LIDERAZGO

Percusión africana: Una herramienta para analizar el trabajo en equipo y las dinámicas del liderazgo en las organizaciones Aprender experimentando. Esa es la consigna de la práctica de los tambores africanos que la multinacional Sewa Beats utiliza para dinamizar, motivar y construir equipos así como para desarrollar capacidades de dirección y liderazgo. “La alegría de la percusión” con la que se describe este programa consigue reforzar valores e intensificar competencias en dirigentes y responsables de equipo de distintas organizaciones con el propósito de que la innovación y la curiosidad permitan llevar a cabo experiencias memorables para todos los participantes. Por DOUG MANUEL y TERESA FERREIRO, Sewa Beats

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na de las tareas más difíciles dentro del campo de la formación empresarial es que los participantes vayan más allá de la teoría. Incluso cuando trabajan sobre casos prácticos, no es sencillo para ellos comprender los aspectos que componen el trabajo en equipo y las claves del liderazgo en su entorno profesional. El uso de los ritmos y percusión africana dentro del campo de la formación empresarial

FICHA MANUEL, Doug y FERREIRO, Teresa

TÍTULO:

Percusión africana: Una herramienta para analizar el trabajo en equipo y las dinámicas del liderazgo en las organizaciones

FUENTE:

Capital Humano, Nº 194, pág 80, Diciembre de 2005

RESUMEN: El liderazgo, los roles dentro de un equipo, la estrategia y el empowerment son sólo los primeros objetivos que se descubren de la práctica de los djembes. El éxito de esta práctica es el resultado directo de un trabajo conjunto que parte de cero para lograr un objetivo común a todo el equipo. Ésta es la base sobre la que se sustenta esta actividad outdoor que Sewa Beats lleva ya tiempo comercializando para el desarrollo del liderazgo. DESCRIPTORES: Formación/ Trabajo en Equipo/ Liderazgo/ Experiencia/ Empowerment

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Estos comportamientos pueden ser beneficiosos o por el contrario un obstáculo para obtener resultados óptimos a partir de objetivos específicos. La toma de conciencia y comprensión de las causas que los generan es por tanto de gran valor para fomentar o corregir determinados comportamientos.

TÉCNICA

AUTOR:

Capital Humano

muestra de forma práctica, a través de la experimentación directa, distintos y variados modos de comportamiento personal e interpersonal dentro de las empresas.

Existen cinco comportamientos empresariales tipo, que pueden comprenderse mejor si nos servimos de la percusión africana. El más obvio es el de trabajo en equipo. Los otros cuatro los iremos analizando a lo largo del artículo, y son: liderazgo, innovación y asunción de riesgos, y empowerment, entendiendo éste como la capacidad que tenemos de llegar más allá de nuestros propios límites. Lo que a continuación recogemos es el resultado de nuestra experiencia directa y de entrevistas múltiples llevadas a cabo entre los participantes de las sesiones de trabajo con Sewa Beats.

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¿QUÉ VALOR APORTA EL USO DE LA PERCUSIÓN AFRICANA A LOS PROGRAMAS DE FORMACIÓN EMPRESARIAL?

La acción de tocar el tambor, y más concretamente, de tocarlo en grupo, proporciona algunas oportunidades claves para el trabajo en equipo. La exigencia de tipo físico puede ser notable, el participante puede llegar a sudar si se esfuerza un poco, facilitando que la gente se relaje y se deje llevar. Por supuesto, esto podría lograrse igualmente con una sesión de aeróbic. La diferencia es que el aeróbic no requiere la colaboración de los individuos. En deportes de equipo como el fútbol, por ejemplo, que sí necesitan de un esfuerzo colectivo, éste no se distribuye de forma equitativa, y factores como la forma física y el conocimiento del juego marcan diferencias previas importantes. La percusión africana, en cambio, ofrece a todos los participantes un campo de acción en el que todos se encuentran de entrada al mismo nivel. Es poco habitual que tengan experiencia previa, y el esfuerzo individual pierde relevancia frente al esfuerzo del grupo. Un niño de ocho años puede ser tan bueno o incluso mejor que un chico de dieciocho. Las cadencias musicales que surgen de los djembes -así se denominan estos tambores africanos- son de gran complejidad y emoción, y al mismo tiempo de una increíble sencillez. Son el resultado directo de un trabajo conjunto destinado a crear un objetivo común par-

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tiendo de cero. Michel Clement, alto directivo de Oracle, ha utilizado Sewa Beats en sesiones con más de 600 participantes, con los objetivos de estrechar los lazos con sus partners por una parte, y de lograr la colaboración horizontal entre ellos por otra. Al respecto comenta: “Pudimos ver lo que se podía llegar a conseguir trabajando juntos. Los asombrosos efectos de la sesión se perciben en nuestra actual forma de colaborar.

TEAM BUILDING -T TRABAJO EN EQUIPO La sesión de tambores en sí misma es una actividad de team building que se va completando y reorientando durante el ejercicio hasta alcanzar los objetivos predeterminados. Si bien es cierto que la percusión africana encierra mucha magia, el hecho de alcanzar en una sesión de 90 minutos un nivel interpretativo en el que la experiencia es increíblemente placentera y divertida, lejos de ser mágico, resulta muy real. Requiere tan sólo aprender dos formas de golpear el tambor (el bajo y el tono) y unas pocas combinaciones básicas. A partir de ahí se trata de trabajar juntos siguiendo las indicaciones del facilitador y centrándose en la parte más importante de la actividad: escucharse los unos a los otros.

CONCENTRACIÓN A menudo durante nuestras sesiones, una vez que los participantes han aprendido a tocar

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juntos, les pedimos que, manteniendo la estructura del círculo en que estaban sentados, se giren, dando la espalda al centro. Lo hicimos por primera vez con un grupo de las Naciones Unidas. El reto consiste en ser capaz de tocar sin estar pendiente de lo que hacen los demás. Como es de esperar, el nivel de ejecución al principio baja, pero tras unos minutos se recupera, e incluso supera el nivel de partida. Esto se debe a dos factores: por un lado a que los participantes no se sienten observados y por tanto se desinhiben, dejándose llevar y preocupándose sólo de hacer las cosas bien, que es lo que realmente importa. Por otro lado, los participantes se ven obligados a concentrarse en el elemento clave a la hora de tocar en grupo, que es escuchar. Ver a otras personas mientras tocan puede servir de ayuda, pero también puede favorecer un cierto relajamiento. Al centrar toda su atención en la correcta ejecución del ritmo, los participantes alcanzan su máximo potencial.

MÁS ALLÁ DE LA LECCIÓN BÁSICA Hemos visto que el trabajo en equipo es la base, el núcleo, el punto crítico donde reside la fuerza de la percusión africana. Por otra parte, su simplicidad la convierte en una herramienta ideal para profundizar un poco más y obtener algunas claves acerca de cómo cada uno de nosotros, como individuos, trabajamos en grupo. Además del team buiding hay otros aspectos del mundo corporativo que podemos abordar de forma práctica a través de la percusión africana: liderazgo, asunción de riesgos, innovación y empowerment. Todo el potencial y valor real de la actividad se hará más patente si incorporamos algunas sutiles técnicas de coaching que hemos ido depurando con el tiempo a través de nuestra propia experiencia.

LIDERAZGO Un buen líder tiene una clara visión de a dónde quiere ir, y cómo quiere comunicarlo. Tras la parte inicial de nuestras sesiones de trabajo, durante la cual se enseñan los elementos y algunos ritmos básicos de la percusión, cada uno de ellos asociado a una señal visual específica, el grupo es capaz de tocar en sintonía bajo la dirección de nuestros facilitadores. El paso siguiente es invitar

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a los participantes a salir a dirigir al resto de la “orquesta”. Ese momento es muy interesante. Los participantes se entregan a fondo, sobre todo cuando sus jefes de orquesta son capaces de comunicar bien y extraer lo mejor del grupo. En estos casos a la pieza musical le sigue una explosión espontánea de aplausos, generada por el fuerte sentimiento de éxito que invade al grupo. Una vez que varias personas han liderado, les preguntamos qué tenían en mente cuando estaban en el centro del círculo. Normalmente su objetivo es asegurarse que todo el mundo tiene claro el elemento musical que viene a continuación del que se está ejecutando. Cuando tocamos percusión, el mensaje a transmitir -cambiar de ritmo, incrementar el tempo o el volumen- es simple. Y aún así, resulta muy ilustrativo comprender la diferencia entre saber cómo hacer algo y saber cómo conseguir que otros lo hagan. Un ejemplo que ilustra bien esta situación se dio durante una conferencia que reunía en Sevilla a 400 altos ejecutivos de Recursos Humanos de toda Europa. Uno de los asistentes se acercó a nosotros antes del comienzo de la sesión para decirnos muy ilusionado que él ya sabía tocar el djembe. Cuando invitamos a algún voluntario a salir a liderar al grupo, él fue el primero en lanzarse. Subió al escenario y se preparó para tocar. Le comentamos que su papel ahora no era el de tocar, sino el de dirigir a los demás. Algo desconcertado, se puso manos a la obra, obteniendo del grupo un resultado bastante pobre. Más tarde nos comentaría que al encontrarse delante de su orquesta sin haber diseñado una estrategia previa, aunque en su mente estaba claro lo que quería que se hiciese, no sabía cómo comunicarlo. Los ejemplos abundan. Otro participante que lideraba al resto del grupo dio una instrucción que todos siguieron. Un segundo más tarde, cuando el grupo estaba aún ejecutando y dando solidez al ritmo, dio una segunda instrucción. Las señales contradictorias crearon tal confusión que hubo que parar la música y comenzar de nuevo. ¿DE

VERDAD FUNCIONA ?

DEJEMOS

A UN LADO

EL ESCEPTICISMO

Algunas veces, cuando los grupos han trabajado juntos durante mucho tiempo y han des-

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arrollado sus propios métodos, se vuelven escépticos ante agentes externos. Esto ocurrió con un cliente en Portugal. A la dirección de la compañía le inquietaba que dentro de su equipo no se percibiese el potencial de las actuaciones individuales debido a una falta de cohesión del grupo. Cuando comenzó la sesión, los participantes empezaron a tocar el djembe cada uno a su manera, sin mostrar mucho interés por el ejercicio. Se les pidió intentarlo por lo menos una vez siguiendo las instrucciones del facilitador. Con ello intentábamos que gracias a su atractiva sencillez, la percusión africana les cautivase si le daban una oportunidad. Si la propia actividad de tambores no hubiese tenido la capacidad de mostrar su valor de forma casi inmediata (en este caso, que se puede crear fácilmente y de forma divertida una pieza musical agradable), la actividad habría fracasado y el mensaje global no habría llegado. ENTENDIENDO

LOS RECURSOS

DE LOS QUE DISPONEMOS

Durante una sesión con un banco holandés, enmarcada en uno de sus cursos internos de desarrollo de liderazgo para directivos con alto potencial, el participante que lideraba al grupo lo dividió en cuatro subgrupos a los que dio instrucciones diferentes. El efecto fue caótico. Para restablecer la música pidió a todos, excepto a nuestros facilitadores, que dejasen de tocar, para así poder dar nuevas instrucciones. Por un lado, el participante se atrevió a correr riesgos e innovar; por otro, se percibió falta de previsión y planificación pues carecía de una estrategia alternativa en caso de que su plan inicial no resultase. Al finalizar la sesión el participante comentó que decidió mantener a los formadores tocando porque le proporcionaban la base a partir de la cual reconstruir la pieza. De esta manera nuestro líder fue capaz de encontrar una solución a su problema. Cierto es que llegar a prever comportamientos en una materia que se acaba de descubrir es pedir demasiado por nuestra parte. Lo que es evidente es que el mensaje que se obtuvo en este caso fue muy oportuno, ya que el objetivo de la sesión era ofrecer un marco en el que los participantes pudiesen practicar lo que habían aprendido durante el curso de desarrollo del liderazgo. La situación creó una clara analogía que será recordada en otras circunstancias similares.

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INNOVACIÓN Y RIESGO La percusión africana, como todas las actividades colectivas, tiene unas reglas que han de seguirse. También, como en la mayoría de las organizaciones, estas reglas, concebidas como lanzaderas para la innovación, son percibidas por alguna gente como inconvenientes o restricciones. Generalizando podríamos decir que las personas con aversión al riesgo buscarán barreras que limiten la incertidumbre y hagan sus acciones personales seguras, mientras que las personas más innovadoras buscarán la rendija en esas barreras, que les permita expandirse. Hemos comprobado que el uso premeditado de un lenguaje vago en determinadas ocasiones crea situaciones en las que salen a la luz formas diferentes de afrontar el riesgo y la innovación. Más que imponer reglas, cuando explicamos los elementos de los ritmos y la percusión, dejamos un margen. Por ejemplo, cuando enseñamos algunas cadencias rítmicas a los grupos, decimos “estas son algunas combinaciones que podrían utilizarse”, o “esta es una cadencia que yo utilizo frecuentemente como final” Durante una sesión que giraba en torno a la innovación y a la creación de una atmósfera en la que pudiera aflorar la creatividad, nos pidieron situaciones en que estos objetivos se pusiesen a prueba. En la parte de la sesión en que se invita a los participantes a liderar, uno de ellos se levantó, se dirigió hacia la pizarra donde colocamos imanes para explicar los ritmos (imán grande para el bajo, pequeño para el tono) y los recolocó para crear una nueva cadencia que integró cuando le llegó el momento de liderar. Actuaciones tan brillantes como estas no se dan a menudo. Cuando éste no es el caso, el facilitador resalta la falta de creatividad y de innovación de los participantes que han dirigido al resto del grupo. En línea con lo mencionado un poco más arriba, normalmente los participantes dan por hecho que se les proporcionan las únicas opciones posibles. Aquellos que salen a dirigir tras estos comentarios son mucho más innovadores. Lo más importante en estos casos es que los participantes se dan cuenta de la tendencia que tenemos a crear y autoimponernos restricciones.

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EMPOWERMENT La actividad de tocar el tambor en grupo ofrece un paradigma diferente a la mayoría de ejercicios destinados a los directivos de empresas. En un curso para jóvenes ejecutivos con alto potencial que se impartía en una reputada escuela de negocios internacional, uno de sus participantes comentó que en las actividades outdoors que realizaban, los equipos fueron pasando por variadas pruebas. Antes de comenzar, el consultor que les supervisaba les dijo “espero que las cosas salgan mal, porque es a partir de los errores de donde se pueden extraer lecciones más valiosas”. El mensaje puede ser válido en muchas ocasiones, siempre y cuando la frustración generada por el fracaso no bloquee la vía del aprendizaje La percusión africana, tal y como nosotros la planteamos ofrece una aproximación diametralmente opuesta. Los participantes aprenden cómo trabajando juntos y con las herramientas y la libertad necesarias para desarrollar su potencial, pueden alcanzar objetivos que nunca se habían planteado y que, si lo hubiesen hecho, habrían considerado inalcanzables.

LLEVANDO EL MENSAJE DE VUELTA A CASA Una gran parte de los participantes que han asistido a nuestras sesiones son ejecutivos que en mayor o menor medida se enfrentan permanentemente a la toma de decisiones importantes dentro de sus empresas. Muchos han leído libros de negocios, o participado en seminarios y cursos de alto nivel, donde se les ha pedido analizar supuestos. Así, se ponen en situación y se plantean qué harían para resolver el problema… Podríamos ilustrar esta forma de trabajo con una breve historia… Un intelectual leyó un libro de astronomía y se convirtió en astrónomo, leyó un libro de historia y se convirtió en historiador, leyó un libro para aprender a nadar y se ahogó. La percusión africana crea el ambiente ideal para aprender experimentando, a través de la práctica, algo que únicamente se puede aprender de esa manera. Es importante que los mensajes que hemos ido analizando se hagan tan explícitos co-

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mo sea posible, para que su valor sea duradero y los participantes puedan aplicar lo aprendido a su trabajo diario. También es importante resaltar que han de ser ellos mismos quienes lleguen a sus propias conclusiones, en lugar de darles el contenido ya “masticado”. Por supuesto, la percusión africana no sustituye a la formación teórica, pero sí sirve como complemento que ilustra y permite poner en práctica este aprendizaje. Así, las enseñanzas a través de la percusión pueden analizarse a posteriori por medio de variadas técnicas, entre ellas: – una breve discusión acerca de los temas de fondo, actitudes y valores específicos que han ido surgiendo durante la sesión, sin incidir demasiado en los aspectos más formales del desarrollo de la sesión. – un cuestionario breve a los participantes, que permita por un lado recabar información, obtener feedback, y por otro hacer más explícito el mensaje global del cliente por medio de preguntas dirigidas.

CONCLUSIONES • La percusión africana es un valioso complemento a la formación empresarial y va mucho más allá de ser un mero ejercicio de trabajo en equipo. • Establece una clara analogía con las prácticas actuales dentro de las empresas, de: liderazgo, innovación, trabajo en equipo, asunción de riesgos y empowerment. • La metáfora tiene mucha fuerza, ya que se basa en la propia experiencia, y no en la observación. Proporciona información que va más allá de la propia del individuo y/o grupo, y permite focalizar la atención en aquellas facetas que son de mayor interés o utilidad para él, ella o el grupo. • Tal y como la utilizamos en Sewa Beats, la percusión africana es una herramienta muy versátil que permite adaptar los objetivos de las sesiones a las necesidades específicas de cada cliente: motivación de equipos, fomento del liderazgo, cohesión e integración, team building, motivación, etc.\

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