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INFORME DEL DEFENSOR DEL PUEBLO SOBRE LA VIOLENCIA ESCOLAR La Oficina del Defensor del Pueblo ha elaborado para el Parlamento un informe sobre la violencia escolar en los centros de Enseñanza Secundaria que, sobre una base de 3000 entrevistas a alumnos de 12 a 16 años y a 300 jefes de estudios de 300 centros públicos y privados, no presenta demasiadas novedades. El fenómeno más extendido es la violencia entre iguales, como lo revela el hecho de que el 30% de los alumnos reconozca haber sufrido agresión verbal de sus compañeros. Los insultos afectan a un tercio de los 3000 alumnos estudiados. El porcentaje hasta un quinto si se trata de agresiones dirigidas contra sus propiedades. Un 15% confiesa sentirse objeto de exclusión social por parte de sus compañeros. Los episodios de violencia más graves aparecen con una frecuencia aún menor: un 1% de las agresiones se producen por arma blanca, y en un 2% hay acoso sexual. Por lo que respecta a los profesores, un 10% admite haber padecido agresiones de sus alumnos. El Defensor del Pueblo, Fernando Álvarez de Miranda, destacó que, aunque el nivel de malos tratos en España y nuestro país es de los que registran una menor incidencia de casos de violencia escolar, ello no autoriza a considerar que la situación sea buena, mucho menos aún óptima, y ni siquiera aceptable. En el informe se consideran adecuadas las medidas contempladas en el ordenamiento jurídico español para la protección de los menores frente a la violencia escolar y se aprueban las que se recogen en el proyecto de Ley Penal del Menor, aún en trámite parlamentario. El estudio concluye con una serie de recomendaciones a los centros, a los profesores y a las Administraciones educativas para afrontar con eficacia el problema de la violencia en los centros. ¿CÓMO AFECTA LA VIOLENCIA EN LOS MEDIOS AUDIOVISUALES EN LA SOCIEDAD (ESPECIALMENTE EN JÓVENES Y NIÑOS)? • Ver mucha televisión violenta a la edad de los 8 años correlaciona positivamente con tener un comportamiento violento a la edad de 18 años. De ello no se desprende automáticamente, desde luego, que ver muchos programas violentos en televisión a los 8 años de edad sea la causa de comportarse violentamente a la edad de 18 años. Sólo se sigue que se trata de dos variables que crecen (o decrecen) juntas y que, por lo tanto, podría haber una cierta conexión entre ellas: Pero es que, además, desde un punto de vista científico/social, preguntarse si la violencia exhibida por la televisión es la causa, o no, de la violencia real parece carecer incluso de sentido. Los fenómenos humanos son muy complejos. La violencia real es más compleja. Sobre ella pueden incidir influencias familiares y subculturales varias. Por éstas últimas entendemos las influencias que pueden experimentarse en el contexto de subsistemas sociales distintos de la familia: la escuela, el grupo de amigos, el lugar de trabajo, el barrio en que se habita, etc. Con todo, es obvio que en nuestro tiempo a esas influencias hay que añadir una más: la televisiva. Y por razones fáciles de explicar: 1− Parece existir el denominado modelado simbólico, es decir el aprendizaje a partir no de la realidad, sino de imágenes. 2− Los niños españoles consumen anualmente más horas ante el televisor que en la escuela (unas 1200 horas en el primer caso y 900 horas en el segundo) 1
Si los padres encomiendan la formación de un niño a la escuela y aceptan que, para lograrlo, la cifra de 900 horas en el aula es suficiente, y establecen que además, toda clase de controles para profesores/as y centros, entonces, el problema es: ¿debemos cruzarnos de brazos ante los efectos producidos por la TV, que actúa como una educadora incontrolada, durante más de 1200 horas al año sobre ese mismo niño? Debemos tomar consciencia de que esa proporción, 900/1200, puede tener consecuencias difícilmente calculables ya que por algo se ha dicho que lo que la escuela enseña en 15 días, la TV puede destrozarlo en 15 minutos. Los mismos espacios infantiles emiten escenas violentas cada 3'5 minutos, lo que puede llevarnos a afirmar que en España un niño ve al año unos 12000 actos violentos y otros tantos relacionados con el sexo. Con estos pocos pero alarmantes datos, parece necesaria la creación de mecanismos útiles que modifiquen la actual situación. Día tras día la televisión destila su dosis de violencia, que para el caso habría que poner en plural... Violencias: del mundo en guerra, en revolución; violencias para distraerse en las películas. La imagen de nuestro planeta que ofrecemos a los niños es la de un mundo peligroso y temible, por el cual no es posible aventurarse si uno no va armado hasta los dientes. La televisión hace nacer el miedo, y el miedo genera la agresividad. Sin embargo, ahí está la realidad: las guerras, las torturas, los genocidios. Nuestros hijos no deben ser mantenidos al margen de la verdad sobre nuestro mundo, pero lo que es inaceptable es la complacencia en imágenes de la crueldad y la violencia que unos hombres ejercen sobre otros. Se sabe, por otra parte, que la visión de escenas de violencia genera la agresividad, tanto en adultos como en los niños. Un equipo de investigadores belgas hizo la siguiente experiencia: separaron a unos cuantos jóvenes de trece a dieciocho años, que vivían en régimen de internado, en dos grupos de una veintena cada uno. En el primer grupo se proyectaron, a razón de una película por día, una serie de comedias divertidas; el segundo grupo no vio más que filmes de violencia. La actividad, las relaciones sociales y las comunicaciones verbales de los jóvenes del primer grupo −los que habían visto filmes agradables− exhibieron un neto aumento. Entre los otros, la agresividad −tanto verbal como física− aumentó con rapidez fulgurante, y ese aumento se mantuvo durante dos semanas. Una exposición prolongada a la violencia televisiva incrementa la tendencia de los adolescentes a entregarse a actos de violencia. Los especialistas establecen una distinción entre la violencia estilizada, es decir, la que se ve en los westerns y en novelas de capa y espada, que se pueden equiparar a los grandes espectáculos dramáticos en que el espectador, aunque se identifique con el héroe, sabe perfectamente que todo eso es ficción, y la violencia realista, tan auténtica como la realidad, ante la cual el espectador −y en especial los niños, los adolescentes de sensibilidad exacerbada y todas aquellas personas de personalidad frágil e impresionable, susceptibles de no poder distinguir lo verdadero de lo falso− ya no puede tomar la distancia suficiente. Inconscientemente, la memoria capitaliza todas esas escenas de violencia que se incrustan en la mente e influyen sobre el comportamiento. El hábito crea reflejos condicionados. La actitud de los adultos, y la de los niños en sus juegos, es muy elocuente. Vicente, de 16 años, esperaba sobre el andén del metro cuando siente algo raro: un joven carterista intenta birlarle la billetera. Vicente se da la vuelta y le asesta un golpe como lo ha visto hacer en las películas de Bruce Lee, explicará después. El ladrón llegó a sentirse muy mal y hubo que recostarlo en un banco. Como Vicente no había practicado nunca judo ni karate, ya puede uno preguntarse si, de no haber visto ese tipo de películas, habría reaccionado de aquella manera. Verdad que en el caso que nos ocupa, el ejemplo le fue útil, 2
pero en el caso de un niño de trece años que, para chantajearlo a la salida de la escuela, amenaza con un puñal a otro más pequeño, bien podemos preguntarnos si no está bajo la influencia de los múltiples ejemplos que ha podido ver. LEGISLACIÓN. 1. Ámbito internacional 1.1.Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos del 19 de Diciembre de 1966 Art. 20.1. Toda propaganda a favor de la guerra estará prohibida por la ley. 2. Toda apología al odio nacional, racial o religioso que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia estará prohibida por la ley. Art. 7. Responsabilidades del radiodifusor. 1. Todos los elementos de los servicios de programas, por su representación y contenido, deberán respetar la dignidad de la persona y los derechos fundamentales ajenos. En particular, no deberán. a) Ser contrarios a las buenas costumbres y en especial contener pornografía. b) Prestar relieve a la violencia ni incitar al odio racial. 2. Los elementos de los servicios de programas que puedan perjudicar el pleno desarrollo físico, psíquico y moral de los niños o adolescentes no deberán transmitirse cuando, debido al horario de transmisión y recepción, estos puedan contemplarlos. 2. Ámbito nacional 2.1. Constitución española 1978. Art. 17. Protección de los menores frente a la programación 1. Las emisiones de televisión no incluirán programas ni escenas o mensajes de cualquier tipo que puedan perjudicar seriamente el desarrollo físico, mental o moral de los menores, ni programas que fomenten el odio, el desprecio o la discriminación por motivos de nacimiento, raza, sexo, religión, nacionalidad, opinión o cualquier otra circunstancia personal o social. 2. La emisión de programas susceptibles de perjudicar el desarrollo físico, mental o moral de los menores y, en todo caso, de aquellos que contengan escenas de pornografía o violencia gratuita sólo podrá realizarse entre las veintidós y las seis horas y deberá ser objeto de advertencia sobre su contenido por medios acústicos y ópticos. Art. 14. Especialidades de la publicidad de juguetes. Se aplicarán a la publicidad de juguetes la siguiente norma: − Se rechazará la relativa a juguetes que impliquen exaltación de belicismo o la violencia o que sean reproducción de armas. Asimismo, de los que utilicen medios que puedan resultar peligrosos para los niños. VIOLENCIA por un tubo 3
REPERCUSIONES DE LA VIOLENCIA DE LOS MEDIOS AUDIOVISUALES EN LA SOCIEDAD. INDICE − Informe del defensor del pueblo sobre la violencia escolar. − ¿Cómo afecta la violencia en los medios audiovisuales en la sociedad (especialmente en jóvenes y niños)? − Legislación sobre los medios de comunicación. − Diferentes noticias de periódicos. − Varios argumentos de películas violentas. − Fotografías de videojuegos violentos. − Música violenta. Música Violenta Hoy en día podemos encontrar una gran variedad de temas en lo que a música se refiere, pasando por los antiguos clásicos y músicas étnicas pero sin olvidarnos de las nuevas tendencias. Lo que podríamos definir como música instrumental por muy elaborada que esté nunca va a incitar a la violencia como las letras de las canciones. Estas letras van a quedarse grabadas en la memoria del joven que la escuche, pues normalmente llevan un texto muy quedadizo fácilmente recordable. Aunque no se quiera o se dé cuenta siempre va a estar ahí en el subconsciente el mensaje que la canción quiere transmitir; este mensaje la mayoría de las veces incita a una revolución contra el Estado o contra la pasma, a tomas drogas, a involucrarse en peleas,... resumiendo a violencia en general entre otros temas poco recomendables.
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