Una residencia para los sanitarios de Salamanca

Medicina y Humanidades Revista del Colegio Oficial de Médicos de Salamanca Número 13 • octubre - noviembre 2005 Se hace realidad un proyecto de los

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Medicina y Humanidades Revista del Colegio Oficial de Médicos de Salamanca

Número 13 • octubre - noviembre 2005

Se hace realidad un proyecto de los Colegios profesionales

Una residencia para los sanitarios de Salamanca

 Entrevista a Ciril Rozman

 Ramón Ledesma, centenario  José Estella Bermúdez de Castro

análisis

Ni con mi voto ni con mi silencio Intento de cambio de Estatutos en la O.M.C. JUNTA DIRECTIVA Comisión permanente Presidente Manuel Gómez Benito Vicepresidente 1 Santiago Santacruz Ruiz Vicepresidente 2 Juan Manuel García Paíno Secretario Santiago Pérez González Vicesecretario Juan Ignacio Zorita-Viota Sánchez Tesorero contador Luis de Celis Villasana Secciones Médicos Titulares Máximo Domínguez López Medicina Rural Valentín Alberca Herrero Médicos de Hospitales Arturo Almazán Enríquez Medicina Extrahospitalaria Patrocinio Hernández Benito Médicos de Asistencia Colectiva Gumersindo Rodríguez Vicente Médicos de Ejercicio Libre José María Blanco Pedraz Médicos graduados últimos 5 años y/o formación Ignacio Gil Ortega Médicos Jubilados Arturo García Legido Médicos en Desempleo Agapito García Calle

Si los 195.000 Médicos que somos en España, que significan mucho más de lo que representamos los 52 presidentes provinciales, más los 9 Vocales Nacionales de las distintas secciones colegiales (coordinadores, por cierto, de documentos importantes, aprobados en Asamblea General por unanimidad y a los que ahora se quiere silenciar), se dieran cuenta de lo que significa hacer unos cambios que además de injustificados, se quieren camuflar tras pantallas de problemas acuciantes, sin serlo (sustitución de un jefe de gabinete por un consejero-amigo-sombra, de la denuncia de dos contratos con empresas de comunicación, etc), señuelos, que presentados como trascendentes, esconden el verdadero interés de sus artífices, bajo la bandera de la modernización y de una ya trasnochada “transición política”; si se dieran cuenta digo, podrían pensar muchas cosas de nosotros. Es pública la ayuda prestada al candidato posteriormente elegido en abril de 2005 (que sucedió al posiblemente mejor Presidente de la O.M.C. de los últimos tiempos), por sociedades y organismos varios, que ahora se ve obligado a tomar posturas (de algunas se desdice negando titulares suyos en un periódico profesional), que favorezcan aún más su situación, ya preferente, respecto a sus relaciones con la O.M.C. Al menos eso es lo que se desprende de la omisión del punto referente a las incompatibilidades en el borrador elaborado por un determinado grupo, respecto de lo que valientemente y como signo de progreso y modernización ya figura en el presentado en el 2002, dado de paso por la Asamblea General y a la espera de su aprobación por el Ministerio, donde figura, repito, la incompatibilidad para ocupar cargos en ambos lados (O.M.C-Sociedades y organismos varios). Los 195.000 Médicos Españoles, si admitimos esta fechoría, esta tropelía, nos podrían decir lo siguiente: No tenéis formación moral. No tenéis la más mínima sensibilidad estética. No tenéis ética, vosotros los predicadores de ella para Colegios y colegiados. Si estábamos volviendo nuestra mirada de nuevo a los Colegios, nos vais a echar de ellos. Si propugnáis ética y deontología estáis obligados a demostrarla, respaldarla, a practicarla. No sois consecuentes con nuestros principios. La Sociedad no os perdonará este fraude. Nos quitaréis la independencia, base de nuestra razón de ser. Perderíamos la condición de grupo, de cuerpo, de clase médica; con lo que nos debilitaríamos ante los numerosos problemas que de todo tipo se nos presentan y que de unidos, a individualmente, pasaríamos a ser profesionales insignificantes, sujetos a todo tipo de descalificaciones, de vaivenes, de acusaciones, y no tendríamos fuerza moral para nuestra defensa. De todo esto se nos tacharía. No es sólo vencer, sino convencer lo que necesitamos; porque en palabras de don Miguel de Unamuno: “Convencer significa persuadir y para persuadir se necesita la razón y el derecho”. Sin embargo, disiento de la última parte del alegato del ilustre Rector; a mí no me parece inútil pedir a la Asamblea General que piense en los Colegios y colegiados españoles. De lo contrario, “No se hará con mi voto ni con mi silencio”

Manuel Gómez Benito Presidente

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Edita: Colegio Oficial de Médicos de Salamanca C/ Bientocadas, 7 37002 Salamanca E-mail: [email protected] www.comsalamanca.es Teléfono: 923263462 / Fax: 923260062

Análisis del presidente Sumario Entrevista Ciril Rozman Opinión Salud y patentes II Protagonistas Informe Instantes de vida Noticias colegiales En red por Javier Cembellín Martín Ciudad y medicina por Jesús Málaga Maestros con historia Creación literaria. Relato. Creación literaria. Poesía. Taurología por Javier Viejo Arte siempre arte por Miguel Ferrer La herida luminosa

Consejo Editorial: Manuel Gómez Benito, Santiago Santacruz Ruiz, Juan Manuel García Paíno, Santiago Pérez González, Juan Ignacio Zorita-Viota Sánchez, Luis de Celis Villasana, Máximo Domínguez López, Valentín Alberca Herrero, Arturo Almazán Enríquez, Patrocinio Hernández Benito, Gumersindo Rodríguez Vicente, José María Blanco Pedraz, Ignacio Gil Ortega, Arturo García Legido y Agapito García Calle. Consejo de Redacción: Manuel Gómez Benito, Santiago Santacruz Ruiz, Juan Manuel García Paíno, Santiago Pérez González, Juan Ignacio Zorita-Viota Sánchez y Luis de Celis Villasana. Coordinación y redacción: Máximo Puertas Martín e-mail: [email protected] Teléfono: 616428666

por Juan Antonio Pérez Millán y Ernesto Pérez Morán

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Salamanca Médica no se hace responsable ni se identifica necesariamente con las opiniones que los columnistas y colaboradores expresan en estas páginas, si bien se reserva el derecho de publicarlas. Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción total o parcial de cualquier información gráfica o escrita por cualquier medio, sin permiso del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Salamanca.

entrevista

Por M. PUERTAS

CIRIL ROZMAN  Internista y hematólogo

“Acceder a la categoría de catedrático en Salamanca marcó mi trayectoria” Salamanca Médica inicia el nuevo curso con un invitado especial. La posibilidad de entrevistar al prestigioso internista y hematólogo Ciril Rozman nos rondaba desde hace tiempo y su amabilidad lo ha hecho posible nada más proponérselo. A lo largo de estas páginas nos acercamos a unas de las personalidades médicas españolas más importantes del último medio siglo. Su sabiduría lejos de restringirse a las especialidades en las que ha brillado con maestría, se extiende a cuestiones profundamente humanas, que ningún médico debe pasar por alto. Más de 35 años después de su última clase en Salamanca, hace unos meses la Universidad salmantina le invistió como doctor Honoris Causa, ¿qué tiene de especial esta distinción para alguien acostumbrado a los reconocimientos? De todas las distinciones que he recibido en mi vida, la que me ha producido una mayor satisfacción ha sido sin duda el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Salamanca. Y ello, porque esta venerable institución, la más antigua de España en su género, representa un auténtico símbolo del saber, en su más amplio sentido. Por otro lado, el hecho de haber accedido a la máxima categoría universitaria de catedrático justamente en esta ciudad, marcó profundamente mi trayectoria biográfica, pues aquí cuento con numerosos y muy buenos amigos y

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aquí nació la vocación universitaria de algunos de mis mejores discípulos, actualmente convertidos en maestros de la Medicina Hispana. ¿Salamanca fue para usted sólo una ciudad de paso o algo más? ¿Su marcha se debió a que esta Universidad no respondía del todo a sus expectativas profesionales? Durante dos años de permanencia en Salamanca realicé una febril actividad como clínico y docente. Tras ellos fui reclamado por mi Universidad de origen, la de Barcelona, donde se había producido un gran vacío, consecuencia de dos circunstancias concatenadas. Por un lado, en mayo de 1968 desaparecía prematuramente uno de mis maestros, profesor Pedro Farreras Valentí –quien me había precedido en la Cátedra de Salamanca- y,

por otro, en 1969 cesaba reglamentariamente como Catedrático otro de mis maestros, el profesor Agustín Pedro Pons, cuyo sucesor natural debía ser el profesor Farreras. Sobre mis hombros recayó una pesada carga y una enorme responsabilidad de suceder a tan insignes figuras en la dirección de la Escuela de Hematología y Cátedra de Medicina Interna, respectivamente. Sin embargo, pese a haber realizado la mayor parte de mi trayectoria en Barcelona, nunca me desvinculé de la Universidad de Salamanca, en cuyas actividades he participado con frecuencia. En la actualidad, ¿el nombre, la marca de Salamanca en Medicina goza de buena salud a nivel nacional? En el ámbito de la Biomedicina, Salamanca ha alcanzado un notable desarro-

entrevista  llo con reconocimiento no tan sólo en el

entorno nacional, sino también internacional. Ello no era así en mi época de Catedrático de esta Universidad. Por entonces surgieron varias personalidades que pusieron las bases para el desarrollo ulterior. Entre ellas destacaría, en primer lugar, al Dr. Julio Rodríguez Villanueva, quien como un auténtico pionero creó una escuela de investigación biomédica básica y, además, desde el cargo de Rector, dio un gran empuje a la Universidad. Por lo que respecta al terreno clínico, cabe mencionar las actividades modernizadoras de otro rector, Dr. Alfonso Balcells Gorina, desaparecido hace poco tiempo. En la Cátedra que dirigí, también realizamos intentos de aportar aires frescos a la Medicina Clínica salmantina. Como un hecho anecdótico me viene a la memoria la ocasión que tuve de realizar personalmente por primera vez en Salamanca, una biopsia hepática percutánea. Y como recordó el actual rector Dr. Enrique Battaner en el acto de investidura, introduje la costumbre de impartir las clases a las ocho de la mañana. Todo ello indica que Salamanca no fue para mí tan sólo una ciudad de paso. ¿Qué aspectos o áreas (científicos-médicos) destacaría de Salamanca? Sin ánimo de desmerecer a nadie,

“En Salamanca nació la vocación universitaria de algunos de mis mejores discípulos”

pues sé que hay otros grupos muy valiosos, me limitaré a destacar aquellas áreas que mejor conozco, es decir, Medicina Interna, Hematología y Oncología. En el ámbito de la Medicina Interna son muy loables los notables esfuerzos que está realizando no sólo en Salamanca, sino en el ámbito nacional, el Dr. Ángel Sánchez y su grupo, por mantener la troncalidad de la Medicina Interna y por potenciar en el terreno de esta especialidad la actividad investigadora. El grupo de Hematología liderado por el Dr. Jesús San Miguel constituye, a mi juicio, uno de los dos equipos españoles más destacados en este ámbito, habiendo conseguido, además, una proyección internacional enormemente prestigiosa. Por último, es forzoso mencionar el Centro de Investigación del Cáncer, una espléndida realidad nacional e internacional en el terreno de la investigación oncológica, el cual, dirigido por el Dr. Eugenio Santos constituye en cierto modo la continuación de la escuela fundada por el Dr. Julio Rodríguez Villanueva. ¿Algún o algunos buenos amigos que conserve en esta ciudad? Efectivamente, conservo numerosas y buenas amistades en la ciudad de Salamanca. Pero deseo citar sólo a quien considero el mejor, Dr. Agustín Ríos, hematólogo y capellán de la Universidad. Es coe-

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SU VIDA, en corto

“Con los enfermos he aprendido muchísimo y sigo aprendiendo cada día”

Profesor emérito de proyección internacional Ciril Rozman nació el 19 de junio de 1929 en Ljubljana (Eslovenia). Está casado y es padre de 7 hijos. En 1945 tuvo que abandonar su país natal como consecuencia de la II Guerra Mundial. Tras cerca de tres años en campos de refugiados de Austria e Italia, con dieciocho años llegó a Barcelona, ciudad en la que permanece en la actualidad. En realidad su destino era Argentina. “En el último campo de refugiados que estuve fue cerca de Nápoles. Junto con otras 800 personas nos desplazábamos en un tren hacia Hamburgo para embarcar hacia Buenos Aires. El tren paró dos horas en Roma. Alguien me dijo que tenía la posibilidad de estudiar en Barcelona, si conseguía bajar del tren. Se lo pedí al comandante inglés que estaba al mando. Me dijo que no, pero luego le convencí. Esto demuestra que no es cierto que las grandes decisiones de la vida se puedan programar”, declaraba hace unos años a Diario Médico. En la misma publicación reconocía que la capacidad de adaptación propia de la juventud le ayudó a superar el trago de la Guerra. “Sí tengo recuerdos trágicos, como los bombardeos, pero en los campos me lo pasaba fenomenal: hacía deporte y estudiaba. Los mayores sí lo vivían trágicamente, pero los niños teníamos alegría y lo veíamos como una aventura. No espere que diga que lo pasé fatal, porque no fue así”, respondía, a la vez que recordaba que en esos mismos campos llegó a interpretar a Shakespeare. El teatro, señalaba entonces, “me ha servido luego en mi carrera para hablar en público con serenidad”. Llega a Barcelona en mayo del 48 y ese mismo año, en septiembre, inicia los estudios Medicina. Su formación se realizó bajo la dirección de dos grandes maestros de la Medicina catalana, los profesores A. Pedro Pons y P. Farreras Valentí. En 1967 obtuvo la Cátedra de Patología y Clínica Médicas de la Universidad de Salamanca y en 1969 la de Barcelona, donde sucedió a sus dos maestros en la Cátedra de Medicina y en la Dirección de la Escuela de Hematología, respectivamente. En ambas, la Facultad de Medicina y el Hospital Clínico, contribuyó de manera muy importante a la creación de un Departamento de Medicina moderno (con 12 años de adelanto a la promulgación de la LRU), reconocido como uno de los mejores del Estado español. Actualmente, es profesor Emérito de la Universidad de Barcelona. En el campo de la Medicina Interna, es una de las personalidades más reconocidas en España y en los países de habla hispana, por su visión propia e integral de lo que significa esta especialidad. Su influencia se ejerce fundamentalmente a través de dos publicaciones: 1) Como director del destacado texto español de medicina “Farreras-Rozman: Medicina Interna” (ediciones 8ª, 9ª, 10ª, 11ª, 12ª, 13ª, 14ª y 15ª de 1972 a 2004). 2) Como editor de la revista Medicina Clínica (desde 1972 hasta 1999) que tiene el índice de impacto más alto de España y de la que actualmente es editor Emérito. Ha centrado su investigación en la Hematología, una especialidad en la que sus principales campos de investigación son la leucemia linfática crónica (LLC) y el trasplante de medula ósea. Está considerado uno de los máximos expertos mundiales en la leucemia linfática crónica. Entre otros reconocimientos en este campo, cabe destacar que fue elegido como “Guest Editor” de la monografía “Chronic Lymphocytic Leukaemia and Related Disorders (Baillière’s Clin Hematol 1993; vol 6). Por otra parte, la mejor revista mundial de medicina, The New England Journal of Medicine le encargó una revisión sobre esta enfermedad (New Engl J Med 1995; 333: 1052-1057). Esta circunstancia constituye la primera vez que la citada revista encarga un artículo de revisión a un autor español. Junto a sus colaboradores, ha contribuido substancialmente a un mejor conocimiento de los factores pronósticos, a la identificación de la LLC quiescente y a establecer las normas para el diagnóstico y el tratamiento. Su “Curriculum Vitae” en relación al trasplante de médula ósea (TMO) se inició en 1976. Después de una estancia en el Fred Hutchinson Cancer Center (Seattle, USA) y una estrecha amistad con el Prof. E.D. Thomas (Premio Nobel 1990), realizó con sus colaboradores el primer TMO alogénico en España. Desde 1976, ha dedicado a este procedimiento terapéutico numerosas actividades en los campos de la práctica clínica, promoción e investigación. Con sus colaboradores ha realizado más de 1.000 trasplantes, habiendo sido pionero en la introducción de nuevas modalidades: a) TMO autogénico; b) TMO alogénico a partir de donantes no emparentados; c) TMO alogénico con progenitores de sangre periférica. Contribuyó decisivamente a la creación del Registro Español de Donantes de Medula Ósea (REDMO). Más recientemente ha potenciado el establecimiento del primer banco español de progenitores hemopoyéticos de cordón umbilical. El Dr. Rozman es miembro activo de los comités internacionales más relevantes en materia de trasplante de Médula Ósea y su actividad científica está reflejada en más de 830 artículos (más de 360 en revistas internacionales), con aportaciones en más de 100 libros. Entre otros honores y distinciones está en posesión de la Creu de Sant Jordi, la Medalla Narcís Monturiol y la Medalla Josep Trueta de la Generalitat de Cataluña; es Premio Rey Jaime I; Embajador la República de Eslovenia para la Ciencia, doctor honoris causa por las Universidades de Granada y Salamanca y Presidente Honorario del Internacional College of Internal Medicine.

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táneo mío y con su gracia bien conocida señala que el 1929 (año de nuestro nacimiento) fue de muy buena cosecha. Nos conocimos hace más de 40 años y desde el primer momento nos ha unido un afecto mutuo muy profundo. Compartido como maestro al ya referido Dr. Pedro Farreras Valentí, quien dirigió su tesis doctoral. Juntos hemos librado numerosas batallas en el campo de la Hematología. Por último, él ha obsequiado generosamente a mí familia con diversas actuaciones de tipo religioso. Por entonces, usted comenzaba a despuntar como un magnífico docente, luego lo haría también como un excelente clínico e investigador, ¿con qué vertiente se queda: asistencia, docencia o investigación? Desde siempre he defendido la idea de que un profesor del ámbito clínico debe cumplir adecuadamente las tres obligaciones universitarias: asistencia, docencia e investigación. Además, en alguna ocasión he señalado que en numerosas circunstancias éstas se ejercen de modo casi simultáneo. Así, por ejemplo, cuando un clínico pasa visita con sus colaboradores, ejerce una función asistencial a la vez que imparte docencia sobre las personas que le acompañan en dicho momento. Por otro lado, se me antoja difícil realizar una investigación aplicada sin tener un cargo asistencial. En suma, lo ideal es que de forma equilibrada se ejerzan las tres funciones universitarias. ¿Los alumnos qué le han enseñado? El contacto con el alumnado es de gran utilidad, pues puede ser de ayuda para conservar algunas facetas del espíritu juvenil, tales como el entusiasmo asociado a la vitalidad, así como el sentido hipercrítico frente a las conductas adocenadas e inmovilistas. ¿Con los enfermos que aprendió? Con los pacientes he aprendido muchísimo y sigo aprendiendo cada día. Muchos de ellos que han depositado su confianza en mí, me han demostrado con su conducta ejemplar la forma idónea de enfrontarse a las dolencias experimentadas. Por otro lado, cada vez que veo por primera vez a un enfermo, la situación constituye para mí un gran reto, es decir, de si voy a ser capaz de comprender a esa persona de modo integral, no sólo como un organismo biológico alterado, sino como un ser humano dotado de un psiquismo que le es propio y de una persona inmersa en determinadas circunstancias biográficas y sociales que le dotan de una singularidad especial.

¿Internista o hematólogo? Desde el punto de vista oficial, no soy ninguno de los dos, pues carezco de los correspondientes títulos de especialidad. Esta situación que evidentemente no es recomendable hoy en día para nadie, procede de aquella época en la cual existía una auténtica fiebre por coleccionar cuántos más títulos oficiales posibles, obsesión frente a la que me rebelé no solicitando formalmente ninguno. En sentido no oficial puedo definirme como un internista de vocación y en ejercicio, quien ha procurado investigar seriamente en el campo de la hematología. ¿Cuál es el panorama actual de estas dos especialidades? La Medicina Interna sigue padeciendo una cierta crisis de identidad, surgida a raíz del espectacular desarrollo de las especialidades. Con frecuencia he defendido su vigencia actual y futura, en la cual creo firmemente por dos motivos: a) porque el internista es el profesional más idóneo para ofrecer a los pacientes una asistencia integral; y b) por razones económicas, ya que esta especialidad es la más eficiente y, por tanto, su vigencia puede contribuir a la tan amenazada sostenibilidad de los sistemas sanitarios. La Hematología es una especialidad floreciente que ha experimentado en España un crecimiento deslumbrante y que tiene como gran reto la necesidad de mejorar los resultados terapéuticos en las hemopatías malignas.



¿Y en el laboratorio? En mi época formativa tuve la fortuna de recibir un entrenamiento bastante aceptable en la observación microscópica de muestras citológicas e histopatológicas de numerosos tejidos. Ello me llevó a la convicción de que para el hematólogo clínico el microscopio es como el estetoscopio para el cardiólogo. El examen de pacientes hematológicos de forma fragmentada, sin una integración clínico-citológica puede conducir a errores de bulto. Aunque ayudado por citólogos expertos, lo idóneo es que el hematólogo clínico sea capaz de analizar las muestras sanguíneas y medulares de sus pacientes. ¿La Medicina Interna está abocada a seguir perdiendo terreno frente a las especialidades? Creo que se trata de un movimiento histórico de tipo pendular. Mientras que hasta la mitad del siglo pasado, la Medicina Interna ejerció un dominio jerárquico excesivo sobre las especialidades, el desarrollo de estas últimas arrinconó a la Medicina Interna a una subsistencia relativamente gris. Con todo, dicho péndulo se está acercando de nuevo a una posición de equilibrio, por las razones antes señaladas. Por otro lado, cada vez hay más enfermos que requieren para su atención a un director de orquestra quien obviamente es el internista. ¿Qué efectos pueden derivarse de esa marcada subespecialización? El efecto más pernicioso se observa en el ámbito asistencial. En los grandes hospitales, los pacientes suelen peregrinar por

“Cada día hay más enfermos que requieren para su atención a un director de orquesta que es el internista” “Si la formación médica se rige por principios éticos, su ejercicio conservará la esencia humana” diversos gabinetes especializados, sin que ningún médico les atienda de forma integral. Lo peor de esto es que los enfermos se convierten en cierto modo en directores de su propia asistencia, pues refieren a “su especialista” sólo aquellas molestias que consideran son de incumbencia de éste. Evidentemente, estas circunstancias están muy lejos de lo que debería ser una atención integral, de tipo bio-psico-social. ¿Es lo que más le preocupa de la Medicina actual? Sin duda es una de las situaciones más preocupantes, ya que este tipo de asistencia es absolutamente inadecuado, además de ser poco eficiente, y nada satisfactorio para el enfermo.

¿Qué soluciones propone para abordar ese problema? Mientras que en EEUU las llamadas especialidades médicas pertenecen claramente al gran tronco de la Medicina Interna, en España no existe ninguna vinculación oficial de este tipo. A mi juicio, es preciso realizar grandes esfuerzos por recuperar el sentido troncal perdido y organizar nuestras instituciones de tal modo que desaparezca el divorcio actualmente existente entre estas especialidades. Pienso que ello es posible y que de tales iniciativas los grandes beneficiados serían nuestros enfermos que de este modo podrían recibir una asistencia adecuada. ¿Cómo se puede evitar que los avances técnicos acaben sustituyendo la esencia humana del ejercicio médico? Insistiendo en una formación médica idónea. Es preciso tener en cuenta que en las tres fases de educación profesional (pregrado, postgrado y formación médica continuada) el educando debe adquirir y mantener no tan sólo los conocimientos correspondientes a cada fase, sino también un entrenamiento adecuado de las habilidades y, además, de las actitudes necesarias para que toda su actividad se impregne de un profundo respeto por los principios éticos. Si la formación médica se rige por estos principios, su ejercicio seguirá conservando la esencia humana. ¿Los Colegios de Médicos pueden hacer algo a este respecto? Los Colegios de Médicos comienzan a participar en los programas de formación continuada. A la vez se están interesando

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entrevista 

ya por el debatido problema de la llamada “recertificación”, es decir, por la necesidad de que los colegiados demuestren periódicamente su competencia profesional, al objeto de seguir mereciendo la correspondiente licencia.

¿Alguna espina clavada? Razones para tener más de una no me han faltado pero mi escasa capacidad de resentimiento me ha hecho olvidarlas. ¿Dónde cree que ha estado el secreto del éxito de su trayectoria? Los éxitos que haya podido conseguir se deben, sobre todo, a que la naturaleza me ha obsequiado con una notable capacidad de trabajo.

¿Y el médico en su foro interior cómo debe plantear la situación? La Formación Médica Continuada se puede dividir en dos subtipos: a) estructurada (cursos, programas de reciclaje, etc.) y b) autoformación. De siempre he considerado que la más importante es la segunda. Si el estudiante ha recibido durante su licenciatura los suficientes hábitos autoformativos y a la vez ha adquirido las actitudes morales idóneas, el sentido ético va a mover su voluntad para que a lo largo de su vida profesional mantenga con su propio esfuerzo la competencia profesional necesaria.

¿El consejo que no deben olvidar sus discípulos? Que intenten mantener al día la formación troncal de internistas para ejercer la asistencia de modo integral y con sentido humanístico de nuestra profesión; que se impliquen con entusiasmo en los necesarios avances de la docencia médica y que escojan y sigan con entusiasmo alguna línea de investigación.

Por lo que comentó en su segunda última lección en Salamanca, el examen del acceso al MIR sigue sin convencerle por sus repercusiones negativas sobre la enseñanza de pregrado. ¿Cabe alguna alternativa? El examen de acceso al MIR, por ser exclusivamente cognitivo, influye muy negativamente sobre los estudios de pregrado. En la reciente Ley de Ordenación de Profesiones Sanitarias (LOPS) se prevé incluir la evaluación de habilidades, pero los responsables se han puesto un plazo de 7 años para la puesta en práctica de esta medida. Para nada se habla de las actitudes del candidato. Probablemente es muy difícil un examen central y simultáneo que evalúe al aspirante respecto a los conocimientos, habilidades y actitudes. Una alternativa sería transferir este encargo a las autonomías, junto con el resto de competencias sanitarias. ¿Satisfecho con su carrera? Mi capacidad de satisfacción personal es relativamente limitada. Como en cualquier trayectoria biográfica, también en la mía ha habido luces y sombras. Probablemente las primeras han predominado sobre las segundas o, por lo menos, mi actitud optimista ante la vida me ha hecho apreciarlo así. ¿Su mayor aportación? Me es difícil pronunciarme al respecto, aunque probablemente destacaría tres: a) haber conseguido a lo largo de muchos decenios, la supervivencia hasta hoy del libro “Farreras-Rozman: Medicina Interna” que tanta influencia educativa ha ejercido sobre numerosas promociones de estudiantes y médicos; b) haber ejercido una importante función de liderazgo en la reestructuración funcional del Hospital Clínico de Barcelona, llevada a cabo el año 1972, con la cual, adelantándonos en 12 años a la promulgación de la LRU, logramos una estructura idónea para el desarro-

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¿El sello de su escuela? Creo que, junto a las características señaladas en los consejos antes citados, mi Escuela ha tenido la ambición de proyectarse en foros internacionales. De siempre he defendido la idea de que cualquier grupo universitario que se precie de tal, debe preocuparse de que sus actividades sean exportables. ¿La mejor enseñanza de sus maestros? A mis maestros les guardo un profundo agradecimiento por haber contribuido a mi formación como internista de visión integral y haberme imbuido un enorme respeto por los pacientes, cuyo bienestar debe constituir el primum movens de toda nuestra actividad.

“ Como en cualquier trayectoria biográfica, también en la mía ha habido luces y sombras” “Mi compleja biografía me ha acercado más a la condición de ciudadano de Europa y del mundo”

llo ejemplar de las tres funciones universitarias señaladas; y c) haber promovido numerosas actividades de pionero en el campo de la lucha antileucémica, entre ellas, todas las relacionadas con el trasplante de progenitores hemopoyéticos.

¿Lo que recoge el Farreras-Rozman va a misa? En absoluto. El libro constituye una sólida base donde buscar conocimientos nosológicos (estudio de enfermedades), pero es preciso recurrir en todo momento a fuentes de información adicionales que permitan ponernos al día con los últimos avances. ¿Se considera esloveno, catalán o español? A pesar de que la vida me ha desarraigado un tanto de mi lugar de origen, nunca olvidaré mi condición de esloveno. A España le estoy enormemente agradecido por haberme acogido como inmigrante, primero, y desarrollarme como universitario, después. Por otro lado, dada la analogía entre Eslovenia y Cataluña, señalada con frecuencia por el anterior presidente de la Generalitat Dr. Jordi Pujol, me ha sido fácil identificarme con el pueblo catalán. Con todo, desde el profundo respecto por los sentimientos patrióticos, mi compleja biografía me ha acercado más a la condición de ciudadano de Europa y del mundo. No soporta… La frivolidad y la superficialidad.

Salud y patentes (II) Patentes de instrumental médico y quirúrgico y de productos y sustancias sanitarias por

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Jorge GARCÍA DOMÍNGUEZ Abogado especializado en Patentes y Marcas Director de GARCÍA DOMINGUEZ & ASOCIADOS / Propiedad Industrial e Intelectual

n el número anterior de Salamanca Médica, hablamos, brevemente, sobre la patentabilidad de las invenciones biotecnológicas, siendo la salud, una de sus principales aplicaciones y finalizamos el artículo con la exclusión de patentabilidad de: los métodos de tratamiento quirúrgico o terapéutico del cuerpo humano o animal ni los métodos de diagnóstico aplicados al cuerpo humano o animal. En cambio, continuábamos en dicho artículo que, sí podrán ser objeto de patente, los productos, especialmente las sustancias o composiciones o invenciones de aparatos e instrumentos para la puesta en práctica de tales métodos. Pero, esta disposición tan general, no nos permite hacernos una idea de la cantidad de objetos, productos, sustancias y procedimientos que han sido objeto de patente en el ámbito médico. Por ello, les presentaremos un listado bastante completo1, ayudándonos de la Clasificación Internacional de Patentes (CIP)2, en la sección destinada para la clasificación de patentes en el ámbito de las “Ciencias médicas o veterinarias; e higiene” (A61)3. Esta clasificación recoge un listado, dividido en clases, subclases y grupos, que facilitará recuperar documentos de patente en la búsqueda para establecer la novedad de una invención o determinar el estado de la técnica en un ámbito específico de la tecnología. Asimismo, este listado nos servirá para ampliar información de qué es lo que se puede patentar en dicho ámbito. Haciendo un estudio exhaustivo de la misma, podemos decir que podrá patentarse en el ámbito sanitario lo siguiente*: 1) Diagnóstico; cirugía; identificación. - Instrumentos para proceder al examen médico de las cavidades o conductos del cuerpo por inspección visual o fotográfica, p. ej. endoscopios (examen de las cavidades del cuerpo o conductos del cuerpo utilizando ondas ultrasónicas, sónicas o infrasónicas instrumentos, p. ej. endoscopios, para obtener una muestra celular instrumentos que emplean un rayo láser dirigido a lo largo o a través de un conducto flexible). - Aparatos para el examen óptico o clínico de los ojos (examen de la vista utilizando ondas ultrasónicas, sónicas o infrasónicas; dispositivos para el tratamiento de los ojos sistemas ópticos en general). - Medidas encaminadas a establecer un diagnóstico (diagnóstico por radiaciones diagnóstico por ondas ultrasónicas, sónicas o infrasónicas; incluyendo, Identificación de individuos. - Aparatos de diagnóstico por radiación, p. ej., combinados con el equipo de radioterapia (agentes de radiodiagnóstico o de contraste para rayos X, preparaciones que contienen sustancias radiactivas radioterapia en sí procedimientos fotográficos, con rayos X). - Instrumentos de auscultación. - Diagnóstico utilizando ondas ultrasónicas, sónicas o infrasónicas. - Instrumentos para el examen por percusión; Plexímetros. - Otros métodos o instrumentos para el diagnóstico, p. ej., instrumentos para tomar una muestra celular, para la biopsia, para el diagnóstico de vacunación (profilaxis o terapia de la vacunación).

- Determinación del sexo; Determinación del período de ovulación (tablas de menstruación) - Instrumentos para retener la lengua hacia abajo (combinados con dispositivos de alumbrado y de examen combinados con aparatos para extraer la saliva) - Dispositivos especialmente concebidos para la disección o la autopsia (dispositivos análogos para uso médico, ver los grupos que les corresponden) 1.2.) En Cirugía: - Instrumentos, dispositivos o procedimientos quirúrgicos, p. ej., torniquetes. - Instrumentos, dispositivos o métodos quirúrgicos para transferir energía no mecánica hacia o desde el cuerpo (cirugía ocular y cirugía otorrina). P. ej., para la esteriotasis, operación aséptica, tratamiento de las luxaciones, protectores para los bordes de las heridas (caretas faciales protectoras) - Dispositivos para retirar, tratar o transportar los líquidos del cuerpo. 2) Técnica dental; higiene bucal o dental. En general: Cirugía dental / prótesis dental / dientes artificiales / limpieza de los dientes y de la boca / accesorios dentales. Así como también: - cepillos de dientes (Subclase A46B) - preparaciones para la técnica dental 3) instrumentos, aparatos, útiles o métodos de la medicina veterinaria. En general: Cirugía y cuidado de los dientes / cuidado de los animales / aparatos para inmovilizar, aparatos para abrir la boca / localización de molestias físicas durante el trabajo / instrumentos o procesos para la reproducción o fertilización. 4) Filtros implantables en los vasos sanguíneos; prótesis; dispositivos de ortopedia, de curas o de contracepción; fomento; tratamiento o protección de los ojos u orejas; vendas, curas o almohadillas absorventes; botiquines de primeros auxilios (prótesis dentales). 5) Medios de transporte o accesorios para enfermos; mesas o sillas de operación; sillones de dentista; dispositivos de inhumación (sillas o camas en general, subclase A47C; aparatos para ayudar a caminar). 6) Aparatos de fisioterapia, p. ej. dispositivos para localizar o estimular los puntos en donde se localizan los reflejos del cuerpo; respiración artificial; masaje; baños para usos terapéuticos o higiénicos particulares o para determinadas partes del cuerpo (procedimientos o dispositivos que permiten a los inválidos controlar un aparato o un dispositivo que no forma parte del cuerpo). Nota: "fisioterapia" cubre el tratamiento de las enfermedades o de las incapacidades con la ayuda de aparatos, p. ej. mecánicos en oposición al tratamiento mediante productos farmacéuticos o mediante cirugía. De este modo se incluye, a título de ejemplo, los masajes, los baños de torbellino y los dispositivos para el ejercicio de los miembros inertes del cuerpo.

7) recipientes adaptados a fines médicos o farmacéuticos; dispositivos o procesos especialmente concebidos para dar a los productos farmacéuticos una forma física determina-

* Clasificación basada en la La Clasificación Internacional de Patentes (CIP) El listado intenta acercarnos a las posibilidades que el ámbito médico y sanitario tienen algunos objetos y productos de ser objeto de patente; pero lógicamente no es un listado de “números cláusus”, ni rigurosamente exhaustivo o limitativo, dado que por ejemplo, no incluye sustancias químicas que, con aplicación sanitaria o médica, pudieran ser, asimismo, objeto de patente. 2 Arreglo de Estarburgo del 24 de Marzo de 1971, por el que se aprueba la Clasificación Internacional de Patentes (CIP). 1

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da o una forma adecuada a su administración; dispostivos para administrar alilmentción o medicamentos por vía bucal; entretenimientos bucales para bebés; escupideras. 8) preparaciones de uso médico , dental o para aseo. Presentados como composición (mezcla), proceso de preparación de la composición o proceso del tratamiento que utiliza esta composición: a. Medicamentos u otras composiciones biológicas capaces de: - prevenir, aliviar, tratar o curar situaciones anormales o patológicas de cuerpos vivos por medios como la destrucción de un organismo parásito o la limitación del efecto de la enfermedad o del estado anormal por modificación de la fisiología del cuerpo extraño o del parásito (biocidas - mantener, aumentar, disminuir, limitar o destruir una función fisiológica del cuerpo, p. ej. compuestos vitamínicos, esterilizantes sexuales, inhibidores de fertilidad, activadores del crecimiento o similares (reguladores del crecimiento de los vegetales - diagnosticar una situación o un estado psicológico por un examen in vivo, p. ej. agentes de contraste para rayos X, composiciones para examinar zonas cutáneas (procedimientos de medida, de análisis o investigación que hacen intervenir enzimas o microorganismos b. Composiciones para los cuidados del cuerpo generalmente destinados a desodorizar, proteger, embellecer o conservar el cuerpo, p. ej. cosméticos, dentífricos, productos para empastar los dientes. 9) Proceso o aparatos para esterilizar materiales u objetos en general; desinfección, esterilización o desodorización del aire. 10) Aspectos químicos de vendas, curas, almo hadillas absobentes o artículos quirúrjicos; materiales para vendas, curas, almohadillas absorbentes o artículos quirúrgicos (conservación de cuerpos o desinfección caracterizada por los agentes empleados). 11) Dsipositivos para introducir agentes en el cuerpo o depositarlos sobre éste. La presente subclase cubre los dispositivos de succión, de bombeo, de pulverización o de vaporización de uso médico (p. ej. ventosas, extractores de leche, irrigadores, pulverizadores, insufladores de polvo, vaporizadores, inhaladores), los aparatos de anestesia local o general, los dispositivos o métodos para producir un cambio en el estado de conciencia, las sondas, los dilatores, los aparatos para introducir medicamentos en el cuerpo de forma distinta que la de la vía bucal. 12) Electroterapia; magnetoterapia; radioterapia; terapia ultrasónica (medidas de corrientes bioeléctricas). 13) Actividad terapéutica de compuestos químicos o preparaciones medicinales. En esta subclase la expresión "medicamento" incluye los compuestos químicos o las composiciones con actividad terapéutica. Siendo los medicamentos uno de los productos objeto de patentes que más problemática a suscitado y de más actualidad, con la puesta en el mercado de los llamados “genéricos”, podría servirnos como un tema más de estudio, de interés en el ámbito médico y sanitario. 

3 En el Arreglo de Estrasburgo de 1971, relativo a la Clasificación Internacional de Patentes, se establece una clasificación común para las patentes de invención en la que se incluyen las solicitudes de patente publicadas, los modelos de utilidad y los certificados de utilidad. La Clasificación Internacional de Patentes (CIP) es un sistema jerárquico donde el ámbito de la tecnología se divide en una serie de secciones, clases, subclases y grupos, siendo la sección A61, la correspondiente a: “Ciencias médicas o veterinarias; e higiene”

protagonistas

por M. PUERTAS

Ramón Ledesma, el médico centenario de Salamanca Salamanca Médica repasa la vida de uno de los referentes de la pediatría y la puericultura salmantina durante el siglo XX con motivo de sus cien años de vida Sin duda, uno de los momentos más entrañables de Salamanca Médica ha sido vivir de cerca el centenario de D. Ramón Ledesma Domínguez, el médico más veterano de la provincia. Días antes de cumplir los cien años nos obsequió con una amabilísima charla que reproducimos en estas páginas a modo de merecido homenaje, a quien fue un referente de la pediatría y la puericultura salmantina durante gran parte del siglo XX. El 29 de septiembre de 1905 nacía en Torresmenudas (Salamanca) Ramón Ledesma Domínguez y lo hacía en el seno de una familia de labradores como el noveno de diez hermanos. A diferencia de todos ellos, ocupados en las tareas del campo y la casa, Ramón iba a salir muy joven de Torresmenudas. Con diez años se desplazó a la capital para estudiar en el Seminario, donde hizo los cuatro cursos de cultura general, que le servirían luego para concluir en tres años el Bachillerato en el Colegio de María Auxiliadora de los Salesianos. Con dieciocho años se enfrentaba a la carrera de Medicina, a la que luego iba a dedicar muchas horas, días y años a favor de la salud infantil. Concluye los estudios universitarios a los 23 años y se marcha a Madrid para realizar la especialidad en el Hospital Niño Jesús, a la vez que prepara los cursos de médico puericultor. Su opción por los niños, responde, “a que me gustaba, en primer lugar, y luego a que tuve la oportunidad de ingresar en la Escuela de Puericultura de Madrid”. Sin olvidar, que para él en aquellos momentos la Pediatría era una necesidad social. La medicina infantil, ha recordado, necesitaba por entonces muchos profesionales dedicados a su práctica. En el 32, ya de vuelta en Salamanca, ingresa como médico por oposición en el Preventorio Escuela de la ciudad, una institución de la Caja de Ahorros, a la que en aquel momento también se incorpora como directora la doctora García Delgado, a la que luego sustituiría. Una vez concluida la Guerra Civil, etapa en la que el Preventorio Escuela sirvió de hospital para oficiales, jefes y militares extranjeros, el centro se convirtió en el Hogar Cuna de Salamanca, en sustitución del Hospicio de la Diputación. En esta institución, dependiente de la Dirección General de Beneficencia y Obras Sociales, desarrollaría Ramón Ledesma toda su carrera, siendo director

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Recuerda que optó por la pediatría porque era una importante necesidad social del centro durante más de treinta años, hasta su jubilación en 1975. Sus ocupaciones no obstante se verían incrementadas muy pronto, en una época en la que la salud infantil era una de las preocupaciones nacionales. Así, con la creación del Seguro Social en los años cuarenta, pasa a ejercer también como médico pediatra de zona, a la vez que es el pediatra consultor de referencia para toda la provincia. A estas labores hay que añadir su condición de médico pediatra de la Junta de Protección de Menores, haciéndose cargo de la Dirección de una institución infantil de la organización. Como asesor médico de la Dirección General de Beneficencia y Obras Sociales en Salamanca, visitaba además a los

recién nacidos en la Casa de la Madre y a los niños de la guardería ubicada en La Alamedilla. Sus tareas en el sistema público se completaban con la atención a unos mil niños de la provincia que aprovechaban su paso regular por consulta para recoger pequeños paquetes con leche concentrada, galletas, fruta, harina para papillas y algún medicamento, con los que contrarrestar la extrema pobreza del momento. Los trastornos nutritivos y las enfermedades infecciosas eran los procesos más vistos y las principales causas de la elevada mortalidad infantil de la época. Ramón Ledesma recuerda que por entonces las múltiples ocupaciones en el sector público, no eran suficientes para criar una familia y se hacía necesario con-

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protagonistas

“Siempre tuve y sigo teniendo el concepto de que el trabajo es salud”

tar con consulta privada. La suya permaneció durante los primeros catorce años en los locales de la Caja de Previsión, en la plaza de Los Bandos. Después, pasó a la calle Azafranal, donde estuvo hasta su jubilación en 1975. Como ayudante tuvo a Francisco Ruano, practicante que permaneció a su lado desde los catorce años hasta su jubilación, una relación

laboral que acabó siendo paterno-filial. Cuando echa la vista atrás para analizar toda esta dilatada trayectoria, don Ramón recuerda que “cada día tenía muchas horas de trabajo por delante, pero disfruté ejerciendo mi profesión”. En este sentido, señala Don Ramón que “siempre tuve y sigo teniendo el concepto de que el trabajo es salud”. Trabajar en esta especialidad, ha añadido, “me ha proporcionado grandes satisfacciones. Lo hice siempre con gusto y haber cumplido siempre con mis obligaciones como médico a favor del niño enfermo, en todos los puestos que he ocupado, ha sido una de mis grandes satisfacciones”. La otra, sin duda, tiene que ver con el apartado familiar. En 1936 se casa con Fili García Heras, de Fuentes de Béjar. Con ella tiene seis hijos, algo que no duda en considerar “lo más positivo que he hecho en vida y de lo que más orgulloso estoy”. Entre ellos no hay ningún médico, pero sí un notario, una catedráti-

Y Miguel Ferrer, noventa Nuestro colaborador habitual en la sección Arte siempre Arte, el cirujano Miguel Ferrer celebró el pasado 17 de septiembre su noventa cumpleaños. Lo hizo rodeado de su familia, que se trasladó a un restaurante de las afueras de la ciudad para conmemorar el acontecimiento. En la fotografía lo podemos ver junto a parte de los acompañantes. Desde estas líneas felicitamos a nuestro querido doctor, le deseamos salud y le pedimos que en su novena década mantenga intacto ese espíritu vitalmente inquieto que le caracteriza.

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ca de Instituto, un director provincial de Tráfico, un miembro de la carrera judicial, una doctora en Ciencias Químicas y un ingeniero de Caminos. “Todo lo que son –dice don Ramón- lo han conseguido ellos, yo no he tenido nada que ver”. Desde hace 26 años está viudo, tiene once nietos y cuatro bisnietas. Sobre su situación actual, asegura sentirse “bien, a pesar de mis pequeñas dolencias”. Especial hincapié hace al asegurar que “me encuentro muy bien asistido por todos mis hijos, que están constantemente pendientes de mi situación, mi salud y mi manera de vivir”. Sus dificultades para andar, tras sufrir una fractura de cadera, y su pérdida de visión y oído no impiden que salga de casa un par de veces al día. Por la mañana, a misa. Por la tarde, a pasear en compañía de la persona que le cuida. Su deseo al cumplir los cien años es “continuar viviendo como he vivido estos años de vejez, muy asistido por mis hijos”. ¡Enhorabuena y felicidades doctor! 

informe

Por M. PUERTAS

El proyecto de la residencia geriátrica ve la luz El Colegio de Médicos está a punto de cerrar junto al de Farmacéuticos, Veterinarios y Estomatólogos la adquisición de una parcela en el Alto de El Rollo en la que se construirá una residencia de 75 plazas para los profesionales sanitarios de la provincia

L

a Fundación MEVEFARES, integrada por los Colegios Oficiales de Médicos, Veterinarios, Farmacéuticos y Estomatólogos de Salamanca, han llegado a un acuerdo con la empresa Sanitas Residencial para construir una residencia geriátrica que dé cobertura a los profesionales sanitarios de la provincia y sus familiares. El plazo previsto es de 22 meses. Salvo que se produzca un giro muy radical, Salamanca Médica está en condiciones de informar al cierre de este número que el centro, diseñado inicialmente para 75 plazas, estará ubicado en la parcela que los cuatro colegios están a punto de aquirir en la zona de Caprabo, próxima al Alto de El Rollo. La compra del suelo por parte de la Fundación y el acuerdo con Sanitas Residencial para la gestión ponen fin a varios años de idas y venidas, debido a múltiples inconvenientes administrativos que han impedido hacer realidad el proyecto con anterioridad. Sólo la firme voluntad de los Colegios, con sus respectivos presidentes al frente, por seguir adelante con esta iniciativa, ha hecho posible que hoy podamos hablar de una realidad muy próxima. Especial protagonismo en el último año ha tenido el Colegio Oficial de Médicos, que en la persona de su presidente, también presidente de la Fundación MEVEFARES, no ha cesado en el empeño, en la búsqueda de soluciones para materializar este viejo proyecto colegial. El objetivo común es claro: revertir las cuotas colegiales cada vez en más y mejores servicios. El proyecto, primero de este tipo en España, no sería posible sin el acuerdo

Vista general del edificio que Sanitas Residencial ha proyectado para la parcela del Alto del Rollo

con Sanitas Residencial, empresa perteneciente al Grupo Sanitas, que a su vez forma parte de la compañía británica BUPA, líder europea en la atención a personas mayores, que gestiona actualmente alrededor de 21.000 plazas en cerca de 300 residencias en el Reino Unido. Los Colegios han llegado a un acuerdo con Sanitas Residencial por el cual esta empresa se hace cargo de la construcción de la residencia y de su gestión durante un número de años, aún por fijar, pero que estará entre los 50 y los 60. De esta forma, el coste para los cuatro Colegios se limita a la compra de la parcela, cuyo precio asciende a 498.000 euros, a repartir entre las cuatro instituciones en función del número de colegiados de cada una. Según el

Vista horizontal del edificio con el porche de acceso a la izquierda

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mismo criterio, se procederá después al reparto de plazas, siendo el que mayor número tendrá el colectivo de médicos (50), seguido del de Veterinarios (13), Farmacéuticos (10) y Estomatólogos (2).

La intervención de Sanitas Residencial no significa, sin embargo, que los

informe Colegios renuncien al control sobre la gestión de la residencia, ya que entre las cláusulas del acuerdo se incluye específicamente la creación de una Comisión Rectora, integrada por los presidentes de los distintos Colegios y representantes de la empresa, que se encargará de analizar periódicamente el funcionamiento de la residencia, el precio de las mensualidades, etc.. Asimismo, las instituciones colegiales han arrancado a la empresa el compromiso expreso de que la residencia siempre cuente con un porcentaje de plazas libres destinadas a profesionales sanitarios y/o familiares. Con ello se pretende que los principales beneficiarios de la residencia, médicos, veterinarios, farmacéuticos y estomatólogos, no tengan que esperar una plaza ocupada por personas que no pertenezcan a estos colectivos.

El centro y sus servicios La residencia MEVEFARES será un centro asistido, es decir, un servicio de acogida residencial, de carácter permanente o temporal, y de asistencia integral de las actividades de la vida diaria, para personas mayores con dependencias. Podrán acceder al mismo, personas de ambos sexos, mayores de 65 años, y que presenten las circunstancias siguientes: Válidos: personas con autonomía que por circunstancias personales o familiares quieran ser atendidos en un centro de este tipo. Personas asistidas: aquellas que para realizar las actividades más comunes de la vida diaria, necesiten la ayuda e intervención de otra persona. Éstas pueden ser de grado I (limitaciones leves o graves y necesidad de ayuda e intervención de otra persona) o de grado II (completa dependencia de otra persona). Personas con graves dificultades para el desplazamiento: aquellas que atendiendo a su movilidad, precisan ser

desplazados por una tercera persona en propia cama o en una camilla. En ambos casos, el servicio de atención residencial se prestará de forma ininterrumpida durante las veinticuatro horas del día, todos los días del año. El centro estará constituido por una unidad residencial, esto es, servicio para la residencia habitual, permanente o temporal por convalecencia o respiro familiar, que contará con las siguientes prestaciones: alojamiento, servicio de restauración, servicio de higiene y salud, control y protección del usuario,

atención especializada y rehabilitadota, atención social, actividades de ocio y tiempo libre, prestaciones complementarias u opcionales y especializadas. Para la prestación del servicio, Sanitas Residencial se compromete a aplicar un modelo específico de Atención Integral. Los elementos metodológicos básicos de este modelo son: persona, derechos, salud y modelo ecológico. Y de cara a la integralidad de la atención y la interdisciplinariedad del equipo, el modelo contempla los siguientes criterios de atención: Integración del usuario en el centro y en su entorno social desde el momento del ingreso. Fomento de la normalización, entendida como el desarrollo de un estilo de vida similar al del entorno de referencia. Atención a las necesidades básicas de los usuarios que garantice el máximo de autonomía personal. Salvaguarda de la integridad personal del usuario. Respeto a la individualidad y a la intimidad. Promoción de la participación y repre-

LA RESIDENCIA, PUNTO DE PARTIDA DE LA FUNDACIÓN MEVEFARES Si bien la Fundación MEVEFARES, integrada por los Colegios de Médicos, Veterinarios, Farmacéuticos y Estomatólogos de Salamanca, ha nacido con el objetivo concreto de dar a luz una residencia de mayores para estos cuatro colectivos profesionales, la organización, presidida en estos momentos por el Colegio Oficial de Médicos, tiene previsto desplegar una importante actividad cultural y social en beneficio de los colegiados salmantinos. En este sentido, está previsto que en los próximos meses el Patronato de la Fundación defina el organigrama de la Fundación y el programa de actividades a desarrollar. Éste comprenderá desde la organización de eventos científicos hasta la concesión de becas y premios, pasando por acciones de promoción de la salud para la población general, así como actividades de ocio y tiempo libre para los colegiados.

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Por fin, una casa común por MANUEL GÓMEZ BENITO

Son muchos años esperando que viera la luz un proyecto que estaba en la mente y en el deseo de todos los profesionales sanitarios. Todo parece indicar que, de forma inmediata, se cumplan las condiciones que hagan factible la construcción de una Residencia Sanitaria de 3ª Edad para Médicos, Veterinarios, Farmacéuticos y Estomatólogos. Por fin, podremos programar, si llegado el momento decidimos que la última época de nuestra vida, transcurra en apacible y colegial armonía con compañeros que hayan también aceptado como buena, esta forma de convivencia. Y antes de que eso nos llegue a cada uno, ya es un factor importante el que podamos empezar a disfrutar aunque sólo sea, sabiendo que si lo necesitamos, ahí estará esperándonos, a nuestra disposición, como un seguro de los muchos que hemos tenido que suscribir en nuestra vida familiar y profesional, para cubrir un siniestro que nunca deseábamos y cubríamos con gusto; aquí lo hemos sufragado con nuestra colegiación, que ahora además se prolonga, llegando con nuestras cuotas a cubrir esa “reserva” de un techo que muchas veces, aún no deseado, o no imaginado, es obligado tomar; pues el alojamiento familiar se ha diluido en aras a una forma de vida que cambia actitudes, y lleva a comportamientos impensables hasta ahora; y necesitamos evitar sinsabores por ambas partes, para lo que es necesario mentalizarse y acoger con gozo este refugio al que tendremos derecho después de toda una vida dedicada a nuestra profesión, que ahora nos proporciona una casa común, que debemos saber valorar, para su mejor utilización si nos llega el momento. Esto es en definitiva recoger el fruto del árbol que hemos venido cuidando durante años y bajo el que ahora nos cobijamos, procurando que sea en conformidad, con sentido del compañerismo, de la ayuda mutua, incluso de la solidaridad. Con esta idea, el Colegio nos devuelve nuestra aportación; nos compensa de la responsabilidad demostrada con nuestro sentido de la Colegiación, de la que a veces hemos dudado, o no hemos sabido ver o creer en sus ventajas. Pues bien, ahora debemos valorar esto y pensar que el Colegio es de, por y para los Colegiados, desde el R1 al Jubilado y que todo lo que demos, va a revertir en nosotros mismos. Aun en estas circunstancias de cierta provisionalidad, en la que en estos momentos estamos (tal vez al leer esto, ya sea definitiva la adjudicación), debemos ser justos y agradecidos con las personas que tras largos años se han esforzado en superar todos los escollos que han ido surgiendo y que en otro momento se expondrán, cuando ya sean anécdota. Los actuales Presidentes de los 4 Colegios, legalmente constituidos en Fundación para este fin, con toda la importancia que ésta conlleva para el futuro, no olvidan que antes que ellos y formando un equipo cohesionado, fueron los anteriores Presidentes de los Colegios de Médicos y Farmacéuticos, los que pusieron los pilares para que esto esté llegando a un final feliz. Nuestro sincero agradecimiento a una obra cuya consecución es labor de todos. Asimismo, se detallarán pormenorizadamente en la presentación del proyecto, o el día de la inauguración de la Residencia, todas las personas que más han contribuido a buscar soluciones que tampoco han sido fáciles; por parte del Excmo. Ayuntamiento, que siempre ha deseado que pudiéramos hacer realidad nuestro objetivo; así como a la Empresa que ha mantenido su palabra en los compromisos que con ella adquirimos desde un principio. En fin, gracias a todos por darnos la tranquilidad que supone saber desde ahora, que tendremos un lugar para vivir, si nuestras circunstancias así nos lo exigieran. Gracias a todos y enhorabuena.

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sentación de los usuarios. Participación y corresponsabilización de los profesionales en el seguimiento de la evolución de los usuarios.

Un edificio para mejorar la calidad de vida El nuevo edificio se ha concebido con un planteamiento general que busca primar los aspectos funcionales. Para conseguir el objetivo prioritario de la atención integral a las personas mayores, el diseño arquitectónico trata de contribuir a mejorar la calidad de vida y el nivel de confort tanto físico como psíquico de las personas de edad avanzada, proporcionándoles en la medida de lo posible una mayor autonomía física y una mayor seguridad psíquica. El diseño, según el proyecto arquitectónico, plantea un jardín al que vuelcan los espacios comunes de la residencia a través de un porche. La volumetría en forma de T delimita dicho espacio exterior. La diferenciación entre las dependencias comunes y las habitaciones se llevará a cabo por plantas, por la vía de proporcionar un carácter más público a las zonas comunes en las plantas de modo que las habitaciones queden reservadas también de los núcleos de comunicación, favoreciendo de este modo su privacidad. Así, en planta baja, se ubican las zonas de recepcióndirección, administración, enfermería, rehabilitación, terapia ocupacional, capilla y estar común para la residencia. En planta primera, 15 habitaciones individuales y 15 habitaciones dobles con sus zonas comunes y de servicios, sala de estar y comedor. En planta segunda, 30 habitaciones individuales con sus zonas comunes y de servicio, sala de estar y comedor. En planta sótano se sitúa un garaje de 11 plazas, la lavandería, la cocina, las áreas de instalaciones, almacén y servicio, además del velatorio y la zona de vestuarios y sala de estar del personal. En cuanto a la organización del edificio, cabe destacar que las actividades se desarrollarán en pequeños módulos con capacidad máxima de 30 residentes y servicios generales completos de modo que no se pierda la identidad de los usuarios ni se provoque la masificación en su atención. En este sentido, el centro estará dotado de unidades convivenciales y de atención con cierta autonomía en las actividades y funciones que se organizan y desarrollan en su propio entorno. Las relaciones entre las personas atendidas y el personal de servicio se produce de forma personalizada. Mediante la diferenciación modular y por plantas, se permite el establecimiento de módulos de atención especializada a colectivos que por sus características especiales o patologías, precisan de una atención específica o de zonas de convivencia y relación diferenciadas del resto de los usuarios. Cada unidad residencial dispone de habitaciones individuales y dobles, comedor diferenciado, sala o salas de estar propias, baño geriátrico, etc. Por medio de este diseño arquitectónico y del equipamiento del centro, se contribuirá a potenciar la autonomía física de los residentes, conseguir la seguridad y bienestar social personal, respetar la intimidad individual, favorecer las relaciones sociales y facilitar la labor del personal en cuanto al desarrollo de sus funciones. 

instantes de vida

Serie de cruceros que se pueden ver en pueblos de la provincia: Villares de la Reina, Aldeaseca y Castellanos de Villiquera © Kenneth Thomson

“La roca, Gibraltar 2005” © Sandra Inés

“Adormidera en flor” © Sandra Inés

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Serie de cruceros que se pueden ver en pueblos de la provincia: Valdunciel, Villaverde y Gomecello © Kenneth Thomson

Un espacio para tus fotografías Esta sección es para los médicos aficionados a la fotografía. Da rienda suelta a tu imaginación, y envíanos tus fotos. ¿El premio?, las mejores, serán publicadas como portada de vuestra revista, Salamanca Médica.

¿Cómo enviarnos tu colaboración? 1.- por e-mail: [email protected] (.jpg o .tif de alta calidad) 2.- Por correo: a la dirección del Colegio (REF. Fotos Salamanca Médica).

“El ferrocarril más pequeño del mundo” © Salamanca Médica

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noticias colegiales PROGRAMA ANUAL DE FORMACIÓN

El Colegio incorpora el inglés médico a las actividades formativas Los cursos de idiomas (a partir del 15 de octubre) coinciden con una nueva edición de los de informática, que se duplican El Colegio Oficial de Médicos ha materializado su decidida apuesta por la formación con la incorporación de cursos de inglés para médicos por primera vez en el plan anual de docencia. Esta novedad coincide además con una nueva edición de los cursos de informática que este año se verán prácticamente duplicados, pasando de diez a dieciocho, en dos conovatorias (una en octubre-noviembre y otra a partir de enero). Ambos programas han tenido una gran acogida por parte de los colegiados, de forma que el número de alumnos preinscritos en inglés médico ha llegado a los cien en su primera edición, mientras que varios de los de informática han agotado ya sus plazas. Una vez realizada la prueba de nivel necesaria para distribuir los grupos, los cursos de inglés médico comenzarán a partir del 15 de octubre en las instalaciones del Colegio. El programa contará con distintos niveles en función del grado de

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conocimiento de los alumnos. La duración de cada curso será de 30 horas distribuidas a lo largo de cuatro semanas, aproximadamente. Las personas interesadas en estos cursos de idiomas que no se hayan presentado a la primera edición, podrán solicitar información y reserva de matrícula en las Oficinas del Colegio. En función del número de interesados, el Colegio decidirá próximas convocatorias. En cuanto a la primera edición de los cursos de Informática, cabe destacar que los que ya tienen cubierto el número de plazas están señalados como completos en el cuadro que se adjunta en esta página. Para el resto continúa abierto el plazo de matrícula, que se puede formalizar en las Oficinas del Colegio, de lunes a viernes de 9.00 a 14.00 o de 16.00 a 19.00 horas y los sábados de 10.00 a 13.00 horas.

Preocupación por los cambios que se quieren introducir en la OMC El Colegio de Salamanca ha expresado junto a varios colegios más su preocupación por la forma y el fondo de los cambios que el nuevo presidente de la Organización Médica Colegial Isacio Siguero pretende introducir en la OMC. El presidente de Salamanca rechaza cómo se ha planteado la reforma. Cuando Siguero accedió a la Presidencia de la OMC hace unos meses, el Ministerio analizaba para su aprobación los estatutos consensuados por mayoría en 2002. Sin embargo, el nuevo presidente en pleno verano, sin previo paso por la Asamblea de presidentes, ha elaborado un nuevo proyecto de estatutos, que incluye cuestiones candentes. Por ejemplo, se dice que el presidente de la OMC se elegirá por y entre los presidentes de los colegios provinciales, de forma que se vetaría la Presidencia a cualquier médico de a pie. Asimismo, se suprimen las incompatibilidades de los directivos de la OMC, que sí figuran en los de 2002, pendientes de aprobación en el Ministerio. Así, según el nuevo borrador, se podrían seguir compaginando cargos en la OMC con otros en sociedades, sindicatos o aseguradoras. Por todo ello, se ha pedido la convocatoria de una Asamblea extraordinaria, prevista para finales de octubre, que permita a los presidentes provinciales exponer su posición.

noticias colegiales DEFENSA

El Colegio se personará en los casos de agresiones a médicos Ante los últimos episodios de agresión por parte de pacientes a médicos de la provincia, la Junta Directiva del Colegio de Médicos ha acordado personarse como parte interesada en todas las situaciones de este tipo que se produzcan en la provincia, con el fin de exigir la reparación integra del daño causado a los facultativos al amparo de la legislación civil, penal o administrativa que corresponda en cada caso. Además, el Colegio a través de su Asesoría Jurídica continuará prestando a los médicos toda la ayuda y el asesoramiento jurídico que necesiten ante situaciones de este tipo. El Colegio de Médicos, como máximo garante de los intereses y derechos profesionales del colectivo al que representa, denuncia cualquier acto de violencia física o verbal (insultos, amenazas, etc.) o intento de coacción, ejercido contra los facultativos de la provincia. En este sentido, desde la institución colegial se considera inadmisible que profesionales altamente cualificados, dedicados a la difícil labor de reparar la salud

humana, sean objeto de tratos vejatorios por el simple hecho de no amoldarse a los criterios personales de pacientes que en muchos casos sólo persiguen intereses de índole económico- laboral. En la misma línea, creemos que los médicos no pueden ser el blanco de las quejas contra el sistema en el que trabajan y menos aún que estos reproches se produzcan de forma violenta. En este sentido, desde el Colegio se reclama a la Administración la definición y aplicación de protocolos que ayuden a evitar estas situaciones, con medidas claramente disuasorias de estos comportamientos.

Ayudas para los residentes: financiación íntegra de los pósteres El Colegio de Médicos está ultimando un programa de ayudas a la formación dirigidas a los residentes que trabajan en Salamanca. Este apoyo consistirá inicialmente en la financiación íntegra del coste de elaboración de los pósteres que presenten a reuniones o congresos científicos. Con esta medida el Colegio comienza a dar cumplimiento a los compromisos expresados durante la recepción oficial que se ofreció a los residentes el pasado mes de junio. Una vez concretado el número de ayudas, desde el Colegio se comunicará personalmente a todos los residentes los trámites a seguir para poder costear los pósteres. Con el fin de que todos los médicos jóvenes puedan beneficiarse de estas medidas de ayuda, el Colegio está estudiando el volumen anual de pósteres presentados por residentes de Salamanca, con el fin de destinar una partida presupuestaria suficiente. Tras este primer paso, no se descartan nuevas acciones como la concesión de ayudas a desplazamientos para asistir a eventos científicos.

La Real Academia convoca sus premios El plazo para la presentación de trabajos a los premios que convoca anualmente la Real Academia de Medicina de Salamanca, entre ellos el del Colegio de Médicos, finaliza el próximo 21 de noviembre. Todos aquellos licenciados en Medicina y Cirugía interesados en concurrir podrán hacerlo con trabajos sobre un tema médico libre de carácter clínico o de investigación. Se repartirán un total de siete premios, dotados con 11.800 euros entre todos. Se deben remitir a la Real Academia (Facultad de Medicina).

Seminario sobre el interés de la homeopatía El Colegio acogerá el 18 de octubre, de 20 a 22 horas, un seminario sobre la Homeopatía y su interés en la Medicina actual. El programa, organizado por Laboratorios Boiron, será impartido por Miguel Barelli Aragón, que abordará cuestiones como la homeopatía en la Medicina actual; la formación en homeopatía; aspectos generales de la homeopatía o la investigación y publicaciones en esta materia. Al finalizar habrá un cocktail (confirmar: 902351630 y [email protected]).

Nueva edición del curso de Urgencias y Emergencias El Curso de Experto Universitario en Asistencia Inicial a Urgencias y Emergencias, título propio de la Universidad de Salamanca que ya va por su octava promoción, tiene abierto el plazo de preinscripción para todos aquellos profesionales que deseen cursar el programa. Los interesados pueden informarse en www.usal.es o en el 923294500 (Ext. 1173).

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en red

Por Javier CEMBELLÍN MARTÍN

INTERNET (II): Seguridad

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ontinuando con nuestra serie sobre Internet, en esta ocasión nos centraremos en un aspecto al que en muchas ocasiones no damos la suficiente importancia: la seguridad. Como suele ocurrir en otros ámbitos de nuestra vida y cuando una gran cantidad de gente accede a sitios comunes, el uso que de los mismos se hace va en función de la educación y personalidad de cada individuo. Debemos ser conscientes de ello y estar preparados para encontrar personas que nos ayudarán, ignorarán, aprovecharán e incluso intentarán hacernos daño. Aun así las ventajas de “la Red” superan infinitamente a sus inconvenientes. Para enfrentarnos a estas posibles amenazas disponemos, además de multitud de herramientas software y hardware, de tres características implícitas al ser humano: Capacidad para buscar Información: cuáles son las amenazas, qué pueden hacer y cómo lo hacen, de qué forma podemos evitarlas. Prudencia: aunque se vigila su buen uso cada día más, sobre Internet no existe un control de contenidos y tráfico que sea efectivo. Prevenir un ataque significa evitar un problema. Sentido común: infelizmente el “menos común de los sentidos”. Algunos ejemplos de lo que deberíamos pensar: Si no necesito algo para qué lo quiero (por qué coleccionar programas inútiles). Debo tener cuidado con los lugares que visito y qué me llevo de ellos (si son sitios de poca confianza o con contenidos ilegales, ¿puedo fiarme de lo que me ofrecen?). Eliminar sin abrir los e-mail de desconocidos o poco fiables (si no me conocen por qué habría de leerlos, máxime si me envían algún fichero adjunto). Mi entidad bancaria conoce y trata con el máximo rigor y confidencialidad mis datos (no tiene sentido que utilicen un medio inseguro como Internet para solicitármelos, está claro que no debo facilitárselos).

Principales Amenazas:

Virus: es una secuencia de código que se copia en otro programa u ordena-

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dor cuando se activa. Si la aplicación infectada se activa, el ordenador se ve afectado de algún modo, influyendo en su correcto funcionamiento. Gusanos: se diferencian de los virus en que son capaces de replicarse e infectar a otros ordenadores conectados a la red. Se expanden continuamente hasta colapsar la red , la memoria o el espacio en el disco duro. Troyanos: estrictamente hablando no es un virus. Son programas que llegan de forma encubierta al ordenador (normalmente insertados en otros), se ejecutan de forma transparente al usuario (no se percibe su funcionamiento) y casi siempre están destinados a permitir el control de nuestro ordenador por elementos extraños. “Agujeros del Sistema”: todos los sistemas operativos instalados en nuestros equipos tienen fallos y errores que podrían permitir ataques de muy diferentes formas. Cuando son detectados se publican parches para corregirlos. Spyware/Adware: se introducen sin nuestro consentimiento (o con él mediante preguntas “oscuras”) cuando navegamos por Internet y monitoriza nuestro tráfico por la red. Son capaces de recolectar y enviar esta información a efectos de marketing (adware) o con intenciones malignas (spyware). Pueden recoger números de cuenta, password, etc… Son capaces de colapsar nuestro equipo con su actividad frenética. Spam: Envío indiscriminado de e-mail no deseado. A veces es realizado por empresas que pretenden vender o comunicar algo. Phishing: envío masivo de e-mail con el fin de robar información “confidencial” como claves de tarjetas, password de bancos, etc… Simulan ser enviados por instituciones serias o reconocidas y suelen contener enlaces a páginas copiadas de la original para completar el engaño. Hoaxes, Hypes, jokes: no son virus, pero se aprovechan de la “buena voluntad” de las personas. Un Hoax advierte de la existencia de un virus que no es real, buscando que el usuario realice una acción en su ordenador al pensar que está infectado (ej. Borrar un fichero). Hype exageración de la acción de un virus para conseguir una histeria colectiva. Joke (broma) es un programa que simula la realización de efectos destructivos pero sin llegar a causarlos. Cómo Protegernos:

Deberíamos intentar seguir las tres recomendaciones comentadas anteriormente y como apoyo a las mismas deberíamos utilizar las siguientes herramientas: Antivirus: Es imprescindible tenerlo instalado y activado en nuestro ordenador. Debe actualizarse diariamente (normalmente lo hace de forma automática), para ello es necesario que esté registra-

do y se renueve su licencia anualmente. Debemos tener en cuenta que un antivirus no actualizado es inútil. Aunque comercialmente nos digan lo contrario la diferencia en la efectividad entre unos y otros no es superior al 10%, por tanto, deberemos tener en cuenta al elegirlo su precio, requisitos de sistema, memoria consumida y soporte técnico. ¿Dónde encontrarlos? (podremos conseguir versiones de evaluación): www.trendmicro.es www.panda.es www.mcafeesecurity.com/es/(antivirus Mac) Antispyware: Aunque algunos antivirus incluyen la detección y eliminación de esta “plaga”, siempre es recomendable el uso de programas específicos para mantener nuestro equipo limpio. Algunas altamente recomendables son: Ad-Aware, Spybot, SpywareBlaster. No todos detectan el mismo tipo y número de spyware, por tanto, podremos utilizar varios. Es necesario mantenerlos actualizados y revisar nuestro ordenador al menos una vez al mes (irá en función del tipo y cantidad de horas de navegación por Internet). ¿Dónde encontrarlos? (versiones completamente operativas): www.softonic.es www.lavasoft.com www.safer-networking.org Actualizaciones del Sistema: Los últimos sistemas operativos (W2000, XP, W2003, diferentes versiones de Linux), incluyen utilidades de actualización del sistema (ej. Windows update, SuSE LinuxYOU, etc…). Debería configurarse de forma que ésta se hiciese automáticamente a una hora determinada. Es muy importante que nuestro ordenador tenga en su sistema los últimos parches, de otro modo y aunque tengamos un antivirus actualizado, estaremos desprotegidos. ¿Dónde conectarme para actualizar mi sistema? Windows-> www.windowsupdate.com Linux-> www.redhat.es, www.novell.com/linux/suse Macintosh -> www.apple.es Copias de Seguridad: Realizar copias periódicas y frecuentes de nuestra información más importante es una excelente idea, de esta forma minimizaremos los riesgos de perderla. Firewall: (opcional) Es un conjunto de hardware y/o sofware montado sobre un sistema y que controla el tráfico entre dos redes, utilizando para ello unas reglas específicas. Su configuración es muy flexible, aunque casi siempre precisa unos conocimientos más avanzados. Algunos sistemas operativos lo traen ya integrado, siendo recomendable su activación y configuración por defecto. 

ciudad y medicina

Texto: Jesús MÁLAGA Fotografías: Andrés SANTIAGO MARIÑO

Fachada principal y acceso lateral del cementerio de la ciudad

El cementerio de Salamanca (I) Una medida para la higiene de la ciudad El autor repasa en este artículo la historia de los cementerios de la ciudad y su papel en la salud pública salmantina n la actualidad, Salamanca cuenta con dos cementerios, uno católico y otro, más pequeño, municipal en el barrio de Tejares. Este último pertenecía al entonces municipio limítrofe de Tejares situado al oeste y en la margen izquierda del Tormes. Término y Ayuntamiento fueron absorbidos por la capital en la segunda mitad del siglo XX; pronto se añadirá a estos dos camposantos uno nuevo junto al cementerio de Tejares. No es hasta el siglo XIX cuando se deja de enterrar en las iglesias y se pasa a construir los Campos Santos en otros lugares alejados de los templos. Son medidas de higiene que evitaron muchos problemas sanitarios. Todavía se conserva en nuestra ciudad una ventana de ventilación del pudridero de San Martín, donde los cuerpos pasaban algunos meses antes de ser enterrados definitivamente en las dependencias de la iglesia. Las descripciones de la época sobre los olores putrefactos de los alrededores de San Martín son elocuentes. Se cuenta de un obispo que ofició el Santo Sacrificio de la Misa entre arcadas y nauseas ante el olor repugnante que invadía la hermosa iglesia románica limítrofe con nuestra Plaza Mayor. Los salmantinos debemos a los franceses muchas cosas. Por ese motivo no comprendo cómo se ha obviado la presencia de José Bonaparte de los medallones de la Plaza Mayor cuando se ha optado por completar la serie histórica.

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Es José Napoleón quien prohibe enterrar en las iglesias en 1809 Mientras monarcas nefastos como Fernando VII van a tener un sitio en nuestra ágora, se renuncia a la presencia de José I cuyo gobierno aportó grandes realidades a Salamanca. La Guerra de la Independencia fue una de las causas de la destrucción de Salamanca, pero todos los historiadores modernos están de acuerdo que se debió tanto a los franceses como a los ingleses. Gran número de profesores de nuestra universidad, incluso el obispo jansenista Tavira, fueron afrancesados y al general Thiebault, gobernador francés de Salamanca, debemos uno de los lugares más bellos de la ciudad de Salamanca, la Plaza de Anaya.

También a la sensibilidad de este general hemos de anotar la construcción del cementerio de la huerta de Villasendín. Es José Napoleón quien adopta la medida de prohibir enterrar en las iglesias en 1809. El obispo Tavira se adelanta a la misma con la construcción de un pequeño cementerio en el denominado Prado Rico, a la salida de la Puerta de San Vicente. Este Campo Santo se abrió en 1802 para enterrar a los pobres que morían en el Hospital General, entonces situado en el Colegio Mayor de los Irlandeses. Para edificar este primer cementerio salmantino se utilizaron las piedras de la ermita de Santa Marina, situada en el camino de Tejares, seguramente donde hoy se encuentra la Ciudad Deportiva de la Universidad, en las Salas Bajas. Los salmantinos, en general, siguieron enterrando a sus familiares en las iglesias, incluso después de la orden de prohibición de hacerlo. Dicha orden se dictó el 9 de abril de 1804. De la saturación de tumbas y enterramientos en los templos de la ciudad da fe el añadido de lápidas hacia la calle de la Compañía de la Iglesia de San Benito. En 1821 los regidores liberales Juan Pujol y José Salgado intentan abrir un cementerio en los terrenos de los Franciscanos descalzos o Calvario. Encargan el proyecto al arquitecto Blas de Vega que proyecta en la hermosa huerta del convento, junto a un bello estanque, un camposanto para 5.000 ó 6.000 enterramientos, con capilla y vivienda para el

ciudad y medicina capellán. Los planos señalan plazuelas y recuadros y dejan entre ellos calles para las sepulturas. El Obispado y el Ayuntamiento acuerdan abonar los gastos de su instalación, pero mientras la mitra corre con su parte, el Consistorio no abona la suya. Las obras de acondicionamiento se realizaron, pero nunca llegó a usarse, motivo por el cual, pasado un tiempo, los religiosos volvieron a ocupar los terrenos y el convento1. Como suele ocurrir siempre en España, nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. En 1832 se declara en Salamanca el cólera morbo asiático y el gran número de víctimas de la epidemia hace reconsiderar nuevamente el lugar elegido por el general Thiebault en 1811, la huerta de Villasendín. Las grandes comunidades de religiosos mantenían en los alrededores de Salamanca fincas de recreo para las vacaciones de sus colegiales y monjes. De todos es conocido el Huerto de Fray Luis de León en la Flecha, Cabrerizos, lugar de esparcimiento de los Agustinos, que inmortalizó el poeta y cuya capilla y dependencias de la aceña esperan como agua de mayo su restauración. También los dominicos tenían en Valcuevo una finca hoy recuperada en parte por Caja Duero, en ella Colón, por mediación de Fray Diego de Deza, convence a la comunidad de su viaje a las Indias. Los Jesuitas contaban también en las cercanías de la ciudad con una finca, Villasendín, para los paseos de sus colegiales. Desde su convento en la calle de la Compañía salía un túnel amplio, hoy día cegado y en parte desaparecido, que pasaba a través de la vaguada de la Palma al edificio que la orden de Jesús poseía en lo que hoy es colegio del Maestro Ávila y desde allí a la finca de Villasendín. La finca de los Jesuitas fue adquirida por el seminario de San Carlos. A dicha institución perteneció hasta su paso al Ayuntamiento de Salamanca, después de la venta de la edificabilidad por parte del Obispado. Estaba situada en el camino que arrancaba desde la puerta falsa hasta La Moral, pasando por el Calvario. El coste de la operación fue de 20.000 reales y fue tasada por el arquitecto municipal Quiñones. El paraje estaba preparado para el paseo de seminaristas, con árboles, una noria para sacar agua y edificaciones que servían de caballerizas. Cerca de la finca se encontraban las Arcas Madres, manantiales que servían para abastecer de agua a la ciudad. Los caños del Campo de San Francisco y el Caño Mamarón se nutrían por cañerías del agua que, por decantación, de allí procedía. También cerca se encontraban otros manantiales como la fuente de la Zagalona, que por degeneración del lenguaje popularmente llegó a nuestros días con el nom-

Vista general del cementerio de Salamanca.

En 1937 se decreta que el Ayuntamiento devuelva el cementerio a la Diócesis bre nada recomendable de “Cagalona”, y las aguas de la Platina que aún hoy se explotan como agua mineral embotellada. En toda esa zona, incluyendo la otra margen del río, en lo que fuera apeadero de la Salud, en Tejares, en la línea férrea a Portugal, se encontraban manantiales de aguas salutíferas que poseían propiedades curativas que los romanos encomendaron a una diosa con templo en las cercanías del molino del Lazarillo y que con el cristianismo pasó a convertirse en la Virgen de la Salud venerada en la iglesia de Tejares. Los rituales votivos que se celebraban en honor de la diosa de la salud pasaron a convertirse en romería

en la primavera con la celebración de la festividad de la Virgen de la Salud. Cuando en 1832 se abre el cementerio de Villasendín, el obispo Agustín Lorenzo Varela cede la finca del seminario y bendice la capilla el 29 de octubre de 1832. Con anterioridad, a partir de mayo de ese mismo año, se comenzaron los enterramientos. Como dato curioso, señalar que entre las primeras personas enterradas en el cementerio de Villasendín estuvo la sobrina del prelado. El Ayuntamiento ve bien la operación, pero no interviene en ella. El Obispado encarga a Tomás Cafranga, el autor de la espadaña de la Plaza Mayor, el proyecto. Las obras son sufragadas por las parroquias de la ciudad, los diezmos y el Obispado, a tercios. El Ayuntamiento, que en un primer momento se compromete con el gasto, al final se sale del mismo dejando a la Iglesia todo el protagonismo. Se comprende que la Diócesis en general y el seminario de San Carlos en particular fueran muy celosos de sus competencias. Así en el año 1937, nada más producirse la sublevación del general Franco y una vez sometida Salamanca y su provincia, el primer decreto que sale del Gobierno rebelde referido a Salamanca es la devolución del cementerio, que había sido expropiado por el Ayuntamiento republicano en 1932, a la Diócesis. La presión del prelado salmantino fue de tal envergadura que las autoridades militares cedieron a sus pretensiones con prontitud. 

Nieves Rupérez Almajano y José Ignacio Díez Elcuaz escriben en 1955 en la Revista de Estudios de la Diputación de Salamanca un largo artículo, 37 páginas,titulado “El cementerio de Salamanca y sus panteones neomedievales” que ha servido de base para muchos de los datos manejados en este artículo.

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maestros con historia

Por M. PUERTAS

José Estella Bermúdez de Castro (I), un cirujano de vanguardia Este médico salmantino, catedrático en Zaragoza y Madrid, destacó como una de las mentes más privilegiadas de la Cirugía en la primera mitad del siglo XX

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ntre los frutos de la medicina salmantina de la primera mitad del siglo XX seguimos encontrando auténticas autoridades en sus respectivos campos. Si hace algunos números era José Estella Bermúdez de Castro el que se refería al “trabajo, la sabiduría y la bondad” como las tres dimensiones sustantivas del maestro perfecto, en relación a Agustín del Cañizo García, ahora nos descubrimos ante su figura y la traemos a estas páginas como la de uno de los cirujanos españoles más brillantes de la primera mitad del siglo XX, a pesar de su prematura muerte recién cumplidos los cincuenta años. Sus aportaciones en campos tan diversos como la cirugía del sistema circulatorio, la patología quirúrgica del sistema nervioso, las malformaciones óseas, la endocrinología quirúrgica, la anestesia o la neurocirugía traspasaron fronteras y nos hablan de un pionero en técnicas de exploración circulatoria. Como ocurre con todo genio, también en torno a la acusada personalidad de nuestro protagonista existen leyendas, mitificaciones y deformaciones, que aquí pasaremos por alto, para centrarnos en su trayectoria biográfica, gracias a la inestimable colaboración de sus hijas. Abordaremos en este primer capítulo su etapa en Zaragoza para continuar después con su labor como catedrático de la Universidad Central, a la que llegó con sólo 34 años. José Estella Bermúdez de Castro nació en Salamanca el 5 de abril de 1898. En esta ciudad cursó los estudios de Medicina, Facultad en la que fue alumno interno por oposición, asistiendo ya por entonces a la cátedra de Agustín del Cañizo García, a quien siempre reconoció como uno de sus maestros y a quien defendió “a capa y espada” en la etapa de los tribunales universitarios depuradores. Concluida la licenciatura con premio extraordinario en 1920, Estella Bermúdez de Castro obtuvo un año después el

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Ya de joven fue un pionero en técnicas de exploración circulatoria grado de doctor en la Universidad Central con la misma calificación, gracias a una tesis titulada Tratamiento del mal de Pott por la operación de Albee. Su etapa de estudiante coincide con el inicio de sus frecuentes viajes de estudios a los más prestigiosos centros de Medicina europeos. Así, ya en el curso 1923-1924 permaneció en Berlín en el Universität Institut für Orthopedie y en la Kinderklinik. Otros de sus destinos en esta época serían las Clínicas del Oscar Helene Kruppelheim, en Berlín, y el Hospital de Cochin, La Salpetrière o el Hospital de niños enfermos, en París. Su sólida formación le permite en

1924 acceder a su primera plaza por oposición, la de Médico Numerario de la Beneficiencia General, con destino en el Hospital de la Princesa. Antes había estado como médico interno en el Hospital de Basurto (Bilbao), al que definió como modelo de medios y de dotación para aquellos años. En 1925 iba a conseguir también por oposición la plaza de catedrático de Enfermedades de la Infancia de la Facultad de Medicina de Salamanca, de la que pasa por concurso entre catedráticos a la de Zaragoza ese mismo año. La capital aragonesa, donde fue decano de Medicina, no sería su último destino, pero sí el comienzo de una indiscutible autoridad como hombre de diagnóstico y de excepcional habilidad operatoria. En esta primera etapa, muy vinculada a la Pediatría, distintas fuentes documentan que el doctor Estella fue un pionero de la angiocardiografía. En este sentido, señalan que fue el primero en realizar en España un cateterismo cardiaco en un niño con asistolia (Werner Forssmann había sido el primero en 1929), así mismo se le considera el primero en el mundo en inyectar en 1930 un contraste yodado en la cavidad cardiaca, anticipándose un año a Egas Moniz. El inicio de esta técnica, que abría las puertas al desarrollo de la cardioradiología mundial, tuvo lugar en el servicio de Radiología del Hospital Clínico de Zaragoza. Mediante yoduro sódico, el profesor Estella visualizó no sólo el corazón sino las áreas renales, pasando a continuación la sonda hasta la cava inferior. Según Enrique Solsona, el doctor Estella se quejaría en posteriores publicaciones de no ser reconocido lo suficiente a nivel europeo como adelantado de la angiocardiografía. Su llegada a la Cátedra de Zaragoza coincide con la renovación de los contactos con las clínicas y profesores extranjeros más célebres de su especialidad en ciudades como Frankfurt, Viena, Berlín, Munich o Estrasburgo. También visita la

Berlín y París fueron destinos habituales para nuestro protagonista

maestros con historia organización quirúrgica norteamericana en lugares como Bayley, Chicago, Boston, Baltimore o Rochester (Clínica Mayo). En la Universidad aragonesa su labor clínica se refleja en la organización escrupulosa de su servicio con dedicación especial a la formación de su equipo y renovación de materiales de trabajo como la regularización de las historias clínicas y del material gráfico empleado, la organización de una biblioteca al día de las novedades médicas a través de revistas extranjeras y españolas, etc. De su labor docente son testimonio los numerosos cursos y congresos en los que participó o de los que se ocupó, como el Congreso Español de Eugenesia, de gran resonancia, el dedicado a la Patología Agraria o los cursos de Perfeccionamiento y Especialización, renovando los métodos antiguos a través de la enseñanza gráfica y la experimentación. Es de destacar su papel en la creación de un Instituto de Experimentación en la Facultad de Medicina maña, considerado por algunas fuentes el primer quirófano de cirugía de experimentación animal de España. Asimismo, se preocupó de la enseñanza profesional de las enfermeras y se ocupó de temas tan novedosos en la época como la Medicina Preventiva o de las enfermedades profesionales. Todo ello es fruto de una concepción muy particular de la ciencia y la Universidad. En este sentido, opinaba que si bien la labor en Cátedra ha de tener en cuenta la claridad en la exposición, “la Universidad … ha de atender al desarrollo de la

Foto de la época en la que José Estella asiste a una clase

ciencia aplicada creando profesionales pero sin abandonar el cultivo … de la ciencia pura fomentando la investigación” y sin olvidar que “el investigador puro no persigue grandes descubrimientos ni aspira a geniales concepciones; se conforma con la modesta satisfacción de esa curiosidad infinita por la verdad escondida en cada fenómeno de la naturaleza”.

Como veremos en el próximo número, su llegada a Madrid como catedrático de Anatomía Topográfica y Operaciones de la Universidad Central se produce en 1932. En la capital le esperan nuevos retos que traduce en nuevas aportaciones clínicas, y sobre todo, en un importante compendio de artículos y libros, sesgado por su prematura muerte.

Atila y los “Unos” Recuerdos de José Estella Bermúdez de Castro por ALBERTO ESTELLA

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osé Estella Bermúdez de Castro fue el segundo hijo de Juan Estella y Pura Bermúdez de Castro. Once meses antes había nacido Antonio, mi padre. Después vinieron al mundo casi otros veinte hermanos. Algunos parece que fueron lo que hoy se llama niños superdotados. En efecto, Antonio logró el número uno de su oposición de Abogados del Estado con 23 años; Pepe ganó la cátedra de Pediatría de la Universidad de Zaragoza con 26, fue más tarde Decano de su Facultad de Medicina y con apenas 34 obtuvo la cátedra de Terapeútica Quirúrgica, de la llamada entonces Universidad Central, enfrentándose a conocidas figuras nacionales de la cirugía; Luis obtuvo por oposición la jefatura del Servicio de Cirugía del Hospital de la Princesa de Madrid, etc. Esto explica que en el llamado “Casino de los señores”, a mi abuelo Juan - que lo presidió en tres etapas distintas y fue quien adquirió el Palacio de Figueroa -, algún socio ingenioso le pusiera el apelativo de Atila, porque era el progenitor de los “unos” de cada oposición, porque eran muchos y arrasa-

ban -como los hunos-, en los exámenes a los que concurrían. La petición del presidente del Colegio de Médicos de que redacte una colaboración de aspectos personales de mi tío

Pepe Estella, me ha hecho revisar mentalmente una pocas imágenes que tenía almacenadas en la memoria. Destaca entre ellas la de aquel hombre alto, con los mismos ojos claros y penetrantes de sus hermanos, cuya esposa Ángela Marcos era especialmente cariñosa conmigo, y que ¡tenía un “haiga”! -un coche americano-, con chófer, Pepe, de Sequeros, con el que venía a Salamanca. Aquel tío carnal, rico y risueño, que nos invitó a merendar una tarde ¡en el Hotel Real! de Santander, cuando nosotros nos alojábamos en una modesta pensión de el Sardinero. Pero siendo yo un chiquillo cuando falleció, lo que fundamentalmente hago aquí son algunos comentarios que sobre su vigorosa personalidad y extraordinaria competencia acopié de mis padres y hermanos, de sus propias hijas y, especialmente, de dos venerables médicos que en diferentes momentos quisieron conocerme. Acudí en Madrid a la tertulia del famoso oftalmólogo ya nonagenario Galo Leoz -ex colaborador de Cajal-, que me citó para relatar numerosas anécdotas de

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maestros con historia aquel joven y brillante catedrático de Madrid, que dio tantas clases magistrales e hizo inolvidable la última. Me contó que tuvo el coraje de impartirla pidiendo disculpas por hacerlo sentado y sin quitarse el elegante abrigo, porque padecía un cáncer que, a pesar de las dos intervenciones de los notables de la cirugía y amigos suyos Cardenal y Puig Sureda, le impidió crear escuela y acabó tempranamente con su vida. Debo añadir que, en opinión de Leoz, siendo un gran cirujano Pepe -“Estella el bueno”, decían en Madrid-, era técnicamente mejor aún su hermano Luis -injustamente tildado de “Estella el malo”-. De aquel duro momento familiar recuerdo cuando mi hermano (también llamado Pepe Estella, prestigioso cardiólogo) apareció en el patio de los Salesianos a buscarme – “vámonos a casa, que ha muerto tío Pepe” -; la gravedad en el rostro de mi padre, porque Pepe y él, tan distintos, se adoraban; el llanto de la abuela Pura. Fue en la dehesa de “Carreros”, invitado a comer por los amigos Juan Martín y Carlota Aparicio, donde charlé largamente con el insigne José Casas, catedrático de Patología General de Madrid, ya anciano, que todos los años pasaba unos días en la finca. Escuchar a Casas narrar, saboreándolas, anécdotas y vivencias con su entrañable amigo Pepe Estella, fue un placer inolvidable. Mi madre me había contado algunas jornadas salmantinas de los dos jóvenes catedráticos de Madrid. Llamaba su cuñado Pepe : “Amparo, prepáranos unas judías con chorizo (o unas perdices al chocolate, o callos...), que Casas y yo vamos mañana”. Tras la cena – siempre dieta blanda -, partida de naipes en el Casino – no precisamente al mus -, con sus colegas y amigos charros. De madrugada, copita – y no de agua mineral en alguna casa de tolerancia, y regreso a Madrid. Por cierto, lo primero que mi madre supo de su futuro cuñado fue un reproche a su hermano Antonio, viudo. Cuando supo que sería reincidente le increpó : “¿Y tú eres mi hermano mayor, con fama de inteligente? ¡Tú eres un animal!, tienes la suerte de quedarte viudo ¡¡y te vuelves a casar!!”. La siguiente referencia tuvo lugar durante el

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viaje de novios, en el Casino de San Sebastián. Una mujer, digamos que de aspecto desenvuelto, se acercó a mi padre y le administró un largo y efusivo abrazo. Sólo cuan-

“Se bebió la vida como si presagiara que sería demasiado corta, pero fue un buen esposo, un cariñoso padre y un grandísimo cirujano”

do mi padre pudo zafarse y advertir “señorita usted se confunde, supongo que con mi hermano Pepe” – el parecido era notable -, mi madre quedó tranquila. Pepe Estella, noctívago, hiperactivo, frecuentaba los frontones, donde le gustaba apostar, y alguna mesa de juego clandestina. Una madrugada de los años cuarenta la Policía hizo una redada en una timba de Madrid y detuvieron a numerosas personalidades y algún militar próximo a Franco. Cuando el Comisario interrogó al doctor Estella y supo su oficio, le espetó. “¿No le da a usted vergüenza

siendo catedrático de Madrid...?” Tío Pepe, que tenía tantos reflejos como arrogancia, le interrumpió : “¡No!, a mí lo que me daría vergüenza es ser policía”. No quisiera ofrecer de mi tío Pepe una imagen distorsionada. Se bebió la vida como si presagiara que sería demasiado corta, pero fue un buen esposo, un cariñoso padre y un grandísimo cirujano, que empleó su bisturí para operar a ilustres enfermos, como el General Moscardó, o aristócratas, como la niña Cayetana Alba, pero también para algún pobre paisano charro que no podía abonar sus honorarios. En mi biblioteca guardo un regalo de Pepe Bonilla, los seis primeros números de la Revista Española de Cirugía, mensual, de la que él fue fundador y Director, y en todos ellos el primer estudio lo firma siempre José Estella. La Revista desapareció y fue refundada más tarde como de Cirugía, Ginecología y Urología, con la dirección compartida del siguiente póker de ases: mi tío Luis Estella Bermúdez Castro, García Orcoyen, González Bueno y Alfonso de la Peña. Y es que Pepe Estella tenía capacidad para recibir y dar lecciones en Berlín o EEUU, sin olvidar la diversión; para pasar de la pediatría a la cirugía; valor para introducir la cateterización practicándosela él mismo y para apostar en el frontón; talento para escribir sobre cirugía de las enfermedades mentales y disfrutar de un festín; inteligencia para publicar sabiamente de endocrinología o experimentar un veneno de los indios amazónicos (el curare), como anestésico; aptitud para practicar por vez primera en el mundo una angiocardiografía a un niño zaragozano... Tan brillante peripecia se quebró aquel día que le enseñó al experto y amigo Pepe Casas las radiografías de un presunto enfermo. “¡Qué cosas me enseñas, Pepe! Está muy claro, este paciente tuyo tiene un cáncer de recto como una catedral”. “Son mías”, replicó animoso Pepe Estella. Hay quien sostiene que desde la consulta de Casas se fue a una compañía de Seguros. Pero esto es leyenda, como tantas que los viejos médicos españoles conocen o adjudican a mi tío Pepe. Un médico salmantino verdaderamente legendario. 

creación literaria

Beatriz MONTEJO MAILLO

La voluntad del alma

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SEGUNDO PREMIO DEL I CERTAMEN LITERARIO DE RELATOS CORTOS Colegio Oficial de Médicos de Salamanca

unos 50 kilómetros de Salamanca, en una fría mañana del mes de diciembre donde un sol espléndido, pero, por otra parte, incapaz de caldear el ambiente helador, deslumbraba desafiante desde un cielo limpio y azul, un joven bien parecido, de unos 25 años, disfrutaba de un día radiante en una dehesa charra. Marcos, en cuyo rostro aceitunado se reflejaba, en forma de ojeras, la preocupación que desde hacía algún tiempo no le concedía un respiro ni a su mente ni a su corazón impidiendo incluso el descanso nocturno, creía sentir cómo, momentáneamente, el cansancio acumulado desaparecía, liberándose de la tensión de sus músculos hipertónicos al tiempo que un aire glacial que olía a limpio, a humedad y a romero, le sacudía levemente las mejillas arreboladas, multiplicando el efecto de los rayos solares que estimulaban sus sentidos. Al amparo de una gran encina, que movía de forma susurrante, al compás de las demás, sus ramas medio vencidas por el peso constante y mantenido de la escarcha así como por el importante cargamento de enormes bellotas y a la brigada de unas rocas, entre las cuales asomaban tímidamente algunos matorrales de frutos redondos rojoanaranjados, contemplaba la magnífica parada de ocho bueyes “berrendos en colorao” que perezosamente hociqueaban en los pesebres y hacían tintinear sus cencerros interrumpiendo el silencio reinante. Con una inesperada sensación de bienestar, frente al desasosiego que tanto lo había atormentado en los últimos tiempos, echó a andar por un camino pedregoso, acompañado únicamente por el sonido crujiente de sus pisadas sobre la tierra húmeda, esperando esclarecer, en medio de la tranquilidad y la soledad del campo, sus preocupaciones y así poder decidir acerca del dilema objeto de sus desvelos. Marcos, por sí mismo, tenía un recuerdo muy vago, lejano, borroso de su padre, fallecido cuando él era sólo un niño, recuerdo que había ido conformando hasta la imagen totalmente nítida y perfecta que hoy tenía dibujada en su alma, fruto de larguísimas conversaciones con todas aquellas personas que por distintas circunstancias habían mantenido una relación más o menos estrecha con el eminente cardiólogo, así como de investigar, durante interminables jornadas, cada una de sus fotos, de sus libros, de sus cuadernos, de sus notas, que permanecían intactos en un imponente despacho decorado en cuero y madera, al que se accedía desde una escalinata de mármol y en el que cada día, desde el alba hasta el crepúsculo, una luz desbordante, que penetraba por un enorme ventanal, iluminaba,

cubiertos de polvo, todos y cada uno de aquellos objetos, que, como pedacitos de vida, configuraban la historia de ese hombre ejemplar y querido. Así, la imagen de su padre era la de un hombre sensato, asequible, bondadoso, trabajador incansable con clara vocación de servicio a los demás, siempre dispuesto a atender de buen talante las infinitas consultas que le eran requeridas a cualquier hora cualquier día de la semana. Era inteligente, estudioso, educado, leal y adoraba a su familia, su prioridad absoluta, a la que intentaba dedicar todo el tiempo que la Medicina le permitía, por lo que, en vez de aceptar importantes ofertas que le hubieran reportado un gran prestigio profesional a costa de sacrificar exageradamente su vida personal, había optado por una línea de trabajo más discreta, de menos relumbrón donde podía compaginar el estar cerca de los suyos con una excelente labor de asistencia médica a un número creciente de pacientes, puesto que su amabilidad, su honradez y su buen hacer eran de dominio público, siendo el cariño de sus enfermos la mejor publicidad. Este hombre, carismático y respetado en todos los ambientes, que había dedicado gran parte de su vida a cuidar los corazones de los demás, paradójicamente, había fallecido de forma sorprendente por no hacer caso del suyo. También Marcos siempre se había sentido cerca de su padre, quien, desde donde estuviera, probablemente cuidaría de él cada día, marcándole las directrices sobre las que edificaría su propia vida, de forma que creía que todo lo que hacía, sentía o pensaba, inconscientemente, estaba influenciado por él. Por eso, aunque siempre había vivido un ambiente de toros y campo por la vía materna, jamás se planteó hacer nada que no fuera estudiar Medicina, posiblemente como tributo a la figura de su progenitor. De hecho, siempre había obtenido buenas calificaciones, y a medida que avanzaban los cursos, cada vez se implicaba más en sus estudios, en los que, cuanto más profundizaba, más aumentaba su curiosidad. Así, llevaba una vida organizada y tranquila, donde sus objetivo, aparte de ser feliz, era exprimir al máximo cada minuto de su tiempo; y si la Medicina centraba su vida, también lo hacían los toros. Cuando disponía de algún tiempo libre o se encontraba en alguno de sus momentos bajos, instintivamente se desplazaba hacia la finca familiar, donde, acostumbraba a enfocar sus vicisitudes desde otra perspectiva, que por alguna razón que desconocía, solía ser bastante más optimista. La finca, situada en las faldas de la sierra salmantina, era una inmensa dehesa donde, entre encinas y robles, se criaban cada 33

año unos 120 toros de entre uno y cuatro años, de lámina espectacular, que se lidiaba por distintos puntos de la geografía española. La ganadería atravesaba un momento excelente, puesto que había logrado aunar una buena presencia, bravura, fuerza y movilidad para complacer a los aficionados más exigentes y nobleza y bondad para ser del gusto de las figuras del toreo coetáneas. Como es de suponer, la época más esplendorosa en el campo solía coincidir con el final del invierno-inicio de la primavera, cuando al caer la tarde, el sol brillaba de un naranja encendido en un cielo que se tornaba malva-rosa, contrastando con el verde intenso de los árboles y la hierba, salpicada ésta de pelotones de florecillas lilas, blancas y rojas. Los charcos, cubiertos de carámbano, emitían lustrosos destellos, tintineando suavemente cuando la grava caía sobre ellos. Además, cada día, un tumulto de actividades de distinta índole predecían la llegada de la oscuridad, la luna y las estrellas: la mujer del mayoral salía con dos herradas llenas de trigo y cientos de gallinas, algunas de ellas seguidas por sus polluelos, que de repente parecían emerger por todas partes, entre los arbustos, zarceras, zanjas, piedras, matorrales… acudían corriendo, cacareando de forma casi estrepitosa y balanceándose torpemente a la llamada de la mujer, quien así conseguía recogerlas durante la noche y protegerlas de los ataques de los zorros; las ovejas balaban estremecidas, agolpándose entre ellas para darse calor junto a uno de los lados de la corraliza, percibiéndose el rebaño como una masa compacta de límites netos que aparentemente no podía dividirse en unidades; los balidos, entremezclados con los ladridos de los perros del pastor formaban un guirigay que irrumpía de forma estruendosa en la despaciosa caída de la tarde; los cebones, aparentemente indiferentes a cuanto sucedía alrededor, permanecían acostados, intentando conciliar el sueño, apiñados entre ellos y refugiados por las zarceras y la pared. Los becerritos recién paridos mugían dulcemente mientras intentaban paliar el frío y el hambre buscando la leche entre las patas de sus madres, las cuales, aguantaban estoicamente las bajas temperaturas y los pellizcos en las ubres. Pero sobre esta acuarela de imágenes, sonidos y colores, dominaba el barruntar estremecedor de cuarenta toros, en ocasiones sumado al aullido de los lobos. Todo este espectáculo había de estas últimas horas de luz las favoritas de Marcos, en las que realizaba una especie de revisión general de los animales, especialmente del ganado bravo. Poco a poco, se había ido adaptando e integrando en la vida del campo y la ganadería, participando tanto en las actividades un poco más extraordinarias como herraderos, tentaderos, encierros y embarques de las reses así como desplazamientos para comprobar el juego de sus toros y novillos por las distintas plazas como en los quehaceres diarios, no menos importantes. Así, Marcos con su afición, ilusión y su carácter trabajador innato, lentamente se había ido convirtiendo en indispensable en el correcto funcionamiento de la explotación, así como en la persona de absoluta confianza de su abuelo, dueño de la misma, quien perspicazmente y con no menos orgullo, había conseguido sumar su sabiduría y experiencia en estos menesteres a las innegables cualidades y aptitudes de su nieto, cuyas opiniones

escuchaba atentamente concediéndoles de forma progresiva mayor importancia a la hora de tomar decisiones. Sin embargo, desde que Marcos obtuviera la Licenciatura y con su inminente incorporación al mundo laboral a la vista, paulatinamente y sin saber por qué, veía cómo su ilusión no tan lejana por ejercer la Medicina en la misma especialidad en la que con anterioridad brillaba su padre, ahora se desvanecía. En realidad, la idea de que ese tipo de vida, con importantes sacrificios en el terreno personal, que en ocasiones no podría separar del profesional y que requería tanto esfuerzo, constancia, generosidad y altruismo para ser un digno sucesor de su padre había ido instaurándose sigilosamente en su cabeza; inicialmente como algo aislado, ocasional que cuando acudía a su mente lo sorprendía, pudiendo llegar a sobresaltarlo pero que él separaba de sus devaneos sin concederle apenas importancia y que en los últimos días había permanecido inmóvil en su cabeza, dominando todos y cada uno de sus pensamientos e incluso sus sueños. Así, el deseo que mantuviera albergado durante tantos años de ser un buen médico que enorgulleciera a su padre y que en tantas ocasiones en que la nostalgia le invadía le había dado fuerzas para continuar adelante, ahora parecía haberse vuelto contra él y le torturaba las entrañas. Se debatía a cada minuto entre dos caminos, uno el que siempre había planeado y del que nunca hubiera imaginado que en algún momento osara separarse, aquél que creía que su padre habría trazado para él prácticamente desde el día en que nació y que habría de seguir a pies juntillas y con los ojos cerrados de una forma natural, espontánea, aunque sólo fuera por ósmosis, teniendo presente a cada paso ese hombre a quien tanto había añorado y admirado, y que seguramente le hubiera diseñado ese futuro de horizontes invisibles con toda la ilusión y con los mejores deseos de un padre para con su hijo. El otro camino que se mostraba ante él era el camino de la libertad, que parecía que transcurría hacia el infinito, pero para acceder a él, tenía que abrir la gran puerta del miedo al fracaso, del riesgo y tomar decisiones respecto a al propia existencia que quizá no sean lo que desean los demás. Al abrirse esa puerta con la llave de la valentía y la esperanza, aparece un sendero que conduce a una vida fascinante, construida por cada uno y donde a pesar de las equivocaciones y los desencantos, el esfuerzo personal aderezado con algunas gotas de suerte hace que realmente merezca la pena luchar por aquello en lo que uno cree. Durante el paseo en esa mañana invernal, por fin Marcos con el temple y la firmeza propias de un maestro, logró torear al natural la situación que lo había mantenido en vilo y resolverla con una estocada en el hoyo de las agujas: con el convencimiento de que se dedicaría a criar toros bravos y de que prefería arrepentirse de algo que había hecho que de algo que no había hecho, se sentía como un torero grande y pundonoroso que lidiaba un toro chiquitito, chiquitito, el de la indecisión y la cobardía. Desde el cielo, como si de una faena histórica y memorable se tratase, aplaudía alguien que lo único que anhelaba era que su hijo fuera feliz... 

“Desde el cielo aplaudía alguien que lo único que anhelaba era que su hijo fuera feliz”

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creación literaria poesía

POEMA 153

EL ALBA RENACIDA En la veleta el gallo Y con el gallo el aire.

No llega

Occidente hecho aurora en su estandarte. En la urdimbre de encaje De su rosada blonda de arenisca, Esconde el Santuario su tesoro Y espera el sortilegio Que aflore su inmortal y nueva luz.

Recuerdo a un muchacho sucio pidiendo con un cartel analfabético. Aún le veo como recuerdo y veo aquel otro enmarañado en cables que le sujetan a una vida ficticia.

Hiere la torre al río, Alas besan la margen. Corceles andaluces De casos transparentes Y rutilantes crines, El Templo de la Fama posesionan Y con el fuego sacro desde el púlpito Destruyen la barbarie sin piedad.

No llega el momento No llega y no relato lo que no veo

Afilados carámbanos La madrugada invaden.

Recuerdo cuevas que todavía existen donde se hacinaban gente esperando

Arribará la Pascua, Se inmolará el cordero Y su sangre el Pontífice, Entre pechos de cardos anegados Y alegres amapolas humanísticas, La ofrendará como primicia al sol.

No llega el cambio No llega

A la rosada ofrecen Mieles los encinares.

y no hablo de guerras que no he visto ni de epidemias ni riadas ni de endémicos males que no he visto

Se cumplió el tiempo, Se enciende el alba. La gran metamorfosis sube el muro. No hay ya mordaza para la libertad. Abrió el ungido el Tabernáculo Y a medio mundo regaló la voz.

No llega y no llega el profeta no llega dios

La blonda huele a sándalo, Se sonrojó el encaje.

Permanezcamos ciegos mudos sordos monos de la humanidad

Devuelve el gran espejo la palabra, Jaguar al mismo tiempo y colibrí Desandando del sol el caminar Y esculpe con fervor El aire que tapiza A tu bermeja piedra, Salamanca. La esencia sobre el fuego Y en el candor la sangre.

Rafael MATEOS.

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José Manuel SANTALLA

taurología

Por Javier VIEJO

Para una antropología del toreo (XII) El toro y la naturaleza según los poetas raer a estas líneas una exposición completa del lirismo que el toro y la naturaleza evocan en los poetas desborda claramente el intento aquí trazado y el objetivo propuesto. Por ello sólo se tratará brevemente al toro situado en la naturaleza atendiendo a dos vertientes, a la naturaleza como tal, vista sin aridez o con ella, y a la vegetación de los campos para finalmente escuchar una identificación lírica del toro y de la naturaleza. Max Aub nos hace ver “el toro plantado en el cerro”1 y Alberti al “negro toro corneándole al agua sus paisajes”2. Juan Soca canta al toro que camina: “Por los yermos caminos, los agrestes parajes, / bajo el sol imperioso de su indómito fuero, / a los vientos tendidas sus melenas salvajes,/ ... / Por los largos caminos, los agrestes parajes,/ tendidas a los vientos sus melenas salvajes”3. Ese toro, en fin, que se siente humilde cerca de un árbol4. El toro que canta H. de Montherlant se pregunta: “¿Dónde están... / las selvas inmensas donde nos resguardábamos en invierno / ... /, nuestras selvas invioladas, tibias y silenciosas...”?5. Gerardo Diego nos cuenta además cómo los toros “ya vienen galopando por la vega / ... /. Vienen desde los prados y las rocas /... /. Por el verde clarísimo de la mesta corre la sombra negra de los toros”6. Pedro Clotet nos ha cantado la libertad del toro: “Ya el toro, entre cristales de colores, / vitrina de su cándido albedrío, / bebe campos en flor, sin flor ni río, / donde esponjar sus jóvenes ardores / ... / Praderas ante él, praderas frías, / esculpidas en burla de dominio”7. Y, cuando el toro se encuentra en los chiqueros, A. de Foxá exclama: “Qué perfume de dehesas en el toro cegado / del toril con su noche a una plaza sin velas”8. Para Ángel Crespo el toro de la prisa, toro o prisa, “... sobre la arena, / junto al sauce tendido, / dormitaba / y los pasos / nos fue siguiendo siempre...”9. Juan Diéguez pone al toro en flora más abundante y fauna sonora: “ “El ganado matiza el verde césped; / Las montañas atronando

T

brama el toro; / su voz, los ecos... / de monte en monte repitiendo van; / ... / saltan los becerrillos por los prados.../. Hincha el viento la orquesta de los tordos, / silba la codorniz, canta el triguero, / y a las nubes saluda el clarinero ( esponjando el plumaje turquí”)10. Los poetas no ven sólo al toro rodeado de la naturaleza; lo contemplan además el sol y la luna11. Pero no es sólo el toro que está en la naturaleza12 el toro que ven los poetas. Sus versos lo comparan y hasta poéticamente lo identifican con esa naturaleza misma. Ya Nicolás F. Moratín compara al toro con el peñasco del Cáucaso: “Jamás peñasco tremendo / del Cáucaso cavernoso / se desgaja, estrago haciendo / ... / como el bruto se abalanza / con terrible ligereza”13. Y cuando el semental cubre a la cava el toro le parece a Salvador Rueda un monte: “ La alcanza poderoso, se eleva como un monte” y ve a las mismas vacas “con la serena majestad de montes, / que anduviesen errantes...”14. Felipe Cortines Murube vuelve a ver al toro como roca: “Se derrumbó su mole gigante / como en el mar derrumbase una roca”15. Vicente Aleixandre, antes de situar al toro en el campo, nos dice: “Un momento mi cola mueve un viento de hierbas”16. Los poetas identifican también con sus imágenes al toro con la naturaleza. Así lo hace G. Celaya: “Muerto, / entre banderas, / tú, toro de tierra”17. Para Góngora el toro es piedra escamada: “ Rindiose al fin la bestia, y las almenas / de las sublimes rocas salpicando, / las peñas embistió peña escamada”18. Para Dámaso Alonso el toro es además árbol, torrente y ciclón: “Árbol de pulpa roja, arrebatado / ... / árbol, cual yo / torrente despeñado, /... / ¡Oh ciclón de mi propio torbellino”19. Un claro ejemplo de identificación parcial del toro con la naturaleza nos lo dan Villalón, cuando habla de “las testas arboladas”, y de forma más clara el poeta aragonés José Tafalla: “Porque no ignoren las Fieras / los bosques donde se crían, / selvas de

R ., I, p. 427, 16., 2 R., I, 423, 16. R., I, 409, 1-3. 29s. José Hernández, canta en su Martín Fierro un toro, manso esta vez, que dice “para mí la tierra es chica / y pudiera ser mayor./ Ni la víbora me pica / ni quema mi frente el sol”: R., I, 198, 22-24. 4 R., II, 19, 17., 5 R., I, 363, 25. 29s., 6 R., I, 361,, 1.3.9s., 7 R., 418, 24-27. 419, 17s. 8 R., I, 442, 27s. M. A. Asturias, en su Toro-Tumbo, observa el “baile de montañas, árboles y gentes verdes..., vegetación andante a la que se mezclaban toros de cornamenta de oro”: R., I, 397, 26-29. 9 R., II, 195, 10-14. 10 R., I, 183, 9-12. 14. 17-20. Y Ángel García López, con cierto dejo de dolor y pena, nos hace ver unos toros oscuros cruzando “sin tregua desde el monte a los valles los trenos milenarios de amenaza y tristeza... Y en la res andaluza el grito de la sangre hace arder inocente sus paisajes de duelo”, R., II, 312, 17-20. 11 R., I, 194, 18.21: “... El toro / que allí ves, el Rouan, que trabaja / bajo la vigilancia del sol y de la luna, / justamente entre medias de los dos”. 12 Tan insertado en la naturaleza está el toro que Juan Ugart se siente obligado a pre1 3

pinos plantaban / sobre sus testas erguidas”20. Con identificación parecida, aunque menos explícita, procede Adriano del Valle: “ El clarín sobre la plaza /.../ El toro. (La zarzamora, los adelfares del río. / La dehesa. El pasturaje...)”21. Y Agustín de Foxá, en su poema “A Manolete”, insiste: “Ríos de sangre se encrespan en los prados / e instintos milenarios para que tú los venzas”22. Carmen Conde expresa la identidad poética del toro con la naturaleza de forma aún más clara: “Porque tú eres lo que comes, pisas, ves ante ti, / y también el viento que te enrosca collares de bramidos. / Una hierba gigante, un arroyo entre guijas, / y la montaña áspera que a Tablada la asienta”. Irá más lejos aún diciendo “Eres la simiente espesa que germinan los muertos y llega a afirmar: “Lo que un toro tiene es la sangre del mundo”. No se conforma con decir “cuando la tierra brota en ti, tú te la llevas / sentada entre tus lomos, tierra hembra raptada/ y para que no haya duda alguna dice: “Toro mejor que tierra, porque ya está en el toro”23. El toro es, pues, para Carmen Carmen Conde los cuatro elementos de la naturaleza pues en él pone la tierra, el aire, el fuego y el agua, como hacía alguno de los antiguos filósofos griegos; y además añade otro elemento, la sangre; el toro, dice, tiene toda la sangre del mundo24. ¿Quiere todo esto decir que Carmen Conde atribuye al toro alguno de los atributos que para los antiguos tenía la sangre?25. Y para terminar sugerir unas preguntas: ¿Por qué se da esta convergencia fundamental de imágenes cuando los poetas hablan en sus versos del toro? ¿Por qué esta coincidencia transciende las escuelas poéticas, las épocas de la historia? ¿Será que en este como en otros temas poéticos se impone el poder de las imágenes y de los métodos poéticos para “vincularse por encima de las contradicciones naturales, de los elementos inconciliables, de los estamentos socialmente tabicados y de las segregaciones de la historia”?26 

guntarse: “ ¿Qué toro cortan los campos / lanceando remolinos”? : R., II, 69, 9s. 13 R., I, 146, 28-30, 147, 1s., 14 R., I, 224, 9. 26s., 15 R. I, 307, 5s. 16 R., I, 387, 4. Ibid, 387, 5-9: “Al fondo de las marismas la voz, el olmo, el río. / Las nubes ligerísimas sobre la fronda virgen. / Sólo el viento en las hojas como un beso pulsándolas, / mientras el toro negro recibe el sol penúltimo. / Campo, campo...” 17 R., II, 52, 1s. 4s. 0., 18 R., I, 72, 10-12., 19 R., I 389, 13.16.18. 20 R. I, 298, 3 y R, I, 122, 17-20., 21 R., I 344, 15. 17-19., 22 R., I, 442, 23s. 23 R., I, 17, 1-4, 19, 9-11. 25. 33. En términos parecidos de identidad con la naturaleza se expresa J. Alfredo Egea: “Tu sangre es necesario que nos riegue esta tierra / para que permanezca su viril calentura /... / Tú cumples la magnífica ley de los vegetales y animales...”, R., II, 198, 27. 2 1, 11s. 24 R, II, 19, 25: “Lo que un toro tiene es la sangre del mundo”. 25 Véase, por ejemplo, G. Van der LEEUW, La religión..., pp. 241ss. 274ss. 26 DURAND, G., Les structures anthropomorphiques de l‘ imaginaire, Paris, Dunod, 1969, p. 55.

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Debo recordar que toda obra literaria es histórica y autobiográfica al mismo tiempo… —————————————————Nada nace de la nada y todo tiene una larga gestación, ajena a la voluntad de los creadores y previa al proceso de sus obras. Por supuesto, que la autobiografía es algo más profundo que el reflejo del anecdotario individual y que el contenido de la memoria biográfica, porque el lenguaje es la versión de nuestra vida en palabras. Luciano G. Egido El País, 20-7-2005

Arte siempre Arte

Mi encuentro con González Egido Por Miguel FERRER

Todo lo que se puede expresar poéticamente, musicalmente, plástica o literariamente es arte.

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esde hace largo tiempo lleva rondándome por la cabeza el escribir este artículo para publicarlo en la página de arte que creé en nuestra revista médica. Por fin he podido hacerlo después de vencer tres obstáculos que me parecían infranqueables: vencer la timidez para describir una anécdota en la que yo soy coprotagonista, el temor de que mi genético barroquismo andaluz pudiese oscurecer y estropear el bellísimo momento que deseo relatar, y tener la osadía de malparodiar y reproducir la corta y bellísima creación literaria del gran escritor que es Luciano González Egido al redactar su anécdota. No sé por qué razón psicológica he logrado hacerlo. Quizá haya contribuido a ello un cierto envalentonamiento al leer el texto que valora la descripción anecdótica en el magnífico artículo publicado recientemente con motivo del año cervantino y con cuyos primeros párrafos hago presidir y adornar este trabajo. Al final de un frío día de marzo y visitando una mala exposición de pintura en el Palacio de Congresos, me saludó el profesor Rodríguez de la Flor, que venía acompañado de un señor de edad algo avanzada y al que se le notaba un cierto cansancio. Me lo presentó y era nada menos que don Luciano G. Egido al que había acompañado a Valladolid ese mismo día para recoger la medalla del Premio de la Crítica Literaria. Uno que tiene el defecto de ser un lector compulsivo y empedernido había descubierto en la madurez los libros de don Luciano y, deslumbrado por su mundo literario ha leído casi toda su obra, ha participado y sentido el agonismo unamuniano, tan bien descrito por él, vivido la invasión francesa de nuestra tierra y gozado de las descripciones de nuestra vida rural y las bellezas de nuestro paisaje mesetario, el cambio de sus estaciones y luces y las miserias y dichas de sus habitantes. Tenía fresco lo último leído Los cuentos del leja-

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Paisaje. Martínez Novillo. Colección Ferrer Blanco.

no oeste, que ha sido mucho tiempo mi libro de cabecera, releído varias veces, pues más que cuentos cortos creo que encierra un pequeño tratado de filosofía y que siendo prosa debe leerse con la misma situación espiritual que si se tratase de la poesía de San Juan de la Cruz, de Jorge Guillén o de Valente. También le comenté que al mostrarle a mi hijo – traumatólogo y oncólogo óseomi entusiasmo por su obra escrita ya en la madurez, me dijo que él también lo había leído todo entero y que precisamente su novela La fatiga del sol le había marcado tanto que se veía retratado en todos los detalles que él había ido expe-

rimentando al proyectar, construir y vivir su casa de vacaciones y descanso que se hizo “en el culo del mundo” como dice uno de sus personajes, en un pueblo de la Moraña abulense para descansar de su trajín hospitalario madrileño. El escritor sufrió en silencio mis pedantes elogios ya que en el momento sentía gran emoción al conocer a un hombre que tanto admiraba. Después de un pequeño silencio me dio las gracias por todo mi entusiasmo y empezó a hablar lenta, reposadamente, con voz clara, acariciadora, haciendo de vez en cuando pequeños silencios que paradójicamente se convertían en sono-

ros al injertar en su relato esas bellísimas, definidoras y arcaicas palabras que con gran suavidad iba extrayendo de su pozo lleno de saberes filológicos para injertarlas y potenciarlas como habitualmente hace en su literatura tan personalísimamente castellana. El profesor Rodríguez de la Flor y yo le oíamos emocionados y guardábamos un religioso silencio. Era un momento mágico el que los tres vivíamos. No se trataba del verba volant, era ver cómo en el aire iba quedando escrito un verdadero trozo literario de la máxima calidad. Es muy difícil recordar bien y reproducir su oración, pero –otra vez la osadíavoy a intentarlo. «Pues verá… yo también le voy a contar a usted una anécdota. Mire… cuando yo era pequeño, casi un crío, me llevaba la familia todos los veranos a La Toja, donde hay unas aguas que dicen que son muy buenas para la piel y yo debía usarlas. A los pocos días de estar allí empezó a dolerme mucho la barriga y me puse muy malo, con vómitos, grandes dolores de tripa y tuvieron que llamar al médico del balneario. Vino, me vio y dijo a la familia que estaba muy mal y aconsejó que nos viniéramos a Salamanca. Llamaron a un taxi, unos hombres me cogieron en brazos y me metieron en el coche y salimos para Salamanca. ¡Qué viaje más malo! ¡Qué lejos estaba Salamanca y qué dolores de tripa al botar en cada bache porque la carretera entonces era malísima! Por fin llegamos a Salamanca y me acostaron en mi cama. Cuando ya fue de día llamaron al médico de la familia, que me vio, tocó la barriga y dijo: “este chico está muy mal y deben llevarlo rápidamente al Hospital”. Vinieron dos hombres con unas parihuelas y en otro taxi me llevaron a un hospital que ya no existe (Hospital Provincial y Clínico) y allí le dieron a la familia que me tenían que operar rápidamente, y a mí también me lo advirtieron. Luego, en otras parihuelas me llevaron a la sala de operaciones. Con el miedo que yo tenía a los médicos… ya se puede suponer lo que pasé. Me operaron y a los pocos días, cuando ya me encontraba mejor y me daban algo de comer, le pregunté a la familia qué me habían hecho y me dijeron que me habían operado porque tenía pus en el vientre. Pregunté quién me había operado y me dijeron que había sido un cirujano muy joven que acababa de llegar de su viaje de bodas hacía unos días. Pregunté cómo se llamaba ese médico y me dijeron que Miguel Ferrer». No pude reprimir el abrazo y decirle que me sentía muy feliz al contribuir a que en España existiese en el futuro otro gran literato salmantino. Hasta aquí, la torpe manera de describir la belleza de su relato. Yo creo sentir plásticamente el paisaje de nuestra Castilla, y cómo se ha valorado a través de artistas como Palencia, Carretero o Caneja y la llamada Escuela de Vallecas, y literariamente lo he admirado y sentido con Baroja y su Camino de perfección, con Ortega en Notas cuando al descender

de Asturias descubre la geometría euclidiana de la meseta con sus líneas rectas, pues en Castilla no hay curvas, la vertical que es el chopo, la horizontal el galgo y la inclinada el hombre apoyado sobre el arado. El cielo de España está muy alto, muy lejos de España, como dice Waldo Frank en su Virgin Spain, pero este suelo mesetario anhela la luz pura y limpia y para iluminarse con ella se ha elevado ochocientos metros y se ha expuesto a una endiablada meteorología, dura y tenaz, que lo somete desde temperaturas abrasadoras hasta fríos casi glaciales y la azotan constantemente unos fuertes vientos, que en pocas ocasiones son ábregos, haciendo que todo ello casi la desertice y modele un paisaje ascético, elemental, que también posee una original y auténtica belleza, de “mar de cuero”, lo definió Neruda. Este paisaje elemental y bellísimo en su aridez ha sido magistralmente descrito en su obra por nuestro literato Gonzá-

lez Egido, así como la vida, dichas, penas y circunstancias existenciales de sus moradores. Es consolador que los médicos, cuando ya nos jubilamos y tenemos tiempo para pasear como insistentemente nos recuerda nuestro cardiólogo, tropecemos a cada momento con personas que guardan de nosotros cariñosos y emocionados recuerdos por nuestra actuación ejerciendo esta bella, dura, maravillosa y hasta heroica profesión y que nos sirven de lenitivo para remontar nuestra vejez. No es necesario firmar este artículo, del que soy coprotagonista, pero sí quiero fecharlo ya que lo acabo el 17 de septiembre de 2005, día de mi 90 cumpleaños. Quiero pedir a don Luciano indulgencia plenaria por mi osadía. He empleado tres veces esta odiada palabra. Quizá goce flagelándome con ella, y demostrar mi impericia parodiando algún mal verso asturiano: ¡Quién supiera escribir! 

Paisaje. Martínez Novillo. Colección Ferrer Blanco.

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la herida luminosa

Por Juan Antonio PÉREZ MILLÁN y Ernesto PÉREZ MORÁN

El doctor Frankenstein y su monstruo (que es el nuestro) Según el mito clásico, un titán de nombre Prometeo fue el artífice de los primeros seres humanos, y al robar a Zeus el fuego eterno con el que crear la vida desató la ira de éste. Mucho tiempo después, una joven de diecinueve años, ayudada por su pareja –el famoso poeta Percy B. Shelley–, rescató la leyenda y la convirtió en una de las obras literarias más llamativas del siglo XIX. Su título es «Frankenstein», y la versión cinematográfica más conocida, la dirigida por James Whale en 1931, traducida en España como El doctor Frankenstein.

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arece que el origen de la novela de Mary Shelley estuvo en una lluviosa noche de junio de 1816, en la que la pareja y tres invitados, entre los que se encontraba Lord Byron, organizaron un curioso juego. Cada uno debía contar una historia de terror, y a la joven Mary se le ocurrió el relato de un estudiante –no un doctor– que lograba dotar de vida a una criatura inerte. El narrador empieza siendo Walton, un marinero que se encuentra con Victor Frankenstein en su persecución del monstruo resultante. Tras un comienzo en forma epistolar, recurso muy de moda en el siglo XVIII, será después el propio Victor quien cuente –a Walton y al lector– su escalofriante peripecia. Al margen de las diferencias existentes entre las dos ediciones de la novela (1818 y 1831), cabe señalar como elementos principales el tema de la creación, tratado por la autora desde su convencido ateísmo; la figura del doble, como clara manifestación romántica que conecta Frankenstein con autores como Maupassant o con las corrientes expresionistas; la del monstruo, con el que la escritora nos permite identificarnos cuando es él quien narra en primera persona su triste historia, que es la de alguien bueno convertido en un ser cruel por el rechazo de los demás y que toma conciencia de sí mismo a través de furtivas lecturas de Milton, Goethe o Plutarco; y, finalmente, el personaje central: un estudiante aplicado, apasionado lector de filosofía y ciencias, que se debate constantemente entre la razón y la pasión. Un creador que debe pagar por haberse atrevido a jugar a ser Dios, valiéndose de la ciencia, y un hombre, en definitiva, culpable. Porque en la novela, el peso de las desgracias que ocurren recae sobre la sociedad, que, rechazando al monstruo por el hecho de ser diferente, le obliga a convertirse en una criatura sólo capaz de odiar. Una metáfora que quizá conviniera rescatar ahora para explicar algunos aspectos de la convulsa época en que vivimos. Pero aquí tiene más interés comparar esos dos personajes con lo que de ellos

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ha hecho el cine a lo largo de su historia. En 1931, los Estudios Universal recurrieron a un relato del que ya se habían realizado, en los treinta primeros años del cinematógrafo, hasta tres versiones diferentes. Esta productora iba a tener en el Drácula de Bram Stoker y en la creación de Mary Shelley las puntas de lanza de una década hegemónica y de un subgénero que se conocerá después como “el cine de terror de la Universal”, al que seguirán “el cine de monstruos de la RKO” y el reinado, algo menos rutilante, de la productora británica Hammer, que volverá a desenterrar tan terroríficas figuras en los años cincuenta. Pero a comienzos de los treinta, en los primeros escarceos del cine sonoro, el monstruo de Frankenstein asustaba, y de qué manera, a los espectadores. Una presencia imponente, vestida de negro, con grandes ojeras y tornillos en el cuello, que se limitaba a balbucir pero que podía emocionarse ante la belleza de las flores, dejando para la posteridad una de las escenas

más trágicamente bellas jamás filmadas: aquélla en la que se encuentra con una niña, a la que acaba ahogando sin maldad, por pura ignorancia, y que muchos años después recuperaría en tono de homenaje Víctor Erice en su impecable El espíritu de la colmena (1973). Aparte de esa escondida humanidad, poco tiene que ver el monstruo de Frankenstein en celuloide con su referente literario. La razón de las diferencias puede residir en que el guión cinematográfico no partía de la novela, sino de varias de las adaptaciones teatrales que se habían hecho de ella. Así, el monstruo ve cambiada su fisonomía, hasta hacer irreconocible al actor que se encuentre bajo la máscara –razón por la que Bela Lugosi, por entonces celebérrima imagen de Drácula, rechazó el papel, que iría a parar a Boris Karloff– y se le niega la capacidad de

la herida luminosa

Un médico audaz en una sociedad que sigue convirtiendo en bestias salvajes a aquéllos a los que desprecia hablar, que era uno de los grandes atractivos de la obra literaria, donde esa víctima inocente de la vanidad ajena desgranaba largamente sus cuitas en primera persona. Porque, para Shelley, la culpa de la situación era, antes que del estudiante Victor Frankenstein –osado joven metido a demiurgo que recibía como castigo la pérdida de todos sus seres queridos–, de la sociedad, que convierte a los hombres “extraños” en criaturas malvadas. En el filme de Whale, la figura del ahora médico se ve notablemente despojada de los ropajes psicológicos de los que hacía gala en el texto, y se añaden unos pasajes que, curiosamente, son los que han pasado a ocupar un lugar propio en nuestra memoria. Nadie encontrará en la novela la escena –espléndidamente planificada– de la creación del monstruo en una noche de tormenta; ni la de la conferencia del doctor Waldman, en la que explica las diferencias entre el cerebro de una persona honrada y el de un delincuente –“la escasez de circunvoluciones en el lóbulo frontal y la marcada degeneración del lóbulo frontal central, en el caso del cerebro enfermo”–, que introduce en el relato unas connotaciones cuando menos discutibles. El guión incorpora también el

personaje de Fritz, sirviente del doctor y sobre el que recae la crueldad que en la creación original de Shelley mostraba el estudiante Frankenstein, en lo que no es más que un burdo recurso para que los espectadores se identifiquen sin ambages con el doctor. Ese ayudante se encarga de robar un cerebro, pero se equivoca y sustrae el de un malhechor, lo que añade una dimensión maniquea y desvirtúa por completo el discurso. El doctor Frankenstein es sin duda una película importante –que Whale prolongaría cuatro años más tarde, a instancias de la Universal, con La novia de Frankenstein (1935)–, pero pocas veces en los más de cien años de historia del cine se habrá asistido a un mayor ejercicio de simplificación de dos personajes que daban para mucho más. La puerilidad de los grandes Estudios hizo del clásico de Shelley una mera historia de buenos y malos, salvada por la forma extraordinaria en que está rodada. Audaces movimientos de cámara a lo largo de las trece secuencias que componen el largometraje, una puesta en escena típicamente expresionista, con iluminaciones directas y el siempre sugerente juego de sombras, unos escenarios desnivelados e inquietantes y varias escenas memorables han convertido El doctor Frankenstein en una obra de referencia, a la altura de otros hitos cinematográficos anteriores que giraban sobre el mismo tema, como El Golem (1920), de Paul Wegener, o Metrópolis (1926), de Fritz Lang, en la que el robot que suplanta a María funciona de forma muy parecida al monstruo de Frankenstein. Creación y creador, monstruo y doctor, acaban literalmente quemados en una hoguera simbólica –atención a los tres planos del molino en el que perecen los dos, ejemplo perfecto del virtuosismo del director James Whale–, el uno por los crímenes cometidos, y el otro por haberse atrevido a jugar a ser Dios. Un médico audaz en una sociedad que –hoy como entonces, si no más–, sigue convirtiendo en bestias salvajes a aquéllos a los que desprecia, para después castigarlos y lavar así su conciencia. 

Título original: «Frankenstein». Dirección: James Whale. Guión: Robert Florey, Garret Fort y Francis Edwards Faragoh. Fotografía: Arthur Edeson, en blanco y negro. Montaje: Clarence Kolster. Música: David Broekman. Intérpretes: Boris Karloff (el monstruo, Colin Clive (doctor Frankestein), Mae Clarke (elizabeth), John Boles (Victor Moritz), Edward van Sloan doctor Waldman), Dwight Frye (Fritz). Producción: Carl Laemmle Jr. para Universal Pictures (Estados Unidos, 1931). Duración: 71 minutos.

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