Y que el tiempo nos mate a los dos

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Grenat, Stella Maris: Y que el tiempo nos mate a los dos, en Razón y Revolución nro. 9, otoño de 2002, reedición electrónica

“Y que el tiempo nos mate a los dos” Los orígenes perdidos de la guerrilla en la Argentina. La historia de Jorge Ricardo Masetti y el Ejército Guerrillero del pueblo de Rot, Gabriel. Ed. El Cielo por Asalto, Bs. As. 2000. Reseña de Stella Maris Grenat. El libro de Gabriel Rot se propone llevar a cabo tres tareas. La primera es redescubrir la biografía de Jorge Ricardo Masetti y retomar la experiencia de la primera guerrilla guevarista en Argentina (p.13). El fin será recuperarla para la tradición política (p. 10) e incentivar el debate en torno a ella (p. 10). La segunda tarea, que se desprende de la anterior, es recobrar al Che como ideólogo del proyecto guerrillero que se constituiría como el origen de movimientos posteriores de fines de los ’60 y ‘70. La tercera y última, consiste en refutar todos los análisis previos. Para cumplir estas tareas, Rot va a sumergirse en la misión de estudiar al Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP). Y con ese trabajo tratará de proponer una nuevperiodización del desarrollo del enfrentamiento armado en la Argentina “rescatando” a Masetti y, también, un método de investigación “histórico”.

Tarea de rescate I Acordemos que la recuperación de un individuo o de un hecho particular es relevante si implica un avance para develar las leyes del desarrollo histórico social. Cabe preguntarnos, entonces: ¿En qué se fundamenta la primera tarea de salvar la figura de Jorge Masetti del olvido? Para Rot la biografía de Masetti nos daría la clave de las características del EGP. Como si cualquier organización pudiera estudiarse a partir de la crónica de su dirigente. Entonces: la primera tarea queda abortada antes de empezar. No era a Masetti al que se quería estudiar (rescatar) sino al EGP ¡Hubiéramos empezado por ahí!

Tarea de rescate II En cuanto a la reivindicación del Che como promotor del proyecto guerrillero en Argentina, Rot debería demostrar la filiación directa de Masetti y el EGP con Guevara y el carácter pionero de la agrupación del biografiado. El autor sostiene que no hay dudas en la dirección del Che. La prueba de ello será la relación de amistad que unía a Masetti con el Comandante (p. 99). Aunque con eso puede probarse un vínculo de tipo informal no hay evidencias consistentes de una relación orgánica entre Che y el EGP. Para salvar esta carencia, Rot va a recurrir a una serie de fuentes (tanto escritas como orales) tratadas de forma acrítica. Y desde allí, intentará reconstruir la secuencia de acontecimientos que manifestarían dicha

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filiación. Con ese fin, propone este razonamiento: Si Masetti en la estructura jerárquica del EGP es el Comandante Segundo tendría que haber un Comandante Primero... y no sería otro que el Comandante (p. 100). Con esta misma lógica es posible afirmar que, si el EZNL tiene un subcomandante Marcos, debería haber un comandante (¿Emiliano Zapata?). Queda en evidencia que de dicha deducción no puede desprenderse una respuesta certera. Finalmente, el método al que más firmemente recurre para comprobar su hipótesis va a ser la comparación de la totalidad de la experiencia del EGP con lo que denomina el proyecto guevarista de revolución, la forma de organización foquista. Como se puede apreciar, el autor logra confirmar sólo parcialmente la primera parte de su hipótesis. Para probar el carácter pionero del EGP (punto de apoyo de todo el desarrollo del libro y que incluso le daría título al mismo), el biógrafo de Masetti destaca la solidaridad que expresaron tanto la agrupación Tacuara (en 1964) como el PRT (en 1968). Agrega como elemento probatorio que las problemáticas y obstáculos que se le presentan al EGP son similares a las que aparecerán en los años ‘70. Otra vez argumentación resulta sumamente endeble. Ya que un gesto de solidaridad no prueba una filiación política. Hoy en día abundan los llamados a la solidaridad a los presos políticos de diversas organizaciones desde diversos partidos, sin que ello signifique una vinculación férrea entre las partes. Por otro lado, la solidaridad a la que se refiere Rot es expresada por organizaciones políticas aún no devenidas en focos guerrilleros (de hecho Tacuara era una agrupación católica de extrema derecha). Por lo tanto, desde aquí no se puede deducir la relación entre el EGP con ninguna organización guerrillera posterior. Por otra parte, Rot trata de establecer una vinculación en forma abstracta a través de ciertos elementos que serían comunes a ambas experiencias y a todo el foquismo: el carácter de la revolución; su modalidad y el sujeto revolucionario (p. 13). Asimismo procurará distanciar a la lucha armada del mero aventurerismo. El error reside en pretender que, sobre la base de estas características muy generales, se establezcan vinculaciones históricas más directas. Hablar del EGP como de una experiencia que inaugura un proceso histórico que desembocaría en los ‘70 supone una fuerte continuidad al nivel de la lucha de clases y de la crisis del régimen capitalista desde 1963 en adelante, variables que Rot desestima. La segunda tarea entonces no puede realizarse por sí misma. Eso nos lleva a una tercera que tiene la misión de redimir a las dos anteriores. Nada más y nada menos que una nueva caracterización del guevarismo, superadora de las precedentes.

Tarea de rescate III

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La caracterización del proyecto del Che adquiere relevancia en tanto el autor integra la experiencia de Masetti y del EGP en Salta al programa continental de aquél. A su vez, como ya vimos, propone trazar una línea que conecta al EGP con acciones guerrilleras posteriores. Y así, por deducción, todas estarían vinculadas a la estrategia guevarista. De este modo, las críticas que el autor hace al guevarismo implicarían una crítica a todo el foquismo en general. Desde esta perspectiva piensa discutir las biografías existentes sobre el Comandante, como también, los análisis del tema realizado por la izquierda. Para el autor, la crítica realizada por la izquierda en general se sustentó en un examen acotado que sólo tuvo en cuenta la lucha armada sin profundizar en el análisis político. Para sustentar su posición presenta las acciones del EGP como parte de la Operación Andina (p. 128), concebida por el Che para salvar a Revolución cubana. La única solución era, según Guevara, una internacionalización urgente de la Revolución. Internacionalización que se apoya en dos supuestos. El primero, refiere a la certeza de que un pueblo en armas puede destruir a un ejército regular. El segundo, que en toda América están dadas las condiciones objetivas para llevar adelante la Revolución. Sin embargo, faltaría aún que maduren las condiciones subjetivas. El Che pondría énfasis en lo último, por lo que teñiría al programa de voluntarismo (p.. 128). Esa tendencia voluntarista estaría presente en las causas del descalabro: 1. por evitar la burocratización se militarizó la política (Pág, 164);2. se subordina al presunto sujeto revolucionario a un nivel de auxiliar en la práctica; 3. la lucha de clases se vuelve acción militar de aparatos (p. 164). En definitiva, la lucha armada adquiriría una importancia en sí misma (p. 129). Sin embargo, según nuestro autor, la causa última del fracaso estaría en la premura por llevar adelante la acción armada en todo el Continente. Esta necesidad exacerbaría los límites del proyecto (p.. 96). En consecuencia, puede pensarse que la crítica de fondo a la concepción foquista quedaría reducida a la ponderación de las condiciones particulares en que se desarrollan las acciones militares. El fracaso o el éxito del foquismo se determinaría sólo por sus aspectos tácticos y no por los estratégicos: la teoría que elabora sobre la realidad. En sus conclusiones, recordemos su intención de “superar” las críticas de la izquierda, Rot no hace más que retomar posiciones de otros autores. Posiciones expresadas por dirigentes políticos muy importantes del periodo que estudia y que han sido referentes, en su momento, del debate en torno al guevarismo. Trabajos que, por otra parte, no cita. En un estudio de Guillermo Lora encontramos una clara delimitación: “Uno de los elementos fundamentales de las transformaciones de la situación política es la conciencia de clase en evolución, hecho que condiciona la importancia decisiva del factor subjetivo de la

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revolución, es decir del partido político. Según las tesis foquista y terrorista, el fusil tiene el poder de suplantar al partido político, en otras palabras, resuelve por sí solo la incógnita de la modificación de la conciencia de clase [...] Sabemos que el fusil puede servir a la revolución o a la contrarrevolución según la clase social que lo empuñe; para la ultra izquierda el fusil es ya la revolución”.1 ¿Habrá leído, el autor, este trabajo de hace 30 años? Rot no sólo elude el análisis de las condiciones objetivas, sino también el problema que implica reemplazar al partido revolucionario por un foco armado. En este sentido, Lora sostiene: “El foquismo nace, vive y muere en los círculos pequeño-burgueses, se alimenta de la desesperación suicida de los intelectuales que no han podido encontrar el camino revolucionario.”2 Leyendo el texto de Rot no hallaremos nada que supere este enfoque.

De vuelta a casa Como se puede apreciar, cada una de las tareas no nos conduce a la siguiente. Ninguna se justifica por sí misma ni logra demostrarse enteramente. Al final del viaje, nos quedamos con las manos vacías. Mediante el relato de las particularidades de la vida de Masetti, Rot se proponía ofrecer nada menos que una explicación “superadora”. Para nuestra decepción, no lo logra. No consigue rescatar al EGP ni establecer nueva periodización de la lucha de clases ni dar una nueva caracterización de la experiencia de los grupos guevaristas. La razón de ello es que, para él, el desarrollo de un movimiento político se reduce a la acción de sus dirigentes.Al igual que en los viejos tiempos, la historia no es otra cosa que el repaso de la vida de sus personajes. Esto nos demuestra que lejos de aspirar a un análisis histórico que implique un acercamiento a los acontecimientos entendidos como una

totalidad, donde la acción subjetiva se vincula

dialécticamente con el proceso económico, social y político concreto, opta por adherir a una posición ahistórica. Así termina en una mera descripción anecdótica de una experiencia.

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1

Lora, Guillermo, Revolución y Foquismo. Balance de la discusión sobre la desviación guerrillerista. El Yunque, Bs. As. 1972. p. 7. 2 Ibídem, p. 31.

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