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Clarín Internacionales 34 15/11/1998 TERRORISMO DE ESTADO: DOCUMENTO EXCLUSIVO
Los papeles secretos del golpe de 1973 en Chile Son 20 documentos desclasificados de EE.UU. -Revelan el papel jugado por Washington para derrocar a Allende -------------------------------------------------------------------------------Por CLAUDIO MARIO ALISCIONI Y ANA BARON Los planes de Estados Unidos de intervenir en Chile para derrocar al presidente constitucional Salvador Allende se remontan a mediados de setiembre de 1970, pocos días después del triunfo de la Unidad Popular en las elecciones del 4 de ese mes. Ante la posibilidad de que un gobierno “marxista” tomara el poder en Santiago, el presidente Richard Nixon autorizó entonces que la CIA hiciera todo lo posible para “impedir su llegada al gobierno o lo quitara del poder” tras su asunción, el 3 de noviembre de ese año. En el operativo estuvo involucrado directamente el entonces consejero de Seguridad Nacional, Henry Kissinger. El primer esbozo del complot contra Allende fue bautizado con el nombre en código de “Proyecto Fubelt”. La primera reunión de los grupos de inteligencia encargados del asunto fue presidida por Richard Helms, entonces director de la CIA. Estos son los datos más notorios que surgen de una serie de 20 documentos secretos cerca de un centenar de páginas- que el gobierno estadounidense debió revelar desde mediados de los 90 en virtud del Acta de Libertad de Información. La documentación obtenida por Clarín, nunca publicada en un medio argentino, prueba además que la diplomacia de Estados Unidos estaba enterada en detalle de la represión que comenzó a ejecutar el régimen de Augusto Pinochet tras su golpe del 11 de setiembre de 1973. Ese dato es particularmente importante ahora, luego de que el viernes último el Departamento de Justicia norteamericano admitió que estudia la posibilidad de procesar al ex dictador chileno por el asesinato en Washington, en 1976, del ex canciller socialista Orlando Letelier y de su secretaria estadounidense, Ronnie Moffit. La DINA, la policía secreta chilena, trabajó junto a la CIA en aquella época. Si se reabre el caso, ex agentes de la inteligencia de EE.UU. serán llamados a declarar, lo que abriría una nueva veta de información sobre la participación de Washington en la represión pinochetista. Al margen de los textos desclasificados que presenta Clarín, algunos de ellos con evidentes rastros de censura, se sabe que EE.UU. aún guarda bajo llave otros documentos sensibles sobre el tema. Se estima que algunos podrían vincular estrechamente a Pinochet con la muerte de Letelier y con la desaparición de los ciudadanos norteamericanos Frank Teruggi y Frank Horman, cuyo caso fue base de la película “Missing”, dirigida por Costa-Gavras. La intervención estadounidense en el derrocamiento de Allende era un hecho conocido. En los 70, una investigación del Congreso determinó que Nixon, Kissinger y la CIA habían apoyado y financiado el golpe. Lo que se desconocía hasta ahora era la dimensión de ese respaldo. Los documentos desclasificados que aquí se publican vienen a arrojar algo más de luz sobre el delicado asunto. Estas son algunas de sus partes más reveladoras: -LAS ORDENES DE NIXON: El indicio más firme en tal sentido que muestran los documentos liberados de su carácter secreto son las notas manuscritas tomadas por Helms, jefe de la CIA, del 15 de setiembre de 1970, once días después del triunfo de Allende. Garabateadas con trazo apurado, de difícil lectura y en estilo telegráfico, recogen las indicaciones presidenciales para gestar un golpe: “Una en 10, chance de éxito quizás. ¡Pero salve Chile! Vale la
pena el gasto. Sin involucramiento de la embajada; 10.000 dólares (sic) disponibles, más si es necesario; trabajo de tiempo completo para los mejores hombres que tengamos; plan de juego; hacer temblar la economía”. -SE ARMA EL GOLPE: Un memorandum de la CIA, fechado el 16 de setiembre de 1970, registra el primer encuentro de Helms y otros altos funcionarios especializados en operaciones encubiertas. El primer esbozo del complot se bautiza como “Proyecto Fubelt”. Se establece un grupo de tareas bajo la supervisión del segundo del director de Planes de la agencia, Thomas Karamessines. El documento subraya que la CIA debe preparar en 48 horas un plan de acción para el entonces consejero de Seguridad Nacional, Henry Kissinger: “El presidente Nixon ha decidido que un gobierno de Allende en Chile no es aceptable para EE.UU. El presidente pidió a la agencia (CIA) evitar que llegue al poder o destronarlo. El presidente autorizó 10 millones de dólares para este fin (...) El director (Helms) dijo que Kissinger le había pedido reunirse con él, el 18 de setiembre, para que la agencia le diera datos de cómo esta misión puede ser cumplida”. En un documento del 15 de octubre, se habla de promover un golpe mediante una operación que ahora se llama “Track II”. Resume una conversación entre Kissinger; su adjunto, el general Alexander Haig; y Karamessines. Se discute la posibilidad de que el oficial chileno Roberto Viaux se encargue desde adentro de las fuerzas armadas de liderar el complot contra Allende. Pero esa idea será rechazada: “Viaux no tiene más que una posibilidad en veinte -quizás menos- de lanzar un golpe exitoso (...). Tras la decisión de desactivar el plan de Viaux, al menos temporariamente, el doctor Kissinger instruyó a Karamessines de preservar los recursos de la agencia (CIA) en Chile, trabajando clandestinamente y con firmeza para mantener su capacidad de operación contra Allende en el futuro (...). El encuentro siguió con la sugerencia de Kissinger de que la agencia debería continuar su presión sobre todos los flancos débiles de Allende”. En otro documento del 3 de noviembre de 1970, justo el día de la asunción de Allende, la CIA enumeró sus esfuerzos para prevenir la ratificación parlamentaria del presidente electo así como sus planes de golpe. Se describe cómo será el grupo de tareas “operativo” encargado de armar el golpe: “Consiste en cuatro funcionarios de la CIA con la apariencia, el lenguaje y la experiencia como para mantener la ficción de varias nacionalidades extranjeras. Fueron llamados de sus puestos en el exterior a Washington, informados e insertados individualmente en Chile”. Luego, en un párrafo censurado, se informa que deberán reportarse a sus contactos en Chile. El largo memorándum enumera las tareas desplegadas para lograr que el presidente Eduardo Frei, antecesor de Allende, llegue a “apoyar un golpe que evitaría que Allende tome el poder el 3 de noviembre”. Agrega: “Presiones de aquéllos cuya aprobación valora -en combinación con adecuada propaganda- representan la única esperanza de convertir a Frei”. No indica si efectivamente lo lograron. También la diplomacia estadounidense estaba advertida de que la presencia del general René Schneider, como jefe del ejército, impediría un compromiso golpista de la institución. “Aunque algunos oficiales entre los mandos del ejército y de Carabineros estaban predipuestos a tomar acción, sentían que el ejército era central para un golpe. Y que, mientras Schneider sea el jefe del arma, no podría contarse con el ejército”. Schneider fue asesinado el 22 de octubre por un grupo de sicarios. -“LA MANO AMERICANA”: En un cable secreto del 16 de octubre, el adjunto de la CIA, Karamessines, transmite las órdenes de Kissinger a la estación de la agencia en Santiago: “Es una política firme y contínua que Allende debe ser derrocado con un golpe (..)Debemos usar máxima
presión hacia esa meta y usar todos los recursos apropiados. Es imperativo que estas acciones sean clandestinas y asegurar que el gobierno y la mano americana estén bien ocultas”. -TORPEDEEN AL GOBIERNO: Un largo documento del Consejo de Seguridad Nacional preparado para Kissinger del 3 de noviembre, cuando Allende asumía, indica los objetivos de la Casa Blanca hacia Santiago: “El experimentado ejercicio de nuestra influencia podría ser un importante factor en complicar la tarea de Allende, tanto exacerbando la fricción entre los moderados y los elementos radicales de su coalición como apoyando a las fuerzas opuestas al establecimiento de un régimen marxista leninista” También recomienda evitar que el gobierno socialista sea tomado como “un modelo” en otros países de América latina y que se mantenga una “postura fría” en las relaciones bilaterales, mientras se trabaja tras bastidores en minar al gobierno chileno con presiones económicas y con su aislamiento diplomático. -“EL GOLPE FUE PERFECTO”: El 1 de octubre de 1973, semanas despúes del golpe de Pinochet, el agregado naval de la Embajada de EE.UU en Santiago, Patrick Ryan, informa sobre los hechos: “El golpe de Estado en Chile fue cercano a la perfección”. Su párrafo final lo dedica a la muerte de Allende: “Fue encontrado solo y muerto en su oficina. Se había matado colocando una escopeta bajo su mentón y apretando el gatillo. Feo, pero eficiente. El arma yacía cerca de su cadáver. Una placa de metal engarzada en el caño decía: ‘A mi buen amigo Salvador Allende de Fidel Castro’”. -LAS EJECUCIONES DE OPOSITORES: Jack Kubbish, asistente del secretario de Estado, envió un memorándum a su jefe el 16 de noviembre de 1973 detallando las ejecuciones sumarias en los 19 días que siguieron al golpe: “Un informe interno, confidencial preparado por la Junta (Militar) eleva el número de ejecuciones en el período 11-30 (de setiembre) a 320. Esta cifra es quizá la más firme indicación del alcance de esta práctica. Creemos que los militares y la policía que actúan en las calles están cumpliendo con la orden de desistir de las ejecuciones sumarias. Sin embargo, aún no hay indicios de una disposición a cesar las ejecuciones luego de los juicios militares (...) El código de justicia militar autoriza la muerte ante pelotones de fusilamiento por una gama de delitos que incluyen traición, resistencia armada, posesión ilegal de armas y robo. Las sentencias de tribunales militares durante el estado de sitio no son revisables”. Al final, se pregunta qué pasará en el futuro: “Cómo los líderes militares actuarán en esta área de ahora en más dependerá en cierto grado de la opinión externa y, particularmente, de nosotros”. Concluye su informe con una detalladísima lista dividida en 27 ítem- sobre el número de arrestados, deportados con o sin salvoconductos, ejecutados y sentenciados en esos primeros días del golpe.
TERRORISMO DE ESTADO: EL SISTEMA REPRESIVO DE LAS DICTADURAS SUDAMERICANAS
Las ramificaciones de la Operación Cóndor Actuó en el Cono Sur -Pero, según un documento del FBI, también se pensó en ampliarlo a otros países -------------------------------------------------------------------------------Por ANA BARON Corresponsal en Washington La Operación Cóndor, un sistema represivo pergeñado inicialmente por el servicio de inteligencia chileno (DINA), nació en 1975 con un objetivo tan ambicioso como maquiavélico: exportar sus tareas a cualquier lugar del mundo. Así lo revela un documento secreto del FBI desclasificado a mediados de los 90, y al que pudo acceder Clarín. La Operación Cóndor estaba integrada, además, por efectivos de Brasil, la Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia. El texto muestra que los servicios de inteligencia se propusieron “eliminar conjuntamente las actividades terroristas en la región” e integraron “grupos especiales que viajan a cualquier parte del mundo para asesinar a terroristas o a los simpatizantes de las organizaciones terroristas”. Esto explica por qué en la lista de documentos que el juez Baltasar Garzón pidió recientemente al gobierno de EE.UU. para apoyar su pedido de extradición del general Augusto Pinochet desde Gran Bretaña, algunos de ellos estaban vinculados en especial a la Operación Cóndor. El texto secreto, ahora desclasificado, está fechado el 28 de setiembre de 1976 y lleva la firma de Robert Scherrer, el agente del FBI que entonces operaba desde Buenos Aires. Scherrer pasó los últimos años de su vida en un asilo de ancianos, donde murió a principio de la década del 90. Pero es muy probable que, si aún viviera, habría sido uno de los testigos más importantes en un eventual juicio en contra de Pinochet en EE.UU. por su sospechada participación en los asesinatos del ex canciller chileno Orlando Letelier y de su asistente estadounidense Ronnie Moffit. El hecho tuvo lugar en Washington, en setiembre de 1976, cerca de la Casa Blanca, y también fue involucrado el norteamericano Michael Townley. En el documento, Scherrer sugiere que el asesinato de Letelier y de Moffit -ejecutado por la DINA- puede haber tenido lugar en el marco de la Operación Cóndor. Manuel Contreras, el jefe de la DINA que fue arrestado por su participación en los asesinatos, reportaba directamente a Pinochet, según indica otro documento. El memorándum está dirigido al director del FBI y describe el nacimiento y desarrollo de la Operación Cóndor. Según Scherrer, los tres países más activos del grupo fueron Chile, Argentina y Uruguay. “La tercera y más secreta fase de Operación Condor implica la formación de equipos especiales de los países miembros destinados a viajar a cualquier parte del mundo a países no miembros para sancionar y hasta asesinar a terroristas o simpatizantes de las organizaciones terroristas de los países integrantes de Operación Condor”, escribe. Luego, agrega para explicar el funcionamiento del sistema: “Por ejemplo, si un terrorista o un simpatizante de una organización terrorista de uno de los países miembros de la Operacion Cóndor es localizado en un país europeo, un grupo especial es formado y enviado a buscar el blanco. Cuando la investigación ha sido finalizada, un segundo grupo de la Operación es despachado para sancionar (raptar o matar) al blanco. Los grupos especiales pueden estar formados por miembros de uno o varios países del grupo”. Scherrer dice que el destino principal en Europa eran Francia y Portugal y especifica que no tenía indicios de que el Cóndor haya ejecutado acciones en EE.UU.
Sin embargo, Scherrer agrega: “No debería descartarse la posibilidad de que el reciente asesinato de Orlando Letelier en Washington haya sido ejecutado dentro de la tercera fase de la Operación Cóndor. Esta oficina permanecerá alerta sobre cualquier tipo de información que pudiese indicar que el asesinato de Letelier fue ejecutado por el Cóndor”. Pese a que el documento de Scherrer fue desclasificado, varias de sus partes fueron tachadas y siguen siendo clasificadas por razones de seguridad nacional.