VISUAL I TRAVEL I CULTURE I DOCUMENT. Bélgica. p A G e s PHOTO. Brujas

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Bajas Temporales Página 1 de 7 Instrucción número 169/2001, de 31 de julio, del Subsecretario de Defensa, por la que se dictan normas sobre la deter

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VISUAL I TRAVEL I CULTURE I DOCUMENT

Bélgica

21

Brujas

p A G e s

PHOTO REPORT

BRUJAS: VIVIR EN UN CUENTO DE HADAS Hay ciudades por las que no pasa el tiempo. El letargo que la ocultó tras siglos de esplendor permitió que su retorno fuera más superlativo. Brujas es hoy día uno de los destinos turísticos más atrayentes. Una de las mas bellas ciudades de Europa y del mundo, embelesa y atrapa por el sosegado paseo por sus calles empedradas, la contemplación de las obras flamencas que cuelgan de sus museos, el olor a chocolate que emana de sus múltiples comercios, o por la intrincada red de límpidos canales que la atraviesan y que le granjean el sobrenombre de “La Venecia del Norte”. Muy bien conservada, esta pequeña ciudad medieval mantiene la esencia de su historia, consiguiendo formar un positivo contraste entre la naturaleza de sus parques y sus construcciones arquitectónicas de ensueño. Begijnhof



De capital comercial a centro turístico internacional Hoy día, capital de la provincia del Flandes Occidental, la ciudad de Brujas siempre ha tenido una relación muy directa con el mar. Al parecer, el origen de esta urbe data de los siglos bajomedievales cuando los normandos fueron estableciendo algunas poblaciones en el estuario del Zwin, un brazo de mar que penetró en el continente. En este lugar se estableció un desembarcadero o Brygga, palabra escandinava que significa puerto. El agua ha sido vital no solo para las comunicaciones, sino también para la defensa del lugar. En el siglo VII, el conocido como Municipium Brugense fue evangelizado por San Eloi y, con el tiempo, fueron los Condes de Flandes quienes comenzaron a levantar aquí una fortaleza, el burcht, para defenderse de las sucesivas incursiones normandas. Por entonces, aún el mar estaba presente en la zona. Sin embargo, a mediados del siglo XI la progresiva sedimentación la alejó del Mar del Norte y fue cerrando el Zwin. Un revés que se subsanó gracias a la creación en 1180 del antepuerto de Damne, con el que se comunicaba a través de un canal.

Lange Rei

Begijnhof

Bruggemuseum Volkskunde

Centro de la Dentelle

Diamantmuseum

Su entrada en la Liga Hanseática en el siglo XIII supuso el enriquecimiento progresivo de la ciudad llevándola a ser capital comercial de la Europa septentrional. La Hansa era una federación de comerciantes de algunas ciudades de países del Norte de Europa como los Países Bajos, Alemania, Suecia o Dinamarca entre otros. El siglo XIII fue por tanto una centuria de gran esplendor, gracias al comercio y la artesanía de sus paños que engrandaban las arcas de los burgueses de la ciudad. No obstante, toda esta riqueza atraía el interés de muchos, en especial de la nobleza. Los condes de Flandes, que protegían a los gremios y agrupaciones menos adineradas, quisieron monopolizar el comercio que habían estado controlando los ricos burgueses, apoyados por el rey de Francia. Las agitaciones políticas desembocaron en los llamados Maitines de Brujas en 1302. Se llamó así a la masacre nocturna que infringieron los miembros de una milicia flamenca a las tropas de la guarnición francesa que implantó el rey en la ciudad. El 18 de mayo algunos revolucionarios como Pieter de Coninck y Jan Breydel entraron en las casas donde se alojaban las tropas francesas. Esta acción provocó que el 11 de julio se enfrentaran estas milicias flamencas exaltadas y el ejército de Felipe IV de Francia. Esta fue la llamada Batalla de las Espuelas de Oro o Batalla de Courtrai porque se llevó a cabo cerca de esta ciudad. En ella, el rey francés sufrió una dura e inesperada derrota y permitió así a los gremios entrar en la administración de la ciudad. De estos conflictos que se sucedieron a lo largo de la historia viene en parte la enemistad con los franceses, la cual aún hoy se mantiene entre la zona francófona belga y la zona flamenca. A pesar de todo, estos enfrentamientos no supusieron un freno para que el siglo XIV fuese el siglo de esplendor del comercio en Brujas, una ciudad donde nada menos que diecisiete países mantenían delegaciones permanentes y la cual atraía a comerciantes, banqueros y artistas de toda Europa. TB I Brujas 4

Begijnhof

Del ostracismo a la gloria Ya en el siglo XV las cosas se torcieron, otra ciudad flamenca, Amberes, fue cogiendo el relevo como centro comercial y financiero internacional, en detrimento de Brujas. A la progresiva sedimentación del Zwin hay que añadir otros factores que explican este decaimiento como la competencia del puerto de Amberes, una crisis que invadió a la industria textil brujense o las luchas de resistencia que mantuvieron frente a la Casa de Austria, la cual finalmente se adueñó de la ciudad a finales del siglo XV. Desde el siglo XVI hasta el XIX Brujas quedó relegada al más absoluto ostracismo. Difuminada entre la bruma de su pasado, pasó desapercibida por los acontecimientos históricos que se produjeron en estos siglos, lo que, sin duda, le ha ayudado a seguir conservando el legado tan fabuloso que hoy presenta. Será en el siglo XX cuando vuelva a renacer gracias a la llegada del turismo internacional por un lado y a la apertura del puerto marítimo de Zeebrugge en 1907 por otro. La cada vez mayor proliferación de turistas fue debida en parte a la obra de Georges Rodenbach de 1892, Brujas, la Muerta, la cual generó un hálito de romanticismo sobre esta ciudad que despertó en los viajeros las ansias por conocerla. A pesar de su ocupación por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, Brujas ha conseguido conservar su casco medieval intacto, lo que hace de ella uno de los destinos más fascinantes del continente. Rozenhoedkaai

HÚtel de ville

Joya del Gótico Medieval El centro histórico de Brujas fue proclamado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000 y Capital Europea de la Cultura en 2002 conjuntamente con Salamanca. Si uno observa el plano de la ciudad se da cuenta que el casco antiguo está delimitado por una serie de canales que lo bordean en círculo y en torno a los cuales se situaban las murallas de la ciudad. Hoy se conservan algunas de las puertas de entrada de esta fortaleza como la Puerta de Gante o la de Ostende, también conocida como la puerta del Asno. Dos Plazas son las que centralizan la visita de la ciudad: la Plaza Mayor y la Plaza del Burgo. En la plaza mayor o Plaza del Mercado podemos encontrar uno de los símbolos de la ciudad, la torre Belfort (el Campanario). Posee forma octogonal y a ella se puede acceder tras subir más de 350 escalones. La subida permite conocer el mecanismo del carillón de su reloj y observar una de las mejores vistas de la ciudad. La torre fue aumentando su altura con el paso de los siglos hasta llegar a alcanzar los 83 metros que mide en la actualidad. El edificio, que sorprende por su preciosismo, fue usado durante mucho tiempo como mercado cubierto. Aún hoy, todos los miércoles por la mañana son día

de mercado, una tradición que permanece desde mediados del siglo X. A la derecha de este encontramos el Palacio Provincial, que reemplaza desde el siglo XVIII al antiguo mercado de los paños, donde se comerciaba la famosa lana flamenca que le dio tanto prestigio y abundancia a la ciudad. Además de estas existen numerosas casas históricas medievales que las ocupaban algunos de los gremios y magistrados de la ciudad. Por último, en la plaza podemos contemplar desde 1887 las estatuas de Jan Breydel y Pieter de Koninck que fueron los héroes locales que participaron en los Maitines de Brujas de principios del siglo XIV.

Plaza del Markt

Joseph de Ferraris - Fecha entre 1771 y 1778 TB I Brujas 7

Muy cerca de esta llegamos a la Plaza del Burgo, otra de los grandes atractivos turísticos de Brujas. Aquí se erigió la primera fortaleza en el siglo IX que pretendió defender la ciudad de las incursiones normandas. En ella, hoy día sobresalen tres fabulosos edificios. En primer lugar debemos hablar del Ayuntamiento, una de las joyas del gótico-florido medieval construido desde 1376 a 1421, que se convirtió en uno de los primeros ayuntamientos del país. Su grandilocuencia y decorativism o, con más de cuarenta hornacinas en la fachada, es muestra de la grandeza económica que en el siglo XIV desprendía la ciudad. En el interior merece la pena visitar la Sala Gótica y ver su bien conservado artesonado. Otro edificio, anexo al Ayuntamiento es la Antigua Escribanía, posterior en el tiempo, de época renacentista, pero de gran elegancia y prestancia. Alberga hoy día el Archivo Municipal.

Plaza del Burgo, la Antigua Escribania y el Ayuntamiento

Al otro lado, en una esquina de la plaza, aparece otro interesante edificio, en este caso de tipo religioso, la Basílica de la Santa Sangre. Está formada por dos plantas. La primera es la basílica actual de los siglos XV y XVI, la cual se sitúa sobre una segunda iglesia anterior en el tiempo. Aquí abajo, en la Cripta de San Basilio, al parecer se conservan las reliquias de la sangre de Cristo. Es una Cripta alto-medieval, del siglo XII, que puede presumir de ser la única construcción románica conservada en su estado original en el Flandes Occidental. Si tuviéramos la suerte de ver Brujas a vista de pájaro, observaríamos que a la ya mencionada Torre Belfort hay que sumar otras dos torres que dominan junto a esta la ciudad. En primer lugar debemos hablar de la Iglesia de Nuestra Señora, cuya torre, de 122 metros es el segundo edificio de ladrillo más alto del mundo. Esta fastuosa iglesia se empezó a edificar en 1210 y fue finalizada en 1549. En ella se conserva la única obra de Miguel Ángel que se expone fuera de Italia: La Madonna y el Niño. Junto a esta se encuentra el puente de San Bonifacio, o puente de los enamorados, a través del cual se puede acceder a la Nuit Blanche, una casa del siglo XV, hoy reconvertida en casa de huéspedes por un amable hospedero, en la que uno se puede alojar y vivir en el medievo por unos días. En esta casa durmieron la noche de bodas el rey Balduino I de Bélgica, hermano del actual rey belga, Alberto II. TB I Brujas 9

Iglesia de Nuestra Señora

Basílica de la Santa Sangre

Basílica de la Santa Sangre

Madonna y el Niño

Catedral

Al otro lado de la iglesia de Nuestra Señora, en Katelijnestraat, podemos encontrar el Hospital de San Juan. Es un complejo de edificios de épocas diversas, datándose el más antiguo del siglo XII. Del hospital de San Juan destacan el tímpano Románico de su entrada y la capilla interior que posee pinturas de Jacob van Oost el Viejo. Actualmente alberga un museo. También en relación con el arte religioso, es interesante adentrarse durante el día en una de las zonas del Beaterio. A él se llega desde el Hospital de San Juan por Katelijnestraat y luego por Wijngaardstraat. El Beaterio o Beguinato es una ciudad dentro de la propia ciudad, donde vivían en la edad media una especie de religiosas llamadas Beguinas, y que se dedicaban a trabajos manuales y a la vida mística. A las beguinas le sucedieron monjas benedictinas que siguen viviendo como antaño. Es muy recomendable entrar y contemplar, especialmente en primavera, su bello jardín florecido y sus típicas casas donde se alojan las religiosas. El beguinaje de Brujas es uno de los más antiguos de Europa. Fue fundado en 1245 por la condesa Margarita de Flandes. En Bélgica existen otros muchos de estos beaterios muy bien conservados como el de Gante (Gent) o en especial el de Lovaina (Leuven). A los pies del Beguinato podemos encontrar otro de los agradables rincones de la ciudad como es el Lago del Amor. Este es uno de los lugares más atractivos para los turistas donde se pueden ver algunos cisnes o el reflejo en el agua de las preciosas casas que lo rodean como la casa del guardia del siglo XVI. Al sur de este lago se encuentra un puente del siglo XVIII defendido por la llamada Torre de la Pólvora.

Torre de la Polvora

Hospital de San Juan

Entrada al Beaterio

Beaterio

Dali Xpo Gallery

Breydelstraat

Muy cerca de aquí se emplaza la otra elevada torre de la ciudad: la que compone el campanario de la Catedral de San Salvador. Asentada sobre una inicial iglesia románica de la que aún se conservan los cimientos, será en el siglo XIV cuando la fábrica aumente su extensión y se construya en gótico. Este edificio tiene el honor de ser la construcción de ladrillo más antigua de Bélgica. En su interior conserva numerosos objetos de arte sacro, tapices y cuadros de artistas flamencos. Una vez visitemos la catedral, podemos aprovechar para hacer algunas compras. Justo al lado, en la Streenstraat (Calle de las piedras), se sitúa la principal arteria donde se suceden numerosas tiendas que harán las delicias para los amantes de los escaparates. También paralela a esta encontraremos la Noordandstraat, llena de boutiques, supermercados o tiendas de souvenirs. Muy cerca llegaremos a la Plaza Simón Stevin, donde se celebra cada año el mercado de Navidad. Estas fechas son una época preciosa para visitar Brujas. Aunque mucho frío, el ambiente invernal y navideño con que se engalana la ciudad es una maravilla, sobre todo si viste de blanco sus calles y edificios. Hay varias tiendas de objetos navideños que son verdaderas fábricas de Papá Noel. Realmente llamativas tanto para niños como mayores.

TB I Brujas 13

Aunque aún dentro del casco histórico, sería interesante continuar el paseo alejándonos un poco de todo este centro neurálgico. Por la calle Vlamingstraat podemos encontrar una gran concentración de entidades bancarias. Esto no es casualidad. Esta calle, también llamada Calle Flamenca, era antiguamente el barrio de La Hansa, y por tanto, de gran movimiento comercial. Muy cerca observaremos el Teatro Municipal y junto a él la Casa de los Genoveses, una mansión consular, aunque no la única, pues en la zona también estaban el consulado de Florencia y de Venecia, actualmente ambos edificios convertidos en restaurante y librería respectivamente. Entre estas casas de altos comerciantes medievales destaca también la Lonja de los Burgueses o Poortersloge, donde antaño se reunían y descansaban los burgueses. No solo merece la pena por su emplazamiento junto al Muelle del Espejo, sino también por su interior, donde se encuentra el símbolo de la ciudad, un oso legendario ataviado con diferentes vestimentas según la ocasión. Cuenta la leyenda que este oso fue el primer animal que encontró Balduino Brazo de Hierro, primer Conde de Flandes, cuando llegó a este lugar. Además de todos estos monumentos destacables, la contemplación del urbanismo y de la arquitectura de Brujas es ya de por sí un aliciente para visitar la ciudad. Su arquitectura es muy característica de esta zona flamenca, con casas de piedra con multitud de ventanas en todos sus pisos y aguilones en gradas que rematan la fachada. Si se visita el país vecino Holanda, se comprobará que la mencionada arquitectura y la estructura de sus canales mantienen una clara similitud, debida a su proximidad, su unidad histórica y las características y necesidades que presenta toda la región. TB I Brujas 14

No solo es interesante conocer todo el centro de la ciudad a pie. Otra idea es dar un paseo en barca por sus canales o recorrerla tranquilamente en bicicleta. Hay algunas tiendas donde se pueden alquilar bicicletas por horas. Sin duda, si se busca tranquilidad, es otro aliciente que se puede encontrar en Brujas. Al dar las 18:00, cuando los comercios cierran y los turistas se alejan, las calles, iluminadas por los pequeños halos de luz de las farolas o por los procedentes de las velas de sus acogedores restaurantes, se convierten en un remanso de paz. Spinolarei

Centro del arte flamenco Brujas presenta también un patrimonio pictórico importante. Hay que recordar que en ella vivió y desarrolló gran parte de su obra Jan Van Eyck, considerado uno de los mejores pintores del siglo XV del Norte de Europa y uno de los referentes de la pintura flamenca. Los artistas flamencos revolucionaron la pintura, introduciendo algunas innovaciones como la pintura de caballete y el uso del óleo que adquirió durante el Renacimiento su pleno desarrollo. Otra de las grandes características de la pintura flamenca que influyeron en artistas posteriores fue el protagonismo que le inferían a los colores cálidos y estridentes en sus cuadros, lo que paradójicamente contrastaba con el cromatismo grisáceo de las nubes que asiduamente cubrían el cielo. Brujas fue junto a Amberes la gran capital del arte flamenco. En esta ciudad fueron muchos los artistas que trabajaron y desarrollaron su obra. Por ello, no es de extrañar que aquí encontremos algunos de los museos más importantes del país con obras pictóricas muy significativas de la historia del arte. En el Museo Groening, el más importante de Brujas, se pueden contemplar obras como la Virgen del Canónigo Van der Paele del gran Jan Van Eyck, así como cuadros de otros destacados artistas flamencos como Van der Weyden, Gerard David, Isenbradt o Hugo Van der Goes.

Museo Guido Gezelle

Museo Groeninge

Museo Gruuthusea

El Museo Gruuthuse, emplazado en una gran casa de una de las familias más ricas de la ciudad y muy cerca del Groening, nos permite la posibilidad de observar diferentes colecciones de tapices, monedas, encajes, instrumentos de música, armas, etc., así como el interior de una de estas fastuosas mansiones medievales El Museo Memling está albergado en una de las salas del Hospital de San Juan otro de los edificios destacables para visitar, muy cerca de la Iglesia de Nuestra Señora y frente al cual se sitúa uno de los embarcaderos desde donde poder navegar por los canales. En este museo se conservan numerosas obras del pintor flamenco Hans Memling. Museo Kantcentrum. Este es el Centro del Encaje situado en la calle Peperstraat, e instalado en las torres del siglo XV de la Familia Adornes. En este hay un taller que realiza demostraciones de las técnicas de fabricación del encaje. Hay numerosas tiendas de verdaderas obras de arte de encaje que se siguen fabricando de modo manual al igual que en el pasado las hacían las beguinas. Por todo ello, la preponderancia económica y artística de esta ciudad y de Flandes en general, hizo que esta región se convirtiera durante los siglos XIV y XV en la gran rival de Italia, la otra gran potencia comercial y cultural de Viejo Mundo. Este enfrentamiento nos aclara la analogía que se hace entre Brujas y Venecia, pues eran los dos símbolos más representativos del comercio y del arte europeo de la época.

Cerveza y chocolate Comer es un placer y en Brujas tambien es posible hacerlo bien En el siglo XVI Brujas contaba con más de 30 fábricas de cerveza, lo que se convierte junto al chocolate en los dos indispensables productos de los que disfrutar en la ciudad. Decenas de chocolaterías y restaurantes inundan el casco histórico de Brujas. Si uno es amante de la cerveza es imprescindible visitar De Garre. En esta cervecería típica del siglo XVI se encuentra en la calle homónima, una de las más estrechas de la ciudad y muy cerca de la plaza del Burgo. Allí te obsequiarán con más de cien variedades de cerveza. Si lo que buscas no es solo beber cerveza, un restaurante interesante es T´Oud Kanthuys, junto al Beguinato y el estanque de los cisnes. Allí podrás probar platos típicos del país como son los mejillones o la Sopa de Beguina. El encanto que tienen este y otros muchos restaurantes de la ciudad son el ambiente que desprenden. Imaginaos las calles empedradas de la ciudad a oscuras, en silencio, solamente iluminadas por unos pequeños faroles y la luz de los confortables restaurantes. Suelen ser pequeños, con chimeneas y un trato agradable por parte de los camareros. Sin duda, una experiencia romántica muy recomendable. Lo cierto es que hay muchos lugares donde elegir. El viajero encontrará numerosos restaurantes y cervecerías por todo el centro de Brujas, en especial en la plaza del Mercado. Además, si lo que quieres es llevar algún recuerdo culinario, o endulzar tu visita a esta ciudad, en Katelijnestraat son muchas las tiendas donde se puede adquirir auténtico chocolate belga, de todos los tamaños y sabores. En todas hay muestras para que puedas probar su sabor. ¡Si quieres merendar gratis, pásate por varias degustando diferentes galletas y bombones de chocolate!

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Auditorio o Concertgebouw

Brugge o Bruges La historia de esta ciudad y sobre todo del país está caracterizada por los constantes vaivenes de las potencias exteriores. Bélgica es un país relativamente joven, conformado como monarquía constitucional tras las revoluciones liberales de 1830. Las regiones que hoy lo componen, junto con la actual Holanda (anteriormente unidas), siempre han estado supeditadas al dominio progresivo de otras potencias europeas como España, Francia o Alemania, frente a las que han tenido que luchar. De ese enfrentamiento histórico y por la creación un tanto arbitraria e interesada del país en algunos momentos, en Bélgica hoy día se deben distinguir la zona francesa, históricamente pobre, y la zona flamenca, históricamente rica. El flamenco es una lengua que emana del Neerlandés. Este idioma se hablaba en la región de los ríos Rin y Escalda, lo que aproximadamente abarca en la actualidad los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y una parte del norte de Francia. Sin embargo, tras la Guerra de los Ochenta años (1568-1648), Flandes, que pertenecía al imperio español se dividió, conformándose las Provincias Unidas del norte (actual Holanda) y las provincias del sur (Bélgica), aún de la monarquía española. Las diferencias entre ambas regiones eran claras: mientras los del norte eran protestantes y librecambistas, los del sur seguían siendo católicos y proteccionistas. Estas diferencias gestaron a su vez unas especificidades lingüísticas, surgiendo en cada región dos dialectos diferentes provenientes del neerlandés: el flamenco y el holandés. Hoy día, a todas estas diferencias con su vecina holandesa, hay que sumar que Bélgica sufre internamente una constante tensión por parte de nacionalistas flamencos que quieren independizarse de la zona francófona, al sur de Bruselas. Por todo ello, cuando se intente hablar en algunas zonas de Flandes francés es posible que te respondan en otro idioma como el inglés. Sobre todo ocurrirá en ciudades como Amberes, que es el epicentro político de partidos de ultraderecha como Vlaams Belang. En definitiva, Bélgica es un país con varias lenguas cooficiales, por lo que podremos ver escrito por ejemplo en señales o indicaciones Brugge (flamenco), en lugar de Bruges (francés). TB I Brujas 19

Rozenhoedkaai

Vista desde el Campanario Belfort

Brujas y su entorno Desconocidos son los alrededores de Brujas. El paisaje de bosques y canales que se alternan con los pólders y campos cultivados típicos del norte de Europa, tienen de por sí un encanto particular. Hileras de árboles que flanquean un canal es la que veremos si decidimos visitar Damme, una pequeña ciudad a 6 kilómetros de Brujas y muy cerca del mar. Esta bonita ciudad tuvo una gran importancia sobre todo durante los siglos de esplendor medievales de Brujas pues fue su antepuerto, con la que se conecta a través del canal Brugge-Sluis. Originariamente, el pueblo se asentaba sobre un dam, que en neerlandés significa dique, de ahí su nombre. Todo el comercio marítimo que llegaba a Brujas pasaba por este enclave, lo que infirió también en él una gran riqueza comercial. Al llegar a la ciudad, el molino de Hoeke, que se usaba para moler cereales hasta 1936, da la bienvenida al visitante. Tras cruzar un pequeño puente se entra en Damme, un pueblo tranquilo de ambiente medieval, con calles estrechas y casas de piedra de escasa altura. La grandeza de su pasado se ve reflejada en edificios como el del Ayuntamiento construido entre 1464 y 1467, que presenta una fachada con algunas hornacinas y un rellano abovedado con una doble escalera que se encuentra

flanqueada por leones. En el interior de este edificio se encuentra el Museo de historia de la ciudad, y junto a este encontraremos la oficina de turismo. Allí nos darán un plano o nos informarán de otros vestigios históricos interesantes de la ciudad. Uno de ellos es el Hospital de San Juan, del siglo XIII y que alberga hoy un museo. El otro edificio fundamental que debemos visitar es la Iglesia de Nuestra Señora, cuya torre de 45 metros se observa desde lejos. Se puede subir a ella, desde la cual podremos ver el paisaje evocador que transmite este pequeño pueblo.

Si la capital Bruselas representa la modernidad y el cosmopolitismo de un país que mira hacia la futura Europa, Brujas es la abanderada de la historia y la antigüedad de esta región. Dicen que la historia se repite. Sin embargo, en el caso de Brujas va a ser complicado que vuelva a experimentar el olvido que sufrió durante siglos, pues en la actualidad, la ciudad desprende sobre el visitante una mística embaucadora que lo atrapa y le impide dejar de pensar en las casas y los canales de la llamada “Venecia del Norte”.

CREDITOS

Fotografias :

Stad Brugge, Jan Darthet, Danil de Kievith, Diamant Musem, Michael Vaerewijck







Texto:



Pablo Ponte Ortega







Diseño:



Pedro Laguna Roqero

Especial Agradecimiento a Turismo de Belgica: Flandes y Bruselas www.flandes.net

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