4.08. QUE APORTA EL PENSAMIENTO SISTEMO-CIBERNETICO A LA GESTIÓN DE ORGANIZACIONES

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EL PENSAMIENTO ECONÓMICO DE LA
Número 6 – septiembre de 2010 ISSN: 1668-3684 http://200.69.147.117/revistavirtual/ EL PENSAMIENTO ECONÓMICO DE LA CLASE DOMINANTE COLONIAL PORTEÑA.

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Proceedings del XXVIII Encuentro Nacional de Facultades de Administración y Economía ENEFA Proceedings – Vol. 5, año 2012 ASFAE

4.08. QUE APORTA EL PENSAMIENTO SISTEMO-CIBERNETICO A LA GESTIÓN DE ORGANIZACIONES

Autores: LIMONE, A. U. de Valparaíso. Pasaje La Paz Nº 1301, Viña del Mar. [email protected]

Pontificia Universidad .Católica de Valparaíso. Fonos: 32.2960829 – 93237216

Avenida Brasil Nº 2950, Valparaíso. FERNÁNDEZ, J. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso [email protected]

Avenida Brasil Nº 2950, Valparaíso. Fonos: 32.2475505 – 77690572 MORALES, L. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. [email protected]

Avenida Brasil Nº 2950, Valparaíso Fonos: 273334

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QUE APORTA EL PENSAMIENTO SISTEMO-CIBERNETICO A LA GESTIÓN DE ORGANIZACIONES ABSTRACT La Teoría General de Sistemas y la Cibernética son dos disciplinas del pensamiento científico que aparecen en la primera mitad del siglo pasado. Ambas disciplinas se influyen mutuamente generando

un pensamiento que podemos llamar sistemo-cibernético.

Este

pensamiento influye poderosamente en la casi totalidad de las disciplinas científicas existentes y está presente en todo el desarrollo científico tecnológico de la segunda mitad del siglo XX hasta hoy. Sólo en la década del sesenta, este pensamiento comienza a ser usado en el campo de la Teoría de la Organización y la Gestión pero la influencia que dicho pensamiento ha tenido en nuestra disciplina no se ha hecho, del todo evidente.

Este trabajo se propone mostrar

explícitamente que los conceptos y mecanismos de ese pensamiento han sido y son un aporte enorme para el campo de la Gestión en la explicación acerca de cómo surge una organización humana, como funciona y como se mantiene viable en el tiempo.

Palabras claves: espacio social, sistema de actos, sociopoiesis, complejidad, dinámica operacional

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INTRODUCCION

Tanto la teoría general de sistemas como la cibernética son disciplinas que nacen y se comienzan a desarrollar durante la primera mitad del siglo pasado. La teoría general de sistemas surge fundamentalmente de los planteamientos de los biólogos organicistas, los psicólogos de la gestalt y los primeros planteamientos de los ecólogos en los años 30. Este pensamiento se vio también reforzado por los cambios profundos que surgen de la física subatómica y la biología. El efecto más trascendente de este nuevo pensamiento se hace sentir a través de un profundo cambio epistemológico. En efecto, en la ciencia había prevalecido, casi sin contrapeso, el pensamiento nacido en el siglo XVII con los trabajos de Newton, Descartes y Galileo entre otros grandes científicos. Esta preeminencia comienza a derrumbarse con el nuevo pensamiento y termina con un cambio epistemológico radical que invade prácticamente todas las disciplinas científicas del siglo XX, con la lamentable excepción del Management y, tal vez, la economía más académica, que han permanecido ligadas a la concepción mecanicista, positivista y lineo-causal de ese paradigma anterior. Para mostrar la envergadura y profundidad del cambio en la visión del mundo, mostraremos sucintamente, la comparación de los principales rasgos, entre ambos paradigmas:

Paradigma mecanicista

Paradigma sistémico

Reduccionismo

Holismo (percepción global), de la totalidad a la parte

Monocausalidad y lineocausalidad

Multicausalidad y causalidad circular, que da origen al pensamiento complejo.

Realidad objetiva

Realidad epistémica: Inclusión del observador en la explicación

Búsqueda de la verdad y la certidumbre

Aceptación

de

la

incertidumbre

y

las

descripciones aproximadas.

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Como es fácil apreciar, cada característica del nuevo paradigma es la antítesis del antiguo.

La forma de abordar los fenómenos cambia radicalmente, esto es, si el antiguo paradigma colocaba el acento en el estudio de los elementos y sus propiedades, el nuevo paradigma pone, definitivamente, la atención central en las relaciones. En síntesis, la visión del mundo cambia profundamente y también la metodología a utilizar y el pensamiento causa-efecto pierde todo sentido. El pensamiento cibernético aparece en los años cuarenta y rápidamente el pensamiento sistémico y el cibernético, se influyen mutuamente hasta ser prácticamente inseparables. De allí que nosotros nos referiremos a ambos como una sola cosa que hemos llamado pensamiento sistemo-cibernético. Si bien el pensamiento sistémico hoy comienza a ser cada vez mejor comprendido, existe mucho desconocimiento respecto del pensamiento cibernético, tanto que muchas personas, incluso de nuestro campo de la administración sostienen, increíblemente que “la cibernética está pasada de moda” lo que evidentemente es una falacia producto de la falta de conocimiento. Por eso, dedicaremos en el acápite siguiente, una explicación más detallada de esta ciencia y su evolución hasta nuestros días.

Cibernética El prefijo cyber proviene originalmente de la palabra griega kybernetes, y la que desde la década del cuarenta “da nombre a una disciplina que estudia la comunicación y el control en los seres

vivos

y

las máquinas construidas

por el

hombre.

La conquista científica

de

los sistemas organizados constituye la tarea esencial de la cibernética. Desde sus orígenes, esta ciencia se propone abordar la materia altamente complejizada (seres vivos, sociedades, etc.) en su evolución misma”. (Rizzo, 2004). Tres sucesos se pueden citar como fundadores del movimiento cibernético nacido en USA. En primer lugar, el fecundo diálogo entre el matemático ruso-americano N. Wiener y el neurofisiólogo mejicano A. Rosenblueth; en segundo lugar, las llamadas Conferencias de Macy, en las que participaron científicos de diferentes disciplinas tales como Wiener (matemático), J. von Newmann (ingeniero), W. Mc. Culloch (biólogo) K. Lewin (psicólogo), G. Bateson (antropólogo) y

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muchos científicos más, dando origen a los primeros debates cibernéticos y, por último, la publicación de la obra seminal “Cybernetics” (Wiener, 1948). La cibernética es una disciplina que al comienzo recibió muchas definiciones diferentes, por ejemplo Wiener la definió como el estudio “del control y la comunicación en el animal y la máquina”, L. Couffignial (1961) la define como “el arte de hacer eficaz la acción” y más tarde S. Beer la definirá como “la ciencia de la organización”. Sin embargo, una indagación más profunda y acuciosa del pensamiento de dichos científicos nos muestra que para todos ellos , el objeto de estudio de la cibernética gira alrededor de los conceptos de organización, mando-control y comunicación. Una de las últimas conceptualizaciones , proporcionada por von Foester y Pask, afirma que ella es la disciplina que estudia los fenómenos de organización, o dicho de otra forma, el estudio de los requisitos y condiciones que debe cumplir un sistema para existir con autonomía en un dominio determinado. Desde la década del 40. hasta hoy la cibernética se ha ido desarrollando y evolucionando de manera que es posible distinguir tres niveles de complejidad creciente en que ella puede ser aplicada, estos son: a). la cibernética de primer orden, o cibernética de los sistemas observados, b). la cibernética de segundo orden, o cibernética de la cibernética, esto es, cibernética de los sistemas observadores y c). cibernética de tercer orden o cibernética de los sistemas de sistemas observadores; esta ultima en pleno desarrollo, a través de aproximaciones tales como la sociocibernética, la cibernética organizacional y la cibercultura. Podríamos continuar mostrando otros desarrollos de la cibernética en la biología, la neurofisiología, la robótica y otras disciplinas científicas surgidas en la segunda mitad del siglo pasado, pero eso nos alejaría del propósito de este trabajo: explicitar el aporte del pensamiento sistemo-cibernético a la teoría de la organización y la gestión.

APORTE DEL PENSAMIENTO SISTEMO-CIBERNETICO A LA TEORÍA DE LA ORGANIZACIÓN. Aparte del trabajo de Johnson, Kast, y Rosenzweig en 1967 y el de Beer en 1972 y 1979, dedicados fundamentalmente a la aplicación del pensamiento sistemo-cibernético al Management, los más importantes aportes están relacionados con la Teoría de la Organización,

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que es el cuerpo teórico básico para el desarrollo de la gestión. En lo que sigue iremos mostrando esos aportes en acápites subtitulados. Nueva conceptualización de la empresa y las organizaciones sociales

El mayor aporte de este nuevo pensamiento a la teoría de la organización ha sido permitir una reconceptualización de la organización humana, especialmente en la empresa, que desplaza la conceptualización de ellas desde la noción de máquina a la noción más cercana del concepto de organismo (Senge, 1990; Nonaka, 1991). En efecto, con el influjo del pensamiento sistémico, la empresa deja de verse como una agrupación (una sumatoria) de elementos y partes para pasar a ser entendida como un sistema, esto es como “un conjunto de elementos en interacción que constituyen una unidad observable” (Limone 1977). El cambio radical que esto genera es que ya no podemos seguir pensando que podemos intervenir en una parte de la empresa de manera que los cambios que podamos introducir afectarán sólo a la parte intervenida, sino que ahora sabemos que cualquier intervención o perturbación en la trama de interacciones de procesos que constituye la empresa, afectará de alguna manera al resto del sistema, por lo que no es aconsejable reorganizar una parte de ella, sin analizar previamente cuáles serán las repercusiones probables en el sistema total. La administración tradicional no considera este aspecto en ninguna de sus proposiciones. Lo dicho cambia necesariamente las condiciones de intervención y corrección del sistema gerencial en los otros sistemas que configuran la compañía. A partir de esto toda la planificación y regulación del sistema debe incluir el análisis previo del efecto que tendrán los diferentes planes en toda la organización y simultáneamente la consideración de los diferentes estados que nos presente el entorno donde se supone que operarán los planes. Esto nos lleva a reconocer que la empresa y las organizaciones humanas en general no tienen asegurada su supervivencia, esta es, ante todo, la consecuencia de satisfacer, instante a instante, las condiciones de viabilidad. Esas condiciones de viabilidad son dos: -

La coherencia interna

-

La congruencia con el medio.

La primera se refiere a la necesaria correlación y coordinación de los diferentes procesos que constituyen la empresa y esto implica, fundamentalmente, un problema de regulación y

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coordinación, vale decir, un problema de gestión interna. La segunda nos señala la indispensable necesidad de adaptación permanente del sistema a su medio, adaptación que no sólo es de sentido común sino que se apoya en la ley de Ashby, la ley de requisito-variedad; donde variedad es el número de estados diferentes que puede asumir un sistema y que de acuerdo a dicha ley, la relación de nuestro sistema debe tener igual o mayor variedad que la del sistema con el cual interactuamos si queremos que el otro no nos domine (Ashby, 1956; Mélèse 1972) Lo que acabamos de decir nos pone de manifiesto que hay una estrecha correlación e influencia entre variedad, estado y transformación (el cambio de estado, por efecto de la acción de un operador). Esta relación se convierte en crucial y crítica para los procesos de control y debe ser perfectamente conocida por aquellos que desempeñen roles de regulación o de control. Por ejemplo el tan conocido problema del tramo de control o amplitud de mando es un problema de variedad y debe cumplir con la ley de Ashby si el ejecutivo quiere mantener su mando y liderazgo respecto de sus subordinados. En esta nueva conceptualización, la visión sistemo-cibernética, nos permite comprender que el sistema empresa tiene dos posibles manifestaciones: en el dominio físico y en el social. Esto pasa a ser crucial para saber de que tipo de sistema, estamos hablando dado que desde un dominio (el social) la concepción de la empresa tiene un comportamiento de unidad simple, no analizable, y desde el dominio físico un sistema tiene un comportamiento de unidad compuesta y la forma de interactuar con ella es diferente según sea el dominio en que la observamos. Otra consecuencia que tiene el considerar la empresa como sistema, se refiere a un comportamiento que exhiben todos los sistemas y que se conoce como sinergia, esto es, que todo sistema muestra propiedades y/o características diferentes a aquellas que tienen sus elementos componentes y que además no pueden explicarse por la simple suma de las propiedades de los componentes. Esta característica sistémica es, por lo general, bastante conocida; pero lo que no es tan conocido y que viene a ser la parte más importante, es ¿porqué se produce? La respuesta está dada por la consideración en profundidad de lo que podemos entender por interacción. ¿En qué consiste exactamente, una interacción? Llamamos interacción a las relaciones mutuas entre dos o más elementos, las que son capaces de modificar la conducta, e incluso, a veces, la naturaleza de los elementos que intervienen. Si un sistema es el resultado de las interacciones entre un conjunto de elementos, entonces, resulta claro entender que en esas interacciones lo

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que ocurre, necesariamente, es que esos elementos resultan modificados

después de una

interacción y así entonces, la sinergia surge como consecuencia inevitable del cambio de propiedades de los elementos que configuran el sistema, en la unidad de interacciones. La concepción de la empresa como un sistema y no como un agregado de partes, tiene muchísimos más efectos, pero nos reduciremos a los planteados hasta ahora, dada la limitación de extensión que tiene un artículo para congreso o simposio. Lo que diremos a continuación, si bien es cierto son nociones que deben tenerse en cuenta al momento de gestionar, están orientados a explicar cómo nace y se genera una organización, cómo funciona y cómo se mantiene en el tiempo, esto es, conceptos y mecanismos que debieran formar parte de la teoría de la organización.

La constitución de una organización humana En ningún libro, de aquellos usados para enseñar administración a principiantes (universitarios en formación, emprendedores primerizos, etc.) aparece una descripción de los pasos

que implica el necesario proceso de generación para que pueda constituirse una

organización humana. No sabemos si es porque se considera innecesario dado que sería algo evidente o porque se piensa que es algo que todos conocen. No obstante, nuestra experiencia como formadores de principiantes, nos ha hecho ver siempre que este asunto no es algo obvio ni fácil de comprender para aquel que, por primera vez, se ve enfrentado a construir dicha organización junto con otros. Tal vez lo que haya contribuido a generar esta situación sea la concepción tradicional en administración, en el sentido que las organizaciones humanas son sólo agrupaciones de personas con algún tipo de organización que les permita alcanzar algún fin. En muchos otros encuentros de académicos hemos planteado nuestra disconformidad con esa definición por considerarla incompleta e inadecuada para expresar cabalmente lo que es la empresa actual; y hemos apoyado nuestra opinión citando a numerosos autores que piensan lo mismo.

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Si no aceptamos la definición tradicional deberemos proponer alguna que nos parezca más

completa y adecuada a nuestro tiempo. Para hacerlo hemos propuesto siempre un ejercicio fácil de realizar, que consiste en imaginar (o hacerlo efectivamente) que visitamos un alto numero de empresas de diferentes tamaños y rubros – tanto empresas manufactureras como de servicios u otro tipo – y en esa visita observar, en todas las dependencias a las que tengamos acceso, qué ocurre allí y qué clases de elementos son absolutamente necesarios para que lo que observamos pueda tener lugar. Dicho de otro modo, observar qué tipos de elementos son comunes a todas las empresas visitadas para interactuar entre sí haciendo posible que ocurra lo que vemos. Si somos observadores acuciosos no demoraremos mucho en darnos cuenta que todas las empresas y organizaciones requieren de cuatro clases de elementos en interacción para poder constituirse como tales. Esas cuatro clases de elementos son: personas, materiales (de todo tipo: materias primas, equipos, vehículos, etc.), símbolos (que están presentes necesariamente en el lenguaje, en el conocimiento, en las comunicaciones y en los valores) y finalmente energía, absolutamente necesaria en nuestro mundo físico para que pueda haber trabajo o movimiento. Estas cuatro clases de elementos interactuantes las encontraremos, necesariamente, en todas las empresas del mundo. Con la identificación de lo que nosotros consideramos, desde un punto de vista sistémico, los componentes necesarios y suficientes para constituir una comunidad económica (empresa) no basta para comprender el proceso de generación de ella; se requiere identificar el tipo de relaciones que deben darse entre las cuatro clases de elementos componentes para que de ellas pueda surgir lo que hemos considerado siempre una empresa. Existen tres tipos de relaciones correlacionadas capaces de explicar como surge un sistema, cualquier sistema, y ellas son: las relaciones de especificación, las constitutivas o topológicas y las de orden .Estas relaciones fueron planteadas por Maturana y Varela al explicar la autopoiesis (Maturana y Varela, 1972), y las llamaron relaciones autopoiéticas. No obstante, nosotros pensamos que ellas son indispensables de establecer para explicar la constitución de cualquier sistema y las hemos llamado relaciones fundacionales. Las relaciones de especificación son aquellas que establecen cuáles son los elementos y propiedades que deben tener aquellos que serán incorporados como componentes.

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Las relaciones constitutivas determinan las distancias, cercanías y otras relaciones

espaciales que son necesarias para constituir la topología en que se materializará el sistema al permitir la ocurrencia de interacciones entre los elementos componentes. Las relaciones de orden determinan que la concatenación de los componentes en sus relaciones de especificidad, constitutivas y de orden sean las requeridas por la dinámica del sistema. Ahora bien, cualquiera sea el agente – uno o varios empresarios, otra compañía, el estado, etc. - que desencadenará el proceso (o procesos) de generación de esa comunidad productiva, al que llamamos agente constituyente, deberá ser el primero que genere las relaciones fundacionales las que permitirán incorporar al sistema en construcción nuevas personas, materiales, símbolos y energía. Estas nuevas personas incorporadas al sistema, deberán a su vez, producir nuevas relaciones fundacionales hasta completar los componentes que sean necesarios y el sistema construido pueda funcionar autónomamente generando, por sí mismo, en su operar continuo, sus condiciones de viabilidad.

¿Cuál es la dinámica operacional de la empresa? La empresa en particular es un sistema complejo y autónomo. Cuando decimos autónomo, lo que queremos decir concretamente, es que la empresa como sistema no requiere ser mantenida

por otro sistema o entidad puesto que su característica fundamental es

mantenerse viable por sus propios medios, sus decisiones son tomadas con prescindencia de cualquier ayuda exterior y ella, se dicta a sí misma sus propios reglamentos. Esto, a diferencia de otras organizaciones humanas que no gozan de plena autonomía, porque para funcionar necesitan el financiamiento de alguna entidad como podría ser el estado u otro tipo de organizaciones como las ONG y las fundaciones. Esta autonomía debe ser mantenida mientras interactúa

permanentemente con el

entorno o medio en el que existe, se desarrolla y se desenvuelve. El medio es fuente de perturbaciones para nuestro sistema, pero no determina la forma de reaccionar de éste ni mucho menos, determina los cambios estructurales que realiza la empresa para compensar esas perturbaciones.

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La empresa y su medio sólo se gatillan (desatan) mutuamente perturbaciones y mientras

esas interacciones se mantengan sólo como perturbaciones compensables, la empresa no correrá peligro. 1 Si queremos caracterizar y explicar la dinámica operacional de la empresa, y dado que ésta constituye un sistema autónomo, debemos en primer lugar, conocer las características propias de todo sistema autónomo. F. Varela sostiene que “todo sistema autónomo es operacionalmente cerrado, esto es, que funciona en clausura operacional” (Varela 1989. p. 89) o dicho de otra forma, en cuanto a su forma de operar o funcionar, el sistema no tiene entradas ni salidas y experimenta sólo cambios de estado relativos en la red de relaciones que lo caracteriza cuando es perturbado (desde el exterior o del interior). Lo dicho implica que al funcionar en clausura operacional y mientras lo haga, el sistema mantiene su identidad puesto que mantiene su organización invariante. Para evitar confusiones, conviene remarcar que en relación a otros intercambios con el medio, tales como intercambio energético, de materia, de información y otros que no comprometan su organización, el sistema funciona como sistema no cerrado o, como se ha dicho de manera que lleva a confusión, como sistema abierto. 2 En relación a la empresa, entonces, sucede lo mismo que pasa en todos los sistemas autónomos: su dinámica operacional es cerrada en cuanto a su organización y abierta en relación a otras cadenas de transformación o procesos. En la empresa podemos distinguir tres procesos fundamentales o macroprocesos que son los responsables de la mantención de la viabilidad de ese sistema. Estos procesos son el proceso primario, el proceso decisional y el proceso de estructuración (Limone 1977, Limone

y

Cademartori (1998).

Para una explicación más amplia de este aspecto véase “El Arbol del Conocimiento” de Maturana y Varela (1984) pp. 2 Es bueno aclarar que la clasificación de “cerrado o abierto” de los sistemas, fue hecha al comienzo de la teoría general de sistemas, para señalar si había o no intercambios con el medio; sin embargo Ashby (1956) clasifica las transformaciones que se realizan en esos sistemas como cerradas o abiertas si ellas permiten durante su aplicación la aparición de estados nuevos (no cerradas o “abiertas”) o sólo estados que pertenecen al conjunto de estados de partida (esto es, con el conjunto de estados que comenzaron la transformación). 1

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El proceso primario, que es el que permite la regeneración de los fondos que sustentan el

funcionamiento de la empresa, es un proceso de naturaleza financiera y comportamiento cibernético, esto último ocurre porque este proceso se constituye como un mecanismo de retroalimentación positiva. El proceso decisional es el mecanismo de activación, regulación y coordinación del proceso primario y el proceso de estructuración es el responsable de la construcción de la estructura necesaria para que los dos procesos anteriores puedan desarrollarse en una comunidad económica. Pensamos que de los tres macro procesos conviene detenerse y explicar con algún mayor detalle la construcción de la estructura.

La estructura En la tradición administrativa nunca se ha hecho una distinción entre Organización y Estructura; en el pensamiento sistemo-cibernético contemporáneo se hace. En este pensamiento se entiende por organización “el conjunto de relaciones que define y determina las condiciones de constitución de un sistema como unidad” (Limone, 1977). A su vez se entiende la estructura como la forma concreta en que está construido el sistema que materializa la organización.

La

organización define la identidad de clase del sistema, de manera tal que si el sistema pierde la organización, se desintegra; por ello todo sistema debe conservar su organización invariable aunque su estructura pueda cambiar sin mayor problema. Así la organización establece lo que se conoce con el nombre de “coherencias operacionales”, que son las interacciones en las que necesariamente tienen que entrar los elementos que componen el sistema para que este pueda tomar forma real en un determinado dominio. La empresa como todo sistema, se manifiesta simultáneamente, en dos dominios o espacios. En el caso concreto de la empresa ésta se expresa tanto en el espacio físico como en el social; en este último, como unidad simple y en el físico, como unidad compuesta. ¿Qué significa que en un dominio la veamos como una unidad simple? Significa que en el espacio social interactuamos (tratamos) con la empresa como si ésta fuera una unidad inanalizable, una sola entidad que en ese espacio se expresa a través de su conducta y sus propiedades. Eso es, por ejemplo, lo que ocurre en la relación entre un banco y una empresa, el banco interactúa con ella a

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través de comunicaciones, en la que ella se comporta como un ente compacto; lo mismo ocurre con la competencia, ella nos percibe como una entidad con la que compite a través de distinguir nuestro comportamiento en el mercado. En este espacio no tenemos acceso a sus interacciones internas y esta unidad es un sistema emergente. En el espacio físico la empresa se manifiesta como unidad compuesta, esto quiere decir, que podemos distinguir partes y componentes en ella y por lo tanto, estamos en condiciones de interactuar con esas partes para poder cambiar las transformaciones que allí se realizan, si consideramos que ellas se están realizando de manera incorrecta generando resultados errados. Para evitar confusiones se ha llamado “comunidad económica o productiva” a la unidad compuesta y “empresa o máquina económica” a la unidad que se manifiesta en el espacio social. Con esta última aclaración podemos volver a la dinámica de constitución de una organización como la empresa. Los tres macro procesos que venimos de explicar ocurren en la comunidad productiva. En ésta, junto con la realización de los procesos normales para la producción de un determinado bien (proceso de producción, financiero, de comercialización y de personal) simultáneamente las transformaciones que producen los diferentes cambios de estado – como transformar una materia prima en productos en proceso, por ejemplo – implican la realización de actos, entendidos éstos como transformaciones y sus resultados como una sola cosa. Por ejemplo, en la transformación necesaria para escribir sobre un papel, el movimiento de la mano con el lápiz va generando lo escrito a medida que la mano avanza sobre el papel, y a eso, cotidianamente lo llamamos el acto de escribir. Así entonces, las interacciones que ocurren en la comunidad económica entre las cuatro clases de elementos (personas, materiales, símbolos y energía) van generando actos de tres tipos: actos laborales, tecnológicos y económicos y estos actos, una vez producidos, interactúan entre sí, concatenándose de manera que generan una unidad (empresa o máquina económica) emergente en el espacio social. Mientras la producción de actos se mantenga ininterrumpida en la comunidad económica, la empresa seguirá existiendo como unidad en el espacio social. A esta dinámica se le ha llamado sociopoiesis, es decir, producción de lo social. Para que se entienda más claramente, en el próximo acápite explicaremos cómo ha surgido ese concepto.

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Proceedings del XXVIII Encuentro Nacional de Facultades de Administración y Economía ENEFA Proceedings – Vol. 5, año 2012 ASFAE Autopoiesis y Sociopoiesis. A partir del año 1972, H. Maturana y F. Varela, para explicar la organización de lo vivo utilizaron la palabra, derivada del griego, autopoiesis que significa autoproducido, autogenerado y con dicho concepto describieron la dinámica de producción celular la que puede enunciarse diciendo que la autopoiesis es una red de producción de componentes, los que, una vez producidos interactúan y se concatenan para generar los mismos procesos que los produjeron a ellos. Para decirlo de manera simple, mediante un ejemplo, digamos que es la dinámica que se produce cuando un perro gira, se muerde la cola y continúa girando sin soltar la cola. Por largos años, una serie de autores del campo de las organizaciones y de la sociología, intentaron usar ese concepto y la dinámica que implica, para explicar la génesis de una organización social. Uno de los autores de este trabajo, por largos años, trató de hacer lo mismo pero sus últimos análisis le mostraron que el proceso de generación y mantención de la empresa es similar, pero no idéntico al de la autopoiesis y así, al proceso de generación de una organización social lo denominaron sociopoiesis para diferenciarla de la autopoiesis (Limone, Marinovic y Fernández, 2011).

APORTE DEL PENSAMIENTO SISTEMO CIBERNÉTICO A LA GESTIÓN. Veamos ahora cual ha sido y es la contribución que el pensamiento sistemo cibernético ha hecho y sigue haciendo a la gestión.

Aportes al concepto y efecto del control Si releemos con atención lo que dicen la gran mayoría de los manuales que se utilizan para enseñar administración, nos daremos cuenta que el concepto de control que se expone en ellos, se refiere casi exclusivamente, a la tarea de inspección, vigilancia, comprobación y la consiguiente señal de alarma porque algo se ha apartado del estado deseado; lo que deja la sensación que la acción de corregir esa desviación corresponde a otra instancia o mecanismo que

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generalmente, en administración, se lo destaca refiriéndonos a él como toma de decisiones. Este planteamiento no es del todo equivocado; sin embargo es incompleto. En español, la misma palabra tiene dos significados o acepciones si acudimos a un buen diccionario. La primera acepción señala que el control es lo que ya hemos dicho (verificación, inspección); pero la segunda acepción dice dominio, manejo total de una situación, lo dicho significa que la segunda acepción sería imposible si luego de conocer la desviación (verificación) el mismo mecanismo no actúa en consecuencia. En inglés es diferente, puesto que la comprobación o verificación se expresa a través del verbo “to check” y el dominio o manejo total implica decir “control” o “to steer” (cuando se refiere a una embarcación). Esto es así desde un punto de vista semántico, pero también lo podemos corroborar analizando lo que dicen los científicos al usar la palabra “control” vinculada con cibernética. Así, el mismo Wiener, explica en una obra posterior cuál es el alcance que tiene el uso de la palabra cibernética en su cosmovisión: la cibernética es “todo campo de la teoría del mando y de la comunicación tanto en la máquina como en el animal” (Wiener 1949) además, el mismo señala qué busca su concepto de cibernética “la cibernética procura hallar los elementos comunes al funcionamiento de las máquinas automáticas y al sistema nervioso del hombre, y desarrollar una teoría que abarque todo el campo del control y de la comunicación en las máquinas y en los organismos vivientes” (Wiener 1976)

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Por otra parte L.

Apostel señala “La cibernética tiene como objeto propio los sistemas capaces de gobernar o de controlar, y por lo tanto, los sistemas autorreguladores” (Apostel, 1961:191). Finalmente citemos una definición más reciente, Herrera Ruiz explica: “Cibernética es la ciencia que estudia los principios abstractos de la organización en los sistemas complejos. No se interesa tanto en qué constituyen los sistemas sino en cómo funcionan. La cibernética se enfoca en cómo los sistemas usan la información, los modelos y el control de las acciones para conducirse hacia sus metas, y mantenerlas, mientras actúan en contra de diversas perturbaciones. Siendo inherentemente transdisciplinario, el razonamiento cibernético puede ser aplicado para entender, modelar y diseñar sistemas de control de cualquier tipo; físico, tecnológico, biológico, ecológico, psicológico, social o cualquier combinación de éstos”. (Herrera Ruiz, 1997).

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El texto al que hacemos referencia forma parte de la compilación “Comunicación y Cultura” de Alfred G. Smith. Tomo 1. pp. 47 - 61

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Proceedings del XXVIII Encuentro Nacional de Facultades de Administración y Economía ENEFA Proceedings – Vol. 5, año 2012 ASFAE De lo citado y analizado se desprende claramente que el contenido de la palabra control usada por Wiener para definir la cibernética implica, necesariamente, el gobierno, el mando. Esto no debiera sorprendernos, si utilizamos lo analizado para comprender claramente porqué Wiener se interesó en la palabra griega kybernetes para expresar su comprensión de lo que él llamaba “control y comunicación”. En efecto, tanto Sócrates como Platón usaron la palabra kybernetes para referirse al gobierno y conducción tanto de un barco como de una ciudad nación. También Ampère, en el siglo XIX, al intentar una clasificación de las ciencias utilizó esa misma raíz para llamar cibernética a la ciencia política de gobierno de un estado. Lo analizado y discutido nos permite entender porqué dijimos que la acepción corriente en administración de la palabra control, esto es, verificación y supervisión expresa una noción incompleta de la palabra control en cibernética. La comprensión completa y profunda de lo que en realidad busca el control es el manejo completo de un sistema o de una situación en el sistema por lo tanto, al igual que para la antigua Grecia kybernetes designaba al mismo tiempo pilotaje de una embarcación y gobierno de la polis, la palabra control, desde la ciencia del control, significa también gobierno, el que implica al igual que el pilotaje en griego, la conducción total del sistema. Habiendo clarificado el alcance real del control conviene ahora precisar la diferencia real entre Dirección y Control. La metáfora de un navío nos sirve también para aclarar esto. En un barco el piloto o timonel (kybernetes) opera en lo que Ducrocq (1955) llamó “condición sometida”, esto es, subordinada. El que fija el rumbo y el destino final de esa embarcación es el capitán y el que guía el timón para que el barco siga ese rumbo es el piloto. El piloto no puede cambiar el curso del barco si no es autorizado o comandado por el capitán. En la empresa o cualquiera otra organización, el sistema de pilotaje (sistema gerencial) no puede fijar el rumbo o los objetivos perseguidos por esa organización, ese privilegio está otorgado sólo para la gerencia general que cuenta a su vez, con el respaldo del Directorio. El gobierno de la nave empresa corresponde a lo que podríamos llamar “la Gerencia de Operaciones”, pero al Director le corresponde no sólo establecerle las reglas del juego al Gerente de Operaciones sino también, y al mismo tiempo, establecer los objetivos estratégicos para el sistema que dirige, esto es, “para dónde se rema en el barco”.

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Proceedings del XXVIII Encuentro Nacional de Facultades de Administración y Economía ENEFA Proceedings – Vol. 5, año 2012 ASFAE Lo que acabamos de decir lo comprendió muy bien Stafford Beer al construir y proponer su Modelo del Sistema Viable (1972). El distingue cinco niveles de regulación y control de la organización, estableciendo con precisión la tarea para cada uno, donde los niveles más bajos - o niveles uno - son reguladores de las distintas operaciones; el sistema encargado de recoger y distribuir información para la coordinación del sistema gerencial es denominado sistema dos; el sistema tres es el encargado propiamente del control (Control de Operaciones); el sistema cuatro es el encargado de la tarea de inteligencia, esto es, hace un seguimiento y proyección de los cambios posibles del entorno a partir de su percepción y en íntima relación y diálogo con el sistema de rango más alto – sistema cinco - elabora estrategias viables y posibles las que el sistema cinco convierte en políticas para toda la compañía. Así, podemos decir que la labor de conducción del sistema la realiza el sistema de control y regulación, esto es, “el pilotaje” y la dirección realiza la labor de pilotaje global más fijación y cambio de objetivos. Es interesante señalar que en muchas partes de Europa la palabra pilotaje se ha venido usando crecientemente para hablar de gestión, después de que J. Mélèse la introdujera en el ámbito de la gestión en la década del setenta.

Control y Planificación Es sabido que el mecanismo cibernético usado para obtener control es el feed-back o retroalimentación, tal como lo planteara Wiener. Para ser más preciso, es el feed-back de loop negativo el que actúa compensando la perturbación que produce la desviación respecto de lo esperado. Pero el negativo no es el único loop que puede producir la retroalimentación; existe también el loop positivo y éste en vez de compensar, amplifica la desviación cualquiera que ésta sea, y ambos loops son necesarios para ejercer el control concebido como dominio o gobierno. Existe además otro mecanismo cibernético utilizado para ejercer control llamado feed-forward (pre-alimentación) que analizaremos mas adelante una vez que hallamos discutido el aspecto de planificación.

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¿Cuál es el propósito del control? En muchas obras y medios profesionales de la

administración continúa diciéndose que “la función del control es garantizar el éxito de los planes …” o ” que busca asegurar que los acontecimientos se adecuen a los planes …”, como si los planes fueran infalibles. La función principal del control es asegurar la supervivencia o viabilidad del sistema al que pertenece, corrigiendo los valores asumidos por las variables vitales, cuando éstos se apartan de lo requerido por la viabilidad del sistema. Dicho de otra forma, mantener los estados del sistema dentro de límites soportables por él; por lo menos esa es la función que cumple en los sistemas vivos. En administración, desde un punto de vista cibernético, la función del control no es diferente, sólo que

además, podemos agregar que corrige también las

desviaciones en la obtención de los objetivos que a ese sistema se le han asignado. Como bien sabemos, la planificación y el control son inseparables, se reclaman y se requieren mutuamente. Así como dijimos que el control tiene como tarea central y básica asegurar que los parámetros vitales del sistema permanezcan en un rango que nos asegure su viabilidad. ¿Qué buscamos al planificar? De la planificación, en lo medular, se espera que ella nos permita alcanzar un cierto número de objetivos, esto es: -

expresar la intencionalidad y voluntad de dueños y directivos

-

proporcionar seguridad, claridad y racionalidad a la acción empresarial y directiva

-

evitar que la empresa sea perturbada al azar

-

obtener un cierto dominio sobre las circunstancias que están directamente

relacionadas con la acción de la empresa -

darle una cierta estabilidad a esa acción empresarial en el largo plazo.

Para alcanzar esos objetivos, la planificación debe cumplir con una serie de pasos que todos los que han estudiado o enseñan administración, los conocen. Lo que nos interesa destacar aquí es que el cumplimiento de todos los pasos depende fundamentalmente de uno: la previsión o pronóstico. Esto se refiere a que si queremos alcanzar un grupo determinado de objetivos en el futuro, debemos, de alguna forma, conocer el ambiente o entorno donde operarán esos planes, de manera que al conocerlo con anticipación podamos diseñar tareas y pasos a cumplir que no se

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estrellen contra perturbaciones insalvables. Si el pronóstico falla, falla todo el plan, por muy flexible que éste sea, dado que estaríamos operando en un entorno muy diferente e inesperado.

Feed forward o prealimentación, es un tipo de mecanismo cibernético que reacciona a los cambios en su entorno para mantener algún estado o grupo de estados concretos del sistema al que pertenece; este tipo de comportamiento responde a las perturbaciones o alteraciones de una manera pre-definida, en contraste con los sistemas retroalimentados que lo hacen ex–post. Por ejemplo esto es lo que hacemos cuando, conduciendo un automóvil, nos aproximamos a una subida y automáticamente pisamos el acelerador para evitar que al entrar en la pendiente el automóvil pierda la velocidad que traía. Lo que nos interesa aquí es destacar que la lógica implícita en el funcionamiento del mecanismo de feed-forwad es la misma que subyace en el actuar de la planificación, esto es, identificar el obstáculo o perturbación y calcular su efecto en nuestra acción para tomar medidas anticipadamente para compensar ese efecto. En ambos casos lo que se busca es no perder el control sobre el funcionamiento de nuestro sistema y esto nos muestra que la finalidad central de la planificación es facilitar la tarea de control, cuando se lo asume como lo que en realidad es: un mecanismo de gobierno. Esto no significa negar que la planificación pueda tener, además, otros objetivos como señalamos anteriormente. Lo dicho nos permite también buscar una solución cuando la complejidad del entorno (como sucede hoy) nos impide pronosticar con un grado aceptable de precisión, como para hacer descansar nuestras acciones futuras en dicho pronóstico y los seres vivos nos permitirán comprender de qué manera debemos hacerlo. Estos, incluyendo a los humanos, no planifican su funcionamiento, simplemente funcionan y la efectividad de ese funcionamiento descansa sobre la efectividad de sus sistemas de regulación y coordinación (sistema nervioso y endocrino) cuando el cuerpo sufre perturbaciones. Los humanos planificamos nuestro comportamiento y acciones futuras, pero no nuestro funcionamiento biológico porque este se auto controla. Cuando para la empresa se hace dificilísimo o imposible pronosticar el estado futuro del entorno con algún grado de confiabilidad, lo que podemos hacer es mejorar al extremo nuestros sistemas de control y regulación, de tal manera que la información que los alimenta opere en tiempo real, con lo que se consigue una acción correctiva lo más cercana a un acto reflejo. Esto no es imposible hoy, con el adelanto que ha alcanzado la informática y las redes de comunicación, por

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ejemplo el desarrollo de los llamados ERP. El tablero de mando (balanced scorecard) es un ejemplo actual de lo que decimos (Kaplan y Norton 1992).

CONCLUSIONES En el presente trabajo hemos intentado mostrar el importante aporte que ha hecho el pensamiento sistemo-cibernético en la explicación de la empresa y otras organizaciones sociales, tanto a la Gestión como a la Teoría de la Organización. Como se ha podido apreciar, dicho aporte ha sido continuo desde los años sesenta en adelante y los continúa generando hoy, especialmente en lo que, en la actualidad se llama Cibernética Organizacional, Sociocibernética y otras corrientes en desarrollo. Para un mundo globalizado y crecientemente complejo como es el que vivimos hoy, este enfoque resulta trascendente puesto que hasta ahora no se vislumbra otra aproximación que pueda proporcionarnos herramientas para enfrentar esa complejidad. Es posible y necesario ampliar con mayor detalle lo que hemos dicho sobre el aporte del pensamiento sistemo-cibernético a la gestión de las empresas, pero lamentablemente la extensión de una presentación como ésta tiene un límite reducido de páginas y palabras en relación a dicha extensión. Es posible y necesario ampliar con mayor detalle lo que hemos dicho sobre el aporte del pensamiento sistemo-cibernético a la gestión de las empresas, pero lamentablemente la extensión de una presentación como ésta tiene un límite reducido de páginas y palabras en relación a dicha extensión.

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Valparaíso, 17 de Octubre de 2012

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