Título: Organizaciones de migrantes y sus relaciones con los gobiernos locales de sus. Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. El Salvador

Título: Organizaciones de migrantes y sus relaciones con los gobiernos locales de sus lugares de origen Escrito por Xiomara Peraza Universidad Centro
Author:  Marta Hidalgo Rico

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Título: Organizaciones de migrantes y sus relaciones con los gobiernos locales de sus lugares de origen

Escrito por Xiomara Peraza Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. El Salvador.

Septiembre de 2006 Cocoyoc, Morelos

Resumen Esta investigación se planteó dar una contribución al tema del transnacionalismo político con énfasis en las diferencias subnacionales, regionales y municipales en comunidades que han atravesado situaciones de conflicto y posconflicto.

Una revisión de literatura estadounidense hecha para este estudio reveló que el contexto subnacional del fenómeno estaba relativamente inexplorado. Los análisis sobre la formación de organización de migrantes exploraban algunas de sus determinantes, por ejemplo: los contextos de salida y de recepción, la historia migratoria, el capital social de los migrantes y los vínculos que los unen a sus países y lugares de origen, entre otros.

Sin embargo, muchos de esos elementos no fueron estudiados en contextos subnacionales y tampoco se investigó la particularidad y la variación de las zonas en las cuales migrantes y no migrantes habían experimentado años de conflicto civil. Ante ese vacío (y con sus propias limitaciones), este estudio se limitó a lo subnacional y examinó cuatro municipios salvadoreños

con alto nivel de recepción de remesas: Nueva Concepción, San Antonio Los Ranchos, San Isidro y Santa Elena.

Este artículo profundiza en un eje de análisis: el de la tradición política organizativa en los municipios estudiados y la influencia de la guerra civil salvadoreña en la forma en que evolucionó el fenómeno migratorio en estas zonas. Entre mis hallazgos, se reveló la importancia de analizar los escenarios políticos locales (preferencias y afinidades partidarias) en situaciones de conflicto y posconflicto, pues puede ser útil para comprender de relaciones transnacionales colectivas en el plano local.

Palabras clave: transnacionalismo político, asociaciones de migrantes, gobiernos locales, conflicto, posconflicto. Introducción En Latinoamérica, solo dos países, entre los muchos que “exportan” mano de obra a los países desarrollados, han logrado consolidar fuertes organizaciones de migrantes que contribuyen con sus lugares de origen: México y El Salvador. La particularidad de estos dos casos ha llamado la atención no solo de académicos sino de organismos internacionales de cooperación sobre este tipo de formaciones (también llamadas comités de oriundos, asociaciones de migrantes en el exterior, clubes, etc.). Este es un tema importante en el área del transnacionalismo político por las redes que esas organizaciones han desarrollado con sus comunidades de origen en forma individual y colectiva, y con las autoridades locales. Según el ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, en 2006, había más de 300 organizaciones de salvadoreños en Estados Unidos. Las cifras de Cancillería también hablan de 2.9 millones de nacionales residiendo en el exterior, quienes representan más del 30 por ciento del total de la población.

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Mi ponencia se plantea dar una contribución al tema del transnacionalismo político con énfasis en las diferencias subnacionales, regionales y municipales en comunidades que han atravesado situaciones de conflicto y posconflicto. Está basada en una investigación que realicé para mi maestría y que terminé en febrero pasado.

Una revisión de literatura estadounidense hecha para este estudio reveló que el contexto subnacional de ese fenómeno era un campo relativamente inexplorado. Los análisis encontrados sobre las formas de organización transnacional de migrantes exploran algunas de sus determinantes, por ejemplo: los contextos de salida y de recepción, la historia migratoria, el capital social de los migrantes y los vínculos que los unen a sus países y lugares de origen, entre otros. Sin embargo, se notaba que muchos de esos elementos no habían sido estudiados en contextos subnacionales y tampoco se había investigado suficientemente la particularidad de las zonas en las cuales tanto la población migrante como la no migrante habían experimentado años de conflicto civil. Ante ese vacío (y reconociendo la importancia de que un estudio como este incluya elementos no solo del país de origen sino también del de destino1), este proyecto se limitó a lo subnacional, para lo cual se condujo un análisis comparativo en cuatro municipios salvadoreños con alto nivel de recepción de remesas (Nueva Concepción, San Antonio Los Ranchos, San Isidro y Santa Elena).

El trabajo intentó aproximarse al componente doméstico de las políticas dirigidas hacia los migrantes salvadoreños, centrándose en el papel de los gobiernos municipales y de los grupos de migrantes organizados, principalmente basados en Estados Unidos. Otro elemento importante de este estudio fue la consideración de diferencias entre áreas (municipios) que varían en términos

1

La información sobre el país de destino se recogió en estudios ya escritos y fue imposible ir a las fuentes primarias por falta de recursos.

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de su nivel y tipo de organización política durante y después de la guerra civil; sus niveles de migración internacional; la concentración de su población en distintas zonas de Estados Unidos; y los tipos de relaciones entre los gobiernos locales y las organizaciones de migrantes.

Basada en la literatura revisada, esta investigación se planteó los siguientes objetivos: i.

Identificar factores determinantes que promueven o inhiben el desarrollo de lazos transnacionales colectivos como los de las asociaciones de migrantes. Esto implicó considerar lo siguiente: a. El volumen y la historia temporal migratoria b. La concentración y establecimiento de los migrantes en ciertas ciudades estadounidenses para que las redes se desarrollen c. El tamaño de las poblaciones en los lugares de origen d. Inmigración, lugar de nacimiento y pertenencia territorial

ii.

Señalar algunos factores que pueden explicar la existencia o ausencia de fuertes lazos entre los migrantes organizados y las autoridades de sus pueblos de origen. Esto implicó considerar lo siguiente: a. El impacto de la guerra civil y su etapa posterior (incluyendo el nivel de conflicto político interno dentro de la comunidad y de confianza mutua) b. La organización política c. Las tendencias y afinidades partidarias

Caracterizar y comparar el transnacionalismo en contextos subnacionales muy particulares con significativos índices migratorios hacia Estados Unidos puede ayudarnos a explicar por qué las iniciativas transnacionales entre migrantes y sus comunidades de origen se convierten en redes colectivas complejas en ciertas áreas y en ciertas circunstancias, mientras no es así en otras. 4

Migración y transnacionalismo En las poblaciones afectadas por la migración internacional surgieron formas de organización que seguramente no estaban contempladas dentro de la dinámica capitalista. Una de las premisas de este estudio es que, hasta cierto punto, los migrantes y sus prácticas transnacionales tanto individuales como colectivas revelan una activa (aunque discutible) adaptación a esta nueva y aún en progreso fase del capitalismo: la globalización. Portes y sus colegas describen este fenómeno en los siguientes términos:

“En las condiciones establecidas por el capitalismo global en el presente, la movilización de redes sociales involucradas en proyectos transnacionales ofrece una opción superior a los trabajadores del Tercer Mundo y a los inmigrantes. Esto es así porque la viabilidad de sus actividades no depende de incómodas alianzas legales o de la voluntad de algún funcionario público, sino más bien de las habilidades de los individuos y de la activación de su capital social” (1999, 230)2. Los estudios transnacionales se han encargado de explorar algunas aristas de este fenómeno3. Entre otros elementos, se ha observado cómo los movimientos de personas a través de las fronteras han creado diferentes tipos de remesas, que tienen mucha importancia tanto en los países de recepción como en países expulsores de migrantes (Levitt, 1998; Goldring, 2003). Los puntos de vista sobre el papel de estas formaciones y su capacidad de agencia puede diferir de un autor a otro (Glick Schiller y Fouron, 1999; Mahler, 1998; Landolt et al., 1999; Delgado y Rodríguez, 2001; Smith, 2003; Paul y Gammage, 2004), pero hay cierto consenso en cuanto a los espacios que han abierto las redes transnacionales para individuos y movimientos sociales, los cuales ahora ocupan lugares importantes en sus países de origen y en los de recepción.

2

A partir de aquí, las citas provenientes de documentos en inglés son traducción de la autora. Para una discusión conceptual más amplia sobre “transnacionalismo” en el área de la migración internacional, ver “Theoretical and empirical contributions. Toward a research agenda for transnationalism” de Sarah Mahler (1998). 3

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Las prácticas transnacionales de los migrantes son ya consideradas un elemento importante en el complejo proceso generado por la globalización del capital y la fuerza laboral. La existencia de estas prácticas entre los migrantes es un aspecto central de este ensayo y, en esta sección, se exploran algunos aspectos teóricos que ayudarán a entenderlas. En general, se definen como las actividades que ocurren a través de las fronteras nacionales y requieren una periodicidad regular, así como esfuerzos considerables de los participantes (Portes, 1999, 464).

Ha habido un esfuerzo teórico bastante significativo por definir más claramente tipos, formas e intensidades de los compromisos transnacionales, a fin de establecer las bases de su estudio (Smith, 2003; Portes et al., 1999). Itzigsohn et al. (1999) propone dos formas de “transnacionalidad”: amplia (broad) y estrecha (narrow), dependiendo de la intensidad regular o esporádica de los movimientos e intercambios físicos, su alto o bajo nivel de institucionalización y su constante u ocasional involucramiento personal. Portes y sus colegas las clasifican de acuerdo a su principal meta o función: económica, política, cívico-social y cultural (Portes et al., 1999, 324).

Otro aspecto importante para la caracterización de las prácticas transnacionales ha sido pensar en que la existencia de un flujo continuado y en grandes números de migrantes no significa que los lazos transnacionales definidos arriba necesariamente van a surgir ni desarrollarse. Su conclusión está basada en el estudio de los inmigrantes colombianos en Nueva York y en Los Ángeles. Guarnizo y sus colegas afirman que “las relaciones y actividades transnacionales no siguen un sendero lineal y no son necesariamente ni inevitablemente un proceso progresivo” (1999, 391). Los efectos de los procesos transnacionales, dicen los autores, deben considerar la combinación de varios factores grupales y contextuales. El presente estudio explora algunos de esos factores. En particular, se enfoca en la localidad de origen, las condiciones en las que los 6

migrantes salieron de su país de origen y las relaciones entre gobiernos locales y migrantes, incluyendo afinidades o discrepancias políticas.

Guarnizo et al. (1999) sugieren una aproximación más general y se concentran principalmente en las condiciones del nivel estatal tanto de países expulsores como receptores de migrantes. Sin embargo, este análisis quiere explicar el nivel local y la participación de dos actores: el gobierno municipal y las asociaciones de migrantes. El objetivo aquí es hacer un estudio comparativo de distintas comunidades adonde se puede observar resultados muy distintos en términos del surgimiento o ausencia de prácticas transnacionales de los migrantes en el nivel colectivo. Además, se intenta explicar la variación en los tipos de relaciones (si existen o no, su debilidad o fuerza), que se han desarrollado entre autoridades locales y migrantes organizados.

Transnacionalismo político y su transversalidad Aunque el énfasis de este estudio es el transnacionalismo político, es inevitable hablar de otros tipos de transnacionalismo, como el económico. Es importante entender esto porque el mismo concepto del “campo social transnacional” (transnational social field) engloba procesos sociales, económicos y políticos, que permiten la participación de los migrantes en distintos escenarios transfronterizos (Glick Schiller y Fouron, 1999). Esto significa que diferentes formas de transnacionalismo están relacionadas en distintos grados. Habría que reconocer que esas conexiones sirven para entender la llamada esfera transnacional de acción social (transnational sphere of social action) como un proceso dialéctico, una proposición formulada por Landolt et al. (1999). Ver las formas en que diferentes tipos de transnacionalismo interactúan nos permite apreciar, por ejemplo, cómo las prácticas transnacionales económicas se traducen en una influencia política o cultural en ciertas condiciones y contextos.

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El argumento aquí es que las actividades de las asociaciones de migrantes son un buen ejemplo de la forma en la que las prácticas transnacionales trascienden un solo campo para extenderse a otros de la sociedad. Estas organizaciones son generalmente creadas por los migrantes para cooperar con sus pueblos de origen. Empiezan como contribuyentes económicos y frecuentemente se convierten en actores importantes en la estructura política local, ya sea que establezcan o no relaciones formales con las autoridades de los municipios o con otras entidades no gubernamentales. En consecuencia, lo que pudo haber iniciado como una práctica transnacional económica pasa a ser una política.

Progresivamente, la influencia de estas organizaciones de migrantes aparece en distintas áreas al mismo tiempo (cultural, religiosa, etc.). Dada esta conexión entre las prácticas transnacionales, aquí se considera que las remesas colectivas y las relaciones entre los migrantes organizados y los gobiernos locales son aspectos que deben ser estudiados como transnacionalismo político (entre otros, ver Levitt, 1998; Goldring, 2003).

El transnacionalismo político se desarrolla con el tiempo, pero inicialmente aparece una red de contactos económicos en las primeras etapas del proceso migratorio (Portes et al., 2001). Portes y sus colegas definen las prácticas políticas transnacionales como aquellas que tienen componentes en el país de recepción (en este caso, Estados Unidos) y en el de origen. En este último, se observa el ejercicio de una membresía transfronteriza en los partidos políticos locales y la participación en comités cívicos de sus pueblos de origen, así como en las campañas políticas de los mismos.

Itzigsohn (2000) estudió el transnacionalismo político entre los inmigrantes dominicanos, haitianos y salvadoreños en Estados Unidos, y las iniciativas de sus gobiernos en los países de 8

origen para crear lazos mutuos. Su tesis es que el transnacionalismo político requiere el examen de las formas institucionales y los intereses que lo promueven. Él observó el siguiente patrón: “El Estado y los partidos políticos (y en algunos casos grupos de la sociedad civil) en la búsqueda de la lealtad y los recursos económicos de los migrantes tendrán que abrir el campo político a las voces de estos. El grado de apertura de la esfera política (por ejemplo, el reconocimiento de la doble nacionalidad y la extensión de derechos políticos a los migrantes) dependerá de las configuraciones particulares y la fuerza de estos tres grupos” (Itzigsohn, 2000,1149).

Este estudio se centra en las estrategias adoptadas por los migrantes para participar políticamente en sus países de origen. En parte, el interés aquí está en analizar la forma en que las iniciativas transnacionales mejoran o intentan mejorar los niveles de vida de los habitantes de sus comunidades de origen (Østergaard, 2003, 763). Sin exagerar la importancia de estas contribuciones, Østergaard reconoce que el alto potencial de las actividades de los migrantes para promover el desarrollo y “empoderamiento” de sus comunidades, así como el cambio político. También advierte que el que se haga mucho énfasis en el papel de las organizaciones de migrantes puede llevarnos a una “comprensión prejuiciada del grado de involucramiento de la población migrante en general” (Østergaard, 2003, 780).

Una aproximación a las asociaciones de migrantes salvadoreños Según el informe de 2005 del PNUD sobre El Salvador, la migración internacional ha generado diversas dinámicas locales (tan diversas como sus 262 municipalidades). Las asociaciones de migrantes, por ejemplo, son bastante heterogéneas en términos de su capacidad organizativa en los Estados Unidos y de su habilidad para conducir iniciativas en sus lugares de origen (Paul y Gammage, 2004). Aún así, ellas han hecho importantes contribuciones en pueblos específicos en su infraestructura y en sus necesidades tanto humanitarias como sociales. La clave, según el PNUD, está en coordinar a los grupos de migrantes organizados con las instituciones locales, de 9

tal manera que la sostenibilidad del proceso de desarrollo pueda ser garantizada y que se evite la dispersión de esfuerzos. Procesos ‘translocales’, participación y negociación, dice el PNUD, son necesarios para lograr que estas iniciativas de remesas colectivas funcionen.

El presente estudio no cuestiona el potencial de estas redes transnacionales para el desarrollo local de las comunidades con altos índices de migración hacia Estados Unidos. Me atrevo sí a matizarlo, porque hasta hoy no existen investigaciones que demuestren un cambio significativo, sostenido y comprobado en la calidad de vida de esos pueblos4. Tal vez se observan señales de que no hay retroceso en los niveles de vida de esas poblaciones salvadoreñas, es decir, las remesas (sean individuales o colectivas) ayudan más bien a sostener la situación de muchas familias o a proveerlas de lo estrictamente básico. Por esto mismo, se hace necesario el estudio de comunidades específicas, a fin de se puedan identificar con más precisión las incidencias que las aportaciones de grupos como los migrantes organizados están teniendo.

Uno de los argumentos aquí es que las relaciones entre gobiernos locales y asociaciones de migrantes deberían ser estudiadas tomando en consideración detalles y circunstancias particulares al nivel de cada comunidad o municipio para entender qué es lo que permite el surgimiento o ausencia de este tipo de relaciones y de formaciones. Al observar condiciones específicas en municipios muy concretos, se podría concluir que no es enteramente necesario identificar patrones en este análisis. Nuestra atención debería fijarse en las condiciones históricas y coyunturales de cada proceso que se está desarrollando o se desarrolló en el contexto subnacional.

4

No hay datos que lo atestigüen en investigaciones tales como las de Popkin, 1997; Paul y Gammage, 2004 o Lungo et al., 1996.

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Muchos teóricos han confirmado la existencia de variación en los niveles de localidades y modalidades de involucramiento entre las poblaciones migrante y la no migrante en El Salvador (entre otros, se recomienda ver Popkin, 1997; Landolt, 2003; Andrade y Silva, 2003; Paul y Gammage, 2004). Sin embargo, no existen muchos análisis comparativos para explicar esa variación. Además, aún al considerar los factores explicativos de la misma, la política no ha sido tomada en cuenta lo suficientemente. Como entidades relacionadas con el desarrollo de sus lugares de origen, a las asociaciones de migrantes salvadoreños se les atribuye cierta “neutralidad política” (una aseveración que los resultados de este estudio ponen en cuestión, pero se discute más adelante), En palabras de Popkin, “Las asociaciones de residentes salvadoreños, por otro lado, son organizaciones no afiliadas políticamente, cuyos objetivos de desarrollo no están atados por las directivas de ninguna fuerza política dentro del país de origen” (Popkin, 1997, 227).

Popkin asevera que, al no ser políticos, estos grupos han sido capaces de conservarse independientes y han construido alianzas con distintos sectores en El Salvador, lo cual es relativamente cierto, pero, como se verá en otras páginas de esta ponencia, habría que destacar algunas tensiones que se generan precisamente por las afinidades (no afiliaciones) políticas en algunos lugares entre migrantes y no migrantes.

Popkin razona que los comités han logrado influenciar sus comunidades de origen por medio de su colaboración con funcionarios municipales y, en parte, esto fue el resultado de la democracia alcanzada en los tiempos de posguerra en El Salvador. El autor argumenta que en Guatemala no se ha visto este tipo de formaciones de migrantes porque no se ha llegado al mismo desarrollo democrático en el vecino país. Mi estudio cuestiona esa explicación porque es demasiado ambigua y general, y además porque se refiere a condiciones nacionales y no a circunstancias

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locales, municipales, las cuales son esenciales en este análisis y han cambiado considerablemente desde que Popkin hizo su estudio en 1997.

Paul y Gammage (2004) investigaron por qué las asociaciones de migrantes de salvadoreños habían surgido en Washington, DC, y el papel que estaban jugando en el desarrollo de sus pueblos de origen. Las autoras intentaban estudiar lo que se ha llamado “remesas colectivas” (Goldring, 2004). Su punto de partida era que existían análisis muy pesimistas y muy optimistas sobre tales remesas. Se consideraban o bien generadoras de dependencia o bien se hacía énfasis en sus efectos multiplicadores de consumo. Paul y Gammage (2004) encontraron que los grupos de migrantes organizados aparecen y desaparecen frecuentemente, pero su número creció en los noventa (aunque la mayoría de estas organizaciones fueron fundadas por salvadoreños que salieron de su país huyendo de la guerra en los ochenta). Las autoras sugieren que los lazos políticos preexistentes son fundamentales en el estudio del desarrollo comunitario en El Salvador. Sin embargo, no incluyen explicaciones detalladas sobre tales lazos ni sobre su impacto en el tipo de relaciones que emergieron entre las organizaciones de migrantes y las autoridades municipales, por ejemplo.

Para profundizar en el tema, se argumenta aquí que es importante formular aunque sea explicaciones preliminares sobre ello. Debe intentarse hacerlo porque gran parte de la literatura se ha enfocado en el nivel del gobierno central5, mientras los comités de pueblo han sido examinados en sus formas de operación interna o en cuanto a sus aportes económicos, sin poner mucha atención a las condiciones que permiten o bloquean el potencial de las redes transnacionales colectivas en las comunidades de origen de los migrantes. 5

Excepto por unos pocos estudios hechos en El Salvador (Blandón, 2002; Morales y Castillo, 2005; De León y Rodríguez, 2004) y en México (ver, por ejemplo, García, 2003; López et al., 2001; Moctezuma, 2003; Orozco, 2003).

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Estudio de casos: Nueva Concepción, Santa Elena, San Isidro y San Antonio Los Ranchos

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En la sección anterior, se vio cómo las organizaciones de migrantes se han convertido en entidades muy importantes en sus lugares de origen (PNUD, 2005; Paul y Gammage, 2004; Popkin, 2003; Andrade y Silva, 2003). No obstante, la información existente es insuficiente en términos de las explicaciones que se han dado sobre el porqué esas asociaciones emergen en unas municipalidades y en otras no, o por qué surgen relaciones entre ellas o no.

El objetivo aquí es familiarizarse con las formas en las que distintas comunidades (municipios) se relacionan con sus migrantes, y viceversa. Específicamente, se subraya en estas páginas el papel de uno de los componentes de las redes transnacionales salvadoreñas: las autoridades locales (representadas en la municipalidad electa) y las comunidades de origen de los migrantes (representadas en diferentes ADESCO6).

Usando muestreo intencionado, se seleccionaron cuatro municipalidades (ver Figura 1 y Cuadro 1): Nueva Concepción y San Antonio Los Ranchos (en Chalatenango), San Isidro (en Cabañas) y Santa Elena (en Usulután). En ellas realicé el trabajo de campo. También tomé en cuenta el resultado de otras investigaciones hechas en El Salvador sobre temas relacionados con mi estudio (Deleón y Rodriguez, 2004; Morales y Castillo, 2005)7. Ninguna de las dos se centró en las organizaciones de migrantes y sus relaciones con las autoridades municipales, y el esfuerzo comparativo fue nulo en una de ellas y muy débil en la otra. Sin embargo, algunos de sus resultados fueron retomados aquí de forma tal que los temas coincidentes fueron aislados y examinados a la luz de mis propios objetivos (ver Cuadro 2).

6

Asociaciones de Desarrollo Comunal (ADESCO), que trabajan cercanamente con las autoridades locales pero son elegidas en asambleas generales en cada cantón. 7 Deleón y Rodríguez (2004) condujeron un análisis en tres municipalidades distintas (San Sebastián, Suchitoto y Tejutla), a fin de examinar la contribución de los grupos de migrantes organizados al desarrollo de sus lugares de origen. Morales y Castillo (2005) estudiaron la relación entre la población migrante y un abanico de agentes comunitarios de Santiago Nonualco, y el papel de los primeros en el desarrollo local.

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Cuadro 1. Municipios donde se hizo trabajo de campo Municipalidad Recepción de remesas por hogar (%)* Asociaciones de migrantes en EEUU** Población*

San Antonio Los Ranchos 33.64

Santa Elena

San Isidro

18.57

38.46

No

CASE-LA, CASESan Francisco, CASE-central 15,464

ASINCA, ASIC, Llaneros Unidos

No

10,875

31,970

1,485

Nueva Concepción 39.57

*Fuente: Informe del PNUD, 2005. **Las existentes funcionan sobre todo en las cabeceras municipales, a excepción de Llaneros Unidos y de la organización de migrantes del caserío Potrero Sula de Nueva Concepción que no está registrada oficialmente, por lo cual no se incluye en esta tabla.

El cuadro de arriba muestra la heterogeneidad de los casos en términos del tamaño de su población y de la existencia o ausencia de un comité de oriundos en Estados Unidos. Lo que las hace similares, en cierta forma, es el porcentaje de recepción de remesas por hogar. Santa Elena es el que tiene el nivel más bajo en cuanto a remesas recibidas, pero constituye un caso interesante porque ha construido una de las asociaciones de migrantes más fuertes del país (CASE, Comité de Amigos de Santa Elena8). Este estudio considera diferencias subregionales tomando en cuenta cómo afectó a estas zonas la situación de conflicto y posconflicto en cuanto a las dinámicas migratorias que se desencadenaron. Las municipalidades seleccionadas fueron afectadas en grados y formas diferentes por la guerra civil y eso se reflejó en sus patrones migratorios y en el nivel de desarrollo local.

Los alcaldes de las municipalidades y algunos integrantes de las ADESCO de estas zonas fueron entrevistados (ver lista de informantes al final). De esta manera, se obtuvieron versiones informadas sobre la historia de los municipios y la forma en la que se estima la participación de los grupos de migrantes organizados. La información histórica se buscó en documentos y estudios ya publicados, porque se intentó rastrear cómo habían progresado las formas 8

CASE tiene tres filiales principales: una en San Francisco, otra en Los Ángeles y un comité de enlace en Santa Elena.

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transnacionales y la organización de las comunidades desde los años ochenta. La descripción, análisis e interpretación de esta investigación cualitativa no puede ser usada para hacer generalizaciones ni es válida para todos los municipios del país o de otros países. Sin embargo, los resultados son relevantes para entender la variación subnacional en el transnacionalismo político. Tampoco se propone aquí la existencia de procesos unicausales. Más bien, se entiende el transnacionalismo como un proceso dinámico y complejo y eso puede contribuir al conocimiento de lazos transnacionales muy particulares en situaciones muy específicas, como las de los municipios seleccionados.

Organización política, guerra civil y movimientos migratorios Antes de entrar en este tema, veamos algunas diferencias y similitudes identificadas entre las cuatro municipalidades en donde hice trabajo de campo y documental, y las otras estudiadas por otros investigadores previamente. Cuadro 2. Factores que afectan lazos asociaciones de migrantes/comunidades de origen Municipalidad

Existencia Lazos de de cooperación asociación* alcaldía – migrantes No No

Lazos partidarios migrantes – alcaldía Irrelevantes

Impacto directo de conflicto civil Poco

Membresía territorial

Migración local en tiempos de guerra Alta

Débil Nueva Concepción No Informales Amistosos Mucho Débil Alta San Antonio Los Ranchos Sí Fuertes Amistosos Periférico Fuerte Regular San Isidro Sí Fuertes Amistosos** Periférico Fuerte Regular Santa Elena No No Conflictivos N/D Débil Alta Santiago Nonualco Sí Fuertes Amistosos N/D N/D N/D Tejutla Sí No Conflictivos*** N/D N/D N/D San Sebastián Sí Fuertes Amistosos Mucho N/D N/D Suchitoto Basada en entrevistas propias, así como en Morales y Castillo (2005), y De León y Rodríguez (2004). *Referida a la existencia de una asociación de migrantes que ayude a suplir necesidades diversas del casco urbano municipal, excepto en el caso de Nueva Concepción en el cual sí se consideró el grupo de migrantes organizados del caserío Potrero Sula. **Fue conflictiva en el pasado, cuando un partido distinto ocupó la municipalidad. ***Fue amistosa antes, cuando un partido distinto ocupó la municipalidad.

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A continuación, se presenta el análisis de la información recopilada, según el siguiente criterio: organización política e influencia de la guerra civil en términos de los movimientos migratorios en las comunidades de origen.

Comparativamente hablando, San Antonio Los Ranchos se distingue de las otras municipalidades por su más alto nivel de organización política y social (Lungo, Serarols y Sintigo, 1997). Sin embargo, esos lazos que se desarrollaron en los ochenta no se han traducido en complejas redes transnacionales, al menos no han trascendido al nivel colectivo, como sí lo han hecho en otros lugares en donde la tradición organizativa no era tan fuerte.

Los informantes para este estudio hablaron de cierto debilitamiento en el desarrollo organizativo de San Antonio Los Ranchos, pero ellos mismos aceptaron que ese lazo aún juega un papel importante en la solución de los problemas económicos y sociales de sus habitantes. Wilber Mejía9, síndico de la directiva comunal de este pueblo, lo expresó así: “Primero, en Mesagrande [Honduras], por ser refugiados, todos nos venimos para acá organizadamente, nadie vino a la fuerza. Y aquí [El Salvador] estaba la guerra y tuvimos que organizarnos también porque una sola persona no hacía nada y venían los soldaos y se lo podían llevar y lo mataban, pero la misma gente se organizaba para ir al cuartel y ver qué sucedía; si había algún herido [por los combates] se tocaba la campana de la iglesia y toda la gente salía a ayudarlo. Así sucede hoy, el proyecto de agua lo hizo la misma gente porque era necesario. Pero la gente no pierde de vista lo pasado, hoy seguimos organizados pero no como antes. La gente se han hecho muy cómoda; sí participa, pero no como antes” .

La historia de la comunidad durante y después de la guerra civil ha generado lazos muy fuertes entre sus pobladores, lo cual se refleja en distintas formas, especialmente en lo político partidario (el alcalde José Serrano ha estado en el puesto desde 1997, respaldado por el FMLN). Este es un

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Entrevistado en septiembre 14, 2005.

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factor que podría haber establecido las condiciones para una armoniosa relación entre la población migrante (que empezó a salir de la comunidad a mitad de los noventa) y su lugar de origen, pues existen colaboraciones no solo al nivel familiar sino también con las autoridades municipales. Serrano enumeró varios proyectos comunitarios que han recibido ayuda monetaria de los migrantes: la reconstrucción de la iglesia, la introducción de alumbrado eléctrico a principios de esta década y el financiamiento de las fiestas patronales y el aniversario de la repoblación del lugar, entre otros.

En contraste, esa tradición de organización política no ha existido con esa fuerza en Nueva Concepción ni antes ni durante ni después de la guerra civil. En el casco urbano de esta población, los lazos transnacionales no han trascendido el nivel individual, familiar o de amistades. En la oficina del alcalde10, no se ha hecho nunca un esfuerzo por desarrollar relaciones con la población migrante, cuyo aporte ha sido esencial por años en el mantenimiento de la economía de muchos hogares. Las relaciones entre migrantes y autoridades no se han dado ni siquiera en el plano informal en este caso11.

La guerra civil salvadoreña, los movimientos migratorios que generó en todas direcciones (dentro y fuera del país), así como el tipo de organización política que se alcanzó en los municipios son factores que se han juzgado importantes en esta investigación para entender la forma que tomaron las relaciones en el nivel local (subnacional) a partir de la migración internacional. Los doce años de combates entre el Ejército y la guerrilla desencadenaron movimientos poblacionales locales, regionales e internacionales.

10

En poder de ARENA desde 1994. También debe considerarse el tamaño de la población de Nueva Concepción, pues es una de las más grandes en la muestra de este estudio.

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Localmente, al nivel de los municipios como los descritos en este estudio, hubo drásticos cambios: gente de las zonas más rurales se desplazó a los cascos urbanos o pueblos con más dinamismo económico (como lo ha sido por décadas Nueva Concepción en relación al resto de municipios de Chalatenango, excepto por la cabecera departamental). Gran parte de la población de Nueva Concepción incluso actualmente es originaria de otros lugares más remotos del mismo departamento. En la guerra, llegaron ahí desplazados de Arcatao, Nueva Trinidad, San José Cancasque y otros, según el secretario de la alcaldía, Manuel Landaverde12.

Un fenómeno también drástico ocurrió en San Antonio Los Ranchos, que fue repoblada en 1988 por refugiados que habían estado en Honduras y que habían nacido en Cuscatlán, en Cabañas o en otros lugares de Chalatenango. En la entrevista para este trabajo, el alcalde Serrano recordó que los primeros que migraron hacia el exterior fueron los guerrilleros desmovilizados, muchos de ellos, líderes de la comunidad: “cuando se van por unos dos o tres o cuatro años y mejoran tantito su condición con las remesas, arreglan o hacen casas, eso es una motivación para los demás; entonces, le dio que cada uno que se iba yendo, lo jalara el primo, el hermano e iba jalando y finalmente tenemos alrededor de 400 migrantes afuera; para ser una comunidad chiquita es demasiado grande”13. El edil de San Antonio Los Ranchos estimó que solo el 5 por ciento de la población actual era originaria del lugar.

Por tanto, en Nueva Concepción y en San Antonio Los Ranchos, la guerra y sus efectos reconfiguraron la estructura poblaciones de tal forma que, muy probablemente, se debilitaron los lazos de sus habitantes con esos territorios, sobre todo de quienes no nacieron en esos dos municipios, solo habían vivido ahí unos años y habían nacido en otros lugares. En San Antonio

12 13

Entrevistado en septiembre 9, 2005. Entrevistado en septiembre 14, 2005.

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Los Ranchos, se han visto incipientes lazos transnacionales al nivel colectivo quizá porque al menos hay una historia común de exilio forzado, años de vivir como refugiados y un proceso compartido de repatriación y repoblación que de alguna manera sostiene los vínculos entre los migrantes y los no migrantes.

Por otra parte, la guerra civil profundizó la polarización política que ya había sido evidente en los años de la dictadura militar. Eso se observó en todos los municipios estudiados, pero principalmente se vio la huella en Santa Elena y San Isidro. Un grupo de migrantes residentes en Los Ángeles creó una organización llamada “Al Frente por Santa Elena”, a fin de apoyar y financiar la campaña electoral del candidato a alcalde del FMLN en los comicios de 2006. No estoy diciendo que CASE creó esta entidad, pero sí había algunos de sus miembros participando en esta.

Tampoco puedo hacer generalizaciones sobre las afinidades partidarias de los migrantes elénicos, pero sí se puede hablar de las preferencias que han saltado a la vista. En este caso, resulta curioso cómo, en 2000, se transformaron las que solían ser frías relaciones entre CASE y la alcaldía de Santa Elena en una alianza muy dinámica, cuando ARENA perdió las elecciones locales y llegó al cargo quien en 2006 luchaba por la reelección, Nicolás Barrera.

Muchos de los que migraron hacia Estados Unidos desde Santa Elena fueron personas que se sentían perseguidas políticamente durante la guerra y decidieron salvar sus vidas huyendo de su pueblo (ver Lungo, Eekhof y Baires, 1997). Manuel Soriano14, un hombre en sus setenta y presidente de una ADESCO local, dice que la migración masiva de esta zona ocurrió en el

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Entrevistado en septiembre 15, 2005.

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contexto de la represión política, a finales de los setenta. Un sector muy golpeado en ese entonces fue el magisterio, pues el gremio estaba bastante bien organizado.

Por este antecedente organizativo y la situación en la que se dio la migración de los ochenta, puede notarse en este caso que las preferencias políticas de la población pudieron haber jugado un papel importante en el desarrollo de los lazos transnacionales. Popkin (1997) y Lungo et al. (1997) describen las organizaciones de migrantes, y CASE específicamente, como “apolítica”. Pero el ser política o no va más allá de estar afiliado o no a un partido político abiertamente. Por esa razón, el presente estudio ha llegado a una conclusión muy distinta. Al menos a partir de las entidades locales (ADESCO, alcaldía) que se relacionan con CASE, es indudable que las afinidades políticas y partidarias sí parecen haber influenciado la forma en que se han relacionado CASE y las autoridades municipales. Las preferencias partidarias de los miembros de las asociaciones de migrantes determinan, en cierto grado, el tipo de relaciones de estos con las autoridades municipales de sus pueblos de origen.

Si tomamos en cuenta que las razones políticas fueron una de las fuerzas principales que obligó a la gente (sobre todo a aquellos afines a los grupos de izquierda) a abandonar su lugar de origen, no sorprende que ahora no confíen en los partidos de derecha o viceversa. Nicolás Barrera15 fue miembro de CASE hasta antes de ser electo alcalde por el FMLN. ARENA perdió la municipalidad y esto cambió las relaciones con CASE considerablemente. En palabras de Barrera, “ARENA vio en CASE a un rival político... porque la mayoría de los miembros de CASE simpatizaban con la izquierda, aunque no estuvieran afiliados a ningún partido”. Por esta razón, añade Barrera, los vínculos de CASE con el alcalde de ARENA no fueron ‘sinceros’ y

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Ha sido electo dos veces en el cargo desde 2000. Entrevistado en septiembre 15, 2005.

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muchas veces hubo sabotaje de las actividades de los migrantes por parte del partido de derecha16.

Antes de que la alcaldía estuviera en manos del FMLN, CASE llevó a cabo proyectos modestos conjuntamente con la municipalidad. Barrera mencionó un deslizadero y el mejoramiento del parque de la comunidad, para lo cual se necesitaba la aprobación de las autoridades, pero no su aporte financiero. Con Barrera, CASE accedió a participar en proyectos más grandes, que han sido apoyados también por el FISDL y su programa “Unidos por la Solidaridad”17: pavimentación de calles en el casco urbano, la electrificación de zonas rurales y la instalación del techo de la cancha comunal de básquetbol.

En San Isidro, los partidos de derecha han predominado en la municipalidad y su homogeneidad política ha permitido siempre relaciones muy sanas y productivas entre las tres organizaciones de migrantes del lugar (ASIC, ASINCA y Llaneros Unidos) y la alcaldía. Su alcalde, José Bautista18, se atribuye el crédito del éxito de esas relaciones. Destaca, por ejemplo, el financiamiento conjunto de un edificio para el instituto de la zona y otro para la unidad de salud, así como el techado de la cancha de básquetbol y del auditorio multiusos. La izquierda política y armada no progresó nunca en este lugar y la derecha ha predominado electoralmente en los últimos cuarenta años (para más información, ver García, 1996). De acuerdo a lo investigado, la mayoría de los que migraron de San Isidro hacia Estados Unidos no se sentían perseguidos políticamente, pero sí se sentían amenazados por la violencia de la guerra y los combates. En cierta forma, esta relativa homogeneidad partidaria y política, la ausencia de conflicto en este sentido, puede haber 16

Barrera acusa a ARENA de haber boicoteado específicamente dos proyectos de CASE: la construcción de un gimnasio deportivo y la celebración anual de una fiesta para recaudar fondos, que se ha hecho por un buen tiempo en Santa Elena el último día de cada año. 17 Un programa del gobierno central que sigue el modelo mexicano 3x1 y ha estado operante desde 2003 (actualmente se está convocando al concurso de fondos número 18). 18 Entrevistado en noviembre 15, 2005.

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generado condiciones favorables para el trabajo armonioso entre las autoridades municipales y las asociaciones de migrantes.

En San Sebastián, las diferencias en las afinidades políticas entre el gobierno municipal y la organización de migrantes han limitado sus colaboraciones, según De León y Rodríguez (2004). En el caso de Santiago Nonualco, Morales y Castillo (2005) describen esta polarización política que afecta las relaciones transnacionales en términos de “rivalidades partidarias”. En otras palabras, las diferencias políticas y la polarización son elementos que las autoras identifican como un obstáculo para las relaciones transnacionales en este municipio, exclusivamente en el nivel individual/familiar, pues aquí no ha surgido ningún comité de oriundos aún.

El punto es que la política partidarista o al menos las afinidades políticas son un factor importante que puede estar fortaleciendo o limitando los lazos entre autoridades municipales y grupos de migrantes organizados. Por otro lado, los contextos distintos en los que abandonaron sus municipios durante la guerra algunos habitantes de San Isidro y Santa Elena seguramente determinaron, en parte, las formas en las que los migrantes establecieron lazos con sus comunidades de origen.

La persecución política parece haber prevalecido más en Santa Elena, mientras en San Isidro la población huyó de la violencia generalizada por la guerra. Las organizaciones de migrantes que surgieron en ambos municipios son bastante fuertes y con buenas relaciones con las autoridades municipales y esto se debe no solo a que han residido en Estados Unidos por un tiempo suficientemente largo, o porque existen condiciones democráticas para ello (como dice Popkin), sino porque existen afinidades políticas y partidarias que también hacen posible el surgimiento de prácticas transnacionales que trascienden lo individual y pasan a lo colectivo. 23

Consideraciones finales En principio, este estudio perseguía insistir en la importancia de explorar comunidades específicas (municipios o alcaldías) y comparar las diferencias que pudieran ayudarnos a entender la formación de organizaciones de oriundos y el tipo de relaciones que establecen con las autoridades formales de sus pueblos de origen.

Como ya se ha dicho, no era la intención de este análisis identificar patrones generales en los contextos locales estudiados, sino más bien observar circunstancias o condiciones históricas particulares, coyunturales que pueden estar relacionadas con la forma en que se desarrollaron los vínculos transnacionales colectivos en cada uno de los casos estudiados. En mi ponencia, quise profundizar en uno de los ejes de análisis que definí en mi investigación: el de la tradición política organizativa en los municipios estudiados y la influencia de la guerra civil salvadoreña en la forma en que evolucionó el fenómeno migratorio en estas zonas.

En general, los doce años de conflicto en el país generaron movimientos migratorios a nivel local, regional e internacional en una población que se sentía de algún modo en riesgo. Localmente, en municipios como los que yo investigué, hubo cambios drásticos: gente desplazada de las áreas más rurales se trasladó a los cascos municipales o a lugares donde no habían nacido. En dos de las alcaldías (San Antonio Los Ranchos y Nueva Concepción), este fenómeno fue bastante pronunciado y esto reconfiguró la estructura de las poblaciones, debilitando los lazos territoriales de algunos de sus migrantes. Esto podría estar explicando, en parte, por qué no surgieron ahí grupos de migrantes organizados. Muchos de los que salieron forzadamente hacia otro país no habían desarrollado vínculos de pertenencia ni con el cantón donde nacieron ni con el casco urbano donde se refugiaron momentáneamente antes de optar por la migración internacional. A 24

eso debe agregársele que, en algunos casos, la población que nunca abandonó su comunidad de origen tampoco reconoce como miembros ‘auténticos’ a los que un día cambiaron su lugar de residencia por un país lejano (Santiago Nonualco).

Adicionalmente, la experiencia de la guerra y las dinámicas locales que emergieron en ese contexto configuraron cierto tipo de afinidades, preferencias o filiaciones políticas y partidarias, que afectaron en distintos grados y formas tanto a la población migrante como a la no migrante.

Entre mis hallazgos, yo considero importante el análisis de los escenarios políticos locales en situaciones de conflicto y posconflicto, pues arroja algunas luces para la comprensión de las relaciones transnacionales colectivas que se desarrollan en el nivel local. Algunos autores que analizaron el caso salvadoreño han afirmado que, en términos generales, las organizaciones de migrantes de este país son neutrales, políticamente hablando. Sin embargo, mis entrevistas revelaron un panorama distinto. Incluso las organizaciones de oriundos, vistas tradicionalmente como carentes de preferencias políticas y partidarias (i.e. CASE), han estado de algún modo influenciadas por ese tipo de intereses o simpatías tanto en el pasado como en el presente. En mi trabajo de campo, pude observar que las coincidencias partidarias inciden en la forma en que los grupos de migrantes se relacionan con las autoridades municipales de sus lugares de origen. En algunos casos, posibilitaron los proyectos de cooperación y la comunicación, en otros casos, las dificultaron. Y las conclusiones son bastante similares en los casos de Santiago Nonualco y San Sebastián.

Un aspecto final que quiero destacar es el de la tradición política organizativa que se evidenció como un factor muy significativo en uno de los municipios que estudié (San Antonio Los Ranchos). En esta comunidad, con la población más pequeña de los cuatro municipios estudiados, 25

se ha heredado una tradición organizativa bastante particular, forjada en los años en que sus habitantes actuales vivieron como refugiados en Mesa Grande, Honduras. La mayoría de los que repoblaron San Antonio Los Ranchos no son originarios de ahí, sino de otras zonas del país. Esto último parece estar teniendo una incidencia en la debilidad de los lazos territoriales de quienes tuvieron que emigrar. A pesar de ello, la tradición organizativa comunitaria está muy ligada a los grupos políticos predominantes y eso ha generado mucha confianza de los migrantes hacia las autoridades municipales, por lo cual en San Antonio Los Ranchos se han observado relaciones bastante armónicas con el alcalde en el plano informal, aunque esto no se ha traducido en ningún tipo de red transnacional colectiva como la que se observa en San Isidro y Santa Elena.

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Entrevistas conducidas Barrera, Nicolás. Alcalde de Santa Elena. Septiembre 15, 2005. Bautista, José. Alcalde de San Isidro. Noviembre 15, 2005. Benavides, Jorge. Miembro de CASE-central en Santa Elena. Septiembre 15, 2005. Flores, Sujeiri. Miembro de ASIC en la oficina de San Isidro. Octubre 10, 2005. Landaverde, Manuel. Secretario de la alcaldía de Nueva Concepción. Septiembre 9, 2005. Martínez, Teresa. Presidenta de la directiva comunal de San Antonio Los Ranchos. September 9, 2005. Mejía Wilber. Miembro de la directiva comunal de San Antonio Los Ranchos. Septiembre 15, 2005. Portillo, Filemón. Ex directivo de la ADESCO de Potrero Sula en Nueva Concepción. Noviembre 13, 2005. Serrano, José. Alcalde de San Antonio Los Ranchos. Septiembre 14, 2005. Soriano, Manuel. Miembro de la ADESCO de Santa Elena. Septiembre 15, 2005.

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