Tomás Borge Matagalpa, Nicaragua Bolívar A Hugo Chávez

Isla Negra 9/345 casa de poesía y literaturas suscripción gratuita. -2004- Abril – 2013Lanusei,Italia Dirección: Gabriel Impaglione. Publicación ins

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Isla Negra 9/345 casa de poesía y literaturas suscripción gratuita.

-2004- Abril – 2013Lanusei,Italia Dirección: Gabriel Impaglione.

Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO

Miembro fundador del Movimiento Poético Mundial [email protected] - http://revistaislanegra.fullblog.com.ar - http://revistaislanegra.wordpress.com/ Dime, la rosa está desnuda O sólo tiene ese vestido? Pablo Neruda

Gustavo Pereira Venezuela - 1940 Cómo escribir un poema Escribir un poema como rastrear una cerveza bajo el bochorno de los trópicos Como salir a caminar y tropezar viejos amigos Escribir un poema como untar en el pan de madrugada el resplandor Escribir un poema como escrutar la vida en ciernes sin ataduras ni gabelas en un auto desvencijado con la amante insaciable hacia la ruta del desierto de donde no se regresa Escribir un poema con riesgo inmortal de quien no posee sino agua transparente por toda tinta Escribir un poema y desplegar pequeño trozo de pañuelo en medio del océano mientras el único barco de salvamento se aleja entre las sombras Escribir un poema como apurar un primer trago después de haber atravesado el derrumbe Escribir un poema como quien ignora todo lenguaje sobre el mundo y apenas balbucea el encantamiento de la primera visión Escribir un poema como se construye el hechizo Escribir un poema como un ácido. De: Sentimentario

José Agustín Goytisolo España –1928 - 1999 La materia del canto nos la ha ofrecido el pueblo con su voz. Devolvamos las palabras reunidas a su auténtico dueño

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Tomás Borge Matagalpa, Nicaragua – 1930 - 2012 Bolívar A Hugo Chávez

Bolívar cabalgaba todo el día por las noches seducía señoras risueñas desafiaba insomnios y lechos de geometrías difíciles En otros minutos despedazaba abismos y cadenas saciaba su espada para levantar banderas y degollar estrellas ajenas Llegó a las batallas donde otros no ha llegado previó uniones anchas y largas que algún día serán las buenas notas de una sonata posible y la certidumbre en esta nueva historia habitada por gallardos No hay constancia de una sola sonrisa Tan solo proclamas solemnes Y profecías simples Catedrales perfectas Y cartas de amor a Manuelita la feroz la dulce la pedazo de lago la definitiva

Saúl Ibargoyen Montevideo, Uruguay –1930 De Epigramas a Valeria Me hablas de revolución a cada instante Valeria porque así tus hormonas se multiplican y se acentúa en ti la vieja idea de hacer de la política un tremendo orgasmo colectivo

Humberto Vinueza Ecuador - 1942 Lo que perdí me apasionó antes de su pérdida y retornó el anhelo a su latencia de escondrijo la sed a su metamorfosis alucinada el afán a la invisibilidad y más adentro todavía dolorosa infinitud de sucesos tras otras infinidades mas el quetzal nunca se equivoca de jardín. En Árbol de los vínculos, Ecuador, 2011.

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Manlio Argueta San Miguel, El Salvador - 1935 Poema birth control Esta noche no dormiremos juntos, hay sarampión en la ciudad y podrías quedar embarazada, cosa grave: parirías un monstruo, una flor. Morirías entonces de pesar y yo de frustración me moriría. Esta noche no dormiremos juntos, no beses esta piel de perro en celo. No me hagas caer en tentación. Podrías concebir lo que no quiero. Además, mejor vivir sin hijos ¡Por Dios! Con tanta mala muerte.

Víctor Casaus Cuba Madrigal ligeramente anticientífico El universo será ( o no) infinito Pero hoy específicamente hoy comienza y termina en tus piernas en: Perfume (y secuencia) de mujer, Col. Nuestra voz para vos, CC Pablo de laTorriente Brau, Cuba- 2009

Edmundo Aray Venezuela ¿Siempre la guerra. Chino Varela? Sempre la guerra. Todo está lejos de haberse hundido. El arca y los nuevos profetas más dignos que el nivel de las aguas vivimos. Seguiremos combatiendo. La felicidad es difícil de atrapar. Qiuien lleve rama de olivo en el pico no debe anunciarse ante el incendio. De Siempre febrero (Venezuela, 1990). en Revista Poda, año 6, Nro 9, mayo 2010, Venezuela

“La principal responsabilidad del poeta es hacer el lenguaje lo suficientemente transparente, de manera que a través de él podamos ver lo más importante del mundo y de la vida, y también de la muerte”. David Huerta

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César Seco Coro, Estado Falcón, Venezuela - 1959 De El viaje de los argonautas IV Cuánto nos preparamos para esto. En lo alto de la proa lo que se respira es oquedad. Cada uno escribió su propia carta al único mundo que tuvo y quizá no vuelva a ver. Se nos olvidó adónde íbamos, se nos olvidó incluso la fatiga de aquellas que nos recibieron en el aceitado opio de sus cuerpos. Cuándo volveremos a ver la antorcha y la bahía. Alud de desperdicios. Corazón podrido de la manzana. ¿Quién nos trae de vuelta en bolsas negras codificadas al verde pasto, al silencio de unas cruces blancas? Cuántas veces creímos estar nuevamente partiendo. Cuánto pagamos, cuánto para que fuese cierto. El cielo pesa lo que una muralla invertida. Todo ha oscurecido en el vientre de una tempestad muda. Mi vida recalaba en todo esto y en los horizontes que borró. Invisible La noche que caminamos apenas comienza Juntos la hemos traído hasta aquí Ya no hay más, dejé de mí cuanto era Estos días ya no tienen mis pies Lo que borran detrás es hilo indiviso Trozo de nadie, escalera sin sostén Escucho el agua como nada escucho venir Allá arriba el lobo aúlla Pasadizo en sus ojos no hay En su pelambre no hay luna No hay de dónde saltar Aúlla allá cual si una mano sustrajera una Estrella

Roberto Sosa Yoro, Honduras – 1930- 2011 Decimocuarta poesía vertical (82) No hay regreso. Pero siempre queda un viaje de vuelta hacia ciertas cosas anteriores, que ya son otras y sin embargo nos llaman con un signo similar al de antes. Nada cambia del todo. Lo que no cambia en aquello que cambia saluda nuestro viaje hacia atras, celebra lo que no cambia en nosotros, su abismal permanencia en el fondo, su intemporal fidelidad.

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David Cortés Cabán Arecibo, Puerto Rico - 1952 XIII En una revista yo vi a Li Po fue una noche de otoño de árboles y viento y hojas que el mes por ser ligero dejaba caer como si una zanja lo arrastrara y yo decía esto es un río o esto debe ser un sueño y un sol dorado y un color más alto me arrebataba venía sonando y me daba en los ojos entonces como burlándose llegó Li Po No es nada anciano su barba fluye lenta sobre sus pies ligeros que tienen el eco de un hombre terrible que anda y gira en la continuidad de sus días Cómo quisiera yo decirle a usted Li Po que agarre esa lira y toque una melodía para que nos despierte por qué no toca duro duro mirando el horizonte la ensenada o esas magníficas montañas detrás de su reino Toque y ríase a carcajadas de nosotros mientras yo que no quiero llorar miro sus versos su espalda que persiste lo que consuela.

Vicente Rodríguez Nietzsche Puerto Rico - 1942 La Paz paloma Una paloma arrulla. Los oidores se desdoblan en los duros deseos de la piedra... Disparan al aire . . . la atraviesan. Preparan su muerte tirando plomo contra plumas. Descuartizan carne y vuelo. Espantan su madrigal! Se complacen discutiéndola en reuniones y que solidarias. Luego aplauden sonrientes dándole la espalda. Lanzan cohetes y la celebran. Apuntan, disparan y perforan sus entrañas. Vacíos de saludos van sus rudos defensores afilando una química coartada. Preparando canto a la guerra la engordan y la engañan. Crucifican a Cristo nuevamente. Se beben su pan con vino los domingo. Y esperan que les vuele por el alma?

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Daniela Saidman Ciudad Guyana, Venezuela - 1977 Ángeles despedidos Andenes repletos de despedidas manos augurando sueños y una boca nombra los olvidos maíz azúcar tabaco trenes despoblados mañanas tentadas de sudores así siento-veo este siglo que se pierde entre edificios desplomándose entre niños que matan niños y ángeles derroteros convencidos de dios y wall street

Piedad Bonnet Amalfi, Colombia - 1951 Poema canción Nunca fue tan hermosa la mentira como en tu boca, en medio de pequeñas verdades banales que eran todo tu mundo que yo amaba, mentira desprendida sin afanes, cayendo como lluvia, sobre la oscura tierra desolada. Nunca tan dulce fue la mentirosa palabra enamorada apenas dicha, ni tan altos los sueños ni tan fiero el fuego esplendoroso que sembrara. Nunca, tampoco, tanto dolor se amotinó de golpe, ni tan herida estuvo la esperanza.

Luis Bravo Montevideo, Uruguay –1957 aprendizaje fue vencer la sombra / el cuchillo que empuñan / su metálico destello atravesar / puesto encima el corazón este infierno / y prenderle fuego un fuego de verdades / el que la muerte no acostumbra / en sus rituales. de Puesto encima el corazón en llamas

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Nora Méndez El Salvador - 1969 Los patriarcas A Roberto Cea y compañía. De nuevo vienen los patriarcas Con sus pantuflas de polvo Y su diarrea falaz Vienen temerosos Su aldea es asaltada por mujeres Vienen sorprendidos Rabiosos Temblando Vienen a sellarme con su desprecio A convidarme la hostia de su mordaza Me colocan por frente Estúpidas preseas De contiendas mediocres En el charco nacional De la polifacética Ars Poética Los observo correr Con su sinrazón obesa De elefantes Maldiciendo mi canto Porque son aves Pero rapaces Vienen a pedirme Que me vuelva Que figure en las antiguas poses Que luzco mejor en la sombra Que de rodillas Que tan callada Yo río Y para su desgracia Mi risa es más fotogénica Que sus llantos Yo armo en silencio un discurso Clavo su ignorancia En la arena de mis versos Salgo del túnel de su espejo Pero no entienden mi belleza Entonces inclemente Lluevo sobre sus hojas Cada vez más muertas Grito y taconeo Abro los ojos y los asusto Los ignoro pasándome la calle Rauda en sus complejos Exploro un poema febril Para su angustia Y Eréndida huyo en mis metáforas Inalcanzables para la estatura de sus ojos Pobrecitos los ¿patriarcas? Se les olvida No entienden Que mi poema jamás Andará por la acera de sus exactos…

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Mía Gallegos San José, Costa Rica - 1953 Vuelvo a la noche De pronto vuelvo a la noche con mis zapatos de agua. Me desnudo en el lento ejercicio de mis manos y busco solamente un objeto mío, un pequeño barco, un cometa, un circo de inventadas cosas, figuras cotidianas, tuyas y mías, que amo. Pero sé que de pronto me vuelvo inaccesible y vuelvo a ser silencio y llama oscura, donde mi barco se escapa de tu orilla.

Ida Gramcko Puerto Cabello, Venezuela – 1924 -1994 La unidad del llanto Esto soy todavía: un sosiego turbado por las lagrimas. Esto fui: una pupila húmeda, abierta, y ávida. Esto he de ser: el llanto, mientras viva. Un erguido sollozo me levanta, me hace andar en las cumbres, me encamina hacia la azul montaña. Y allí está la sonrisa como una flor salvaje que me aguarda. Veré la blanca flor y será mía, ¡mía!, y tendré llorando que arrancarla del fondo de mi ser, pequeña y tibia, de lo alto de lo cumbre, pura y blanca. ¡Mía! Y el llanto surca mis mejillas para que yo merezca su fragancia. De poemas 1947 - 1952.

Jorge Meretta Montevideo, Uruguay – 1940 - 2012 Ningún día le viene bien a una mano que venga de decir adiós. Sobra. En ávese, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 2003

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Fina García Marruz Cuba - 1923 Los nombres del agua Señora, la lluvia es una palabra demasiado hermosa. ¿Piensa acaso que su gris pluvioso basta para evocar lo que usted, con sus versos, no acierta? No respondía: “la lluvia es más bien un estado de ánimo. Digo lluvia, y oigo baladas, la isla de Mallorca desgranándose en el pianito de Chopin tosiendo. Oh siempre llueve sobre la villa francesa como llueve sobre su corazón, en el poema”. Plagia, Señora, a la naturaleza primero, luego al are. La lluvia, no sus versos, es la bella. ¿No ha ensayado otros nombres? Por ejemplo, chubasco. Menos dentro de un lienzo impresionista: algo que suena más real, de menos pretensiones. Chubasco es algo alegremente próximo. ¿Se disgusta? Llovizna entonces: es como una fina lámina, transparente como el velo de una niña. Tiene un poco de bruma, más ligera. Se alza, y enseguida se ve mejor la tarde. O aguacero, cubano, hecho de nada y prisa. Irrumpe, alegre y hondo, saca su olor al borde de la calle. Limpia, y cesa de súbito igual que entró. ¡Qué gusto su visita! Luego está el chaparrón. ¿Qué, grosero, interrumpe a la madre que vuelve cansada del trabajo retardando el regreso? ¿Pero y los chiquillos que se empapan, que juegan? Chaparrón es delicia. En fin, me rindo. Lluvia: es un clásico. Esa sonoridad no la mejora nadie. Y luego es un problema también de tiempo. Lluvia es algo más lento, más íntimo. Vidriera de niños, lluvia es que está lloviendo. Agua, arriba y abajo, dentro, afuera, lenta, impetuosa, terca, que prosigues sin fin, por siempre, por sobre toda pérdida. ¿Qué sabes, agua? Por favor, no lo digas.

Enrique Hernández-D'Jesús Mérida, Venezuela – 1947 Sin los párpados El sonido animal con la habilidad del Tigre Invisible dilató la muerte Exorcizó calles estrechas Estragó cueles almas

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Ingrid Chicote Caracas, Venezuela - 1965 Fantasmas Los fantasmas suelen encender los aparatos de la casa a las 3:00 am Apagan el fuego fatuo y tuercen el pescuezo a los insectos Dormitan en la mitad de una ventana cuando vienen las tortolitas mientras que con uno de sus ojos miran a quienes se despabilan Vienen a encontrar las sábanas donde van metiéndose y en plenilunio sueltan la carcajada cuando la luna los empuja al bar más cercano donde encuentran una botella de luz En Animal de galería, Venezuela, 2011

María Soledad Quiroga Trigo Bolivia - 1957 El deseo El deseo es como un árbol copioso abierto y verde húmedo en la profundidad morado oscureciendo el territorio de los besos. Una elipsis incolora vibrante y quebradiza en la orfandad de los impulsos. Un árbol crecido a dentelladas erizado en el hambre cubierto de pétalos filudos florecido en la límpida altura enraizado en la atmósfera pura del grito abigarrado y desnudo solo en el cielo amplio vacío y encabritado caracoleando en las aguas turbias del clarísimo relámpago. Cometa desgarrado volumen de sal ardiente cuerpo celeste extraviado agitado por la muerte que no es muerte fugitivo prisionero del instante.

"Moderado es interesante palabra. Es la palabra que utilizan los explotadores para definir a quienes se pliegan a sus exigencias." - Ernesto Che Guevara

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Jacques Roumain Puerto Príncipe, Haití – 1907 ( asesinado en 1944) Poema África he guardado tu recuerdo África estás en mí como la astilla en la herida como un fetiche tutelar en medio de la aldea Haz de mí la piedra de tu honda de mi boca los labios de tu llaga de mis rodillas las columnas rotas de tu humillación Sin embargo no quiero ser más que de vuestra raza obreros campesinos de todos los países... obrero blanco de Detroit peón negro de Alabama pueblo innumerable de las galeras capitalistas el destino nos yergue hombro con hombro y renegando del antiguo maleficio de los tabúes de la sangre pisamos los escombros de nuestras soledades Si el torrente es frontera arrancaremos al declive su cabellera irrestañable Si la sierra es frontera romperemos la mandíbula de los volcanes que refuerzan las Cordilleras y la llanura será la explanada de la aurora donde reunir nuestras fuerzas descuartizadas por la astucia de nuestros amos Como la contradicción de los rasgos se resuelve en la armonía del rostro proclamamos la unidad del sufrimiento y de la rebelión de todos los pueblos en toda la superficie de la tierra y mezclamos el cemento de los tiempos fraternales en el polvo de los ídolos. Versión de José M. Valverde.

Jorge Ariel Madrazo Buenos Aires, Argentina - 1931 Malvones La noche vigila al viejo en el balcón va a rociar sus almitas una a una aunque simule estar regando los malvones (no tan viejos) que marchitó el verano.

Triunfo Arciniegas Colombia Tratado contra la gramática Un gramático cayó en aguas turbulentas y se ahogó mientras armaba en su mente la frase correcta para pedir auxilio. De otras orillas /en Noticias de la niebla, edic. Pluma de Mompox, Cartagena de Indias, Colombia – 2011

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Paulina Vinderman Buenos Aires, Argentina - 1944 5 Ahora, tarde en la tarde, marzo sonará en la palabra púrpura, al borde de la métrica, inclinada en su terraplén. Escribo dentro de un grabado mientras la palmera izquierda (la pequeña) espera su salud perdida y el encanto del cielo sobre sus nuevas hojas: un mosquitero de encaje. Mi mente está calma como un lago escuchando la voz del hombre que anoche en mi sueño me preguntaba por las constelaciones. ¿Era ésa la voz del lenguaje? ¿Por qué rompí mi poema del tiburón? Si viene la lluvia será un exilio, un intervalo en el teatro de mi pobre, pálida memoria. Montañas azules, pueblos silenciosos, cardos al sol, palomos que arrullan las siestas y un humo (¿la voz?) en la carretera. -Bote negro (2010)

Elsa Tió Puerto Rico 10 Con el tiempo estarás hecho de color de la tarde y extrañaré tu amistad como un ciego extraña los espejos y tus ojos frondosos como árboles harán de mi recuerdo un parque que bordeará mi corazón. en Detrás de los espejos empañados, Puerto Rico, 1979

Nancy Morejón La Habana, Cuba – 1944 Nunca vi grandes lagos En esta isla que me viera nacer, nunca vi grandes lagos, o breves lagos verdes, o amarillos, o simples lagos límpidos en el centro del valle. Mas cuando silba el huracán, mis ropas se desgajan y el nudo en la garganta, y el salto que sube hasta los sesos, y el nido de mis gorriones revuelto, húmedo, vacío... En: Persona, Col. Sur Poesía, Uneac, La Habana, 2010. (premio Rafael Alberti 2007.)

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Euler Granda Riobamba, Ecuador –1935 La droga La más inofensiva, la más sana, la que nunca produjo salpullido a nadie; la que hasta ahora que yo sepa a nadie le ha pasmado la alegría; la pájara, la pajarita que nos hizo volar sin ser aviones; la que a mansalva nos hizo sudar miel, quedar absortos hasta sacar en conclusión que el mundo lo teníamos cogido como a una lagartija por el rabo. Ese licor, o si usted lo prefiere esa licora que nos hizo espumear sin ser cerveza, que nos hizo calor en pleno frío. La rica, la pura gozadera que no daba adicción ni efecto de rebote ni sueño dependencia y así todo al respecto. La bizca, la bizcacha, la tuerta, la tuertacha que nos hacía ver todo bonito y de colores Esa descabellada primavera, ese frescor sin nombre, ese aroma sin cara, esa borracha borrachera que nos exacerbaba el apetito para que devoráramos las fechas y las calles. Esa droga, ese placebo que no era cocaína, ni peyote, ni crak, ni L.S.D. ni marihuana; esa droga que en nada coincidía con un ave y sin embargo era más ave que las aves. Esa destartalada, esa chúcara fruta que nos hacía sufrir delirios de grandeza, alucinaciones, vahídos y sin embargo teníamos Más salud que los toros. Esa recontramuerta, esa enterrada viva droga de la juventud.

“Creo en la poesía como un alimento, como el puntal imprescindible del Ser, como la vía más completa del enriquecimiento humano, como la voz más entrañable, la poseedora de todos los registros del espíritu. Es mi sostén. Por ella y a través de ella siento que me comunico conmigo mismo, con mis semejantes, con el mundo”. Waldo Leyva

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Élida Manselli Buenos Aires, Argentina – 1941 - 2013 I Entre y cierre la puerta que detrás vienen los presagios. Aquí no encontrará más que tristeza y pequeñas fatigas azules buscándose como torres a larga distancia. Entre y ubíquese en diagonal a las pesadillas, que para estar tranquilo basta hacer el pan diariamente sin pausa y retribuirlo para no quedarse solo. Voy a encender el espectro del bosque. Necesito una mirada que pueda más que el agua, que el dominio del tiempo sobre la inteligencia, que ese fuerte dolor a aguacero en lo sentidos. Siéntese tal cual ha nacido, Con pocas palabras, que hoy descubrí un capullo con diez años de antigüedad y conocerá usted la belleza que nunca ha entrado por los ojos. ¿Siente el roce del planeta? Pronto desplegará el cielo la fila de perdices, esos privilegios de invierno en los campos. Esta soledad que prepara el ángel. de "Gracia-Torcaza", 1978)

César Cantoni La Plata, Argentina – 1951 Aquí no hay dios Aquí no hay dios, ni griego ni romano, que presida ninguna ceremonia. No hay oro ni laurel para los vencedores. Aquí no hay más que un piquete de obreros, con martillos neumáticos, rompiendo la calzada, haciendo un pozo que no será nunca el ombligo del mundo, la fuente de las revelaciones. Un pozo más hondo que el sentimiento de los dioses, más negro que el propio corazón humano. De Triunfo de lo real, 2001

José María Pallaoro City Bell, La Plata, Argentina La enredadera Las rejas desaparecen Es indudable que ese jazmín crece para recordarnos que la belleza es aún posible Dentro de pocos días sus flores perfumarán la intimidad de esta habitación donde consumo mis horas en busca de un tesoro que no encuentro y que no sé si existe

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Cristina Villanueva Argentina El llanto de un dios oculto Un hombre me regaló esta imagen para la lluvia Como una Eva sumisa, de su costado a mi mano, hablo.Como lilith rebelde abro el camino y el cielo y el infierno copulan a bocanadas de lluvia, luces y sombras , la furia Y la ternura se abrilantan en la lluvia Un hombre me tira palabras como un viento en la cara y yo se las trabajo. Como un sultán él va al haren y elije la que le cuenta historias contra la muerte. Le ofrezco un té sobre almohadones , él tiene la lámpara de los deseos.LLueve o no llueve a quien le importa. Entre las sedas y los dátiles, él me regala un camello. La lluvia es un oximoron en el desierto.Es el llanto ronco del que nos echó del paraiso.Del que nos donó la culpa al saborear la pulpa roja plantada en el jardín. Nos pone la flor, la fruta , la piel, el mundo con su infinitas hojas para leer, el deseo de saber y nos dice que no. Por eso el dios oculto llora ronco , porque sabe que es imperdonable.

Elsa Fenoglio Haedo, Argentina Antes que el aire y la voz, antes que el agua y la célula, infinito de mismidad, antes que el silencio y la luz, antes que las tinieblas y la idea, todo en el todo, fuí. Porque soy el principio, fuí el principio. En: La decepción, 1986

Wenceslao Maldonado Buenos Aires, Argentina - 1940 (1) La pradera entrelaza el ritmo del pétalo y la pluma. Danzan las Gracias su canción de abrazos. Se levanta el cuerpo celeste del aire. De los hombros dejo caer el manto grueso del invierno. Libre, espero la agitación de la llegada. Es mi nueva estación de la vida. (Primavera)

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Esteban Moore Buenos Aires, Argentina - 1952 País lejano 5. Durante el día fuimos turistas, en un micro para turistas, observamos las glorias mecánicas de la Revolución. Durante horas hicimos cola para poder ver al santo, arrastrando despacio nuestros pies, como convictos, rodeados por la formación de guardias armados; descendimos, fuera de los alcances del sol, a una cripta, donde yace Lenin, conservado, bajo el cristal, los planes para la reconstrucción del mundo congelados en su cabeza; la habitación de un hombre muerto pero no se puede tocar sus manos entrelazadas o colocar tus labios sobre su frente de alabastro. Mi padre guardaba silencio, suplicando; durante la noche lo escuché dar vueltas en la cama, emitió pequeños, dolientes, lamentos animales. De partes mínimas

Beatríz Vignoli Rosario, Argentina - 1965 El pino Apagué los motores y anduve a la deriva ¿cuántos años anduve a la deriva, el motor apagado, ni impulso ni gobierno, sin dirección? Me recuerdo leyendo neones a la vera de avenidas desiertas. ¿Cómo pudo nevarme encima todo este cansancio? ¿Cómo pudo acumularse, quedar ahí toda la vida? Sacudo la cabeza como un pino. La nieve no se va. De Viernes -2001

Eduardo D’Anna Rosario, Argentina -1948 Regreso de vacaciones En unos pocos días, nada más, todo se ha derrumbado: cucarachas muertas a causa de previsores insecticidas, plantas exangües. Olor a cadáveres lapidarios. Los héroes de novela protestan su abandono desde los anaqueles. El gato Juan, reintegrado, pasa en una neblina de desprecio.

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Carlos Aprea Villa Elvira, La Plata, Argentina - 1955 Partir Una y otra vez, como un mantra frente a la iniquidad y las miserias de lo cotidiano, escucho al mundo aún no nacido frente a mis ojos, la música de los caminos desconocidos, la geografía que aún ignoro, ajena a la postal turística y al cálculo de los operadores financieros, la vieja tierra, violada por la avaricia de la tasa de ganancia y el afán de hacer de todo el universo un gran y único mercado. La vieja tierra permanece, me espera, ancha y lejos, salpicada de amigos desconocidos que aún conservan bien colocado el corazón, las manos francas y dispuestas, el animo de compartir y la música de las fugaces bienvenidas, entonces siento, una vez más, que es hora de partir. De: Pueblos fugaces

Osvaldo Ballina La Plata, Argentina - 1942 Cielo en mano de la tierra mutilada llega, criatura libre, el mutismo vivo de lo increado cielo en mano entre cien infiernos volando cópula pródiga en la espesura humana De profanaciones ínfimas

Alicia Perrig Córdoba, Argentina Regresa Desde allá desde un sol con mordaza de niebla desde el fondo de un cauce sin río desde un crucifijo de hiel y cenizas desde una matanza de gritos viene esta sombra Abismo de dientes y frío. En Pecado original, Ediciones Namastei, Argentina, 2007

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Aurelino Costa Portugal à excepção estender as mãos no peito elegíaco da memória debruçar sobre as anémonas neste dia de tragos húmidos e verdes de sol borracho e intempéries colher hálitos de begónias selvagens e não morrer há um pathos maior e coagulador neste fado. In: Domingo no corpo, Deriva Editores / Porto / 2013 Envio Rui Mendes

Ledo Ivo Maceio, Alagoas, Brasil – 1924 - 2012 Soneto Puro Fique o amor onde está; seu movimento nas equações marítimas se inspire para que, feito o mar, não se retire de verdes áreas de seu vão lamento. Seja o amor como a vaga ao vago intento de ser colhida em mãos; nela se mire e, fiel ao seu fulcro, não admire as enganosas rotações do vento. Como o centro de tudo, não se afaste da razão de si mesmo, e se contente em luzir para o lume que o ensolara. Seja o amor como o tempo – não se gaste e, se gasto, renasça, noite clara que acolhe a treva, e é clara novamente.

Eugénio de Andrade Póvoa de Atalaia , Portugal – 1923 –2005 Sul Era verão, havia o muro. Na praça, a única evidência eram os pombos, o ardor da cal. De repente o silêncio sacudiu as crinas, correu para o mar. Pensei: devíamos morrer assim. Assim: explodir no ar. De O Outro Nome da Terra (1988)

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Alfredo Lavergne Valparaíso, Chile –1951 Arte Poética Él, en la poesía chilena. No sé si le interesa que estemos enterados de su existencia o si será juzgado por hablar al oído al predicador saltarín. Por la ascensión abrasada del volcán en erupción, los desencantos de la tierra que tiembla al acomodarse, la redención cabizbaja que asumen los remolinos de viento, el légamo del Mapocho que amasija desechos en la ciudad, el duro revés del mar que azota o por la nostalgia que empuja a enraizarnos en paisajes recreados. A Él y a todo los pudúes en nombre de escondites subjetivos y refugios oficiales, Chile no los puede catalogar de imaginarios. Los que creemos que la cabeza de la gente no está en todo lugar y el asombro en todas partes. Los que proponemos que no hay sobrenatural y que existe el entorno desconocido. Aseguramos que no fue responsable de negarnos un día once. Aunque nada y todo es de Él, con conciencia o sin ella, estamos tristes. Hay un vacío en nuestro espacio terrenal, en la flora y fauna que sucumben como recuerdos trasplantados, sin juzgar a los individuos que aplaudieron esos golpes tan fuertes, Señor. Ellos, arrastran al Padre nuestro, se multiplican si atrapamos peces en sus redes y lanzaron nuestras flores a los ríos desaparecidos de esa historia y si no existe, nada hemos perdido de ese paisaje frente a la realidad, de la puesta de mano al atardecer y de lucidez al soñar con fenómenos naturales. Nada del límite entre la vida y la muerte. Alguien se cansó de observar, ocuparse de nosotros y aparece o desaparece por obra y gracia de la Poesía chilena.

Juan Cameron Valparaiso, Chile – 1947 Es increible como Es increible como juvenecen las fotos día a día Nos acercan a la infancia a tropezones se nos cae el bigote se nos afila el cuello y se adorna un mechón sobre la frente y le nacen a uno unos irrefrenables deseos de correr detrás de la experiencia detrás de una muchacha detrás de algún balón en una cancha vacía. En Obra extranjera ( 1989- 2007) Editorial Puerto Alegre, Chile, 2011.

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Sergio Badilla Castillo Valparaíso, Chile –1947 Hoy me declaro rey de Snaeland Hoy me declaro rey de Snaeland, en la espesa bruma que ciega la bondad de los ojos ante las piedras quietas que fueron arrancadas de su sitio para ocultar la huella de los que se fueron en la tierra. El trueno sonó repetidamente en la oquedad del silencio rompió la humildad visible de todos los cristales y los años se hicieron inciertos para aplacar la terquedad de la memoria. Muchos callan sus bocas o dan vuelta la espalda desean recurrir a la lógica del recuerdo que se pierde, a la solemnidad del buitre cuando alcanza las alturas, pero que aún así, se nutre de horror en su rapacidad de ave. Las playas siguen siendo arenales, donde se esconde la vergüenza de los cuerpos sin rostro. El oso avista una vez más, bestialmente a su presa entre las rocas, sin embargo, su zarpazo no tendrá la misma fuerza que antes. Mi casa está todavía, me dicen, en la vecindad humilde de las bajas lumbres, donde se refleja el vértigo de la totalidad del universo, en la intransparente oscuridad de los rincones. Equivocado así pues, en la duda, seguiré siendo el extraño, el ingenuo, el absurdo, el pendenciero. Vuelvo entonces de un país con un nombre que se queda asido con la prontitud de los labios, siendo un desconocido paria. Cuento historias, me escuchan los viejos, otros relatan con magnitud, la relación de sus propias epopeyas, y nos cansamos de escucharnos hasta que explota, llena de luz, el alba en mi cerebro. Alguien dice que los vientos aún arrastran la muerte que el inclemente ya no pertenece a este antiguo vecindario: Aún así, hoy me declaro rey de Snaeland, del suelo que se mantiene verde todavía, a pesar de la tristeza, cuando mis padres dejaron los ruegos y me hablaron con furia para conocer de donde proviene tanto dolor inconsolado. Fueron otros los que esquivaron la mirada a la intensidad del fuego y mis pasos torcieron súbitamente su rumbo, fiordo arriba, con mis hijos, con Ture y sus hermanos donde la soledad se esconde silenciosa detrás las estrellas. Hoy me declaro rey de Snaeland. Un relámpago invernal intenta arrebatarme la certeza de mi lengua. Se desvirtúan los años en la raritud de otro suelo y pienso que mis huesos se profanan, se herrumbran en la perpetuidad del esqueleto si la verdad no alcanza la utilidad de la modestia. Entonces no hay más oficio que mirar la tierra desde abajo para evitar la desesperación que trae la memoria en sus pendones. Hoy me declaro convencido rey de Snaeland. El mito no ha de quedar inconcluso en la apatía de este tiempo, sin dejar huella evidente de la anterioridad de mis pasos, porque sé, que algún fantasma perseguirá eternamente mis sueños. Lloro quizás, al recordar las viejas desventuras, y tropiezo, con minuciosa calma cuando los trastos de mi nueva casa, se interpongan obstinados en la lentitud de mis torpes pasos: la oscuridad crece, silenciosa y desordenadamente en mis contornos, aún así, exijo la dignidad que el vencedor debe al derrotado. No hay ceremonia, ni invitados, No hay pajes, ni sirvientes: sólo la dignidad del que regresa hoy, cuando me declaro, finalmente, rey de Snaeland.

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Omar Lara Nueva Imperial, Chile - 1941 Velocidad 1 Atisbo un signo de puñal una noticia en sobre oscuro una verdad y una mentira una señal Madura una idea como un fruto que no cuelga de ningún árbol aletea en mi hueso y en mi espasmo pájaro enjuto Vine esta mañana a encontrarlo como un caballero vida en ristre quebró mi lanza y mi suspiro dobló mi mano.

Leo Lobos Santiago, Chile - 1966 No pidas frutos al árbol que no riegas “Así como el queso atrae a las ratas, las competencias, deportivas o guerreras, atraen a los humanos que no se han liberado de su egoísmo.” -Alejandro Jodorowsky “rodeada de relámpagos es el rayo quien te besa” Georges Bataille

No pidas frutos al árbol que no riegas No pidas nada a la nada que respiras no pidas aire no pidas más Escucha en silencio el árbol te dice con sus mudas hojas lo que en verdad eres Un reloj de sol que a cada momento proyecta la hora que es, el alma, la energía diferente de cada hora No pierdas el día no fuerces tus horas limpia tu sombra riega las flores presiente a los árboles y sus raíces buscar el agua corre ve y dile a los demás La Reina, Santiago de Chile, 2007.

Oscar Hahn Iquique, Chile - 1938 Canis familiaris Llegará. Siempre llega. Siempre llega puntual el sin cesar ladrido del perro funerario. Entra por la ventana y repleta tu cuerpo con puntiagudos ruidos. Es una larga máquina de escribir, con cabezas de perro como teclas. No te deja dormir el tecleo canino de ese perro canalla. El sin cesar ladrido del perro funerario llegará. Siempre llega. Siempre llega puntual

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Javier Hernández Fernández La Palma, Gran Canaria - 1979 Principio de incertidumbre de Heisenberg Es imposible medir, de forma precisa y simultáneamente la posición y el momento lineal de una partícula. No obstante, si te dijera que conozco toda la ciencia del sol y la luna, sería un sucio mentiroso. De la física, lo único que aprendí es que somos dos partículas con un destino igual, quieto y seguro, que pierden el tiempo intentando todas las fórmulas, trayectorias y vidas posibles, todas y cada una, tan sólo para llegar de ahí hasta Aquí. Del libro antológico "Confluencias" (Anroart, 2012 - colectivo literario "Nueve Puertas)

Antonio Arroyo Silva Islas Canarias Félix Duarte/ No te subas al aire de los trenes del cielo no partas cuando el humo traiga una estela añil del óxido asomado a tus llanuras rojas. Polilla en el andén, farola en el escollo va a esperarte soñando. No te subas ni bajes del asombro, despierta en el mismo rincón que marcaron tus días de beberte la sombra. Ni te alcance el adiós con sus banderas blancas. El tren no llegará, se quedará en tu fondo aguardando las algas de tu boca, marino de quebradas y túneles que vacían espuelas a los hongos del transito. Caballos de la luz que arrecian cicatrices como velas sedientas por donde las gaviotas anidan traqueteos de nubes desangradas. Caminante de ondas, derrama el oleaje. Espérate, no subas la escalera inminente. No pises los pasillos bajo la soledad de libélulas dulces. No te subas al tren, ni te bajes de ti. De: Poética de Esther Hughes

“El plan globalizador impuesto desde arriba, ha creado sombras en la mitad de esta esfera que gira en un solo sentido al ritmo egoísta de muy pocos. La tierra no es de quien la trabaja, el aire ha enceguecido a las estrellas; en el agua de los ríos y los lagos ya no respiran los peces; los árboles ya no guardan los nidos de los pájaros; en los bosques sólo quedan raíces que nunca darán frutos. Preguntémonos ¿por qué? y tendremos la respuesta: pocos, muy pocos se beneficiaron a través del avance tecnológico con la extracción de riquezas, el progreso se olvidó del hombre y su entorno.” Walter Solón Romero, 1997. “La conciencia social del muralismo”.

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Thelma Nava México Las señales ¿Acaso era necesario decir que las señales del amor eran tan evidentes como el sello que llevaba en la frente el acusado como la ola invisible lamiendo el ala de nuestro corazón? ¿Acaso necesitábamos preguntarnos qué era lo que nos acercaba y nos hacía rechazarnos, serpientes agonizando en nuestro propio laberinto? Todo nacía de madrugada, con la avidez del que espera uno y otro día en silencio la partida, la ruptura del círculo, el imposible beso de la figura de barro que nos llama. Todo nacía en verano, donde la realidad y el sueño se confunden cogidos de la mano del absurdo, de lo que no es jamás regreso de la siempre partida hacia otra parte. Día que aguardas el silencio de la luz construyéndote y llegas atónito ante las puertas que te fueron negadas. Poemas para “Cuadernos de Caridemo” Para volver al mar

Marco Antonio Campos México - 1949 Aquellas cartas El ayer llega en el hoy que saluda ya el mañana. El mirlo cantaba en el haya a la hora del degüello. Era fines del ’72. Yo atravesaba en tren Europa occidental, o caminaba, por saber adónde, un sinnúmero de calles, y en cuerpos ondulados de jóvenes tenues, o en la delgadez del aire en la rama de los castaños, o en reflejos, que creaban imágenes, en aguas del Tajo, del Arno o del Danubio, la creía ver, y ella lejos, en mí, en Ciudad de México, con sus clarísimos 19 años, regresaba en verde o azul, para luego irse y regresar e irse en el ayer que hoy llega para hablar mañana. Era fines del ‘72, y yo no sabía que el mirlo cantaría para mí a la hora del degüello. Ella hablaba de amor en mí, por mí, de mí, pidiéndome que le enviara más cartas, que guardaba -eso decía- en el color de los geranios sobre los muros de su casa en el barrio de San Ángel, sabiéndola diciembre que era de otro, pero yo le escribía cartas y cartas en el compartimiento del tren de una estación a otra, bebiéndome milímetro a milímetro la morenía de su cuerpo como antes, sin saber que la tinta se borraba como el color de los geranios en el muro de su casa. Pero al evocar ese ayer convertido en un hoy que es ya mañana, sin escribir ya cartas entre una estación y otra, me parece que aún oigo la canción del mirlo a la hora del degüello.

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Javier Naranjo Medellín, Colombia -1956 Fiesta en casa En esta casa todo lo que llega se afantasma y entonces no llega o llega sin poner pie y apenas un remedo de voz sostiene hilo delgado y atento a encontrar al otro lado abismo y bailamos: formas de química azules entre las patas de los muebles y entre las mesas y en las copas firmes en su certeza bailamos el baile de la inexistencia donde ningún pie tropieza.

Omar Castillo Medellín, Colombia -1958 Magma Incandescente el día, Ascua que pone A brillar las pieles Grasosas y los pellejos; Incandescente sucede Lacrando el orden, Dejando sin juicio los augurios, Postergadas las invocaciones; Incandescente y resquebrajando Todo principio de realidad, Todo fundamento de ilusión; Ascua donde se cuece el alfabeto Que nombrará otra, La realidad y la ilusión. En: Los años iniciales en el vacío 2001-2008- Fondo Editorial Ateneo Porfirio Barba Jacob

Oscar Acosta Tegucigalpa, Honduras, 1933 Los poetas Los mayas comparaban a sus poetas con los molineros celestiales y agregaban que ellos extraían pacientemente del maíz del idioma una harina finísima: la poesia. En “La minificción en Honduras”, comp. Víctor M. Ramos. Edit. Girándula, 2007.

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Jotamario Arbeláez Cali, Colombia - 1940 Después de la guerra un día después de la guerra si hay guerra si después de la guerra hay un día te tomaré en mis brazos un día después de la guerra si hay guerra si después de la guerra hay un día si después de la guerra tengo brazos y te haré con amor el amor un día después de la guerra si hay guerra si después de la guerra hay un día si después de la guerra hay amor y si hay con qué hacer el amor

David Diop Dakar, Senegal -1927- 1960 África África, mi África, África de los altivos guerreros en las sabanas ancestrales, África que mi abuela canta Al borde de su río lejano, Nunca te he conocido Pero mi mirada está llena de tu sangre, Tu bella sangre negra a través de los campos derramada, La sangre de tu sudor, El sudor de tu trabajo, El trabajo de la esclavitud, La esclavitud de tus hijos. África, dime África, ¿Eres tú pues esa espalda que se inclina Y se tiende bajo el peso de la humildad, Esa espalda temblorosa con rayaduras rojas Que dice sí al látigo en los caminos del mediodía? Entonces gravemente me respondió una voz: -Hijo impetuoso, ese árbol joven y robusto, Ese árbol allá lejos, Espléndidamente solo en medio de flores blancas Y marchitas, Es África, tu África que reverdece, Que reverdece pacientemente, obstinadamente, Y cuyos frutos tiene poco a poco El amargo sabor de la libertad.

Bang Viet Vietnam Los tejidos de color sombrío guardan un poco el alma de lo antiguo. Tú naciste -¿y desde cuándo se te ha dado el calor? Aún tú no lo sabes, pero ya la primavera se extiende en todas partes la ciudad se abre para ti. Todas las avenidas cumplen un año el día de tu cumpleaños.

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Fatoumata Ba Malí - 1974 Injusticia Déjame Mojar mi pluma Abismo de los malvados Déjame detenerme El tiempo de un suspiro Furtiva, límpida Guardar la imagen del mundo Desviado por su mentira Verdad enmudecida Romper la enfermiza ignorancia Romper la pasividad Silencio abrevador de reproches Pesado mi sueño Pesado sobre mi párpado Frágil Donde se agota la apatía Se subleva la justicia. Fte: Antología poética Festival Internacional de Poesía de Medellín

Antonio Cisneros Lima, Perú – 1949 - 2012 Poema sobre jonás y los desalienados Si los hombres viven en la barriga de una ballena sólo pueden sentir frío y hablar de las manadas periódicas de peces y de murallas oscuras como una boca abierta y de manadas periódicas de peces y de murallas oscuras como una boca abierta y sentir mucho frío. Pero si los hombres no quieren hablar siempre de lo mismo tratarán de construir un periscopio para saber cómo se desordenan las islas y el mar y las demás ballenas -si es que existe todo eso. Y el aparato ha de fabricarse con las cosas que tenemos a la mano y entonces se producen las molestias, por ejemplo si a nuestra casa le arrancamos una costilla perderemos para siempre su amistad y si el hígado o las barbas es capaz de matarnos. Y estoy por creer que vivo en la barriga de alguna ballena con mi mujer y Diego y todos mis abuelos. De: Canto ceremonial contra un oso hormiguero

Roberto Ferrer Hernández Cádiz, España - 1985 Aforismo sintético Si con ingredientes transgénicos se puede realizar un exquisito pastel. Con palabras huecas y versos de plastilina, tejeré un poema que trascienda. De Grima y escombros

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Adnan Özer Turquía - 1957 La muerte del cascabel (2) I se acaba el tiempo Margarita el agua llena los relojes un gusanito está pasando por la arena de mi cerebro La voz emigra Margarita mueren cascabeles en la casadevoces los gusanitos pudren su lengua sólo entra la muerte por la puerta abierta II cuando la voz se muere nadie puede llamar a nadie el amor secreto de los dos no se encontrará en el corazón de una perla cuando el tiempo se incendia la muerte no apuñala por la espalda y llega a nuestras casas se acomoda se pone nuestras ropas en su cuerpo repleto de costras y duerme en nuestras camas cuando todo el mundo emigra la muerte vive su soledad por última vez oye mi cuerpo y huéleme cuando desaparezca quizá vuelva a desatarse otra tormenta Traducción de Serdar Gelik y Jordi Virallonga

Leticia Herrera Michoacán, México Viajera Ese hombre obeso de ansiedad extravía la mirada en tu boquita de pez fosforescente Pende del pasamanos como un mico al acecho en espera del sopor que separe tus piernas dispuesto a construir tus pesadillas apenas llegue el sueño De: Ver al volar, Mèxico, 1988

“Con el vino se alimentan las fuerzas, la sangre y el calor de los hombres”- Plinio el Antiguo

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Mijailo Osadchy Ucrania -1936 Elegía a la soledad de la pietra Porque cuando llevaron a cabo el proceso, El testigo estaba detrás de la pared. Hollaba la bota de hierro Con su pétrea suela. ¿Sucedió? La gangosa condena. ¿Sucedió? Con furia animal. Lanzó dos veces la bota Su pedrada en el centro del corazón. ¿Sucedió así? Nevó en las montañas, Y detrás de la pared los quejidos. Así sucedió, tu veneno hasta la raíz,— —No, no fue así. Estalló la carcajada. Aplastaba la bota con contundencia Allí, detrás de la pared. Cuando llevaron a cabo el proceso Contra la soledad de la piedra. Tomado de Poesía ucraniana del siglo XX. Una iconografía del alma (Revista Litoral, nº 197-198, Torremolinos, 1993, trad. de Iury Lech). Envió Reynaldo García

Víctor Jiménez Sevilla, España – 1957 Puntos de vista Lo que yo te diga, amigo. Por muchos años que cumpla, uno sigue siendo el mismo. ¿El niño que llevas dentro? Si es la verdad lo que buscas, ve y pregúntale al espejo. En: Tango para engañar la tristeza, Renacimiento Editores, Sevilla, 2003

Blanca Andreu La Coruña, España - 1959 Hombres de los océanos A Miguel Lodeiro

Navego sobre trigo celeste entre hierbas azules por los campos marinos. Aquí son gaviotas las tórtolas y el mirlo, cormorán. Los que labran estos húmedos surcos de color verde o índigo recogen plata si siembran sueños o deseos de volver al hogar.

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Niels Hav Dinamarca Con Charlie Chaplin en Yulin Se ha dicho que la Gran Muralla China puede ser vista desde la luna - costoso y complicado verificarlo pero se puede dar por sentado que la luna se ve desde la Gran Muralla. Cuando Charlie Chaplin conoció a Genghis Khan un día en Yulin se detuvieron en la gran muralla o en la torre vigía Zen Bei Tai para escrutar la luna e intercambiar principios: “La mayor felicidad está en el triunfo sobre los enemigos, arrasarlos, tomar sus esposas e hijas”, dijo Genghis Khan. “Lo siento, no intento ser emperador”, repuso Chaplin, “ese no es mi asunto, intento vivir para la felicidad de otros”. A diferencia de la luna que es una metáfora para el amor y el anhelo, la gran muralla es una débil metáfora para la construcción de imperios, todos los imperios declinan al final. Ahora Genghis Khan es un asado mongol y Charlie Chaplin está muerto. Dios con buen sentido del humor Creó este mundo, mucha de nuestra gloriosa historia Es una gran broma. Vamos, no olvidemos cómo reír. Traducción de Julián Hernández Cajamarca

Carlos Edmundo de Ory Cádiz, España -1923 En un Café He vuelto ahora sin saber por qué a estar triste más triste que un tintero Triste no soy o si lo soy no sé la maldita razón porque no quiero He vuelto ahora sin saber por qué a estar triste en las calles de mi raza He vuelto a estar más triste que un quinqué más triste que una taza Estoy sentado ahora en un café y mi alma late late de sed de no sé qué tal vez de chocolate No quiero esta tristeza medular que nos da un golpe traidor en una tarde Pide cerveza y basta de pensar El cerebro está oscuro cuando arde. Oscar Fernando Sierra Honduras La existencia Existo en la humedad de las hojas En el lodo de sus pantanos de sangre existo en el polvo de los ventanales asesinados nadie dijo nada al final de la calle la libertada agoniza los silencios de la noche nuestro sueño se hunde en la mano d el abismo ellos inventaron la muerte un domingo cualquiera la existencia es un vendaval de llantos en el anonimato.

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Mariangela Gualtieri Cesena, Italia - 1951 Tal vez se muera hoy – sin morir. El fuego agoniza en su corazón. Sangran las banderas. La rendición es total. Aquello que nazca hoy crecerá prisionero. Resistan todavía puertas invisibles de la alianza bastiones de la calma. Sostengan el bien que se desgrana en migas en cartón. El pueblo se ha disperso. Muy adentro a cada uno le crece el débil recinto del miedo – la temible bestia. A quién pedir ayuda? Todo es un desierto desolado. Un paso adelante quien sabe hacer el pan. Un paso adelante quien sabe crecer el trigo. Comenzamos de aquí. Versión al castellano: Gabriel Impaglione

Gunnar Ekelöf Suecia - 1907- 1968 Apoteosis dadme veneno para morir o sueños para vivir pronto acabará el ascetismo a las puertas de la luna que el sol ya ha bendecido y aunque divorciados de la realidad los sueños del muerto cesarán de lamentar su destino. padre a tu cielo devuelvo mi ojo como una gota azul en el mar el mundo negro ya no se dobla ante palmas ni cantos de salmos pero vientos milenarios peinan el suelto cabello de los árboles los manantiales apagan la sed del invisible caminante los cuatro puntos cardinales están vacíos en torno a la camilla y la muselina de los ángeles se convierte por encanto en la nada

Philip Larkin Coventry, Inglaterra – 1922 -1985 Días ¿Para qué son los días? Los días son donde vivimos. Vienen, nos despiertan Una y otra vez Son para que estemos felices en ellos: ¿Dónde podríamos vivir sino en los días? Ah, contestar esa pregunta Hace que venga el cura y el doctor Con sus abrigos largos Que corran por los campos.

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Yves Jacques Bouin Francia – 1951 Entre silencio y ruido la voz plantea los enigmas Por ella De la que no sabemos bien Lo que canta Por las palabras que eleva El silencio que alcanza Las guerras que admite Los amores que sostiene Enjambre de sonidos en el fondo del cuerpo Que transportan a los siglos hiel y miel Comnpañera sin tregua Como la marea al borde de los labios A lo hondo va Y viene de la respiración Que es ella Inquieta o serena Agua de los deseos y de los encantos A las suaves o violentas horas deldrama A garganta anudada O a garganta desplegada A veces como un mantel de paz se extiende. La voz

Odalys Leyva Rosabal Cuba Premoniciones IV Vírgenes sórdidas, permanencia de ser muchachas aún cuando sus años culpan los senos que fluyen sobre la piel. No despierta el exquisito miedo de la indiscreción, sin remedios las ropas siguen siendo desnudas. Pobre imaginación, inútiles pasos innombrables que insinúan volver toda la distancia a la semilla de las ataduras (sangre igual a la fe) cualquier cosa las hará despertar en regocijo. Meditación del cuerpo, Editorial Ácana, Camagüey, Cuba, (2005);

Fernando Rendón Medellín, Colombia - 1951 Nuestros poemas estarán impregnados de la primera radiación del sol Nuestras palabras alcanzarán la juventud de la tierra Nuestro sueño rozará la imaginación primera La vida extraordinaria y milagrosa por la que nos peleamos cruentamente No es demasiado veloz para nuestra apetencia del vuelo Nuestras energías pondrán en marcha por fin y por siempre a nuestro propio cuerpo Ya que fuimos y seremos siempre el cuerpo único de la especie, de la que nos separó el indigente "yo" Escribimos poemas hechos de la palabra de un sueño de las energías Que van y vienen fuera y dentro de nosotros como las olas de la existencia Para alertarnos sobre la edad a la que pertenecemos Pues somos todavía los mismos de todos los tiempos visionarios La mirada sobre el mundo no nos separará para siempre "y la muerte no tendrá señorío" de Cantos de la rama roja

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Isla Negra /Navegaciones24 De puerto a puerto, del castellano al italiano, 10 Textos 10 en la bodega de la nave de línea de Isla Negra.

Rodolfo Álvarez Junín, Provincia de Buenos Aires, Argentina – 1957. Poeta. Publicó, entre otros títulos: Silueta por los bordes (1982), Pensamientos apuntados (1985), Algunas palabras contra la pequeñez de la muerte (1991), Paisaje Primavera (1991), Biografeo/Distraigo (1992), Danza/Lanza (1996), Pez en la medianía (1998), Bodas del no hacer (2000), Palotes en la súplica (2001), El amor es tu risa (2006), y Escrito en el Desierto (2011). Las poesías de la presente edición fueron tomadas de: Escrito en el desierto, Edic. Del colectivo volador, Junín, 2011

Perdón Disculpenmé yo no entiendo el perdón ningunamente. 3 cosas hay en la vida Toda poesía es sexual por sus carencias por sus sobraduras Toda poesía es política con lo que nombra con lo que deja de nombrar toda poesía es mística en lo que esconde en lo que viene a descubrir 3 cosas hay en la vida el que tenga esas tres cosas... Sello cuerpo que te abrigué estás muriendo cuerpo que me amaste y tanto no entiendo porqué seguiré viviendo. Ojos Tus ojos de súcuba que ha perdido todo misterio y sin embargo tus ojos íncubos que fundan todo el misterio y la distancia tanta que acercamnos juntos.

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Te veo fumar Te veo aquí ahora fumando esa belleza rebelde de vos que ahora es resignación vicio nada pero te veo fumando ahora como cuando conmigo fumabas y tus nervios de belleza contenían y explotaban para volver a contener tu cuerpito animal toda tu transpiración todo lo que era amor y transpiraba también. Tus cabellos no es que mi mano no no es que mi mano insista siempre en acariciar tus cabellos es que tus cabellos tus cabellos están ahí como otra mano sonriente para acariciar mi mano mi mano que te acaricia. Lo que te digo todo lo que quisiste saber una espuma un árbol gigante calmando el viento un juego de espejos sobre el desierto de la voz un espinel donde varados esperan barcos fantasmas los arcaismos del ánimo o su reverso y el pasado el pasado que pesa y hunde y refleja todo todo lo que quisiste saber de esa mujer no está disponible en serio yo sé lo que te digo.

Miradas al rencor se lo cruza con el pavor y todo es menor al pavor: cocina lenta sobre la idiotez de sentir cuando no debieras al sentir, bueno, no se le puede negar al tiburón su hermoso ojo asesino.

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A la señorita “S” no solo en sueños Para Jorge Dipré y Jorge Yaconcick

No hay perdón en nada vos respirás en mi sombra y jadeás en mi cuerpo El destiempo es espera que la laxa tarde permite o ríe Y no no hay perdón nunca la zona del coraje de la memoria canta en ese resbalar que nos transpira extraño.

Cegueras mi ojo izquierdo se niega a ver la pila de cadáveres que andan caminando sobre la pila de cadáveres no encontrados aún en el país mi ojo derecho bueno ya sabés a ése nunca lo uso. Perdono scusatemi io non capisco il perdono nessunamente.

3 cose ci sono nella vita Ogni poesia e’ sessuale per le sue carenze per le sue abbondanze Ogni poesia e’ politica per quello che nomina per quello che lascia di nominare Ogni poesia e’ mistica in quello che nasconde in quello che scopre 3 cose ci sono nella vita e chi ha queste tre cose... Timbro corpo che ti coprì stai morendo corpo che mi hai amato e tanto non capisco perché continuerò vivendo.

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Ti vedo fumare Ti vedo qui adesso fumando quella tua bellezza ribelle che adesso è rassegnazione vizio niente ma ti vedo fumando adesso come quando con me fumavi e i tuoi nervi di bellezza contenevano e scoppiavano per riprendere a contenere il tuo piccolo corpo animale tutta la tua traspirazione ogni cosa che era amore e traspirava anche.

Occhi I tuoi occhi da succube che hanno perso ogni mistero e nonostante i tuoi occhi incubi che fondano ogni mistero e la distanza tanta che avvicinammo assieme.

I tuoi capelli Non è che la mia mano non non e’ che la mia mano insista sempre nell’ accarezzare i tuoi capelli e’ che i tuoi capelli i tuoi capelli sono li come un’ altra mano sorridente ad accarezzare la mia mano la mia mano che ti accarezza.

Quello che dico Tutto quello che hai voluto sapere una schiuma un albero gigante calmando il vento un gioco di specchi sul deserto della voce un molo dove arenate aspettano le navi fantasma gli arcaismi dell’animo o il suo contrario e il passato il passato che pesa e affonda e riflette tutto ogni cosa che hai voluto sapere di quella donna non e’ disponibile e’ vero so cosa ti dico.

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Alla signorina “S” non solo in sogni a Jorge Dipré e Jorge Yaconcick

Non c’e’ perdono in niente tu respiri nella mia ombra e ansimi sul mio corpo Il tempo incongruente e’ l’ attesa che la rilassata sera permette o ride e non non c’e’ perdono mai la zona del coraggio della memoria canta in qualche scivolo che ci respira estraneo.

Cecità Il mio occhio sinistro nega di vedere la pila di cadaveri che vanno camminando sulla pila di cadaveri non trovati ancora nel paese il mio occhio destro tu già conosci quello mai usato.

Sguardi al rancore s’ incrocia la paura e tutto il resto perde importanza alla paura: cucina lenta sull’ idiozia del sentire quando non dovresti al sentire, va beh, non si può negare allo squalo il suo bell’ occhio assassino. Versiones al italiano: Gabriel Impaglione

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Isla Negra no se vende ni se compra ni se alquila, es publicación de poesía y literaturas. Isla Negra es territorio de amantes, porque el amor es poesía. Isla Negra también es arma cargada de futuro, herramienta de auroras repartidas. Breviario periódico de la cultura universal. Estante virtual de biblioteca en Casa de Poesía. “Poesía/ Perdóname / por haberte ayudado a comprender / que no estás hecha solo de palabras”- Roque Dalton

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