«Venga, qué queréis saber?»

54 O.J.D.: 286911 E.G.M.: 1282000 Fecha: 12/04/2011 Sección: CULTURA Páginas: 54 EL MUNDO. MARTES 12 DE ABRIL DE 2011 CULTURA Tarifa (€): 14040

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O.J.D.: 286911 E.G.M.: 1282000

Fecha: 12/04/2011 Sección: CULTURA Páginas: 54

EL MUNDO. MARTES 12 DE ABRIL DE 2011

CULTURA

Tarifa (€): 14040

batos de bulerías y soleares perdidas en el tiempo. Los bailaores de óleo parecen a punto de salir a escena. Tomatito entra tocando en Mi menor, «que puede ser muy flamenco y moruno», según apunta Enrique Vargas, que añade que «en el acorde la sexta cuerda puede perder la flamencura». Flamencura... curiosa palabra. La flamencura se adentra en otros territorios como el del jazz. «Por eso, los que tocan jazz y flamenco, se sienten como en casa. No son robots, improvisan. No se toca igual un día con resaca que otro normal. Yo vi a Tomatito tocando con Georges Benson y tocaban aunque no se entendieran», explica Vargas. Un alumno pregunta a Tomatito cómo ha llegado a esas cadencias que Enrique Vargas ha transcrito con detalle en los pentagramas. Su respuesta es sincera, natural, espontáea: «Y yo qué sé». De pronto, abandonando la parte más teórica de la clase, Tomatito comienza a dialogar con sus alumnos

– ¿Cómo ha llegado a esas cadencias? – Y yo qué sé –dice al alumno Tomatito–. El guitarrista Tomatito ilustra las explicaciones de su lección magistral ante los alumnos del curso que ayer se inauguró en Sevilla. / FERNANDO RUSO

«Venga, ¿qué queréis saber?» Tomatito imparte una clase magistral en Sevilla que continuará en otras ciudades EVA DÍAZ PÉREZ / Sevilla

«¿Por dónde empezamos? ¿Qué queréis saber?», pregunta Tomatito mientras improvisa acordes con la guitarra, recorriendo el mástil con dedos velocísimos. Por delante, cuatro horas de flamenco y musicología, de hondura y pentagramas. En el Museo del Baile Flamenco de Sevilla, la Fundación Autor inauguró ayer una clase magistral del guitarrista que continuará por las sedes de la SGAE en Barcelona, Valencia, Madrid, Bilbao y Santiago. En la sala, varios alumnos escogidos observan fascinados las manos del maestro, que recorre el mástil de la guitarra para desvelar el secreto

del instrumento. Y eso sólo para cortar el silencio. El edificio, de Cristina Hoyos, es una casa-palacio con un patio de frescas sombras, un patio que la semana pasada visitaron Carlos de Inglaterra y Camilla Parker. Son las cuatro de la tarde. Hora de té helado en Sevilla. Desde la ventana, el sol derrite las espadañas –pentagramas en clave de sol, como no podía ser de otra forma– y la escena parece inspirar al maestro, que ajusta el clavijero. «Venga, ¿qué queréis saber?», insiste animando a los alumnos boquiabiertos con sus acordes de ensayo. Acordes felices, bromistas, jocosos que de pronto se transforman en una evocación de

noche de verano o un quejido antiguo. La cadencia parece cromática, cambia de amarillo a malva pasando por un matiz verdiazul. Acompaña a Tomatito el musicólogo, compositor y también guitarrista Enrique Vargas, que resulta un complemento perfecto para la clase magistral. Enrique Vargas disecciona en clave musicológica los acordes y modos flamencos utilizados por Tomatito. Habla de la escala Re Hijaz, de Re Shahnaz, de escala mayor harmónica y se detiene en los acordes básicos de la cadencia andaluza. «Lo tenéis ahí en vuestro archivo, en los papeles que os hemos entregado», añade Vargas ante

Antonio Najarro, nuevo director del Ballet Nacional de España Ex primer bailarín de la compañía, sucederá a José Antonio DARÍO PRIETO / Madrid

El proceso de renovación al frente de las unidades del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) sigue adelante. Si a finales del pasado año se anunció el nombramiento de José Carlos Martínez como nuevo director de la Compañía Nacional de Danza (CND), poniendo fin a la tormentosa sucesión de Nacho Duato al frente de la misma, ayer le tocó el turno al Ballet Nacional de España, que ha dirigido en los últimos años José Antonio. El encargado de tomar las riendas a partir de ahora es Antonio Najarro, cuyo nombre anunció ayer la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde.

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Najarro, nacido en Madrid en 1975, manifestó ayer a EL MUNDO que afronta este reto «con ganas e ilusión», debido a su «absoluta pasión por la danza española», y que espera mostrar los primeros frutos de su trabajo para la próxima temporada, una vez que tome cargo de su puesto en el mes de septiembre. Su proyecto ha sido elegido entre 16 candidaturas, dentro de las pautas del Código de Buenas Prácticas para la elección de directores de organismos culturales de titularidad pública. Nada más hacerse público su nombramiento, Najarro ha querido enviar «un mensaje tranquilizador y lleno de energía y positivismo» a

todos los trabajadores del Ballet Nacional, desde los propios bailarines hasta el equipo técnico. Y es que el centro que dirigirá a partir de septiembre es bien conocido por él, dado que él fue su primer bailarín entre 2000 y 2002. A partir de ese año, Najarro fundó su propia compañía, con la que ha llevado la danza española por todo el mundo, lo que le ha valido un Premio Max en 2010. Un proyecto «muy consolidado» que ahora, con mucho dolor, deberá «dejar en stand-by» en favor del Ballet Nacional. «Quiero defender, difundir y dar cobertura a la danza española», dijo Najarro en la sede del Ministerio

la sorpresa de algunos alumnos más acostumbrados a la espontaneidad y el pellizco flamenco que a la doctrina y análisis del pentagrama. Tomatito se da cuenta y les dedica una atención especial. Tomatito toca y Enrique Vargas le acompaña puntualizando los acordes, la entraña oscura y abstracta de las notas: «¿Por qué hay tanta tensión en el flamenco que no te deja vivir? Porque no hay resolución. No se resuelve como la música clásica, se queda ahí, agónico, en el aire». Y sí, el duende se cuela entre soles sostenidos y bemoles armónicos. En la sala cuelgan cuadros de escenas flamencas, congeladas en arre-

pero a través de la guitarra. Empieza con bulerías para que un alumno a su lado, le responda. De la boca de las guitarras se escapa un diálogo perfectamente comprensible. Y continúa dando claves sobre cómo corregir posturas, colocar las manos e incluso introduce momentos de sus memorias flamencas: sus conciertos con el guitarrista argentino Luis Salinas –y, de repente, la guitarra suena acriollada–, con Paco de Lucía –«el padre de la guitarra flamenca»–, con el pianista Michel Camilo y, cómo no, las «semillas en el corazón del sueño» de su amigo Camarón que asoma desde una pegatina de la funda de su guitarra.

DE L M U N D O .es Z Vídeo: Vea la lección de Tomatito

momento estupendo». Najarro, que ha decidido dejar de bailar para encargarse de la dirección y la coreografía piensa sustentar su proyecto en «la armonía entre la reposición del repertorio y las nuevas creaciones». Conocido por actualizar el baile español con elementos como el jazz o el patinaje, Najarro no quiere abandonar la el repertorio español. Un repertorio en el que figuran el flamenco, la escuela bolera, los bailes folclóricos y el baile español más próximo al ballet. Ha/ ALBERTO DI LOLLI Antonio Najarro, ayer en Madrid. brá castañuelas, anuncia Najarro entre líde Cultura. «Creo que ésta es la neas, pero también actualizaciones Compañía Nacional más importan- del catálogo de bailes de raigamte de este país y que está en un bre más hispana.

"Mi escuela ya no existe" Tomatito inicia en Sevilla un ciclo de clases magistrales de guitarra flamenca MARGOT MOLINA - Sevilla - 12/04/2011

"Muchos de los que empiezan ahora con la guitarra me dicen 'yo no quiero estudiar música para no perder lo salvaje y la frescura del flamenco'. Dicen que no sonarían flamencos. Pero mi respuesta es siempre la misma: si no estudias solfeo no sonarás ni flamenco, ni ná. Mi escuela ya no existe. Todos los de mi generación aprendimos en la calle, en las fiestas de la familia, en las noches tocando con mis primos... Todo eso se ha perdido y la gente tiene que aprender de otra manera. No digo que sea mejor ni peor, es distinto", afirma José Fernández Torres, Tomatito (Almería, 1958), uno de los grandes de la guitarra flamenca. El guitarrista y compositor, que inició su carrera a los 13 años de la mano de Paco de Lucía y Camarón, impartió ayer una clase magistral en Sevilla, en el Museo del Baile Flamenco, organizada por la Fundación de Autor de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). "¿Por dónde empezamos? ¿Qué queréis aprender?", preguntaba ayer Tomatito a sus 14 alumnos, todos hombres y guitarristas profesionales, salvo dos que son aficionados. El artista se ahorró la charla sobre las ventajas de estudiar solfeo -disciplina que él desconoce-, puesto que todos los presentes lo sabían y desplegó una amplia sonrisa para empezar con los primeros acordes de una sesión de cuatro horas. A su lado, Enrique Vargas, guitarrista, compositor y musicólogo, quien apoya al maestro en todo lo referente a la teoría musical. "Enseñar es muy difícil. Hay que pararse, tener paciencia y atender las necesidades del contrario. Yo no soy mucho de enseñar, porque estoy siempre pensando y me resulta complicado pararme", confiesa Tomatito, ganador, entre otros muchos galardones, de cuatro premios Grammy y de un César como coautor de la banda sonora de la película Vengo, de Tony Gatlif. A pesar de

sus reticencias, Tomatito, quien ya ha impartido algunas clases magistrales en Suiza y en Bélgica, repetirá la experiencia de Sevilla a partir de hoy en las sedes de la SGAE de Barcelona, Valencia, Madrid, Bilbao y Santiago de Compostela. "Yo, como muchos flamencos, soy autodidacto. Los temas me los sé de memoria. Después de tantos años, la mano va de forma automática y cuando se para es que hay algo que se me ha olvidado; así que una vez que recupero ese pasaje perdido todo vuelve a fluir", dice el artista para explicar cómo puede almacenar tantos temas en su memoria. "En el flamenco no hay nada cerrado. Existe una estructura, un principio y un final. Pero lo que queda en medio sale según el estado de ánimo que tenga", confiesa el guitarrista, que acompañó a Camarón de la Isla durante sus 18 últimos años y que ha colaborado también con músicos de otros géneros como Elton John, Frank Sinatra, Michel Camilo o Chick Corea. "La guitarra es muy dura. En el flamenco tienes que componer la música, no es como una partitura de clásica que la aprendes y ya está. Es difícil hacer algo para que te reconozcan y ser distinto a los miles de guitarristas que hay. Es como echar dinero en una alcancía rota", dice José Fernández Torres, quien, a pesar de todo, confiesa estar enamorado de la guitarra. El artista, con 14 títulos en su discografía, está trabajando en un nuevo álbum del que tiene ya cinco temas. "Ahora se consume más música, pero la gente se gasta menos que nunca", dice el guitarrista en alusión a la piratería musical. Sin embargo, en el directo, Tomatito no ha dejado de crecer y, allá donde va, cuelga el "Agotadas las localidades".

Autodidacta en clase magistral Tomatito comparte con 15 alumnos en Sevilla su forma de entender el flamenco · El tocaor almeriense anima a los jóvenes a "absorber todas las músicas que hay por ahí" Patricia Godino / SEVILLA | Actualizado 12.04.2011 - 07:25

Como aquel anuncio de una tarjeta de crédito, hay cosas en la vida que no tienen precio. Una de ellas puede ser, para los que aman la música y el flamenco en especial, compartir una tarde entera, entre el pasmo y la timidez, con Tomatito, referente indiscutible de la guitarra, como da fe su luminosa etapa como tocaor para el cante de Camarón y, tras la prematura muerte de éste, su posterior carrera como concertista en todo el mundo. Su manera instintiva, autodidacta, de entender el ritmo, la inquietud por asimilar otras músicas, una curiosidad infinita por aprender y su humildad en el escenario han llevado a José Fernández Torres, almeriense del 58, a ser protagonista de una carrera en la que figuran sus celebradas colaboraciones con Michel Camillo y a contar con la admiración de virtuosos como Pat Metheny, George Benson o Chick Corea, entre otros. Y sin embargo, o quizás por eso, Tomatito responde un lacónico "no lo sé" ante la pregunta: "¿Qué lugar cree que ocupa en el flamenco?". Francisco José Polonio lo tiene claro: "Es de los mejores guitarristas que hay y ha habido. Lo que más me gusta son sus tangos y por bulerías", responde este joven que, junto a otros 14 alumnos, participó ayer en la clase magistral impartida por el músico almeriense en el Museo del Baile Flamenco de Sevilla, dentro de las actividades que programa la Fundación Autor y con la que recorrerá las sedes que la Sociedad General de Autores y Editores (Sgae) tiene en Bilbao, Valencia, Madrid y Santiago. "Raro pero con mucha ilusión", se reconocía el músico minutos antes de comenzar la clase, anárquica e improvisada, que creció en naturalidad entre profesor y alumno a medida que avanzó la tarde. "Me pongo al servicio de los guitarristas, tiene interés ver cómo está la afición por aquí", apuntó el músico, que cree que "lo más complicado de transmitir es el ritmo; es algo innato". Profesionales de la producción musical, aficionados que han hecho sus pinitos para acompañar el baile o el cante, alumnos de conservatorios y jóvenes compositores se dieron cita en una reunión en la que Tomatito estuvo acompañado del musicólogo Enrique Vargas, encargado de transcribir en partituras parte de su obra discográfica. Para llevar a lenguaje musical Vargas parte de la tonalidad Hijaz, basada, a su juicio, en la raiz árabe del flamenco, un término absolutamente novedoso para casi todos los presentes. Más allá de la teórica musical, lo que Vargas destaca es "su naturalidad, es un marciano; cuando toca con uno de jazz se le ve feliz, disfrutando". Y es que, como Tomatito explicó a sus alumnos, "cuando te juntas con músicos de jazz tocas por intuición porque no puedes cambiar de acorde con la rapidez que lo hacen ellos, se tardaría una vida en saber lo que ellos saben. Hay que absorber de todas las músicas que hay por ahí, pero tocando flamenco", aconsejó el músico. Para Tomatito, "la guitarra está en muy buen momento, hay mucha afición, gente con ganas de aprender y ahora hay unos soportes maravillosos como Youtube que sirven para ver qué hace tal músico, cómo toca tal guitarrista". En la clase magistral, un consejo pesó sobre todos: "Por interés propio, la música te lleva a todos lados".

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MÚSICA | Clase con el guitarrista

Maestro Tomatito Eva Díaz Pérez | Vídeo: Fernando Ruso | Sevilla Actualizado martes 12/04/2011 05:24 horas

"¿Por dónde empezamos? ¿Qué queréis saber?", pregunta Tomatito mientras improvisa acordes con la guitarra, recorriendo el mástil con dedos velocísimos. Por delante, cuatro horas de flamenco y musicología, de hondura y pentagramas. En el Museo del Baile Flamenco de Sevilla, la Fundación Autor ha inaugurado este lunes una clase magistral del guitarrista que continuará por las sedes de la SGAE en Barcelona, Valencia, Madrid, Bilbao y Santiago. En la sala, varios alumnos escogidos observan fascinados las manos del maestro, que recorre el mástil de la guitarra para desvelar el secreto del instrumento. Y eso sólo para cortar el silencio. El edificio, de Cristina Hoyos, es una casa-palacio con un patio de frescas sombras, un patio que la semana pasada visitaron Carlos de Inglaterra y Camilla Parker.

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