1. LA EDAD MEDIA: marco histórico y cultural

Literatura/ MEDIEVAL/POESÍA NARRATIVA LITERATURA MEDIEVAL 1. LA EDAD MEDIA: marco histórico y cultural Se entiende por Edad Media un periodo de cas

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MEDIEVAL/POESÍA NARRATIVA

LITERATURA MEDIEVAL

1. LA EDAD MEDIA: marco histórico y cultural Se entiende por Edad Media un periodo de casi mil años situado entre dos etapas de espléndido desarrollo cultural: la Antigüedad clásica grecolatina y el Renacimiento. Tradicionalmente, se han señalado dos acontecimientos históricos que marcan el comienzo y el fin de la épica medieval: la caída del Imperio Romano de Occidente, en el año 476, y el descubrimiento de América en 1492. El nombre fue dado por los humanistas del siglo XVI para señalar la etapa intermedia entre la Edad Antigua y la Edad Moderna, a la que ellos eran conscientes de pertenecer. Este dilatado periodo se divide en dos etapas: la Alta Edad Media, hasta el siglo XII; y la Baja Edad Media, de los siglos XIII al XV. En el siglo XV aparecen una serie de rasgos sociales y culturales que alumbran el cambio hacia la modernidad: el Prerrenacimiento. 1.1. LA ALTA EDAD MEDIA La Alta Edad Media estuvo marcada por el estancamiento cultural, al irrumpir los pueblos bárbaros en el Imperio Romano, y por el aislamiento geográfico entre los diversos reinos surgidos tras la fragmentación del Imperio. En España se consolidó el reino visigodo. La sociedad era rural y la vida de los campesinos y vasallos giraba alrededor del castillo del señor feudal, cuya actividad principal era la guerra. La cultura se refugió en los monasterios, donde los monjes realizaban la lenta tarea de recopilar los saberes en los libros manuscritos. La enseñanza se impartía en las escuelas monacales y se desarrolló un arte religioso que tendría su máxima expresión en el estilo románico. Por eso, los modelos sociales fueron el caballero y el monje, representantes de los ideales del guerrero y religioso. 1.2. LA BAJA EDAD MEDIA En la Baja Edad Media se mantuvo la estructura social –nobles, religiosos y campesinos-, pero surgió un nuevo grupo –la burguesía- dedicado a la artesanía y al comercio, que prefería vivir en villas y ciudades. Al mismo tiempo se produjo un renacimiento intelectual que coincidió con importantes manifestaciones culturales: Las universidades: Con la creación de las primeras universidades europeas, que sustituyeron a las escuelas de los monasterios, se inició un lento proceso de recuperación de los saberes de la Antigüedad. Su creación coincide con el desarrollo de las ciudades a partir del siglo XIII; entre las universidades más célebres figuraron Salamanca, Oxford y Cambridge en Gran Bretaña, la Sorbona en París y Bolonia en el norte de Italia. La arquitectura religiosa: El estilo gótico se extendió a partir del siglo XIII; se trata de un arte más rico en su ornamentación, pues responde al enriquecimiento de los artesanos y mercaderes establecidos en las ciudades. Entre sus creaciones inolvidables figuran las catedrales de Burgos, León, Toledo y Sevilla.

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La influencia de Oriente: el contacto con los reinos europeos medievales con los musulmanes había sido fluido durante la edad Media a causa de los intercambios culturales originados por las Cruzadas (siglos XII y XIII). A través de esta vía llegaron a Occidente elementos tan dispares como el carnero magrebí, origen del célebre ganado merino castellano; la seda y el algodón, e incluso el papel, de origen chino. Su uso significó el fin del pergamino y se convirtió en elemento esencial para la difusión cultural que provocaría la imprenta. Desde el punto de vista intelectual los focos de influencia árabe se situaron en Andalucía y Sicilia. De este modo, aparecieron en Europa elementos tan decisivos como los números, el ábaco o regla de cálculo, o el astrolabio, fundamental para la observación del cielo. Las traducciones de los médicos Avicena y Averroes, permitieron que en Occidente se recuperara el contacto con la filosofía de Aristóteles. 1.3. EL PRERRENACIMIENTO Dentro de la Baja Edad Media se conoce como Prerrenacimiento al movimiento cultural y artístico de transición hacia el Renacimiento que se produce a lo largo del siglo XV. Rasgos fundamentales: Consolidación de una nueva clase social: la burguesía urbana El cambio en las formas de vida de la nobleza, cuyos castillos armados van convirtiéndose en palacios cortesanos donde se desarrollan las artes. Al lado de la arquitectura religiosa, surge una rica arquitectura civil (lonjas, palacios y alcázares). Surge el concepto de autor individual –en lugar de la creación colectiva- que busca y disfruta la fama. La literatura deja de tener un sentido didáctico o propagandístico para acercarse a los modelos grecolatinos y tratar temas antes olvidados, como el amor humano, el dolor por la muerte o las veleidades de la Fortuna.

2. LA ESPAÑA MEDIEVAL La situación sociopolítica de la Península Ibérica en esta época es peculiar, debido a algunas circunstancias que la diferencian del resto de Europa: La Reconquista: Tras la caída del Imperio Romano se asentó en la Península la monarquía visigoda hasta la entrada de los musulmanes a comienzos del siglo VIII. La lenta recuperación del territorio conquistado dio lugar a una larga guerra denominada Reconquista. Se inició en el año 711 y concluyó en 1492, cuando se produjo la conquista de Granada, último reino musulmán en España, por parte de los Reyes Católicos. Los reinos Cristianos: La fragmentación de la antigua monarquía cristiano-visigoda dio lugar a diversos reinos: la primitiva monarquía asturiana se convirtió en el Reino de León, del cual se independizó el Condado de Castilla de la mano de Fernán González. Posteriormente, Alfonso VI unificó de nuevo ambos reinos. En 1143 se independizó el reino de Portugal. En el occidente y a ambos lados de los Pirineos centrales se formó el reino de Aragón, que unido luego al condado de Barcelona formaría la monarquía

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catalano-aragonesa, cuya expansión por el Mediterráneo al compás de la Reconquista llegaría hasta Valencia y Baleares, además de sus conquistas en Italia. Mestizaje Cultural: En numerosas ciudades y pueblos convivieron tres razas y religiones: judíos, musulmanes y cristianos, lo que dio lugar a un profundo mestizaje cultural, una de cuyas manifestaciones más importantes es la Escuela de Traductores de Toledo, durante el siglo XIII. Existían además los mozárabes, cristianos que permanecieron fieles a su fe en Página | 3 territorio conquistado por los musulmanes. A medida que avanzaba la Reconquista, aumentó el número de mudéjares, musulmanes que conservan religión y costumbres en las tierras recuperadas por los cristianos. Cuando se convertían al cristianismo recibían el nombre de moriscos. El Camino de Santiago: Es preciso destacar también la importancia cultural de la peregrinación a Santiago de Compostela por el llamado camino francés, que recorría buna parte del norte peninsular, desde los Pirineos hasta Galicia. Entre sus hitos figuran algunos de los principales monumentos religiosos de la España medieval. Por este camino penetraron en España las más importantes influencias literarias y artísticas de Europa.

3. LITERATURA MEDIEVAL. CONSIDERACIONES GENERALES La literatura medieval aparece en España a partir del siglo X sujeta a una serie de circunstancias: Dispone de una lengua arcaica, formada tras la fragmentación del latín vulgar en los diversos territorios del antiguo Imperio Romano. Por ello, la historia de la literatura medieval es en gran medida también el proceso de creación de un idioma cada vez más flexible, rico y eficaz. La transmisión es oral, debido a que la mayoría de la población era analfabeta y al carácter restringido y carísimo de los libros. La literatura se daba a conocer a través de la escucha colectiva de los textos literarios. Hay dos tipos de literatura: literatura popular y literatura culta. Cada uno de los estamentos sociales –nobles, clero y pueblo- se identifica y proyecta sus ideales en cada uno de los géneros literarios más importantes de la Edad Media: Los nobles, ocupados en el ejercicio de las armas, tenían su espacio natural en el castillo o en el campo de batalla. Su mundo aparece reflejado en la poesía épica; se cuentan allí las hazañas de héroes apreciados por todos y predominan sentimientos como la caballerosidad y los comportamientos heroicos. Los religiosos, dedicados a la tarea individual y a la predicación de la religión cristiana, vivían en los monasterios y más adelante transmitieron su saber en las primeras universidades. Para ello se valían de una modalidad de la poesía narrativa denominada mester de clerecía, un tipo de literatura en la que estaca la intención moral y la propaganda religiosa. El pueblo llano vivía del cultivo de la tierra; su espacio natural era el campo o la plaza del pueblo. Sus penas, alegrías e ilusiones aparecen en la lírica tradicional, en la que se manifiestan sentimientos naturales y sencillos como el amor, la nostalgia del ser amado o canciones que acompañaban las tareas del campo. Así pues, en la Edad media hay dos tipos de literatura:

La literatura popular, transmitida de forma oral por los juglares entre el pueblo, caracterizada por un lenguaje rico y expresiones cercanas al habla coloquial. La literatura culta, que se cultiva en las cortes y monasterios, está concebida para un público mucho más reducido; su estilo refinado resulta en ocasiones un tanto artificioso. Teocentrismo y didactismo: el hombre medieval considera a Dios como centro y referencia última de cualquier actividad humana. Como resultado de este teocentrismo, el hombre medieval no distingue entre actividad mundana y actividad religiosa. En consecuencia, las manifestaciones literarias importantes para los hombres de la época son aquellas que tienen una finalidad didáctica y moral. Por el contrario, las formas populares (romances, poemas líricos), que tienen una finalidad lúdica o de entretenimiento, se consideran de menor valor.

4. LOS GÉNEROS LITERARIOS EN LA EDAD MEDIA Los principales hitos que marcan la aparición de los distintos géneros literarios medievales son los siguientes: Poesía lírica: Hay dos tendencias Lírica tradicional: Trata asuntos amorosos y folclóricos en poemas breves: jarchas, villancicos, canciones de siega y de romería. Lírica culta: aparece en el siglo XV y sigue tres vertientes: cancioneril, en la línea del amor cortés, con estilo artificioso (Cancionero de Baena); moral, con reflexiones sobre la vida y la muerte; estilo llano (Coplas de Jorge Manrique); satírica, con críticas sobre la situación política y el estilo popular (Coplas de la Panadera). Poesía narrativa: Cumple una misión esencialmente informativa y presenta dos escuelas: Mester de juglaría: cantares de gesta o poemas épicos que tratan asuntos heroicos en versos de arte mayor; eran recitados por los juglares ante el pueblo. Mester de clerecía: temas religiosos y vidas de santos en versos medidos y rimados. Mezcla estilo popular y culto. En el siglo XIII sobresale Gonzalo de Berceo (Milagros de Nuestra Señora) y en el siglo XIV, Juan Ruíz, Arcipreste de Hita (Libro de Buen Amor). Teatro: Tiene escaso cultivo en la Edad Media. Presenta una doble vertiente. Teatro Religioso: se representaban escenas del nacimiento o de la muerte de Cristo en los pórticos de los monasterios. Teatro profano: en el siglo XV junto a la vertiente religiosa aparecen representaciones con temas pastoriles y amorosos, escenificados en los alones de los nobles. Prosa. Su despertar es más tardío que los otros géneros literarios, pues durante casi toda la Edad Media la lengua para transmitir el saber científico, filosófico o literario seguía siendo el latín. He aquí las principales modalidades: Libros históricos: Alfonso X y sus colaboradores sientan las bases de la prosa castellana durante la segunda mitad del siglo XIII en la Estoria de España y la General Estoria. Relato breve: alcanza su madurez en el XIV con El conde Lucanor, de don Juan Manuel, si bien ya antes existían colecciones de cuentos como el Sendebar o Calila e Dimna. Libros de viajes: arrancan con la Fazienda de Ultramar, recreación del itinerario a Tierra Santa.

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Novela: surge con fuerza a partir del XV y entre sus modalidades figura la novela sentimental (Cárcel de amor). Poco a poco la novela de caballerías se va convirtiendo en el género de moda (Amadís de Gaula). En 1499 La Celestina, de Fernando de Rojas, representa la culminación de la prosa medieval.

5. LA POESÍA NARRATIVA EN LA EDAD MEDIA Rasgos más significativos de la poesía narrativa medieval. Carácter histórico: surge a partir de acontecimientos históricos como batallas, vidas de héroes o santos y tradiciones locales. Función informativa o noticiosa: estos relatos cumplían una misión semejante a la de los modernos medios de comunicación de masas, al informar a los habitantes de pueblos y ciudades de los acontecimientos más relevantes ocurridos en su entorno. Intención propagandística: a favor de empresas políticas (independencia de Castilla, lucha contra los musulmanes) o religiosas (peregrinaciones a determinados monasterios o exaltación de algún santo). Expresiones y recursos literarios de carácter popular: utilizados para acercar los textos a un público amplio: Transmisión oral: la poesía épica era recitada en público por los juglares –tanto en la plaza de los pueblos como en las salas de los castillos- ante un auditorio generalmente analfabeto. Dos escuelas u oficios: dentro de la poesía narrativa medieval hay que distinguir dos escuelas bien definidas, los denominados mester (la palabra proviene del latín ministerium=”oficio”) de juglaría y mester de clerecía, dependiendo de que sus composición hubieran sido escritas por juglares o por clérigos. Entre ambas corrientes existían muchas analogías, pero también las siguientes diferencias:

MESTER DE JUGLARÍA

MESTER DE CLERECÍA

Aparece en el siglo XII

Aparece en el siglo XIII

Las obras son anónimas

Algunos de los autores cultos ya son conocidos

Se emplea una métrica irregular, aunque Se emplea una métrica regular. Se usa predominan los versos de entre 13 y 16 estrofa llamada CUADERNA VÍA, que sílabas. consta de cuatro versos alejandrinos (14 sílabas) con la misma rima en asonante Trata asuntos heroicos o legendarios, con Se inspira en asuntos religiosos o ascéticos, base histórica procedentes de la Biblia o de la tradición latina.

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En el lenguaje aparecen fórmulas típicas de Junto al lenguaje popular, aparecen palabras la expresión oral nuevas y cultismos De algún modo propaganda política

se

pretende

hacer Se pretende hacer adoctrinamiento religioso.

5.1. EL MESTER DE JUGLARÍA El oficio de los juglares consistía en recorrer villas y pueblos, en cuyas plazas y ante el público recitaban de memoria composiciones en verso, en las que se relataban hazañas de conocidos héroes, batallas famosas o acontecimientos legendarios de interés para la comunidad. Con el tiempo, estos textos, que quienes recitaban modificaban a su antojo, dependiendo del gusto de los oyentes, se reunieron dando lugar a lo que se conoce como cantares de gesta. De estos solo se conserva casi completo El Cantar de Mio Cid y algunos fragmentos de otros: Cantar de Roncesvalles, Cantar de los siete infantes de Lara… Temas. La épica castellana se desarrolló en torno a tres núcleos temáticos: Ciclo de los condes de Castilla, cuya figura principal es el conde Fernán González – promotor de la independencia castellana con respecto al reino de León-, aunque también incluye la leyenda de los siete infantes de Lara. Ciclo del Cid, al que pertenece el único poema épico conservado íntegro: El Cantar de Mio Cid, así como un fragmento del poema titulado Las Mocedades de Rodrigo. Ciclo francés, surgido a ambos lados del Pirineo y centrado en la figura del Emperador Carlomagno, el héroe Roldán y la batalla de Roncesvalles. Estilo: Los cantares de gesta o poemas épicos usaban una métrica irregular a base de series de versos de arte mayor con rima asonante, cuya posterior fragmentación por al cesura (pausa central) dará lugar al verso de ocho sílabas propio del romance. Uso de fórmulas fijas, que facilitaban la memorización del poema por parte de los juglares: el Cid es “el que en buen hora nació” Doña Jimena “la mi mujer tan cumplida” Epítetos épicos que sirven para caracterizar rápidamente a un personaje: el buen Campeador, el burgalés cumplido. Frecuentes enumeraciones, en las que predomina el intensivo tantos / tantas. Apelaciones al público para hacerle participar en la narración: veríais tantas adargas horadar y pasar. A medida que la Edad Media avanza hacia su final, los largos poemas épicos se fragmentan en composiciones más breves e intensas denominadas romances. Su conjunto –a mitad de camino entre la lírica popular y la poesía narrativa- forma el Romancero. 5.2. EL MESTER DE CLERECÍA El mester de clerecía surge como consecuencia del deseo que sintieron los religiosos de utilizar la lengua romance para poner su doctrina de forma más directa al alcance del pueblo; para ello, nada mejor que valerse de algunos recursos literarios y comunicativos propios del oficio de los juglares. El propio Gonzalo de Berceo lo expresa en estos versos, rematados petición de un vaso de vino en premio a sus servicios:

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“Quiero hacer una prosa en román paladino, en la cual suele el pueblo fablar con su vecino; pues no soy tan letrado para hacerlo en latino. Bien valdrá, como creo, un vaso de buen vino. Características: Consideración artística de la propia labor: Traigo un mester hermoso, no es de juglaría, es mester sin pecado, pues es de clerecía hacer frases rimadas por la cuaderna vía con sílabas contadas, lo que es gran maestría. El empleo de una estrofa característica, de compleja elaboración: la cuaderna vía, formada por cuatro versos de catorce sílabas con la misma rima asonante. La procedencia libresca culta de sus textos, basados en fuentes latinas y religiosas, como crónicas, vidas de santos, historia sagrada, etc Estilo: En cuanto al lenguaje, se observa la presencia esporádica de cultismos y referencias librescas de origen latino. Sin embargo, abundan los rasgos juglarescos, con los que trataban de acercarse al receptor popular. He aquí algunos de ellos: -Fórmulas y epítetos épicos -Vulgarismos, localismos diminutivos: pastorciello, serraniella,… -Comparaciones y metáforas que se refieren a elementos de la vida agrícola cotidiana: no vale un higo, más bella que el pan de trigo… Autores: Entre ellos destaca, en el siglo XIII, el fraile riojano Gonzalo de Berceo, primer escritor español de nombre conocido. Junto a numerosas biografías de santos casi siempre relacionados con los monasterios en los que él vivió, Berceo nos ha dejado los Milagros de Nuestra Señora, colección de veinticinco cuentos en los que la ingenua exaltación de la Virgen sirve para trazar un animado cuadro de la existencia medieval. Al margen de la predicación religiosa, se sitúan dos originales obras anónimas del siglo XIII, procedentes ambas de lejanas tradiciones latinas. El libro de Alejandro cuenta la vida del mítico Alejandro Magno, rey de Grecia, conquistador de Asia y héroe legendario de la Antigüedad, presentado aquí como ejemplo de valor, dignidad y sabiduría; en suma, como modelo del caballero medieval. El Libro de Apolonio es un breve y entretenido poema que –al estilo de lo que luego serían las novelas bizantinas- cuenta las accidentadas peripecias de este personaje, rey de Tiro, convertido también aquí en modelo de conducta para los nobles. La culminación del mester de Clerecía llega con Juan Ruíz, Arcipreste de Hita, quien en el siglo XIV escribió el Libro de Buen Amor.

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EL CANTAR DE MIO CID1 A lo largo de casi cuatro mil versos se narra el proceso de recuperación de la honra y posterior ascenso social por parte del caballero burgalés Rodrigo Díaz de Vivar (1043-1099), calumniado por sus enemigos ante el rey Alfonso VI, quien lo destierra de Castilla. Autor y fecha El Cantar debió de componerse a comienzos del siglo XIII, cuando aún se mantenían en la memoria popular las hazañas del héroe castellano. Su redacción se atribuye a dos juglares procedentes de la zona de Medinaceli (Soria) y de San Esteban de Gormaz (Burgos). La versión que se ha conservado es la que llevó a cabo un copista llamado Per Abbat en el siglo XIV. Argumento Se divide en tres partes o cantares:

CANTAR DEL Tras ser expulsado de su tierra por el rey Alfonso VI, el héroe sale de DESTIERRO Burgos, se despide de su familia a la que ha dejado en el monasterio de Cardeña y va obteniendo, Castilla abajo, una serie de triunfos militares ante los musulmanes, que culminarán con la conquista de Valencia.

CANTAR DE El rey perdona al Cid, que le había entregado Valencia. El Cid ha recuperado su LAS BODAS honor; sus dos hijas se casan con los infantes de Carrión, nobles ambiciosos y cobardes, cuyo comportamiento deshonroso se evidencia durante el tiempo que viven en Valencia, en el palacio del Cid. Su cobardía queda patente cuando en el castillo se escapa un león que estaba enjaulado, produciendo pavor en los infantes ante el regocijo de los presentes

CANTAR DE En el viaje de regreso desde Valencia a sus tierras, los infantes –envidiosos y LA AFRENTA resentidos con el héroe y su corte- maltratan y abandonan a las hijas del Cid en DE CORPES el robledal de Corpes. Rodrigo pide justicia al rey y las cortes de Toledo se reúnen bajo la presidencia del rey para reparar su honra. Allí, los de Carrión son batidos en duelo y las hijas del protagonista se casan con los infantes de Aragón y Navarra.

Tema El Cid representa el ascenso social de la baja nobleza castellana –los infanzones- frente a la alta nobleza leonesa, representada por los Condes de Carrión. Por eso, los temas centrales del poema son la recuperación del honor y su ascensión social al emparentar con reyes. 11

www.cervantesvvirtual.com/bib_obra/Cid

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Estilo El Cantar de Mio Cid muestra todos los rasgos expresivos propios de la épica castellana: epítetos épicos que definen de inmediato a un personaje (el burgalés cumplido), abundantes enumeracioens (tantas lanzas…tantas adargas…tantos pendones…); uso de fórmulas fijas (el que en buen hora ciñó espada). Página | 9 También podemos señalar la presencia de la afectividad del juglar en comentarios como: “Salía el sol, Dios qué hermoso apuntaba”

EL ROMANCERO A mitad de camino entre la lírica popular y la poesía narrativa de los juglares se encuentran los romances. ORÍGENES Al final del periodo medieval (siglos XIV-XV), decayó el interés por los largos poemas épicos, en los que se contaban por extenso las hazañas e los héroes legendarios. Sin embargo, los oyentes seguían disfrutando con fragmentos breves en los que se concentra la tensión narrativa, ya sí se lo exigían a los juglares. se produce entonces la fragmentación del verso épico cercano a a las 16 sílabas, monorrimos con rima asonante, a través de la pausa central, (cesura) dando lugar a series de versos octosílabos con rima asonante en los pares. El conjunto de romances primitivos, anónimos y transmitidos de forma oral recibe el nombre de romancero viejo o tradicional, y surge a partir del siglo XIV. Más adelante, la popularidad de esta estrofa favorece su uso por parte de escritores cultos, dando lugar al romancero nuevo. TEMAS En un principio, los romances viejos tienen un carácter histórico o legendario, pues giran en torno a los cantares de gesta españoles y franceses. Con el tiempo, no tardan en aparecer creaciones cada vez más alejadas del espíritu épico, con predominio del tema amoroso, argumentos fantásticos o acercamiento a la figura del musulmán, en caballerosa lucha con el cristiano durante la Reconquista. Variedades: Romances líricos: en los que juega un papel importante la expresión de los sentimientos y a menudo, del amor. Romances novelescos: que acentúan los elementos fantásticos y alejados de la realidad histórica. Romances moriscos o fronterizos: que desarrollan temas relacionados con la convivencia idealizada y respetuosa entre moros y cristianos a lo largo de la frontera común durante la Reconquista. Representan el germen de lo que en el siglo XVI será la novela morisca.

ESTILO Está presidido por la sencillez y espontaneidad propias de toda la literatura popular. Destacan, además, algunas características singulares: El fragmentarismo obliga a que el texto se concentre en lo sustancial, eliminando los antecedentes y dejando el final a la imaginación del oyente. Es lo que se conoce como final truncado. La transmisión oral favorece la abundancia de paralelismos, repeticiones, exclamaciones e incluso, fórmulas y epítetos épicos. La frecuencia del diálogo y el estilo directo se explica por la necesidad de captar la atención del oyente con recursos próximos a la representación teatral. La alternancia de tiempos verbales para narrar la misma acción aparece como uno de los rasgos más típicos de los romances. Se justifica por el deseo de romper ocn la monotonía de hablar siempre de hechos ocurridos en el pasado. Numerosas llamadas de atención a los oyentes, que se convierten de esta forma en espectadores privilegiados de la acción. Variantes: la transmisión oral favorece que el mismo romance tenga distintas versiones argumentales y expresivas.

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GONZALO DE BERCEO2 AUTOR Y OBRA Gonzalo de Berceo fue un monte riojano que ha pasado a la historia como el primer autor de la literatura española preocupado por firmar sus obras. Vivió en la primera mitad del siglo XIII y se sabe que ejerció su ministerio en el monasterio de San Millán de la Cogolla, del cual hizo notable propaganda en varios de sus textos. Por ello, su vida transcurrió siempre cerca del camino de Santiago, principal vía de introducción dela cultura europea en la Península. La producción literaria de Gonzalo de Berceo es toda de carácter religioso. Tradicionalmente se divide en dos núcleos: Cuatro vidas de santos relacionados o próximos al entorno riojano: Vida de San Millán de la Cogolla, Vida de Santo Domingo de Silos, Vida de Santa Oria y Martirio de San Lorenzo. Tres obras de exaltación de la Virgen María: Loores de Nuestra Señora, Duelo que hizo la Virgen y Milagros de Nuestra Señora, su obra más conocida. MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA TEMA:

Los Milagros de Nuestra Señora constituyen una colección de 25 relatos breves en verso – la estrofa utilizada es la cuaderna vía, propia del mester de clerecía-,inspirados en fuentes latinas, en los que se elogia la devoción a la Madre de Dios y los beneficios que Ella ofrece a los que la veneran. Los especialistas distinguen tres tipos de milagros de Santa María a sus fieles en esta obra: Milagros en los que la Virgen premia o castiga a los hombres, son once; uno de los más conocidos es La Casulla de San Ildefonso. Milagros del perdón: son ocho, en los que la Virgen encubre o disculpa el pecado cometido por alguno de sus fieles, como en el caso de El Sacristán Impúdico. Milagros de la conversión o crisis: en estos seis milagros, la Virgen ayuda a salir de algún apuro a los que le rezan; es lo que ocurre en El Milagro de Teófilo. ESTRUCTURA: Cada historia presenta un esquema muy semejante: El poeta presente y sitúa al personaje, marcado siempre por su profunda devoción a la Virgen. Este protagonista se encuentra en alguna dificultad, peligro o crisis Para salir del apuro, invoca a María, aunque no faltan ocasiones en que Ella acude espontáneamente hasta su devoto. El problema se soluciona. El autor aprovecha para insistir en la bondad de la Virgen y en la conveniencia de cultivar su devoción. PERSONAJES:

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www.geocities.com/urunuela1/berceo/berceo1.htm

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Hay once milagros protagonizados por religiosos, frente a trece cuyo personaje principal es un seglar. Son catorce los que cuentan la historia de un pecador y otros tantos los que narran las peripecias de personas virtuosas. Lo que puede llamar la atención es la libertad con la que Berceo muestra las debilidades de aquellos consagrados al servicio divino: un clérigo borracho, otro ignorante, un sacristán impúdico, una abadesa encinta y un fraile ladrón entre otros. ESTILO: Pese a la aparente sencillez e ingenuidad de su estilo, Gonzalo de Berceo fue un autor culto con plena conciencia de su condición de escritor. Entre sus recursos que menudean en sus versos destacan las repeticiones, el uso de diminutivos y la abundancia de comparaciones, que en muchas ocasiones aluden a elementos de la naturaleza, de la agricultura y del mundo rural, el entorno habitual de los destinatarios de sus versos.

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JUAN RUIZ, ARCIPRESTE DE HITA EL AUTOR Se sabe que Juan Ruiz nació en Alcalá de Henares hacia 1283, que estudió en la ciudad de Toledo y que ocupó el cargo eclesiástico de arcipreste en el pueblo de Hita (Guadalajara). A partir de la lectura de su obra, puede deducirse que fue un hombre de amplia cultura, con sólidos conocimientos de derecho, astronomía, filosofía y teología. Puede intuirse también que era un clérigo normal, sino un individuo aficionado a la buena vida y los placeres terrenales; ello pudo ocasionarle esa estancia en prisión a la que el autor alude al comienzo del Libro de Buen Amor. OBRA Su única obra conocida, el Libro de Buen Amor, posee una compleja estructura, con ingredientes muy diversos, presidida por la autobiografía amorosa del protagonista. Estos son los elementos principales: Composiciones líricas: los “Gozos de Santa María” Episodios narrativos: La historia amorosa entre don Melón de la Huerta y doña Endrina de Calatayud. Las aventuras que le suceden al protagonista cuando viaja por lo montes y se topa con las serranas, mujeres recias y hombrunas que entonces se dedicaban a guiar a los viajeros por los peligrosos pasos de sierras y montañas. El relato alegórico de la batalla entre don Carnal y doña Cuaresma, típico ejemplo de literatura festiva y carnavalesca. Un amplio conjunto de fábulas que utiliza el protagonista y sus interlocutores para justificar sus comportamientos y acciones. Divertidas sátiras acerca de las costumbres de la época. TEMA El sentido profundo del Libro de Buen Amor parte de la contraposición entre dos amores:

El buen amor: espiritual, a Dios, a la Virgen; frente al Loco amor: carnal, a las mujeres, pecaminoso.

La gran originalidad de Juan Ruíz radica en la deliberada ambigüedad de su mensaje moralizador, ya expresada en estos versos del comienzo:

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En general a todos dedico mi escritura; los cuerdos, con buen seso encontrarán cordura; los mancebos livianos guárdense de locura; escoja lo mejor el de buena ventura. Son, las de buen Amor, razones encubiertas; medita donde hallares señal y lección ciertas, si la razón entiendes y la intención aciertas, donde ahora maldades, quizá consejo adviertas. El Arcipreste defiende el buen amor, pero la alegre picardía y el gran conocimiento que despliega para describir el pecado pueden inducir a él a los oyentes menos avisados. Por otro lado, el conocimiento de las debilidades humanas, la atención a los detalles realistas concretos y la prodigiosa frescura de su lenguaje convierten el Libro de Buen Amor en un verdadero retablo de la vida medieval durante el siglo XIV. ESTILO Lo que convierte al Libro de Buen Amor en una obra cumbre de la literatura medieval es la incomparable viveza de su lenguaje, caracterizado por los rasgos siguientes: Variedad de versos: la cuaderna vía, típica del mester de clerecía, se combina con estrofas populares de arte menor. Riqueza verbal, marcada por la acumulación de sinónimos y enumeraciones que aportan realismo y colorida. Juegos de palabras cargados de intención humorística. Diminutivos que acercan el lenguaje al receptor popular. Refranes y frases coloquiales. Tras la invocación a Dios –que abre la obra- y dos composiciones en honor de la Virgen María figura este texto bajo el significativo rótulo de “Aquí habla de cómo todo hombre entre los sus cuidados se debe alegrar”.

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Hacia el destierro El cid acaba de entrar en Burgos; allí se encuentra con la desagradable sorpersa de que nadie lo recibe a causa de la prohibición del Rey: Aunque de grado lo harían, a convidarlo no osaban. El Rey don Alfonso, saben, ¡le tenía tan gran saña! Antes que fuese la noche en Burgos entró su carta, con órdenes muy severas, muy requetebién sellada; mandaba en ella que al Cid nadie le diese posada, y aquel que allí se la diese, supiese, por su palabra, que perdería lo suyo y aun los ojos de la cara, y además de cuanto digo, las vidas y las sus almas. Gran dolor el que sentían aquellas gentes cristianas. Y escóndense así del Cid, sin osar decirle nada. El Campeador, entonces, se dirigió a su posada y en cuanto llegó a la puerta se la encontró bien cerrada; mandatos del Rey Alfonso pusieron miedo en la casa, y si la puerta no rompe, no se la abrirán por nada. Allí las gentes del Cid con voces muy altas llaman. Los de dentro, que las oyen, no respondían palabra. Aguijó el Cid su caballo y a la puerta se llegaba; del estribo sacó el pie, y un fuerte golpe le daba. No se abre la puerta, no, pues estaba bien cerrada. Nueve años tiene la niña que ante sus ojos se planta: —¡Campeador, que en buen hora ceñisteis la vuestra espada! Orden del Rey lo prohíbe, anoche llegó su carta. con prevenciones muy grandes, y venía muy sellada. A abriros nadie osaría, nadie os acoge, por nada. Si no es así, lo perdemos, lo nuestro y lo de la casa, y además de lo que digo, los ojos de nuestras caras. Ya veis, Cid, que en nuestro mal, vos no habéis de ganar nada. Que el Creador os valga con toda su gracia santa. Esto la niña le dijo y se entró para su casa. Ya lo ve el Cid que del Rey no podía esperar gracia.

ENCUENTRO EN VALENCIA Tras una serie de brillantes triunfos militares, el Cid logra conquistar la capital del reino musulmán de Valencia, a continuación envía ricos presentes al rey Alfonso VI, el cual decide perdonarlo, además de permitir que se reúnan con él su esposa e hijas. El encuentro en Valencia representa uno de los momentos que mejor simbolizan el triunfo del Cid. Recibidas las señoras con honra muy alta, el obispo don Jerónimo adelante entraba, ahí dejaba el caballo, para la capilla andaba;

con cuantos él puede que las horas cantaran, sobrepellices vestidas

y con cruces de plata,

recibían a las señoras y al bueno de Minaya. El que en buen hora nació no lo retrasaba: vistiose el sobregonel larga trae la barba; ensíllanle a Babieca, coberturas le echaban, Mio Cid salió sobre él, armas de fuste tomaba. El caballo llamado

Babieca cabalga

hizo una carrera, ésta fue extraordinaria cuando hubo corrido todos e maravillaban[…] Al fin de la carrera Mio Cid descabalgaba se dirigió a su mujer y a sus hijas, ambas cuando lo vio doña Jimena a sus pies se le echaba. “Merced Campeador, en buen hora ceñisteis espada,”

LA OFENSA A SUS HIJAS Tras despedirse del Cid en Valencia, los infantes de Carrión parten para sus tierras con us esposas doña Elvira y doña Sol, las hijas del Cid. La cobardía que habían demostrado en algunas batallas en Valencia y en el episodio del león que se escapó en el palacio del Cid en Valencia, los ha llenado de ansias de venganza contra su suegro y su corte. Por ello, en cuanto se alejan de Valencia someten a sus esposas a terribles vejaciones: Los infantes de Carrión empiezan a golpearlas. Sin compasión descargan sobare ellas las cinchas corredizas y las espolean donde más les duela. Así, les rasgan las camisas y con ellas las carnes; escurría tiñendo los briales, la hermosa sangre. Ya muerde el dolor sus corazones. ¡Oh, sin igual ventura si pluguiese al cielo que apareciese de pronto el Cid Campeador! Tanto las maltratan que yacen desfallecidas, ensangrentadas las camisas y paños. Ya se han hartado ellos de herirlas, probando a cuál pegarían mejor. Ya doña Elvira y doña Sol no pueden hablar. Por muertas las dejan en el robledo de Corpes. Las han despojado de sus mantos y sus pieles de armiño; yacen, las tristes, sin más abrigo que los briales y las camisas, expuestas miserablemente a las aves del monte y a la voracidad de las fieras; por muertas las dejaron, que no por vivas. ¡Oh, sin igual ventura, si asomara ahora el Cid Ruy Díaz!” (Poema del Cid, texto y prosificación moderna de Alfonso Reyes)

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