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"ADOLESCENCIA, ESCUELA Y CONTEXTOS CRÍTICOS" Comunicación N° 3/2001 LA PLATA, 3 de septiembre de 2001 A los Inspectores Jefes de Región Inspectores Areales Equipos de Orientación Escolar Centros Educativos Complementarios Es para nosotras un principio de deuda resuelta, poder llegar a Uds. con estas conceptualizaciones acerca de "Adolescencia, Escuela y Contextos Críticos". Hace mucho tiempo que deseábamos organizar ideas, rescatar experiencias, aportar algunos pareceres para generar la discusión por un lado y, lineamientos breves que puedan orientarnos, por otro. Decimos "principio de deuda resuelta", porque esta Comunicación articula nuestro marco ideológico referencial en tan vasto y complejo tema. Descontamos que serán necesarios otros y, nuestro deseo es, poder socializar para todos algunas de las intervenciones de los equipo de orientación escolar, Inspectores e Inspectores Jefes que intervinieron en situaciones críticas, sin superponer acciones, sin coacción de un rol sobre otro, marcando muy bien momentos y actores. Esta transmisión de experiencias es también necesaria para poder visualizar en el plano concreto lo que simbólicamente se escribe. Por ende, es un acto de aprendizaje tan importante como otros. Invitamos a equipos, supervisores y Jefes de Región a enviarnos sus intervenciones en este tema, si desean compartirlo con sus colegas del territorio provincial. No podremos imprimir todas, pero sí, podremos socializar algunas. A todos agradecemos el compromiso profesional demostrado; tanto en las situaciones en las que hubo intervención directa de la Dirección de Psicología y Asistencia Social Escolar, como en aquellas que, luego de haber analizado y evaluado, articularon con otras instituciones y con otros actores. Comprendiendo el Concepto de Adolescencia "La adolescencia es un momento crucial de la vida del hombre y constituye la etapa decisiva de un proceso de desprendimiento. Este proceso atraviesa tres momentos: el 1° es el nacimiento, el 2° es la dentición, lenguaje y bipedestación, el 3° momento aparece en la adolescencia". Los cambios psicológicos que se producen en este período y que son correlato de cambios corporales, llevan a los adolescentes a una nueva relación con los padres y con el mundo, lo que sólo es posible si se resuelve positivamente el duelo por el cuerpo infantil, la identidad de niño y su relación con los padres de la infancia. Todas las modificaciones corporales incontrolables, como los imperativos del mundo externo que exigen del adolescente nuevas pautas de convivencia, son vividos al principio como una invasión. Esto genera a veces, intentos de retener logros infantiles, refugiarse en su mundo interno reconectándose con su pasado para poder proyectarse al futuro. Todos estos caracteres signan lo más notable de este período que es, la construcción de una nueva identidad que se va a ir conformando tanto en forma consciente como inconsciente. En este proceso de crecimiento corporal y psíquico, muchas veces los adolescentes asumen conductas provocadoras, omnipotentes que niegan el dolor, el padecimiento. Esta actitud defensiva es uno de los indicadores más graves de este período vital, ya que
condiciona crisis de rebeldía que llevan a actitudes antisociales y autodestructivas, desde la iniciación muy temprana de la vida sexual hasta el suicidio. También para los adultos (padres, docentes) aceptar las fluctuaciones entre avances y retrocesos propios de la adolescencia es un tránsito conflictivo. Uno de los mayores malentendidos es aquel que conduce al padre y a la sociedad, en general; a empujar o a retener, a fomentar excesivamente o a reprimir brutalmente, los logros de los adolescentes. La conducta adolescente fluctúa entre comportamientos fóbicos y contrafóbicos frente al espacio, a la exploración del mundo, que van desde las fugas reales a las fantasías de fugas, hasta el encierro en el cuarto, o a la inercia total en un aparente aislamiento del exterior. Es frecuente por ello, las "rateadas", los pactos de silencio entre pares, etc. La inserción en el mundo social del adulto es lo que va decidiendo su personalidad. Se plantea el problema de los valores éticos, intelectuales, afectivos, implica el nacimiento de nuevos ideales y la adquisición de la capacidad de lucha para conseguirlos. Deja "el como sí" del juego de la infancia, para confrontar los "sí" y los "no" de la realidad activa. Se distancia del presente y se proyecta al futuro de cómo ser persona independizándose del ser con y como los padres. Para ello, elabora y colecciona teorías; vale decir, un sistema de ideas, un programa del cual aferrarse y también, la necesidad de tener algo en lo que pueda descargar el monto de ansiedad frente al conflicto que genera la necesidad ambivalente de desprenderse y; a la vez seguir ligado. Su hostilidad frente al mundo, se expresa en desconfianza, en la idea de no ser comprendido, en su rechazo a la realidad siempre que no sea constatada. Toda adolescencia lleva una característica singular, individual y una característica cultural sociohistórica desde la cual se manifiesta. Prevenir una adolescencia difícil requiere de los trabajadores del campo sociocultural, la investigación de las necesidades y los límites útiles que permitan a los adolescentes desarrollarse. Implica comprender los tiempos necesarios para que el proceso no se retrase ni se acelere. Necesita de una libertad adecuada con la seguridad de normas que le ayuden a adaptarse sin entrar en conflictos graves con su medio y la sociedad en general. Adolescencia y juventud son, desde el campo sociológico dos categorías en las cuales las sociedades modernas han tratado de ordenar segmentos poblacionales partiendo de la edad. Preguntas como ¿a qué edad comienza? ¿a qué edad termina? ¿y la juventud?, hacen confuso lo que las categorías sociológicas intentan diferenciar. Tenti Fanfani 1 expresa que "un adulto se define como alguien que ha establecido su vida al margen de su familia de origen, que se autosustenta, que ha constituido su propia familia, que tiene hijos, que ha definido su destino laboral. Por ende, la juventud es ese período de mora en el cual un segmento de la población llegado a su madurez sexual, no termina aún de consumarse como adulto y está en espera de conseguir los atributos que lo identifiquen como tal". Sin embargo, no todos los individuos que, tienen la edad para ser considerados "jóvenes" en las categorías sociológicas, se encuentran en la misma situación. Maternidad y paternidad adolescentes, traer el dinero a la casa para mantener a la familia, abandono de los estudios para poder trabajar, producen en los sectores más vulnerables socioeconómicamente hablando, un achicamiento de la moratoria social. Lo mismo ocurre con las moratorias entre la adolescencia y la juventud.
Erickson, define a la adolescencia, como el período en que se escenifica una crisis: por un lado abandono del cuerpo y la identidad infantil; por el otro lado, la búsqueda de la identidad de adulto. La crisis se manifiesta en la interpelación que el adolescente hace hacia el sistema de referencias: La familia, la escuela, la sociedad. Nada es ya incuestionable como cuando era niño. Los conflictos generacionales se pueden comprender a esta luz: la adolescencia marca el comienzo del "desacople de la herencia familiar y la progresiva decisión del sujeto en la elección de sus grupos de pertenencia futuros". "De Juvenilia a Gran Hermano": ADOLESCENTES Y JÓVENES DE AYER Y DE HOY". La comparación de los jóvenes y adolescentes de ayer y de hoy - típica de los adultos es un tema recurrente en la opinión pública. Es común escuchar: "nosotros éramos bebés, al compararlo con un grupo de jóvenes punk"……., "¡¡¡qué juventud descarriada!!!… en mi época respetábamos a los mayores, si yo decía algo que no aceptaban en mi casa, no salía más"…., "Se desbandan porque tienen de todo, en mi casa no había ni para comer, trabajábamos y estudiábamos porque la vieja te mataba". Al oír estas frases uno se pregunta: ¿cuál es la diferencia entre el antes y el hoy? ¿de qué nos horrorizamos, de su imagen?. Para comprender qué pasa entre los jóvenes y adolescentes de ayer y de hoy, más que opinar y juzgarlos, es necesario comprenderlos en relación al momento sociohistórico en el que cada generación se inscribe, ya que como señala Tenti Fanfani 1 "más que de un actor, se trata de un emergente". DÉCADAS '60 - '70: EL IMPULSO A LA PARTICIPACIÓN. Los adolescentes y jóvenes de esta década conformaron su experiencia social en un contexto económico, histórico, social, tecnológico y cultural totalmente diferente al actual. Aquellas sociedades funcionaban sobre la premisa del "Estado Benefactor", tenía características organizativas integradoras. Las prácticas productivas estaban basadas en un modelo fordista - taylorista. Su lógica era obtener ganancias a través de una creciente inversión en productividad. El objetivo que se perseguía era bajar costos, abrir mercados y así obtener ganancias. Se necesitaban muchos recursos humanos bien formados para cada tarea. El consumo se ampliaba por la reducción de costos. El Estado generaba empleos como base del crecimiento económico, redistribuía el ingreso e invertía en planes sociales. Garantizaba así, el estado de bienestar de la población. Era época de pleno empleo; a la vez que, estabilidad en el mismo. La clase media se expandía y las clases populares mejoraban su situación. La educación era la vía reggia para alcanzar el ascenso social y el empleo. La escuela pública se expandía y diversificaba, era para todos y gratuita, al igual que la Universidad. Para aquellos sectores populares que necesitaban rápidamente entrar al mercado laboral, la escuela - llamada "secundaria"- preparaba para ello. Hubo un auge muy grande de las escuelas Técnicas o Industriales. También así se las elegía por géneros;: las mujeres seguían estudiando el "Normal" y/o el "Comercial o Nacional" y; los varones, preferían "el Comercial o el Industrial".
La organización institucional estaba muy pautada. Las normas de socialización eran claras, aunque parecieran y/o fueran autoritarias. Existía distancia entre profesores y alumnos/as, tanto en los códigos comunicacionales, como en la asimetría de los roles: enseñante - aprendiente. Era bastante conservadora, y, las metodologías didácticas se parecían más a la de los claustros universitarios: clase magistral y reproducción de contenidos avalados socialmente. Se prioritaba el funcionamiento individual aún dentro del colectivo. El colectivo era la sumatoria de muchas individualidades bien formadas. La industria cultural apoyaba esta dinámica favorable de las instituciones escolares y al modelo social integrador. La televisión ocupaba un espacio limitado en la vida de las personas. Había cuatro canales nacionales con una programación definida por temas y franjas horarias; noticieros, programas para la mujer, deportes, humor y algunas series norteamericanas. Estaba preparada para un público local y generalizable. "Esta televisión, expresa Tenti Fanfani, cimentaba la idea del "nosotros nación". Esta fue una sociedad más ocupada por la lectura que por la imagen, con la radio como vínculo exterior más inmediato. Estos años generarán también la revolución sexual, un cambio en las costumbres, el surgimiento de culturas juveniles y el ascenso participativo de los estudiantes universitarios en la vida política de los países. Se registra por primera vez el fenómeno del rock and roll, los beatnicks; comienza a escenificarse un mundo que estrenaba lenguajes, costumbres, indumentarias, gestos, artes, slogans, con los cuales marcaba su diferencia con la generación más restrictiva y conservadora de sus padres. Esta diferenciación daba cuenta de nuevas formas de identidad social de adolescentes y jóvenes. La política, ámbito en que estos adolescentes y jóvenes comenzaron a incursionar, se define por la geopolítica de la llamada Guerra Fría. Dos grandes modelos contrapuestos compitiendo entre sí. Sin embargo, surge el Movimiento de los Países No Alineados o de lo que después se denominó Países del Tercer Mundo. Esta línea tuvo fuerte adhesión de los grupos progresistas, siendo aceptada después por los Países Centrales. Los movimientos de liberación nacional de colonias imperiales: Angola, Argelia, VietNam, etc.; con fuerte participación de obreros, campesinos y estudiantes signarían esta época; el Mayo Francés, el Cordobazo, la Revolución China, la Revolución Cubana, la Primavera de Praga, son historias de participación y compromiso colectivo. La denuncia de los totalitarismos, la lucha contra las dictaduras latinoamericanas, los objetivos de emancipación nacional y social impulsaban, a los militantes y sectores comprometidos, no sólo al discurso, sino a prácticas coherentes con ellos, haciéndose éstas cada vez más enérgicas. DÉCADA '80 - '90: EL ENFRIAMIENTO. Muchas cosas cambiaron, para éste momento. Las transformaciones tecnológicas inciden en la esfera económica, en la circulación del capital y en las comunicaciones, alterando la división técnica y social del trabajo. El contexto se complejiza, se trastoca la conformación de las clases sociales, el acceso al empleo y al consumo, se rompe el eje integrador de la población, vigente en la década anterior. Se fragmentan las posibilidades y los intereses, se dificulta la movilización política. En las décadas anteriores la producción organizaba los mercados. En este momento es exactamente al revés. Se produce exclusivamente lo que el mercado establece. En los trabajadores esto acarrea consecuencias decisivas. Se necesita un obrero discontínuo, polivalente y dinámico. Ello afecta los sistemas de remuneraciones, la
organización laboral-sindical de los mismos. Las máquinas reemplazan a muchos trabajadores, se pierde el sentido del trabajo humano y comienzan los primeros "desocupados" a ocupar el escenario social. Los estados cambian su función. Ya no producen empleos para generar demanda, sino que tratan de eliminar su participación en la economía, reduciéndola al mínimo. Se trata de reducir el déficit fiscal, lo que incide en el mercado de empleos y en el alcance de las coberturas sociales. El Estado abandona parcial o totalmente las funciones que antes tenía, desentendiéndose de la calidad de vida de la población. La población más vulnerable pasa a ocupar la franjas de los llamados "excluidos", "desafiliados" del sistema productivo y de consumo. Las consecuencias sociales no tardan en hacerse sentir: mayor aumento de la pobreza; a la vez que, mayor concentración de la riqueza en pequeños sectores. Se polarizan las clases sociales. La industria cultural y las comunicaciones superan las fronteras nacionales, planetizando la oferta. "Los consumos de tiempo libre conllevan la lógica del mercado: privatización y especificación. La tecnología audiovisual prima sobre cualquier otra forma. Se segmentariza la población, se aísla el sujeto, se destruyen los lazos sociales. El lugar del libro, otrora prioritado, cambia. Se leen imágenes, señales, códigos visuales. Tiende a facilitarse la imposición "de lo fácil". Medios audiovisuales, consumo indoloro y facilidad, son fenómenos que se entrecruzan. A la vez, se aleja de la cultura del esfuerzo y del trabajo para obtener algo". (Tenti). Las instituciones de la sociedad - familia, trabajo y escuela -, se ven atravesadas por una crisis de sentido. Esto afecta la relación vincular entre ellas y las culturas juveniles. La adolescencia y la juventud son estadios de vida potencialmente transformadores de lo instituído, vale decir contra el "mundo adulto", que heredarán y en el que tan pocas posibilidades de futuro avisoran. Sus actitudes y comportamientos contestatarios generan la reacción de las generaciones adultas. Uno de los síntomas más significativos y delicados es la relación entre adolescencia - juventud, delito y sensación de peligrosidad social tanto para ellos mismos como para otros. La cultura mediática contribuye a esta estigmatización social. Lo negativo queda destacado y fijado en los medios de comunicación. Así, lo extraordinario se transforma en lo común. El mundo adolescente aparece como peligroso, extraño, incompresible, violento, superficial, sin valores. Las políticas establecidas por el mundo adulto procuran "resolver" todas las disfunciones incluídas en la categoría de "problemática juvenil": delincuencia, adicciones, violencia, problemas de adaptación y conductas desviadas. Los adultos identifican a las distintas generaciones juveniles con escalas valorativas de acuerdo a lo más significativo del momento histórico en el que se desplegaron esas actitudes. Así, en las décadas '60 - '70, la "juventud era rebelde", "poseía compromiso militante", "transformadores activos", "hombres nuevos". Entre el '70 - '80, pasaron a ser: "impacientes", "imberbes", "sospechosos", "peligrosos". Entre el '80 - '90, fueron: "sacrificados", "defensores de la Patria"(época de la Guerra de Malvinas), "valientes", "héroes". Luego, "democráticos", "defensores de los Derechos Humanos", etc. En los '90 - 2000, son: "fríos", "desinteresados en la cosa pública", "facilistas", "superficiales", "apáticos", "violentos". Frente a esto, cabría preguntarse: ¿Son los jóvenes y adolescentes los que tanto cambiaron?.
¿Qué modelos sociales brinda esta generación adulta para que algunos adolescentes se expresen como lo hacen? ¿Son los adolescentes los que constituyen el modelo social, o son - tal y como expresa Tenti Fanfani - el emergente de un momento sociohistórico determinado? ¿Cuáles son las responsabilidades que como ciudadanos adultos, ejerciendo este y otros roles sociales, tenemos para con estos adolescentes? Escuela, Subjetividad y Contextos Críticos Sí hoy hiciéramos una encuesta de opinión acerca de la "escuela" de hoy y la de ayer, tanto alumnos, padres y docentes, podrían contestar añorando aquella escuela de su adolescencia "en la que se aprendía de verdad", "te preparaba para seguir estudiando" o "te daba una fuerte base para insertarte en un trabajo". Esta evocación con nostalgia de una institución "organizada, ordenada, conocedora de sus alumnos, eficaz y capaz de asentar el reconocimiento social de los profesores ya que, utilizaba el conocimiento válido como herramienta superadora y liberadora, contrasta con un mundo contemporáneo incierto, cambiante, donde reina la tecnología en su máxima expresión: las redes comunicacionales, globalizadas, en un contexto social, económico y cultural inequitativo, desproporcionado con precariedad de empleabilidad y políticas de ajuste que atentan contra la expansión integradora del sistema educativo en todos sus niveles y gradaciones. Dubet y Martucelli, en su trabajo de investigación sobre la escuela francesa, llamado "En la escuela: sociología de la experiencia escolar" expresan que: "Todo sistema escolar debe llenar tres funciones esenciales y puede ser definido según la manera en que las jerarquiza y las articula. La palabra función expresa una necesidad social que el sistema educativo asume tratando de regularlas y que lo definen como tal". 1) La escuela acredita, a través de las calificaciones escolares. Las mismas poseen utilidad social para el empleo y la prosecución de estudios. Vale decir, la escuela distribuye "bienes" que tienen valor social y de mercado laboral. 2) La escuela produce sujetos, futuros ciudadanos. Los debates sobre la educación de "valores", autonomía escolar y social, proyectos educativos innovadores, señalan un espacio ambivalente de la escuela, como así también, un campo de tensión entre la distancia necesaria entre ella y la lógica de la estructura social imperante y; por otro lado, la cercanía con la lógica cotidiana. Esta dimensión del sistema escolar se hace más visible en épocas de cambio, que generan las consecuentes crisis adentro y afuera de la escuela, ya que, la escuela no educa para una literal adaptación al mundo tal cual es. 3) La escuela tiene como una de sus funciones la socialización. Relacionado con el campo tensional mencionado en el punto 2; la escuela es un aparato de distribución de posiciones sociales, produce sujetos ajustados a esos roles sociales. Por ello, la teoría de la reproducción de Bordieu y Passeron es a la vez social y cultural. Sin embargo, la socialización escolar no es toda la socialización. Esto es así, debido a que esta socialización singular, se desarrolla en una organización caracterizada por una "forma escolar". Vale decir, un conjunto de reglas, ejercicios, programas y relaciones pedagógicas resultantes del punto de confluencia entre un proyecto educativo y una estructura de "oportunidades" sociales. Los actores sociales - alumnos y profesores - tienen espectativas de roles específicos y diferenciados; a través de los cuales interiorizan normas y aptitudes que los habilitan para ser integrados a una sociedad.
Ninguna de estas tres funciones básicas de la escuela pueden pensarse disociadas una de las otras. Así, cuando los docentes "perfeccionamos" críticamente sistemas de evaluación, acreditación y promoción de aprendizajes; necesariamente, estamos generando cambios en la constitución subjetiva de alumnos y docentes, y; viceversa. I- Acerca de la "Constitución Subjetiva": Pensar en la constitución subjetiva conlleva abordar el enigma de los orígenes. ¿Cómo, por qué y para qué este recién nacido advendrá en un sujeto social? Desde el psicoanálisis la respuesta es "a través de la presencia del lenguaje". Define al sujeto como ser de discurso, ser de palabra, vale decir, determinado, "sujetado" al universo simbólico. Somos habitados por el lenguaje que arma, forma la subjetividad, transmite y tramita el complejo sistema de la cultura. La emergencia del lenguaje en la especie humana fue el paso definitivo para transformar al hombre en "homo sapiens", humanizarse. Importante pasaje de la naturaleza a la cultura. Este pasaje de la naturaleza a la cultura implica un universo simbólico que se hace efectivo en una organización social. La instauración de legalidades y prohibiciones da estructura de conjunto a los integrantes de una comunidad. Sin ley no hay estructura de cultura, sin cultura no hay sujeto. Esta dimensión jurídica coloca en simultáneo la dimensión ética del sujeto. Así, la cultura instala leyes y ética. Leyes que los hombres y las instituciones acatan y/o transgreden. Cada cultura se construye con sus propias lógicas, leyes y pactos. "Ciudadano"corresponde a sujeto jurídico capaz de contraer libremente obligaciones. El debate actual versa sobre el alcance de la expansión de los derechos sociales. Otro Estado, otras legalidades, otra organización social, otra familia, otro concepto de autoridad, niñez, juventud, feminismo, minorías sociales, etc.; son conceptos que emergen del nuevo orden social y jurídico de los Estados Modernos. De "súbditos", con las obligaciones que el amo impone en el medioevo, a sujetos de derecho y responsabilidad frente al colectivo social, hay una gran diferencia en el concepto de relación con la autoridad. Autoridad actual no encarnada en un amo poderoso con promesas de amparo, saber, protección y exigencias de esclavitud. Autoridad actual que se referencia en la construcción colectiva de pactos respetados por todos. Esta es la esencia del Estado Democrático, aunque no siempre sea respetado. Coincidimos en que, no es suficiente considerar los problemas y dificultades de nuestros jóvenes con la autoridad, sea ésta representada por profesores, padres, policías, etc.; pensándola exclusivamente como dilema, vale decir, o es rebeldía en su grado sumo de parte de los jóvenes, o es, incapacidad para ejercer la autoridad de parte de las figuras que la representan. Es necesario, incluirlos en el análisis del contexto sociocultural contemporáneo, focalizando en el armado y transgresión y/o descalificación de pactos, acuerdos convivenciales y leyes sociales. II- Violencia y Conflicto en los Ámbitos Educativos: Uno de los aspectos más preocupantes de estos últimos años es el impacto en los ámbitos educativos de situaciones altamente conflictivas y/o violentas. Joaquín Rodríguez Nebot diferencia dos tipos de violencia: simbólica y fáctica.
La violencia simbólica: Se caracteriza por un discurso de razón que contiene elementos científicos, mitológicos e ideológicos. Refiere a violencia simbólica en la medida en que se impone a todo el colectivo social y, su garante es el Estado y/o las normas que el gobierno social adopte. Se impone como norma y se transmite a través de leyes, normas, costumbres, folcklore, ritos. Esta operación compleja se apoya en las instituciones del Estado que regulan y administran la conducta del colectivo. Todo lo que se sale de la norma es reprimido y/o castigado a través de formas diferentes ("las penitencias del proceso de confesión religioso; las sanciones disciplinarias en la escuela, el juicio de los Tribunales y la cárcel para los culpables, son ejemplo de ello). La violencia fáctica: Es aquella más notoria - peleas, luchas, forcejeos, etc. -, por ser la que se ejerce sobre el cuerpo del otro. Es, sobre todo, acción directa sobre otros. Lo que produce su irrupción es la falla en la simbolización posible del otro como semejante. El otro es un extraño, que amenaza nuestra identidad. La relación poder - violencia es similar. El poder afecta las coordenadas espacio tiempo, generando complejos dispositivos de regulación de los cuerpos sociales. Paralelamente, las instituciones reproducen microviolencias cotidianas. La conjunción de distintas lógicas polivalentes, puestas en juego en una institución, lleva a generar un clima de malestar, incertidumbre y padecimiento institucional, afectando la red organizacional. Existen diferentes planos de conflicto institucional: a) Organizacionales: se producen a partir de la división y distribución del trabajo y las tareas. Pueden ser: sectoriales, salariales, públicos o privados. b) Culturales: . Comunitarios: redes de diferentes actores sociales en los que está enclavada la escuela. Son conflictos en el eje tensional escuela - comuni dad. . Raciales - merituales: aquellos grupos sociales que tienen una pertenencia y filiación que les otorga, identidad positiva o negativa. Ello incide en la escuela; a la vez que la misma fortalece reproduciéndolo, o, genera el conflicto desconociendo esta relación. c) Pedagógicas: derivan del diseño estratégico por la formación, evaluación de calidad, formas de enseñar, ajuste o no al diseño curricular y formas de producción de conocimiento. ¿CÓMO OPERAR EN LOS DISTINTOS NIVELES? Lo esencial es construir el mapa de red del problema, tratando de tener en cuenta lo siguiente: a) Relatos hechos por los actores involucrados. b) Determinar la zona de impacto de la situación. c) Analizar policausalmente los acontecimientos. d) La participación posible de actores específicos en procesos de negociación, mediación, arbitraje. III- Comportamientos Autodestructivos: La Insoportable Secuela de la Muerte en la Escuela
"Se ha suicidado un alumno de una escuela del Gran Buenos Aires. Ese día un docente le había puesto un cero. Algunos padres acusan a la docente. Algunos alumnos responsabilizan a la escuela, "si la escuela fuera de otra manera, Fulano viviría"… Frente al hecho consumado del suicidio ¿existe intervención posible?. Obviamente frente al alumno protagonista del hecho no. Ya nada le devolverá la vida. Sin embargo, algunas intervenciones posibles permiten ubicar en su adecuado lugar algunas cuestiones entre alumnos, docentes y comunidad. Vale decir, con todo aquello que se descolocó en la institución a partir del hecho. Desde 1998, los E.O.E. actúan, intervienen en estos sucesos, construyendo una estrategia a partir de su formación previa, su comprensión del episodio por el que se consulta, la orientación de los supervisores y la delimitación de los campos de intervención posibles. Ninguna intervención es igual a otra. Cada suceso se da en un sujeto y un colectivo familiar, institucional y comunitario singular. Es esta singularidad, el elemento esencial para pensar intervenciones complementarias entre Equipos de Orientación Escolar, supervisores y responsables de las escuelas: equipos directivos y coordinadores del tercer ciclo y/o polimodal, profesores. De ellas aparecen como primeros señalamientos a tener en cuenta: a) la angustia que genera la muerte de un estudiante b) la culpa y los autoreproches que, como consecuencia del impacto emocional, aparecen en los distintos actores institucionales c) las construcciones y mitos sobre cómo fue y por qué. Ellos generan la tentación de buscar culpables, "chivos expiatorios" que se lleven consigo la angustia y la bronca que nos genera la desaparición súbita de alguien significativo d) comenzar el trabajo de elaboración del duelo por la pérdida de un ser, integrante de mi vida hasta ayer e) las dudas e incertidumbres que aparecen en los docentes referidas a ¿cómo trabajar con adolescentes que tienen historias de padecimientos? f) muy pegado a ello el pedido de la "receta diagnóstica": ¿qué tenemos que observar?, ¿cómo darse cuenta de que alguien va a suicidarse?, ¿cómo saber que "lo que hago siempre" puede disparar la muerte?, ¿cómo hacerse cargo de todo lo que depositan los adolescentes en el docente y/o preceptor y/o E.O.E.? g) no todas las instituciones educativas desean una intervención. Por ende, tampoco es buena imponerla h) no todos los E.O.E. se sienten habilitados para trabajar sobre estas áreas. Por ello, en estas ocasiones y; gracias a la diversidad de profesionales con los que contamos, es conveniente "armar" un "equipo capacitado para operar directamente" y un "equipo sostén" cuya función específica es "escuchar" y analizar las intervenciones conjuntamente con el inspector de área - de sus compañeros y contribuir desde este análisis externo a la intervención a repensar las acciones siguientes. Cuando esto no es posible por las características propias de las instituciones educativas y/o la conformación de los equipos, y/o la característica profesional de los mismos, lo
conveniente es trabajar en red con otros organismos: salud provincial y/o Municipal, O.N.G. dedicadas a este tema, Universidades, etc. · Algunas cuestiones sobre los factores de riesgo acerca del maltrato o violencia infantojuvenil Ningún comportamiento hétero o autodestructivo se da por casualidad. Lo observable es una larga historia de microcrisis o hechos violentos que, en la adolescencia hacen eclosión encontrando un potencial que facilita la conducta reactiva. De la casuística se pueden mencionar algunos factores de riesgo que, como ustedes verán, son muy amplios y generalizables a un sector poblacional adolescente; lo que no indica, que todos se suiciden y/o maten (heteroagresividad). Factores que tienen que ver con las familias: Historias de maltrato en la infancia Depresión Baja tolerancia a la frustración Inmadurez emocional Baja autoestima Desórdenes psicológicos Dificultades comunicacionales interpersonales e intergeneracionales Factores de los hijos: Ansiedad infanto-juvenil Hiperactividad Cambios marcados en las actitudes hacia los otros Depresión infanto-juvenil Historias de maltratos y abandonos Trastornos del sueño y alimentación Adicciones: alcohol y droga Baja tolerancia a la frustración Baja autoestima Dificultades comunicacionales
Tendencia al aislamiento Factores sociales: Desempleo Dificultades económicas y laborales Aislamiento social Modas acerca de la estética "adecuada para ser alguien" "para ser feliz" impuestas por determinadas clases sociales y trasmitidas por las culturas mediáticas Escasez de oportunidades educativas y de inserción social Factores culturales: Aceptación del maltrato corporal, psicológico, social Construcción social del concepto de maternidad/paternidad; femenino/masculino Aprobación cultural del "éxito y la meritocracia", lo que encubre la discriminación de unos y otros Aprobación cultural de la competencia "ser más que", "tener más", impuesta por las reglas de consumo. Lo que conlleva a la automática deslegitimación de quien no lo es, o, quien no lo tiene. Disociación marcada entre lo "deseable" para el mercado y, lo que es posible para los sujetos sociales reales Aceptación cultural de la necesidad de "evadirse" para poder "soportar" la realidad, difundida por la cultura mediática.
Bibliografía Dubet y Marttuccelli: "En la escuela: sociología de la experiencia escolar" Editorial Losada. Taber, Beatriz: "Jóvenes y ciudadanía: autoridad y violencia" Revista "Ensayos y Experiencias". Ediciones Novedades Educativas N° 35. septiembre/octubre de 2000. Rodríguez Nebot, Joaquín: "Violencia y Conflicto en los ámbitos educativos" Revista N° 35 "Ensayos y Experiencias" Tenti Fanfani, Emilio: "Una Escuela para Adolescentes" Editorial Losada. Cap. I