TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE

TRASTORNOS R.F. TUCHMAN DEL APRENDIZAJE TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE R.F. Tuchman THE TREATMENT OF LEARNING DISABILITIES Summary. Th

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TRASTORNOS R.F. TUCHMAN DEL APRENDIZAJE

TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE R.F. Tuchman THE TREATMENT OF LEARNING DISABILITIES Summary. The child neurologist, developmental pediatrician or child psychiatrist involved in the care of children with learning disabilities has a crucial role that extends beyond diagnosis. The goal of the medical professional involved in the care of a child with learning disabilities is to attempt to identify which areas of the brain are dysfunctional and to suggest a specific educational intervention based on that knowledge. The prevailing view of the biologic correlates of reading disabilities is that it is a phonolinguistic problem. Interventions that increase phonological awareness are an essential first step in the remediation of learning disabilities. The primary use of medications for children with learning disabilities is to open up a window of opportunity for educational intervention. Our increased understanding of brain function and brain plasticity hold promise in the development of future neuroeducational interventions for children with learning disorders. [REV NEUROL CLIN 2000; 1: 86-94] [http://www.revneurol.com/RNC0101/a010086.pdf] Key words. Children. Dyslexia. Learning disabilities. Educational intervention. INTRODUCCIÓN

Se estima que entre un 5 y un 10% de la población escolar en Estados Unidos presentan trastornos del aprendizaje que han podido identificarse, y que hasta un 5% de todas las visitas a los consultorios del pediatra y hasta un 50% de los niños evaluados en clínicas de salud mental padecen trastornos del aprendizaje [1]. Los estudios muestran que menos de un 40% de los niños con incapacidades mentales completan el grado 12.º de escolaridad, en tanto que las tasas de desempleo, desajuste social, problemas conyugales y delincuencia son más elevadas en individuos adultos con trastornos del aprendizaje [2]. La frecuencia de los trastornos del aprendizaje y los pobres resultados asociados a ellos hacen imperativo que los profesionales implicados en brindar atención médica a los niños afectados participen activamente en las estrategias de atención y planes de Recibido: 16.01.00. Aceptado: 18.02.00. Dan Marino Center. Weston. Departamento de Neurología. Miami Children’s Hospital. Miami, Florida, Estados Unidos. Correspondencia: Roberto F. Tuchman, MD. Dan Marino Center. 2900 South Commerce Parkway. Weston, Florida 33331, USA. Fax: 954 349 2379. E-mail: [email protected]  2000, REVISTA DE NEUROLOGÍA CLÍNICA 86

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tratamiento para los individuos con trastornos del aprendizaje. La dislexia, el más común de los trastornos del aprendizaje, afecta a un 80% de los niños diagnosticados con estos trastornos [3]. La visión prevalente en relación con los correlatos biológicos de los trastornos del aprendizaje es la de que se trata de un problema fonolingüístico [4,5]. Existe alguna evidencia a favor de un déficit en el procesamiento visual, pero no se ha establecido una relación causal entre los trastornos de la lectura y esta alteración [6]. Los trastornos del aprendizaje, tales como la dislexia, son probablemente secundarios a déficit en sistemas modulares paralelos y distribuidos en diferentes regiones del cerebro. Por lo tanto, sería de esperar la existencia de numerosas localizaciones dentro de estos sistemas, cuya disfunción podría conducir a problemas específicos del aprendizaje. No existe un tratamiento o enfoque intervencionista único para remediar los trastornos del aprendizaje y que haya demostrado la capacidad de proporcionar mejorías a largo plazo y reproducibles [7]. El clínico que se enfrenta al tratamiento de un niño con trastorno del desarrollo debe conocer las numerosas estrategias intervencionistas y tratamientos propuestos, la REV NEUROL CLIN 2000; 1: 86-94

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mayoría de los cuales se basan en escasa o ninguna base científica y son ofrecidas por diferentes profesionales. Por difícil y frustrante que sea el realizar recomendaciones terapéuticas, la falta de participación por parte del clínico en la atención de los trastornos del aprendizaje puede tener un efecto muy desfavorable sobre el desarrollo del niño y la familia que se enfrenta a este problema.

DEFINICIONES

La lectura como proceso involucra a sistemas visuoperceptivos y fonológicos que trabajan coordinadamente para extraer significado a partir de los caracteres de la escritura. La dislexia del desarrollo es una incapacidad innata para la lectura. La lectura requiere un procesamiento visual de la palabra escrita (descodificación), seguido de la comprensión de que estos símbolos pueden ser descompuestos en sus elementos fonemáticos subyacentes. Fulbright et al han resumido las teorías actuales acerca de la identificación de la palabra según tres sistemas computacionales distintivos: 1. Los procesos ortográficos que dan lugar a la identificación de las letras; 2. Los procesos fonológicos que producen la identificación de las partes fonemáticas de la escritura, y 3. Los procesos léxicosemánticos que originan la identificación del significado de las palabras [8]. Los fonemas son los sonidos que representan las unidades más elementales del lenguaje y los grafemas son los símbolos utilizados para representar el inventario de fonemas que forma parte de una lengua determinada [8]. La evidencia procedente de numerosos estudios coincide en indicar que una habilidad de lectura pobre se relaciona con una comprensión deficiente del hecho de que las palabras se componen de fonemas y que, dentro de este modelo fonémico, el continuo de los trastornos de la lectura refleja la distribución de habilidades de procesamiento fo-

nológico [3]. Este proceso neuropsicológico de segmentación fonemática dentro de las sílabas y palabras del lenguaje hablado se ha denominado percepción o conciencia fonemática, y la carencia de esta conciencia fonemática constituye el problema central que caracteriza a las deficiencias en el proceso de descodificación durante la lectura [9]. Por definición, la lectura requiere que la palabra escrita sea identificada y descodificada antes de que pueda ser comprendida. De manera que una deficiencia en la percepción fonemática, aun en un individuo con el resto de su capacidad cognoscitiva intacta, no permitirá al individuo utilizar sus funciones cognoscitivo-lingüísticas de orden más elevado para tener acceso al significado del texto [10]. Aunque algunas investigaciones recientes sugieren una contribución independiente de las deficiencias en el procesamiento visual al origen de la dislexia, el consenso abrumador entre los investigadores en este campo es que el problema central en la dislexia del desarrollo es una deficiencia fonológica. A pesar de la carencia de estudios científicos bien fundamentados acerca de las intervenciones terapéuticas en niños con trastornos del aprendizaje, el neurólogo infantil, el pediatra dedicado a los problemas del desarrollo o el psiquiatra infantil involucrados en el cuidado de estos niños, ocupan un lugar crucial que se extiende más allá del proceso de diagnóstico. Entre sus funciones se incluye la realización de recomendaciones específicas en relación con estrategias de intervención tempranas que ponen en una perspectiva neurológica el tipo de intervenciones educacionales dirigidas a maximizar el potencial del niño afectado, que discuten el lugar que ocupan los medicamentos en el tratamiento de estos trastornos, y que utilizan los fármacos en situaciones apropiadas. Además, el médico debe coordinar un enfoque multimodal del problema que es esencial para el tratamiento a largo plazo de los niños afectados por trastornos del aprendizaje.

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LA INTERVENCIÓN PRECOZ

El vínculo bien establecido entre los trastornos del lenguaje y la dislexia permite la identificación temprana de los niños en riesgo. Así, si un niño presenta un retraso en el comienzo del habla, tiene dificultad para pronunciar las palabras, presenta un crecimiento lento del vocabulario o dificultad para hallar las palabras apropiadas, debe ser remitido para una evaluación más a fondo de las funciones del lenguaje y una intervención oportuna. Técnicas específicas para niños con trastornos del lenguaje podrían prevenir o minimizar el riesgo de que estos niños presenten en el futuro un trastorno del aprendizaje [11]. En la actualidad, se exploran intervenciones específicas en niños con trastornos del lenguaje, secundarios a un procesamiento defectuoso de los estímulos auditivos en el lóbulo temporal y a deficiencias en la discriminación del lenguaje hablado [12,13]. Se han diseñado juegos de ordenador en los cuales la intensidad de los sonidos de las consonantes se hace resaltar en relación con el de las vocales y se ha prolongado la duración de las señales del lenguaje. Después de un mes de entrenamiento, los niños que trabajan con estos programas han presentado una mejoría en sus puntuaciones evaluativas para el lenguaje de dos años y estos cambios se mantienen durante por lo menos seis semanas con posterioridad a la intervención, según se ha informado [12,13]. Se requiere más investigación acerca de la utilización de estas intervenciones mediante juegos diseñados para ordenador y que cuentan con una base neuropsicológica, a fin de determinar el impacto a largo plazo de dichas intervenciones en los niños con problemas del aprendizaje debidos a trastornos del lenguaje, tales como la dislexia. Es probable que la identificación precoz de los niños con estos trastornos del lenguaje combinada con nuestro conocimiento creciente de la neurofisiología de las disfunciones del lenguaje, conduzca a intervenciones efectivas, a largo plazo, en niños con 88

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trastornos del aprendizaje vinculado a problemas del lenguaje.

LA INTERVENCIÓN NEUROEDUCACIONAL

El tratamiento más común y más aceptado para los trastornos del lenguaje ha sido la intervención educacional. A lo largo de los años, han existido significativas controversias en torno al problema de cómo educar, de la mejor forma posible, a los niños con trastornos del aprendizaje. Dicho debate, sin embargo, no se ha extendido al campo médico y existe una importante brecha en la comunicación entre los profesionales de la educación y los de la medicina. En el campo educacional, la controversia en torno a cómo enseñar las habilidades para la lectura varía entre los que proponen los métodos fonemáticos, los métodos visuales orientados hacia la palabra y los que proponen el enfoque del lenguaje como totalidad. En el enfoque fonemático, se enseña a los estudiantes a pronunciar los sonidos de las letras y no el nombre de la letra, en tanto que en el enfoque visual de la palabra, se enseña mediante tarjeta diseñadas con el objetivo de hacer memorizar las palabras como una configuración visual [9]. En el enfoque del lenguaje como totalidad, se enseña la lectura mediante la utilización de formatos en contextos naturales, en los cuales las habilidades para el lenguaje que el niño presenta son equiparadas con las exigencias de escolaridad de libros específicos [14]. Este último método, el lenguaje como totalidad, es el que se favorece actualmente para la enseñanza de habilidades para la lectura. Actualmente, también existe interés por el empleo de un enfoque equilibrado que incluye todas las técnicas mencionadas con anterioridad. Los estudios para resolver los problemas en el aprendizaje de las matemáticas se han concentrado en las deficiencias cognoscitivas subyacentes o en operaciones y habilidades específicas [15]. Los REV NEUROL CLIN 2000; 1: 86-94

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trastornos de la escritura se relacionan primariamente con trastornos del lenguaje y la solución de estos últimos es esencial para el tratamiento. Se considera que los trastornos de la escritura como actividad motriz manual (disgrafías) son secundarios a deficiencias en los movimientos motores finos. El tratamiento de las disgrafías se ha centrado en solucionar el trastorno de las habilidades motoras finas necesarias para la escritura, en tanto que se le ha concedido menos énfasis al tratamiento de otras deficiencias subyacentes vinculadas a la secuenciación motora, el procesamiento visuoespacial o la atención [2]. Las estrategias intervencionistas en la escuela para niños con dislexia, discalculia y disgrafía se concentran en la utilización de técnicas de estrategias cognoscitivas. El propósito de estas técnicas es enseñar a los estudiantes estrategias o recursos prácticos dirigidos a superar deficiencias específicas. Estas técnicas vinculadas a estrategias cognoscitivas se combinan con la instrucción acerca de habilidades para el estudio en áreas tales como la gestión del tiempo, el aprendizaje de cómo elaborar notas o listas, cómo escuchar los puntos clave durante la lectura y estrategias para la retención de manera que se facilite el recuerdo del material estudiado [14]. También se utilizan recomendaciones específicas para promover las conductas favorables y remediar deficiencias específicas en niños con el síndrome de discapacidad para el aprendizaje no verbal definido neuropsicológicamente [16]. El enfoque neuropsicológico para la identificación de deficiencias específicas y su resolución mediante tratamientos individualizados se encuentra más allá de las posibilidades de la mayoría de los sistemas escolares. Sin embargo, recientemente se han estudiado, con resultados alentadores, programas de tratamiento multifacético de niños con discapacidades para el aprendizaje que intentan incorporar métodos de enseñanza individualizados e intensivos de forma efectiva desde el punto de vista de la relación coste/beneficio [17,18]. Este enfoque, implementado en

Chile, comparó dos grupos de niños; el primer grupo participó en un programa de tratamiento cognoscitivo multifacético y estructurado, en tanto que al segundo grupo se le brindó un ambiente enriquecido con supervisión de las tareas escolares. Después de un año de tratamiento, ambos grupos mejoraron significativamente su desempeño en cuanto a indicadores cognoscitivos, resultados escolares y conductuales [17,18]. Varios tipos de intervenciones educacionales en niños con discapacidades para el aprendizaje son efectivos para remediar, al menos, los trastornos en ciertos subgrupos de niños con trastornos del lenguaje. Las técnicas educacionales parecen ser más efectivas aplicadas a grupos pequeños e incluso mejores si son individualizadas e intensivas. En la mayoría de las técnicas terapéuticas en la práctica educacional parecen ausentarse las hipótesis con bases neurobiológicas que intenten explicar cómo opera una determinada y específica técnica de terapia. Se requiere este tipo de modelos de intervención guiado por hipótesis neuroeducacionales para el tratamiento de los niños con discapacidades para el aprendizaje, de manera que puedan desarrollarse técnicas terapéuticas que permitan un aprovechamiento óptimo de nuestra comprensión actual acerca del funcionamiento cerebral. El objetivo del profesional médico involucrado en el cuidado del niño con trastornos del aprendizaje es intentar identificar las áreas disfuncionales del cerebro y sugerir intervenciones educacionales específicas sobre la base de este conocimiento. De hecho, ésta es la base para un modelo neuroeducacional de intervención. Un ejemplo de ello es la reciente hipótesis de la retroalimentación motor-articulatoria, que intenta explicar las deficiencias neurológicas presentes en un tipo de dislexia del desarrollo [19]. Esta hipótesis postula que los niños disléxicos no son conscientes de la posición de las articulaciones durante el proceso del habla y que esta inhabilidad impide el desarrollo de la percepción fonológica, lo cual conduce a deficiencias en la capacidad para convertir letras (grafemas) en sonidos

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del lenguaje (fonemas) [19]. Estos investigadores postulan que estas deficiencias son secundarias a un déficit en la programación o la retroalimentación (una deficiencia representacional en relación con el aparato articulatorio) posiblemente debida a alteraciones funcionales en la región perisilviana anterior [19]. Las implicaciones prácticas de esta hipótesis de la retroalimentación motor-articulatoria radican en la existencia de intervenciones educacionales específicas, las cuales son exitosas para remediar estas deficiencias específicas [20]. El programa de discriminación auditiva en profundidad (DAP) entrena a los individuos de manera que puedan alcanzar una adecuada percepción motora oral. Ello se sigue de entrenamiento para el desarrollo de la percepción fonológica, que enseña a los individuos cómo asociar grafemas con los gestos articulatorios que producen los fonemas buscados [20]. La mejoría en la percepción fonológica y en las habilidades para la lectura se ha demostrado mediante la utilización de este tipo de programa [21]. Este programa de intervención educacional se ha expandido para incorporar, además, imágenes conceptuales. Se cree que las imágenes conceptuales son esenciales para la comprensión y la habilidad de formar imágenes mentales para los conceptos e ideas expresadas en el lenguaje [22]. La combinación de estos programas ha demostrado ser un método de terapia efectivo para los niños con discapacidades para el aprendizaje [9]. Los programas de Lindamood-Bell desarrollan funciones sensitivo-cognitivas específicas que permiten mejorar el procesamiento del lenguaje oral y escrito; éste es un modelo excelente para ilustrar el tipo de intervención neuroeducacional necesario para la terapia efectiva a largo plazo de los individuos con discapacidades para aprendizaje.

LOS MEDICAMENTOS

El empleo primario de los medicamentos para niños con discapacidades para el aprendizaje es 90

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el comienzo de una serie de oportunidades para la intervención educacional. Existe una considerable superposición entre el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y las discapacidades para el aprendizaje. El grado de superposición entre ambos trastornos se expresa en entre un 20 y un 25%, pero algunos autores estiman que el TDAH coexiste en un 40% de la población de niños con discapacidades para el aprendizaje [23,24]. El tratamiento con medicamentos tales como los neuroestimulantes (metilfenidato o dexedrina) puede permitir que el niño con una discapacidad para el aprendizaje sea menos impulsivo y más capaz de superar su trastorno mediante intervenciones educacionales. Es más, los problemas de afectividad tales como los trastornos de ansiedad, depresión, manía y fobias pueden coexistir con las discapacidades para el aprendizaje. Estos trastornos coexistentes pueden tratarse con medicamentos apropiados, que pueden permitir la apertura de una ventana de oportunidades para la aplicación de intervenciones educacionales eficaces. Otro problema médico tratable en el niño con discapacidad para el aprendizaje son las convulsiones. Además y a pesar de que la mayoría de los niños con trastornos del aprendizaje usualmente no presentan actividad epileptiforme, existe, sin embargo, la evidencia creciente de que en algunos niños ocurren descargas epileptiformes subclínicas que ocasionan alteraciones transitorias en la esfera cognoscitiva (TCI, del inglés Transient Cognitive Impairment) [25,26]. El TCI puede no ser evidente desde el punto de vista clínico, pero puede documentarse cuando se realizan pruebas neuropsicológicas específicas simultáneamente a una monitorización electroencefalográfica continua. Se ha demostrado que funciones específicas tales como la percepción, el tiempo de reacción y el desempeño académico, se alteran transitoriamente por descargas epileptiformes de breve duración en ausencia de crisis clínicas [27-29]. Existen informes acerca de niños con alteraciones del aprendizaje y un EEG marcadaREV NEUROL CLIN 2000; 1: 86-94

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mente epileptiforme, pero sin crisis clínicas, en los cuales el tratamiento con ácido valproico produjo una mejoría en el desempeño cognoscitivo proporcional al grado de reducción de las descargas epileptiformes [30-32]. Es posible también que los medicamentos utilizados para tratar alteraciones específicas, que coexisten con los trastornos en el aprendizaje, puedan tener también efectos positivos directos sobre el aprendizaje [33]. Fármacos tales como el metilfenidato, antidepresivos como la fluoxetina y moduladores de la afectividad tales como el carbonato de litio o el ácido valproico, pueden mejorar directamente ciertos procesos cognitivos [33]. La evidencia a favor de lo anterior es aún escasa, pero son necesarias nuevas investigaciones acerca del potencial para mejorar los procesos cognoscitivos de ciertos medicamentos seleccionados. En la literatura tanto pediátrica como adulta actual, son especialmente controvertidos los efectos favorables –si es que presentan alguno– de los compuestos conocidos como nootrópicos. El piracetam es el compuesto nootrópico más ampliamente investigado, aunque no se ha aprobado su utilización clínica en Estados Unidos. Una búsqueda reciente en MEDLINE acerca del piracetam mostró la existencia de más de 450 artículos sobre este fármaco, cuya aplicación más aceptada fue en el tratamiento de las crisis mioclónicas. Existen, sin embargo, varios estudios acerca del empleo del piracetam en niños con discapacidades para el aprendizaje [34-38]. El más reciente de ellos no mostró ninguna diferencia significativa entre el piracetam y el placebo en ninguno de los aspectos relacionados con la lectura [38]. No obstante, un reciente estudio doblemente ciego con control de placebo, donde se utilizó este fármaco como tratamiento adjunto a la terapia del lenguaje en pacientes adultos afásicos, sí halló un significativo efecto positivo del piracetam sobre la recuperación de la afasia en pacientes bajo terapia del lenguaje [39]. Otras investigaciones sugieren que el piracetam puede

tener un efecto cognoscitivo favorable sobre individuos con enfermedad de Alzheimer, en la recuperación después de un ataque cerebrovascular, así como en diferentes procesos afectivos y conductuales [39-41]. En la actualidad, los medicamentos en niños con discapacidades para el aprendizaje deben utilizarse para el tratamiento de síntomas específicos tales como deficiencias de la atención, ansiedad y crisis epilépticas. Sin embargo, existe un interés creciente por el efecto directo que podrían tener los fármacos en la mejoría de los procesos cognoscitivos. Necesitamos reevaluar continuamente el lugar que ocupan los medicamentos como tratamiento específico adjunto en los niños con discapacidades para el aprendizaje y continuar investigando en la búsqueda de agentes farmacológicos con efectos positivos sobre los procesos cognoscitivos.

ENFOQUE MULTIMODAL

La discapacidades para el aprendizaje afectan no sólo al niño, sino también a la estructura familiar. Estas discapacidades son ‘silentes’ (no estigmatizadas físicamente) y constituyen trastornos que persisten a lo largo de la vida; además, producen un impacto sobre el niño y, consecuentemente, sobre la familia. Los médicos involucrados en el cuidado de estos niños deben conocer el impacto de estos trastornos sobre la familia y ser capaces de guiarla por el laberinto de información y desinformación al alcance del profesional y del público en general. Constituye un error la realización del diagnóstico y subsiguientemente el ‘abandono’del niño. Es importante no sólo percatarse de lo que puede hacer activamente el médico (p. ej., recomendaciones en torno a la intervención educacional y administrar los medicamentos adecuados cuando sea pertinente), sino también informar a la familia acerca de intervenciones que carecen de una base científica o demostrada.

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Una comprensión de los tratamientos controversiales de las discapacidades del lenguaje constituye un conocimiento esencial para los profesionales que trabajan con individuos con trastornos del desarrollo. Silver [42] ha definido como terapia controversial a cualquier tratamiento que se propone y se vende al público antes de una investigación científica y, en el caso de investigaciones preliminares, en ausencia de una reproducción de los resultados. Además, una terapia controversial es aquella que va más allá de lo que los datos de la investigación apoyan o que se utiliza aisladamente cuando se requiere un enfoque multimodal. Estos tratamientos incluyen el entrenamiento visual con patrones optométricos, la kinesiología aplicada, el tratamiento de la disfunción cerebelo-vestibular, el entrenamiento del procesamiento auditivo, el empleo de lentes de coloreadas, las megadosis de vitaminas, la terapia con oligoelementos y el tratamiento de las alergias. No se han realizado investigaciones o estudios clínicos para apoyar o confirmar las aseveraciones de ninguna de estas intervenciones para la solución a corto o a largo plazo de los problemas que presenta el niño con discapacidad para el aprendizaje [42]. Silver señala la relación entre la función cerebral y la nutrición, así como entre la función del cerebro y los procesos o reacciones alérgicas, pero actualmente no existe una comprensión científica de estas relaciones que permita recomendar estos tratamientos [42]. Un enfoque multimodal de los problemas que presenta el niño con discapacidad para el aprendizaje incluye las recomendaciones relacionadas con las estrategias educacionales y la discusión con la familia acerca de la administración de medicamentos, cuando sea pertinente, de manera que se propicie un diálogo sobre el tipo de intervenciones más eficaces en el tratamiento de los trastornos del aprendizaje. Las recomendaciones con respecto al tratamiento deben tener en consideración al niño en el contexto de la familia y de su ambiente, así como las relaciones con otros niños de edades similares. Se requiere una reeva92

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luación continuada del progreso registrado por el niño, con el objetivo de determinar si es pertinente alguna modificación en el tratamiento.

CONCLUSIONES

El futuro de las estrategias de tratamiento para los niños con trastornos del aprendizaje radica en nuestra continua búsqueda para localizar funciones conductuales específicas en determinadas regiones del cerebro. Shaywitz et al [5] han demostrado recientemente una alteración funcional específica en el cerebro de individuos con dislexia, mediante la utilización de una serie de tareas del lenguaje que requieren la participación de procesos visuoespaciales, análisis fonológico simple y complejo, así como juicio semántico lexical. Estos investigadores demostraron que los lectores disléxicos evaluados mediante resonancia magnética funcional mostraban relativa hipoactividad en el área de Wernicke y en la circunvolución angular, así como en la corteza estriada con una relativa hiperactivación en la circunvolución frontal inferior. A partir de estas observaciones, los autores sugieren que el trastorno en la dislexia es de naturaleza fonológica y que los patrones de activación cerebral hallados en dicho estudio podrían representar un sello neurológico distintivo para la dislexia [5]. Un reciente estudio de adultos con dislexia adquirida sugiere que es posible alterar la fisiología cerebral mediante tratamiento para los trastornos adquiridos del lenguaje [43]. En el caso del estudio referido con anterioridad, la resonancia magnética funcional se realizó durante la lectura de una tarea antes y después del tratamiento. Antes de la terapia, el principal foco de activación cerebral se observó en la circunvolución angular izquierda; después del tratamiento, en cambio, se detectó en el giro lingual izquierdo. Además, antes del tratamiento, la paciente presentaba un enfoque de la lectura basado en palabras (lexical), en tanto que después de la terapia REV NEUROL CLIN 2000; 1: 86-94

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prefería una estrategia de descomposición de la palabra (sublexical) [43]. Cabría esperar que el tipo de plasticidad cerebral descrito anteriormente fuera más evidente en niños con dislexia del desarrollo. La promesa que

ofrece nuestra creciente comprensión del funcionamiento cerebral es que las estrategias de tratamiento para los individuos con trastornos del aprendizaje encontrarán su fundamentación en firmes principios científicos.

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EL TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE

TRATAMENTO DOS TRANSTORNOS DE APRENDIZAGEM

Resumen. El neurólogo infantil, el pediatra dedicado a los problemas del desarrollo o el psiquiatra infantil implicados en el cuidado de los niños con trastornos del aprendizaje ocupan un lugar crucial que va más allá del diagnóstico. La meta del profesional involucrado en el cuidado del niño con un trastorno del aprendizaje es la de intentar identificar las áreas disfuncionales del cerebro asociadas al mismo y sugerir una intervención educacional específica sobre la base de dicho conocimiento. La visión prevaleciente acerca de los correlatos biológicos de los trastornos de la lectura es la de que se trata de un problema fonolingüístico. Las intervenciones que incrementan la percepción fonológica constituyen un paso inicial esencial hacia la solución de los trastornos del aprendizaje. El uso primario de medicamentos en niños con trastornos del aprendizaje tiene como objetivo abrir una ventana de oportunidades para la intervención educacional. Nuestra creciente comprensión del funcionamiento y la plasticidad cerebral es prometedora pues apunta hacia el futuro desarrollo de intervenciones neuroeducacionales para niños con trastornos del aprendizaje. [REV NEUROL CLIN 2000; 1: 86-94] [http://www.revneurol.com/ RNC0101/a010086.pdf] Palabras clave. Dislexia. Intervención educacional. Niños. Trastornos del aprendizaje.

Resumo. O neurologista infantil, o pediatra dedicado aos problemas do desenvolvimento ou o psiquiatra infantil implicados no cuidado das crianças com transtornos da aprendizagem ocupam um lugar crucial que vai além do diagnóstico. A meta do profissional envolvido no cuidado da criança com um transtorno da aprendizagem é a de tentar identificar as áreas de mal funcionamento no cérebro associadas ao mesmo e sugerir uma intervenção educacional específica sobre a base de tal conhecimento. A visão que prevalece a respeito dos correlatos biológicos dos transtornos da leitura é a de que se trata de um problema fonolingüístico. As intervenções que incrementam a percepção fonológica constituem um passo inicial essencial, até a solução dos transtornos da aprendizagem. O uso primário de medicamentos em crianças com transtornos da aprendizagem tem como objectivo abrir uma janela de oportunidade para a intervenção educacional. Nossa compreensão crescente do funcionamento e da plasticidade cerebral é promissora, pois indica o futuro desenvolvimento de intervenções neuro-educacionais para crianças com transtornos da aprendizagem. [REV NEUROL CLIN 2000; 1: 86-94] [http://www.revneurol.com/ RNC0101/a010086.pdf] Palavras chave. Crianças. Dislexia. Intervenção educacional. Transtorno da aprendizagem.

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