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PERSPECTIVAS DE LOS DIRECTORES DE INVERSIONES
RENTA VARIABLE
Dirigido exclusivamente a profesionales de la inversión. No debe ser tomado como referencia por inversores particulares.
2017: Una historia de crecimiento en EE.UU. Los mercados financieros están poniendo el foco claramente en las implicaciones de la administración Trump para el crecimiento. De hecho, este énfasis en el crecimiento y sus posibles efectos inflacionistas probablemente marquen la pauta en los mercados en 2017 e instauren una mentalidad reflacionista entre los inversores que es positiva para los activos de riesgo, pero no así para los activos defensivos, que están caros. Obviamente, habrá picos ocasionales de volatilidad a medida que el mundo se adapta a las veleidades del Trump presidente de EE.UU., pero probablemente sean interrupciones breves dentro de una tendencia de crecimiento en desarrollo que podría marcar el tono de los mercados y la economía durante varios años.
Todo girará en torno al crecimiento Aunque la victoria de Trump en las elecciones fue una sorpresa para muchos, incluido yo, la reacción del mercado ha sido esencialmente racional. El Trump hombre puede ser muchas cosas, pero todo en su administración girará en torno al crecimiento. Aunque el aumento del proteccionismo sigue siendo un riesgo real, los mercados se están centrando justificadamente en el importante potencial de crecimiento que ofrece la administración Trump. Recordemos que la gran promesa de Trump al electorado estadounidense fue crear más empleos y mejor remunerados. Para conseguirlo, sabe que necesita hacer crecer la economía en términos nominales. Creo que la administración Trump se centrará en diseñar una expansión de la economía estadounidense por la vía de los presupuestos del estado. EE.UU. puede permitirse aplicar estímulos presupuestarios y estos podrían ser más fáciles de aprobar en un Congreso dominado por los Republicanos de lo que actualmente se piensa. De hecho, los Republicanos tienen un buen historial como creadores de déficits públicos, pues ese fue el resultado de la presidencia de George Bush hijo y del primer mandato de Ronald Reagan. La expansión del gasto público en EE.UU. tendrá varias implicaciones importantes:
La primera de ellas es que el crecimiento económico estadounidense cobrará impulso, sobre todo si se tiene en cuenta que el gasto público ha sido una rémora para el PIB del país en fechas recientes. En concreto, podríamos ver un importante salto de los beneficios empresariales en EE.UU. por el efecto combinado de la rebaja del impuesto de sociedades y la amnistía parcial para los beneficios repatriados.
DOMINIC ROSSI es Director Global de inversiones del área de renta variable de Fidelity International. Con más de 25 años de experiencia de inversión, Dominic comenzó su carrera como gestor de fondos de renta variable en Kuwait Investment Office en 1987. Entre 1997 y 2008, Dominic ocupó varios puestos en Threadneedle Asset Management, entre ellos el de responsable de renta variable latinoamericana, Responsable de renta variable internacional y Responsable de renta variable. En 2008 se convirtió en Director de inversiones en Gartmore, a cargo de las actividades de inversión de la gestora en todo el mundo. Dominic es licenciado en Políticas por la Universidad de Sussex y posee un MBA cursado en la CASS University (anteriormente, City University). Es miembro de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO), del Grupo Internacional para el Comercio y la Inversión (ITIG) y presidente del Comité de Inversión de la IMA y del Consejo Asesor de la Escuela de Negocios, Gestión y Económicas de la Universidad de Sussex.
En segundo lugar, el atracón de ahorro en todo el mundo, que ha tirado a la baja con fuerza de los tipos de interés reales y los rendimientos de los bonos durante años, comenzará a reducirse, ya que el programa de gasto de Trump absorberá un porcentaje mayor del capital ahorrado. Eso significa que veremos un aumento del tipo de interés real, que actualmente es negativo. Lo anterior contribuiría de forma efectiva a un endurecimiento monetario y quita algo de presión a la Reserva Federal para subir los tipos nominales.
En tercer lugar, el mayor dinamismo del crecimiento y la política monetaria más restrictiva probablemente tiren al alza del dólar, pero únicamente a corto-medio plazo. A más largo plazo, la moneda estadounidense sufrirá presiones si la ampliación del déficit público terminara siendo un problema o si viéramos un deterioro sustancial del déficit comercial, debido a un mayor volumen de importaciones. De hecho, esto último podría interpretarse como un fracaso del eslogan “America First” (“EE.UU. primero”) de Trump, por el que se comprometió antes de las elecciones a repatriar eslabones de la cadena de valor internacional de las manufacturas que en el pasado se habían deslocalizado a Asia. Existe el peligro real de que volvamos a un mundo de “déficit doble”.
“America First” En lo que respecta a las bolsas mundiales, esta historia de crecimiento supone la reafirmación del liderazgo del mercado estadounidense en un momento en el que los inversores volverán a centrarse en el crecimiento de la economía y los beneficios empresariales. Tras dos años de beneficios planos en EE.UU., ya habíamos empezado a ver una mejoría de fondo en el crecimiento de los beneficios de las empresas estadounidenses. Actualmente, prevemos un crecimiento total de los beneficios empresariales en EE.UU. del 11,2% en 2017 y una rentabilidad sobre el capital del 16,2%, basándonos en los modelos fundamentales propios que utilizamos para calcular los beneficios de valores individuales. Una rebaja del impuesto de sociedades, incluso del 35% al 25% (en lugar del más llamativo 15% que se apuntó antes de las elecciones), impulsaría los beneficios un 10% y colocaría a EE.UU. como el primer mercado por crecimiento de los beneficios y rentabilidad sobre el capital. A eso hay que añadir que las empresas estadounidenses tienen más de 1 billón de dólares aparcados fuera del país, según los balances de las empresas del S&P 500. La liberación de esta tesorería impulsaría las fusiones y adquisiciones, la inversión empresarial e, incluso, la rentabilidad para el accionista vía dividendos y recompras de acciones. De hecho, el eslogan electoral “America First” también debería ser el mantra de los inversores en 2017. Incluso si asistiéramos a un escenario más proteccionista, el mercado estadounidense sería el más resistente debido a que recibe el impulso que desde dentro le brinda una cultura de ahorro para la jubilación fomentada en el propio ámbito empresarial.
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Desarrollados baten a emergentes Las perspectivas para otros mercados desarrollados se sustentan en el hecho de que el crecimiento económico mundial se beneficiará de la mayor fortaleza de EE.UU. Estamos en el arranque de un nuevo movimiento al alza de la actividad económica y los mercados desarrollados tienen margen para ser más alcistas sobre el crecimiento mundial, con el proteccionismo como principal amenaza a tener en cuenta conforme vaya pasando el tiempo. Los mercados europeos se beneficiarán de la mejoría del crecimiento, aunque podríamos ver algo de volatilidad originada en la esfera política por las próximas elecciones en Francia, Holanda y Alemania. Las consecuencias para los mercados emergentes probablemente sean más dispares. Aunque la mayor fortaleza del crecimiento estadounidense y mundial crea una coyuntura indudablemente positiva para las bolsas emergentes, eso sólo será así si no se aplican medidas proteccionistas. Ahora, tener a EE.UU. como socio comercial clave se ve como algo parecido a un talón de Aquiles en algunas economías emergentes, al menos hasta que haya más certidumbre en torno al comercio y los aranceles. Un aspecto importante es que la fortaleza del dólar —a corto-medio plazo— es un obstáculo financiero para los precios de las materias primas y para algunas economías emergentes. También existe la posibilidad de que el exceso de capacidad de producción en mercados fuera de EE.UU. quede absorbido por EE.UU. en el marco de las perturbaciones que sufrirán las cadenas de valor de la industria, lo que tendría un efecto compensatorio sobre la inflación estadounidense en un entorno de estímulos presupuestarios.
El sector financiero y el farmacéutico brillarán En lo que respecta a los sectores bursátiles, creo que las empresas farmacéuticas y las entidades financieras se beneficiarán de un entorno normativo más favorable con una administración republicana. La perspectiva de unas políticas reflacionistas que combinan más crecimiento, más inflación y tipos de interés más altos beneficiará a los valores relacionados con los servicios financieros y los activos reales. Las farmacéuticas cayeron durante la campaña electoral ante la perspectiva de que ganara Clinton, por la posibilidad de que se introdujeran precios máximos. De la administración Trump se espera que adopte una postura más suave en torno al marco normativo. Llevamos tiempo apostando por los valores del sector sanitario debido a sus beneficios y dividendos atractivos en un entorno marcado por la demanda estructural. Seguimos viendo una innovación fuerte que está dando lugar a potentes carteras de nuevos fármacos y tratamientos en desarrollo, sobre todo en oncología, inmunoterapia y viroterapia. Nuestros gestores de fondos aprovecharon las valoraciones atractivas que dejó la campaña para reforzar las posiciones. Los balances de los bancos llevan tiempo mejorando, pero un repunte de la inflación en EE.UU. y el Reino Unido, junto a la presidencia de Trump, ponen viento en las velas de una tendencia de reflación incipiente. A la vista del entorno económico positivo y las perspectivas de estímulos presupuestos centrados en el crecimiento, somos optimistas sobre el sector financiero de los mercados desarrollados. PERSPECTIVAS DE LOS DIRECTORES DE INVERSIONES | 2017: Una historia de crecimiento en EE.UU.
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La normativa bancaria estadounidense probablemente sea más favorable con Trump. Algunos bancos estadounidenses están cotizando en niveles próximos a su valor en libros, con rentabilidades sobre el capital de un dígito. Si estas rentabilidades aumentaran hasta dobles dígitos y los valores en libros subieran hasta 1,5 veces, podríamos ver importantes ganancias en las cotizaciones. Seguimos viendo atractivo en los valores tecnológicos, donde las mejores empresas son capaces de generar un buen crecimiento de los beneficios mediante innovaciones en sus modelos de negocio, sus operaciones, su logística o sus ofertas a los clientes finales. No obstante, es preciso ser selectivo. Aunque no son beneficiarios obvios de un gobierno con Trump, sobre todo si el proteccionismo hiciera acto de presencia, los valores tecnológicos estadounidense podrían recibir impulso de las reformas fiscales para repatriar beneficios en el extranjero y del planteamiento “America First”, que perturbaría las consolidadas cadenas de suministro internacionales para hacerlas regresar a EE.UU. Gráfico 1: El déficit presupuestario estadounidense con varios gobiernos
Gráfico 2: Proyecciones de rentabilidad sobre recursos propios de Fidelity
Fuente: Oficina de Análisis Económicos de EE.UU., noviembre de 2016.
Fuente: Fidelity Insights, Fidelity International, noviembre de 2016.
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