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Trabajo y trabajadores en el agro rioplatense Nuevos temas y perspectivas

Trabajo y trabajadores en el agro rioplatense Nuevos temas y perspectivas

SUSANA APARICIO, GUILLERMO NEIMAN Y DIEGO PIÑEIRO - COORDINADORES GABRIEL BOBER, MATÍAS CARÁMBULA, MARCELA CROVETTO, EMILIO FERNÁNDEZ, FRANCISCO FABIO, AUDE GALLAS, PAOLA MASCHERONI, VICTORIA MENÉNDEZ, ELENA MINGO, BOLÍVAR MOREIRA, MELINA NEIMAN, DANIEL RE.

al

i-etraeñe i EDICIONES

La publicación de este libro se realizó con el apoyo de las siguientes instituciones: Inter-American Institute for Global Change Research (IAI) Proyecto CRN-2031; Maestría en Estudios Sociales Agrarios (FLACSO/Sede Argentina); "El trabajo agrario: una o múltiples formas de contratación", Consejo Nacional de Investigación de Ciencia y Técnica (CONICET-PIP 5455); "Trabajos, trabajadores agropecuarios y calidad de vida" S058. UBACYT.

ÍNDICE

PRESENTACIÓN. CAPITULO

Susana Aparicio, Guillermo Neiman, Diego E. Piñeiro

13

1

Trabajadores Forestales. Hacia una mirada a su realidad desde la precariedad laboral. Victoria Menéndez. Introducción

29 29

Objetivación del sujeto: la precariedad objetiva

31

Subjetivación de lo objetivo: un acercamiento a la precariedad subjetiva

34

Reconstruyendo el sentido del trabajo precario

36

A modo de cierre

43

Bibliografía CAPITULO

40

2

La rotación del empleo como forma de trabajo. Importancia del empleo

Datos Técnicos: "Trabajo y trabajadores en el agro rioplatense. Nuevos temas y

agrícola en la historia laboral y las movilidades de los asalariados temporales de las ciudades de Salto y Las Piedras, Uruguay. Ancle Gallos

44

Entender el "por qué" y el "por qué así" de la movilidad

46

perspectivas". Susana Aparicio, Guillermo Neiman y Diego Piñeiro (coordinadores).

El empleo agrícola, una necesidad para sobrevivir

49

Letraeñe Ediciones. Montevideo. 2010.272pp. 22x16 cm.

"Hay que salir afuera"

51

La movilidd laboral, un "ajuste continuo" entre individuo, familia y 53

Foto de portada: Matías Carámbula

trabajo.

Diseño: Cecilia Duffau

La preferenciapor el empleo agrícola temporal a escala local Preferencia por lo local

58 60 62

Conclusión O Susana Aparicio, Guillermo Neiman, Diego Piñeiro. Todos los derechos reservados

Bibliografía

Hecho el depósito que marca la ley

CAPÍTULO

Impreso en Uruguay

Conformación del mercado de trabajo transitorio en la producción vitícola

ISBN: 978-9974-8267-0-0

del Valle de Uco, Mendoza, Argentina. José Francisco Fabio.

69

3 65

7

El Valle de Uco. Reconversión productiva y mercado de trabajo

68

De la estacionalidad a la transitoriedad. Estrategias y comportamientos

CAPÍTULO

laborales de empresarios y trabajadores

71

Conclusiones

76

Bibliografía

82 CAPÍTULO 4

Relaciones entre movilidad espacial y precariedad laboral de los esquiladores de Villa Sara, departamento de Treinta y Tres. Matías Carámbula Pareja. 85 Introducción 85 Debate sobre precariedad laboral 86 Ciclo anual de trabajo 88 Movilidad espacial 89 Metodología Utilizada 92 Movilidad espacial y precariedad de los esquiladores de Villa Sara 93 Tipos de movilidad espacial 93 Movilidad espacial y precariedad laboral 97

Conclusiones

101



Bibliografía

103

Anexo: Mapas

104 CAPÍTULO

5

Trabajadores en el complejo agroindustrial tabacalero jujeño. Clasificación de la fuerza de trabajo, tareas y remuneración. Daniel Alberto Re. Introducción

107 107

La producción de tabaco Virginia en la provincia de Jujuy Clasificaciones y estratificaciones de los asalariados tabacaleros Los mecanismos de la clasificación Comentarios finales Bibliografía

109 112 118 120

6

El juego de la mirada. Inferencias sobre el trabajo y los procesos de contratación en la ganadería, a partir de un estudio de caso en el noreste de Durazno. Bolívar Moreira.

125

Introducción

125

Perspectiva teórica

127

Principales hallazgos

129

Los criterios y mecanismos de selección del personal desplegados por los empleadores

132

Conclusiones

135

Reflexiones teóricas finales

141

Bibliografía

143

CAPÍTULO

7

El contratista forestal, ¿viejas formas de trabajo en nuevas actividades? R. Emilio Fernández Rondoni.

145

Introducción

145

El contexto social, económico y político en que se inscribe la actividad forestal

146

La forestación y los mercados de trabajo rurales

147

La actividad forestal y los territorios

148

Distintos tipos de cosecha forestal

149

El contratista

151

Contratistas de mano de obra

152

Contratistas de maquinaria

153

El contratista forestal como sujeto social

154

El contratista forestal y su vínculo con la empresa forestal

156

Bibliografía

158

123

8 9

CAPITULO 8

Introducción

203

Las inserciones laborales de las mujeres en el mercado de trabajo agrícola

Heterogeneidad productiva y mercados de trabajo

204

161

El partido de Exaltación de la Cruz y los cambios poblacionales

207

161

Concentración e intensificación productiva

209

163

Mercados de trabajo rururbanos

216

167

Conclusiones

219

Bibliografía

221

del Valle de Uco, provincia de Moendoza. Elena Mingo. .... Introducción La reestructuración de la producción agrícola en el Valle de Uco El trabajo de las mujeres en la agricultura del Valle de Uco La organización del ciclo laboral entre el mercado de trabajo y las demandas del hogar Conclusiones Bibliografía

171

CAPITULO

174

Trayectorias rururbanas: reflejos cotidianos de la interacción entre lo rural y

175

11

lo urbano. M. Marcela Crovetto.

223

CAPÍTULO 9

Introducción

223

La agricultura familiar en la región pampeana argentina. Un estudio sobre

Lo rural y lo urbano. Discusiones y esquemas conceptuales

226

177

Lo rural y lo urbano en el Virch

229

177

Primeros indicios

232

178

Las trayectorias rur-urbanas en el Virch

234

180

Algunas conclusiones preliminares

238

184

Bibliografía

239

187

CAPÍTULO

los hogares con trabajadores familiares remunerados. Melina Neiman. Introducción La agricultura familiar en el partido de Junín El trabajo familiar remunerado en los hogares agrícolas Las distintas modalidades de remuneración La relación entre hijos y padres en el momento de la herencia La familia rural moderna Familia y empresa: el lugar de los hijos en las unidades productivas La profesionalización del trabajo de los hijos Distribución del poder en el hogar Conclusiones Bibliografía

12

189

Negociación colectiva y desarrollo ciudadano en el campo uruguayo.

191

Paola Mascheroni Laport.

241

193

Introducción

241

195

Trabajadores rurales, ciudadanía y Negociación Colectiva.

243

197

Negociación colectiva: un mecanismo efectivo para el avance de la

200

ciudadanía social de los asalariados rurales.

248

CAPÍTULO 10

A modo de reflexión final

258

Producción agropecuaria y mercados de trabajo en áreas rurales cercanas a

Bibliografía

261

grandes ciudades. El caso del partido Exaltación de la Cruz, provincia de Buenos Aires. Gabriel Bober.

203

,

ANEXO.

263

PRESENTACIÓN

Taller de tesistas en trabajo rural

"Cambios en el uso del suelo y repercusiones en el mundo del trabajo rural".265

libro que tenemos el gusto de presentar es el resultado de un r' que constituyó y revitalizó una fructífera relación académiLocente y afectiva, iniciada hace ya casi 20 años, entre la Uniidad de la República y la Universidad de Buenos Aires en el Do de la Sociología Rural, a la que posteriormente se agrega- , mvestigadores del Centro de Estudios e Investigaciones Labo; (CEIL-PIEFTE/ CONICET, Argentina) y de la FLAcso/Sede AcadéArgentina. ..os intercambios iniciados en aquellos momentos se mantuvieen el tiempo y no estuvieron ajenos a los avatares financieros ts instituciones académicas. La continuidad estuvo fundada en ulos académicos informales y en especial, en intercambios entre investigadores que compartíamos inquietudes o temas de investigación. En general, este vínculo se mantuvo entre investigadores ya formados debido a las dificultades para incorporar a estas redes informales a las generaciones jóvenes. En este sentido, este taller constituyó un hito para revitalizar la necesaria interconexión entre distintas generaciones, inquietas por las profundas trasformaciones del agro de ambos países. Como resultados generales y ya en el plano más académico, el Taller mostró el valor del trabajo en equipo donde conviven diferentes formaciones, edades, inquietudes y pasiones. Puso en evidencia la importancia de la buena formación académica para entender los procesos sociales, el papel de la investigación rigurosa

1. Taller de Tesistas en Sociología Rural. "Cambios en el uso del suelo y repercusiones en el mundo del trabajo rural". Facultad de Ciencias Sociales. UdelaR. 9 y 10 de mayo 2008. Montevideo, Uruguay. Ver Programa en Anexo.

13

para aportar al cambio social y la relevancia de las redes de intercambio y apoyos profesionales y afectivos como forma de constitución de redes —esperemos que duraderas— en las que las diferencias aporten al crecimiento y a la creatividad. En un marco a la vez de distensión y seriedad académica, el Taller se desarrolló con espacios para la exposición de los tesistas de los avances de sus investigaciones, recibiendo luego el comentario crítico de otros investigadores jóvenes y de los directores de tesis que estaban presentes. Se puede sostener que los principales temas debatidos hacen una contribución importante a una agenda de los temas hoy en debate, en el agro rioplatense. • Territorios y movilidad territorial. • Agricultura familiar y trabajo de los miembros de la unidad doméstica. • Los asalariados permanentes y transitorios. • • Los contratistas de trabajadores. La breve síntesis que se presenta a continuación no pretende recorrer las ponencias presentadas y los comentarios a las mismas, si no simplemente, señalar algunos de los temas en debate, a modo de problemas a profundizar o de tensiones conceptuales que deberían ser consideradas en la disciplina. El enfoque territorial del análisis social y particularmente la movilidad de los trabajadores en el territorio ha adquirido relevancia en los últimos arios. Si bien siempre fue uno de los problemas centrales de la perspectiva de la geografía social, también fue relativamente descuidado por la sociología. Sin embargo, especialmente desde las ciencias sociales francesas se efectuaron aportes muy utilizados por la sociología rural latinoamericana. Conceptos

14

como "paisaje agrario", regiones "polo", regiones "homogéneas" o regiones "plan", estuvieron en el centro de los análisis en la segunda posguerra y fueron hitos centrales en la construcción de políticas públicas. Hoy en día, el tema resurge recuperando la perspectiva del actor y sus decisiones de movilidad territorial, la construcción de identidades o la organización y aparición de movimientos sociales de base territorial. Algunos de los trabajos presentados aludieron a estos temas a través del estudio de las interacciones y dinámicas en la relación rural-urbano; las competencias por el uso del suelo entre nuevas y viejas actividades agropecuarias, pero también entre pueblos rurales; la aparición de aglomerados residenciales en zonas rurales; movilidades "cortas", como la de ir y volver en el día a trabajar al campo; motivaciones que fundan la elección por la residencia urbana o rural; el papel de las redes sociales en los movimientos territoriales; complementariedades y competencias entre usos residenciales y/o productivos del territorio, etc. La vuelta a la perspectiva del actor como decisivo en estas movilidades y la creciente competencia entre renta urbana y renta agraria estuvieron presentes o implícitas en los diversos trabajos sobre esta temática. La tradición de la sociología rural tuvo siempre como uno de sus temas centrales el análisis del estrato social constituido por campesinos y más recientemente por productores familiares, aludiendo a los vínculos y estrategias desarrolladas en torno a la unidad doméstica y a la unidad de producción, ambas caras de un mismo actor social. Tanto Argentina como Uruguay presentan la peculiaridad, en América Latina, de presentar unidades familiares que podrían considerarse como micro o pequeñas empresas agropecuarias. En ellas trabajan miembros de la familia y obtienen sus ingresos —comparten excedentes— que, en muchas situaciones, permiten sostener a la

15

familia de origen y a la de alguno de los hijos. Estos no obtienen un salario en el sentido clásico: son cuasi "socios" de la explotación. Participan de muchas decisiones y también aplican el trabajo directo en el manejo de maquinarias, realización de labores, gestión, etc. Podrían considerarse como las clases medias de las zonas rurales. A pesar de esta peculiaridad, en especial en el área central de la pampa húmeda argentina, poco se ha investigado acerca de esta forma de trabajo familiar "remunerado": ¿cómo se establecen las jerarquías?, ¿cómo se asignan los pagos?, ¿cómo se resuelven los conflictos internos en estas sociedades de hecho, generalmente asociados a las diferencias generacionales? El pago ¿constituye un anticipo de herencia? ¿Cómo se participa según género? En estos puntos, las discusiones revitalizaron un tema central en debates políticos actuales, para los que este tipo de análisis puede aportar evidencias rigurosas. El tema de los asalariados permanentes y transitorios constituyó uno de los ejes que atravesaron los distintos avances de tesis presentados en el Taller. El asalariado permanente, especialmente el contratado para la actividad ganadera, constituye uno de los actores centrales en este tipo de explotaciones, desde los orígenes de la estancia ganadera en ambos países. Una ganadería capitalista, con presencia permanente de trabajo asalariado constituye la ‘'marca" con la que se ha distinguido frecuentemente a los diferentes tipos de productores en diversas tipologías teóricas que analizan el agro latinoamericano. El asalariado permanente puede o no vivir en el establecimiento con su familia.0 Cuando lo hace cabe preguntarse acerca de las diversas funciones que asumen los distintos miembros de la familia: ¿constituyen un mercado secundario al cual se apela ante necesidades de mayor demanda de trabajo? Su condición de habitar en el campo del patrón ¿qué vínculos

o económicos genera?, ¿qué formas de posible dominación están nplícitas? ¿Se trata de relaciones de mayor dominación o de vínalos que lo acercan a la familia del dueño del campo?, ¿cómo se ?flejan estas peculiaridades en las formas de pago? ¿Qué puede :unir, cuál será su destino, cuando la tendencia de la agricultura a demandar menos mano de obra y a acrecentar su carácter nacional? Problemáticas diferentes aparecieron cuando se debatió sobre las actuales características del trabajo transitorio. Los estudios mostraron que tanto la forestación como algunas producciones agrícolas demandan crecientes volúmenes de mano de obra estacional dando lugar a distintas relaciones contractuales, desde flexibilidad cuantitativa ligada al incremento del volumen producido, a flexibilidades externas derivadas de modificaciones en los tipos de productos. Se agregan las distintas flexibilidades cualitativas ligadas a los cambios en los tipos de tareas (un mismo trabajador hoy cosecha y mañana empaca); distintas calificaciones presentes en un mismo trabajador al coexistir distintas formas de recolección de un producto (por ejemplo al "barrer", combinado con corte de la fruta con alicate). Dichas flexibilidades se relacionan de distintas formas con los ingresos percibidos, generalmente retribuidos sin diferenciar tareas o calificaciones. También se encontraron desde trabajadores "transitorios" que realizan distintas tareas en un mismo establecimiento, ocupándose casi durante todo el año, percibiendo salarios diferentes por cada una de las tareas que realizan, hasta trabajadores que sólo son contratados para un trabajo puntual. Con frecuencia estos trabajadores son considerados no calificados porque lo aprendieron "jugando" (naturalización del aprendizaje) como el caso de las clasificadoras de frutas o las "raleadoras" en frutas de mesa. En general, los trabajos presentados mostraron también una im-

16 17

portante desprotección legal y marcos regulatorios que no están acordes a los derechos del trabajo generalmente reconocidos en otras ramas productivas. En este sentido, la necesidad de avanzar en estudios de legislación comparada apareció como una tarea pendiente. Un fenómeno de antigua data ha sido la existencia de contratistas laborales que intermedian la relación de trabajo poniendo en contacto la demanda de trabajadores con su oferta, muchas veces territorialmente distantes. Esto ha sido potenciado para las tareas estacionales, intensivas en el requerimiento de fuerza de trabajo. Las investigaciones presentadas en el Taller mostraron la existencia de este tipo de intermediación pero con características diferentes a las de antaño. Si bien persisten antiguos "enganchadores", las formas actuales muestran desde la existencia de pseudo "cooperativas de trabajo" hasta la presencia0de empresas formales, que inclusive, actúan en otras ramas de la economía. La gestión de la mano de obra de cosechas, especialmente de aquellas más delicadas destinadas a mercados exigentes, como la Unión Europea o Estados Unidos, ha complejizado la organización de la recolección. Este hecho se verifica no sólo en las calidades requeridas de presentación, (tamaño, color, etc.) si no también en el cumplimiento de normas internacionales (iso; EurepGap) que implican una mayor gestión en la organización del trabajo. A estas demandas, también se agregan las exigencias —especialmente de la Unión Europea— del cumplimento de normas de higiene, entrenamiento y seguridad en el trabajo. Estos hechos —en el mediano plazo— pueden revertir en un mayor cumplimiento de los derechos de los trabajadores. No obstante, el gradiente actual de informalidad contractual, unido a marcos regulatorios que no registran estas modalidades y los bajos niveles de sindicalización, explican que aún persistan altos grados de precariedad en los asalariados agrícolas.

18

Más específicamente, a continuación se resumen los contenidos de cada uno de los capítulos que contiene este libro. En el capítulo "Trabajadores forestales. Hacia una mirada a su realidad desde la precariedad laboral", Victoria Menéndez aborda la problemática de la precariedad laboral para el caso particular de los trabajadores forestales de Piedras Coloradas a partir, por un lado, de los determinantes objetivos que definen al trabajo precario y por otro de las representaciones que los sujetos se elaboran sobre su realidad laboral, con el fin de acercarse a una definición subjetiva de .1a• precariedad. Además, busca comprender el modo en que estas dos construcciones interactúan y se actualizan en la realidad concreta pretendiendo acercarse al fenómeno de la precariedad como una totalidad, en la que existen referentes de sentido propios de condiciones materiales, sociales, culturales e históricas determinadas que dan sustento a la construcción de subjetividad y que hacen que el factor trabajo sea significado más allá de condiciones objetivas con distintos niveles de precariedad. Aude Callas en "La rotación del empleo como forma de trabajo. Importancia0del empleo agrícola en la historia laboral y las movilidades de los asalariados temporales de las ciudades de Salto y Las Piedras (Uruguay)" analiza la situación laboral de la población vulnerable en esas ciudades en las que las oportunidades de empleo son escasas. Muestra la diversidad de las movilidades de los trabajadores temporales y más bien la importancia que tiene el empleo agrícola en su trayectoria laboral. En este sentido, la noción de intención permite comprender las características de homogeneidad y de heterogeneidad de los desplazamientos de los trabajadores. Entre los principales interrogantes que se formula están: ¿cuáles son las repercusiones en la historia profesional de los trabajadores del agro?; y ¿cómo éstos articulan sus empleos a lo largo del ario y durante su vida? ¿En qué medida la identidad, las

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experiencias de vida y las interrelaciones sociales facilitan la comprensión de la diversidad en las movilidades ciudad/campo y la importancia que tiene el empleo agrícola en las trayectorias laborales de los trabajadores temporales urbanos? José Francisco Fabio en el capítulo "Conformación del mercado de trabajo transitorio en la producción vitícola del Valle de Uco, provincia de Mendoza", utiliza un enfoque basado en la teoría de la regulación social de los mercados de trabajo. En el marco de una profunda reconversión productiva que experimenta esa región de la Argentina dirigida hacia la elaboración de vinos de calidad que repercute en los distintos eslabones de la cadena agroindustrial, se propone comprender la conformación de mercados de trabajo en agriculturas reconvertidas, identificando los procesos técnico-productivos y sociolaborales que intervienen en la constitución de este mercado, así como la manera en que sus principales actores se desempeñan en él. A partir de un estudio de caso que combina en etapas sucesivas metodologías cuantitativas y cualitativas avanza en la comprensión de los procesos y los actores que participan en la constitución y regulación social de este mercado de trabajo. El capítulo "Relaciones entre movilidad espacial y precariedad laboral de los esquiladores de Villa Sara", Matías Carámbula Pareja analiza el ciclo anual de trabajo y la movilidad espacial de esos asalariados temporales desde la perspectiva de la precariedad laboral. En el mismo se sugiere que la satisfacción con el trabajo que realizan e incluso con los ingresos que perciben durante el ciclo anual de trabajo, se relativizaría frente a la insatisfacción social que genera la movilidad espacial asociada al ciclo anual de trabajo temporal. La movilidad espacial, los tiempos de ausencia asociados y la vulnerabilidad que la ausencia genera, son problemas emergentes desde la mirada subjetiva de los trabajadores. Tomando como marco de referencia el proceso de producción

20

del tabaco Virginia en la provincia de Jujuy, Daniel Re en el capítulo "Trabajadores en el complejo agroindustrial tabacalero jujeño. Clasificación de la fuerza de trabajo, tareas y remuneración" da cuenta de algunos de los recientes cambios experimentados al interior del complejo agroindustrial tabacalero y de cómo estos han dado forma a un mercado de trabajo altamente demandante de mano de obra asalariada, tanto permanente como estacional. En primer lugar, analiza el impacto de las nuevas tecnologías sobre la cantidad y calidad de las tareas demandadas, identificando los puestos de puestos de trabajo específicos (cosechero, encariador, estufero, encargado) y meCanismos de contratación salarial. Luego, realiza un análisis de las distintas clasificaciones sociales de los puestos de trabajo y las formas de contratación, entendidas como mecanismos tendientes a clasificar a los asalariados y ordenar el proceso de trabajo dentro de las fincas tabacaleras. Finalmente, se pregunta por los mecanismos existentes y las certificaciones de saber, que legitiman y dan forma a esta estructura laboral. Bolivar Ivloreira en "El juego de la mirada. Inferencias sobre el trabajo y los procesos de contratación en la ganadería, a partir de un estudio de caso en el noreste de Durazno" indaga sobre los procesos de trabajo y de contratación en la estancia ganadera. A partir de describir el trabajo propio de la ganadería y delimitar y caracterizar sus reglas de juego, no sólo estudia las relaciones de trabajo y las modalidades de contratación del personal sino también su contexto (el mundo ganadero) y los vínculos sociales de los componentes abordados (empresarios, capataces, peones). Observa que el espacio ganadero está articulado a través de múltiples redes de percepción y observación que reproducen, a través de la selección exitosa del personal, las características que pretenden de los trabajadores operando como un instrumento funcionalmente útil a los efectos del mantenimiento del modo de producción hege-

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mónico. Concluye que se trata, entonces, de un régimen que permite una adecuación entre el modelo de organización del trabajo, la estructura social local y la normatividad propia del espacio social de referencia. El capítulo "El contratista forestal, ¿viejas formas de trabajo, en nuevas actividades?" de Emilio Fernández Rondoni analiza la evolución de la actividad forestal en el contexto de las modificaciones que está experimentando el agro uruguayo, tanto en lo productivo así como también las repercusiones que estos cambios están generando en la sociedad rural. Por las características que está adoptando la organización del trabajo en la actividad, últimamente se registra una tendencia dual en los rasgos adoptados por las distintas empresas del sector. Así, mientras que una parte de ellas tiene niveles de profesionalización crecientes, incorporando en los procesos de trabajo tecnología de última generación y dotando a sus recursos humanos de una capacitación continua, por el contrario otras se manejan con escasa inversión, poca capacitación impartida y demandada a los trabajadores e importante grado de informalismo en las relaciones laborales. Ello a su vez promueve múltiples consecuencias en la esfera de las relaciones sociales que rodean a estos colectivos, tanto en lo que hace al mundo del trabajo así como también en los vínculos que mantienen con los territorios en los que se asientan. Focaliza la atención en el contratista de cosecha forestal, en tanto se lo considera un sujeto relevante en los procesos de tercerización laboral por ser quien articula la demanda de servicios forestales con la oferta de mano de obra. En el capítulo "Las inserciones laborales de las mujeres en el mercado de trabajo agrícola del Valle de Uco en la provincia de Mendoza, Argentina", Elena Mingo muestra que la estacionalidad de la producción convierte en relevante la figura del trabajador/a temporario/a cuyas inserciones laborales se caracterizan por ser

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discontinuadas a lo largo del año, obligando a los/as trabajadores/as a desarrollar una diversidad de estrategias ocupacionales buscando organizar un ciclo de ocupación de la mayor extensión posible. Si bien esta condición afecta a la totalidad de los/as trabajadores/as, el análisis de las inserciones laborales de las mujeres revela la participación de otros factores que explican la construcción de ciclos ocupacionales más breves que los alcanzados por los trabajadores varones. En este sentido, los aportes de los enfoques de género y de la división sexual del trabajo permiten analizar el conjunto de referencias que estructuran los roles de género en la sociedad, y que intervienen en la forma en que se organizan y se distribuyen las tareas en el mercado de trabajo. En el capítulo "La agricultura familiar en la región pampeana argentina. Un estudio sobre los hogares con trabajadores familiares remunerados", Melina Neiman analiza los cambios que atraviesan las unidades familiares de la región pampeana argentina tanto en sus vínculos familiares como en la organización productiva. Estas unidades han venido cambiando históricamente en lo que se refiere a su tamaño y composición, a la relación entre los miembros, a las modalidades de herencia, y en relación a los vínculos familiares/laborales. Entre las principales modificaciones se destaca el incremento de situaciones de remuneración a trabajadores familiares que llevaron a que se desarrollen nuevos conflictos y nuevos arreglos entre padres e hijos en lo que tiene que ver con el momento de la herencia o el relevo generacional. Esa remuneración sirve, en un primer momento, para retener al hijo en la explotación y lograr atrasar así el momento de la herencia; en un segundo momento, la formación de sociedades familiares en las que el padre pone el recurso tierra, la maquinaria y los hijos, el trabajo suele resolver controversias que se producen entre padres e hijos antes del relevo generacional

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Gabriel Bober, en "Producción agropecuaria y mercados de trabajo en áreas rurales cercanas a grandes ciudades. El caso del partido Exaltación de la Cruz, provincia de Buenos Aires", analiza las condiciones presentes y las transformaciones ocurridas en un área rural que por su localización ha estado sujeta a procesos de urbanización, asentamiento de población proveniente de las ciudades y de actividades económicas no agrícolas. Los espacios 'rurales cercanos a grandes ciudades conforman realidades productivas y sociales complejas y heterogéneas que dan lugar a la emergencia de nuevos escenarios territoriales, productivos y laborales. En estas condiciones, los mercados de trabajo constituidos históricamente en torno situaciones productivas vinculadas a la agricultura y la ganadería, presentan una serie de particularidades y cambios que afectan al tipo de actividades económicas, los sujetos sociales involucrados, las posibilidades de articulación entre el sector agrícola y el no agrícola y una diversidad de factores relacionados al tipo de empleo generado. Marcela Crovetto en el capítulo "Trayectorias rururbanas: reflejos cotidianos de la interacción entre lo rural y lo urbano"Ositúa territorialmente la investigación en el Valle Inferior del Río Chubut, en la Patagonia central y litoral de la República Argentina y expone un análisis inicial de datos secundarios y primarios del que surge una primera lectura e interpretación que permite comenzar a pensar en un concepto que aglutine la idea de una construcción cotidiana de "trayectorias rur-urbanas". A partir de la hipótesis previa que planteaba un cuestionamiento a la existencia de un mercado laboral tradicional rural-agrario con vínculos de transferencia unidireccional hacia otro moderno urbano-industrial-servicios, se plantea que en un mismo territorio coexistirían distintos mercados de trabajo cuyas segmentaciones provendrían de condiciones económicas pero que fundamentalmente están atravesadas por pro-

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cesos sociales. En ese trabajo previo encuentran su origen tanto la crítica al uso sostenido de las categorías espaciales de rural y urbano en sus diferentes aplicaciones —demográfica, geográfica, sociológica, histórica, económica, paisajística— como las preguntas iniciales que se construyeron y guían la investigación: ¿cuáles y cómo son los vínculos sociales y los intercambios que construyen los actores sociales entre las áreas identificadas como urbanas y rurales?, ¿qué cambios expresan esos vínculos respecto de su historia reciente? Finalmente, en el capítulo "Negociación colectiva y desarrollo ciudadano en el campo uruguayo", Paola Mascheroni Laport presenta y discute los avances en el reconocimiento e los derechos laborales de los asalariados rurales a partir del análisis del proceso iniciado de negociación tripartita en los Consejos de Salarios Rurales implementados a partir del año 2005. Se concluye que los Consejos de Salarios han tenido un impacto positivo en el desarrollo de la ciudadanía de los asalariados: en el plano simbólico implicaron el reconocimiento de los asalariados rurales y restituyeron el conflicto capital-trabajo al ámbito rural rompiendo con el imaginario sobre el mundo rural libre de conflictos; además, incentivaron la sindicalización, promovieron la negociación colectiva transformándose en un instrumento de participación y diálogo social y contribuyeron a aumentar el salario real de los trabajadores. Al mismo tiempo, este proceso dejó de manifiesto la dialéctica entre lo nuevo y lo viejo, en tanto la falta de práctica de relacionamiento y diálogo condicionó y dificultó el desarrollo de la negociación, reflejando las relaciones de fuerza en el campo social agrario, con un sector empleador que trató en la práctica de dilatar y poner trabas a la legislación del trabajo rural. Por último, no es posible sintetizar los temas tratados sin marcar algunas ausencias temáticas y sus posibles causas. Sin duda,

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organización sindical y conflictividad constituyen un tema pendiente. Pero es indispensable aclarar que, en ambos países, la escasa sindicalización, los problemas de representación y la casi inexistencia de información, hacen que sea una tarea muy difícil de abordar individualmente y requiere trabajos largos, con búsquedas lentas, con revisiones de conflictos en apariencia originados en otros motivos (desempleo, reivindicaciones locales, etc.). Obstáculos todos, sólo superables a través de trabajos de equipos estables y con tradición en el tema.

contó con el apoyo de los siguientes proyectos: "Cambios en el uso del suelo en la Cuenca del Plata: vinculando factores biofísicos y humanos para comprender tendencias, evaluar impactos y proponer estrategias viables para el futuro" que recibe un subsidio del Inter-American Institute for Global Change Research (IAI) cm-2031 co-investigador Diego Piñeiro; Proyecto ALFA "Red de Desarrollo

Posiblemente el Taller realizado pueda ir generando las bases para futuras profundizaciones sobre este tema. La historia muestra que cuando comenzamos con estas reuniones en el marco del MERCOSUR, el tema de los asalariados agropecuarios era un gran ausente. Así lo identificamos en el primer encuentro. Hoy día, quienes participamos de aquellos encuentros y los jóvenes que se han incorporado a nuestros equipos muestran una altísima producción académica en esta temática. Es posible esperar que, en el futuro, el sindicalismo agrario, comience a tener su espacio. Los organizadores quieren agradecer a Alberto Riella por sus reflexiones en la apertura del seminario y a los comentaristas que también participaron del Taller. Invitados a participar por la experiencia en los temas que estaban siendo tratados, leyeron y comentaron con agudeza los textos presentados haciendo un importante y desinteresado aporte a los estudiantes, a los tutores, y a la sociología rural. Nuestro agradecimiento a María Eugenia Aguilera, Mariela Bianco, Germán Quaranta, Víctor Rau, Juan Romero, Javier Taks, Mauricio Tubío, Vanesa Vazquez, Alberto Riella y Rossana Vitelli por las contribuciones realizadas.

una o múltiples formas de contratación", dirigido por Roberto Benencia que recibe financiamiento del Consejo Nacional de Investigación de Ciencia y Técnica (CONICET-PIP 5455) y "Trabajo, produc-

Territorial e Integración" dirigido por Alberto Riella; "Mercados de trabajo ru-urbanos y trayectorias laborales", dirigido por Susana Aparicio y financiado por UBACyT so-125; "El trabajo agrario:

ción y territorio en el cinturón hortícola bonaerense", proyecto de investigación dirigido por Roberto Benencia, aprobado y subsidiado por UBACyT AG-014 y el proyecto "Los trabajadores rurales en los mercados de trabajo: hogares, trayectorias laborales y relaciones de trabajo en la provincia de Mendoza" (Ficr 1425 del FoNcyr) dirigido por Guillermo Neiman y la Maestría en Estudios Sociales Agrarios de FLAcso/Sede Argentina.

Susana Aparicio, Guillermo Neiman, Diego E. Pirieiro Montevideo y Buenos Aires, mayo de 2010

Finalmente corresponde mencionar nuestro agradecimiento a las Instituciones y proyectos que con su financiamiento hicieron posible la realización del Taller y la publicación de este libro. Se

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CAPÍTULO 1

DORES FORESTALES. HACIA UNA MIRADA LIDAD DESDE LA PRECARIEDAD LABORAL VICTORIA MENÉNDEZ1

INTRODUCCIÓN

El empleo rural sufrió una serie de transformaciones en las últimas décadas del siglo xx que tuvieron como eje la introducción de prácticas capitalistas en el agro a través de la emergencia de las agroindustrias. El desarrollo agroindustrial condujo a una creciente racionalización de la producción agraria, generando incrementos tanto de la producción como de la productividad. Una de las consecuencias más importantes de esta transición hacia la agroindustria fue la ampliación de la subsunción del trabajo al capital, a través de la mercantilización de la fuerza de trabajo. Los cambios que acontecieron en el mundo del trabajo tendieron hacia la introducción de pautas flexibles en las formas de contratación y dieron lugar a nuevas alternativas de empleo que se pueden ubicar dentro de la noción de precarización. El trabajo precario, asociado a la inestabilidad, a la falta de protección y a la vulnerabilidad social, si bien es histórico en las relaciones laborales del agro latinoamericano, se hacía manifiesto como respuesta a los procesos de flexibilización laboral. Estos procesos generaron cambios en las formas de organización del proce-

1. Maestría en Sociología. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de la República. Uruguay. Dirección de tesis Diego Piiieiro. ([email protected] )

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so de trabajo y en la conformación del mercado laboral, que a nivel de los trabajadores se expresaron en la profundización de las condiciones de precariedad en las que los sujetos han de definir su condición laboral. Las nuevas lógicas de inclusión/exclusión que operan en el mundo dei trabajo han influido sustancialmente, no sólo en la definición de las estrategias laborales y de vida de los trabajadores, sino en la propia imagen y conformación del trabajador rural. Este trabajo se propone aproximarnos a la comprensión de esta realidad desde una mirada atenta a los procesos de precarización, tanto en la definición de las condiciones laborales objetivas, como en el sentido que toma esta realidad para los sujetos. Es decir, se partió por considerar que la precariedad laboral no sólo ha de ser abordada a partir los determinantes objetivos que definen al trabajo precario, sino que también debe incorporarse para su comprensión la subjetividad laboral de los trabajadores, de forma tal que podamos acercarnos al sentido que toma esta actividad en la satisfacción laboral de los sujetos. Recuperando estos dos modos de entender el trabajo precario, se procuró comprender como interactuaban y se actualizaban en la realidad concreta de los trabajadores. Este tema será abordado desde un sector particular, el forestal. Se entendió que adentrarse en el abordaje de la precariedad requería partir de miradas particulares que permitiesen entender el sentido que ésta toma en una realidad concreta. El desarrollo forestal ha sido objeto de diversas conjeturas en las que se cuestiona su sustentabilidad a largo plazo y su incidencia en aspectos económicos, sociales y ambientales, generalmente desde miradas que segmentan una realidad más amplia y compleja. Este trabajo intenta generar un aporte en la dimensión social de este debate. El trabajo se delimitó territorialmente en Piedras Coloradas'.

2. Piedras Coloradas, según el Censo de Población y Vivienda (2004), es definido como un centro poblado de 1.113 habitantes, ubicado en la sección censal 3 del departamento de Paysanclú, Uruguay.

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Particularmente se consideraron los trabajadores zafrales de la fase agraria de la forestación que se encontraban empleados en las empresas forestales que allí asientan. En la fase exploratoria de la investigación realizada, se pudo observar que la realidad de este pueblo estaba fuertemente ligada a la actividad forestal. Éste funciona y se organiza en torno a esta actividad productiva, que además de ser una fuente de empleo para muchos de sus habitantes, ha influido en la conformación de la identidad social de su gente, que tempranamente se ha visto determinada por el proceso de asalarización como producto de la capitalización del medio rural y la expansión de las agroindustrias en la zona. La investigación realizada tuvo dos etapas centrales. En la primera se realizó una encuesta a una muestra de los trabajadores temporales de la fase agraria de la forestación de Piedras Coloradas, en la que se procuró aproximarnos a las condiciones laborales objetivas y a la satisfacción laboral de los trabajadores. Como resultado de esta etapa, se construyó una tipología que buscó definir el modo en que interactúan estas dos formas de abordar la precariedad. En una segunda etapa, se realizaron entrevistas a trabajadores que fueron seleccionados e identificados a partir de la tipología y que por tanto representan a los subtipos que fueron construidos. OBJETIVACIÓN DEL SUJETO: LA PRECARIEDAD OBJETIVA

En este trabajo se procuró realizar un análisis sobre la precariedad que trate de vincular dos formas posibles de aproximarnos a la realidad social, es decir, a partir de una mirada atenta a las estructuras objetivas que están en la base de la vida social, y a partir de otra mirada que recupere las representaciones subjetivas que los sujetos se elaboran de ese mundo social. Para construir una mirada objetivista sobre la precariedad laboral se retomaron las bases teóricas que plantean Gerry y Janine

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Rodgers (1992) para la definición de dicho concepto. De acuerdo a los autores un trabajo precario es aquel que reúne una o más de las siguientes características. En primer lugar, son trabajos a tiempo definido o con una alta probabilidad de ser finalizado. En segundo lugar, son trabajos que generan ingresos insuficientes para la reproducción social del trabajador. En tercer lugar se consideran trabajos precarios cuando el trabajador no tiene un adecuado control de los salarios y/o de sus condiciones de trabajo. 'En cuarto lugar, un trabajo es precario cuando carece de la protección dada por la cobertura social. Los datos que se recogieron en este trabajo parecen mostrar una situación en la que más de la mitad de los trabajadores muestran una relativa inserción social a partir de su trabajo en la forestación o se encuentran en una zona que genera posibilidades de inclusión. Si bien estos trabajadores carecen vínculos laborales que actúen como sostén en la conformación de sus trayectorias laborales, se puede decir que los trabajadores del sector forestal han adquirido cierta continuidad en el rubro, lo que les permite generar condiciones de cierta estabilidad laboral dentro de los márgenes de la inestabilidad. Es decir, muchos trabajadores han construido en el tiempo un vínculo continuo y perdurable con dicha actividad a partir del encadenamiento de trabajos a término. El riesgo al desempleo afecta e incide sobre sus estrategias laborales, pero cuando estos períodos no son prolongados los trabajadores suelen aguardar una nueva zafra para continuar con su trabajo en la forestación. Varios autores se han referido a la emergencia de un proceso de deszafralización en los empleos rurales (Pirieiro, 2003). En el caso de estos trabajadores, a pesar de que sus destinos laborales se construyen en condiciones inciertas, esta actividad genera posibilidades de permanencia y permite a los trabajadores definirse como trabajadores forestales, en tanto actividad que da sustento a su condición laboral

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No obstante, la forma que adquiere su vínculo con la estructura ocupacional implica que los trabajadores deban realizar distintas tareas, cambiar de contratista, migrar a otras localidades o deban emprender otro tipo de estrategias para compensar las condiciones de inestabilidad propias de sus trabajos temporales, lo que profundiza los procesos de precarización de la fuerza de trabajo. Para la lectura de estos fenómenos, debe tenerse presente que esta "inclusión" tiene fisuras producto de la inestabilidad en la que estos trabajadores definen su vida y sus estrategias para la sobrevivencia. Su inserción social es precaria, pues ésta no ha de definirse desde la pérdida absoluta de posibilidades y referentes, sino desde las condiciones frágiles en las que construyen su destino social. Estos trabajadores se insertan a la dinámica social desde condiciones marcadas por_el riesgo y la inestabilidad, y este se constituye como el destino social de muchos trabajadores que han de vivir atados a su presente, frente a la incapacidad de generar condiciones a partir de las cuales puedan elaborarse proyectos futuros y definirse a si mismos. La exclusión social se da desde el trabajo. La forma que adquiere su vínculo con la estructura ocupacional hace que no sea posible diferenciar su exclusión/inclusión a partir del empleo, ya que aun estando empleados operan en su realidad lógicas de exclusión, producto de una inserción precaria, inestable y periférica en el mundo laboral. Las situaciones de empleo y desempleo se presentan como modos integrados que coexisten en sus trayectorias laborales, es decir, el desempleo se ha transformado en un rasgo intrínseco a su condición laboral. No obstante, aun desprovistos de marcos de referencia estables y de sostenes frente al riesgo de la exclusión social, la condición laboral de los sujetos cada vez toma mayor centralidad como categoría dominante en sus modos de subjetivación y en la articulación de su mundo de vida.

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SUBJETIVACIÓN DE LO OBJETIVO: UN ACERCAMIENTO A LA PRECARIEDAD SUBJETIVA

En la investigación realizada se intentó acercarnos a otra forma de entender la precariedad laboral. Además de una mirada que se centra en los determinantes objetivos que definen al trabajo precario, puede incorporarse para su comprensión una perspectiva que tenga al sujeto como centro de su análisis, de forma tal que se incorpore en su comprensión la significación que adquiere el trabajo en la subjetividad de los trabajadores. Se partió para esto de las consideraciones teóricas de Paugam (2000), quien reelaboró el sentido del trabajo precario asociándolo a las posibilidades de satisfacción que los trabajadores encuentran en su trabajo, en tanto actividad generadora de múltiples sentidos. Dicho concepto es definido a partir de las siguientes dimensiones que se estiman como determinantes de la subjetividad laboral: la satisfacción con el salario, la satisfacción con el producto del trabajo y la satisfacción con las estructuras relacionales que se establecen en el espacio laboral. De acuerdo a los resultados obtenidos, la satisfacción laboral de los trabajadores, se mostró en cierta medida vinculada a los determinantes de la precariedad objetiva, es decir, los trabajadores que se encontraban en condiciones objetivas menos precarias, por tanto, los que pueden considerarse como trabajadores más incluidos, fueron los que se encontraban más satisfechos laboralmente. Por el contrario la mayor proporción de trabajadores insatisfechos correspondieron a la categoría de trabajadores en situación de mayor precariedad laboral. Entonces, si bien se entiende que la satisfacción laboral ha de ser abordada desde múltiples dimensiones y ha de resignificarse a partir de las condiciones cambiantes en las que estos trabajadores construyen sus destinos laborales, en este. caso, la precariedad laboral objetiva asociada principalmente a la inestabilidad laboral y

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a ingresos insuficientes, es un indicador que determina en algún sentido las posibilidades que encuentran los trabajadores de hacer de su trabajo una fuente de satisfacción. En un intento por articular las dos formas de entender al trabajo precario, podemos decir que de acuerdo a la datos que se construyeron, los trabajadores se sienten satisfechos laboralmente, aún en aquellos casos en los que se no se encuentran insertos socialmente a partir de su empleo en la forestación, es decir, en los casos en los que existen niveles más altos de precariedad objetiva. Los trabajadores se encuentran más satisfechos laboralmente que insertos socialmente a partir de su empleo en la forestación. Por tanto, el modo en el que estos trabajadores piensan, viven y sienten su realidad no necesariamente encuentra correspondencia en lo que puede definirse como condiciones laborales precarias. Esto puede vincularse a que el empleo en la forestación es para muchos trabajadores la forma que tienen a su alcance de insertarse socialmente, aunque dicha inserción sea precaria no sólo por las condiciones de inestabilidad que le son propias, sino también por el destino que lleva consigo dicha inserción. También debe tenerse en cuenta que muchos trabajadores se encuentran vinculados al empleo en la forestación por generaciones anteriores, es decir, esta fuerza de trabajo se ha construido en el tiempo como "asalariados forestales". La realidad en la que viven es la que han aprendido a significar y en la que se han definido a sí mismos, su trabajo en la forestación es parte de lo que los identifica y a lo que pertenecen. Por tanto, si bien las condiciones que definen la precariedad objetiva, condicionan las posibilidades de transformar al trabajo en una fuente de satisfacción, el sentido que toma esta actividad para los trabajadores ha de ser entendido en el entramado de condiciones objetivas y referentes simbólicos a partir de los cuales los sujetos interpretan y construyen su realidad. A continuación se pretenderá introducir algunas líneas de abordaje que transiten en este sentido.

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RECONSTRUYENDO EL SENTIDO DEL TRABAJO PRECARIO

mar (1981) llama "objetivación/interiorización de la disciplina". Esta valoración no sólo se encuentra mediatizada por las posibilidades que existen en el pueblo y por las experiencias anteriores de los trabajadores, sino que también se ajusta a una construcción intersubjetiva en relación al valor social de su trabajo, compartida entre aquellos que ocupan un lugar similar en la estructura. Otros de los factores que de acuerdo al marco conceptual están asociados a la satisfacción laboral son las estructuras relacionales que los sujetos construyen en el espacio laboral. Dichas relaciones sociales definen sustancialmente el modo en el que los trabajadores dan sentido a su condición laboral y condicionan sus posibilidades de apropiación material y simbólica del producto de su trabajo. Para comprender la significación que tiene la relación laboral de los trabajadores con las empresas, es importante tener presente que estos trabajadores carecen de un vínculo de dependencia con las empresas contratantes, es decir, no mantienen una relación laboral típica entre patrón y trabajador dado que la contratación por parte de un tercero, el contratista, hace que la figura del empleador aparezca desdibujada. "El vinculo laboral se desvanece y por eso se desdibuja la figura del contrincante (...)" (Aparicio y Benencia, 1999) La relación trabajador/empresa, mediatizada por la figura del contratista, es producto de la nueva organización del capital que se expresa en los modos de contratación de la fuerza de trabajo. Esta estrategia, que libera a la empresa de las responsabilidades y los costos de la contratación de la fuerza de trabajo, desdibuja su rol de empleador, tanto al nivel del imaginario de los trabajadores como en relación a la validación de sus derechos sociales. Este rol se traslada a la figura del contratista, siendo éstos con quienes los trabajadores establecen y definen su relación laboral. Entonces, la tensión deja de presentarse entre trabajador/empresa y pasa a expresarse en los vínculos que intermedian esta relación, de esta forma el capital externaliza los costos de la explotación de la fuerza de trabajo, haciendo "aparentes" responsables a agentes que poco in-

Según Paugam (2000), un empleo no precario no sólo es aquel que es estable, sino que también aquel que reúne las condiciones para la realización personal de quien lo ejerce. Entonces, la precariedad laboral en su dimensión subjetiva está asociada a distintos grados de satisfacción laboral y da cuenta de la posibilidad que encuentran los sujetos de hacer de su trabajo una fuente de sentidos positivos en los que pueda reconocerse. Dicho concepto de precariedad laboral fue abordado a partir de las siguientes dimensiones: la satisfacción con el salario, la satisfacción con el producto del trabajo y la satisfacción con las estructuras relacionales que se establecen en el espacio laboral De acuerdo a lo que se visualizó en las entrevistas y también había sido observado a partir de datos cuantitativos que arrojó la encuesta, los trabajadores suelen valorar positivamente el salario que reciben por su trabajo. El modo o la forma que toma esta remuneración, "por un tanto" o por jornal, influye en dicha valoración, es decir, los trabajadores suelen estar más satisfechos con aquellas tareas que son remuneradas a destajo o "por un tanto", dado que en estas modalidades de pago es el trabajador quien define y se autoindica su ritmo de trabajo y sus metas. Esta modalidad de trabajo beneficia a la empresa por lo menos en dos sentidos, ya que no sólo no debe presentarse frente a los trabajadores como un agente que define directamente su trabajo (lo que la beneficia en la imagen simbólica que proyecta frente a los trabajadores), sino que también hace que los trabajadores extremen su rendimiento diario para obtener un mejor salario, lo que significa para la empresa mayor plusvalía. Esta forma de organización del proceso de trabajo empeora la situación del trabajador en la empresa, su desempeño individual se convierte en una fuente de preocupación, lo que se materializa en un aumento del sobretrabajo y una mayor autoexplotación, como producto de lo que Gaude-

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Lás a las fuerzas productivas de quienes de hecho detentan el poer, limita los márgenes de negociación y decisión que tienen los .abajadores y por lo tanto restringen su capacidad de incidencia )bre las condiciones en las que se objetiva su trabajo. A su vez, los mtratistas, ven legitimada su autoridad sobre el proceso de traajo y sobre la definición de las tareas, ya que las relaciones que stablecen con los trabajadores son interiorizadas por éstos como elaciones asimétricas sobre las que tienen escasa incidencia, lo que obredimensiona sus reales márgenes para intervenir en la rela-

ciden sobre los dispositivos que sustentan la organización del trabajo, pero que tienen como principal recurso el factor empleo. Por tanto, es el contratista quien es visualizado como actor jerárquicamente superior en el proceso de trabajo y como actor que detenta y ejerce el poder en dichas relaciones sociales. No obstante, la figura del contratista no siempre es una figura visible en el espacio laboral. Cuando no le es toma relevancia el capataz, que es quien lo representa y asume el rol de materializar la disciplina en dicho espacio. En estos casos la relaciones toman matices diferentes, cuando es el capataz quien representan la disciplina en el espacio laboral, ésta suele ser deslegitimada por los trabajadores en tanto no son visualizados como portadores de "saberes" diferenciales que los habiliten a dar indicaciones sobre el modo de realizar sus tareas. Esta resistencia frente a la legitimidad de su rol se convierte en un factor clave en la defensa de su "saber hacer" en el espacio laboral, en tanto reducto de su identidad laboral. La empresa en el marco de la reestructuración productiva y la lógica de la acumulación flexible, incorporan las tercerizaciones como recurso para ampliar sus márgenes de ganancia, su control directo sobre la fuerza de trabajo es sustituido por estas lógicas de intermediación que permiten no solo desdibujarla como agente clave en los modos de dominación que operan en el espacio laboral, sino que le permiten reproducir más eficientemente su control, al representarse en el plano simbólico como agente externo en el vínculo laboral entre trabajadores y patrones. Para los trabajadores es la mirada del contratista la que se visualiza como opresiva y como agente frente al cual se oponen, pues son éstos quienes objetivan la disciplina en el espacio laboral. Esto hace repensar como se actualizan las relaciones de poder en el espacio laboral, en un contexto donde es difícil para los trabajadores reconocer los centros reales de control, siendo éste un dispositivo ciertamente eficaz para mantenerlo y reproducirlo.

ión capital-trabajo. Las posibilidades de negociación que encuentran los trabajadores en el espacio laboral son otro de los factores que influyen en el modo en el que los trabajadores significan y se representan su trabajo. El tipo de vínculo que se mantiene con el contratista o con otro superior, determina las estrategias que elaboran los sujetos para incidir sobre su trabajo. No obstante, estos trabajadores temporales no suelen generan estrategias colectivas de negociación o resistencia. Sus escenarios y condiciones móviles y la amenaza de la pérdida del empleo, hacen que estos proyectos estén postergados en su subjetividad y en sus prácticas. Otro de los factores que se incorpora a la elaboración subjetiva sobre la satisfacción laboral de los trabajadores es la percepción sobre el tipo de vínculo que mantienen con la estructura ocupacional. De acuerdo a los resultados que arrojó la encuesta, si bien estos trabajadores carecen de una relación contractual con sus empleadores que actúe como sostén en la conformación de sus trayectorias laborales, los trabajadores del sector forestal han adquirido cierta continuidad en su actividad en el rubro. No obstante, su forma de inserción en la estructura ocupacional está signada por la inestabilidad, dado que el carácter temporal de sus empleos, hace que el riesgo al desempleo sea un elemento intrínseco a los vínculos que estos sujetos establecen con dicha estructura. Más aun cuando no se tienen a su alcance otra alternativa plausible y esta opción

Esta distribución jerárquica del poder que desvincula cada vez

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se constituye como la única forma que muchos encuentran para ser parte de la dinámica social. Esto supone que los trabajadores deben integrar en sus estrategias de vida la inestabilidad y la incertidumbre como factores que coexisten con la situación de empleo, por tanto, su representación en relación a la forma en la que se insertan al mundo laboral parte de considerar esta realidad como aquella que tradicionalmente han aprendido a significar, ya que sus historias laborales se han conformado relacionadas a empleos temporales. A MODO DE CIERRE Mas allá de estos elementos centrales que nos permiten aproximarnos al sentido subjetivo de la precariedad, se estimó relevante acercarnos a otros factores que permitan entender como esta idea de satisfacción laboral se relaciona con la precariedad objetiva. Existen múltiples referentes que inciden en esta relación y que nos permiten entender el modo en el que se expresa la subjetividad laboral mas allá de considerar las situaciones o condiciones objetivas de las que parte el sujeto para dar sentido a su realidad laboral. En este sentido se entendió necesario acercarnos a la comprensión del fenómeno precariedad laboral como una totalidad, en la que el "sentir" y "estar" (Pirieiro, 2008) en la precariedad sean dimensiones que interactúan y se actualizan en la realidad concreta. Para esto se presentarán algunos referentes que se expresaron en este caso como elementos articuladores entre las dos formas de entender al trabajo precario. El proceso de construcción de subjetividad en relación al trabajo está relacionado con el proceso de asalarización de la mano de obra forestal, es decir, los trabajadores forestales se han adaptado a una lógica de trabajo vinculada a los procesos de capitalización del medio rural y en dichos procesos han incorporado determinadas valoraciones en relación a su trabajo. Los trabajadores de Pie-

dras Coloradas se han configurado tempranamente como mano de obra asalariada y han definido el "ser trabajador" a partir de esta condición, lo que tiene profundas implicancias en el sentido que toma el trabajo en su subjetividad. Estos trabajadores rurales se insertan al mundo del trabajo subordinados a la lógica del capital, que los incorpora como mano de obra "descalificada" y fácilmente sustituible en el proceso de trabajo, bajo modalidades contractuales precarias. La producción de subjetividad y por tanto, también la satisfacción laboral, aparece condicionada en su discurso por aquello que entienden como su realidad posible, y esta percepción aparecía condicionada por el lugar social que ocupa su trabajo en un contexto regido por los procesos de capitalización. La familia y el pueblo son dos referentes centrales en la construcción y definición de la subjetividad laboral de los trabajadores. Estos espacios de socialización están fuertemente articulados en relación a la categoría trabajo, y particularmente, en relación al trabajo forestal. Muchas familias se encuentran vinculadas tradicionalmente al trabajo en la forestación. En dicho ámbito se construye un acervo de conocimiento en relación al trabajo y se configura cierta especie y cantidad de capital que es trasmitido en el interior de estas familias. La percepción de los trabajadores en relación a su trabajo está fuertemente influenciada por aquello que aprendieron a significar en este espacio, en el que han construido sentidos y valoraciones cargadas de afectividad y de historia común. Piedras Coloradas, como espacio socio-geográfico, históricamente ha estado ligado al desarrollo forestal y ha conformado su identidad local incorporando esta dimensión como elemento central, que no sólo define la estructura social del mismo, sino que incide en el modo en como su gente se piensa y se representa a si misma. El trabajo en la forestación es parte del capital cultural del pueblo y esto determina profundamente la forma en como expresan y movi-

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lizan su subjetividad en relación al mismo. El trabajo en la forestación es para muchos trabajadores la única alternativa que tienen a su alcance de estar insertos en la dinámica social, aunque esto implique el acceso a condiciones laborales y de vida precarias. El hecho de que la actividad en eí sector sea la única posibilidad laboral que existe en el pueblo, y por tanto, sea visualizada por muchos como posibilidad no sólo de empleo sino también de inserción social, condiciona los márgenes de sentido a partir de los cuales los trabajadores representan concreta y simbólicamente su realidad laboral. Esta limitante estructural actúa sobredeterminando la producción de subjetividad de los trabajadores.

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Estos elementos pueden ser entendidos como referentes que mediatizan la relación entre las condiciones objetivas de precariedad laboral y las posibilidades de realización o satisfacción laboral. Entonces, estos referentes que median en la realidad concreta esta relación, tal vez permitan acercarnos a configurar una idea de la precariedad como una totalidad, en la que existen referentes de sentido propios de condiciones materiales, sociales, culturales e históricas determinadas que dan sustento a la construcción de subjetividad y que hacen que el factor trabajo sea significado más allá de unas condiciones objetivas más o menos precarias.

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ENE

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CAPÍTULO 2

Rodgers, G. y J. (comp.) (1992). "El traba0 precario en la regulación laboral. Crecimiento del empleo atípico en Europa Occidental. OIL Ministerio de trabajo de Madrid.

LA ROTACIÓN DEL EMPLEO COMO FORMA DE TRABAJO. IMPORTANCIA DEL EMPLEO AGRÍCOLA EN LA HISTORIA LABORAL Y LAS MOVILIDADES DE LOS ASALARIADOS TEMPORALES DE LAS CIUDADES DE SALTO Y LAS PIEDRAS - URUGUAY

AUDE GALLAS'

INTRODUCCIÓN

:

L



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El presente capítulo se realizó a partir de un trabajo de doctorado sobre las movilidades de los asalariados que tienen un vínculo con el trabajo agrícola temporal. Este capitulo se centra en el estudio de la importancia del empleo agrícola en las trayectorias laborales individuales a través del análisis de las lógicas de desplazamiento. Se tratará de mostrar que, aunque las movilidades están en su mayoría dependientes de un conjunto de obligaciones, existe una diversidad en la manera de moverse. Esto da testimonio de una cierta libertad de acción que permite a cada trabajador ajustar la movilidad con sus posibilidades. Los sociólogos ya investigaron mucho el tema del empleo agrícola (Aparicio y Benencia (dir.), 1999; Pirieiro, 2008, 2002, 2001, 1997; Rau V., 2005; Riella y Tubío, 2001; Tubío, 2002). Mostraron que este

1. Centro de investigación Dynamiques Rurales, Université Toulouse 2 — Le Mirail, Francia. Doctorado en Estudios rurales-especialidad Geografía en el centro de investigación Dynamiques Rurales, Université Toulouse 2 — Le Mirail, Francia. Dirección de tesis Héléne Guétat-Bernard, Martine Guiber y Diego Piiíeiro. ([email protected] )

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ra ayuda a plantear las causas. Hoy en día es sobre la última que los investigadores más exponen, con el fin de mejorar su comprensión. Se utiliza cada vez más la noción de "capacidad de movimiento" (capacité I étre mobile) para explicar las distintas formas de movilidad y las desigualdades entre individuos. Así, según Fabrice Ripoll y Vincent Veschambre, la "capacidad de movimiento" se entiende "en términos no sólo de capacidades físicas (vinculadas a la edad, a la discapacidad física o al estado de salud) sino también y sobre todo de recursos sociales (particularmente materiales, económicos y temporales, así como cognitivos) y de derechos de circular (a todas las escalas)" (Ripoll y Veschambre, 2005: 471, mi traducción). Vincent Kaufmann precisó la noción con la utilización de la "motilidad" para definir esta capacidad: "la motilidad puede ser definida como la manera en que un individuo o un grupo hace suyas las posibilidades en materia de movilidad y las utiliza para desarrollar sus proyectos" (Kaufmann, 2004: 62, mi traducción). La motilidad se divide en tres componentes: la accesibilidad de los lugares; las competencias individuales; y la apropiación individual de la accesibilidad y de las competencias. Entender la capacidad para moverse es esencial para abordar la movilidad, pero parece insuficiente en particular para trabajar con individuos que tienen características sociodemográficas bastante similares. Por eso propongo trabajar con la noción de intención, que permite llegar al conocimiento de las lógicas de acción internas al individuo. Con ésta se puede percibir el sentido que cada uno da a su movilidad: el "por qué" y el "por qué así". La intención toma en cuenta las lógicas de acción vinculadas a la identidad, a la experiencia, a las interrelaciones sociales, a las estrategias, la libertad de acción; es un motor de la construcción de la acción y al mismo tiempo una guía de la acción en el momento. De esta manera, aunque el individuo tiene un plan de acción previo a empezar, sus intenciones proponen ajustes en el momento de su desarrollo en relación a la situación y a la exterioridad (Pacherie,

mercado tiene una evolución igual a la del mercado laboral general, se segmenta. La integración de prácticas de flexibilidad' en el proceso de producción acentúa este dualismo. A partir de esta constatación, los investigadores exploraron las consecuencias de la flexibilidad sobre las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores. De esta manera explicaron que el empleo agrícola genera una precarización que participa en la reproducción de la pobreza. La situación de inestabilidad vinculada entre otras cosas a la precariedad y al carácter temporal del empleo es el punto de partida de mi investigación. ENTENDER EL "POR QUÉ" Y EL "POR QUÉ ASÍ" DE LA MOVILIDAD

Desde la perspectiva geográfica la multiplicidad de empleos significa también la articulación de varios lugares de empleo y la circulación entre el domicilio y estos lugares. En Francia, hace unos treinta años que se trabaja el tema de las movilidades espaciales a través, en principio, del estudio de las migraciones (movilidades con cambio de domicilio para una duración indeterminada), y, después, del estudio de las movilidades cotidianas y de las circulaciones. La noción de movilidad se descompone en tres dimensiones fundamentales: &espacio, el tiempo y la motivación. Las dos primeras permiten nombrar el tipo de movilidad —movilidad cotidiana, movilidad rutinaria u ocasional, migración interna, migración internacional, movilidad de larga o corta distancia, etc.— y la terce-

2. En el sector agropecuario las formas de flexibilidad más importantes son: la flexibilidad cuantitativa externa: la variación del volumen de asalariados (vinculado al ciclo biológico de las plantas); la flexibilidad interna: la fluctuación del tiempo de trabajo en función de la actividad de la empresa —en citricultura de exportación, en la cosecha se trabaja desde el mediodía hasta el fin de la tarde (seis horas diarias recorridas) y no se trabaja los días de lluvia, por la humedad de las frutas—, la flexibilidad del ingreso: cuando el sueldo depende del rendimiento; la tercerización de la mano de obra: la traslación del vínculo contractual a otra empresa (contratista).

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1

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2003). Además, se puede imaginar que unos trabajadores disponen de la capacidad de moverse de una manera pero no tienen la posibilidad de efectuarla en el momento; esta movilidad está latente. Gracias a la noción de intención se puede aprehender la diversidad de las formas de movilidades laborales y los factores de diferenciación entre los trabajadores. Para responder a este objetivo utilicé una metodología de trabajo de campo cualitativa, compuesta de entrevistas semi-estructuradas y en profundidad. Las primeras' permitieron reconstruir trayectorias laborales y espaciales de los trabajadores y, en las segundas, los trabajadores contaron su historia cotidiana y sus prácticas, cuyo análisis facilitó el entendimiento de sus representaciones y lógicas. A continuación intentaré mostrar que tomar en cuenta el individuo y su entorno facilita la comprensión de las formas de movilidad y de la importancia que tiene el empleo agrícola en las trayectorias laborales. Aunque el trabajo agrícola se puede considerar a veces como último recurso, este se presenta también como una actividad estructurante de la historia profesional a partir de la cual los trabajadores reorganizan sus movilidades y en la cual se reconocen. Entonces, en primer lugar se tratará de explicitar porqué el empleo agrícola representa una necesidad para sobrevivir. Aunque sea una obligación, se observa una gran variedad en la manera de moverse que revela un cierto margen de libertad de acción, lo que se estudiará en segundo lugar. Y en tercer lugar se explicará las preferencias por el empleo temporal y a escala local.

3. Realicé entrevistas con los trabajadores, en dos etapas: en 2006 hice 36 entrevistas semiestructuradas en Salto y 29 en Las Piedras; y en 2007-2008 hice 42 entrevistas en profundidad en Salto y24 en Las Piedras con trabajadores ya encontrado antes y con trabajadores que no conocía (en total: 131 entrevistas con 119 trabajadores). A este trabajo se le tienen que agregar las observaciones en situación de trabajo o situación de vida barrial, que permitió entender más las relaciones sociales entre los trabajadores así como con el empleador, la familia y los vecinos.

EL EMPLEO AGRÍCOLA, UNA NECESIDAD PARA SOBREVIVIR

Salto y Las Piedras, dos ciudades que pertenecen a regiones hortifrutícolas Las dos ciudades elegidas para observar estas movilidades son ciudades que tienen a la vez características similares suficientes para su comparación y diferencias suficientes para que las situaciones se complementen. Son ciudades medianas —Salto, 99 000 habitantes y Las Piedras, 69 000 habitantes— que pertenecen a las principales regiones hortifrutícolas del país que producen la casi totalidad de la producción de hortalizas y frutas del país. La región del "litoral Norte", compuesta de varios centros de producción —Salto, Constitución, Paysandú y Bella Unión—, y la zona "Sur", que se extiende en un espacio de producción casi continuo, principalmente en los departamentos de Canelones y Montevideo. Las dos ciudades tienen diferencias en su organización espacial y su economía. Salto, capital departamental, concentra casi 80 `Y. de la población del departamento y es un centro regional que polariza un espacio de muy baja densidad de población en el Noroeste del Uruguay. A diferencia de Salto, Las Piedras no tiene ninguna función de administración departamental, aunque es la ciudad más importante del departamento de Canelones. Se localiza en la periferia de Montevideo y está integrada a su área metropolitana. La economía salteña se fundó sobre, la horticitricultura y el sector terciario (dependencias públicas y turismo termal). El sector horticitrícola se implantó en un radio de 15 a 20 kilómetros alrededor de la ciudad. En la década de los setenta, se desarrolló para el abastecimiento del mercado interno y para integrarse a los mercados extranjeros. Por un lado, la utilización de invernáculos en la horticultura permite producir fuera de temporada y alimentar el Mercado Modelo de Montevideo. En ese momento la competencia con la mercadería del Sur está reducida por el frío invernal que no autoriza la producción, incluso bajo invernáculos. Por otro lado, el

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"litoral Norte" produce la casi totalidad de los citrus del país, la mitad de la cual en los alrededores de Salto. Por lo que se refiere a Las Piedras, la ciudad se benefició de la proximidad espacial con Montevideo que favoreció el desarrollo de tres tipos de actividades. La primera es la construcción de industrias agro-alimentarias de transformación. Esta generó durante décadas una fuente de trabajo muy importante; pero con la apertura comercial quebró y dejó un alto nivel de desempleo en la población obrera. La segunda actividad está vinculada a los numerosos pequeños productores instalados en los alrededores de la ciudad. Estos participan en el abastecimiento de la capital en frutas y verduras frescas. Los departamentos de Canelones y de Montevideo producen 85% de las frutas de hoja caduca y de hortalizas del país. La última actividad, la de los servicios y tiendas, está vinculada al fuerte crecimiento de la población. Las oportunidades de empleo difieren de un lugar a otro. La ciudad de Salto ofrece poca diversidad de empleo para la población que tiene un nivel escolar bajo, la actividad hortifrutícola representa la única fuente de trabajo. Las Piedras, por su vínculo con Montevideo, ofrece más posibilidades. Además es necesario distinguir la duración de las zafras dentro del sector hortifrutícola. En Salto las zafras son más largas, sobre todo la de la naranja, que puede extenderse del mes de febrero hasta el mes de noviembre (con una mayor intensidad entre marzo y octubre). En Las Piedras, las zafras son numerosas pero la suma de todas tiene una duración menor: empiezan a fin de diciembre y terminan en abril o mayo. Esta organización económica-espacial induce una fuerte movilidad cotidiana y zafral-cotidiana de trabajadores entre ciudad y campo.

"HAY QUE SALIR AFUERA"

En este contexto, para satisfacer las necesidades básicas de la familia, lo que significa conseguir un empleo, "hay que salir afuera" es decir ir afuera de la ciudad. Aunque los trabajadores estiman que el trabajo agrícola es mal remunerado y que las tareas son difíciles, parece que son la única fuente de ingreso. Sin embargo, la movilidad hacia las chacras se revela más compleja que un simple desplazamiento de la mano de obra urbana disponible. Plantea el problema del acceso a los empleos urbanos y a la ciudad de los que viven en barrios periféricos. Los trabajadores justifican sus movilidades, hacia la campaña cercana, como una necesidad para la gente "como ellos". Se refieren a la imposibilidad para insertarse en otro mercado de empleo. En primer lugar, los trabajadores evocan su nivel escolar bajo: dejaron la escuela temprano y no tienen títulos. El discurso de Hugo L.4 expresa una dualidad. "No tener estudio" (haber estudiado solamente hacia el fin de la escuela primaria) tiene por consecuencia un empleo "en la naranja" ("nosotros"); mientras que, "tener estudio" (haber terminado el ciclo básico) está asociado a la posibilidad de tener "otro trabajo": "tener un oficio" como "policía" o "bombero" ("ellos"). La frontera entre estos dos mundos parece infranqueable y solo el empleo en la chacra pertenece a lo posible. Esta constatación evidencia un habitus propio a esta categoría de población. Además, este discurso evoca también la idea de fatalidad y la obligación de conformarse con el sistema. Pero, aunque no les conviene, los trabajadores no llegan a deshacerse de este sistema. En segundo lugar, cuando tienen la capacitación necesaria para otros empleos surge otro obstáculo, el de la red social. La red de

4. Entrevista con Hugo L., Salto, 2006.

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relaciones sociales se divide en dos dimensiones: la primera, la extensión —es decir el número de personas y la localización de estas personas— y, la segunda, la diversidad de la red, es decir la variedad de categorías de personas. Para los trabajadores esta red se limita a los vecinos, la familia —el núcleo familiar y la familia cercana: los padres, los hermanos— y los compañeros de trabajo. Las entrevistas revelaron una cierta mezcla que genera una confusión entre las categorías de individuos. Entonces, el acceso al empleo agrícola está facilitado porque, en el barrio, siempre vive un vecino que puede recomendar un conocido a su patrón. Sin embargo, esta hiper especialización de los habitantes del barrio crea una dificultad para el que quiere conseguir un empleo en otro rubro. Por eso se encuentran trabajadores agrícolas que tienen una capacitación en albañilería, carpintería o electricidad pero no consiguieron empleo al terminar su práctica. En tercer lugar, la movilidad hacia las explotaciones agrícolas tiene que ver con las dificultades de acceso al centro de la ciudad. Vivir en las márgenes de las ciudades complica el acceso al centro donde se localizan los empleos. Por un lado, el centro está bastante lejos y se necesita a veces más de dos horas caminando a pie ida y vuelta; y, por otro lado, el transporte público representa una verdadera inversión. A la inversa, los barrios periféricos están ubicados cerca de las chacras. No obstante, muchos trabajadores aprovechan el vehículo de los productores para ir a trabajar. En este sentido, la dependencia del productor aparece muy fuerte, porque tienen el empleo y la locomoción que da acceso al trabajo. Es así como puede decirse que los trabajadores no controlan sus movilidades o las controlan hacia la parada de ómnibus y no más allá de ella porque los empleadores se encargan del desplazamiento físico. Frente a las dificultades para insertarse en el mercado laboral urbano, la movilidad hacia las explotaciones hortifrutícolas aparenta una lógica de repliegue vinculado a la incapacidad de moverse en forma independiente.

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LA MOVILIDAD LABORAL, UN "AJUSTE CONTINUO" ENTRE INDIVIDUO, FAMILIA Y TRABAJO A pesar de este ambiente de obligaciones, los trabajadores disponen de un cierto margen de libertad en sus movilidades. Éste varía de un individuo a otro según su familia y su relación con el trabajo agrícola. Además, ajusta sus movilidades de manera continua en función del momento, de la situación en la cual se encuentra y sobre todo del deterioro de sus condiciones de vida (Le Breton, 2005). En el caso de los asalariados, existe una gran diversidad en la manera de moverse: unos intentan limitar sus desplazamientos y conservan su empleo, aunque otros cambian frecuentemente de empleo y recorren muchos lugares. El cuadro 1 intenta restituir y organizar los diferentes perfiles de trabajadores según las lógicas familiares y laborales que construyen sus intenciones y las formas de movilidades asociadas. Tanto en los estudios sobre los trabajadores como en los que se refieren a la movilidad de los mismos se toma frecuentemente en cuenta la edad como indicador de diferencia. Las entrevistas hechas en Salto y las Piedras revelaron que cuando se trabaja con una categoría de población bastante homogénea en términos sociales, el indicador del ciclo de vida es mucho más pertinente. El ciclo de vida tiene que ver con las etapas importantes de la vida, que son comunes en la mayoría de los individuos y están consideradas como una norma social. En las entrevistas se identificó un momento crucial: la formación de la familia, lo que genera el paso de un proyecto de vida individual a un proyecto de vida individual insertado en un proyecto familiar. A partir de ahora, el individuo no trabaja más solamente para él sino para satisfacer las necesidades de su familia. Los gastos fijos aumentan y el trabajador busca una mayor estabilidad económica para su hogar (Perfil I). Además, para unos trabajadores, este momento coincide con la búsqueda de una estabilidad del empleo, es decir una menor rotación y una

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Cuadro 1: Perfiles de trabajadores agrícolas temporales en las ciudades de Salto y de Las Pie ,

_

Construcción de la Intención en relación al empleo agrícola PERFIL I Trabajadores

1a

1

temporales o zafrales

I.a

que se dedican la mayor parte

I.a.2

del año a tareas agrícolas I. b

PERFIL II Trabajadores agrícolas zafrales

PERFIL III Trabajadores aleatorios sin regularidad con el empleo

Trabajadores que buscan una estabilidad económica y una estabilidad del empleo. Tienen un proyecto familiar claramente definido y orientado hacia el futuro. Privilegian zafras largas y se ausentan solamente por un compromiso exterior. Este perfil está compuesto de jefes de familias y de mujeres y se encuentra solamente en Salto (larga duración de la cosecha de la naranja). Trabajadores que dudan entre tener un empleo estable y mejorar su ingreso. A veces faltan al trabajo con o sin autorización del patron.para una changa con mayor remuneraicón, no necesariamente en un rubro agrícola. Este perfil se encuentra solamente en Salto. Trabajadores que buscan solamente la estabilidad financiera y cambian de empleo según el salario, el ambiente de trabajo, etc. Los trabajadores hacen una sucesión de changas o de zafras cortas interrumpidas por períodos de desocupación.

Trabajadores que no tienen ningún empleo durante el año pero que tienen dipsonibilidad durante unas semanas para una zafra corta (un par de semanas). Gracias a los ingresos recibidos, la familia realiza planes que, a lo largo del año, no pueden realizarse. Además durante la zafra (re)activan lazos sociales. Este perfil está compuesto de mujeres o jóvenes/adolescentes. Se necuentra sobre todo en Las Piedras, para la vendimia. Se puede suponer que, en Salto, va a crecer con la cosecha de los arándanos. Trabajadores sin obligaciones familiares que cambian de empleo según las oportunidades. En su historia laboral articulan trabajos en todo tipo de rubro, no necesariamente agrícolas. Este perfil se compone sobre todo de jóvenes que realizan movilidadestest y solteros.

agrícola. PERFIL IV

IVa

Trabajadores agrícolas puntuales

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IV.b

Trabajadores independientes (en cuenta propia) que se emplean de manera episódica u ocasional en tareas agrícolas.. Por lo general en un momento de menor trabajo o ingreso. Personas que trabajan en el sector agrícola, o no, de manera puntual para responder a una necesidad económica inmediata. Mujeres/amas de casa, jóvenes menores o persona desafiliada.

Formas de movilidades privilegiadas

-

-- Rotación anual del empleeB

A

• A: Zafra o empleo temporal de larga duración B: Inter-zafra, changas o zafras cortas y períodos de desempleo.

Movilidad a escala local o regional (a veces a escala nacional).

8

A

>

')

A: Zafra interrumpida por unas changas. B: Inter-zafra, changas o zafras cortas y períodos de desempleo. A

C

E

D

B 13 B ____>. _____.

Hípermovilidad a escala local .

A

Movilidad zafral a escala local.

—• — A, C, D, E: Changas que pueden repetirse a lo largo del año. E: Períodos de desempleo.



A: Zafra corta en un período sin empleo B

A

C 1

Hípermovilidad a escala local, regional y nacional.

Ay C: Períodos de empleo (zafra u otro) B: Períodos de desempleo.

A: Trabajo a cuenta propia y changas

Movilidad ocasional a escala local.

B S$ B: Changas en un período sin empleo.

1

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recurrencia de los empleadores ario tras año (Perfil la). En el proyecto familiar se puede operar una distinción de género según el rol que ocupa el individuo en la familia. El hombre tiene una posición diferente de la mujer: es el que gana el dinero. Entonces, si la mujer estaba empleada antes del embarazo, deja su empleo para criar a sus hijos y, cuando los hijos empiezan la escuela, busca nuevamente un empleo. Pero algunas mujeres, durante el período sin empleo aprovechan las zafras cortas, como la de la uva, para trabajar y confían el cuidado de sus hijos a un familiar (Perfil II). Otra parte de los trabajadores declaran que no buscan estabilidad y que cambian de empleo según las oportunidades (Perfil I.b y III). Como no tienen empleo fijo, están al acecho de la changa que ofrece la mayor remuneración. Multiplican el número de lugares frecuentados y circulan entre ellos: se pueden considerar como trabajadores hipermóviles. Esta manera de pensar el trabajo se refleja igualmente en la manera de vivir. Los trabajadores que buscan una doble estabilidad —económica y laboral— son también los que planifican más su futuro, mientras que los hipermóviles viven al día. Dentro de este grupo, coexisten situaciones diferentes: de los perfiles I.b y III que están integrados al mercado laboral y al resto de la sociedad hasta el perfil IV.b que se asimila a los "desafiliados" (Castel, 2006). Para entender las formas que adquiere la movilidad se tiene también que tomar en cuenta la identificación con el empleo agrícola, lo que significa detallar los elementos relativos a la relación con el empleo y a la relación con el trabajos. Los indicadores utilizados para entender estas relaciones son, el gusto por el trabajo agrícola, la temporalidad (frecuencia del empleo, duración del empleo) y la manera de expresar estos gustos. Tres formas de iden-

tificación se destacan. La primera: "estar trabajando como peón rural", se refiere más a los perfiles III y IV. Unos definen este empleo como el último recurso, otros lo tratan como un empleo transitorio, porque se reconocen en otro oficio (Perfil IV.a). Los trabajadores que componen el perfil IV.b no tienen un discurso muy elaborado sobre el trabajo y se emplean en el agro como en cualquier otro trabajo, es la ausencia de vínculo que caracteriza su relación al trabajo. Así, tienen una relación de indiferencia con el trabajo agrícola. La segunda forma, se opone a la primera porque tiene que ver con el reconocimiento de sí mismo como trabajador agrícola: "ser peón rural". El trabajador expresa su experiencia en el sector agrícola, su conocimiento, su habilidad para realizar las tareas. Este sentido está revelado por las palabras que utiliza el trabajador en las entrevistas y también por la manera muy animada de expresarse cuando habla de su trabajo. Este reconocimiento en el trabajo agrícola se reafirma por una cierta satisfacción de las condiciones de trabajo y de la remuneración (Perfiles I.a.1 y, a veces, I.a.2 et I.b). Algunos trabajadores asocian también el empleo agrícola a una fuente de felicidad y a un espacio de sociabilidad. Es el caso de las trabajadoras de Las Piedras como Andrea (Perfil II): "Andrea B.: [ .1 charlábamos todo el día, toda la tarde, nos tirábamos a veces unas manzanas, hacíamos guerrillas de manzanas, a espaldas del capataz, viste. De repente estabas cortando así y ¡boom!, volaban las manzanas, y, ahí.., perdíamos media hora, en vez de trabajar, jugando yhablando y hablando, y así se iba !ahora. Se iba el día más rápido, así charlando, viste, que no te das cuenta. Y yo, que no me cuesta, ¡hablo, hablo y hablo! Si somos todas de charla, viste. Por lo general las quintas son así, las quintas todo el mundo habla y nadie está así cortando y... nada; está todo el mundo hablando y de joda. Es bueno por lo menos si vas a estar en tu casa sin hacer nada, mejor ir y aprovechar". (Entrevista con Andrea B., Las Piedras, 2007).

5. Paugam S., 2007. Serge Paugam explica que la integración social depende de la relación con el empleo (tipo/estatuto del empleo) y la relación con el trabajo (tarea realizada) que ayudan a entender la forma de identificación al trabajo.

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El trabajo zafral para Andrea se entiende como una manera de escaparse de la cotidianeidad. En su rutina cotidiana se dedica al

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trabajo doméstico; esta movilidad crea un momento de valorización fuera del hogar, fuera de su rol de ama de casa. Por más importantes que sean estas dos formas de identificación no son suficientes para cubrir la complejidad de la relación con el trabajo agrícola. Emergió una tercera, la identificación negativa que está relacionada con la "interiorización de una identidad negativa" (Paugam, 2007). Esta noción evoca el sufrimiento en el trabajo, la incertidumbre y la inseguridad generadas por la inestabilidad. Esto crea una relación no gratificante y la imposibilidad de encontrar una satisfacción en el trabajo (Perfiles I.a.2 y I.b). En cierto sentido esta identificación puede ser cercana a cualquiera de las otras. La diferencia en cuanto a la primera se ve en la resignación de seguir en ese empleo y en cuanto a la segunda en la actitud pesimista cuando cuenta la persona su trabajo. Estas relaciones con la familia y con el trabajo participan en la construcción de la intención y revelan perfiles diferentes entre los trabajadores. Así, la importancia que dan al empleo agrícola en su historia laboral y sus movilidades dependen de ellas. LA PREFERENCIA POR EL EMPLEO AGRÍCOLA TEMPORAL A ESCALA LOCAL

El empleo agrícola en la trayectoria laboral: empleo o changa Los empleos en la hortifruticultura son mayoritariamente temporales, entonces, los asalariados les articulan con otros en la trayectoria laboral. Pascal Phelinas mostró que se destacan dos teorías sobre la manera de pensar la importancia de los empleos en una trayectoria pluriactiva. La primera divide los empleos en empleo principal y empleo(s) segundario(s), lo que significa que el primero sería indispensable aunque los otros no. La segunda pone los dos empleos al mismo nivel; en ese caso todos son complementarios. Según la autora, la segunda teoría da más cuenta de la realidad porque todos los empleos son necesarios para la sobrevivencia. Sin embargo, en las trayectorias laborales de los trabajadores

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de Salto y Las Piedras se distinguen tres grados de importancia del empleo agrícola. En el primer grado, el empleo agrícola aparece como principal porque este empleo ocupa al trabajador la mayor parte del ario, es recurrente en su trayectoria laboral inter-anual, le da la mayor parte de sus ingresos o el trabajador se identifica a este trabajo (Perfil I y II). En el segundo grado, el empleo agrícola es igual que cualquier otro trabajo porque el trabajador no da una importancia mayor a ninguno de sus empleos (Perfil III). Y, en el último grado, el empleo agrícola es solamente puntual, como lo mostré en la parte anterior (Perfil IV). Esta distinción no es la única posible. En sus discursos los trabajadores diferencian los empleos de las changas. Las changas se definen de dos maneras según el trabajador. Por una parte, pueden ser un conjunto de empleos complementarios (Perfiles Lb y III) como en el caso de Mauro F. Su discurso expresa la oposición entre la changa y el empleo que dura. El primero está asociado a un ingreso mayor y permite elegir y cambiar de empleo en función del interés ("me sirve"). Por el contrario, el segundo restringe las perspectivas financieras. Según Mauro F., el mercado de empleo agrícola se presenta como un espacio de posibilidades infinitas que el trabajador tiene que agarrar. Por otra parte, la changa puede estar considerada como ocasional por el trabajador, llenando un momento de interrupción del empleo principal (Perfil Ja). Entonces para unos trabajadores el carácter temporal de la actividad agrícola es una obligación, "rotan por necesidad" (Perfil I.a.1). Otros afirman que esta rotación es un medio para liberarse de la relación de dependencia con el empleador. Por eso, la dependencia identificada en la primera parte de esta ponencia tiene que estar cuestionada y puede comprenderse como una interdependencia entre las dos partes. Asimismo me interesa llamar la atención sobre el hecho que, a veces, la frontera entre cada perfil de trabajador se revela muy permeable, según la evolución del proyecto de vida que depen-

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de mucho de la situación y que obliga al trabajador a adaptar sus intenciones en el momento. Para ilustrar esta afirmación, la segunda entrevista que hice con Mauro F. es muy pertinente, reorientó su discurso y su manera de pensar el empleo sustentable. Está pensando trabajar de manera permanente para un solo productor: "Mauro F: lo que pasa es que uno se pone a pensar y digo... uno sale de un lado y se mete en otro y... está en un lado y está en otro y nunca tiene un trabajo estable.., vos terminas en un lado y a veces tenés lugar en otro y a veces no tenés y tenés que estar.. ponele.., una semana o dos sin trabajo y... se te complica, viste... para el alimento no más.., para vos mantenerte se te complica porque si no trabajás...no podes comprar nada, y a veces uno se pone a pensar y... uno tiene que sentar cabeza.., llega un momento que sienta cabeza.., digo... te pones a recorrer un lado y otro.., a veces vos tenés suerte, yo he tenido suerte.., digo.., que salgo de un lado y me meto en otro enseguida pero digo.., hay personas que yo he visto que salen de un lado y se meten en otro y... a veces no tienen suerte.., llaman a un lado y están... dos o tres semanas...". (Entrevista con Mauro F., Salto, 2008)

El resto de la entrevista muestra que esta reflexión no surge de la nada, sino que está ligada a un conjunto de circunstancias. La primera es que se acabó una changa que hacía cada año y por la cual ganaba un sueldo alto por ser contratista; y la segunda es la oferta, por primera vez, para trabajar de manera efectiva y formal. PREFERENCIA POR LO LOCAL

Con esta rotación del empleo los lugares de trabajo pueden parecer intercambiables, pero no es así. Como lo mostró Armand Frémont y la mayoría de los geógrafos que pertenecen a la corriente de la geografía social, la elección de los "lugares frecuentados" está vinculada a las intenciones del individuo, los "valores", las "calidades" y el sentido que este asigna al lugar (Frémont, 1980). El análisis de la movilidad tiene que tomar en cuenta este elemento.

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En las entrevistas, la escala local se revela como la privilegiada por los trabajadores. La elección de la proximidad espacial parece evidente porque genera un desplazamiento cotidiano y asegura la vuelta al domicilio después el día de trabajo. Sin embargo, esta movilidad se integra a un contexto más complejo. La preferencia por la cercanía puede entonces entenderse como una consecuencia de la extensión reducida de la red social. Así, la lejanía está calificada como aburrida, o como un espacio de desarraigo. Además, las intenciones que inducen movilidades a escala local están también vinculadas a la red profesional local. Esta red permite a los trabajadores emplearse la mayor parte del ario y como no la poseen al nivel nacional se quedan en lo local. La movilidad de larga distancia significa también una inversión importante para financiar el viaje y el abandono del rol familiar, como el de jefe de familia para algunos de los trabajadores (Perfil la). Estos eligen así restringir sus movilidades a lo local lo que explica Hugo L. cuando opone "ahora" y "antes". Esta oposición refleja la transformación del contexto de movilidad. Antes era soltero y el costo del desplazamiento no presentaba un obstáculo. A partir de ahora, reevaluó el costo de la movilidad en función de las necesidades familiares y como las ganancias del trabajo no permiten responder a éstas, Hugo L. dejó esta forma de movilidad: "Hugo L.: Iba a juanicó [ciudad en el sur del país], la misma empresa te daba por donde quedarte y tenías que comprar algo para comer, Ilevar`para cocinar. Pero ahora no, ahora, vos tienes que ir a trabajar allá y pagar un alquiler, afuera, en la ciudad o en el pueblito. Pero lo que vos ganas no te da para cubrir estos gastos. O sea, si fuera soltero ¡sí! Porque si yo soy soltero, yo cubro estos gastos y queda el dinero para mi igual. Pero como yo tengo mi familia y si yo gasto allá para comer y para el alquiler no me queda nada para mandar a mi señora acá, para mis hijos. Pero si me quedo acá, capaz gano menos, pero no tengo el alquiler y mi comida a parte". (Entrevista con Hugo L., Salto, 2006)

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CONCLUSIÓN S

Existe una diversidad importante en las formas de movilidad laboral; oscilan entre una circulación simple y una hipermovilidad, ; y entre la elección de una sola escala y la multiplicación de escalas por su movilidad. En el seno de estos movimientos, el empleo agrícola parece ocupar un lugar fundamental ya sea que se trate de una actividad de repliegue complementando otras, o de un empleo principal vinculado por una costumbre de trabajo que se trasmite entre las generaciones. El nivel escolar bajo sobre todo la extensión reducida de la red social profesional influyen sobre la necesidad de encontrar alternativas a la imposibilidad de acceder al mercado de empleo urbano, por lo tanto, el empleo agrícola puede aparecer como medio de sustitución. Sin embargo, esta necesidad no está • considerada por todos los trabajadores de la misma manera y el empleo agrícola no tiene el mismo valor según lo que busca el individuo. Por eso fueron elaborados varios perfiles de trabajadores que toman en cuenta la variedad de las lógicas de acción y que permiten restituir esta diversidad fueron elaborados. Para concluir quería poner de relieve el hecho de que es necesario integrar las movilidades y las trayectorias laborales en el cotidiano de los trabajadores y en la construcción de sus territorialidades. Las practicas espaciales de los trabajadores y la identificación de sus territorialidades —que se pueden calificar de plurales porque están compuestas de lugares que pertenecen a la ciudad y también al campo— permiten repensar los objetos geográficos de "campo"/"campaña"/"espacio rural" y de "ciudad"/"espacio urbano". Estas categorías no son construidas a priori sino a partir de lo vivido y de las representaciones de los trabajadores. Así, los espacios rurales atraen una parte de la mano de obra viviendo en la ciudad aunque sea solamente de manera temporal y aunque se trate solamente de una parte de la población. Desde entonces, el discurso sobre el carácter expulsivo de los espacios rurales aparece obsole-

to. Por eso, se supone que las relaciones entre ciudad y campo se aprehenden en términos de intercambios y de complementariedad socio-espacial.

!I

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INTRODUCCIÓN

La agricultura se ha caracterizado por la conformación de mercados de trabajo con una importancia muy marcada de tareas y de trabajadores transitorios. Desde teorías e investigaciones provenientes de distintas disciplinas se han analizado y dado explicaciones variadas respecto de los elementos y procesos que estructuran dicha situación. Este rasgo histórico de los mercados de trabajo en la agricultura adquirió características de muy distinta entidad en diferentes momentos, regiones y producciones en la Argentina. En ese sentido, en los últimos arios un importante número de investigaciones se ha concentrado en analizar la manera en que se conforma la "transitoriedad" laboral en regiones y producciones con diversas estructuras agrarias y productivas. Con este objetivo, algunas de estas investigaciones han desarrollado y aplicado una perspectiva conceptual que se propone com-

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1. CEIL-PIETTE, CON10ET. Saavedra 15,4 piso, CP. 1083, Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Maestría en Estudios Sociales Agrarios- FLACSO/Sede Argentina. Dirección de tesis Guillermo Neiman.([email protected] )

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plementar las tradicionales interpretaciones sobre los mercados de trabajo en la agricultura basadas en la preeminencia de la especificidad de esta actividad productiva como dimensión explicativa central. Con el propósito de comprender la manera en que se conforman los mercados de trabajo transitorio en la actividad agrícola, este capítulo tiene como objetivo general identificar los diversos agentes y procesos que intervienen en la constitución del mercado de trabajo transitorios en la etapa primaria del complejo vitivinícola de la región del Valle de Uco (provincia de Mendoza), en el marco de la reconversión productiva que atraviesa en los últimos 20 años. Este abordaje, que incorpora aportes de la sociología económica y de la sociología del trabajo, entiende a los mercados de trabajo como construcciones social y políticamente reguladas; de esta manera, las particularidades que el proceso productivo agrícola imprime al mercado de trabajo se "resitúan" en un contexto de mayor amplitud. PERSPECTIVA CONCEPTUAL Y OBJETIVOS

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En la literatura vinculada a la conformación de los ciclos laborales en la agricultura se observa, por un lado, estudios donde la identificación de la estacionalidad, recurrencia y calificaciones de los trabajos requeridos aparecen como consecuencia de las modificaciones técnico-productivas introducidas por los complejos agroindustriales; por otro lado, se destacan aquéllos en los cuales la conformación de los ciclos ocupacionales se vincula a situaciones legales, culturales, estrategias empresariales, a la aparición y comportamiento de nuevos actores vinculados al trabajo o a despliegues elaborados por los mismos trabajadores (Forni y Tort, 1980; Reboratti y Sabalain,1984; Bendini y Pescio, 1996; Tsakoumagkos, 1996; Aparicio y Benencia, 1999; Miranda, 1999; Neiman y Bardomás, 2001; Neiman y Blanco, 2003).

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Desde la segunda perspectiva, interpretamos la conformación de los mercados de trabajo a partir de una combinación de procesos de diferente entidad, por lo cual utilizamos un marco conceptual que entiende a estos mercados como construcciones sociales. Se entenderá y analizará la conformación de los mercados de trabajo en tanto resultado de conformaciones que se diferencian histórica y espacialmente y que se encuentran regulados por una diversidad de procesos que incluyen, entre otras, la legislación laboral, la acción del Estado y las normas sociales en las que se encuentran socializados los actores. A su vez, se entienden a estos espacios socialmente institucionalizados como consecuencia de situaciones de acuerdo, negociación y conflicto entre empresarios y trabajadores, los cuales se constituyen en agentes activos de los procesos sociales que regulan este espacio del cual participan. (Pries, 2001; Murmis y Feldman, 1996; Alfaro, 1999; Neiman y Quaranta, 2001; Benencia y Quaranta, 2006; Lara Flores, 2006). Dicho espacio de negociaciones y acuerdos se realiza en el marco de relaciones asimétricas, ya que el margen de libertad y poder que tienen los comportamientos de los trabajadores en dicho mercado, aún cuando incorporan procesos no reductibles a cuestiones productivas, son elaborados con menores márgenes de acción. El análisis está centrado en los aspectos vinculados al proceso de contratación y utilización de los trabajadores, y a los elementos vinculados a ella (épocas, magnitudes, calificaciones requeridas, modalidades de contratación y registro, sistemas de pago, etc.) 2. A manera de premisas que guían este capítulo, la primera se refiere a la interacción de la dimensión económica productiva con aquellas de orden social y político en la conformación de estos mercados de trabajo. La segunda, tiene que ver con la relevancia

2. Aquellos aspectos relacionados con la organización del proceso de trabajo realizado "tranqueras adentro" únicamente serán incorporados en el análisis en la medida en que repercutan en el proceso de contratación de los jornales transitorios.

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de los factores locales del "territorio" asociados a la conformación de los mercados de trabajo, incluyendo en ellos a las normas y costumbres, las características y estrategias de los hogares de los trabajadores, el papel de los empresarios y de otros agentes que participan en el reclutamiento y contratación de los trabajadores, entre los más importantes.

do hacia la elaboración de productos diferenciados que satisfagan las necesidades de segmentos específicos del mercado de consumo, provocó cambios significativos que repercutieron en la fase primaria, industrial y comercial de este sector. De este modo, el concepto de calidad se conformó en un objetivo central de la actividad y comenzó a estructurar las relaciones que se establecen entre los diferentes actores vinculados a ella. Como sucede en los diferentes sectores de la producción agroalimentaria mundial que atraviesan cambios similares, la nueva articulación entre "eslabones" de la cadena y los nuevos requerimientos repercuten de manera importante en las modalidades y magnitudes de las articulaciones, exigencias y controles que se establecen entre las industrias y los productores primarios, así como entre éstos y sus trabajadores (Bocco, et. al., 2005). Como manifestación de los procesos y elementos señalados, podemos argumentar en base a la literatura existente y a los datos proporcionados por el Censo Nacional Agropecuario (INDEC, 2002) que la reconversión productiva que atravesó el sector vitícola mendocino ha generado una redefinición importante de los rasgos con los que se estructura la transitoriedad del ciclo laboral. En ese sentido, la producción vitícola tal como se realiza en las fincas especializadas en uvas para vinos de alta calidad enológica requiere de un conjunto de tareas que abarcan decisiones respecto del clima, del suelo, del régimen hídrico, del cultivar, de las plagas y las enfermedades, así como del momento oportuno de cosecha junto con su correcta realización. Este tipo de actividades requiere de mano de obra para tareas tales como poda, limpieza de sarmientos, ataduras, preparación de bordos de riego, riego, limpieza de cupos, aradas, rastreadas, aplicación de herbicidas, siembra de abonos verdes, fertilización, tratamientos fitosanitarios, raleos y cosecha, entre las principales. Dentro de estas técnicas y tareas, en el marco del proceso de reconversión productiva comentado, sobresalen aquellas conoci-

EL VALLE DE UCO. RECONVERSIÓN PRODUCTIVA Y MERCADO DE TRABAJO

El Valle de Uco, integrado por los departamentos de San Carlos, Tupungato y Tunuyán conforma uno de los "oasis" productivos de la provincia de Mendoza. Esta provincia se ubica en el centro-oeste de la Argentina en la región de Cuyo y limita hacia el oeste con la Cordillera de los Andes; esta localización le proporciona cualidades climáticas, topográficas y de disponibilidad de agua para riego que la hacen particularmente apta para la producción agrícola intensiva. De similar manera al resto de las zonas irrigadas de la provincia de Mendoza, esta zona basó de manera temprana gran parte de su modelo de desarrollo agrícola en el cultivo de la vid en base al aprovechamiento de los recursos hídricos para el riego y del clima benigno con protección de los vientos. Como una manifestación de los distintos ciclos que atravesó la producción, elaboración y la comercialización de uvas y vinos en la Argentina, a mediados de la década del setenta y con mayor profundidad en el transcurso de la década siguiente, comienza a plantearse en la provincia un nuevo escenario socio-productivo. Este proceso consiste en un replanteo de las condiciones que dieron forma al modelo "productivista" que había estructurado la actividad hasta entonces. Este proceso, cuya tendencia principal se puede resumir en el pasaje de un sistema de producción basado en la cantidad a otro basado fundamentalmente en la calidad y orienta-

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. das como "manejo de canopia" destinadas a manejar el microclima de la planta (temperatura, la radiación solar, la velocidad del viento y la calidad de la luz, entre otras) a través de la modificación de la posición y cantidad de hojas, brotes y frutos. Estas acciones repercuten de manera cada vez más importante en la calidad de las uvas, debido a que modifican y mejoran la producción y la calidad de los granos, reduciendo la incidencia de enfermedades o, en el caso de las actuales condiciones de producción, facilitando la mecanización en algunas tareas de precosecha y de la cosecha misma. En el sector de las explotaciones agropecuarias "especializadas" en uvas finas' se puede observar de manera clara algunos de los principales procesos señalados entre los que sobresale la reconfiguración que atraviesa la demanda de trabajo transitorio, particularmente en la mayor importancia que asumen aquellas vinculadas a la calidad de las uvas como lo son la poda y los raleos. Esta situación ocurre aún cuando, de igual manera que en la mayoría de las producciones de cultivos perecederos, la tarea de cosecha es la más importante en la organización del ciclo laboral, la más difundida entre las explotaciones, y la que concentra la mayor cantidad de jornales ya que, a pesar de algunos avances entre explotaciones muy capitalizadas, esta actividad es realizada de manera manual.

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Así, la mayor importancia relativa de estas tareas vinculadas a la calidad de la producción vitícola (podas, raleos, desbrotes y controles de riego) agrega un mayor equilibrio al anterior ciclo centrado preferentemente en la demanda para la cosecha y, de esta manera, repercute profundamente en las estrategias laborales de los empresarios y de los trabajadores de la región. (Neiman, Bocco y Martín, 2001; Fabio, 2006). i

3. Esta categoría incorpora a aquellas unidades que poseen dos tercios o más de uvas «finas» (según la clasificación del INV) sobre la superficie cultivada total. Consiste en un ejercicio metodológico que permite aproximamos al comportamiento laboral modelizado de un tipo de explotaciones y al ciclo de trabajo que genera la producción vitícola.

DE LA ESTACIONALIDAD A LA TRANSITORIEDAD. ESTRATEGIAS Y COMPORTAMIENTOS LABORALES DE EMPRESARIOS Y TRABAJADORES

En este apartado se incorporan las principales características que conforman el espacio socio-productivo en el que se desempeñan los empresarios y trabajadores, así como las estrategias que llevan a cabo para desenvolverse en este mercado. En ese sentido, se establece la necesidad de considerar junto con los condicionamientos biológicos y técnico-productivos ya reseñados, algunos elementos que no se deducen directamente de estas condiciones estructurales de la actividad. Así, se analiza la manera en que tres dimensiones relacionadas entre sí intervienen en la conformación de la transitoriedad de este mercado: 1) el aspecto normativo, tanto el que se expresa en el aparato legal formalizado como aquel que interviene a partir de consensos y costumbres generalizadas entre los actores de este territorio, 2) las características que asumen las diversas instancias de intermediación laboral de este mercado de trabajo y, 3) las estrategias y comportamientos individuales y colectivos elaborados por los empresarios y trabajadores en relación al trabajo transitorio y la manera en que ellas se hallan vinculadas a las anteriores dimensiones. Tal como presentamos anteriormente se puede argumentar que, vinculado al proceso de reconversión productiva ocurrido en la región en los últimos años, el calendario anual de tareas transitorias en el cual aquellas realizadas previamente a la cosecha (podas, raleos, desbrotes, riego y deshojes) comienzan a sumar importancia redefine las condiciones de contratación y utilización de trabajadores transitorios y, con ellas, las estrategias elaboradas por las empresas para satisfacer estas exigencias. En respuesta a esta, situación, los productores vitícolas despliegan comportamientos laborales cuyo principal rasgo subyacente es

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la tendencia a contratar trabajo transitorio bajo modalidades que disminuyan al máximo grado posible el tiempo de trabajo efectivo no utilizado o subutilizado, utilizando para ello modificaciones en aspectos productivos de sus explotaciones así como también arreglos contractuales y organizativos. En este sentido, en primer lugar se debe mencionar que para estas estrategias resulta de gran funcionalidad la consolidación en la región de un "espacio de ambigüedad normativa" relacionada con la legislación disponible para las contrataciones transitorias vigente en la zona. Bajo las figuras de "no permanentes", de "temporada", "eventuales" o "permanentes discontinüos" las empresas de la región, según corresponda al Convenio Colectivo de Trabajo específico de la vitivinicultura (N° 154/91), la Ley de Contrato de Trabajo (N 20.744), o la Ley de Trabajo Agrario (N 22.248), y las estrategias de contratación seleccionadas o acordadas con las diversas modalidades de intermediación y tercerización vigentes en este mercado de trabajo, disponen de una variada gama de opciones -muchas veces superpuestas y/o complementarias en una misma explotación- de contratación y registro de los trabajadores transitorios que desdibujan y complejizan las dicotomías clásicas con las que se ha analizado el empleo agropecuario. (Permanente/transitorio, registrado/no registrado, etc.). A su vez, esta ambigüedad de la normativa vigente para el registro de los empleos legaliza y legitima un conjunto de prácticas que repercuten en la transitoriedad de las contrataciones, permitiendo incluso, que algunas se vuelvan aún más intermitentes y eventuales. Si bien esta formalización y registro proporciona una cobertura legal mayor a estos trabajadores transitorios en relación a los de las otras producciones y a la que era frecuente décadas atrás en esta misma producción, mantiene intactos algunos de los principales rasgos de precariedad que caracterizaron históricamente a la

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relación laboral de la mano de obra transitoria, como por ejemplo la intermitencia de la inserción laboral, la incertidumbre sobre las posibles interrupciones del vínculo o la suspensión del contrato por cuestiones climáticas o decisiones productivas. Otro elemento fundamental en la configuración de este mercado de trabajo radica en la centralidad que asume la intermediación laboral. En efecto, la difusión e importancia estratégica de estos mecanismos indirectos en este mercado de trabajo evidenciada en los datos censales se apoya en el aprovechamiento de la flexibilidad que presentan y en el permeable marco normativo vigente. Sumado a esto, es sabido que se adecuan de manera eficaz a las estrategias empresarias ya que proveen mano de obra en un contexto complejo y cada vez más discontinuo y, a su vez, avanzan sobre el registro de los trabajadores y la atenuación de algunos aspectos conflictivos potenciales (como la organización del proceso de trabajo o de los pagos). Sin embargo, aún cuando se pueda afirmar que la importancia que asume la intermediación se debe a que conforman ejemplos de modalidades de flexibilización laboral desplegadas por parte de las empresas, su consolidación se explica también debido a que logran articular a partir de su flexibilidad, las estrategias de trabajadores, solucionando algunas de sus necesidades críticas en relación a sus comportamientos laborales. La posibilidad de acceder a determinados empleos, en tareas y momentos particulares del año, así como la continuidad y extensión de los mismos, es visualizada por los trabajadores de la región como una situación que depende cada vez más de los distintos agentes de intermediación presentes en la zona (cuadrilleros, empresas de servicios eventuales, cooperativas de trabajo, etc.). Esto implica que, con el objetivo de conformar ciclos anuales estables, los trabajadores se proponen con mayor frecuencia construir vínculos de confianza con estos agentes que les permitan acceder a empleos recurrentes (incluyendo el hecho de que la figura del em-

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elaborados en instancias colectivas como son los hogares- repercuten en la constitución y funcionamiento del mercado de trabajo. De esta manera, aspectos tales como la edad, la destreza y las habilidades, el género, la residencia, la condición de migrante, la complementación de ingresos en el hogar, el vínculo con encargados de fincas o productores, la posibilidad de acceder a empleos extra agrarios o en diversos cultivos y la manera con que se vinculan con las intermediación laboral, son las principales instancias que repercuten en sus disímiles inserciones ocupacionales. Aún cuando se encuentran limitados por un contexto productivo altamente "transitorizado" y socialmente regulado como tal por los marcos normativos y las estrategias empresarias, los trabajadores elaboran diversos tipos de comportamientos en los que se ponen en juego cuestiones individuales y colectivas. Entre los comportamientos analizados se encuentra como característica general el propósito de conformar inserciones anuales estables y continuas, que parten del 'conocimiento' de las principales características del mercado en el que se desempeñan y que se manifiestan como situaciones y combinaciones de distinto tipo en base a una diversidad de recursos, habilidades y vínculos individuales y colectivos elaborados desde fuertes restricciones productivas y sociolaborales, y que tiene como fin último la disminución de la precariedad y el mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo. Estos comportamientos incluyen la rotación entre las diferentes producciones de la región, empleos en otras actividades económicas o bien, recurrentes inserciones en la producción vitícola, incorporan aspectos importantes de estas configuraciones no suficientemente tenidos en cuenta por otras explicaciones. Resumiendo, podemos concluir que el mercado de trabajo transitorio de la región del valle de Uco vinculado a la producción de uvas se estructura constituido y regulado a partir de procesos de muy distinta entidad y que aquellos de carácter sociolaboral se hacen presentes de manera protagónica en dicha configuración.

pleador aparece difusa ya que se encuentra completamente ausente de los principales aspectos de la organización ordinaria del trabajo). Sumado a lo anterior y apoyadas en el marco normativo flexible y en la funcionalidad que ofrecen los intermediarios laborales también se pueden observar entre los productores vitícolas de la zona un conjunto heterogéneo de arreglos organizativos tendientes a una contratación más flexible de mano de obra transitoria. Entre estos comportamientos sobresalen la conformación de planteles y grupos diferenciados para la realización de cada tarea, continuas interrupciones a trabajadores que realizan la mayoría de las tareas en una misma finca, rotaciones de los trabajadores entre la etapa primaria y la etapa industrial de una misma empresa y modificaciones en los sistemas de pago tendientes a que los trabajadores permanezcan vinculados a la empresa en momentos de dificultades en la demanda, entre los principales. Debido a la importancia de la combinación de las diversas estrategias laborales comentadas, las situaciones de índole productiva como la aparición de nuevas tareas y la mayor: importancia que asumen tareas realizadas durante el ciclo anual, no se traducen en la conformación de un mercado con ciclos más estables y permanentes. Por el contrario, las contrataciones -aún las registradas- se hacen cada vez más eventuales y discontinuas ya que se realizan mediante modalidades que facilitan y legalizan las constantes interrupciones en el vínculo laboral. A la identificación de estrategias de las empresas demandantes ya presentadas, debemos sumar aquellos comportamientos desplegados por los trabajadores que, aún con menores márgenes, también intervienen y condicionan las características que adopta este mercado de trabajo. Efectivamente, algunos aspectos y procesos relacionados con sus prácticas laborales -entendiéndolos como individuos que, condicionados por el entorno local en el que se encuentran socializados, y en el marco de despliegues aprendidos y

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, Un claro ejemplo de la importancia de este tipo de elementos es la influencia que incorporan los marcos legales y normativos vigentes en la zona y la manera en que éstos realizan la legalización y legitimación de la transitoriedad de las contrataciones, incluso permitiendo que algunas se vuelvan aún más intermitentes. Otro ejemplo de la influencia de este tipo de procesos está dado por la manera en que las estrategias elaboradas por los empresarios modifican cuantitativa y cualitativamente la conformación del mercado de trabajo. Con el objetivo de reducir al máximo grado posible el tiempo de trabajo subutilizado y de disminuir las obligaciones contractuales, los empresarios acuden a modalidades contractuales flexibles que adaptan y refuerzan la transitoriedad y con ella la precariedad de las relaciones laborales. Por último, a partir del análisis de los diversos procesos intervinientes en esta región se puede observar que en la conformación de este mercado resultan de mucha importancia los comportamientos laborales llevados adelante por los mismos trabajadores transitorios de la región. CONCLUSIONES

rurales tanto de manera agrupada como dispersa y, el significativo porcentaje de la población ocupada en actividades agrícolas, son los principales aspectos en los cuales se visualiza un comportamiento particular de esta zona de la provincia. Estos procesos ocurren en un contexto de fuerte reconversión productiva como es el caso de la vitivinicultura argentina en los últimos veinte arios, que entre otras características experimenta la ampliación de la superficie cultivada de uvas en la región. Este fenómeno que sucede impulsado por la instalación de viñedos concentrados en uvas "finas" y en gran medida a través de la instalación de importantes inversiones de capitales trasnacionales con una escala productiva mayor a la tradicional en la zona. Estas transformaciones productivas encuentran su correlato en la situación que se observa en la variedad y magnitud de las tareas del ciclo productivo anual. La aparición y difusión entre las unidades productivas de la región de nuevas tareas y la reformulación que atravesaron otras tradicionalmente desempeñadas constituyen un cambio significativo. Dentro de estas tareas, sobresalen aquellas relacionadas con el 'manejo" de las plantaciones tales como podas, raleos y deshojes, que van a incidir sobre la calidad final del producto obtenido. A su vez, adquieren importancia diversas tareas generadas en la región como la implantación de viñedos, las relacionadas con los nuevos sistemas de riego, o la instalación de mallas antigranizo. Por otro lado, la tarea de cosecha sigue concentrando la mayor cantidad de jornales ya que los cambios introducidos en el marco de la reconversión productiva no impactaron de forma importante en la cantidad de los jornales requeridos como lo hicieron respecto de otras tareas. Esta situación modifica en parte el ciclo anual de demanda laboral transitoria de la producción vitícola aminorando la centralidad de la demanda vinculada a la cosecha y, de esta manera volviéndolo algo más equilibrado. Esto pasa a afectar la demanda de empleo transitorio ya que ,

La conformación del mercado de trabajo transitorio en la producción de uvas para vinificar en la zona de la provincia de Mendoza conocida como Valle de Uco, representa un caso significativo para analizar un conjunto de procesos sociolaborales que participan en su constitución. Un primer aspecto importante en la conformación de este mercado está dado por la particular estructura agraria, productiva, poblacional y ocupacional que ofrece esta región de la provincia. La importancia de explotaciones de mediana extensión, la distribución de la superficie cultivada más equilibrada entre los tres grupos de producciones característicos de la provincia —vides, frutales y hortalizas—, la mayor cantidad de población residente en zonas

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Entre las principales cuestiones sociolaborales que intervienen en esta transitoriedad se deben mencionar al marco normativo vigente en la región, a las estrategias empresariales, a los comportamientos laborales desempeñados por los trabajadores, a las funciones desempeñadas por los intermediarios laborales y a la manera en que éstas se relacionan. En ese sentido, en un primer lugar, se puede observar claramente la manera en que las estrategias empresariales para movilizar, contratar y utilizar trabajadores repercuten y modifican las características que asume la transitoriedad del mercado. Estos comportamientos destinados a sostener sus procesos de acumulación y a adecuarse a los desafíos que le impone su entorno, modifican los momentos y modalidades de contratación con el objetivo de solucionar la subutilización del trabajo, intentando hacer coincidir en el máximo nivel posible la contratación del trabajo con su utilización efectiva. Para ello resultan de gran utilidad algunos aspectos vinculados a la regulación del mercado de trabajo, tanto en lo que refiere al registro formal de la relación laboral como a los aspectos informales legitimados en el territorio. Entre los aspectos formales que regulan formalmente la relación laboral del trabajo transitorio se debe mencionar la difusión de una variedad de modalidades de contratación. La combinación en los usos de estas figuras ("no permanentes", de "temporada", "eventuales" o "permanentes discontinuos"), basadas en convenios colectivos diversos, proporcionan una gama de posibilidades mediante las cuales es posible reorganizar la demanda de trabajo y, de esta manera permite a los empresarios adecuarse de manera flexible a las —cada vez más numerosas y dispersas— tareas de la vid. Sin embargo, aún cuando la transitoriedad se vuelve más compleja y asume en ocasiones modalidades "formales" que desdibujan las dicotomías con las que tradicionalmente se analizó este fenómeno (permanente o estacional, registrado o "en negro"), se

exige a los productores vitícolas enfrentar un calendario marcado por una mayor cantidad de tareas y por una mayor everitualidad , de las mismas. A su vez, esta situación en alguna medida favorece :1! e incrementa la posibilidad de los trabajadores transitorios-de conformar un ciclo anual más estable y, a su vez, más completo, vinculado a la producción primaria de uvas. Sin embargo, esta posibilidad encuentra límites muy claros. Por r li un lado, las tareas que comienzan a requerir una mayor demanda de mano de obra son fundamentalmente la poda, los desbrotes y el raleo, tareas sobre las cuales se establecen criterios más restrictivos de acceso, vinculados con las calificaciones y, en menor medi, da, las relacionadas con la instalación de viñedos, sistemas de He. go y mallas antigranizo. De manera concomitante con lo anterior se puede observar otro i proceso cuya magnitud y difusión se encuentra particularmente desarrollada en esta región: la centralidad de la intermediación laboral como estrategia de reclutamiento y contratación de mano de obra transitoria. Los datos censales analizados para la región resultan inequívocos en relación a la mayor difusión de esta modalidad indirecta entre los diferentes segmentos de las explotaciones así como también entre las variadas tareas para las que se contrata mano de obra transitoria en relación a lo que sucede en el resto de la provincia. Sin embargo, ha quedado demostrado que aún cuando la transitoriedad laboral se halla indisolublemente ligada a la estacionalidad productiva de la actividad, no se reduce a ella. Por lo tanto los términos transitorios o temporarios ya no se reducen ni asimilan con los de estacionales o zafrales debido a que existen situaciones en las que la temporalidad se encuentra vinculada a'procesos cuyas raíces se apoyan en aspectos que nada tienen que ver con la mayor brecha entre tiempo de trabajo y tiempo de producción característica de la agricultura.

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mantienen inalterados los principales rasgos de precariedad que caracterizaron a las relaciones laborales transitorias en la agricultura: la intermitencia de la inserción laboral, la incertidumbre sobre las posibles interrupciones del vínculo, la suspensión del contrato por cuestiones climáticas o decisiones productivas o, los bajos niveles salariales, entre los más relevantes. A su vez, estas estrategias empresariales tendientes a ajustar la utilización de trabajadores transitorios también descansan en los "consensos" informales difundidos en el territorio entre los que sobresalen la percepción y asimilación de la escasez o ausencia de posibilidades de empleo "durante el invierno", la potestad de empresarios y productores de "parar" a sus empleados en determinados momentos y la adecuación arbitraria de sistemas de pago a destajo a modalidades "jornalizadas". Dichas "instituciones" condicionan aspectos relevantes de la utilización del trabajo transitorio como los márgenes en los que se establece la negociación por el valor de los jornales, la extensión de la jornada de trabajo o, las mencionadas posibles interrupciones a la relación laboral. Asimismo, las estrategias de los empresarios de la región se hallan relacionadas con la difusión y las funciones que asumen las diversas modalidades de intermediación laboral. La necesidad de solucionar organizativamente la mayor eventualidad que asume el ciclo laboral, pero también de recurrir a alguna modalidad de registro, explican la consolidación de la intermediación laboral como instancia de reclutamiento, transporte, organización y hasta incluso de gestión administrativa de la mano de obra temporaria. De esta manera se observa diversas maneras en que las estrategias empresariales modifican cuantitativa y cualitativamente las características que asume el mercado de trabajo provocando que algunas de las situaciones de índole productiva ocurridas en el territorio no se traduzcan sin embargo en una conformación de un mercado de trabajo con ciclos más estables y permanentes. Por el contrario, las contrataciones, aún las registradas, se hacen cada vez

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más puntuales e inestables ya que se realizan mediante modalidades que facilitan y legalizan las constantes interrupciones del vínculo laboral. Otro aspecto relevante es el comportamiento que desempeñan los trabajadores transitorios en este mercado en el marco de situaciones de acuerdo y negociación con empresarios y en un contexto marcado estructuralmente por una alta transitoriedad y socialmente regulado como tal. Aún bajo distintas restricciones, los trabajadores despliegan una diversidad de estrategias ocupacionales que le imprimen algunas características específicas a la manera en que se regula este mercado. En ese sentido, otras dimensiones tales como la edad, la destreza, las habilidades, el género, la complementación de ingresos en el hogar, los vínculos personales, la migración, los empleos extra agrarios o en diversos cultivos, y la articulación con diversas modalidades de intermediación, intervienen y explican las disímiles inserciones ocupacionales presentes en el territorio.

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PRECARIEDAD LABORAL DE LOS ESQUILADORES DE VILLA SARA, DEPARTAMENTO DE TREINTA Y TRES

MATÍAS CARÁMBULA PAREJA'

INTRODUCCIÓN

!

El capítulo que se presenta a continuación fue elaborado a partir de los resultados de la tesis de Maestría "Movilidad espacial y precariedad laboral de los asalariados rurales temporales: el caso de los esquiladores de Villa Sara" 2 (Carámbula, 2009), dirigida por el Profesor Diego Pirieiro. En este trabajo de tesis se discutió las relaciones entre ciclo anual de trabajo, movilidad espacial y precariedad laboral. Una de las características de los asalariados temporales es que durante el ciclo anual de trabajo y según los empleos que conforman el mismo se movilizan por diferentes territorios. La movilidad espacial responde fundamentalmente a los requerimientos cíclicos de trabajadores de las diferentes regiones productivas. Por

1. Grupo Disciplinario en Sociología Rural. Departamento de Ciencias Sociales. Facultad de Agronomía. Universidad de la Republica. Uruguay. Maestría en Ciencias Agrarias, opción Ciencias Sociales. Facultad de Agronomía . Universidad de la Republica. Uruguay. Dirección de tesis Diego Piñeiro. (mcarambulallfagro.edu.uy ) 2.Villa Sara es un poblado del departamento de Treinta y Tres (noreste del Uruguay). Se ubica sobre la ruta nacional N°8 a 5 kilómetros de la capital departamental. Viven en ella aproximadamente 1000 habitantes y la principal actividad económica de sus habitantes está vinculada a lo molinos arroceros ubicados en la Villa.

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perspectivas sobre el concepto de empleo precario. Por un lado, la definición utilizada por Rodgers (1992) quien propone cuatro variables para identificar y analizar las condiciones de precariedad de una relación laboral. En primer lugar la variable ingresos, según la cual un trabajador es precario cuando los ingresos no permiten la reproducción social del trabajador y su familia. La segunda variable que plantea Rodgers es la inestabilidad laboral, en este sentido define que un empleo es precario cuando el trabajador no tiene un contrato por tiempo indefinido. La tercera variable refiere a la ausencia de cobertura social: el trabajador es precario cuando esta desprotegido socialmente porque no recibe aportes jubilatorios u otro tipo de beneficios sociales. La cuarta variable que utiliza Rodgers refiere al control sobre la condiciones de trabajo. Según esta variable el trabajador es precario cuando no controla las condiciones de trabajo, es decir las condiciones de seguridad, equipamientos, tiempos de trabajo/descanso, etc. Por otra parte, Paugaum (2000) plantea otra mirada de la precariedad laboral, incorporando la perspectiva subjetiva del trabajador. En este sentido Paugaum propone tres paradigmas de interpretación. El paradigma del "homo faber" que refiere a la satisfacción que obtiene quien realiza un trabajo; el "homo economicus" que refiere a la satisfacción económica (remuneración) que se obtiene por realizar un trabajo y el "homo sociologicus" que incorpora la satisfacción social del trabajador en relación a la integración y reconocimiento social en el entorno laboral. Piñeiro (2008) ha identificado la propuesta de Rodgers corno enfoque objetivo de la precariedad laboral y la propuesta de Paugam como enfoque subjetivo de la precariedad. Piñeiro (2008) en su tesis doctoral construye una forma de aproximación que integra ambas perspectivas, las cuales se sintetizan de la siguiente manera

ejemplo, en el este del país, la demanda otoñal de trabajadores para la "contrata del arroz" en los molinos arroceros, la demanda ! en primavera para la zafra de esquila, la demanda estival de trabajadores para realizar trabajos en el sector servicios durante la tem11 porada turística. Así pues, el trabajador temporal conforma el ciclo anual de trabajo integrando diferentes empleos durante el año la!I boral. A su vez los mismos se reflejan en diferentes recorridos te!! rritoriales (locales, departamentales, regionales, nacionales), diferentes modalidades de movilidad (diarias, semanales, mensuales, zafrales) y diferentes medios para realizarla (locomoción propia, de la empresa, colectiva). En este capítulo y asociado al análisis de la movilidad espacial, se incorpora la perspectiva temporal de la movilidad, analizando los tiempos de ausencia del lugar de residencia del trabajador. 1, Durante el ciclo anual de trabajo el asalariado tiene diferentes períodos de ausencia de acuerdo a los trabajos que conforman el ciclo anual. Por ejemplo en una zafra como la esquila el tiempo de ausencia es muy importante, mientras que en las contratas de arroz (molino) la movilidad es diaria registrando tiempos de ausencia mínimos. La ausencia en el lugar de residencia se analiza desde sus repercusiones en el ámbito familiar, en el pueblo y en las redes laborales y sociales. EL DEBATE SOBRE PRECARIEDAD LABORAL

, 11. 1! , 1 !; il!

En el mercado de trabajo contemporáneo surgen o se consolidan nuevas formas "atípicas" de empleo; empleos temporales, empleos domiciliarios, empleos de tiempo parcial. En este contexto de flexibilización laboral, de emergencia de formas "atípicas" de empleo, acompañadas por un creciente desempleo eventual y fundamentalmente estructural, es que se renueva el debate sobre precariedad laboral. A los efectos del trabajo de investigación, se incorporan dos

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" ...Ser precario será así una combinación de sentir la precariedad y estar en la precariedad..." (Piñeiro, 2008: 52).

1

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CICLO ANUAL DE TRABAJO

II I

La investigación toma como elemento central el ciclo anual de trabajo de los esquiladores (asalariados temporales zafrales) 3 de Villa Sara El ciclo anual de trabajo, registra el ario laboral de los trabajado-

res, identificando en el mismo las diferentes labores que realizan, las cuales se pueden ubicar en diferentes ramas de la actividad económica. Piñeiro (2003) señala que la mayoría de los trabajadores de la esquila aspira a lograr un empleo estable.' El mismo autor plantea que los trabajadores de las comparsas de la esquila no tienen trabajo estable a lo largo del ario. En los dos meses de la esquila, (octubre y noviembre) es cuando trabajan a pleno y cuando obtienen una mayor proporción de los ingresos. Claramente, existe un predominio de las actividades agropecuarias en las ocupaciones de los períodos interzafra (58%). Las otras dos ramas de actividad que revisten porcentajes significativos de ocupación son la construcción y en menor medida los servicios de tipo comunales y personales. La desocupación en el periodo inter-zafra de esquila afecta al 19% de los trabajadores. Bendini e t al (1999) identifican cuatro tipos de trabajadores golondrinas" 5 : asalariado rural con multiocupación agraria, semiasalariado rural, asalariado con pluriactividad multisectorial y desocupado en área de origen. Los asalariados rurales con multiocupación agraria son los que combinan dos o mas ciclo productivos a lo largo del año y tienen una rotación entre empleos y empleadores. Los semi-asalariados rurales son los trabajadores que combi-

3.Se definen dos categorías de trabajo temporal: el trabajo zafral y el trabajo no zafral. Como trabajo zafral se define aquel que se vincula a los ciclos productivos (trabajadores de la esquila, los cortadores de caña, los cosecheros frutícolas). Como trabajo no zafral se define aquel en el cual no existe una vinculación directa con los ciclos productivos (alambrador). r

4. Lo empleos estables mas elegidos fueron un empleo estable en una empresa privada, un empleo publico y ser pequeño productor (la única referencia rural). 5. Trabajadores que migran hacia zafras estacionales. En este caso migrantes que se movilizan hacia la zafra frutícola de la cuenca del Río Negro en Neuquén, Argentina.



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nan el trabajo en la parcela (cuenta propia/trabajador familiar) con la venta de trabajo extra-predial. Los asalariados con pluriactividad multisectorial son los que combinan tareas urbanas de carácter ocasional y/o temporario (servicios e industria, empaque frutas, construcción) con trabajo agrícola estacional (cosechas). Mientras que, los desocupados en el área de origen, son los asalariados urbanos tradicionales en el sector servicios de reciente incorporación como asalariado agrario ocasional y/o temporario. MOVILIDAD ESPACIAL

Las migraciones laborales estacionales de trabajadores agrícolas es una característica estructural del mercado de trabajo rural latinoamericano. Estas migraciones se relacionan fundamentalmente con las épocas de cosecha de diferentes cultivos. La escasez de mano de obra local en las regiones de destino, así como la ausencia de ofertas de empleo en los territorios de origen, explican la migración estacional de importantes contingentes de trabajadores que migran para realizar las tareas de cosecha. En el Uruguay estos procesos no ocurrirían o por lo menos no registrarían la magnitud de los ejemplos mencionados. Piñeiro (2008:65) señala que en Uruguay "...no es frecuente (mas aún, esta en

duda su propia existencia) encontrar contingentes de trabajadores que se desplacen solos o en grupo para la realización de las cosechas, como sí ocurre en otros países de América Latina". El mismo autor señala que en Uruguay se identifican tres tipos de situaciones, o lo que bien podría denominarse tipos de movilidad. Un conjunto de trabajadores que teniendo residencia urbana se desplazan diariamente hacia sus lugares de trabajo (por ejemplo los trabajadores que participan en la cosecha de citrus en el norte o cosechas de frutas de hoja caduca en el sur). Otro grupo de trabajadores con residencia en localidades pequeñas o en pequeños predios rurales que trabajan en establecimientos ganaderos/agrícolas de la zona y que regre-

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.

san semanal o quincenalmente a su lugar de residencia. La tercera situación es la de los trabajadores que tendiendo residencia urbana o rural se desplazan el territorio en cuadrillas regresando semanalmente a sus hogares (trabajadores de la esquila y de la forestación). Los esquiladores de Villa Sara formarían parte de este último grupo de trabajadores. El concepto de movilidad espacial forma parte del concepto de migraciones. Como señalaba anteriormente Giarracca (2000), la movilidad espacial es una de las dimensiones de los procesos migratorios. El concepto "migración" contiene implícita la imagen de desplazamientos y distancia físicas y simbólicas —a la vez— geográfica, temporal, afectiva. Cuando hablamos de procesos migratorios comprendemos tanto la movilidad de los individuos a través del espacio, como la movilidad del lugar de residencia, y en el caso de las migraciones laborales los pasajes entre formas diferentes de organización del trabajo". (Giarracca et. a, 2000:103). Ahora bien, y siguiendo el planteo de Piñeiro —ausencia de migraciones estacionales en Uruguay—, se sugiere .que el concepto de migraciones en el cual hay un lugar de origen y un lugar de destino no seria el más apropiado para el estudio de los esquiladores de Villa Sara. Por este motivo se tomara como concepto analítico la movilidad espacial. Para construir este concepto se integran los tres tipos de situaciones planteadas anteriormente por Piñeiro y se complementa con la propuesta de Lara (2000). Dicha propuesta plantea que para el caso de los trabajadores golondrinas mexicanos se identifican tres formas de migración. La migración pendular, en que los trabajadores partiendo de su lugar de residencia migran hacia otro Estado y regresan a su casas; la migración circular, en las que el trabajador parte de su residencia y circula por varios Estados para luego retornar a su lugar de origen y una migración circular permanente en la cual el trabajador ha perdido su lugar de origen y circula entre Estados y empleos de forma permanente.

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Piñeiro (2008) plantea que la movilidad espacial de los trabajadores, en sus diferentes formas, contribuye a la precariedad laboral. Señala cinco aspectos que justifican este planteo. En primer lugar, plantea que la movilidad separa al trabajador de su familia, lo cual conlleva a la privación de lazos afectivos y le impiden ejercitar sus responsabilidades familiares. En segundo lugar, la movilidad priva al trabajador de las redes sociales, reduciendo las posibilidades y opciones, acentuando la vulnerabilidad hacia el contratante. En tercer lugar, la movilidad reduce la capacidad de acceso a los beneficios sociales que brinda el Estado, por ejemplo, el acceso a la salud y a la educación, ya que son beneficios localizados territorialmente. En cuarto lugar, "...las condiciones de vida en los establecimientos rurales que recibe a los trabajadores suelen ser deplorables...",además esta situación se registra generalmente durante todo el ciclo migratorio agudizando aun mas esta situación. En quinto lugar señala los medios y condiciones de traslado de los trabajadores como elemento que aumenta el riesgo de accidentes. Además de las razones mencionadas, Piñeiro (2008) señala que el cambio frecuente de ocupación también contribuye a incrementar la precariedad. Plantea tres razones que justifican esta afirmación. La primera, la rotación entre ocupaciones durante el año laboral genera periodos de desempleo sin ingresos, que incidirán en el ingreso anual del trabajador. En segundo lugar, menciona que

"...la inseguridad respecto a la obtención de un nuevo empleo, los hace mas vulnerable a las presiones salariales pa la aceptación de condiciones laborales impropias". En tercer lugar, "...el cambio repetido de ocupación, impide la acumulación de conocimiento y destrezas y desalienta la formación y la capacitación laboral...". En síntesis, se propone abordar y comprender la movilidad espacial de los esquiladores de Villa Sara de la siguiente manera. Por un lado, identificando los tipos de movilidad que desarrollan los esquiladores durante el ciclo anual de trabajo. Por otro lado la movilidad espacial y su vínculo con la precariedad laboral.

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METODOLOGÍA UTILIZADA

El procedimiento que se utilizó corresponde a un estudio de caso: el de los asalariados de la esquila de Villa Sara. Este tipo de procedimiento de características unitario-intensivo permite comprender y relacionar en profundidad la realidad y los procesos sociales en estudio. En este caso, los ciclos anuales de trabajo, la movilidad espacial y su vinculación con la precariedad laboral de los asalariados rurales temporales. La unidad de análisis definida fueron los esquiladores de Villa Sara.' Específicamente la investigación se centró en el estudio de los ciclos anuales de trabajo, analizando los mismos desde la perspectiva de la precariedad laboral y la movilidad espacial. La investigación abarcó temporalmente el ciclo anual de trabajo correspondiente al ario 2006. La investigación se desarrolló en cuatro etapas. En primer lugar se realizó una exploración del territorio en la cual se iba a desarrollar el trabajo. Durante esta etapa se realizaron entrevistas abiertas a informantes calificados las cuáles fueron complementadas con información secundaria obtenida de diferentes fuentes. La segunda etapa consistió en la selección del grupo de asalariados a los cuales se les realizaría el seguimiento del ciclo anual de trabajo del año 2006. La tercera etapa fue de seguimiento del ciclo anual de trabajo del ario 2006 de los asalariados seleccionados. Durante este periodo se integraron cuatro técnicas de recolección: entrevista semi-estructurada, un formulario mensual de registro de la actividad laboral de cada uno de los asalariados, la observación de algunos de los trabajadores en sus diferentes lugares de trabajo y un registro de movilidad espacial (mapa) de los asalariados a lo largo del ciclo anual de trabajo. La cuarta etapa consintió en el procesa-

6. El grupo seleccionado estaba compuesto por 10 asalariados.

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miento de la información obtenida, luego de la cual se realizó una nueva salida de recolección de información (abril 2007) para corroborar información o solicitar información no registrada anteriormente. MOVILIDAD ESPACIAL Y PRECARIEDAD DE LOS ESQUILADORES DE VILLA SARA

Los esquiladores de Villa Sara son trabajadores en movimiento permanente, se mueven durante la zafra de esquila, algunos continúan el movimiento hacia el este, en la búsqueda del turismo, sus luces y empleos, otros siguen el movimiento entre el arroz rojo y las taipas del arrozal. En tiempos de cambios y dinámicas arrolladoras algunos miran hacia las plantaciones forestales, otros achican la velocidad y pretenden menos movimiento y más estabilidad. Algunos serán movimientos para cambiar, otros para sobrevivir. Entre movimiento -y movilidades transita la vida y el trabajo de los esquiladores de Villa Sara. TIPOS DE MOVILIDAD ESPACIAL

Los asalariados fueron agrupados en tres tipos de acuerdo a la estabilidad y regularidad de los ciclos anuales de trabajo': trabajadores con ciclo anuales estables y regulares, trabajadores con ciclo anuales estables e irregulares y trabajadores con ciclos anuales inestables e irregulares. La estabilidad y regularidad del ciclo fue identificada con una gradualidad de la precariedad laboral (objetiva y subjetiva). En un extremo, mayor estabilidad y regularidad del

7. Los esquiladores de Villa Sara no tienen estabilidad laboral por lo cual por definición son trabajadores precarios. Flexibilizando esta apreciación inicial se plantea que en escenarios inestables, se registran expresiones de estabilidad y regularidad laboral diferencial entre los trabajadores. Estabilidad interanual de los ciclos anuales de trabajo/regularidad interanual de las empresas en las cuales se insertan laboralmente los trabajadores.

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ciclo anual, menor grado de precariedad y en el otro extremo, menor estabilidad y regularidad del ciclo anual, mayor grado de precariedad. La relación entre tipo de ciclo anual y movilidad espacial es la que se desarrolla en los apartados que siguen a continuación. Como se mencionó anteriormente los tipos de movilidad espacial de los esquiladores de Villa Sara se analizarán a partir de la propuesta de Piñeiro (2008) sobre los tipos de movilidad en relación a la residencia y la propuesta de Lara (2000) sobre las migraciones pendulares, circulares y circulares permanentes. Durante la zafra de esquila, los asalariados que se estudiaron forman parte del grupo de trabajadores que tienen residencia urbana y se desplazan por el territorio en cuadrillas regresando periódicamente a sus hogares. Durante la zafra de esquila los asalariados registraron una versión de movilidad espacial cíclica. -El análisis de la movilidad del resto del ciclo ocupacional resultó más complejo. Los trabajadores con ciclos estables y regulares forman parte del grupo de asalariados que tienen residencia urbana y se desplazan diariamente a su lugar de trabajo. En estos casos, hacia pequeñas obras en la localidad o en la ciudad de Treinta y Tres (5km). Planteando una adaptación de la tipología de Lara, estos serian trabajadores que durante esta etapa del ciclo anual registraban movilidad pendular diaria. Para los asalariados con ciclos ocupacionales estables e irregulares en transición se identificaron algunas variaciones. El caso del "Chiquilín" es el más sencillo ya que accedió a un empleo permanente en el pueblo, en este caso no se registró movilidad espacial, salvo el movimiento diario de su residencia al lugar de trabajo (menos de lkm.). El caso del "Zinho" es diferente ya que si bien consiguió un empleo permanente, en el marco del mismo el trabajador se movilizó espacialmente.. "El Zinho" es un trabajador con residencia en el pueblo que se moviliza espacialmente en la cuadri-

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lla de servicios agrícolas con retornos esporádicos al lugar de residencia. Al igual que los trabajadores que participan en la zafra de esquila "el Zinho" es un trabajador que según la tipología de Lara (2000) registró movilidad circular, recorriendo varios departamentos en un recorrido estacional. El tercer trabajador de este grupo es el "Bocha" quien en los períodos ínter-zafra de esquila registró movilidad pendular, desde su lugar de residencia hacia territorios en los cuales trabaja como carpintero de obra. En este caso, la movilidad pendular fue diaria o semanal según la distancia y ubicación de la obra. En los trabajadores con ciclo anual inestable e irregular el análisis de la movilidad espacial durante el periodo interzafra de esquila se tornó más complejo, es el grupo en el cual se registraron mayores variaciones. "El Lentes" luego de la esquila migró al sur del país hacia las zafras hortícolas, luego, en el retorno se integró como peón en una estancia ganadera y posteriormente, ya desde el pueblo realizó pequeñas changas. "El Lentes" es un ejemplo de migraciones de tipo circular, recorrió varios territorios y luego volvió al lugar de residencia. Durante la residencia en el pueblo registró movilidades pendulares diarias o por varios días para realizar pequeñas changas en regiones cercanas. "El Bagre" y "El Nando" luego de la esquila se incorporaron a las diferentes actividades laborales que ofrece el complejo arrocero. Durante este período los trabajadores registraron movilidades pendulares desde el lugar de residencia hacia territorios cercanos. En el caso del "Bagre", movilidad diaria hacia el molino de arroz durante la contrata o movilidades diarias o por algunos días hacía los cultivos en los cuales trabajó en el control del arroz rojo (maleza del arroz). En ambos casos en los períodos interzafra los trabajadores registraron movilidades pendulares diarias, ya sea realizando fletes en el carro (el bagre) o como peón de albañil en pequeñas obras cercanas a la residencia (el Nando). El último caso el "Jonathan", que fue el trabajador que recorrió mayor distancia durante el ciclo anual

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2006. Al inicio del año trabajaba en un taller mecánico en el pueblo. Durante este periodo se movilizaba diariamente de su residencia . (menos de lkm.). Luego de quedar desempleado en el taller, trabajó en la contrata del arroz, manteniendo el mismo patrón de movilidad. Posteriormente se integró a la cuadrilla que brinda servicios agrícolas. Durante este periodo de trabajo se movilizó por varios departamentos durante un periodo de tiempo de aproximadamente tres meses. "El Jonathan" durante este periodo se movilizó espacialmente en la cuadrilla de servicios agrícolas con retornos esporádicos al lugar de residencia. Durante este periodo de tiempo, la movilidad que registro el trabajador fue circular, recorriendo varios departamentos en un recorrido estacional. En los casos estudiados y de acuerdo a los niveles de estabilidad y regularidad del ciclo anual, la movilidad en el territorio fue agrupada en dos estrategias. Un grupo de trabajadores que se moviliza territorialmente solo en la esquila. Y otro grupo mayor que se mueve espacialmente durante todo el ciclo anual de trabajo. Los trabajadores con un ciclo anual estable y regular, registran movilidad espacial solo en la esquila (Ver Anexo, mapa 1). Estos trabajadores incorporan la movilidad espacial como un componente temporal del ciclo. Se movilizan durante el trabajo de esquila y se asientan en el pueblo durante el resto del ario. La búsqueda de trabajo con residencia en el pueblo y movilidad espacial diaria es la estrategia desarrollada en el periodo ínter zafra de esquila. La edad, la expansión de la familia, la construcción de un nuevo oficio (albañiles), aparecen como las variables que explican esta temporalidad de la movilidad. Para los trabajadores que conforman un ciclo anual estable e irregular en transición (Ver Anexo, mapa 2) y para los • trabajadores con ciclos inestables e irregulares (Ver Anexo, mapa 3), la movilidad espacial no tiene un corte temporal sino que se registra en todo el año laboral. Para algunos de ellos el movimiento espacial comienza en febrero/marzo con el inicio de la zafra de arroz, luego siguen periodos de changas y posteriormente comien-

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za la zafra de esquila. Para otros, el movimiento espacial es hacia la temporada de verano en Maldonado. Luego se vuelve al pueblo a "changuear" y nuevamente comienza la esquila. Mientras que en otros trabajadores el movimiento espacial se dirige y ubica en zafras extraregionales, como la vendimia en Canelones. MOVILIDAD ESPACIAL Y PRECARIEDAD LABORAL

En el debate conceptual se planteaba que la movilidad espacial que registran los trabajadores durante el ciclo anual de trabajo podría ser una variable relacionada con la precariedad.Pues bien, si nos dirigimos al anexo y observamos los mapas de movilidad anual de los trabajadores, se visualiza que los trabajadores con ciclos estables y regulares (menor grado de precariedad) son los que registran menor movilidad espacial durante el ciclo anual de trabajo. Mientras que en el sentido opuesto, los trabajadores con ciclos inestables e irregulares (mayor grado de precariedad) son los trabajadores que registran mayores niveles de movilidad espacial durante el ciclo anual de trabajo. A continuación y utilizando la propuesta de Piñeiro en la cual reflexiona sobre posibles vínculos entre movilidad espacial y precariedad laboral se esbozan algunas señales explicativas de estas diferencias entre trabajadores. El primer factor que plantea Piñeiro es el distanciamiento de la familia, la privación de lazos afectivos y la imposibilidad de asumir responsabilidades familiares. El trabajo de investigación realizado, sugiere que esta variable sería una de las más sentidas por los asalariados. La movilidad espacial asociada a tiempos de ausencia de la familia y el territorio explicaría la insatisfacción. Esta se expresa en los trabajadores más jóvenes, los cuales señalan las dificultades que tienen para establecer y mantener relaciones afectivas y en lo trabajadores de mayor edad y años en la temporalidad, que manifiestan la satisfacción que les generaría obtener un empleo fijo para estar cerca de la familia. Y por otro lado, identifi-

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cando consecuencias, los trabajadores mayores, como el caso "del Lentes" que no han logrado conformar una familia identificando en la temporalidad y movilidad que la caracteriza la razón principal de su solitaria existencia. El segundo factor que menciona Piñeiro es la privación de las redes sociales, aumentando la vulnerabilidad frente a los contratantes. "Sino estas ahí...", fue una frase utilizada por algunos de los trabajadores. Por un lado, la movilidad y los tiempos de ausencia, privan o alejan de nuevos vínculos, de posibles contratantes y nuevos empleos. Por otra parte, la movilidad reduce la cantidad y diversidad de empleos y empleadores ofertantes de empleo. La movilidad espacial y la especialización laboral que la misma genera, impide la visualización de otros empleadores en la posible integración de estos trabajadores a actividades en otras ramas o en otros rubros. Se genera un espiral en el cual los trabajadores reducen sus redes sociales y con ella la posibilidad de acceder a otros empleos, generando relaciones cada vez mas dependientes y por lo tanto vulnerables frente a los contratantes actuales. Esta apreciación se ejemplifica muy bien con los trabajadores que participan en la zafra de esquila pre-parto y que tienen un ciclo ocupacional estable. En este caso la estabilidad y regularidad del ciclo anual depende del vínculo con la empresa de esquila en la que trabajan ya que en el territorio no todas las empresas de esquila realizan este tipo de zafra. Por lo cual, para estos trabajadores, el grado de dependencia y la vulnerabilidad hacia la empresa en que trabajan se acentúa aun más. En el otro extremo se ubican los trabajadores con ciclos inestables. En estos casos la movilidad permanente que los caracteriza no permite generar vínculos estables con los empleadores, por lo cual quedan expuestos al vínculo casual, al "vivir al día". El tercer factor que plantea Piñeiro es que la movilidad no permite que el trabajador acceda a los servicios territoriales que brinda el Estado. El ejemplo más claro es la relación entre deserción

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del sistema educativo e inserción laboral. En la mayoría de los casos la inserción juvenil al mercado de trabajo fue a través de la esquila. Esta inserción temprana al mercado de trabajo temporal significó para la mayoría de los casos la deserción definitiva de los procesos de aprendizaje y formación. A su vez y a diferencia de las migraciones estacionales, en las cuales hay un territorio de destino, el tipo de movilidad circular no genera radicación en ningún territorio, por lo cual no hay accesos a los servicios. El otro ejemplo es el conflicto entre movilidad espacial y acceso a los servicios de salud. En lo casos estudiados esta distancia, se expresaba en dos formas. Por un lado, en caso de accidentes o enfermedad durante la zafra, aparece como un factor problemático las distancias que deben recorrer entre los centros de atención a la salud y los lugares de trabajo. Por otro lado, la movilidad anual y los tiempos de ausencia imposibilitan o dificultan la atención de otros problemas sanitarios como por ejemplo la atención de la salud bucal o visual. El cuarto factor que plantea Pirieiro son las "deplorables" condiciones de alojamiento en los establecimientos en los cuales trabajan los asalariados temporales. El recorrido realizado por diferentes escenarios laborales confirmó que las condiciones laborales son deficitarias en la mayoría de los trabajos que conforman el ciclo anual. Como se mencionaba anteriormente los trabajadores con ciclos regulares y estables se movilizan sólo durante la zafra de esquila. Por lo tanto las carencias en cuanto a las condiciones de alojamiento se registrarían solo en la esquila. En realidad "sólo" en la esquila significa entre 3 a 6 meses, es decir entre una cuarta parte y la mitad del año viviendo condiciones de alojamientos deficitarias. En los trabajadores que construyen ciclos inestables, que registran mayor movilidad espacial, este factor se agudiza ya que acumulan mayores periodos de tiempo viviendo en condiciones de alojamiento deficitarias. Las condiciones de alojamiento "deplorables" conforman el hábitat laboral, pero lo más importante es que

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con ciclos estables y regulares registran menores periodos de desempleo, construyen oficios (esquila, albañil), pero aumentan la dependencia y vulnerabilidad con las empresas contratantes. Por otro lado, los asalariados con ciclos irregulares e inestables registran mayores periodos de desempleo, no construyen trayectorias laborales dentro de un oficio, pero, no tendrían la vulnerabilidad y dependencia hacia las empresas que se mencionaba para el grupo anterior.

para los trabajadores temporales en estas condiciones "viven" la mayor parte del ario. El quinto factor que menciona Piñeiro (2008) son los riesgos de accidentes vinculados a los medios y formas de locomoción en los que se desplazan los trabajadores durante el ciclo anual de trabajo. El camión durante la zafra de esquila, la motito y la bicicleta para las changas con movilidad diaria, el ómnibus colectivo para movilidades hacia otros territorios. El camión de la comparsa' es bien significativo, en él se confunden hombres, maquinas y monos.' Esta característica del medio de transporte colectivo más importante en el trabajo temporal, se trasladó a los riesgos propios de esta movilidad y se agrava de forma aun mayor en casos de accidente.

CONCLUSIONES

La vinculación entre la movilidad espacial y la precariedad laboral de los esquiladores de Villa Sara fue confirmada en este estudio. Ahora bien, así como la precariedad laboral fue analizada desde la objetividad y la subjetividad, parecería correcto señalar que la movilidad espacial y su vínculo con la precariedad podrían analizarse integrando esta doble mirada ya que como resultado del análisis realizado se identificaron variables objetivas y variables subjetivas que relacionan precariedad laboral con movilidad espacial. La movilidad espacial podría ser analizada desde variables objetivas como: la distancia recorrida por empleo y por año, la cantidad de empleadores que tiene un trabajador por ario, la reiteración interanual de los mismos, los días de ausencia de la residencia, los medios y condiciones de transporte, etc. Y desde variables subjetivas, vinculadas al sentir o significado social de la movilidad como por ejemplo: los tiempos de ausencia y el significado en relación con la familia, la toma de decisiones familiares, la movilidad y los vínculos sociales. El estudio realizado sugiere que la satisfacción con el trabajo e incluso con los ingresos que perciben durante el ciclo anual de trabajo, se minimizaría frente a la insatisfacción social que genera la movilidad espacial asociada al ciclo anual de trabajo temporal.

Además de las razones mencionadas, Piñeiro (2008) señala que el cambio frecuente de ocupación también contribuye a incrementar la precariedad. Plantea tres razones que justifican esta afirmación. La primera, la rotación entre ocupaciones durante el ario laboral genera periodos de desempleo sin ingresos, que incidirán en el ingreso anual del trabajador. En segundo lugar, menciona que

" ...la inseguridad respecto a la obtención de un nuevo empleo, los hace mas vulnerable a las presiones salariales y a la aceptación de condiciones laborales impropias". En tercer lugar, "...el cambio repetido de ocupación, impide la acumulación de conocimiento y destrezas y desalienta la formación y la capacitación laboral...".E1 conjunto de razones que plantea el autor se relaciona con el análisis de la precariedad laboral según tipos de ciclo anual realizado anteriormente. Por un lado, los asalariados

8. Durante el año 2006 se comenzaba a elaborar desde el Ministerio de Trabajo un protocolo sobre las condiciones de los medios de transporte para este tipo de trabajadores. En el mismo, entre otras condicionantes, se proponía la obligatoriedad de transportar por separado a los trabajadores ya las maquinas. 9. "Rollo" que arma cada trabajador con su colchón y las pertenencias personales

100

1

101

"La temporalidad de las relaciones laborales y el movimiento permanente genera distancias afectivas y vulnerabilidades sociales, las cuales son percibidas y sentidas por los asalariados. Así pues, desde la idea de "tiempos de ausencia", se puede sintetizar la integración de objetividad y subjetividad de la precariedad en la vida de un trabajador temporal. Por un lado, la ausencia dec o bertura social durante el ciclo anual y a lo largo de la trayectoria laboral y por otro lado, los tiempos de ausencia afectiva. La búsqueda de empleo permanente y estable, que afilia e integra es su contracara y la aspiración que expresan los trabajadores temporales de Villa Sara". (Carámbula, 2009).

BIBLIOGRAFÍA Bendini, M, Radonich, M, Steimbreger, N. (1999). de la vulnerabilidad social de los "golondrinas" en la cuenca frutícola del río Negro. In: De golondrinas y otros migrantes. M. Bendini y Martha Mabel Radonich (coord.). Grupo de Estudios Sociales Agrarios (CESA). Universidad Nacional del Comahue. Editorial La Colmena. Buenos Aires. Pp .31-52 Carámbula, M. (2009). Movilidad espacial y precariedad laboral en los trabajadores rurales temporales: el caso de los esquiladores de Villa Sara. Tesis de Maestría en Ciencias Agrarias, opción Ciencias Sociales. Facultad de Agronomía, Universidad de la República. Uruguay.168p. Castel, R. (2006). Las Metamorfosis de la Cuestión Social.

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102

1

103

ANEXO. MAPAS DE MOVILIDAD

Mapa 1: movilidad espacial de los trabajadores con ciclos anuales de trabajo regulares-estables 1.. .. ,.... •,, Als,



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Mapa 2: movilidad espacial de los trabajadores con ciclos anuales de trabajo regulares-en transición.

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Movilidad diaria desde residencia (construcción). Motocicleta - — - Movilidad con tiempos de ausencia (zafra de esquila) Camión de la empresa

-- Movilidad diaria desde residencia (construcción). Bicicleta - - - - Movilidad con tiempos de ausencia (zafra de esquila). Camión de la empresa •

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Movilidad diaria desde residencia (construcción). Bicicleta

- - - - Movilidad con tiempos de ausencia (zafra de esquila). Auto del socio.

91

Movilidad con tiempos de ausencia (servicios agrícolas). Camión de la empresa Movilidad diaria y con tiempos de ausencia (construcción). Camioneta de la empresa - - - - Movilidad con tiempos de ausencia (zafra de esquila). Camioneta de la empresa Movilidad ocasional hacia Villa Sara. Transporte colectivo

El Bocha —

El Chiquilín —

Movilidad diaria desde residencia (empleo fijo-molino de arroz). A pie.

104 105

Mapa 3: movilidad espacial de los trabajadores con ciclos anuales de trabajo irregulares-inestables.

CAPÍTULO 5

TRABAJADORES EN EL COMPLEJO AGROINDUSTRIAL TABACALERO JUJEÑO. CLASIFICACIÓN DE LA FUERZA DE TRABAJO, TAREAS Y REMUNERACIÓN

DANIEL ALBERTO REI

INTRODUCCIÓN

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El Bagre .

.

- . .

Movilidad charla desde residencia (contrata molinos arroz). A pie. Movilidad con tiempos de ausencia (zafra de esquila). Camión de la empresa. ,--. - - - -: Movilidad diaria desde residencia (changas). Carro propio.

El Lentes -

-

-

-



Movilidad diaria desde residencia (cosecha arroz). Camión de la empresa Movilidad con tiempos de ausencia (zafra de esquila). Camión de la empresa Movilidad diaria desde residencia (construcción). A pie

El Nando

El Jonhatan -

.

106

Movilidad diaria desde residencia (changas). A pie o bicicleta. Movilidad con tiempos de ausencia (zafra de esquila). Camión de la empresa Movilidad con tiempos de ausencia (zafra hortícola). Bicicleta. Movilidad esporádica hacia residencia diana desde residencia (peón estancia). A pie. .-

El presente capítulo', anticipa resultados parciales de la tesis en marcha y que persigue el objetivo general de describir y analizar los principales cambios experimentados en la estructura social agraria organizada alrededor de la producción tabacalera jujeria. Interesa especialmente analizar los actores involucrados, aludiendo especialmente a las nuevas características del trabajo agrario, tanto en el sector asalariado como en los aportes laborales que realizan el productor y, eventualmente, su familia. Tomando como marco de referencia el proceso de producción de tabaco Virginia en el principal departamento tabacalero provincial, El Carmen, el presente capitulo, propone dar cuenta de algunos de los recientes cambios experimentados al interior del Complejo Agro Industrial tabacalero (CAI); y de como estos, han dado forma a un mercado de trabajo altamente demandante de mano de

-

-

Movilidad diaria desde residencia (taller mecánico). A pie Movilidad con tiempos de ausencia (emp. servicios agrícolas). Camión de la empresa Movilidad con tiempos de ausencia (zafra de esquila). Camión de la empina

1. Equipo de Investigación sobre Mercados de Trabajo Rurales. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires. Argentina. Maestría en Ciencias Sociales del Trabajo, Facultad de Ciencias Sociales, UBA. Dirección de tesis Susana Aparicio. ([email protected] ). 2.Se presentan resultados preliminares de la tesis de maestría en el postgrado mencionado.

107

obra asalariada, tanto permanente como estacional. En segundo lugar, se plantea un análisis de las distintas clasificaciones sociales de los puestos de trabajo y formas de contratación, entendidas como mecanismos tendientes a clasificar a los asalariados y ordenar el proceso de trabajo dentro de las fincas tabacaleras. Finalmente, se pregunta por los mecanismos existentes y las certificaciones de saber, que legitiman y dan forma a esta particular estructura social. Para alcanzar los objetivos propuestos, se han diseñado y utilizado una serie de herramientas metodológicas. En primera instancia, se ha recurrido a materiales bibliográficos referentes a la producción tabacalera en Jujuy y la Argentina. En segundo lugar, se han analizado bases y cuadros estadísticos publicados el Ministerio de Economía y la Secretaria de Agricultura Ganadería y Pesca y tabulados especiales provenientes del Censo Agropecuario de 2002. Durante los meses de enero, febrero y abril del ario 2007, se han realizado distintos trabajos de campo en la localidad de Perico del Carmen, con la finalidad de obtener una visión general de la problemática y lograr un contacto directo con los principales actores. En dichas oportunidades, se entrevistaron a productores de distintos estratos y a asalariados de diferentes ocupaciones, constituyendo un insumo importante a la hora de identificar los procesos mencionados. Finalmente, para este trabajo fue de suma importancia, incorporar algunos de los datos alcanzados en una encuesta realizada a trabajadores y productores tabacaleros en Jujuy'. Realizada mediante un sistema de muestreo no probabilística, denominado "bola de nieve". Se entrevistó a un total de 163 asalariados en la puerta

3. La encuesta fue realizada entre la Universidad de Buenos Aires y la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, en el marco del proyecto de trabajo: "Tabaco, mercado de trabajo y cultura en Jujuy", bajo la dirección de Susana Aparicio y con el financiamiento del "Programa de promoción de la investigación, fon -nación y divulgación sobre riesgos del trabajo" (convocatoria 2005).

del sindicato de trabajadores, las fincas y barrios periféricos. La misma hizo hincapié en las condiciones de trabajo y la utilización de agroquímicos en las fincas tabacaleras, además de relevar información socio-demográfica sobre este grupo poblacional. LA PRODUCCIÓN DE TABACO VIRGINIA EN LA PROVINCIA DE jUJUY

Como se ha analizado en trabajos anteriores (Re, 2007) la provincia de Jujuy se caracteriza por presentar ciertas particularidades que la distinguen de otras regiones productoras de tabaco de la Argentina. Esto no solo se debe a las condiciones climáticas y la variedad de tabaco producida en la región, el Virginia', sino a los actores sociales que intervienen en el proceso productivo. En líneas generales, al referirnos al proceso de producción del tabaco, debemos tener presente que estamos hablando de una gran cantidad de actores y de procesos productivos, cuya característica principal, es la de vincular la actividad primaria o rural con la industrial, aunque no se articule todo el proceso bajo una misma firma, compañía, o productor. Este complejo mecanismo de relaciones sociales, es descrito por algunos autores, como un Complejo Agro Industrial (cpu), donde la transformación eslabonada de la materia prima, hasta su producto final, es el eje central del proceso (Teubal, 1999; Gras, 2005). Al igual que en cualquier CAI, en el tabaco también son los "núcleos" los que determinan los patrones y formas de producción. Sin embargo, el caso Jujeño presenta ciertas particularidades que la distinguen de otros CAI, ello se encuentra estrechamente ligado con

4. El tabaco Virginia posee un excelente balance químico que lo convierte en uno de los mejores del mundo, es utilizado desde hace varios años, en la mezcla de las principales industrias argentinas y del extranjero.

108 109

el peso político y social que los "productores medios" (empresarios de distintos niveles de capital y superficie) han sabido conquistar y mantener en la relación con los "núcleos" del Complejo (Aparicio, 1995; Re, 2007). En este sentido, se sostiene que la provincia de Jujuy, es una de las pocas regiones de la Argentina, donde a través del accionar cooperativo, los pequeños y medianos productores han podido posicionarse de mejor manera ante las empresas comercializadoras locales y el poder concentrador del Complejo Agro Industrial Tabacalero'. Sin embargo, el proceso mencionado y la orientación exportadora que tomó la producción de tabaco en los últimos años, ha exigido una profunda transformación en lo referente a técnicas y formas de producción. Entre las principales, podemos señalar el reemplazo de antiguas variedades por el tabaco Virginia, las estufas de leña por las de gas y un mayor uso de agroquímicos y fertilizantes. El nuevo paquete tecnológico, en el que se combinan varias técnicas, como las mecánicas (estufas y tractores), las químicas (agroquímicos y fertilizantes), las biológicas (nuevas variedades) y las agronómicas (sistemas de riego y rotación), ha permitido por un lado, ahorrar tierra, incrementara los rendimientos y reducir los jornales por hectárea. Pero al mismo tiempo, ha aumentado las erogaciones monetarias por ciclo productivo, complejizado las tareas y demandado nuevas calificaciones en los puestos de trabajo. Así, las antiguas explotaciones tabacaleras se han transformado en verdaderas empresas (cuasi modernas, al menos desde la complejidad de la gestión cotidiana), con altos niveles tecnológicos y un uso intensivo de mano de obra asalariada, tanto permanente como estacional.

5. Desde su fundación en 1976, la Cooperativa de Tabacaleros Ltd., se ha transformado en un importante organismo de financiamiento y asesoramiento para productores tabacaleros. Por otro lado, concentrando más del 60% del acopio local, se presenta como una importante altemativa ante el poder oligopólico de las empresas privadas.

Esta "profesionalización" de las explotaciones tabacaleras, se pone de manifiesto, con la desaparición de la mediería, imperante hasta entrando a los arios 70 (Aparicio, 1995). Ante los altos costos de producción y los niveles de capital requeridos, los productores tabacaleros, se han visto obligados a transformarse en verdaderos empresarios, administrando las explotaciones de forma directa, con personal técnico, servicios agropecuarios y costosas maquinarias. "Todo contratada..." (Aludiendo a la mano de obra) "...yo administro y después prácticamente la familia no interviene...". "..Si, un contador." (Productor tabacalero. Perico del Carmen. Provincia de Jujuy. 2007). "Nuestro trabajo es directivo...", "...la comercialización la hacemos nosotros...". "Por supuesto que lo que es libros de la gente, nos lleva un contador." (Productor tabacalero. Perico del Carmen. Provincia de Jujuy. 2007).

Desde el lado de los asalariados rurales, se registran modificaciones en lo que hace a la cantidad de jornales requeridos, el tiempo y la especialización de los puestos de trabajo. Los cambios tecnológicos mencionados, algunos de ellos ahorradores de mano de obra, modificaron marcadamente la cantidad total de jornales demandados por hectárea, pasando de 225 en 1970 a 120/130 en la actualidad, entre permanentes y estaciónales (Re, 2007). Ejemplo de esta situación, la encontramos en la etapa de poscosecha, donde el remplazo de las estufas a leña por las de gas, tuvo impacto positivo en los rindes y en la calidad del producto final. La generalización de estas estufas Bulk Curing, que interviene en el secado de la hoja de tabaco Virginia, ha posibilitando prescindir del encañado tradicional, reduciendo la cantidad de mano de obra y favoreciendo el secado de gran cantidad de hojas.'

6. Según los datos del Censo Nacional Agropecuario (2002) en la provincia de Jujuy, existen 5.172 estufas a gas contra 738 estufas a leña.

Otras de las modificaciones importantes, tiene que ver con la generalización y el uso que se hace de los productos químicos en el proceso productivo. De acuerdo al Censo Nacional Agropecuario del año 2002, de las 480 explotaciones censadas que plantaban tabaco en la provincia de Jujuy, el 98.3% utilizaba fertilizantes químicos, igual porcentaje empleaba insecticidas y acaricidas, el 84.9% utilizaba herbicidas y el 40.2% fungicidas. En líneas generales, este tipo de sustancias, permiten aumentar los rendimientos por hectárea y prescindir de importantes volúmenes de mano de obra en las denominadas 'tareas culturales", como la preparación de los almácigos', el desflore' y el "combate de plagas". CALIFICACIONES Y ESTRATIFICACIONES DE LOS ASALARIADOS TABACALEROS

Más allá de los cambios mencionados, la producción de tabaco Virginia, requiere de una gran cantidad de etapas y de procesos productivos, al mejor estilo Fordista/Taylorita de producción. Entre las principales tareas, encontramos la preparación del suelo (fertilización y fumigación), la realización de los almácigos, el transplante, el desflore, la cosecha y el riego permanente (dada las características climáticas de la región) (Corradini, 2005). Este proceso "eslabonado", lejos de ser homogéneo, exige una clara división de las tareas, con distintas calificaciones y puestos de trabajo, entre los que se destacan los de peón general, cosechero, estufero, encañador, tractorista, capataz y encargado 9.

Entendidas como un modo de organizar el proceso de trabajo y la gestión del personal, las distintas calificaciones dentro de la producción tabacalera jujeña, persigue el claro objetivo de relacionar y hacer corresponder dos órdenes, el de las propiedades de los puestos de trabajo y el de los atributos de las personas. Las distintas calificaciones buscan consolidar una "arquitectura social" dentro del ámbito laboral, con un claro objetivo, el de incrementar los beneficios económicos, reduciendo costos y tiempos de trabajo (Mertens, 1996). Entendidas de esta forma, las distintas calificaciones, no son más que relativas y diferenciales: el capataz se distingue del peón general porque es más "hábil", y del encargado porque tiene "menos" responsabilidad. El ordenamiento social, operado mediante este concepto (calificación/clasificación) se expresa en una jerarquía, que en última instancia, responde a intereses salariales, como lo muestran los conflictos entre empleadores y asalariados (Tanguy, 2001). Analizando el último convenio colectivo" para los trabajadores de tabaco en la provincia de Jujuy, podemos observar que existen diferentes categorías laborales y con ellas diferentes tipos de remuneración. Vemos que las tareas de peón general, donde se incluyen una amplia gama de actividades, alcanza a 800,00 pesos mensuales", mientras que un capataz cobra 973,02 pesos, llegando a los 1.026,06 pesos en el caso de los encargados. Algo similar sucede con los jornales, mientras un peón general cobra 35,20 pesos, un encargado puede llegar a percibir 45,22 pesos por día trabajado y un capataz 42,87 pesos diarios.

7. En ciertos casos se emplea bromuro de metilo, un fungicida/herbicida/insecticida altamente tóxico y prohibidos nivel internacional ya que agota la capa de ozono. 8. Esta tarea, comprende el corte de la flor de la planta, acción que permite un mayor desarrollo y crecimiento de las hojas. 9. Dependiendo del tamaño de la explotación, esta última figura puede estar representada por el mismo productor. Cuanto más grande sea la explotación, mayor será la cantidad de tareas que se delegarán.

10. Fuente: Ministerio de Trabajo Empleo y Seguridad Social, año 2006. 11.I U$S= $3.06

112

113

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Cuadro N° 1: Remuneraciones fijadas para el personal de la cosecha de tabaco. _, 'Categoría Sueldo por Mas en Peses ' Jornal en' Pesos Peón general Encañada p/Kilo

Cuadro N° 2: Remuneraciones para el personal de la cosecha de tabaco según edades

' 'Calegrirfa

35,20

Peón general mayor de 18 años

800,00

35,20

720,00

31,70

640,00

28,20

580,00

24,63

800,00

35,20

De 17 a 18 años

800,00

35,20

De 16 a 17 años

Clasificada p/ Kilo

800,00

35,20

De 16 a 15 años

Clasificada en cinta o/ Día

800,00

35,20

Fuente: Elaboración propia, sobre resolución N°86/06 del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Año 2006.

_

Cosechero estufa convencional

891,20

39,25

Cosechero estufa Bulk Curing

891,20

58,90

Estuferos

891,20

58,80

Conductor tractorista

891,20

39,25

Capataces

973,02

42,87

1.026,06

45,22

Otra clasificación reconocida en el convenio colectivo de trabaestá ligada a las edades de los trabajadores. Si bien no define las tareas y los ritmos de trabajo, deja ver diferencias salariales, dependiendo de la edad de los mismos. Así vemos, que mientras que un peón general cobra 800,00 pesos mensuales, un menor de 18 arios percibe la suma de 720,00 pesos y si éste es menor de 16 años, percibe un total de 560,00 pesos mensuales, es decir un 30% menos que un asalariado mayor de edad. 12

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: 12. En ese año, solo se autorizaba el trabajo de jóvenes desde los 14 años, aunque conjornada reducida respecto a los mayores de 18 años. Actualmente, se prohibe el trabajo de menores de 16 años.

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.

Esto último presupone que,. cuanto menor sea el trabajador, menores serán sus posibilidades y experiencias dentro del ámbito laboral, por ende, menor será su rendimiento. Además y fundamentalmente la legislación ampara la existencia de tiempo destinado a concurrir a la escuela. Aunque esto último no se observa en los hechos: un menor de 18 arios trabaja a la par de un mayor de edad, siendo su aporte monetario, fundamental para la economía familiar de los asalariados tabacaleros (Aparicio, 2009). Lo expuesto hasta el momento, nos da la pauta de la existencia de un sistema de clasificaciones, vinculado a la legislación existente, que regula la relación establecida entre las calificaciones y la clasificación social (aunque ésta no sea más que una construcción). En otras palabras, hay criterios extra calificacionales que justifican la clasificación expresada en una remuneración diferencial reconocida en los convenios de trabajo. Por otro lado, de las entrevistas realizadas en la zona y por fuera de estos convenios de trabajo, encontramos la existencia de otros tipos de clasificación de los asalariados tabacaleros, que están ligadas a segmentaciones por género o que se expresan en función de la permanencia y continuidad dentro de las fincas. En este sentido, la presencia de tareas realizadas exclusivamente por mujeres, como el encañado y el desencañado, nos da la pauta de una clara división de tareas por género. Esta clasificación, res-

jo

h

Jorrad en pesos '

Desencallada p/Kilo

Encargados

:

Sueldo por mes en pasea

800,00

Fuente: Elaboración propia, sobre resolución N°86/06 del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Año 2006.

1, :

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114

115

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1

ponde a elementos culturales y deja para las mujeres, tareas que se realizan solo unos pocos meses al año, cumpliendo la función de un cuasi "ejército de reserva" para los momentos de mayor actividad en el sector, especialmente en el desflore, la clasificación y el encañado.

la supervisión. Mientras la producción va requiriendo una mayor cantidad de personal, se van incorporando asalariados transitoritos o "changueros", hasta llegar a la cosecha, momento de mayor demanda de mano de obra estacional (durante los meses de diciembre a marzo). Esta modalidad de manejo de los asalariados, genera mucha rotación de personal, precariedad laboral y marginación. La mayoría de los asalariados transitorios, trabajan en forma no registrada, por jornal y no tienen seguridad social, ni aportes jubilatonos." En algunos casos, se ven obligados a realizar otro tipo de actividades, ya sea en el ámbito urbano o rural durante el resto del año, y algunos migran a otras provincias en busca de trabajo, con el consecuente desmembramiento familiar."

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Las entrevistas realizadas en la zona a productores tabacaleros, son claras al respecto. Aluden a la sumisión y docilidad de las mujeres en el trabajo, refiriendo a cualidades "naturales" como al cuidado y responsabilidad a la hora de realizar una determinada tarea, sin reconocer la condición de precariedad e inestabilidad laboral que rodean estos patrones culturales y que hacen de ellas asalariadas sumisas y obedientes.

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"Las mujeres son lo que menos se utiliza en el grueso del tabaco, pero son necesarias, las utilizas mucho en determinados puntos de la producción; la

"...la mano de obra son muchos que trabajan como Changueros. Casi la

encañada, la desatada, son mucho más cuidadosas". (Productor tabacalero,

mayoría son argentinos, de vez en cuando alguno de Bolivia. Mira, ni yo sé,

Perico del Carmen. Provincia de Jujuy. 2007).

porque me dan un nombre y ni sé si es verdadero. Así que no te puedo decir

"Sí se pudiera cosechar el tabaco con mujeres, para mí sería fabuloso, son

si son de acá o de allá...". (Productor tabacalero. Perico del Carmen, Provin-

más responsables, menos líos...". (Productor tabac .alero. Perico del Car-

cia de Jujuy. 2007)

men. Provincia de Jujuy. 2007).

Sobre esto último, es interesante remarcar cómo hay características que se asocian al género, podría hablarse de saberes de acción que son considerados como propios del género y no de las situa ciones sociales que los construyen.

, III: 1-1 . l'Hl I



Finalmente, encontramos otro tipo clasificación entre los asalariados tabacalero, la que refiere a los permanentes y a los transitonos. Mientras que los primeros tienen asegurado el trabajo durante los 12 meses del año, los segundos trabajan entre 6 y 4 meses, dependiendo del ciclo productivo en el que se encuentre el tabaco. En líneas generales, los permanentes son capataces, encargados, tractoristas y algunos peones generales, quienes tienen entre sus tareas la preparación de la tierra y los almácigos, pasando luego a

116

A modo de reflexión, podemos señala que, todas las estratificaciones dentro del CAI tabacalero jujeño, remiten a una forma de gestión del trabajo, estructuradas a partir de cierta correspondencia, entre las jerarquías y los supuestos saberes de los trabajadores. Clasificar de esta forma a los asalariados, permite a los productores tabacaleros, ordenar y resolver las exigencias de la división social del trabajo dentro de las fincas tabacaleras. Las categorías

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13.Si bien esta modalidad de trabajo se encuentra regulada por el RENATRE y exige la utilización de una libreta de trabajo, donde se detallan las breas y los aportes de los trabajadores, su uso es escaso y de difícil control.

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14.Ejemplo de esto, lo constituyen la migración de asalariados rurales, desde la provincia de Jujuy a la cosecha de limón en Tucumán y la de aceitunas en Catamarca.

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-

117

y de peón general, capataz y encargado, no son más que una relación social de poder y no es un saber posible de cuantificar en términos de conocimientos. La división de las tareas por género o edades, permite a los productores tabacaleros contar con mano de obra "extra" en los momentos de mayor demanda de fuerza de trabajo, aludiendo a la condición "natural" de las personas. Y finalmente, la clasificación entre transitorios y permanentes, permite contar con mano dé obra con menos costos sociales y laborales para los productores.

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• •

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Vista de esta forma, la clasificación en general, busca fundar su origen en las diferencias de saberes o características de los sujetos, ya que esto tiene un mayor grado de aceptación social que previene la conflictividad frente a las arbitrariedades. i;

Los

A la luz de lo expuesto en el apartado anterior, nos preguntamos por los mecanismos existentes y las certificaciones de saber, que de alguna manera podrían dar forma y clasificar a los sujetos dentro de esta estructura socio-económica. Para esta empresa, nos apoyamos en los datos de la encuesta realizada en la zona, con la cual pudimos analizar algunas de las principales características de los asalariados tabacaleros vinculadas a la educación y al trabajo. En primer lugar, analizamos el nivel educativo de los asalariados, encontrando que de los 163 asalariados encuestados, la mayoría no se encuentra estudiando; el 31% no terminó el ciclo inicial, el 36% culminó sólo la educación primarials y el 12% la educación secundaria. Por otro lado, sobre el total de asalariados encuestados, el 96% de ellos pudo especificar el tipo de ocupación que rea-

. :

MECANISMOS DE CLASIFICACIÓN

i 15. Dentro de este grupo, encontramos un 18% que ha finalizo sus estudios primarios y se encuentra realizando la secundaria

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lizan. Observando que, el 9% de las ocupaciones corresponde a los encargados, choferes y tractoristas, el 31% manifestó desempeñar se como peón general, el 16% como cosecheros, un 15% en las ta reas de encañado y desencañado (mayoritariamente mujeres), un 12% en la tarea de desflore, un 2% como ayudante o changuero, un 4% como mochilero o fumigador, 4% en la tarea de clasificado y finalmente un 3% manifiesta no estar trabajando en el momento de la encuesta. Con estas dos variables, educación y puesto de trabajo, pudimos constatar que el nivel de instrucción alcanzado no es un condicionante para - acceder a los puestos de trabajo más alto o de mayor remuneración dentro de la finca tabacalera. Por ejemplo, para el caso de los capataces y encargados, tenemos que sobre un total de 10 encuestados, solamente 2 tienen secundario completo, el resto solo ha alcanzado los estudios primarios. De manera similar, de los 10 tractoristas encuestados, solamente 2 encuestados cuentan con estudios secundarios y el resto con estudios primarios. La falta de instrucción formal, avalada por alguna institución del Estado, no es un elemento menor a tener en cuenta. Si sostenemos que existe alguna clasificación de los asalariados rurales en las fincas tabacaleras, ésta debe tener alguna forma de poder cuantificarse, medirse o acreditarse. Pero como vemos, la posición jerárquica dentro de la empresa, no se encuentra relacionada con el nivel educativo de los trabajadores rurales, ya que son muy pocos los que cuentan con estudios primarios y mucho menos secundarios. Como especificamos anteriormente, la producción tabacalera se caracteriza por la existencia de un mercado de trabajo con gran cantidad de trabajadores transitorios y unos pocos permanentes. Este particular funcionamiento del mercado de trabajo, hace que un productor tabacalero contrate un capataz o encargado, unos pocos permanentes y muchos transitorios. Estos mismos puestos y funciones, dentro del propio ámbito de trabajo, son los que de alguna manera determinan las posibilidades de capacitación y con

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ella un mejor lugar dentro de la estratificación social de la fuerza de trabajo. Creemos que la experiencia y el conocimiento recorren caminos paralelos a la educación formal, vinculados con la estadía y el tiempe de permanencia en la finca. No existen diplomas ni certificaciones escolares que expresen un indicador del conocimiento. Tampoco existe un mercado de trabajo con libre intercambio, ya que el trabajador rural no tiene ninguna opción real, sino más bien es una relación ejercida con restricciones y especificadas en el proceso de trabajo. De esta forma, condicionados por el entorno y las posibilidades que éste les brinda, la capacitación responde más bien a mecanismos informales y se articula con una serie de costos , beneficios, confianza y lazos sociales. COMENTARIOS FINALES

Las nuevas tecnologías y exigencias de calidad y variedad demandadas por los "mercados" desde mediados de los 70, impusieron sobre el productor tabacalero jujeño, la neCesidad de cambiar y adaptarse a ellos. Sin embargo, el particular funcionamiento imperante dentro del CAI tabacalero, y las estrategias implementadas por los productores, han dado un fuerte impulso a la producción, transformando a Jujuy en una de las principales provincias productoras de tabaco Virginia de la Argentina , con un importante y vanado sector empresarial a nivel de los productores. En cuanto al mercado de trabajo, vimos que las nuevas tecnologías necesarias para el cambio tecnológico, han reducido significativamente los jornales necesarios por hectárea, pasando de 225 a 130 en la actualidad. Sin embargo, a pesar de ello, el tabaco sigue siendo un cultivo altamente demandante de mano de obra asala riada, con puestos de trabajo específicos (cosechero ,encañador, estufero, encargado) y claros mecanismos de contratación salarial. Señalamos la existencia de cuatro tipos distintos de clasifica-

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ción de los asalariados dentro de las fincas tabacaleras. El primero de ellos, refiere claramente a los puestos de trabajo y a la búsqueda de una jerarquización de las actividades, con diferentes tipos de remuneraciones. Distinguimos entre peones generales, de los capataces o encargados, que participan de todo el proceso productivo, desde una posición de control. En segundo lugar y continuando con los niveles de remuneración, vimos que existe otra estratificación según las edades de los asalariados. En este sentido, los convenios de trabajo, estipulan que un asalariado menor de 18 años perciba un ingreso inferior a uno mayor de edad. Esto responde a la presunción de que por ser joven, posee menos ni experiencia, pero al mismo tiempo contempla un menor tiempo de trabajo, aunque en la práctica trabajen la misma cantidad de horas. Por otro lado, encontramos una división de tareas por género, donde las mujeres realizan una actividad de "menor" esfuerzo físico, como la de encañar y desencañar las varas para las estufas. Aunque a decir verdad, este mecanismo esconde detrás de sí, elementos culturales y una forma de garantizar grandes volúmenes de mano de obra para los momentos de mayor demanda de trabajo. Por ultimo, señalamos un criterio que alude a los "permanentes" y a los "transitorios", mientras que los últimos trabajan solo unos pocos meses al año, los primeros lo hacen durante todo el año . Este mecanismo de contratación ,responde directamente al ciclo biológico de la planta de tabaco, pero también a una forma de gestión y administración del trabajo que facilita la no registración de los asalariados transitorios. En un apartado especial, vimos que la capacitación de la fuerza de trabajo, no responde a mecanismos formales de educación, sino a mecanismos desarrollados dentro del proceso productivo . La formación en el trabajo se basa en un complejo proceso de creación de conocimiento, asociados a la ejecución de las distintas tareas. La falta de decisión a la hora de los individuos de elegir su formación,

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responde a los mecanismos de funcionamiento señalados, y si bien no son reconocidos dentro de la educación formal, son valorados por fuera de estos y quedan reflejados en las distintas posiciones EL jerárquicas dentro de las fincas tabacaleras. Así, a diferencia de un contexto urbano, industrial, en donde el acceso a la educación está generalizado (con diferencias de nivel y " I : calidad) en el contexto agrario y en esta producción particular, con este tipo de regulación salarial y de características socio culturales de la población, los sistemas de clasificación no están asociados a las certificaciones educativas. Existe una asociación entre saberes y calificaciones pero se trata de saberes construidos en la acción, sin la estructuración formal que da el sistema educativo. •

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CAPÍTULO 6

EL JUEGO DE LA MIRADA. INFERENCIAS SOBRE EL TRABAJO Y LOS PROCESOS DE CONTRATACIÓN EN LA GANADERÍA, A PARTIR DE UN ESTUDIO DE CASO EN EL NORESTE DE DURAZNO

BOLÍVAR MOREIRA 1

INTRODUCCIÓN

La tesis de maestría que dio origen a este capítulo fue realizada a partir de un estudio de caso desarrollado en el noreste del departamento de Durazno. La construcción del objeto se fundó en la siguiente hoja de ruta: saturar las principales características del modo de producción (y por lo tanto de trabajo), es condición necesaria para la conceptualización/ tipologización de las relaciones de trabajo y de los mecanismos utilizados para la selección del personal. Para poder concluir respecto al proceso de selección de personal es necesario vincular el mundo social de la ganadería y el modo de producción y de trabajo. Sin embargo, en este capítulo se opto por centrar la atención en la caracterización de las reglas de juego del mercado de trabajo de la ganadería, puesto que constituyen los hallazgos más significativos de la tesis.

1. Maestría en Sociología del Desarrollo, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República. Uruguay. Dirección de tesis Diego Piñeiro. ([email protected] ).

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Es pertinente presentar aquí los principales rasgos de la producción ganadera uruguaya. Es un sistema productivo "extensivo", que produce fundamentalmente sobre campo natural y con exigua inversión tecnológica, dando lugar a una producción zafral, que tiene como consecuencia principal la baja dotación de animales por superficie. Barbato (1980), además señala que la estructuración del sector en torno a tres tipos ideales de establecimientos —cría, invernada, ciclo completo— tiene que ver con el carácter limitado de la base alimenticia. En términos generales la especialización del trabajo es baja y su . mano de obra es polivalente pero con restricciones. Presenta a su vez, niveles muy dispares de incorporación de tecnología, según la especialización productiva y las dimensiones de la explotación. Los cambios técnicos están dirigidos a aumentar la producción, reduciendo la edad de faena, aumentando el porcentaje de pariciones, mejorando de la alimentación y la cantidad de aguadas. Otros, tienen el fin de aumentar la productividad del trabajo a través del incremento del apotreramiento y los bretes (Piñeiro; 2001). La producción ganadera debido a su esta¿ionalidad, demanda niveles muy diferentes de actividad (y de trabajo efectivo) a lo largo de las estaciones del ario. El régimen de trabajo rural también depende y se ajusta también al clima y a las estaciones del año. El control del proceso de trabajo, es permanente y se estructura a partir de la situación de residencia compartida en la estancia. Las responsabilidades, la toma de decisiones autónomas, están limitadas a los empleadores y a los capataces. El mercado de trabajo rural está mediado por relaciones de poder: los agentes no están en igualdad de condiciones (Piñeiro: 2008). El medio rural se caracteriza por disponer de escasos mecanismos de difusión pública de la demanda (y de la información), con grandes distancias que dificultan los intercambios. Como señala Lara (1998), el mercado de trabajo rural es un espacio que se ha caracterizadoPor una gran flexibilidad en el uso de la fuerza laboral.

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Los trabajadores tienen pocas alternativas de reaccionar a dificultades en el trabajo, ya que en términos generales carecen de las habilidades relativas que garanticen una migración exitosa en un espacio urbano. Se constata además, la ausencia de control y de regulación estatal, una institucionalidad deficiente e inexistencia de negociación colectiva debido a la ausencia/debilidad de sindicatos en el sector. En relación a la metodología de investigación utilizada cabe señalar que la técnica seleccionada fue el "estudio de caso", puesto que posibilita un abordaje fértil para realizar inferencias sobre las relaciones entre las características socioeconómicas y las culturales que operan en el mundo del trabajo ganadero y permite la comprensión de los fundamentos microsociológicos que determinan el proceso de selección de personal. La muestra fue construida con dos criterios: en primera instancia se garantizó la existencia de un número significativo de entrevistados para cada posición ocupacional: peón, capataz, empresario. En segunda instancia, el criterio para juzgar cuándo parar el muestreo fue la saturación teórica de las categorías relativas al acceso al trabajo en cada una de las unidades establecidas. Se controlaron las posibles diferencias existentes (tanto en el proceso de trabajo, como en el modo de contratación) a raíz de la variación provocada por los siguientes atributos: edad, nivel de instrucción, especialización y dimensiones del establecimiento. 2 PERSPECTIVA TEÓRICA

La manera de construir el problema evidencia la apuesta teórica fundamental de este trabajo: ubicar al sujeto en las relaciones de 2. Los establecimientos de la zona están dedicados mayoritariamente a la cría de ganado ya! ciclo completo. Ya que el tipo de suelo preponderante en la zona (basalto cristalino), de productividad media, opera como un desestímulo para la producción intensiva y particularmente para la "invernada".

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trabajo a partir de sus prácticas (su manera de actuar) que se corresponden (a través de la posición ocupacional) con las de una clase de agente y comprender las modalidades que asume el poder en el medio ganadero para formatear al sujeto. Por estas necesidades teóricas es que se decidió trabajar con los elementos aportados por Pierre Bourdieu y Michael Foucault. Bourdieu formula una "teoría de las prácticas estructuradas", que se desarrollan en el marco de las condiciones o estructuras objetivas externas y se corresponden con el mundo subjetivo, que es el modo de incorporación de las estructuras objetivas. La cate. goría ocupacional, al otorgarle al agente una posición en el espacio social, también lo dota de un conjunto de recursos y restricciones propias de cada tipo de posición. Por tanto, se debe caracterizar (espacial y temporalmente) la posición de cada clase de agente, dando cuenta de los condicionamientos, las estrategias y trayectorias modales propias de cada posición tipológica, para así, construir la clase objetiva. Dicha posición vivida, es el lugar donde los sujetos incorporan activamente aquellas nociones fundamentales que orientan sus actos y, simultáneamente, contribuyen a estructurar y reestructurar permanentemente los sentidos del mundo, produciendo así formas reconocibles de relación social (Bourdieu; 1998). La perspectiva foucoultiana, posibilita inscribir los mecanismos de poder disciplinario que operan en el espacio social. Además, da cuenta de la dimensión territorial del poder, en un tiempo determinado y jerarquiza las normas propias de una comunidad local. Porque lo propio de las disciplinas es que intentan definir una táctica de poder que permita ejercerlo de la manera "menos costosa" y que aumente la utilidad de todos los elementos del sistema y neutralice el "cambio". En primer lugar, es necesario puntualizar que las normas en las sociedades tienen un doble efecto ya que al normalizar generan homogeneidad que también individualiza al identificar las desvia-

ciones. Al decir de Foucault las disciplinas refieren al sujeto y generan una "...microeconomía de una penalidad. .se opera una diferenciación que no es la de los actos, sino de los individuos mismos, de su índole.. .de su nivel o de su valor." (2000:182) En este marco, se considera el disciplinamiento, como un sistema, que orienta las conductas, aspiraciones y necesidades, de una manera tal que permite categorizarlas y usarlas. Ya que este tiene por función reducir las desviaciones y debe por tanto, ser esencialmente correctivo. Los dispositivos son las formas que asume ese poder múltiple, automático y anónimo, que define un sistema de relaciones de poder, operando a través de la "(...) división constante de lo normal y de lo anormal, a que todo individuo está sometido... la existencia de todo un conjunto de técnicas y de instituciones que se atribuyen como tarea. controlar y corregir a los anormales..." (Foucault: 2000:203). PRINCIPALES HALLAZGOS

El primer hallazgo a presentar tiene que ver con lo que hemos denominado atmósfera cultural rural. Dicha atmósfera se evidencia en los agentes a través de su discurso, que da cuenta de "identidades heredadas", que se expresan en una forma de actuar, transmitir y construir saberes y competencias. Al decir de Busso y Gorbán (2004), estamos ante una forma de ser, una identidad, una forma de vida que se materializa en el trabajo. La atmósfera estructura al "ser rural" y lo sujeta a los valores sociales y culturales presentes y deseables en el espacio social/ geográfico de referencia; opera como un punto de encuentro/de reproducción de las prácticas, de las generaciones y clases sociales. Dicha atmósfera evidencia la lógica posicional, relacional y asimétrica respecto a los valores económicos y culturales de este me-

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dio. El efecto época' un hallazgo significativo desde el punto de vista teórico; ya que visibiliza cuales son o fueron las competencias juzgadas como necesarias en un momento dado del tiempo, consolidando lo que es aceptable para un espacio social, geográficamente y temporalmente situado. A cada generación le corresponden determinados procesos de socialización, así como diferentes mentalidades y épocas sociales, que indican lo deseable y por lo tanto las trayectorias vitales potenciales para los miembros de la población rural. Este espacio local —temporalmente situado— funciona como la escuela en la que se adquieren las competencias necesarias para mantener su posición y reputación entre los iguales, así como el estilo de vida deseable. La atmósfera cultural ruralista es una institución disciplinaria totalizante que modela tanto a las clases propietarias como a las asalariadas. La atmósfera ruralista cumple un rol trascendente en la selección del personal. En términos generales, el acceso al trabajo de los asalariados está mediado por un familiar que . trabaja en el mismo establecimiento. Todos comenzaron a trabajar en plena adolescencia. La trayectoria familiar de los asalariados, muestra que los peones son hijos de asalariados de la ganadería.' Los dispositivos de capitalización —donación voluntaria de bienes del empleador al trabajador— y las posibilidades de ascenso laboral —fundamentalmente a puestero o capataz—, son las principales estrategias que manejan los empleadores para retener a los buenos empleados y están dirigidas a los asalariados que 'han cumplido' a través de los arios con la estancia familiar. Está práctica

.ii 3.El concepto de época da cuenta de los cambios en los modos de pensar, en las creencias, en las opiniones. Dichos cambios no suceden por en forma abrupta, rápida y generalizada: suceden comúnmente por acciones sucesivas que se acumulan. 4.En otras ocasiones es la madre usualmente se desempeña en la tarea de cocinera en la estancia y el padre estuvo fundamentalmente ausente.

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implica relaciones de dependencia entre clases, que solo existen siempre y cuando el eslabón débil (el asalariado) de la cadena se ajuste a lo establecido desde las posiciones dominantes a través de la hegemonía cultural. Las estrategias utilizadas por los asalariados para el acceso al puesto de trabajo: a) Ofrecerse como trabajador, especialmente en los grandes establecimientos de las diferentes sub zonas. b) Buscar trabajo en las zonas cercanas a su lugar de residencia familiar; ésta opera como un ancla al territorio. c) Trabajar con alguien de la familia. El hecho de que el trabajador y su familia no residan juntos, hace que el compartir el techo diariamente, se convierta en un objetivo, para ello intentan incidir en el patrón, para que éste tome a alguna persona de su círculo (la cual queda absolutamente comprometida tanto con el empleador, como con el trabajador). d) Buscar trabajo en los espacios de encuentro o de socialización, como lo son el almacén/boliche o la oficina de negocios rurales. Incluso, a través de las relaciones de vecindad se logra acceder al puesto de trabajo. e) Estrategias diseñadas en función de criterios no racionales. Aquí se pueden ubicar una serie de comportamientos asociados a lo juvenil, como por ejemplo el cambio de trabajo solo por conocer algo nuevo. O La herencia del puesto de trabajo. En muchos casos, los padres de los peones de hoy, fueron peones en los establecimientos considerados, quienes al momento de su retiro 'colocaron' a su hijo heredándole el lugar o cuando se pretende una primera oportunidad de trabajo para algún joven de la familia. g) La solidaria. Entre los asalariados se registran formas de solidaridad para el acceso al empleo, donde básicamente a través del efecto rumor' se difunde una vacante.

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1 h) La primera experiencia laboral de los trabajadores siempre se da informalmente y bajo el formato de changa. Excepto cuando 1 II 1 se ingresa a una estancia donde se tiene a un familiar trabajando. La reputación y su efecto estratégico: En cada sub espacio local hay un ranking familiar que ordena a las clases subalternas. La II:1: existencia de una reputación colectiva familiar, es la que determina ? • la voluntad positiva (o negativa) del empleador, al momento de la contratación. El trabajador es consciente que la reputación es su principal capital. En relación a las formas de resistencia de los trabajadores, se observó que el mecanismo del que disponen es el irse del establecimiento. Por lo general se despliegan ante problemas de relacionamiento —a partir de entredichos con el capataz—. Irse de la estancia es el modo de protesta legitimado y a su vez es la manera de proteger a su familia; ya que la inexistencia de problemas laborales en la historia laboral del trabajador, son las credenciales, son la garantía del buen rendimiento y adecuado cumplimiento con los requisitos propios de la atmósfera cultural ruralista.

En términos generales, los empresarios utilizan mecanismos informales al momento de la contratación de personal, tanto por los dispositivos de difusión de la vacante, —efecto rumor—, como por la propia lógica del demandante, que asume un rol activo y sale a 'conseguir gente conocida' llegando incluso a consultar a sus

En relación a los dispositivos utilizados para la contratación del peón de campo, cabe señalar que: a) La localidad opera como un mecanismo de selección natural: los empleadores consideran que la mejor garantía que pueden tener sobre la idoneidad del aspirante, es su permanencia en la localidad como trabajador activo. b) El conocer a alguien de la familia cubre la necesidad del empleador de contar con trabajadores confiables, eficientes y con constricción al trabajo. c) El efecto rumor actúa como un nodo de información que da

5. El Efecto rumor da cuenta de la capacidad que tiene la comunidad de ordenar y etiquetar a los agentes. Estamos ante la presencia de un mecanismo genérico de la comunidad, que habla de las personas en sentido cabal y con ello, permite la compresión íntegra de las señales simbólicas que ordenan jerárquicamente la comunidad.

6. El Efecto recomendación. Resulta significativo el peso que tienen los miembros de la localidad en el mercado de trabajo. Son ellos, quienes en casuales conversaciones, orientan al oferente y al demandante en la búsqueda. El aislamiento, el escaso número de habitantes, así como la permanencia en la zona por varias generaciones, hace que los agentes estén permanentemente referenciados.

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CRITERIOS Y MECANISMOS DE SELECCIÓN DEL PERSONAL DESPLEGADOS POR LOS EMPLEADORES

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trabajadores sobre la disponibilidad de recursos en la zona —efecto recomendación—. 6 Para cubrir vacantes, los empleadores recurren a sus referentes o conocidos en las localidades cercanas, fundamentalmente a aquellos que se dedican a actividades relacionadas con el medio rural o a otros productores de la zona. Solo se consulta a algún empleador anterior del aspirante, cuando el mismo no "llega recomendado o visto", o si no pertenece a la sub localidad de referencia. Son contados los casos en que los empleadores han recurrido a sistemas formales de oferta y demanda de trabajo y las experiencias no fueron exitosas, debido a problemas en la convivencia o a la no aceptación de los usos y costumbre de la estancia. Es clara la preferencia de los agentes, por el uso de las redes y contactos locales, accediendo rápidamente a la contratación de alguien de confianza, con las garantías y utilidades que ello implica. La confianza la genera la cultura rural compartida.

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cuenta en tiempo real, de la oferta/demanda de trabajo a través del tránsito del dato en la comunidad. Al momento de la contratación, los empleadores, relevan la siguiente información: motivos por lo cuales abandonó su último trabajo y tiempo que permaneció en los mismos. Los criterios fundamentales utilizados por el empleador para la contratación del peón de campo son: a) Las cualidades morales: lo que debe tomarse en cuenta primeramente es que sea una persona buena, honesta y que no haya tenido problemas de conducta.' b) El efecto de la ubicación en el 'ranking local familiar': Dicho ranking (que funciona a través del efecto rumor y la sinergia positiva que provoca la localidad restringida) es el elemento principal que utilizan los empleadores al momento de la contratación. A los empresarios, la experiencia les indica la asertividad del ranking —y la ajustada localización del trabajador en el mismo. c) La trayectoria vital en los espacios urbanos opera como un elemento estigmatizador, para el trabajador. Los empleadores manifiestan preferencia por la gente criada en el carnpo. Se identifican dos modalidades o roles de intervención de los capataces en el proceso de selección de personal del establecimiento: en primer lugar está el totalizador, donde el capataz es quien toma la decisión sin consulta previa al empleador, sin siquiera recibir criterios acerca de qué considerar al momento de seleccionar al personal. En el otro extremo del conjunto, están aquellos empresarios que coparticipan directamente en la selección del personal junto al capataz.

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7. Esto coincide con lo señalado en relación a las cuadrillas de esquila, estas "...tienden a conformarse a partir de redes sociales en las que intervienen vínculos familiares, relaciones de vecindad o amistad., al interior de la comparsa.. los mercados de trabajo revisten un carácter eminentemente espacial que los restringe a ámbitos geográficos limitados en los cuales las redes de conocimiento se tornan centrales". (Pifieiro: 2003:85).

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A la hora de contratar capataz, podemos señalar dos estrategias empresariales. La primera opción, consiste en elegir algún peón joven que se destaque en la estancia y formarlo como capataz. Esta estrategia tiene como principal beneficio, que el trabajador puede ser modelado 'a gusto del patrón' y a su modo particular de trabajo. Para el conjunto de los empresarios lo determinante es tenerle confianza y si es posible que sepa tratar a la gente. La segunda opción, es buscar capataces tradicionales, ya formados, que deben tener adquiridas las habilidades propias del proceso productivo extensivo. La práctica de una tarea por un período prolongado de tiempo en un territorio delimitado, le otorga definitivamente al sujeto, el referido status ocupacional dentro del mundo del trabajo ganadero local. Los asalariados constituyen un grupo especializado, no forman parte de un mercado de trabajo de carácter nacional, por el contrario, se vinculan a mercados geográficamente segmentados. Se identificó un efecto carrera, que muestra como se hace "una trayectoria" en las distintas categorías ocupacionales, y cómo cada puesto tiene su prestigio. Los empleadores son quienes modelan en el corto plazo la reproducción del concepto de peón o de capataz, ya que definen el sistema de ascenso; cada capataz fue peón primero y ascendió en base al compromiso con la estancia y la voluntad de trabajo. CONCLUSIONES

En este apartado se discuten las posibles explicaciones sobre el modo de funcionamiento del mercado de trabajo ganadero. El primer factor a problematizar es si el empresario al contratar un trabajador considera como principal indicador de aptitud: las competencias adquiridas por los individuos a través de su trayectoria laboral o si prioriza el capital escolar formal que posee el trabajador.

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Ni el nivel general de instrucción, ni la titulación específica en la materia, es un requisito para acceder al empleo. En este rubro ilI; .1i 11 las competencias son atributos de los individuos que se construyen I, a través de sus trayectorias y biografías, a partir de un conjunto de experiencias personales (Cittadini y otros: 2001). Los entrevista'. dos, sin distinguir edad o posición ocupacional, poseen por lo general una vasta experiencia laboral, ya que desde muy jóvenes co.;:: : menzaron a trabajar en la ganadería y han sido socializados en la ,, estancia. En suma aprendieron por cotidianeidad y por la fuerza -' de práctica. El empleador espera de los trabajadores, que satisfagan las competencias genéricas, aquellas orientadas a desempeñar las tareas ., con responsabilidad y que tengan la iniciativa necesaria para resolver problemas o situaciones inesperadas. .1 La poca valoración de las calificaciones generales o específicas es indiscutible ya que ni siquiera los empleadores se han capacitado en aspectos técnicos o de gestión. Son muy pocos los que incentivan a sus trabajadores a que lo hagan. Otro elemento relevante es que las tareas calificadas como la inseminación, el tacto para determinar preñez y las ecografías son usualmente tercerizadas. La segunda reflexión tiene que ver con determinar el peso que tiene el capital social (lo que los demás piensan del sujeto, de su . familia, de sus amistades) y las redes sociales' disponibles para acceder al empleo en la ganadería extensiva. Lo señalado en las páginas precedentes en relación al peso del Ii ' ranking familiar local, muestra que las relaciones de familiaridad y 1 las redes sociales disponibles son determinantes para acceder al I •• empleo. Existe un efecto reputación que alienta o desalienta la con-

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8. Esto es coincidente con las conclusiones del estudio de carácter nacional, realizado por Arim & Salas (2007), en base a la ENHA 2006. Los autores señalan que más de un 40% accedió al empleo a través de familiares o amigos y un 7% por vínculos de su anterior trabajo.

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tratación del aspirante al puesto de trabajo; cabe señalar que debido al efecto rumor y al efecto recomendación, la reputación siempre es visible para el empresario.' El referido ranking, solo es visible para las redes observacionales oriundas de este territorio. El sistema de contratación se sustenta en habilidades no formales y en valoraciones de índole moral. En base a estos criterios, cada empresario define un mapa del mundo local, a partir de sus relaciones sociales y de estos principios implícitos que todos reconocen como ejes ordenadores y legítimos. La reproducción de las estructuras económicas, las relaciones de trabajo y las formas sociales, se desarrollan armónicamente en el medio rural, a través las relaciones de trabajo, de las normas —implícitas o explícitas—, de los mecanismos de compensación, de los dispositivos de información que operan ajustando las expectativas y los comportamientos individuales a la lógica específica de este paradigma de contratación, fundado esencialmente en la confianza e individualización del trabajador. Los hallazgos relativos a la inexistencia del conflicto social de clase —individual y colectivo— en la ganadería uruguaya, demuestran que para el trabajador, su nombre es su capital. Por eso dejan el puesto de trabajo antes de ganarse el mote de problemático y distorsivo. Y de esta manera manchar los antecedentes de ser un buen trabajador (armonioso, dócil), proveniente de buena familia (incluso puede manchar a toda la familia). Conservar el capital social por tanto, es la principal estrategia del asalariado. Para ello evita las sanciones negativas, procurando actuar de la manera en la que es aceptable para ésta clase de agentes. En este marco debe interpretarse la ausencia del conflicto so-

9. Como señala Piñeiro, para el caso de la esquila, la conducta es "...el principal criterio que estos emplean a la hora de seleccionar el persona es la conducta observada en la misma. Este criterio es preferido a otros como la rapidez ola prolijidad en el trabajo". (Piiieiro: 2003:97)

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cial interclase y las formas particulares de violencia del campo uruguayo (Piñeiro: 2002). Por tanto, perder dichas redes de inserción y de asistencia equivale a estar prácticamente condenados a la emigración y a perder su lugar en el mundo. Los trabajadores reconocen que al alejarse de su zona de influencia aumentan las posibilidades de no conseguir empleo, extremo que es ratificado por los trabajadores extrazona, ya que los patrones prefieren contratar gente "conocida". Es preciso puntualizar, que existe una multiplicidad de redes presentes en el territorio, podríamos incluso decir que a cada biografía familiar corresponde una red particular. Dichas redes particulares se ubican en redes geográficamente referenciadas en los pequeños parajes rurales. Esta intersección de redes —familiares con locales— es la primera cartera de trabajadores para las estancias de la zona.

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Una pregunta que ha sobrevolado toda la investigación tiene que ver con cómo funciona el control social en el mundo del traba-

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También es pertinente reflexionar en un trabajo de estas características sobre el papel que juega el capataz en el proceso de contratación.

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En principio se puede afirmar que existe una diversidad importante en relación al rol que ejerce el capataz en la selección del personal. Es decir: el capataz ejerce, autónomamente y en función de sus criterios, el proceso de contratación cuando: a) el patrón no reside en el establecimiento; b) el patrón reside en el establecimiento pero es un adulto mayor. En los demás casos la selección la hacen en conjunto el capataz y el empresario en función de los criterios predefinidos por el propietario. Para el empleador, el capataz es sinónimo de confianza, es una relación que en términos generales se prolonga en el tiempo. En los establecimientos que responden a un modelo de gestión más empresarial e innovador, el capataz tiene un rol de intermediación y de traducción de intereses entre los empleadores y la peonada. Usualmente es quien evalúa el desempeño del trabajador y por lo tanto quien lo cesa cuando corresponde :es quien ejerce el poder disciplinario .

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jo ganadero. Todo indica que en estas localidades hay una red observacional que es la que ejerce el control social, red que parte de los vínculos personales (en el sentido amplio del término) del agente. Esto permite desplegar una mirada que transforma el área local en un campo de percepción —a través de sus grupos de confianza—, configurando un sistema jerarquizado de observación. Los puntos de observación preferidos por los agentes como centros de consulta son informales y para-institucionales. El consultante tiene referencias de la persona, la confianza la genera el sujeto (que es indisociable de la posición y del capital relacional). Los receptores de ese sistema que ve y que controla —panóptico—w son variados y multiformes: el boliche, el estanciero lindero, los productores ganaderos familiares, los trabajadores de la estancia, los asalariados de los parajes cercanos, las oficinas de negocios rurales, los familiares de los empleadores y de los asalariados. El control que establece la red de miradas se realiza a través de operaciones simples como referir los sujetos a una familia, a una genealogía y a una reputación. Siempre en relación con una "flormatividad" implícita y explicita, naturalizada e incuestionada, la definida por la atmósfera cultural ruralista. El panoptismo sitúa a cada sujeto en el interior de un conjunto asequible, con rostro, lo ubica en el ranking familiar local que adscribe a una persona por el desempeño de una u otra función social, y marca también diferencias sustantivas, que serán de superioridad o inferioridad según el capital especifico que posean. En defi-

10. "(...) Panóptico, debe ser comprendido como un modelo generalizable de funcionamiento; una manera de definir las relaciones del poder con la vida cotidiana de los hombres." (Foucault: 2000: 208).

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i!

4, 1, A li

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nitiva, las redes sociales visibilizan a los sujetos y a sus círculos sociales; la propia visibilización implica una potencial sanción (o gratificación)." En relación a como las oportunidades que posibilita el medio rural disperso condiciona las posibilidades de ascenso social, todo parece indicar que existe para cada posición ocupacional asalariada una estructura de oportunidades que maximiza las chances relativas de ascenso social y otra que las minimiza. Lo mismo ocurre en relación al acceso al empleo. Estas chances se vuelven asequibles a través de las tres trayectorias modales diferenciales, que las hemos definido a partir del uso que hacen los asalariados del capital social. Hay un modelo de comportamiento que tiene más probabilidades de garantizar el acceso y la permanencia en el empleo: el trabajador debe permanecer lo más cerca posible de sus parajes originarios —o de aquellos en los que ha estado asentado más tiempo. Allí tiene un nombre, una historia conocida, una reputación, el empleador ni siquiera necesita pedir recomendación. Si el trabajador dispone de buenas "credenciales", lo único que corresponde es esperar que se produzca la vacante, pues enseguida lo van a 'llamar' siempre y cuando este bien ubicado en el ranking local familiar. Sin embargo hay una manera de actuar que es la que tiene más probabilidades de garantizar una trayectoria social ascendente en un medio en el que la atmósfera cultural ruralista define la normatividad a seguir: el trabajador debe ingresar a la estancia en la que trabajan sus familiares y desarrollar una historia en el establecimiento, esto le garantiza la estabilidad; siempre que cumpla con los protocolos establecidos. La posibilidad de ascender en la escala

1 i. .

.1.

11,.

11. "(...) responde en términos muy sumarios, a la necesidad de las dases dominantes de disciplinar a los sectores subalternos, a fin de adecuar sus sistemas de valores y sus pautas de conducta a las nuevas estructuras productivas." (Caetano le Alfaro: 1995:30).

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ocupacional siempre está vigente. Pero la principal virtud que tiene el trabajar en la estancia, es que el empresario seguramente le otorgue la posibilidad del pastoreo y/o lo habilita con ganado. Esto implica que al momento del retiro, estos trabajadores gozan de una 'capitalización". Esto debe ser entendido como un cambio fundamental ya que implica que el trabajador paulatinamente adquiera la condición de propietario De igual modo hay una serie de conductas posibles en el trabajador que implican que seguramente el agente "apenas" logre mantener la posición social heredada: esto ocurre con trabajadores menos sumisos, los que tienen vocación por el cambio, cuando no se aferran a la localidad, son aquellos que no tienen la capacidad de sostener la estabilidad, están condenados a ser siempre peones. En el mejor de los casos, terminan como empezaron. REFLEXIONES TEÓRICAS FINALES

Este trabajo, propone conceptualizar las miradas sociales como el mecanismo principal a través del cual se desarrollan los dispositivos de control. Los criterios de selección de personal parecen operar como instituciones que disciplinan a las clases subalternas del medio rural. Este modo de producción se actualiza a través de las acciones de los estancieros, los capataces y los peones, pero lo específico de su funcionamiento, es que en él opera de manera determinante la atmósfera cultural ruralista, a través del grupo de habitantes de la población rural dispersa, geográficamente situados en esta zona, que reproducen el conjunto de códigos y de normas actitudinales consideradas como legítimas en este medio social. El habitus incluye el disciplinamiento introyectado, hecho carne. Desde este lugar es que opera la violencia simbólica, que debe ser entendida corno el efecto histórico general que las disciplinas han tenido sobre el poblador rural desde el alambramiento de los

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campos a la fecha y que ha logrado que éste se adecue naturalmente a los requerimientos propios del modo de producción. La permanencia inalterada de estas posiciones en la ganadería —peón, capataz, empresario—, muestra que responden adecuadamente a las pautas de las relaciones socio estructurales que subyacen a los procesos cotidianos de contratación y de trabajo en la zona ganadera. Quizás lo más importante, es que los agentes se consideran portadores de un "oficio" (y también al otro) y actúan (y esperan del otro) en función de esa imagen. Así, este concepto opera como mediador entre los distintos actores sociales involucrados, estableciendo la referencia, fijando los resultados y las competencias esperadas y por tanto, los criterios y mecanismos de selección del personal. El régimen del poder disciplinario propio de la ganadería, utiliza (siguiendo la caracterización foucaultiana) las siguientes operaciones: referir los actos, los hechos extraordinarios, las conductas similares a un conjunto que es a la vez campo de comparación, espacio de diferenciación y principio de una regla a seguir. A través de estas operaciones se establece la visibilidad, la diferencia y la sanción.

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CAPÍTULO 7

EL CONTRATISTA FORESTAL, ¿VIEJAS FORMAS DE TRABAJO EN NUEVAS ACTIVIDADES?

R. EMILIO FERNÁNDEZ RONDONI 1

INTRODUCCIÓN En el presente capítulo se exponen una serie de conclusiones provenientes de un proyecto de investigación acerca del contratista de cosecha forestal, realizado durante los años 2007 y 2008. Dicho trabajo, fue financiado con recursos de la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Universidad de la República, y forma parte del proyecto de Tesis de Maestría que actualmente está realizando el autor. En el primer punto se aborda el contexto internacional y nacional en el que se inscribe la actividad forestal en el Uruguay, para luego, en el segundo y tercer punto destacar las consecuencias del desarrollo del sector para el mercado laboral rural y la incidencia de estos factores en los distintos territorios del país. En el cuarto punto se describen los distintos tipos de cosecha forestal que se desarrolla en el país, para luego, en el quinto punto tentar una somera caracterización' de la actividad de los contratis-

1. Centro Universitario Región Este y Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de la República. Uruguay. Maestría en Ciencias Agrarias, opción Ciencias Sociales. Facultad de Agronomía, Universidad de la República. Uruguay. Dirección de tesis Diego Piñeiro. ([email protected] ).

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:11

I i ciendo mejores facilidades para la inversión, flexibilizando los contratos laborales, renunciando al cobro de impuestos o brindando otras facilidades a los inversores. Es en este contexto que debe entenderse las inversiones que empresas de capitales multinacionales han realizado tanto en la etapa forestal así como de transformación y procesamiento agroindustrial de la madera y la celulosa en Uruguay (Carámbula y Piñeiro: 2006).

tas —de mano de obra y de maquinaria- y su incidencia en los mercados de trabajo y los sistemas de producción agrícola. En el punto seis se realiza un abordaje del contratista forestal ; . como sujeto social que realiza una función de nexo entre distintos 1.11: mercados —de trabajo y capital- y diferentes territorios. En el punto séptimo, se culmina este trabajo indicando algunas dé las características que vinculan a este tipo de empresario rural con las empresas forestales.

LA FORESTACIÓN Y LOS MERCADOS DE TRABAJO RURALES EL CONTEXTO SOCIAL, ECONÓMICO Y POLÍTICO EN QUE SE . INSCRIBE LA ACTIVIDAD FORESTAL'

; 1.

Con la promulgación de la ley de promoción a la actividad forestal en 1987 en el Uruguay comenzó un proceso de crecimiento de las áreas forestadas que llevó a que en la actualidad unas 750.000 hectáreas —según el Anuario de la OPYPA-MGPA del ario 2008— se hallen bajo este cultivo. Esta realidad modificó profundamente la estructura productiva nacional y por ende, la composición social de los "nuevos" territorios forestales. El rápido crecimiento de la superficie forestada tuvo consecuencias sobre los mercados trabajo rural. La demanda de mano de obra en una explotación forestal se concentra en las etapas iniciales (preparación del suelo, viveros, trasplante, cuidados iniciales) y en la etapa final de la cosecha con algunas demandas intermitentes para la realización de podas y raleos. Dado que los turnos de corta varían entre 7 y 12 arios según la especie y si son de primer corte o de rebrote, es posible apreciar que la demanda de mano de obra es sumamente variable en cantidad y calidad y extendida en el tiempo. Este es uno de los factores que ha llevado a las empresas forestales a disponer de una plantilla reducida de trabajadores permanentes para las tareas de cuidado y vigilancia de las plantaciones y técnicos para el control y supervisión de las restantes tareas requeridas. Paralelamente se ha expandido la modalidad de subcontratación a empresas proveedoras de servicios para hacerse cargo de las tareas que implican cargas altas de traba-

El conjunto de cambios que han ocurrido en las sociedades humanas en las últimas décadas se conoce con el nombre genérico de globalización. Este concepto no solo tiene definiciones distintas sino que también contiene múltiples aspectos y abarca los ámbitos mas variados de la vida humana desde la economía, la cultura, las finanzas, el comercio, la educación, los medios de comunicación, la producción de bienes, etc. Uno de los aspectos que conviene destacar es la apertura generalizada del comercio mundial. La eliminación de algunas barreras comerciales ha incrementado el comercio mundial y ha acelerado los procesos de rotación del capital y ha facilitado la deslocación —el desplazamiento de las compañías trasnacionales de un país a otro— en la búsqueda de aquellas economías que ofreciesen los menores costos (de mano de obra, de capitales, del crédito local, de impuestos estatales, etc.). Este proceso llevó a una competencia entre los estados nacionales y subnacionales para captar a los inversores, cada cual ofre-

2. Este apartado esta basado en un artículo elaborado por Carámbula y Pifieiro, La Forestación en Uruguay: Cambio demográfico y empleo en tres localidades, Revista Agrociencia, Vol X, N°2: 6373, Uruguay. 2006.

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, ' r. 1

jadores en períodos acotados de tiempo. La tercerización de las tareas delegándolas en la figura de un contratista es extendida y de carácter estructural al negocio forestal. La Oficina de Planificación y Política Agropecuaria en su anuario 2008, registra 11.635 trabajadores inscriptos en el Banco de Previsión Social pertenecientes al sector forestal, entre los cuales encontramos 1.350 maquinistas, 2.111 peones especializados, 393 tractoristas, 3.958 peones comunes y 2.858 peones jornaleros y zafrales. (OPYPA; 2008). La información suministrada, indica que de mayo del 2004, donde se tenía un registro de 4.155 asalariados en el sec. tor, se pasó a 11.635 en agosto del 2008. Ello estaría pautando dos realidades en el sector. Por un lado el crecimiento de la formalización y por otro lado, el posible/eventual incremento del número de asalariados forestales. La totalidad de trabajadores rurales registrados en el organismo previsional en el ario 2008, era de 101.336 trabajadores: De ellos el 11,5% pertenecían al sector forestal. Estos guarismos indican la importancia que el rubro tiene en términos de la PEA agropecuaria y la incidencia que ha cobrado como actividad económica, no solamente en lo que refiere a volumen y porcentaje de las exportaciones (OPYPA; 2008), sino también a los procesos sociales que ha impuesto en los territorios rurales, como por ejemplo mitigando el fenómeno migratorio campo-ciudad de carácter estructural en la dinámica demográfica del país (Riella, Ramírez: 2008).

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LA ACTIVIDAD FORESTAL Y LOS TERRITORIOS

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Desde el punto de vista de la distribución en el territorio el Censo General Agropecuario del ario 2000, muestra que a impulsos de la ley forestal de 1987 se forestó principalmente y en ese orden en los Departamentos de Tacuarembó, Rivera, Paysandú, Río Negro, Lavalleja, Rocha, Maldonado, Durazno y Cerro Largo, que reunidos agrupan el 90% de la superficie total forestada. La oferta de emulen CHIP P'Pnera arfixririnri

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procesos de movilidad en el territorio. Por un lado, se produce el trasvasamiento de población desde regiones expulsoras a regiones receptoras, en función de la demanda de trabajo de unos y otros territorios. Pero también genera movilidad en función de cuáles son las regiones en las que se planifica la instalación de la actividad forestal. El establecimiento de la forestación en algunas zonas del país, ha implicado profundos cambios en las dinámicas poblacionales de esos territorios, ya sea expulsando la producción de otros rubros, y a su consiguientes productores y trabajadores o ya sea combinando las tradicionales actividades productivas de la zona con este nuevo rubro. Asimismo implica la movilidad de los trabajadores de la actividad que deben desplazarse continuamente en el territorio (en algunos casos junto con su familia). Esto lo hacen en función de los requerimientos productivos cuando la población local no es suficiente para atender la demanda de mano de obra necesaria para el desarrollo de los cultivos forestales o en los casos en que el esquema organizativo de la empresa forestal requiere una mano de obra con importantes niveles de capacitación y especialización para realizar las tareas necesarias (por ejemplo en la cosecha forestal). DISTINTOS TIPOS DE COSECHA FORESTAL

Podemos identificar tres tipos de cosecha forestal: Manual, en la cual el corte del árbol y la división del mismo en "trozas" se realiza con motosierras, se pela la troza con un hacha de mano y se extrae la troza hasta un lugar prefijado donde es cargado por un tractor y llevada hacia una zona de acopio, fuera del monte o la "chacra" (tal como se denomina). Mecanizada, en el cual el corte, la troza y el pelado del árbol se realiza en forma mecanizada con un harvester y se carga las trozas para sacarlas del monte y acopiarlas fuera de la chacra con un forwarder. Semi-me-

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canizada donde se conjugan elementos de la cosecha manual y la mecanizada, aunque generalmente el corte es con un harvester y participan grapos que cargan las trozas en zorras para sacar las trozas del monte. En caso de la cosecha mecanizada, se trabaja las 24 horas del día en tres turnos de 8 horas cada uno, interrumpiéndose la cosecha solamente en los horarios de descanso y de cambio de los turnos (o rotura de la maquinaria). Esta extensión de la jornada laboral puede también producirse en el caso de la cosecha semi-mecanizada aunque lo usual es que se trabajen un promedio de 8 a 10 horas diarias (dependiendo un poco de la estación del ario en que se esté cosechando y por ende de las horas de sol de la jornada, así como también de las condiciones de temperatura ambiente). En el caso de la cosecha manual, la jornada laboral, generalmente es de 8 horas pudiéndose extender hasta las 10 horas en caso de tener premura en finalizar la cosecha y si las condiciones climáticas lo permiten. La tarea del contratista forestal dependerá de cómo esté organizado el esquema de trabajo, en función de la modalidad de cosecha forestal que implemente. Básicamenté consiste en conformar una cuadrilla de trabajadores que ocuparán los distintos puestos de trabajo necesarios para realizar las tareas de cosecha. El contratista se asegura el traslado de la cuadrilla al monte por medio de vehículos destinados para tal fin (generalmente ómnibus o camiones cerrados). En el monte los trabajadores se disponen en su lugar de trabajo y comienzan su tarea. En caso de cosecha manual, generalmente es el contratista quien regula que los distintos engranajes del mecanismo de trabajo (cortadores, peladores, etc.) funcionen de la manera más eficiente posible, reforzando algún mecanismo en función del trabajo del colectivo, para tratar de reducir al mínimo los "tiempos muertos" que se pudiera producir en alguna fase de la cosecha. Es éste también quien vigila la calidad del trabajo realizado y quien contabiliza los rendimientos de cada trabajador. En el caso de la cosecha mecanizada y semi-mecaniza-

da, es común que las tareas de control y administración de los distintos ensamblajes puedan estar en manos de un capataz. EL CONTRATISTA

La tercerización del trabajo agrícola, es una actividad de larga data en el agro latinoamericano. Tanto en lo que refiere a alquiler de maquinaria, así como también de fuerza de trabajo. Por las características del trabajo agropecuario -fuerte demanda de mano de obra y/o maquinaria en un período acotado, estacional- esta modalidad organizativa del factor tecnológico —maquinaria- y del factor trabajo, se ha convertido en una estrategia desarrollada por los empresarios agrícolas en su búsqueda de maximización de las utilidades. La legislación del ario 1986, en su ley 15.852 define que "las empresas contratistas son aquellas que en forma independiente se dedican a tareas de conducción de ganado, esquila, alumbramiento, monteo, silvicultura, jardinería y trabajos agrícolas en general." Esta forma organizativa del trabajo, encuentra en las últimas décadas, un desarrollo superlativo, a la luz de los procesos de desregulación de la fuerza de trabajo y de flexibilización laboral mencionados más arriba. Entre el ario 2007 y 2008 se registra un aumento de 334 empresas contratistas, pasando de 2.701 a 3.011 según cifras de OPYPA calculadas en base a datos del Banco de Previsión Social. Esta cifra, 3.011 empresas contratistas (con y sin dependientes), es importante dimensionarla a la luz de las 55.091 empresas agropecuarias tributarias, en agosto del año 2008, al BPS, representando el 5,5% del total de las empresas (consideradas como empresas también las explotaciones familiares). En tal sentido, una actividad agraria como la forestación, de desarrollo explosivo en la última década, basa la construcción del Complejo Agroindustrial en un uso intensivo del factor trabajo, para lo cual se vale de las estructuras laborales de otros sectores

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agrarios, tercerizando la mano de obra empleada, hecho este que le permite eludir determinados costos y responsabilidades. En este marco es que cobra fuerza la figura del contratista forestal. Empresario que obtiene contratos de servicio, por parte de las empresas forestales para desarrollar las actividades necesarias del cultivo (siembra, poda, raleo y tala o cosecha) contratando trabajadores para el desarrollo de las mencionadas tareas. Es importante visualizar que bajo la denominación de "contratista forestal", hay una pluralidad de situaciones laborales, ya que encontramos desde el que organiza el trabajo de dos o tres trabajadores -y el suyo propio- y vende este servicio, con una incorporación relativamente modesta de maquinarias -capital muerto- hasta la presencia de importantes contingentes de trabajadores y de maquinarias de gran valor articulados en torno a una organización laboral de importancia considerable.

tramos fuerte demanda de mano de obra en períodos acotados generalmente breves- de tiempo para el desarrollo de actividades zafrales, se desarrolla la especialización de algunos agentes que comienzan a construir un sistema de redes sociales con el objetivo de disponer de un capital social que posibilite responder a las necesidades puntuales de trabajadores agrícolas -fundamentalmente en tiempos de cosecha-. De esta manera se conforma la figura del contratista de mano de obra, configurándose éste en un agente económico y social quien une la demanda de servicios por parte de los empresarios y la oferta laboral de los trabajadores, aprovechando su conocimiento de las redes sociales locales, y en algunas oportunidades ejerciendo una mediación también cultural entre un extremo y otro (Sánchez Saldaña; 2006). CONTRATISTAS DE MAQUINARIA

CONTRATISTAS DE MANO DE OBRA

En muchos procesos productivos rurales, la estacionalidad de la producción, pauta la necesidad de incorporar cantidades importantes de trabajo en determinadas etapas del proceso agrícola. Ya sea en la siembra o plantación de algunos cultivos, en otros durante el combate a malezas, siendo lo más común la necesidad durante la cosecha de concentrar ingentes esfuerzos para recolectar los frutos del cultivo en un período de tiempo acotado, ya que esta actividad no puede prolongarse más allá del ciclo natural pautado, so pena de perder calidad y aún de descomponerse haciéndose inútil para su consumo. Es por ello que la necesidad de incorporar trabajadores durante un breve período en la actividad agrícola, pautó una estructura laboral que encontró en la contratación zafral de trabajadores una solución al problema. De la mano de los procesos de agriculturización, donde encon-

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1-

En algunos sistemas agrícolas, debido fundamentalmente a las escalas de producción se han articulado procesos donde algunos actores, invierten en maquinarias -generalmente de alto costo- y alquilan sus servicios a los productores (Tort; 1983), Este proceso de larga data en algunas agriculturas -como por ejemplo la argentina en su región pampeana- se ha visto incrementado en los últimos arios por el paquete tecnológico de siembra directa y el proceso de sojización acelerada. En el Uruguay, como consecuencia del fuerte proceso de agriculturización (Arbeletche, Carballo: 2006) que se ha registrado en los últimos años, el fenómeno del contratismo de maquinarias está registrando un importante crecimiento. También es importante destacar que debido a los precios de los productos ganaderos, así como por el aumento del precio de la tierra en el país, la explotación ganadera ha intensificado la inversión por unidad de superficie, sembrando praderas, cultivando forrajes, etc. lo que ha redun-

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dado en el desarrollo de contratistas que realizan las tareas de laboreo, cuidado y mantenimiento de los cultivos, cosecha, etc. EL CONTRATISTA FORESTAL i 1 i

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COMO

SUJETO SOCIAL

El sector de los contratistas forestales —a pesar de ser una actividad relativamente reciente— posee e imprime un gran dinamismo, tanto desde una perspectiva social así como económica en los territorios en los que se inserta. Estando el desarrollo de este tipo de servicios hasta hace algunos arios, en el medio rural, limitado a algunos rubros específicos —caso de la esquila, por ejemplo— hoy impulsa y facilita un proceso que denominaremos de "deslocalización" del trabajo. Hasta el presente, los mercados de trabajo rurales, se encontraban fuertemente segmentados. Una de las funciones del contratista actual, es precisamente tratar de romper esa segmentación espacial y oficiar de puente entre la oferta y la demanda de trabajo, articulando la dotación de recursos que posee (capital y trabajo) en un sentido que le permita maximizar la eficiencia operativa. Hay zonas del país que no poseen una composición social capaz de dar una rápida respuesta a los requerimientos de la actividad forestal. Ya sea por falta de cultura forestal, por la forma en que están estructurados los mercados de trabajo rural o por las formas específicas de subordinación del trabajo al capital, entre otros motivos. Modificar esas dinámicas sociales y operacionalizarlas funcionalmente en el esquema de la explotación forestal, es un proceso que puede insumir arios, tiempo que la empresa forestal no pueesperar. El mecanismo encontrado para superar esta limitante, ha sido el de trasvasar agentes —en este caso el contratista y a veces sus cuadrillas- de una zona del territorio hacia otras, plasmando de esta manera un doble objetivo: por un lado, poder efectuar las tareas necesarias que permitan el desarrollo de la actividad forestal y en segundo término, generar en los nuevos territorios una

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nueva cultura de trabajo incorporando y capacitando la mano de obra local. En la fase actual, la actividad de cosecha forestal por medio de cuadrillas organizadas por un contratista, se encuentra en casi todo el territorio nacional, aunque con distinta intensidad y antigüedad en las diferentes zonas del país ya que en función de la implantación y desarrollo de la actividad forestal, hay zonas del país en las que esta actividad tiene mayor antigüedad (el litoral) y en otras donde incipientemente se está desarrollando (centro-este). En los últimos años, en consonancia con varios factores que se conjugan como ser el precio de la tierra, los controles y fiscalización por parte del Estado de los suelos definidos para instalar el cultivo, la saturación de las plantaciones en las zonas próximas a las vías de transporte (ríos), la posibilidad de construir un nuevo corredor forestal con salida por vía marítima en la zona este del país entre otros, han llevado a que algunas empresas estén invirtiendo fuertemente y "colonizando" nuevas regiones (centro, centro-este, este, etc.). Esta dinámica está impactando fuertemente en los territorios, fundamentalmente en aquellos de reciente instalación de la actividad forestal. Tanto en la conformación de los mercados laborales -por algunas de las características señaladas más arriba- así como en la estructura social, debido a la incidencia que tiene en estos territorios, la presencia aluvional de decenas de trabajadores migrantes, así como también por la irrupción de una nueva "cultura" de trabajo rural. En las zonas litoral y centro norte se está en una etapa de cosecha de grandes volúmenes de madera —más allá de interrupciones coyunturales debido a factores puntuales— lo que ha motivado, frente a la escasez de mano de obra disponible, un proceso acelerado de mecanización de la cosecha. Esta evolución comporta varias consecuencias. Las características de la empresa varían en varios sentidos: se modifica la organización laboral; cambia la logística de la empresa; se altera el cometido económico no solamente desde una

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perspectiva cuantitativa, por la cantidad de metros cúbicos extraídos en una jornada sino desde una perspectiva cualitativa en función del tipo de combinación que realiza entre los recursos capital y trabajo.

I

En un gradiente de mayor a menor, encontramos aún en la zona este y centro este, la presencia de contratistas que realizan una cosecha manual o semi mecanizada La explicación que nos hemos dado ha sido que en la medida que tienen aún posibilidades de acceder a una mayor disponibilidad de mano de obra —aunque con niveles menores de calificación y entrenamiento—, ello les permite postergar inversiones elevadas en capital y sustituir el mismo, en estas primeras fases de instalación en los nuevos territorios, por trabajo.

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Estas empresas manuales y semi-mecanizadas difieren de aquellas que operan en los territorios mencionados en primer término (zonas litoral y centro-norte). Por su composición de bienes de capital y trabajo vivo empleado, están en un escalón más abajo que las empresas que ya tienen consolidado un esquema productivo más complejo (empresas mecanizadas). ¿El desarrollo de las fuerzas productivas llevará a que estas empresas lleguen al escalón inmediatamente superior o se quedarán por el camino?¿Cuál será la organización del capital y el trabajo prevalente? Dependerá de múltiples factores. Pero uno de ellos sin duda, es el vínculo que establezcan con la empresa "madre" forestal. Algunas de las dimensiones de este vínculo abordaremos en el punto siguiente .., EL CONTRATISTA FORESTAL Y SU VÍNCULO CON LA EMPRESA FORESTAL

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En varias ocasiones señalamos más arriba, el grado de interrelacionamiento que tiene el contratista forestal con la empresa forestal. En el país operan empresas de diverso tamaño en el negocio forestal, y hay variados usos que se dan a la madera. Es en gran

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medida en función de las características de la empresa forestal (proveedora de madera para pulpa de papel o para aserradero) que pautará dos elementos básicos vinculados con el contratista forestal: primero, las características del producto cosechado y en segundo lugar las características organizativas que deberá tener la empresa proveedora del servicio de cosecha forestal. Es esta diversidad de empresas que pauta las características del contratista forestal, lo que nos permite encontrar una variedad de actores en el sector con distintos niveles de organización y de esquemas laborales, pero todos ellos fuertemente integrados y en algunos casos, francamente subordinados a la empresa demandante de sus servicios. El complejo forestal en nuestro país está fuertemente centralizado por empresas multinacionales y éstas han incidido decisivamente estructurando los procesos laborales de manejo forestal en su fase de cosecha. Para ello se han servido de la figura del contratista forestal como agente articulador entre la demanda y la oferta de trabajo existente, transfiriéndole a éste algunas tareas (como por ejemplo los aspectos logísticos) e incidiendo directamente en otros (capacitación laboral, seguridad laboral, etc.). Las empresas multinacionales han realizado fuertes inversiones en tierra y en plantaciones forestales, dejando en manos del sector de contratistas la inversión —y riesgo- de activos de capital y también posiblemente en gran medida porque el manejo de los trabajadores es riesgoso y conflictivo. La lógica imperante y mencionada más arriba, hace que se re gistre un proceso de selección en curso —operada por la vía del mercado- de las empresas contratistas tendiente a la concentración y profesionalización de las actividades forestales de la mano de la escasez de la mano de obra que se registra en la actividad forestal. Los contratistas poseen una gran adaptabilidad a los distintos requerimientos laborales (flexibilidad frente a la demanda de las empresas en las distintas fases del proceso forestal) lo que facilita

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BIBLIOGRAFÍA

la planificación estratégica de las mismas. Esta forma de articular el trabajo, sensible a los procesos expansivos o retractivos, se convierte en uno de los elementos que caracterizan el marcado dinamismo del sector. La implementación del sistema de contratismo forestal, les facilita a las empresas forestales una considerable movilidad geográfica expresada en la capacidad de "llegar" a distintos lugares del territorio —para instalar la actividad— y acceder a diversos mercados de oferta laboral —para poder explotar el recurso—.

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CAPÍTULO 8

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ELENA MING0 1

INTRODUCCIÓN

En este capítulo se analiza la inserción laboral de las mujeres en los mercados de trabajo agrícolas del Valle de Uco en la provincia de Mendoza. Esta zona, especializada en cultivos intensivos como vid, frutales y hortalizas ha basado su esquema de desarrollo agrícola en un modelo empresarial que orienta gran parte de su producción a la exportación. Dicho modelo se consolida a partir de la década de 1990 y puede sintetizarse en la reorientación productiva desde un patrón cuyo rasgo distintivo era la cantidad producida a otro donde la totalidad del proceso de producción se concentra en la calidad del producto final. En este contexto, la zona atraviesa un importante proceso de reestructuración en consonancia con las transformaciones generales en la producción y en el consumo de alimentos que se observaron a nivel mundial en las últimas décadas del siglo xx.

1. C:EIL-PIEFFE (comicur). Saavedra 15,4° piso. Ciudad de Buenos Aires, Argentina Maestría en Estudios Sociales Agrarios, FLACSO/Sede Argentina. Dirección de tesis Guillermo Neiman. ([email protected] )

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Específicamente, en cuanto al trabajo agrícola, la reestructuración de la producción introdujo cambios en el proceso de trabajo como, por ejemplo, la introducción de nuevas tareas culturales pero también modificó algunas prácticas de reclutamiento de mano de obra y de organización y control del proceso de trabajo. Así, las empresas debieron ajustar sus estrategias de contratación de mano de obra procurando abastecerse tanto de la cantidad de trabajadores requeridos como también del tipo de trabajador/a específico/ a para la realización de una determinada tarea. En esta línea, Neiman y Quaranta (2001) señalan que, entre otras cuestiones, las empresas apuntan a desplegar una gestión dinámica de las calificaciones y competencias laborales con el objetivo de sostener sus procesos de acumulación respondiendo a los desafíos que impone el entorno. Por su parte, las características específicas de la producción agrícola a diferencia de otros sectores productivos, condicionan la organización del proceso de trabajo. En lo que hace a las características de los trabajadores/as, Piñeiro (2008) señala que la estacionalidad de la producción convierte en relevante la figura del trabajador temporario cuyas inserciones laborales, discontinuadas a lo largo del ario, influyen en la precarización del trabajo en el sector. Desde el punto de vista de las/os trabajadoras/es la respuesta a la estacionalidad de la demanda de mano de obra es el intento de construir un ciclo de ocupación anual, y por tal entiende "el conjunto de ocupaciones en que se desempeña un trabajador en un período de tiempo y espacio determinado" (Piñeiro, 2008; 59)Para comprender la forma en que las trabajadoras construyen sus ciclos de ocupación en la agricultura este artículo introduce los aportes del enfoque de género y de la división sexual del trabajo. En esta línea, la categoría de analítica de género se convierte "en una forma de referir a los orígenes exclusivamente sociales de las identidades subjetivas de hombres y mujeres" (Scott, 1990:7) En este sentido, señala que al establecerse como "un conjunto obje-

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tivo de referencias" los conceptos de género estructuran la percepción y la organización concreta y simbólica de toda la vida social" (Scott, 1990: 26). Este conjunto de referencias que estructuran los roles de género en la sociedad, a su vez, intervienen en la forma en que se organizan y se distribuyen las tareas en el mercado de trabajo. Por su parte la perspectiva de la división sexual del trabajo permite abordar la forma en que interviene el sistema de desigualdades que explica la participación diferencial de mujeres y varones en el mercado de trabajo. En consecuencia, se incorpora este enfoque como elemento integral del análisis de construcción de nuevos y viejos procesos de trabajo y de sus consecuencias diferenciadas para hombres y para mujeres trabajadoras" (Roldán, 2000: p. 86 - 87). Por otro lado, estos enfoques proponen analizar la forma en que se reconocen las calificaciones laborales en los mercados de trabajo como una herramienta para comprender de qué forma la construcción social de las calificaciones laborales participan en la asignación de puestos de trabajo, destacando que la jerarquización por género que se hace de la mano de obra está fuertemente vinculada a los aspectos que explican el rol de las mujeres en la esfera reproductiva. Es por ello importante analizar el lugar que ocupan las mujeres en el trabajo reproductivo para dar cuenta de la forma en que estos roles son reinterpretados desde la esfera productiva a propósito de lograr una más eficiente organización de la mano de obra. LA REESTRUCTURACIÓN DE LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA EN EL VALLE DE UCO

La provincia de Mendoza está ubicada en el centro oeste del país distante a 1037 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. Limita al norte con la provincia de San Luis al oeste con la República de Chile y al sur con las provincias de Neuquén y La Pampa.

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El Valle de Uco es uno de los tres "oasis" de producción agrícola de la provincia de Mendoza. Situado hacia al oeste de esta provincia, se halla conformado por los departamentos San Carlos, Tuy Tupungato. El modelo de desarrollo agrícola se basó en el cultivo de la vid que se difundió en todos los oasis irrigados desde fines del sigo l 0f 1 r xix. Esta organización del espacio productivo determinó que el ca11 l' pital y la población se instalaran en las zonas irrigadas contribuyendo al establecimiento de los tres principales cultivos: viñedos, frutales y hortalizas (Bocco et al. 1999). La vid ha sido el principal cultivo del Valle de Uco, al igual que en el resto de la provincia de Mendoza. Durante la mayor parte del siglo xx, la vitivinicultura fue una actividad regulada por políticas públicas cuya comercialización tenía por destino de consumo al mercado interno. La confluencia de cambios y transformaciones de orden productivo, institucional y económico impulsaron desde la década de los 60 una importante diversificación de la estructura agraria expresada en el crecimiento de la participación, en términos de superficie cultivada, de los frutales y las hortalizas. Según datos del Censo Nacional de Población y Vivienda de 2001, el 41% de la población ocupada de la zona de estudio se desempeña en el sector primario. Alrededor de dos tercios de las explotaciones de la zona recurren a la contratación trabajadores transitorios a través de formas de contratación directa e indirecta. La cosecha, predominantemente manual en todos los cultivos, es la tarea que demanda mayor cantidad de jornales, el 57% del total, , mientras que le siguen en importancia la poda y las demás tareas de mantenimiento del cultivo (Fabio, 2006). La tendencia hacia una agricultura cada vez más concentrada y , empresarial, típica de las últimas décadas en el contexto de una actividad trabajo-intensiva, tuvo efectos particulares en la dinámica ocupacional de la provincia, principalmente en lo que hace al tipo de trabajador, a su residencia y a las modalidades de organi!

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zación del trabajo en los establecimientos agrícolas. La mayor parte de los cultivos implantados en la zona de estudio demandan la realización de tareas estacionales, siendo estas la principal fuente de ocupación de la/os trabajadora/es asalariada/ os de la zona aunque no la única puesto que en épocas de baja demanda de mano de obra se recurre a otras fuentes de trabajo fuera del sector agrario, e incluso a la combinación de empleos agrícolas y no agrícolas simultáneamente. Es importante tener en cuenta que la combinación de tareas agrarias y extraagrarias como estrategia de la/os trabajadora/es para completar un ciclo anual de ocupación presenta diferencias entre mujeres y varones. En este sentido, la combinación de trabajo agrícola con inserción en tareas de construcción, como en el caso de los varones, no es una posibilidad para las trabajadoras. Para las mujeres, encontramos el desarrollo de una estrategia vinculada al empleo en tareas domésticas o bien a la inserción como empleadas de comercio. Sin embargo, las posibilidades de lograr inserciones extraagrarias presentan algunas limitaciones. En el caso del empleo doméstico, la zona de residencia de las trabajadoras incide en las posibilidades de contratación. En el caso del empleo en comercios el nivel de instrucción exigido funciona, en general, como una restricción a este tipo de inserciones laborales. En este sentido, las posibilidades de inserción laboral de las mujeres se concentran mayormente en tareas agrícolas. Dentro del calendario anual, los ciclos laborales de las trabajadoras se concentran en las temporadas de trabajo donde se realizan tareas preponderantemente manuales. En general, las tareas de cosecha de vid y de frutales son pagadas a destajo y la unidad de medida se calcula por cada "tacho" o ,. "bin" cosechado. La forma de pago para las tareas de siembra de hortalizas también es el destajo siendo el "surco" sembrado la unídad de medida. La remuneración por jornal consiste en; una suma fija por la

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totalidad de la jornada laboral, y es utilizada, en general, para las tareas que requieren una mayor cantidad de tiempo para su realización. Esta es la forma de pago característica de la tarea de "atada de vid" donde son altamente representativas las mujeres. Nos indestacar que en la zona de estudio no se han observado diferencias salariales por género, es decir que tanto las mujeres como los varones perciben igual salario por igual tarea. De todas maneras las diferencias salariales se presentan en algunas tareas puntuales, donde son altamente representativas las trabajadoras, como por ejemplo la tarea de atada de vid y de raleo manual, en general remuneradas por jornal. Esta forma de remuneración impide la percepción de salarios más altos por jornada trabajada en comparación con las tareas remuneradas a destajo. Por otro lado, la restricción en el acceso a tareas consideradas como "calificadas" y, por lo tanto, mejor remuneradas que se suman a otras restricciones como el acceso a puestos de trabajo permanentes en la agricultura, evidencian las desventajas de las trabajadoras en este mercado de trabajo. La inserción en ocupaciones temporarias se caracteriza por la inestabilidad ocupacional con predominio del trabajo no registrado, basado en relaciones laborales precarias y escasamente reguladas.

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En la conformación del mercado de trabajo agrícola para tareas transitorias en la zona de estudio intervienen una diversidad de formas de intermediación para la contratación de trabajadoras/es que van desde los tradicionales cuadrilleros hasta empresas de contratación de personal eventual, estas últimas prestan sus servicios en mayor medida a las grandes empresas dedicadas al cultivo de la vid. Es importante tener en cuenta que los mayores requisitos impuestos a la producción de uvas y vinos en el contexto de la reestructuración productiva han impactado también en las formas de organización y control del proceso de trabajo como así también en exigencias mayores de registro de las/os trabajadoras/es. De

todas formas, la exigencia de un mayor control de las condiciones de contratación y de trabajo, vinculadas a los grandes emprendimientos de vid y en algunos casos de frutales, no implica la desaparición de las tradicionales características de precariedad en la relación laboral e inestabilidad salarial de las/os trabajadoras/os

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agrícolas de la zona. EL TRABAJO DE LAS MUJERES EN LA AGRICULTURA DEL VALLE DE UCO

En la inserción laboral de las mujeres en el Valle de Uco no se verifica una clara segmentación por género en los mercados de trabajo vinculada directamente al proceso de reestructuración pro!' ductiva de los últimos años. En este sentido, se observó por parte de las empresas la preferencia en la contratación de trabajadoras para llevar adelante cierto tipo de tareas. Dicha preferencia tendría su origen en el conjunto de nociones culturales acerca de cierto tipo de habilidades que poseen las trabajadoras; las tareas para las cuales son requeridas exigen por parte de ellas "cualidades" como paciencia, atención, cuidado y prolijidad. Es por ello que predominan las mujeres en tareas de selección de frutas inmediata a la

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cosecha, raleo manual y atada de viña. Es interesante destacar que la incorporación de las mujeres en el sector primario no es exclusivamente en estos puestos de trabajo, ya que también se desempeñan junto con los trabajadores varones en tareas de cosecha de frutales, vid y hortalizas; en estas últimas también participan en tareas de siembra. Además, las características perecederas de los cultivos de la zona imprimen nuevos ritmos —que pueden variar según las demandas de calidad— a los momentos del ciclo productivo. Estos requerimientos dirigidos hacia la etapa primaria de la producción tienen efecto en la demanda de mano de obra. Por ejemplo, en momentos donde se requieren grandes volúmenes de trabajado-

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res para realizar alguna tarea determinada en un momento preciso. Estos "picos" en la demanda de trabajadores restringen la posibilidad de que productores y empresarios seleccionen perfiles de trabajadora/es que se consideran ideales para el desarrollo ciertas . y determinadas tareas Esto significa que cuándo existen urgencias por realizar tareas culturales en tiempo y forma se desdibuja la organización del proceso de trabajo en términos de una segmentación del mercado de trabajo por sexo. De todas maneras , aún en estos momentos, las trabajadoras no realizan tareas que impliquen el manejo de herramientas, maquinarias y agroquímicos. Las inserciones laborales femeninas están atravesadas y con. formadas por un conjunto de nociones sociales que definen una determinada variedad de "habilidades" "conocimientos" y "cualidades" que se atribuyen exclusivamente a las trabajadoras y que orientan el acceso de ellas a ciertos y determinados puestos de trabajo definidos por las y los informantes cómo "trabajos de mujeres". De esta manera, el acceso de las mujeres se restringe, en el sector primario, casi exclusivamente a tareas donde estas "habilidades" femeninas funcionan como una herramienta de trabajo, es decir que la demanda de mano de obra espera que las mujeres desplieguen en su trabajo estas habilidades consideradas naturalmente femeninas. Este hecho muchas veces impide que las trabajadoras accedan a puestos de trabajo que implican la puesta en práctica de una serie de conocimientos adquiridos durante la trayectoria laboral.

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Una de las características que asume la inserción laboral de las mujeres en el trabajo en la agricultura es la restricción a aquellos momentos del año donde se demanda mano de obra para la realización de tareas eminentemente manuales Los testimonios de las trabajadoras expresan las diversas limitaciones que se les presentan en su participación en determinadas tareas agríeolas, fundamentalmente la poda tanto de frutales como de vid. Son interesantes los cuestionamientos que las trabajadoras

expresan frente a las razones que fundamentan las restricciones a su participación en determinadas tareas: "Durante el invierno atamos la viña y el hombre poda. Las mujeres atan la viña". Analía comenta que las mujeres no podan "porque hay qtte tener fuerza en lo

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tijera, no permiten a la mujer que pode, eligen al hombre porque tiene fuerza para podar". Aún así, Analía comenta que ella sabe cómo realizar la tarea de poda pero que "en todos lados dicen que la mujer no tiene fuerza" (Analía, 24 años). "De los trabajos de la tierra el único que no va a conseguir una mujer ese! trabajo de poda. No, el patrón, poda a una mujer no le da, que la mujer acompañe al marido

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sí, pero sola no, será que a lo mejor el patrón piensa que las mujeres no sabemos podar y que le vamos a cortar todos los cargadores" (Claudia, 32 años).

En cuanto a las tareas de poda, Claudia explica que si existe la necesidad de que se haga rápido el trabajo, los encargados de las fincas aceptan que las mujeres participen de la tarea "ayudando al marido". También comenta que durante algunas temporadas de poda ayudó a su padre y explica que cuándo acompaña a su padre en estas tareas es el varón quién percibe el salario: "al hombre le pagan porque ellos son los que están encabezando la poda". Aunque la participación de las mujeres en la tarea de poda sea aceptada en momentos donde el ciclo productivo demanda una rápida concreción de la tarea, esta participación es estrictamente supervisada por los encargados del proceso de trabajo, aún cuando se desempeña en el rol de asistencia a un varón responsable de la tarea. Claudia afirma que los encargados de controlar el trabajo en las fincas prestan mucha atención a lo que hacen las mujeres cuando participan "ayudando" a los varones en las tareas de poda:

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"Quizás no nos creen capaz de hacer el trabajo de los hombres por eso nos prestan más atención". De todas maneras considera que ella conoce cómo realizar la —w

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tarea de poda, incluso afirma que quizás las mujeres son mejores que algu-

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lo podría hacer. Pero se le pone más difícil a la mujer para conseguir trabajo..."

nos hombres para esa tarea: "porque por ahí los hombres por hacer más rápido el

(Adriana, 34 años).

trabajo cortan mal y, a lo mejor una hace más prolijo el trabajo, lo hace mejor"

(Claudia, 32 años).

LA ORGANIZACIÓN DEL CICLO LABORAL: ENTRE EL

En el testimonio que sigue se puede observar, a diferencia de los anteriores, que la restricción en la incorporación de las mujeres en la tarea de poda está vinculada a la dificultad que presenta la tarea y a la necesidad del uso de la fuerza física. En este sentido, la trabajadora entiende que estas restricciones les impiden a las mujeres realizar la tarea de poda. Nidia explica que la atada de viña y la plantación son las únicas tareas que pueden hacer las mujeres en invierno: —"y si, porque podar no se puede"

—¿Por qué no se puede? —"Una porque no sabemos las mujeres y es más difícil la poda, hay que estar con escalera, y en la viña hay que tironear" (Nidia, 40 años).

Como ya fue señalado anteriormente, la asignación de determinadas cualidades y habilidades a las mujeres orientan las inserciones laborales de las trabajadoras. En el siguiente testimonio puede observarse cómo estas definiciones que actúan segmentando el mercado de trabajo por sexo, a su vez limitan el acceso de las trabajadoras al mismo y dificultan la continuidad del ciclo laboral en la agricultura: "Pero por ahí se les pone dificil a las mujeres conseguir trabajo. Es más dificil por el motivo de que a lo mejor los chacareros acá cerca, por ejemplo, que tienen chacra, ellos necesitan para regar, para manejar el tractor.., y e se es un trabajó que las mujeres a lo mejor lo podemos hacer, pero ellos están con que los tiene que hacer el hombre y que la mujer no está capacitada para eso. Yo pienso que ellos lo ven así, pero. Yo no sé... si me ofrecieran a regar, yo pienso que yo me siento capacitada para hacerlo. Ahora, para tractor, no. No me siento capacitada. Pero para regar, eso sí...

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MERCADO DE TRABAJO Y LAS DEMANDAS DEL HOGAR

La diversidad de cultivos existente en la zona de estudio posi' bilita a las trabajadoras insertarse en diversas tareas a lo largo del año; de esta manera rotan por tareas manuales en distintas producciones y en diferentes épocas del año, buscando mantener un ciclo ocupacional lo más extenso posible. La posibilidad de alcanzar una inserción laboral anual depende tanto de la demanda de tareas manuales en cada momento del año como también de las condiciones del hogar de cada una de las trabajadoras. En cuanto a la situación del hogar, son factores de suma importancia la cantidad y edad de los hijos, el rol que desempeñan dentro de sus hogares y la cantidad de miembros trabajadores del hogar. Los testimonios de las trabajadoras muestran cómo, a partir de estas condiciones, construyen determinadas inserciones labora. les dentro del espectro de posibilidades que se les presenta. Esta situación implica la construcción de diferentes formas de acceso al trabajo. Según sean estas condiciones de los hogares, encontramos distintas formas de inserción laboral, basadas en las elecciones que realizan las trabajadoras sobre el conjunto de alternativas disponibles vinculadas a las formas de contratación y de pago, al tipo de tareas requeridas y al momento del ciclo productivo en el que buscan insertarse. Por otro lado, es de fundamental importancia la etapa del ciclo vital que atraviesan las trabajadoras. Analía tiene 24 arios, no tiene hijos y vive con sus padres y dos de sus hermanos varones. Los padres no trabajan y entre ella y sus dos hermanos sostienen todos los gastos del hogar. Analía decidió trabajar como "temporaria de invierno" en una importante finca de la zona dedicada al cultivo de vid. Esta elección le permite: 1-

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"Aprovechar el trabajo de verano porque acá en invierno no hay nada, para hombres sí que está la madera, pero para mujeres no. Por eso elegí temporaria de

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invierno para poder trabajar todo hasta enero y trabajo en otro trabajo hasta junio que tengo otros trabajos de verano y en junio de vuelta a..." (menciona el nom-

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bre de la finca donde trabaja en invierno) (Analía, 24 años).

La elección de esta trabajadora apunta a garantizarse seis meses de trabajo continuo entre junio y enero. Este período, especialmente entre los meses de junio y septiembre, coincide con el momento de mayor desocupación en el sector, especialmente en lo que respecta a la demanda de trabajo femenino. De esta manera, en el período de enero hasta abril esta trabajadora, mediante diversas formas de inserción laboral, aprovecha la alta demanda de trabajadora/es correspondiente a la temporada de verano: El "trabajo de verano" del que habla Analía consiste en insertarse como trabajadora agrícola en las tareas que corresponden a la temporada de verano: "alguna cosecha de durazno, o cualquier fi -uta, o si no la uva que es febrero, marzo, o si no de empleada acá piden por la radio y te presentas". Analía consigue trabajos agrícolas a través de cuadrilleros que van a ofrecerle trabajos a su casa, junto con sus hermanos deciden quién tomará ese trabajo. De cualquier manera, Analía prefiere presentarse "particular" es decir, sin integrar una cuadrilla, en la finca donde sabe que están pidiendo personal: "voy y pregunto y si me dan voy en bicicleta". Además del trabajo en la agricultura consigue algunos trabajos temporarios en comercios de la zona que hacen pedidos de empleados por radio, o bien en casas de familia, especialmente en el período entre abril y junio: j "Tenés que aguan tárela hasta que empiece la atada en (menciona la finca donde trabaja en invierno) son unos dos, tres meses que estás sin trabajo. Pero siempre hay algún trabajo" (Analia, 24 años).

El testimonio siguiente presenta diferencias con el anterior ya que las características del hogar de la trabajadora y la presencia de hijos pequeños aumentan su carga de trabajo reproductivo. Esta situación, similar a la de otras trabajadoras, hace que su estrategia de continuidad laboral consista en la rotación por diferentes cultivos tanto hortícolas como frutícolas. La alta rotación por diferentes cultivos es central en la estrategia laboral, puesto que elige la forma de pago a destajo para poder regresar a su casa a mediodía y encargarse de las tareas domésticas. Isabel tiene 37 arios está casada y tiene seis hijos, logra trabajar en la agricultura durante casi todo el ario. Junto con su marido rotan por diferentes cultivos y tareas en la zona dependiendo de la época del año y los requerimientos de mano de obra. Isabel realiza tareas hortícolas en los cultivos de tomate y ajo y trabaja también en la vid con su marido desde mediados del mes de diciembre hasta marzo, momento en que finaliza la cosecha. Luego de la cosecha de vid trabajan en el cultivo de poroto por espacio de un mes. Isabel comenta que las fincas de poroto se encuentran muy cerca de su casa. Al finalizar las tareas en este cultivo Isabel y su marido comienzan a trabajar en tareas de siembra de ajo. Isabel comenta que "descansa" durante un mes y medio en el invierno porque su marido trabaja en tareas de limpieza de canales de riego. Comenta que en esta tarea no acompaña a su marido porque "a las mujeres no las necesitan, necesitan a los hombres". Luego de este período donde no hay trabajo, el ciclo laboral de Isabel se reinicia. Respecto a la remuneración prefiere el trabajo a destajo ya que, además de ganar más dinero le permite regresar a su casa y dedicarse al trabajo doméstico: "Así si vos tenés que venir a hacer algo en tu casa, a lavar, todo eso lo podes hacer porque salís más temprano y en cambio al día tenés que cumplir tus horas y al tanto no" (Isabel, 32 años).

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BIBLIOGRAFÍA CONCLUSIONES , 'fl 1.

En las inserciones laborales en tareas agrícolas en el Valle de Uco juegan un papel fundamental las cualidades atribuidas a las mujeres como paciencia, atención, cuidado y prolijidad. Estas aptitudes "femeninas", a las que se suma la mención a la responsabilidad y el compromiso con el trabajo, son señaladas desde la demanda de mano de obra, como los principales motivos para la contratación de mujeres. Al asignarles a las mujeres tareas específicas que requieren del despliegue de estos "atributos", este conjunto de "cualidades" se convierte en una "herramienta de trabajo" que es valorada solamente como una condición propia del "ser" de las mujeres y no como un aprendizaje adquirido en su experiencia como trabajadoras. La diferencia con los trabajadores varones es que a estos sí se les reconoce el aprendizaje de un oficio a lo largo de su trayectoria laboral. Esto se expresa con más claridad cuando los trabajadores manejan algún tipo de maquinaria o herramienta y se desempeñan en puestos específicos como tractoristas, encargados de riego, podadores etc. En este sentido, los varones cuentan con la posibilidad de acceder a una mayor variedad de puestos de trabajo en la agricultura a lo largo del ario. Por su parte, las obligaciones domésticas como el cuidado de los hijos y el hogar, son instancias de mucho peso que hacen más complejas las elecciones laborales de las trabajadoras, obligándolas a combinar diferentes formas de contratación y de pago que les son convenientes para cumplir con todas sus obligaciones. Como resultado se observa que en los ciclos de ocupación femeninos se profundiza la estacionalidad de la ocupación, es decir que las mujeres pueden construir ciclos de ocupación más breves que los de los trabajadores varones.

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CAPÍTULO 9

LA AGRICULTURA FAMILIAR EN LA REGIÓN PAMPEANA ARGENTINA. UN ESTUDIO SOBRE LOS HOGARES CON TRABAJADORES FAMILIARES REMUNERADOS

MELINA NEIMAN'

INTRODUCCIÓN

El trabajo familiar en las ñas y medianas empresas agropecuarias ha sido motivo de interés tanto por sus implicancias a nivel del hogar como de la organización del trabajo. Tradicionalmente, se consideró que el trabajo doméstico y el trabajo para la producción mercantil no podían ser funcionalmente divididos y que las relaciones de trabajo no se mediaban por contratos laborales ni vínculos monetarios debido a que están basadas en lazos de parentesco. Sin embargo, la diversidad de situaciones en las que las unidades de la región pampeana argentina que aquí se analizan, organizan la producción y el trabajo hace que ésta sea una noción a revisar.

En efecto, las modificaciones en las relaciones familiares y laborales en el interior de estas unidades han llevado a que se puedan cuestionar los roles "tradicionales" y a que la división del trabajo se vuelva un tema de negociación entre generaciones.

1. CEL-PIETTE,CONICET. Saavedra 15,4° piso, ce 1083, Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Maestría en Estudios Sociales Agrarios — eukcso /Sede Argentina. Dirección de tesis Guillermo Neiman. ([email protected] ).

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El objetivo de este capítulo es conocer y comprender los procesos de cambio que se han dado en el lugar y rol de los hijos al interior de la organización laboral de las unidades familiares agropecuarias de la región pampeana argentina, vinculado centralmente al crecimiento de las situaciones de remuneración al trabajo familiar. Entre los principales interrogantes que se abordan se cuentan aquellos relacionados con los propósitos o estrategias familiares a las cuáles esos cambios están asociados, las modificaciones en la asignación de roles y funciones de los distintos integrantes de las familias y la influencia sobre esos procesos por parte de los cambios globales, así como dé las necesidades más específicas de las unidades y/o de los miembros de los hogares involucrados. El abordaje metodológico que se utiliza es de tipo cualitativo destinado a comprender las estrategias de las familias y el sentido que confieren los actores a las distintas acciones. El criterio para la selección de la muestra es de tipo intencional, escogiendo de entre los hogares que hayan tomado la decisión de remunerar a los trabajadores familiares, un conjunto de unidades que den cuenta de la diversidad existente entre formas de organización laboral, tipos de producción, tamaño de la explotación y etapa del ciclo del hogar en la que se decidió remunerar al trabajo familiar. Se trata de un estudio de caso elaborado sobre la base de la realización de 30 entrevistas a productores, a hijos remunerados y no remunerados y a esposas de productores del partido de Junín, ubicado en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, Argentina. LA AGRICULTURA FAMILIAR EN EL PARTIDO DE jUNÍN

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El segmento de las pequeñas y medianas explotaciones familiares del partido de Junín está conformado por agricultores que, en su gran mayoría, han estado desde siempre integrados a los mercados y que disponen de recursos productivos (tierra, capital )T trabajo familiar) que les han permitido atravesar procesos de capi-

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talización. Se trata de un sector que en los años 90, sin embargo, con la instrumentación de políticas de curio neoliberal, atravesó procesos más o menos severos de crisis que los ha llevado, en algunos casos, a altos niveles de endeudamiento, y a la desaparición de pequeñas explotaciones incrementarse el umbral productivo mínimo para mantenerse en la actividad (Lattuada y Neiman, 2005) La actividad que se es la producción de cereales y oleaginosas (soja, maíz y trigo, principalmente) y, en mucha menor medida, se desarrolla la actividad de cría de bovinos (especialmente, engorde de ganado). Con la devaluación del peso argentino, desde el primer semestre de 2002 hubo una recuperación de la rentabilidad del agro, apuntalado por el ciclo alcista de los precios de los conunodities en el mundo. Esto benefició fundamentalmente a un segmento de productores y contribuyó a que muchos de los que se habían endeudado y se encontraban al borde de la quiebra pudieran recuperarse. Estos productores familiares forman parte de cadenas agroalimentarias de escala mundial, donde se ubican como proveedores de materias primas. En estas cadenas, las explotaciones familiares debieron adaptarse a las innovaciones tecnológicas y a los cambios en las formas de producción que vinieron imponiéndose desde afuera, modificando las formas tradicionales de producción y estandarizando tanto la organización de los ciclos productivos como la cantidad y calidad de los bienes que se producen. El precio de la tierra se incrementó hasta alrededor de 9.000 dólares la hectárea y los productores familiares adoptaron diversas estrategias en su organización de la producción y laboral frente a este nuevo escenario de auge agrícola. Como respuesta a los carribios tecnológicos y de organización de la producción, los productores familiares que persistieron, lo hicieron proponiendo cambios y redistribuyendo roles y funciones al interior de los hogares. En lo que se refiere a la escala de producción, la superficie media de estas unidades familiares en el partido de Junín es de 140

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hectáreas; asimismo, el 51,7% de éstas tiene menos de 100 hectáreas y el 8,0% tiene más de 400 hectáreas (Neiman, 2008). Por otro lado, se observa que muchos de los productores se desempeñan como "encargados" del manejo de la gestión productiva (vinculada con tomar decisiones en la unidad, y con tareas contables y de organización del trabajo), más allá de si desarrollan o no actividades más bien físicas (por ejemplo, operar maquinaria). Como explica Balsa (2006), "asociado con la radicación urbana, se fue construyendo un rol más gerencial, que no necesariamente identifica al productor con alguien que realiza trabajo físico, sino más bien con un organizador de la producción" (Balsa, 2006: p. 189). EL TRABAJO FAMILIAR REMUNERADO EN LOS HOGARES AGRÍCOLAS

Existen diversos cambios de situación al interior de las familias que llevan a que se adopten estrategias como la remuneración de los hijos, la cual comienza tiempo antes del relevo generacional. Padres e hijos están interesados en la existencia de este pago por el trabajo de los hijos. Para los padres, es una manera de asegurarse que alguno de sus hijos varones en el futuro se quede a cargo de la explotación y, en el presente, les sirve para formalizar una relación laboral mediante el pago evitando de esta forma tener que contratar personal externo a la explotación. Para la generación de los hijos, la existencia de una remuneración significa, en un primer momento, una salida laboral al finalizar su inserción educativa y, luego, se aseguran poder adquirir la independencia necesaria para formar su propia familia sin por eso abandonar el trabajo en la explotación. Es interesante señalar que estas explotaciones pampeanas, que Archetti (1978) y Bartolomé (1975) propusieron denominar family farms en los años setenta, no sólo siguen conservando el empleo de la mano de obra familiar y al mismo tiempo tienen alguna posibili-

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dad de acumular capital sino que también empezaron a desarrollar : estrategias mediante las cuales establecen vínculos monetarios en' : tre los miembros del hogar, con objetivos vinculados persistir como "agricultores familiares" y, al mismo tiempo, satisfacer deseos u . , objetivos de cada uno de los miembros. •'2¡?. Si bien existe una gran diversidad de situaciones en relación a los vínculos que establecen los padres con los hijos que deciden dedicarse al trabajo en el campo, la presencia de alguna forma de remuneración se ha vuelto una característica que muestra cierta regularidad en los últimos arios. Según el último Censo Nacional Agropecuario se detecta, para la región pampeana, un 52% de trabajadores familiares remunerados frente a un 48% de no remunerados (INDEC, 2002). Un antecedente de este tipo de arreglos se encuentra en Bardo• más (2000) acerca de la herencia entre familias de agricultores la misma provincia de Buenos Aires, donde explica que el proceso de sucesión "se inicia cuando el hijo que va a ser sucesor deja la escuela y comienza a trabajar bajo la supervisión del padre, recibiendo a cambio un porcentaje de la cosecha o la venta del ganado" (Bardomás, 2000: 73). En las unidades familiares de Junín se han detectado dos clases de situaciones en la transición entre generaciones que muestran - también dos momentos en la trayectoria de los trabajadores familiares remunerados, vinculado a distintas etapas en la relación padre.• hijo. Estos dos tipos de "arreglos" están relacionados con distintos objetivos —aunque no necesariamente contrapuestos— compartidos entre padres e hijos en el momento en que se establece la relación de remuneración: • 1. Los hijos de alrededor de 20 arios que han decidido abandonar la escuela secundaria o no continuar la educación universitaria con el objetivo de dedicarse de manera full time al trabajo en la explotación. 2. Los hijos que tienen cerca de 35 arios, que hace muchos años

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que trabajan en la explotación y que, a veces, ya han formado su propia familia.

vínculo basado en un salario mensual. Por otra parte, los hijos pueden estar formando su propio hogar al que tienen que mantener económicamente, lo cual genera más presión sobre los ingresos familiares del establecimiento. La formación de la propia familia de los jóvenes se produce en una edad cercana a los 30-35 años, prolongando así la etapa en que el hijo soltero continúa viviendo con sus padres. En estos casos, los hijos participan más activamente en la gestión de los aspectos productivos de la explotación.

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Para el primer momento, la remuneración de uno de los hijos está vinculada con que el padre comienza una etapa en que quiere rea1 signar entre sus hijos las tareas del campo y, de esta manera, no tener que contratar a un trabajador externo a la explotación. Los productores manifiestan su preferencia por trabajar con un hijo antes que con un trabajador asalariado. De esta manera, este vínculo de tipo "salarial" sirve para formalizar la relación de trabajo a la vez que retener al hijo en la explotación. Por otra parte, y de manera complementaria al trabajo en la unidad familiar, se logra obtener ingresos adicionales mediante la realización de trabajos a terceros con la maquinaria disponible en el establecimiento (que no se dría hacer sin el trabajo del hijo). Esta es una etapa en la que la familia se encuentra menos presionada económicamente ya que los hijos se incorporan activamente en las tareas laborales sin tener aún una familia propia a cargo y porque además pueden participar en la realización de un trabajo fuera del predio.

"Los arreglos entre mis padres y yo son bastante informales, cada uno saca el porcentaje que necesita, se parece a una sociedad. Una vez propuse formalizar un poco todo esto y hubo mucha resistencia. Es muy dificil quebrar una costumbre. Ellos con 2000 pesos viven bien. A mi me gustaría arrendarles el campo y trabajarlo solo pero ellos no quieren" (hijo de productor, 35 años)

Entre los agricultores de Junín se produce una división entre los hijos que "están más preparados" para seguir una carrera versitaria, que se valora positivamente, y aquellos que se consideran más preparados para el trabajo de campo. Los hijos que continúan su educación universitaria, en la mayoría de los casos, no reciben tierras y los gastos de su educación son pensados como su herencia y su incorporación al mercado de trabajo profesional como una forma de ascenso social. Los segundos, que dejan sus estudios, son los que se incorporan desde temprano al trabajo en la explotación recibiendo a cambio una remuneración por el trabajo realizado. Por otra parte, también se manifiesta un patrón virilineal en relación a la herencia y remuneración de los hijos, ya que no se

"De mis hijos trabaja el tercero de 20 años porque las otras son mujeres. Mi hijo



recibe un porcentaje de lo producido como pago. Antes de trabajar en el campo mi hijo estaba estudiando y dejó de estudiar antes de terminar la secundaria y se fue a

-

trabajar al campo, a él le gustaba. Nosotros no contratamos a ningún trabajador para las tareas del campo.Como es poco, estamos sólo nosotros dos, te sacrificas un poco y lo haces." (Productor).

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El segundo momento corresponde a un trabajador familiar remunerado de alrededor de 35 años y está más vinculado con el momento de la transición generacional en que los hijos sienten que pueden argumentar más "legítimamente" la necesidad de un pago por su trabajo en la chacra. En estos casos, la remuneración suele asemejarse más a la conformación de una "sociedad" antes que a un

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encontró ningún caso en que una hija mujer reciba un pago por



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trabajar en la explotación. El trabajo de la hija mujer es considerado como una "ayuda" y no como trabajo ya sea por ser de tiempo parcial o por realizarse en la casa y no en el campo. Esto mismo pasa con la esposa del productor; aunque ella se encargue de tareas vinculadas con la explotación, como puede ser llevar a cabo

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ciertas tareas administrativas, este tipo de ocupación es considerada marginal, de la misma forma que el trabajo en la casa frente al trabajo en el campo aunque sea de tipo reproductivo.

1 "Yo ayudo algo, me ocupo del pago de impuestos, de conseguir combustible, de hacer el papeleo pero los que trabajan en el campo son mi marido y mi hijo" (esposa de productor).



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LAS DISTINTAS MODALIDADES DE REMUNERACIÓN

el hijo ya es adulto y se empieza a "negociar" el traspaso de la propiedad o la herencia. En estos casos la remuneración suele asemejarse más a la participación económica en una sociedad que a un salario mensual. En estos casos, los hijos participan más activamente en la gestión productiva de la explotación ya que los padres también son de edad más avanzada para hacerse cargo de todas las decisiones de la explotación. Este tipo de "sociedades" suelen establecerse cuando el hijo es soltero y continúa viviendo en el hogar de los padres y, se prolonga durante los primeros arios de formación de su familia en un hogar independiente al de sus padres.

En el análisis realizado se pueden distinguir tres formas de re-

muneración dependiendo tanto del arreglo establecido entre el padre y el hijo como del momento del ciclo familiar que se está atravesando. Estas formas se pueden sintetizar en 1) "salarial", 2)

"Tengo dos varones y una nena. La mayor ya está casada y tiene 2 hijos, vive en

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menor, (30 años), y con el que figuramos como una sociedad de hecho, que formamos cuando yo me jubilé y yo me quedo con el 60% y mi hijo el 40" (productor).

sociedad y 3) informal En la forma de remuneración "salarial" el hijo recibe una suma de dinero por el trabajo realizado en la explotación que puede tener una periodicidad mensual o semanal. Este tipo de arreglo es característico de familias con un solo hijo varón, -cuando el productor busca asegurarse el trabajo y, posiblemente, la continuidad de la explotación del campo mediante el otorgamiento de un salario. También puede ser un hogar con dos hijos varones, de los cuales uno —sea el mayor o el menor— continúa sus estudios universitarios y otro (el remunerado), se dedica de manera full time al trabajo en

• • •

La forma de remuneración "informal" se encuentra presente cuando hay más de un hijo varón dispuesto a seguir trabajando en la explotación por decisión propia o por falta de alternativas. En estos casos, como manifiestan los hijos trabajadores familiares, "cada uno retira el dinero que necesita". Si bien no hay un monto estipulado de retiro de dinero, los hijos que trabajan en el campo reciben lo necesario para satisfacer todos sus gastos. Cuando hay más de un hijo varón, en el tránsito de jóvenes a adultos, éstos pueden insertarse en un trabajo externo a la explotación o seguir



-

la explotación fll

"En el campo trabajan mi marido y mi hijo varón de 18 arios que, como decidió no

trabajando en ella. Los que continúan trabajando en la explotación, lo hacen de una manera full-time tanto para el caso que no estudian

estudiar al terminar el polimodal, trabaja en el campo recibiendo una remuneración

o si terminaron su formación universitaria . Los hijos varones que

de 200 pesos semanales (éste es el primer año que trabaja). Él opera las maquinarias y realiza todo el resto de las tareas que también hace el padre" (esposa de productor).

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La relación de "sociedad" es característica de un período en que

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Junín. Los otros 2 viven acá en el campo. El que trabaja en el campo y es pago, es el

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cursan una carrera universitaria vinculada con el campo (por ejemplo, ingeniería agronómica) suelen trabajar media jornada durante la carrera y, al finalizarla, se dedican de manera completa al trabajo de campo. La forma de remuneración "informal" es aceptada sin conflic-

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tos cuando los hijos son más jóvenes. Esta situación de trabajo y gastos compartidos, sin una división estricta de cuánto retirará cada trabajador por mes, puede continuar hasta la adultez cuando los hijos siguen viviendo en el mismo hogar. Muchas veces, los hijos continúan viviendo por largo tiempo en la casa de sus padres (hasta más de los 30 años) lo que permite que permanezcan este tipo de arreglos. Sin embargo, cuando los hijos son adultos y terminaron su formación universitaria o llevan muchos años trabajando en la explotación, buscan involucrarse de manera completa en las decisiones agropecuarias y, a veces, incluso empiezan a proponer la formación de una sociedad.

do por éste en carácter de trabajador familiar remunerado. En este caso, el trabajador familiar tendría dos tareas: por un lado, realizar las tareas que todavía le indica el padre en el predio principal (generalmente, operar maquinaria) y, por otro lado, hacerse cargo de forma individual de una parte pequeña del predio de una actividad más marginal. "Mi hijo opera las maquinarias y realiza todo el resto de las tareas que también hace el padre. Él también se ocupa de manera independiente de la cría de cerdos en parte del mismo predio. Esta tarea se la dio mi marido para que tome él las res ponsabilidades, como para que vaya valorando cómo se maneja porque a veces si uno no sabe lo que cuestan las cosas, no se les da valor." (esposa de productor)

—"Trabajo con mi papá en el campo pero no recibo así bien, bien una remuneración, sino que le pido plata y él me da; Por ejemplo, digo "papi, dame para salir el fin de

LA RELACIÓN ENTRE HIJOS Y PADRES EN EL MOMENTO DE

semana y él me da" o también me compró un auto.

LA HERENCIA

—¿Y era distinto antes cuando no trabajabas en el campo? —Y antes era mas chico, no salía, ahora es como que salgo mas, viste, me manejo en un auto, antes no, me llevaba mi viejo porque el campo está como a 36 kilómetros de acá." (hijo de productor, 21 años)

Por otra parte, también existen predios que son cedidos a los hijos para su explotación. Este sistema se mantiene en el caso de los hijos mientras éstos son solteros y viven con los padres, hasta que dejan la explotación para formar su propia familia o se hacen de cargo del total de gestión de la unidad. "Mientras el hijo forma parte de la unidad familiar está bajo la dependencia del padre y, en consecuencia, que no ha alcanzado su mayoría de edad. Esta se obtiene con su casamiento o salida definitiva. Una prueba de no haber alcanzado ese carácter de mayoría de edad la constituye la propia existencia de los rogadinhos (pequeñas parcelas)" (Heredia, 2003: 98). Esta transferencia de una actividad o predio por parte del padre hacia el hijo, se puede considerar como otra forma de remuneración o como una manera de complementar el pago recibi-

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-n-

La sucesión patrimonial recién se completa cuando la generación de los padres se retira del trabajo y de la gestión de la explotación agropecuaria y, de esta forma, la dirección y la propiedad de la empresa pasa a la siguiente generación. Sin embargo, los conflictos en torno a la herencia empiezan a aparecer cuando la generación de los hijos tiene la edad y experiencia "suficientes" para hacerse cargo de la empresa familiar aunque los padres sigan a cargo de la gestión o dirección de la misma. Este es el momento en que surgen instancias intermedias en la cuáles los hijos siguen teniendo un espacio subordinado al de los padres. Los conflictos relacionados con la sucesión están más ligados con la prolongación del lugar del padre como "jefe/decisor" de la empresa agropecuaria que con un conflicto entre hermanos. Esto no significa que, en el momento de la herencia, cada miembro reciba el mismo trato, sino que es común que sea aceptado por todos los miembros de la familia que uno o dos hijos varones del productor se hagan cargo, en su lugar de herederos, de la empresa fami-

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liar (tierra y maquinarias) en función a ciertos criterios reconocidos por el resto de los hermanos como válidos. Taylor y Norris (2000) sostienen que, cuando existen buenas relaciones en la familia, "los hermanos perciben que la distribución basada en necesidades es justa, debido a que la persona con mayores necesidades tiene el derecho a ser compensada de esa manera" (Taylor y Norris, 2000: 278). El tipo de familia que se encuentra en Junín lejos de parecerse a la familia tradicional campesina tiene elementos de la llamada "familia moderna occidental o urbana" (Barbosa, 2006). Los padres trabajan por más tiempo que en el pasado y los hijos también permanecen en el hogar por más años. Este es uno de los principales motivos por los cuales se inicia más tardíamente la fase del relevo generacional, así como los conflictos vinculados con la herencia. Por estas razones, se encuentran también situaciones intermedias de remuneración que están relacionadas, por una parte, con necesidades de "individuación" e independencia económica de los hijos y, por la otra, con la conservación del trabajo familiar en la unidad que asegura la posterior manutención de los padres y de su patrimonio económico. En el "tiempo de espera" o situaciones intermedias anteriores al momento del relevo generacional es que se pueden encontrar los diferentes arreglos monetarios descriptos y los mayores conflictos entre generaciones; especialmente cuando se empiezan a tener que compartir espacios de toma de decisión tanto a nivel productivo como en la distribución de las ganancias. Por otro lado, el padre sigue ocupando el lugar de jefe en el hogar donde aún convive toda la familia (padres e hijos/as solteros/as). Tanto la remuneración del tipo "salarial" o la "informal" de los hijos como la constitución de "sociedades" no es ajena a una estrategia hereditaria, destinada a que quienes trabajan en el campo tengan asegurada su parte en el futuro frente a otra parte de la descendencia, que no participa del trabajo en la explotación. Gene-

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ralmente, los hijos que comienzan recibiendo algún tipo de remuneración (ya sea un monto de dinero mensual o la manutención de sus gastos diarios) por el trabajo realizado en el campo, son quie' nes formarán una sociedad cuando el padre esté dispuesto a delegar mayor cantidad de tareas y responsabilidades o los hijos se sientan habilitados para reclamar un arreglo más formal y un lugar en la toma de las decisiones. • En los casos en que los hijos reciben una remuneración de tipo "salarial" es más sencillo el pasaje a la formación de una sociedad entre padre e hijo, debido a que el productor ya tiene decidido, desde tiempo atrás, que el hijo remunerado es quien va a seguir, como heredero, con el manejo de la explotación. Por su parte, a los hijos que reciben una remuneración de tipo "informal" les es más difícil reclamar la conformación de una sociedad debido a que el vínculo laboral se ha mantenido en una informalidad de condiciones por un tiempo prolongado, pudiéndose dilatar así la formación de dicha sociedad. LA FAMILIA RURAL MODERNA

Las "familias rurales" que se encuentran en Junín son grupos familiares de tipo nuclear (matrimonios con no más de 2 ó 3 hijos), con residencia generalmente urbana, que aspiran a vivir de forma "independiente" de lo producido por la unidad. El gran cambio en relación a la familia tradicional es que la familia se constituye como un espacio donde se valora el desarrollo educacional y profesional de los hijos, hay elección libre de los cónyuges que aspiran a tener un hogar propio y los hijos suelen vivir por más tiempo que en el pasado en el hogar de los padres. En efecto, los hijos de los agricultores familiares de Junín tienen un tipo de comportamiento particular con respecto a la formación de la propia familia debido a que se quedan por más tiempo en el hogar de los padres retrasando su matrimonio y, además, la

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fuerte relación con ámbitos urbanos hace que no se busque necesariamente una pareja que tenga relación con el mundo agrícola. Hervieu (1996), el caso europeo, también sostiene que la concepción del rol de cabeza de familia se ha modificado, y que los agricultores modernos jóvenes se casan cada vez más con mujeres "no agrícolas", con empleos urbanos. A este cambio económico y cultural, que contrasta con la imagen tradicional del agricultor dueño de su familia y de su explotación, habría que añadirle un segundo fenómeno que refuerza la tendencia anterior, que son los efectos de persistencia, incluso del aumento, de las situaciones de soltería entre los agricultores jóvenes. De esta manera, da cuenta que "la base de apoyo familiar se ha mantenido y se ha renovado por vías que no son una simple reproducción de las recibidas de las generaciones anteriores" (Hervieu, 1996: 72). Por otro lado, las unidades familiares estudiadas guardan una fuerte relación tanto con los mercados como con instituciones de educación superior', motivos por los cuales es altamente valorada la inserción de los hijos de productores a altos niveles educativos y también existe una clara noción del valor Monetario del trabajo dado a que pueden tener un empleo externo a la producción familiar o, incluso, a la actividad agrícola propiamente dicha.

La incorporación de los hijos a los estudios universitarios y la cercanía a los mercados de trabajo, hace necesario volver a pensar los clásicos ciclos familiares de la agricultura familiar, la percepción de la valoración del trabajo de los hijos y el rol que juegan los nuevos saberes que poseen los hijos y que hacen que se modifique tanto el lugar del "jefe" de la explotación como los vínculos hacia el -•

FAMILIA Y EMPRESA: EL LUGAR DE LOS HIJOS EN LAS UNIDADES PRODUCTIVAS El "jefe" precapitalista de la explotación productiva (Laslett, 1965) dio paso, en la economía capitalista, a una combinación entre "jefe del hogar" y "director de la empresa". Esta dinámica de la "familia empresaria" se origina en el interjuego entre el hogar y el negocio y se ve más en cuestión, tal vez, en el momento de la sucesión a la nueva generación en que se expande la empresa o se crea una nueva. En este juego, los deseos de los padres de perpetuar la empresa familiar puede chocar con deseos de independencia o ingresos inmediatos por parte de la nueva generación (Friedmann, 1981). Wallace et al. (1994) explican que la autoridad económica y social en las familias rurales descansaba tradicionalmente en la generación de los padres, pero en las familias "modernas" los procesos de individualización y autoconciencia reflexiva llevan a que hijos y padres puedan cuestionar estos roles "tradicionales". Asimismo, Caballero (1984) hace una comparación entre el campesino tradicional y el farmer más moderno, explicando que "la relación entre los miembros de la familia farmer es probablemente menos autori-

"Yo les digo (a mis hijos) primero el estudio y después el trabajo, las dos cosas no se pueden hacer, que el estudio no lo distraigan por el trabajo y si no, bueno, ocupo a alguno si es que necesito" (productor).

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"Estudio agronomía y hice algunos cursos. Siempre me gusta, mientras me sobre tiempo, siempre me gusta ir a las charlas que hacen las cooperativas o las charlas, viste, que dan, me gusta ir a escucharlas, siempre se aprende algo." (hijo de



productor)

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taria, y los derechos de la esposa e hijos estarán mejor establecidos que en la familia campesina, seguramente más patriarcal. De la misma manera, tanto por razones objetivas como subjetivas, la valoración del trabajo familiar es distinta. Especialmente porque, los

2. Como la Facultad de Agronomía dependiente de la Universidad del Noroeste de Buenos Aires, ubicada en la ciudad de Junín

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interior de la familia.

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mercados de trabajo están probablemente más desarrollados y hay menos desempleo allí donde la agricultura es de tipo farmer, por lo que los salarios de mercado reflejarán más directamente el costo de oportunidad y el valor del trabajo invertido en la finca (Caballero, 1984: 6-7). También es de gran importancia comprender que "incomparablemente más aislado y solo que ayer, el joven agricultor de hoy como bastantes jóvenes de otras categorías sociales, atraviesan la pérdida de seguridad sobre el mantenimiento de un status social y, aún más, la incertidumbre en cuanto a sus posibilidades de ascenso social" (Hervieu, 1996: 75). Esta situación lleva a que los hijos aprecien más el trabajo en la explotación ofrecido por los padres, ya sea al terminar la escuela secundaria o después de su formación universitaria que, acompañando el "retraso" en la formación de la propia familia, y empiezan a asociar su proyecto individual al del campo y la familia primaria. Este es el período en que se reconfiguran las relaciones inter-generacionales tanto en lo que se refiere a la distribución de los ingresos como a la asignación de tareas en estas explotaciones altamente mecanizadas donde son cada vez más importantes los saberes técnico/agronómicos y todo lo referido a la gestión económica/financiera de la explotación. A estas etapas intermedias de trabajo familiar remunerado se le suman esquemas de sociedades familiares cuando los hijos ya son más adultos, en los que los padres siguen siendo los propietarios de la tierra y los hijos se ocupan del trabajo de producción, en una "cuasiaparcería" o la formalización de arreglos bajo la figura legal del usufructo que, desde el punto de vista de la tenencia de la tierra, hace existir hogares productores no propietarios "escondidos" bajo estos arreglos (Craviotti, 2001).

LA PROFESIONALIZACIÓN DEL TRABAJO DE LOS HIJOS -

En estas "chacras modernas", la disminución del tiempo requerido por las tareas propiamente productivas (por las innovaciones tecnológicas y el desarrollo del contratisrno 3) otorga una mayor importancia el trabajo de gestión, que en este tipo de unidades continúa a cargo de la familia y no es delegada a terceros. El desarrollo de la gestión de la empresa agropecuaria comprende tanto la aplicación de conocimientos vinculados con las innovaciones productivas, como relacionados con la organización del grupo familiar y empresario para poder garantizar su prolongación en el tiempo. Después de la incorporación del paquete tecnológico ligado a la "siembra directa" se volvió más sencillo el trabajo productivo pero, en la gestión de lo que se refiere a aplicación de productos nuevos, se empezó a valorar el conocimiento agronómico específico, aunque las decisiones cotidianas las seguiría tomando el productor. A partir de este hecho, es observable que muchos hijos de productores que estudian la carrera universitaria de agronomía en Junín, empiezan a trabajar en la parte de gestión de la explotación, siendo valorados sus conocimientos específicos en colaboración con la experiencia del padre. "A uno de mis hijos le falta una materia (para recibirse de ingeniero agrónomo), ya prácticamente sabe todo, entonces ya lo venimos amasando nosotros, lo único que a veces consultamos son nombres de algún producto, una marca, a una persona que tenga un comercio de agroquíniico, pero si no lo amasamos nosotros..." (Productor). 3. El contra tismo se refiere a la contratación de terceros (generalmente empresas que poseen maquinaria específica) para la realización de determinadas tareas marcadas por la estacionalidad y que requiere para su realización de máquinas y otros implementas con un costo elevado. 4.Técnicamente, la siembra directa consiste en la implantación directa de semillas para distintos cultivos sin necesidad de laboreo previo de la tierra. Se requiere de una máquina sembradora específica, aunque de media complejidad, y de aplicaciones de agroquímicos, principalmente para el control de malezas.

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"(En la toma de decisiones) soy el que propongo que producir y consulto con mis

En cuanto a la gestión de la organización empresarial del grupo familiar, los cambios que se han venido produciendo al interior de las familias, tales como prolongación de la vida laboral del productor/padre, formación más tardía de la familia de los hijos e itinerarios profesionales cada vez más individualizados que, aún así, no impiden que la base familiar siga siendo fundamental para el desarrollo de la actividad, hacen que se tenga que reconsiderar los vínculos que se establecen entre los miembros de la familia y las formas de herencia. En lo que se refiere al momento de la herencia, se puede decir que, tradicionalmente, "descendencia y sucesión consisten en la trasmisión de derechos y deberes, y los sistemas más comunes son los unilineales, donde los grupos de descendencia detentan el dominio corporativo de las propiedades en forma de sociedad, lo que no impide la existencia de propiedades individuales, relevante para la constitución de la persona. Estas propiedades son indivisas, tornando al grupo una persona jurídica" (Wortmann, 1995: 71). Como se ha observado en los casos estudiados, los hijos varones que permanecen en la explotación son los que pueden recibir una remuneración monetaria y/o una parcela de tierra para trabajar de forma individual. De esta forma, la transición generacional se produce con anterioridad a la herencia de la propiedad de la tierra. Además, se puede advertir que "existe una tensión inherente entre necesidades individuales de autonomía y necesidades de la explotación en la interdependencia generacional" (Barlett, 1997) en el caso de los hijos "varones" de los productores que deciden seguir trabajando en la explotación agropecuaria de la familia pero que ven que se extiende el período de la transición generacional creándose situaciones intermedias de remuneración. Las mayores tensiones o conflictos aparecen cuando los hijos ya son adultos y todavía no se ha concluido el traspaso generacional; especialmente cuando se empiezan a tener que compartir espacios de toma de decisión tanto a nivel productivo como en la distribución de las ganancias.

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padres. A veces se generan tensiones en torno a este tema. Por ejemplo, yo no tendría cerdos pero ellos me dicen "qué vamos a hacer nosotros si no tenemos cerdos?, de qué nos vamos a ocupar?" y bueh... ahí están los cerdos" ( hijo de productor, 35 años)

"La decisiones de qué producir las tomamos un poquito los dos juntos. Ahora ya casi la toma ya más él que yo. Uno ya tiene gana de andar retirándose un poco y alguien tiene seguir..." (productor, con hijo de 34 años). DISTRIBUCIÓN DEL PODER EN EL HOGAR

Las familias rurales desarrollan opciones flexibles para compartir el poder, tomando ventajas de las contribuciones potenciales de todos los miembros de la familia explorando así nuevos comportamientos (Barlett, 1997) tanto en lo que se refiere a la organización laboral y productiva como a las estrategias de remuneración y herencia. Una de las razones que puede llegar a originar conflictos entre dos generaciones en el seno de la familia está relacionada con la distribución del poder para la decisión de temas vinculados con la gestión de la explotación. En las unidades familiares de Junín se observa que estos conflictos, que pueden significar cambios en la distribución del poder de decidir, comienzan a aparecer cuando los hijos de los productores son adultos y, más aún, cuando terminaron una carrera universitaria vinculada con "temas agrarios". En este sentido, se puede hablar de dos tipos de poder con orígenes distintos: uno más "patriarcal" o tradicional que detenta el padre vinculado con un conocimiento basado en su posición de "jefe" que ha dirigido desde siempre la "empresa familiar" y; otro más "especializado" o académico que poseen los hijos que han estudiado en la universidad o han tomado cursos sobre temas específicos. Aunque este segundo tipo de conocimiento es valorado por las familias, así como lo es tanto el conocimiento agronómico como la

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educación superior, generalmente los hijos toman decisiones menores que tienen que ver con un saber técnico, como "elegir una marca de fertilizante o la cantidad fósforo a utilizar", mientras que las decisiones acerca de qué se va a producir y la dirección de la explotación sigue en manos del primero, lo que puede generar tensiones y/o conflictos con el paso del tiempo.

de ocupar lugares claves en la gestión de la empresa familiar, en su tránsito hacia la adultez. En un primer momento, alrededor de los 18-20 años se incorporan al trabajo del campo en una posición totalmente subordinada a las decisiones del padre en que su posición se asemeja más a la de un trabajador en relación de dependencia que a la de un socio o productor, mientras que en el tránsito hacia un segundo momento se van adquiriendo ciertos saberes (basados, como se ha dicho, en su acceso a la educación superior o en la experiencia en el trabajo de campo) que hace que los hijos se empiecen a sentir "autorizados" a disputar, legítimamente, espacios de toma de decisiones, tanto en lo que tiene que ver con la esfera productiva de la explotación como en la construcción de otras formas de distribución de las ganancias. En este segundo momento, el trabajador familiar remunerado se encuentra obligado a empezar a romper con una forma de organización patriarcal para poder ocupar el lugar de su padre y continuar con el desarrollo de la empresa agropecuaria, asegurando que se produzca exitosamente el traspaso de la unidad productiva. El hecho de que se produzca este traspaso en la dirección de la explotación es esperado y deseado por ambas generaciones debido a que los hijos quieren pasar a tomar las decisiones en la unidad pero, los padres también necesitan que sus hijos se ocupen de la empresa familiar para que se hagan cargo de mantenerlos en su vejez, con lo producido por la unidad, en lugar de tener que arrendar el campo si esto no sucediera.

—¿Quién o quienes toman las decisiones de que producir? —Vamos compartiendo un poco en este momento ahora quizás se van aproximando mas a recibirse van por ahí metiendo un poco la nariz como digo yo, viste, pero en el fondo siempre termino a veces aconsejándolos porque por mas que se estén por recibir, la experiencia no es la misma y es importante entonces bueno la última decisión todavía la voy tomando yo." (Productor) El carácter patriarcal sigue siendo una característica de la fami-

lia y/o de la empresa familiar agraria tanto en lo que se refiere a cuestiones de género como entre generaciones, donde no se puede hablar de "la desobediencia de las mujeres a los mandatos del pater familia" (Cicerchia, 1994). En las unidades agropecuarias familiares, el ser portador de un conocimiento, valorado por la familia, sobre temas agronómicos o de gestión otorga a los hijos una posibilidad de intervenir en determinadas decisiones. Sin embargo, para pasar a dirigir la empresa agropecuaria y tomar las decisiones más importantes, los hijos deben romper con una estructura de funcionamiento patriarcal que se viene desarrollando desde siempre. Esta ruptura se producirá recién cuando finalice el relevo generacional y el hijo "remplace" al padre logrando, según los deseos propios y de la familia, poder desempeñarse de la misma manera que lo ha hecho el padre. En las "etapas intermedias", en que se encuentran las instancias de remuneraciones ya mencionadas, los hijos, a través de pequeñas disputas cotidianas, empiezan a encontrar diferentes formas

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CONCLUSIONES

Las agrícolas estudiadas han venido cambiando en los últimos arios tanto en lo que se refiere a su tamaño y composición, la relación entre los miembros y las modalidades de herencia. En lo vinculado a la organización interna, se puede observar que se trata de familias nucleares con pocos hijos donde es altamente valorada la

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educación superior de los hijos, quienes también forman su propia familia mucho más tarde que en el pasado. Estos cambios llevan a que se desarrollen nuevos conflictos y nuevos arreglos entre padres e hijos en lo que tiene que ver con el momento de la herencia o el relevo generacional. Las mayores tensiones surgen cuando se • produce el pasaje del joven a la adultez y el padre continúa en la dirección de la explotación. En estas instancias, se vuelve necesario encontrar maneras de compartir los espacios de toma de decisión tanto a nivel productivo como en la distribución de las ganancias. Los vínculos entre padres e hijos para el desarrollo laboral, empresarial de la unidad han atravesado ciertos cambios, lo que se pone de manifiesto en la existencia de jóvenes trabajadores familiares con distintas modalidades de remuneración. Estos cambios también se muestran en el ingreso de los hijos a carreras universitarias vinculadas a temas del campo, como por ejemplo agronomía o administración agraria, que le permite a la familia la aplicación de saberes especializados sin recurrir a ningún agente externo, consiguiendo así adaptarse a los mercados externos de formas innovadoras. En el desarrollo de gestión de la empresa familiar agropecuaria se comienza a hacer uso de saberes más patriarcales o tradicionales basados en la posición de jefe de los padres y de otros mas específicos o agronómicos que detentan los jóvenes que alcanzaron una .. alta formación educativa y trabajan en la unidad. Esto lleva a que 1i ,I 11 i se produzca una distribución del poder en que los hijos se hacen cargo de "decisiones menores" y el padre queda en la dirección I 1 hasta el momento del relevo generacional. Esta es la etapa en la que las controversias entre la generación de los padres y la de los hijos se resuelven mediante la formación de una sociedad familiar, ;• 11 Ii ya sea en términos "formales" en que se reparten porcentajes fijos .. 1, de ganancias o como sociedades informales —como la denominada sociedad de hecho— en las que el padre pone el recurso tierra y I maquinaria y, los hijos, el trabajo, con diferente tipos de arreglos.

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Esta diversidad de arreglos de acuerdo a las características de cada hogar otorga flexibilidad tanto en la organización familiar, atrasando el momento de la herencia con el surgimiento de instancias intermedias debido a que la generación de los padres trabajan por más arios que en el pasado especialmente en tareas de gestión, como para la inserción en los mercados, reteniendo al hijo mediante el otorgamiento de algún tipo de remuneración y/o incentivando a que el hijo obtenga otro empleo adicional en el caso de ser necesario. También se fomenta de diferente manera el estudio de una carrera universitaria de acuerdo a si se trata de un único hijo varón o si hay más de uno. Si hay un único hijo varón, se lo intenta retener en la explotación a través del otorgamiento de una remuneración mensual mientras que si hay más de un hijo varón, generalmente, éstos siguen los estudios universitarios postergando la elección del

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heredero. Los procesos de individuación que transitan los jóvenes se enfrentan con la prolongación de la vida laboral de la generación de los padres/productores empujada por la menor necesidad de mano de obra y el mayor desarrollo de gestión empresarial. Los conflictos que surgen alrededor de esta situación muchas veces son resueltos mediante el desarrollo de estrategias familiares tendientes a volver más flexibles la relación entre los miembros de la familia y la inserción de la unidad productiva en los mercados. La extensión de las diversas formas de remuneración que se adecuan a las características de las familias permitió satisfacer necesidades de las dos generaciones implicadas, demorando el momento del relevo generacional y creando una forma de distribución de ganancias, así como también espacios para compartir toma de decisiones de las que va a depender el futuro de la unidad.

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CAPÍTULO 10

PRODUCCIÓN AGROPECUARIA Y MERCADOS DE TRABAJO EN ÁREAS RURALES CERCANAS A GRANDES CIUDADES. EL CASO DEL PARTIDO EXALTACIÓN DE LA CRUZ, PROVINCIA DE BUENOS AIRES.

GABRIEL BOBER 1

INTRODUCCIÓN

Este capítulo analiza las condiciones presentes y las transformaciones ocurridas en la producción agropecuaria y los mercados de trabajo de algunas áreas rurales que por su localización han estado sujetas a procesos de urbanización, de asentamiento de población proveniente de las ciudades y de actividades económicas no agrícolas. Estos espacios conforman realidades productivas y sociales complejas y heterogéneas que dieron lugar a la emergencia de nuevos escenarios a los que diversos autores han hecho referencia a partir de conceptos como "nueva ruralidad", "rururbanización" o "interfase rural-urbana". Al mismo tiempo, la dinámica productiva y laboral de estas áreas interactúa con las transformaciones que vienen desarrollándose en el sector agropecuario en sus

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1. CEIL-PIETTE, CONICE V. Saavedra 15,4 piso, CP. 1083, Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Ar entina. Dirección de tesis Guillermo Maestría en Estudios Sociales Agrarios— FLACSO/Sedeg Neirnan. ([email protected] ).

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distintos niveles (global, nacional, regional) y que tienen que ver con procesos de agriculturización, innovación productiva y tecnológica, concentración e intensificación de las actividades. En estas condiciones, los mercados de trabajo, constituidos históricamente en torno situaciones productivas vinculadas a la agricultura y la ganadería, presentan una serie de particularidades y cambios que afectan al tipo de actividades económicas, los sujetos sociales involucrados, las posibilidades de articulación entre el sector agrícola y el no agrícola y una diversidad de factores relacionados al tipo de empleo generado. El estudio de tales situaciones se realiza a partir del análisis del caso de Exaltación de la Cruz, un partido de la provincia de Buenos Aires cuya localidad cabecera —Capilla del Señor— se ubica a 80 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, y que ha presentado importantes modificaciones en su perfil productivo, poblacional y laboral. HETEROGENEIDAD PRODUCTIVA Y MERCADOS DE TRABAJO

La oposición dicotómica entre las categorías de rural y urbano ha sido durante décadas el punto de vista teórico que adoptó la Sociología Rural (Oliva Serrano, 1995). La discusión acerca de las áreas rurales que comienzan a distanciarse de su perfil netamente agropecuario, rompiendo conceptualmente la igualdad entre lo rural y lo agrario, comienza a tener lugar en los países desarrollados. Fenómenos diversos tales como la industrialización de la agricultura, el asentamiento de habitantes urbanos en zonas rurales o la instalación de actividades típicas de zonas urbanas como las industriales, conformaron espacios heterogéneos en el medio rural en los que la producción agropecuaria ya no es la actividad exclusiva a partir de la cual el mismo se estructura (Romero González y Farinós Dasi, 2004). La población activa agraria se reduce y se afianzan

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tendencias hacia la diversificación y tercerización de la actividad económica rural (García Sanz, 1997). La presencia de cambios objetivos en las condiciones rurales se manifiestan no sólo en la aparición de nuevas condiciones sociales, tecnológicas, económicas y territoriales sino también en una profunda modificación de la relación entre lo rural y lo urbano que tiende a disminuir y relativizar sus diferencias o a incrementar sus interacciones. Con matices, distintos autores dan cuenta de la diversidad presente en la estructura social rural (Craviotti, 2008); y enfatizan distintos aspectos de las transformaciones ocurridas. Algunos destacan la urbanización y valorización cultural de los espacios rurales y la desagrarización de las actividades (Llambí, 1994) (Linck, 2000); otros, los aspectos políticos que incluyen el rol del Estado relacionados a procesos de descentralización y generación de programas de desarrollo territorial rural (Schejtman y Berdegué, 2004), o los cambios en la estructura social como elementos centrales de la "nueva ruralidad" donde conviven la producción agropecuaria de commodities, un conjunto de actividades no agrícolas —residenciales, industriales y de servicios— y un conjunto de "nuevas" actividades agropecuarias dirigidas a nichos de mercado (Graciano Da Silva, 1999). Sin embargo, estas tendencias de desarrollo del medio rural que intensifican la interrelación rural-urbana no son generalizables ya que muchas de las características clásicas continúan predominando en amplias zonas de los países en desarrollo (Siqueira y Osorio, 2001). Estas nuevas formas de lo rural también se manifiestan en la modificación de los sistemas productivos, tecnológicos y de empleo en el sector agropecuario. De tal manera, junto a la creciente importancia de las actividades no agrícolas desarrolladas en el medio rural, se han desarrollado tendencias hacia la industrialización de la producción agrícola, con crecientes articulaciones hacia atrás y

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adelante, produciendo la coexistencia de distintas formas y estrategias de organización de la producción (Neiman y Bardomás, 2001). El proceso de transformación de las zonas rurales, ya sea por influencia directa de la expansión urbana, por las nuevas funciones que asume el medio rural o por la implementación de nuevos sistemas productivos y tecnológicos que tienen lugar en la agricultura, ha tenido su correlato en la reestructuración de los mercados de trabajo locales. Algunos mercados de trabajo que se habían constituido en torno a la producción agropecuaria se reorganizaron a tuido partir de la irrupción de las nuevas actividades económicas y de

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proporción de segmentos poblacionales con residencia en localidades urbanas. EL PARTIDO DE EXALTACIÓN DE LA CRUZ Y LOS CAMBIOS POBLACIONALES

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El partido de Exaltación de la Cruz se organizó históricamente alrededor de la actividad agropecuaria, destacándose en la producción de lanares y la cría de ganado bovino y posteriormente en la actividad tambera. Esta producción sufrió cambios estructurales y, a mediados de la década de 1970, los tambos fueron paulatinamente sustituidos por ganadería vacuna, agricultura extensiva y

los cambios en el sector primario, generando procesos de segmen-

tación en la oferta y la demanda de mano de obra (Tulla i Pujil, 1995).

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Las transformaciones de las estructuras productivas y ocupa, cionales y las nuevas formas de llevar adelante el proceso de producción se expresan en significativos cambios en la dinámica de las localidades rurales y urbanas (Sili, 2000). En principio, disminuye

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por la producción avícola. En la actualidad, la producción agropecuaria del partido está caracterizada por la fuerte presencia de la producción de aves, por los cultivos extensivos, en particular de soja, y una gran diversidad de actividades intensivas, como la producción de arándanos y hortalizas. El partido está registrando transformaciones sociales, productivas y territoriales de relevancia debido a la influencia causada por la cercanía y rápida comunicación con la ciudad y por la

la población en áreas rurales dispersas tomándose más urbana y con tendencia a asentarse en localidades pequeñas o medianas; además, estas transformaciones en las dinámicas productivas y poblacionales se reflejan tanto la composición de la población económicamente activa con residencia rural como en los ocupados en el sector agropecuario con residencia urbana. De tal manera, puede afirmarse que los modelos clásicos de

interpretación que partían de la identificación de la residencia rural con el empleo agrícola y de la residencia urbana con la ocupación en el sector servicios o industrial, están sufriendo modificaciones. En efecto, el crecimiento del empleo rural no agropecuario indica que una proporción importante de los empleos y de los ingresos de los habitantes del medio rural no estarían originados en le sector agropecuario (Dirven, 2004). Como contraparte, se han detectado casos en los que la mano de obra agropecuaria, transitoria o permanente, proviene en gran

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propia dinámica de expansión urbana. Según Ainstein (2000), el Aglomerado Metropolitano de Buenos Aires (AMBA), presenta una dinámica caracterizada por procesos de creciente expansión territorial. En contextos de niveles

altos de disponibilidad de recursos infraestructurales y operativos, la escala territorial de la dispersión alcanza niveles que significan el impacto de actividades urbanas sobre contextos de carácter netamente rural. Uno de los flujos de población que forma parte de esta expansión es el de sectores solventes que comenzaron a emigrar hacia la periferia protagonizando el proceso de "suburbanización de las elites". Esta dinámica contribuyó a la intensificación de la densidad de población en partidos localizados a más de 60 km de la Capital Federal y unidos a ésta por autopistas. El resul-

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tado es una reconfiguración y complejización del espacio social lindante al aglomerado metropolitano, como resultante de la competencia entre los distintos usos del suelo, que acrecentó el precio de la tierra en los partidos con mejores accesos y significó una fuerte presión sobre la superficie utilizada con fines agropecuarios (Barsk-y, 2005). En efecto, en Exaltación de la Cruz existen 14 barrios privados que ocupan 3910 hectáreas, lo que constituye el 6,15% de la superficie del partido (Matteucci y Morello, 2006). Estos emprendimientos además tienen preferencia por la ocupación de las tierras con mejores condiciones para la agricultura, a pesar de existir tierras marginales disponibles. En el caso del partido en estudio, un 11% de las tierras más aptas para la actividad productiva son utilizadas por los barrios privados. Estos cambios se manifiestan en procesos tales como la rápida valorización de las tierras, la instalación de emprendimientos residenciales, el crecimiento de las producciones agropecuarias intensivas y diversos fenómenos de cambio en la dinámica poblacional y productiva. Según el Censo Nacional de Población y Viviendas de 2001, la población total del partido alcanzaba los 24.167 habitantes, lo que significa un aumento del 41,6% respecto al censo de 1991. Esta dinámica puede ser atribuida tanto al impacto del proceso de suburbanización de los sectores de altos ingresos provenientes de la ciudad, como al asentamiento de trabajadores atraídos por la nueva demanda de servicios en los emprendimientos residenciales y por otras actividades locales (Craviotti, 2007). En efecto, desagregando el comportamiento poblacional de las distintas localidades del partido se observa que el gran crecimiento se explica por la dinámica de la ciudad cabecera —Capilla del Señor— y en especial, de las localidades receptoras de los emprendimientos inmobiliarios residenciales. Si bien la población rural aumentó en números absolutos (de 5039 habitantes en 1991 a 6029 en 2001), decreció en valores relati-

vos (de 29,5% a 24,9%). Las localidades correspondientes a las áreas netamente rurales presentan diferentes comportamientos en el período relacionados con las características de las producciones que se desarrollaron a su alrededor. Las localidades de Diego Gaynor y Parada Orlando presentan tasas negativas de crecimiento, en coincidencia con la difusión de los cultivos extensivos y poco demandantes de mano de obra, en especial de la soja, mientras que en el caso de Arroyo de la Cruz existe un marcado crecimiento que se explica por el establecimiento de unidades productoras de arándanos, que son intensivas en la demanda de fuerza de trabajo. CONCENTRACIÓN E INTENSIFICACIÓN PRODUCTIVA

1

En este apartado se expone la situación de la producción agropecuaria del partido de Exaltación de la Cruz a partir del análisis i de información proveniente del Censo Nacional Agropecuario. Se analizan factores estructurales, como la cantidad, extensión y régimen de tenencia de las explotaciones, y productivos tales como las , , actividades predominantes y su evolución. (Cuadro 1). En el período intercensal 1988-2002, tiene lugar una caída absoluta en la cantidad de explotaciones, superior al 60%, y especialmente en el sector de EAPs más pequeñas, en donde el 73,6% des,: aparece. En cuanto a la escala de las explotaciones se observa que , las únicas que presentan un incremento en número y participación i , en el total durante el período 1988-2002 son las del segmento de ., más de 1000 hectáreas, que pasa de contener 3 explotaciones a 7, J .i ,...,, constituyen el 3% de las unidades productivas del partido y con. j trolan un 42,3% de la superficie total. Esta cifra contrasta con el segmento de explotaciones de hasta 25 hectáreas que representa el 33% de las unidades productivas pero abarca sólo el 2,3% de la superficie total. En términos de la tenencia de la tierra se puede afirmar que la cantidad y proporción de explotaciones con toda su tierra en pro.

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MERCADOS DE TRABAJO RURURBANOS

Las transformaciones socio-productivas también promovieron cambios en los mercados de trabajo locales. Los mercados de trabajo que se constituyeron en torno a la producción agropecuaria se reorganizaron a partir de la irrupción de las nuevas actividades económicas o de las transformaciones del sector primario, generando procesos de segmentación en la oferta y la demanda de mano de obra. Esto implicó no sólo la diversificación de los empleos de los habitantes del medio rural sino la creciente urbanización de la población activa en el sector agropecuario. La expansión de la tercerización de las actividades y la creciente importancia del sector servicios confirman la presencia de procesos de desagrarización y diversificación de las ocupaciones. En efecto, según información censal, la participación de la población ocupada en el sector agropecuario en la población económicamente activa total de Exaltación de la Cruz sólo alcanzaba el 15,5% en el 2001. Sin embargo, esta lectura excluye el hecho de que las actividades no agrícolas muchas veces forman parte de una trama productiva generada a partir de producciones agropecuarias (Bisang, 2003). Esto se verifica en la importancia de los múltiples prestadores de servicios vinculados a la comercialización de insumos para la actividad agropecuaria. La disolución de la identificación entre lo rural y lo agrario se evidencia en que los habitantes residentes en las áreas rurales se emplean mayormente en el sector no agrícola y en la importancia que adquiere el empleo dentro del sector agropecuario en la población residente en localidades urbanas. Así, el 58,3% de los residentes rurales en actividad se emplean en el sector secundario o terciario y el 40% de los ocupados en el sector primario reside en localidades urbanas. Si se analiza la situación según categoría ocupacional, dentro

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de la población ocupada en el sector agropecuario con residencia en áreas rurales predominan los asalariados, mientras que las cate. gorías ocupacionales "cuentapropista" o "patrón" cobran mayor importancia en la PEA con residencia urbana. Específicamente, esto da cuenta de una mayor urbanización en la residencia de los pro: ductores. La preponderancia del trabajo asalariado respecto al trabajo familiar en las explotaciones es otro aspecto que se relaciona con el modo en que las relaciones capitalistas se desarrollaron en estas zonas. Los trabajadores permanentes no familiares representan el 73% de la fuerza laboral en Exaltación de la Cruz. Sin embargo, se . destaca que el trabajo familiar se concentra en las explotaciones menores a 25 hectáreas, en dónde predomina la horticultura. La diversidad de actividades y empleos manifiesta la existen. cia de mercados de trabajo diferenciados que presentan distintas posibilidades de articulación. El principal empleador del partido es el sector público aunque son los habitantes de los centros poblados los que más acceden a esos puestos de trabajo. Los principales demandantes del trabajo de los residentes rurales son el sector primario —en especial la avicultura, la horticultura y los arándanos—, las distintas tareas que demanda la construcción, y los varia, dos servicios que requieren las residencias de terceros, ya sea en los barrios privados, chacras, o en algún centro poblado de la zona. A pesar de la cercanía con la ciudad de Buenos Aires el partido no cuenta con un mercado de trabajo industrial de relevancia. Sin embargo para los trabajadores existe la posibilidad de viajar hacia partidos vecinos como Pilar, Zárate o Campana, en donde se establecieron parques industriales de importancia. Estos puestos de trabajo son relativamente estables y mejor remunerados pero sólo f. . .• son accesibles para quienes cuentan con estudios secundarios completos . Este requisito de calificación es la principal barrera de en' trada que afecta, en particular, a los residentes del medio rural. 145:: El crecimiento de los barrios residenciales ha significado la de-

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manda de trabajadores en la construcción y en distinto tipo de servicios y de trabajadoras mujeres para el empleo doméstico. En parte, esta demanda fue cubierta por trabajadores residentes en el partido que provenían de experiencias de trabajo en el sector agrícola y, en parte, originó procesos de traslados diarios y luego radiación de trabajadores provenientes desde Buenos Aires. Cabe destacar que la dinámica de los mercados de trabajo en el partido atrajo población proveniente del conurbano bonaerense pero también de otras provincias y de Bolivia. En este último caso, la inserción laboral se vincula con el importante crecimiento en los últimos años del sector hortícola. En términos generales, en el sector agropecuario se encontraron dinámicas laborales diferenciadas por tipo de producto. En particular, la mayor demanda de trabajo permanente proviene de los sectores avícola y hortícola y, en menor medida, de la agricultura extensiva. En cambio, el crecimiento de la producción de arándanos creó un importante mercado de trabajo temporario que demanda preferentemente trabajo femenino para las tareas de cosecha y poda. En general, los mercados de trabajo agrícola no se articulan entre sí, salvo en el caso de un sector de trabajadores hortícolas que se insertan temporalmente en la cosecha del arándano. Sin embargo, se encontraron de modo más frecuente, articulaciones entre los mercados de trabajo del sector primario con los mercados de trabajo no agrícola, en especial la construcción en el caso de los hombres y el empleo doméstico para el de las mujeres. Es importante destacar que las relaciones entre distintos segmentos del mercado laboral del partido no son fijas. Más bien constituyen relaciones dinámicas que sufren variaciones en función de situaciones específicas que se van conformando por los vaivenes en la oferta y la demanda laboral de las distintas actividades y por las restricciones sociales que impiden o dificultan la circulación y la movilidad de la fuerza de trabajo por las distintas actividades y tareas (calificaciones, información, lugar de residencia, trayecto-

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rias laborales, factores culturales, etc.) Esto es visible en la producción de arándanos, dónde la preferencia por la contratación de mujeres se desdibuja en los momentos de mayor escasez en la oferta mano de obra donde lo importante para la empresa es cubrir los puestos de trabajo más allá de las cualidades de la/os trabajadora/es. Además, es frecuente que la/os trabajadora/es que se emplean en estas nuevas producciones agrícolas provengan de los márgenes de la ciudad de Buenos Aires y sus trayectorias laborales muestren escasa o nula experiencia laboral en los mercados de trabajo agrícolas antes de emplearse en esas fincas. Esta característica de la inserción laboral se deriva de modo directo de la diversidad productiva presente en el partido que también se manifiesta en la posibilidad de combinar el trabajo agrícola estacional con otros mercados de trabajo con mayor estabilidad en la demanda laboral a lo largo del ario (como la construcción o el empleo doméstico). CONCLUSIONES

Las transformaciones productivas y laborales que tienen lugar en el partido Exaltación de la Cruz son el resultado de la concurrencia de dos procesos diferenciales pero en interacción: el uso residencial del suelo por parte de sectores de altos ingresos y el proceso de modernización agropecuaria excluyente. En este sentido, las características rururbanas de la zona son relevantes en cuanto introducen condicionamientos históricos, sociales y espaciales particulares. Esto se manifiesta en el caso de los mercados de trabajo tanto en las trayectorias laborales y la residencia de los trabajadores como en las posibilidades de articulación entre los mercados de trabajo agrícolas y no agrícolas. En los aspectos productivos y estructurales también se destacan las particularidades que introduce el proceso de rururbanización ya que al aumentar la presión sobre el uso del suelo se intensifican las ten-

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dencias hacia la concentración productiva y el requerimiento de mayores rendimientos del capital. Así, en el período analizado, la desaparición de un número importante de explotaciones agropecuarias —en especial de las unidades más pequeñas— y la concentración de la producción coinciden con la dirección de los procesos globales de modernización agropecuaria excluyente, pero se ven intensificados localmente por el incremento en el valor de la tierra producido por el uso residencial del suelo. Como se comprueba anteriormente, la intensificación de la producción agropecuaria se produce a través de actividades concentradoras de tierra, como la agricultura extensiva, en especial la soja, y concentradoras de mano de obra, como la avicultura, las hortalizas y los arándanos.

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M. MARCELA CROVETTO'

INTRODUCCIÓN

Las preguntas que guían la investigación 2 se desprenden de otras más generales ¿cuáles y cómo son los vínculos sociales y los intercambios que construyen los actores sociales entre las áreas identificadas como urbanas y rurales?, ¿qué cambios expresan esos vínculos respecto de su historia reciente? Con el fin de aportar a estos interrogantes, este capítulo presenta un análisis de datos secundarios y primarios construidos en campo para sostener los argumentos que giran en torno a la crítica al uso sostenido de las categorías espaciales de rural y urbano en sus diferentes aplicaciones: demográfica, geográfica, sociológica, histórica, económica, paisajística.

1. Equipo de Estudios sobre el Trabajo Agropecuario. Instituto de Investigaciones Gino Germa ni Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires. Argentina. Becaria doctoral UBACyT Dirección de tesis Susana Aparicio. ([email protected] ). 2. Este proyecto de tesis de maestría se enmarca en el proyecto usAcyr S0125 "Mercados de trabajo rururbanos y trayectorias laborales" -dirigido por Susana Aparicio-, cuya hipótesis primaria otorga la base sobre la cual se erige este trabajo. Allí se sostiene que en la actualidad se torna cuestionable la existencia de un mercado laboral tradicional rural-agrario con vínculos de transferencia unidireccional hacia otro moderno, urbano-industrial-servicios. Sin embargo, dentro de un mismo territorio coexistirían distintos mercados de trabajo cuyas segmentaciones provienen de condiciones económicas pero que fundamentalmente están atravesadas por procesos sociales.

222

AUL

223

, -

El trabajo sitúa territorialmente al objeto de investigación en el Valle Inferior del Río Chubut (viRcu), sito en la Patagonia central y litoral de la República Argentina. Geográficamente, encontramos a la provincia de Chubut entre los paralelos 42° y 46° de latitud sur. Limita con las provincias de Río Negro al norte y de Santa Cruz al sur. El límite oeste lo impone la República de Chile y el este el Mar Argentino. Administrativamente, es una de las provincias más jóvenes, creada en abril de 1958 —el Estado Nacional conservaba extensiones geográficas sin autonomía política ni administrativa, llamadas territorios nacionales—. La densidad de población es muy baja (2.4 hab/km2) pero su proceso de poblamiento no se ha interrumpido, aunque ha variado su dinámica. Las bases poblacionales de la provincia están compuestas principalmente por pueblos originarios y colonos galeses —su impronta es clave en la cultura contemporánea chubutense— que huían de la opresión consecuente de la sumisión al Reino de Inglaterra. Perseguían la libertad de seguir siendo un pueblo autónomo, de conservar y reproducir sus tradiciones, su lenguaje, su religión y su modo de vida, fuertemente agropecuario; en ese contexto construyeron la localidad de Gaiman. Desde allí, se comenzó a poblar la provincia, fundando muchos pueblos de origen galés en todo su territorio. , El Valle Inferior del Río Chubut, es una región geográfica, social y económica que está integrada por las localidades de Rawson y Trelew —departamento Rawson— y las localidades de Gaiman, Dolavon y 28 de Julio —departamento Gaiman—. Todas estas localidades se emplazan en las márgenes del Río Chubut y son muy cercanas social, culturalmente e incluso en distancias geográficas: por ejemplo, tomando como referencia a la localidad de Gaiman — epicentro histórico del Valle—, se observa que hacia el norte se ubica Trelew a 17 km. y Rawson a 34 km. —capital provincial— y hacia el sur se encuentra Dolavon a 20 km y 28 de julio a 34 km. El VIRCH tiene una longitud aproximada de 70 km. A su vez, existe otra división del territorio provincial: las comarcas. Éstas son cuatro' y agru-

224

pan localidades con un criterio regional centrado en los vínculos económicos, geográficos y culturales; no se corresponden con una división administrativa. Bajo este filtro, el VIRCH se integra a la Comarca viRcH-Valdés. Ahora bien, la hipótesis central que ha vertebrado la investigación considera que los intercambios de bienes y servicios entre zonas rurales y urbanas son conjuntos de relaciones sociales específicas, construidas procesal e históricamente y que tienen asidero en diferentes niveles de análisis. Ello implica abordar el estudio de la incidencia de procesos macroeconómicos reflejados fundamentalmente en las trayectorias cotidianas y ocupacionales de las instituciones como resultados de procesos históricos situados. Por ello, se postularon varios objetivos específicos a partir de un objetivo mayor: analizar los intercambios de bienes y servicios entre las áreas rurales y urbanas en el Valle Inferior del Río Chubut. A su vez, resulta fortalecedor analizar los mercados de trabajo de la región bajo la hipótesis de nuevas características, las cuales los mostrarían más bien híbridos respecto de los mercados de trabajo urbano y rural analítica y tradicionalmente identificados. Es desde la perspectiva del supuesto de hibridación de los mercados de trabajo que se refuerza el cuestionamiento sobre el vínculo construido entre esos espacios urbanos y rurales, considerando que es el trabajo (y las posibilidades de empleo) uno de los principales ejes ordenadores de las trayectorias y rutinas cotidianas de los sujetos sociales. Para desarrollar estos objetivos se propuso un diseño metodológico centrado en una estrategia de triangulación de técnicas y de datos combinando, a la vez, el análisis de datos secundarios con la producción de información primaria.

3. Comarca de los Andes, Comarca de la Meseta Central, Comarca del Río Senguer-Golfo San Jorge y Comarca viRcH-Valdés.

.11 .

225

división de espacios y vínculos sociales, hoy transformadas. Es probable, también, que la perdurabilidad de esta díada conceptual (rural-urbano) encuentre anclaje en el sistema de las representaciones sociales que sintetizan en exceso tanto lo urbano como lo rural. Hace ya unos cuantos años que se detecta la ocurrencia de ciertos movimientos e interacciones no perceptibles mediante los esquemas conceptuales vigentes. En este mismo sentido, algunas investigaciones en ciencias sociales están mostrando que en las últimas décadas se produjeron profundos cambios en los vínculos entre lo rural y lo urbano, subsistiendo residuos conceptuales de un campo y una ciudad claramente definidos y sin distinciones respecto de los campos y las ciudades. Pero sus desarrollos locales, sociales y económicos logran distinguirse de la generalidad difuminando los claros límites conceptuales construidos histórica y socialmente. Se refuerza, entonces, el cuestionamiento sobre la conservación y la perpetuación del uso de estos conceptos que leen aspectos de la realidad social en clave demográfica, repercutiendo esa lectura en una cadena de toma de decisiones en materia de políticas de estado. Este cuestionamiento colaboraría con la visualización y la comprensión de los modos de articulación social y económica propios de una región, tangibles en el nivel macro de la sociedad y rastreables, fundamentalmente, en el nivel micro social permitiendo encontrar los elementos de una dualidad estructural que hiciera posible visualizar la dinámica vincular rural urbana. La consecuencia directa y primera que resulta del hecho de agrupar a la población bajo el criterio de la cantidad de habitantes es que más del 90% de la población argentina se concentraría en zonas "urbanas", a la vez que se trata de un país fuertemente agrario.' Lecturas como estas dejan al descubierto, nuevamente, la pre-

En los apartados que siguen se presentan algunas de las referencias conceptuales y las discusiones que se suscitan en torno a las dicotomías sobre el territorio y sobre el mercado de trabajo. Luego se analizan las características demográficas y económicas del caso en cuestión y se exponen tanto las características de los trabajos de campo y los instrumentos de recolección de datos, como los primeros resultados del procesamiento de la información primaria construida en terreno. Finalmente se plasman algunas cuestiones finales que nos acercan a futuras conclusiones y a nuevas preguntas. Lo RURAL Y LO URBANO. DISCUSIONES Y ESQUEMAS CONCEPTUALES '

.

. , • j

••



La definición espacial de rural y urbano basada en el criterio de la cantidad de habitantes impone una mirada mono-criterio que no refleja los entramados sociales de los "lugares" que intenta representar, no tiene capacidad heurística, no permite explicar procesos y tampoco diferencia situaciones sociales heterogéneas.' El resultado, relaciones sociales opacadas y cristalizadas cuyo dinamismo es imposible de asir desde esa perspectiva. A su vez, son categorías que aparecen naturalizadas y, como consecuencia de la carencia de criterios más complejos en sus definiciones, impiden saber si estamos frente a situaciones de desigualdad o a vínculos sociales y económicos. La creciente visibilidad del cambio en las relaciones entre sujetos respecto del campo y de la ciudad pone en duda la rigidez y la estabilidad de conceptos demográficos tan instalados en el imaginario colectivo, internacionalmente consensuados, y que parecieran hoy día ser el reflejo tardío de una época y una sociedad pasadas, construidas en base a roles, amparadas en los estereotipos y en una clara

-

4. Se considera que un conglomerado urbano a las localidades que albergan a más de 2.000 habitantes, población rural agrupada a aquella que tenga entre 500 y 2.000 habitantes y población rural dispersa a los espacios residenciales con menos de 500 habitantes.

226

5. Se estima que alrededor del 70% del PHI proviene de las producciones agropecuarias y todas las actividades e industrias asociadas a ellas.

1

227

gunta sobre cuál es el vínculo entre lo rural y lo urbano. Y por qué, en el fondo de los argumentos, lo rural termina reducido simplemente y por oposición a aquello que no es lo urbano, a la vez que es desde el mundo agrario de donde se dinamiza la economía y sus consecuentes efectos en la macroeconomía y en la vida cotidiana de sus habitantes. Retomando la perspectiva de los mercados de trabajo propuesta en la Introducción de este artículo, se puede decir que las transformaciones en el mercado de trabajo articulan modificaciones en la vida económica y en las formas de poblar el espacio social que los agentes imprimen cotidianamente construyendo territorialidades en las que importa su génesis histórica, su origen y el modo de diseñar y apropiar el espacio social. El mismo esquema de construcción dual aplicado a las tipologías espaciales también penetró las lentes de las teorías sociológicas del mercado de trabajo. Existía una constante teórica de reducción a dos categórías de los diferentes aspectos de la vida social. Ergo, expresiones opuestas como industrial y agrario, mercados internos y mercados externos, centro y periferia, aparecen como ejemplos. En este sentido, la identificación de movimientos entre espacios urbanos y rurales demanda con su construcción cotidiana respuestas interpretativas a los esquemas teóricos duales. Es indiscutible, hasta el momento, que existen centros gravitatorios que organizan la vida cotidiana pero son la circulación y el intercambio diarios los que ponen en jaque a las divisiones teóricas y analíticas tan instauradas en la vida social (Pries: 5). Las limitaciones de la dicotomía rural/urbano se hacen presentes nuevamente al asistir a situaciones laborales recurrentes que dan cuenta de mercados de trabajo que articulan las dos modalidades, muchas veces en los mismos actores sociales y otras entre diferentes miembros de un hogar. Por lo que las trayectorias diarias de actores individuales también encuentran vías de expresión en los centros y las periferias, donde el contexto, dado por la vida social y cotidiana, adquiere un relieve de importancia.

228

Todo lo antedicho permite dar cuenta de las relaciones entre "integración social"' e "integración sistémica" (A. Giddens), las que anuncian la vinculación "micro-macro", evitando el dualismo que impera en parte de la teoría social. En nuestro caso, ello involucra la problematización de las tensiones entre lo rural y lo urbano y de la dinámica de sus vínculos, aportadas por diferentes perspectivas disciplinarias (Giddens, 1985). Por otro lado, la geografía social francesa, con sus aportes sobre el fenómeno de la peri-urbanización y el crecimiento de la confusión en torno a la dicotomía rural/ urbano, ha dado un sustento teórico importante a esta investigación. La iniciativa francesa de realizar un análisis de nivel más micro-social fue la que hizo posible la identificación de nuevas relaciones sociales entre los actores, relaciones que estarían impulsando en el campo la aparición de espacios laborales no agrarios (Guibert, 2006). Cabe aclarar que los estudios provenientes de esta disciplina en Francia han puesto el acento en profundizar su mirada en la diferenciación de los espacios rurales, incorporando al análisis los vínculos con lo urbano y buscando superar la constante definición de "lo rural" como todo aquello que no es "lo urbano". La definición por la negativa de los espacios rurales en Francia tampoco es superada con el Sistema Integrado Rural Urbano que "lee" el mapa francés en clave de cantidad de habitantes pero a lo que le suma la dinámica del mercado de trabajo vista desde la oferta de empleo y sus vinculaciones con otras localidades cercanas también en términos de mercado de trabajo. LO RURAL Y LO URBANO EN EL VIRCH

En el mes de noviembre de 2007, se realizó un acuerdo de cooperación con la Dirección General de Estadística y Censos de la

6. En contextos de co-presencia en sedes definidas como espacios de lo situado.

1

229

provincia de Chubut, con cuyas autoridades se diseñó el operativo de encuesta que se realizó en marzo del ario 2008. La encuesta se aplicó a hogares en las zonas periféricas de los núcleos urbanos seleccionados, cuidando que se tratara de población con altos índices de necesidades básicas insatisfechas y de privación material de los hogares. Con un total de 200 casos, y con una distribución muestral por cuotas, 160 encuestas fueron realizadas en los cascos urbanos de las ciudades de Rawson, Trelew, Gaiman y Dolavon y 40 en la zona de chacras de Gaiman y Dolavon. La Encuesta a Hogares recogió datos socio-demográficos del hogar, laborales de los miembros del hogar', historia familiar ocupacional, actividades económicas y, especialmente, recolectó información relativa a lo que hemos denominado "Migraciones y movilidad espacial", sección en la cual se apuntó a obtener datos relativos no sólo a los cambios de residencia o domicilio sino también a los movimientos cotidianos entre distintos puntos geográficos en el mes anterior a la realización de la encuesta. En este plano, la recolección de datos también se enfocó a los medios de transporte, la duración del viaje, los motivos y la duración de la estadía. Esta fue una instancia a través de la cual se buscó poner a prueba hipótesis específicas y leer aquello que los instrumentos oficiales no registran. Así, se ha registrado evidencia no sólo de multiocupación, sino también se pudo evidenciar cómo la población asentada en zonas urbanas se emplea en el medio agropecuario y, a la inversa, cómo se visibilizan situaciones de habitantes de zonas rurales que trabajan en actividades reconocidas como típicas de las zonas urbanas. También se ha recolectado información económica, agropecuaria, gubernamental y de organizaciones de la región y se han establecido contactos en territorio con el fin de relevar datos de tipo

cualitativo mediante las técnicas de observación y entrevista para caracterizar la región e identificar cuáles son los elementos y prola construcción social de los intercesos sociales que participan de cambios de bienes y servicios entre las áreas urbanas y las rurales. En los subsiguientes trabajos de campo se realizaron entrevistas a diferentes, actores sociales' con el objetivo de profundizar en el tipo de información recolectada, concentrando la mirada en una de las producciones agrarias que caracterizan la zona, sin ser exclusiva de la región ni única: la cereza. La producción de cerezas para exportación es una actividad relativamente nueva en la región, cercana a los 10 arios. Finalmente, es importante aclarar que los resultados obtenidos con los datos de los trabajos de campo permiten reconstruir los ciclos ocupacionales y los desplazamientos geográficos a lo largo de un ario, lo que permite incluir tanto las tareas estacionales derivadas de la producción agropecuaria como de otras actividades también temporales como, por ejemplo, el turismo. Todo lo cual abre la puerta a las discusiones sobre los planteos clásicos entorno a la univocidad relacional entre lugar de residencia y tipo de ocupación. A su vez, las entrevistas se orientaron a dilucidar las motivaciones que orientaron a los pobladores en sus decisiones de cambios ocupacionales y/ o residenciales.

8. 15 entrevistas a trabajadores agrícolas de la producción de cerezas del productores y contratistas de lana y5 entrevistas a representantes del inrrA.

VIRCI-I

a capacitadores,

7. Se tomó registro del ciclo anual ocupacional.

231 230

PRIMEROS INDICIOS

Según el último Censo', la provincia de Chubut tiene una distribución poblacional muy similar a la distribución de la población a nivel nacional, tal como se resume en el Cuadro 1. La población identificada como rural se distribuye de manera homogénea entre la población agrupada y la dispersa.

Cuadro 2. Porcentaje de PEA en el agro respecto al total de la PEA, según sexo y por residencia urbana y rural, provincia de Chubl, Año 2001.

Cuadro 1. Distribución de la población según zona de residencia. Total país y Chubut Años 1991 y 2001. 1991

PEA agropecuaria

2001

Urbana

Rural

Total país

87,2

12,8

3,5

9,3

89,4

10,6

3,4

7,2

Chubut

87,8

12,2

5,9

6,2

89,5

10,5

5,8

4,7

Fuente: cNpriv 1991 y 2001,

Agrupada Dispersa Urbana

INDEC,

Rural

Agrupada Dispersa

Argentina.

en el Cuadro 2 a la población según la rama de actividad y el sexo, en el ario 2001 se aprecia que el 7.3% de la PEA chubutense se encuentra en la rama de actividad agropecuaria. Su distribución según zona de residencia es la siguiente: 24% en núcleos urbanos, 13.4% en espacios rurales agrupados y la gran mayoría (62,6%) en zonas rurales dispersas. De donde se destaca que un cuarto de la PEA que se desarrolla en el área agropecuaria no reside en el campo. Al analizar la representación de la PEA correspondiente a las actividades agropecuarias en el total de la PEA, según el área de residencia, tenemos que en las zonas rurales dispersas se encuentra la mayor cantidad de personas que se desenvuelven en actividades productivas de la rama de actividad económica agropecuaSi observamos

9. Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda, 'Now, Año 2001, Argentina.

232

ria: 69.3% de los habitantes de las zonas rurales aisladas; en el otro extremo, el 2% de la PEA baría es agropecuaria. Las zonas de residencia rural agrupada cuentan con un 18.6% de su PEA en tareas agropecuarias. Por otro lado, la presencia masculina en la PEA que se desempeña en el sector agropecuario es muy fuerte en todas las zonas de residencia (ver Cuadro 2).

% Agric./PEA

% según

%

residencia Varones

Área

Varón

Mujer

Total

Urbana

2.162

234

2.396

2,0

24,0

90,2

Rural agrupada

1.231

103

1.334

18,6

13,4

92,3

Rural dispersa

5.742

498

6.240

69,3

62,6

92,0

Total

9.135

835

9.970

7,3

100,0

91,6

Fuente: Elaboración propia de la base Usuarios del Censo Nacional de Población Hogares y Viviendas 2001, REDATAM,CELADE-INDEC, República Argentina.

En todo el VIRCH las instancias locales y provinciales de administración gubernamentales tienen mucha presencia y políticas en acción, se destacan especialmente los planes de asistencia social por ingresos con contraprestación con fondos provinciales y municipales, denominados "becas" y los planes provinciales de vivienda, entre otros. Uno de los pilares de la actividad económica, además del empleo público, es la construcción y la obra pública. El empleo agropecuario ya no es único protagonista en la región pero sostiene su presencia a la vez que se abren otras perspectivas de trabajos en el campo como son los pórfidos, la horticultura (en manos de inmigrantes bolivianos) y un incipiente desarrollo del turismo rural. En todos los casos encuestados es llamativa la cantidad de mujeres dedicadas exclusivamente al trabajo doméstico y no hemos encontrado muchos hogares con más de 3 o 4 hijos.

233

Es notable la presencia de casos encuestados en los que se trata de hijos de peones de chacras o campesinos, pero ellos no se desarrollan en ese sector y tampoco tienen producción de autosubsistencia, salvo en algunos pocos casos. La presencia de estos datos tiene sentido al analizar el contexto del desarrollo económico de la zona, donde además de chacras hay industrias y ladrilleras interrumpiendo el "paisaje rural-agrario".

Cuadro 3. 1° actividad laboral por zona de residencia y de empleo.

Zona de empleo Zona de residencia Urbana

Empleados públicos

Changarines. Oficios.

LAS TRAYECTORIAS RUR-URBANAS EN EL VIRCH

80% de los peonemrales - Ladrilleros Prestadores de servicios agrOpecuartos

Empleadas de servicio doméstico Beneficiarios de planes sociales

A través de la Encuesta a Hogares realizada en marzo de 2008 se pudo mostrar la existencia de movilidad espacial cotidiana por motivos laborales. Algunos rasgos clave se resumen en el Cuadro 3, donde se exponen las principales actividades declaradas como el primer empleo en el ciclo ocupacional anual (y, como veremos, en muchos casos será el único). Se encontraron beneficiarios de planes sociales que realizan contraprestaciones en los barrios, en general mujeres que hacen labores de costura, de portería en escuelas y suelen considerar a esa actividad como trabajo. De hecho, no lo mencionan directamente; al preguntarles si trabajan contestan que sí; luego, continuando con la batería de preguntas del cuestionario suele salir que tienen un plan social o bien lo que llaman "beca", especie de subsidio gubernamental provincial y/o municipal que perciben y a cambio del cual deben realizar la tarea que identifican como "trabajo". A su vez, un 10% de los encuestados manifestó emplearse en una segunda actividad productiva. El 25% de ellos reside en zonas rurales y sus actividades son la producción agrícola y el empleo en comercios. Mientras que el 75% restante habita zonas urbanas. De ellos, sólo el 5% tiene por segunda ocupación la de peón rural. Por otra parte, el carácter novel de la producción cerecera en el VIRCH y la extrema temporalidad de la cosecha dificultaban hallar a quienes se empleaban en la cosecha. Fue necesario complementar

234

Rural

Urbana

Rural

Docentes

Docentes

Docentes.

Docentes 85% de productores agrop. y chacareros Capataces de campo

15% de albañiles 15 % de comerciantes 15% de empleados de comercio 13% cocineros mozos y porteros 15% de choferes (camión, taxi, remise)

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta a Hogares, VIRCH, noviembre 2007. Proyecto UBA-CYT.

en campo este relevamiento por encuesta con entrevistas. La cereza es una producción agropecuaria en la cual tanto sus productores como sus cosecheros son de origen y residencia fundamentalmente urbana: la procedencia de estos trabajadores es de los cascos urbanos de Trelew, Gaiman y Dolavon. El empleo en la cereza, ya sea en la cosecha como en la clasificación, el acondicionamiento ye! empaque, tiene lugar exdusivamente entre los meses de noviembre y diciembre, excepcionalmente dura más de un mes.

1

235

La alta perennidad de la cereza y la baja tecnificación para su conservación hacen que no se pueda extender la temporada de cosecha y tampoco la de su tratamiento, adecuación y empaque, debiendo realizarse el proceso completo en poco tiempo. Fundamentalmente se emplean mujeres (en general son amas de casa) y varones jóvenes. Estas tareas son vistas por ellas y ellos como posibilidades de ingresos extra a fin de ario (changas). Prácticamente no se registraron trabajadores/as jefes/as de hogar que tuvieran una dependencia de ese ingreso para su reproducción o sustento. En este contexto, la gran competencia productiva para conseguir mano de obra masculina para la cosecha es la obra pública y el petróleo, empleos de mayor durabilidad y mejor pagos. Por lo que a la vez que resulta un empleo temporario atractivo, se dificulta emplear a la cantidad de gente necesaria habida cuenta de la desproporción existente entre el gran volumen de mano de obra necesario y la brevísima duración del empleo. Al parecer, los habitantes de Dolavon, Gaiman y Rawson tienen con Trelew una relación de dependencia en términos comerciales, de consumo y de atención de la salud. Los . encuestados expresan realizar las compras, los trámites y las visitas al médico mayormente en Trelew. Si se incorpora la recreación (ya sean paseos o visitas), Trelew sigue integrando la lista de lugares más visitados en el último mes, seguida de localidades tales como Puerto Madryn, Gaiman y Dolavon. Asimismo, el vínculo económico con otras localidades cercanas pero no integrantes del VIRCH complejizan el flujo socio-econórriico de la región. A la vez que la presencia de la Escuela Agrotécnica de Bryn Gwyn —en Gaiman- cuente con una matrícula escolar casi totalmente proveniente de Trelew, así como su planta docente. A lo que se suma la reciente creación de la Escuela Agroindustrial en Dolavon. Gaiman y Dolavon tienen muchos habitantes pero sin embargo no se los divisa. Los barrios populares son pobres pero menos que en otros cascos urbanos cercanos al espacio rural. Los índices de

236

y de IPMH son bajos en relación a ciudades más grandes como Rawson o Trelew. Las encuestas manifiestan que viven allí porque han tenido mayores facilidades para obtener una vivienda. En algunos casos, la desconexión con el mundo agrario es muy grande. En otros la vinculación es clara y directa. Recorriendo el valle por la ruta 7 10, es decir, atravesando la zona de chacras de Gaiman, puede observarse la coexistencia de emprendimientos agropecuarios con ladrilleras, con casas emplazadas en el terreno improductivo. Si se recorre el camino entre Trelew y Gaiman por la ruta 25, el paisaje es otro. No sólo se recorren los barrios peri-urbanos sino que se atraviesa el Parque Industrial de Trelew. Desde la ruta se pueden observar las industrias, fundamentalmente barracas dedicadas a la peinaduría y lavandería de lanas ovinas para su comercialización y fábricas textiles con insumos de otro origen, como el nylon. El problema en la Argentina son las enormes distancias entre los centros y las periferias, y particularmente en la patagonia las distancias se agrandan y el clima es hostil. A esto se suma un sistema de transporte de pasajeros que no siempre responde a las necesidades poblacionales —sobre todo en materia de costos de pasajes— y su mejoramiento puede ser el puntapié de inicio a un desarrollo. El transporte público de pasajeros incrementó sus frecuencias en el presente ario para el recorrido Trelew-28 de julio, brindando dos modalidades: una por la ruta 25 —siendo mucho más breve la duración del recorrido— y otra por el valle que comunica a las localidades a través de los caminos del espacio rural. NB1

10. Esta Ruta conecta con la Ruta Nacional N°3. Cuando se iniciaron los trabajos de campo en el año 2006, este camino central para la comunicación de las chacras, emprendimientos y escuelas del Valle era de ripio. Actualmente, está completamente asfaltado, lo que ha permitido incrementar los servicios de transporte público de pasajeros, de camiones y de trabajadores en bicicletas.

237

ALGUNAS CONCLUSIONES PRELIMINARES

BIBLIOGRAFÍA Apuntes del Seminario "Territorios Rurales: nuevas lecturas, nuevas prácticas" dictado por la Dra. Martine Guibert en el CFAAE-UBA en agosto de 2006.

La primera conclusión que en este estadio inicial del análisis de los datos cabría hacer, sería la de pensar en la construcción cotidiaj na de "trayectorias rur-urbanas", hasta tanto se pueda avanzar en una conceptualización superadora de la atadura al par rural-urbano. En efecto, como se desprende de los datos analizados, los trabajadores y trabajadoras agrarias son reclutados en su mayoría en las zonas urbanas. No provienen de sectores campesinos con residencia rural, con lo cual también se rectifica una aseveración generalmente sostenida en muchos trabajos de investigación de América Latina, en los que se sostiene el carácter de "semiproletario" que cubre su subsistencia cotidiana en su propia parcela. z La construcción también se abastece de trabajadores en las áreas urbanas, lo que supone traslados diarios de trabajadores hasta la zona de construcción. En sentido inverso, un número relativamente significativo (al, rededor del 15% de cada ocupación), son residentes en áreas rurales y desarrollan su trabajo en la ciudad. En esta situación se pueden encontrar a docentes, comerciantes y empleados de comercio, choferes, albañiles, mozos de restorán. Si bien la ciudad constituye el polo de servicios al que se dirigen tanto los residentes en ella como los habitantes de zonas rura1,' les, es posible también identificar caminos inversos: la escuela agrotécnica atrae también a residentes urbanos. En síntesis, puede sostenerse que la población se "mueve" diariamente hacia donde tenga un trabajo y, si éste es estable, puede llegar a hacer un recorrido diario en el que el límite "ciudad"-"campo" se hace muy permeable. Profundizar su caracterización y dinámicas serán los próximos pasos a seguir. I1

238

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PAOLA MASCHERONI LAPORT 1

Encuesta a Hogares en Chubut, marzo 2008, Proyecto UBACyT S0125, Dirección: Susana Aparicio. Entrevistas en campo a productores de cereza, asalariados de la cereza y técnicos del INTA capacitad ores, Ch ubu t. Entrevistas en campo a personal docente de la Escuela Agrotécnica de Bryn-Gwyn, Gaiman, Chubut. Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda, 1991, INDEC, Argentina. Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda, 2001, INDEC, Argentina. Sistema de Información Geográfica de la Provincia de Chubut.

INTRODUCCIÓN

En este capítulo se presentan las principales conclusiones de mi tesis de Maestria 2 . En la misma nos interrogamos sobre los avances en la ciudadanía formal de los asalariados rurales a partir del análisis del proceso iniciado de negociación tripartita en los Consejos de Salarios Rurales como proceso de construcción de ciudadanía a través de la conquista de derechos laborales. La perspectiva teórica utilizada considera a la 'ciudadanía' como un producto de las relaciones de poder en un momento histórico y en un lugar determinado. En este sentido, la acción social

1.Departamento de Sociología. Facultad de Cienáas Sociales. Universidad de la República. Uruguay. Maestría en Sociología. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de la República. Uruguay. Dirección de tesis Alberto Riella. ([email protected] ). 2. "Democracia y Ciudadanía en el medio rural uruguayo. Una mirada sobre los avances en la ciudadanía de los trabajadores rurales". Maestría en Sociología (os-rcs-uDELAR). Fecha defensa: 19/ 12/2009. Para la realización de la investigación se contó con el financiamiento de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (cric) - Proyecto de Iniciación a la Investigación. Quisiera agradecer a todos los que hicieron posible esta tesis: a los trabajadores rurales que me permitieron acompañarlos en los Consejos de Salarios y estuvieron dispuestos en todo momento a responder mis preguntas e inquietudes. A Marcela, Bolívar y Maite a quienes consulté permanentemente y me brindaron información relevante para poder reconstruir el proceso de negociación colectiva. A todos los entrevistados que me cedieron su tiempo para conocer sus opiniones y percepciones sobre el proceso. A csic por el financiamiento del Proyecto. Ami tutor, Dr. Alberto Riella por sus sugerencias y orientación para la discusión que se presenta en la tesis.

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adquiere un papel central en la definición de lo que una sociedad entiende y defiende como derechos de ciudadanía en una circunstancia histórica particular. Al decir de Jelin, la condición de ciudadanía remite a "una práctica conflictiva vinculada al poder, que refleja a las luchas acerca de quienes podrán decir qué, al definir cuáles serán los problemas comunes y cómo serán abordados" (1993: 25). Así, las respuestas que cada sociedad da a las preguntas qué es ser ciudadano y quiénes detentan la cualidad de ciudadanos, "dependen del diverso grado de apropiación material o simbólica de los distintos sujetos, o en otras palabras, del grado de legitimación alcanzado por los distintos sujetos en su accionar político" (de Torres, 2001:84). Por tanto, la ciudadanía es el resultado histórico de procesos sociales y políticos que implican luchas y conflictos. Remite a un espacio de confrontación y de negociación donde se renegocia continuamente mediante una acción cotidiana permanente. Es por tanto relevante, considerar la connotación de constructo social de la ciudadanía, entendiéndola como un espacio de conflicto y antagonismo social. También se considera la importancia de la participación para la construcción de la ciudadanía ya que nadie puede ser liberado o emancipado por otros, aunque nadie puede hacerlo sin los otros. Esto implica sustituir la visión pasiva de la ciudadanía por una visión activa del ejercicio de las responsabilidades y virtudes ciudadanas como señalan Kymlicka y Norman (1997).

TRABAJADORES RURALES, CIUDADANÍA Y NEGOCIACIÓN COLECTIVA

Históricamente, en lo que refiere a la ciudadanía de los trabajadores rurales' de nuestro país, diversos autores han señalado que la misma es deficitaria en la medida en que no tienen consagrados los mismos derechos laborales que sus pares urbanos'', es un sector históricamente excluido de los ámbitos de negociación, y en la práctica se observa que sus derechos formales y reales no coinciden (Latorre, 1993; González Sierra, 1994; Riella, 2004; Duarte, 2005; Piñeiro, 2008). Al decir de González Sierra son los 'olvidados de la tierra' .5 Uno de los motivos señalados como justificantes de esta situación es el poder ejercido por los grupos dominantes del medio rural y en especial por las organizaciones de los estancieros —Asociación Rural del Uruguay y Federación Rural del Uruguay—, que han frenado la organización de los trabajadores rurales y el avance de la legislación en el medio rural. "Las acciones de las organizaciones patronales rurales han podido frenar los avances de los derechos sociales a

3.Se utilizará como sinónimos los términos de trabajador rural y asalariado rural, entendiendo por trabajadores rurales al grupo social que vende su fuerza de trabajo a cambio de un salario (en forma mensualizada, por jornal, a destajo o cualquier otra forma de pago) por su trabajo en actividades agropecuarias, no necesariamente en el mercado formal. Las nuevas visiones de los espacios rurales que reconocen la multifuncionalidad de los mismos, han mostrado la complejidad de la categoría trabajador rural, identificando una multiplicidad de tareas en el medio rural no vinculadas a actividades agropecuarias (maestros, policías, etc.). Cabe señalar que en esta investigación nos limitamos a estudiar una parte de los trabajadores del medio rural, o sea, a aquellos que realizan actividades agropecuarias. 4. Los trabajadores rurales obtuvieron el beneficio de la asignación familiar once años después que sus pares urbanos, el derecho al salario por maternidad ocho años más tarde, el beneficio del seguro de paro recién en el 2001, en condiciones desventajosas respecto al resto de los trabajadores (Rocha, 2002). Por su parte, hasta el 2008, la ley de las 8 horas no fue aprobada para la totalidad de los trabajadores rurales. 5. Esta situación no difiere de la del resto de los trabajadores asalariados de la agricultura latinoamericana donde este grupo continúa sin obtener los derechos que a los ciudadanos se les reconoce, incluso los derechos de primera generación (Gómez y Klein, 1993).

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partir de la imposición de una visión del 'mundo rural' que elimina simbólicamente los conflictos entre el capital y el trabajo. Esta operación simbólica ha permitido que las diferencias entre el lugar donde una ciudadanía trabaja se transformen en la base para legitimar la desigualdad social frente a los derechos laborales (Riella, 2006:160). Bajo el argumento principal de no romper mediante la legislación con el equilibro y armonía imperante entre los habitantes del medio rural (Frega et al, 1985; Riella, 2004), las gremiales rurales resistieron la implementación de normativas laborales, limitando o neutralizando las diferentes propuestas legislativas que buscaron la reglamentación de las condiciones de vida y trabajo, salarios y especialmente sindicalización en el campo. Los esfuerzos de la gremiales rurales —ARU y FRU principalmente- tendieron a formar una imagen de la sociedad rural como una 'gran familia rural', buscando factores de identidad e integración, y diluyendo aquellos . otros que marcaran grandes diferenciaciones y remitieran al conflicto entre el capital y el trabajo: por ejemplo se recurre a la ambigüedad abarcando bajo el término trabajadores rurales tanto a asalariados como empresarios. Esta fuerza de las grandes gremiales del agro y su influencia política marcaron la exclusión sistemática de los trabajadores rurales del Régimen de Consejos de Salarios'. Es así que para la rápida aprobación

6. Los Consejos de Salarios han sido la "mayor y más influyente experiencia de diálogo social y de tripartismo llevada a cabo en Uruguay" (Ermida Uriarte, 2004:92) en tanto ha sido extendida en el tiempo (funcionaron en los periodos 1943-1967 y 1985-1991) y ene! espacio (abarca todo el territorio nacional), ha tratado una multiplicidad de temas relativos a las condiciones de trabajo y ha producido importantes efectos laborales (fortalecimiento del movimiento sindical y de negociación colectiva). A partir del año 68 se inicia un periodo de subordinación deis política social a la económica donde las medidas de congelación de precios, el autoritarismo político y la dictadura abierta no tuvieron espacio para los consejos de salarios. Con el retomo de la democracia en el 85 se inicia una segunda etapa de funcionamiento de los consejos de salarios hasta 1991 (que dejaron de ser convocados por el gobierno del Dr. Lacalle (1990-1995) salvo en algunas pocas ramas del sector privado), dejando por primera vez desde los años 40, el salario liberado a la libre negociación. Hasta el año 2005 los consejos de salarios tuvieron una suerte de derogación fáctica, caída en desuso o hibernación. (Ermida Uriarte, 2008).

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de la Ley que creaba los Consejos de Salarios en el ario 1943, no fueron incorporados otros proyectos como la fijación de un salario mínimo nacional y la regulación de los salarios de la actividad rural (y del servicio doméstico). Se consideraba que la inclusión del sector rural 'lesionaba los intereses de los ganaderos' (Frega et al, 1985). Unos pocos años después, durante el tratamiento legislativo del Estatuto del Trabajador Rural (aprobado en 1946) la Federación Rural envió una nota al Parlamento oponiéndose a la iniciativa de aplicación de los Consejos de Salarios para los asalariados rurales entre otras razones porque:"Ios capitales actualmente invertidos en la

industria ganadera emigrarán en masa hacia inversiones más seguras y egoístas antes de ser expuestos a la anarquía y a la 'violenta lucha de clases que esta innovación exótica y completamente injustificada, habrá de provocar en el escenario rural" (Justicia, 5 de enero de 1945. Tomado de González Sierra, 1994: 56). En la redacción del nuevo Estatuto del Trabajador Rural de 1978 nuevamente intervinieron las gremiales ganaderas —la Federación Rural principalmente— logrando la exclusión de los asalariados rurales del derecho a la negociación colectiva (González Sierra, 1994). El último intenta de llevar la negociación tripartita al campo fue realizado en el primer gobierno democrático (1985-1990) siendo desarticulado rápidamente por las gremiales ganaderas. En un conflicto abierto con el gobierno, las gremiales lo acusaron de querer llevar el "marxismo al campo y de tener posturas foráneas y antipatrióticas" y desconocieron la convocatoria a una reunión tripartita (no asistieron a la reunión y no realizaron menciones a ella en sus discursos, publicaciones o documentos oficiales) para discutir el nuevo Estatuto del Trabajador Rural donde uno de los temas subyacentes era la conformación de un espacio de negociación colectiva en el medio rural, ámbito re-abierto para el sector privado urbano. El gobierno, en ese periodo y en los sucesivos, no vuelve a mencionar estos temas ni a tomar otra iniciativa al respecto. En el ario 2005 asume la presidencia de la República un gobierno de izquierda (con mayoría en el Poder Legislativo), terminando

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con 150 años de monopolio de los Partidos tradicionales de derecha. Una de las primeras medidas implementadas por el nuevo gobierno es la reinstalación de la negociación colectiva y del diálogo social entre trabajadores, empresarios y Estado, convocando luego de casi dos décadas, a los Consejos de Salarios. La particularidad de esta nueva convocatoria a Consejos de Salarios es que se incluye al sector público, el sector rural y el servicio doméstico atendiendo una de las viejas reivindicaciones del sindicalismo uruguayo y de los partidos de izquierda del país. Para la negociación en el ámbito rural se crearon dos espacios: por un lado un Consejo Tripartito Superior con el objetivo de tratar temas generales como la limitación de la jornada de trabajo, tercerizaciones, seguridad laboral, libertades sindicales, temas de género; y por el otro Consejos de Salarios por grupo en los cuales se negocian los aumentos salariales y aspectos específicos de las condiciones de trabajo y de las relaciones laborales por sector. Los grupos y subgrupos acordados entre las partes fueron: Grupo 1) Ganadería, Agricultura y actividades conexas; sub grupos a) Plantaciones de caña de azúcar; b) Plantaciones de arroz; c) Agricultura de secano; d) Tambos; Grupo 2) Viñedos, fruticultura, horticultura, floricultura, criaderos de aves, sumos, apicultura, y otras actividades no incluidas en el grupo 1; subgrupo a) Citricultura; Grupo 3) Forestación (incluidos Bosques, Montes y turberas). El Consejo Tripartito Rural el Consejo está integrado por 6 representantes sindicales, 6 empresariales y 9 representantes del Poder Ejecutivo, en régimen de titular y alternos, teniendo sólo el titular derecho a voto. Participan por parte del Poder Ejecutivo, cuatro representantes del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (mrss) y cinco representantes del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (mGRA) en calidad de asesores; por parte de los empresarios, seis delegados provenientes de las gremiales Asociación Rural del Uruguay (ARu), Federación Rural del Uruguay (Fu), Comisión Nacional de Fomento Rural (cNFR), Asociación de Cultivadores de

Arroz (AcA), Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL) y Cooperativas Agrarias Federadas (cAF) 7 (cada gremial tiene un delegado titular y uno suplente); y por parte de los asalariados, cuatro delegados de la Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines (UNATRA) 8 y dos del PIT-CNT y a partir de la segunda ronda los asalariados fueron representados por seis delegados de la UNATRA. En las reuniones pueden participar otras personas en tanto asesores o miembros de los sectores. En los grupos y sub-grupos participan 3 delegados titulares del Poder Ejecutivo, 2 de los trabajadores y 2 de los empleadores. En las delegaciones sectoriales, además de las organizaciones participantes en el Consejo Tripartito Rural, participaron otras organizaciones que tenían especial vinculación con los grupos y subgrupos? La representación del Poder Ejecutivo está compuesta por 2 delegados del MTAA y 1 del MGPA Por la delegación de los trabajadores participa la UNATRA en los grupos 1 y 2 y el SOIMA en el grupo 3. Por parte de los empleadores participa la ARU, la FRU, la CAP, la Ac.A y la en el grupo 2 y la ANLP en el grupo 1 y sus sub-grupos; la CNFR y CAP Sociedad de Productores Forestales en el grupo 3.

7. En un principio la delegación empresarial estuvo integrada por dos delegados de la Asociación Rural del Uruguay (Axu), dos de la Federación Rural del Uruguay (-xu) y dos de la Comisión Nacional de Fomento Rural (avi-x. La Asociación de Cultivadores de Arroz (AcA), la Asociación Nacional de Productores de Leche (min..) y las Cooperativas Agrarias Federadas (c.AF) solicitaron su participación en el Consejo Tripartito Rural, resolviéndose entre las gremiales que cada una tendría un delegado titular y un delegado alterno (Zapirain, 2005). 8. La UNATRA fue fundada en Bella Unión (Artigas) en el año 2004 por 6 sindicatos rurales. Está afiliada al P1T-CNT y nuclea a asalariados rurales y 'pequeños productores'. En el año 2007 estaba integrada por 16 organizaciones, la mayoría de ellas de carácter sectorial, y tenía aproximadamente 6400 trabajadores afiliados. En su composición están representados trabajadores de la granja, cítricos, caña de azúcar, arroz, tambo, hortícola y frutícola. La mayoría de las organizaciones son de reciente formación, algunas de ellas incluso a partir de la convocatorias los Consejos de Salarios. 9.En el caso de la delegación de los trabajadores solicitó la participación el SUNOF (ex SONA-NORPA), organización sindical de los trabajadores forestales del norte del país. En tanto no hubo acuerdo entre esta organización y el srr-arr y la UNATRA, se mantuvo la composición inicial.

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En la investigación realizada se analizaron las tres primeras rondas (convocatorias) del Consejo Tripartito Superior Rural: la primera en los meses de marzo a diciembre de 2005, la segunda iniciada en junio a agosto de 2006 y la tercera en agosto a setiembre de 2007. Los grupos y subgrupos funcionaron de manera discontinua con retrasos en la instalación de la segunda ronda lo cual impactó en la actualización salarial y de las categorías. Para el estudio se consideraron la primera ronda realizada entre fines de 2005 y el primer semestre del 2006 y la segunda ronda que funcionó en el 2007. NEGOCIACIÓN COLECTIVA: UN MECANISMO EFECTIVO PARA EL AVANCE DE LA CIUDADANÍA SOCIAL DE LOS ASALARIADOS RURALES

Una de las hipótesis centrales que guiaron la investigación es que los Consejos de Salarios son un ámbito potencial para el avance de la ciudadanía formal de los asalariados rurales en tanto posibilitan un espacio de acción y de lucha por la ampliación de los derechos sociales vinculados a la esfera laboral. La evidencia recabada permite confirmar la hipótesis planteada en tanto se verificaron una serie de logros simbólicos y materiales en los Consejos de Salarios en materia de derechos laborales y ciudadanía social de los asalariados rurales. En este sentido, de la investigación realizada se desprende que los mayores logros de los Consejos de Salarios han sido en el plano simbólico. En primer lugar, los Consejos de Salarios han sido una fuerte política de reconocimiento de los asalariados rurales. Más allá de los resultados de la negociación (o la falta de ellos)" en este

ámbito, la convocatoria a los Consejos de Salarios en sí resulta, además de histórica, sumamente relevante desde el punto de vista del proceso de fortalecimiento de los asalariados rurales en tanto les proporciona 'voz y voto' para la defensa de sus derechos ciudadanos; presentándolos como interlocutores legítimos en el proceso de negociación de sus condiciones de trabajo, y generando un espacio potencial para que los mismos afirmen su ciudadanía en la acción. Los asalariados rurales pueden ahora sentarse en una mesa a negociar y dialogar con la patronal. En tanto la participación es un requisito para la construcción de ciudadanía este espacio conformado es una instancia privilegiada para permitirles a los asalariados un ejercicio activo de sus responsabilidades y derechos ciudadanos. En el proceso de negociación los asalariados se afirman como los legítimos representantes de sus intereses, dejando de lado así la visión paternalista de la 'gran familia rural' donde los patrones aparecían como los defensores naturales del bienestar de los habitantes del campo, inclusive los asalariados. Se produjo así la restauración del conflicto entre el capital y el trabajo que las organizaciones patronales rurales se habían esforzado históricamente en eliminar imponiendo una visión del mundo rural en la cual las diferencias en relación al contexto donde se desarrolla la actividad laboral (rural versus urbano) son consideradas propiedades naturales y transformadas en desigualdades sociales frente a los derechos laborales de los asalariados rurales en relación a los urbanos. Sin duda los Consejos de Salarios son un avance en la dirección de trasladar el construido conflicto rural-urbano al conflicto capitaltrabajo y en el reconocimiento de que existen desigualdades entre

sindicalización contó con el apoyo de la delegación del Poder Ejecutivo y de la delegación de los

10. Ene! ámbito del Consejo Tripartito Rural sólo se logró acuerdo tripartito respecto a los criterios básicos para la instidación de los Consejos de Salarios por grupos de actividad (primer punto tratado). El documento sobre Pautas para una relación fluida y dinámica entre las partes y los derechos de

trabajadores. El tema de las tercerizaciones fue abordado en unas pocas reuniones y dejado de lado con el argumento de que era discutido en otros ámbitos (Comisión de Negociación Colectiva del Compromis o Nacional) y por tanto para el sector empleador era una 'pérdida de tiempo'. El mayor tiempo de negociación estuvo destinado a la discusión de las ocho horas (segundo semestre 2005 a fines 2008). Tampoco aquí la delegación empresarial acompañó la propuesta de proyecto remitida al Parlamento sobre Jornada Laboral y Régimen de Descansos en el Sector Rural a fines del 2008.

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los 'trabajadores' del campo que no se justifican en la actividad que realizan. Se va erosionando así uno de los mecanismos señalados como constitutivo de trabas para el desarrollo de la democracia en el medio rural y el pleno ejercicio de la ciudadanía de los asalariados rurales. Otro de los aspectos que hacen a la condición ciudadana es la definición, no exenta de conflictos, de los problemas comunes y de cómo serán abordados. Por tanto la incorporación en la agenda de los Consejos de Salarios de la discusión de la limitación de la jornada laboral es claramente otro indicador que debe considerarse a la hora de estudiar el impacto de este espacio en la condición ciudadana de los asalariados rurales. La limitación de la jornada laboral es el tema emblema en el proceso de negociación iniciado (tanto para el Poder Ejecutivo como para los asalariados) y su tratamiento fue muy ríspido dada la trascendencia del mismo. El envío al Parlamento de un proyecto de limitación de la jornada laboral es un paso fundamental para la consagración de las 8 horas para el medio rural y es sin duda una de las mayores conquistas para los trabajadores en el periodo analizado. También es posible identificar una serie de logros materiales. A partir del funcionamiento de los Consejos de Salarios se produjo un significativo aumento de los salarios de los asalariados rurales, primero a partir de la regulación del Poder Ejecutivo y luego mediante lo laudado en los diferentes grupos y subgrupos, generando una mejora en la calidad de vida de los asalariados rurales y sus familias. Concomitantemente, al aumentar el monto del salario mínimo se produjo además una formalización del salario aportado. Se promovió y reglamentó la protección de las libertades sindicales y la promoción de la acción sindical. La ley de Fuero Sindical aprobada a fines de 2005 generó un importante cambio en el marco normativo de las relaciones laborales proporcionando un elemento fundamental para generar un marco de promoción y apoyo de la actividad sindical.

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El respaldo de la acción sindical devino en un elemento fundamental para el desarrollo de la acción colectiva de los asalariados rurales en la defensa y conquista de sus derechos laborales, representando así un avance en su ciudadanía social. El Consejo Tripartito Rural fue concebido y funcionó en la práctica como un tipo de negociación colectiva en tanto se trataron temas más allá de la fijación de los salarios. De esta forma, se constituyó en un incentivo a la sindicalización en el medio rural, fortaleciendo la organización sindical en la medida que les ha proporcionado un espacio para aprender y ejercitar la defensa de sus intereses colectivos, les ha impulsado a promover mecanismos para lograr una comunicación más fluida entre todas las organizaciones representativas de trabajadores de las distintas partes del país y ha fomentado la creación de sindicatos en empresas donde no los había. En cuanto al papel del gobierno se observa que con el nuevo gobierno progresista, el Estado asume un papel regulador del mercado laboral, interviene alterando las relaciones de poder entre las organizaciones ganaderas y los asalariados rurales y establece cambios permanentes en las condiciones del trabajo rural; en una acción 'tutelar' de los trabajadores. Promueve la cultura de negociación colectiva instaurando el diálogo social en el campo como forma de extender derechos sociales fundamentales vinculados al trabajo. En este sentido, el Estado interviene rehaciendo el sistema de relaciones laborales en el campo lo cual implica en primer lugar romper con el imaginario de que las organizaciones rurales son los únicos asesores y co-gestores de la legislación y política laboral y proporcionar a los trabajadores el derecho legítimo de representar sus intereses. El mundo rural deja de ser un medio libre de conflictos, y se ponen a negociar por primera vez en la misma mesa actores con intereses diferentes, cada cual con su propia perspectiva sobre la naturaleza de las relaciones laborales en el campo. Y la legislación ahora se realiza con el aporte y el debate de trabajadores y patrones.

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En los Consejos de Salarios rurales la delegación gubernamental asume posiciones y estrategias propias, enmarcadas en la plataforma del gobierno progresista y los lineamientos políticos del gobierno y de los ministerios directamente involucrados en la negociación (Nrrss y MGPA). Ello no es fácil de lograr ya que en este ámbito recibe una doble presión tanto por parte de los trabajadores como de los patrones, no obteniendo concesiones de ellos en los puntos más álgidos de la negociación. Con el tiempo fue asumiendo un papel mediador entre las partes, buscando alternativas que contemplaran las posiciones de trabajadores y empleadores, lo cual permitió generar un ambiente más fructífero para la negociación. No obstante esta pretendida imparcialidad, en tanto desde el gobierno se promueve firmemente la extensión de derechos sociales vinculados al mundo del trabajo, en los casos en los que tuvo que actuar como árbitro, por lo general se plegaba a la posición de la delegación de los trabajadores, o en todo caso, formaba mayoría con esta, en torno de una solución intermedia, pero no aceptable para los empresarios siendo uno de los ejemplos más ilustrativos la propuesta de limitación de la jornada laboral. Por otra parte, el papel del gobierno fue fundamental para mantener el ámbito de negociación funcionando. Sin la voluntad v actitud del gobierno por mantener este espacio los Consejos de Salarios se hubieran desmantelado ante la falta de resultados concretos y los conflictos existentes entre las partes. Por tanto, el gobierno no sólo cumplió su plataforma de instalación de los Consejos de Salarios, sino que tuvo una acción decidida para mantener el espacio de diálogo y negociación entre empleadores y trabajadores. Respecto al sector patronal, su accionar estuvo dirigido a demorar o limitar el alcance de las negociaciones y de los acuerdos en el marco de los Consejos'de Salarios que implicasen modificar las relaciones laborales en el campo. El contexto politico les obligó a participar en la negociación, no hacerlo probablemente les hubiera genera-

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do mayores costos políticos por lo cual el propio ámbito creado se transformó en la arena donde desplegaron acciones tendientes a dilatar la aprobación de cambios en la normativa laboral o intervenir en su redacción para lograr un texto más acorde a sus intereses. Pueden identificarse al menos cuatro estrategias principales que en algunos casos se combinaron entre sí. La primera a señalar, quizás la simbólicamente más importante, fue que la delegación empresarial no acordó en algunos temas, en los cuales incluso estuvo trabajando y modificando la redacción de los documentos sometidos a votación, desconociendo así el trabajo en los Consejos y principalmente, entorpeciendo el desarrollo de ciertos temas importantes, que si hubieran sido votados por unanimidad hubieran tenido una más rápida ejecución, como por ejemplo la limitación de la jornada laboral, trasladando a otros ámbitos la discusión y dilatando la consagración de ciertos derechos laborales. En segundo lugar buscaron desprestigiar el espacio de negociación bajo el argumento de que el tripartismo no funciona en la práctica y que tan sólo es un mecanismo formal, vacío de contenido, utilizado para avalar proyectos ya redactados, sin tener en cuenta sus reivindicaciones ni adecuarse a las realidades del sector. Un tercer mecanismo para demorar temporalmente la resolución sobre algunos temas fue alegar que los delegados en los Consejos de Salarios no tenían capacidad de tomar decisiones por sus 'representados'", con los cuales debían consultar casi todo, y por lo cual en la práctica se iba corriendo hacia delante la definición sobre ciertos puntos y entorpeciendo las resoluciones en los consejos. La cuarta estrategia que se puede identificar es la de postergar el tratamiento de asuntos de interés de los trabajadores aduciendo que los mismos deberían ser resueltos en otros ámbitos, por ejemplo que le compete al Tripartito Superior un tema propuesto en un grupo o sub-

11. La delegación empresarial es integrada por abogados de las organizaciones y no por sus propios agremiados o dirigentes.

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71w grupo; o que no trabajan un determinado punto porque está siendo tratado por el Poder Ejecutivo o el Parlamento. En síntesis, las estrategias de las patronales fueron no acordar en los temas simbólicamente más importantes, intentar deslegitimar el espacio de negociación, aludir a sus mecanismos internos de toma de decisión para dilatar la negociación y quitarle contenido a la negociación trasladando a otros ámbitos el tratamiento de temas. Se constató que la delegación patronal no actuó de igual manera en los diferentes grupos, teniendo una posición más rígida en los sectores de ganadería, agricultura de secano y agricultura intensiva. Donde negociaron las gremiales ganaderas tradicionales (ARu y FRu), las cuales detentaron históricamente el mayor poder simbólico y político del agro, la negociación fue más difícil y los acuerdos con los trabajadores no fueron la norma. Los resultados de la negociación de la negociación fueron heterogéneos, mostrando diferencias entre los sectores en función de la organización sindical, la gremial con la que se negocia y el carácter agro-industrial del mismo. En la investigación se comprobó que el proceso de negociación colectiva en el marco de los grupos y subgrupos conformados no fue un movimiento uniforme, los resultados a los que se llegaron fueron muy diversos. En algunos, la negociación se limitó a la determinación de las categorías y de los salarios mínimos. En otros, se pudo avanzar más, estableciendo además acuerdos para continuar la negociación (cláusulas de paz, comisiones tripartitas y mecanismos de prevención y solución de conflictos),condiciones de trabajo (seguridad, transporte adecuado, acceso a agua potable, lugares para viviendas 'cómodos, secos y abrigados') incluso la limitación de la jornada de trabajo. 12 Por otra parte, no se lograron acuerdos

12. La limitación de la jornada laboral (8 horas diarias y 48 horas semanales) se establece en el convenio colectivo firmado por el subgrupo Plantaciones de Caña de Azúcar del Grupo 1.

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tripartitos en todos los grupos y subgrupos en la primera ronda.' 3 Esto determinó la conformación de dos modelos diferentes de negociación y relaciones laborales: uno más limitado centrado en la distribución de recursos (limitación de salarios, beneficios monetarios y categorías) y otro más amplio que incorpora otros aspectos no referidos específicamente al terreno distributivo como la capacitación, las condiciones de trabajo, las relaciones entre las partes y las libertades sindicales, y por ende una mayor participación de los trabajadores. Ello estaría explicado por la relación de fuerzas al interior de cada grupo y la articulación agro-industrial de la producción. En los sectores con mayor trayectoria sindical,

una patronal más empresarial y mayor articulación agro-industrial (plantaciones de arroz, plantaciones de caria de azúcar y forestación) se firmaron acuerdos que incorporan aspectos no monetarios y se lograron convenios colectivos y el funcionamiento de comisiones tripartitas para el tratamiento de interés entre las partes. Más allá de los logros verificados, en su conjunto la negociación presentó una serie de limitaciones que quedaron de manifiesto al analizar el proceso. En primer lugar se destaca el poder material y simbólico de las organizaciones empresariales frente al débil movimiento sindical rural. Se sentaron a negociar mano a mano un sindicalismo rural con escasa o nula experiencia de negociación, sin una movilización importante detrás y sin dirigentes sindicales formados; junto con las organizaciones empresariales que tienen larga trayectoria en la defensa de sus intereses. Esto se materializó en la falta de acuerdos tripartitos en el marco del Consejo Tripartito Rural. Es posible sostener que no se lograron más avances en los derechos laborales de los asalariados a

13. En los grupos en los que sólo se trataron los aumentos salariales no firmaron conjuntamente asalariados y empleadores. La delegación del Poder Ejecutivo firmó junto a los trabajadores en el Grupo 1 y juntos los empleadores en el Grupo 2.

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causa de la asimetría de poder en los Consejos de Salarios. Puede afirmarse que los Consejos de Salarios son un primer paso para el establecimiento de un relacionamiento laboral diferente en el medio rural pero ello no es posible si las partes no entienden que el tripartismo no es un fin en sí mismo sino un instrumento para generar resultados concretos. En los principales temas tratados, libertades sindicales y limitación de jornada laboral, la complejidad de alcanzar acuerdos puso de manifiesto la actitud de las gremiales rurales de intentar quitar legitimidad a los Consejos de Salarios y su búsqueda de consolidar por la vía formal las condiciones de trabajo en el campo buscando bloquear las iniciativas tendientes a favorecer por ley algunas de las reivindicaciones de los trabajadores. La efectividad de los Consejos de Salarios estuvo supeditada a la debilidad del movimiento sindical y la capacidad de negociación del Poder Ejecutivo. En segundo lugar, la negociación estuvo marcada por una serie de conflictos entre las partes que llevaron incluso al cuestionamiento sobre continuar con el ámbito de negociación tripartita, tanto por parte de los empleadores como de los trabajadores. La lucha y la movilización estuvieron presentes durante todo el proceso de negociación de conflictos en los Consejos de Salarios, asalariados tomaron varias medidas de lucha en reclamo de mejores condiciones de trabajo (marchas, pegatinas), denuncias y juicios de violaciones de los derechos laborales. Estas acciones sindicales buscaron reforzar su fuerza y demostrar su capacidad de organización. Su propia debilidad sindical los llevó a tener que demostrar constantemente su poder. Frente a estas acciones, las reacciones de las gremiales fueron a veces 'desmedidas', mostrando su desacostumbramiento a este tipo medidas. Asimismo, mientras se negociaba en los Consejos de Salarios ocurrieron una serie de hechos que conllevaron a violaciones de los derechos sindiales, como despidos de delegados sindicales o de trabajadores por intentar organizar sus compañeros de trabajo.

Una de las más emblemáticas ocurrió en abril de 2005: mientras sesionaba el Consejo Tripartito Rural, en el norte del país un encargado de una empresa citrícola (empresa Caputto- Salto) despedía a cuatro delegados sindicales amenazándolos con un revólver. En tercer lugar, la forma y las resoluciones de los Consejos de Salarios son parte del mismo proceso y por tanto no pueden separarse de lo fáctico; son el resultado de las relaciones de fuerza al momento de instauración de los mismos. En este sentido resulta relevante la formación de un espacio de negociación separado para el sector rural bajo la argumentación de que el sector tiene ciertas especificidades que deben ser tratadas aparte. También esta diferenciación se concreta . en la composición de la delegación del Poder Ejecutivo, la cual está integrada por representantes del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca en calidad de asesores; y en el carácter consultivo (y no de resolutivo) del Consejo Tripartito Rural. Asimismo, el número de grupos y subgrupos creados expresa las relaciones de fuerza al inicio del proceso. Por tanto, desde el inicio se plantearon ciertas condiciones en la conformación de los Consejos de Salarios que resultaron desfavorables para los asalariados rurales y que estuvieron más cercanas a las reivindicaciones de los empleadores."

14. Los empleadores deseaban un ámbito separado Consejo Tripartito Superior de la actividad privada, industrial y comercial; consideraban que los trabajadores de la fase agraria dele forestación debían ser incorporados a la negociación en el marco del Consejo Tripartito Rural; sostenían que el Consejo Tripartito Rural debía tener carácter consultivo (sólo puede hacer sugerencias y recomendaciones al Poder Ejecutivo sobre los aspectos que son tratados); y tenían una propuesta inicial de once grupos alegando la existencia de particularidades en el sector. Los trabajadores por su parte, reivindicaban la negociación unificada en el marco del Consejo Tripartito Superior, el carácter de resolutivo del Consejo, la incorporación del sector forestal a la negociación colectiva en el formato industrial (junto a los trabajadores de la madera); y consideraban que debía existir un grupo único para la primera etapa definida como de transición.

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A MODO DE REFLEXIÓN FINAL Los Consejos de Salarios han tenido un impacto positivo en el desarrollo de la ciudadanía de los asalariados rurales y en sentido más amplio en el perfeccionamiento de la democracia en la sociedad uruguaya en tanto alentaron la participación de los sectores menos privilegiados. En el plano simbólico implicaron el reconocimiento de los asalariados rurales y restituyeron el conflicto capital-trabajo al ámbito rural rompiendo con el imaginario sobre el mundo rural libre de conflictos. Han incentivado la sindicalización y permitido a los asalariados participar en la determinación de las decisiones que les afecten. Promovieron la negociación colectiva y se transformaron en un instrumento de participación y diálogo social. Contribuyeron a aumentar el salario real y la movilidad ascendente de los trabajadores. Pero el proceso de los Consejos de Salarios dejó de manifiesto la dialéctica entre lo nuevo y lo viejo, en tanto la falta de práctica de relacionamiento y diálogo condicionó y dificultó el desarrollo de la negociación, y en los resultados del proceso se reflejaron las relaciones de fuerza en el campo social agrario, con un sector empleador que trató en la práctica de dilatar y poner trabas a la legislación del trabajo rural. A partir de lo acaecido en los distintos grupos y subgrupos se demuestra que una organización sindical con mayor grado de consolidación y con experiencia en la negociación alcanza mayores logros. Por tanto, fortalecer las organizaciones sindicales, principalmente en aquellos sectores donde aún se presentan grandes dificultades y trabas para la sindicalización, parece ser un aspecto fundamental para que la negociación colectiva se transforme en un efectivo mecanismo para el avance de la democracia y la ciudadanía en el campo. La necesidad de que los trabajadores gocen del derecho de libertad sindical en su extensión más amplia; de la fortaleza y adecuada organización y estructura de sus organizaciones; y la capacitación y perfeccionamiento de sus representantes,

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aparecen como requisitos para el tripartismo y la negociación en los Consejos de Salarios. En el sector privado urbano (industria, comercio y servicios) la negociación colectiva generó el fortalecimiento de la acción sindical; por tanto, es posible pensar que el mantenimiento de los Consejos de Salarios en el medio rural permitirá continuar fortaleciendo un actor que contrarreste el peso de las organizaciones gremiales y logre una mayor redistribución de los recursos generados en el campo. Por otra parte, la negociación tripartita aparece como necesaria pero no suficiente para el desarrollo de la ciudadanía de los asalariados rurales. En este sentido, es preciso interrogarnos sobre qué otros roles debe asumir el Estado más allá de la conformación de los Consejos de Salarios y cómo se debe articular este espacio con otros existentes o a crear. Por una parte, el Estado debe tener un papel más activo en la difusión de los derechos de los asalariados para que el desconocimiento de las normas laborales no se transforme en una barrera para la aplicación de los derechos laborales, individuales y colectivos. Asimismo, además de impulsar la protección del trabajo se debe velar por la vigencia plena de los derechos ciudadanos, lo que redundaría en una auténtica democratización de la vida cotidiana de los habitantes en el medio rural. En tanto el crecimiento del país ha estado históricamente basado en el sector agropecuario y agroindustrial es importante profundizar en el camino de una mayor justicia social y equidad en las relaciones laborales, y la consiguiente redistribución de la riqueza generada en el sector rural a partir de la conformación de los Consejos de Salarios así como implementar mecanismos que permitan pasar de los derechos formales al pleno ejercicio de los mismos. La importancia de profundizar en los derechos laborales de los asalariados rurales se vio reflejada en que el proceso generado en el marco de los Consejos de Salarios rurales movilizó una serie de recursos presentes en la sociedad en apoyo a los trabajadores y en su lucha por el reconocimiento: surgió un movimiento en apoyo a

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la limitación de la jornada laboral en el campo, adquirió mayor presencia el terna de los asalariados rurales en la opinión pública y en la agenda de investigación académica y surgieron una serie de programas públicos destinados a los asalariados rurales. Finalmente, cabe señalar la pertinencia del marco conceptual utilizado en esta investigación. La ciudadanía es considerada una construcción social resultante de las relaciones de poder en un momento histórico y en un lugar determinado. El grado de avance de la ciudadanía social de los asalariados rurales en relación a los derechos sociales vinculados al mundo del trabajo es el resultado de las relaciones de poder en el campo social agrario y del papel del Estado modificando o no el equilibrio de fuerzas imperante. Desde el punto de vista sociológico, la riqueza de esta perspectiva es que permitió centrar el análisis simultáneamente en el proceso de negociación, en las relaciones de fuerza entre los actores involucrados y en la mediación de los espacios institucionales creados. Consideramos pertinente profundizar en esta perspectiva de análisis para contribuir a la creación de una concertación social que permita mejorar las condiciones de vida de los trabajadores rurales y la población en general, compatibilizando las metas de crecimiento con las de desarrollo.

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ANEXO

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TALLER DE TESISTAS EN SOCIOLOGÍA RURAL

"CAMBIOS EN EL USO DEL SUELO Y REPERCUSIONES EN EL MUNDO DEL TRABAJO RURAL"

9 y 10 de mayo 2008 Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de la República Montevideo - Uruguay Como forma de continuar con un proceso de integración académica en el área de la sociología rural, estrechando vínculos con otros equipos de investigación fuera de fronteras es que el área de Sociología Rural del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales conjuntamente con el área de Sociología Rural del Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Agronomía, ambas instituciones pertenecientes a la Universidad de la República, el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales, el Centro de Estudios y Servicios para el Desarrollo Rural (cEDERu) de la Facultad de Agronomía, ambas de la Universidad de Buenos Aires, y el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales CEIL/CONICET estamos abocados a la organización de un Taller de Tesistas en Sociología Rural a desarrollarse los días 9 y 10 de mayo del presente ario. Nos proponemos con el mismo, varios objetivos simultáneos, entre los cuales señalamos: a) Apoyar a los estudiantes que están haciendo sus tesis de postgrado creando un espacio en el cual puedan exponer sus avances, plantear sus dudas y recibir comentarios críticos estimulantes. b) Darle continuidad a la importante acumulación teórica que la sociología rural ha venido realizando en las últimas décadas, así

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como también con la intención de dar espacio a nuevos canales de expresión que revitalicen la disciplina. c) Avanzar en la discusión sobre las dinámicas de cambios que hoy atraviesan toda la sociedad, los cuáles tienen particularidades propias en la sociedad rural y específicamente en el área del trabajo rural d) Consolidar lazos de intercambio académico entre distintos equipos de trabajo ubicados en Argentina y Uruguay que desarrollan trabajos de investigación en temas afines, para de esta manera generar sinergias que potencien los trabajos colectivos. El Taller que se desarrollará los días 9 y 10 de mayo en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, en Montevideo, cuenta con el apoyo de los siguientes proyectos: "Cambios en el uso del suelo en la Cuenca del Plata: vinculando factores biofísicos y humanos para comprender tendencias, evaluar impactos y proponer estrategias viables para el futuro" que recibe un subsidio del Inter-American Institute for Global Change Research (IAI) CRN-2031 dirigido por Diego Pirieiro; Proyecto ALFA "Red de Desarrollo Territorial e Integración" dirigido por Alberto RieHa; "Mercados de trabajo ru-rurbanos y trayectorias laborales", dirigido por Susana Aparicio y financiado por UBACyT SO-125; "El trabajo agrario: una o múltiples formas de contratación", dirigido por Roberto Benencia que recibe financiamiento del Consejo Nacional de Investigación de Ciencia y Técnica (CONICET-PIP 5455) y "Trabajo, producción y territorio en el cinturón hortícola bonaerense", proyecto de investigación dirigido por Roberto Benencia, aprobado y subsidiado por UBACyT AG-014 y el proyecto "Los trabajadores rurales en los mercados de trabajo: hogares, trayectorias laborales y relaciones de trabajo en la provincia de Mendoza diribido por Guillermo Neiman..

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MODALIDAD DE TRABAJO

En las sesiones de trabajo los tesistas participantes presentarán una ponencia, en la cual plantearán los avances de sus respectivas investigaciones. Las exposiciones tendrán una duración aproximada de 20 minutos y a continuación recibirá un comentario crítico de uno de los docentes de 20 minutos. Los organizadores del taller distribuirán las ponencias presentadas entre los docentes que asistan al taller. Los ponentes deberán enviar con antelación de 7 días sus ponencias al docente designado. El incumplimiento de estos plazos relevará al docente de hacer los comentarios. En lo posible las ponencias se agruparán en bloques temáticos. Al culminar el bloque, los tesistas expositores podrán realizar una breve acotación al comentario recibido a los efectos de profundizar en el debate generado. En esta etapa se habilitará la intervención de los asistentes al Taller, siendo los moderadores de cada sesión los que ordenen el debate. CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES

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Comentarios

09/05/2008

Eje temático

09:00-09:30

Presentación seminario

09:30-13:00

Diego Hernández. "Cambios en los regímenes de movilidad y estacionalidad de trabajadores zafrales de Lascano". Dirigido por Diego Pineiro.

Víctor Rau

María Eugenia Aguilera

Taller I

Matías Carámbula. "Precariedades y movilidades" de los asalariados temporales: organización anual del empleo de los esquiladores de Villa Sara. Dirigido por Diego Pirleiro

Asalariados temporales y movilidad Modera Susana Aparicio

Aude Galias. "La rotación del empleo como manera de trabajar. Importancia del empleo agrícola en las trayectorias de movilidades profesionales de los trabajadores temporarios de las ciudades de Salto y las Piedras (Uruguay)". Dirigido por Héléne Guétat-Bemard y Martine Guibert.

Susana Aparicio

.

Riella, Pineiro, Aparicio, Neiman.

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Francisco Fabio. "Conformación del mercado de trabajo para tareas transitorias en la producción vitícola de la provincia de Mendoza". Dirigido por Guillermo Neiman. 13:00-15:00 15:00-19:00

Mariela Blanco

15:00-19:00

de trabajo

Modera Juan Romero

Taller IV

Vilma C. Busca. "La segmentación de un mercado

Juan Romero

Uso del suelo y mercado de trabajo

el capital y el trabajo en el agro uruguayo, la figura del contratista forestai". Dirigido por Diego Pirleiro

Rossana Vitelh

Modera Diego Piñeiro

Melina Neiman. "La organización laboral en la agticultura. Un estudio de los trabajadores familiares remunerados en la Región Pampeana, Argentina". Dirigido por Germán Quaranta

trabajadoras asalariadas en la agricultura. El caso del Valle de Uco, Provincia de Mendoza, Argentina". Dirigido por Guillermo Neiman.

19:30-21:00 Cierre de Seminario

Gabriel Bobec "Transformaciones en áreas rurales cercanas a grandes ciudades. El caso del partido Exaltación de la Cruz provincia de Buenos Aires, Argentina". Dirigido por Guillermo Neiman.

Javier Taks

Jorge Mauro. "Desarrollo económico local en

Vanesa Vázquez

Tranqueras con base en el modelo forestal y su vinculo con el empleo". Dirigido por Marta Chiappe.

Eje temático

09:00-13:00

Bolívar Moreira. "Una descripción (y modelización) de las relaciones de trabajo y de !os procesos de contratación de personal en la ganadería extensiva, a partir de un estudio de caso en las localidades de Blanquillo y La Paloma —Durazno-". Dirigido por Diego Pirleiro.

Guillermo Neiman .

Paula Mascheroni. "Democracia y ciudadanía en el medio rural uruguayo: una mirada sobre los avances en la ciudadanía de los asalariados rurales". Dirigida por Alberto Riella

Germán Guaranta

Daniel Re. "Trabajadores en el complejo tabacalero jujeño. Condiciones de trabajo y utilización de agroquímicos". Dirigido por Susana Aparicio.

Mauricio Tubio

María Marcela Crovetto. "Re-pensando los vínculos entre lo rural y lo urbano. Intercambio de bienes y servicios en el Valle Inferior del Río Chubut (Patagonia Argentina)". Dirigido por Susana Aparicio

Alberto Riella

Modera Guillermo Neiman

13:00-15:00

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,

Germán Quaranta

Mauricio Tubio

Riella, Pideiro, Aparicio, Neiman.

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10/05/2008

Taller III Relaciones Laborales

Emilio Fernández. "Nuevas (?) Articulaciones entre

Almuerzo

Elena Mingo. 'Inserción laboral de las mujeres como

Victor Rau

los conflictos por el uso del suelo rural en el nordeste de Montevideo". Dirigida por Alberto Riella.

laboral agroindustrial en el noroeste argentino". Dirigida por Susana Aparicio.

Taller II Reestructuraciones del mercado

Mariana Fosatti. "Actores, poderes y discursos en

Comentarios

--

Almuerzo

269

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