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ESTUDIO BÍBLICO Nº 14‐11 DESTITUIDOS DE LA GLORIA DE DIOS.‐ Y SIENDO JUSTIFICADOS GRATUITAMENTE POR SU GRACIA.‐ POR OBISPO REV. DANIEL RODRÍGUEZ VERGARA SANTIAGO, 10 ABRIL 2016.‐ ROMANOS 3. 23 Y 24 Texto: Ef,2;8.‐ 23
por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
La disponibilidad del evangelio es universal como la necesidad. Y la necesidad en universal por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. Todos pecaron en Adán: cuando el peco, actuó como representante de sus descendientes. Pero los hombres no son solo pecadores por naturaleza; son también pecadores por práctica. Están destituidos en sí mismos, de la gloria de Dios. Explicación cobre el pecado, el pecado es cualquier pensamiento, palabra o acción que quedan cortos de la norma de santidad y perfección de Dios. Es fallar el blanco – No dar en el lugar que corresponde. El pecado es ausencia de ley 1ªjn.3: 4Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. La rebelión de la voluntad de la criatura contra la voluntad de Dios. El pecado no es solo hacer lo malo, sino también dejar de hacer lo que uno sabe que está bien, (Stg.4: 17y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado). Todo lo que no es de la fe es pecado. (Ro.14: 23Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado. Esto significa que está mal para el hombre hacer nada acerca de lo que tenga dudas razonables. Si no tiene una clara conciencia acerca de ello pero sigue adelante y lo hace, está pecando. (Abstenerse ante la duda). Toda injusticia es pecado (1ª Jn.5: 17Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte. El pecado comienza en la mente: Pr.24: 9El pensamiento del necio es pecado, Y abominación a los hombres el escarnecedor. Cuando es alentado y abrigado, se materializa en forma de acción, y la acción lleva a la muerte. El pecado es a menudo atractivo cuando es contemplado por vez primera, pero repulsivo cuando se mira retrospectivamente.
Pecado son las acciones malas que hemos cometido. Pecado tiene referencia a nuestra mala naturaleza, es decir; designa lo que somos. Lo que somos es mucho peor lo que jamás hemos hecho. Pero Cristo murió por nuestra malvada naturaleza así como por nuestros hechos. Hay también diferencia entre pecado y transgresión. Transgresión en una violación de una ley conocida. Robar es básicamente pecaminoso; es malo en sí mismo. Pero robar es también una transgresión cuando una ley lo prohíbe. Donde no hay ley, tampoco hay transgresión (Ro.4: 15Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión). La palabra nos demuestra que todos los hombres han pecado y que continuamente quedan Destituidos de la gloria de Dios. Mas ahora pasa a presentar el remedio. DESTITUIDOS justereo, rimariamente, estar atrás, ser el último; de ahí, dejar de, no alcanzar. Se traduce «destituido» en. Ro 3: 23por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios LA GLORIA DE DIOS “Gloria” generalmente representa el término heb. , cuya raíz da la idea de “pesadez” y, por lo tanto, de “peso” o “valor”. Se aplica a los hombres para describir su riqueza, esplendor, o reputación (aunque en el último sentido a menudo se trad. “honor”). La gloria de Israel no fueron sus ejércitos sino Jehová (Jer. 2.11). Esta palabra también podía significar el yo o el alma (Gn. 49.6). En ciertos lugares del NT se refiere al honor humano (Mt. 4.8; 6.29), pero su uso principal es la descripción de la revelación del carácter y la presencia de Dios en la persona y obra de Jesucristo. Él es la manifestación de la gloria divina (He. 1.3). Los pastores vieron la gloria de Dios cuando nació Jesucristo (Lc. 2.9, 14), y sus discípulos pudieron verla durante su vida encarnada (Jn. 1.14). Se reveló particularmente en su (Jn. 2.11) y en su transfiguración (Mt. 17.1–8; Mr. 9.2–8; Lc. 9.28–36), , y sus respectivas visiones de la gloria de Dios. Ahora Cristo ve y refleja la gloria divina, pero no es necesario construir tabernáculo alguno porque la Palabra de Dios ha instalado su tienda en la carne humana de Jesús (Jn. 1.14), y su gloria se revelará más completamente en el próximo éxodo en Jerusalén (Lc. 9.31), y finalmente en su parusía.(venida) En el cuarto evangelio la hora de la dedicación a la muerte es esencialmente la hora de gloria (Jn. 7.39; 12.23–28; 13.31; 17.5; cf. He. 2.9). La resurrección y la ascensión también se ven como manifestaciones de la gloria de Dios en Cristo (Lc. 24.26; Hch. 3.13; 7.55; Ro. 6.4; 1 Ti. 3.16; 1 P. 1.21). Pero en especial se revelará en su plenitud en la parusía (Mr. 8.38; 13.26, etc.). El hombre, que fue creado como imagen y gloria de Dios (1 Co. 11.7) y para estar en relación con él, ha dejado de cumplir este destino (Ro. 3.23), que sólo Cristo, el segundo Adán, pudo cumplir (He. 2.6–9). La iglesia puede ver y debe reflejar todavía la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo (2 Co. 4.3–6). Es la gloria del nuevo pacto (2 Co. 3.7–11), y la comparten en forma especial, tanto ahora (1 P. 4.14) como en el futuro (Ro. 8.18), aquellos que sufren con Cristo. El objeto de la iglesia es hacer que el mundo reconozca la gloria que
le pertenece a Dios (Ro. 15.9) y que se muestra en sus acciones (Hch. 4.21), en sus discípulos (1 Co. 6.20), y por sobre todas las cosas en su Hijo, el Señor de gloria (Ro. 16.27).Compubibia.24
siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús. Siendo justificados gratuitamente por su gracia. El evangelio nos dice como Dios justifica a los pecadores como un libre don y por acto de favor inmerecido. Pero ¿Qué queremos decir cuando hablamos del acto de justificar? La palabra justificar significa contar o declarar justo. Por ejemplo: Dios pronuncia a un pecador como justo cuando aquel pecador cree en el Señor Jesucristo. Esto es la forma en que la palabra se emplea se emplea con mayar frecuencia en el N.T. Cuando Dios justifica al pecador que cree en Cristo, no solo lo absuelve de culpa, sino que lo reviste de Su propia justicia, y de este modo lo hace totalmente apto para el cielo. La justificación va más allá de la absolución a la aprobación; más allá del perdón a la exaltación. La justificación va más allá de la absolución a la aprobación; más allá del perdón a la exaltación. La absolución significa solo que una persona queda liberada de una acusación. La justificación significa que no es imputada una justicia positiva. La razón de que Dios pueda declarar justos a pecadores impíos es que el Señor Jesús ha pagado completamente la deuda de sus pecados por Su muerte y resurrección. Cuando los pecadores aceptan a Cristo por la fe, quedan justificados. Es importante darse cuenta de que la justificación es una imputación que tiene la mente de Dios. Ni se trata de algo que sea sentido por el creyente: La justificación es el acto de Dios por el que declara justo a todos los que creen en Jesús. Es algo que tiene lugar en la mente de Dios, no en el sistema nervioso ni en la naturaleza emocional del creyente. Aquí el V.24 nos enseña que somos justificados gratuitamente. No es algo que podamos ganar o comprar, sino algo que nos es ofrecido como un don (regalo de Dios). Luego aprendemos que somos justificados por la gracia por la gracia de Dios. Esto significa sencillamente que es totalmente aparte de todo merito en nosotros mismos. Por lo que a nosotros respecta, es inmerecido, no buscado, y no adquirido.
A fin de evitar confusiones más adelante, nos detenemos un poco más aquí y explicar que en el N.T. hay seis diferentes aspectos de la justificación. A fin de evitar confusiones más adelante, nos detenemos un poco más aquí y explicar que en el N.T. hay seis diferentes aspectos de la justificación. Se dice que somos justificados por la gracia, por la fe, por la sangre, por poder (de Dios lógicamente), por Dios y por obras; pero no hay contradicción ni conflicto. Somos justificados por la gracia. Esto significa que no lo merecemos. Somos justificados por la fe, (Ro.5: 1Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo). Esto significa (que) tenemos (que) recibir la justificación creyendo en el Señor Jesucristo. Somos justificados por la sangre. (Ro.5: 9Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira). Esto se refiere al precio (que) el Salvador pago para (que) pudiéramos ser Justificados. Somos justificados por el poder- (Ro.4: 24sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor. 25el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación). Él mismo poder que resucito al Señor Jesús de entre los muerte. Somos justificados por Dios. (Ro.8: 23y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo). Él Aquel que nos cuenta justos. Somos justificados por obras. (Stg.2: 24Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe). No significa (que) las buenas obras ganen la justificación, sino (que) son la evidencia de (que) hemos sido justificados. Volviendo V.24, somos justificados mediante la redención que es en Cristo Jesús. Pedención significa recuperar por recompra pagando el precio de rescate. El Señor nos redimió del mercado de esclavos del pecado. Su preciosa sangre fue el precio de la redención que fue pagado para dar satisfacción a las demandas de un Dios Santo y Justo. Si alguien pregunta ¿A quién le fue pagado el rescate? Pierde de vista la verdadera cuestión. Las Escrituras no sugieren en ninguna parte que se hizo un pago específico ni a Dios ni a Dios ni a Satanás. El rescate no fue pagado a nadie, sino que fue un ajuste abstracto que dio una base justa por la que Dios puede salvar a los impíos. JUSTIFICADOS GRATUIAMENTE Por lo general, la expresión «declarar justo» se usa en voz pasiva: en el sentido más profundo y teológico; El Hombre es justificado por Dios (cf. Is 45.25; 53.11). El
Antiguo Testamento desaprueba la soberbia de los que pretenden «justificarse» a sí mismos (Job 9.20; 32.2; cf. Is 43.9, 26). Dios, el juez justo por excelencia, «no justificará al impío» (Éx 23.7) ni «de ningún modo absolverá al culpable» (Éx 34.7; cf. Nm 14.18s; Dt 25.1). «El que justifica al impío [pero cf. Ro 4.5] y el que condena al justo, ambos son igualmente abominación» (Pr 17.15). Medido con la norma de la perfecta justicia de Dios, según el Antiguo Testamento, nadie es justo (Sal 143.2; Is 57.12; 64.6). Ilumina REFERENCIAS BÍBLICAS 25) 1ª Jn.3: 4Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. Stg.4: 17y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado. Ro.3: 9¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Ro.11: todos.
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Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de
Gá.3: 22Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. 24) Ro.4: 15Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. 16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros. Ef.1:7en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia. Ef.2: 8Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe. (Texto) Tit.3: 5nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo. 7 para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Mt.10: 28Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. 1ª Co.1: 30Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención. Col.1: 14en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. 1ª Ti.2: 6el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.
He.9: 22Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. 1ª P.1: 18sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata. 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. PARA DIOS SEA LA HONRA Y GLORIA SIEMPRE, AMÉN.