8. El Corpus Iohannicum

INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 260 8. El “Corpus Iohannicum” Bajo este nombre se agrupan cinco obras atribuidas a un autor de nombre Juan:    El evangelio Tres cartas El Apocalipsis La tradición ha considerado que todos estos textos fueron escritos por la misma persona. Pero hoy se suele analizar la situación con mayor cautela: salvo el Apocalipsis, donde el autor se presenta como “Juan”, ninguna de las demás obras hace referencia a un personaje con ese nombre:   Tanto el 4to. Evangelio como la 1 Juan son anónimas. Y en 2 y 3 Juan el autor se autopresenta simplemente como “el presbítero”. El “Problema Juánico” Planteo del problema - ejemplos Hacia fines del siglo XVIII y comienzos del XIX la investigación históricocrítica comenzó a reexaminar el valor de los evangelios como fuentes para la reconstrucción de la vida de Jesús. En ese contexto, se puso de relieve –una vez más– la notable diferencia entre los datos aportados por el Evangelio de Juan y 1 los aportados por los Evangelios llamados “sinópticos “, diferencia que dio pie a la pregunta acerca de cuál de ellos tendría más valor como fuente histórica. En un primer momento, la cuestión se planteó en referencia a los “autores”: si el responsable de la composición del Cuarto Evangelio era Juan, el hijo de Zebedeo, el libro debía considerarse como un relato de un testigo presencial, seguro y auténtico. Pero, según la tradición, Mateo también era un testigo presencial, seguro y auténtico. Así, la cuestión comenzó a transformarse en una verdadera dificultad, dificultad que se debatió, durante gran parte de los siglos XIX y XX bajo el nombre de “problema juánico”. Este “problema” consiste pues, en tratar de encontrar una explicación a las notables diferencias que existen entre Juan y los sinópticos. Los sinópticos –cada uno desde su óptica peculiar, por cierto– narran prácticamente los mismos hechos y transmiten los mismos dichos de Jesús. Es decir, representan una misma tradición, se pueden detectar fuentes comunes. Juan, en cambio, y si bien también describe el camino de Jesús desde los Cuando –hacia fines del siglo XVIII– los evangelios fueron editados en columnas paralelas para facilitar el estudio en forma científica, los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas se presentaron en su totalidad, mientras que del evangelio de Juan sólo ingresaron algunos fragmentos. El libro que contenía los Evangelios dispuestos de esta manera llevaba como título “Synopsis”. Así, desde entonces, a los tres primeros se los llamó “Sinópticos”. La edición de los Evangelios en columnas paralelas fue hecha por Johann Jakob GRIESBACH en Halle en 1776, y llevaba como título “Synopsis Evangeliorum Matthaei, Marci et Lucae una cum iis Iohannis pericopis quae historiam passionis et resurrectionis Iesu Christi complectuntur”. 1 EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 260 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 261 comienzos hasta la crucifixión, sólo en contadas excepciones ofrece paralelos para la mayoría de las secciones sinópticas. Por ejemplo:  Las narraciones de milagros Sólo coincide, y no mucho, en el relato de la multiplicación de los panes y la caminata de Jesús sobre las aguas (Jn 6); tal vez, y con buena voluntad, en el relato de la curación del “hijo” del funcionario (Jn 4,46s; cf. Mt 8,5s y Lc 7,1s).  El relato de la “institución de la Eucaristía” En Juan no aparece; en su lugar, hay una larguísima reflexión acerca de comer su carne y beber su sangre en el cap. 6.  En los casos en que se observa cierto paralelo, los episodios aparecen en distintos contextos: Por ejemplo,  La purificación del Templo En Juan aparece al comienzo (Jn 2,3ss). En los sinópticos, al final (Mc 11,15//). El Jesús de Juan Se expresa de manera diferente, se mueve por lugares diferentes, hace cosas diferentes, enseña cosas diferentes. A continuación, proponemos un inventario más exhaustivo y ordenado de las diferencias entre Juan y los sinóptico, organizado entorno a tres tipos de cuestiones: Datos de 2 tipo “biográfico”  Movimientos de Jesús: ¿cuántas veces va Jesús a Jerusalén? SINÓPTICOS Sólo una vez, al final de su vida. JUAN 3 Por lo menos cuatro veces, con ocasión de las “fiestas religiosas “ de Israel (Pascua y Tabernáculos; Jn 2,13; 5,1; 7,10; 12,12; cf. Jn 10,22: una fiesta de la Dedicación).  Fecha de la muerte de Jesús: ¿muere después de comer la Pascua o antes de la Pascua? SINÓPTICOS Jesús celebra con sus discípulos al comienzo (= atardecer) del 15 de Nisán, la fiesta de la Pascua: Mc 14, 12 //, especialmente, cf. Lc 22, 7-12.15. La última cena es una comida pascual. Cf. Ph. VIELHAUER, “La relación con los sinópticos”, en: Id., Historia de la Literatura Cristiana Primitiva, Salamanca (Sígueme 1991), 435-439. 3 Son constantes las referencias litúrgicas en el Cuarto Evangelio. Es más, su actividad está marcada por el calendario litúrgico judío, aun cuando está en Galilea (Jn 6,4; 7,2). 2 EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 261 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 262 JUAN Jesús muere al mediodía del día anterior a la Pascua, es decir, el 14 de Nisán, el día de “la preparación”, en el momento que, en el Templo, se sacrificaban los corderos: Jn 18, 28; 19, 14; 19, 31. La “última cena” es 4 una comida de despedida, que no coincide con la cena de Pascua .  Relación con el ministerio de Juan Bautista: ¿coinciden en algún momento sus ministerios? SINÓPTICOS Jesús comienza su actividad después que Juan es encerrado (cf. Mc 1,14 //). JUAN 5 Jesús y Juan Bautista actúan por un tiempo uno junto a otro: Jn 3, 22-24 . Vocabulario, estilo y contenido de la predicación de Jesús  Contenido de la predicación de Jesús 6 SINÓPTICOS: Tienen temas fundamentales, como son “el reino” y las enseñanzas acerca del comportamiento del cristiano. (Sermón de la montaña, disputas acerca de cuestiones legales, exhortación a la vigilancia, a estar preparados, a seguir a Jesús en el camino de la cruz). JUAN: En el Evangelio de Juan el tema del Reino está prácticamente ausente. En el tiempo del ministerio público de Jesús, la expresión sólo aparece dos veces en el diálogo con Nicodemo (Jn 3,3.5). Fuera de este lugar, reaparece en el juicio frente a Pilato (Jn 18,33-37), pero con un sentido diferente al de los sinópticos. Es evidente que el tema del Reino es ignorado por Juan cuando tiene que hablar sobre el misterio de Jesús. En el Evangelio de Juan el tema de la predicación es la persona del Señor: Jesús se va autorrevelando, sobre todo, por medio del uso del nombre divino “Yo Soy” (Jn 8,24.28; etc.), que nunca aparece con este sentido en los sinópticos. No sólo el día es diferente, sino que también varía la hora de la crucifixión: Marcos dice: “Era la hora tercia (es decir, las 9:00 de la mañana) cuando lo crucificaron” (Mc 15,25), mientras que en el Evangelio de Juan el juicio se prolonga más allá del mediodía: “Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia la hora sexta (=mediodía). Pilato dijo a los judíos: «Aquí tienen a su Rey»“ (Jn 19,14). 5 Para los sinópticos Jesús es un típico predicador itinerante que escoge sus primeros discípulos entre los pescadores del lago de Galilea (Mt 4,18-22; Mc 1,16-20; Lc 5,1-11). Juan presenta a Jesús como un maestro que reside durante largo tiempo en Jerusalén. Sus primeros discípulos provienen del círculo de seguidores de Juan Bautista (Jn 1,35-51), y parecería que pertenecen a la zona de Judea (Jn 7,3). 6 El tema del “Reino” es preponderante en la enseñanza de Jesús en los Evangelios Sinópticos. Es lo que Jesús anuncia, y sus discursos y parábolas giran en torno a este tema. 4 EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 262 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 263 Tampoco hay indicaciones de tipo moral (salvo el “mandamiento del amor”), sino una constante invitación a creer.  El vocabulario de Jesús En JUAN:  Jesús nunca enseña en “parábolas”. Nunca aparece la palabra “milagro”. El estilo de expresión Jesús No son las frases cortas y de densidad significativa, que se dejan percibir incluso en los discursos sinópticos más largos y elaborados (como, por ejemplo, Mc 13 o Mt 5-7). En el EvJn los discursos de Jesús aparecen invariablemente en forma poética, y están muy lejos de la sencillez de los que se encuentran en los sinópticos. Jesús se explaya largamente, en un tono de tipo meditativo y con un avance lento del pensar, explotando al máximo los símbolos; usa también palabras e imágenes distintas: Por ejemplo, “…el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios” (Jn 3,3.5). “Yo soy el pan de vida” (Jn 6,35) “Yo soy la luz del mundo” (Jn 8,12) Cuando hay diálogos, no suelen ser breves discusiones sobre algún punto 7 en concreto , sino que Jesús se discurre en un plano distinto al de su interlocutor, en otro nivel, provocando los “malentendidos”, tan típicos en este evangelio: Por ejemplo, Jn 2,20 “46 años se han tardado en construir este Santuario ¿y tú lo vas a reconstruir en tres días?” Jn 4,11 “Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva?” Jn 8,57 “¿Aún no tienes 50 años y has visto a Abrahán?” Teología  Cristología JESÚS HIJO DE DIOS  Juan emplea dos palabras distintas para decir “hijo” de Dios, de acuerdo a quién se esté refiriendo: 8 Cuando habla de Jesús como hijo dice uÀioj (húios) . 9 Cuando habla de los hombres, usa te/knon (téknon) . 7 Además, en los evangelios sinópticos, Jesús discute con sus adversarios sobre cuestiones referentes a la Ley, en cambio las polémicas del evangelio de Juan tienen como objeto la misma persona de Jesús. 8 Jn 1,34; 1,49; 3,18; 5,25; 10,36; 11,4; 11,27; 17,1; 19,7. 9 Jn 1,12 “Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios”. 11,52 “como era Sumo Sacerdote, profetizó que Jesús iba a morir por la nación –y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos”. Esto se ve especialmente en las cartas: 1 Jn 3,1.2.10; 1 Jn 5,2. EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 263 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA  264 Además, los hombres “se hacen”, “llegan a ser hijos” (Jn 1,12), es decir, no es algo que posean por naturaleza. Esto marca con claridad la diferencia cualitativa de la filiación: Jn 20,17 “Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios”. En la teología juánica, el título “Hijo” apunta específicamente a la divinidad de Jesús. En otros párrafos del NT, en general, el título ha de interpretarse en la línea del mesianismo real: Hech 13,32-33 «También nosotros os anunciamos la Buena Nueva de que la Promesa hecha a los padres v33 Dios la ha cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús, como está escrito en los salmos: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy». Rom 1,4 “Pablo, siervo de Cristo Jesús, apóstol por vocación, escogido para el Evangelio de Dios, v2 que había ya prometido por medio de sus profetas en las Escrituras Sagradas, v3 acerca de su Hijo, nacido del linaje de David según la carne, v4 constituido Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos, Jesucristo Señor nuestro...” Hech 2,30-31 “Pero como él era profeta y sabía que Dios le había asegurado con juramento que se sentaría en su trono un descendiente de su sangre, v31 vio a lo lejos y habló de la resurrección de Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne experimentó la corrupción. v32 A este Jesús Dios le resucitó; de lo cual todos nosotros somos testigos”. Es, pues, una cristología que no tiene precedentes en los sinópticos. Esto se ve confirmado por otros motivos teológicos: 1. En Juan se habla de preexistencia y de encarnación. Jn 1,1-4 “En el Principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el Principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida...” Jn 1,14 “Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único. lleno de gracia y verdad”. Jn 17,5 “Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes de que el mundo fuese”. 2. Abiertamente Jesús dice que es uno con el Padre. Jn 10,30 “Yo y el Padre somos uno” (cf. Jn 17, 21.22) 3. Los judíos entienden claramente el título y la pretensión de Jesús como una blasfemia: Jn 5,18 “Por eso los judíos trataban con mayor empeño de matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios”. EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 264 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 265 Jn 10,33 “Le respondieron los judíos: “No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tu, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios”. Jn 18,5-6 “Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, se adelanta y les pregunta: «¿A quién buscáis?» v5 Le contestaron: «A Jesús el Nazareno». Díceles: «Yo soy». Judas, el que le entregaba, estaba también con ellos. v6 Cuando les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron en tierra”. Jn 19,7 “Los judíos replicaron: “Nosotros tenemos una Ley y según esa Ley debe morir, porque se tiene por Hijo de Dios” 4. Jesús se autopresenta solemnemente con la fórmula “Yo soy”, sea 10 utilizada en forma absoluta: sea con algún predicado . Dada la frecuencia con que se emplea esta fórmula en este 11 12 evangelio , y las más de las veces en boca de Jesús , no cabe duda de que es una expresión perfectamente intencionada, de importancia teológica y cargada de sentido. ¿Qué idea late debajo de esta expresión? ¿De dónde procede? La fórmula apunta sin duda a la expresión de autoafirmación de eterna existencia de Dios «'anî hû», que el DeuteroIsaías emplea con especial énfasis y solemnidad (cf. p. e. Is 48,12; 43,10), y que los LXX traducen como «egó eimi». El uso del «egó eimi» en los LXX permite vislumbrar que la fórmula no sólo era entendida como una afirmación de la unicidad y la existencia divinas sino también –recordar que los Lxx pertenece a una época en que el nombre YAHVEH había desaparecido del uso público C. H. DODD, “El nombre de Dios”, en: C.H. DODD, Interpretación del Cuarto Evangelio, Madrid (Cristiandad 1978), 104-107. R. SCHNACKENBURG, “Excursus 8: Origen y sentido de la fórmula e)gw¯ ei¹mi “, en: Id., El Evangelio según San Juan II1971, Barcelona (Herder 1980), 73-85. MOLONEY, «Johannine Theology. “I Am He”», en: BROWN-FITZMYER-MURPHY (ed.), The New Jerome Biblical Commentary, New Jersey (Prentice Hall, 1990), 1423-1424. 11 5 veces en Mateo, 3 veces en Marcos; 4 veces en Lucas y 29 veces en Juan. 12 1 vez en Mateo, 2 veces en Marcos; 2 veces en Lucas, 26 veces en Juan. Además, el empleo en Juan es muy peculiar (cf. SCHNACKENBURG, El Evangelio II, 74-76):  En siete metáforas: pan (6, 35.41.48.51); luz del mundo (8, 12; cf. 9, 5); puerta (de las ovejas) (10, 7.9); buen pastor (10, 11.14); la resurrección y la vida (11, 25); camino, verdad y vida (14, 6); vid verdadera (15, 1.5). Todas estas metáforas están en relación con la Vida (zoé) que es Jesús y que comunica a los creyentes.  La fórmula puede aparecer sola, sin predicados: 6, 20; 8, 24.28.58; 13, 19; 18, 5.6.8.  Hay pasajes en los que la fórmula no aparece de un modo tan “puro”, es decir que, lingüística y formalmente no se trata de la misma fórmula pero, desde el punto de vista teológico, tienen idéntico alcance: 4,26; 8, 18.23.  Emparentada con esta fórmula está la expresión “donde yo estoy”, cuando con ella se indica la meta celeste: 7, 34.36; 12, 26; 14, 3; 17, 24. De los restantes empleos de e)gw¯ ei¹mi, sólo dos pasajes no se refieren a la autoafirmación de Jesús: 9,9 y 18,35. 10 EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 265 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 266 y se había suprimido definitivamente su pronunciación– como un 13. nombre de Dios Por ejemplo: Isa 43,25 “Era yo, yo mismo el que tenía que limpiar tus rebeldías por amor de mí …y no recordar tus pecados”  )fnókî )fnókî hû) móxeh p:$f(eyKf evgw, eivmi evgw, eivmi o` evxalei,fwn ta.j avnomi,aj sou egó eimi sou egó eimi ho exaléifon tá anomías El “Jesús juánico”, pues, se presenta de la misma forma como lo hace YAHVEH en el Deutero Isaías. Habida cuenta del tono exclusivo que el enunciado de revelación del AT tiene en boca de Yahveh, no puede caber duda que, al aplicársela a Jesús, se le atribuía a éste una dignidad inaudita para los oídos judíos. La expresión sonaba a verdadera blasfemia: cf. 8,58s; 10,3014 33 . Las sentencias “egó eimi”, pues, están por completo al servicio de la cristología y el discurso salvífico propio de Juan. En cuanto enviado escatológico de Dios, que viene del cielo y tiene experiencia directa de Él (3,11.31s; 8,26; 12,49), Jesús es el único camino al Padre (14,9), la luz del mundo (8,12), la puerta por la que se entra a la vida (10,7.9).  Soteriología EL VALOR REDENTOR DE LA CRUZ SINÓPTICOS: Se pone claramente de relieve el valor redentor del misterio pascual, de su muerte y su resurrección. 13 DODD da ejemplos que permiten constatar que en ambientes rabínicos las expresiones «'anî hû» y «)ªnî w:hû) » eran empleadas como si fueran el nombre de Dios. A la segunda “fórmula” «ªnî w:hû» (“yo y él”) se le atribuía una significación especial puesto que se veía en ella una expresión de la íntima asociación o cuasi-identificación de Dios con su pueblo (cf. Ch. DODD, Interpretación del Cuarto Evangelio, 104-105). 14 Pero es exagerado pretender que la fórmula implicara necesariamente una identificación explícita de Jesús con Dios. También hay tres pasajes en los sinópticos en que se usa el “yo soy” de un modo similar al de Juan:  Mc 14, 62 // Lc 22, 70, cuando el sumo sacerdote pregunta a Jesús si él es el Mesías, el hijo del Bendito, Jesús contesta: “egó eimi”. Estas palabras provocan inmediatamente la acusación de blasfemia.  Mt 14, 27 (Mc 6, 50): en el pasaje mateano de la caminata de Jesús por sobre las aguas, tras la frase de Jesús, hay una profesión de fe de los discípulos (Mt 14,33), lo que muestra que Mateo da a las palabras de Jesús un alcance mayor. EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 266 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 267 Se enseña que eso es necesario: Mc 8, 31 // Lc 24, 26. JUAN: Puede dar la impresión de que la salvación se da independientemente de la muerte de Jesús: Jn 3,16 “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. 3, 36: El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida...” Jn 5,24 “En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna...” Jn 8,51 “En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi Palabra, no verá la muerte jamás”. Jn 17,3 “Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tu has enviado, Jesucristo”. ¿Y la cruz? Se entiende más bien como victoria, como retorno glorioso al Padre.  Los “sacramentos” En Juan aparece mucho más fuerte el tema de los sacramentos, en especial, los sacramentos de “iniciación”, destacando como la vida de Dios se comunica, se hace presente a través de elementos materiales significativos:  AGUA Nacer del agua Jn 3,5 “el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios” Agua / vino Jn 2,1-11 Agua viva Jn 4,5-15; 7, 37-38 El lavatorio de los pies Jn 13,1-10 “Si no te lavo, no tienes parte conmigo”. Sangre / agua Jn 19,34 “uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua”  PAN  COMER MI CARNE Y BEBER MI SANGRE Jn 6,31-52 Jn 6,53-60 Al comenzar al leer críticamente esta obra, se descubrió que presentaba a un Jesús:  Que habla diferente, que enseña cosas distintas EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 267 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA  Que se mueve por otros lugares  Que protagoniza otros episodios 268 Como si fuera un personaje diferente del que describen los sinópticos, que lo único que tiene en común es el nombre. ¿De dónde salen estas tradiciones diferentes? ¿Quién pudo haber escrito esto? Si representa una fuente distinta de información, ¿qué valor histórico tiene la información transmitida por este evangelio? Si las doctrinas son considerablemente distintas, ¿qué influencias pudo haber recibido de las diversas corrientes de pensamiento que circulaban por la época? ¿Por qué se lo incluyó en el canon si representa una tradición desconocida? ¿Se basa o no se basa en una autoridad apostólica? La cuestión del autor del evangelio El tema del autor del 4toEv fue el punto de partida de la investigación crítica y constituyó hasta bien entrado el siglo XX, el núcleo del “problema juánico”. ¿Se puede sostener –como ha sido la convicción de la iglesia a lo largo de los siglos– que este evangelio fue compuesto por Juan, hijo de Zebedeo, hermano de 15 Santiago, miembro destacado del grupo de los “Doce” ? ¿O la crítica moderna ha demolido esta convicción? La crítica moderna pronto iba a constatar que la atribución de esta obra al apóstol Juan se fue imponiendo recién hacia fines del siglo II, a partir de San Ireneo. Y no solamente esto, sino que empezaban a surgir toda una serie de cuestionamientos: EN RELACIÓN CON LOS DATOS “EXTERNOS” EN CUANTO A LOS TESTIMONIOS 16 “INTERNOS” Datos de esta obra antes de San Ireneo El lenguaje, el estilo, el acervo cultural que se despliega en esta obra, el medio intelectual que revela, ¿pueden no ser tenidos en cuenta a la hora de atribuir esta obra a un pescador galileo de lengua aramea y –según Hechos 4,13– “iletrado e ignorante”? Dos de las principales escenas de las que Juan de Zebedeo fue testigo –la transfiguración y la agonía de Guetsemaní– no se mencionan en este evangelio. ¿De dónde proviene que el evangelio haya sido atribuido al apóstol Juan? ¿No se habla acaso también de un Juan, el presbítero, ligado a la Iglesia de Éfeso? ¿Nunca fue discutido el origen apostólico de la obra en la Iglesia primitiva? ¿No hay una tradición que atestigua que Juan hijo de 17 Zebedeo murió siendo joven? 15 Cf. por ejemplo las respuestas de la Pontificia Comisión Bíblica del 29-5-1907 (Dz 2110-2112). Cf. Pierson PARKER, “John the Son of Zebedee and the Fouth Gospel”, JBL (1962) 35-43. 17 Por ejemplo, la que afirma que Juan también habría muerto mártir a manos de los judíos junto a su hermano Santiago hacia el 42 d.C. (cf. R BROWN, El Evangelio según San Juan I1966 (Cristiandad 1979), 16 EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 268 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 269 Crítica “externa” Evaluación crítica de los datos previos a la identificación del “discípulo amado” con el apóstol Juan  Atribución relativamente tardía del evangelio al apóstol Juan Fue San Ireneo quien identificó al autor del cuarto Evangelio con el apóstol San Juan, el 18 hijo de Zebedeo: “Finalmente, Juan, el discípulo del Señor , el que se había reclinado sobre su pecho, también él publicó un evangelio, mientras moraba en Éfeso de Asia” 19 (HE V, 8, 4 = Adv. Haer III, 1,2) . Sobre todo hay un texto de san Ireneo merece especial atención: “Todos los presbíteros que se han encontrado en Asia con Juan, el discípulo del Señor, dan testimonio de que Juan ha transmitido esto, porque permaneció con ellos hasta los tiempos de Trajano. Algunos de ellos no solamente vieron a Juan, sino también a otros Apóstoles” (San Ireneo, Adv. Haer., II, 33, 3). En este último texto se introduce un dato que ha tenido consecuencias en el momento de identificar al autor del Evangelio: cuando san Ireneo dice “...no solamente vieron a Juan, sino también a otros Apóstoles”, sugiere que él entendía que Juan era uno de los Apóstoles. Aquí comenzaría a tomar cuerpo la tradición de que “el discípulo amado”, el 20 autor del Evangelio y el Apóstol Juan son una misma persona. Desde entonces (aproximadamente desde el año 200) esta opinión es unánime. Corresponde preguntar entonces qué dijeron los autores anteriores a san Ireneo, cuando se refirieron al autor del cuarto Evangelio.  Pero antes nos preguntamos: ¿Por qué San Ireneo defendió esa posición? Probablemente porque en algunos medios eclesiásticos comenzaba a manifestarse un 21 repudio hacia esta obra, dado el uso que hacían de ella algunos círculos gnósticos y, en 22 especial, la peligrosa secta de los montanistas . 102; R. SCHNACKENBURG, El Evangelio según San Juan I1965, Barcelona (Herder 1980), 114-116, quienes estiman que esas fuentes carecen de excesiva confianza). 18 Que la expresión “discípulo del Señor” se refiere al “hijo de Zebedeo” se desprende del hecho que en Adv. Haer. I, 1, 19 cita Jn 1,14 con la fórmula “el apóstol dijo: ...”. 19 En Adv Haer III 3 3 afirma además que la iglesia de Éfeso es un testigo veraz de la tradición de los apóstoles, por Pablo, que la fundó, y por Juan que vivió allí (citado por Eusebio en HE III 23 4). 20 Al producirse la confusión entre Juan, el presbítero de Éfeso, con Juan, el Apóstol hijo de Zebedeo, se originó la costumbre de representar al Apóstol como más joven que los demás durante la vida terrenal de Jesús. De este modo se podía justificar que hubiera vivido hasta los tiempos del Emperador Trajano. 21 Es probable que un gnóstico sea el que escribió el primer comentario del EvJn: HERACLEÓN, al que conocemos por la violenta refutación que de él hace Orígenes en su comentario al 4toEv. Consta que en Egipto los gnósticos acapararon al EvJn (cf. R. SCHNACKENBURG, “El uso gnóstico del EvJn”, en: Id., El Evangelio según San Juan I, 219-220 y notas 511 y 512, 586-587). 22 El movimiento montanista o la “nueva profecía” comenzó cuando Montano, hacia el 170 d.C. y poco después de su bautismo, comenzó a anunciar, en actitud extática y lenguaje oscuro, que él era el órgano EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 269 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA  270 Según el testimonio de Ireneo hubo “antimontanistas”, aparentemente dentro del ámbito de la Iglesia, que llegaron a rechazar no sólo el Apocalipsis sino también el EvJn: “Hay otros que para suprimir el don del Espíritu, no admiten esta forma de evangelio que es según Juan, donde el Señor prometió el envío del Paráclito” (Adv Haer III, 1, 9). Ireneo dice que se trata de gentes “desgraciadas” que así recusan a la Iglesia misma 23 el espíritu profético . Ireneo sólo los nombra de pasada, en la defensa del canon de los 4 evangelios, y parece que estos personajes no alcanzaron mayor influjo. Tampoco dice dónde predicaban estos “antimontanistas”. Tal vez habría que pensar en Roma o las Galias, donde abundaban los “profetas” montanistas.  24 Por otras fuentes, especialmente por fragmentos de un escrito de Hipólito Romano , se puede conocer que en Roma, bajo el Papa Ceferino (199-217) un hombre docto, de nombre Gayo o Cayo, rechazaba juntamente con el Apocalipsis también al EvJn, e incluso, lo atribuía al hereje doceta Cerinto (con lo que afirmaba a la vez, el 25 carácter gnóstico del 4toEv ). El objetivo principal de Gayo / Cayo era impugnar al montanismo. Al desvalorizar y reprobar al EvJn, este último buscaba sin duda arrancar de las manos un arma a los montanistas.  Finalmente, San Epifanio (Panarion 51) informa de un grupo –calificado por él como los “Alogos”– que rechazaban el evangelio y lo atribuían al hereje Cerinto, 26 pero que por lo demás, pensaban como los católicos . San Ireneo, pues, se habría esforzado por mostrar el origen apostólico del evangelio, porque debía evitar que este se convirtiera en una propiedad particular de los gnósticos. Él y el profeta del Espíritu Santo, que sólo ahora y por obra suya, iba a conducir a la cristiandad a la verdad completa. Al principio, su mensaje fue recibido con escepticismo, pero luego se transformó en un éxito espectacular, y logró numerosísimos adherentes, despertando una ola de fervor. Anunciaban como inminente el fin del mundo, y predicaban la necesidad de prepararse con ayunos rigurosos, renuncia al matrimonio y a los bienes, e inculcaban no rehuir del martirio. Fundaban sus enseñanzas en la revelación directa del Espíritu Santo, del Paráclito mismo (cf. Jn 14, 15-17; Jn 16, 13). El recurso, pues, de los montanistas a la doctrina juánica del Espíritu (el “Paráclito”), hizo levantar sospechas sobre el evangelio. Se apoyaban también en el Apocalipsis, por lo cual ese libro debió luchar siglos enteros por su reconocimiento canónico en oriente. 23 Cf. Adv. Haer. III, 11, 12. 24 Los fragmentos están contenidos en un comentario del obispo jacobita DIONISIO BAR SALIBI († 1171) sobre el Apocalipsis (cf. SCHNACKENBURG, El Evangelio según San Juan I, nota 536, 589). Este CAYO es mencionado también por Eusebio en HE VI 20,3. 25 Para ampliar la información acerca de Cerinto: ver HE III, 28. 26 La expresión acuñada por Epifanio es bivalente (“álogos” = “negadores del logos” y “a-lógicos” o irracionales”) y quiere indicar la negación del EvJn, que recurre a ese título cristológico, aunque sin designarlos como herejes. Constituirían un movimiento nacido en la iglesia de Roma, bajo el liderazgo de un presbítero llamado Caio o Gaio, que se oponía a Montano y a dos mujeres que lo acompañaban, y en medio de éxtasis y arrebatos místicos anunciaban el retorno inminente de Cristo y la manifestación de la Jerusalén celestial. Se decían inspirados por el Espíritu Santo y para sostener sus afirmaciones aducían textos del evangelio de Juan y del Apocalipsis. Para oponerse a ellos, Caio rechazó estos libros y según algún testimonio de la antigüedad, habría dicho que eran obra del hereje Cerinto. San Ireneo da a entender que Caio no era el único que rechazaba el evangelio de san Juan, sino que se trataba de todo un movimiento. EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 270 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 271 se encontraba ante dos fenómenos que de diferentes maneras dejaban el evangelio de Juan en manos de los gnósticos: unos, como Ptolomeo y Heracleón, que lo comentaban como si fuera obra de un gnóstico, y otros que lo rechazaban diciendo que había sido escrito por un gnóstico.  ¿Qué datos hay de este evangelio antes de San Ireneo? Dado que la identificación del autor del 4toEv con el apóstol Juan hijo de Zebedeo la habría hecho Ireneo, corresponde prestar atención a los testimonios pertenecientes a la 27 época anterior :  Las controversias romanas con Cayo y los “alogos” recién mencionadas indican que la tesis del origen apostólico del 4toEv no estaba aún consolidada hacia fines del s. II. Lo cual es un indicio de que no era una tradición antigua.  El Canon de Muratori (también de fines del siglo II), en las líneas 16-26, propone una descripción del origen del evangelio: “El cuarto evangelio es de Juan, uno de los discípulos. Rogado por sus condiscípulos y obispos, dijo: “ayunad conmigo tres días a partir de hoy, y que cada uno de nosotros refiera a los demás lo que le fue revelado”. Aquella misma noche le fue revelado a Andrés, uno de los apóstoles, que, de conformidad con todos, Juan escribiera en su nombre. Y así, aunque parezca que se enseñan cosas distintas en los distintos evangelios, no es diferente la fe de los fieles, ya que por el mismo y principal Espíritu ha sido inspirado lo que en todos se contiene sobre el nacimiento, pasión y resurrección (de Cristo), así como su permanencia con los discípulos y sobre su doble venida, despreciada y humilde la primera, que ya tuvo lugar, y gloriosa y con regia potestad la segunda, que ha de suceder. ¿Qué tiene pues de extraño que Juan tan frecuentemente afirme cada cosa en sus epístolas diciendo a este respecto: “lo que vimos con nuestros ojos y oímos con nuestros oídos y nuestras manos tocaron, esto os escribimos”. Con lo cual se profesa a la vez no solo testigo de vista y oído, sino escritor de todas las maravillas del Señor”. De este texto se infiere:  Que el Juan evangelista no es uno de los apóstoles: Se designa a JUAN (evangelista) no como apóstol sino como “uno de los discípulos”, mientras que a ANDRÉS si se lo caracteriza como uno de los apóstoles.  Que se está procurando defender la “apostolicidad” del 4toEv. Mas allá de que el relato sea o no legendario, cabe reconocer que se busca defender la autoridad del 4toEv, con lo que se infiere que esta estaba siendo atacada o minusvalorada. Y para hacerlo, se recurre a la autoridad apostólica de Andrés. Luego, es otro testimonio que permite entrever que la tesis del origen apostólico de esta obra no estaba aun consolidada.  Polícrates de Éfeso, un obispo de fines del s. II, atestigua la existencia de un Juan de Éfeso, al que identifica con el discípulo amado y no identifica como uno de los doce: “Porque también en Asia reposan grandes luminarias... Entre ellos, Felipe, uno de 27 No se tienen datos precisos sobre los años en que vivió. Se conjetura que podría haber sido entre los años 140-195, (aunque también se proponen otras fechas). EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 271 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 272 los doce apóstoles, que reposa en Hierápolis, con dos hijas suyas...; y además, está Juan, el que se recostó sobre el pecho del Señor y que fue sacerdote portador del 28 pétalon , mártir y maestro” (HE III, 31, 3). De aquí surge: 29  Que existió un famoso JUAN enterrado en Éfeso , al que se identifica con el discípulo que se recostó sobre el pecho del Señor.  Es caracterizado como sacerdote (lo que armoniza con Jn 18,15 y con el conocimiento y la predilección del 4toEv por el Templo y la liturgia).  No cuenta a este JUAN entre los doce, pero sí a FELIPE. Evidentemente, todo apunta a hacer pensar que, durante el siglo II, no hay indicios sólidos para pensar que esta obra era atribuida al apóstol Juan. El primer testimonio explícito de la identificación del autor como el apóstol Juan es el de SAN IRENEO, y, a partir de él, toda la tradición se hace eco de este dato.  Significado y valor de la identificación hecha por Ireneo del autor de este evangelio con “el apóstol Juan” Ireneo buscaba defender la “apostolicidad” de la obra, y, con ello, su inclusión en el canon. Las diferencias y las particularidades que presenta esta obra en relación con la tradición sinóptica no hacen de este evangelio una obra inherentemente herética, y además, de origen dudoso. Su comprensión peculiar del misterio de Cristo enlaza con la primera generación de testigos del tiempo de Jesús y es un desarrollo legítimo de la fe apostólica, y, en cuanto tal, tiene un lugar en el canon. Eso es, en definitiva, lo que defendió Ireneo y lo que finalmente reconoció la Iglesia, más allá de que hoy día pueda o no identificarse exactamente a su autor. No dudamos ni por un instante que Ireneo estuvo absolutamente convencido de que era el apóstol Juan hijo de Zebedeo y que recibió a la obra como un legado de la enseñanza de los apóstoles de Jesucristo. Hoy no estaremos tan seguros acerca del autor, pero, con Ireneo reconocemos fuera de 30 toda duda que el EvJn tiene “autoridad apostólica” .  Algunos consensos de la exégesis contemporánea respecto del autor del Cuarto Evangelio La investigación, en su estado actual, sugiere distinguir entre varias personas: ≡ El Apóstol Juan, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago, ...que parece no tener ninguna relación con el cuarto evangelio. Cf. Ex 28, 36-38 (cap. 28: “ornamentos sacerdotales”) “Harás, además, una lámina de oro puro, y en ella grabarás como se graban los sellos: “Consagrado a Yahveh”. La sujetarás con un cordón de púrpura violeta, de modo que esté fija sobre la tiara. Quedará sobre la frente de Aarón; pues Aarón cargará con las faltas cometidas por los israelitas en las cosas sagradas; es decir, al ofrecer toda clase de santas ofrendas. La tendrá siempre sobre su frente, para que halle favor delante de Yahveh”. 29 Cf. HE III, 39, 6, donde se habla de dos “Juanes” famosos enterrados en Éfeso. 30 Resumiendo: la conexión entre el cuarto Evangelio y Juan el hijo de Zebedeo no puede ser considerada como un dato decisivo para la fe. Lo que es verdaderamente importante es saber si esta obra tiene o no el respaldo de un testigo de los hechos y las palabras de Jesús. 28 EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 272 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 273 ≡ El “discípulo amado” Un discípulo de Jesús que habría vivido en Jerusalén y no perteneció al grupo de “los Doce”. Es posible que antes de concer a Jesús haya sido discípulo de Juan Bautista. Durante la pasión de Jesús permaneció en Jerusalén y fue testigo de la crucifixión. Después de la Pascua formó una comunidad, a la que le transmitió la tradición de Jesús. Este discípulo habría dejado algún escrito (Jn 21,30) que actualmente no se puede identificar, pero que debió de haber sido asumido para la composición del Evangelio. Los comentaristas que sostienen que el “discípulo amado” y el “evangelista” serían la misma persona, suponen que este escrito podrían ser los capítulos 1-20 del evangelio. ≡ El evangelista La mayoría de los comentaristas actuales sostienen que el “evangelista” no es el “discípulo amado”, sino un destacado miembro de la comunidad formada por este. Habría sido un cristiano de origen judeo-helenista (¿Juan el Presbítero?), que vivió en Éfeso, y en tiempos del emperador Trajano (entre los años 98-117) recogió la predicación (oral – escrita) del “discípulo amado” y la consignó en el cuarto Evangelio. ≡ La redacción final Después de la desaparición física del “evangelista”, algún miembro de la comunidad se ocupó de dar forma definitiva al Evangelio, incluyendo material escrito por el evangelista que no habría sido editado en la obra original (¿caps. 15-17? ¿cap. 21?). En un análisis del evangelio es muy difícil diferenciar entre la obra del evangelista y la del redactor final. Destinatarios Fecha y lugar de composición Sobre la base de estos cuestionamientos –aunque el tema es aún debatido– señalamos que algunos investigadores se inclinan a pensar que el evangelio estaría vinculado a un grupo reunido entorno a un discípulo del Señor, no perteneciente al grupo de los 12, familiarizado con Jerusalén y con la liturgia judía. El grupo incluía helenistas, seguidores de Juan Bautista, judíos y samaritanos. En este grupo se habría desarrollado una tradición que evolucionó con bastante independencia respecto de las otras tradiciones del cristianismo naciente (paulina, sinóptica, judeocristiana). Se expresaron con un vocabulario propio, y desarrollaron su teología peculiar, que creció un tanto aislada de la tradición sinóptica. La tradición suele indicar una fecha tardía para la redacción final de la obra: o O los últimos años de Domiciano (81-96). o O los primeros años de Trajano (98-117). Y ubica el lugar de origen de este evangelio en Éfeso. EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 273 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 274 TEMAS PRINCIPALES DE LA TEOLOGÍA JUÁNICA Uno de los lugares claves para detectar los temas principales de la teología joánica es Jn 20,30-31: “Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales (seméia) que no están escritas en este libro. v31 Estas han sido escritas para que creáis que (hina pisteuete hoti) Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios (ho húios tou theou), y para que creyendo tengáis vida (zoe) en su nombre” Cf. 1 Jn 5,3 SIGNOS O SEÑALES31 A diferencia de los sinópticos, el EvJn nunca utiliza la palabra “dynamis” 32 (milagro) para referirse a los gestos poderosos de Jesús . El 4toEv los llama 33 «signos» o «señales» (semeion), o, también, de “obras” . El vocablo “semeion” apunta a expresar una finalidad específica: mostrar, hacer “ver”. Los “signos” tienen una alta carga de revelación, un fuerte contenido cristológico, en cuanto manifiestan la gloria de Jesús e intentan suscitar la fe (al menos, en aquellos que esté dispuestos a penetrar el misterio de Jesús). Lo más característico de la teología juánica de los signos está en que sólo Jesús 34 35 los hace y en la relación de los signos con la fe . J. O. TUÑÍ, “Historia literaria o Historia del texto: La tradición narrativa de los signos de Jesús”, en: TUÑÍ-ALEGRE, Escritos joánicos y cartas católicas, Navarra (Verbo Divino 1995), 30-41. Cf. R. SCHNACKENBURG, “Los «signos» joánicos”, en: Id., El Evangelio s. S. Juan I1965, 381-394. Cf. F. J. MOLONEY, “Johannine Theology. The Believer's Response. (I) Signs and Faith”, en: BROWN-FITZMYERMURPHY (ed.), The New Jerome Biblical Commentary , New Jersey (Prentice Hall, 1990), 1425-1426. H. LONA, “Las formas literarias y sus Fuentes. A) Los “signos” o milagros”, en: Id., El Evangelio de Juan, Buenos Aires (Claretiana 2000), 24-30. 32 Según los sinópticos los dynameis de Jesús son los actos poderosos que acompañan la presencia activa del reino entre los hombres. El EvJn prácticamente no se habla de “Reino” –sólo lo hace en Jn 3,3-5–. El Jesús de Juan no anuncia el Reino, ni lo proclama como presente, ni lo ilustra mediante parábolas, ni describe el proceso de implantación del Reino entre los hombres mediante la expulsión de los demonios (en el 4toEv no se narran exorcismos) y la curación de los enfermos. 33 ¿Hay alguna diferencia entre obras y signos? “Signos” sólo los realiza Jesús, durante su ministerio público. Los discípulos sólo pueden hacer “obras”: Jn 14,12 “En verdad, en verdad os digo, el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre”. Jn 17,4 resume todo el ministerio de Jesús como una “obra”: “Yo te he glorificado en la tierra llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar”. Los “milagros” son a la vez signos y obras, según desde donde se les considere:  “Signos” en el sentido que expresan realidades que remiten al misterio.  “Obras” en cuanto se insertan en la corriente de la actividad del Padre (“La obra de Dios es que creáis en quien él ha enviado”, Jn 6, 29), como obras comunes al Padre y al Hijo. El Padre le da al Hijo para que las realice: 5, 36 “porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado”. 14, 10.11 “¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. Creedme, yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras”; cf. Jn 17,4. 31 EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 274 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 275 Jn 2,11 “Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos”. Jn 11,4 “Al oírlo Jesús, dijo: «Esta enfermedad no es de muerte, es para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella»“. La “gloria” de Jesús toma cuerpo en todos los signos que realiza, pero cada signo 36 particular muestra una faceta del misterio de Jesús salvador . Se comienza numerando las “señales”: 2,11; 4,54, y, en total, aunque Jesús ó “muchas señales” (Jn 11, 47; 20, 30), se narrarán 7. CREER (pisteu,w) 37 A lo largo de la obra, se reconoce la extraordinaria importancia que el evangelista concede al acto de “creer”:  No sólo por la frecuencia del verbo “creer” (pisteu,w): 98 veces en Juan, frente a 11 en Mateo, 14 en Marcos y 9 en Lucas. 38 En cambio, nunca aparece el sustantivo “fe” (pi,stij) en Juan .  Sino también, en algunos casos, por la peculiar utilización de una construcción, que, desde el punto de vista gramatical, es, por lo menos, anormal: Por eso dirá el autor explícitamente que Juan Bautista no hizo ningún signo: Jn 10,41 “Muchos fueron donde él y decían: «Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que dijo Juan de éste, era verdad»“. Y es que Juan Bautista no podía hacer ninguno, porque los signos son propios del Hijo, que sólo hace y dice lo que ve y escucha del Padre (Jn 5,19.31). El interés de Juan no radica en el efecto de los gestos de Jesús, sino mas bien en su origen y fundamento. Por eso se puede decir que lo que caracteriza a los “signos” juánicos es su sentido revelador. Los signos dan a conocer la fuente y el origen de la actividad de Jesús, lo que alienta su obrar, la razón más profunda de su presencia entre los hombres. 35 Cf. H. LONA, “La fe y los signos”, en: Id., El Evangelio de Juan, 101-102 (cf. “La fe”, ibid. 100107). 36 Los diálogos del EvJn tendrán la función de desentrañar y ahondar en el aspecto revelador de los gestos de Jesús, plenitud de la revelación salvadora de Dios. Un acto de ahondamiento en la realidad de Jesús lleva a entender que en él está presente la realidad poderosa del Dios lejano e invisible, la presencia de la gloria. En ese hombre Jesucristo resplandece Dios en medio de las tinieblas de este mundo. Por eso, los “signos” son como un rayo de esa gloria, que se da en la “sarx”. El EvJn, convencido de que en Jesús ha llegado la salvación final, penetra en la realidad de Jesús y percibe que en sus gestos, en su actuar existe un acercamiento del Dios invisible y lejano. No un acercamiento provisional y ejemplar sino una presencia total y definitiva. La salvación ya no podría venir por otro lado. Es en Jesús donde hay que encontrar al Dios misterioso y donde podemos contemplar “la gloria”. 37 R. BROWN, “Vocabulario Joánico. 9) pisteuein = «creer» («tener fe»,«llegar a creer», «confiar» ...)”, en: Id. R. BROWN, El Evangelio según San Juan II1970, 1486-1489. R. SCHNACKENBURG, “Excursus 7. La fe joánica”, en: Id., El Evangelio s. S. Juan I1965, 543-561. J. O. TUÑÍ VANCELLS, “La «fe» en la comunidad en el EJ”, en: Id., Jesús y el evangelio en la comunidad juánica, Salamanca (Sígueme 1987), 40-48 y cf. 112-123; Id., “Aceptación de Jesús: la fe joánica”, en: TUÑÍ-ALEGRE, Escritos joánicos y cartas católicas, Navarra (Verbo Divino 1995), 123-127. F. J. MOLONEY, “Johannine Theology. The Believer's Response. (I) Signs and Faith”, en: BROWN-FITZMYER-MURPHY (ed.), The New Jerome Biblical Commentary , New Jersey (Prentice Hall, 1990), 1425. 38 El contraste con las cartas de Pablo es notable: el verbo “creer” aparece 54 veces mientras que el sustantivo “fe” se encuentra 154 veces. 34 EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 275 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 276 pisteu,ein eivj + ACUSATIVO | “Pistéuein eis” El acusativo indica una persona, término de la acción. pisteu,ein eivj + ACUSATIVO indica “movimiento, dinamismo, dirección hacia”: Juan concibe de modo dinámico la relación sujeto-objeto, y lo expresa, frecuentemente, con esta construcción, que, literalmente, podría verterse como “creer hacia”, expresión gramaticalmente incorrecta en castellano, pero más adecuada que la (correcta pero más estática que dinámica) “creer en”. Se busca indicar la actividad del sujeto en relación con un término personal, es decir, “creer” es un movimiento hacia alguien, lanzarse sobre alguien para apoyarse, para afirmarse ahí (cf. Isaías 7,9). Esto se ve con mayor claridad en Jn 6,35, donde aparece, en paralelo con 39 la expresión “creer en mí”, “venir a mí” : Jn 6,35 “Les dijo Jesús: « Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí (o` evrco,menoj pro.j evme),no tendrá hambre, y el que crea en mí (o` pisteu,wn eivj evme.), no tendrá nunca sed. v36 Pero ya os lo he dicho: Me habéis visto y no creéis. v37 Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí (to.n evrco,menon pro.j evme.) no lo echaré fuera; v38 porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado”. 40 Cf. Jn 5,40 “y vosotros no queréis venir a mí para tener vida” . Cf. Jn 7,37-38 “El último día de la fiesta, el más solemne, Jesús puesto en pie, gritó: «Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba v38 el que crea en mí», como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva”. Esto permite entender también porque en Juan no se emplea nunca el sustantivo fe (pi,stij), más indicado para expresar “posesión”, “estado” en el sujeto que dinamismo sujeto/objeto. Los LXX emplean el verbo para traducir formas verbales de la raíz 'aMaN, que 41 indica lo que es “firme”, “seguro” (de donde viene el vocablo “amén” = cierto, seguro, tan frecuentemente utilizado por el Jesús joánico). También se usa en paralelo con “comer” y “beber”, a partir de 6, 52. Cf. Jn 6,44-45 «Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. v.45 Está escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí». Cf. Jn 6,65 “Y decía: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre»“. 41 'aman: firme, seguro.  Participio: “pedagogo, guardián, educador” (Num 11, 12; Is 49, 23)  Nifal (formas pasivas o reflexivas): “estar firme, seguro” (Is 22, 23; Is 7, 9); “ser duradero, estable” (2 Sam 7, 16); “ser seguro, confiable, fiel, leal” (Num 12, 7); “ser encontrado en la verdad” (Gen 42, 20).  Hifil (causativo): “confiar en, fiarse de” (Is 7, 9; 28, 16; Ex 4, 1.8s; Jer 12, 6).  'emet: “estabilidad, durabilidad, seguridad, certeza” (Jer 33, 6); “verdad” (Deut 22, 20). 39 40 EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 276 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 277 La importancia del “creer” en Juan se subraya también a través de las promesas que se hacen a los creyentes:  El que cree... Nunca más tendrá sed (Jn 6,35) Aunque muera, vivirá (Jn 11,25) No permanecerá en las tinieblas (Jn 12,46) Hará las obras que hace Jesús, e incluso mayores (Jn 14,12)  Pero, por sobre todas las cosas, recibe la vida Jn 3,16 “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”. Jn 3,36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios permanece sobre él”. Jn 5,24 “En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida”. Jn 6,40 “Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día» …6,47 En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna”. Jn 11,25-26 “Jesús le respondió: «Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; v.26 y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?»“ VIDA42 Es el concepto salvífico fundamental de este evangelio (cf. Jn 20,31). El evangelista distingue cuidadosamente entre la cualidad de la vida divina, que es el bien salvífico que viene a traer Cristo, y la vida humana, que todos poseemos por naturaleza, sujeta a la muerte. Para manifestar esta diferencia cualitativa fundamental, el evangelista emplea dos vocablos distintos para designar estos dos tipos de “vida”: yuxh/ (psyjé) y zwh\ (zoé). yuxh/ (psyjé) Se refiere a la vida humana, natural, terrena. Es la vida que el hombre posee por naturaleza, sujeta a la muerte, limitada. Por tener yuxh/ Jesús –el buen pastor– puede ofrecerla por las ovejas Jn 10,11 “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas”. 'emnûnah: “firmeza, inmovilidad” (Ex 17, 12), “seguridad, paz” (Is 33, 6); “credibilidad, fidelidad, seguridad, confianza” (Os 2, 22; Sal 33, 4; 36, 6; 96, 13; 100, 5; 119, 90). 42 C.H. DODD, “Vida Eterna”, en: Id., Interpretación del Cuarto Evangelio, 153-159. R. BROWN, “Vocabulario Joánico. 6) zoe = «vida» («vida eterna»)”, en: Id. R. BROWN, El Evangelio según San Juan II1970, 1478-1481. R. SCHNACKENBURG, “Excursus 12. La idea de la vida en el Evangelio de Juan”, en: Id., El Evangelio según San Juan II1971, 428-439.  EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 277 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 278 Jn 10,15 “como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas”. Jn 10,17 “Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. v. 18 Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre”. También Pedro ofrece su yuxh/ Jn 13,37-38 “Pedro le dice: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vidapor ti» v.38 Le responde Jesús: «¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces»“. No hay mayor amor que dar la yuxh/ por sus amigos Jn 15,13 “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos” Todo discípulo ha de estar dispuesto a arriesgar su vida en medio de un mundo hostil. El que ama su yuxh/ la pierde, debe abrirse al don de la verdadera vida, la zwh\ Jn 12,25 “El que ama su vida (o( filw½n th\n yuxh\n au)tou=), la pierde; el que odia su vida en este mundo (o( misw½n th\n yuxh\n au)tou= e)n t%½ ko/sm% tou/t%), la guardará para una vida eterna (ei¹j zwh\n ai¹w¯nion fula/cei au)th/n)”. Jesús entrega su yuxh/ por los hombres. Pero su misión es comunicar zwh\ zwh\ (zoé) No se refiere en Juan a la vida “natural”. Se trata de “la” Vida por antonomasia, la Vida de Dios, lo que le es propio como Viviente. Una vida plena, perfecta, 43 ilimitada, “eterna” (zwh¯ ai¹w¯noj ), no sujeta a la muerte. Desde el comienzo, el evangelio afirma la vinculación esencial entre Palabra y Vida: Jn 1,4 “En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres... Jn 6,63 “... Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida”. Cf. 1Jn 1,1-2 “Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida, v.2 - pues la Vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la Vida eterna, que estaba vuelta hacia el Padre y que se nos manifestó-” El Hijo tiene la zoé La expresión hebrea subyacente al giro “zoé aiónos” aparece por primera vez en Dan 12,2: “Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna (l:xayyê (Olÿ{), otros para el oprobio, para el horror eterno”. 43 EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014 278 INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA 279 “Así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en sí mismo”. Jn 5,26 El Hijo es la zoé Jn 11,25 “Jesús le respondió: «Yo soy la resurrección y la vida”. Jn 14,6 “Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”. Su misión es comunicar zoé a los hombres Jn 5,39-40 “Vosotros investigáis las Escrituras, ya que creéis tener en ellas vida eterna; ellas son las que dan testimonio de mí; y vosotros no queréis venir a mí para tener vida”. Cf. Jn 6,57 “Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Jn 10,10 “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”. (cf. 10, 28). Jn 10,28 “Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano”. Jn 17,2 “Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado”. 1Jn 4,9 “En esto se manifestó el amor que Dios nos ti

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8. El “Corpus Iohannicum” Bajo este nombre se agrupan cinco obras atribuidas a un autor de nombre Juan:   

El evangelio Tres cartas El Apocalipsis

La tradición ha considerado que todos estos textos fueron escritos por la misma persona. Pero hoy se suele analizar la situación con mayor cautela: salvo el Apocalipsis, donde el autor se presenta como “Juan”, ninguna de las demás obras hace referencia a un personaje con ese nombre:  

Tanto el 4to. Evangelio como la 1 Juan son anónimas. Y en 2 y 3 Juan el autor se autopresenta simplemente como “el presbítero”.

El “Problema Juánico” Planteo del problema - ejemplos Hacia fines del siglo XVIII y comienzos del XIX la investigación históricocrítica comenzó a reexaminar el valor de los evangelios como fuentes para la reconstrucción de la vida de Jesús. En ese contexto, se puso de relieve –una vez más– la notable diferencia entre los datos aportados por el Evangelio de Juan y 1 los aportados por los Evangelios llamados “sinópticos “, diferencia que dio pie a la pregunta acerca de cuál de ellos tendría más valor como fuente histórica. En un primer momento, la cuestión se planteó en referencia a los “autores”: si el responsable de la composición del Cuarto Evangelio era Juan, el hijo de Zebedeo, el libro debía considerarse como un relato de un testigo presencial, seguro y auténtico. Pero, según la tradición, Mateo también era un testigo presencial, seguro y auténtico. Así, la cuestión comenzó a transformarse en una verdadera dificultad, dificultad que se debatió, durante gran parte de los siglos XIX y XX bajo el nombre de “problema juánico”. Este “problema” consiste pues, en tratar de encontrar una explicación a las notables diferencias que existen entre Juan y los sinópticos. Los sinópticos –cada uno desde su óptica peculiar, por cierto– narran prácticamente los mismos hechos y transmiten los mismos dichos de Jesús. Es decir, representan una misma tradición, se pueden detectar fuentes comunes. Juan, en cambio, y si bien también describe el camino de Jesús desde los

Cuando –hacia fines del siglo XVIII– los evangelios fueron editados en columnas paralelas para facilitar el estudio en forma científica, los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas se presentaron en su totalidad, mientras que del evangelio de Juan sólo ingresaron algunos fragmentos. El libro que contenía los Evangelios dispuestos de esta manera llevaba como título “Synopsis”. Así, desde entonces, a los tres primeros se los llamó “Sinópticos”. La edición de los Evangelios en columnas paralelas fue hecha por Johann Jakob GRIESBACH en Halle en 1776, y llevaba como título “Synopsis Evangeliorum Matthaei, Marci et Lucae una cum iis Iohannis pericopis quae historiam passionis et resurrectionis Iesu Christi complectuntur”. 1

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comienzos hasta la crucifixión, sólo en contadas excepciones ofrece paralelos para la mayoría de las secciones sinópticas. Por ejemplo: 

Las narraciones de milagros Sólo coincide, y no mucho, en el relato de la multiplicación de los panes y la caminata de Jesús sobre las aguas (Jn 6); tal vez, y con buena voluntad, en el relato de la curación del “hijo” del funcionario (Jn 4,46s; cf. Mt 8,5s y Lc 7,1s).



El relato de la “institución de la Eucaristía” En Juan no aparece; en su lugar, hay una larguísima reflexión acerca de comer su carne y beber su sangre en el cap. 6.



En los casos en que se observa cierto paralelo, los episodios aparecen en distintos contextos: Por ejemplo,



La purificación del Templo En Juan aparece al comienzo (Jn 2,3ss). En los sinópticos, al final (Mc 11,15//).

El Jesús de Juan Se expresa de manera diferente, se mueve por lugares diferentes, hace cosas diferentes, enseña cosas diferentes.

A continuación, proponemos un inventario más exhaustivo y ordenado de las diferencias entre Juan y los sinóptico, organizado entorno a tres tipos de cuestiones:

Datos de 2 tipo “biográfico” 

Movimientos de Jesús: ¿cuántas veces va Jesús a Jerusalén? SINÓPTICOS Sólo una vez, al final de su vida. JUAN 3 Por lo menos cuatro veces, con ocasión de las “fiestas religiosas “ de Israel (Pascua y Tabernáculos; Jn 2,13; 5,1; 7,10; 12,12; cf. Jn 10,22: una fiesta de la Dedicación).



Fecha de la muerte de Jesús: ¿muere después de comer la Pascua o antes de la Pascua? SINÓPTICOS Jesús celebra con sus discípulos al comienzo (= atardecer) del 15 de Nisán, la fiesta de la Pascua: Mc 14, 12 //, especialmente, cf. Lc 22, 7-12.15. La última cena es una comida pascual.

Cf. Ph. VIELHAUER, “La relación con los sinópticos”, en: Id., Historia de la Literatura Cristiana Primitiva, Salamanca (Sígueme 1991), 435-439. 3 Son constantes las referencias litúrgicas en el Cuarto Evangelio. Es más, su actividad está marcada por el calendario litúrgico judío, aun cuando está en Galilea (Jn 6,4; 7,2). 2

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JUAN Jesús muere al mediodía del día anterior a la Pascua, es decir, el 14 de Nisán, el día de “la preparación”, en el momento que, en el Templo, se sacrificaban los corderos: Jn 18, 28; 19, 14; 19, 31. La “última cena” es 4 una comida de despedida, que no coincide con la cena de Pascua . 

Relación con el ministerio de Juan Bautista: ¿coinciden en algún momento sus ministerios? SINÓPTICOS Jesús comienza su actividad después que Juan es encerrado (cf. Mc 1,14 //). JUAN 5 Jesús y Juan Bautista actúan por un tiempo uno junto a otro: Jn 3, 22-24 .

Vocabulario, estilo y contenido de la predicación de Jesús 

Contenido de la predicación de Jesús 6

SINÓPTICOS:

Tienen temas fundamentales, como son “el reino” y las enseñanzas acerca del comportamiento del cristiano. (Sermón de la montaña, disputas acerca de cuestiones legales, exhortación a la vigilancia, a estar preparados, a seguir a Jesús en el camino de la cruz).

JUAN:

En el Evangelio de Juan el tema del Reino está prácticamente ausente. En el tiempo del ministerio público de Jesús, la expresión sólo aparece dos veces en el diálogo con Nicodemo (Jn 3,3.5). Fuera de este lugar, reaparece en el juicio frente a Pilato (Jn 18,33-37), pero con un sentido diferente al de los sinópticos. Es evidente que el tema del Reino es ignorado por Juan cuando tiene que hablar sobre el misterio de Jesús. En el Evangelio de Juan el tema de la predicación es la persona del Señor: Jesús se va autorrevelando, sobre todo, por medio del uso del nombre divino “Yo Soy” (Jn 8,24.28; etc.), que nunca aparece con este sentido en los sinópticos.

No sólo el día es diferente, sino que también varía la hora de la crucifixión: Marcos dice: “Era la hora tercia (es decir, las 9:00 de la mañana) cuando lo crucificaron” (Mc 15,25), mientras que en el Evangelio de Juan el juicio se prolonga más allá del mediodía: “Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia la hora sexta (=mediodía). Pilato dijo a los judíos: «Aquí tienen a su Rey»“ (Jn 19,14). 5 Para los sinópticos Jesús es un típico predicador itinerante que escoge sus primeros discípulos entre los pescadores del lago de Galilea (Mt 4,18-22; Mc 1,16-20; Lc 5,1-11). Juan presenta a Jesús como un maestro que reside durante largo tiempo en Jerusalén. Sus primeros discípulos provienen del círculo de seguidores de Juan Bautista (Jn 1,35-51), y parecería que pertenecen a la zona de Judea (Jn 7,3). 6 El tema del “Reino” es preponderante en la enseñanza de Jesús en los Evangelios Sinópticos. Es lo que Jesús anuncia, y sus discursos y parábolas giran en torno a este tema. 4

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Tampoco hay indicaciones de tipo moral (salvo el “mandamiento del amor”), sino una constante invitación a creer. 

El vocabulario de Jesús En JUAN:



Jesús nunca enseña en “parábolas”. Nunca aparece la palabra “milagro”.

El estilo de expresión Jesús

No son las frases cortas y de densidad significativa, que se dejan percibir incluso en los discursos sinópticos más largos y elaborados (como, por ejemplo, Mc 13 o Mt 5-7). En el EvJn los discursos de Jesús aparecen invariablemente en forma poética, y están muy lejos de la sencillez de los que se encuentran en los sinópticos. Jesús se explaya largamente, en un tono de tipo meditativo y con un avance lento del pensar, explotando al máximo los símbolos; usa también palabras e imágenes distintas: Por ejemplo,

“…el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios” (Jn 3,3.5). “Yo soy el pan de vida” (Jn 6,35) “Yo soy la luz del mundo” (Jn 8,12)

Cuando hay diálogos, no suelen ser breves discusiones sobre algún punto 7 en concreto , sino que Jesús se discurre en un plano distinto al de su interlocutor, en otro nivel, provocando los “malentendidos”, tan típicos en este evangelio: Por ejemplo,

Jn 2,20 “46 años se han tardado en construir este Santuario ¿y tú lo vas a reconstruir en tres días?” Jn 4,11 “Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva?” Jn 8,57 “¿Aún no tienes 50 años y has visto a Abrahán?”

Teología 

Cristología JESÚS HIJO DE DIOS 

Juan emplea dos palabras distintas para decir “hijo” de Dios, de acuerdo a quién se esté refiriendo: 8

Cuando habla de Jesús como hijo dice uÀioj (húios) . 9

Cuando habla de los hombres, usa te/knon (téknon) . 7

Además, en los evangelios sinópticos, Jesús discute con sus adversarios sobre cuestiones referentes a la Ley, en cambio las polémicas del evangelio de Juan tienen como objeto la misma persona de Jesús. 8 Jn 1,34; 1,49; 3,18; 5,25; 10,36; 11,4; 11,27; 17,1; 19,7. 9 Jn 1,12 “Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios”. 11,52 “como era Sumo Sacerdote, profetizó que Jesús iba a morir por la nación –y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos”. Esto se ve especialmente en las cartas: 1 Jn 3,1.2.10; 1 Jn 5,2. EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014

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Además, los hombres “se hacen”, “llegan a ser hijos” (Jn 1,12), es decir, no es algo que posean por naturaleza. Esto marca con claridad la diferencia cualitativa de la filiación: Jn 20,17 “Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios”.

En la teología juánica, el título “Hijo” apunta específicamente a la divinidad de Jesús. En otros párrafos del NT, en general, el título ha de interpretarse en la línea del mesianismo real: Hech 13,32-33 «También nosotros os anunciamos la Buena Nueva de que la Promesa hecha a los padres v33 Dios la ha cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús, como está escrito en los salmos: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy». Rom 1,4 “Pablo, siervo de Cristo Jesús, apóstol por vocación, escogido para el Evangelio de Dios, v2 que había ya prometido por medio de sus profetas en las Escrituras Sagradas, v3 acerca de su Hijo, nacido del linaje de David según la carne, v4 constituido Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos, Jesucristo Señor nuestro...” Hech 2,30-31 “Pero como él era profeta y sabía que Dios le había asegurado con juramento que se sentaría en su trono un descendiente de su sangre, v31 vio a lo lejos y habló de la resurrección de Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne experimentó la corrupción. v32 A este Jesús Dios le resucitó; de lo cual todos nosotros somos testigos”. Es, pues, una cristología que no tiene precedentes en los sinópticos. Esto se ve confirmado por otros motivos teológicos: 1.

En Juan se habla de preexistencia y de encarnación. Jn 1,1-4 “En el Principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el Principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida...” Jn 1,14 “Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único. lleno de gracia y verdad”. Jn 17,5 “Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes de que el mundo fuese”.

2.

Abiertamente Jesús dice que es uno con el Padre. Jn 10,30 “Yo y el Padre somos uno” (cf. Jn 17, 21.22)

3.

Los judíos entienden claramente el título y la pretensión de Jesús como una blasfemia: Jn 5,18 “Por eso los judíos trataban con mayor empeño de matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios”.

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Jn 10,33 “Le respondieron los judíos: “No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tu, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios”. Jn 18,5-6 “Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, se adelanta y les pregunta: «¿A quién buscáis?» v5 Le contestaron: «A Jesús el Nazareno». Díceles: «Yo soy». Judas, el que le entregaba, estaba también con ellos. v6 Cuando les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron en tierra”. Jn 19,7 “Los judíos replicaron: “Nosotros tenemos una Ley y según esa Ley debe morir, porque se tiene por Hijo de Dios” 4.

Jesús se autopresenta solemnemente con la fórmula “Yo soy”, sea 10 utilizada en forma absoluta: sea con algún predicado . Dada la frecuencia con que se emplea esta fórmula en este 11 12 evangelio , y las más de las veces en boca de Jesús , no cabe duda de que es una expresión perfectamente intencionada, de importancia teológica y cargada de sentido. ¿Qué idea late debajo de esta expresión? ¿De dónde procede? La fórmula apunta sin duda a la expresión de autoafirmación de eterna existencia de Dios «'anî hû», que el DeuteroIsaías emplea con especial énfasis y solemnidad (cf. p. e. Is 48,12; 43,10), y que los LXX traducen como «egó eimi». El uso del «egó eimi» en los LXX permite vislumbrar que la fórmula no sólo era entendida como una afirmación de la unicidad y la existencia divinas sino también –recordar que los Lxx pertenece a una época en que el nombre YAHVEH había desaparecido del uso público

C. H. DODD, “El nombre de Dios”, en: C.H. DODD, Interpretación del Cuarto Evangelio, Madrid (Cristiandad 1978), 104-107. R. SCHNACKENBURG, “Excursus 8: Origen y sentido de la fórmula e)gw¯ ei¹mi “, en: Id., El Evangelio según San Juan II1971, Barcelona (Herder 1980), 73-85. MOLONEY, «Johannine Theology. “I Am He”», en: BROWN-FITZMYER-MURPHY (ed.), The New Jerome Biblical Commentary, New Jersey (Prentice Hall, 1990), 1423-1424. 11 5 veces en Mateo, 3 veces en Marcos; 4 veces en Lucas y 29 veces en Juan. 12 1 vez en Mateo, 2 veces en Marcos; 2 veces en Lucas, 26 veces en Juan. Además, el empleo en Juan es muy peculiar (cf. SCHNACKENBURG, El Evangelio II, 74-76):  En siete metáforas: pan (6, 35.41.48.51); luz del mundo (8, 12; cf. 9, 5); puerta (de las ovejas) (10, 7.9); buen pastor (10, 11.14); la resurrección y la vida (11, 25); camino, verdad y vida (14, 6); vid verdadera (15, 1.5). Todas estas metáforas están en relación con la Vida (zoé) que es Jesús y que comunica a los creyentes.  La fórmula puede aparecer sola, sin predicados: 6, 20; 8, 24.28.58; 13, 19; 18, 5.6.8.  Hay pasajes en los que la fórmula no aparece de un modo tan “puro”, es decir que, lingüística y formalmente no se trata de la misma fórmula pero, desde el punto de vista teológico, tienen idéntico alcance: 4,26; 8, 18.23.  Emparentada con esta fórmula está la expresión “donde yo estoy”, cuando con ella se indica la meta celeste: 7, 34.36; 12, 26; 14, 3; 17, 24. De los restantes empleos de e)gw¯ ei¹mi, sólo dos pasajes no se refieren a la autoafirmación de Jesús: 9,9 y 18,35. 10

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y se había suprimido definitivamente su pronunciación– como un 13. nombre de Dios Por ejemplo: Isa 43,25 “Era yo, yo mismo el que tenía que limpiar tus rebeldías por amor de mí …y no recordar tus pecados”

 )fnókî )fnókî hû) móxeh p:$f(eyKf

evgw, eivmi evgw, eivmi o` evxalei,fwn ta.j avnomi,aj sou egó eimi sou

egó eimi

ho exaléifon

tá anomías

El “Jesús juánico”, pues, se presenta de la misma forma como lo hace YAHVEH en el Deutero Isaías. Habida cuenta del tono exclusivo que el enunciado de revelación del AT tiene en boca de Yahveh, no puede caber duda que, al aplicársela a Jesús, se le atribuía a éste una dignidad inaudita para los oídos judíos. La expresión sonaba a verdadera blasfemia: cf. 8,58s; 10,3014 33 . Las sentencias “egó eimi”, pues, están por completo al servicio de la cristología y el discurso salvífico propio de Juan. En cuanto enviado escatológico de Dios, que viene del cielo y tiene experiencia directa de Él (3,11.31s; 8,26; 12,49), Jesús es el único camino al Padre (14,9), la luz del mundo (8,12), la puerta por la que se entra a la vida (10,7.9). 

Soteriología EL VALOR REDENTOR DE LA CRUZ SINÓPTICOS:

Se pone claramente de relieve el valor redentor del misterio pascual, de su muerte y su resurrección.

13

DODD da ejemplos que permiten constatar que en ambientes rabínicos las expresiones «'anî hû» y «)ªnî w:hû) » eran empleadas como si fueran el nombre de Dios. A la segunda “fórmula” «ªnî w:hû» (“yo y él”) se le atribuía una significación especial puesto que se veía en ella una expresión de la íntima asociación o cuasi-identificación de Dios con su pueblo (cf. Ch. DODD, Interpretación del Cuarto Evangelio, 104-105). 14 Pero es exagerado pretender que la fórmula implicara necesariamente una identificación explícita de Jesús con Dios. También hay tres pasajes en los sinópticos en que se usa el “yo soy” de un modo similar al de Juan:  Mc 14, 62 // Lc 22, 70, cuando el sumo sacerdote pregunta a Jesús si él es el Mesías, el hijo del Bendito, Jesús contesta: “egó eimi”. Estas palabras provocan inmediatamente la acusación de blasfemia.  Mt 14, 27 (Mc 6, 50): en el pasaje mateano de la caminata de Jesús por sobre las aguas, tras la frase de Jesús, hay una profesión de fe de los discípulos (Mt 14,33), lo que muestra que Mateo da a las palabras de Jesús un alcance mayor. EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014

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Se enseña que eso es necesario: Mc 8, 31 // Lc 24, 26. JUAN:

Puede dar la impresión de que la salvación se da independientemente de la muerte de Jesús: Jn 3,16 “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. 3, 36: El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida...” Jn 5,24 “En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna...” Jn 8,51 “En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi Palabra, no verá la muerte jamás”. Jn 17,3 “Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tu has enviado, Jesucristo”. ¿Y la cruz? Se entiende más bien como victoria, como retorno glorioso al Padre.



Los “sacramentos” En Juan aparece mucho más fuerte el tema de los sacramentos, en especial, los sacramentos de “iniciación”, destacando como la vida de Dios se comunica, se hace presente a través de elementos materiales significativos: 

AGUA Nacer del agua Jn 3,5 “el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios” Agua / vino

Jn 2,1-11

Agua viva

Jn 4,5-15; 7, 37-38

El lavatorio de los pies Jn 13,1-10 “Si no te lavo, no tienes parte conmigo”. Sangre / agua Jn 19,34 “uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua” 

PAN



COMER MI CARNE Y BEBER MI SANGRE

Jn 6,31-52 Jn 6,53-60

Al comenzar al leer críticamente esta obra, se descubrió que presentaba a un Jesús: 

Que habla diferente, que enseña cosas distintas

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Que se mueve por otros lugares



Que protagoniza otros episodios

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Como si fuera un personaje diferente del que describen los sinópticos, que lo único que tiene en común es el nombre. ¿De dónde salen estas tradiciones diferentes? ¿Quién pudo haber escrito esto? Si representa una fuente distinta de información, ¿qué valor histórico tiene la información transmitida por este evangelio? Si las doctrinas son considerablemente distintas, ¿qué influencias pudo haber recibido de las diversas corrientes de pensamiento que circulaban por la época? ¿Por qué se lo incluyó en el canon si representa una tradición desconocida? ¿Se basa o no se basa en una autoridad apostólica?

La cuestión del autor del evangelio El tema del autor del 4toEv fue el punto de partida de la investigación crítica y constituyó hasta bien entrado el siglo XX, el núcleo del “problema juánico”. ¿Se puede sostener –como ha sido la convicción de la iglesia a lo largo de los siglos– que este evangelio fue compuesto por Juan, hijo de Zebedeo, hermano de 15 Santiago, miembro destacado del grupo de los “Doce” ? ¿O la crítica moderna ha demolido esta convicción? La crítica moderna pronto iba a constatar que la atribución de esta obra al apóstol Juan se fue imponiendo recién hacia fines del siglo II, a partir de San Ireneo. Y no solamente esto, sino que empezaban a surgir toda una serie de cuestionamientos: EN RELACIÓN CON LOS DATOS “EXTERNOS”

EN CUANTO A LOS TESTIMONIOS 16 “INTERNOS”

Datos de esta obra antes de San Ireneo

El lenguaje, el estilo, el acervo cultural que se despliega en esta obra, el medio intelectual que revela, ¿pueden no ser tenidos en cuenta a la hora de atribuir esta obra a un pescador galileo de lengua aramea y –según Hechos 4,13– “iletrado e ignorante”? Dos de las principales escenas de las que Juan de Zebedeo fue testigo –la transfiguración y la agonía de Guetsemaní– no se mencionan en este evangelio.

¿De dónde proviene que el evangelio haya sido atribuido al apóstol Juan? ¿No se habla acaso también de un Juan, el presbítero, ligado a la Iglesia de Éfeso? ¿Nunca fue discutido el origen apostólico de la obra en la Iglesia primitiva? ¿No hay una tradición que atestigua que Juan hijo de 17 Zebedeo murió siendo joven? 15

Cf. por ejemplo las respuestas de la Pontificia Comisión Bíblica del 29-5-1907 (Dz 2110-2112). Cf. Pierson PARKER, “John the Son of Zebedee and the Fouth Gospel”, JBL (1962) 35-43. 17 Por ejemplo, la que afirma que Juan también habría muerto mártir a manos de los judíos junto a su hermano Santiago hacia el 42 d.C. (cf. R BROWN, El Evangelio según San Juan I1966 (Cristiandad 1979), 16

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Crítica “externa” Evaluación crítica de los datos previos a la identificación del “discípulo amado” con el apóstol Juan 

Atribución relativamente tardía del evangelio al apóstol Juan Fue San Ireneo quien identificó al autor del cuarto Evangelio con el apóstol San Juan, el 18 hijo de Zebedeo: “Finalmente, Juan, el discípulo del Señor , el que se había reclinado sobre su pecho, también él publicó un evangelio, mientras moraba en Éfeso de Asia” 19 (HE V, 8, 4 = Adv. Haer III, 1,2) . Sobre todo hay un texto de san Ireneo merece especial atención: “Todos los presbíteros que se han encontrado en Asia con Juan, el discípulo del Señor, dan testimonio de que Juan ha transmitido esto, porque permaneció con ellos hasta los tiempos de Trajano. Algunos de ellos no solamente vieron a Juan, sino también a otros Apóstoles” (San Ireneo, Adv. Haer., II, 33, 3). En este último texto se introduce un dato que ha tenido consecuencias en el momento de identificar al autor del Evangelio: cuando san Ireneo dice “...no solamente vieron a Juan, sino también a otros Apóstoles”, sugiere que él entendía que Juan era uno de los Apóstoles. Aquí comenzaría a tomar cuerpo la tradición de que “el discípulo amado”, el 20 autor del Evangelio y el Apóstol Juan son una misma persona. Desde entonces (aproximadamente desde el año 200) esta opinión es unánime. Corresponde preguntar entonces qué dijeron los autores anteriores a san Ireneo, cuando se refirieron al autor del cuarto Evangelio.



Pero antes nos preguntamos: ¿Por qué San Ireneo defendió esa posición? Probablemente porque en algunos medios eclesiásticos comenzaba a manifestarse un 21 repudio hacia esta obra, dado el uso que hacían de ella algunos círculos gnósticos y, en 22 especial, la peligrosa secta de los montanistas .

102; R. SCHNACKENBURG, El Evangelio según San Juan I1965, Barcelona (Herder 1980), 114-116, quienes estiman que esas fuentes carecen de excesiva confianza). 18 Que la expresión “discípulo del Señor” se refiere al “hijo de Zebedeo” se desprende del hecho que en Adv. Haer. I, 1, 19 cita Jn 1,14 con la fórmula “el apóstol dijo: ...”. 19 En Adv Haer III 3 3 afirma además que la iglesia de Éfeso es un testigo veraz de la tradición de los apóstoles, por Pablo, que la fundó, y por Juan que vivió allí (citado por Eusebio en HE III 23 4). 20 Al producirse la confusión entre Juan, el presbítero de Éfeso, con Juan, el Apóstol hijo de Zebedeo, se originó la costumbre de representar al Apóstol como más joven que los demás durante la vida terrenal de Jesús. De este modo se podía justificar que hubiera vivido hasta los tiempos del Emperador Trajano. 21 Es probable que un gnóstico sea el que escribió el primer comentario del EvJn: HERACLEÓN, al que conocemos por la violenta refutación que de él hace Orígenes en su comentario al 4toEv. Consta que en Egipto los gnósticos acapararon al EvJn (cf. R. SCHNACKENBURG, “El uso gnóstico del EvJn”, en: Id., El Evangelio según San Juan I, 219-220 y notas 511 y 512, 586-587). 22 El movimiento montanista o la “nueva profecía” comenzó cuando Montano, hacia el 170 d.C. y poco después de su bautismo, comenzó a anunciar, en actitud extática y lenguaje oscuro, que él era el órgano EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014

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Según el testimonio de Ireneo hubo “antimontanistas”, aparentemente dentro del

ámbito de la Iglesia, que llegaron a rechazar no sólo el Apocalipsis sino también el EvJn: “Hay otros que para suprimir el don del Espíritu, no admiten esta forma de evangelio que es según Juan, donde el Señor prometió el envío del Paráclito” (Adv Haer III, 1, 9). Ireneo dice que se trata de gentes “desgraciadas” que así recusan a la Iglesia misma 23 el espíritu profético . Ireneo sólo los nombra de pasada, en la defensa del canon de los 4 evangelios, y parece que estos personajes no alcanzaron mayor influjo. Tampoco dice dónde predicaban estos “antimontanistas”. Tal vez habría que pensar en Roma o las Galias, donde abundaban los “profetas” montanistas. 

24

Por otras fuentes, especialmente por fragmentos de un escrito de Hipólito Romano , se puede conocer que en Roma, bajo el Papa Ceferino (199-217) un hombre docto, de nombre Gayo o Cayo, rechazaba juntamente con el Apocalipsis también al EvJn, e incluso, lo atribuía al hereje doceta Cerinto (con lo que afirmaba a la vez, el 25 carácter gnóstico del 4toEv ). El objetivo principal de Gayo / Cayo era impugnar al montanismo. Al desvalorizar y reprobar al EvJn, este último buscaba sin duda arrancar de las manos un arma a los montanistas.



Finalmente, San Epifanio (Panarion 51) informa de un grupo –calificado por él como los “Alogos”– que rechazaban el evangelio y lo atribuían al hereje Cerinto, 26 pero que por lo demás, pensaban como los católicos .

San Ireneo, pues, se habría esforzado por mostrar el origen apostólico del evangelio, porque debía evitar que este se convirtiera en una propiedad particular de los gnósticos. Él y el profeta del Espíritu Santo, que sólo ahora y por obra suya, iba a conducir a la cristiandad a la verdad completa. Al principio, su mensaje fue recibido con escepticismo, pero luego se transformó en un éxito espectacular, y logró numerosísimos adherentes, despertando una ola de fervor. Anunciaban como inminente el fin del mundo, y predicaban la necesidad de prepararse con ayunos rigurosos, renuncia al matrimonio y a los bienes, e inculcaban no rehuir del martirio. Fundaban sus enseñanzas en la revelación directa del Espíritu Santo, del Paráclito mismo (cf. Jn 14, 15-17; Jn 16, 13). El recurso, pues, de los montanistas a la doctrina juánica del Espíritu (el “Paráclito”), hizo levantar sospechas sobre el evangelio. Se apoyaban también en el Apocalipsis, por lo cual ese libro debió luchar siglos enteros por su reconocimiento canónico en oriente. 23 Cf. Adv. Haer. III, 11, 12. 24 Los fragmentos están contenidos en un comentario del obispo jacobita DIONISIO BAR SALIBI († 1171) sobre el Apocalipsis (cf. SCHNACKENBURG, El Evangelio según San Juan I, nota 536, 589). Este CAYO es mencionado también por Eusebio en HE VI 20,3. 25 Para ampliar la información acerca de Cerinto: ver HE III, 28. 26 La expresión acuñada por Epifanio es bivalente (“álogos” = “negadores del logos” y “a-lógicos” o irracionales”) y quiere indicar la negación del EvJn, que recurre a ese título cristológico, aunque sin designarlos como herejes. Constituirían un movimiento nacido en la iglesia de Roma, bajo el liderazgo de un presbítero llamado Caio o Gaio, que se oponía a Montano y a dos mujeres que lo acompañaban, y en medio de éxtasis y arrebatos místicos anunciaban el retorno inminente de Cristo y la manifestación de la Jerusalén celestial. Se decían inspirados por el Espíritu Santo y para sostener sus afirmaciones aducían textos del evangelio de Juan y del Apocalipsis. Para oponerse a ellos, Caio rechazó estos libros y según algún testimonio de la antigüedad, habría dicho que eran obra del hereje Cerinto. San Ireneo da a entender que Caio no era el único que rechazaba el evangelio de san Juan, sino que se trataba de todo un movimiento. EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014

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se encontraba ante dos fenómenos que de diferentes maneras dejaban el evangelio de Juan en manos de los gnósticos: unos, como Ptolomeo y Heracleón, que lo comentaban como si fuera obra de un gnóstico, y otros que lo rechazaban diciendo que había sido escrito por un gnóstico.



¿Qué datos hay de este evangelio antes de San Ireneo? Dado que la identificación del autor del 4toEv con el apóstol Juan hijo de Zebedeo la habría hecho Ireneo, corresponde prestar atención a los testimonios pertenecientes a la 27 época anterior : 

Las controversias romanas con Cayo y los “alogos” recién mencionadas indican que la tesis del origen apostólico del 4toEv no estaba aún consolidada hacia fines del s. II. Lo cual es un indicio de que no era una tradición antigua.



El Canon de Muratori (también de fines del siglo II), en las líneas 16-26, propone una descripción del origen del evangelio: “El cuarto evangelio es de Juan, uno de los discípulos. Rogado por sus condiscípulos y obispos, dijo: “ayunad conmigo tres días a partir de hoy, y que cada uno de nosotros refiera a los demás lo que le fue revelado”. Aquella misma noche le fue revelado a Andrés, uno de los apóstoles, que, de conformidad con todos, Juan escribiera en su nombre. Y así, aunque parezca que se enseñan cosas distintas en los distintos evangelios, no es diferente la fe de los fieles, ya que por el mismo y principal Espíritu ha sido inspirado lo que en todos se contiene sobre el nacimiento, pasión y resurrección (de Cristo), así como su permanencia con los discípulos y sobre su doble venida, despreciada y humilde la primera, que ya tuvo lugar, y gloriosa y con regia potestad la segunda, que ha de suceder. ¿Qué tiene pues de extraño que Juan tan frecuentemente afirme cada cosa en sus epístolas diciendo a este respecto: “lo que vimos con nuestros ojos y oímos con nuestros oídos y nuestras manos tocaron, esto os escribimos”. Con lo cual se profesa a la vez no solo testigo de vista y oído, sino escritor de todas las maravillas del Señor”. De este texto se infiere: 

Que el Juan evangelista no es uno de los apóstoles: Se designa a JUAN (evangelista) no como apóstol sino como “uno de los discípulos”, mientras que a ANDRÉS si se lo caracteriza como uno de los apóstoles.



Que se está procurando defender la “apostolicidad” del 4toEv. Mas allá de que el relato sea o no legendario, cabe reconocer que se busca defender la autoridad del 4toEv, con lo que se infiere que esta estaba siendo atacada o minusvalorada. Y para hacerlo, se recurre a la autoridad apostólica de Andrés. Luego, es otro testimonio que permite entrever que la tesis del origen apostólico de esta obra no estaba aun consolidada.



Polícrates de Éfeso, un obispo de fines del s. II, atestigua la existencia de un Juan de Éfeso, al que identifica con el discípulo amado y no identifica como uno de los doce: “Porque también en Asia reposan grandes luminarias... Entre ellos, Felipe, uno de

27

No se tienen datos precisos sobre los años en que vivió. Se conjetura que podría haber sido entre los años 140-195, (aunque también se proponen otras fechas). EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014

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los doce apóstoles, que reposa en Hierápolis, con dos hijas suyas...; y además, está Juan, el que se recostó sobre el pecho del Señor y que fue sacerdote portador del 28 pétalon , mártir y maestro” (HE III, 31, 3). De aquí surge: 29



Que existió un famoso JUAN enterrado en Éfeso , al que se identifica con el discípulo que se recostó sobre el pecho del Señor.



Es caracterizado como sacerdote (lo que armoniza con Jn 18,15 y con el conocimiento y la predilección del 4toEv por el Templo y la liturgia).



No cuenta a este JUAN entre los doce, pero sí a FELIPE.

Evidentemente, todo apunta a hacer pensar que, durante el siglo II, no hay indicios sólidos para pensar que esta obra era atribuida al apóstol Juan. El primer testimonio explícito de la identificación del autor como el apóstol Juan es el de SAN IRENEO, y, a partir de él, toda la tradición se hace eco de este dato. 

Significado y valor de la identificación hecha por Ireneo del autor de este evangelio con “el apóstol Juan” Ireneo buscaba defender la “apostolicidad” de la obra, y, con ello, su inclusión en el canon. Las diferencias y las particularidades que presenta esta obra en relación con la tradición sinóptica no hacen de este evangelio una obra inherentemente herética, y además, de origen dudoso. Su comprensión peculiar del misterio de Cristo enlaza con la primera generación de testigos del tiempo de Jesús y es un desarrollo legítimo de la fe apostólica, y, en cuanto tal, tiene un lugar en el canon. Eso es, en definitiva, lo que defendió Ireneo y lo que finalmente reconoció la Iglesia, más allá de que hoy día pueda o no identificarse exactamente a su autor. No dudamos ni por un instante que Ireneo estuvo absolutamente convencido de que era el apóstol Juan hijo de Zebedeo y que recibió a la obra como un legado de la enseñanza de los apóstoles de Jesucristo. Hoy no estaremos tan seguros acerca del autor, pero, con Ireneo reconocemos fuera de 30 toda duda que el EvJn tiene “autoridad apostólica” .



Algunos consensos de la exégesis contemporánea respecto del autor del Cuarto Evangelio La investigación, en su estado actual, sugiere distinguir entre varias personas: ≡

El Apóstol Juan, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago, ...que parece no tener ninguna relación con el cuarto evangelio.

Cf. Ex 28, 36-38 (cap. 28: “ornamentos sacerdotales”) “Harás, además, una lámina de oro puro, y en ella grabarás como se graban los sellos: “Consagrado a Yahveh”. La sujetarás con un cordón de púrpura violeta, de modo que esté fija sobre la tiara. Quedará sobre la frente de Aarón; pues Aarón cargará con las faltas cometidas por los israelitas en las cosas sagradas; es decir, al ofrecer toda clase de santas ofrendas. La tendrá siempre sobre su frente, para que halle favor delante de Yahveh”. 29 Cf. HE III, 39, 6, donde se habla de dos “Juanes” famosos enterrados en Éfeso. 30 Resumiendo: la conexión entre el cuarto Evangelio y Juan el hijo de Zebedeo no puede ser considerada como un dato decisivo para la fe. Lo que es verdaderamente importante es saber si esta obra tiene o no el respaldo de un testigo de los hechos y las palabras de Jesús. 28

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El “discípulo amado” Un discípulo de Jesús que habría vivido en Jerusalén y no perteneció al grupo de “los Doce”. Es posible que antes de concer a Jesús haya sido discípulo de Juan Bautista. Durante la pasión de Jesús permaneció en Jerusalén y fue testigo de la crucifixión. Después de la Pascua formó una comunidad, a la que le transmitió la tradición de Jesús. Este discípulo habría dejado algún escrito (Jn 21,30) que actualmente no se puede identificar, pero que debió de haber sido asumido para la composición del Evangelio. Los comentaristas que sostienen que el “discípulo amado” y el “evangelista” serían la misma persona, suponen que este escrito podrían ser los capítulos 1-20 del evangelio.



El evangelista La mayoría de los comentaristas actuales sostienen que el “evangelista” no es el “discípulo amado”, sino un destacado miembro de la comunidad formada por este. Habría sido un cristiano de origen judeo-helenista (¿Juan el Presbítero?), que vivió en Éfeso, y en tiempos del emperador Trajano (entre los años 98-117) recogió la predicación (oral – escrita) del “discípulo amado” y la consignó en el cuarto Evangelio.



La redacción final Después de la desaparición física del “evangelista”, algún miembro de la comunidad se ocupó de dar forma definitiva al Evangelio, incluyendo material escrito por el evangelista que no habría sido editado en la obra original (¿caps. 15-17? ¿cap. 21?). En un análisis del evangelio es muy difícil diferenciar entre la obra del evangelista y la del redactor final.

Destinatarios Fecha y lugar de composición Sobre la base de estos cuestionamientos –aunque el tema es aún debatido– señalamos que algunos investigadores se inclinan a pensar que el evangelio estaría vinculado a un grupo reunido entorno a un discípulo del Señor, no perteneciente al grupo de los 12, familiarizado con Jerusalén y con la liturgia judía. El grupo incluía helenistas, seguidores de Juan Bautista, judíos y samaritanos. En este grupo se habría desarrollado una tradición que evolucionó con bastante independencia respecto de las otras tradiciones del cristianismo naciente (paulina, sinóptica, judeocristiana). Se expresaron con un vocabulario propio, y desarrollaron su teología peculiar, que creció un tanto aislada de la tradición sinóptica. La tradición suele indicar una fecha tardía para la redacción final de la obra: o O los últimos años de Domiciano (81-96). o O los primeros años de Trajano (98-117). Y ubica el lugar de origen de este evangelio en Éfeso.

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TEMAS PRINCIPALES DE LA TEOLOGÍA JUÁNICA Uno de los lugares claves para detectar los temas principales de la teología joánica es Jn 20,30-31: “Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales (seméia) que no están escritas en este libro. v31 Estas han sido escritas para que creáis que (hina pisteuete hoti) Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios (ho húios tou theou), y para que creyendo tengáis vida (zoe) en su nombre” Cf. 1 Jn 5,3

SIGNOS O SEÑALES31 A diferencia de los sinópticos, el EvJn nunca utiliza la palabra “dynamis” 32 (milagro) para referirse a los gestos poderosos de Jesús . El 4toEv los llama 33 «signos» o «señales» (semeion), o, también, de “obras” . El vocablo “semeion” apunta a expresar una finalidad específica: mostrar, hacer “ver”. Los “signos” tienen una alta carga de revelación, un fuerte contenido cristológico, en cuanto manifiestan la gloria de Jesús e intentan suscitar la fe (al menos, en aquellos que esté dispuestos a penetrar el misterio de Jesús). Lo más característico de la teología juánica de los signos está en que sólo Jesús 34 35 los hace y en la relación de los signos con la fe .

J. O. TUÑÍ, “Historia literaria o Historia del texto: La tradición narrativa de los signos de Jesús”, en: TUÑÍ-ALEGRE, Escritos joánicos y cartas católicas, Navarra (Verbo Divino 1995), 30-41. Cf. R. SCHNACKENBURG, “Los «signos» joánicos”, en: Id., El Evangelio s. S. Juan I1965, 381-394. Cf. F. J. MOLONEY, “Johannine Theology. The Believer's Response. (I) Signs and Faith”, en: BROWN-FITZMYERMURPHY (ed.), The New Jerome Biblical Commentary , New Jersey (Prentice Hall, 1990), 1425-1426. H. LONA, “Las formas literarias y sus Fuentes. A) Los “signos” o milagros”, en: Id., El Evangelio de Juan, Buenos Aires (Claretiana 2000), 24-30. 32 Según los sinópticos los dynameis de Jesús son los actos poderosos que acompañan la presencia activa del reino entre los hombres. El EvJn prácticamente no se habla de “Reino” –sólo lo hace en Jn 3,3-5–. El Jesús de Juan no anuncia el Reino, ni lo proclama como presente, ni lo ilustra mediante parábolas, ni describe el proceso de implantación del Reino entre los hombres mediante la expulsión de los demonios (en el 4toEv no se narran exorcismos) y la curación de los enfermos. 33 ¿Hay alguna diferencia entre obras y signos? “Signos” sólo los realiza Jesús, durante su ministerio público. Los discípulos sólo pueden hacer “obras”: Jn 14,12 “En verdad, en verdad os digo, el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre”. Jn 17,4 resume todo el ministerio de Jesús como una “obra”: “Yo te he glorificado en la tierra llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar”. Los “milagros” son a la vez signos y obras, según desde donde se les considere:  “Signos” en el sentido que expresan realidades que remiten al misterio.  “Obras” en cuanto se insertan en la corriente de la actividad del Padre (“La obra de Dios es que creáis en quien él ha enviado”, Jn 6, 29), como obras comunes al Padre y al Hijo. El Padre le da al Hijo para que las realice: 5, 36 “porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado”. 14, 10.11 “¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. Creedme, yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras”; cf. Jn 17,4. 31

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Jn 2,11 “Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos”. Jn 11,4 “Al oírlo Jesús, dijo: «Esta enfermedad no es de muerte, es para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella»“. La “gloria” de Jesús toma cuerpo en todos los signos que realiza, pero cada signo 36 particular muestra una faceta del misterio de Jesús salvador . Se comienza numerando las “señales”: 2,11; 4,54, y, en total, aunque Jesús ó “muchas señales” (Jn 11, 47; 20, 30), se narrarán 7.

CREER (pisteu,w) 37 A lo largo de la obra, se reconoce la extraordinaria importancia que el evangelista concede al acto de “creer”: 

No sólo por la frecuencia del verbo “creer” (pisteu,w): 98 veces en Juan, frente a 11 en Mateo, 14 en Marcos y 9 en Lucas. 38 En cambio, nunca aparece el sustantivo “fe” (pi,stij) en Juan .



Sino también, en algunos casos, por la peculiar utilización de una construcción, que, desde el punto de vista gramatical, es, por lo menos, anormal:

Por eso dirá el autor explícitamente que Juan Bautista no hizo ningún signo: Jn 10,41 “Muchos fueron donde él y decían: «Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que dijo Juan de éste, era verdad»“. Y es que Juan Bautista no podía hacer ninguno, porque los signos son propios del Hijo, que sólo hace y dice lo que ve y escucha del Padre (Jn 5,19.31). El interés de Juan no radica en el efecto de los gestos de Jesús, sino mas bien en su origen y fundamento. Por eso se puede decir que lo que caracteriza a los “signos” juánicos es su sentido revelador. Los signos dan a conocer la fuente y el origen de la actividad de Jesús, lo que alienta su obrar, la razón más profunda de su presencia entre los hombres. 35 Cf. H. LONA, “La fe y los signos”, en: Id., El Evangelio de Juan, 101-102 (cf. “La fe”, ibid. 100107). 36 Los diálogos del EvJn tendrán la función de desentrañar y ahondar en el aspecto revelador de los gestos de Jesús, plenitud de la revelación salvadora de Dios. Un acto de ahondamiento en la realidad de Jesús lleva a entender que en él está presente la realidad poderosa del Dios lejano e invisible, la presencia de la gloria. En ese hombre Jesucristo resplandece Dios en medio de las tinieblas de este mundo. Por eso, los “signos” son como un rayo de esa gloria, que se da en la “sarx”. El EvJn, convencido de que en Jesús ha llegado la salvación final, penetra en la realidad de Jesús y percibe que en sus gestos, en su actuar existe un acercamiento del Dios invisible y lejano. No un acercamiento provisional y ejemplar sino una presencia total y definitiva. La salvación ya no podría venir por otro lado. Es en Jesús donde hay que encontrar al Dios misterioso y donde podemos contemplar “la gloria”. 37 R. BROWN, “Vocabulario Joánico. 9) pisteuein = «creer» («tener fe»,«llegar a creer», «confiar» ...)”, en: Id. R. BROWN, El Evangelio según San Juan II1970, 1486-1489. R. SCHNACKENBURG, “Excursus 7. La fe joánica”, en: Id., El Evangelio s. S. Juan I1965, 543-561. J. O. TUÑÍ VANCELLS, “La «fe» en la comunidad en el EJ”, en: Id., Jesús y el evangelio en la comunidad juánica, Salamanca (Sígueme 1987), 40-48 y cf. 112-123; Id., “Aceptación de Jesús: la fe joánica”, en: TUÑÍ-ALEGRE, Escritos joánicos y cartas católicas, Navarra (Verbo Divino 1995), 123-127. F. J. MOLONEY, “Johannine Theology. The Believer's Response. (I) Signs and Faith”, en: BROWN-FITZMYER-MURPHY (ed.), The New Jerome Biblical Commentary , New Jersey (Prentice Hall, 1990), 1425. 38 El contraste con las cartas de Pablo es notable: el verbo “creer” aparece 54 veces mientras que el sustantivo “fe” se encuentra 154 veces. 34

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pisteu,ein eivj + ACUSATIVO | “Pistéuein eis” El acusativo indica una persona, término de la acción.

pisteu,ein eivj +

ACUSATIVO

indica “movimiento, dinamismo, dirección

hacia”: Juan concibe de modo dinámico la relación sujeto-objeto, y lo expresa, frecuentemente, con esta construcción, que, literalmente, podría verterse como “creer hacia”, expresión gramaticalmente incorrecta en castellano, pero más adecuada que la (correcta pero más estática que dinámica) “creer en”. Se busca indicar la actividad del sujeto en relación con un término personal, es decir, “creer” es un movimiento hacia alguien, lanzarse sobre alguien para apoyarse, para afirmarse ahí (cf. Isaías 7,9). Esto se ve con mayor claridad en Jn 6,35, donde aparece, en paralelo con 39 la expresión “creer en mí”, “venir a mí” : Jn 6,35 “Les dijo Jesús: « Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí (o` evrco,menoj pro.j evme),no tendrá hambre, y el que crea en mí (o` pisteu,wn eivj evme.), no tendrá nunca sed. v36 Pero ya os lo he dicho: Me habéis visto y no creéis. v37 Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí (to.n evrco,menon pro.j evme.) no lo echaré fuera; v38 porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado”. 40

Cf. Jn 5,40 “y vosotros no queréis venir a mí para tener vida” . Cf. Jn 7,37-38 “El último día de la fiesta, el más solemne, Jesús puesto en pie, gritó: «Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba v38 el que crea en mí», como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva”. Esto permite entender también porque en Juan no se emplea nunca el sustantivo fe (pi,stij), más indicado para expresar “posesión”, “estado” en el sujeto que dinamismo sujeto/objeto. Los LXX emplean el verbo para traducir formas verbales de la raíz 'aMaN, que 41 indica lo que es “firme”, “seguro” (de donde viene el vocablo “amén” = cierto, seguro, tan frecuentemente utilizado por el Jesús joánico). También se usa en paralelo con “comer” y “beber”, a partir de 6, 52. Cf. Jn 6,44-45 «Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. v.45 Está escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí». Cf. Jn 6,65 “Y decía: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre»“. 41 'aman: firme, seguro.  Participio: “pedagogo, guardián, educador” (Num 11, 12; Is 49, 23)  Nifal (formas pasivas o reflexivas): “estar firme, seguro” (Is 22, 23; Is 7, 9); “ser duradero, estable” (2 Sam 7, 16); “ser seguro, confiable, fiel, leal” (Num 12, 7); “ser encontrado en la verdad” (Gen 42, 20).  Hifil (causativo): “confiar en, fiarse de” (Is 7, 9; 28, 16; Ex 4, 1.8s; Jer 12, 6).  'emet: “estabilidad, durabilidad, seguridad, certeza” (Jer 33, 6); “verdad” (Deut 22, 20). 39 40

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La importancia del “creer” en Juan se subraya también a través de las promesas que se hacen a los creyentes: 

El que cree... Nunca más tendrá sed (Jn 6,35) Aunque muera, vivirá (Jn 11,25) No permanecerá en las tinieblas (Jn 12,46) Hará las obras que hace Jesús, e incluso mayores (Jn 14,12)



Pero, por sobre todas las cosas, recibe la vida Jn 3,16 “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna”. Jn 3,36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios permanece sobre él”. Jn 5,24 “En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida”. Jn 6,40 “Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día» …6,47 En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna”. Jn 11,25-26 “Jesús le respondió: «Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; v.26 y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?»“

VIDA42 Es el concepto salvífico fundamental de este evangelio (cf. Jn 20,31). El evangelista distingue cuidadosamente entre la cualidad de la vida divina, que es el bien salvífico que viene a traer Cristo, y la vida humana, que todos poseemos por naturaleza, sujeta a la muerte. Para manifestar esta diferencia cualitativa fundamental, el evangelista emplea dos vocablos distintos para designar estos dos tipos de “vida”: yuxh/ (psyjé) y zwh\ (zoé). yuxh/ (psyjé) Se refiere a la vida humana, natural, terrena. Es la vida que el hombre posee por naturaleza, sujeta a la muerte, limitada. Por tener yuxh/ Jesús –el buen pastor– puede ofrecerla por las ovejas Jn 10,11 “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas”.

'emnûnah: “firmeza, inmovilidad” (Ex 17, 12), “seguridad, paz” (Is 33, 6); “credibilidad, fidelidad, seguridad, confianza” (Os 2, 22; Sal 33, 4; 36, 6; 96, 13; 100, 5; 119, 90). 42 C.H. DODD, “Vida Eterna”, en: Id., Interpretación del Cuarto Evangelio, 153-159. R. BROWN, “Vocabulario Joánico. 6) zoe = «vida» («vida eterna»)”, en: Id. R. BROWN, El Evangelio según San Juan II1970, 1478-1481. R. SCHNACKENBURG, “Excursus 12. La idea de la vida en el Evangelio de Juan”, en: Id., El Evangelio según San Juan II1971, 428-439. 

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Jn 10,15 “como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas”. Jn 10,17 “Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. v. 18 Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre”. También Pedro ofrece su yuxh/ Jn 13,37-38

“Pedro le dice: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vidapor ti» v.38 Le responde Jesús: «¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces»“.

No hay mayor amor que dar la yuxh/ por sus amigos Jn 15,13

“Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos”

Todo discípulo ha de estar dispuesto a arriesgar su vida en medio de un mundo hostil. El que ama su yuxh/ la pierde, debe abrirse al don de la verdadera vida, la zwh\ Jn 12,25

“El que ama su vida (o( filw½n th\n yuxh\n au)tou=), la pierde; el que odia su vida en este mundo (o( misw½n th\n yuxh\n au)tou= e)n t%½ ko/sm% tou/t%), la guardará para una vida eterna (ei¹j zwh\n ai¹w¯nion fula/cei au)th/n)”.

Jesús entrega su yuxh/ por los hombres. Pero su misión es comunicar zwh\

zwh\ (zoé) No se refiere en Juan a la vida “natural”. Se trata de “la” Vida por antonomasia, la Vida de Dios, lo que le es propio como Viviente. Una vida plena, perfecta, 43 ilimitada, “eterna” (zwh¯ ai¹w¯noj ), no sujeta a la muerte. Desde el comienzo, el evangelio afirma la vinculación esencial entre Palabra y Vida: Jn 1,4

“En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres...

Jn 6,63

“... Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida”.

Cf. 1Jn 1,1-2

“Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida, v.2 - pues la Vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la Vida eterna, que estaba vuelta hacia el Padre y que se nos manifestó-”

El Hijo tiene la zoé La expresión hebrea subyacente al giro “zoé aiónos” aparece por primera vez en Dan 12,2: “Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna (l:xayyê (Olÿ{), otros para el oprobio, para el horror eterno”. 43

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“Así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en sí mismo”.

Jn 5,26

El Hijo es la zoé Jn 11,25

“Jesús le respondió: «Yo soy la resurrección y la vida”.

Jn 14,6

“Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.

Su misión es comunicar zoé a los hombres Jn 5,39-40

“Vosotros investigáis las Escrituras, ya que creéis tener en ellas vida eterna; ellas son las que dan testimonio de mí; y vosotros no queréis venir a mí para tener vida”.

Cf. Jn 6,57

“Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí.

Jn 10,10

“Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”. (cf. 10, 28).

Jn 10,28

“Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano”.

Jn 17,2

“Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado”.

1Jn 4,9

“En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él”. 44

Ya, por la fe . No se da como promesa para el futuro, sino una realidad 45 presente para el que cree. La vida definitiva es aquella que, por su calidad, supera a la muerte física, la muerte no la puede destruir (Jn 11,26). Así afirma Jesús que quien escuche su palabra no verá la muerte jamás. El estado de muerte es propio de aquel que se encuentra fuera de la esfera de Dios. Al hacer suyo el mensaje de Jesús, el creyente pasa de la muerte a la vida. El verdadero enemigo de la vida eterna no es la muerte sino el pecado: Cf. 1Jn 3,15

“Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sabéis que ningún asesino tiene vida eterna permanente en él”.

Cf. 1Jn 5,16

“Si alguno ve que su hermano comete un pecado que no es de muerte, pida y le dará vida - a los que cometan pecados que no son de muerte pues hay un pecado que es de muerte, por el cual no digo que pida-”.

Intento de detectar una estructura en este evangelio Y por la “eucaristía”: Jn 6, 27.33.35.51.53.54. En la línea del pensamiento apocalíptico, para Juan la “vida eterna” es la vida de la era futura – cualitativamente distinta de la vida de esta “era”– pero otorgada aquí y ahora. 44 45

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Ver: L. H. RIVAS,¿Qué es un evangelio?, Buenos Aires (Claretiana 2001), 95-

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La comunidad juánica y su problemática46 Por su comprensión tan peculiar del misterio de Cristo, muchas afirmaciones de este evangelio, tomadas aisladas, podían llevar a interpretaciones erróneas de la figura y la obra del Señor. Así, pronto fue necesario tomar posturas claras respecto de ciertas cuestiones teológicas fundamentales, para precisar y matizar el alcance de las afirmaciones de este evangelio. Por ejemplo: La divinidad de Jesús es enseñada con mucha claridad. Pero, ¿y la humanidad?, ¿no puede quedar en la penumbra? 47

Con tanta insistencia en el aspecto de la verdad : ¿No se corre peligro de reducir la fe a una gnosis? ¿no se corre peligro de pensar que Cristo redime por lo que reveló, por su conocimiento y no por su vida y su muerte en cruz? Además, si por la fe se obtienen ya todos los bienes salvíficos: ¿No queda nada pendiente para el futuro? (escatología “presente”). Si la cruz es un retorno al padre, una exaltación: ¿No queda un tanto silenciado el valor sacrificial de su acto redentor? Si ya, por la fe, tenemos todos los bienes salvíficos, la vida misma de Dios: ¿Puedo tener aún pecado? ¿Para qué molestarnos por los mandamientos, por el amor al hermano? (=/= “amor al prójimo”; se trata de “amor fraterno”, es decir, de “comunidad”)

Las cartas de Juan 1 Juan se encargará de poner en claro todos estos puntos, dando algo así como la clave correcta de lectura del evangelio. Pero comencemos teniendo en cuenta algunos datos: o

Por empezar, la “carta” es anónima. El autor nunca dice su nombre, ni firma. Se parece más a un pequeño tratado que a una verdadera carta.

R. BROWN, “Cuando se escribieron las cartas”, en: Id., La comunidad del discípulo amado, Salamanca (Sígueme 1983), 89-156. Id., “La tradición del discípulo amado y las epístolas”, en: Id., Las iglesias que los apóstoles nos dejaron, Bilbao (Desclée de Brouwer 1986), 101-120. Josep Oriol TUÑÍ, “Las cartas de Juan”, en: J.O. TUÑÍ - X. ALEGRE, Escritos joánicos y cartas católicas, Navarra (Verbo Divino 1995), 175-212. Senén VIDAL, “Los otros escritos juánicos (1-3 Jn)”, en: Id., Los escritos originales de la comunidad del discípulo «amigo» de Jesús, Salamanca (Sígueme 1997), 587-653. R. BROWN, “First Epistle (Letter) of John”, en: Id., An Introduction to the New Testament, Doubleday (New York et al. 1996), 382-394. 47 Cf. Jn 8,31-32 “Decía, pues, Jesús a los judíos que habían creído en él: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, v.32 y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres»“; 17,3 “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo”. 46

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o

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El interés dominante es el reforzar a los lectores contra un grupo que está haciendo la labor del demonio y del anticristo: 1Jn 2,18 “Hijos míos, es la última hora. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es ya la última hora”. 1Jn 4,1-6 “Queridos, no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo. v.2 Podréis conocer en esto el espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo, venido en carne, es de Dios; v.3 y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; ese es el del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo”.

o

El autor de 1 Juan, en una clara y fuerte polémica, les dedica epítetos que en el EvJn se aplican a los “judíos”: Hijos del diablo: 1Jn 3,8.10; cf. Jn 8,44. Los que realizan el pecado «escatológico»: 1Jn 3,4-5 (la «iniquidad»: 1Jn 5,17); cf. Jn 8,34 Mentirosos: 1Jn 2,4; cf. Jn 8,44. Asesinos: 1Jn 3,15; cf. Jn 8,44. Son del mundo: 1Jn 4,5 Ellos son del mundo; por eso hablan según el mundo y el mundo los escucha. Y otros no tan duros: Falsos profetas: 1Jn 4,1. Seductores: 2Jn 1,7; cf. 1Jn 1,8; 2,26; 3,7. Son como Caín, que siendo maligno mató a su hermano: 1Jn 3,12 No hay que rogar por ellos 1Jn 5,16-17 “Si alguno ve que su hermano comete un pecado que no es de muerte, pida y le dará vida –a los que cometan pecados que no son de muerte pues hay un pecado que es de muerte, por el cual no digo que pida–. v.17 Toda iniquidad es pecado, pero hay pecado que no es de muerte”. Ni saludarlos ni menos aún recibirlos en casa. 2Jn 1,10-11 “Si alguno viene a vosotros y no es portador de esta doctrina, no le recibáis en casa ni le saludéis, v.11 pues el que le saluda se hace solidario de sus malas obras”.

o

El grupo ha pertenecido a la comunidad juánica, y parece que la división ha tenido lugar hace poco tiempo 1Jn 2,19 “Salieron de entre nosotros; pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros”.

o

Buscan conseguir adictos. El autor les recuerda a los destinatarios que han recibido el Espíritu, y que nadie los puede engañar.

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1Jn 2,26 “Os he escrito esto respecto a los que tratan de engañaros. v.27 Y en cuanto a vosotros, la unción que de El habéis recibido permanece en vosotros y no necesitáis que nadie os enseñe. Pero como su unción os enseña acerca de todas las cosas –y es verdadera y no mentirosa– según os enseñó, permaneced en él”. 1Jn 4,1 “Queridos, no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo”. o

Los errores que combate el autor de 1 Juan son tanto cristológicos como “éticos”: El autor de 1 Juan insiste en la realidad de la carne humana de Cristo; los adversarios no confiesan a Jesús: 1Jn 4,2-3 “Podréis conocer en esto el espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo, venido en carne, es de Dios; v.3 y todo espíritu que 48 no confiesa a Jesús , no es de Dios; ese es el del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo”. 2Jn 1,7 “Muchos seductores han salido al mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el Seductor y el Anticristo”.

Los adversarios, ¿habrían creído haber logrado una relación fuerte y estable con Dios, y el papel de Jesús en ese logro no les interesaba? De todos modos, hay una clara y explícita voluntad por parte del autor de 1 Juan de afirmar sin ambigüedades la realidad humana de Jesús, frente a quienes parecen negarla 49. Insiste con especial vehemencia en el valor salvífico de la sangre de Jesús: 1Jn 1,7 “Pero si caminamos en la luz, como él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado”. 1Jn 5,6-8 “Este es el que vino por el agua y por la sangre: Jesucristo; no solamente en el agua, sino en el agua y en la sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la Verdad. v.7 Pues tres son los que dan testimonio: v.8 el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres convienen en lo mismo”. 1Jn 2,2 “Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero”. 1Jn 4,10 “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados”.

Es interesante señalar que hay una variante textual de 1Jn 4,3: “todo espíritu que deshace a Jesús”. Es de notar que en 1Jn el sujeto de las confesiones de fe es siempre “Jesús”: 1Jn 2,22 “¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo”. 1Jn 4,15 “Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios”. Las primeras confesiones cristianas subrayaban el predicado: Jesús, el cercano, el que ellos conocían, es el Mesías; Jesús es el Hijo de Dios. 1Juan el acento se ha desplazado del predicado al sujeto. 48 49

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Como los adversarios pretenden estar libres de pecado, insiste en que tenemos pecados: 1 Jn 1, 8.9.10 (pero, cf. 1 Jn 3, 5-10, especialmente, el vs. 9). 1Jn 1,10 “Si decimos: «No hemos pecado», le hacemos mentiroso y su Palabra no está en nosotros”. Aunque pregonan la comunión con Dios, no cumplen los mandamientos. 1 Juan insistirá en la necesidad de guardar los mandamientos, en particular, en el mandamiento del amor fraterno: 1Jn 2,3-4 “En esto sabemos que le conocemos: en que guardamos sus mandamientos. v.4 Quien dice: «Yo le conozco» y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él”. 1Jn 2,9-11 “Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano, está aún en las tinieblas. v.10 Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza. v.11 Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos”. Cf. 1Jn 3,10-24 y 1Jn 4,7-21 ¿No consideraban importante amar al hermano? ¿Consideraban salvíficamente irrelevante la práctica de los mandamientos? Todo esto permite comprobar una situación problemática en el seno mismo de la 50 comunidad . Hoy día se tiende a pensar que había tendencias internas, que provocaron interpretaciones seriamente encontrada del mensaje fundamental del evangelio, en concreto, a una comprensión de la común tradición juánica que niega el carácter salvífico de la vida y la muerte de Jesús. Esto terminó en una verdadera y grave escisión en la comunidad. El EvJn habría sido llevado a la “gran iglesia” por el grupo encabezado por el autor de 1 Juan. Esta carta es como la “clave de lectura” para unas interpretación “ortodoxa” de la peculiar teología del 4to. evangelio. Los “adversarios” del autor de la 1 Juan, se supone, podrían haber caído en posiciones extremas, volcándose hacia las diversas tendencias gnósticas del siglo II (docetismo, maniqueísmo, gnosis, etc.).

50

Según R. BROWN (La comunidad del discípulo amado, 94), esto invita a suponer que las cartas son posteriores al evangelio: “Lo realmente decisivo en la cuestión de la fijación de la fecha es que, mientras el evangelio refleja la actuación de la comunidad juánica con los de afuera, las cartas se refieren a los de adentro. Los secesionistas ahora representan al mundo (1 Jn 4, 5); y en ellos, más bien que “los judíos”, son fustigados como hijos del diablo (1 Jn 3, 10). Si las cartas fueron escritas antes del evangelio, habría existido una comunidad juánica ya dividida y diezmada que luchaba con los de afuera cuando el evangelio fue escrito; pero no tenemos indicación de esto”. EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN – CARTAS “JUÁNICAS” /// 27/02/2014

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2 JUAN

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51

El mensaje fundamental de este texto es idéntico al de la 1Juan, sólo que mucho 52 más breve. Dirigida a la “Señora Electa y sus hijos” (v.1) , señala directrices acerca de la exclusión de gentes que puedan llegar negando que Jesucristo de encarnó (vv. 7.10-11). También recuerda el “mandamiento del amor” fraterno (vv. 5-6). 3 JUAN

53

Se trata del escrito más breve del NT. Es una verdadera carta, y además, personal, porque tiene el nombre del destinatario (Gayo) y el autor, al igual que el de la 2 Juan, se identifica como “el presbítero”. El presbítero, que parece tener un cargo de cierta responsabilidad en alguna comunidad juánica, ha tenido alguna dificultad con un tal “Diotrefes”, que parece tener autoridad en otra comunidad. Según el autor de la carta, Diotrefes actúa de forma autoritaria y no ha querido recibir a los enviados por el presbítero que llevaban un escrito por este presbítero dirigido a la comunidad (v. 9; ¿se trata de la 1 Juan?) 3 Jn 1,9 “He escrito alguna cosa a la Iglesia; pero Diótrefes, ese que ambiciona el primer puesto entre ellos, no nos recibe”. Diótrefes se opone al grupo del presbítero y tampoco permite, so pena de expulsión, que algún miembro de su iglesia reciba a los enviados del autor de 54 esta carta : 3 Jn 1,10 “Por eso, cuando vaya, le recordaré las cosas que está haciendo, criticándonos con palabras llenas de malicia; y como si no fuera bastante, tampoco recibe a los hermanos, impide a los que desean hacerlo y los expulsa de la Iglesia”. Gayo, en cambio, recibió a los enviados en su casa. Por ello, el presbítero se muestra agradecido, lo alaba por la hospitalidad que mostró a los misioneros (vv. 3-8). Recomienda especialmente a un tal Demetrio que está por llegar (v. 12). Como en 2 Juan, promete visitarlos pronto, y tratar, personalmente, el asunto de la hostilidad de Diótrefes hacia él (v. 10a). A pesar de ser un escrito tan breve y tan particular, proporciona datos interesantes para el conocimiento de las comunidades juánicas: R. BROWN, “Second Letter of John”, en: Id: An Introduction to the New Testament, 395-400. Senén VIDAL, “Textos de 2Jn”, en: Id., Los escritos originales de la comunidad del discípulo «amigo» de Jesús, 638-645. 52 Teniendo en cuenta que, en el v. 13, el saludo lo manda “los hijos de tu hermana Electa”, debemos pensar que el nombre se refiere, no a una mujer de nombre Electa, sino a una iglesia particular, doméstica. 53 R. BROWN, “Third Letter of John”, en: Id., An Introduction to the New Testament, 401-405. Senén VIDAL, “Textos de 3Jn”, en: Id., Los escritos originales de la comunidad del discípulo «amigo» de Jesús, 646-653. J. O. TUÑÍ, “La Tercera Carta de Juan”, en: J. O. TUÑÍ - X. ALEGRE, Escritos joánicos y cartas católicas , 195-198. 54 ¿Porque pertenece al otro bando? ¿Porque no quiere intervenir en el conflicto? 51

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En primer lugar, a través de este escrito se puede inferir que había grupos “juánicos” en diversos lugares. Y probablemente, en ciudades, puesto que el cristianismo fue al comienzo un fenómeno fundamentalmente urbano. Además, que la distancia entre los centros urbanos debía ser considerable. No sólo escribe a Gayo, sino que le pide que provea para el viaje de los misioneros, que, por lo tanto, ha de ser un viaje de cierta envergadura.



En segundo lugar, se ve también que existían personas en las comunidades que estaban revestidas de cierta autoridad. Ante todo, el mismo presbítero, que se considera con autoridad para echar en cara a Diotrefes su conducta inhospitalaria. Pero también Diotrefes tiene una claramente cierta preeminencia.



También se puede descubrir que las iglesias juánicas tuvieron misioneros itinerantes, que se dedicaban a visitar a las diversas comunidades. 3 Juan describe su tares como “colaborar con la verdad” (vs. 8).

La estructuración de las iglesias primitivas La estructuración de las iglesias primitivas debió ser una tarea sumamente compleja. Especialmente en una comunidad como esta, que para resolver conflictos el único recurso que tenía era el Paráclito. Tarde o temprano, el recurso de todos al Paráclito iba a provocar divisiones profundas e incontrolables: La idea de que hay un maestro divino vivo en el corazón de todo creyente, que es la presencia perdurable de Jesús, que preserva todo lo que enseñó Jesús y lo interpreta de manera nueva en cada generación es una de los aportes más importantes del EvJn al cristianismo. Pero, ¿qué pasa cuando los creyentes que poseen el Paráclito no están de acuerdo unos con otros? Si el Espíritu es la autoridad mayor y única y cada una de las partes apela a él para mantener su postura, es imposible hacer concesiones y ponerse de acuerdo. En este contexto, en autor de 1Juan va a apelar a la tradición, a los que era “desde el principio” (1Jn 1,1-3), “al anuncio que habéis oído desde el principio” (1Jn 3,11) como soporte parcial de su interpretación. Pero está claro que cuenta con el hecho de que sus lectores poseen el Espíritu y pueden reconocer la verdad cuando la oyen. Si las comunidades juánicas hubieran estado estructuradas como las comunidades destinatarias de las pastorales, el presbítero podría haber silenciado a los adversarios con su autoridad (cf. Tit 1,11). Pero en las comunidades juánicas, el único que guía por el camino de la verdad es el Paráclito (Jn 16,13; cf. 1Jn 2,27). Principio noble, pero que no funcionó. El grupo que enfrenta al autor de 1Juan estaba conformado por personas que habían sido miembros de la comunidad y por tanto, estaban ungidos con el Espíritu-Paráclito, pero esa unción que se supone es «verdadera y no mentirosa» (1Jn 2,27) no los salvó de convertirse en «mentirosos» (1Jn 2,22). Es que hay un “Espíritu de engaño” junto al “Espíritu de la verdad”: hay que discernir los 55 espíritus (1Jn 4,1-6) Pero, ¿cuál es el criterio de discernimiento ? ¿No habrá que empezar a pensar seriamente en una autoridad visible que dirima estas cuestiones?

55

Cf. 2Jn 9: permanecer en “la doctrina” de Jesús (=/= Jn 15,9).

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El epílogo del 4to Ev. reconoce la autoridad de un pastor humano (Jn 21,15-17). ¿Diotrefes estaba acaso tomando para sí este papel? (3Jn 1,9-10). El autor de 3 Jn sólo le reprocha su manera dictatorial de proceder (aunque cf. 2Jn 10-11) no recibiendo ni la carta ni a los misioneros enviados por el presbítero. Pero, ¿no termina siendo necesaria una autoridad visible? Parece que esta comunidad tuvo finalmente que transigir con la eclesiología de las pastorales, por pesada y formal que fuera, si no querían desintegrarse con los conflictos y/ o caer en el gnosticismo. El carisma sin institución parece abocado inevitablemente a la disolución y a la fragmentación que representan las sectas gnósticas de los siglos II y III d.C.

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