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1.- LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1930) Introducción En el ámbito europeo del periodo de “entreguerras”” (1919-1939), caracterizado, desde el punto de vista político, por la crisis de los sistemas democráticos, el miedo a la extensión de la revolución bolchevique, y el éxito de las tendencias autoritarias y totalitarias (movimientos fascistas); y marcado desde el punto de vista económico por las consecuencias de la I Guerra Mundial y la crisis de 1929; se van a producir en España una serie de acelerados cambios políticos: la crisis de la Restauración, la Dictadura de Primo de Rivera, la caída del régimen monárquico, la II República y la Guerra Civil. Todo ello, en un ambiente de tensión social y política consecuencia de la incapacidad del liberalismo y capitalismo español de crear unas estructuras políticas firmes y unas condiciones sociales aceptables para las clases trabajadoras, que hubieran propiciado una mayor estabilidad y una menor crispación. Entre 1923 y 1930 se desarrolla el periodo de la dictadura militar encabezada por el general Miguel Primo de Rivera.
El golpe de Estado La larga crisis de la “Restauración” se resolvió de forma brusca. El 13 de Septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera, capitán general de Barcelona dio un golpe de Estado, mediante el que hacía con el poder, decretaba el Estado de guerra disolvía las Cortes, suspendía la Constitución e inauguraba un sistema dictatorial que duraría hasta 1930. La mayor parte de los militares quedaron a la expectativa de lo que decidiese el rey. El rey aceptó la dimisión del jefe de gobierno (García Prieto) y encargó la formación de un nuevo gobierno al general golpista, apoyando de manera clara el pronunciamiento, que se realizó sin derramamiento de sangre y sin gran oposición. Primo de Rivera, se presentó como una solución
transitoria y enunció de manera somera su programa en un manifiesto vacío de soluciones concretas pero que estaba muy dentro del espíritu regeneracionista de primeros de siglo (que había reclamado la necesidad de un “cirujano de hierro” que acabase con la corrupción política) y lleno de componentes populistas (limpiar el país de caciques, acabar con el bandidaje político). Los valores que inspiraban al general Primo eran tradicionales, simples y típicamente castrenses: orden, eficacia, disciplina, autoridad y amor a la patria. España dejó de ser una monarquía parlamentaria y, aunque se mantuvo la figura del rey, se convirtió en un régimen autoritario. El régimen canovista había dejado de existir.
Las Causas
Aunque la instauración de la Dictadura del general Primo de Rivera en España, coincide en el tiempo con la aparición de otros regímenes autoritarios en la Europa de entreguerras, sus CAUSAS están más relacionadas con cuestiones propias de la política española del momento, que con los profundos desequilibrios que en otras sociedades del continente había creado la Primera Guerra Mundial y sus consecuencias. Las causas que explican el éxito del golpe de Estado y la implantación de la Dictadura son
las siguientes: 1.- El fracaso y degeneración del sistema político parlamentario del turnismo bipartidista, que había entrado en franca descomposición y que se mostraba incapaz de “regenerarse” y evolucionar en un sentido democratizador. Los partidos dinásticos (conservador y liberal) carecían de nuevas ideas y se encontraban divididos en torno a distintos líderes. La Administración era ineficaz y el “caciquismo” había convertido la corrupción y el “amiguismo” en la norma política del país. El regeneracionismo critica el régimen de la Restauración y su soporte oligárquico-caciquil. Se critica tanto el sistema como a los partidos. De manera que se produce una cierta anfibología: se confunde a los partidos de turno con todos los partidos y se pretende ser apolítico y apartidista. Así se dieron paradojas como el intento de creación de un “partido apolítico” (sin darse cuenta de la enorme contradicción que eso encierra) o a reivindicar la acción de un “cirujano de hierro” que pusiese fin a las corruptas prácticas dominantes y sustituyese a la oligarquía caciquil por una clase dirigente honesta y preparada.
2.-El creciente protagonismo del ejército en la vida política del país, que ya se había manifestado en la crisis del 17 con la formación de las Juntas de Defensa. 3.- El problema de Marruecos, sobre todo, tras el desastre de Annual, que agravó el descrédito de los políticos y militares. El “expediente Picasso” abierto para investigar y depurar responsabilidades, sacó a la luz, una serie escándalos de militares y políticos. 4.- La generalización y agudización de los problemas y conflictos sociales desde 1917, como consecuencia de las negativas repercusiones que tuvo para la clase obrera española el final de la I Guerra mundial, del “contagio revolucionario” tras la revolución soviética, la incapacidad del sistema político de dar una respuesta acertada a las reivindicaciones de los trabajadores, la intransigencia de los patrones y los tintes violentos que habían adquirido determinadas fuerzas obreras, especialmente las anarquistas. La situación se hizo especialmente tensa en Andalucía (“trienio bolchevique”, caracterizado por constantes ocupaciones de fincas y sublevaciones locales por parte de los jornaleros) y en Cataluña, donde se hicieron frecuentes los enfrentamientos armados entre obreros y pistoleros contratados por la patronal. Esta situación, unida a la transitoriedad con que se presentaba la dictadura, le granjeó el apoyo, al menos, la pasividad, de buena parte de la “masa neutra” del país, y de algunos partidos republicanos e, incluso, socialistas. Sólo comunistas y anarquistas se opusieron, convocando una huelga general que fracasó. 5.El auge de los nacionalismos periféricos que hacían temer a las fuerzas más conservadoras del país por una posible desmembración de España. 6.- El apoyo de la patronal y de los sectores católicos y castrenses. 7.- El ambiente político internacional caracterizado por la crisis de los sistemas democráticos tras la Primera Guerra Mundial y la emergencia de las ideologías totalitarias de derechas (Albania, Portugal, Grecia, Polonia, Hungría), especialmente el fascismo de Mussolini en Italia. 8.- El apoyo del rey Alfonso XIII, que confió al golpista la tarea de formar gobierno. 9.- La falta de contestación por parte del movimiento obrero, carente de una clara conciencia política e incapacitado para una unidad de acción. Es más, el Partido Socialista y la UGT adoptaron una actitud de aceptación y colaboración con la Dictadura, al menos en los primeros años.
Teniendo en cuenta estas circunstancias, los objetivos enunciados en el manifiesto de 13 de Septiembre eran: -sanear el sistema político, acabando con el caciquismo y procurando una administración honesta; -garantizar el orden público poniendo fin a la oleada de violencia; - solucionar el problema de Marruecos y -acabar con el problema regionalista. Todo ello se presentaba como una solución transitoria, un “paréntesis de curación”, tras el que se volvería a la normalidad constitucional. Algunos historiadores han apuntado recientemente que lo que en realidad pretendía Primo de Rivera y quiénes apoyaron políticamente el golpe, no era poner fin a un régimen caduco, corrupto y anquilosado, sino evitar que se democratizase, como, en efecto parecían apuntar las medidas del último gobierno de concentración de García Prieto.
Evolución política: Directorio Militar (septiembre 1923Diciembre 1925): Se formó un gobierno (Directorio) integrado exclusivamente por militares, en el que el general Primo de Rivera concentraba todos los poderes (ejecutivos, legislativos e, incluso, judiciales) y era responsable de todos las decisiones; el resto de los generales no tenían sino un papel asesor. Los aspectos más importantes de este periodo que respondía a los propósitos anunciados inicialmente de un breve paréntesis constitucional para poner orden y limpieza en el sistema político (idea del “cirujano de hierro”), son: -Las Cortes fueron disueltas y la Constitución suspendida. -Reordenación de la administración central, provincial y local Se mantuvo el personal de los ministerios y de la administración, pero todos los altos cargos fueron ocupados por militares. Se nombraron gobernadores militares en sustitución de los gobernadores civiles. -Política social fuertemente represiva (pacto con la UGT y persecución de comunistas y anarquistas). -Desarrollo de una política anticaciquil mediante el nombramiento de “delegados gubernativos”. Cientos de concejales y funcionarios fueron
condenados por delitos de favoritismo o corrupción. En la práctica lo que se hizo fue sustituir unos caciques por otros afines al dictador. -Se creó un “Somatén nacional”, especie de milicia ciudadana, dispuesta a hacer frente a cualquier peligro revolucionario. -Creación de la Unión Patriótica: partido conservador, derechista, y católico concebido como Partido Único -presidido por el propio dictador- para apoyar y colaborar con el régimen. Los afiliados provenían principalmente de las filas del catolicismo, funcionarios y caciques rurales. Directorio Civil (Diciembre 1925-1930): El directorio militar fue sustituido por un gobierno de civiles (Conde de Guadalhorce, Eduardo Aunós, José Calvo Sotelo -con la inclusión de algún militar como Martínez Anido) y se intentará organizar una estructura política nueva, en sustitución del régimen de la Restauración y de la Constitución de 1876. Los tres elementos fundamentales del intento de formación de este nuevo sistema son: La Unión Patriótica, creada en 1924 como partido gubernamental Asamblea Nacional Consultiva: compuesta por 400 miembros, en representación corporativa y sin atribuciones legislativas. Proyecto de Constitución, que, terminada en 1929, no llegó a entrar en vigor.
Política económica
Se caracterizó por la fuerte intervención del Estado en todos los ámbitos de la economía del país, dando lugar a una auténtica economía “planificada” dirigida por el Consejo de Economía Nacional que controlaba todos los sectores productivos y supervisaba todos los detalles de todas las actividades económicas: se reforzó el proteccionismo arancelario y se incrementaron las inversiones en obras públicas: carreteras (plan de firmes especiales que preveían construir 7.000 kilómetros de modernas carreteras), ferrocarriles (las empresas ferroviarias recibieron grandes créditos para su modernización), pantanos (confederaciones Hidrográficas), casas sociales, etc. Se crearon los monopolios de Tabacalera, Telefónica (concedida a la compañía norteamericana ITT) y CAMPSA (encargada de la importación y refinado de petróleo y controlada por un consorcio de 41 bancos españoles). El resultado de esta política fue el aumento espectacular de la producción (sobre todo hierro y cemento), y el descenso del paro.
Puede decirse que es el momento en el que España experimentó un mayor crecimiento económico hasta esos momentos, hecho que se resaltó de manera propagandística mediante la celebración de grandes Exposiciones en 1929 (Internacional en Barcelona, Hispanoamericana en Sevilla). Sin embargó no se abordó el principal problema económico del país: el de agrícola, que mantenía en la miseria a millones de jornaleros en los latifundios del sur y a muchos pequeños propietarios en el norte. Las causas del crecimiento económico son: La buena coyuntura económica internacional La armonización de las actividades productivas El fuerte endeudamiento del Estado que, a pesar de una buena política recaudatoria que consiguió terminar con superávit en el presupuesto ordinario, creció muchísimo mediante presupuestos extraordinarios dirigidos a la financiación de las obras públicas.
Política colonial en Marruecos:
Fue el aspecto en el que la dictadura obtuvo un éxito más rotundo. Primo de Rivera, partidario en un principio de abandonar el protectorado. Pero los militares “africanistas” (Franco, Millán Astray, Sanjurjo) le convencieron de lo contrario. Una victoria en Marruecos reforzaría el prestigio de la Dictadura y de España. El momento era propicio. Abd el-Krim, se había proclamado emperador del Rif y había invadido la zona Francesa. Una intervención conjunta hispano francesa, que se convirtió en la primera operación militar en la Historia en que se combinaron fuerzas de tierra, mar y aire (Desembarco de Alhucemas, Septiembre de 1925), significó una victoria total sobre los rifeños.
Política social
La Dictadura puso en marcha un modelo de regulación del trabajo que pretendía: - Eliminar los conflictos sociales mediante la intervención del Estado - La integración de los sectores moderados del movimiento obrero (UGT) - La represión de las organizaciones más radicales como la CNT Se creó la Organización Corporativa Nacional (“Estado corporativo”), que dividía a la población trabajadora en 27 corporaciones que formaban los comités paritarios, integrados por representantes de los patronos y obreros, con un delegado gubernativo que actuaba de árbitro. Su función era resolver los conflictos laborales evitando los conflictos y las huelgas. Los socialistas participaron en ellos y Francisco Largo Caballero fue Consejero Nacional. Uno de los aspectos más destacados de la Dictadura fue el impulso a la instrucción pública abandonada absolutamente en el periodo de la Restauraciónmediante la construcción de nuevas escuelas y la contratación de maestros. En cambio, se produjeron numerosos recortes a la libertad de cátedra (lo que costó numerosos enfrentamientos entre la Universidad y el dictador) y se potenció exageradamente la enseñanza privada y religiosa. También se mejoró la asistencia sanitaria.
Política regionalista
Aunque en un principio, Primo de Rivera pareció contar con el apoyo de los catalanes, los nacionalismos fueron perseguidos, y se potenció la idea típicamente castrense- de la unidad de la patria. Se suprimió la mancomunidad de Cataluña y se prohibió la utilización de la bandera y de la lengua catalana en actos oficiales. Todo ello provocó un gran distanciamiento de los sectores catalanistas que en un primer momento le habían apoyado.
El fin de la Dictadura
Desde mediados de 1928, comenzó la decadencia de la Dictadura. Los factores que lo explican serían: -El creciente número de opositores al régimen: republicanos, anarquistas, comunistas, nacionalistas, intelectuales, etc.
-Las crecientes dificultades financieras y presupuestarias del Estado, endeudado para realizar su ambicioso programa de obras públicas. -Las primeras manifestaciones de la Crisis económica internacional de 1929, lo que incrementó notablemente el número de huelgas y conflictos sociales. -El deterioro de las relaciones con el ejército y el Rey. -La enfermedad del propio dictador. Como consecuencia de todo ello, el general presentó su dimisión al rey y marchó al exilio. Con ello se cierra el periodo de la Dictadura.
La caída de la monarquía
El fin de la Dictadura supondrá también la caída de la monarquía. Alfonso XIII, tras la dimisión de Primo de Rivera nombró como jefe del gobierno al General Berenguer, en un intento de volver a la normalidad constitucional. Pero esto era ya inaceptable para políticos republicanos, demócratas y socialistas y para la mayor parte de los intelectuales. Fruto de esta actitud fue la firma del Pacto de San Sebastián, realizado en Agosto de 1930 y en el que los partidos de oposición se comprometieron para emprender las acciones necesarias para acabar con la monarquía y sustituirla por un sistema republicano. Tras algunos intentos fracasados de sublevación militar (Fermín Galán en Jaca, Cuatro Vientos), el general Berenguer fue sustituido por otro militar, el almirante Aznar. La convocatoria de elecciones municipales para el 12 de Abril de 1931 tenían como objetivo ser el primer paso de esa “vuelta a la normalidad” propugnada por el Rey, pero los partidos del Pacto de San Sebastián consiguieron convertirlas en un plebiscito sobre la monarquía. Sorprendentemente, los candidatos republicanos triunfaron en todas las grandes ciudades, y ello fue determinó el inevitable derrumbamiento del régimen monárquico. Alfonso XIII abdicó y el día 14 de Abril fue proclamada oficialmente la II República.
Conclusión
En conclusión, la Dictadura de Primo de Rivera puede considerarse como un intento de las oligarquías económicas e ideológicas españolas de salvar el sistema que le era favorable y que encarnaban políticamente la monarquía y el régimen de la Restauración. Su fracasó abrirá las puertas a la II República, que supondrá un intento de modernización democrática del país por parte de las clases populares y la burguesía intelectual. La férrea oposición de las clases dominantes tradicionales a la democratización, conduciría a la Guerra Civil de 1936 a 1939.