Preparatoria Alumno

Tomando Mis Decisiones— Una Vida Gobernada por el Espiritu Santo Lección 1 La decisión de Adán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 6 de septiembre del 2015 Lección 2 La decisión de Abraham . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 13 de septiembre del 2015 La decisión de Moisés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Lección 3 20 de septiembre del 2015 Lección 4 La decisión de Josué . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 27 de septiembre del 2015 Lección 5 La decisión de Vasti . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 4 de octubre del 2015 Lección 6 La decisión de Jonás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 11 de octubre del 2015 Lección 7 La decisión de Daniel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36 18 de octubre del 2015 La decisión de Marta/La Elección de María . . . . . . . . . . . . . . 41 Lección 8 25 de octubre del 2015 Lección 9 La decisión de Pedro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 1 de noviembre del 2015 Lección 10 La decisión de Jesús . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 8 de noviembre del 2015 Lección 11 La decisión de Bernabé . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 15 de noviembre del 2015 Lección 12 La decisión de Pablo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 22 de noviembre del 2015 Lección 13 Tu decisión …………... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 29 de noviembre del 2015 Escritor: David Robinson Vol 14, No. 4 Copyright 2015 BOGARD PRESS, 4605 N. State Line Ave., Texarkana, TX 75503-2928 EDITOR EN JEFE: Kyle Elkins, GERENTE DE NEGOCIOS: Wayne Sewell

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6 de septiembre del 2015 • Lección 1

La Decisión de Adán Pasaje bíblico: Génesis 3:6; Romanos 5:12-14 Propósito: Al final de la lección hablaré de las consecuencias de la decisión que tomó Adán en pecar.

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Hoy vamos a empezar a estudiar acerca de la toma de decisiones. Veremos varios casos en la Biblia acerca de decisiones partiulares, buenas y malas. También vamos a aprender a tomar nuestras decisiones de acuerdo a la voluntad de Dios. Dios nos ha dado a cada uno de nosotros el poder de elegir. Tal vez otras criaturas tienen este poder hasta cierto grado, pero la humanidad lo tiene plenamente. Esta habilidad, más que cualquier otra, nos separa de todas las demás criaturas. La elección es la esencia de la inteligencia y la sabiduría. Es lo que determina nuestro futuro. Lo que somos hoy es el producto de las decisiones que hemos tomado en el pasado y nuestro futuro depende de las decsiones que tomamos hoy. Realmente el punto es que tenemos que lidiar con las decisiones que hemos tomado. Todos disfrutamos de la cosecha de los beneficios de nuestras decisiones sabias, pero también tenemos que vivir con las consecuencias de las insensatas. A menudo estas consecuencias afectan a muchos quienes no tienen parte en nuestras decisiones particulares. Al estudiar estas lecciones bíblicas con respecto a la toma de decisiones, tome un tiempo para ver su vida y las elecciones que ha hecho. ¿Lo llevaron dónde quería? Veremos muchos personajes de la Biblia quienes hicieron elecciones, algunas de ellas buenas y otras malas. Considere estos ejemplos y piensa cómo sus propias decisiones pueden cambiarle y su mundo alrededor.

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Mire más de cerca Dios creó a la humanidad y colocó a Adán y Eva en un paraíso sin pecado. Tuvieron que haber tenido una vida maravillosa juntos. Solo podemos

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imaginar cómo fue vivir en un mundo sin pecado. Pero este mundo siempre tenía reglas. Dios les dijo que podían comer de todo árbol del jardín menos uno. El árbol del conocimiento del bien y el mal fue prohibido. Esta parece ser una regla muy fácil de entender. Adán y Eva podían comer de todo árbol en el jardín, y no hay ninguna indicación de que jamás sintieran hambre. Solo había un árbol del cuál fueron advertidos. Leemos en Romanos 5:19 que este fue un asunto de obediencia. Dios estableció ciertos límites para que Adán y Eva vivieran y se les encomendó que los observaban. Las reglas no eran difíciles de observar y no había ningún beneficio en violarlas; ain mbargo, ambos Adán y Eva decidieron pecar. El pecado siempre es un asunto de desobediencia. De hecho, esta es la definición del pecado. Nosotros sabemos lo que debemos hacer, y aún así no lo hacemos. Nosotros optamos por una conducta diferente y así violamos las reglas que Dios nos ha dado. Esto fue lo que hizo Adán y así entró el pecado al mundo. El engaño. Cuando leemos el relato de Génesis y el comentario en 1 Timoteo 2:14, vemos que Eva fue engañada por la serpiente. No es una excusa, sencillamente es un informe de lo que pasó. Eva fue engañada, pero la decisión de Adán fue a sabiendas. La decisión de Eva se basó en la falsa y errónea información dada por la serpiente. Por otro lado, Adán sabía exactamente lo que estaba haciendo cuando tomó la decisión de desobedecer a Dios. La cosa más importante para considerar es que a menudo los afectados de una decisión no tienen que ver con las circunstancias de la decisión original. Por ejemplo, ambos Adán y Eva rompieron el simple mandamiento que Dios les había dado. Pero las consecuencias de ese pecado recaerían en ellos y en su posteridad, independientemente del por qué lo hicieron. La consecuencia. Adán deliberadamente tomó la decisión de desobedecer a Dios y comer del fruto. Luego él trató de echar la culpa a su esposa. Luego Eva culpó a la serpiente de toda la situación. En cierta forma todos fueron culpables. Pero no importa si conocemos quién tiene la culpa; saber a quién culpar no elimine las consecuencias de esa decisión. Esa decisión particular hundió al mundo en el pecado. Sirvió como la entrada del pecado a la creación física. Esto se dio por un solo hombre y una sola decisión afectó con el pecado a todos los hombres y a todo el mundo. Satanás trabaja fuertemente tratando de encubrir el pecado. Le damos nombres sofisticados y atractivos, pero a final de cuentas el pecado siempre es el principio bajo cual opera el mundo. Hay dos diferentes puntos de vista en cuanto a la humanidad, y el que

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elija determinará cómo vive. Muchas personas ven a la humanidad básicamente como buena. Quizás hagamos cosas malas de vez en cuando, pero generalmente, en lo prfundo de nuestros corazones, somos buenos. Con educación y entrenamiento podemos ser aún mejores personas y la maldad podrá ser eliminada. Este punto de vista en cuanto a la humanidad es completamente falso. La Biblia enseña claramente que los hombres son pecadores. Básicamente somos personas malvadas. Podemos hacer cosas buenas de vez en cuando, pero en nuestros corazones hay pecado. Necesitamos salvación, no educación, para ser cambiados. Cuando aceptamos que todos los hombres somos pecadores, podemos empezar a lidiar de manera realista con nuestros problemas. Mientras ni siquiera admitamos que el problema del pecado existe, nunca encontraremos una solución. Adán pecó cuando desobedeció a Dios, y así entró el pecado al mundo. La consecuencia del pecado es la muerte. Cuando el pecado vino al mundo, también vino la muerte. El pecado es inherente de la naturaleza humana, y también la muerte. Aún aquellos que no pecaron en la misma manera que Adán morirán. Es asombroso darse cuenta que cada hombre, mujer o niño que ha muerto en la historia de la humanidad fue por la consecuencia de la decisión de Adán. El pecado efectivamente tiene serias consecuencias. Pero hay esperanza. Si todo terminara aquí, sería una historia desastrosa para la humanidad, pero hay más. Adán decidió desobedecer a Dios y así el pecado entró al mundo; por el otro lado, Jesús tomó la decisión de obedecer a Dios, y por medio de Él el remedio entró al mundo. Su decisión de obedecer trajo vida, la decisión de Adán trajo muerte. Hay una diferencia importante entre la dos decisiones. La decisión que tomó Adán trajo muerte aún para aquellos que no tenían nada que ver con la decsión. De hecho, trajo muerte a aquellos que no hicieron ninguna decisión del todo. No tenemos que repetir la decisión de Adán. Somos pecadores por naturaleza. La naturaleza del pecado entró por Adán y la transmitió automáticamente a cada ser humano que ha nacido. Pero la naturaleza de Jesús no se nos imparte automáticamente. La naturaleza de Jesús entra a nuestros corazones por medio de un nacimiento espiritual, no por nuestro nacimiento natural. Es por medio de un proceso que Jesús llamó “nacer de nuevo” (Juan 3:3-6). Este es el nacimiento espiritual. Está disponible para cualquiera, pero viene a través de una decisión deliberada de confiar en Cristo y aceptarle cómo nuestro Salvador personal. A causa de la decisión de Adán, no tenemos que hacer nada para ser pecadores. A causa de la decisión que Jesús hizo, podemos ser

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salvos. Para ser salvos, tenemos que arrepentirnos de nuestros pecados y colocar nuestra fe personal en Jesús Cristo. Cuando hacemos esto, nace en nosotros una nueva naturaleza espiritual. La naturaleza espiritual no pecará; de hecho, no puede pecar. Eventualmente, esta fuerza será la que controla nuestras nuevas vidas. En la resurrección obtendremos un nuevo cuerpo donde morará la nueva naturaleza, y el espíritu inmortal vivirá en aquellos que son salvos y estarán unidos en un cuerpo eterno.

Puntos de vista

Ha escuchado a alguien decir, “es es mi problema, no es asunto suyo”. Muy a menudo ésta es nuestra actitud, y muchas veces nos equivocamos completamnte al pensar así. Sus decisiones traen consecuencias. Quizás algunas de las consecuencias solo van a afectar a usted, pero es muy probable que sus decisiones afectarán a otras personas. Pueda haber consecuencias inesperadas en cualquier decisión. Sucede todo el tiempo. En el momento de tomar una decisión, hacemos nuestro mejor esfuerzo para ver hacia el futuro y meditar en las cosas que podrían pasar; sin embargo, después de tomar la decisión, nos damos cuenta de muchas cosas que sucedieren que nunca habíamos imaginado. Hay un camino seguro que podemos tomar. Cuando hacemos las cosas cómo Dios enseña, siempre podemos confiar que las cosas serán mejores para nosotros y para las personas en nuestras vidas. El camino del Señor es siempre el mejor camino. Dios hace sus caminos de tal manera que promuevan una vida plena y bendecida. Esa es el propósito de las enseñanzas de la Biblia y del liderazgo del Espíritu Santo. Cuando andamos según nuestras fuerzas y confiamos en nuestra sabiduría limitada y en nuestros recursos para resolver el problema, probablemente tomaremos malas decsiones. De hecho, cuando rechazamos las enseñanzas de Dios, ya hemos tomado una decisión mala.

Bases edificantes La decisión de Adán fue única en toda la historia. Nadie jamás va a tomar una decisión como esa. Pero, la verdad es que no somos

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diferentes a él. Hubiéramos tomado la misma decsión que Adán. No solo somos pecadores por naturaleza, también somos pecadores por nuestra propia elección. Conocemos lo bueno y lo malo. Sabemos que debemos hacer lo correcto pero elegimos hacer lo incorrecto de todos modos aún conociendo sus consecuencias dañinas. Empieza en nosotros de la misma manera que empezó en Adán. Desobedecemos, o nos apartamos, de las cosas que Dios y su Palabra enseña. Es decir, hacemos lo que queremos, desobedecemos y sufrimos por eso. Si aprendemos a obedecer la Palabra de Dios y caminamos en su voluntad, podemos tomar decisiones sabias las cuales traen consecuencias maravillosas y bendecidas. Cada día nosotros tenemos una decisión que tomar. Podemos elegir escuchar al Espíritu Santo y seguir al Señor, o podemos hacer lo que nuestra naturaleza pecaminosa diga. Podemos confiar y obedecer, o dudar y desobedecer.

Trampolín

Solo Dios ve la vida como es realmente. ¿Cuál era el problema con este árbol? ¿Cuál diferencia tenía con los demás? Su fruto era bueno para comer. Era agradable para los ojos, y se suponía que lo hacía a uno sabio. ¿Por qué nadie debía comerlo? Parecen ser preguntas lógicas para la primera persona que desobedeció las instrucciones de Dios. Dios sabía el futuro. El sabía cuáles serían las horribles consecuencias del pecado de Adán. Sabía el precio que la humanidad pagaría y sabía el gran precio que Jesús pagaría. Dios sabía todo esto y sencillamente dijo que dejara ese árbol en paz. Dios sigue viendo la vida tal como es realmente. Es por eso que Dios prohíbe cosas que son dañinas y promueve cosas que son de ayuda. El sabe qué es lo mejor para nosotros y solo pide que nos pongamos de acuerdo con lo que El dice y que le obedezcamos. Cuando lo hagamos, El nos recompensará por toda la eternidad. Cuando desobedecemos, hay consecuencias horribles y dañinas para nosotros y para los que vienen después de nosotros.

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