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VISITA A LA CARCEL DE TACUAREMBÓ Con fecha 15 de julio de 2005 integrantes del equipo de Derechos Civiles y Políticos del Serpaj visitó la Cárcel Departamental de Tacuarembó. El
establecimiento
se
encuentra
apostado
en
la
ciudad
de
Tacuarembó, junto a la Jefatura de Policía del Departamento. Al llegar fuimos recibidos por los integrantes del Patronato local y luego por el Director del establecimiento, el Comisario De los Santos. El personal del establecimiento está conformado por 8 funcionarios en forma permanente (un comandante, cuatro guardias, un llavero, un chofer y un ayudante) además del Director. Este personal se conforma con tres turnos de 8 horas por lo tanto se realizan turnos de 8 horas y 16 de descanso a excepción de los choferes que realizan turnos de 24 horas y 48 de descanso. Estos funcionarios son los que realizan las requisas una vez cada dos meses. Se nos expresó que la relación con los reclusos es buena. El edificio está dividido en dos sectores. Uno a la entrada y antes de pasar una reja en el cual se encuentra la administración del establecimiento, la cocina, la panadería, un taller de electricidad y una “pieza especial” en la cual se alojan 7 reclusos de buena conducta, primarios, los que tienen acceso al patio de ese sector y del sector que está detrás de la reja durante todo el día, de 6:00 a 22:00 horas. Detrás de la reja se encuentra el sector en el que hay tres piezas y
cuatro pabellones. En las piezas se alojan reclusos de buena conducta, un total de 17 distribuidos en las tres piezas y en los pabellones hay un total de 49 reclusos, también distribuidos en los cuatro pabellones. Tanto las piezas como los pabellones se encuentran abiertos al patio durante todo el día, desde las 6:00 a las 22:00 horas, la luz no se corta en todo el día y no hay horario para levantarse. La pieza especial tiene un baño interior con agua caliente, el sector de piezas y pabellones tiene los baños en el patio y de los cuales uno solo tiene agua caliente. Por la noche, cuando se cierran los pabellones y las piezas los reclusos que están en ellos deben llamar a los guardias para poder ir al baño. Hay dos celdas de castigo en las cuales los reclusos sancionados permanecen aislados todo el día sin acceso a patio. Al realizar la recorrida por el establecimiento pudimos constatar que en las piezas y en los pabellones la instalación eléctrica está en muy mal estado y faltan vidrios en algunas puertas, los que según se nos expresó no se reponen hace mucho tiempo,
los baños se
encuentran en un estado de higiene deplorable, con los sanitarios tapados de los cuales emerge un olor absolutamente nauseabundo. La sala de visita conyugal también se encuentra deteriorada y sucia. Existe dentro del establecimiento un sector para mujeres que consta de una pieza con baño, el que tiene agua caliente y un pequeño patio que está separado del patio del sector masculino. Sin embargo las mujeres que se encuentran en este sector tienen acceso al patio situado antes de la reja al cual tienen acceso los hombres que están en la “sala especial”, por lo que en los horarios de patio, de 9:00
a 11:00 hs. y de 15:00 a 18:00 horas, lo comparten con ellos. A pesar de ser un espacio muy reducido, en la actualidad no están en condiciones de hacinamiento ya que hay solamente 4 mujeres, sin embargo, según nos fue informado por las propias reclusas y por la guardia, en algún momento llegan a haber hasta 13 mujeres en el mismo espacio, lo que generaba serias dificultades, ya que la capacidad es sumamente reducida. Tanto en los pabellones como en las piezas comunes, en la especial y en el sector femenino hay radio y televisión. Hay un teléfono público en el sector de adelante al cual tienen acceso libre todos los reclusos. La cocina y la panadería fueron reacondicionadas gracias a la colaboración del Patronato local, quienes aportaron una cocina eléctrica y una olla para la cocina, y un horno eléctrico para la panadería, todos provenientes de donaciones. Lo elaborado en la panadería tiene tres destinos: alimentación de los reclusos (cada uno recibe cuatro panes al día), donación de pan al asilo de monjas José Paz Nadar y venta al personal policial. Con lo producido de la venta se realizan compras para los reclusos, como ropa usada, y en el momento en el que se realizó la visita se había comprado pintura para el establecimiento. Dentro de la órbita de la Jefatura de Policía de Tacuarembó y ubicado en las afueras de la ciudad de Tacuarembó se encuentra el Centro de Recuperación Nº 1, en el cual hay 8 reclusos alojados y en él se cultiva una chacra e invernaderos. En esta el régimen es abierto y tampoco se nos expresaron los criterios por los cuales esos reclusos
se encuentran alojados allí, ni que existiera algún sistema de evaluación para otorgar un traslado a este centro, de esta forma se genera también diferencia en el trato con los reclusos que no están allí, sin que exista un criterio definido para ello. El establecimiento tiene una población de 81 reclusos, 4 mujeres y 73 hombres a los que deben sumarse los 8 reclusos que se encuentran en el Centro de Recuperación Nº1, con lo cual el total de personas que se encuentran privadas de libertad bajo la órbita de la Jefatura de Policía de Tacuarembó asciende a 89 personas. Del total de la población reclusa el 60% tiene salidas transitorias. No hay una separación de aquellos reclusos que están procesados de los que están penados ni un régimen diferente para cada uno de ellos y tampoco hay separación alguna de primarios y reincidentes. La distribución de los reclusos en las diferentes celdas y pabellones responde a criterios no muy bien definidos, principalmente los que se encuentran en la “pieza especial”, ya que si bien se nos expresó que allí se alojaban los reclusos primarios, de buena conducta, que hubieran cometido delitos leves, o por disposición judicial, los que están en esta pieza no son los únicos en todo el establecimiento con estas características, y no se nos expresó cual era el criterio para que solamente esos siete se encuentren en mejores condiciones. Por lo tanto existe dentro del establecimiento un grupo de personas que tiene ciertos privilegios frente al resto de la población, sin que haya una razón clara para ello. Muchos reclusos nos expresaron su disconformidad por el trato diferencial que se les da a quienes se encuentran en la “pieza especial”.
Del total de la población reclusa 35 personas (41%) tienen sentencia de condena y 54 (59%) se encuentran procesados a la espera de sentencia de condena o absolutoria. Descripción de la población reclusa según los delitos: - Autoevasión - Hurto
1 23
- Abigeato
3
- Faena clandestina
1
- Rapiña
7
- Copamiento
2
- Contrabando
1
- Comercialización de estupefacientes
2
- Violencia doméstica
1
- Lesiones personales
2
- Lesiones graves
5
- Atentado violento al pudor 6 - Violación
8
- Homicidio
29
Las actividades que se realizan en el establecimiento son escasas. Dos personas trabajan en la panadería, una en la cocina y una en el taller de electricidad que realiza trabajos para el establecimiento. De todos ellos ninguno recibe peculio. Algunos reclusos realizan y venden artesanías por su cuenta. Hay un convenio con la Intendencia Municipal de Tacuarembó por el cual tres reclusos trabajan en ella y se les paga con un surtido.
Asisten
al
establecimiento
grupos
religiosos
de
apoyo:
Mormones, Evangélicos y Católicos. Los integrantes del Patronato nos expresaron que están realizando tratativas para que concurran dos maestros voluntarios y que van a reacondicionar una pieza para que funcione como biblioteca. Si bien estos esfuerzos son beneficiosos para el establecimiento se debe destacar que siendo que es obligatorio que exista educación primaria en los establecimientos carcelarios, según lo dispuesto en el Dec. Ley 14.470, esta debe realizarse a instancia de las autoridades del establecimiento en forma oficial y no depender del trabajo voluntario. Es una obligación de las autoridades procurar dicha instrucción. El ocio y la falta de actividades es el mayor problema que nos transmitieron los reclusos. La alimentación que se brinda en el establecimiento consiste en un “ensopado” con arroz o fideos, algo de verdura y algo de carne. Diariamente cada comida tiene los siguientes ingredientes y cantidades: Carne Zanahoria Papa
4 kg 250 gs. 3 kg
Cebolla
2,5 kg
Zapallo
3,5 kg
Fideos o arroz
5 kg
Sal
500 gs
Lentejas
500 gs
En consecuencia cada recluso recibe por día un promedio de 100 gs. de carne, 123 gs. de fideos o arroz y 230 gs. de verdura. A esto se suman cuatro panes diarios que recibe cada recluso. No se entrega leche ni frutas. Sin dudas una alimentación absolutamente insuficiente, por lo que los reclusos la deben complementar con lo que les dan sus familiares cocinándose ellos mismos. El establecimiento no tiene enfermería ni personal de salud alguno. Cuando algún recluso necesita atención médica debe solicitar ser trasladado al Hospital de Salud Pública, lo que se hace en un móvil común de la Jefatura de Policía, ya que no hay un vehículo específicamente destinado a este fin. Esta situación genera problemas y demoras en la atención de los reclusos y en los tratamientos que necesiten realizar. La medicación que es recetada
por el médico tratante es
administrada por los guardias. Los días de visita son los jueves y domingos de 9 a 10:30 hs y de 15:00 a 16:30 hs. Hay un régimen de visitas especiales para aquellos que vienen de diferentes lugares del Departamento, fuera de la ciudad de Tacuarembó, durante todo el día hasta las 20:00 hs. Las visitas conyugales se otorgan una vez por semana y solamente a aquellos reclusos que tengan pareja estable.
CONCLUSIONES La cárcel en estas condiciones viola flagrantemente los derechos humanos de las personas privadas de libertad y específicamente disposiciones de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica), el art. 26 de la Constitución Nacional, el decreto-ley 14.470 y las Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos de la ONU. Alimentación absolutamente insuficiente que no proporciona los nutrientes necesarios para el mantenimiento normal de las fuerzas y salud de los reclusos, lo que provoca que la población pase hambre si no pueden complementarla con el “paquete” que llevan los familiares. Carencia total de servicio de salud en el establecimiento y de técnicos, ya sea médico o enfermero, debiendo trasladar a los reclusos al Hospital de Paso de los Toros cada vez que ello es requerido, lo que se hace en un móvil común de la Jefatura de Policía, ya que no hay un vehículo específicamente destinado a este fin. Esta situación genera problemas y demoras en la atención de los reclusos y en los tratamientos que necesiten realizar. Los reclusos carecen de la atención
médica
necesaria
que
les
permita
ser
examinados
periódicamente ni en forma continuada cuando presenten lesiones de cualquier tipo, así como cuando se sospeche o se observe alguna enfermedad física o mental, según lo establecen las disposiciones mencionadas, salvo que permanezcan internados, lo cual no se da en todos los casos mencionados.
Falta de funcionarios policiales con la debida preparación para el desarrollo de su actividad con reclusos. Ausencia de técnicos (procuradores, sicólogos, asistentes sociales, docentes, etc.) como cuentan los establecimientos dependientes de la Dirección Nacional de Cárceles, para trabajar con los reclusos procurando reducir progresivamente las diferencias entre la vida en prisión y la vida en libertad, sometiéndolo a un tratamiento gradual que persiga su recuperación para la vida de relación social ( Decreto Ley Nº 14.470 de 11/12/75). Gran deficiencia en el estado del establecimiento por el gran deterioro de la instalación eléctrica, lo cual genera un gran riesgo y la falta de vidrios. Pésimo estado de la instalación sanitaria las tazas se encuentran tapadas lo que genera olores nauseabundos, deficiente higiene en los baños y en la sala de visita conyugal. Es destacable la actuación de los integrantes del Patronato local, los que muestran preocupación por la situación del establecimiento, habiendo realizados aportes de significación, y elevado a las autoridades del establecimiento un relevamiento de todos los elementos necesarios para renovar la instalación sanitaria. Es de los pocos departamentos en donde se ha constatado un Patronato con una actividad tan importante. Falta casi absoluta de actividades dentro del establecimiento, permaneciendo en consecuencia la casi totalidad de los reclusos en un régimen de ocio compulsivo. En este punto es relevante que no se brinde por parte del establecimiento enseñanza primaria para los analfabetos y para quienes no hayan culminado este ciclo, la cual es obligatoria, y que esta dependa del trabajo de voluntarios que estén
dispuestos a realizarla. Llama la atención la falta de conciencia de la gravedad de esta situación de las autoridades en este punto. Diferencia de tratamiento y de condiciones entre los reclusos que se encuentran en la “pieza especial” y en el Centro de Recuperación Nº 1 del resto, no habiendo un criterio claro para su distribución ni equipos técnicos de evaluación para ello. No hay separación de los reclusos que están procesados respecto de los que están penados ni de los reclusos reincidentes y los primarios, ni tampoco regímenes diferentes para cada uno de ellos. . En definitiva, las condiciones carcelarias deben ser alteradas en forma urgente, ya que se violan en forma flagrante los derechos humanos de las personas privadas de libertad, estando el Estado en la situación actual incumpliendo normas legales, constitucionales y convenios internacionales.