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Educación sobre Sostenibilidad
Urtin, el niño del espacio, y el Desarrollo Sostenible Por Juanjo Gabiña © Presidente de SWPI Vista del Planeta Staezer y su estrella doble Sirio
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Las Pirámides Dengane de Amarate, la capital de Staezer
3 El Planeta Staezer
El Planeta Staezer visto desde la Tierra
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El Sistema Solar donde se encuentra el planeta La Tierra
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La Tierra y su satélite Luna al fondo
6 Urtin, vivía en el Planeta Staezer, y desde que oyó hablar que había un planeta habitado, de color azul y parecido al suyo, en la constelación llamada Sagitario, siempre quiso visitarlo. Sabía que era un lugar muy especial y engañoso. Era también un planeta muy hermoso pero, a su vez, muy desgraciado ya que mientras algunos de sus habitantes vivían muy bien, había muchos otros, en especial los niños, que sufrían muchas penas. El planeta era conocido como la Tierra y a su estrella le llamaban Sol. Tanto insistía Urtin que quería visitar la Tierra que un día consiguió que sus padres, desde Amarate, la ciudad donde vivía, le llevaran de vacaciones a visitar el planeta azul de sus sueños.
7 El niño del espacio sabía que la Tierra tenía un satélite que giraba alrededor de ella y al que los terrícolas llamaban Luna. El planeta azul tenía seis continentes pero uno de ellos, la Antártida, estaba siempre cubierto de hielo. Todo lo que no eran continentes, eran mares y océanos azules que daban ese color tan especial a la Tierra. Las nubes eran como manchas blancas con las cuales el Globo se anunciaba al universo desde el espacio. Aquel planeta contaba con algo menos de 200 países o naciones que hablaban, bastantes de ellas, diferentes lenguas. También vivían casi 6500 millones de personas allí y, de ellos, un 70 por ciento vivía en ciudades y más de la mitad lo hacía en el continente llamado Asia.
8 Todos los habitantes de la Tierra pertenecían a una única raza: la raza humana, que estaba formada por pueblos que se diferenciaban por el color de la piel. Sin embargo, Urtin pronto aprendió que existían otras grandes diferencias entre los humanos y que éstas eran debidas a que tan avanzadas y que tan bien vivía la gente en las distintas sociedades que habían en la Tierra.
— No es justo que existan seres humanos que vivan tan mal, y hasta se mueran de hambre, de sed y de enfermedades, mientras otros pueden vivir tan bien ya que tienen todo lo que necesitan y , encima, desperdician lo que les sobra. Urtin supo que los que mejor vivían eran los europeos y los norteamericanos.
9 El niño extraterrestre se puso más triste cuando descubrió que la mayoría de los seres humanos que sufrían estos males y desgracias eran niños como él. África le impresionó mucho porque era el continente más pobre de todo el mundo. Allí no tenían alimentos para todos y, todos los años, muchos africanos morían de hambre y de sed, cuando no lo hacían por culpa de las enfermedades que muchos padecían.
— ¿Qué es lo que hace que unos seres humanos sean más pobres que otros?. ¿Por qué a unos les sobran alimentos y a otros, en cambio, les falta?
10 El sabio Latsa-Gurtu era amigo de sus padres y aunque era del planeta Staezer como Urtin, llevaba muchos años viviendo en la Tierra y sabía mucho sobre ella. El niño del espacio solía preguntarle muchas cosas sobre la vida en el planeta. Un día, Urtin, se sorprendió cuando le escuchó decir las razones de porqué en aquel planeta tan hermoso existía tanta gente infeliz.
— Los terrícolas todavía no son conscientes, Urtin, de que, por encima de las distintas naciones y de sus gobiernos y de sus diferencias culturales, económicas y ambientales…todos los seres humanos merecen una vida feliz. Por ello, no habrá felicidad en la Tierra hasta que todas las naciones del Planeta se ayuden las unas a las otras para que desaparezca la pobreza.
11 — ¿Entonces, las razones de que existan tantas diferencias entre unas naciones y otras se debe a que no existen suficientes ayudas entre ellas?— Preguntó Urtin preocupado, al tiempo que su alma generosa de niño se llenaba de tristeza y preocupación pues no entendía que no se solucionara lo que para él hubiera sido tan sencillo de hacer. El sabio no supo cómo contestar. Tan sólo se atrevió a bajar humildemente la mirada hacia el suelo y mover hacia arriba y abajo, afirmando con su cabeza, para que Urtin confirmara su presentimiento. Tampoco hizo ningún comentario acerca de las miles de muertes que se producían diariamente para no entristecer, aún más, al niño.
12 Durante los primeros días, Urtin había permanecido muy callado. Sus padres le veían siempre pensativo y observando fijamente, desde la nave espacial, aquella gran esfera azul que representaba la Tierra. Ahora que se acercaba el momento de aterrizar y de visitar aquel planeta, el niño del espacio había empezado a arrepentirse y no sabía si sería bueno que fuera con sus padres a la Tierra. La situación era peor de lo que pensaba y le daba miedo ver cosas feas. Había visto por la televisión que todos los días se producían malas noticias en la Tierra. Cuando no eran guerras, eran atentados y bombas que explotaban, accidentes, enfermedades contagiosas, inundaciones, sequías, huracanes, terremotos…Así morían miles de personas todos los días, sin que al niño le enseñara nadie cómo evitar tanta desgracia…
13 Aunque con muchas dudas, Urtin hizo caso a sus padres y accedió a visitar la Tierra para conocerla y poder ver a sus habitantes muy de cerca. Además, él también necesitaba conocer a otros niños y para eso habían llegado a la Tierra. Una vez, cuando Urtin y sus padres visitaban una aldea de un país de América Latina, escuchó con mucha atención, cómo el profesor de una vieja escuela les hablaba a niños como él, acerca de los recursos de la Tierra y afirmaba que los grandes males que sufría el Planeta se debían al mal uso de los mismos. Urtin nunca había escuchado antes aquella palabra. Pensó que la palabra “Recursos”debía ser mágica pues contando con recursos cualquiera podía hacer de todo y, sin recursos, sólo se podía aspirar a la miseria y a la pobreza. Con recursos, los habitantes de las naciones podían disfrutar de la vida pero sin recursos, podían llegar hasta a morirse.
14 Algunas naciones tenían muchos recursos y, por lo tanto, eran muy ricas. Otras, en cambio, que no tenían recursos eran las más pobres. Al agua le llamaban recurso, y también a la agricultura, a la ganadería y a la pesca que les proporcionaban los alimentos. Los diferentes minerales que permitían fabricar las cosas también eran considerados recursos. Al niño del espacio le llamó la atención un recurso al que los seres humanos apreciaban mucho aunque fuera un líquido feo y viscoso y de mal olor, de color negro, que lo manchaba todo. Le llamaban petróleo. A Urtin, todo aquello le perecía nuevo y sorprendente y, aunque había cosas que no entendía, sí comprobó que debía haber algo más, pues estaba conociendo bastantes naciones que teniendo recursos no podían escaparse de ser pobres.
15 A medida que Urtin más sabía sobre los recursos, al niño de Staezer, le asaltaban más dudas y le surgía un mayor número de preguntas. Sus padres se esmeraban en contestarle todo lo que podían pero el niño se daba cuenta de que tampoco dominaban bien lo que pasaba en la Tierra. Así pues, Urtin comprendió que se puede saber mucho pero desconocer también otras muchas cosas. Al fin y al cabo, sus padres tampoco eran terrícolas y no tenían porqué conocer todo lo que en aquel extraño e infeliz planeta pasaba. Por su cuenta aprendió que no todos los recursos valían igual. También descubrió que muchas naciones que tenían recursos no podían manejarlos a su antojo. Había otras que estaban por encima y que les obligaban a manejarlos de un modo muy extraño e irracional pues apenas salían de la pobreza. Fue entonces cuando al niño del espacio empezó a comprender el gran poder del dinero.
16 Urtin, que no conocía el poder del recurso conocido como dinero, hasta llegar a la Tierra, cuando lo descubrió, de pronto se dio cuenta que con ese recurso se podían comprar todos los demás. Así, aquel país que tenía dinero era aquel donde se vivía bien y que los terrícolas decían que estaba desarrollado. A los países que tenían menos dinero se les conocía como países en vías de desarrollo. El dinero era tan importante que los gobernantes de las diferentes naciones sacrificaban todo por tenerlo. Era algo asombroso pues, muchas veces, poco importaba que un país tuviera agua y buenas tierras para producir los alimentos necesarios ya que su gente se moría de hambre igual. La razón era que, para tener dinero, dichas naciones estaban obligadas a producir en sus campos mucho de una cosa que luego les compraban otras naciones más ricas.
17 Les debían pagar muy poco porque, con lo que ganaban de dinero, tampoco tenían para comprar los alimentos que necesitaban y que hubieran podido producir. El niño de Staezer muchas veces se preguntaba si aquellos seres serían tan racionales como sus padres y el sabio Latsa-Gurtu. Una vez, durante la cena, comentó el niño:— Que rabia me dan esas naciones, donde muchos de sus habitantes se mueren de hambre, nunca entenderé porqué, en sus campos, no producen primero lo que necesitan para alimentarse bien, en lugar de ponerlos a producir para otras naciones un número muy reducido de alimentos como el café y el azúcar. Su padre, cuando escuchó aquella forma de pensar del niño, comenzó a reírse de su ingeniosa salida. Al día siguiente, le señaló a su hijito que no todos los habitantes de los países pobres vivían mal. Latsa-Gurtu también le corroboró que, en esos países, los dueños de las tierras eran pocos y muy ricos.
18 Durante las tres semanas que siguieron, Urtin viajó con sus padres para visitar y conocer varias ciudades importantes de la Tierra. Poco a poco, y sin que nadie se lo dijera, también comprobó las diferencias que había entre las ciudades de los países pobres y las de los países ricos. La riqueza de las naciones se podía observar en el tamaño y la calidad de los edificios, en la cantidad de coches que se veían circulando por las calles de sus ciudades, y en el número de autopistas y de aeropuertos. También comprobó que la cantidad de luces que se encienden de noche en las ciudades era una manera de medir la riqueza y el bienestar de las diferentes naciones. Cuando les preguntó a sus padres que es lo que hacía que todo eso ocurriera, y escuchó la respuesta cariñosa y divertida de su madre, Urtin descubrió que existía otra palabra mágica: la “Energía”.
19 Aquella palabra sí que fue un verdadero descubrimiento para Urtin. Era algo que no se veía, como el dinero, los alimentos, el agua, la madera y los minerales pero debía ser lo más importante porque sin energía no se podía hacer, ni disfrutar de nada. Además, la energía era esencial para hacer que las máquinas funcionaran. Las máquinas hacían por ellos el trabajo de los hombres y hacían posible que, cada vez más, el trabajo les fuera menos duro y que los seres humanos no se cansaran tanto, tuvieran más comodidades y disfrutaran de más tiempo libre y, en consecuencia, de una mejor vida. Además, la energía era aquello que permitía construir casas y carreteras, andar en coches, trenes y aviones, producir alimentos y vestidos en grandes cantidades y hasta hablar por teléfono, chatear por el ordenador y ver la televisión. Sin energía, las noches serían oscuras y los terrícolas, en muchos países, tendrían mucho frío en sus casas, durante el invierno.
20 Un terrícola que se hizo amigo de sus padres, y que se llamaba Jonathan, le explicó al niño del espacio que la energía era la capacidad de producir trabajo. Si uno tenía energía podía, gracias a las máquinas, terminar el trabajo que hubiera tenido que hacer él o con la ayuda de animales como cuando los caballos tiran de un carro.También le enseñó que, en la Tierra, se utilizaban diferentes tipos de energía y que, según de donde procedían, así se las conocía. Por eso, a los diferentes tipos de energía también se les llamaba fuentes de energía. En la Tierra, y en primer lugar, las energías se dividían entre las energías renovables y las energías no renovables. Las primeras eran las más interesantes porque nunca se acababan, aunque todavía los seres humanos ni las producían, ni las aprovechaban mucho porque había muchos intereses en seguir consumiendo mucho petróleo, lo que iba matando a la Tierra.
21 Para los terrícolas, las fuentes de energía que más utilizaban eran las conocidas como las energías no renovables. Una vez que se acababan ya no se podían volver a utilizar. Jonathan les contó que la energía era como la sangre que circula por las venas de las sociedades y que ayuda a que avancen. Por eso, a medida que cualquier sociedad era más rica y se desarrollaba más, consumía más energía. Los países pobres de la Tierra consumían muchísima menos energía por habitante que los países ricos y esa era otra de las razones de su pobreza. Urtin explicó a sus padres que en el planeta azul, las energías que más se utilizaban eran aquellas energías no renovables que se conocían como energías fósiles. Se llamaban así porque estaban bajo tierra, de donde se sacaban, y porque se habían creado hacía millones de años cuando muchos grandes bosques de entonces quedaron atrapados bajo tierra y, durante esos millones de años, se habían transformado en carbón, petróleo y gas natural. Ese era el motivo de llamarles energías fósiles.
22 Urtin, pudo visitar un día, unas minas de donde se sacaba el carbón. El carbón era un mineral de color negro y estaba formado por un material que los terrícolas llamaban carbono y que era muy abundante también en la madera de los árboles y en las plantas. Los terrícolas lo quemaban en sus fábricas y con el calor evaporaban agua para mover turbinas y, así, producir electricidad. Entonces fue cuando el niño del espacio compendió mejor la importancia de los países que podían disfrutar del carbón para quemar.También conoció unos campos llenos de torres por donde se sacaba el petróleo y el gas natural. Gracias a estos combustibles y al carbón, a los seres humanos les había sido posible producir la energía necesaria para lograr el progreso y el desarrollo que entonces se conocía en la Tierra. Como todos aquellos materiales venían del carbono, se les llamaba también hidrocarburos o hidratos del carbono.
23 — Vaya suerte que tienen estos terrícolas con el petróleo. De él producen las gasolinas que hacen funcionar las máquinas y los motores que mueven los coches y los aviones tan bonitos que tienen— un día, Urtin le comentó a Latsa-Gurtu, entusiasmado por sus descubrimientos. — No lo creas — respondió el sabio sonriendo — el consumo de estos combustibles fósiles está perjudicando a la vida del planetaTierra. Esto es debido a los gases que producimos cuando quemamos el carbón y el petróleo para crear energía, por lo que la Tierra se está recalentando. El planeta azul está enfermo —concluyó Latsa-Gurtu, acercándose a una ventana de la nave espacial, donde estaban descansando unos días. Urtin, miró de nuevo al planeta azul y lo siguió encontrando hermoso. Todavía no entendía bien en que consistía la enfermedad de la Tierra. Ni siquiera llegaba a intuirlo.
24 — Todos los planetas del Universo que quieran continuar siendo habitados, necesitan guardar un equilibrio entre los recursos que los seres humanos consumen y la capacidad que tiene la naturaleza para crearlos de nuevo. Si se consumen más recursos que los que la naturaleza es capaz de reponer, entonces se dice que el planeta se enferma porque se altera su equilibrio esencial— Intentó explicarle, una vez, el sabio Latsa-Gurtu sin que el niño del espacio lo comprendiera tampoco, aquella vez. Urtin no entendía nada. Él no veía que la Tierra estuviera enferma. Había oído que se habían talado muchos árboles y que muchas ciudades estaban contaminadas por el humo que echaban las fábricas y los coches, pero él no la veía enferma. Además, cada vez se trataba mejor al medio ambiente. ¿Dónde se encontraba entonces su enfermedad?
25 Aquel fin de semana que pasó en Alaska fue muy enriquecedor pues se le abrieron los ojos a Urtin, y empezó a comprenderlo todo acerca de la enfermedad de la Tierra. Mutjik, un niño del Ártico, que se hizo su amiguito, y que su padre había sido esquimal, le dijo que allí los hielos habituales iban desapareciendo, año a año. Aquel verano, más de un 1/3 de las capas de hielo polares se habían derretido y así había ocurrido por toda la región. Los esquimales apenas tenían para cazar pues los animales huían a otros lugares mas fríos o morían por el hambre y el aumento de las temperaturas. En pocos años, el paisaje había cambiado mucho y allí, donde antes había nieve y hielos de color blanco sólo había lodazales y terrenos cubiertos de matas. El niño del espacio también aprendió la causa de la enfermedad de la Tierra. Se llamaba Calentamiento Global.
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Aquel Planeta azul, tan bello como Staezer, tenía una enfermedad que podía afectar seriamente a todos los seres vivos que lo habitaban. Las zonas, donde la vida se desarrollaba o biosfera, se estaban calentando progresivamente y ello, a su vez, estaba provocando un Cambio Climático cuyas consecuencias podían ser muy graves para todos los seres humanos de la Tierra. Si siguieran aumentando las temperaturas medias de la Tierra, llegarían a derretirse todos los hielos que rodean al Polo Norte y, entonces, los niveles de los océanos subirían 7 metros y se inundarían muchas tierras —le comentaba el padre de Mutjik. Muchas ciudades costeras como Nueva York, Tel Aviv, Barcelona, Mumbay, Tokyo y Singapur quedarían bajo el mar y cientos de millones de habitantes de la Tierra tendrían que abandonar sus hogares para no morir ahogados. Si se derritiera el Polo Sur las aguas del mar subirían 70 metros más.
27 Los científicos y sabios de la Tierra llevaban bastante tiempo prediciendo las consecuencias del Cambio Climático. Hablaban de un mayor número de inundaciones y de sequías, de un aumento de los huracanes y de subidas importantes del nivel de los mares. También hablaban de pérdidas de cosechas y de que se produciría una expansión de los insectos y de las enfermedades tropicales. Lo peor de todo era que, aunque el planeta entero se calentara, Europa, Siberia y América del Norte podrían sufrir una Nueva Glaciación que vendría de repente y que dejaría a las naciones como Canadá, Inglaterra y Alemania bajo los hielos todo el año. Los inviernos en el Hemisferio Norte serían tan fríos que los hombres y mujeres que no murieran, tendrían que ir a vivir más al Sur para poder escapar del mortífero frío.
28 — ¿Pero es que los terrícolas van a dejar que la Tierra se siga enfermando? — preguntó angustiado el niño del espacio cuando regresaba con sus padres a la nave espacial de Staezer. — Parece que algo se van moviendo, aunque muy poco a poco, pues aunque hay países como el Reino Unido que reducen sus emisiones de gases, en general, éstos siguen aumentando y así la Tierra se seguirá calentando y enfermando —Le contestó el sabio Latsa-Gurtu, admirado por la sabia y juiciosa pregunta del niño. Urtin aprendió varias cosas aquel día. Primero de todo, que los egoísmos de la raza humana la volvían estúpida, pues sus gobernantes permitían que se destruyera a sí misma, ya que hacían muy poco por evitarlo. También aprendió que la causa principal del Calentamiento Global era debido a las emisiones de gases que tenían un efecto invernadero sobre la Tierra y que el consumo de carbón, del petróleo y sus derivados, como las gasolinas, eran las principales causas. Finalmente aprendió cómo se podría curar a la Tierra.
29 Los seres humanos de la Tierra también conocían la solución. Se llamaba Desarrollo Sostenible y era algo tan lógico y maravilloso que hasta un niño como él podía fácilmente entenderlo. Se trataba de que los adultos y las personas mayores de la Tierra no hicieran nada que pudiera poner en peligro, en el futuro, la vida y la satisfacción de las necesidades de los que ahora éramos niños. Todo ello implicaba hacer muchas cosas y todas ellas de sentido común. Se debía proteger el medio ambiente pero para ello debía lograrse un equilibrio en todo lo que tenía que ver con la utilización de los recursos. Tampoco se podía dejar que el dinero fuera el que lo manejara todo. Los terrícolas debían aprender, cuanto antes, a valorar mucho más, y por encima de todo, el que la raza humana estuviera bien, tanto ahora como en un futuro. Sin embargo, había aún un tema que a Urtin le preocupaba mucho y que no sabía cómo responder.
30 La preocupación de Urtin no se debía a que los terrícolas eran muy dependientes de una fuente de energía como el petróleo, que resultaba tan dañina para la vida de la Tierra, sino a cómo hacer para que aquel planeta azul se transformara en un paraíso maravilloso que contara con bosques autóctonos hermosos y con lagos y ríos de aguas limpias y cristalinas. Sin embargo, un comentario de LatsaGurtu le indicó que no estaba pensando bien y ello le dejó pensativo y muy preocupado, a la vez:
— La Tierra no se curará aunque consiga que sus montes y sus bosques autóctonos sean hermosos y que las aguas de sus ríos y lagos sean cristalinas y transparentes porque la principal amenaza le proviene del uso sin medida del petróleo que hoy conocen sus sociedades que son muy dependientes del carbono fósil. Sólo si consigue eliminar o acabar con el consumo de petróleo se podrán reducir fuertemente las emisiones de los gases de efecto invernadero que provocan el Calentamiento Global. Y ello es más que posible con la tecnología que los terrícolas ya conocen.
31 Urtin sabía que, en su planeta Staezer, no se consumía ni carbón, ni gas natural, ni petróleo. Pero que sí se debió de utilizar en épocas pasadas. Así, su padre le contó, durante la última visita que hicieron a la Luna, antes de regresar a Staezer, que también hubo un tiempo en el que el petróleo se utilizó mucho y el planeta Staezer se recalentó tanto que estuvo a punto de producirse un Cambio Climático Brusco que hubiera causado la pérdida de millones de vidas humanas. Sin embargo, felizmente se evitó el desastre global porque las naciones ricas de Staezer supieron reaccionar a tiempo y dar ejemplo a las naciones menos desarrolladas. Lo que se propusieron fue reducir o eliminar, por completo, el consumo de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural. Al principio, se trabajo mucho para ahorrar energía y hacer un uso muy eficiente de ella. Es decir, hacer más con menos energía. Luego vendría la era de la electricidad y el hidrógeno gracias a la enorme expansión que tuvieron las energías renovables.
32 Junto al ahorro y la eficiencia energética, se impulsó la utilización de las energías renovables. Así, se podía obtener la energía del viento, del sol, de las olas, de las mareas, del calor del interior del Planeta Staezer, de la vegetación…para obtener la energía eléctrica o para producir hidrógeno que luego sirviera como combustible. A partir de los árboles y de las plantas se producían biocombustibles. También se fabricaron coches muy ligeros que consumían muy poco combustible, al tiempo que se cambiaba el petróleo por biocombustibles, hidrógeno y electricidad. Las casas también se construyeron más eficientes energéticamente y, al igual que las industrias, también utilizaban energías renovables. En las casas se aprendió a conservar la energía que había adentro, utilizaban la energía solar y limpiaban el agua sucia para ahorrar electricidad y agua. También ayudó mucho que se produjese menos basura y que las industrias reciclaran todo.
33 El reciclaje y la recuperación de basuras y residuos permitieron que se controlaran mejor los deshechos y se necesitara menor consumo de energía y de recursos. De cualquier modo, donde más transformaciones se dieron fueron en los modos de transporte y en las granjas que eran las actividades más dependientes del petróleo. El uso inteligente del coche y, más aún, la gran mejora experimentada por el trasporte público ayudaron a que, en dos décadas, se dejara de necesitar petróleo como fuente de energía en el transporte, De cualquier modo, hay que reconocer que ayudaron mucho también los impuestos y las construcciones que ayudaban al uso eficiente del transporte con menor consumo de gasolinas pues multaban a los que no lo hacían.
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—!Esa sí que es buena — comentaba sonriente Urtin a sus padres — Así que el que tenía un coche que consumía mucho, o que, casi siempre, sólo lo ocupaba una persona tenía que pagar muchísimos más impuestos, además de pagar ya la gasolina que era muy cara…no me extraña que se construyeran coches de poco consumo o que se utilizaran biocombustibles para hacer funcionar los motores de los coches…
— Así fue hijo —comentó su padre, complacido por los avances de su hijo en Desarrollo Sostenible — aunque el mayor invento fue la célula de combustible que utilizaba el hidrógeno como combustible. De esta manera los gases que salían por el tubo de escape sólo eran vapor de agua. — Tampoco os olvidéis que, sin que hubiera habido un buen transporte público, la gente no lo hubiera utilizado tanto y muchos logros para reducir el consumo de combustibles fósiles hubieran sido imposibles de alcanzar — sentenció su madre.
35 A Urtin, ya todo le quedaba claro. Había visitado la Tierra y había aprendido mucho sobre los males que tenía aquel planeta. Era consciente también de porqué los granjeros y ganaderos consumían tanto petróleo. Sabía que las maquinas utilizadas en el campo necesitaban gasolinas, Lo mismo pensó de los motores que permitían el riego de los campos. Lo que no sabía era que los abonos y los plaguicidas utilizados en el campo eran también hechos con petróleo. Recordó aquella granja ecológica que había visto en Israel y se sintió tranquilo al comprobar que gracias al abono sacado de las basuras orgánicas, a las energías renovables y al biocombustible utilizado era posible vivir sin petróleo. En todo ello, Urtin, el niño del espacio, aprendió que la utilización de diferentes tipos de plantas en un mismo campo, hacia que las cosechas fueran mejores y con ello se garantizaba la alimentación de la gente. Sin embargo…había un último tema que le preocupaba y mucho.
36 Durante, el tiempo que permaneció en la nave estelar, navegando hacia su Planeta Staezer, Urtin no dejaba de pensar en el único problema que aún tenía pendiente por resolver. No lograba encontrar la relación entre el Desarrollo Sostenible y el hecho de que en la Tierra se superaran las enormes diferencias que existían entre los países ricos y los países pobres. Tampoco sabía cómo el Desarrollo Sostenible iba a contribuir para que, en los países pobres del Planeta azul, nadie se muriera de hambre y de sed y se dejaran de padecer tantas enfermedades mortales. Sus padres tampoco sabían cómo responderle. Habían visto tanto egoísmo en los seres humanos que les parecía imposible. Las diferentes naciones ricas, por mucho que dijeran que perseguían el Desarrollo Sostenible, apenas ayudaban a las naciones pobres. Éstas eran las grandes olvidadas. Se les ayudaba, sí pero, tan poco que, todos los años, se comprobaba que todo seguía igual o peor.
37 Así, mientras a unos les sobraba mucha cantidad de alimentos y, encima, luego los desperdiciaban, otros se morían de hambre por carecer de alimentos. Lo mismo pasaba con la energía y, la mayoría de las veces, también con los recursos. ¿Cómo podría el Desarrollo Sostenible ayudar a que toda esta desigualdad entre los seres humanos tampoco ocurriera?. Urtin pensó que la respuesta debería encontrarse en el propio Planeta Tierra. Sólo los hombres y mujeres de alma noble y generosa serían capaces de encontrar la respuesta. Le interesaba saber lo que pensarían sobre ello los seres humanos, sobre todo los niños, porque ellos eran más desprendidos y de corazón más puro y los que más se debían comprometer con el Desarrollo Sostenible, ya que se trataba de su propio futuro. Los mayores habían demostrado ser muy crueles y egoístas para con sus semejantes y, además, estaban dejando a los niños la infeliz herencia de un mundo insostenible.
EPILOGO
Urtin decidió, finalmente, escribir este cuento a todos los niños de la Tierra, para que lo leyeran y fueran ellos los que terminaran de resolver el problema que el niño del espacio no estaba sabiendo resolver y que planteaba con amargura: ¿Cómo hacer que desaparezca el hambre, la enfermedad y la miseria de los países pobres?. Seguro que los niños daremos con la respuesta correcta, ya que los mayores, como hemos visto durante tanto tiempo, no pueden o no quieren hacerlo. La avaricia, el sentido hedonista de la vida y el egoísmo han carcomido las almas de los hombres y mujeres del planeta. La corrupción política ha permitido que los gobernantes estén al servicio de los más ricos y poderosos. Hasta las propias religiones se han olvidado de los más pobres y desheredados del planeta.
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39 Así pues, las tendencias resultaban ser muy desventuradas y, en consecuencia, resultaba también muy difícil encontrar un buen futuro para la Tierra. La avaricia imperante cerraba cualquier salida positiva. Sin embargo, Urtin quiso abrir una puerta a la esperanza y, por ello, como postdata, desde Staezer, quiso enviar un gran consejo a los padres y madres de todos los niños de la Tierra que rezara lo siguiente:
“Es cierto que todos los niños tenemos que obedecer y hacer caso a nuestros padres y madres pero cuando hablemos de Desarrollo Sostenible, entonces sería muy bueno que ustedes nos hicieran caso a nosotros los niños. Consulten nuestra opinión, por favor. Se trata de nuestro futuro”.
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FIN