UNA REFLEXIÓN SOBRE LA VALORACIÓN Y PRESENTACIÓN DE LAS INVERSIONES EN OBRAS DE ARTE Dra. María Alvarado Riquelme,
[email protected], Universidad Rey Juan Carlos Almudena Macías Guillén,
[email protected], Universidad Rey Juan Carlos Emilio Navarro Heras,
[email protected], Universidad Rey Juan Carlos “Cada niño es un artista. El problema es cómo seguir siendo artista una vez que hemos crecido.” (Picasso)
RESUMEN El mercado del arte ha sido muy poco analizado desde el punto de vista contable pese a que la facturación del sector creativo en España se sitúa en umbrales superiores al 2,3 % del PIB y está teniendo un crecimiento muy relevante en los últimos años, aumentando progresivamente su significatividad macroeconómica. Debido a esto, y ante la ausencia de trabajos de investigación relacionados con la problemática contable de la inversión empresarial en arte, hemos querido abordar parte de la misma, centrándonos en su valoración y presentación en los casos de adquisición como inversión no afecta al proceso productivo.
PALABRAS CLAVE: Cuentas anuales, inversión en arte, presentación, valoración. ABSTRACT: The fine arts market has rarely been analyzed by accountants, although the invoicing of the Spanish creative sector reaches figures over 2.3 % of the Gross Domestic Product, and the growth of this sector in the last five years has been very notable, gradually increasing its macroeconomic significance. Despite this fact, there is a lack of research on the accounting matters related to the business investments in fine arts. For this reason, this paper is focused on the intricacy of appraisal and presentation of these kinds of assets when they have been purchased as non-productive process investments.
KEYWORDS: Financial Statements, Fine Art Investments, presentation, appraisal. 1. INTRODUCCIÓN Las obras de arte forman parte de lo que se viene conociendo como bienes tangibles de colección; es decir, aquellos objetos que por su peculiar singularidad (su carácter único o escaso, su mérito artístico, su consonancia con las tendencias del gusto social, y/o su antigüedad) van, paulatinamente, aumentando su valor a través del tiempo. Son bienes que tienen un valor intrínseco y que además su posesión puede aportar un goce estético: sellos, monedas, billetes o medallas, arte (pinturas, esculturas, dibujos, grabados, litografías,...), antigüedades (bienes muebles, útiles u ornamentales, distintos de los objetos de arte), joyas, libros (bibliofilia), documentos antiguos, objetos de personajes emblemáticos o míticos (memorabilia), etc.
Al ver la composición de estos activos, inevitablemente vienen a nuestras mentes nociones ligadas con el arte, la historia y la cultura; con bienes apreciados por su estética, su valor sentimental (al formar parte de nuestra
historia o la de nuestros antepasados) o su reconocimiento social (debido a su significación artística, histórica o cultural).
A priori, estas características ligadas a la exaltación y elevación del espíritu no parecen tener relación con los atributos utilitaristas inherentes al concepto de inversión. Para encontrar dicha conexión es necesario plantearnos la finalidad que el propietario persigue con la posesión de estos activos, finalidades que agruparemos en tres grandes categorías: o
Satisfacer un deseo personal.
o
Incorporación en una colección.
o
Constituir un complemento (que no un sustitutivo) serio y atractivo a la inversión en activos financieros1, que conjuntamente con estos últimos puedan formar unas carteras equilibradas en riesgo y rentabilidad.
Resulta altamente complicado intentar cuantificar el volumen de recursos que se invierten en bienes tangibles de colección; no obstante, a modo ilustrativo ofreceremos alguno de los datos que se desprenden de un estudio realizado por ANÁLISIS E INVESTIGACIÓN [2005, 12-4] en el mercado nacional: o
Un 25% de los españoles colecciona.
o
El coleccionismo a través de Internet creció en el año 2005 un 104,5%, con respecto al volumen del año anterior.
o
El coleccionista activo realiza una inversión media de 43,89 € al mes y el ocasional 25,85 €.
Centrándonos en el mercado del arte («Fine Art Market»), las ventas mundiales en 2006 sobrepasaron los 6.400 millones de dólares, lo que supone un aumento del 60% respecto al 2005, y de un 70,4% con respecto al 2004. De estos ingresos, los obtenidos en subastas superaron los 2.700 millones de dólares mientras que el año anterior dicha cifra no llegó a alcanzar los 2.300 millones. El 45 % de los lotes más importantes se vendieron en Nueva York, con cifras record como la obra de Picasso «Dora Maar au chat» vendida en mayo en 85 millones de dólares [ARTEPRICE, 2006, 4 y 14]. No obstante, debemos destacar que el peso de estos lotes millonarios sólo representa el 0,2% del total de transacciones en las casas. El 83 % de los lotes que se subastaron en 2005 alcanzaron un valor inferior a los 10.000 dólares y el 56% inferior a 2.000 dólares. Además, este último segmento es mucho menos especulativo que el de las obras millonarias, mientras que la subida de precios en obras inferiores a 2.000 dólares fue de sólo un 5 % en 2005 (19,5% sobre la década anterior), la subida de obras en valores superiores a esta cifra se situó en este año en un 23,6% [ARTEPRICE, 2005, 5-7].
El año 2006 también ha sido un buen año para las subastas; según Arteprice, se vendieron en todo el mundo alrededor de 800 lotes que superaron el millón de dólares. La cifra es muy alta, si tenemos en cuenta que en el año 2005 se vendieron 477 por encima de ese precio, 393 en el 2004 [ARTEPRICE, 2005, 5-6]. Además, la cifra de negocio en subastas creció en el primer semestre de este año un 48,2%, en relación al mismo periodo del año anterior (alcanzando un volumen cuatro veces superior a los ingresos generados en el mismo periodo 10 años atrás). El Artprice Global Index registró un alza del 25,4% respecto al año anterior [ARTEPRICE, 2006, 4]. 1
Un activo financiero es un tipo de activo intangible (su valor no tiene nada que ver con el soporte físico en el que está registrado) cuyo valor consiste en un derecho a obtener un beneficio futuro [COCA PÉREZ, 2001, 17].
Este crecimiento mundial también se traslada al mercado local. El arte es ya el tercer objeto de inversión preferido por los españoles después de la inversión inmobiliaria y en activos financieros, tal y como se desprende de la Encuesta Financiera de las Familias referida al año 2002 [BANCO
DE
ESPAÑA, 2005, 68-9] Según este
informe el 18,2% de las familias tienen inversión en joyas, antigüedades y obras de arte y éstas suponen, en media, un 0,5% de su riqueza (frente, por ejemplo, al 0,3% de inversión en valores de renta fija).
A pesar de estas cifras, quienes vean en el mercado de arte una oportunidad de rentabilidad a corto plazo pueden verse perjudicados, según expertos en la materia, si el horizonte de inversión es inferior a cinco años el arte es una de las peores opciones para que un inversor gane dinero. No obstante, el mercado del arte es menos sensible a las crisis económicas y a los acontecimientos geopolíticos que otros activos como lo demuestra la reacción del índice Artprice ante acontecimientos como los ataques del 11 de septiembre, o el inicio de la guerra de Irak. El índice se contrajo solamente 1,2% en el primer cuarto de 2001 y en los primeros 6 meses de 2003 se levantó el 7%.
En la actualidad, el arte se ha convertido en un objeto con valor económico que cumple la ley de la oferta y la demanda. A este mecanismo le denominamos mercado del arte y lo definimos como el ámbito virtual donde interactúan la oferta y la demanda de un producto único e irrepetible, dado que contiene creación [DALIA HAYMANN, 2005, 1].
Entre los agentes que interactúan en el mercado del arte podemos citar los siguientes: o
Artistas. Son los autores de las obras que venden directamente al coleccionista, o bien a marchantes y galeristas.
o
Marchantes. Comerciantes que compran y venden las obras de arte, obteniendo por ello una comisión.
o
Galeristas. Éstos actúan, tanto en el mercado primario como en el secundario, como gestores o representantes artísticos y como marchantes. La diferencia entre un marchante de arte y una galería estriba en que si bien ambos agentes se dedican al comercio del arte, el galerista también ejerce la labor de «curador de arte» al organizar exposiciones en su espacio.
o
Coleccionistas: Adquieren las obras de arte como hobby pero también pueden llegar a ser inversores.
o
Anticuarios. Personas que estudian, venden o coleccionan objetos antiguos; es decir, aquéllos que tienen más de cien años.
o
Museos. Son instituciones dedicadas a la adquisición, conservación, estudio y exposición de objetos artísticos o científicos para que puedan ser examinados. Al tiempo que aparecen nuevos coleccionistas particulares, ha surgido en la escena artística española un importante número de museos de arte contemporáneo que están contribuyendo a incentivar el mercado, así como la oferta cultural. En los últimos años se han creado el CAC de Málaga, el Artium de Vitoria, el Patio Herreriano de Valladolid, el Marco de Vigo, entre otros. Son centros que no sólo sirven a la difusión del arte contemporáneo, sino que también se convierten en nuevos compradores, al necesitar obras con las que nutrir sus incipientes colecciones.
o
El consultor de arte. Al igual que los asesores de bolsa, aconseja al comprador, buscando siempre su beneficio. Los servicios de un consultor van desde la creación y conservación de colecciones hasta la
gestión de compraventa. Además ofrece servicios de tasación, conservación, restauración, etc. Por otro lado, ofrece a las empresas proyectos diferenciadores e innovadores de arte dirigidos a implementar políticas de marketing, recursos humanos y responsabilidad social corporativa. Posee un alto conocimiento del mercado del arte, gracias a su visión global, es independiente (ya que no trabaja en exclusiva con artistas y su único fin es dar el mejor servicio a su cliente), es objetivo, supone un ahorro de tiempo para el inversor ya que tendría que invertir mucho tiempo en detectar oportunidades o actualizar conocimientos, y sobre todo conoce el precio del arte, con lo cual asesorará en la mejor oportunidad de inversión, pero sin asegurar rentabilidades. o
El Estado. Acude a las subastas como posible comprador, con la posibilidad de ejercer el derecho de tanteo y retracto.
o
Ferias de arte. Son plataformas fundamentales en las que las galerías dan a conocer a sus artistas y entran en contacto con coleccionistas privados y públicos. En la actualidad, en España, la feria más importante, en materia de arte contemporáneo, es ARCO, creada en 1982. La última edición de ARCO, ha finalizado con un incremento aproximado de las ventas del 15% sobre la edición anterior. El número de visitantes ha ascendido a 190.000 personas y ha contado con la presencia de 271 galerías (84 españolas), más de la mitad de las cuales han vendido el 100% de la obra seleccionada para la Feria. En lo relativo a los inversionistas participantes, se sabe que el Museo de Arte Reina Sofía ha comprado obras en esta edición de ARCO por más de 2 millones de euro (el doble que en la edición anterior), el ayuntamiento de Málaga superó los 120.000 €, la fundación Coca Cola compró dieciocho piezas por un total de 120.000 €, la inversión del ayuntamiento de Pamplona rondó los 60.000 €, el presupuesto de inversión del Ministerio de cultura ha sido de 2 millones de euro, el de Málaga era de 40.000 €2.
o
Casas de subastas. Las casas de subastas son depositarias de los bienes subastados. La casa de subasta valora el bien, en base a factores tales como su propia experiencia, sus bases de datos y a anuarios de ventas. Normalmente, la mayoría de las casa de subastas, estipulan un precio de venta, sacan un catalogo y cobran un porcentaje sobre el precio de venta. En España, la primera en fundarse fue la Sala Durán (1969), después llegarían las internacionales Sotheby’s y Christie’s, en los setenta, en las que se vendían, en los setenta y ochenta principalmente pintura antigua. Habrá que esperar unos años más para que salgan a subasta lotes con pintura contemporánea.
o
Internet. Es un medio muy valioso al servicio del arte. Como instrumento dinamizador del mercado del arte, la Red de redes funciona en diferentes ámbitos con múltiples cometidos, entre los cuales destacan: 1) Agilizar y potenciar las transacciones inmediatas (en tiempo real) en todo el planeta (comercio de obras artísticas). 2) Transmitir información (textos e imágenes) relacionadas con las manifestaciones artísticas a través de la Red. 3) Funcionar como plataforma-escaparate de cualquier manifestación artística. 4) Desarrollar foros y debates. 5) Organizar y presentar muestras y exposiciones. 6) Dar a conocer presentaciones de colectivos de artistas.
2
Datos tomados de nota de prensa de IFEMA (http:www.prensa.ifema.es/SalaPrensa/img_noticia/BALANCE-07.doc).
de
fecha
26
de
febrero
de
2007
7) Desarrollar actividades comunes de grupos de artistas.
Demos unas pinceladas sobre la situación actual del mercado del arte. Hasta los años 50, Francia fue líder mundial, pero ese liderazgo desapareció hace cincuenta años. Desde entonces, Londres, y sobre todo Nueva York, ocuparon el lugar de París, adoptando una estrategia más ofensiva y adaptándose a la «nueva economía» que ha llegado a este sector.
En la actualidad, hay tres grandes compañías líderes en el mercado del arte, son sociedades de subastas de origen anglosajón: Sotheby's, Christie's y, a gran distancia de éstas, Phillips. Estas sociedades acaparan aproximadamente el 95% del volumen de negocios internacional, desarrollándose un 43,1% en Estados Unidos, un 28,4 % en Gran Bretaña y seguido de lejos un 6,6 % en Francia [Arteprice, 2005, 8].
Si hablamos de las plazas, Nueva York es la ciudad favorita de los coleccionistas de arte contemporáneo, Francia lo es en cuanto a muebles, libros, objetos de arte decorativo y artes primitivas. Suiza en joyas, sometidas a un impuesto menos elevado que en otros países.
En cuanto a mercados emergentes, tenemos que destacar el ruso y el asiático, como podemos observar en las siguientes gráficas [Sothebys’, 2006, 15-6]
En España, el desarrollo de las infraestructuras del mercado del arte comienza en la década de los setenta, favorecidas por un marco legal más favorable.
El volumen económico del sector de artes visuales en España durante el ejercicio 2002-2003 fue de 1.425 millones de euro y las ventas por subastas en 2004 superaron los 23 millones de euro (0,9 % del total de los ingresos por subasta a nivel mundial), una cifra en ascenso desde 1992 [ASSOCIACIÓ D’ARTISTES VISUALS
DE
CATALUNYA, 2006, 34 y 54].
Podemos subdividir las inversiones en arte en dos modalidades, directa (compra de una obra) o indirecta.
INVERSIÓN EN ARTE Inversión directa Experiencia y conocimientos. Acceso: Artistas, Galerías, Internet, ferias de arte, casas de subastas…)
Coleccionista Inversor
Inversión Indirecta (colectiva)
Participación en FONDOS DE INVERSIÓN EN ARTE Especialización. Gestión Profesional. Liquidez
Fuente: Elaboración propia.
En la inversión indirecta los participes o inversores (las personas físicas o jurídicas que aportan sus ahorros al fondo de inversión) son copropietarios del patrimonio del fondo, del que les corresponde un porcentaje en función de su aportación, la cual se puede realizar en el momento de la constitución del fondo o bien con
posterioridad. Generalmente estos fondos están dotados de una gran liquidez que permite disponer del dinero invertido en cualquier momento.
El primer fondo de inversión en arte europeo surgió a mediados de 1997, nos estamos refiriendo al Global Art Fund (GAF), de cuyo tramo financiero es depositario el DG Band Luxemburgo, el cual cotiza en la bolsa de Luxemburgo y persigue una estrategia de inversión a largo plazo. El objetivo del fondo, es crear sinergia, puesto que pretende alcanzar una colección que pueda ser vendida como un todo al final de la vida del fondo, teniendo en cuenta que la colección completa tiene un valor superior que las piezas negociadas de manera individual. Sus obras están catalogadas como arte moderno y clásico e incluyen pinturas, esculturas, dibujos, diseños, etc. En la actualidad, el banco ABN AMOR, en Inglaterra, ha lanzado un fondo de inversión en arte chino3.
Asentado lo anterior, nuestro estudio va a centrarse en la problemática de la valoración y presentación en cuentas anuales de las obras de arte mantenidas como inversión directa. Para ello, hemos revisado: o
La literatura contable relacionada con el registro y presentación de inversiones en los últimos cinco años.
o
Las cuentas anuales de las empresas del IBEX-35 para ver la información que se desglosa sobre la inversión arte.
o
A través de entrevistas, la forma de registrar y valorar las obras de arte mantenidas como inversión por una de las empresas del IBEX-35.
2. FUNDAMENTOS TEÓRICOS El mercado del arte tiene unas características propias, diferentes de otros mercados de productos culturales de tipo industrial como el audiovisual, los libros o la música. Tal vez su característica más intrínseca sea su dedicación a la transacción de objetos únicos, lo que lo relaciona estrechamente al coleccionismo. Este mercado requiere que los agentes tengan un alto nivel de información dado que existe una importante relatividad en los precios de acuerdo a una economía de productos y objetos escasos en cuya valoración entran a formar parte aspectos tales como la belleza de las obras, su significado social y cultural.
El mercado del arte ha sido muy poco analizado desde el punto de vista contable pese a que la facturación del sector creativo en España se sitúa en umbrales superiores al 2,3% del PIB (la media europea en 2003 era del 2,6%4) y está teniendo un crecimiento muy relevante en los últimos años (12,3% superior que el de la economía general de la UE en el periodo 1999-2003), lo que empieza a conferirle significatividad macroeconómica [EUROPEAN COMMISSION, 2006, 61].
3
Según la prestigiosa Arteprice (www.arteprice.com), artistas como Zao Wou-Ki o Lin Fengmían en los últimos ocho años han experimentado un incremento de precios en torno al 400%.
4
Esta cifra hace referencia a la contribución al PIB del sector cultural y creativo en 2003, incluyendo el mercado artístico (artes visuales y escénicas, patrimonio /museos, librerías, arqueología, archivos/), las industrias culturales (cinematográficas, audiovisuales, musicales, prensa, radio), las actividades creativas (publicidad, arquitectura, diseño) e industrias relacionadas (fabricantes de ordenadores, de MP3, la industria del móvil) [EUROPEAN COMMISSION, 2006, 6].
Pese a estas cifras, en la literatura y la normativa contable no se hace referencia explícita a las inversiones en arte. No las encontramos ni en la normativa internacional, ni en el Plan General de Contabilidad, ni siquiera en el borrador del Plan.
Las inversiones desarrolladas en la literatura nacional e internacional pueden subdividirse en dos grupos: o
Las afectas al proceso productivo.
o
Las no afectas al proceso productivo. Dentro de éstas se reconocen las inversiones financieras y las inversiones inmobiliarias.
Las inversiones directas en arte deben clasificarse en este último grupo, pero no son ni activos financieros5, ni inversiones inmobiliarias6. Por lo que generalmente las empresas, a falta de normas o guías específicas, las incluyen mobiliario afecto al proceso productivo.
A nuestro juicio, el epígrafe inversiones no financieras no afectas al proceso productivo, debería ser más amplio y recoger, además de los terrenos y edificios de esta categoría de los que se obtienen rentas o se esperan obtener plusvalías a través de su venta, otros tipos de activo cuando la finalidad sea similar, nos estamos refiriendo a los bienes tangibles de colección y, en concreto, a las obras de arte mantenidas como inversión.
En la revisión de la literatura contable, sólo hemos encontrado una referencia de una asociación contable que se pronunciaba en este sentido, aunque incluía este tipo de bienes (inversiones filatélicas, en obras de arte, en metales o piedras preciosas) como activos financieros, aspecto sobre el que no estamos de acuerdo [AECA, 1995, 17-8].
Con respecto a su valoración, consideramos válidos los dos métodos aplicables a las inversiones inmobiliarias; es decir, el coste y el valor razonable pero con una precisión; a nuestro juicio, la subjetividad intrínseca al mercado de arte hace aconsejable que los cambios en el valor razonable se incorporen directamente a los fondos propios, sin pasar, como ocurre en las inversiones inmobiliarias, por resultados del ejercicio.
5
La NIC 32 [pár. 11]define activo financiero como “cualquier activo que posea una de las siguientes formas: (a) (b) (c)
(d)
6
Efectivo; Un instrumento de patrimonio neto de otra entidad; Un derecho contractual: (i) a recibir efectivo u otro activo financiero de otra entidad; o (ii) a intercambiar activos financieros o pasivos financieros con otra entidad, en condiciones que sean potencialmente favorables para la entidad; o Un contrato que sea o pueda ser liquidado utilizando instrumentos de patrimonio propio de la entidad, y sea: (i) un instrumento no derivado, según el cual la entidad estuviese o pudiese estar obligada a recibir una cantidad variable de los instrumentos de patrimonio propio, o (ii) un instrumento derivado que fuese o pudiese ser liquidado mediante una forma distinta al intercambio de una cantidad fija de efectivo, o de otro activo financiero, por una cantidad fija de los instrumentos de patrimonio propio de la entidad. Para esta finalidad, no se incluirán entre los instrumentos de patrimonio propio de la entidad aquéllos que sean, en sí mismos, contratos para la futura recepción o entrega de instrumentos de patrimonio propio de la entidad.”
Las inversiones inmobiliarias, siguiendo los postulados del IASB [NIC 40, pár. ], son inmuebles (terrenos o edificios, considerados en su totalidad o en parte, o ambos) que se tienen (por parte del dueño o por parte del arrendatario que haya acordado un arrendamiento financiero) para obtener rentas, plusvalías o ambas, en lugar de para: (a)
su uso en la producción o suministro de bienes o servicios, o bien para fines administrativos; o
(b)
su venta en el curso ordinario de las operaciones.
Tengamos en cuenta, que para las inversiones directas en arte no hay mercados continuos organizados, la formación de los precios dependen fundamentalmente de la valoración del comprador, hasta donde esté dispuesto a llegar por sus motivaciones particulares. Aún siendo esto cierto, el mercado del arte ha desarrollado multitud de agentes expertos en valoración de los trabajos, que en nuestra opinión merecen ser tenidos en cuenta. Esto unido a la significatividad histórico-cultural y a la importancia cuantitativa de los recursos inmovilizados en algunas colecciones empresariales, demandan, al menos, una reflexión sobre la necesidad de desglosar este tipo de inversión en los balances y proporcionar una información más completa en la memoria.
A continuación mostramos, algunos de los problemas de valoración de este tipo de activos, según el estudio empírico realizado por ASSOCIACIÓ D’ARTISTES VISUALS DE CATALUNYA [2006, 95].
A nuestro juicio para el accionista es importante conocer la estimación del valor razonable de estos bienes en cada ejercicio, este dato, sin lugar a dudas es mucho más representativo de la inversión que el del coste. No obstante, consideramos que esta valoración puede estar incorporada en una nota en la memoria (si la empresa decide adoptar el método del coste) o bien en balance (método del valor razonable). Pero también es importante, por los efectos especulativos que en determinados momentos puedan incorporar los valores razonables, y a falta de mercados organizados continuos, que las variaciones en precios no puedan distribuirse dentro del resultado, para evitar la descapitalización de la empresa en caso de plusvalías importantes no realizadas.
En definitiva, proponemos un tratamiento contable similar al de las inversiones inmobiliarias en normativa internacional, en el cual la empresa puede elegir entre aplicar el método del coste o el del valor razonable, pero si elige el método del coste deberá desglosar en la memoria el valor razonable estimado de los activos [IASB, NIC 40, pár. 79].
Con respecto a su presentación en las cuentas anuales, consideramos que deberían incluirse en dos epígrafes: o
Inversión no financiera no afecta al proceso productivo dentro de la agrupación, «Activo no corriente», cuando la sociedad mantenga la inversión como forma de patrimonio, sin intención de desprenderse de ella.
o
Inversión no financiera no afecta al proceso productivo, mantenida para la venta, cuando se haya tomado la decisión de desprenderse de ella.
Sobre esta última partida, hemos revisado la presentación que las empresas del IBEX-35 han efectuado para sus activos mantenidos para la venta. De nuestro estudio se desprenden las siguientes conclusiones:
Un 49 % de las empresas del IBEX-35 tenían en el ejercicio 2005 activos disponibles para la venta (17 empresas), clasificándolos en los siguientes epígrafes del activo del balance.
Nº empresas
%
Activos no corrientes
3
9
Posición intermedia entre no corrientes y corrientes
1
3
Activos corrientes
2
6
Posición final tras activos corrientes
2
6
Activos no corrientes y activos corrientes
6
17
Activos no corrientes y posición final tras activos corrientes
3
9
16
49
A nuestro juicio, las posiciones más razonables de presentación de este tipo de activos serían: o
Una ubicación intermedia entre no corrientes y corrientes, cuando no exista un acuerdo en firme de venta a corto plazo.
o
Dentro de los activos corrientes, cuando exista un acuerdo en firme de venta a realizar a corto plazo.
3. ANÁLISIS SOBRE LA CONTABILIZACIÓN Y VALORACIÓN DE UNA COLECCIÓN EN ARTE En las empresas de IBEX 35 no faltan Tàpies, Goyas ni Sorollas. Se trata de colecciones en movimiento a las que constantemente se añaden piezas y además mantienen un trato continuo con fundaciones e instituciones. Pese a esto, las cuentas anuales no reflejan el valor de estos activos que aparecen disfrazados dentro del valor de los mobiliarios. Para poder realizar esta afirmación, hemos revisado las cuentas anuales consolidadas de los grupos del IBEX-35, sin que en ningún caso hayamos encontrado referencias al valor de las inversiones en arte. Además, hemos efectuado un estudio sobre la contabilización y valoración de estos bienes en un importante grupo financiero del sector bancario, que posee una cartera de negocios diversificada y con alto potencial de
crecimiento. La fundación, que lleva su nombre, expone de forma pública y habitual su importantísima colección en obras de arte.
En este último estudio hemos analizado, por un lado, las cuentas anuales de los ejercicios 2004 y 2005 y, por otro, hemos realizado entrevistas con personal directivo del departamento de contabilidad y de su fundación.
Con respecto al primer análisis, pese el elevado número de obras de arte propiedad de grupo (unas 3.000 piezas en el año 2004), no hemos localizado ninguna partida, ni en el activo, ni en las notas de la memoria, que contemple de forma expresa sus inversiones en arte. Tampoco la cuenta de resultados recoge ningún beneficio o pérdida sobre estas operaciones.
Los responsables de su fundación (la cual gestiona la mayoría de sus obras de arte) nos confirmaron que sus inversiones en arte se registraban como inmovilizado, y que no se reflejaban de manera expresa en la memoria. Nos comunicaron además que en el caso de vender alguna de las obras, poco habitual puesto que la firma, en general, tiene el deseo de conservar su colección, previamente se pedía una valoración a peritos independientes y en función de esta se negociaba el precio de venta de la misma.
Al preguntarles cuál era el valor por el que se registraban en contabilidad estos bienes nos respondieron que las obras habían sido obtenidas en su mayoría a través de los procesos de fusión y absorción realizados en los últimos años, por lo que su valoración no era homogénea, algunas piezas están registradas por su precio de adquisición, pero en la mayoría de los casos, lo están por la valoración otorgada a efectos de fusión. Nos dejaron claro que no adquieren con el fin de especular sino de mantener a largo plazo.
4. CONCLUSIONES 1.
El mercado de arte está teniendo un elevado crecimiento en los últimos años (un 60% en 2006 con relación al ejercicio precedente) potenciado en gran medida por la profesionalización del sector, apertura de los mercados internacionales y el uso de Internet en la compra/venta, promoción, exposición y desarrollo de las obras de arte.
2.
En nuestra opinión, este crecimiento ha sido obviado por los investigadores y analistas contables a juzgar por la escasez de trabajos de investigación, literatura y normativa contable referente a este mercado. En parte, debido a la naturaleza opaca del sector, que hace muy difícil obtener información sobre la inversión en arte, inclusive la empresarial.
3.
El mercado del arte está desarrollando multitud de agentes expertos en valoración de los trabajos, que en nuestra opinión merecen ser tenidos en cuenta. Esto unido a la significatividad histórico-cultural y a la importancia cuantitativa de los recursos inmovilizados en algunas colecciones empresariales, reclaman una reflexión sobre la necesidad de desglosar este tipo de inversiones en los balances y proporcionar una información más completa en la memoria.
4.
Actualmente, y debido a la falta de normativa contable en este terreno, las inversiones directas en arte se están clasificando como inversiones no afectas al proceso productivo dentro del inmovilizado material.
5.
A nuestro juicio, las inversiones en arte son inversiones no financieras no afectas al proceso productivo. Por tanto, deberían presentarse al margen del inmovilizado material y financiero, de modo similar a las inversiones inmobiliarias en normativa internacional. Desglosando, entre aquellas inversiones que se mantienen para la venta y aquellas que sobre las que no existe intención de desprenderse. Con respecto a las primeras, las ubicaríamos: o
En una posición intermedia entre no corrientes y corrientes cuando no existan un acuerdo en firme de enajenación a corto plazo.
o
Al final del balance, tras los activos corrientes, cuando existan un acuerdo en firme de venta a realizar a corto plazo.
6.
Finalmente, en nuestra opinión, para el accionista es importante conocer la estimación del valor razonable de estos bienes en cada ejercicio, sin lugar a dudas, valor más representativo que el precio de adquisición. Por esto, proponemos un tratamiento contable similar al de las inversiones inmobiliarias en normativa internacional, en el cual la empresa puede elegir entre aplicar el método del coste o del valor razonable, debiendo de informar sobre éste último en la memoria, si opta por aplicar el criterio de coste. Además, es importante recalcar, por los efectos especulativos que en determinados momentos puedan incorporar los valores razonables, que las variaciones en precios no deberían incorporarse en el resultado sino directamente afectar a las reservas con carácter no distribuible.
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