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1.7. ESTUDIO DE LA REMOLACHA 1.7.1. Características botánicas de la remolacha Se distinguen en botánica cinco especies de remolacha salvajes de la familia de las quenopodiáceas, género B. Entre ellas, la Beta Vulgaria, de la que se derivan hoy todas las variedades cultivadas de remolacha azucarera. La actual remolacha es una planta bianual. En el primer año o período desde que la semilla germina hasta el otoño, se forma una raíz que se introduce en el suelo y se desarrollan las hojas insertadas en el cuello. En la primavera siguiente la planta forma un tallo que se ramifica y echa hojas y más adelante, flores y semillas. Al fabricante la interesa la remolacha al terminar el primer período de su ciclo vegetativo, ya que es cuando ha terminado de acumular azúcar en la raíz. En la planta se distinguen tres órganos principales: raíz, cuello y hojas. La raíz tiene forma cónica, y por su crecimiento vertical hacia abajo pocas veces se le ve sobresalir del suelo a diferencia de la remolacha forrajera, que siempre sobresale hasta casi la mitad. Presenta lateralmente en su periferia dos surcos opuestos, curvados en hélice, cuya profundidad y visibilidad acentuadas son características de sus propiedades azucareras y en los que se insertan las raicillas secundarias, cuya abundancia se considera también característica de las raíces en azúcar. Cortada una remolacha transversalmente según planos normales al eje de la raíz, se distinguen una serie de anillos concéntricos alternativamente claros y más oscuros. Los primeros están integrados por los tejidos celulares más blandos, poco ricos en azúcar; los más oscuros están constituídos por tejidos fibrosos, formados por haces de vasos que conducen el jugo de las hojas a la raíz. Cuanto más próximos están los anillos oscuros, mejor es la calidad de la remolacha. La remolacha rica siempre tiene el tejido fibroso más desarrollado que la pobre y es más duro. El cuello en el que van insertadas las hojas adquiere un desarrollo mayor o menor según el número de hojas formadas durante el ciclo vegetativo. En circunstancias normales, su espesor es pequeño, pero cuando por causas meteorológicas, ataques de insectos o enfermedades, las primeras hojas han experimentado pérdida, obligando a la planta a la formación de otras nuevas, el cuello adquiere un desarrollo mucho mayor. Este es un hecho importante, porque al ser el cuello rico en sales y pobre en azúcar, las fábricas contratan generalmente la remolacha descuellada y la cosecha es entonces comparativamente menor. Las hojas de la remolacha, más o menos numerosas según las variedades, son de tamaño relativamente desarrollado, con el limbo verde en forma de pala y el peciolo grueso y sonsistente, prolongado como nerviación principal que mantiene la hoja erguida. Aparecen de fuera a dentro en el cuello y la más nueva ocupa el vértice de aquel. La remolacha azucarera debe ser, en general, alargada, de forma cónica, regular, sin brotes y de un solo cuello, de carne consistente y dura, que dé jugo sólo por presión. Se prefieren, naturalmente, aquellas que dan el mínimo de sustancias salinas y la máxima riqueza del azúcar. En España se
cultiva generalmente la variedad nacional S.G.A., derivada de las principales variedades alemanas. 1.7.2. Formación del azúcar en la remolacha La remolacha se alimenta absorbiendo por los pelos de sus raíces y raicillas el agua del suelo con las materias minerales disueltas en ella. El agua llega a las hojas por los vasos leñosos y se reparte en los tejidos. En el interior de éstos, por la acción de la luz solar filtrada a través de la clorofila, se produce la fotosíntesis y se forman las materias orgánicas necesarias para la alimentación y crecimiento de las plantas. En las primeras fases de la vegetación se forman y desarrollan sus órganos, especialmente las hojas, que al llegar a su desarrollo completo alcanzan su máxima actividad. Entonces, no utilizándose ya en el crecimiento las materias formadas durante el día, sobre todo el azúcar, bajan durante la noche por los tubos fibrosos y se depositan en el tejido celular de la raíz. 1.7.3. Cultivo de la remolacha Nos limitaremos en este apartado a exponer brevemente las nociones más indispensables para la fabricación del azúcar. 1.7.3.1. Introducción Los primeros ensayos sobre el cultivo de la remolacha azucarera en España se iniciaron en 1.880 en Andalucía; y en 1.882 funcionó la primera fábrica de remolacha cerca de la ciudad de Córdoba. Una vez introducido el cultivo de remolacha en las fértiles vegas de Granada, se extendió a las demás regiones. Zonas de cultivo: • •
Zona Duero: Ávila, León, Zamora, Valladolid, Salamanca, Palencia, Segovia, Cuencas del Norte y del Duero de Burgos y Soria. Superficie de cultivo: 115.000 Ha. Zona Ebro: Álava, Huesca, Lérida, Logroño, Navarra, Teruel, Zaragoza, Valencia, Castellón, Cuenca del Ebro en Burgos y Soria, y parte de Cuenca y Guadalajara. Superficie de cultivo: 14.000 Ha.
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Zona Centro: Ciudad Real, Madrid, Toledo, Cuenca del Guadiana y Júcar, y parte de Cuenca y Guadalajara. Superficie de cultivo: 16.000 Ha.
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Zona Sur: Andalucía, Murcia, Alicante, Extremadura, y Cuenca del Segura en Albacete. Superficie de cultivo: 90.000 Ha.
1.7.3.2. Rotación del cultivo
La remolacha ocupa un lugar importante en la alternativa que sigue a un cereal. Con esto se beneficia del refinado de sus restos, permitiendo una preparación esmerada del suelo y dejando el terreno mullido y abonado. Como norma general, no hay que repetir remolacha sobre remolacha. En terrenos donde no se haya cultivado nunca, se siembra en años alternos durante la primera década. Si se ha sembrado antes: en secano se siembra un año sí y dos no; en regadío se siembra un año sí y dos no. En cualquier caso no se debe sembrar remolacha detrás de: • • •
Sorgo o maíz tratados con Atrazina. Algodón, girasol, cártamo y soja tratados con Trifluralina. Alfalfa y lechuga tratados con Benflufalina.
Si en el cultivo anterior hemos aplicado herbicidas como Fluometurón, Simazina o Etalfluralina, se debe respetar un plazo de seis meses desde su aplicación hasta la siembra de la remolacha. 1.7.3.3. Preparación del terreno Fundamentalmente consta de tres operaciones: •
Alzado del cultivo anterior.
Debe ser lo más profundo posible (de 35 a 45 cm), nunca inferior a 25 cm. El objeto es enterrar bien los restos del cultivo anterior, facilitar un buen desarrollo posterior de las raíces y conservar la mayor cantidad de agua de lluvia. En cultivo de secano se usa un arado de desfonde, adelantando la labor todo lo que se pueda para evitar la formación de grandes terrones y facilitar posteriormente el afinado del terreno. En cultivos de regadío: A) En los suelos fuertes (arcillosos) y compactos la labor de alzado conviene alternarla con una labor profunda de subsolado de 50 cm de profundidad. B) En suelos ligeros, las labores se pueden dar más superficialmente. •
Labores intermedias (gradeo, pesado).
Se completa la labor de alzado con una o dos pases de grada o de cultivador con el objeto de desmenuzar los terrones formados en el alzado. Se realiza con una grada pesada de disco, seguida de rodillo desterronador o rulo cuando la existencia de terrones lo hagan aconsejable. El gradeo suele tener una profundidad de 10 a 15 cm y conviene relizarlo lo antes posible a fin de sembrar pronto.
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Preparación del lecho de siembra.
Inmediatamente antes de la siembra, hay que dar una labor muy superficial de 5 cm para conseguir un estado ideal de siembra. Para ello se utilizan unas gradas combinadas con rodillos para que compacten en el terreno a una cierta profundidad dejando removida la capa superior. 1.7.3.4. Labores de cultivo El principal objetivo es extirpar las malas hierbas que hayan quedado después de los tratamientos herbicidas; además, airear el suelo para el mejor desarrollo de la raíz y para romper las costras y aprovechar mejor las precipitaciones. No deben darse muy profundas para evitar las péridas de humedad y posibles encharcamientos. Los pases del cultivador se comenzarán a dar cuando la remolacha está aclarada, con lo que se evita que algunas plantas queden enterradas. Una vez que el cultivo esté cerrado deben suspenderse las labores de cultivo, ya que el beneficio que producen es inferior al daño que ocasionan en el cultivo, tanto a las hojas como a la raíz. 1.7.3.4.1. Siembra La mejor fecha es la que va desde primeros de Octubre a primeros de Noviembre, ya que se consigue que la planta esté bien desarrollada cuando llegue el calor del verano que para el cultivo. Además se aprovechan mejor las lluvias de otoñoinvierno. También, cuando llegan las primeras heladas la planta ha superado ya el estado de dos cotiledones, que es el más peligroso. Hay dis tipos de siembra: tradicional y precisión. La siembra de precisión tiene una serie de ventajas sobre la siembra tradicional: favorece unas plantas de tamaño más regular, disminuye el coste de aclareo y aumenta la rapidez de desarrollo del cultivo. Los aspectos fundamentales de la siembra de precisión son: •
Profundidad de siembra: se puede ver en la siguiente tabla, donde se expresa la profundidad más recomendable en cm. SUELO Tipo de cultivo Ligero Medio Fuerte Secano 3-4 3-4 3-4 Regadío (siembra en seco) Regadío (siembra
3-4
2-3
1-2
en tempero) • •
3-4
3-4
2-3
Interlínea: la distancia entre dos líneas oscila entre 45 y 65 cm. Esta distancia viene condicionada por las características de los tractores empleados. Espaciamiento: las distancias entre semillas varían según el tipo de suelo, climatología, tipo de cultivo, tipo de semilla, etc., circunstancias todas ellas que influyen sobre la nascencia. Los espaciamientos recomendables para esta siembra son: 4 cm par semillas calibradas, 6 cm para semillas de precisión (Monogermen técnica), 9-12 cm para semillas Monogermen genética.
1.7.3.4.2. Tipos de semillas Las formas de representación de las semillas en el mercado son: • • •
Multigermen: normal y calibrada. Monogermen técnica: desnuda y pildorada. Monogermen genética: desnuda y pildorada.
Las multigérmenes son las que se han venido usando tradicionalmete debido a su menor coste. Exigen mucha mano de obra para el aclareo y entresaque, por lo que va disminuyendo su utilización. Las monogérmenes técnicas (procedimiento técnico para conseguir la monogermia) y las genéticas (procedimiento genético) son más costosas, tanto por la propia semilla como por las mayores exigencias en la preparación del terreno. En cambio, suponen un considerable ahorro en el entresaque y aclareo, y tienen mayor produción. La elección de la semilla a sembrar está condicionada por varios factores como el tipo de suelo, el tipo de cultivo, clima y fecha de siembra. Existen tres tipos de variedades con características opuestas: Tipo
Peso
Riqueza
E N Z
Alto Medio Bajo
Baja Media Alta
Y otros intermedios como NZ y NE con características intermedias. Para conocer el rendimiento de una variedad, se deben multiplicar estas dos características (peso por riqueza). 1.7.3.4.3. Abonado
El objeto de la fertilización es el de proporcionar al cultivo todas aquellas sustancias nutritivas que necesita para completar su ciclo. Para determinar la cantidad y tipo de abono que se debe aplicar hay que conocer: • •
Una cosecha de 50 Tm/Ha extrae del suelo 200 Kg de nitrógeno, 75 Kg de fósforo y 270 Kg de potasio. Lo que el suelo puede aportar se puede saber mediante una análisis del suelo de la parcela en cuestión. El análisis será muy válido para saber el contenido en fósforo, porque en lo que respecta al nitrógeno y al potasio será únicamente indicativo. Los análisis foliares son convenientes cuando aparezcan algunos síntomas de carencia, que será fácilmente corregida con pulverizaciones foliares del microelemento en cuestión (Mg, B, Zn, Mn, Fe,...).
Los tipos de fertilización utilizados en el cultivo de la remolacha son los siguientes: •
Fertilización nitrogenada.
Al aumentar la dosis de nitrógeno aumenta la cosecha de hojas y raíces, pero al mismo tiempo disminuye su riqueza, por lo que los beneficios disminuirán. Esta fertilización se hace en fondo y en cobertera. El nitrógeno de fondo se debe aplicar con un abono amoniacal o ureico, cuya acció es lenta, y por tanto, con menor riesgo de ser lavado por las precipitaciones otoñales. El nitrógeno de cobertera se hará en una primera aplicación tras el aclareo y una segunda 20 ó 30 días después. En ningún caso deberán hacerse aportaciones tardías de nitrógeno, ya que alarga el ciclo de la planta, empeorando la calidad y disminuyendo la riqueza. •
Fertilización fosfórica.
Debido a que nuestros suelos son bajos en fósforo y a la retrogradación que sufre éste en los suelos, han de aplicarse 150 unidades forrajeras (U.F.) por Ha, todas en fondo. La eficacia del fósforo se manifiesta principalmente en los estados jóvenes de la plante, por lo que es interesante enterrar este elemento lo más temprano que se pueda para que esté disponible y asimilable en los primeros estados de la remolacha. •
Fertilización potásica.
La mayoría de nuestras tierras suelen tener un alto contenido en potasio, por lo que basta con hacer un abonado de
compensación. Los aportes elevados de este elemento no aumentan la producción ni la riqueza. Las tierras de alto contenido en potasio son las que apoyan cobre caliza y terrenos de campiña, y las de bajo contenido las arenosas y sueltas. Generalmente no se utiliza el abono simple de potasio en forma de cloruro o sulfato potásico, pero en el caso de utilizarlo, se recomienda éste último, ya que también aporta azufre, qlemento importante en la fertilización de la remolacha. 1.7.3.4.4. Riegos Los riegos que se utilizan en el cultivo de la remolacha se clasifican en: •
•
•
Refriamiento: Aportar mediante riego una cantidad de agua que disminuya el tamaño de los terrones y permita preparar la tierra para la siembra. El volumen de agua a emplear depende del tipo de suelo. Suele oscilar entre 50 y 70 l/m2, siendo aplicada desde mediados de agosto a mediados de septiembre. Riegos de nascencia: Si se toman retrasos en las precipitaciones, los agricultores pueden provocar las nascencias con ayuda del riego mediante aspersores. La cantidad de agua a aplicar dependerá del tipo de suelo y del estado de éste; así pues, si se ha refriado antes el terreno, es suficiente con 20 ó 25 l/m2. Si la estación permanece seca, deben repetirse cada 15 ó 20 días con unas cantidades que oscilan entre los 35 ó 40 l/m2. La remolacha necesita aproximadamente 20 l/m2 para nacer. Si en un plazo de 15 a 20 días no ha recibido de nuevo el agua, puede perderse la siembra. Riegos durante el cultivo: El agua es el factor que más influye sobre el peso y la riqueza de la remolacha azucarera; a la vez, es el más difícil de manejar, por depender de muchos otros parámetros como la climatología, tipo de suelo, profundidad de raíces, etc. Una falta de agua dará una alta polarización pero una baja producción de raíz; por el contrario, un exceso de agua dará una baja polarización aunque aumente el peso de la raíz. La cantidad de agua existente en el suelo depende de las propiedades físicas de éste; así pues, mientras un suelo arenoso (ligero) puede contener de 15 a 20 mm de agua por cada 30 cm de profundidad, uno arcilloso puede contener de 60 a 70 mm. Altas temperaturas, intensidad de luz, viento y baja humedad incrementa la evapo-transpiración (pérdidas de agua desde el suelo y desde las hojas), por lo que se pueden incrementar las frecuencias de riego. Un factor importante es la salinidad. La remolacha es una de las plantas más tolerantes a la salinidad del suelo, la cual se mide por conductividad eléctrica del extracto saturado
del suelo a 25 ºC. Para la germinación, el cultivo tolera una conductividad eléctirca de 3 mohm/cm, ya que si es mayor, la germinación se reduce en un 50 %. 1.7.3.4.5. Control de las malas hierbas La importancia de la escarda del cultivo de la remolacha es primordial tanto en el aspecto técnico, por la dificultad de controlar las malas hierbas, como en el aspecto económico por su repercusión en los costes de producción y en el producto bruto final. La escarda puede ser manual, mecánica o química. Los herbicidas se pueden clasificar: •
Según el modo de acción: A) Herbicidas de contacto. Actúan sobre la parte de la planta con la que entran en contacto. Se han de emplear con volúmenes de agua muy altos (500-600 l/Ha) y a bajas presiones (2-4 atm). B) Herbicidas de acción foliar. Penetran a través de las hojas y se difunden por toda la planta. Se han de emplear con volúmenes no muy altos de agua (200-400 l/Ha) y presiones relativamente bajas (4-8 atm). C) Herbicidas de acción radicular. La absorción se realiza a través de las raíces, tanto en la fase de germinación como posteriormente. Se han de emplear con volúmenes de agua muy altos (500-600 l/Ha) y a bajas presiones (2-4 atm).
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Según su campo de acción: A) Totales. Actúan sobre todas las plantas en las que se aplican. B) Selectivos. Controlan las malas hierbas respetando el cultivo.
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Según la época en que se apliquen: A) De presiembra. Se aplica antes de sembrar. B) De preemergencia. Se aplica inmediatamente después de la siembra y antes de la nascencia del cultivo y de las malas hierbas. C) De postemergencia. Se aplica una vez nacido el cultivo y las malas hierbas.
Para la técnica de aplicación de los herbicidas, los factores más importantes en su influencia son los siguientes: •
Producto. La elección del herbicida correcto es fundamental, ya que de ello depende el éxito del tratamiento.
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Dosis. Hay que asegurarse que la dosis a emplear es la adecuada al tipo de terreno y la infección. Maquinaria. Ha de ser lo más exacta posible y mantener en perfecto estado todos sus elementos como las bombas, circuitos, aerobarra, depósitos, boquillas. Se ha de limpiar después de cad aplicación y revisar a fondo después de cada campaña.
1.7.4. Madurez de la remolacha La cantidad de azúcar acumulada en la raíz sigue una marcha ascendente durante el desarrollo de la planta, hasta llegar a su completa madurez, momento en el que alcanza su máximo valor. La misma progresión se observa en la pureza de su jugo. Esta madurez se alcanza en épocas que dependen de la calidad de la semilla (las mejores, desde este punto de vista, son las más precoces sin disminución de riqueza), de la época en que se sembró y las condiciones climatológicas en las que el cultivo se ha realizado. En lo que concierne a los caracteres externos, se reconoce la madurez por el paso del tono verde de las hojas al amarillo; por su marchitez y abatimiento hacia el suelo y la desaparición de todo tinte verdoso de la raíz. Las hojas inferiores se desecan y su peso queda reducido, según algunos agrónomos, a la cuarta parte del peso de la raíz. Hoy en día la mayor parte de las fábricas analizan periódicamente muestras de remolacha de sus diferentes zonas de cultivo, con la suficiente anterioridad a la época de la campña, determinando así su riqueza en azúcar y la pureza de su jugo de presión. Este análisis permite seguir el proceso de la maduración hasta el momento que se alcancen los valores máximos. A pesar de todo lo expuesto, dada la necesidad de la fábrica de alimentarse regularmente de materia prima, procurando evitar a la vez la prolongación de la molienda más allá del tiempo que aconseja el temor de las pérdidas que puedan ocasionarse, se comienza muchas veces la campaña trabajando remolacha no madura para evitar tener que trabajar remolachas alteradas a su final. 1.7.5. Recolección Cuando la remolacha ha llegado a su madurez, conviene proceder seguidamente a su arranque y entrega para evitar el peligro que una temperatura favorable origine la aparición de nuevas hojas a costa de las reservas de las raíces en detrimento de la cosecha en cantidad y calidad. A pesar de que las fábricas establecen en los contratos concertados con los cultivadores el descuento correspondiente, la remolacha se suele entregar con una limpieza bastante deficiente. Las remolachas arrancadas se deben deshojar y descoronar conforme a las cláusulas estipuladas en los contratos. Estas operaciones son de especial interés para el fabricante, por la menor riqueza de la corona en azúcar y su mayor contenido en sales y nitrógeno.
Los contratos vigentes en España exigen que la remolacha se entregue descuellada en corte plano por debajo de las hojas superiores y mondada por la parte en que adhieren las hojas inferiores. A pesar de que de esta forma de descoronar, las fábricas pagan una cantidad de remolacha de baja calidad. Conviene que el cultivador no arranque más remolacha de la que pueda entregar para evitar pérdidas de peso por evaporación o los peligros de que se hiele, por ser potestad de la fábrica el rechazarla en este último caso. Hay que tener en cuenta que es en el suelo donde mejor se conserva la remolacha. 1.7.6. Aprovechamiento de la remolacha La principal utilidad de la remolacha es la obtención de azúcar q partir de su raíz. Las hojas y cuellos de la remolacha pueden aprovecharse en la alimentación del ganado, ensilándolos convenientemente y adicionándoles fermentos lácteos para su mejor conservación. Existen instalaciones de producción de piensos, parecidos a los de pulpa seca, fabricados a base de estos resíduos.