Unidades intermedias y párrafos en la construcción del discurso y el texto. Joaquín Garrido

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Unidades intermedias y párrafos en la construcción del discurso y el texto Joaquín Garrido Garrido, Joaquín. 2015. Unidades intermedias y párrafos en la construcción del discurso y el texto. En "Pragmática, discurso y norma", Inés Carrasco Cantos y Sara Robles Á vila (coord.), Madrid, A rco Libros, 133-149.

Resumen La gestión de temas de discurso, y la integración de los correspondientes marcos o estructuras de datos de manera recursiva, tienen lugar en la construcción del discurso según procedimientos que dan lugar a una estructura de constituyentes del discurso análoga a la estructura de constituyentes que se da en el interior de la oración. Se comprueba así la hipótesis de que los procedimientos que se emplean para construir los párrafos, marcando sus inicios, son en realidad parte de los recursos de construcción de las unidades de discurso intermedias. Efectivamente, los límites entre estas unidades discursivas son lugares posibles de delimitación entre párrafos. Se explica así que los hablantes seamos capaces como escritores de establecer diferentes ordenaciones en párrafos de un mismo segmento, y que también podamos valorar su acierto o desacierto, que según la hipótesis consiste en la coincidencia o no de los párrafos con los límites entre unidades discursivas intermedias. Palabras clave: unidad intermedia, estructura de constituyentes del discurso, gestión de temas de discurso, construcción del discurso, marco, párrafo.

Índice 1. Introducción 1 2. Unidades de discurso complejas 2 3. Constituyentes del discurso 4 4. Representación del discurso 5 5. Recursos de construcción de unidades complejas y párrafos 6 6. Conclusión 11 Bibliografía 11

1. Introducción Como observa Girón (2015) mencionando a Cortés (2014a) y Pons (2014), la segmentación lingüística del discurso se lleva a cabo con diferentes métodos y modelos. En el enfoque de la construcción del discurso, partimos de que las unidades del discurso son oraciones en uso unidas entre sí por relaciones que las estructuran como tales unidades. Hay una tradición de estudiar estas relaciones como relaciones de coherencia, relaciones de la estructura retórica y, más generalmente, como relaciones de discurso. En la construcción del discurso y su integración en la unidad superior del texto, entre el propio texto como unidad d e m áximo nivel y las unidades de discurso elementales, las oraciones, hay unas unidades discursivas intermedias. Estas unidades a primera vista se parecen 1

a los párrafos de la comunicación escrita, ya que cada una representa un tema de discurso, y tradicionalmente se dice que en un escrito cada párrafo expresa una idea distinta. Sin embargo, como señala Girón (2015), no siempre coinciden las unidades discursivas y los párrafos, aunque los procedimientos empleados para marcar sus fronteras coincidan. La hipótesis propuesta en estas páginas es que los procedimientos que se emplean para construir los párrafos, marcando sus inicios, estudiados por Martínez Caro (2014) y analizados por Girón (2015) tanto en inicios como en cierres de las unidadades discursivas, en su interacción con las tradiciones textuales que caracterizan diferentes géneros, son en realidad parte / de los procedimientos de construcción de las unidades de discurso intermedias, cuyas marcas de inicio han sido analizadas por Duque (2014). La consecuencia de la hipótesis es que los límites entre estas unidades serán lugares apropiados para establecer en ellos fronteras entre párrafos. La distinción entre unidades discursivas y párrafos se fundamentAe en la diferencia entre texto y discurso. El texto es una unidad de comunicación lingüística que tiene lugar en el marco de una acción social, en una comunidad de prácticas entre las cuales está el uso de ciertos géneros o tipos de textos. Los textos tienen estilos característicos, llamados registros, constituidos por cierto léxico y por ciertas propiedades de construcción, existentes como opciones para los hablantes. La conversación espontánea e informal (no planificada y con cercanía máxima entre los hablantes) es el tipo de texto básico; a medida que los hablantes van formando parte de d iferentes comunidades de prácticas, amplían su repertorio de tipos de texto o géneros, con sus correspondientes estilos prototípicos o registros. Los hablantes construyen su discurso de modo que encaje en la organización del tipo de texto que estén empleando. Las unidades de discurso son el resultado de la construcción observada de abajo arriba, de oración en oración en el uso; mientras que los párrafos, como unidades del texto, a la inversa, se organizan de arriba abajo. El texto escrito, como unidad superior, se divide en párrafos, unidades de nivel inferior. Las unidades del discurso son unidades encubiertas u ocultas para los hablantes, mientras que los párrafos son unidades directamente observables o descubiertas. El texto tiene una organización adaptada a la transmisión que tiene lugar en el mencionado marco de una acción social de cierto tipo; el discurso se va integrando en la organización que proporciona el tipo de texto empleado. Para presentar la hipótesis de los procedimientos de construcción de unidades intermedias y párrafos, en el apartado 2 explico qué son las unidades de discurso complejas. A continuación, en el apartado 3, trato su estructura de constituyentes. En el apartado 4 trato su interpretación, es decir, la representación del discurso. En el apartado 5, seguido de una breve conclusión en 6, analizo los recursos de construcción de las unidades de discurso complejas en un texto completo, y compruebo la validez de la hipótesis dividiendo sucesivamente el texto en párrafos según las unidades intermedias de niveles diferentes. /

2. Unidades de discurso complejas Al hablar y al escribir, las oraciones van uniéndose unas con otras, en tanto que unidades de discurso elementales, y van formados discursos o unidades de discurso complejas. Establecen entre ellas relaciones de coherencia o retóricas, como en el ejemplo siguiente, las oraciones ortográficas número 12 a número 15 de “Las palabras”, de Manuel Vicent, publicado en El País el 17 de mayo de 2015. 12 a 15 (12) Hay políticos con sonrisa de arroz con leche que apacientan las palabras como ovejas, mientras otros las usan como balas. (13) A la hora de votar fíate solo de su cara. (14) En ella está todo escrito. 2

(15) Basta un gesto, un tic, una mirada o un silencio para adivinar su pensamiento. Tenemos que distinguir las relaciones que hay entre ellas de las propiedades lingüísticas que se usan para unirlas. Entre (12) y (13), por ejemplo, hay relaciones léxicas como la de políticos en (12) y votar en (13), anáforas pronominales como entre su cara en (13) y ella en (14), catáforas léxicas como entre todo escrito en (14) y un gesto, un tic, una mirada o un silencio en (15). Esta última relación consiste en que todo lo que está escrito en la cara son los gestos, tics, miradas o silencios: todo escrito se refiere a un gesto, un tic, etc., que aparecen después; si apareciera antes se trataría de una anáfora léxica. Las relaciones discursiva entre las oraciones se dan entre el total de cada una de ellas. Cuando no hay ambigüedad, entre una oración y otra hay una relación que es la única que consigue que estén unidas. Entre (12) y (13) la relación que consigue que estén unidas es de resultado: la consecuencia de que los políticos usen las palabras como ovejas o como balas, es decir, (12), es que al votar solo se debe uno fiar de lo que dice su cara, es decir, (13). Se añade a (13) la información de (14): en la cara está todo escrito. Es la relación de ampliación de información (también llamada de elaboración). La unidad (15) da la razón de por qué hay que fiarse de la cara, es decir, de lo representado en (13): los gestos, etc., son suficientes para adivinar el pensamiento. Las relaciones están resumidas en la tabla 1.

Tabla 1. Relaciones en (12) a (15). relación

resultado

ampliación

explicación

unidades

(12),(13)

(13),(14)

(13),(15)

Cada par de unidades elementales, como (12,13) o como (13,14), forma una unidad compleja. Este tipo de análisis, que llamamos cartográfico porque nos da un mapa de las unidades y sus relaciones, plantea dos dificultades. En primer lugar, un mismo analista propone relaciones diferentes para un mismo ejemplo; en segundo lugar, no se ha llegado a un acuerdo sobre cuántos tipos de relaciones hay e incluso se propone que no hay un número fijo. Como ejemplo de la primera dificultad, podemos analizar la relación entre (12) y (13) como de orientación: la primera sirve para que se entienda mejor la segunda. Y la misma relación se puede proponer para los otros dos pares, (13,14), (14,15). O se puede considerar que la relación entre (12) y (13) es de explicación: (12) da la razón de (13). Una posible solución es considerar solo las relaciones para las que hay un marcador de discurso, ya que los marcadores pueden representar las relaciones. Pero ello plantea la segunda dificultad, la de que los marcadores forman una clase abierta, en que se están introduciendo nuevos mediante la gramaticalización y se están perdiendo otros por el desuso y la competencia con los nuevos. Y el procedimiento de introducir un marcador que resulte aceptable puede ser que desvirtúe la relación, es decir, la modifique. Además, las relaciones existen también cuando no están representadas por un marcador, de modo que puede haber más relaciones que las que están representadas por marcadores. En realidad, en la construcción del discurso, como en la oracional, las relaciones pueden estar expresadas por marcadores o ser implícitas, y a lo largo del tiempo estas diferencias pueden evolucionar.

3

3. Constituyentes del discurso El segundo enfoque de las relaciones discursivas es el configuracional. Frente al cartográfico (en términos de Gallego 2011), en este enfoque proponemos que las unidades discursivas forman una estructura en que se van agrupando de la misma manera que lo hacen los sintagmas en la sintaxis oracional (Webber 2006). De esta manera hay continuidad entre sintaxis oracional y sintaxis discursiva (Garrido y Rodríguez Ramalle 2015). En el rey alto, por ejemplo, rey se une a alto y forma un grupo o constituyente, rey alto; a su vez el se une a rey alto y forma un constituyente de nivel superior (figura 1). En la reina y yo, la se une a reina y forma el constituyente la reina; y se une a yo y forma el constituyente y yo; y los dos constituyentes se unen formando un tercero, de nivel superior: la reina y yo (figura 2).

Figura 1. El rey alto

Figura 2. La reina y yo

En el primero, hay un núcleo, rey, que puede aparecer sin el modificador, alto: el rey; y el conjunto tiene la categoría del núcleo, es un sintagma nominal N’ de nivel superior al del sustantivo, N. El segundo, hay dos núcleos, y no se puede suprimir ninguno, por ejemplo la reina nos alegramos a partir de la reina y yo nos alegramos. Para destacar la semejanza de estructura con la del discurso, en las figuras simplemente indicamos mediante los símbolos prima N’ y segunda N’’ que se trata de sintagmas complejos de niveles superiores a N. Incorporamos al análisis el principio de que los sintagmas siempre son binarios, se unen de dos en dos cada vez: cuando hay tres elementos, como el rey alto en la figura 1 y en la reina y yo de la figura 2, se unen primero dos y el resultado se une al otro componente. Como en el discurso por el momento no distinguimos categorías más allá de unidades simples, complejas e intermedias, nos basta el número que demos a la unidad de discurso elemental. Las complejas que la tengan por núcleo repiten el número de la simple, por ejemplo (13’), compuesta de (12) y (13) con (13) como núcleo. Y para indicar que un constituyente está hecho de dos núcleos, es decir, que es coordinado, usamos un guión: si (15) empezara por Y basta un gesto, entonces (14-15) sería el constituyente que formaría (14) con (15). En las unidades (12) a (15) no podemos eliminar (13), incluso solucionando la anáfora en (14) como En su cara está todo escrito, porque entonces no quedarían unidas (12), (14) y (15), faltaría algo. Si arreglamos la anáfora en (13) como fíate solo de la cara de los políticos, podemos eliminar (12); entre 4

(14) y (15), podemos eliminar (14) mejor que (15), ya que es (15) la que explicita lo que está escrito, un gesto etc., que permite adivinar su pensamiento (figura 3).

Figura 3. Estructura de constituyentes de (12) a (15)

Mediante la estructura de constituyentes resolvemos las dificultades anteriores; comprobamos que (13) se une al constituyente de (14) y (15), que es (15’) y (12) se une al resultado, (13’). De la interpretación de la estructura de constituyentes tratamos a continuación.

4. Representación del discurso Para analizar la interpretación de las unidades de discurso, es decir, la representación del discurso, vamos a emplear el concepto de marco. Cada unidad de discurso elemental o bien representa un marco o modelo mental o esquema cognitivo que reúne ciertos datos acerca de la realidad, o bien añade nuevos datos a un marco ya representado. Los marcos son esquemas de organización de la información; aplicados a datos concretos, los organizan, describiendo entidades situadas con respecto al tiempo y el espacio de los hablantes; sus huecos de información se rellenan de datos más o menos concretos, cuantificados en cuanto a entidades y acciones representadas mediante la deixis y el tiempo-aspecto. En la coordinación se representa la agregación de un marco a otro anterior, manteniéndose como dos marcos diferentes; en la subordinación se representa la inclusión de nuevos datos, es decir, otro marco, al marco ya representado anteriormente. Los marcos son estructuras de datos complejas accesibles desde las unidades léxicas y sus construcciones. Son unidades recursivas, es decir, que un marco forma parte de otro, superior; y hay marcos correspondientes a unidades superiores a las léxicas, como el sintagma, la cláusula, las oraciones constituidas en unidades de discurso, hasta llegar a los textos; de hecho, el tipo de texto, la conversación o la columna, es un marco o estructura de datos de nivel superior (Garrido 2014). Los marcos se gestionan en la construcción del discurso como temas. Cuando se mantiene el tema de discurso, seguimos con el mismo marco, y vamos integrando los nuevos como componentes suyos. Cuando se cambia de tema de discurso, tenemos un nuevo marco. Puede estar relacionado con el anterior, integrándose uno en otro, o puede agregarse al anterior, formando los dos juntos uno c omplejo superior. En la unidad (12) se representa el marco mental de lo que es un político, y se cuantifica y sitúa en el tiempo y lugar de enunciación, mediante el verbo hay y el objeto directo políticos [...]. El verbo presenta un estado de una entidad que es descrita con un sintagma de referencia genérica o no específica, es decir, de unos cuantos individuos existentes en la realidad actual pero cuyo número no se precisa. Esa entidad se describe como compuesta por dos grupos, los políticos con sonrisa de arroz con leche que apacientan las palabras como ovejas, y los otros políticos, que usan las palabras como balas. La única manera de integrar esas propiedades en el marco de los políticos es considerarlas parte de su actividad de hablar; es decir, la construcción obliga a esta interpretación, en lo que se llama coerción. La unidad (13) introduce mediante votar un nuevo marco, el de las elecciones, que está conectado tanto en la red léxica como en la conceptual con el de los políticos de (12). En (13) pasan a ser un componente del marco de tratar el marco de ciertos políticos al de su cara. Desde el punto de vista 5

de la sintaxis del discurso, en (12) se introduce un tema de discurso, los políticos; en (13) se cambia de tema, al introducir el tema de discurso de la cara de los políticos. Cada marco distinto corresponde a un tema de discurso distinto. Desde el punto de vista de la representación del discurso, el marco de los políticos con cierta sonrisa y cierto uso de las palabras pasa a formar parte como componente del marco de la cara de los políticos. Uno se integra en el otro. Tengamos en cuenta que en la realidad las caras forman parte de los políticos, pero en la representación del discurso, el objeto cognitivo representado por cara tiene la propiedad o componente de ser la cara de determinadas personas, los políticos del universo de discurso en cuestión. El marco de (12) está integrado en el de (13). En las otras dos unidades (14) y (15) se desarrollan componentes del marco correspondiente a su cara. Se trata de datos que se van incorporando al marco de la cara. No cambiamos de marco, es decir, de tema de discurso, e integramos estos datos en él. ¿Cómo? Mediante los gestos y demás se adivina el pensamiento: en (13) se integra (15). Y estos gestos, tics, etc., son ese todo que está escrito en la cara: (14) proporciona ese dato, de estar todo escrito, acerca de los gestos, etc. de (15). Así llegamos a las relaciones de integración entre los marcos cuantificados, es decir, las entidades representadas por las correspondientes unidades discursivas. Las unidades complejas que comparten un mismo tema de discurso, es decir, que lo mantienen, constituyen las unidades temáticas (Cortés 2014b) que llamamos intermedias (Garrido 2014); el término hace alusión a que forman parte de la unidad de nivel máximo, el texto, y están compuestas de otras intermedias o de la unidad de nivel mínimo, la unidad de discurso elemental. En el texto de la columna, unidad máxima, son unidades mínimas (12), (13), (14) y (15). Veamos los temas de cada unidad elemental y los temas de las unidades complejas. En (12) se trata de los políticos; en (13’) de sus caras y las propiedades de estas, que aparecen en la unidad (15’); y todo ello, (13’’), trata del tema de las caras de los políticos. Las unidades de discurso intermedias (udi) correspondientes son, en la figura 4, respectivamente, (udi12) y (udi13’), con su componente (udi15’), y la unidad discursiva intermedia de nivel superior, (udi13’’).

Figura 4. Unidades intermedias

Cada vez que se unen dos unidades de discurso, pueden constituir una unidad compleja intermedia, una unidad temática frente a las demás. Pero eso no les impide ser subtemas de otro tema de discurso, es decir, representar marcos que son componentes de otro. Los procedimientos de introducción, mantenimiento y cambio de tema permiten así establecer localmente, dentro de cada unidad, las propiedades de la unidad compleja de la que forma parte. Son, por tanto, recursos o propiedades de construcción de las unidades de discurso complejas. 5. Recursos de construcción de unidades complejas y párrafos Observemos los diferentes procedimientos o recursos locales de construcción de la estructura (global) del discurso. En (12) la oración presentativa (hay políticos [...]) es típica de la introducción de una entidad en la escena, en este caso, políticos de especial sonrisa y peculiar uso de las palabras. En (13) ocupa la posición inicial de la oración, su periferia izquierda, una indicación circunstancial, a la hora de votar, que describe un nuevo escenario en que se sitúa la información representada por la 6

cláusula situada en el centro oracional, fíate solo de su cara. En esta cláusula se introduce un nuevo tema, su cara, en posición de foco, precedido del activador de foco solo. En (14) hay de nuevo una indicación circunstancial en la posición inicial, en ella, seguida de un nuevo tema, representado por el propio activador de foco, todo, antepuesto como sujeto al verbo está, lo cual es una segunda marca de foco. La unidad (15) de nuevo es presentativa; se trata de un juicio tético (frente al juicio categórico dividido en tema y comentario) que introduce los elementos un gesto, un tic, etc. Mediante los procedimientos descritos, en la serie de las cuatro unidades se van introduciendo sucesivamente nuevos temas de discurso. La diferencia entre los dos primeros, de (12) y (13) y los dos últimos, de (14) y (15), es que los temas de las primeras son léxicamente diferentes, políticos y cara, (relación meronímica o entre todo y parte) mientras que los de las últimas están léxicamente relacionados mediante inclusión con los de (13): todo (está escrito en la cara) de (14) y gesto, tic, etc., de (15) pertenecen a cara de (13). Las unidades complejas se organizan entre sí por criterios de relaciones léxicas, es decir, según los marcos cuantificados que representan. Observamos, por tanto, que la gestión de temas de discurso y las relaciones léxicas entre los diferentes temas son procedimientos de construcción de las unidades de discurso intermedias. Las relaciones de inclusión entre los marcos representados por los temas determinan las relaciones de inclusión entre las unidades de discurso. En un caso estamos en el nivel de representación, con los marcos, y en otro caso estamos en el nivel de sintaxis del discurso, con los temas y unidades de discurso. Lo mismo vale para la agregación de marcos y la agregación o coordinación de unidades discursivas, aunque no lo hayamos comprobado en el ejemplo anterior. En las unidades precedentes de la misma columna, encontramos la otra parte de la unidad intermedia, que está encuadrada por la catáfora léxica, también llamada cuando se refiere al discurso precedente anáfora conceptual (Llamas 2010, González Ruiz 2008) de (7), y que etiqueta discursivamente (López Samaniego 2011) como consejo toda la unidad, desde (7) hasta (15), final de la columna. 7 a 11 (7) En plena campaña electoral he aquí un consejo para protegerse de la turbia corriente verbal que generan los políticos. (8) Antes de creer en lo que dicen, míralos a la cara. (9) Verás rostros de cemento armado, que están de mierda hasta el cuello y es como si la corrupción no fuera con ellos; los hay cuya ambición se nota en los ojos muy juntos a semejanza de los predadores; en cambio, otros tienen la mirada de rumiante y son capaces de mover las orejas hacia atrás para avizorar al enemigo que llega por la espalda. (10) Pero ante todo, guárdate de ese espécimen que se llama animal político. (11) Suele ser alguien que conoce por instinto las reglas de circo mediático; en la pista unas veces usa las palabras del domador y otras las del payaso; puede dar un salto mortal en el trapecio siempre con red y tal vez te asombre su empatía con los monos cuyo lenguaje entiende a la perfección a la hora de pedirles el voto. En (7) hay cambio de tema, con respecto a lo anterior, marcado por el complemento circunstancial en posición inicial, en plena campaña electoral. El consejo es una serie de tres imperativos, míralos en la posición central de (8), guárdate de nuevo en posición central de (10), y fiáte de (13), también en posición central. En las respectivas posiciones iniciales o de periferia izquierda aparecen los elementos circunstanciales que marcan el cambio de tema con respecto a lo anterior. En (8) el cambio se marca con la cláusula circunstancial en posición inicial, antes de creer en lo que dicen. En (9) se mantiene el tema de la cara, con los rostros, ojos, mirada y orejas. El cambio es con respecto a la turbia corriente verbal, no con 7

respecto al consejo. Se continúa el diálogo con el lector con el verbo en segunda persona singular en posición inicial, verás. En (11) se describe el animal político introducido en (10). A continuación, como hemos visto, en (12) hay un nuevo tema, los políticos que usan las palabras como ovejas o como balas. El resultado, en la figura 5, es que la unidad compleja de (7) a (15) mantiene el tema del consejo, con los respectivos núcleos de (8), (10) y (13). Cada uno tiene una ampliación, (8) es núcleo de (9), (10) es de (11), y ya hemos visto que (13) lo es del conjunto de (12) hasta (15).

Figura 5. Estructura de constituyentes de (7) a (15)

En (8’) y (10’), es (10) el núcleo por la relación de contraste, en que el segundo término es núcleo. Y entre la unidad compleja resultante (10’’) y (13’’), es (13) el núcleo, por la iconicidad del elemento final como cierre del texto, además de porque (13) es el núcleo del consejo, con el marco en que se integran los otros. El elemento final, el cierre del texto, es una posición privilegiada para colocar información más importante que la del resto del texto, de manera que como unidad discursiva integra la de su unidad inmediata pero también la de todo el texto. Y hay una progresión en el pasaje argumentativo: mira a la cara porque verás rostros etc., guárdate del animal político porque conoce el circo mediático etc., y fiáte solo de la cara porque adivinarás su pensamiento, no te podrán mentir con las palabras. En este sentido, las unidades intermedias coinciden con los movimientos, entendidos como unidades temáticas con un fin retórico o argumentativo, que forman recursivamente unidades (Fuentes 2013, Couper-Kuhlen 2014). Son las palabras el tema de discurso de las unidades iniciales de la columna, de manera que la segunda parte, la unidad intermedia de (7) a (15), las integra en una unidad superior, como veremos a continuación. Y que, como unidad del texto, el título sea Las palabras es una opción del autor, que oculta así en el título el veredicto que sobre ellas recae de ser inferiores a las caras, que no engañan como ellas. 1a6 (1) “Mentir es un vicio terrible. (2) Lo único que nos une y nos hace humanos son las palabras”, dice Montaigne. (3) Tal vez sea cierto, pero los animales también hablan, aunque lo hacen a través de códigos más puros, que no permiten ningún engaño. (4) El ladrido del perro, el canto del gallo e incluso el gruñido del cerdo expresan una verdad y a veces aventajan en sutileza a las expresiones de algunos políticos, que suelen utilizar el lenguaje para ocultar el pensamiento. (5) Solo una mínima parte de las relaciones entre personas se establece con palabras; el resto lo hacemos con actos, gestos, miradas y silencios. (6) La mejor palabra es la que no se pronuncia, dicen en Palermo. 8

En (1) la organización es de tema mentir y comentario es un vicio terrible. En (2) la organización presentativa introduce un nuevo tema de discurso, las palabras, una entidad nueva en escena, además marcada como foco por el activador único y la construcción de foco lo que [...] son [...]. Los marcos de mentir y palabras están léxicamente relacionados, en el sentido de que se miente con palabras; uno tiene que incluir al otro. Si la relación es de explicación (mentir es un vicio terrible porque las palabras nos unen y nos hacen humanos), entonces el núcleo es (2), y la unidad compleja es (2’). Prescindimos de relación de atribución de la cita (Wolf y Gibson 2005), dice Montaigne, ya que el verbo de comunicación que introduce la cita ocupa la posición final o periferica derecha, y es la cita la que ocupa la posición central; en términos de Thompson (2002), el verbo de comunicación y su sujeto está degradado a modificador en virtud de la posición que ocupa, mientras que la cita está promovida a núcleo de la construcción, situado en la posición central. Es la cita, y no su atribución, la que establece las relaciones de la unidad (2) con (1) y con las demás. La relación (3) es de contraste con (2’), y de nuevo en (4) hay contraste entre el ningún engaño de los animales y el ocultar de los políticos; en virtud del contraste, es núcleo el segundo término, (4). En (5) la construcción de foco con el activador solo introduce un nuevo tema, otra vez las palabras, en contraste con (2), de modo que se reorganiza la estructura anterior. En esto consiste el carácter dinámico de la construcción del discurso: las unidades posteriores modifican la estructura que ya estaba construida de las anteriores. La unidad (5’), con la ampliación de que no hay palabra dicha que sea buena de (6), se opone a (2’) en cuanto a que las palabras nos unan o relacionen; y (4’) se opone también a (2’) en cuanto a que hablar nos haga humanos, ya que los animales hablan y no engañan como sí lo hacen los políticos. ¿Serán (4’) y (5’) argumentos del mismo nivel, formando una unidad compleja coordinada o agregada, (4’-5’) en contraste con (2’)? En realidad, (5’) es de mayor nivel, porque es el tema de las palabras el que reaparece luego, y la cuestión de ser o no humanos no se plantea ya (salvo indirectamente, en las antítesis animalizadoras). Se trata de un criterio de continuación: la unidad con tema que se mantiene en el discurso es el núcleo, y la que no se continúa es el satélite. La unidad compleja (5’’) resulta de unir (4’) y (5’), a su vez núcleo de la que compone con (2’), en la figura 6. Toda ella se añade como satélite o modificador a (13’’’’), formando la unidad de nivel superior (13’’’’’).

Figura 6. Estructura de constituyentes de (1) a (6) unida a (13’’’’)

Las dos unidades complejas de mayor nivel son (5’’’) y (13’’’’); y su frontera está entre (6), última de (5’’’), y (7), primera de (13’’’’). Es aquí donde sería, por tanto, posible, un punto y aparte que dividiera la columna en dos párrafos. Dos párrafos (1) “Mentir es un vicio terrible. (2) Lo único que nos une y nos hace humanos son las palabras”, dice Montaigne. (3) Tal vez sea cierto, pero los animales también hablan, aunque lo hacen 9

a través de códigos más puros, que no permiten ningún engaño. (4) El ladrido del perro, el canto del gallo e incluso el gruñido del cerdo expresan una verdad y a veces aventajan en sutileza a las expresiones de algunos políticos, que suelen utilizar el lenguaje para ocultar el pensamiento. (5) Solo una mínima parte de las relaciones entre personas se establece con palabras; el resto lo hacemos con actos, gestos, miradas y silencios. (6) La mejor palabra es la que no se pronuncia, dicen en Palermo. (7) En plena campaña electoral he aquí un consejo para protegerse de la turbia corriente verbal que generan los políticos. (8) Antes de creer en lo que dicen, míralos a la cara. (9) Verás rostros de cemento armado, que están de mierda hasta el cuello y es como si la corrupción no fuera con ellos; los hay cuya ambición se nota en los ojos muy juntos a semejanza de los predadores; en cambio, otros tienen la mirada de rumiante y son capaces de mover las orejas hacia atrás para avizorar al enemigo que llega por la espalda. (10) Pero ante todo, guárdate de ese espécimen que se llama animal político. (11) Suele ser alguien que conoce por instinto las reglas de circo mediático; en la pista unas veces usa las palabras del domador y otras las del payaso; puede dar un salto mortal en el trapecio siempre con red y tal vez te asombre su empatía con los monos cuyo lenguaje entiende a la perfección a la hora de pedirles el voto. (12) Hay políticos con sonrisa de arroz con leche que apacientan las palabras como ovejas, mientras otros las usan como balas. (13) A la hora de votar fíate solo de su cara. (14) En ella está todo escrito. (15) Basta un gesto, un tic, una mirada o un silencio para adivinar su pensamiento. Si usamos las siguientes unidades intermedias yendo hacia abajo en la estructura, encontramos (2’) y (5’’) en el primer párrafo, y (7) y (13’’) en el segundo párrafo, además de (10’’). Por el tamaño mayor que los demás, separamos (10’’) en sus dos unidades intermedias. Los nuevos puntos y aparte separan los correspondientes párrafos. Seis párrafos (1) “Mentir es un vicio terrible. (2) Lo único que nos une y nos hace humanos son las palabras”, dice Montaigne. (3) Tal vez sea cierto, pero los animales también hablan, aunque lo hacen a través de códigos más puros, que no permiten ningún engaño. (4) El ladrido del perro, el canto del gallo e incluso el gruñido del cerdo expresan una verdad y a veces aventajan en sutileza a las expresiones de algunos políticos, que suelen utilizar el lenguaje para ocultar el pensamiento. (5) Solo una mínima parte de las relaciones entre personas se establece con palabras; el resto lo hacemos con actos, gestos, miradas y silencios. (6) La mejor palabra es la que no se pronuncia, dicen en Palermo. (7) En plena campaña electoral he aquí un consejo para protegerse de la turbia corriente verbal que generan los políticos. (8) Antes de creer en lo que dicen, míralos a la cara. (9) Verás rostros de cemento armado, que están de mierda hasta el cuello y es como si la corrupción no fuera con ellos; los hay cuya ambición se nota en los ojos muy juntos a semejanza de los predadores; en cambio, otros tienen la mirada de rumiante y son capaces de mover las orejas hacia atrás para avizorar al enemigo que llega por la espalda. (10) Pero ante todo, guárdate de ese espécimen que se llama animal político. (11) Suele ser alguien que conoce por instinto las reglas de circo mediático; en la pista unas veces usa las palabras del domador y otras las del payaso; puede dar un salto mortal en el trapecio siempre con red y tal vez te asombre su empatía con los monos cuyo lenguaje entiende a la perfección a la hora de pedirles el voto. (12) Hay políticos con sonrisa de arroz con leche que apacientan las palabras como ovejas, mientras otros las usan como balas. (13) A la hora de votar fíate solo de su cara. (14) En 10

ella está todo escrito. (15) Basta un gesto, un tic, una mirada o un silencio para adivinar su pensamiento. Efectivamente, como unidades del texto escrito los párrafos aparecen también construidos según un criterio de tamaño. Por eso (7) se puede incorporar al párrafo siguiente. Y es cuestión de tamaño, pero también de estilo del autor, que la columna no esté dividida en párrafos, porque su brevedad permite prescindir de ulteriores divisiones en párrafos. De esta manera se cumple también la hipótesis, puesto que el único párrafo del texto es también una unidad de discurso compleja, es decir, intermedia entre el nivel mínimo de las unidades de discurso elementales, las oraciones en uso, y la unidad de nivel máximo en que se integran, el texto.

6. Conclusión La gestión de temas de discurso, y la integración de los correspondientes marcos o estructuras de datos de manera recursiva, se producen según procedimientos que dan lugar a una estructura de constituyentes del discurso análoga a la estructura de constituyentes que se da en el interior de la oración. Se comprueba así la hipótesis de que los procedimientos que se emplean para construir los párrafos, marcando sus inicios, son en realidad parte de los procedimientos de construcción de las unidades de discurso intermedias. Efectivamente, los límites entre estas unidades discursivas son lugares posibles de delimitación entre párrafos. Se explica así que los hablantes seamos capaces como escritores de establecer diferentes ordenaciones en párrafos de un mismo segmento, y que también podamos valorar su acierto o desacierto, que según la hipótesis consiste en la coincidencia o no de los párrafos con los límites entre unidades discursivas intermedias.

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