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TEMA I− SIGLO XVIII Finales del Barroco en Francia Palladianismo. Lord Burlington: arquitecto impulsor del palladianismo inglés. Entre 1714 y 1715 realizó un viaje por Italia. A su regreso a Inglaterra, y a través del primer tomo del Vitruvius Britannicus, obra de Colen Campbell, comenzó a interesarse por la arquitectura de Palladio. Simultáneamente a su inicio en la arquitectura, entró en contacto con William Kent, entonces pintor en Roma y lo adoptó como protegido suyo. En 1719 viajó por segunda vez a Italia con el propósito de estudiar in situ las obras de Palladio. Durante este viaje descubrió un gran número de dibujos de Palladio en la Villa Maser, pudo adquirirlos y los unió a los que anteriormente había conseguido Inigo Jones, creando así la mayor colección de dibujos del arquitecto de Vicenza. Quiso publicarlos, pero solamente llegó a publicar un volumen con dibujos de Palladio sobre las termas romanas. Contribuyó a que William Kent y otros arquitectos ingleses se adhirieran también al palladianismo, entendido como una vuelta a la arquitectura antigua. Evitó, a diferencia de sus seguidores, todos los rasgos no clásicos y manieristas de Palladio. Popularizó el uso de la triple ventana palladiana o veneciana, que tanto utilizarían Kent, Gibbs y otros muchos. En los interiores buscó espacios conformados a la romana, como los salones terminados en exedras o ábsides. Concebía la arquitectura como una suma de elementos aislados, cada uno válido por sí mismo, sin otra soldadura que la simple yuxtaposición. John Wood en Bath. John Wood padre ideó para Bath una serie de actuaciones urbanísticas, algunas de las cuales pasaron a manos de su hijo tras su muerte en 1754. Destacan Queen Square, el Circus y el Royal Crescent, estos último levantado por el hijo. A Wood le atraía el clasicismo y el palladianismo, y quiso aplicar las formas romanas a su ciudad. En sus orígenes, el Circus iba a ser una zona de esparcimiento, pero finalmente se convirtió en una plaza en la que confluyen tres calles. El jardín pintoresco Ya las obras del arquitecto Christopher Wren (s.XVII) −algunas casas campestres para la nobleza y grandes mansiones provincianas− se rodean de lo que se conoce como "Jardín Inglés" o "Jardín Pintoresco": un parque de aspecto selvático, natural y salvaje, con árboles caídos, ramas rotas y descuidadas. A partir de Lord Burlington (1720), arquitecto que ideó y llevó a cabo un jardín pintoresco en su propia casa (William Kent), toda la sociedad burguesa ansiaba tener uno propio. En el paisaje pintoresco, encontramos connotaciones poéticas y bucólicas que evocan el mito griego del jardín de la Arcadia. En él se encuentran en perfecto equilibrio los contrastes: lo feo está en armoniosa unión con lo bello, así cada uno es exaltado y su contraste origina un impacto, en donde el uno realza las virtudes del otro; lo vivo en contraste con lo inerte, verdes árboles y troncos secos; lo luminoso y lo sombrío; lo expuesto a la vista y lo oculto sorpresivo; la vibrante naturaleza y la muerte, la decadencia simbolizada en antiguas ruinas. Esta relación entre la muerte y las ruinas tiene que ver más con la naturaleza cíclica de las cosas −la caída de los imperios y las culturas, por ejemplo− que con la muerte individual. Por esto para la época resulta muy agradable y pintoresco un edificio antiguo −una estructura palladiana− convertido en ruinas. Inglaterra no adoptó la influyente moda del jardín francés, que sí hicieron Austria, Alemania y España. En el siglo XVIII, el arquitecto y pintor William Kent comenzó a proyectar jardines que se basaban en conceptos muy diferentes, retornando a las formas naturales, donde la fantasía y la sensibilidad melancólica llegaba a ser extrema, en una especie de anticipación del Romanticismo. Las atractivas composiciones de Kent incorporaba masas boscosas, grutas, parterres rebosantes de flores, colinas artificiales y juegos de sombras, todo ello en 1
aparente anarquía. Ejemplos de este estilo son los jardines de Carlton y Chiswick. Durante los siglos XIX y XX, el jardín ingles fue imitado por toda la Europa romántica, pero conforme concluía el siglo se fueron perdiendo su base y degenerando en su empleo, hasta el extremo de que las creaciones terminaron siendo aberraciones, donde circunstancias tales como la disposición del terreno no se tenían en cuenta, a pesar de que era éste un elemento fundamental en un jardín paisajista. Lisboa pombalina y urbanismo de ingenieros Pero no queda prácticamente nada de la ciudad: el 1°de noviembre de 1.755, día de Todos los Santos, una sacudida de una violencia inusitada hizo que la ciudad se desplomara como un castillo de naipes. Luego, vendría el maremoto, que en tres minutos, ahogó a diez mil personas. Y, por último, el incendio, que arrasó por completo una ciudad construida, en lo esencial, con madera. Se estima en más del 10% las víctimas inmediatas de la catástrofe (la capital de Portugal contaba entonces aproximadamente con 250.000 habitantes). Todas las riquezas artísticas desparecieron, salvo las de Belém, barrio parcialmente salvado del fuego. La reconstrucción sería pronto emprendida por un ministro riguroso, Carvalho e Melo, futuro marqués de Pombal: de sus planes saldrá una ciudad trazada en ángulo recto. Desde la terraza superior del elevador de la Belle Époque, la mirada desciende hacia el Rossio, que muestra la fachada en peristilo del teatro. En dirección al Tajo, entre las calles paralelas de la ciudad construida por los urbanistas de Pombal, se elegirá la más concurrida, la rua Aúrea (del Oro), que fue en su origen la de los banqueros, los cambistas y que ha sido siempre la de los joyeros. En el extremo Sur, la praça do Comércio fue, durante largo tiempo, considerada como una de las más hermosas realizaciones del urbanismo europeo del siglo XVIII. Plan de París de Pierre Patte M.A. Laugier y el Essai sur l'architecture (1753) En esta obra propone una arquitectura universal natural, partiendo de la primordial cabaña primitiva consistente en cuatro troncos y un tejadillo. El abate jesuíta Laugier la reinterpreta y propone una especie de estructura gótica clasicizada en la que no hay arcos, ni pilastras ni pedestales, ni articulaciones formales, sino intercolumnios acristalados. La cabaña es la base de toda arquitectura. Lo griego superior a lo romano. Los ornamentos deben hacer referencia a la cabaña. Primitivismo. Influencias posteriores, en el siglo XX. Se identifican FUNCIÓN − CONSTRUCCIÓN − ESTRUCTURA − FORMA − SIGNIFICADO Rigorismo italiano: de Carlo Lodoli a Francesco Milizia. CARLO LODOLI Es veneciano, matemático y clérigo. Filtra a la arquitectura el concepto de razón. Realmente no escribió nada, pues fueron sus discípulos Algarotti (Ensayo sobre la arquitectura, 1753) y Memmo (Teoría sobre la arquitectura lodoliana, 1786) RACIONALIDAD ð RACIONALIDAD CONSTRUCTIVA ð uso y puesta en obra de los materiales según su estructura y funcionamiento (la piedra debe parecer piedra y no imitar a la madera, por ejemplo, como sucede en la columnas estriadas clásicas)
ð RACIONALIDAD REPRESENTATIVA ð la arquitectura debe representar su función, su estructura (lo que más adelante derivará en la llamada arquitectura parlante o elocuente 2
ð Mediante el filtro de la razón, Lodoli critica la arquitectura clásica porque emplea elementos fuera de función.
Ejemplo: La cornisa de los edificios sólo sirve para evitar la escorrentía en el muro, por lo que si se coloca en el interior no tiene sentido. Para Lodoli la construcción ETRUSCA es la mejor forma de racionalizar la arquitectura Es partidario de la SINCERIDAD CONSTRUCTIVA = modernización de las teorías rigoristas RESUMEN: Lodoli aplica la racionalidad a la arquitectura ð materiales empleados según sus propiedades y capaces de representar la función del edificio Piranesi (1720−1788), quien analiza también la arquitectura clásica y se opone a Laugier, ya que piensa que quienes alcanzan la perfección arquitectónica fueron los romanos, no los griegos, ya que muestran una gran sinceridad estructural y una decoración sincera. Es un autor pro−romano. Milizia (1725−1798). Es un autor filo−heleno, y además, es importante porque piensa que la labor del arquitecto no es solo construir edificios más o menos acordes con los principios clásicos, sino que además debe ser un filósofo, que debe alumbrar con la antorcha de la razón al resto de los ciudadanos. Además, concibe la arquitectura como una imitación de la naturaleza. Arquitectura visionaria: Ledoux y las salinas de Chaux. Los dos grandes revolucionarios son Boullee y Ledoux. Boullee. (1728−1799) Gira en la órbita de Milizia, pues piensa que la arquitectura no es sólo el arte de construir, sino también el arte de pensar. Apunta que el terreno en que hay que situar el debato arquitectónico no es tanto el práctico como el del ensueño y la utopía. Concibe la arquitectura como un arte total, que debe solucionar también los problemas urbanísticos y sociales. La arquitectura tiene que expresar la función de los edificios, y tiene que haber una perfecta articulación entre los edificios para que los ciudadanos muestren claramente el uso de cada entorno. En una línea paralela se mueve: Ledoux. (1736−1806) Piensa que la arquitectura debe ser más que la propia construcción, que debe ser visión y ensueño, entendidos a partir de la megalomanía y el simbolismo (dimensiones colosales y mostrar sus función, su simbología). Propone una arquitectura parlante, y esa arquitectura debe estar al servicio del hombre, contribuyendo a la salvación del hombre, ya que se deben construir edificio y ciudades en las que el hombre lleve a cabo sus actividades de una manera cómoda. Deben proyectarse ciudades en las que se contemplen todo tipo de actividades, desde la casa del director hasta la casa del placer. Se plantea el proyecto de la ciudad industrial. Esta idea se puso en paralelo con todas las teorías de Rousseau. En la época cercana a la Revolución aparecen en Francia una serie de arquitectos neoclasicistas, como Claude−Nicolas Ledoux y Étienne−Louis Boullée, conocidos como `los arquitectos visionarios', cuyos numerosos proyectos no ejecutados servirán de germen para la arquitectura contemporánea. Su arquitectura es moralizante, defensora de la abstracción más estricta, y se basa en la combinación de elementos geométricos puros. 3
Ledoux era protegido del rey, y perderá influencia tras la revolución. Su proyecto de las Salinas de Chaux terminará por fracasar definitivamente. Un entorno circular en el que el jefe desde el centro controla lo que hacen los obreros. Esta ciudad campestre modelo, realizada sólo en parte, era un círculo delimitado por un bulevar, con edificios administrativos formando un espina dorsal en el centro. Las variadas ocupaciones asociadas con la industria central, las salinas los carboneros, los escopeteros y los herreros debían vivir aquí en armonía. Es la primera ciudad industrial que se proyecta en el siglo XVIII, pero es un proyecto decimonónico. Fue proyectada en diferentes etapas, primero se concibió con plata rectangular, que Ledoux trasforma en elíptico, alegando que es una forma tan perfecta como la que describe el sol. Propone la distribución de los edificios de forma racional. En el eje central los edificios más importantes para la actividad de la ciudad, los más amplios. En el centro del espacio estaría la casa del director, sobre la que aparecería una especie de templo dedicado a un genérico ser supremo. Alrededor de ese centro de edificios aparecerían las casas de los obreros, dispuestos de tal forma que fuesen un tránsito entre la ciudad y el campo. Más cercanos al campo estarían edificios de uso común, los destinados a las reuniones, el comercio...todos aquellos edificios necesarios en una ciudad cuyo objetivo no puede quedar limitado a lugar donde habitan los ciudadanos, sino donde puedan ser felices y armonizar su vida con el entorno. Paris revolucionario: el Plan de los artistas Los USA: plan de L'Enfant para Washington. L'Enfant era un amiguete ingeniero francés de George Washington. Le encargó el plan de la capital y dibujó una red atravesada por diagonales uniendo los puntos principales. El diseño de Washington, D.C. de Pierre Charles L'Enfant estaba centrado alrededor del Capitolio y la Casa Blanca. Trazó las calles en una cuadrícula rectangular en donde calles diagonales partían de una localización central. Estas calles diagonales crearon muchos círculos, cuadrados y triángulos en la cuadrícula de la ciudad. En estos lugares se podían colocar estatuas, parques y fuentes. L'Enfant esperaba que su plano simbolizara el ideal de un gobierno central. Al igual que las calles parten de una localización central, el poder gubernamental también lo hace. L'Enfant discrepó con el gobierno en cuanto a varios asuntos del proyecto. Como resultado, fue despedido en 1792. Los trabajos de construcción de la nueva ciudad continuaron con el transcurso de los años en manos de otros arquitectos. Sin embargo, se siguió primordialmente el plano que L'Enfant diseñó Catalina la Grande y San Petersburgo Catalina empezó a coleccionar arte, lo que luego será el Hermitage. Hizo teatros, palacios etc.. El reinado de Catalina la Grande está marcado por el afianzamiento e imperio absoluto en el arte arquitectonicodel clasicismo, cuyos fervorosos adeptos eran Jean −Baptiste Michel Vallin de la Mothe, Antonio Rinaldi y Yuriy Velten Luego Alejandro I hará un plano más regula TEMA II− SIGLO XVIII Política urbana de Napoleón: fundación de Ecole Politechnique. Tras el entusiasmo de 1789, Francia atraviesa un período de violentos disturbios como consecuencia de la caída de la monarquía y de los abusos cometidos durante el periodo del Terror. La joven república debe hacer frente tanto a sus enemigos internos como a sus adversarios externos. A principios de 1794, la situación es 4
crítica y el Estado adolece de una falta desesperada de expertos científicos y técnicos. A instancias de un grupo de sabios científicos de renombre, partidarios de la nueva ideología − entre los que figura el geómetra Monge y el químico Fourcroy −, el gobierno provisorio republicano crea una Comisión de Obras Públicas en 1794. En menos de ocho meses, gracias a la encomiable labor de esta Comisión y a pesar del clima caótico reinante, se crea una nueva institución, la futura Ecole Polytechnique. La enseñanza corre a cargo de las más destacadas personalidades del mundo científico y los estudiantes son seleccionados tras una serie de pruebas que se llevan a cabo en toda Francia. ~ La primera promoción contaba con 400 candidatos, seleccionados por su nivel de conocimientos y su inteligencia. Para evitar posibles renuncias por falta de medios financieros, se concedió a los futuros estudiantes una subvención que equivalía al sueldo de un artilero de primera clase. ~ La misión de la Ecole − que recibirá el nombre de Ecole Polytechnique en Septiembre de 1795 − queda, por tanto, claramente definida desde su creación: se trata de ofrecer a los alumnos una sólida formación científica, basada en un profundo conocimiento de las matemáticas, la física y la química, y de proporcionarles la preparación necesaria para ingresar en las instituciones especiales de los servicios públicos del Estado, la Escuela Superior de Ingeniería de Minas (la Ecole des Mines) o la Escuela Superior de Ingeniería de Caminos (la Ecole des Ponts et Chaussées). ~ En 1804, Napoleón decide establecer la sede de la Ecole Polytechnique en la Montagne Sainte Geneviève, lugar prestigioso pero no muy práctico donde permanecerá hasta 1976. La Ecole debe asimismo a Napoleón su bandera y su lema: « Por la Patria, la Ciencia y la Gloria ». Durand.Percier.Fontaine. Otro autor teórico más tardío es Durand (1760−1834). Tiene como aspecto más significativo el concebir la arquitectura a partir de módulos, que pueden agruparse formando múltiples combinaciones. Su punto de partida es una estructura simple que va complicándose a medida que crece, y que se divide en esos módulos. Es el iniciador de un racionalismo estructural. Impartirá una serie de lecciones que incidirán en otra serie de arquitectos. Concibe la arquitectura como un todo en que se integran la urbanística, diseñando todo tipo de edificios, incluyendo puentes, plazas o edificios esenciales en el clasicismo como arcos de triunfo o monumentos funerarios. Tras estos dos autores habría que hablar de otros dos personajes que trabajan juntos casi permanentemente y que representa la última etapa del neoclásico: PERSIER Y FONTAINE. Son los decoradores de Napoleón. Su labor es la decoración de interiores, crear una escenografía en la que representan su éxito. Además de estas decoraciones interiores, también adornarán París, con recursos menos sobrios y puros que los del Neoclasicismo puro. Estos autores representan la última etapa o estilo Imperio. Se encargan de mejorar los bordes de las Tullerías y el Louvre creando la Rue Rivoli con sus arcadas, así como el Arc du Carrousel en unión del parque y el palacio. Decoraron los palacios y crearon el estilo Imperio.
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