UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR FACULTAD DE HUMANIDADES LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA

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Author:  Eva Cordero Acosta

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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR FACULTAD DE HUMANIDADES LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA

"CARACTERÍSTICAS DE SOCIALIZACIÓN QUE FACILITAN O IMPIDEN LA ADAPTACIÓN SOCIAL EN HIJOS ÚNICOS EN EDADES DE 6 A 9 AÑOS, QUIENES VIVEN CON AMBOS PADRES EN LA CIUDAD DE GUATEMALA." TESIS DE GRADO

DENISE TRUJILLO LUARCA CARNET 10249-00

GUATEMALA DE LA ASUNCIÓN, AGOSTO DE 2014 CAMPUS CENTRAL

UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR FACULTAD DE HUMANIDADES LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA

"CARACTERÍSTICAS DE SOCIALIZACIÓN QUE FACILITAN O IMPIDEN LA ADAPTACIÓN SOCIAL EN HIJOS ÚNICOS EN EDADES DE 6 A 9 AÑOS, QUIENES VIVEN CON AMBOS PADRES EN LA CIUDAD DE GUATEMALA." TESIS DE GRADO

TRABAJO PRESENTADO AL CONSEJO DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES

POR DENISE TRUJILLO LUARCA

PREVIO A CONFERÍRSELE EL TÍTULO DE PSICÓLOGA CLÍNICA EN EL GRADO ACADÉMICO DE LICENCIADA

GUATEMALA DE LA ASUNCIÓN, AGOSTO DE 2014 CAMPUS CENTRAL

AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR RECTOR:

P. EDUARDO VALDES BARRIA, S. J.

VICERRECTORA ACADÉMICA:

DRA. MARTA LUCRECIA MÉNDEZ GONZÁLEZ DE PENEDO

VICERRECTOR DE INVESTIGACIÓN Y PROYECCIÓN:

DR. CARLOS RAFAEL CABARRÚS PELLECER, S. J.

VICERRECTOR DE INTEGRACIÓN UNIVERSITARIA:

P. JULIO ENRIQUE MOREIRA CHAVARRÍA, S. J.

VICERRECTOR ADMINISTRATIVO:

LIC. ARIEL RIVERA IRÍAS

SECRETARIA GENERAL:

LIC. FABIOLA DE LA LUZ PADILLA BELTRANENA DE LORENZANA

AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES DECANA:

MGTR. MARIA HILDA CABALLEROS ALVARADO DE MAZARIEGOS

VICEDECANO:

MGTR. HOSY BENJAMER OROZCO

SECRETARIA:

MGTR. ROMELIA IRENE RUIZ GODOY

DIRECTORA DE CARRERA:

MGTR. GEORGINA MARIA MARISCAL CASTILLO DE JURADO

NOMBRE DEL ASESOR DE TRABAJO DE GRADUACIÓN LICDA. ANA CAROLINA SANTIAGO MORALES DE RODRIGUEZ

REVISOR QUE PRACTICÓ LA EVALUACIÓN MGTR. CARMEN ILEANA DE LOURDES CACACHO CARRILLO

ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………… 1 1.1 Hijos Únicos…………………………………………………….. 17 1.2.1 Definición………………………………………………… 17 1.2.2 Características en el desarrollo social de los hijos únicos… 18 1.2 Socialización…………………………………………………………… 20 1.3 Habilidades Sociales…………………………………………… 25 1.3.1 Definición………………………………………………….. 25 1.3.2 Clasificación de las habilidades sociales……………… 29 1.3.3 Importancia en la adquisición de habilidades sociales…….. 31 1.3.4 Obstáculos para la adquisición de habilidades sociales…… 33

II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA………………………………………… 37 2.1 Objetivos………………………………………………………….. 38 2.1.1 Objetivo general………………………………………….. 38 2.1.2 Objetivos específicos……………………………………...38 2.2 Variables de estudio…………………………………………………. 39 2.3 Definición de variables de estudio………………………….. 39 2.3.1 Definición conceptual…………………………………… 39 2.3.2 Definición operacional…………………………………… 40

 

2.4 Alcances y límites……………………………………………… 42 2.5 Aportes…………………………………………………………… 43

III. MÉTODO………………………………………………………………………… 44 3.1 Sujetos…………………………………………………………………… 44 3.2 Instrumento……………………………………………………………… 44 3.3 Procedimiento…………………………………………………………... 46 3.4 Diseño de Investigación y Metodología Estadística………………… 47

IV. PRESENTACIÓN Y ANÁLISIS DE RESULTADOS………………………... 48 V. DISCUSIÓN DE RESULTADOS………………………………………………. 58 VI. CONCLUSIONES……………………………………………………………….. 63 VII. RECOMENDACIONES………………………………………………………… 65 VIII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………………………………… 67 ANEXOS……………………………………………………………………………… 73

 

RESUMEN El objetivo de la presente investigación fue establecer las características sociales que facilitan o impiden la adaptación social en hijos únicos, en edades de 6 a 9 años, quienes viven con ambos padres, en la ciudad de Guatemala; entendiendo por características sociales los comportamientos verbales y no verbales que toda persona va adquiriendo desde la niñez y le permiten adaptarse en sociedad. El estudio se llevó a cabo a través de 15 profesores y 15 padres y/o madres, quienes basados en las características sociales observadas en sus hijos únicos, contestaron la Batería de Socialización (BAS-1 y BAS-2) elaborada por Silva y Martorell (2010), que fue el instrumento utilizado. La investigación fue descriptiva, ya que examinó y analizó la conducta humana personal y social en distintos ámbitos. La metodología fue estadística, presentando los resultados por medio de porcentajes y gráficas.

La conclusión más importante fue determinar que el perfil de socialización de los hijos únicos, los presenta como personas capaces de dirigir y respetar, mostrando preocupación por los demás y por su entorno; sin presentar dificultad en sus relaciones sociales. Por lo anterior, la mayor recomendación se enfocan en la importancia de cambiar la imagen que se tiene de los hijos únicos, a una imagen positiva y real, como la de cualquier otra persona, debido a que las ideas anteriores de que son personas egoístas, autoritarias, preocupadas únicamente de sí misma, son mitos y creencias.

 

I. INTRODUCCIÓN

Actualmente, un alto número de hogares cuenta con hijos únicos por diversas razones. En China por ejemplo,

causas políticas debido a la

sobrepoblación, dieron origen a la Política de hijo único. En Europa, la mayoría de países se están viendo afectados económicamente por un alto índice de desempleo, este fenómeno puede ser una de las causa, como la legalización del aborto lo que ha llevado a que países como Inglaterra, Noruega, Suecia, España, etc., reflejen en los últimos años índices muy bajos de nacimientos. Por otro lado, a pesar que América Latina, mantiene tasas de natalidad, que pueden duplicar la tasa de fecundidad mundial y es muy poco probable que caiga a niveles tan críticos como lo está en los países desarrollados, es evidente que en la mayoría de países se ha disminuido el índice de nacimientos en las últimas décadas. Ser padres de hijos únicos no sólo es una medida política o una decisión determinada por factores económicos, abarca otras causas, entre ellas: más oportunidades para que las madres trabajen fuera de casa, ruptura temprana de los matrimonios, infertilidad o enfermedades que impiden el nacimiento de más niños. Cualesquiera que sean los motivos para tomar la decisión de procrear un solo hijo, es importante tomar en cuenta las fortalezas y debilidades ya que como todos, este grupo tan particular, tiene características propias. El hijo único es aquel niño que crece sin hermanos, desarrollándose rodeado de adultos quienes le cuidan y brindan atención exclusiva; por lo anterior, en ocasiones se les dificulta compartir sus cosas, tiempo y espacio; se les puede observar muy voluntariosos y/o tímidos; por el contrario algunos pueden manifestar mucha madurez,  

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creatividad y responsabilidad. Dichas características, entre otras, forman parte de las habilidades sociales, las cuales son un conjunto de conductas aprendidas que se traducen en la capacidad para interactuar con los demás en un contexto social dado de un modo determinado que es aceptado y valorado socialmente. Éstas habilidades son de suma importancia en el desarrollo de una persona, condicionan fundamentalmente el proceso de socialización y son uno de los puntos que más inquieta al hablar de hijos únicos.

Por lo anterior, el presente estudio busca establecer habilidades sociales de hijos únicos en edad escolar.

Para poder comprender mejor el tema, a continuación se presentan estudios nacionales relacionados:

Álvarez (2008) realizó una investigación tipo descriptiva que tuvo por objetivo general establecer si ser hijo único afecta el bienestar psicológico. Así mismo, entre sus objetivos específicos busca establecer el grado de socialización de los hijos únicos. El estudio se llevó a cabo con 50 estudiantes de ambos sexos, entre las edades de 13 a 18 años, estudiantes de establecimientos privados y públicos de Quetzaltenango, departamento de Guatemala. La prueba que se aplicó fue la Escala de Bienestar Psicológico (EBP), la cual consta de 65 ítems,

 

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con valoración de uno a cinco puntos cada uno. Los resultados obtenidos, dieron a conocer que a menudo los padres de hijos únicos dan a sus hijos un sin número de objetos o presentes con los que creen, podrán llenar la soledad que sus hijos sienten al no tener hermanos con quienes compartir. Esta misma característica de no tener iguales próximos con quien relacionarse, da como resultado mayor identificación con los adultos, lo cual puede llevar a una mayor dependencia de ellos. Por otro lado señala, que la sobreprotección es una de las causas que más influye en el bienestar psicológico de los hijos únicos, al no dejar que tomen sus propias decisiones, sin permitir que se

realicen

como personas, mediante

experiencia propias con sus contemporáneos. Por lo anterior, el estudio refleja que existen hijos únicos a quienes les ha afectado no haber tenido hermanos y las dificultades principales se observan en el área de socialización, autoestima y seguridad en sí mismo. Así recomienda a los padres, compartir tiempo de calidad con sus hijos únicos, para que se sientan valorados por sí mismos y evitar darles regalos que sustituyan su presencia y falta de tiempo compartido. No sobreprotegerles evitando que se desarrollen adecuadamente y por último propiciar encuentros con otros familiares o compañeros de estudio de la misma edad; esto les permitirá integrarse de mejor manera a la sociedad a la que pertenecen y podrán desarrollar una personalidad confiable y segura de sí mismos.

Por otro lado, Zabaleta (2011) realizó una investigación de tipo descriptiva que buscó establecer por medio de un test psicométrico, cuáles son las conductas

 

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comunes y autoconcepto en hijos únicos. Aplicó la prueba a 50 niños y niñas entre 6 y 10 años, estudiantes de centros educativos privados en Quetzaltenango, departamento de Guatemala. El instrumento que se utilizó fue la Escala de Percepción del Autoconcepto Infantil (EPAI-95), elaborada por Aurelio Villa Sánchez y Elena Auzmendi Escribano, adaptada para Guatemala por el Instituto de Psicología y Antropología de Quetzaltenango. Los resultados de las pruebas aplicadas comprueban que los hijos únicos poseen conductas comunes propias de un autoconcepto positivo, son niños y niñas como cualquier otro; sin embargo sí muestran rasgos comunes específicos, que los diferencian de quienes no son hijos únicos. Estas conductas son aprendidas de sus padres principalmente, ante la ausencia de hermanos. La muestra estudiada mostró que los hijos únicos, en su mayoría, son personas autónomas y confiadas, que se sienten cómodos con sí mismos, con sus logros y su aspecto personal; interactuando socialmente son agradables, saben relacionarse con amabilidad y liderazgo. El autor refiere que algunos tendrán dificultad al momento de relacionarse con sus iguales en actividades donde se compita. Por lo anterior recomienda, motivar todas aquellas características positivas y comunes en los hijos únicos, así como, trabajar en las características débiles relacionadas al entorno social en donde los hijos únicos presentan dificultad y así proporcionarles las herramientas necesarias para un buen y sano desenvolvimiento.

En otro estudio relacionado con las destrezas sociales, Higueros (2009) presentó una investigación con diseño ex post facto de comparación de dos

 

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grupos estadísticos, la cual tuvo como objetivo general conocer de qué forma se ven afectadas las habilidades sociales de los hijos únicos respecto a la de sus pares. La muestra fue de 16 hijos únicos y 16 hijos con subsistema fraterno, de 11 y 12 años, que cursan 4to. y 5to. Primaria, en un colegio privado de nivel socioeconómico alto; la cual fue seleccionada de manera intencional con base a un criterio no aleatorio tomando en cuenta los siguientes criterios: edad, género, promedio académico cuantificable, grado escolar, nivel socioeconómico y estado civil de los padres. El instrumento que se aplicó fue el test Escala de Habilidades Sociales (EHS) creado por Gismero (2000), que cuenta con 33 ítems que determinan el nivel de aserción en distintos contextos. Además, cuenta con 6 categorías y una escala global en la que a mayor puntuación global, la persona expresa más habilidades sociales. Los resultados indicaron que los adolescentes y las adolescentes hijos únicos participantes en el estudio no se ven afectados en su forma de relacionarse con los demás

por la ausencia de un subsistema

fraterno. Así mismo, su capacidad de auto-expresión en situaciones sociales no muestra diferencia entre hijos únicos y sus contemporáneos que cuentan con un subsistema fraternal. De la misma manera no se encuentran diferencias significativas al defender sus derechos, expresar su enfado o disconformidad, capacidad para decir No y cortar relaciones; muestran la misma capacidad para hacer peticiones y hacer nuevas relaciones con el sexo opuesto. Por lo anterior los resultados ayudan a romper con la creencia de que los hijos únicos, se desenvuelven de forma distinta a los hijos que cuentan con hermanos y recomienda realizar actividades que fomenten la seguridad personal ya que ésta permite el sano desarrollo de distintas capacidades a nivel social.  

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Por otro lado, Cerdas (2011) expuso un estudio de diseño tipo descriptivo con el objetivo de establecer las habilidades sociales que predominan en niños entre los 4 y 6 años de acuerdo al género, de un colegio privado en la ciudad de Guatemala. La población fue de 40 niños y niñas entre el rango de edades de 4 a 6 años; 15 alumnos de Pre-kinder, 15 alumnos de Kinder y 10 de Preparatoria, estudiantes del colegio Kinder Petit Monde, ubicado en San Cristóbal, zona 8 de Mixco, Guatemala. Se utilizaron dos instrumentos: una guía de observación, realizada por Cerdas, validada por tres expertos en la rama de la investigación y validación de instrumentos; en la que se toman en cuentan indicadores como el juego paralelo, acciones socialmente esperadas para la edad, reglas del juego, juego de asociación y juego de cooperación; y la Lista de cotejo estandarizada “Childrens Social Behavior”, desarrollada por Hartup, McClellan y Katz (1992), integrada por 8 ítems que miden atributos de manera individual en el niño; luego 14 ítems que miden características referentes a habilidad social y 2 ítems que miden relaciones entre iguales. Con esta lista de cotejo se corroboraron de manera cuantitativa las habilidades sociales que los niños tenían desarrolladas y presentes o muy poco desarrolladas y olvidadas. Al final del estudio se presentaron los resultados, en donde se observa al grupo de niños entre 4 y 5 años de edad, con mayor manejo de sus habilidades sociales en general. Por el contrario, a los 6 años, fue el grupo de niñas quienes mostraron mayores habilidades sociales. Además, se pudo determinar

en la investigación que el

poder comunicarse adecuadamente, saber atraer la atención y la consideración de los demás, manteniendo relaciones armoniosas; poder tomar decisiones acertadas, hacer un buen uso del tiempo, establecer adecuadamente metas y  

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llevarlas a cabo siguiendo un plan previamente trazado, constituyen habilidades sociales básicas que convierten a los niños y niñas en individuos competentes para alcanzar un adecuado ajuste psicosocial.

Así mismo, Turcios (2008) realizó una investigación con enfoque multimodal, la cual consistió en la fusión de los diseños de investigación cualitativo y cuantitativo. El estudio tuvo por objetivo analizar cómo han aprendido los adolescentes con Síndrome Down sus habilidades sociales. Aplicó la prueba a 22 adolescentes y 18 de sus padres. Contó también con 6 educadores de la Fundación Margarita Tejada.

Para la investigación se utilizaron dos tipos de

cuestionarios que fueron elaborados por la investigadora. El primer cuestionario para padres de adolescentes con Síndrome Down y el segundo cuestionario orientado a los educadores de adolescentes con Síndrome Down. Además, se utilizó una guía para el grupo focal de adolescentes a participar, que contenía preguntas abiertas, específicas sobre la forma en que se les han enseñado las distintas habilidades sociales a los adolescentes. Se validaron los instrumentos de la investigación con 3 profesionales. Luego se tabularon los cuestionarios para así determinar la forma en la que éstos padres y educadores han enseñado las distintas habilidades sociales. Se analizaron los datos brindados y luego se realizó una discusión donde los resultados. Se concluyó que la manera en la que han aprendido las habilidades sociales los adolescentes con Síndrome Down

que

asisten a la fundación Margarita Tejada ha sido a través de sus padres y educadores, por medio del ejemplo y el diálogo, explicándoles la importancia de

 

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ver a los ojos cuando les hablan y escuchar atentamente, a su vez, los motivan a expresar sus sentimiento para poder comunicarse de mejor manera. Recomienda a los padres continuar trabajando las distintas habilidades sociales e informarse sobre su importancia y la repercusión de ellas en el desenvolvimiento de sus hijos.

Barreno (2006) realizó un estudio de tipo cualitativo, con el objetivo de demostrar los cambios emocionales en un niño luego de recibir un programa de entrenamiento en habilidades sociales. El sujeto de la investigación fue un niño de sexo masculino de 12 años de edad, perteneciente al grupo étnico ladino, de un nivel socioeconómico bajo y grado de escolaridad primaria. El instrumento utilizado es la Historia de vida, por medio de la cual, se describen las habilidades sociales, cambios emocionales y la evolución que presentaron los mismos posterior al apoyo recibido. Luego del análisis de resultados, se concluyó que después de haber realizado ejercicios para mejorar las habilidades sociales, el sujeto se empezó a sentir más seguro y confiando; ya no presenta mayor dificultad para establecer una conversación o para hablar frente a los demás. “Los ejercicios me ayudaron para ya no tener mucha vergüenza con mis compañeros y ahora ya no me cuesta tanto hablar con ellos, y si me molestan ya no me enojo mucho como antes, ahora yo también los molesto” (p. 29). Además, la manera de responder fue más asertiva y ya no tuvo tanta dificultad para la resolución de problemas.

 

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Años anteriores, Rodríguez (2004) llevo a cabo una investigación de diseño ex post facto y metodología estadística con análisis de varianza (ANOVA), la cual tuvo como objetivo principal establecer la diferencia en las habilidades sociales en los niños de 6 y 7 años de edad, según su nivel socioeconómico. Trabajó con niños de tres distintos establecimientos educativos, cada uno representando al nivel socioeconómico bajo, medio y alto. La población fue conformada por 430 niños, de los tres establecimientos. Por medio del programa Mac Stat se extrajo una muestra de 134 alumnos a un nivel de significancia de 0.05. El establecimiento “A” se conformó por 35 niños (9 niñas y 26 niños), el establecimiento “B” se conformó por 55 niños (17 niñas y 38 niños) y por último el establecimiento “C” se conformó por 44 niños (17 niñas y 27 niños). El instrumento que se aplicó fue la BAS, Batería de Socialización (3era Edición) de Moreno y Martorell (1999), la cual evalúa: aspectos facilitares, en las áreas de liderazgo, jovialidad,

sensibilidad

social

y

respeto-autocontrol,

así

como,

aspectos

perturbadores: agresividad-terquedad, apatía-retraimiento y ansiedad-timidez. Los resultados obtenidos no presentaron diferencia estadísticamente significativa entre las habilidades sociales de los niños del nivel socioeconómico medio y alto, sin embargo si existió diferencia entre los niños y niñas evaluados pertenecientes al nivel bajo; quienes obtuvieron los puntos más bajos en todas las áreas evaluadas de aspectos facilitaros y los punteos más altos en las áreas de aspectos perturbadores. Para las escalas de liderazgo, jovialidad y respeto-autocontrol de los punteos más altos se obtuvieron en el nivel socioeconómico alto. En la escala de sensibilidad-social los punteo más altos se presentaron en los niños del nivel socioeconómico medio. Por lo anterior el estudio evidencia, que el nivel  

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socioeconómico bajo es un factor determinante en las habilidades sociales que cada persona presenta; sin embargo, éstas se pueden modificar teniendo una buena y sana relación familiar, ya que es, en el seno familiar principalmente donde dichas habilidades se aprenden. Además de la oportuna y debida intervención.

De igual forma, se pueden encontrar estudios internacionales que tocan el tema de habilidades sociales e hijos únicos, como los que a continuación se presentan:

Lacunza y Contenti (2009) realizaron una investigación cualitativa con el objetivo principal de describir una serie de habilidades sociales en 318 niños de 3 a 5 años, de Tucumán (Argentina), según el sexo y los niveles de pobreza. Las pruebas se aplicaron a 318 padres o cuidadores de niños entre 3 y 5 años, asistentes a Centros de Atención Primaria de Salud (CAPS), de San Miguel de Tucumán (Argentina). Como instrumentos se utilizaron Escalas de Habilidades Sociales, una diseñada por Lacunza (2005) dirigida a los padres o cuidadores de los niños de 3 y 4 años y otra diseñada por Lacunza, Castro Solano y Contenti (2008) dirigida a los padres o cuidadores de los niños de 5 años, las cuales evalúan habilidades sociales desde la perspectiva de padres o cuidadores y fueron validadas con una población perteneciente a contextos de pobreza (Lacunza, 2007); y una Encuesta Sociodemográfica que considera el nivel socioeconómico de las familias participantes, tomándose en cuenta el nivel educativo alcanzo y la

 

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ocupación actual de ambos padres; fue así como de la combinación de ambas variables se establecieron dos grupos: uno de mayor pobreza y uno de menor pobreza. Los resultados no identificaron diferencias estadísticas significativas según los niveles de pobreza y el sexo de los niños, sin embargo, se encontró, que según la percepción parental las niñas presentan más habilidades sociales con respecto a los niños. A sí mismo, otra conclusión de la investigación fue que tanto niños como niñas en contexto de pobreza, sí cuentan con habilidades sociales para afrontar situaciones cotidianas a pesar de la adversidad en la que se desarrollan. Éstos niños y niñas han logrado desarrollar una seria de habilidades sociales tales como saludar, adaptase y tener iniciativa para participar en actividades grupales, entre otras.

En el mismo año 2009, Pichardo, Justicia y Fernández llevaron a cabo una investigación de tipo descriptiva transversal, en la cual se pretendió conocer la relación entre las prácticas de crianza que ejercen los padres y la competencia social que desarrollan los hijos. El estudio se realizó en Granada, España, con 206 niños en edades de 3 a 5 años y sus respectivos padres, divididos de la siguiente manera: 100 niños y 106 niñas, inscritos en el segundo ciclo de la educación infantil, todos de nivel socioeconómico medio. Se aplicaron dos instrumentos: el Child Rearing Practices Report (CRPR), el cual es un cuestionario que evalúa prácticas de crianza y consta de 35 ítems, con valoración entre 1 y 7, que refleja ocho prácticas de crianza. Además, el Preschool and Kindergarten Behavior Scales (PKBS-2), que es una escala de 74 ítems, en un formato con 4 alternativas

 

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de respuesta. Consta de una forma para padres y otra para profesores, la cual se llena por medio de la observación en la conducta del niño, ambas evalúan habilidades sociales y problemas de conducta. Los resultados de la investigación proporcionan evidencias que los padres con elevadas expresiones de desacuerdo y rechazo hacia la conducta de sus hijos (afecto negativo), están relacionados con niños quienes presentan menor cooperación social y altos niveles de agresividad y comportamientos violentos. Para Pichardo et al. (2009) este resultado es posible que se deba, a que los niños aprenden a resolver sus conflictos tal y como lo hacen sus padres y lo hacen evidente a través de prácticas y comportamientos negativos como la agresión física o verbal, así como la falta de cooperación con sus compañeros. Por el contrario, los padres que aceptan a sus hijos y les muestran afecto y cariño, favorecen en gran medida la interacción social de los niños con sus iguales y promueven hijos más independientes en el contexto social. Por lo anterior, se puede afirmar que los padres ejercen gran influencia en la conducta de sus hijos y en el status social que éstos adquieren y son los principales responsables en edades tempranas del éxito y aceptación social de sus hijos, es así como se debe dotar a las niñas y niños de las habilidades sociales adecuadas para su mejor adaptación.

Narvaez (2003) llevó a cabo una investigación tipo descriptiva, con el objetivo principal de identificar, de la manera más cercana, los rasgos psicológicos del hijo único adolescente, la cual realizó en el Colegio Estados Unidos de Brasil, en Quito, Ecuador. Como población trabajó con un total de 25 adolescentes hijos

 

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únicos en edades de 12 a 15 años a quienes aplicó el Test Krestshmer para medir temperamento, el Test de Rene Le Senne

que mide carácter y el Test de

Thurstone que mide habilidades mentales primarias. La conclusión más importante del estudio fue, que la adolescencia del hijo único tiene sus riesgos, ventajas y evolución como la de cualquier otro adolescente, además como rasgos específicos destacan que los adolescentes hijos únicos agilizan su desarrollo intelectual, porque siempre han estado rodeados de un modelo adulto, presentando un alto desarrollo lingüístico; así como un desarrollo del pensamiento creativo, imaginación e invención a causa de aprender a entretenerse solos. Por último el adolescente hijo único, se va adaptando al mundo real al mismo tiempo que adquiere un comportamiento auténtico, logrando así capacidad para la auto-crítica lo cual le ayuda en el fortalecimiento de su persona.

Pérez y Garaigordobil (2004) llevaron a cabo una investigación de naturaleza correlacional, con el objetivo principal de analizar la relación de la conducta social con iguales en contextos educativos, con una serie de variables de desarrollo, tales como: madurez intelectual, autoconcepto y otras dimensiones de la personalidad infantil como estabilidad emocional, excitabilidad, dominancia, sensibilidad, agresión, envidia, etc. Las pruebas se aplicaron a 135 niños de 6 años de edad, 59 niños y 76 niñas, de nivel socioeconómico y cultural medio, procedentes de centros educativos públicos y privados. Se utilizaron 4 instrumentos: Batería de socialización BAS-1 (Silva y Martorell, 1989), Batería de aptitudes diferenciales y generales BADYG, Nivel gráfico B (Yuste, 1988), Escala

 

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de percepción del autoconcepto infantil PAI (Villa y Auzmendi, 1992) y un Cuestionario de personalidad para niños ESPQ (Coan y Cattell, 1990) todos permiten medir aspectos tanto positivos como negativos de la conducta social con iguales. Los resultados que se obtuvieron permiten concluir que los niños, que en opinión de los profesores evidencia una buena adaptación social, presentan puntuaciones significativamente altas en madurez intelectual global y verbal y no verbal. En otras palabras los niños y niñas que muestran conductas sociales positivas y favorecedoras de la socialización en relación a sus iguales, tienen a mostrar niveles más altos de madurez intelectual global. Por el contrario, los niños y niñas que presentan conductas negativas y perturbadoras de socialización, muestran niveles significativamente bajos en madurez intelectual global, como en madurez verbal y no verbal. Así mismo, los niños y niñas que presentan buena adaptación social, muestran también niveles altos de autoconcepto y tienen a caracterizarse por ser emocionalmente estables, perseverantes y respetuosos con las normas, confiados y seguros de sí mismos, tranquilos y relajados.

Caro,

Frías,

Maturana,

Quiroz,

y

Rioseco

(2000)

realizaron

una

investigación de estudio de casos, con el objetivo de comprobar si ser hijo único influye en la sociabilidad. Trabajaron con 3 niños en condiciones de hijos únicos, todos del sexo masculino, uno de 4 años y dos de 5 años, con un nivel socio económico medio, estudiantes del Colegio Concepción Pedro de Valdivia, Chile. El instrumento que se utilizó fue un cuestionario con validez de constructo que mide los niveles de sociabilidad en los niños (Caro, et. al., 2000), el cual contiene 10

 

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preguntas dicotómicas cerradas. Además se realizaron entrevistas a las maestras y observaciones por parte de los investigadores a los tres niños en estudio, éstas se realizaron 4 días durante una hora de clase, sin llevar a cabo cambios en las rutinas ya establecidas. Las conclusiones a las observaciones y entrevistas hechas a las maestras fuero, que al realizar las distintas tareas, los sujetos se mostraban inseguros y dependientes; lo que puede ser causado, a la sobre protección que le daban los padres al estar constantemente ayudándolos y no permitirles su propia independencia. En el cuestionario que se pasó a los 3 hijos únicos evaluados los resultados determinaron que cada niños esta en una categoría distinta: uno de ellos obtuvo 24 puntos que se traduce como un alto grado de sociabilidad; otro se colocó en un nivel medio de sociabilidad con 22 puntos y el último hijo único evaluado obtuvo en el cuestionario 12 puntos, lo cual lo colocó en un nivel bajo de sociabilidad. Por lo anterior, al tener a cada niño en una categoría distinta se pudo concluir, que no existe una clara relación entre ser hijo único y problemas de sociabilidad.

Bastida (2010) presentó en Argentina, una investigación de tipo cuantitativa realizada en la Universidad Estatal de Ohio EEUU, con el objetivo de conocer cómo afecta a los niños el hecho de crecer sin hermanos. El estudio, analizó más de 13,000 estudiantes de primaria y secundaria, por medio de entrevistas realizadas entre 1994 y 1995, haciendo preguntas relacionadas a la popularidad de los estudiantes. Se les pedía a los niños que nombraran hasta cinco amigos de cada sexo y luego se contabilizaron los “votos” para ver, qué niños eran más

 

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populares y qué niños lo eran menos. Con los resultados obtenidos, se observó que los hijos únicos no eran menos populares. Por lo anterior, se concluyó que los hijos únicos tienen las mismas habilidades sociales que los que crecen relacionándose con sus hermanos, ya que son capaces de aprender a relacionarse y sociabilizar con otros niños en la escuela, en las actividades extraescolares y en muchos otros contextos. A su vez, Bastida (2010) considera que los humanos son seres sociales y normalmente cuando no se tiene un hermano con quién jugar, se buscan otros niños para poder hacerlo, como vecinos, compañeros de clase, primos, etc. Así mismo, la mayoría de padres, suelen buscar actividades en las que su hijo único pueda relacionarse con otros niños.

En resumen, todo ser humano crece y se desarrolla en sociedad, dentro de una comunidad rodeado de otros con quienes comparte actividades y gustos. Éste proceso de interacción social inicia en el seno familiar, desde los primeros años de vida, principalmente a través de la convivencia con padres y hermanos, con quienes se aprende a compartir espacio, tiempo y cuidado. Sin embargo no todos los niños y niñas crecen junto a hermanos, por el contrario se presentan como hijos únicos, modificando de cierta forma su proceso social, ya que están influenciados grandemente por las personas adultas con quienes conviven; por lo anterior, a menudo se piensa que el hijo único puede presentar diferencias significativas en su desarrollo social. A pesar de lo expuesto, esta interacción social puede llevarse o no de forma sana y adecuada, todo dependerá de las

 

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herramientas que se proporcionen para una mejor adaptación social.

A continuación se presenta la fundamentación teórica en la que se basa este estudio.

1.1.

Hijos Únicos

1.1.1.

Definición

Tiéche (2000) define al hijo único como una persona que nació para estar sola y es feliz en medio de todos aquellos que lo cuidan, suplen sus necesidad y brindan protección y apoyo. Mamá y papá son figuras perfectas, modelo supremo que desean imitar cuando sean adultos. Manifiesta pocas dificultades, se mantiene solos en los juegos, por lo que carecen de espíritu de equipo. Permanecen sin compartir experiencias con niños y niñas de la misma edad dentro de su entorno familiar.

Por su lado, Ventura Producciones, S.L. (2008) define además al hijo único como aquel que nace con un intervalo de 6 años o más con respecto de su anterior hermano, quienes funcionan a su vez como adultos con respecto de él.

 

17  

1.1.2.

Características en el desarrollo social de los hijos únicos

Marulanda (2000) expresa que ser hijo único en la actualidad no representa una diferencia muy grande comparado con el resto de familias, las cuales en su mayoría tienen en la actualidad dos hijos. Son líderes por la posición que han adquirido en casa, saben lo que quieren y desarrollan creatividad e imaginación. Generalmente los hijos únicos están acostumbrados a estar solos y formar parte de actividades calmadas y poco divertidas, lo cual les da la oportunidad de aislarse y convivir con ellos mismo. Menciona además, que entre las características que se han encontrado recientemente en los hijos únicos se encuentra: •

Alta autoestima y motivación para el logro.



Más obedientes y un poco más competentes en el aspecto intelectual que los niños que sí tienen hermanos.



Suelen sostener excelentes relaciones con sus padres.

López y Arango (2006) citando a Pickhardt, afirman que dentro de un grupo se observa al hijo único como el más responsable, más organizado, menos arriesgado, con pocos pero muy buenos amigos, siguiendo fiel y estrictamente el código moral y ético. Tiéche (2000) considera que una de las características en los hijos únicos es su lenguaje diferente, debido a permanecer rodeado de adultos. Continua afirmando, que algunas características que se observan en los niños y

 

18  

niñas como dependencia a los padres, ser complacidos en sus deseos, introversión y sobreprotección entre otras; no son exclusivas de hijos únicos y pueden presentarse de la misma manera en familias con varios hijos.

Castells (2008) considera que el hijo único con regularidad poseen un vocabulario vasto y rico, además manifiesta ideas que no son propias de su edad. Acostumbran ser niños muy responsables, conscientes de sus obligaciones, apegados a la familia y con una visión ordena del mundo que lo rodea, en el cual siempre encontraran respuestas a sus preguntas. Continua explicando que caso contrario, los hijos únicos pueden ser tímidos, caprichosos, temerosos y retraídos con dificultades de integración en grupos; por lo anterior al momento de iniciar con su vida escolar presentan dificultades para adaptarse ya que no han aprendido a competir con otros niños de su edad, tratarán además de dominarlos, como lo hacen a menudo con los adultos que lo rodean. Como su aprendizaje puede basarse solo en recibir, no sabrán dar y les constará hacer amistades.

Para Winnicott (1994) lo que fundamentalmente marcará la personalidad de un hijo único y las características que desarrolle, son las circunstancias que llevaron a los padres a tomar la decisión de formar y limitar la familia a un solo hijo. Por lo anterior distingue dos tipos de hijos únicos: el hijo único por azar y el hijo único querido único. Los padres del hijo único por azar hubiesen querido tener más hijos, pero por diversas razón entre las cuales podemos mencionar:

 

19  

edad de la madre, problemas durante el embarazo y parto, dificultades económicas, etc. no pudieron tener más hijos. Este hijo único tendrá muchas garantías de no convertirse en el prototipo de hijo único que la sociedad reconoce. Los padres de éstos niños y niñas conscientemente trataran de suplir y compensar la falta de hermanos; constantemente tendrán visitas de amiguitos en casa, formaran parte de clubes en donde compartirán con otros niños de su edad. Por el contrario, el hijo único, pensado como tal, llega a la familia a ocupar ese lugar protagónico y esencial, es visto y tratado como un niño extremadamente deseado, único e inigualable, lleno de virtudes e incapaz de atribuírsele algún error. Se le cría en medio de regalos desmedidos, tratando de mantenerlo en una caja de cristal, se acostumbra a recibir siempre elogios, implantando en él la idea que es un objeto precioso y que la familia y el mundo se derrumbaría si algo le pasara. A pesar de esta marcada diferencia entre hijo único por azar e hijo único querido único; una de las características comunes en cualquiera que sea el caso, es que los hijos únicos suelen ser muy inteligentes, así como, voluntariosos. El mundo y la historia están marcados por personajes prodigios: escritores, grandes aventureros, destacados deportistas, músicos que han deleitado con sus magistrales interpretaciones a cientos de personas, astronautas y tantos otros que se pueden mencionar, todos ellos hijos únicos.

1.2.

 

Socialización

20  

1.2.1. Definición

Gracia y Musitu (2000) definen socialización como un proceso de aprendizaje no formal e inconsciente, por medio del cual el niño aprenden conocimientos, valores, costumbres, sentimientos y demás patrones culturales que determinarán el estilo de adaptación al ambiente para toda su vida.

Así mismo, Papalia y Duskin (2009) a cerca de la socialización afirman, que es el proceso por el cual los niños desarrollan hábitos, habilidades y valores, que los convierten en miembros responsables y productivos de la sociedad. La socialización depende de la internalización de normas establecidas. Los niños exitosamente socializados dejan de obedecer simplemente las reglas u órdenes para obtener una recompensa o evitar un castigo; convirtiendo así en propios los estándares de la socialización. Continúan agregando, que algunos niños internalizan los estándares sociales más prontos que otros. Esto se relaciona, con el modo en que los padres se ocupan de sus necesidades, unido al temperamento del niño y a la calidad de su relación; esto puede ayudar a predecir si el proceso de socialización resultará fácil o difícil. Afirman, que aunque los padres ejercen la influencia primordial en la vida de los niños, las relaciones con otros menores en su hogar o fuera de él son de suma importancia desde los primeros meses de vida. Los niños pequeños aprenden a través de la imitación e interacción entre ellos. Los conflictos que pueden darse entre hermanos pueden tener un buen

 

21  

propósito: ayudar a los niños a aprender a negociar y solucionar los problemas.

Para Hurlock (1982) la socialización es el proceso por medio del cual los niños adquieren conductas, creencias y bases morales que son el objeto del aprecio de su familia y de los grupos culturales a los que pertenece. Los padres, son las figuras principales y más influyentes dentro del proceso de socialización durante los primeros años de vida, a pesar de no ser los únicos.

Para Hurlock (1982) la socialización da inició en el tercer mes de vida y sigue desarrollándose con forme el niño va creciendo, presentando así determinadas conductas, en relación a la edad. A continuación por medio de un cuadro se expone lo anterior: Edad

Conductas

Tercer mes

Los bebés son capaces de distinguir entre las personas y los objetos que los rodean y así responden ante ellos.

Primer año

Reaccionan ante los desconocidos por medio de gemidos, llanto o ocultando sus cabecitas. Luego, siempre dentro del primer año de vida, los bebés serán capaces de establecer relaciones cálidas y amorosas con sus padres o cuidadores primarios, el placer que obtienen de esta experiencia, les sirve para estableces relaciones amistosas con otras personas.

 

22  

Entre 2 y 5 años

Los pequeños van desarrollando los fundamentos de la vida social,

como

dependencia/independencia,

búsqueda

de

autoridad, cooperación social y conducta de resistencia o aceptación. A partir de los 6

Los niños y niñas encuentran gran agrado al estar con grupos

o 7 años

de niños de su propio sexo, quienes le ayudan en su proceso de socialización, al aprender a entenderse y comportarse de forma socialmente aceptable para ellos. Ayudan además a desarrollar una conciencia racional y una nueva escala de valores que complementa la de sus padres.

En esta etapa a partir de los 6 o 7 años, los niños aprenden además en estos grupos de iguales, actitudes socialmente apropiadas, como sentir agrado por otras persona y tener gusto por la vida social y actividades colectivas. Contribuyendo así a su independencia personal, proporcionándoles una satisfacción emocional que se deriva de la amistad con sus compañeros.

Así como una buena socialización brinda a los niños y niñas oportunidades y aspectos positivos, también existen riesgos en el desarrollo social del ser humano. A estos riesgos Hurlock (1982), los llama privación social y lo define como las pocas oportunidades de asociarse con otros. La privación social, fomenta la prolongación del egocentrismo característico en todos los bebés y la tendencia a la introversión. Una vez se desarrollan estas tendencias asociales, es difícil modificarlas y fomentar el desarrollo de conductas y actitudes más sociables.

 

23  

Por otro lado, la participación social excesiva puede ser dañina, debido a que priva a los niños de oportunidades para el desarrollo de sus recursos internos, los cuales les permitirán sentirse felices cuando las circunstancias los obliguen a estar solos; se sentirá perdidos cuando no puedan estar con otras personas y hacer todas las cosas con ellas. Por lo anterior, Hurlock considera, que los niños y niñas tienden a hacerse sociables de manera indiscriminada, con el objetivo de estar con otros sólo por tener contactos sociales, sin que importe si coinciden o no con sus intereses. Esto no contribuye a desarrollar actitudes sociales sanas, lo que es peor, los niños y niñas que desean compañerismo de cualquier clase, tan sólo para evitar encontrarse solos, se hacen inestables en sus intereses y valores; cambiando incluso sus personalidades, para adaptarse a las de los adultos o los otros niños con los que se asocian, esperando obtener su aceptación.

De lo anterior expuesto, se puede concluir que es en la primer infancia donde el proceso de socialización se desarrolla con mayor intensidad. Compartiendo con sus familias, los niños y niñas aprenden a diferenciar lo bueno y aceptable, de lo malo o inaceptable en su comportamiento. Así mismo, inician el proceso para la formación de sus habilidades sociales, el cual se continua en la escuela, donde se forman habilidades más complejas y específicas.

 

24  

1.2.2. Habilidades Sociales

1.2.2.1.

Definición

A continuación se presentan varias definiciones del concepto de habilidades sociales, propuestos por varios autores:

Ladd y Mize (s.f.), citado por Hidalgo y Abarca (2000) consideran que las habilidades sociales son aquellas que sirven para organizar cogniciones y comportamientos en un curso de acción integrada, dirigida hacia objetivos sociales o interpersonales culturalmente aceptables.

Según Gismero (2002) la conducta asertiva o socialmente habilidosa es un conjunto de respuestas verbales y no verbales, independientes y específicas; por medio de las cuales toda persona expresa en un contexto interpersonal sus necesidades, sentimientos, preferencias, opiniones o derechos, con respeto y sin mostrar ansiedad; obteniendo a su vez refuerzos externos que premian su manera de relacionarse.

Así mismo, Nelly (2002) afirma que las habilidades sociales son aquellas conductas aprendidas por la persona, las cuales le ayudan a obtener o mantener

 

25  

el reforzamiento dado por el ambiente. Además indica, que en la medida que un individuo interactúe satisfactoriamente con otros, recibirá cada vez más feedback social positivo y llegará a calificar de forma más positiva su propio yo.

Para Roca (2005) las habilidades sociales son una serie de conductas, emociones y pensamientos, que aumentan las posibilidades de llegar a desarrollar y mantener relaciones sociales interpersonales que sean satisfactorias.

Del Prette y Del Prette (2002), definen las habilidades sociales como el desempeño de la persona frente a las situaciones interpersonales, considera que las mismas tienen diversos componentes que se van desarrollando a lo largo de la vida. Continua afirmando que en la vida adulta y en la tercera edad siguen siendo importantes para poder establecer y mantener el contacto social.

Rodríguez (2013) define las habilidades sociales como un conjunto de capacidades que le permiten a la persona desenvolverse de forma eficaz en la sociedad, imprescindibles para la adaptación de los niños y niñas en el entorno que se desarrollan y posteriormente como adultos. Continua exponiendo la importancia de comprender que las habilidades sociales son aprendidas, no innatas; son recíprocas por naturaleza, incluyen conductas verbales y no verbales, están determinadas por el reforzamiento social tanto positivo como negativo y son

 

26  

necesarias para un desarrollo integral.

Caballo (2007) menciona que debido a la compleja naturaleza de las habilidades sociales se han propuesto múltiples definiciones. A pesar de ello, hay un acuerdo general sobre el uso del término habilidades, el cual se refiere a un conjunto de capacidades de actuación que son aprendidas y están sujetas a circunstancias culturales y sociales.

Continua Caballo (2007) citando a Alberti, exponiendo las siguientes propiedades de las habilidades sociales:



Son características de la conducta de las persona.



Son características específicas a la persona y a la situación, no universales.



Deben contemplarse dentro del contexto cultural de cada persona.



Están basadas en la capacidad de cada persona de escoger libremente sus acciones.



Son características de la conducta social eficaz, no dañina.

Por otra parte, citando a Van Hasselt, Caballo (2007) lista tres elementos básicos en las habilidades sociales:

 

27  

1.

El significado de una conducta, depende de la situación en la que se presente, por lo que las habilidades sociales son específicas de cada situación.

2.

Las respuestas verbales y no verbales de las personas son aprendidas, así mismo la efectividad interpersonal a partir de las conductas demostradas.

3.

La capacidad de actuar sin causar daño físico o verbal a los otros, se deriva del comprender que todas las personas son importantes y se les debe respeto.

Así, Caballo (2007) concluye conceptualizando las habilidades sociales tomando en cuenta las siguientes premisas:



Son un repertorio de conductas adquiridas principalmente a

través del aprendizaje. Por lo anterior una variable crucial para éste aprendizaje es el entorno interpersonal en el que se desarrolla y aprende el niño.



Tiene componentes motores y manifiestos como lo es la

conducta verbal; emocionales y efectivos, entre los que podemos mencionar la ansiedad o alegría y cognitivos, como la percepción social y lenguaje.

 

28  



Dan respuestas específicas a situaciones concretas. Se ponen en

juego siempre en contextos interpersonales, lo que significa que está implicada más de una persona.

1.2.2.2.

Clasificación de las habilidades sociales

Goldstein, Sprafkin, Gershaw y Klein (1996) consideran que se pueden encontrar tres grandes grupos de habilidades sociales según el tipo de destreza que se desarrolla:

a)

Cognitivas: Son todas aquellas en las que intervienen

aspectos relacionados con el pensar. Por ejemplo: Identificación de necesidades, preferencias, gustos y deseos de uno mismo y de los demás, habilidad en resolución de problemas mediante el uso del pensamiento alternativo y racional, identificación y discriminación de conductas socialmente deseables, entre otros.

b)

Emocionales: Son todas aquellas habilidades relacionadas

con el sentir, en donde está implicada la expresión, así como la manifestación de diversas emociones como la ira, alegría, vergüenza, tristeza, enfado, etc.

 

29  

c)

Instrumentales: Son todas aquellas habilidades que tienen

una utilidad. Entre ellas podemos mencionar:



Conductas

verbales:

Inició

y

mantenimiento

de

conversaciones, formulación de preguntas, generar respuestas, etc. •

Conductas No verbales: Postura, tono de voz, intensidad,

gestos y contacto visual. •

Alternativas a la agresión: Rechazo de provocaciones,

negociación en conflictos, etc.

Así mismo, Goldstein et al. (1996) plantean otra clasificación en las habilidades sociales, derivada de la habilidades cognitivas, emocionales e instrumentales y estrechamente relacionada al grado de complejidad que ellas presentan para su aprendizaje y uso:

a)

Habilidades

sociales

básicas:

Escuchar,

iniciar

una

conversación, mantener una conversación, formular una pregunta, dar las gracias, presentarse, presentar a otras personas, hacer un elogio. b)

Habilidades sociales avanzadas: Pedir ayuda, participar,

dar y seguir instrucciones, disculparse, convencer a los demás. c)

Habilidades sociales relacionadas con los sentimientos:

Conocer los propios sentimientos, expresar los sentimientos, comprender

 

30  

los sentimientos de los demás, enfrentarse con el enfado de otro, expresar afecto, resolver el miedo, auto-recompensarse. d)

Habilidades alternativas a la agresión: Pedir permiso,

compartir algo, ayudar a los demás, negociar, empezar el autocontrol, defender los propios derechos, responder a las bromas, evitar los problemas con los demás, no entrar en peleas. e)

Habilidades para hacer frente al estrés: Formular y

responder a una queja, demostrar deportividad después de un juego, resolver la vergüenza, arreglárselas cuando le dejan de lado, defender a un amigo, responder a la persuasión, responder al fracaso, enfrentarse a los mensajes contradictorios, responder a una acusación, prepararse para una conversación difícil, hacer frente a las presiones del grupo. f) Habilidades de planificación: Tomar decisiones, discernir sobre la causa de un problema, establecer un objetivo, determinar las propias habilidades, recoger información., resolver los problemas según su importancia, tomar una decisión, Concentrarse en una tarea.

1.2.2.3.

Importancia en la adquisición de habilidades sociales

McClellan y Katz (s.f.) citados por Owen (1997) afirman que durante las últimas dos décadas se han acumulado gran cantidad de evidencias indicando que los niños alrededor de los seis años de edad al alcanzar un mínimo de habilidad social, tienen altas probabilidades de estar en riesgo durante su vida, ya que estas

 

31  

limitaciones en el desarrollo de las relaciones sociales pueden generar: salud mental pobre, abandono escolar, bajo rendimiento y otras dificultades. Por lo que se debe considerar para los escolares un programa donde se incluyan evaluaciones periódicas, formales e informales, del progreso de los niños en la adquisición de habilidades sociales.

Hartup (1992) citado por Navarro (2003), sugiere que la importancia de una sana y adecuada interrelación en la infancia entre iguales, contribuye en gran medida no sólo al desarrollo cognitivo y social, sino además, a la eficacia con la que funcionamos como adultos. Por lo anterior, el mejor indicador infantil de la adaptación adulta no es el coeficiente de inteligencia (CI), ni la conducta en clase, sino la habilidad con que los niños y niñas se lleven con otros. Los niños que generalmente son rechazados, agresivos, problemáticos, incapaces de mantener una relación cercana con otros niños y que no pueden establecer un lugar para ellos mismos en la cultura de sus iguales, están en condiciones de alto riesgo.

Kelly (2002) agrega que las habilidades sociales

pueden considerarse

como vías o rutas hacia los objetivos de una persona. Brindan a la persona que las posee capacidad para relacionarse con los demás de una forma fácil y eficaz; pudiendo así transmitir y recabar información sin tropiezos durante las conversaciones, dejando a los demás con una agradable sensación después de la interacción; lo cual es muy importante para el sano desenvolvimiento de todo  

32  

persona.

1.2.2.4.

Obstáculos para la adquisición de habilidades sociales

Según Arroyo (2003), cuando se habla de niños con déficit en las habilidades sociales, se refiere a niños y niñas inhibidos, tímidos, aislados, agresivos o impulsivos; quienes a su vez, no son capaces de defender sus derechos, son excesivamente controlados en la expresión de sus sentimientos, se conforman fácilmente a los deseos de los demás, son pasivos, lentos en sus reacciones; además, son poco cooperativos, desobedientes, agresivos, destructivos y poco populares entre sus pares.

Continua exponiendo Arroyo que al estudiar los distintos rasgos o aspectos que presentan los niños al relacionarse con otros, se deben de tomar en consideración los ambientes naturales en los que se desarrollan, dichos ambientes son: el hogar, la escuela y el grupo de pares. El hogar es el primer contexto social del niño, dentro de él aprende los primeros comportamientos inter-personales, siendo la familia la mayor agencia de socialización; cuando las familias son funcionales o saludables, sus miembros tienden a tener contacto entre ellos, sus interacciones son afectuosas y abiertas y esto se ve reflejado fuera del hogar en las relaciones con las otras personas. Caso contrario, cuando los niños se desarrollan dentro de familias con ambientes hostiles, estos niños se muestran agresivos, aislados de la sociedad, dependientes y poco hábiles. En éstos casos

 

33  

el contexto social del niño se convierte en el mayor y más importante obstáculo para una sana socialización.

La escuela es el segundo contexto que influye en la adaptación social de los niños, ya que cumple con dos tareas: la educación y la formación. Por medio de la escuela el niño se relaciona con sus profesores y con otros niños mayores y más pequeños que él. El profesor ejerce una gran influencia en la vida del niño, le sirve como modelo de conductas sociales y modela el comportamiento del niño a través de los proceso de refuerzo. De la misma manera que en el contexto familiar, un profesor con conducta hostil y dominante resulta un gran obstáculo para el niño que esta desarrollándose y buscando patrones de conducta que aprender, lo vuelve poco cooperativo y en algunos casos se ven afectados en su autoestima, lo cual afecta su desenvolvimiento social.

Por último esta el grupo de pares, que es el tercer contexto dentro del cual el niño se desarrolla y aprende las habilidades necesarias para una sana socialización. Compartiendo con sus pares, el niño tiene la oportunidad de autoconocerse, aprender y entrenar las habilidades sociales que ha adquirido, además le ayuda a desarrollar su propia identidad e individualidad, y a ensayar nuevos patrones de comportamiento. Privar a los niños y niñas de estas experiencias consistiría igualmente en un obstáculo en su sano desarrollo social.

En resumen, el hijo único es aquel niño o niña que crece dentro del seno familiar sin hermanos con quien compartir y jugar; posee características  

34  

particulares, que lo hacen diferente a los otros niños; como alta autoestima, liderazgo, creatividad, toman menos riesgos, fidelidad a sus amigos, entre otras. Por el contrario en ocasiones el hijo único se presenta como autoritario, dependiente, tímido, en ocasiones con dificultad para expresar sus deseos y necesidades; puede ser impulsivo y poco tolerante. Todas éstas características forman parte del conjunto de conductas sociales que todo niño puede manifestar en situación específicas y van determinando la interacción que tendrá con las personas que le rodean, ayudando así o no, en el proceso de socialización que desde los primeros meses de vida inicia; se entiende por lo anterior, que todas aquellas características de la conducta social asertiva promueven habilidades sociales y todas aquellas características no asertivas inhibirán las habilidades sociales que la persona pueda ir adquiriendo. Una persona con buenas habilidades sociales es capaz de crear un ambiente agradable para una conversación, sabe convencer y motivar a otros, resolver conflictos, analizar problemas desde distintas perspectivas, etc. La compleja naturaleza de las habilidades sociales ha dado lugar a numerosas definiciones. Generalmente, las habilidades sociales son consideradas como un conjunto de comportamientos interpersonales complejos. Cuanto más estimuladas estén, menor será el déficit que presente la persona y como resultado se tendrá una mayor satisfacción personal e interpersonal, tanto a corto como a largo plazo.

Se concluye, que las habilidades sociales son imprescindibles en el desarrollo humano, ya que son los cimientos que le permitirán a la persona desde

 

35  

la primera infancia establecer fuertes y adecuados lazos de convivencia con quienes le rodean. Son aprendidas a lo largo del proceso de socialización, por lo que, según algunos de los estudios mencionados anteriormente, los hijos únicos pueden presentar dificultades en la adquisición de éstas habilidades, al estar rodeados principalmente de adultos.

 

36  

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La familia que tradicionalmente se conocía compuesta por madre, padre e hijos, cada vez esta más lejos de la realidad moderna. En la actualidad un creciente número de familias optan o pueden por diversas razones, concebir un solo hijo. Como consecuencia, la familia núcleo de la sociedad, esta siendo integrada cada vez más por hijos únicos, quienes crecen rodeados de adultos, sin hermanos con quien compartir o jugar.

Todos los niños y niñas en la infancia, principalmente a través de sus iguales y con ellos, aprenden a compartir sus pertenencias y su tiempo, aprenden el autocontrol y la tolerancia, a ser empáticos y respetuosos. El hijo único, no tiene hermanos con quien convivir diariamente y a toda hora, con quienes goza de experiencias que le ayudan al adecuado desarrollo social y emocional; dando lugar a pensar, que ser hijo único es una desventaja, debido a la privación de éstas experiencias de aprendizaje; mientras que la atención exclusiva de los padres puede conducir además al consentimiento excesivo y sobreprotección; ocasionando así, carencias en sus habilidades sociales, las cuales se traducen como la capacidad de interactuar con los demás satisfactoriamente en un contexto social determinado. Por otro lado, es importante considerar, que es una realidad que el hijo único pude tener más estimulación debido a la cantidad de atención que recibe de sus padres, desarrollando así de forma más rápida la inteligencia y lenguaje, además de la habilidad de establecer sus propios juegos.

 

37  

Por lo anterior, surge la importancia de conocer: ¿Qué características de socialización facilitan o impiden la adaptación social en hijos únicos, en edades de 6 a 9 años, quienes viven con ambos padres?

2.1.

Objetivos

2.1.1. Objetivo General

Establecer las características sociales que facilitan o impiden la adaptación social en hijos únicos, en edades de 6 a 9 años, quienes viven con ambos padres.

2.1.2. Objetivos Específicos

Determinar el perfil de socialización con base en las características sociales evaluadas a través de la aplicación de la Batería de Socialización BAS 1 y 2.

Identificar las características sociales que facilitan la socialización en el grupo de hijos únicos evaluados.

Identificar las características sociales que impiden/inhiben la socialización en el grupo de hijos únicos evaluados.

Determinar si existe diferencia entre las características sociales que facilitan y que impiden la socialización, según el género.  

38  

2.2.

Variables de Estudio

2.2.1. Hijos Únicos 2.2.2. Características de socialización

2.3.

Definición de Variables

2.3.1 Definición Conceptual

Hijo Único

Persona que nació para estar sola y es feliz en medio de todos aquellos que lo cuidan, suplen sus necesidad y brindan protección y apoyo (Tiéche, 2000).

Características de socialización

La conducta socialmente habilidosa, es ese conjunto de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal, siendo capaz de expresa sus sentimientos, deseos, opiniones o derechos, de un modo adecuado a la situación; respetando a su vez esas conductas en los demás, y generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas (Caballo, 2007).

 

39  

2.3.2 Definición Operacional

Hijo único

Son los sujetos, hijos únicos, que participaron en esta investigación y cuyas habilidades sociales fueron descritas por sus padres y profesores a través de la batería de Socialización Bas 1 y 2.

Características de socialización

Son el conjunto de rasgos sociales en hijos únicos, medidos a través de la Batería de Socialización: BAS 1 (para profesores) y BAS 2 (para padres), que toma en cuenta 4 escalas de características facilitadoras para la socialización y 3 escalas de características inhibidoras o perturbadoras en el proceso de socialización (Silva y Martorell, 2010).

Los aspectos facilitadores son todas aquellas características que posee el sujeto que favorecen y ayudan a su adaptación social. Estos aspectos facilitadores se midieron en las 4 escalas que evalúa la batería, siendo estas liderazgo, jovialidad, sensibilidad social y respeto-autocontrol (Silva y Martorell, 2010), las cuales se describen a continuación:

1.

Liderazgo (Li), compuesta por 17 elementos; detecta

aspectos de liderazgo en una connotación positiva y adaptativa. Una  

40  

puntación alta indica popularidad, iniciativa, confianza en sí mismo y espíritu de servicio.

2.

Jovialidad (Jv), con 12 elementos; mide extraversión en sus

connotaciones concretas de sociabilidad y buen ánimo. Las relaciones sociales se toman por el lado fácil y alegre de la vida para lograr una buena integración.

3.

Sensibilidad social (Ss), con 14 elementos; evalúa el grado

de consideración y preocupación de la persona hacia los demás, en particular hacia aquellos que tienen problemas y son rechazados y postergados.

4.

Respeto-autocontrol (Ra), con 18 elementos; aprecia el

acatamiento de reglas y normas sociales que facilitan la convivencia en el mutuo respeto. Se valoran el sentido de responsabilidad y autocrítica así como asumir un rol maduro en las relaciones interpersonales.

Los aspectos inhibidores son aquellos rasgos o características que le estorban a la persona en su búsqueda de una adecuada socialización. Para evidenciarlos se utilizó las 3 escalas de aspectos inhibidores o perturbadores, de la Batería de Socialización: agresividad-terquedad, apatía-retraimiento y ansiedadtimidez (Silva y Martorell, 2010), que a continuación se describen:

 

41  

1.

Agresividad-terquedad (At), con 17 elementos; detecta

varios aspectos de la conducta impositiva, perturbadora y a veces francamente antisocial. Su núcleo principal está en la resistencia a las normas, la indisciplina y la agresividad verbal o física. Además, se relaciona con la hiperactividad motriz.

2.

Apatía-retraimiento (Ar), con 19 elementos; aprecia el

retraimiento social, la introversión y, en casos extremos, un aislamiento; hay otros contenidos relacionados con éstos, como: la torpeza, la falta de energía e iniciativa (apatía) y, en grados extremos, depresión.

3.

Ansiedad-timidez (An), con 12 elementos; mide varios

aspectos relacionados con la ansiedad (miedo, nerviosismo) y relacionados con la timidez (vergüenza) en las relaciones sociales.

2.4.

Alcances y Límites

La investigación se realizó con las profesoras y las madres y/o padres de 15 hijos únicos, con el fin de establecer las habilidades sociales dentro del contexto escolar y familiar. Se tomó en cuenta hijos únicos que viven con ambos padres, en el área de la cuidad de Guatemala, Guatemala; por lo que los resultados no deben generalizarse a hijos únicos que cumplan con características distintas.  

42  

Se dieron varias limitantes durante la presente investigación, entre ellas esta, que fue difícil encontrar hijos únicos que vivan con ambos padres, ya que la mayor parte de ellos, son hijos de madres solteras o padres divorciados, los cuales fueron excluidos para éste estudio. Únicamente se tomaron como muestra a hijos únicos que vivieran con ambos padres. Así mismo se tuvo dificultad para encontrar en un mismo ambiente/lugar un grupo basto de hijos únicos, por lo que, se les tuvo que extraer de diversos contextos. A estas limitantes, se les unió que algunas instituciones educativas no estuvieron en la disposición de participar en dicho estudio. Igualmente no se encontraron referencias bibliográficas reciente, variadas e importantes con relación a los temas tratados en la investigación, por lo que se tuvo que recurrir a autores de varios años atrás para algunas definiciones y conceptos, con el fin de darle a la investigación contenido de calidad.

2.5.

Aportes

La presente investigación tuvo como finalidad

aportar conocimientos

acerca de las habilidades sociales en hijos únicos, además de establecer los aspectos facilitadores y los aspectos inhibidores que éstos presentan en la socialización. Así mismo, los principales beneficiados serán los hijos únicos; ya que por medio de los resultados que se obtuvieron en este estudio, sus padres y profesoras reconocerán sus fortalezas para potenciarlas, además de sus debilidades para trabajar en ellas, evitando que a futuro presenten problemas en las relaciones sociales.

 

43  

III. MÉTODO

3.1.

Sujetos

Los sujetos del estudio son 15 hijos únicos, quienes fueron evaluados a través de sus profesoras y madres o padres. La muestra estuvo conformada por 7 niñas y 8 niños, entre las edades de 6 a 9 años, quienes viven con ambos padres en la cuidad de Guatemala, provenientes de familias de clase media y media alta. El tipo de muestreo que se utilizó fue el muestreo elegido por conveniencia, el cual es una técnica del muestreo no probabilístico, en donde los sujetos, son seleccionados dada la conveniente accesibilidad y proximidad para el investigador (Hernández, Fernández y Baptista, 2006).

3.2.

Instrumento

Para este estudio, se utilizó la Batería de Socialización BAS, de F. Silva Moreno y Mª C. Martorell Pallás (2010). Este instrumento se elaboró para detectar varios aspectos de la conducta social en escolares. A partir de su aplicación se obtiene un perfil de socialización con cuatro escalas de aspectos facilitadores (liderazgo, jovialidad, sensibilidad social y respeto-autocontrol) y tres escalas de aspectos perturbadores o inhibidores (agresividad-terquedad, apatía-retraimiento, ansiedad-timidez). También se obtiene una apreciación global del grado de adaptación social. Evalúa la socialización de niños y niñas en ambientes escolares y extraescolares. El test BAS esta conformado por dos clases, la BAS-1 esta  

44  

destinada para los profesores, quienes valoran la socialización de sus alumnos y la BAS-2 es versión para los padres o madres.

Una de

las características más importantes de una prueba es la

confiabilidad o consistencia. Este estadístico indica la precisión (confiabilidad) de las medidas, es decir, el grado en que están libres de errores causales o aleatorios. En ambas versiones del BAS se han calculado coeficientes de consistencia interna, estabilidad temporal y de convergencia entre evaluadores; los índices son satisfactorios para instrumentos de este tipo, Silva y Martorell (2010).

En cuanto a la validez de la BAS, el conjunto es sin duda igualmente satisfactorio. Los análisis de tipo estructural y de contenido arrojan dimensiones estables y claras en su interpretación, los cuales se relacionan entre sí de manera ordenada y esperable; la consistencia interna en todos los casos, así como, la estabilidad temporal, se mueven en límites razonables. Además, la estabilidad en los resultados de la BAS están avalados por estudios de validación cruzada (Silva y Martorell, 2010, p. 25).

La Batería de Socialización puede ser aplicada colectiva o individualmente, en un tiempo aproximado de aplicación de 20 minutos (no tiene límite de tiempo). Para su interpretación, se transforman las puntuaciones directas (PD) en percentiles (PC); teniendo en cuenta la versión aplicada, es decir si se aplicó BAS-

 

45  

1 o BAS-2, la edad y el sexo del niño evaluado; consultando los baremos correspondientes se lleva a cabo dicha transformación. Se realizó la interpretación de los resultados, tomando únicamente en cuenta el percentil alcanzado en cada una de las escalas de la BAS, comparándolos con la bibliografía proporcionada en el manual del test y relacionando los aspectos que se evalúan en el instrumento.

3.3.

Procedimiento

Para realizar la presente investigación se llevaron a cabo los siguientes pasos: •

Se solicitó colaboración a distintos padres de hijos únicos para

que formaran parte del estudio y ayudaran contestando la Batería de Socialización (BAS-2). Ellos a su vez, se comunicaron con las profesoras de sus hijos para que ayudaran respondiendo la Batería de Socialización 1 (BAS-1). •

Seguidamente

se

distribuyeron

las

pruebas

contestadas.

 



Posteriormente se calificaron las pruebas.



Se realizó un perfil con los resultados obtenidos.



Se realizó la discusión de resultados.



Se formularon conclusiones.



Se dieron recomendaciones.

46  

para

ser

3.4.

Diseño de Investigación y Metodología Estadística

El presente estudio es una Investigación Descriptiva. Achaerandio (2000), plantea que la investigación descriptiva es aquella que examina sistemáticamente y analiza la conducta humana personal y social en condiciones naturales, en los distintos ámbitos como lo es la familia, la comunidad, la cultura, el sistema educativo formal, así como en el trabajo, lo social, económico, político y religioso; características que fueron tomadas en cuenta para la realización de la presente investigación.

Según Hernandéz, Fernandéz y Baptista

(2006), las investigaciones o

estudios descriptivos miden de manera independiente las variables de estudio, con temas íntimamente relacionados.

La metodología, que se utilizó para esta investigación fue estadística descriptiva, que según Cordoba, Fernández y Cordero (2010) se define como aquella investigación en la que se busca resaltar características importantes de una persona, grupo, comunidad o cualquier otro fenómeno que éste siendo motivo de estudio. Este tipo de metodología permite presentar, describir, recolectar, analizar o interpretar los datos de una muestra. Para analizar los resultados obtenidos se tiene la opción de presentarlos por medio de gráficas o tabulaciones, utilizando el programa Excel.

 

47  

IV. PRESENTACIÓN Y ANÁLISIS DE RESULTADOS

A continuación se presenta los resultados obtenidos, basados en las baterías de socialización aplicadas: Batería de Socialización 1 (BAS-1) para profesores y Batería de Socialización 2 (BAS-2) versión para padres, las cuales son un conjunto de escalas de estimación para evaluar la socialización tanto en niños como en adolescentes dentro del contexto escolar y familiar.

Los elementos de la batería (118 en BAS-1 y 114 en BAS-2) cumplen básicamente dos funciones:

a) Lograr un perfil de socialización con siete escalas:

• cuatro de aspectos positivos/facilitadores: Li

Liderazgo

Jv

Jovialidad

Ss

Sensibilidad social

Ra

Respeto-autocontrol

• tres de aspectos negativos/perturbadores/inhibidores:

 

At

Agresividad-terquedad

Ar

Apatía-retraimiento

An

Ansiedad-timidez 48  

b) Obtener una apreciación global de la socialización, con la escala: Cs

Criterial-socialización

Se inicia la presentación y análisis de resultados con una gráfica general de los datos obtenidos de la BAS 1 y 2; seguidamente se muestra la misma gráfica, agrupando en tres distintas dimensiones las características sociales evaluadas, complementando así, desde otra perspectiva el análisis. Luego se observan dos gráficas comparando los resultados en relación al género. Por último se exponen los resultados donde se demuestra que los puntajes dados por los padres de los hijos únicos, difieren de los otorgados por sus profesoras, esté fue un hallazgo significativo que se encontró en el estudio.

 

49  

Gráfica 4.1. RESULTADOS BATERIA DE SOCIALIZACIÓN BAS 1 Y 2

Esta gráfica muestra los resultados de la BAS 1 y 2 aplicada a 8 niños y 7 niñas en edades de 6 a 9 años, quienes conformaron la muestra. Se observa en especial que la escala Criterial-socialización (Cs) se sitúa por arriba de la media, con un percentil de 59; lo cual evidencia una aceptable adaptación social de los sujetos evaluados, en consecuencia las relaciones que tengan o inicien serán apropiadas, al mostrar rasgos o características que faciliten en general la interacción con las demás personas.

Se analizan además las cuatro escalas facilitadoras para la socialización tomadas en cuenta en la BAS, las cuales son: Liderazgo (Li), Jovialidad (Jv), Sensibilidad social (Ss) y Respeto-autocontrol (Ra), ubicadas en la parte superior  

50  

de la gráfica. Entre ellas liderazgo alcanzó el percentil más alto, indicando popularidad, iniciativa, confianza en sí mismos y espíritu de servicio. Por otro lado y a pesar que el criterial-socialización se encuentra por arriba de la media, no la sobre pasa por mucho, esto se debe a percentiles obtenidos muy cerca de la misma en las otras escalas, tal como lo podemos observar en Respeto-autocontrol (Ra); el percentil 54 que se obtuvo en esta escala muestra un sutil aprecio al acatamiento de reglas y/o normas sociales que facilitan la convivencia, además se valora el sentido de responsabilidad y auto-crítica. Se analiza además, que habiendo alcanzando un 60 percentil en Jovialidad (Jv), y 57 percentil en Sensibilidad social (Ss) las relaciones sociales de los sujetos evaluados están orientadas por el lado alegre y fácil de la vida, preocupándose considerablemente por los demás en particular por aquellos que tienen problemas y/o son rechazados.

En la parte inferior de la gráfica y muy cerca de la media, se observan las tres escalas perturbadoras de la socialización consideradas por la BAS. Apatíaretraimiento (Ar) y Agresividad-terquedad (At), con percentiles de 44 y 43 respectivamente, que reflejan de alguna manera retraimiento social y falta de iniciativa; resistencia a las normas e indisciplina. Así mismo, Ansiedad-timidez (An), fue la característica social menos evidenciada, mostrando en los hijos únicos evaluados poca timidez, miedo o nerviosismo en las relaciones sociales.

 

51  

Gráfica 4.2.

Para complementar el análisis de los resultados obtenidos en la Batería de Socialización 1 y 2, se presenta la gráfica 4.2. En ella se resaltan tres distintas agrupaciones o dimensiones generales, que permiten analizar desde otro punto de vista las características sociales evaluadas. Dichas agrupaciones son:

1. De socialización, integrada por Liderazgo, Jovialidad y Sensibilidad social (Li+Jv+Ss). Este grupo de características fue el que en promedio alcanzó los percentiles más altos, evidenciando buenas relaciones sociales.

2. De problemas de personalidad, comprendiendo Agresividadterquedad

y

Respeto-autocontrol

contraponen: (Ra) es  

(At+Ra).

Éstas

escalas

se

característica facilitadora, y (At) es una 52  

característica que impide o perturba la socialización. Ambas se encuentran muy cerca de la media, combinando las características de la conducta social que los hijos únicos muestran; por ejemplo, son disciplinados pero en ocasiones se revelan a la autoridad, manejan bien sus emociones, sin embrago tienen episodios de descontrol y cólera.

3. Problemas de conducta, en donde se incluyen las escalas de Apatía-retraimiento y Ansiedad-timidez (Ar-An). Éstas escalas además forman parte, de las características que impiden o perturban la socialización.

En la gráfica se presentan con los percentiles más

bajos, indicando que los rasgos correspondientes a ellas como aislamiento, nerviosismo, falta de iniciativa, entre otros, se muestran sutilmente en los hijos únicos evaluados.

 

53  

Grafica 4.3. RESULTADOS POR GÉNERO RESULTADOS BAS 1 Y 2 / NIÑAS

Gráfica 4.4. RESULTADOS BAS 1 y 2 / Niños

 

54  

En la gráfica 4.3 se puede observar, como las niñas obtuvieron un punteo más alto en la escala criterial-socialización (Cs). Las niñas presentan resultados como los esperado; percentiles altos en las características facilitadoras de la socialización (Li, Jv, Ss, Ra), y percentiles bajos en las características perturbadoras (At, Ar, An); evidenciando así, que gozan de mejor adaptación e interacción social que los niños evaluados. Mientras que en los resultados de los niños, gráfica 4.4, no se evidencia una gran diferencia entre los punteos de las características facilitadoras de la socialización y características perturbadoras. Los resultados oscilan cerca de la media, por lo que no resalta alguna característica social más relevante en este grupo. Presentan punteos que indican cierta facilidad en sus relaciones sociales su buena disposición y empatía, control de sus emociones y participación, así mismo, y cercanos a las características anteriormente indicadas, están los rasgos perturbadores, donde los que más resaltan son rasgos agresivos.

 

55  

Grafica 4.5. RESULTDOS BAS 1 (VERSIÓN PARA PROFESORES)

Gráfica 4.6. RESULTADOS BAS 2 (VERSIÓN PARA PADRES)

 

56  

Así mismo se encontró un hallazgo significativo en ésta investigación, el cual se presenta en las gráficas 4.5 y 4.6, que evidencian que los padres y/o madres que evaluaron para éste estudio a sus hijos únicos, dieron punteos más bajos en las diferentes escalas, en comparación con los obtenidos en la BAS 1, contestado por las profesoras. El análisis de éstos resultados hace pensar que la apreciación que tienen los padres de sus hijos únicos esta basada en una adaptación social incluso por debajo de la media y que ante la percepción social de sus hijos son más críticos.

Liderazgo (Li) fue la única característica social que superó la media, con base en la percepción de los padres la media, ya que alcanzó un percentil de 64; todas las demás características evaluadas se observan por debajo de la misma, otorgando a los sujetos rasgos en su conducta social, tales como: poco ánimo e iniciativa, falta de interés por los problemas de los demás, pérdida de responsabilidad, en ocasiones indisciplinados y agresivos en sus relaciones sociales. Por el contrario las profesoras califican al grupo de hijos únicos a través de un percentil 71 en la escala criterial-socialización, indicando que para ellas la adaptación social de los sujetos es buena, mostrando alegría, positivismo, empatía, control de sus emociones, respeto por sí mismos, por los demás y por las normas a seguir. Asimismo que las características perturbadoras son probamente observadas por ellos en este grupo e niños.

 

57  

V. DISCUSIÓN DE RESULTADOS

Las habilidades sociales son conductas aprendidas de forma natural, las cuales le dan a la persona que las posee, mayor capacidad de logro en los objetivos que persigue; se basan principalmente en el dominio de las habilidades de comunicación, así como del buen autocontrol emocional. Estas habilidades pueden o no estar presentes en los hijos únicos, como cualquier otra persona, sin embargo se ha tenido la creencia de que carecen de ellas. Algunos expertos como George Stanley Hall, citado por Quinchanegua (2013), creían que ser hijo único era “una enfermedad en sí misma” debido a la carencia de iguales con quien crecer, aprender y compartir, lo cual podría afectar de algún modo su interacción social. Sin embargo, no hay parámetros establecidos que puedan definir como será un hijo único, ya que ellos se ven influenciados por su entorno familiar, estilos de crianza, inteligencia emocional y estabilidad familiar que los padres les puedan dar.

Para verificar lo dicho por este autor y otros, en este estudio se indagó a un grupo de 15 hijos únicos a través de la percepción de sus padres y profesoras, respecto a sus habilidades sociales y cuales usan más para obtener una adaptación social adecuada. Se aplicó la Batería de Socialización BAS 1 y 2, dirigida a profesores y padres; la cual evalúa escalas de estimación (rating) en cuatro dimensiones facilitadoras de la socialización (Liderazgo, Jovialidad, Sensibilidad social y Respeto-autocontrol), así como tres perturbadoras de la misma (Agresividad-terquedad, Apatía-retraimiento y Ansiedad-timidez), y una  

58  

escala global de adaptación social o Criterial-socialización (Silva y Martorell, 2010).

Con base en los resultados obtenidos en este estudio, se evidenció que los hijos únicos muestran en general una aceptable socialización. Poseen varias destrezas que le permiten tener éxito en sus relaciones sociales, en especial y sobresaliendo la capacidad de liderazgo, que fue la habilidad más alta. Le siguieron las habilidades de respeto-autocontrol, jovialidad y sensibilidad social. Estos indicadores se contraponen a lo dicho por Quinchanegua (2013). Mientras que con la investigación de Pérez y Garaigordobil (2004), se confirma que los niños y niñas con buena adaptación social muestran además niveles altos de autoconcepto y se caracterizan por ser emocionalmente estables, perseverantes y respetuosos a las normas, confiados y seguros de sí mismos, tranquilos y relajados. Así lo confirma también Higueros (2009) al obtener resultados parecidos en la investigación que realizó, en la cual buscó conocer de que forma se ven afectadas las habilidades sociales de los hijos únicos respecto a la de sus pares. Concluyó que los y las adolescentes hijos únicos, no se ven afectados en la forma de relacionarse con los demás por la ausencia de un subsistema fraterno, y rompe así con la creencia que los hijos únicos se desarrollan de manera distinta a los hijos que cuentan con hermanos.

Continuando con el análisis de las escalas de este estudio, estas se presentan divididas en dos grupos: uno correspondiente a rasgos o características facilitadoras y otro que contiene los rasgos que impiden o perturban la  

59  

socialización. Entre ellas la escala más destacada (y mencionada anteriormente) es liderazgo, la cual sugiere seguridad y popularidad. Lo anterior se confirma con lo expuesto por Zabaleta (2011) refiriéndose a los hijos únicos, como personas como cualquier otra, siendo en su mayoría autónomos, confiados, que se sienten cómodos con sí mismos y con sus logros. En su contexto social, los hijos únicos son agradables, saben relacionarse con amabilidad y liderazgo.

Las otras escalas incluidas en el grupo de rasgos facilitadores muestran de igual forma la buena relación social, la convivencia jovial y con alegría que mantienen los hijos únicos en su trato con los demás, además que generalmente ven el lado bueno a cada suceso. Éste hecho se evidenció en la investigación citada por Bastida (2010) en la que estableció que los hijos únicos son capaces de socializar sin problemas con otros niños y siempre están abiertos y buscando vivazmente con quien poder jugar.

En lo referente a la escala de sensibilidad social, se evidenció en el estudio que el hijo único es capaz de ser empático, preocuparse de los demás y de lo que les pueda acontecer. De igual manera en la escala de respeto-autocontrol, se reveló un adecuado control de emociones y acciones, mostrando respeto en general tanto por normas como por las personas. Estos aspectos no han sido indagados por otros investigadores que confirmen la importancia de éste rasgo para una adecuada socialización. Sin embargo en éste estudio se comprobó.

Por otro lado, las escalas de rasgos o características que impiden la  

60  

socialización, al haber obtenido punteos debajo de la media, sugieren a su vez apropiado desarrollo social; es decir, si las conductas sociales que obstaculizan la adaptación social, están presentes en los hijos únicos, no lo están tanto como para perjudicar la interacción social. Es así, como la conducta en ocasiones antisocial e impositiva de agresividad-terquedad, puede presentarse de forma sutil en los hijos únicos evaluados, con en cualquier otro niño con distintas condiciones. De igual manera el retraimiento e introversión, la falta de iniciativa, apatía, retraimiento y la ansiedad o timidez, tal como se evidenció en los sujetos de estudio. Lo anterior es completamente distinto a lo afirmado por Caro, Frias, Maturana, Quiroz y Rioseco (2000) quienes realizaron una investigación con el fin de comprobar si ser hijo único determina el desarrollo de ciertos patrones de conducta y de verificar si ser hijo único influye en la socialización. En su estudio concluyeron que algunos hijos únicos se muestran inseguros y dependientes, lo cual afecta su desarrollo social.

Es importante también resaltar otros datos que se evidenciaron en los hijos únicos. En el análisis comparativo por género, se pudo determinar que el grupo de niñas presentaron habilidades sociales más desarrolladas, con lo que se podría afirmar que las hijas únicas muestran mejor adaptación social que los hijos únicos. Lo anterior se confirma, con los resultados presentados en la investigación realizada por Lacunza y Contenti (2009), en la que buscaron describir una serie de habilidades sociales en niños de 3 a 5 años, según el sexo y los niveles de pobreza. Estos investigadores pudieron confirmar que, según la percepción parental, las niñas muestran mejores habilidades sociales con respecto de los niños. Así mismo, Cerdas (2011) expuso un estudio con el objetivo de establecer  

61  

las habilidades sociales que predominan en niños entre 4 y 6 años de acuerdo al género. Sus resultados también reflejaron que hacia los 6 años, el grupo de niñas presenta mayores habilidades sociales que el grupo de niños.

Por último, y como hallazgo definido en este estudio, se encontró que las percepciones otorgadas a los hijos únicos por parte de los padres, fueron más bajas que las aportadas por las profesoras, quienes evaluaron a los hijos únicos dentro del contexto escolar con resultados más altos. Lo anterior llama mucho la atención, señalando que los padres perciben la adaptación de sus hijos con más dificultades o los evalúan desde una posición más crítica.

A manera de conclusión, se puede afirmar que los hijos únicos pueden llegar a desarrollarse como cualquier otra persona, sobre todo en las destrezas sociales que habían sido un mito en ellos anteriormente. Se ha comprobado que poseen altas destrezas para socializar correctamente con sus iguales, con capacidad para dirigir y apoyar a los demás. Son personas con capacidad de empatía y respeto mutuo. Al igual que las demás personas, también pueden mostrar conductas inapropiadas, pero corregibles. Tal como lo describe Marulanda (2000) afirmando que los hijos únicos son líderes innatos debido al lugar que han adquirido dentro de la familia, saben lo que quieren y desarrollan creatividad e imaginación. Así mismo Winnicott (1994) menciona que el mundo y la historia están marcados por personajes prodigios: escritores, grandes aventureros, destacados deportistas, músicos, astronautas y tantos otros que se pueden mencionar, muchos de ellos hijos únicos.  

62  

VI. CONCLUSIONES

• El presente estudio logró determinar que los hijos únicos tienen como perfil social ser personas capaces de dirigir, respetar, mostrando preocupación por los demás y por su entorno, viviendo alegremente.

• Dentro de las habilidades sociales evidenciadas, la destreza que más se destacó en los hijos únicos, definida tanto por los padres como por las profesoras, fue liderazgo, que tiene como características principales la seguridad y popularidad.

• Se identificó que dentro del grupo de habilidades sociales tanto liderazgo, como jovialidad, sensibilidad social y respeto-autocontrol, se destacaron como características facilitadoras de la adaptación social.

• Al mismo tiempo, las características sociales de: agresividad-terquedad, apatía-retraimiento, ansiedad-timidez, que indican dificultades en el proceso de socialización; fueron los aspectos que se mostraron debajo de la media, dentro del perfil de socialización en hijos únicos.

• No se identificó dentro de las características sociales alguna que destaque para perjudicar la socialización del hijo único.

 

63  

• Se determinó que las niñas alcanzaron un mejor perfil de socialización. En consecuencia, se muestra que la adaptación social es más alta en las niñas que en los niños.

• Un hallazgo determinado durante la investigación fue que los resultados emitidos por los padres y por las profesoras en la BAS 1 y 2 difieren marcadamente, dando puntos más altos las profesoras que lo padres de los hijos únicos evaluados. Esto evidencia mayor rigidez en las expectativas de los padres hacia sus hijos únicos en el comportamiento social, mientras que los maestros perciben a los hijos únicos con mejor adaptación social.

 

64  

VII. RECOMENDACIONES

Después de establecer las características sociales que facilitan e impiden el desarrollo de las habilidades sociales en el grupo de hijos únicos evaluados, se presentan las siguientes recomendaciones:

• Es importante cambiar la imagen que se tiene de los hijos únicos, ya que son personas capaces de dirigir, respetar, mostrando preocupación por los demás y por su entorno, viviendo alegremente.

• Reforzar positiva y constantemente las habilidades sociales que facilitan la adaptación social, para que de esta forma sean replicadas por los hijos únicos y garanticen mayores posibilidades de éxito interpersonal.

• Trabajar con los niños hijos únicos en base a las debilidades presentadas dentro de su perfil social, así las diferencias mostradas al ser comparados con las niñas se reducen. Esto se puede conseguir a través de la asertiva y oportuna guía en los distintos ambientes en los que se desenvuelven, dándoles las herramientas para una sana convivencia.



Brindarles a los hijos únicos la oportunidad de dirigir y estar al frente de grupos de trabajo, actividades especiales, grupos de deporte, etc. ya que el liderazgo que presentan es su mayor fortaleza y es importante encausarlo hacia actividades constructivas que generen bien personal y social.

 

65  

• A los padres, es importante hacerles ver que los hijos únicos tienen grandes cualidades y son niños como cualquier otro. Las expectativas que se creen en torno a los hijos únicos deben ser realistas, flexibles y con equilibrio ya que son fundamentales para su sano desarrollo. Una crianza muy rígida puede llevar a los hijos únicos a tener sentimientos de frustración y baja autoestima, como consecuencia de no alcanzar los objetivos que sus padres han trazado para ellos. Es importante darles libertar de equivocarse, caer y volver a levantarse.

• Realizar una charla personal e individual con los padres de cada uno de los niños que participaron en el presente estudio, con el objetivo de presentarles resultados y despejar sus interrogantes, para que así puedan orientar la educación de sus hijos en vías de lograr un sano e integral desarrollo psicosocial.

 

66  

VIII. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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72  

ANEXOS

ANEXO No. 1 Ficha Técnica del instrumento aplicado:

Nombre: BAS, Batería de Socialización. Versiones: Para profesores (BAS-1) y para padres (BAS-2). Autores: F. Silva Moreno y Ma. C. Martorell Pallás. Aplicación: Individual o colectiva. Ámbito de aplicación: Niños y adolescentes de 6 a 15 años. Duración: 20 minutos, aproximadamente. Finalidad:

Escalas de estimación (rating) en cuatro dimensiones

facilitadoras de la socialización (Liderazgo, Jovialidad, Sensibilidad social, Respeto-autocontrol), tres perturbadoras de la misma (Agresividad-terquedad, Apatía-retraimiento y Ansiedad-timidez), y una escala global de adaptación social o Criterial-socialización. Baremación: Percentiles para las escalas de ambas versiones, por sexo y escolarización.

 

73  

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