VOLVIENDO A LA NATURALEZA PRIMORDIAL CABALGANDO EL BUEY DE REGRESO A CASA CON EUFORIA
DHIRAVAMSA
Título Original Returning to the primordial nature Primera edición Julio 2014 © 2014 Dhiravamsa © 2014 para la edición en castellano La Liebre de Marzo, S.L. Traducción Fernando Pardo Diseño gráfico Bárbara Pardo Impresión y encuadernación Service Point F.M.I, S.A. Impreso en España Depósito Legal B-17957-2014 ISBN 978-84-92470-30-3 La Liebre de Marzo, S.L. Apartado de Correos 2215 E-08080 Barcelona Fax. 93 449 80 70
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Introducción
Recientemente me he interesado por conocer más a fondo el funcionamiento del cerebro. Al mismo tiempo, un buen amigo americano, Christopher Skelly, me envió un libro muy interesante titulado Getting Unstuck, escrito con gran lucidez por su gran amigo el doctor Don Kerson, un psiquiatra de Nueva York. El capítulo sobre el cerebro es realmente inspirador y se relaciona directamente con mis intereses, por lo que empecé y seguí explorando el tema tanto en estudios teóricos como con experimentaciones vivenciales utilizando mi práctica de Meditación Vipassana, o visión interior profunda, a modo de clave y medio de alcanzar realizaciones experienciales sobre el cerebro. Alguno de los resultados aparecen en la Parte Cuarta de esta obra. Cuando sentí que había adquirido una buena comprensión del cerebro, intenté equiparme con más conocimientos útiles sobre neurociencias y física cuántica. Inicié dichas investigaciones leyendo y estudiando algunos libros muy buenos sobre estos temas. La combinación de comprensión y experiencia, aspectos indispensables del conocimiento, se incrementaron enormemente dentro de mí. Me gustaría ahora compartir con el mundo lo que he aprendido y realizado experiencialmente. Ésta es mi naturaleza innata. Me encantan tanto el conocimiento como la sabiduría, en el sentido de ver las cosas tal como son y en la capacidad de ser afirmativamente lo que uno conoce y ve. El conocimiento y la sabiduría van de la mano proporcionándome un amor ilimitado, paz eterna y una constante sensación de lo que denomino Eusentimiento. Eusentimiento significa el eufórico, extático y entusiasta gozo de ser uno con el Ser. Al estar dotado con dicho conocimiento y sabiduría, alcanzados mediante la constante y pura atención plena e impecable, uno desea compartir esta benévola comprensión y la importante experiencia con el mundo, sin discriminación pero con cariño, compasión y libertad. En esta obra, exploraremos los temas de la mente, el corazón y la consciencia. Examinaremos el núcleo fundamental del ser, la Esencia y el devenir o manifestación. Luego examinaremos una variedad de temas importantes incluyendo la felicidad, el Sí mismo, la meditación, así como la práctica atenta de la sabiduría y el desarrollo de la visión interior profunda, y el cultivo de la concentración centrada y serena conocida 5
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como samadhi o samatha, y también la sanación y el despertar, junto con los modos y medios para satisfacerlos. Considero que es un trabajo muy amplio para alcanzar una humanidad plena y la pura consciencia del Sí mismo, en el sentido de la física cuántica. El autor dejará juicios sólidos para aquellos que poseen un pensamiento carente de prejuicios pero que tienen un corazón despierto y una mente abierta. ¡Qué todos los seres estén bien, se mantengan sanos y sean felices! ¡Qué todo el mundo se colme de paz, amor y comprensión! DhIRAVAMSA
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PRIMERA PARTE
COMPRENDIENDO LOS TRES PILARES DE LA VIDA MENTE, CORAZÓN Y CONSCIENCIA
El significado y rasgos principales de la mente Voluble y cambiante es la mente, difícil de proteger, difícil de controlar agitada en la proximidad y en la lejanía. Pero el sabio la endereza del mismo modo que haría un artesano fabricante de flechas con una de ellas. BuDA (Dhammapada verso 33)
En nuestra experiencia la mente es exactamente como la descripción que Buda hace de ella en el Dhammapada. Para algunas personas este tema de la «mente» parece muy complicado, mientras que para otras la mente es una sencilla función mental que opera en nosotros, considerándose que está dentro de nuestra cabeza, donde el cerebro lleva a cabo sus funciones. Según la moderna neurociencia, lo que denominamos «mente» realmente opera en los lóbulos pre-frontales o cortex. La mente representa el funcionamiento intelectual de la consciencia. utilizar la palabra «mente» de este modo cubre la mayoría de las connotaciones habituales. En ocasiones la «mente» puede traducirse como «pensamiento» y ello puede hacer referencia a nuestra capacidad de pensar sobre el funcionamiento interno de otra persona. La capacidad de pensar, a veces denominada por los psicólogos la Teoría de la Mente (TDM), se basa en las estructuras de los lóbulos pre-frontales y temporales del cerebro. Son evulativamente bastante recientes (Gallagher y Fith 2003). Las capacidades TDM aparecen por primera vez en el tercer y cuarto año de vida y no se desarrollan plenamente hasta la total mielinización –el aislamiento de los axones que transmiten las señales neuronales– de la corteza pre-frontal al final de la adolescencia (Singer 2006). La mente, o mano, representa la facultad racional del hombre, que como aspecto subjetivo de nuestra naturaleza, puede ser considerada como un sentido especial, el sentido mental. El sentido mental actúa en el mundo y se adapta a 9
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la racionalidad del mismo modo que nuestro ojo se adapta a la visibilidad. Por lo tanto, consideraremos la mente como el sexto sentido en la clasificación de los sentidos y sus respectivas esferas. Estas relaciones se denominan âyatana, o relación de sujeto y objeto. De ahí que tengamos el ojo con la visión de la forma y el color (cakkhu), el oído con la audición de los sonidos (sota), la nariz con el olor de los olores (ghâna), la lengua con el sabor de los sabores (jivhâ), el tacto con el acto de tocar los objetos tangibles (kâya), y el sexto sentido de la mente, o manâyatana, con el sentir los objetos racionales y las cosas cognoscibles o dharma. Esto se refiere al apego de la atención o, viññanâ, en los objetos que corresponden a las modalidades de los sentidos. Observamos que la mente forcejea con y anhela constantemente los placeres de los sentidos, por existir y devenir, así como por la no-existencia y el no-devenir. Impelida por la insatisfacción y la infelicidad, la mente vaga lejos, yendo de aquí para allá, revoloteando en sensaciones placenteras, intentando gratificar su sed y satisfacer su eterna sensación de carencia. Siempre que tiene un deseo por alguna cosa, instantáneamente se va en pos de ella. De este modo, la mente se puede comparar a un pez sacado del agua y caído en tierra seca. Se retuerce y tiembla, encontrando muy difícil estar en calma y permanecer en un solo lugar, sin luchar constantemente en busca de agua. Precisamente como este pez es la mente sin domar, siempre rauda y atrapando aquello que desea.
Entrenando la mente sensorial Consideremos algunos aspectos prácticos de desarrollar los sentidos y entrenar la mente. Todas las cualidades de la experiencia a través de los sentidos pueden mejorarse y llevarse a la perfección cuando la consciencia despierta está presente en cada punto de contacto de los sentidos. Recordemos que tenemos seis puntos en los que puede establecerse el contacto, tanto con el mundo externo como con el interno. Por ejemplo, el color y la forma se ponen en contacto con los ojos y entonces surge el ver. El sonido y la vibración se ponen en contacto con los oídos y entonces surge el oír. Los objetos tangibles se ponen en contacto con el cuerpo, y entonces surge la sensación de sentir. Y cuando las ideas, pensamientos, fantasías y todos lo fenómenos mentales y espirituales se ponen en contacto con la mente, entonces los conocemos y nos volvemos plenamente conscientes de ellos. Para conseguir dicha acción atenta y claridad de consciencia, es básico que la consciencia esté precisamente situada como el portero 10
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en cada puerta de los sentidos. La consciencia debe estar presente en cada punto de contacto donde siempre sucede algo, para que una experiencia sensorial se genere de forma inevitable. Por consiguiente, debemos ser capaces de conocer esta experiencia, en cada momento, por lo que realmente es. Buda instruyó, en la Aplicación de la Atención Plena, que existen algunos contenidos de la mente particularmente importantes que deben observarse y a los que hay que prestar una cuidadosa atención. Dichos contenidos son el deseo y el apego, el odio y la emoción del odio, la ilusión, la ignorancia (ignorar la verdad y la ausencia de atención plena), el auto-olvido, la contracción, la rigidez y la falta de flexibilidad, la inquietud, la deriva y el vagabundeo, así como la preocupación y la ansiedad. Buda también alentó a sus monjes a observar atentamente y realizar de modo experiencial los siguientes estados mentales: un estado de grandeza mental o expansividad, otros estados modificados de consciencia como la luminosidad, la totalidad unificada y que lo integra todo, el enfoque en un solo punto o la unidad del ser, la infinitud del espacio, la consciencia ilimitada, la serenidad y la quietud (el campo cuántico), la consciencia refinada totalmente y perfectamente pura, la libertad inconmensurable y una paz inmensa que todo lo abarca. Resumiendo, sugiere que debemos conocer la mente tal como funciona y se manifiesta en cualquier momento. También debemos comprender sin dudar toda manifestación de la consciencia y el funcionamiento de la mente, junto a los estados que fluyen junto a cada manifestación y operación. ¿Cómo puede la consciencia mejorar nuestra experiencia sensorial y percepción? La respuesta es simple, pero no tan fácil como pueda parecer. una de las funciones más importantes de la consciencia es aportar información a nuestra función ejecutiva o mente consciente atenta. Esta mente consciente y plenamente atenta, o ego consciente, siempre está disponible en los seis puntos de contacto de los sentidos. Cuando la información se recibe mediante una de las modalidades de los sentidos, la consciencia presente actuará como coordinadora ayudando a la facultad de los sentidos a procesar la información de forma fidedigna antes de informar a la mente consciente o ego consciente. De este modo, nuestro ego consciente o función ejecutiva será informada correcta y claramente con precisión y fidelidad. Como consecuencia, nuestra percepción y experiencia sensorial se agudizan y mejoran, convirtiéndose en más fiables. Con cada mejora somos claramente capaces de tomar las decisiones correctas y, por lo tanto, proceder eficazmente con la tarea que tenemos a mano. Nuestro ego, o función ejecutiva, se vuelve más consciente en el curso de la acción y a la hora de conducir nuestras vidas, haciendo nuestros trabajos y dirigiendo 11
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nuestros negocios. Por el contrario, si la consciencia no está presente cuando percibimos las cosas mediante los sentidos, los hechos y la realidad pueden ser distorsionados. Entonces no recibiremos una información precisa o un informe adecuado y correcto de nuestra experiencia sensorial. Por lo tanto, al estar controlada y adecuadamente entrenada, la mente se volverá naturalmente vigilante y se verá libre de los tres venenos de la codicia, el odio y el engaño y ello nos conducirá a la paz, la felicidad y la libertad.
Relaciones entre mente y corazón La mente y el corazón se influencian mutuamente en su estado compartido de inestabilidad y miedo, tal como ilustran afirmaciones como: «El corazón está asustado, mientras que la mente está agitada, nerviosa y ansiosa». Esta misma relación con el corazón como instrumento o manifestación mental es evidente en el texto Jâtaka, o «Crónica», en el párrafo: «Sîha elevó su corazón hasta un gozo extático, mientras su maestro observaba la mente y realizaba su verdad». El corazón es más sustancial y más elemental como asiento de la emoción. Sin embargo, tanto la mente como el corazón constituyen una unidad inseparable. La mente encaja con el mundo del mismo modo que el corazón con la luz. La mente es la contrapartida del Dharmâ, que incluye la racionalidad, la legitimidad del universo, el Orden Cósmico y la Ley Natural. La mente también puede entenderse en conceptos como: órgano mental (órgano psicológico), el sexto sentido –manâyatana, facultad mental– manindriya, y elemento mental –manodhâtu. Éste es el elemento de la intelección representativa, cognición mental, el 6º de la serie de elementos cognitivos viññanadhâtu que corresponden a, y se basan en, los distintos dhâtus simples, que son las relaciones de los sentidos externas e internas. Psicológicamente hablando, el corazón, o citta, es el centro y foco de la naturaleza emocional del hombre, así como el elemento intelectual que es inherente y acompaña a la manifestación del corazón: el pensamiento. De este modo, el corazón denota tanto al agente como a lo representado, puesto que en la psicología india el corazón es el asiento y órgano del pensamiento (cetasâ centeti), aunque en conjunto esta visión del corazón se corresponde en mayor medida con el punto de vista homérico. Como en el verbo «cinteti», existen dos tallos muy afines y casi inseparables en el sentido a establecer un puente entre la mente y el corazón. 12