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2 AREAS L1NGÜ¡STICAS
A. Enfoque Metodológico
Un rasgo universal y obsclVable de los idiomas es que se presentan espacialmente delimitados, y que la toponimia y antroponimia dentro de
dicho espacio corresponden lingüísticamente con el idioma. Por ello, para un área continua que licne una toponimia que se distingue de otras toponimias cOnlib'llas, se puede postular la existencia en cualquicrpunlo en el tiempo, de un idioma que se distingue de los idiomas espacialmente comiguos, aunque no sobreviva ninguno de ellos. De esta manera [a toponimia del área Pasto se distingue de la del tenilorio Quillacinga, y se puede poslularquc tenían idiomas distintos. Esta distinción no es necesaria sólo entre idiomas. sino puede ser entre familias lingüíslicas. El pmbJema de distinguiren familias de idiomas e idiomas en el caso de idiomas muertos, es que las earae!elÍsticas que distinguen una familia de OIra y un idioma del otro, no son conocidas. Estas caractcrísticas, como la fonética y morfología, no se pueden reconocer. detenninar o describir sin conocer el cuerpo delimitado de datos, 10 que, estrictamente, no se puede detcnninar sin conocer las caraclerislicas del idioma. La salida de esle' drculo vicioso es por métodos sencillos de trabajo, hasta que se tenga definido el cuerpo de datos delimitado. Con base en la delimitación espacial, se utilizan las distribuciones espaciales de elememos lingüísticos que se pueden reconocer sin análisis profundo. Estos elementos pueden ser fonéticos (como la IjI o Ig/ inicial), O pueden ser meramente silábicos, porque antes de hacer un análisis morfofonético, no se puede hablar de morfemas, sufijos o tales ¡énninos lingüfslicos bien definidos. AsÍ, en la práctica, para delimitar globalmente cada cuerpo de dalos, se escogen los elementos lingüísticos más frecuentes, para dar, ideaJmeme, el total del espacio delimitado, como las Icnninaciones en/quer/o en/oy/, que tienen distribuciones extensivas. Existen olras tenninaciones que tienen
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dislribucioncs extensivas, pero son generales, es decir, cubren áreas que se distinguen en otros aspectos lingüísticos entre sí. Los elementos con distribuciones generales, como las te rm inaciones en /.es/ o en /-01 presentan problemas y no contribuyen a la delimitaci6n de áreas lingüísticas; la terminaci6n en /-cs/ muchas veces se debe a una pluralización espaoola, como en Chalacanes, aunque también es típica del área Pasto; la terminación en /-0/ es común a los dos idiomas que se encuentran en el territorio QuiUacinga. Es sólo por análisis de los troncos que preceden tales elementos y de las otras asociaciones que tienen los troncos, que se puede determinar la delimitaci6n espacial y lingüística de cada grupo lingüístico yel cuerpo de datos a que penenecen. En la práctica ha sido menos complicado aislar terminaciones que otras partes de los toponímicos, y también hansido más numerosas, laque parece indicar un sistema de su fijación, por lo menos en Kamsá, en el área Pasto y Sindagua. De la lista de toponímicos con una terminación. como por ejemplo, l-quer/. se procede a analizar los troncos: de los casos de Yacuanquer y Yamuesquer se concluye, tentativamente, que se puede separar /yal de /cuan! y de /mueS/; luego se chequea con otros ejemplos de /ya/ inicial, /cuan! y /mues! medial, etc. y así se sigue con todos los troncos de la lista para recoger todos los elementos lingüísticos que, por asociaci6n, parecen peneneccral idioma: lo cual es un proceso algo largo ycomplicado. Entre los troncos con terminaci6n en /-quer/, se distinguen dos que no tienen más ocurrencia en el áreade distribución de/-quer/, que son Tiuquer y Gualluquer, y parecen de origen ajeno. Esto nos imroduce a una primera complicación y modificación. Las regiones limítrofes de áreas lingüísticas frecuentemente demuestran innuencias de las áreas vecinas, en este caso es innuencia del quechua, con /tiu/, arenal, y /guallu/, grama. Se podría argumentar que /ti u/ es de origen castellano, pero es más común encontrar descripciones topográficas que términos de parentesco en los toponímicos. Olra complicaci6n que puede presentarse en los toponímicos, es ilustrada posiblemente enel nombre de Altaquer. El tronco/alta/no ocurre más en el área Pasto, ni es Cuayquer, el idioma que todavía se habla en la región donde se encuentra Altaquer: las sOabas /aV y /La! tampoco son muy distintivas. Al respecto se sugieren dos posibilidades, una, que taha! es la palabra castellana, con la terminaci6n indígena /-quer/, prestada por ser común en el área, o de moda, como se ve en la terminación moderna de /landia/. También puede ser hispaniz3ci6n de una forma ya híbrida. de la
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tenninación /quer/. fijada al nombre original en Cuayquer que es Alác. Otra vez el caso ocurre en un área limítrofe. donde son más frecuentes las complicaciones. El otro caso de Altaquer cerca a Barbacoas. se puede adscribir probablemente a colonización por personas de habla española del pueblo de Altaquer para Barbacoas; esta suposición se hace con base en conocidos lazos económicos. políticos y de parentesco entre Altaquer y Barbacoas de hoy. Los elementos foráneos que se encuentran en toponf· micos pueden representar capas diacrónicas en la toponimia, pero éstas son sumamente difíciles de distinguir. Otra dificultad en la delimitación de cada cuerpo de datos lingüísticos, es el de imposiciones foráneas por toda la zona, generalmente resultado de migración masiva o de conquista, que resulta en la imposición de toponímicos ajenos o hibridación. El ejemplo más claro es el de la conquista española y la imposición de elementos toponímicos españoles en la toponimia nativa, como la prefijación de /río/./quebrada! y otros, a lOponímicos indígenas. Esta capa no es difícil de quitar. Lo que es más difícil de detenninar, es la hibridación y la hispanización de toponímicos y antroIxmímicos indígenas: en primer lugar se señala la adaptación de los nombres indígenas a la fonética y morfología española, y también los cambios dados por rarones estéticas a palabras como el caso de Tetamusa a Tatamues. Sin embargo, este proceso era un proceso unifonne. que afectaba de una manera igual todos los idiomas que existían al tiempo de la conquista española y no afectaba las delimitaciones entre los idiomas indígenas. Los elementos lingüísticos sobreimpuestos en la toponimia existente, constituyen capas diacrónicas: en general la capa española ha sido la última. En el territorio Quillacinga. por ejemplo. se encuentra la capa del Quechua. que se sabe. gracias a las fuentes históricas. que es poco anterior a la capa española. Esta capa también se puede aislar. porque existe la documentaciÓn de la lengua quechua. en fonna de descripciones lingüísticas y diccionarios. aunque las fonnas híbridas -como Babayaco- ya empiezan a complicar la situación. Lo que dificulta la investigación de las capas anteriores a las del Quechua, es la carencia de descripciones lingüísticas y vocabularios aún en los idiomas indígenas vivos. Se nota que las áreas lingü(sticasque se infieren en las distribuciones no son sincrónicas en origen, aunque se postula que corresponden a la situación lingüística al tiempo de la conquista española, cuando empezó la congelación toponímica del área. Era una congelación en dos sentidos: un cambio de las fOmIas, por la hispanización, y luego. una inmovilidad 47
relativa, debida a los procesos de registro legal de nombres de personas, predios y pueblos. B. Las áreas lingüísticas
En el antiguo territorio de los Pastos se han conselVado mucho más toponímicos y antroponímicos indígenas que cnd terriLOrio Quillacinga, lo que se puede adscribir a la sobrcvivencia pormás largo tiempo de los Pastos en su cultura propia. La inestabilidad de los toponímicos del territorio Quillacinga. parece indicar que la población en 'cuyo idioma se formaron éstos. ya no hablaba el idioma. o no estaba en una ¡x>sición lingüística dominante. De otra parte, ex.isten indicios de que el idioma quechua, la lengua franca del imperio incaico. se hablaba en ciertas regiones del área andina de Nariño. Las dos regiones principales donde todavía se hablan idiomas indígenas en el área de interés del presente estudio, se encuentran al este y al oeste-de las cordilleras. Al esle, en el valle de Sibundoy. está el grupo indígena Sibundoy, también llamado Kamsá ¡x>r su idioma. y los Ingas. de habla Quechua: cabe'señalar que una agru'pación de estos últimos se encuentra establecida en Aponte (Sañudo, 1923: 69). Al oeste. en las faldas bajas de la cordillera, y tierraS planas adyacentes, viven los Cuayquercs, los cuales ocupan un territorio comprendido desde el rfoTelemb( al norte hasta la zona limftrofe con el Ecuador por el sur, estando también poblados en este país. Los grupos indígenas antes citados se incluyen en las consideraciones lingOfsticas, pues a pesar que parecen vivir fuera del área en discusión han sido relacionados estrechamente, hasta ser identificados, con los Pastos y Quillacingas por los historiadores; los Pastos con los Cuayqueres y los Qui11acingas con los Sibundoyes. Es de anotar que los Ingas son generalmente dejados fuera de la discusi6n. I. El área Pasto
La distribución de la lenninaci6n en /-quer/ coincide en su mayor parte con aquella de los pueblos Pasto de Cicza de Le6n, con dos extensiones pequeñas, que son Yacuanquer y Tapialquer en territorio Quillacinga, y Pueranquer, en los Abades. y dos extensiones considerables, por las cuencas de los ríos Mayasquer y San Juan, y la otra por el río GÜisa. dentro del área ahora habitada por los indígenas Cuayqucr.
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En el "Enfoque metodológico" se mencionaron algunos de los problemas de este paradigma. Se añade que Tapialquer parece un caso, como posiblemente Altaqucr, de I-Iandia/: el elemcnto ltaI no ocurre en el área Pasto y. aunque /tal ocurre, Ipiel! no ocurre. porque Pupiales.lpiales, etc. parece dividirse en Pup-ial·es e Ip·ial-es, aunque no se puede pronunciar sobre el tema categóricamente antes de haccrun análisis más profundo. Un tapial es el conjunto de tablas que se utiliza para hacer un muro de tapia. o bahareque. CI4~e
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 I1 12 13 14 15 16 17 18 19
Tumaquer Tizmaquer Pueraquer Cuasaquer Chitaquer Altaquer Altaquer Picuaquer Huaquer Guaquer CUluaquer Tiliquer Pfqucr Pialquer Tapialquer Pusialquer Pusialquer Pusialquer Cuetialquer
para la distribución Pasto
20 Pipalquer 21 Iscualquer 22 Yalquer 23 Yapulquer 24 Pipulquer 25 Tipulquer 26 Piscanqucr 27 Chanquer 28 Chillanquer 29 Pucranqucr 30 Pucranquer 31 Chiranquer 32 Utanguer 33 Yacuanquer 34 Yacuanquer 35 Mainguer 36 Cunquer 37 Chunqucr 38 Mayasqucr
39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56
Chazmucsquer Fuelamuesquer Guamuesquer Yamuesquer Fuelasmucsquer Chapuesquer Chapuesquer Haspuesquer Pisquer Pisquer Pisquer Yamusquer Pusqucr Pususqucr Michúquer Tiuquer Tuquer Cuayquer
2. El área Kamsá
El Kamsá se habla hoy por unos 2.500 indfgenas en el Valle de Sibundoy, y no se extiende fuera del Valle, como el Inga, que es hablado en una buena pane del Putumayo. Parece haber sido Sañudo el primero en sugerir la posible conexión entre la lengua del área Quillacinga y el Kamsá, por la terminación en I-oy/, frecuente en la misma área y el hecho que varios de los toponímicos tienen semido en el Kamsá: Es muy IXIsible que los quillacingas hablaron el idioma Kamsá que aún se hablaen Sibundoy, porque en la toponimia de la comarca que habitaron
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hay varios lugares cuyo sign ificado se halla en él, como Tangua, Buesaco, Tamajoy, Matabajoy, Doña Juana, cte., que significa, viejo, pájaro que canta al filo del alba, sementera de sal, cierra-camino y sin soplo respectivamente, en la fonna de Tanguac (así se decía primero), Buisaco, Tamajoy y Matabiajoy (1938: 7). Por el momento, se llama s6lo el área de distribuci6n de la terminaci6n /-oy/ la capa Kamsá, porque faltan medios, como descripciones lingüísticas exhaustivas y vocabularios, para determinar si los tIOneos son Kamsá también, o penenecen a otros idiomas. Sin embargo, se observa que muchos de los toponímicos tienen semejanza con toponímicos del Valle de Sibundoy, que se pueden asumirque son Kamsá, pero queda el intcrrogante surgido de las fuentes antiguas de ¿si Sibundoy puede considerarse como una provincia confoffi1ada por gente difereme a los Quillacingas?l. Las formas variables en que aparecen los toponímicos del área Quillacinga no se debe exclusivamente a las equivocaciones de copistas, porque son demasiado sustanciales; parecen sugerirmás bien que el idioma del cual estos toponímicos formaron pane, estaba desapareciendo o había desaparecido, en contraste con el área de los Pastos, cuyo idioma se hablaba por lo menos hasta el principio del siglo XVIII (Oniz 1954: 51). Otra circunstancia sugerida por los toponímicos, es el patr6n de asentamiento de los indígenas de la regi6n, y su posible estructura polftica. Se mcncion6, en conexi6n con los datos de Cieza la curiosidad de la proximidad mutua de Mocondino y Bejendino y la proximidad de ambos a la ciudad de Pasto, asimismo, la proximidad entre Buyzaco y Guajanzagua. Se nota esta característica en las listas de encomiendas del área Quillacinga, que son mencionadas aparte, con diferentes nombres, en áreas limitadas, mientras que en el área Pasto se indican las encomiendas por áreas más grandes, como TúqUCITCS, Hes, etc. y no por haciendas o caselios. Esto parece sugerir en el territorio Quillacinga un patr6n de asentamiento disperso y una estructura polflica diferente a la de los Pastos, los cuales parecen haber tenido una mayor concentraci6n de poder en las manos del cacique de cada pueblo.
Kalhlcen Romoli (1962, 1979) quien en sus estudios se ha ocupado por establecer el territorioque ocuparon en el macizo andino delsuT varios grupos étnicos, al momento de la conquista española, es e~pLicila en su último escrito al Teferirque los indígenas del valle de Sibundo)')' de la región de la laguna dc La Cocha eran también Quillacingas )' que en escritos oficiales de la tpoca se mencionaban como la Provincia de 1... Mont... ñ....
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LISTA COMfARATIVA DE CAMBIO DE NOMBRESQUlLLACINGA 2
LOPEZ
CIEZA
1543
1574
1559 Aminanda
Buyzaco
Botina Botinachanaque Boliñaxoxoa Buyzacor Calambuco
Botina Botit'ia chaquc 8miñaxoxoa
Consaca
Consaca Chachavbi
Calambuco
1582
Minda Angano Botana Buisaco Calambuco Chiquitan Chasnaque
Choboldy Chonón Guajanzangua
Chuñojoxoa Gcnoy
Genoy Guazamba Ycoby Jangocoby
Guasinsago baby Jango oby Jobonuen
Jojoa Juananambun Lalisuna
Juanamby Lacisuna
Ma01..ano
Mancano
Mataconchín
Mataconchuy
Juan Ambu Mamendoi
Papascoi Matiwy Macaxamata Matamoxo
Matanoxo Maxirayo
Mocoxonduquc Mocondino
Mocondinejo Mocondino Moconduy Mochombuco
Omaquen Pachcnduy Palacino
Mocondinejo Mocondiny
Mocondino
Obonudo
Mochombuco Obonuco Xobonuco Obudo
Pachcnduy
Pasindoi Palacino
Los datos de 1559 y 1582 son IQrllados de Moreno, 1971.
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CIEZA 1543
Bcjcndino
LOPEZ ISS9
IS7.
Pandiaco
Pandiaco
Pandiaco
Pcxcindino
PaxanacalalTlbu Pixindino
Pcxeindino Pixina
1532
Pinasaco Pusamen.soi Cacanambuy Sacandonoy
Quiña Cacanambuy Sacandonoy
Xacaracatu
Sacaralatu
Quina
Sacandoooi Tangoa Verxagui Xanacatu Xamundino Xobonuco
LISTA COMPARATIVA DE CAMBIO DE NOMBRES PASTO
CIEZA IS43
LOPEZ 1559
1574
Colea
Colean Cartusama Combal Chapal Chapaqual F,ncs Guachoakal Gualmatan
Cumba Chapal
Carlosama Combal Chapal Chapaqual
Gualmalal
Gualmalan
Guachucal
Hes Piales Malcs
Mallama
Yles
Bis
Ipiales
¡piales
lancal
Jancal Males Mallama Morel1amas Pastas Pixma
Males Mallama Muellamas Pastas
1532
Carlusama Cumbal
Chapales
Guachaucal Gualmacan Guapuscal y[cs ¡piales Males
Mallama Mucllama
Pastas Pucrres
S3
LOPEZ
CIEZA
1559
1574
1582
Pupialcs
Pupialcs
Pupialcs
Zapuys
Capays
Capuis
Tuqycycsmc
Tuqucrrcs Tuqcycsmc
Pupialcs Pulisnan Capuis Tcsqual Túqucrrcs
Yanqual
Yanqual
Yascual
Yasqual
1543
Tucurrcs
Yapula
Ascual
Yasqual
El patrón de asentamiento se relaciona también con el clima, el relieve
y la calidad de las ticrras aptas para la agricultura o ricas en recursos. En el territorio de los Quillacingas predomina una topografía quebrada y clima templado, en donde el relieve debió innuir sobre el poblamiento disperso.
Se exceptúa quizás el árcadc la ciudad de Paslo,de terreno ondulado yelima frfo, en donde se observa una mayor distribución de encomiendas alrededor del valJc.
Como se ha anOlado, la terminación cn/-oy/es de origen Kamsá; denota
la posposición "hacia donde", que en el Kamsá se sufija acualquier nombre de sitio (como en Bogotoy, de Bogotá, Pastoy, de PaslO), pues los troncos no son necesariamente Kamsá. Por la carencia de descripciones lingüísticas y vocabularios, no se ha podido proceder con el análisis de los troncos. Lo más completo se encuentra en Juajiboy & Wheeler: -oye (oy) "a, hacia", En el caso de los SUSUlnlivos animados esta forma ocurre solamente después de la forma -be (·bi), ·Be (-bi, -b) "de posesión de" (Posesivo). (1974: 65).
Entre los toponímicos con la tenninación en /-oy/, solamente se encuentran Tamavioy, Tamoabioy y Chambioy, de los que se pueden derivar los troncos de "substantivos animados": Tama, Tamoa y Cham. Tama recurre en el lOponímico Tamajajoy; "jaja, jaj: sementera, chagra" que parece significar "hacia la sementera de Tama", pero Tama no se ha encontrado como antroponímico Kamsá en ninguna lista, aunque sí es mencionado en la historia con el nombre de una tribu de la región del Caquelá, aparentemente con estrechos lazos polfticos con los Moeoas y Andaquícs. Anota Friede: 54
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Aún encontramos otra tribu que parece relacionarse con los Andakí, que es la "nación" Mocoa. En la información que se levanla en Timaná en 1653/Arch. 3, A.L. 11/ declara un alcalde que los Andakí, cuando "quieren hacer una traición, hacen liga y conspiración con los Tama y Mocoa" (1953: 24). Olro grupo asociado con esta región son los Chaque1es; Sañudo piensa que Santiago en el valle de Sibundoy, an1eriormente se llamaba Chaquetes (1938: 64), pero parece más probable que este lérmino corresponda con la hispanizaeión del nombre que dan en el Kamsá a Mocoa, que es Chatjoy, o al Mocoano, Chatjá. El proceso de analizar y agrupar los troncos de los toponímicos es una labor larga y dispendiosa. Clave para la dÜlribución Kamsá
Cuachaboy Casaboy Pachi1aboy Patascoy 5 Michoy 6 Minchoy 7 Jujuapanchoy 8 Jachincoy 9 Jachircoy 10 Escandoy 11 Esandoy 12 Chindoy 13 Sibundoy 14 Sibundoy 15 Cuandongoy 16 Opongoy 17 Tamoabioy 18 Chambioy 19 Manchabajoy 20 Manchahajoy 21 Malabajoy 22 Chicajoy 23 Sacananctajoy 1 2 3 4
24 25 26 27 28 29
30 31 32
33 34
35 36 37 38 39 40 41
42 43 44 45 46
Pajajoy Samajoy Tamajoy Chesnavijoy Jacanamijoy Bajanjoy Manjoy Tanjoy Bejenjoy Bcjcnjoy Bcsenjoy Matabujoy Mapujoy Guanvicatanjanoy Guandinamoy Sccandanoy Anganoy Sindamano)' Juanchinanoy Majinsanoy Palanguanoy Juanoy Juanoy S6
Jenoy Yambinoy Yambinoy Yambinoy 52 Palacinoy 53 Parasinoy 54 Palacinoy 55 Sacandonoy 56 Jansasoy 57 ¡ngaso)' 58 Mavisoy 59 Tongosoy 60 Chachatoy 61 Chinchitoy 62 BonjOloy 63 Chimayoy 64 Jacamonyoy 65 Casa bu y 66 Sacamambuy 67 Pujatamuy 68 Tongosoy 69 Sacanamatuy 70 Matituy
48 49 50 51
3. El área Sindagua
Se cseogi6 la tc¡minación /-bi, -Pi! para distinguir el área que se llama Sindagua en este estudio, por ser el elemento más frecuente. Parece ser típico de una familia de idiomas, a la cual también peneneee el Colorado del Ecuador. Qlratc¡minación que se podría haber utilizado es de I-de, -le, -re/. que es también típica,. pero prescma la complicación que denOla árboles y los nombres de árboles son frecuentemente prestados en áreas adyacentes, panicularmente si son maderas eomerci2.lcs, como Sande, Cuangare. Gualtc, cte. Se le llama el área Sindagua, porque aunque las terminaciones I-bi, -pi! son Cuayquer, estas terminaciones se extienden más al norte del área ahora habitada parlas Cuayqueres y IX'rque según las fuentes históricas ya citadas (de Velasco: Díaz), gran parte de esta región, si no 1000a, fue habitada y dominada por los indios Sindagua, que parecen haber formado una federación de lribus, de las cuales los Cuayqueres de hoy son sobrevivientes. Se ha hecho referencia antes a las semejanzas entre el Cuayquer y nombres Sindagua mencionados en el documento publicado por Díaz (1934), que aquí sc documenla. Sobreviven como apellidos Cuayquer los nombres Sindagua: Candicus. Taicus. Guisbicus, Pascad y Pafl: son muy semejantes el nombre Sindrfgenes autóctonos. Los conceptos sobre el tema que nos ocupa varfan. pero hay algo latente en los escritos, referente a la difícil caracterización étnica de los Quillacingas: los dalos del momento de la conquista española son escasos y poco ilustrativos de cómo era esta gente, aunque sí enfáticos que se diferenciaban en lengua y en costumbres de los Pastos. La arqueología hasta el momento ha aportado evidencias que scflalan una extensión.de la cultura material asociada con la etnia Pasto en algunas zonas del territorio de los Quillacingas. pero la contextualidad de la propia etnia con una cultura arqueológica no ha sido fácil a la luz de evidencias disponibles. No obstante, las delimitaciones lingüfsticas que se han sei'ialado pueden contribuir a la arqueología como croquis de patrones de poblamiento en un tiempo cercano a la conquista cspai'iola, y detenninan zonas hacia dónde orientar futuros estudios. Uno de los presupuestos sobre el cual basamos este estudio y que consideramos importante repetirlo en estas últimas !fneas es que, al conocer las distribuciones espaciales lingüísticas y sus límites, se puede saber con cuáles otros grujXls colindaban quienes dejaron esas huellas. lo que a su vez nos puede ayudar a explicardiferencias o similitudes en su cultura material. intercambios e influencias.
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