregir para el próximo callejero, es que habría que hacerlo más largo, para que entre más gente aún, porque todo quedó chico”. Los pilotos continuaban con su emoción y se sacaban las fotos finales con sus pequeños obeliscos, cuando el reloj marcaba las tres de la tarde. El sol seguía brillando mientras en la calle un señor le pedía a uno de los hombres de seguridad, que lo deje pasar para poder mostrarle los autos a su hijo. Las banderas de las marcas continuaban flameando y la alegría no se terminaba. Otro sacaba fotos para inmortalizar ese momento en que el centro de la Ciudad había cambiado completamente de cara y su espíritu se había vuelto enteramente fierrero.
Mariano Werner quedó en la historia del Turismo Competición 2000 al festejar en lo más alto del podio del circuito callejero de Buenos Aires, en lo que fue la primera competición realizada en pleno centro porteño. A lo largo de 36 vueltas, los pilotos contaron con la posibilidad de tener al Obelisco, el Teatro Colón, la Cátedral, la Plaza de Mayo y el Cabildo como escenografía. Cristian Ledesma, que había conseguido la pole position y había arrancado primero en la largada, tuvo inconvenientes en la primera vuelta con su Chevrolet Cruze y tuvo que entrar a boxes, lo que le impidió estar en los primeros lugares. En la quinta vuelta tuvo que abandonar Matías Rossi –último campeón de la categoría que había ganado en la primera fecha de la temporada–, porque salía fuego del motor de su Toyota Corolla. Agustin Canapino, por su parte, dejó la competencia en el decimotercer giro, y un rato antes lo había hecho Gabriel Ponce de León. Para José María Pechito López, la carrera se terminó en la decimonovena vuelta, cuando estaba tercero y a la expectativa, pero tuvo problemas con la caja de cambios, y luego se quedó afuera Leonel Pernía, que estaba cuarto, porque su Renault Fluence levantó temperatura. Facundo Ardusso largó tercero al mando del Peugeot 408, pero tomó la punta en la segunda vuelta y dominó con cierta comodidad hasta que la carrera se interrumpió en la vuelta 28, cuando su caja de velocidades se quedó trabada entre primera y segunda, y tuvo que dejar pasar a Mariano Werner y los demás perseguidores. En las últimas cuatro vueltas, la pelea quedó reducida a Werner y el brasileño Carlos Bueno, que atacó constantemente con su Ford Focus para tomar el primer lugar, pero el piloto de Paraná, de apenas 23 años, se quedó con el triunfo, el cuarto en la categoría.
Súper TC2000
Súper TC2000
Caricias de asfalto Promedio del ganador: 112,667 km/h
Récord de vuelta: Ardusso, Peugeot 408 1m.52s.586/1000 Promedio de 128,760 km/h
Resultados de la Carrera 1 Mariano Werner
Toyota Corolla
51m.40s.099/1000
2
Carlos Cacá Bueno
Bra/Ford Focus
571/1000
3
Jorge Trebbiani
Ford Focus
2s.348/1000
4
Néstor Girolami
Peugeot 408
2s.650/1000
5
Mariano Altuna
Renault Fluence
4s.417/1000
6
Matías Muñoz Marchesi
Peugeot 408
5s.752/1000
7
Daniel Belli
Chevrolet Cruze
7s.928/1000
8
Guillermo Ortelli
Renault Fluence
8s.360/1000
9
Ignacio Char
Toyota Corolla
14s.457/1000
10 Facundo Ardusso
Peugeot 408
36s.096/1000
Y
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METAL .G ezequiel arias, sucursal13
Ezequiel tiene 27 años, entró al Banco hace seis y trabaja en la caja de la Sucursal 13. Amante del heavy metal y la guitarra, su pasión por la música se inició en plena adolescencia, en épocas en las que resignó viajes de egresados a cambio de violas. Hoy, a más de diez años de aquellas historias, está en pleno ascenso con Clay, su banda que no para de cosechar elogios, y por si fuera poco fue confirmado como integrante de Plan 4, un peso pesado de la escena heavy local.
Cbu: ¿Cómo comienza tu historia con la música? Ezequiel Arias: Empecé a los catorce años porque un amigo del colegio tenía una familia donde todos eran músicos y así me empezó a llamar la atención, así que arranqué escuchando y enseguida me puse a tocar y estudiar guitarra. Lo primero que escuché fue a los Rolling Stones, Hermética y 2 minutos, una mezcla rara. Después me fui definiendo con los gustos. Cbu: ¿Y por dónde seguiste? E: En realidad lo que me pasó y me pasa, y creo que a los músicos en general, es que al tocar un instrumento, me llama más la atención lo más complejo técnicamente hablando. El heavy y el metal son, en general, más enroscados y así empecé a meterme con esos ritmos. Además mi amigo también escuchaba esa música así que todo se dio. Después comencé a estudiar en el Conservatorio y le paré más la oreja a la música clásica, el jazz y el blues. Cbu: ¿Cuál fue tu primer guitarra? E: Una clásica sin trastes que la pague, literalmente, diez pesos. Obviamente no pude estudiar mucho con ella pero me sirvió para aprender los primeros acordes. Después vino una eléctrica que la conseguí sacrificando el viaje de egresados de séptimo grado, porque le pedí a mi papá que me la regale en lugar de ir. Lo mismo pasó en la secundaria, porque ahí también preferí una guitarra en lugar de irme a Bariloche. Cbu: ¿Estando en el Conservatorio fue que definiste qué tipo de música querías hacer? E: En realidad ahí se ve música contemporánea, pero yo lo hice porque mi idea principal era saber de música. Evidentemente mi estilo era otro, pero quería tener el conocimiento general de lectura, solfeo, partitura, y eso me ayudó mucho a entender la música desde otro punto de vista. Termine los tres años y me recibí de profesor, pero no me dediqué a eso, aunque inconscientemente lo aplico. Siempre que hice música, hice este estilo, siempre que compuse, compuse música pesada. Cuando
yo me siento con mi instrumento, pero no pensado en la banda ni para componer, sí me encuentro en otros estilos, porque la guitarra cumple una función específica para el metal, pero solo si me dan ganas de hacer otras cosas. El blues es lo que más disfruto como violero en sí, pero para mí, en casa. Cbu: ¿Tu guitarra es protagónica o suena más de fondo y acompañamiento? E: En las dos bandas hay una sola viola, por lo que si o si es protagonista, y más en un estilo como el que hacemos, donde se escucha mucho. Yo no soy de hacer solos, porque lo que fuimos componiendo no lo necesita, pero cuando es el momento de tomar mi parte del escenario, lo hago. Cbu: ¿Qué músicos te gustan? E: Uno de los más grandes para mi es Steve Vai, creo que es una especie de Mozart actual, no hay nadie como él. Es un distinto, porque tiene la capacidad de reproducir lo que se le pasa por la cabeza en el momento, y además me gusta porque si bien la banda es él, le da un lugar a los demás músicos. Yo no soy de escuchar muchos violeros solistas, sino dentro de grupos. Me gusta mucho John Petrucci, Matías Eklhund. De acá hay algunos que me gustan pero que no voy a ver, como Luis Salinas o Javier Malosetti. En bandas, soy enfermo de Metallica y también me gustan Opeth o Dream Theatre, de las de afuera. En locales, hay una de Mar del Plata que se llama 6 dedos, que es de las pocas que realmente me gusta lo que hacen y también A 5 pasos, ambas del under, porque sinceramente de lo que está arriba no tengo con quien sentirme identificado. Hay un violero que toca un montón de estilos que se llama Guthrie Govan que me gusta muchísimo, también elijo a Stevie Ray Vaughan, y a Jimmi Hendrix por supuesto, porque cambió la historia del rock. Cbu: ¿Sos de ir a recitales? E: La verdad que no, aunque hay algunos que son infaltables. Fui dos veces a ver a Roger Waters, y si viene Metallica voy los días que toque. Pero la verdad es que no me
bastante pesados, entonces es más difícil, aunque creo que a la larga es mejor porque es más genuino, pero a la gente le cuesta identificarse. En cambio, con Plan 4 es distinto, porque yo tengo que componer, ensayar y tocar, ellos ya están organizados, los shows se venden y no me preocupo por otra cosa. Ellos ya tienen sus años de remarla, tienen giras encima, y varios discos editados. Cbu: Eso debe ser bastante enriquecedor, te permitirá ver desde otro lado cómo es el trabajo con una banda ya más afianzada. E: Si, yo estoy aprendiendo muchísimo, viendo cómo se manejan, qué arreglos hacen. Es increíble porque, por ejemplo, yo nunca fui al interior y con Plan 4 ya tenemos una gira armada por varias ciudades. Cbu: A su vez todo eso lo tenés que integrar
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LUCHANDO
por el
gustan mucho los estadios para ver una banda, es caro, se pierde el sonido, el clima, se ve mal. No me llama la atención. Iron Maiden fue de los primeros recitales que vi en mi vida. Hay bandas como Rage Against The Machine o Radiohead que me fascinan pero no me va verlos en un estadio, no me da. Cbu: ¿Cómo está conformada Clay, tu banda actual? E: Somos cinco: Martin Merayo es el bajista, mi amigo con el que comencé a escuchar música, que es director de orquesta, y además toca metal pesado con nosotros; Federico Rojas es el tecladista que tocaba en mi primer banda, cuando yo tenía unos quince años y con quien siempre quede musicalmente unido; Alejandro Ulrich en la batería; Juan Pablo Salinas en la voz y yo en la guitarra.
Lo que hacemos con Clay es bastante personal porque para ser bien heavys somos algo livianos, pero para ser más roqueros, somos bastante pesados, entonces es más difícil, aunque creo que a la larga es mejor porque es más genuino, pero a la gente le cuesta identificarse.
Además, hace poco me llamaron para quedar oficialmente como guitarrista de Plan 4, que es otra banda bastante importante del género. Cbu: ¿Cómo combinás el trabajo con las dos bandas? E: Es bastante demandante porque son dos cosas distintas. En mi banda soy uno de los que compone, pero además organizo, hay que armar las fechas y estamos remando porque somos una banda under, por lo que todo se hace muy a pulmón. Cuesta hacer rock pesado porque no tiene, y creo que nunca va a tener, la masividad del rock and roll. Lo que hacemos con Clay es bastante personal porque para ser bien heavys somos algo livianos, pero para ser más rockeros, somos
a tu trabajo en el Banco, ¿cómo lo hacés? E: Yo salgo de acá y estoy ahí, metido en eso. Ensayo tres veces por semana y los fines de semana toco. Las fechas tratamos de armarlas para que no tenga que pedirme muchos días porque el trabajo hay que cuidarlo, pero si es necesario, me tomo algún día de vacaciones. Se puede, y aunque a veces es cansador, estoy feliz. Cbu: A la hora de componer, ¿en qué te basas? E: Lo único que me inspira es la música. No me pasa eso de que está lloviendo y sale un tema de eso, o que me pelee con mi novia y me sale una balada de amor, a mí lo único que me genera cosas es la misma música. Me
pasa muy seguido que pongo un disco que me compré y me rompe la cabeza, y el instinto me lleva ahí. Sin robar, claro, pero sí como inspiración, como generador de sentimiento. Cbu: De esos discos cruciales, ¿cuáles fueron los últimos que te acuerdes? E: Unseen de The Haunted, una banda sueca muy buena; Watershed de Opeth; y los últimos de Dream Theatre y Lamb of God. Pero no mucho más, porque no es muy fácil encontrar un disco que me parta la cabeza. Cbu: ¿Qué crees que le falta a Clay? E: Difusión. Y no quiero pecar de soberbio ni agrandado, pero creo que tenemos todas las herramientas para que la cosa funcione. Somos muy comprometidos con la música, no hacemos cualquier cosa sino que tiene un sentido y una razón de ser, y se desarrolla desde ahí. Todos laburamos en pos de la banda y estamos muy bien equipados porque la idea es que sea algo serio. Grabamos con gente muy importante como Andres Giménez, por ejemplo. Por eso creo que falta llegar masivamente a la gente. A la larga, encargarte de todo es muy difícil y por eso muchas bandas no llegan, acá para que una banda sea reconocida, en promedio, necesita diez años, y eso se ve con muchos grupos. Nosotros estamos tratando de relajarnos y disfrutar sin pensar tanto en pegarla, porque sino eso te come la cabeza. Si se pierde eso ya está. Cbu: ¿Cuál fue el mejor show que recuerdes? E: Uno donde fuimos únicos soporte de Disturbed, que es una banda de Estados Unidos muy reconocida, en El Teatro de Flores. Ahí se dieron un montón de cosas como tocar 45 minutos, que es algo raro para una banda telonera, y la gente estaba prendida fuego. De hecho, a muchos le gustamos más que la banda principal. A raíz de eso vinieron un montón de cosas para la banda, nos vió gente de Much Music que hizo una muy buena crítica y así en un montón de revistas y nos propusieron como disco del año con bandas como Catupecu Machu, Las Pelotas, Babasónicos o Dread Mar I. Para nosotros llegar a eso ya era mucho y nunca se nos ocurrió que podíamos ganar. Después la revista Headbangers que es muy representativa del género, nos postuló como banda revelación y quedamos ahí nomás del podio, con grupos muy grandes, y después fue la gente la que votó y salimos como una de las mejores bandas en vivo. A raíz de ese show, entonces, vinieron un montón de cosas. De a poco nos fuimos haciendo un nombre, tocamos con los grupos locales más importantes del género y hoy por hoy tenemos un nombre en la escena pero falta ese empujón como para ser un poco más masivos, que podamos autoabastecernos •