Tsunamis, ondas devastadoras

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Glosario de Tsunamis
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Tsunamis, ondas devastadoras Héctor Zenil Chávez El desplazamiento rápido de un volumen significativo de agua en el océano provocado por algún proceso físico que actúa sobre o bajo la superficie del agua puede generar un Tsunami. Las causas pueden ser varias: un maremoto (terremoto en el fondo del mar), erupciones volcánicas, derrumbes submarinos, desplazamiento de tierra, impacto de algún meteorito o cometa sobre la superficie del mar e, incluso, explosiones submarinas de dispositivos nucleares. Un Tsunami, cuya traducción del japonés significa ola de puerto , es una gran masa de agua que se desplaza en forma de onda, desde un epicentro hasta las playas y costas a las que alcance. No todos los eventos submarinos producen Tsunamis, ni siquiera todos los sismos o maremotos ya que para que se produzcan deben cumplirse varias condiciones. Entre ellas, por ejemplo, generar y liberar una importante carga de energía eficientemente transmitida a una profundidad menor de 60 km.; también es esencial, en todos los casos, que el suelo oceánico tenga una deformación vertical, ya que el efecto subsiguiente es el desplazamiento vertical natural del agua para generar el Tsunami, (la gravedad proporciona la fuerza que actúa sobre el agua para restaurar dicho desplazamiento vertical causando un desplazamiento horizontal, lo que genera una ola que se propaga alejándose de la fuente del disturbio). En caso de que la causa sea un terremoto, se necesita que éste sea de al menos 8 grados en la escala de Richter. La velocidad de las olas puede determinarse por la ecuación: donde h es la profundidad a la que se produce el sismo y g la gravedad terrestre (9.8m/s²). La energía de un Tsunami se conservará mientras no rompa en la costa. La disipación de la energía cerca de la costa dependerá de las características del relieve marino, ya que a menor profundidad la frecuencia de la onda aumenta y la acumulación de energía es mayor. La manera como se disipa dicha energía al romper con la costa depende de la relación entre la energía y la profundidad, pero generalmente es destructiva y devastadora. Uno de los Tsunamis de mayor magnitud registrados en la era moderna ha sido sin duda el ocurrido el 26 de diciembre del 2004 en el sur de

 

 

Asia, al que muchos califican como la primera catástrofe planetaria registrada. Científicos del Centro de Geodesia Espacial "G. Colombo" en Italia, aseguraron que el eje de rotación de la Tierra se modificó varios centímetros y sismólogos y geofísicos coinciden, además, en que el suceso modificó el mapa terrestre al haber movido en sólo unos minutos, hasta por 15 o 20 metros algunas de las islas de la región, como Sumatra. Incluso, el sismo que provocó el Tsunami pudo haber modificado la posición del centro de masa y la forma del campo de gravedad de la Tierra.

Figura 1. En ocasiones un Tsunami es producido por el desplazamiento vertical de placas debido a alguna falla geológica. El desplazamiento produce una serie de grandes olas que viajan a gran velocidad: los Tsunamis La inclinación del eje terrestre, de 23.5° aproximadamente, es la responsable de las estaciones del año. Los efectos del desplazamiento provocado por el Tsunami, según los datos calculados tanto por el Centro italiano como por la NASA, tendrían variaciones muy pequeñas en la duración del día terrestre lo cual afectaría casi de manera imperceptible el clima y la vida humana cotidiana. Sin embargo, actualmente es posible detectar estas variaciones con los instrumentos modernos de alta precisión, sobre todo por aquellos satélites que utilizan telemetría. A pesar de ello, la demostración de estos hechos parece difícil ya que las variaciones son tan pequeñas que podrían justificarse mediante otras causas o fenómenos. El Centro italiano, a partir de la información proporcionada por el satélite ítalo-estadounidense Lageos 2 dedicado a la telemetría que recibe señales láser de una red de observatorios terrestres ubicados en todo el mundo, calculó que el eje terrestre sufrió un ligero desplazamiento de cinco a seis centímetros. De esto se deduce que el planeta ha acelerado su movimiento de rotación reduciendo en algunas

 

 

fracciones de segundo el día terrestre cuya duración es de aproximadamente 23 horas con 56 minutos, tiempo que tarda en dar una vuelta completa alrededor de su propio eje. Los geofísicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, por su parte, estiman que el desplazamiento habría sido de 2.5 centímetros, lo que causaría una disminución del día terrestre en 3 microsegundos. En Indonesia y Tailandia, grandes zonas costeras fueron reconfiguradas, según los especialistas en imágenes del Centro Aeroespacial Alemán. En algunas zonas aparecieron, en cuestión de minutos, nuevos lagos, y en otras quedó al descubierto el antiguo subsuelo de grandes extensiones de playas, haciéndolas desaparecer por completo. La fuerza del Tsunami ocurrido a finales del 2004, según un artículo publicado el Times Online, tuvo tal magnitud, que sus efectos alcanzaron incluso a las costas mexicanas ya que se detectó un aumento de hasta 32 centímetros en el nivel del mar a través de instrumentos de medición ubicados en Manzanillo. Con un año y medio de antelación, el geofísico Ortiz Figueroa del Centro de Investigación y Educación Superior de Ensenada (CICESE), en Baja California, México, y su colega Roger Bilham, de la Universidad de Colorado en los Estados Unidos, publicaron un estudio acerca de la posibilidad de que ocurriera un terremoto de gran magnitud en las costas de la isla de Sumatra en Indonesia, justo donde se detectó el epicentro del terremoto del 26 de diciembre y cuya sacudida lanzó las ondas del Tsunami a través del océano hasta Sri Lanka, Indonesia, Tailandia, Malasia, las islas Maldivas y la India.

 

 

Figura 2. Mapa de Indonesia, Sumatra y Malasia, donde ocurrió el último gran Tsunami provocado por un maremoto de al menos 9 grados Ritcher. En la Universidad NorthWestern, EUA, han analizado las señales sismológicas de baja frecuencia provocadas por el Tsunami del 26 de diciembre del 2004 determinando que fue 2.5 veces más fuerte de lo que inicialmente se había estimado, es decir, en vez de 9 grados fue de 9.3 grados en la escala de Ritcher (es una escala logarítmica, por tanto sólo 3 décimas de grado representan 2.5 veces más fuerza). Un segundo análisis publicado en la revista Nature, indica que el Tsunami afectó una zona mayor de la que inicialmente se había considerado. Sidao Ni y sus colaboradores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, determinaron que el maremoto tuvo como resultado una ruptura del suelo de al menos 1200 kilómetros de longitud, alrededor del doble de lo que se había estimado.

Figura 3. Fotografía del Tsunami sobre las costas en diciembre del 2004.

asiáticas, ocurrido

La humanidad no ha experimentado un Tsunami de grandes proporciones generado por el choque de un meteorito o cometa sobre la superficie de un océano. Sin embargo, uno de los más violentos Tsunamis generados en la historia geológica del planeta fue causado por un impacto de este tipo cerca de la estructura conocida como Chicxulub, en la Península de Yucatán, México. Este evento ocurrido hace unos 65 millones de años, se ha asociado a la extinción de muchas especies, incluyendo los dinosaurios. Evidencia del gran desplazamiento de agua que provocó ese fenómeno se encuentra todavía presente en las costas de muchos continentes, en particular, alrededor del Golfo de México. Otro Tsunami, local pero violento, ocurrido el 12 de diciembre de 1917 en Halifax, Nueva Escocia, Canadá, fue provocado por un artefacto  

 

explosivo durante la primera guerra mundial, causando una pared de agua de 18 metros de altura. En México, se tienen registrados cuatro fenómenos de Tsunami importantes: dos en Acapulco (1741 y 1784), el último con varias muertes registradas; uno en Jalisco (1932) con algunos muertos; y el más reciente, en Michoacán (1985). Por la cercanía con la Placa de Cocos y la Falla de San Marcos, México es susceptible a este tipo de sucesos. Hasta el 2005, México dependía exclusivamente de las señales de alarma generadas en los Estados Unidos de América. Actualmente la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha instalado en las costas del océano Pacífico, una boya oceanográfica conectada directamente a la Red Mareográfica y al Servicio Sismológico nacionales. Con ello será posible detectar y avisar hasta con una hora de antelación la formación de un Tsunami por medio de la transmisión de datos vía satelital, en tiempo real, a la Ciudad Universitaria. Bibliografía y referencias: BBC News: http://news.bbc.co.uk/1/hi/sci/tech/4137727.stm http://www.theage.com.au/articles/2004/12/28/1103996533891.html Une onde de choc dévastatrice, L´Express, 3 de Enero de 2005 Comunicado del Centro de Geodesia Espacial "G. Colombo" de Italia AFP: http://www.theage.com.au/articles/2004/12/28/1103996533891.html Free Republic (publicando un articulo del Times Online de la Gran Bretaña): http://www.freerepublic.com/focus/f-news/1309926/posts

 

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