Verónica Giménez Béliveau (EHESS- UBA)

X Jornadas sobre Verónica Giménez Béliveau (EHESS- UBA) alternativas religiosas en América Latina Sociedad y Religión en Apóstoles de la verdadera
Author:  Arturo Vera Ramos

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X Jornadas sobre

Verónica Giménez Béliveau (EHESS- UBA)

alternativas religiosas en América Latina Sociedad y Religión en

Apóstoles de la verdadera religión: Grupos

el Tercer Milenio

tradicionalistas y construcción de la memoria

Buenos Aires, 3 al 6 de

en la Argentina contemporánea

octubre de 2000 1.

Preámbulo

Este trabajo forma parte de una investigación más amplia que estoy llevando a cabo en el marco de mi doctorado en Sociología. El tema de mi tesis es el estudio de las transformaciones en el catolicismo en Argentina leídas a través del análisis de una multiplicidad de grupos (principal pero no exclusivamente laicales), ordenados en tipos según las estrategias de construcción identitaria al interior del universo católico. Dentro de este universo, los diferentes grupos y movimientos eclesiales son percibidos como la parte más vital de la Iglesia, y el fenómeno de su crecimiento a nivel mundial es mencionado en términos de nueva primavera de la Iglesia. Estos movimientos eclesiales me interesan no sólo por su visibilidad, sino porque presentan rasgos definidos y marcan pertenencias fuertes que logran inyectar sentido a la adscripción al catolicismo. De adscripción voluntaria, estos grupos no representan una opción de pertenencia religiosa “dada” dentro de la Iglesia católica, como podría ser la referencia a la comunidad territorial establecida por la institución, la parroquia. Por el contrario, los movimientos eclesiales encarnan una sociabilidad religiosa elegida, muchas veces al término de una búsqueda de diversas opciones. Me interesa destacar el carácter voluntario de estas prácticas, porque es lo que las inscribe directamente en la modernidad religiosa, una modernidad que rompe con las determinaciones institucionales (ideal-típicamente hablando) y postula un modelo móvil y autónomo de adscripción a los grupos de pertenencia.

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En una primera aproximación al universo de los grupos católicos me permitió elaborar categorías para abordar su estudio. Esta categorización (provisoria aún) plantea cuatro tipos de movimientos: -los movimientos emocionales, que se caracterizan por postular una relación directa del fiel con lo trascendente, y por la modalidad de las prácticas, en las cuales la expresión de la propia subjetividad ocupa un lugar central. -los movimientos tradicionalistas, cuya apuesta fundamental tiene que ver con la construcción de una tradición estable a la que postulan como verdadera de la cual se reivindican. -los movimientos humanistas, que otorgan un lugar privilegiado a los rasgos éticos y universalizables de sus postulados. -los movimientos institucionales, que se caracterizan por su estrecha y constitutiva relación con el la jerarquía eclesiástica, en términos de respuesta a un proyecto pastoral del episcopado. Trabajaré aquí un primer acercamiento a uno de los polos posibles de construcción de identidades, el polo de los grupos tradicionalistas. Enfocaré en esta oportunidad el análisis de la cuestión de la memoria en este tipo de grupos, ya que se puede leer en el trabajo de construcción de una tradición específica al interior del catolicismo, que reivindican como la única verdadera, los rasgos que definen su identidad. 2.

Los grupos En este apartado intentaré caracterizar sucintamente algunos datos biográficos

de los grupos. Un análisis minucioso de la evolución histórica de los mismos está pendiente, y es uno de los temas que trabajaré en mi tesis.

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2.a. F.A.S.T.A. La Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino es una agrupación de origen laical, fundada en el año 1962, en Tucumán, por un sacerdote dominico, el padre Aníbal Fósbery. Ligada al principio a la orden dominicana, F.A.S.T.A. crece y toma rasgos propios, por lo que a fines de los años ‘80 se independiza organizacionalmente de la orden. El carisma de F.A.S.T.A. es la constitución de comunidades en las cuales se viva y se transmita la cultura católica. Con un fuerte acento en el trabajo con los jóvenes y las familias, la tarea apostólica del grupo está centrada en la educación a través de una red de colegios, que reciben de otras congregaciones, de la universidad propia ubicada en Mar del Plata, y de “institutos de juventud” en distintas ciudades de la Argentina. Según sus líderes, la cantidad de miembros de F.A.S.T.A. asciende a 10.000, agrupados en categorías según su grado de participación. 2.b. Instituto de Cristo Rey El Instituto de Cristo Rey es fundado en Rosario entre los años 1975 y 1981 por el padre José Luis Torres Pardo, alejado de la Congregación de los Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey, la congregación en la que se formara, por diferencias relativas a las transformaciones post-conciliares que la orden había comenzado a operar en su seno. Surgido como una comunidad de seminaristas ligados al fundador, el grupo cuenta actualmente con alrededor de 20 religiosos (entre sacerdotes y seminaristas) y ha creado en 1990 la rama femenina del Instituto, ideada y dirigida por una laica relacionada con el sacerdote fundador. El objetivo central de la fundación es proclamar e instaurar el reinado social de Cristo, fin que persiguen a través de la predicación de los ejercicios espirituales según el método de San Ignacio de Loyola. El grupo calcula que cuenta con alrededor de un millar de laicos que acompañan y sostienen su obra, distribuidos en distintas ciudades del país (Rosario, Bahía Blanca y Buenos Aires, fundamentalmente).

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2.c. Instituto del Verbo Encarnado El Instituto del Verbo Encarnado nace en San Rafael, Mendoza, en el año 1984. Esta fundación oficial se realiza luego que un grupo de seminaristas del seminario de Paraná (que fuera dirigido por Mgr. Tortolo), disconformes ante el cambio de orientación de la diócesis asumida por Mgr. Karlic, deciden, luego de algunos años, instalarse en la ciudad de San Rafael, autorizados por el obispo Kruk. En principio, el Padre Buela, sacerdote diocesano fundador del Instituto, asume el seminario de la diócesis de San Rafael. Luego crea el seminario propio del instituto, la rama femenina y la contemplativa (masculina y femenina), en el año 1988. Definiendo su objetivo principal como la evangelización de la cultura, actualmente el Instituto del Verbo Encarnado tiene dos colegios, tres hogares para niños huérfanos y discapacitados, y está presente en 33 diócesis en el mundo, a las que los sacerdotes y las monjas llegan impulsados por la política acentuadamente misionera que los integrantes del Instituto consideran una marca específica de su acción apostólica. En la Argentina están en las diócesis de San Rafael (Mendoza) y Añatuya (Santiago del Estero), y afirman contar con 900 miembros en sus diferentes clases: sacerdotes, monjas, novicios y novicias, seminaristas menores. 2.d. Fraternidad Sacerdotal San Pio X La Fraternidad Sacerdotal San Pio X está integrada por sacerdotes ligados a Monseñor Lefevbre, y formados en los seminarios creados por el obispo disidente en Francia, Estados Unidos y La Reja (Moreno- Provincia de Buenos Aires). El grupo llega a Argentina en el año 1977, año en el que se funda el primer ‘priorato’. El fin principal del grupo es la conservación de las formas litúrgicas previas a las transformaciones operadas por el Concilio Vaticano II y la formación sacerdotal siguiendo las tradiciones pre-conciliares. Enfrentados a Roma alrededor de estas reivindicaciones, su líder es excomulgado en 1988, lo que ocasiona algunas deserciones en el seminario en Argentina, aunque siguen conservando sus estructuras de funcionamiento. Fuertemente ligados a la casa madre, situada en Ecône (Suiza), actualmente el grupo cuenta en el país con alrededor de 50 religiosos (entre sacerdotes, hermanos, seminaristas y religiosas)

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distribuidos en los distintos centros (La Reja y Martínez- provincia de Buenos Aires, Córdoba, Salta, Mendoza).

Los grupos con los que he trabajado (con la posible excepción de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X) son relativamente jóvenes, por lo que la apuesta de la construcción de una identidad propia al interior del catolicismo es fuerte: necesitan diferenciarse de los demás grupos católicos marcando rasgos específicos que definan a su vez los límites hacia adentro del grupo y hacia afuera del mismo. La demarcación de las fronteras separa los dos espacios simbólicos en los que se estructura la cosmovisión de los grupos: en un polo está el mundo, espacio donde el principio del mal actúa, y en el otro la comunidad, ámbito de santidad en relación directa con el principio del bien. Una de las lógicas de afirmación identitaria de este tipo de grupos es la construcción simbólica de la comunidad en tanto que perseguida y militante. Los grupos asocian la idea de persecución con la conservación de la verdadera tradición y de los valores sobrenaturales en un contexto de secularización y humanización de la cultura. La cultura dominante, a la que se refieren, utilizando términos del papa Juan Pablo II, como la “cultura de la muerte”, se ensaña contra la comunidad que encarna los principios de la “cultura de la vida”. De esta definición de la propia comunidad como perseguida, se desprende la necesidad que sus fieles sean militantes, activos, eficaces en su lucha contra un mundo en el que prima una organización no religiosa elegida por los hombres inspirados por el principio sobrenatural del mal. De hecho tanto el espacio del mundo como el ámbito de la comunidad son entendidos como parte de un universo ordenado por reglas sobrenaturales que se inscriben en el plan divino. Los integrantes de la “Iglesia perseguida” consideran que la marginación y la persecución de la comunidad es necesaria para su posterior y definitiva victoria. Esta concepción de la propia comunidad tiene su correlato en la composición social de los grupos, ya que el reclutamiento es claramente “endogámico”: se apoya en redes de relaciones sociales con características comunes marcadas, basadas

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frecuentemente en lazos de parentesco. El Instituto del Verbo Encarnado es el grupo en el que el reclutamiento en las familias sanrafaelinas de pensamiento tradicionalista es más notable, dándose varios casos de hermanos religiosos al interior del grupo. 3.

La tradición reinventada Me interesa abordar aquí la temática de la construcción de la memoria como uno

de los ejes de la afirmación identitaria de los grupos. El establecimiento de un linaje del cual los miembros del grupo se reivindican funciona como un lazo entre el pasado y el presente, y afirma la idea de perduración del grupo en el tiempo. A la vez, los elementos de esa tradición que es construida como verdadera marcan las líneas de proyección hacia el futuro y establecen los marcos en los cuales se desenvolverá la utopía comunitaria. La construcción de la memoria en tanto verdadera tradición de la Iglesia implica marcar los hechos y los personajes en la línea de los cuales el grupo se inscribe pero también los acontecimientos que son excluidos de la tradición verdadera. A través de una compleja operación de recuerdos, olvidos y exclusiones la comunidad define un pasado legítimo cuyas premisas ordenan el presente. En suma, y siguiendo aquí al gran estudioso de la memoria social que fue Maurice Halbwachs, los grupos reconstruyen “el pasado en función del presente”. 1 La tarea de establecimiento de una tradición verdadera es concomitantemente un acto de ejercicio de autoridad, ya que implica, al mismo tiempo que se establece una memoria legítima, la constitución de un polo de autoridad que dice esta memoria. En otros términos, la creación de liderazgos en el seno de un grupo se constituye y legitima a través de la mención de la tradición verdadera, es decir, del establecimiento de los límites de lo que es factible creer en el grupo determinado. Los grupos tradicionalistas hacen aparecer temáticas comunes en la operación de constitución de la tradición de la cual se reivindican, y estas son la referencia a la Edad Media como época mítica en la cual se instauró el régimen de Cristiandad, y la

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Gerard Namer, “Postface”, in Maurice Halbwachs, Les cadres sociaux de la mémoire, Paris, Albin Michel, 1994.

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reivindicación de la marca católica en la fundación de la nación Argentina. A través de este doble movimiento, los grupos construyen una línea que une su situación actual con la tradición de los padres fundadores de la Iglesia, a través de la invención de los orígenes católicos de América.

3.a. La re-construcción de la Cristiandad: la memoria de un pasado mítico

El arraigo al pasado es uno de los rasgos constitutivos de este tipo de grupos, una de cuyas apuestas principales es el establecimiento de una memoria verdadera al interior del catolicismo. Dicho de otra manera, la afirmación de la identidad como grupo pasa por la referencia a una línea que desde el pasado de la Cristiandad reinventada los une con un presente de lucha y con un futuro utópico de restitución de la Iglesia al lugar que ocupó en ese pasado mítico. De hecho, las referencias de los grupos no tienen que ver con una reconstrucción histórica de la Edad Media, sino con la elaboración de un modelo de Cristiandad que, si bien toma de la tradición histórica europea algunos componentes, los relata con rasgos de atemporalidad que contribuirán a desenclavar el discurso del contexto socio-histórico al cual se refieren para postularlos como elementos válidos en todas las épocas y en todos los contextos. Los grupos construyen un modelo fuertemente normativo a partir de elementos históricos, que se impone a sus miembros con toda la legitimidad de una tradición, y que ordena al mundo social según categorías definidas. La matriz de Cristiandad define, en efecto, un mundo social en el cual las naturales desigualdades entre los hombres generan esferas de actividad sometidas a la regulación de la autoridad de la Iglesia. Esta línea de pensamiento, que reconoce en la tradicional división de la sociedad en “los que oran- los que luchan- los que trabajan” su formulación más extrema, es retomado por los grupos en aras de combatir contra lo que ellos consideran un igualitarismo destructivo de los fundamentos de la sociedad cristiana:

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Se puede decir, sin exageración, que la desigualdad del género humano, el hecho de ser superior o inferior en cualquier orden que sea, viene de Dios, lo mismo que la autoridad. La nivelación igualitarista no puede venir más que de Satanás...2 (Fraternidad Sacerdotal San Pío X)

Las desigualdades naturalizadas entre los grupos sociales remiten a una idea de sociedad en la cual existe un principio organizador de origen sobrenatural y no humano, que ordena la vida social. Los grupos tradicionalistas conciben un origen extrasocial del mundo humano, lo que a la vez justifica la estructura jerárquica de la sociedad y la subsume a reglas de funcionamiento dictadas en un plano superior. Así el Fundador de F.A.S.T.A., Aníbal Fósbery, afirma que: la cultura católica expresa ese orden temporal del cual Cristo es el centro y, al mismo tiempo, lo sostiene y profundiza. Se trata de un orden misterioso, porque responde al designio salvífico de Dios, a la gloria y a la transfiguración final del mundo. 3

Con un tomo más marcadamente militante, la Revista Cristo Rey sostiene una “...visión rigurosa de la historia con Cristo Rey como su Centro; con Cristo Rey como su Clave, con Cristo Rey como su Polo; con Cristo Rey como su Explicación. Nada en la Historia se ha hecho ni existe siquiera sin él” 4. Sentido de la historia, fundamento de la vida social, los grupos pretenden extender los principios y las reglas de funcionamiento de la esfera de lo religioso a todos los ámbitos de la vida social, o, dicho de otro modo, subordinan, según el modelo de Cristiandad, todas las demás esferas de actividad humana a las regulaciones de la religión, de la institución católica y de la jerarquía de la Iglesia: “La

Treinta y tres verdades para considerar en nuestro tiempo, Fraternidad Sacerdotal San Pío X, no figura lugar ni fecha de publicación, p. 3. 3 Aníbal Fósbery, La Cultura Católica, Buenos Aires, Tierra Media, 1999, p. 269. 4 Revista Cristo Rey N° 40, p. 12- 13, discurso de Mgr. Bonamín. 2

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realeza en el sentido político social, es decir, la Realeza como principio y fundamento de todo el Orden temporal, económico, político, social” 5 (Instituto de Cristo Rey). Esta figuración de la vida social sometida normativamente a los dictados de la esfera de lo religioso conlleva un fuerte rechazo del individualismo moderno, y una concepción de la sociedad como un todo inescindible. La concepción orgánica de la sociedad, en la cual sus diferentes partes (que no son individuos) se someten a un principio de autoridad extrasocial lleva a los grupos a enfrentarse a la sociedad moderna, que propone reglas de funcionamiento y principios de autoridad autónomos para las diferentes esferas de la acción humana. Este enfrentamiento debe ser sostenido por los fieles de los grupos, quienes deben transformar su pertenencia en una militancia activa. El fundador del Instituto del Verbo Encarnado, exhorta a los jóvenes de esta manera: ...Debemos trabajar para que Cristo reine en nuestras inteligencias..., en nuestras voluntades..., en nuestra sensibilidad..., en nuestra naturaleza. Pero no basta que reine sobre nosotros individualmente considerados, es necesario que reine en nuestras familias, escuelas, sindicatos, fuerzas de seguridad, universidades, hospitales. Es necesario que reine en el mundo de lo social, lo económico y lo político, tanto nacional como internacional. 6

Otro de los elementos característicos de los grupos es el énfasis permanente en resaltar el primado de lo espiritual sobre lo temporal como fundamento de la acción. El grupo del Instituto del Verbo Encarnado considera que “la Iglesia hace a la cultura un servicio fundamental al recordar al hombre su vocación trascendente. Haciendo así, ella lo ayuda a superar el plano pragmático, inmediato, para devolverle la dimensión contemplativa, la más propiamente humana”.

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Esta primacía de lo espiritual se ubica como necesidad

fundamental en dos categorías sociales: los jóvenes y las familias. Es que en estas Revista Cristo Rey N° 40, p. 19. Carlos Miguel Buela, Jóvenes hacia el Tercer Milenio. Caminando con Juan Pablo II, San Rafael, Ediciones del Verbo Encarnado, 1998, p.29. 5 6

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categorías sociales se juega la posibilidad de trascendencia de los grupos, ya que la formación de la juventud en el marco de la cosmovisión del grupo y la afirmación de los valores de la cultura católica en el seno de las familias asegurarían una exitosa transmisión de la verdadera tradición de la Iglesia. La re-construcción de la Cristiandad medieval como pasado mítico se realiza no sólo en el ámbito del discurso, sino también en el plano de las prácticas: en los aspectos organizativos de los grupos y en la liturgia. Es en estos ámbitos en donde los grupos efectúan una reactualización permanente de la tradición, a través de elementos que, reempleados, remiten a un pasado de orden bajo la égida de la Iglesia. Un ejemplo interesante de esto es la profusión de nombres de resonancias medievales en las categorías internas de los grupos: los jóvenes de F.A.S.T.A. se llaman Templarios y realizan una marcha nacional en la que demuestran “la audacia y el valor con ritmo de milicia” 8, el grupo es pensado en términos de Civitas Dei (en el sentido que le da San Agustín, como una ciudad en permanente fundación), la agrupación laical del Instituto de Cristo Rey se llama Legión de Cristo Rey, los grupos juveniles milicias, los grupos laicales de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X son Cofradías. Las referencias a una época mítica con una fuerte carga de organicidad y militarismo cumple la función de empapar de sentimientos heroicos a los jóvenes, contra la vida fácil, consumista y carente de sentido trascendente que según ellos ofrece la sociedad moderna. La militancia en el grupo es revestida de un carácter de heroicidad extracotidiana que, unido a la idea de la comunidad en tanto que perseguida por la defensa de los valores auténticos y la tradición verdadera, definen los rasgos identitarios a través de los que los grupos construyen su espacio diferenciado dentro del catolicismo. El otro ámbito significativo de referencia a un pasado es el espacio de la liturgia, un lugar privilegiado para observar la utilización de elementos rituales (ya en desuso en la Iglesia Católica) que los grupos consideran centrales en sus prácticas y que funcionan

Eugenio Elías, El "Misterio Del Conocimiento". Apuntes sobre la evangelización de la cultura, Revista Diálogo N° 23 (editada en la página web www.iveargentina.org) 8 Cumbres. Revista de los colegios FASTA, N° 16, primer cuatrimestre 1999, p. 8. 7

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como marcadores identitarios de su particularidad. Los grupos incorporan en distinta medida el idioma latín a sus celebraciones litúrgicas, desde el caso más extremo, que es la realización de la misa según el rito tridentino (“la misa de siempre”) hasta diferentes grados de uso del idioma en letanías, en sesiones de canto gregoriano y en cantos tradicionales. Este rasgo se relaciona con la fuerte crítica a la desacralización litúrgica, que los grupos se proponen revertir, tres de ellos dentro de los límites permitidos por la institución, uno de ellos aún a costa de la ruptura (la Fraternidad Sacerdotal San Pío X). En la misma línea, las vestiduras de los sacerdotes revelan un celo particular en conservar los rasgos tradicionales: el uso de prendas que marquen su carácter de especialistas religiosos es, para ellos, un signo de diferenciación inseparable de su misma actividad sacerdotal.

3.b. La cultura católica como fundadora de la Nación argentina

El otro de los ejes alrededor del cual se articula la construcción de una tradición es el de la catolización de los orígenes de la nación Argentina. Para asegurar el lazo que une su propio presente a esa cristiandad mítica que sitúan temporalmente en la Europa occidental de los siglos VI a XVI, los grupos tradicionalistas trazan una línea que, pasando por España y el momento de la conquista, hace a la Argentina heredera de un pasado católico. Este proceso de construcción identitario se realiza a través de una doble estrategia: por una lado se rescatan los elementos que tienen que ver con la conquista y evangelización de América y con la memoria de la América colonial, y por el otro se da un sentido católico al momento fundador de la nación en sí, la Independencia. En el primero de los movimientos, los grupos se sitúan como los herederos de la conquista. La referencia a una hispanidad católica que conquista el mundo para Dios, guiada por intereses sobrenaturales es central:

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América se descubre bajo el signo de la Cruz. América se evangeliza bajo el signo de la Cruz, América se cultiva, se educa, se instruye bajo el signo de la Cruz, bajo el signo de la Cruz, aprende a rezar, a comunicarse con Dios en nuestro lenguaje; bajo el signo de la Cruz, América se independiza aprende a valerse por sí misma bajo el signo de la cruz; bajo el signo de la Cruz abre sus brazos amorosos y sus puertas ‘a toda persona de buena voluntad que quiera habitar en suelo argentino’. 9 (Instituto de Cristo Rey)

En algunos grupos la acción civilizadora de España sobre la Argentina se prolonga, incluso, con la venida de religiosos. La llegada del futuro líder y fundador del Instituto de Cristo Rey a Rosario es leída en esos términos: “los hijos de la madre patria siguen ofrendando su vida, su tiempo, sus esfuerzos, su valor y su coraje en aras de una evangelización que no sólo convierte sino que reforma y transforma al hombre de tal manera, que reconoce a Cristo como Su único Rey y a la Iglesia Católica como único medio posible de salvación”.

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La acción

evangelizadora es una acción santificadora que funda en las tierras americanas la utopía de la cristiandad. Pero hacer memoria de ese pasado implica también matizar la violencia presente en el acto de la conquista. Aparece entonces la idea de un encuentro de culturas, la evangelización es entendida en términos de inculturación del Evangelio, es decir, de adaptación del Evangelio a las culturas, de respeto por las mismas: “frente a la globalización que arrasa con todas las peculiaridades propias, ricas de cada uno, la universalidad de la Iglesia intenta rescatar y salvar cada una de las notas propias de cada [cultura]”

11(F.A.S.T.A.).

Esta operación es necesaria para la elaboración por parte de los grupos de un dispositivo simbólico sumamente efectivo como base de la construcción de identidades grupales: la Cristiandad Americana. Esta Cristiandad, fruto de la implantación de la cultura católica en las tierras de América, resignifica las culturas preexistentes en clave de catolicidad, integrando de esta manera a los hombres y a las mujeres de América en una nueva creación cargada de potencial expansivo. La referencia a los nativos

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Revista Cristo Rey N° 40, Rosario, enero 1989, p.29. Idem. 11 Entrevista a un dirigente de F.A.S.T.A. realizada el 24.07.2000. 10

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americanos solo se realiza, entonces, en términos de reservas de la verdadera catolicidad: Ocurre que la memoria bautismal de esta gente, hace pie en los tiempos virreinales de la América fundacional. Sus gestos, entonces, guardan las peculiaridades propias de la religiosidad medioeval y barroca a la que nació el catolicismo americano, tras una paciente inculturación evangélica que a la vez lo enriqueció. 12 (F.A.S.T.A.)

Y es interesante focalizar nuestra atención en la articulación que se realiza aquí entre religiosidad medieval y barroca, inculturación del evangelio, pueblos americanos. Vemos en funcionamiento los elementos que confluyen en la creación de una categoría esencial y ahistórica de pueblo que es, por definición, católico, piadoso, auténtico. En esta categoría de pueblo, a la que se adosan simbologías específicas, la Virgen de Luján, por ejemplo, que siempre vestida de celeste y blanco es “la virgencita gaucha”13, los “indios” no están solos: los gauchos y el mundo rural pampeano mitificado ocupan un lugar predominante. La referencia a lo criollo es permanentemente idealizada a través de la mención de símbolos explícitos (el mate, el poncho, el pago). Esta rememoración permanente de los orígenes campesinos y criollos de la Argentina se apoya en un tipo de literatura que es citada abundantemente por los grupos en sus publicaciones: autores como Lugones, Castellani, Wast, Gálvez son presentados como modelo de intelectualidad católica. El Evangelio Criollo (Diálogo N° 8, Instituto del Verbo Encarnado), La Payada a la Virgen de Luján (FASTA) son ejemplos de un género revalorizado por los grupos, que ilustra claramente el esfuerzo por recatolizar la historia argentina utilizando géneros y métricas folklóricas para la expresión de temáticas religiosas. En el aspecto organizacional también aparece el énfasis en los rasgos autóctonos como marcadores identitarios: los grupos juveniles en FASTA se llaman Ruca, que en mapuche quiere decir casa. Este es un ejemplo de la lógica de reubicación de elementos considerados americanos en un tablero demarcado por la catolicidad: no 12

Stylo. El pregón de la cultura católica, Argentina, 1996 N° 2, p. 18.

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se trata aquí de la percepción del otro, sino de construcción de un dispositivo que reactualice la memoria incluyendo rasgos que remitan a pertenencias étnicas y nacionales específicas. Este dispositivo se completa con el proceso de cristianización de la historia, en aras de construir una visión esencialista de la Patria imbuida de catolicidad. Este momento fundacional no ya de la Cristiandad Americana sino de la Argentina Católica se cumple a través de un trabajo fino de olvidos y focalizaciones, que tiene como blanco principal los “Padres de la Patria”. Así las figuras de San Martín, el Libertador de América, y Belgrano, el Creador de la Bandera, son reconstruidas borrando las sospechas de francmasonería que circulan sobre ellos, y se los erige en modelo de católicos, pletóricos de virtudes militares, piadosas y humanas. Se acentúa sobre todo el lazo entre los héroes fundadores de la nación y la Virgen María, legado a su vez de España: “[España] generosa nos regala la devoción a Su Inmaculada María Santísima, devoción que han tenido sabiamente en cuenta San Martín, Belgrano” (Instituto de Cristo Rey).

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Otro de

los mecanismos recurrentes de este proceso es el señalamiento de la presencia masiva de miembros de la institución eclesiástica en la concreción del proceso de Independencia, desde la presencia de los clérigos en el Cabildo Abierto de 1810 hasta la mención de los sacerdotes que firmaron la declaración de la Independencia en 1816. El énfasis puesto en la definición de la identidad de la Argentina como católica y americana (la reivindicación del patrimonio cultural americano es fuerte) es concomitante con la identificación de los enemigos contra los que esta construcción identitaria se realiza. El sentimiento anti-anglosajón se expresa según diferentes modalidades en el discurso y las prácticas de los grupos, y deviene un hilo conductor de la acción. Los británicos y norteamericanos son el enemigo en tanto son percibidos como protestantes, imperialistas, invasores, liberales. Hay dos temas en particular en los cuales este anti-anglosajonismo se hace explícito: la problemática de la deuda externa y 13

Carlos Buela, “¡Jóvenes!”, en II Jornada de los Jóvenes. Revista oficial de la jornada, Ediciones del Verbo Encarnado, San Rafael, 1998, p. 4. 14 Cristo Rey N° 40, Rosario, 1989.

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la cuestión de las Islas Malvinas. La deuda externa es percibida como fuente de pobreza y dominación sobre los pueblos, fruto de una filosofía que ha colocado al lucro en el centro del universo y no al hombre hijo de Dios. La guerra de Malvinas es reubicada como una lucha de dos modelos opuestos de país, el catolicismo contra el protestantismo, la inteligencia y el valor de los argentinos contra la fuerza pura e inhumana de las potencias aliadas en torno de Inglaterra. 15 Esta interpretación apunta a la permanencia del conflicto, que dado que asume un sentido de lucha cósmica del bien contra el mal, seguirá vigente hasta que uno de los dos gane. A propósito la revista Stylo, de FASTA, afirma que Hoy más que nunca, el peligro ronda la integridad del territorio de los argentinos. La Patagonia, promesa futuro de desarrollo y riqueza, está flanqueada por fuerzas que históricamente presionan sobre ella. Desde la llamada “fortaleza Falkland” una política imperial, de anacrónica vena victoriana, apunta a la plataforma continental submarina y al suelo continental. Es una amenaza permanente, histórica, que se proyecta lamentablemente hacia nuestro futuro 16

La memoria de Malvinas en reactualizada en la prácticas habituales de los grupos: el acompañamiento de familiares de soldados muertos en la guerra es una tarea que por lo menos dos de los grupos asumen como parte de su tarea apostólica. 17 Recapitulando, la evocación de una memoria de Cristiandad que ispirada en el imaginario medieval se desarrolla incorporando elementos americanos, funda la imagen de una comunidad cohesionada alrededor de un principio unificador que es el catolicismo. Esta comunidad no es una sociedad formada por individuos, sino una 15

“Nosotros, los argentinos, tuvimos una experiencia dolorosa en nuestra Guerra de Malvinas. La profesionalidad, el arrojo y la inteligencia de nuestros hombres de tierra, mar y aire, fueron desequilibradas, en última instancia, por la apertura de los arsenales de la NATO o la Task Force” (Sergio Cerón, “Soberanía científica y poder nacional, en Stylo. El pregón de la cultura católica, N° 2, Argentina, 1996, p 45). 16 Sergio Cerón, ídem p.46. 17 El 21/11/1997 La Nación publica: “Unidos por el dolor, los deudos honraron a los caídos. Misa: en el cementerio de Darwin, 15 argentinos recordaron a sus seres queridos caídos en las Malvinas. El cura, de

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nación definida en términos esenciales, que servirá de base a la proyección hacia el futuro de la utopía católica.

4. Perspectivas: la utopía de la reconquista La creación de una Cristiandad fruto de la inculturación del mensaje cristiano en el “Nuevo Continente” permite tender el lazo utópico hacia el futuro: América Latina es vista como la tierra del mañana, el continente de la esperanza, un espacio elegido no del todo corrupto aún. Los elementos articuladores de esta utopía son fácilmente rastreables en el discurso de los grupos tradicionalistas. En principio, el postulado afirmado por Pío X, “instaurar todas las cosas en Cristo”. El catolicismo de los grupos tradicionales es social, político, religioso, es decir, pretende actuar en el todo que para ellos es la creación, rechazando así constitutivamente el encuadramiento del catolicismo dentro de uno de los posibles campos específicos de acción humana. América Latina en general, y Argentina en particular ocupan un lugar central como espacio de concreción de esta utopía. Como depositarios de una Cristiandad Americana reinventada, los grupos tradicionales resignifican el espacio propio, que es cargado de signos anticipatorios, precisamente por su calidad de heredero de la tradición católica. Y a partir de esta resituación de lo católico en el territorio americano mitificado, se proyecta la reconquista del mundo para la Iglesia. Uno de sus voceros dice la utopía tradicionalista de manera clara y precisa: “Desde la cultura católica, el hombre y el mundo se disponen para su transformación final” 18(F.A.S.T.A.). Es necesario destacar otro de los elementos fundamentales de la utopía tradicionalista, y es su presentación en tanto que única verdad católica. En efecto, los grupos la transforman en el único proyecto universalizable, construido en oposición directa con el proyecto de la globalización, que se asocia con los males de la sociedad

origen entrerriano, pero que pertenece al Instituto del Verbo Encarnado de San Rafael, Mendoza, tiene que levantar la voz para que todos puedan escucharlo...” . 18 Aníbal Fósbery, op. Cit. p. 176.

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actual. Así lo confirman las palabras proféticas de un sacerdote del Instituto del Verbo Encarnado: “Es la única visión universalista posible, la sola que supera las diferencias económicas, culturales, políticas, raciales” 19. Reconstruir el pasado para pensarse en el presente y proyectarse utópicamente hacia el futuro: ese parece ser la apuesta identitaria actual de los grupos tradicionalistas.

Eugenio Elías, “El "Misterio Del Conocimiento" Apuntes sobre la Evangelización de la Cultura” (tomado de la página web www.iveargentina.org). 19

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5.

Bibliografía citada

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