UN 12 DE OCTUBRE EN BARCELONA

UN 12 DE OCTUBRE EN BARCELONA La gramática española ayuda mucho cuando uno sabe manejarla. De ahí que escribamos UN en vez de EL para hablar del pasad

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UN 12 DE OCTUBRE EN BARCELONA La gramática española ayuda mucho cuando uno sabe manejarla. De ahí que escribamos UN en vez de EL para hablar del pasado 12 de Octubre en Barcelona. EL 12 de Octubre es una fecha que aparece cada año, se pongan como se pongan los políticos, pero hay UN 12 de Octubre que resulta diferente, según las circunstancias. Pocos años después de la muerte del generalísimo Franco, al que suelen rebajar a simple “general Franco”, fueron desapareciendo las conmemoraciones oficiales o paraoficiales en Barcelona y en toda Cataluña. Ya el corrupto Pujol había arremetido contra el término “Día de la Raza”, olvidando que durante la República nº 2 la Generalidad catalana celebraba ese día, y precisamente como “Día de la Raza” (Hemerotecas…). Pero es que LA VANGUARDIA, arrebatada temporalmente al insumergible Condado de Godó, el 11 de Octubre de 1936, ya en plena guerra que fuera de Liberación (temporal…), los sindicatos exigían que el 12 de Octubre fuera un día sin trabajo por ser el “Día de la Raza”. Como en Barcelona no se conmemoraba nada, esos grupos sociales a los que la derecha e izquierda califican cómodamente de “fascistas” o de “ultras”, decidieron celebrar por su cuenta el 12 de Octubre en la plaza que hay frente a la Estación de Sants, también conocida para aquellos que tengan algún sentido del humor, como Plaza “de los Paises Catalanes”. Y allí, año tras año, acudíamos los “fachas” a oír himnos y marchas militares, a organizar Estación de Sants en la “plaza de un beso a la Bandera, a escuchar discursos patrióticos y a los Países Catalanes” saludar a los amigos de siempre. Y a hacer ondear nuestras Banderas, las que llevaron en los combates aquellos que salvaron a España en una de sus épocas más difíciles, o la que, con el escudo del águila de San Juan, cubría los féretros de los asesinados por el terrorismo. Pronto empezaron los incidentes. El hampa política del barrio de Sants organizaba una contra-manifestación que trataba de boicotear la de los “fachas”. Entre algunos jóvenes y la policía, todavía la “Nacional”, se ponía orden. Era el momento en el que, ante el fracaso, los del hampa se dedicaban en su barrio a quemar contenedores o a romper lunas de escaparates, que es algo que les distiende los nervios y les calma un poco. Fue entonces cuando las autoridades decidieron que les era más cómodo meternos en un “gueto” fácil de controlar y de difícil acceso a los En la plaza de “San Jordi”, jóvenes con “contras”, y nos instalaron en Montjuich, en la plaza sus puestos de “material patriótico”, de San Jordi. Y allí enviaban a sus “polis” para cerrar cantan, agitan sus banderas y saludan al estilo falangista. el paso a los del hampa que finalmente nos dejaron en paz. Todo un éxito, sólo que nos obligaba a una trepada hasta llegar al lugar de la concentración, inconveniente que asumíamos con paciencia

por el sencillo procedimiento de ir con tiempo y caminar más despacio. Y, mientras tanto, el vacío de conmemoraciones en Barcelona iba siendo absoluto. Ni militares ni paisanos ni políticos ni la Iglesia…, nadie, absolutamente nadie celebraba nada. Echando cuentas podemos decir que muchos de los jóvenes que ayer fueron a Montjuich ni siquiera habían nacido cuando nosotros ya conmemorábamos el 12 de Octubre que, casualmente, era la Fiesta Nacional. Pasó un día y otro día, un mes y otro mes pasó… (y años) hasta que llegamos a éste en el que se cuestiona de forma brutal la unidad de España, ante la lenidad de un indigno gobierno que, al considerarse en el centro, está en el sumidero de la cacerola política por el que pretende que con ellos desaparezca España. Y ante la masiva manifestación separatista, de una dimensión no alcanzada con anterioridad, unos solitarios y casi desconocidos españoles, deciden organizar una contra manifestación con el equivocado lema de “Por el Millón”, que nos recordaba aquel lema de Gil Robles en las elecciones de febrero de 1936”. Y es que aquel millón de separatistas era muy difícil de igualar, por muchas razones, una de ellas la propaganda institucional de los separatistas, entre los que se contaba toda la prensa No éramos un millón, pero sí una muestra catalana subvencionada por la Generalidad o el más que suficiente dadas las circunstancias Ayuntamiento, los partidos nacionalistas y tan poco favorables separatistas, las radios y cadenas de televisión y, no lo olvidemos, los millones de euros empleados en fletar autobuses y estancias en Barcelona para los de fuera. Pero la ventana de internet es muy difícil de cerrar, y por ella se colaron las voces para ir a la plaza de Cataluña el día 12. Inmediatamente se cubrieron las espaldas, pero a aquellos que cada año, desde hacía treinta, conmemoraban el 12 de Octubre cuando ningún otro la hacían, se les cerró el paso. La manifestación tenía que ser aséptica. ¡Ojo! no quitamos mérito ni a organizadores ni a los asistentes, no hay patriotismo aséptico, porque se es patriota o no se es patriota, pero conociendo la calidad de una derecha que se ha dejado arrinconar desde hace años, los organizadores pidieron que sólo hubiera banderas “constitucionales”, sólo aquellas banderas que han perdido la nobleza del águila de San Juan. Fuimos a la plaza a una hora temprana para observar todo desde el principio. A las once menos cuarto había poca gente, pero se veían grupos que se acercaban desde todas Poco a poco la plaza de Cataluña se fue llenando de una multitud dispuesta a pasar direcciones. La música en los altavoces no es una mañana festiva y patriótica que fuera desagradable, era sencillamente horrenda, lejos de las alegres marchas militares que allí, al parecer, no tenían lugar ni sitio. Con el tiempo fueron modificando el “programa” musical, que mejoró en algo. Recorrimos varias veces el recinto de la plaza de

Cataluña, saludando a algún amigo y observando el ambiente alegre, festivo y limpio, tan ajeno a las manifestaciones de los enemigos de España. Familias con niños, ancianos en sillas de ruedas, muchos jóvenes, casi tantos como mayores, y banderas, muchas banderas, con y sin el escudo desmochado; banderas catalanas y hasta algunas banderas de la Unión Europea. No se veían policías, ni nacionales ni de los mozos de escuadra, esa organización de la policía autonómica que en la manifestación de los “otros” se consideraban independentista. Y eso que sus pagas las abona “Madrid”. Dando vueltas por la plaza, mientras oía los discursos y los Un coronel retirado junto a un vivas, nos acercamos al monumento a Maciá, aquel militar teniente coronel traidor traidor creador de la bandera independentista que ahora inunda el Nou Camp, y de la Constitución Separatista, ambas inventadas en Cuba durante su exilio. Observamos que alguien le había pintado en la cara los colores nacionales como si de un “hincha” de la que llaman la “Roja” se tratara, y decidimos inmortalizar el momento en una foto. Después observamos, una vez más, a la despectiva “Diosa” de Clará que muestra su espalda y su bello trasero al horrendo monumento. Una joya junto a un bodrio. Teníamos la sensación del desertor, así que con la plaza llena, habiéndose conseguido la asistencia que era lógica, cogimos el portante y nos fuimos a Montjuich. Era la una menos veinte. Y, sin pretenderlo, nos libramos del chaparrón que cayó en la plaza que obligó a interrumpir la proclama en inglés, La “Diosa” de Clará da la espalda que antes ya se había hecho en catalán y en español. al horrendo monumento a Maciá Tampoco pudimos ver a la presidenta del PPC que tuvo el detalle de acudir a esta manifestación y dejar para otro año el desfile de Madrid, en el que Rajoy, pese a lo que le aburren estos eventos “lúdicocastrenses”, asistiría por primera vez como Presidente del Gobierno de esta república coronada. Nos dimos la trepada a hasta la plaza de san Jordi y allí observamos que la “entrada” era aproximadamente un tercio de la del año anterior. De no haberse convocado la de la plaza de Cataluña, Banderas “prohibidas” y, al fondo, la posiblemente habrían venido en más número que el estatua de Llimona, que cada año preside esta concentración patriótica. año pasado. Ya se sabe, la desunión deshace la fuerza… Allí nos reencontramos con amigos de siempre, con Pilar, la invencible falangista, o con José Luis el alma de AJE. Y también con otros

que ya habían estado, como nosotros, en la plaza de Cataluña. Oímos los últimos discursos, compramos alguna lotería, nos llevamos calendarios de los nuestros para el año 2013, y a las dos menos cuarto, por necesidades imperiosas familiares, abandonamos aquel lugar tan incomprendido por una sociedad sin apenas espíritu, pero con un patriotismo que, llevado en las entretelas, a veces emerge, se asoma y se deja ver. Dijimos adiós a la concentración de Como colofón, dos muestras de la vileza y Montjuich ¡Hasta el año que viene! cobardía del hampa, y de la inoperancia de una policía, la de los mozos de escuadra, inoperancia que ya va siendo emblemática. Un padre con sus hijos, chavales de pocos años, se retiraba a su casa pasando, sin saberlo, por las proximidades de los del hampa. Fue agredido de forma cobarde y, para protegerlos, hubo de ser sacado a empujones de la plaza por los mozos de escuadra. Vimos en el vídeo como la Bandera de España, capturada tan valerosamente por los hampones, era arrojada a una papelera. Sólo hubo un detenido. Las imágenes que vimos en un vídeo deberían provocar, si supiera lo que es la vergüenza, el suicidio del bellaco de Enrique Sopena, promotor, Enrique Sopena, desde su digital PUBLICO, de esa manifestación de hampones símbolo del odio y de separatistas. la bellaquería más

rampante

La segunda muestra de la calidad de los hampones de Sopena fue cuando una veintena de los llamados “fachas”, posiblemente venidos de Montjuich, entraron en la plaza de Universidad y se sentaron en una terraza ante el asombro y terror de los hampones. Los recién llegados cantaron sus himnos, lanzaron sus consignas al aire pero no se enfrentaron con los hampones porque, sin enemigo, no hay pelea. Y es que la cobarde concentración, unos doscientos, no se atrevió con los 20. Pidieron a los mozos de escuadra que intervinieran y estos pudieron convencer a la veintena de que se fueran. Conseguido lo que se quería, abandonaron la plaza.

La imagen de la niña llamando a su padre debería dar la vuelta al mundo para que se supiera la calidad del hampa independentista catalán

Pasará un año, y si España todavía existe, los astutamente calificados como “fachas” volverán a la plaza de San Jordi en Montjuich, con sus marchas, himnos y Banderas, a conmemorar en solitario el día 12 de Octubre. No sabemos si la plaza de Cataluña volverá a llenarse de banderas españolas. Dios dirá….

Al día siguiente, la información dada por la prensa era la de “según quién y cómo”. Ganó en originalidad EL PAIS que hizo caso omiso de la información, como se ve en esta primera página del día 13 de octubre. Aquí está la versión inglesa de que “lo que no está en el “Times” no ha sucedido”. Y es que en esta España sin médula espinal la (presunta) libertad de información es el derecho a desinformar, mentir y silenciar lo que no interesa. Lo de informar se deja para los recibos del gas.,

Y como podemos y queremos hacerlo, colocamos aquí abajo la Bandera que a nosotros no nos pueden prohibir.

Jesús Flores Thies Coronel de Artillería-retirado

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