Un nuevo sistema monetario La economía de la ecología. Escrito por Margrit Kennedy

Un nuevo sistema monetario La economía de la ecología. Escrito por Margrit Kennedy ¿QUÉ ES EL DINERO? Vayamos pri me ro c on lo positivo. El dine ro
Author:  Jorge Ramos Palma

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Un nuevo sistema monetario La economía de la ecología. Escrito por Margrit Kennedy

¿QUÉ ES EL DINERO? Vayamos pri me ro c on lo positivo. El dine ro es uno de los inve ntos más ingeni osos de la humanidad. Si mpl ifi ca el intercambi o de bienes y servici os superan do las l imitaciones del siste ma de trueque, creando así la posi bili dad de l a especial izaci ón, base de la civi lizaci ón. ¿Por qué tenemos enton ces problemas con el dinero? A quí es donde aparece la parte negativa. A lo l a r g o d e l a h i s t o r i a l a ci r c u l a c i ó n d e l d i n e r o s e h a b a s a d o e n e l p a g o d e i n t e r e s e s . E l i n t e r é s l l e v a al interés compuesto. El interés compuesto lleva al crecimiento exponencial. Y el crecimiento exponencial, si no se puede transformar de alguna manera, es a su vez insostenible. Por ello , para c o m p r e n d e r e l f u n c i o n a m i e n t o d e n u e s t r o s i s t e m a m o n e t a r i o d e s d e s u s o r í g e n e s h a s t a n u e st r o s días, una “máquina invisible que lo arruina todo”, tenemos primer o qu e comprender c ómo funcionan los diferentes model os de crecimiento. La curva A en la figura 1 representa una forma ideal izada de un mode lo de creci mi ento que se da abundantemente en la naturaleza, se da en nuestros cuerpos y t ambién en las plantas y los animales. Nos otros crecemos bastante rápido en las primeras etapas de nuestra vida, empezamos a ralentizar en la adolescencia y normalmente dejamos de crecer físicamente cuando llegamos a los veintiuno. Lo cual , por supuesto, no n os im pide segui r creciendo cual itativamente, aunque sí cuantitativamente. La curva B representa un modelo de creci mi ento mecáni co o l ineal . Por ejempl o, más máqu inas producen más bienes, más carbón produce más energía, etc. N o es muy importante para nuestros a n á l i s i s , a u n q u e d e b e r í a q u e d a r c l a r o q u e i n c l u s o u n c r e c i mi e n t o c o m o é s t e e n u n u n i v e r s o f i n i t o como el nuestro crearía problemas. La curva C representa el crecimiento exponencial, el modelo de crecimiento más importante y generalmente el peor conocido, que se puede describir prácticamente como el opuesto a la curva A, pues crece relativamente despaci o al principio, comienza a acelerarse paulatinamente para acabar con un crecimiento casi vertical. En el mundo físico este tipo de creci miento suele ocurrir cuando las cosas están fuera de control, en el caso de epidemias o en fermedades, lo que a menudo conduce a la muerte. El cáncer, por ejemplo, sigue un modelo de crecimiento exponencial, y siguiendo con la analogía, el interés se puede considerar como el cáncer de nuestro s istema s ocial y económico. Basado en el inte ré s y en el i nterés compuesto, nuestro dinero se dobla en interval os regul are s, es decir sigue un model o de crecimiento exponencial . La fi gura 2 muestra el ti empo necesario par a que se doble nuestro dinero, según diferentes tipos de interés. Al 3% de interés compuesto, se dobla en 24 años; al 6% en 12 años y al 12% en 6 años. Incluso con un interés tan bajo como el 1 %, la curva de crecimiento sigue siendo exponencial. Puesto que en nuestros cuerpos s ólo hemos experimentado el modelo de crecimiento natural, que termina con un tamaño óptimo (curva A), resulta difícil para el ser humano comprender el impacto real del model o de crecimiento exponencial en el mundo físico.

Este fenómeno se puede mostrar de una manera más ilustrativa con la famos a historia del penique de José: si J osé, el padre de Jesús, hubiera invertido un penique el día en que Jesús nació, c on un i n t e r é s d e l 5 % , y J e s ú s h u b i e r a v u e l t o a l mi s m o b a n c o e n 1 9 9 0 - f e c h a d e l a r e u n i f i c a c i ó n d e Al emani a-, con el dinero acumul ado por l os intereses hubi era podido com prar 134 mil mil lones de bolas de or o del tamaño de la Tierra, de acuerdo con el precio oficial del oro en estos momentos. Esto muestra matemáticamente que el pago continuado de intereses durante un largo periodo de tiempo es prácticamente imposible y explica por qué se dan a intervalos regulares crisis económicas y sociales.

TRES ERRORES ACERCA DEL DINERO 1 . U n a r a z ó n d e t e r m i n a n t e de p o r q u é n o s r e s u l t a t a n d i f í c i l c o m p r e n d e r e l i m p a c t o r e a l d e l mecanismo de intereses en nuestro sistema económico e s que éste funciona de manera oculta. La mayoría de nosotros supone que sólo pa gamos intereses cuando pedimos prestado dinero. Por tanto, si lo que queremos es no pagar interese s, basta con no pe di r dinero prestado. Lo que la g e n t e n o s a b e e s q u e c a s i t o d o s l o s p r e c i o s d e l a s c o s a s q u e c o m p r a m o s c o n t i e n e n u n a ci e r t a cantidad de interés. La pr oporción exacta varía de acuerdo a la relación entre el trabajo y los costes del capital incluidos en los bienes y servicios que compra mos . Así por ejemplo , en la recogida de la basura, e l 12% del precio es par a el pago de intereses (una cantidad baja, por que la i nversi ón de capi tal es rel ativamente pequeña e n compar aci ón con l a necesi dad de man o de o bra que es alta), mientras que en el agua potable alcanza el 38% y hasta u n 77% en la compra de una v i v i e n d a p ú b l i c a ( f i g u r a 3 ) . D e m e d i a p a g a m o s u n 4 0 % d e i n t e r é s e n to d o s l o s p r e c i o s d e b i e n e s y servicios que compramos o usamos. En la época medieval, la gente tenía que pagar un diezmo de los ingresos al señor feudal. Ahora de cada euro gastado, la mitad es para el señor capitalista. 2 . O t r o e r r o r e x t e n d i d o e n r e l a c i ó n c o n n u e s t r o s i s t e m a m o n e t a r i o e s e l s i g u i e n t e : pu e s t o q u e t o d o e l m un d o p a g a i n t e r e s e s c u a n d o p i d e d i n e r o p r e s t a d o , y r e c i b e i n t e r e s e s c u a n d o lo presta, todos recibimos el mismo trato dentro de este sistema. De nuevo, lo anterior es en la práctica falso. De hecho la diferencia entre los que se benefician del sistema y los que salen perjudic ados es muy gran de. Si divi dimos la población de Alemania Occidental en diez grupos de 2,5 millones de familias cada uno y los ordenamos en función de los intereses recibidos ( figura 4), vemos que el 80% de la poblaci ón paga más intereses de los que recibe, el 10% recibe un poco más de lo que paga, y el restante 10% recibe más del doble de lo que paga (aproximadamente unos 34.200 DM de media por familia), cantidad que por su puesto ha perdido el 80% restante. E s t a s i t u a c i ó n r e s u l t a se r u n a d e l a s r a z o n e s f u n d a m e n t a l e s d e p o r q u é l o s r i c o s s o n c a d a v e z m á s ricos y los pobres más pobres. En cifras absolutas, lo anterior supone una transferencia diaria de unos 500 millones de marcos de los que trabajan a los que poseen el capital (datos de Alemania

© Margrrit Kennedy y EcoHabitar.

Occidental, 1985). Los mismos resultados se obtendrían en los demás países. De hecho, en la m a y o r í a d e l o s p a í s e s e l p o r c e n t a j e d e l o s q u e s e be n e f i c i a n d e l a c t u a l s i s t e m a e s i n c l u s o m e n o r . En otras pal abras, con nuestro actual si stema monetario estamos permitiendo que oper e un mecanismo ocul to de re distribución que constantemente mueve dinero de aqué llos que tienen m e n o s a a q u é l l o s q u e t i e n e n m á s d e l o q u e n e c e s i t a n . D e e st a m a n e r a , p o r u n a p a r t e g r a n d e s cantidade s de dinero se concentran en manos de cada vez menos pe rsonas y grandes c om pañías multinacionales y, por otra, los países del “Tercer Mundo” nunca serán capaces de desprenderse de l a deuda, ya que lo que ti enen que pagar su pera en varias ve ces l a canti dad de di ne ro que se l es ha prestado. El mecanismo de interés e interés compuesto n o sólo lleva a un crecimiento económico de carácter patológico, sino que atenta además contra derechos constitucional es indi vidual es presentes en todas las democracias. Si la constitución de un país garantiza un acceso igualitario de todo individuo a los servicios gubernamentales -y el sistema monetario se puede considerar uno de estos servicios-, entonces sería ilegal contar con un sistema en el que un 10% de la gente continuamente recibe más de lo que pagan por dicho servicio, mientras que un 80% recibe menos de lo que paga. Muchos de l os grandes l íderes religi osos y políti cos, como Moisés, Mahoma, Lutero, Ghandi, y la mayoría de las iglesias y grupos espirituales a lo largo de la historia han intentado reducir esta i njusti cia social prohi bie ndo el pago de i nte reses. Ellos com prendieron que e ste pago era una de las principales causas de injusticia social. Sin embargo, n o supieron dar c on una solución práctica para m a n t e n e r e l d i n e r o e n c i r c u l a c i ó n , y e s t e d e f e c t o de l s i s t e m a n u n c a s e c o r r i g i ó . L a p r o h i b i c i ó n d e l p a g o d e i n t e r e s e s e n t re l o s c r i s t i a n o s , e s t a b l e c i d a e n E u r o p a p o r c i e r t o s p a p a s d u r a n t e l a E d a d Media, se limitó a desplazar el pr oblema a l os judíos. Y aunque los ju díos tampoc o podían pedirse intereses unos a otros , sí que podían hacerlo con los gentiles. En los cas os en que sí acept aban intereses de otros judíos, tenían la obligación de sal dar deudas cada siete añ os. Los bancos i sl ámi cos, que si guen la l ey musulmana, no pueden pe dir intereses a sus clientes. En su lugar se hacen socios en los negocios a los que prestan dinero. Que esto sea una solución mejor o no, depende de los s ocios, per o l o cierto es que crea un laz o más directo entre el acreedor y el deudor . 3. Un último malentendido sob re nuestro sistema monetario tiene que ver con el papel de la inflación. Para mucha gente, la inflación aparece como algo inevitable del sistema m o n e t a r i o , p u e s n o e x i s t e n i n g ú n p a í s e n e l m u n d o q u e n o t en g a i n f l a c i ó n . Pocos se dan cuenta de que la inflación es otra forma más de im posició n que los gobiernos utilizan para resol ver los problemas derivados de su pr opio en deudamiento. Entre 1950 y 1985 el PNB de Alemania se multiplicó por dieciocho, mientras que el pago de intereses de su propia deuda se multiplicó por 51 (véase la figura 5). El gobierno suele ser el principal demandante en el mercado financiero, luego también es el que paga las mayores tasas de interés. Cuanto mayor es la distancia e n t r e e l cr e c i m i e n t o d e l o s i n g r e s o s g u b e r n a m e n t a l e s y e l d e l a d e u d a , m á s e v i d e n t e e s l a necesi dad de i nflaci ón. Acuñar más di nero permi te al gobi erno reducir su deuda. Por el contrari o, el 8 0 % d e l a p o b l a c i ó n q u e y a p a g a m á s i n t e r e s e s d e l os q u e g a n a , c o n l a i n f l a c i ó n p a g a t o d a v í a m á s . Ya que estas personas no pue den poner su dinero en inversiones “resistentes a la inflación”, como sí hacen los del 10% que más gana.

DOS EFECTOS MÁS DEL ACTUAL SISTEMA MONETAR IO: LA CARRERA DE ARMAMENTOS Y LA DESTRUCCIÓN DEL ME DIO Además de la injusticia social que resulta ser el continuo aumento de l a distancia entre los ricos y los pobres en las naciones industrializadas y en desarrollo, existen dos problemas más, asociados con el sistema de intereses que deben tenerse en cuenta: la carrera de armamentos y la explotación de la naturaleza. 1. La presente concentración de dinero en manos de cada vez men os personas o de multinacionales crea una pre si ón constante para inversi ones en gran esc ala, por e jempl o, ce ntral es nucl eares, enormes presas hidroeléctricas y armamento. Desde un punto de vis ta puramente económic o, el comportamiento políticamente contradictorio de los Estados Unidos y Europa, instalando por una parte armas cada vez mayores y mej ores c ontra Rusia, y en vi ando por otra mantequi lla, t rigo y tecnología, es perfectamente compatible: la pr oducción militar era un área en la que el “ punto de saturación” se podía posponer indefinidament e mientras el “enemigo” fuera ca paz de desar rollar armas tan buenas y en un tiempo tan rápido como ellos. Y los beneficios en el sector militar eran mucho mayores que los que se podían conseguir en otros sectores de la economía. Mientras que las inversiones en economía civil ofrecen rendimientos del 2 al 5%, el sector militar da a menudo rendimientos del 50%. 2. L os mismos problemas están presentes en el campo de la inversión ecológica. C onsideremos por ejemplo una inversión en colectores solares. Si sólo n os da un rendimiento del 2%, sería estúpido, desde el punto de vista económico, invertir en esta tecnología de calentar agua, por muy ecoló gica y sensible que sea, cuando el banc o nos da un 6% de rendimiento. El banc o a su vez, para ofrecer tales tasas de interés, tiene que invertir en proyectos seguramente no muy ecológicos. Por tanto, en la medida en que toda inversi ón ti ene que competi r con el pr opio poder del dinero para hacer dinero en los mercados financieros, la mayorí a de las inversiones e coló gicas , cu ya finalidad es crear sistemas s ostenibles (es decir, que detienen el crecimiento cuantitativo en su nivel óptimo, como muestra la curva A en la figura 1), n o tienen ninguna posi bilidad de salir adelante. © Margrrit Kennedy y EcoHabitar.

LA SOLUCIÓN: DI NER O SIN I NFLACIÓN Y T ASAS DE INTERÉS En 1890 Silvio Gesell, un comerci ante exitoso en Alemania, percatán dose de esta caracterí stica del dinero, propuso un nuevo sistema económico en el que para asegurar la circulación del dinero no se pagaban altos intereses, sino que, al contrario, se obligaba al propietario a pagar una tasa de tenencia. De esta manera, el beneficio privado del interés se transformaba en un beneficio público, destinando dicha tasa a gast os sociales. En los años 30 varios países intentaron introducir este modelo a nivel local o regional. El e xperimento más e xitos o tuvo lugar en una pe queña ciudad austri aca, Wörgl. C on el consenti mi ento de los ci udadanos, el ayuntamie nto de l a ci udad emi tió 32.000 “cheli nes li bres” (de i n t e r é s) , r e s p a l d a d o s p o r u n a c a n t i d a d s i m i l a r d e c h e l i n e s o r d i n a r i o s e n e l b a n c o . L a t a s a d e tene ncia de dicha mone da era de un 1% mensual (12% anual ). Debí a pagarl a el que pose ye ra el billete a fin de mes, en forma de sello fiscal por valor del 1% del billete, que se adhería al dorso del mismo. Sin este sello, el billete no tenía validez. Este hecho incitaba a toda persona que poseía algún chelín libre a gas tarl o lo más rápi damen te posi ble, antes de usar cheli nes ordinarios. En el plazo de un año, los 32 .000 chelines libres circularon una media de 463 veces cada uno, creando bienes y servicios por valor de 14 ,8 millones de chelines ordinarios. En el mismo plaz o de tiempo, el desem pleo se redujo en un 25%, se hici eron importantes obras en l a ciudad y se mejorar on los s e r v i c i o s p ú b l i c o s . E l é x i t o f u e t a n g r a n d e q u e m á s d e 3 0 0 m u n i ci p i o s d e A u s t r i a c o m e n z a r o n a i n t e r e s a r s e p o r e s t e m o d e l o , h a s t a q u e e l B a n c o N a c i o n a l d e A u s t r i a si n t i ó s u m o n o p o l i o amenazado, denunció al ayuntami ento de W ör gl y consi guió pr ohibir la moneda l ocal . La implantación de un sistema monetario como el descrito sería t écnicamente más fácil en la actuali dad, habi da cuenta de l as vi gentes modal idade s de pago que no usan el dinero en “metál ico”. Bastaría dis poner de dos cuentas bancarias, una corri ente y otra de ah orro. El dinero de la cuenta corriente sería considerado c omo e fectivo y estaría sometido a la tasa de uso. El dinero de la cuenta de ah orro, por su parte, tampoco recibi ría intereses, per o conservaría su valor. Par a evitar la inflación, habría que ajustar con precisión el monto de dinero en circulación con la cantidad necesaria para llevar a cabo t odas las transacc iones económicas. Los bancos podrían prestar este d i n e r o a t e r c e r o s t a m b i é n s i n i n t e r e s e s , a u n q u e p o dr í a n c o b r a r l a s c o m i s i o n e s n e c e s a r i a s p a r a hacer rentable su actividad. Para evitar que el dinero excedente de un sistema monetario sin i n t e r e s e s n o s e i n v i rt i e r a e n e s p e c u l a c i ó n i n m o b i l i a r i a s e r í a n e c e s a r i a u n a r e f o r m a s u s t a n c i a l d e l a p r o p i e d a d d e l a t i e r r a . L a t i e r r a , c o m o e l a i r e y e l a g u a , d e b e r í a p e r t e ne c e r a t o d o s , a l a comunidad, quien la arrendaría a la s pe rsona s que deseen trabajarla. La s oluci ón más conveniente para logr ar justicia social y favorecer el desarrollo per sonal radica en combinar la e x p l o t a c i ó n p r i v a d a c o n l a p r o p i e d a d c o m u n i t ar i a . E n l u g a r d e “ l a t i e r r a p a r a e l q u e l a t r a b a j a ” , mejor “los beneficios de l a tierra para los que l a trabajan”. La propi edad de la ti erra sería si empre de la comunidad y ningún especulador podría invertir su dinero en acaparar tierras. Otra reforma necesaria para la introducción de una moneda libre de intereses es la del sistema fiscal. Es necesario ree mplaz ar (o c ombinar) e l impuesto sobre las gan anci as por ( con) un impuesto sobre los productos e integrar en di cho i mpuesto los costes ecol ógi cos esti mados. El i mpue sto so bre las ganancias encarec e el trabajo humano haciendo necesaria una mayor mecanización. Tal s u s t i tu c i ó n d e l t r a b a j a d o r p o r l a m á q u i n a n o o c u r r e s i n u n e l e v a d o c o s t e s o c i a l . A d e m á s d e l d r a m a individual del desempleo, al Esta do le cuesta un gran esfuerzo mantener a los desempl eados, a p a r t e d e l a c o n s i d e r a b l e c a n t i d a d d e t r a b a j o e n n e g r o q u e e x i s t e c o m o c o n s e c u e n c i a d e c a r g ar impositivamente los ingresos.

POSIBIL IDADES PRÁCTICAS PARA NUESTROS DÍAS Puesto que el 90% de las transacciones monet arias no son más que números en un ordenador, las m o d a l i d a d e s d e p a g o a c t u a l e s h a r í a n q u e u n a “ t a s a de u s o ” d e l d i n e r o f u e r a t é c n i c a m e n t e m u c h o más simple de im pleme ntar que ante s. Todo el mundo tendrí a do s cuentas: una cuenta corriente y una cuenta de ahorro. El dinero en l a cuenta corri ente, que está continuamente a disposi ción del propietario, sería c onsiderado como dinero en efectivo, y per dería valor a razón de un 6% anual. C u a l q u i e r a q u e t u v i e r a e n s u c u e n t a c o r r i e n t e m á s di n e r o d e l n e c e s a r i o p a r a e l p a g o d e l o s g a s t o s ordinarios en un mes, se vería instado, para evitar el pago de la t asa de uso, a transferir la cantidad n o gastada a una cuenta de ah orro. D esde al lí, el banco estarí a obl igado a prestar este dinero a aquellas personas que lo necesitaran durante un tiempo determinado, y por eso el dinero de la cuenta de ah orro no estaría sometido a penalización. El propietario del dinero n o recibiría ningún interés en su cuenta de ahorro, per o tampoco per dería v a l o r . I g u a l m e n t e , l a p e r s o n a q u e r e c i b i e r a u n c r é di t o n o p a g a r í a i n t e r e s e s , p e r o s í p a g a r í a u n a p r i m a d e r i e s g o y l a s c a r g a s b a n c a r i a s u s u a l e s c o m pa r a b l e s a l a s q u e l o s b a n c o s i m p o n e n e n l a actualidad. Lo que supone un 2.5% de los costes del crédito. De esta manera, muy poc o cambiaría en la práctica. Los bancos funcionarían como de costumbre, excepto que tendrían más interés en dar prést amos, porque también ellos estarían sometidos a la tasa de uso, como t odo el mundo. Para prevenir la acumulación de dinero en efectivo, una forma de hacerlo sería retirar una serie determinada de billetes cada año, o t odos los billetes cada dos años sin previ o anuncio. La base de esta re forma consistiría en ajustar lo más exactamente posible la cantidad de creada y la cantidad de dinero necesaria para poder realizar todas las transacciones i n t e r c a m b i o d e b i e n e s y s e r v i c i o s , d e n t r o y f u e r a de u n á r e a g e o g r á f i c a d a d a , u n a r e g i ó n nación. El dinero seguiría entonces unas pautas de crecimiento físico “natural” (curva A, © Margrrit Kennedy y EcoHabitar.

di nero en el o una en la

figura1) y nunca más, un cre cimiento exponencial . Cuando se hubi era creado el dinero sufi cie nte para posibilitar todas las transacciones deseadas, ya n o sería necesari o producir más.

VENTAJAS DE UN NUE VO SISTEMA MONETARIO La introducción, en una determinada región o país, de un sistema monet ario sin intereses produciría las siguientes ventajas generales: eliminación de la inflación mayor equidad s ocial desempleo en descenso rebaja de un 30-50% en los precios auge ec onómico inicial economía estable después de dicho auge Los que operan con el sistema monetario actual saben que no pu ede durar, pero ignoran la existencia de una alter nativa posible o se resisten a ella. Los bancos no están interesados en debatir abiertamente cómo funciona el sistema de las tasas de interés, salvo en una perspectiva a l argo plazo. El dinero , afirman lo s ban co s, debe “crecer ”, “multiplicar se”, debe “traba jar” para nosotros. Pero nadie jamás ha visto que el dinero trabaje. Siempre han sido las persona s la s que han trabajado ya fuese con o sin máquinas. Un a propaganda de este tipo oculta el hecho de que cada peseta que va al inversor de dinero es producto de los e s f u e r z o s r e a l i z a d o s p o r o t r a p e r s o n a q u e h a s i d o d e s p o j a d a de t a l s u m a , c u a l q u i e r a q u e sea la forma en que esto suceda. En otras palabras , el que trabaja por dinero se va empobreciendo en la medida en que se enriquece el que lo posee. Este es todo el misterio de cómo “trabaja” el dinero, un misterio que los bancos no desean que quede al descubierto. El sistema monetario actual favorece a ese 10% de la pobl ación q u e r e c i b e m á s i n t e r e se s q u e l o s q u e p a g a , p e r o i n c l u s o d e n t r o d e e s t e 1 0 % , s ó l o u n o s p o c o s (magnates, multinacionales, gran des compañías de seguros, bancos, etc.) son los grandes beneficiados del sistema pues su po der depen de de su existencia. Si se quiere introducir una moneda sin intereses, ellos serían la principal fuerza contra la que habrí a que luchar. En el otro e xtremo se halla e se 80% de la pobl aci ón que sal e perju dica da con el a c t u a l s i st e m a p e r o q u e d e s c o n o c e l o s m e c a n i s m o s p o r l o s q u e s u t r a b a j o p i e r d e v a l o r . Y e n cantidades inmensas: sólo en Alemania, el sistema actual de intereses transfiere a diario entre 500 y 600 millones de mar cos (4.500 y 5.300 millones de pesetas) de los que trabajan a los que detentan el capital. Aunque la mayor parte de los Gobiernos trata de rectificar el desequilibrio resultante por medio de impuestos, el resultado es bastante deficiente. En primer lugar, por que el coste de la burocr acia “soci al”, en constante aumento, afecta a todos, incl uidos aquel los que de berían beneficiarse de ell a. En segundo lugar, porque e s absur do de spojar a l as personas de la porción de ri queza que le s corresponde y luego, me di ante al gunos de los pr oce dimientos más ineficaces que se conocen, querer devolverles parte de este dinero en forma de aportes de bienestar s ocial, c on deuda moral incluida. Lo mi sm o ocurre con l os paí ses de l ll amado Terc er Mundo. Ahora nosotr os somos l os bene fici ados y ellos los que pagan. Todos los días estos países desem bolsan 300 millones de dólares por intereses de la deuda, el doble de lo que les entregamos por “ayu da al desarrollo”. De la deu da t otal de un bill ón de dólares que tení an los paí ses del Tercer Mundo en 1986, alrede dor de un tercio fue prestado para pagar i ntereses de préstamos anteri ores. No hay esperanzas de que estos paí ses puedan salir alguna vez de este atolladero, si no es a través de una profunda crisis o un cambio fundamental en la política. C on donar la deuda y hacer préstamos sin intereses son medidas que se han de t omar inmediatamente si no queremos que aumente la fosa abierta entre los países ricos y los países pobres. En una economía libre de intereses e inflación, lo s precio s de bienes y servicios e starían regulados, como en las sociedades capitalistas actuales, por el mercado. Lo que desaparecería es la dis torsión que el mecanismo de intereses introduce en el llamado mer cado l ibre. La concentraci ón de capital en unas pocas manos corre pareja de una gran concentraci ón en el sector industrial. Las pequeñas empresas son absorbidas por otras más grandes y así sucesivamente hasta qu edar bajo el poder de grandes c orporaciones multinacionales. Este proceso viene en parte animado por el excedente que dichas empresas ganan en el mercado de dinero. Siemens, por ejemplo, gana más dinero en el mercado de capitales que en el sector de la producción . Esto le per mite hacer grandes inversiones sin dejar de ser acreedora. A di ferencia de ellas, las pequeñas empresas deben endeudarse para poder expandirse, quedando así atrapadas en el sistema de intereses. Es claro a quien beneficia el actual sistema y a quien beneficiaría un nuevo sistema monetario sin intereses. Uno de los sectores m ás afectados por el actual sistema es, sin duda, el sector agríc ola. La industrialización agrícol a, provocada por una necesidad impuesta de mayor pr oductividad, está creando pr oblemas qu e suponen una amenaza par a nuestra supervivencia: agotamiento y contaminaci ón de las aguas, con ve rsión de tierras fé rti les en desiertos ári dos, pér di da de biodiversidad, productos híbridos venenosos y carentes de sabor , etc. La introducción de préstamos libres de intereses, junto con una reforma agraria e impositiva como las descritas antes, daría posibilidad a muchas personas de retornar al campo, favoreciendo un nuevo estilo de vida r ural, m á s a u t o s u f i c i e n t e , m á s c e n t r a d o e n l o l o c a l y m e n os d e p e n d i e n t e d e e x i g e n c i a s e x t e r n a s .

© Margrrit Kennedy y EcoHabitar.

RESULTADOS QUE SE PODR ÍAN ESPERAR D e n t r o d e u n a m p l i o c o n t e x t o d e t r a n s f o r m a c i ó n g l o ba l d e v a l o r e s y p a u t a s d e c o m p o r t a m i e n t o , a s í como junto a otr os cambios en relación con la pro piedad de la tierra y el carácter de los impuestos, el cambi o del sistema monetario actual podría servir para pasar de un crecimiento cuantitativo a un creci mi ento cuali tativo. Cuando l a ge nte pudi era l ibremente el egir entre guardar su dinero en una cuenta de ahorro en l a que mantendrí a su valor, o inverti rlo en un hermos o muebl e, una obr a de arte o en una casa sól idamente construida, objet os que igualmente mantendrían sus respectivos valores, bien pudiera ocurrir que prefirieran optar por dichas inversiones, lo que sin duda e n r i q u e c e r í a s u s p r o p i a s v i d a s . A d e m á s , c u a n t o m a y or d e m a n d a h u b i e r a p o r e s t o s b i e n e s d e contrastada c alidad, más se producirían. De esta manera, se pr oduciría una revolución total de valores, que sin duda tendría efect o sobre las cuesti ones ambi entales. Las i nversi ones en tecnología ecol ógica podrí an com petir en el marco de una form a de vi da sostenibl e con dinero establ e, que se prestaría si n esperar beneficios innecesariamente grandes. Así, plantar un bosque pronto sería económicamente posible —en lugar de cortar el bosque y poner el dinero en el banc o—, y sin duda la mejor s olución “econ ómica” actualmente. Mientras que en la actualidad el interés es una ganancia privada, la tasa de uso del dinero serí a una ganancia públi ca rel ativamen te peque ña (ver eje mpl o de Wörgl ), que permi tiría reducir la cantida d de impuestos necesarios para llevar a c abo las tareas públicas. Incluso el vol umen de la activi dad ec onómi ca se podría ajustar más fácilmente a las necesi dades reales. Puesto que no serían necesarios grandes rendimientos para pagar los intereses, la presión actual para una pr odu cción y consumo en exceso se reduciría con siderablemente. Los pr ecios d i s m i n u i rí a n e n u n 4 0 % , p o r c e n t a j e a c t u a l m e n t e d e s t i n a d o a c u b r i r l o s c o s t e s d e l c a p i t a l . E n t e o r í a , el 80% de l a gente podr ía trabajar l a mitad par a mantener su estándar de vida actual. El 10% de la po blación que ah ora vive de las rentas no per dería su dinero, per o dejarían de hacer dinero con su dinero y tendrían que vivir de su capital, a men os que lo invirtieran en diferentes nego cios . Las dos cuesti ones crí ticas son: ¿Comprenderán aquéllos que se benefician del sistema actual que la rama en la que están sentados se alimenta de un árbol enfermo y ayudarán a plantar un árbol nuevo y sano antes de que el viejo se derrumbe? ¿Comprenderán, antes de que sea demasiado tarde, aqu éllos que actualmente pagan mucho, que existe una alternativa para el cambio y que tienen que trabajar juntos para llevarla a la práctica?. En este momento concr eto, la introducción de un nuevo sistema monetario cooperativo podría dar lugar a una situación en la que todo el mundo saliera ganando. Contribuiría a des arrollar por fin una economía mundial y una civilizaci ón sostenibles.

eferencias BIBL IOGR AFÍA BÁSICA -

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Silvio Gesell, T h e N a t u r a l E c o n o m i c O r d e r. Berlín, Neo-Verlag, 1929 Silvio Gesell. G e s a m m e l t e W e r ke , Band 1-6, Gauke Velag, 1988-90 Margrit Kennedy. I n t e r e s t a n d I n f l a t i o n F r e e M o n e y : C r e a t i n g a n E xc h a n g e M é d i u m t h a t w o r ks f o r e v e r y b o d y a n d p r o t e c t s t h e E a r t h , SEVA international, Okemos, Michigan, USA. Existe versión en español: Dinero sin inflación ni tasas de interés. Dieter Suhr. T h e C a p i t a l i s t i c Co s t - B e n e f i t S t r u c t u r e o f M o n e y . An Analysis of Moneys Structural Nonneutrality and its Effects on the Economy. Springer Verlag, Heidelberg, 1989

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