«Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre»

El Poder del Espíritu Comunidad «SANTA MARÍA» - RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA - Año XI - Nº 125 - Octubre de 2010 - Edición Mensual - GRATUITO

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El Poder del Espíritu Comunidad «SANTA

MARÍA»

-

RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA - Año XI - Nº 125 -

Octubre de 2010 - Edición Mensual - GRATUITO

«Yo soy soy el el pan pan vivo, vivo, bajado bajado del del cielo. cielo. «Yo Si uno uno come come de de este este pan, pan, vivirá vivirá para para siempre» siempre» Si Juan6:51 6:51 Juan Juan 6:51 Juan 6:51 Juan Juan 6:51 6:51

JESÚS, ESÚS, EL EL PAN AN DE DE VIDA IDA Comunidad Santa María:

29 años sirviendo en la Iglesia Católica

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OCTUBRE: MES DE «LA CASA DE DIOS» «Porque en esos depósitos los israelitas y los hijos de Leví colocarán las ofrendas de trigo, de vino nuevo y aceite fresco. Allí están también los utensilios del Santuario, los sacerdotes que prestan servicio, los porteros y los cantores. Así no descuidaremos la Casa de nuestro Dios.»

En esta edición de «El Poder del espíritu» quisimos poner especial énfasis en la Santa Misa. Una celebración en la que asistimos al mayor de los milagros y las bendiciones: Jesucristo se hace presente en la Eucaristía y cada uno de nosotros lo recibimos y lo llevamos «dentro» nuestro. Muchas veces -al repetir determinados actos- éstos se transforman en una «costumbre» y puede que hasta dejemos de darle la gran importancia que en realidad tienen. Para que no ocurra esto es que hemos querido hacer una breve reseña de cada una de las partes de la Misa; para comprender lo que significa cada acto litúrgico que allí realizamos, cada palabra que escuchamos, especialmente en lo que se refiere a la Liturgia de la Palabra y la Eucaristía. Amamos a Dios, somos cristianos, por lo tanto es indispensable escuchar con reverencia y respeto lo que el mismo Dios -a través de Su Palabra- nos dice en cada celebración; y habiéndolo escuchado… cumplirlo!!! Preparémonos con el debido respeto y pureza de corazón para recibir el Cuerpo de Cristo. Comulgar es un acto que bendice nuestra vida fuertemente, y a la vez implica que de nuestra parte se haga con suma responsabilidad: estando en Gracia de Dios. En la Última Cena, Jesús nos dijo: «Haced esto en memoria mía…», hagámoslo pues por amor y adorando a Aquel que -por el gran amor que nos tiene- siendo Dios murió en la Cruz para redimirnos de nuestros pecados y darnos Vida Eterna. ¡Gracias Señor! ¡Aleluya!

CATECISMO

Nehemías 10:40

EDITORIAL

«El cristiano comienza su jornada, sus oraciones y sus acciones con la señal de la cruz, ‘en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén’. El bautizado consagra la jornada a la Gloria de Dios e invoca la Gracia del Señor que le permite actuar en el Espíritu como hijo del Padre. La señal de la cruz nos fortalece en las tentaciones y en las dificultades.» (2157)

El mundo necesita encontrar a Cristo y creer en Él *Dirección General: Juan Carlos Hovhanessian Diego Hovhanessian

*Asesor Espiritual: Monseñor José Guido Pesce *Redacción: Alba Acosta Miriam B. de Mavilian Lourdes Chiappetta Laura Gomez Lucía Hovhanessian Milagros Hovhanessian Lidia I. de Papazian Geraldine Miguel Lic. Anahí Raggio Hugo Rucci Lic. Valeria Salinas Agustina Spegazzini

«Queremos ver a Jesús» (Jn 12,21) es la petición que, en el Evangelio de San Juan, algunos griegos, llegados a Jerusalén para la peregrinación pascual, presentan al apóstol Felipe. Esa misma petición resuena también en nuestro corazón durante este mes de octubre, que nos recuerda cómo el compromiso y la tarea del anuncio evangélico compete a toda la Iglesia, «misionera por naturaleza» (Ad gentes, 2), (…) La Iglesia se convierte en «comunión» a partir de la Eucaristía, en la que Cristo, presente en el pan y en el vino, con Su Sacrificio de amor edifica a la Iglesia como Su cuerpo, uniéndonos al Dios uno y trino y entre nosotros (cf. 1 Co 10,16 ss). En la exhortación apostólica Sacramentum caritatis escribí: «No podemos guardar para nosotros el amor que celebramos en el Sacramento. Este amor exige por su naturaleza que sea comunicado a todos. Lo que el mundo necesita es el amor de Dios, encontrar a Cristo y creer en Él» (n. 84). Por esta razón la Eucaristía no sólo es fuente y culmen de la vida de la Iglesia, sino también de su misión: «Una Iglesia auténticamente eucarística es una Iglesia misionera» (ib.), capaz de llevar a todos a la comunión con Dios (…) Queridos hermanos, en esta Jornada mundial de las misiones, (…) sintámonos todos protagonistas del compromiso de la Iglesia de anunciar el Evangelio.

S.S. Benedicto XVI

(para la Jornada Mundial de las Misiones 2010 - penúltimo domingo de octubre)

TELEFAX (54-11) 4775-1393 // (54-11) 4771-0918

[email protected]

*Coordinación de contenidos: Dra. Mónica V. de Adanalian

*Diagramación y Coordinación: Roxana B. de Hovhanessian El Periódico “El Poder del Espíritu” agradece a los hermanos que, con su generoso aporte, hacen posible la publicación de este material de Evangelización. Que Dios les bendiga abundantemente en Jesucristo. «Y Poderoso es Dios para colmaros de toda gracia a fin de que teniendo, siempre y en todo, lo necesario, tengáis aún sobrante para toda obra buena...» 2 Cor 9:8

Comunidad

Actividades

*Distribución y envíos postales: Liliana E. de Francia y José Francia

«Santa María»

Cursos de Estudio Bíblico: Martes: 20:30 hs. Viernes: 20:30 hs. a 22:30 hs. Retiro Mensual: Segundo Domingo de mes 10 hs. Ministerio de Intercesión - Misioneros: (Hospitales y enfermos- neuropsiquiátricos, cárceles y geriátricos, ayuda al necesitado y acción social) Cuarto Sábado de mes 15 hs.

Pastoral Infantil: Cuarto Domingo de mes 15 hs.

ASAMBLEAS DE ORACIÓN

*Lunes: 20hs // 21:30hs *Jueves: 16hs // 20hs

Pastoral de Padres de Familia: Cuarto Domingo de mes 15 hs. Pastoral Juvenil: Cuarto Domingo de mes. Mujeres: 13:30 hs. Varones: 13:30 hs. Pastoral de Matrimonios: Cuarto Domingo de mes 16:30 hs. “Dorkas” (Damas de la Comunidad): Cuarto Martes de mes 15 hs.

HORARIOS

STAFF

Todos los Cursos, Jornadas, Seminarios de Estudio Bíblico, Retiros y Reuniones, así como todas las actividades de nuestra Comunidad son GRATUITAS

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«Ten presente que en los últimos días sobrevendrán momentos difíciles; los hombres serán egoístas, avaros, fanfarrones, soberbios, difamadores, rebeldes a los padres, ingratos, irreligiosos, desnaturalizados, implacables, calumniadores, disolutos, despiadados, enemigos del bien, traidores, temerarios, infatuados, más amantes de los placeres que de Dios, que tendrán la apariencia de piedad, pero desmentirán su eficacia. Guárdate también de ellos.» (2 Timoteo 3:1-5). La Palabra de Dios nos advierte sobre estos «tiempos peligrosos», que sin duda son estos que nos toca vivir a los cristianos, en el presente. Al menos, estos caracteres humanos se hacen visibles a nuestro alrededor, pareciera que el hombre hubiera perdido el sentido de pecado, incluso de la presencia de Dios en su vida. Como si la humana conciencia estuviera anestesiada, desvanecida. Toda clase de perversiones, crímenes, ultrajes… Toda clase de despiadada violencia, aún en el comportamiento urbano, me refiero en el «hombre común», que manifiesta una sensación inequívoca de, al menos, hostilidad. Hemos perdido el rumbo del respeto por el otro, aún cuando se usa la idea como pantalla. Así es con una cantidad de valores, que sin «slogans», eran común al hombre, no hace mucho tiempo atrás. Por ejemplo, lo dicho, el respeto, la solidaridad, la responsabilidad, la honradez, el cuidado de los derechos del prójimo; etc. ¿Y qué decir del decoro, del pudor… de la pureza…? Casi resulta «anacrónico» quien se atreva a hablar de estas cosas. Es que ¿tan abajo hemos caído? Bueno, las pruebas son contundentes. Basta con tener una mirada a la realidad circundante en la sociedad en que vivimos: atropello, patoterismo, vandalismo, rebelión, extorsión, autoritarismo, irrespeto, irreverencia, odio, violencia… Todo esto nos rodea a diario, «desde abajo, como desde arriba». Desde quienes, lamentablemente, debieran ser los que dan ejemplo de verdadera convivencia. Por eso creo que estos tiempos son los que anuncia proféticamente la Palabra de Dios. Si miramos en la Iglesia, dolorosamente, podemos encontrar también este «cuadro paulino»; ya que la Iglesia es siempre reflejo al mundo y si esa Luz –Luz de cristono se ve en los cristianos, lamentablemente, habrá oscuridad, también en la sociedad: «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.» Mateo 5:14-16. Todo pecado es siempre oscuridad y tinieblas. El cristiano es el «Cuerpo de Cristo», Su Iglesia. ¡Todos los bautizados! Es como aquel naufrago en un bote salvavidas, rodeado de otros como él, que quería hacer un agujero en el casco del bote para refrescarse y decía: «¡Que os importa, si lo estoy haciendo debajo de mi asiento…!» Así nos ocurre: el «agujero» que uno pueda hacer, hunde el bote. El pecado contamina todo el cuerpo, alejando de él, la Luz. Veamos lo que señala la Escritura en relación al antivalor: «Egoísmo», raíz de los males. «Avaricia», generadora de injusticia. «Fanfarronería», parece pero no es. «Soberbia», pecado satánico. «Difamación», juego preferido del demonio. «Rebeldía»; «Ingratitud»; «Irreligiosidad»; «Desnaturalización»; ¿hace falta aclarar…? Mire amigo lector, todo lo continúa en la Escritura y diga si no es lo que a diario se ve, entre nosotros. ¿No es este acaso un camino de «disolución»…? Entre los cristianos, incluso, pues es una epístola dirigida al discípulo de Cristo, ¿no es acaso también así…? «Más amantes de los placeres que de Dios, que teniendo apariencia de piedad reniegan de su eficacia. Guárdate de ellos». La prevención paulina nos quiere despertar, DESQUICIO, VIOLENCIA, «ALIENACIÓN» como ese «toque de

POR UN MAÑANA

CAUSA DE PECADO Y DE MALDICIÓN DESTRUYEN A CUALQUIER SOCIEDAD… RIGE LA CONTUMACIA Y LA REBELDÍA ES EL DESORDEN, TEMA DE CADA DÍA «SO PRETEXTO DE DERECHO Y LIBERTAD»… SIN ORDEN NO SE PODRÁ PROGRESAR LOS DERECHOS SON, AL OTRO RESPETAR CON JUSTICIA HABRÁ PAZ Y LIBERTAD… ABANDONANDO LA MENTIRA VANA TRABAJAR PARA FORJAR UN MAÑANA SEMBRANDO CON HONOR Y HUMILDAD… LEVANTO A DIOS MI CONFIADO CLAMOR POR MI PATRIA, ESTA HERMOSA NACIÓN: «MANIFIESTA SOBRE ELLA, TU BENDICIÓN ARGENTINA PARA CRISTO… MI SEÑOR» JUAN CARLOS

El cristiano en tiempos peligrosos trompeta» -«shopar»- que llamaba al pueblo a la adoración, a la alabanza comunitaria, o bien, al combate. Las dos cosas que necesitamos los creyentes practicar a diario para vivir «guardados» de la maldad del pecado: 1) Adoración – Alabanza, 2) Combate espiritual. En ambos es siempre unidos a la Iglesia en una Comunidad cristiana viva, donde al igual que nuestros primeros hermanos en la fe se predique, se enseñe la Palabra de Dios, fuente de Plena Verdad y Salvación; se viva la fraternidad gozosa en la vida sacramental –la Santa Misa- y en las oraciones –comunitaria y personal- (ver Hechos 2:42-47). Recordando que el «combate espiritual» es como San Pablo lo describe en Efesios 6:10-20. Donde señala que ese combate no es contra carne y sangre, sino contra los poderes de las tinieblas, sobre los cuales como Iglesia, tenemos todos los bautizados, posición de VICTORIA, en nuestro Señor Jesucristo. ¡Gloria a Su Nombre! Donde se predica y enseña la Palabra de Dios y se la pone por obra, siempre habrá victoria contra el enemigo y su más poderosa arma: el pecado. Donde la Palabra de Dios está ausente, o no se cree, o creyéndola no se la practica… ya conocemos el resultado. Lo estamos viendo. Por eso la Santa Misa, culmen de la vida cristiana, se puede decir que se compone de dos partes claramente manifiestas: «PALABRA Y EUCARISTÍA». «El memorial del Señor Jesús»: 1) LA PALABRA DE DIOS, con lecturas del Antiguo Testamento, «los Salmos», las Cartas «Paulinas», «Católicas», el «Libro de los Hechos», el «Apocalipsis» y el «Santo Evangelio», según el tiempo y ciclo litúrgico. El recuerdo de la obra de Salvación de Dios, consumada en Jesucristo. 2) EUCARISTÍA, Ofertorio, Consagración del Pan y del Vino, que se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Jesús. La Plegaria Eucarística, la Comunión: «HAGAN ESTO EN MEMORIA MIA»… Recordemos aquello que decimos como Cuerpo de Cristo en esos momentos: «… una Palabra Tuya bastará para sanarme.» Y dejo como cierre lo siguiente: «ANUNCIAMOS TU MUERTE Y PROCLAMAMOS TU RESURRECCIÓN, VEN SEÑOR JESÚS… ¡Que así sea! ¡Dios les bendiga!

JUAN CARLOS HOVHANESSIAN

Para que sean felices

Desde pequeña me gustaba ayudar a mi mamá en las tareas del hogar, sobre todo en la cocina, iba y venía trayendo los utensilios que ella necesitaba; ponía los cubiertos en la mesa, elegía los platos, y tal era su amor que me animaba diciéndome «dale mi guapita». Yo me divertía porque para mi era un juego y me gustaba escuchar sus palabras, me hacía sentir importante aún cuando era una niña pequeña; nunca me echó de su lado ni mucho menos me dijo que la molestaba. Hoy día recuerdo estas palabras como si sonaran en mis oídos y para Gloria de Dios me doy cuenta cuán importante son las palabras de los padres porque van dejando huellas en nuestra vida. Por eso: padres, alienten a sus hijos en las cosas pequeñas del día, a ser creativos, curiosos, ingeniosos; siempre bajo su supervisión y conforme a la Palabra de Dios. A ustedes hijos, no importa la edad que tengan, las palabras de los padres siempre deben ser tenidas en cuenta... «para que sean felices y se prolonguen sus vidas sobre la tierra» (Efesios 6:3). Lic. Valeria Salinas

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Procesión de entrada y saludo inicial: Cuando nos

reunimos a celebrar la liturgia, en asamblea como pueblo elegido por Dios, disfrutamos del regocijo del encuentro entre hermanos.El sacerdote abre la celebración para introducirnos en el Memorial del Sacrificio de la Cruz. Cantamos con regocijo recordando el Amor y la Obra Redentora de Jesucristo. Nos disponemos, luego de la señal de la Cruz, a disfrutar de la presencia del Señor en la Eucaristía y del Evangelio que nos vivifican.

La señal de la Cruz es un signo por el cual

manifestamos nuestra fe en Cristo, ya que Él nos redimió en la Cruz. Al señalarnos con la Cruz (desde la frente al pecho y desde el hombro izquierdo al derecho) decimos «En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo». Hacer la señal de la Cruz es reconocer a Cristo como nuestro Salvador. «(…) la Cruz es la manifestación impactante del acto de amor infinito con el que el Hijo de Dios ha salvado al hombre y al mundo del pecado y de la muerte. Por este motivo, el signo de la Cruz es el gesto fundamental de la oración del cristiano. Hacerse el signo de la Cruz es pronunciar un «sí» visible y público a quien murió por nosotros y resucitó, al Dios que en la humildad y debilidad de Su Amor es el Omnipotente, más fuerte que toda la potencia y la inteligencia del mundo.» (SS Benedicto XVI Ángelus del domingo, 11 septiembre 2005.)

La M

Acto Penitencial: Es un llamado al arrepentimiento sincero por las faltas

cometidas. Un arrepentimiento sincero por todas aquellas veces en que ofendimos al Señor con pensamientos, palabras, actos y omisiones; al tiempo que reconocemos la Gran Misericordia de Dios manifestada en Jesucristo, y haciendo el firme proósito «no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado...». «Gloria a Dios en el cielo y en tierra paz a los hombres que ama el Señor»: Son palabras tomadas del canto de los ángeles la noche del nacimiento de Jesús (ver Lucas 2:14). Después de comenzar la celebración, purificados de nuestros pecados, comienza la glorificación con este himno de estructura trinitaria y súplica Cristocéntrica. «Por Tu inmensa Gloria, te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias Señor Dios, Rey Celestial, Dios Padre Todopoderoso»: la primera parte está dirigida a Dios Padre por Su inmensa Gloria. «Señor, Hijo único Jesucristo, Señor Dios, cordero de Dios, Hijo del Padre»: la segunda parte mira a Cristo, como Mediador, con la tradicional súplica ternaria: «Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica. Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros». «Porque sólo Tú eres Santo, sólo Tu Señor, sólo Tu Altísimo, Jesucristo con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén». Este himno comienza desde el Padre, por Cristo, y termina nuevamente en el Padre y en el Espíritu Santo, lo que muestra el dinamismo trinitario de la liturgia. Con el himno «Gloria a Dios en el cielo» la Iglesia, congregada en el Espíritu Santo, glorifica a Dios y al Cordero y le presenta sus súplicas. Su contenido es un buen resumen de la Historia de la Salvación: la Gloria a Dios y la paz a los hombres. Se alaba al Padre, Señor y Rey del universo; se alaba también a Cristo, Señor, Cordero, Hijo, el que quita el pecado del mundo, el único Santo; todo ello concluido con la doxología: «Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la Gloria de Dios Padre».

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La Liturgia de la Palabra: En este momento de la Misa es Dios quien nos habla con

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La lectura del Evangelio: constituye el cúlmen de la Liturgia de la Palabra. La

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Su Palabra, a través de los Profetas, de un Salmista, de un Apóstol y por medio de Su propio Hijo Jesucristo. En la Liturgia de la Palabra, Dios habla a Su pueblo, le descubre el Misterio de la Redención y le ofrece alimento espiritual. Los días domingos y festivos religiosos, hay tres lecturas: la 1° lectura, un Salmo responsorial, la 2° lectura y el Evangelio. Durante la semana sólo hay 1° lectura, un Salmo y el Evangelio. La Primera lectura es generalmente tomada del Antiguo Testamento y en ella se puede ver cómo Dios actúa y se ocupa de Su Pueblo, como lo guía, como le habla y le ayuda en muchas dificultades. También podemos ver como los Profetas anuncian la Venida del Mesías. Después de la Primera lectura, sigue el Salmo Responsorial, que es parte integral de la Liturgia de la Palabra y en sí mismo tiene gran importancia litúrgica y pastoral, ya que favorece la meditación de la Palabra de Dios. El Salmo es un canto de alabanza, de acción de gracias, de arrepentimiento, o de petición. La Segunda lectura es tomada del Nuevo Testamento. Se lee en domingos y solemnidades. Por las lecturas se abren para los fieles «los tesoros» de la Biblia.

Liturgia misma enseña que debe tributársele suma veneración, y la distingue entre las otras lecturas con especial honor. Se diferencia de las otras lecturas porque está centrada en una sola Persona: Jesucristo. Para escucharla los creyentes nos ponemos de pie expresando con todo nuestro ser, reverencia, veneración, porque es el mismo Cristo Resucitado quien nos habla, instruye y alimenta «Cuando se leen en la Iglesia las Sagradas Escrituras, Dios mismo habla a su Pueblo, y Cristo, presente en Su Palabra, anuncia el Evangelio ». (Ordenación General del Misal Romano.) A través de la Homilía se exhorta e instruye al pueblo de Dios sobre las lecturas anteriores, principalmente la lectura del Evangelio, buscando que los cristianos generen una respuesta llevando esa Palabra proclamada, a sus vidas y viviendo en Ella. Nos dice el Papa Benedicto XVI: «En efecto, ésta es parte de la acción litúrgica; tiene como finalidad favorecer una mejor comprensión y eficacia de la Palabra de Dios en la vida de los fieles. Por eso los ministros ordenados han de preparar la homilía con esmero, basándose en un conocimiento adecuado de la Sagrada Escritura.»

«Con la Misa se tributa a Dios más ho Ángeles y Santos del cielo. Puesto que e la Misa se le ofrece su mismo Hijo Je

(San Alfo

Misa

onor, que el que pueden tributarle todos los el de éstos, es un honor de criaturas, mas en esucristo, que le tributa un Honor Infinito.»

onso Mª Ligorio)

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El Credo: después de escuchar la Palabra de Dios, recitamos el

Credo. Credo es una palabra derivada del latín que quiere decir «Yo creo». En el credo confesamos las verdades fundamentales de la fe cristiana que fueron transmitidas de siglo en siglo, primero por boca de los apóstoles y luego fueron tomando consistencia y universalidad a través de los distintos concilios que se dieron lugar en la era cristiana: Nicea (325), Constantinopla (381), Efeso (431), Calcedonia (451), Toledo (589), entre otros. El resultado de los dos primeros concilios fue el Credo Niceno-Constantinopolitano que contiene declaraciones más extensas que las del Credo que utilizamos actualmente, llamado Credo o Símbolo de los Apóstoles.

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La oración de los fieles: se realiza después de la confesión de nuestra fe en el Credo. Son súplicas que hacen los participantes de la celebración por la Santa Iglesia, por los gobernantes, por los que sufren cualquier necesidad, por todos los hombres y por la salvación del mundo entero (capítulo II: el Sacrosanto Misterio de la Eucaristía.) Dijo Jesús «Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.» (Mateo 18:19-20)

Liturgia de la Eucaristía: se compone de 3 partes principales, la Presentación de las Ofrendas -que luego de la Consagración serán el Cuerpo y la Sangre de Cristo-, la Plegaria Eucarística y la Comunión. Esta división fue hecha en correspondencia con las palabras y las acciones de Jesús en la Última Cena: «Tomó luego pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en recuerdo mío. De igual modo, después de cenar, tomó la copa, diciendo: Esta copa es la nueva Alianza en mi sangre, que se derrama por vosotros.» (Lucas 22:19-20). La Plegaria Eucarística comienza con el prefacio, donde el sacerdote invita al pueblo a elevar el corazón hacia Dios en oración y acción de gracias, culminando con el trisagio; es decir, la triple aclamación de la Santidad de Dios; palabras que han sido tomadas de la Escritura: «…Santo, Santo, Santo, Yahvé Sebaot: llena está toda la tierra de Su Gloria.» (Isaías 6:3).

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Luego es el momento de la epíclesis (invocación): el celebrante extiende sus manos sobre el pan y el vino e invoca al Espíritu Santo para que por su acción los transforme en el

Cuerpo y la Sangre de Jesús. En este momento de la Consagración, la Plegaria Eucarística llega a su punto culminante. Se pronuncian las palabras de Jesús en la Última Cena, para perpetuar aquello que el Señor mismo instituyó y ordenó realizar: «…Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en recuerdo mío». Entonces el sacerdote eleva el pan y el vino que resumen en sí mismos toda la historia de la Salvación, pues en la Eucaristía, Cristo se ofrece al Padre, como Único Mediador entre Dios y los hombres. Esta es la bendición conclusiva de toda la Plegarla Eucarística. Se alaba al Padre por medio de Cristo, cuyo misterio acabamos de celebrar, en la unidad del Espíritu Santo, que es el que anima a los congregados; y la asamblea responde diciendo «amén», haciendo suya la Plegaria Eucarística entera. Así, en cada Eucaristía se realiza la actualización -incruenta- de la Pasión de Cristo. Luego de esto, la Asamblea proclama el misterio central de nuestra fe, y culmina diciendo: ¡Ven Señor Jesús! La Eucaristía se celebra en comunión con toda la Iglesia, por eso se ofrece -intercesión- por la Iglesia peregrina en todo el mundo; pidiendo por el Papa, los obispos, los fieles difuntos y por cada uno de nosotros.

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Rito de la paz: en este momento la Iglesia implora la paz y la unidad para sí misma

y para toda la familia humana. No es nuestra paz la que nos damos, sino la de Cristo; no es una paz que conquistamos nosotros con nuestro esfuerzo, sino una paz que nos concede el Señor: «Os dejo la paz, mi paz os doy...» (Juan 14:27). La paz es don de Dios por eso la pedimos: «Concédenos la paz y la unidad». Es un gesto de fraternidad cristiana; antes de acudir a la Comunión para recibir a Cristo debemos reconocerle presente en el hermano.

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PADRENUESTRO: Dentro de la Liturgia de la Eucaristía y previo al rito de la

Comunión, pueblo y celebrante, elevamos la oración que el mismo Jesús enseñó: el Padrenuestro. Esta oración nos identifica como hijos de Dios. Lo llamamos «Abbá» («papá, papito»). Así lo reconocemos y honramos. En esta oración nos sometemos a Su Voluntad, pedimos al Señor el «pan» -material y espiritual- para cada día. Pedimos al Padre que nos perdone del mismo modo en que hemos perdonado a quienes nos han ofendido; recordemos el énfasis que Jesús hace sobre este tema: «Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas» (Mateo 6:14-15). Pedimos finalmente Su ayuda para no pecar y Su protección frente a todo mal. Hagamos esta oración cada día de nuestra vida pues Jesús dijo: «Ustedes, pues, oren así...» (Mateo 6:9)

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La Comunión: (la Santa Hostia) es Jesucristo vivo, Su Cuerpo, Sangre, Alma y

Divinidad, que se hizo presente cuando el sacerdote consagró el pan y vino. Recibir la Eucaristía, es recibir a Jesucristo.

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Bendición final: Al concluir la Santa Misa, el sacerdote dice: «El Señor esté con ustedes»… «La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre». Entonces sí podemos irnos en paz, fortalecidos en la fe, sabiendo que Jesús nunca nos deja solos. La verdadera paz está en vivir haciendo la Voluntad de Dios.

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*AL PUEBLO ARMENIO Y SUS MÁRTIRES

No hagas como la rana Una rana se preguntaba cómo podía alejarse del frío clima del invierno. Unos gansos le sugirieron que emigrara con ellos. Pero el problema era que la rana no podía volar. «Déjenmelo a mí -dijo la rana-. Tengo un cerebro espléndido». Pidió a dos gansos que la ayudaran a recoger una caña fuerte, cada uno sosteniéndola por un extremo. La rana pensaba sujetarse a la caña con su boca. A su debido tiempo, los gansos y la rana comenzaron su travesía... Al poco rato pasaron por una pequeña ciudad, y los habitantes de allí salieron para ver el inusitado espectáculo. Alguien preguntó: «¿A quien se le ocurrió tan brillante idea?» Esto hizo que la rana se sintiera tan orgullosa y con tal sentido de importancia, que rápidamente exclamó: «¡A miiiiiii!» y abriendo su boca, se soltó de la caña. Su orgullo fue su ruina, porque al momento en que abrió la boca cayó al vacío; como dice Proverbios 16:18 «La arrogancia precede a la ruina; el espíritu altivo a la caída.» Tengamos en claro que la falta de humildad o el exceso de orgullo, pueden «echar abajo» aún los planes «más excelentes». Una de las más grandes enseñanzas de Jesús fue la humildad, quien «anonadándose a sí mismo, tomó condición de siervo». No te jactes de las cosas que tienes o sabes, más bien dale gracias al Señor por tus éxitos y recuerda que TODO lo que tienes te fue dado por Él, que nunca te olvida y siempre te espera. … «...nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado» (Romanos 12:3). Aleluya!!!

PALABRA EFICAZ

«Por tu fe»

SE ROBARON TU SERENA ALEGRÍA, TE ASALTARON, CUAL FEROZ JAURÍA CON DIENTES Y GARRAS ASESINAS… MATARON TUS HOMBRES Y MUJERES, CON LA CRUELDAD DE BESTIALES SERES INSPIRADOS POR «HUESTES MALIGNAS»… TUS «SAGRADOS LUGARES» PROFANARON TUS «ALTARES» DEL TODO ARRASARON MAS NO LOGRARON TU FE ARRANCAR… DE ESAS RUINAS, DIOS TE LEVANTÓ, DEL CRISTIANO PUEBLO, JAMÁS SE OYÓ QUE ALGUIEN LO PUDIERA DERROTAR… ¡JESUCRISTO EN TU CORAZÓN HABITA! ÉL TRANSFORMA EN GOZO TU DOLOR… ¡NADIE PODRÁ SEPARARTE DE SU AMOR! ¡«ARMENIA»! ¡POR TU FE, ERES BENDITA! JUAN CARLOS HOVHANESSIAN

Todo tiene su «porque» La vestimenta del Sacerdote Durante la celebración de la Santa Misa, el sacerdote que la preside y otros ministros utilizan las vestimentas litúrgicas. Las más comunes que utiliza el sacerdote son: *El AMITO: Lienzo rectangular de lino blanco que se coloca sobre los hombros y alrededor del cuello antes de ponerse el alba (a no ser que ésta cubra también el cuello). Se sujeta por medio de cintas cruzadas a la cintura. Simboliza la defensa contra las tentaciones. *El ALBA: Del latín «alba», «blanca». Es una larga túnica de lienzo blanco, que se utiliza, generalmente, con cíngulo a la cintura. También, la utilizan otros ministros como los monaguillos y los diáconos. Tiene un sentido bautismal: simboliza la pureza del alma lavada por el bautismo. *El CÍNGULO: Cordón con que se ciñe el alba. Simboliza la castidad. *La ESTOLA: Es una banda larga y estrecha que llevan sobre el alba colgando del cuello y hacia el frente, y sostenida por el cíngulo. Generalmente es del mismo color que la casulla y simboliza la autoridad sacerdotal. *La CASULLA: Del latín «casula», «casa pequeña» o tienda. Va por encima del alba y la estola, a modo de capa. Simboliza el yugo de Cristo y la caridad. El color varía según la liturgia teniendo un significado diferente: Blanco: símbolo de gloria, alegría, inocencia, pureza del alma; Rojo: significa el fuego de la caridad y la Sangre derramada por Cristo; Verde: esperanza; Morado o violeta: humildad y penitencia; Rosado (utilizado en algunos lugares): alegría, amor.

Dios nos dio y nos da muchas cosas, pero a veces desconocemos u olvidamos las CAPACIDADES con que nos ha dotado y por las que debemos dar gracias a diario. Tenemos que recordar que Él nos dio dones intelectuales tales como la capacidad de aprender, de discernir, el ingenio, la inteligencia, la capacidad de razonar, etc. Es deber de cada uno decidirse a poner en funcionamiento esos talentos. Esto es para todos, pues la edad, la condición social o económica, etc. No son impedimentos para desarrollar las capacidades intelectuales. Sin embargo, muchas veces nos sentimos cautivos del «no puedo», «esto es demasiado para m텻, «no doy para más», «ya no tengo edad para eso»… cuando es todo lo contrario, pues en Su Voluntad, Dios quiere nuestro crecimiento y progreso constante. Por ello, si queremos utilizar todo ese potencial que Dios ya nos dio, la clave está en Su Palabra. Si hacemos un hábito diario de la lectura de la Palabra de Dios, si todos los días nos tomamos un tiempo para leer la Biblia, entonces además de desarrollar nuestras capacidades intelectuales, nuestra vida se colmará de bendiciones. La lectura diaria de la Palabra de Dios enriquece nuestro lenguaje y vocabulario, agiliza nuestra memoria, nos hace pensar, razonar y… ¡nos trae la fe! Nos capacita para que maduremos, tanto en el plano espiritual como natural (en la familia, en el estudio, trabajo, etc.). Entonces, descubrimos que la Palabra de Dios obra en nosotros y nos permite modificar conductas que nos llevan a lograr resultados positivos en todas las áreas de nuestra vida. Nos predicaron en las reuniones semanales de la Comunidad Santa María que así como nuestros padres terrenales nos estimulan a estudiar y capacitarnos, nuestro Padre Celestial también nos alienta y espera que crezcamos en conocimiento, sin importar la edad que tengamos, ejercitando nuestras capacidades mentales leyendo la Biblia. Recordemos la importancia fundamental del conocimiento de ¿Cuánto se gasta hoy en «seguridad», por ejemplo, en seguridad para el las Escrituras: «…conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» hogar? ¿Y cuánto en medicamentos para poder dormir? Pero esas cosas (Juan 8:32). muchas veces necesarias- no alcanzan a dar «la tranquilidad completa». Lo que siempre debemos tener presente es que, conocer la Biblia y Estas cosas hay que hacerlas, de ellas hay que ocuparse como corresponde, practicarla nos beneficia no sólo espiritualmente sino también pero nuestra confianza está puesta en el Señor que nos da la paz: «En paz intelectualmente.

Viví tranquilo !!!

me acuesto y en seguida me duermo, pues tú solo, Yahvé, me haces vivir tranquilo.» (Salmo 4:9) Lucía Hovhanessian

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CORAZÓN SAGRADO SAGRADO CORAZÓN

Cuando participamos de la Eucaristía,, o recibiéndola con la debida Reconciliación, y creyendo que es el verdadero Cuerpo de Cristo y la verdadera Sangre de Cristo, estamos diciéndole a Jesús: «quiero ser partícipe de Tu vida, de Tu salvación, de Tu sanidad y de Tu libertad». Porque cuando recibimos Su Cuerpo y Su Sangre, estamos afirmando y confirmando, el Pacto, la Alianza, entre Jesús y nosotros. Ésta es una realidad poderosa, hay una verdadera manifestación de la «Nueva Alianza». Cuando comulgo confirmo que estoy en Pacto con Jesús, en Alianza con Jesús, Unido a Jesús. Significa que todo lo de Él es mío: Su Salvación, Su Liberación, Su Poder, Su Autoridad, Su Unción. Pero también significa que todo lo mío es de Él: mi vida, mi tiempo, mi dinero, mi alma, mi mente y mi corazón. Como dice Jesús en Juan 6:56 «El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él». Esto es «Comunión en la Comunión». Según 1 Corintios 11: 25-26, cuando recibimos la Comunión estamos «recordando» -no una sola vez- sino cada vez que bebemos de Su copa, estamos recordando, Su Muerte y Su próxima Venida. ¿Y que es lo que recordamos en la Eucaristía? Su Muerte, nuestra Salvación, nuestra Sanidad, nuestra Santificación, por su obra Redentora en la Cruz del Calvario. En este «recuerdo» Eucarístico, estamos viendo, palpando, comiendo, el Pan partido, que se transformó en Su Cuerpo, que fue herido, lastimado, traspasado por nosotros, para nuestra Salvación, Y cuando bebemos el vino que se hizo Su Sangre, estamos bebiendo la Sangre derramada por nosotros para el perdón de nuestros pecados y para nuestra liberación. Por eso cada vez que comemos Su Cuerpo y bebemos Su Sangre, estamos «recordando» (vs.25) y estamos «anunciando» (vs.26), Su Muerte y Su Venida. Cuando tomamos la Comunión estamos manifestando que seguimos y servimos a Jesús, que se hizo carne y que dijo que quien ponga su fe en Él y en Su Sacrificio, será reconciliado con Dios, será salvado, será sanado, será restaurado. Esto es el Evangelio. Todo eso estás «anunciando» en la Eucaristía. Ahora, junto al milagro del Cuerpo de Cristo en la Comunión, también el Apóstol Pablo, nos dice que la Iglesia

MI MI CUERPO CUERPO YY MI MI SANGRE SANGRE es «Cuerpo de Cristo» (ver Efesios 1:2223) y que somos Sus miembros; muchos miembros de un sólo Cuerpo (Colosenses 1:18 / Colosenses 1:24 / Efesios 4:10-13 / Efesios 5:29-30). Al recibir la Comunión estamos

todos los cristianos del mundo formando un sólo Cuerpo. Leemos en 1 Corintios 10:16-17 «La copa de bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿no

EUCARISTÍA: CUERPO, SANGRE, ALMA Y DIVINIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO manifestando, que somos un solo Cuerpo, una sola Iglesia, el Cuerpo de Cristo. Cuando comulgamos estamos manteniendo una unidad con

es comunión con el cuerpo de Cristo? Porque aún siendo muchos, un sólo pan y un sólo cuerpo somos, pues todos participamos de un sólo pan.» y

VIVO AMOR, SIN CONDICIONES PLENITUD DE TODOS LOS DONES ESCENCIA DE LA DIVINIDAD… EN FUEGO SIEMPRE ARDIENTE ESPEJO DEL ALMA CREYENTE QUE ANHELA LA SANTIDAD… AMOR, QUE AFRENTAS OLVIDA BROTA DE AQUELLA HERIDA DE ESPINAS QUE HACEN SANGRAR… SIGNO PATENTE DEL PERDÓN QUE DERRAMA SU CORAZÓN ENSEÑÁNDONOS A AMAR… «NO EXISTE EL AMOR SIN DOLOR…» EXPRESA EL CORAZÓN SAGRADO DE JESUCRISTO RESUCITADO… ¡NUESTRO GLORIOSO SALVADOR! JUAN CARLOS

veamos que la clave es: «comunión (unión) en la Comunión». Dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 1368: «La Eucaristía es igualmente el sacrificio de la Iglesia. La Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo, participa en la ofrenda de su Cabeza. Con Él, ella se ofrece totalmente. Se une a su intercesión ante el Padre por todos los hombres. En la Eucaristía, el sacrificio de Cristo es también el sacrificio de los miembros de Su Cuerpo. La vida de los fieles, su alabanza, su sufrimiento, su oración y su trabajo se unen a los de Cristo y a Su total ofrenda, y adquieren así un valor nuevo. El sacrificio de Cristo, presente sobre el altar, da a todas las generaciones de cristianos la posibilidad de unirse a Su ofrenda.» Jesús mismo se revela en el Banquete Eucarístico. No es sólo pan: «Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros...» (Lucas 22-19). Hay una transformación espiritual (TRANSUBSTANCIACIÓN). Ahora, aquí tenemos la «Primera Pascua Cristiana», instituida por Jesús, que nos encomienda a celebrarla hasta que Él vuelva. Dice el CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, 1374: (…) En el santísimo sacramento de la Eucaristía están «contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y, por consiguiente, Cristo entero» (Concilio de Trento)… Dice San Cirilo: «No te preguntes si esto es verdad, sino acoge más bien con fe las palabras del Señor, porque Él, que es la Verdad, no miente». Querido hermano, nunca olvides las palabras de Jesús en el capítulo 6 del Evangelio según San Juan (versículos: 51,53,57) «Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo. (...) Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. (...) Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí». BREVE EXTRACCIÓN DEL MENSAJE PREDICADO POR

DIEGO HOVHANESSIAN EN 2002

Iglesia: comunión de los santos «Al inicio de la celebración eucarística, cuando el sacerdote nos acoge con el saludo del apóstol Pablo: «La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros» (2 Co 13,13), se nos recuerda habitualmente este misterio de la Iglesia-Comunión. (…) ¿Qué significa la compleja palabra «comunión»? Se trata fundamentalmente de la comunión con Dios por medio de Jesucristo, en el Espíritu Santo. Esta comunión tiene lugar en la Palabra de Dios y en los Sacramentos. El Bautismo es la puerta y el fundamento de la comunión en la Iglesia. La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana (cf. Lumen gentium, 11). La comunión del cuerpo eucarístico de Cristo significa y produce, es decir edifica, la íntima comunión de todos los fieles en el cuerpo de Cristo que es la Iglesia (cf. 1 Co 10,16 s.)». (…) Iglesia quiere decir comunión de los santos. (…) Unión a Cristo y en Cristo; y unión entre los cristianos dentro la Iglesia.»

Juan Pablo II

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«HALLOWEEN: UNA MODA EXTRAÑA»  Por MONSEÑOR HÉCTOR AGUER, Arzobispo de La Plata (con

motivo de la celebración pagana del Halloween - 29 de octubre de 2008)

EXTRACCIÓN  

Desde hace varios años se va extendiendo, en algunos ambientes, la costumbre de celebrar Halloween el 31 de octubre. Es probable que la mayoría de los que adoptan esta observancia ignoren qué es lo que están haciendo, y por qué lo hacen. Los orígenes se remontan a la celebración del año nuevo celta, en Gran Bretaña y en Irlanda, en épocas antiquísimas. Se pensaba que en la noche del 31 de octubre al 1º de noviembre el espíritu de los muertos, especialmente de los condenados a muerte, regresaba a su casa y que, además, esa noche vagaban diablos de toda especie; hadas, duendes, brujas y toda clase de espíritus se sumaban, en la imaginación popular, a ese festival siniestro. (…) Ese momento del año era considerado propicio para la adivinación; la superstición orientaba algunas decisiones concretas de la vida de la gente. Como ahora. (…) A causa de la coincidencia de fechas, se identificó la antigua fiesta celta con la vigilia de Todos los Santos. De allí el nombre: Halloween viene de All Hallows’Evening. Los irlandeses que emigraron a Estados Unidos, en la segunda mitad del siglo XIX, llevaron consigo

«El hombre debería temblar, el mundo debería vibrar, el Cielo entero debería conmoverse profundamente cuando el Hijo de Dios aparece sobre el altar en las manos del sacerdote».  San Francisco de Asís

Oración para aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador Amado Padre Celestial: Vengo a Tí en el Nombre de Jesús. Creo en Tu Palabra que dice: “Al que venga a Mí, no lo echaré fuera” (Juan 6:37), por eso sé que me aceptarás. Gracias te doy por ello. Me arrepiento de mis pecados, creo que Jesucristo murió por mí en la Cruz y derramó Su Preciosísima Sangre por mi Salvación. Desde este momento recibo a Jesucristo como mi Salvador personal, mi Único Salvador, mi Único Señor. Confieso libremente con mis labios que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos y conforme a Tu Promesa, sé que soy salvo (Romanos 10:9-10). ¡ G r a c i a s Señor! D i g o ahora c o n todo mi s e r : Hermano, Hermano, «¡Soy Dios Diossiempre siempre tuyo/a Jesutoma toma en en serio serio cristo, tus tus palabras. palabras. en el Poder Si Si has has hecho hecho esta esta del Esoración, oración, únete únete aa píritu Santo y la la Iglesia Iglesia en en una una p a r a Comunidad Comunidad Gloria de Dios cristiana cristiana viva. viva. Padre! Dios Dios te te bendiga!!! bendiga!!! ¡Amén!»

la costumbre ya secularizada, que tomó características diversas: los jóvenes invadían casas, rompían ventanas, o provocaban otros desastres. Finalmente quedó convertida en una diversión para los niños, que se disfrazaban e iban pidiendo golosinas. Es común el uso de disfraces siniestros, con reminiscencias de una noche de aquelarre. La misma referencia al origen se encuentra en el zapallo vaciado, calado como cara diabólica y con una luz adentro. ¿Qué tiene que ver el pueblo argentino con todo esto? Más vale el puré de calabaza, o el zapallo en almíbar.

¿Tendrán conciencia quienes adoptan esta moda de que, en el fondo, festejan a la muerte, al diablo y al infierno? Como en este mundo globalizado las modas se estandarizan y cruzan rápidamente las fronteras, desde hace unos años también entre nosotros se festeja Halloween. ¿Tendrán conciencia quienes adoptan esta moda de que, en el fondo, festejan a la muerte, al diablo y al infierno? Seguramente no

quieren hacerlo; incurren entonces en una frivolidad vacía, sin sentido, inmotivada. Halloween es una fiesta extraña, ajena a la tradición cristiana y a la cultura nacional. Sólo el debilitamiento de la fe y la pérdida de las raíces culturales explican su difusión, en alas de la propaganda consumista que viene de América del Norte. Hace cincuenta años todavía podía notarse en nuestra sociedad la proyección de las fiestas cristianas de estos días: la solemnidad de Todos los Santos y la conmemoración de Todos los Fieles Difuntos. Precisamente lo contrario de la evocación tenebrosa de Halloween. El 1º de noviembre se celebra litúrgicamente una verdad fundamental de nuestra fe, la que profesamos al decir «creo en la comunión de los santos»; una fiesta luminosa, que nos invita a mirar hacia el cielo como nuestra patria futura, en la que nos aguardan Jesucristo, la Virgen Santísima y la multitud incontable de los bienaventurados. (…)

Es Posible servir al Señor cuando «Había en Joppe una discípula llamada Tabitá, que quiere creyendo ponemos por obra Su decir Dorkás...» (Ver Hechos 9) Palabra. Es posible siendo mujeres, alcanzar a los más necesitados cuando sumamos aptitudes y capacidades. Es posible arrancarle al “no puedo” un “sí puedo” cuando lo hacemos confiando en la Gracia de Nuestro Señor. Es Posible dar testimonio de una vida consagrada y bendecida cuando somos parte del Cuerpo de Cristo, Su Iglesia. Es posible que nuestras vidas sean renovadas y seamos útiles a los demás cuando somos enseñados y guiados por el conocimiento de las Sagradas Escrituras. Es posible transcribir con entusiasmo –HOY- a 8 años de servicio activo, pleno e ininterrumpido en Nuestra Comunidad Santa María estos testimonio, fruto de la predicación y enseñanza de las Preciosas Escrituras: VERONICA: “El hacer ropita para otros niños que no son mis hijos me produce una alegría muy grande. Me imagino las caritas de ellos y sus madres cuando se ponen algo nuevo y de diseño exclusivo….y vemos que algo imposible de alcanzar para ellos por cuestiones de pobreza, se hace realidad porque Dios los ama. Creer y practicar la Palabra, nos hace instrumentos del Señor” CLYDE: “...estuve imposibilitada de caminar, durante ese tiempo estuve tejiendo y cosiendo prendas para la Pastoral, eso hizo que me sintiera VIVA, UNIDA, CONFORTADA…” CRISTINA: “Gracias Señor por estos 8 años en Dorkas. Con Tu Misericordia y Amor hiciste que pudiera ver al hermano necesitado. Gracias Comunidad Santa María por confiar en mí para este servicio.” SUSANA:“Gracias por estos 8 años de estar trabajando por el prójimo. En mi caso tejer prendas para niños que no sabía cómo hacerlo...” JUANITA: “Aprendí a amar al pobre, al necesitado, con el corazón, el alma y el espíritu. ¡Gracias Señor que me honras siendo una Dorkas”. ANA VICTORIA:“Gracias a Jesús. Siempre a Dios la Gloria. Por traerme a este redil, por darme un Buen Pastor…Ahora he aprendido a ser instrumento para vestir a otros. Gloria siempre a Dios por este don de poder servirle. Amén“ CARMEN: “Doy gracias al Señor por este Bendito lugar en las Dorkas, por el amor que se derrama en todo lo que hacen con tanta alegría” TERESITA:“…mi espíritu rejuveneció, como dice el Libro de Isaías . Entre tantas bendiciones recibidas agradezco el sentido de pertenencia que Él me dio, pues siendo huérfana, conocí una «familia espiritual» en mi Comunidad Santa María” ISABEL:“Hacemos esta misión con tanto cariño... usamos lanas, telas y cuánto material para trabajar nos llega. Nuestras manos comienzan a trabajar como lo hizo «Dorkas», gracias Señor!!! GLADYS:“…es en esta Pastoral de Damas donde desarrollo todo ese potencial humano, que por años estuvo dormido, pero que ahora sirve al Señor, en mis hermanos…” Muchos otros testimonio, quedan a la espera de ser compartidos en próximas ediciones del Periódico. No te pierdas, el relato de mujeres cuyas vidas fueron renovadas y son –hoy- instrumentos valiosos y preciosos en Manos del Divino Alfarero. PARA TU GLORIA SEÑOR!!! Miriam B. de Mavilian

PASTORAL PASTORAL DE DE DAMAS: DAMAS: «Dorkas» «Dorkas» 88 AÑOS AÑOS SIRVIENDO SIRVIENDO AL AL SEÑOR SEÑOR

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