Agnès Bergeret 1. Doctorante en antropol o gía del Institut des Hautes Etudes de l Amérique latine, Paris. 2

D ISCREPANCIAS E N T RE L AS P A LABRAS D E L D ESARROLLO . E L C AS O D E UNA A S OCIACIÓN C AMPESINA MAYA Q ’ EQCHI ’ E N GUA TEMALA. Agnès Bergeret

0 downloads 482 Views 143KB Size

Recommend Stories


ASSOCIATION DES AMIS DU MEXIQUE EN FRANCE MAISON DE L AMERIQUE LATINE PARIS, OCTOBRE 2004
1 ASSOCIATION DES AMIS DU MEXIQUE EN FRANCE MAISON DE L´AMERIQUE LATINE PARIS, OCTOBRE 2004 “El descubrimiento de América, pasado y porvenir de la i

Lt---)' ,ga-z- aq l..o.1r i e o. l\iinerales comunes en rocas fgneas
l\Iinerales comunesen rocas fgneas MINERALES NO-FERROMAGNESIANOS:FELSICOS (tonosclaroso transparrente) Cuarzo Si02 gnsaceo-transparente sin a-x (s ti

V O L. 9 ( 1-2 )
V OL. 9 (1-2) 2010 2.4.28.9. Habenaria integripetala Cogn., Bull. Soc. Roy. Bot. Belgique 43: 281.1906; Feddes Spec. Nov. Regni Veg. Beih. 4: 59.190

HISTOIRE(S) de l Amérique latine
Revue HISTOIRE(S) de l’Amérique latine Volume 1 – 2005 Dossier : Types et emblêmes de l'identité dans les discours sur la nation en Amérique latine –

TRADUCCIÓN DEL FRANCÉS AL ESPAÑOL DEL TOMO IV DE HISTOIRE GÉNÉRALE DE L INSTITUT DES FRÈRES DES ÉCOLES CHRÉTIENNES DIANA MILENA LAVERDE BARBOSA
TRADUCCIÓN DEL FRANCÉS AL ESPAÑOL DEL TOMO IV DE “HISTOIRE GÉNÉRALE DE L’INSTITUT DES FRÈRES DES ÉCOLES CHRÉTIENNES DIANA MILENA LAVERDE BARBOSA 239

Ejemplo 1. A = l 2. l =?
FUNCIONES CON RADICALES Sugerencia para quien imparte el curso. Al iniciar esta parte del curso es importante tener claro y precisar a los alumnos el

CPD INSTITUT DEL TEATRE
CRÈDIT DE SÍNTESI 2014-15 3r ESO ANTONIO MACHADO EESA/CPD – INSTITUT DEL TEATRE ESCOLA D’ENSENYAMENT SECUNDARI I ARTÍSTIC CONSERVATORI PROFESSIO

Story Transcript

D ISCREPANCIAS E N T RE L AS P A LABRAS D E L D ESARROLLO . E L C AS O D E UNA A S OCIACIÓN C AMPESINA MAYA Q ’ EQCHI ’ E N GUA TEMALA. Agnès Bergeret 1 Para reflexionar sobre la relación entre m o vi m i e nt os indígenas y financia mi ent os internacionales, propone m o s apoyarnos en un caso concreto, ya que cada proces o social es una respuesta concreta a una situación local que define una situación conflictiva et limita el abanic o de alternativas. Recorrere m o s la historia de la red de asociacion es camp esinas q’eq c hi’ de un municipio de Alta Verapaz, en Guatemala. No se tratan de asociacion es importantes, ni cono cidas. Son muy pequeñas, muy “locales”, pero han sabido, por una parte, conquistar una municipalidad y por otra parte, atraer los financia mi ent os internacionales. Es su papel de interm e diario, de articulador, y de traductor que nos interesa consiste en captar fondos, conv en c er las agencias humanitarias y de coop eración internacional, y ejecutar esos fondos en accion es que permiten mejorar las condicion es de vida de los “locales”. Todo el proble m a es saber có m o pasa esa interm e diaci ón, y si no se vuelv e distorsión. Ya varios autores han reflexionad o sobre la opacidad, la variabilidad de alianzas, “la dificultad de medir seriam e nt e lo que son y lo que hacen” 2 en cuanto a las ONG y se puede reiterar esta prueba en cuanto a las organizacion es de base. La más importante asociaci ón de Cahabón, ahora designada co m o “indíg ena ” ha nacido de largas luchas, que tuvieron el otro adjetivo calificativ o “ca m p esinas” algunas decenas antes. En el contexto de Cahabón, la continuidad de la lucha se encarna en la Tierra, después de un siglo del régi m e n de la Hacienda: Hoy en día librados de ésa, las co munidades siguen con el desafío esencial a su futuro de obtener las escrituras registrada s de sus terrenos, desafío al cual dedican la may or parte del poco dinero que tienen. La asociaci ón intenta facilitar esa co m pra y legalización de las tierras de co m unidad es q’eq c hi’ es. Sin em b ar g o, desde los años 90, se han desarrollado varias otras acciones, de las cuales se puede decir que correspond en más al ambiente intelectual de donantes occidentales que piensan el desarrollo, que a iniciativas internas. 1 2

Doctorante en antropol o gía del Institut des Hautes Etudes de l’Amérique latine, Paris. Jean-Paul DELER(et alii) ONG et dével oppe m e nt. Paris, Karthala, 199 8, p. 20.

Com o no pode m o s explicar en este texto la co m pleja articulación entre dos siste m as de producción – global y local o sea para decirlo esque m ática m e nt e, capitalista y co m unitario q’eq c hi’- , quere m o s introducir algunos ele m e nt os de reflexión sobre el papel de las organizacion es de base y de sus donantes en esta articulación a través de ele m e nt os de palabras, que permiten entender las discontinuidades entre los dos siste m as. Querem os enseñar que esas organizacion es indígenas pueden ejecutar algunos proyect os llegand o de “afuera” que introducen un hiato y distorsiones con el contexto local. Sin em b ar g o, se están esforzando conquistar espacios formales para apropiarse los espacios de decisiones, y recon quistar el control sobre su propio “desarrollo”.

LA LUCHACAMPESINA. La asociación indígena y camp esina del municipio de Cahabón es una organización co m unitaria de base, descendiente de m o vi m i e nt os a la vez endó g e n o s y nacionales, que intentaban contrapon erse, en los años 60, 70 y 80 a un Estado en mano del Ejército. A raíz del conflicto civil, y particularm e nte en Cahabón, estaba el cierre del Estado, después del golpe militar de 19 5 4, a las expresiones y de m andas camp esinas que habían encontrado nueva arena política y apertura durante la primav era dem o cr ática entre 1944 y 19 5 4, así co m o el proble m a de la Tierra: una distribución muy desigual de la tierra (2,1 % de las propiedades cubren el 63 % de las tierras agrícolas en 196 4) y la permanen cia del régim e n de la Hacienda que seguía requiriend o el trabajo de los “col on o s ” sin pagarles. La radicalización de los regím e n e s militares, para co m b atir las guerrillas, en el contexto de la guerra fría llev ó a una militarización de la sociedad civil y a una estrategia de tem or, masacres, torturas. Algunos m o vi m i e nt os locales y sus coordinaci on es regionales y nacionales organizaban las accion es camp esinas en contra del servicio militar forzado y para el pago de los sueldos: en las palabras locales, el proble m a era de la “presión militar” y “lab oral”. Trabajaban igualm ente para infor mar la gente sobre sus derech o s. En los años 70 y 80, varias de esas organizacion es, muy ligadas con los m o vi m i e nt os de lucha armada, co m o a una parte de la Iglesia católica, encontraron el apoy o financier o de varios países dem o cráticos. Así, en el caso de Cahabón, si las organizacion es aparecen formal m e nt e y legal m e nt e a finales de los años 80, principios de los 90, debe ser considerada en la perspectiva de una historia que ha visto la red encab ezada por el Partido Guatemaltec o del Trabajo (PGT, partido co m unista clandestino)– perseguida

muy violenta m e nt e en los años 70, desaparec er en los años 80 3 . Las organizacion es civiles quedaron silenciadas, aniquiladas durante una buena parte de los 80. En 198 7, mientras la presión internacional había permitido la toma del poder por un gobiern o “civil” emp ezaron de nuev o a surgir organizacion es de base, a menud o ligadas con m o vi m i e nt os guerrilleros, pero sobre todo, con apoyo de ONG. Como lo dice Baierle 4 , las ONG no son causa de la ausencia de otros m o vi m i e nt os de base transfor m ad or es, sino la conse cu en cia de su ausencia: pero hay que insistir en que la debilidad o ausencia de ésos fue el resultado de la represión contra- insurgente. Las ONG dese m p e ñ ar on entonces un papel político, apoyand o un camp o contra el otro – algo que ya constataba Rufin en 199 4 5 y que Pérez Molina de la ONG INCIDEasum e: se trataba para ellos, a partir de 19 9 9, apoyar a las organizacion es de base de izquierda que habían ganado 7municipios 6 . Sin em b ar g o, las ONG toman peso co m o interm e diarios en el manejo de “proyect os ”, y, se vuelv en en los años 90 una nebulosa cuyo peso financier o es prim ordial, desdibujand o y sustituyéndos e a los actores sociales, al contrario de fortalecer el poder local y civil (y en este m o m e nt o histórico particular, se puede argum entar en contra de la proposición de Baierle). Apareció el “proyectis m o ” , manejad o desde afuera, según directrices lejanas (ideas de la coop eración internacional sobre el desarrollo), expropiando lo local del control de sus iniciativas…. Además, por tocar puntualm ente y por “muestras” las poblacion es, las ONG han fallido a ser el nuev o cimiento social. “El liderazg o social fue convirtiéndos e en gerencia de proyectos” explica Pérez Molina 7 , y los militantes se volvier on “funcionarios” de los proyect os, o según la expresión amarga de un ex guerrillero conv ertido al trabajo de las ONG “m er c enarios del desarrollo ”. Estos “proyect os” expropian los locales del control de su “desarrollo” y casi nunca “funcionan”. Quisiéram o s dar unos eje m pl os de los hiatos que pueden surgir ahora. Quizás la causa principal de estos fracasos es la filosofía y met od ol o g ía individualista y universalista de muchas ONG: no se piensa a partir del siste m a social local y concreto.

3

Greg GRANDIN,The last colonial masacre. Latin America in the cold war . Chicago, University of Chicago Press, 2004, capítulo 4. 4 Sergio BAIERLE.« L'ère des contrats: les ONG et l'insoutenabl e marchandisation de la solidarité. » en Mouvem ents , Paris, sept- déc 2006, N°47/48, pp. 1 1 8 - 1 27, p. 1 2 1 . 5 Jean-Christophe RUFIN,Le piège humanitaire. Humanitaire et politique depuis la chute du mur . Paris, Hachette, 1994. 6 Olga PEREZMOLINA,“Guatemala: construyendo institucionalidad e incidencia social en el ámbito municipal”, en w w w . b antaba.ehu.es/co op/cc ont/cldoc/guate/, 200 2, p. 15 7 Ibid, p. 27

¿“INDIGENIZAR” Y “FEMINIZAR” LAS ACCIONES? Las organizacion es indígenas tienen que ser capaces de manipular el lenguaje formal administrativo, de gestión, jurídico, pero también de atraer los fondos internacionales trabajados por corrientes ideoló gic o s, m odas de procedi m i e nt os y de objetiv os: ahora es época de “ pro m o c i ó n de los derech os human os ”, “lucha contra la discriminaci ón y el racism o ”, “participación de las mujeres”, “desarrollo integral”, “ec oturis m o ”, “desc entralización y fortaleci m i ent o institucional”. Poder bien efectiv o de las Palabras, el “desarrollo rural” ya no constituye una prioridad 8 , desplazando la preocupación por la Tierra, sin la cual se hipoteca toda oportunidad de controlar su futuro, por objetiv os más específicos y más dispersos: la vivienda, agricultura especializada, co m er ci o justo, ecoturis m o, gestión co munal del agua y de la basura… Así, cuando uno de los donantes europe os titula un proyecto de apoy o a la “legalización, posesión y tenencia de la Tierra”, se trata en realidad tanto de apoyar los trámites legales para obtener las escrituras de las tierras; co m o fom entar la participación de la “Mujer Rural”, por el aco m p aña m i e nt o de proyect os productiv os, co m o por la prom o c i ó n de la participación de la mujer a los co m ités municipales, y por fin ayudar al fortaleci m i ent o institucional. Se mira que toman cada vez más importancia – más partes de presupuestos- temas co m o Discriminación y Mujer. Acaba de terminarse por eje mplo un proyecto extenso, que propuso talleres para luchar contra la discriminación étnica y de géner o, prom o v i e nd o los valores culturales. La proble m ática de la discriminación de géner o, que reúne las mujeres y ho m b r es para pro m o v e r la cultura indígena así co m o sensibilizar al papel que “deb e n ” dese m p e ñ ar las mujeres en los co m ités municipales, ha tenido la forma de reuniones. Tiene la ventaja de infor m ar sobre varios derech o s y dar la oportunidad a algunas mujeres de reunirse. Sin em b arg o, tene m o s preguntas sobre ciertos prejuicios que puedan existir debajo de estos proyect os, que claram ent e corresp ond e n a una corriente de pensa mi ent o del desarrollo más occidental que endó g e na. 8

Cf. David DUMOULINKERVRAN. « Les ONG latino- américaines après l'âge d'or: internationalisation et dispersion » en Amérique latine, édition 200 6 , Paris, La docu m e ntation française, 200 6. p 3 1- 50, p. 42.

Sugerim os entonc es que esta preocupación para las mujeres es much o más occidental que una necesidad local, y que las organizacion es de base, para obtener los fondos de los donantes, tuvieron que aceptar ese tipo de proble m áticas. La “discriminaci ón ” en q’eq c hi’, es traducida por “tz’eqtaanank ” que quiere decir “aband onar, perder, botar, desperdiciar”. Hay que notar que al desperdiciar algunas cosas, se refiere al no- respecto de las reglas sagradas que atribuyen a cada ser y a cada objeto su lugar. Desperdiciar puede acarrear castigos divinos co m o enfer m e d ad e s de las personas o de la milpa. La discriminación en españ ol se refiere a varios temas: emple o, quehac er es do m é stic os, participación política. Se constata que en la práctica de este técnico del proyect o, se entre mezclan las proble m áticas de la participación política y de los quehac er es do m é stic os. El “tz’eqtaanank ” en q’eq c hi’ se refiere al respecto de un orden del mund o, cuyas categ orías no son las mis m as que las nuestras. Se puede añadir que el “desarrollo ” no tiene una traducción clara en q’eq c hi’: puede ser “wank sa xyaalal” – estar en la verdad, en calma– o “wakliik” – levantarse- : siempre apela más a una noción de dignidad integral que a las connotacion es más estrictam e nte materialistas de la palabra “desarrollo ” 9 . La discriminaci ón de las mujeres o el “mac his m o ” es, claram ent e, una cuestión muy co m pleja, y que depende much o de la historia local. Los papeles de las mujeres q’eq c hi’ es son varias tareas agrícolas, el manteni mi ent o de la casa, la participación a los cargos de la cofradía, servicios cere m o niales co m o la preparación y oferta de las co m idas sagradas de los Santos y espíritus, el servicio de co m a dr onas. Sabiendo que lo más valorizado en la estructura de poder de la co m unidad es el servicio cere m o nial y el cargo, las mujeres no son excluidas ni tienen un papel discriminad o. Sin em b ar g o, a nivel local, es cierto que varias reuniones importantes se hacen ahora sin las mujeres. Según uno de los técnicos pedag ó gi c o s de este progra m a sobre discriminación, antigua m e nt e, las mujeres y los ho m br es “trabajaban” igual, y su abuela participaba en las reuniones de decisión para la co m unidad con su abuelo. Sin em b ar g o, no puede explicar por qué ha cam biad o eso, sino por ele m e nt os dispersos: el hech o de que las reuniones son la noche y que la noche es “peligrosa” para las mujeres: tienen mied o y pueden caer; o la constatación de que hoy “mucha gente piensa que las herramientas, o son de mujeres y sólo 9

Ver las consideraci on es de Inge HATSEy Patrick DE CEUSTER,Prácticas agrosilv estres q’eq c hi’ es: más allá de maíz y frijol. Cobán, Ak’ Kutan, 200 1 , p. 18 6.

mujeres las pueden usar, o son de los ho m br es y solo los ho m br es las pueden usar.” (Entrevista personal) Pero atacar la distribución de los quehac er es do m é stic os es atacar fundam e nt os de la cos m o v isi ón q’eq c hi’, ya que hacer la tortilla es una actividad central y sagrada. Hatse y De Ceuster insisten así en que “nunca [han] podido concluir que la tradición cultural sea realm ente el origen de una discriminaci ón. ” 10 En efecto, no se puede decir que los ho m br es q’eq c hi’ es descansan sobre el trabajo de las mujeres: tienen un papel muy importante en el manejo de los cultivos, de los animales do m é stic os, de la casa, y la educación de los niños. Pero los roles de las mujeres y de los ho m br es son más co m ple m e ntarios, ya que lo masculino y lo fem enin o en pareja simb olizan y son indispensables a la fertilidad de la tierra 1 1 . Contrasta con el principio de igualdad que rige el ideal m oral occidental. Lo que sí es cierto, y que no se analiza en estos proyect os, son los trastornos históricos que han sufrido las familias q’eq c hi’ es: el régi m e n de la Hacienda, que impuso a los ho m b r es salir a trabajar a la plantación del finquero, dejando a las mujeres en casa, ellas asumiend o much os trabajos. La Hacienda oblig ó también a las mujeres a servicios sexuales. Las políticas de tem or del ejército durante la guerra civil, incluyó violacion es siste m áticas de mujeres, e imponía a los ho m b r es patrullar en las noches, dejando solas las mujeres y sus niños. Hoy en día, la introducci ón de cultivos co m er ciales co m o el carda m o m o afectaría el equilibrio de las tareas fem eninas y masculinas, ya que las mujeres son en general excluidas de la siem bra así co m o de la venta de esos cultivos 1 2 . Todo eso ha grave m e nt e fragilizado las estructuras familiares. Pode m o s añadir que la generalización de la escuela y de los estudios, hasta los 18, 20, 25 años, de los jóvenes ho m br es co m o mujeres – ya que son muchas las jóven es a quienes sus padres ofrecen estudios- , acarrea nuevas relacion es entre adolec entes. Son num er osas ahora las jóvenes que se em b arazan durante sus estudios, ya que los anti- conceptiv os son muy caros y muy difíciles obtener, y la iglesia católica muy firme e influyente en su posición en contra de su uso. Eso dese m b o c a hoy en día en actitudes de mujeres bastante aso m br o sas, ya que estos proyectos humanitarios hacia las mujeres pasan en un contexto general de extensión del acces o a la televisión y a las telenov elas cuyo impacto sobre la actitud de los adolec entes es muy fuerte. Esta prom o ci ó n de la mujer occidental, libre, autóno m a, estudiada, y seductora… de una manera totalm ente distinta de las costum br es q’eq c hi’ es, tiene co m o efectos perversos, en medios muy 10

Ibíd., p 19 1 . Inge HATSEy Patrick DE CEUSTER.Cosm o visi ón y espiritualidad en la agricultura q’eqc hi’. Cobán, Ak’ Kutan, 200 1, p. 33. 12 Inge HATSEy Patrick DE CEUSTER,Prácticas agrosilv estres q’eqc hi’ es: más allá de maíz y frijol. Cobán, Ak’ Kutan, 200 1 , p. 19 2. 11

difíciles donde las violencias de la guerra civil habían ya trastornado la estructura familiar, que los “derech o s human os ” de la mujer se vuelven un instrum ent o y un arma para ciertas mujeres: No son un principio m oral universal interiorizado. En conse cu en cia, se multiplican falsas acusacion es de violación hacia los ho m b r es o falsos chis m es de intensa actividad seductora o sexual hacia otras mujeres, por parte de mujeres que han trabajado en proyect os de pro m o c i ó n de los derech o s human os, con el fin de acced er a mejor es puestos; el choque entre nor m as “tradicionales” y de la Iglesia católica (sacralidad de la sexualidad); nor m as de la hacienda y de la guerra (violencia y violacion es); nor m as occidentales (liberalización de la sexualidad) da lugar a cierta ano mía, o una instrum entalización de la sexualidad co m o un arma particularm e nte eficaz porque particularm ente sensible en los “derech o s human os ”. Otro ele m e nt o que constatam o s es la verdadera cara de los “proyect os productivos hacia las mujeres” de los cuales los proyectos humanitarios son ahora muy golos os. En general, en el caso que estudiam o s, estos proyect os productivos no van realm ente hacia actividades “capitalistas” que permitan establec er verdader os recursos financier os a las mujeres, sino van hacia actividades que va en co m ple m e nt o de los quehac er es do m é stic os: m olinos de nixtamal (masa de maíz), hornos para panes, huertos que mejoran la diversidad de la alim entación. En cuanto incluyen recetas financieras, son bastante pequeñas y, co m o son colectivas, se revela muy difícil investirlas sin que se desarrollen envidias y conflictos, entre las mujeres mis m as, o con los ho m br es. Al contrario, las mujeres no piden ayuda para asumir much o de la actividad co m er cial: vender en el mercad o, interca m b iar en la casa mis m a. Por fin, pode m o s reto m ar los consejos a las ONG’s dados por Hatse y de Ceuster: al contrario de integrar la mujer única m e nt e en los interca m b i o s capitalistas, subrayan la necesidad de pro m o v e r la co m ple m e ntariedad de las responsabilidades de los dos géner os, fom entand o el trabajo en pareja , recuperando las habilidades tradicionale s de la mujer, en la producci ón, procesa m i e nt o y co m er cialización local , co m o en casa 13 . Otro tema es la discriminaci ón étnica. Habría much o que decir sobre el hech o de que el indígena o lo étnico viene más de una visión occidental que de la auto- identificación de los habitantes. Muchas veces, la identificación es más territorial que “étnica”. Sin em b arg o, ha pasado una profecía auto- realizadora, en particular gracias a la audiencia internacional 13

Inge HATSEy Patrick DE CEUSTER.Cosm o visi ón y espiritualidad en la agricultura q’eqc hi’. Cobán, Ak’ Kutan, 200 1, p. 1 1 1 .

que ha encontrado el tema indígena en los años 80 cuando las izquierdas se debilitan y se reco m p o n e n: las organizacion es camp esinas se han unido a esa reivindicación indígena. Pero sus objetiv os son much o más concretos, socioecon ó m i c o s, que sola m e nte culturales. En efecto, es bastante difícil ( y quizás inútil y peligros o) definir entre ellos lo que es la cultura maya: no es contenida sola m e nte sím b ol o s abstractos (la cruz tradicional, el maíz, el calendario, etc.): son prácticas cotidianas que sólo se pueden realizar en buenas condicion es políticas y econ ó m i c a s. Fue bastante interesante mirar, en la cere m o nia de la clausura del proyect o contra la discriminación étnica y de géner o, que se había contratado a una “sacerd ota maya” cuyo ritual era co m pleta m e nt e descon o cid o por parte de la población q’eq c hi’: esos rituales, presentados co m o “puram ente mayas” por las ONG, forman parte de una nueva ola de sacerdotes profesionales, más que todo llegand o de Quiché. Los Q’eqchi’es de Cahabón, que tienen rituales co m unitarios men o s “espectaculares”, manejad os por los ancianos, nunca habían visto este tipo de cere m o nial. Así, entre esos proyectos de “recuperación y pro m o c i ó n ” de los valores de la identidad cultural, se introduce en realidad la nueva “espiritualidad maya”, que tiene much o más que ver con la em er g e n cia de un nuev o grupo social elite, resultado co m plejo del contexto de los años 80 de subida de los m o vi m i e nt os indígenas y de las investigacion es arqueol ó g icas y antropoló gicas “reinventand o ” lo maya. Se observa entonces una “despos esi ón ” en el esco gi m i e nt o de los temas y objetiv os: cuando habla el Presidente de la asociación de los principios de ésta, emplea el “Nosotros nos organiza m o s ” 14 , con objetiv os de lucha directa en contra de los que manejan la violencia y la explotación (sabiend o que por cierto la creación de esa asociaci ón no se puede única m e nt e explicar por una voluntad endó g e na, pero es un mito “fundador” muy importante). Hoy, su acción es guiada por los fondos extranjeros, y su acción se ha desplazada, pactando con ciertas instituciones. Sin em b ar g o, ha habido reflexión sobre esta desposesión.

14

“ Nos surgió una idea de empezar a organizarnos aquí en Cahabón, de ser una organizaci ón campesina, una organizaci ón popular, y empeza m o s a organizarnos, a trabajar con las co munidades. Empeza m o s en la capacitación, ver có m o está la ley en nuestro país, donde está nuestro derech o, empeza m o s a ver lo que es el códig o de trabajo. Logram os organizarnos.” (entrevista personal con el presidente de la asociaci ón).

MANTENER LA LUCHA DE LA TIERRA, Y APROPIAR LOS ESPACIOSFORMALES. Ya las representacion es de los actores locales han cam biad o por haber vivido los proyect os de las ONG. En ausencia de políticas productivas de la municipalidad o del gobierno, las esperanzas de cualquier iniciativa econ ó m i c a van hacia las ONG y sus “ayudas”. La ayuda (“jun li tenq’a”) se concib e, por parte de los cahab o n er o s, co m o dinero mandad o desde allá y desde arriba para el cual basta llenar formularios y requisitos, en un proces o vertical y desc on o cid o. No importan realm ente los objetiv os generales del “proyect o ”: lo importante es obtener un poco de ese dinero que falta tanto (para la salud, para los estudios de los hijos…). La may oría de la gente no puede entender los principios abstractos, universales y etnoc éntricos de la solidaridad occidental: much o s cahab o n er o s constatan que no entienden ni han visto los efectos concretos de este discurso de los “Derech os human os ”. Las conse cu en cias de la sustitución de una solidaridad militante por esa solidaridad lisa y “co m e stible ” para el público occidental 15 , han dado lugar a un cuadro vag o de aplicación de la ayuda, la cual sólo puede ser instrum entada puntualm ente por la población, y nunca fom entar nuev o cimiento militante de la población. En el caso de Cahabón, la organización descendiente de la lucha de izquierda, tiene fuertes ele m e nt os políticos en su lucha. Su evolución reciente de esas organizacion es fue su orientación hacia una mejor eficacia de la arena política legal, y para eso, conquistar espacios formales, sea por las elecci on e s de sus líderes, sea concluyend o acuerdos con las autoridades. No se trataba sola m e nte de un prag m atis m o de recorrer a recursos del Estado o otros actores, no era una “voca ci ón natural” a tejer lienzos 16 con cualquier entidad que facilite su acces o a las poblacion es: ahí, es una verdadera opción política y una evolución del m o vi m i e nt o: nunca se puede postular el consens o y poner entre paréntesis la dim ensión conflictual, explican Chauveau y Lavigne 17 . Para eso, ha tenido el apoy o de la Iniciativa civil para la de m o cr acia (INCIDE), organización soportada por varias ONG y entidades públicas de Europa (País Vasco) y Canadá. INCIDE trabaja para “desprivatizar le municipio”, ya que “las ONG han sustituido en gran medida al m o vi m i e nt o social y a las autoridades locales a 15

Bernard HOURS,« ONG et idéol o gi e de la solidarité : du dével oppe m e nt à l’humanitaire. » in DELER(et alii) ONG et dév el oppe m e nt, Paris, Karthala, 199 8, p. 44. 16 Philippe RYFMAN,La question humanitaire. Histoire, problé m atique, acteurs et enjeux de l’aide humanitaire internationale. Paris, Ellipses, 199 9, p. 1 1 0 . 17 Jean Pierre CHAUVEAUet Philippe LAVIGNE,« Com muni quer dans l’affronte m e nt » in DELER(et alii) ONG et dév el oppe m e nt . Paris, Karthala, 199 8, pp.19 2- 2 1 3 .

través de “volv er todo proyectos” 18 . Su apoy o técnico que permitió al presidente de la asociaci ón llevar la campaña y conquistar la municipalidad entre 19 9 9 y 200 3, y mejorar la administración municipal (contra la hege m o n ía de funcionarios tesoreros y secretarios), capacitar a los concejales municipales al códig o municipal y la ley de contratacion es, equiparla en material infor mático, mejorar la gestión, por medi o de auditorías. Bien subraya un conc ejal de la época que el apoyo de las ONG fue sim b ólica m e nt e muy impactante para los adversarios del nuev o equipo, la capa social más rica que les consideraba co m o “invasor es de tierras” y nunca destronada del mand o municipal hasta entonc es: sin las ONG, según este testim oni o, el nuev o equipo probable m e nt e no se hubiera mantenido más de tres mes es. Además, se ha insistido en la formaci ón de los co m ités co m unitarios, grupos de base cuyos representantes participan cada mes en una reunión con el Consejo municipal, para transmitir las de m andas, seguir los avances de las políticas municipales, cono c er la gestión financiera de la Municipalidad. Com o lo constata un mie m b r o de la asociación: “estando en la Muni, anticipa m o s sin saberlo la nueva refor m a municipal [– que introdujo oficialm e nte los consejos co m unitarios de desarrollo] (entrevista personal). Varios concejales pudieron viajar hacia Europa (España, Bélgica) e interca m b iar, acumuland o experiencias. Enfrentando los atrasos de pago del Situado Constitucional por el Estado, que constituye la may or fuente presupuestaria de la municipalidad, tuvo que reflexionar sobre los recursos tributarios locales, y realizar arbitrajes: en particular, impuso la participación a los costos del agua y de la basura, así co m o a los papeles oficiales de los habitantes. En esta política, es interesante ver que imponer impuestos no era nada impopular, ya que los que aprov e c han los servicios municipales son may or m e nt e los habitantes más ricos, los mestizos. Pero tuvo también la idea de abrir lo que llamar on un “m er cad e o de proyectos”, para obviar la falta de fondos. En la presentación de las necesidades del municipio, había invitado muchas organizacion es multilaterales y ONG. Siempre está el peligro que esta ola no dé lugar a estrategias de largo plazo, y después de dos años, terminen varios “proyect os”. EL recurso a las ONG fue en aquel entonces una manera de mejorar los fuentes financier os son perder el control sobre los objetiv os. En particular, en 200 2, cuando la prensa atrajo la atención de todo el país sobre regiones de ham bruna en Cahabón, el equipo de la Municipalidad supo obligar todas las donacion es de víveres a ser registradas y controladas por la Municipalidad, para que no se produzcan los abusos. Al mis m o tiemp o, intentó explicar que se trataba de un conflicto de tierra dramátic o que no dejaba a los habitantes parcelas suficientes a su auto- subsistencia. 18

Olga PÉREZMOLINA,ibíd. p. 13.

Durante este períod o de poder, la municipalidad tuvo accion es muy fuertes en cuanto al proble m a de las tierras: ayudó algunas co munidades a co m prar las tierras. Deja esta preocupación una huella que los nuev os equipos no pueden totalm ente evitar, ya que impulsó la creación de una coordinaci ón extensa entre todos los actores, organizacion es de base, municipalidades, ONG, Iglesia, que intervienen en los conflictos de tierra: la Coordinación Multisectorial Tierras. Al fin, después de este períod o, la asociación concluyó un acuerdo con la institución estatal encargada de tramitar las co m pras y legalizacion es de las tierras de las co m unidad es, Fontierra. Es una institución muy co m pleja, lenta, con ciertos ele m e nt os corruptos, y que sobre todo, permite sostener los altos precios de la tierra en beneficio de los grandes propietarios. La asociación se ha vuelto un interlocutor legal de Fontierra, un interm e diario oficial para agilizar los trámites de las co munidades. Así, la asociaci ón se está desarrolland o por dos lados a la vez: co m o prestador de servicios y co m o actor político reivindicativ o, lo que quiere decir, co m o bien lo explica Dumoulin 19 que se desarrolla en dos redes y dos sistem as de reglas diferentes. Baierle 20 subraya que las accion es de las ONG se han vuelto más técnicas de mediaci ón institucional entre Estado y sociedad, que accion es manejadas por políticos; pasando de ser independientes frente al Estado y al mercad o en los años 19 8 0, a operar una “cristalización institucional y mercantil” 2 1 ¿Será cierto que concluyend o un acuerdo con la institución Fontierra, está externalizando, substituyend o las obligacion es del Estado, legitimand o, en parte, sus procedi m i e nt os y carencias (y en particular, sosteniend o los precios muy caros de los terrenos, resultados de una alianza implícita e histórica entre grandes propietarios y la institución estatal Fontierra 22 )? Es sobre todo interesante ver por qué vías se ve obligada a pasar una asociaci ón si quiere influir concreta m e nt e en la vida de la población local: atacar por todos lados incluso “entrarle” al Estado, sin mied o a ser descalificado en parte por eso. En esta evolución, la asociaci ón ya no opera directa m e nt e en contra de los grandes propietarios y del Estado oligárquic o la asociación, sino recla m and o “desde adentro” del Estado. Escogiend o de tramitar los papeles para la co m pra de la tierra, la organización se inscribe en una historia muy difícil de la lucha por la tierra. En efecto, tiene una 19

David DUMOULINKERVRAN,« Les ONG latino- américaines après l'âge d'or: internationalisation et dispersion » en Amérique latine, édition 200 6 , Paris, La docu m e ntation française, 200 6, p 3 1- 50, p. 47. 20 Sergio BAIERLE.« L'ère des contrats: les ONG et l'insoutenabl e marchandisation de la solidarité. » Mouve m e nt s , sept- déc 200 6, N°47/48, pp. 1 1 8 - 12 7, p. 1 1 8 . 21 Ibíd. p. 1 1 9. 22

“Hay un proble m a porque ahora lo están pidiendo muy caro el terreno los finqueros. Si hay gente que está ocupando, lo que hay es desaloj os. Pero todos los que están en el poder son los empresarios, y son los dueñ os de esa tierra, están protegiend o estas propiedades ellos mi m o s.” (entrevista personal con el presidente de la asociación)

actitud prag m ática y legal, que, con el espejo del pasado, toma una faz particular: en efecto, en los años 60 y 70, los cahab on er os se encontraron abalead os entre dos actitudes frente a las instituciones estatales (com o el Instituto Nacional de Transfor m a ci ó n Agraria, ancestro de Fontierra) y frente a los Finqueros: aceptar de co m prar o presionar para que el finquero de sus terrenos en cam bi o de todos los sueldos no- pagados desde años – lo que ha pasado en varias oportunidades. Estaban los “ca mp esin os ” contra los “aj loq’ ol ch’o ch ’ ” – los que co m pran la Tierra. Ahora, ya no se co m b at e para el recon o ci m i e nt o de tierras co m unales o indígenas, ( expropiadas en el siglo 19 por la política liberal a favor de los extranjeros), ya no se piensa en otros principios que la propiedad privada ( Guatemala no ha recon o cid o la existencia de tierras indígenas). Pero, la propiedad privada legal ya sería una seguridad en contra de nueva etapa de la mercantilización de la vida: la nueva política de pro m o c i ó n del alquiler, m on etizando cada día más los circuitos de interca m b i o amenaza ahora el equilibrio de la econ o m í a q’eq c hi’ 23 . Quizás permite matizar lo que observa Baierle 24 , en cuanto a la nueva cara de las ONG: serían según él có m plices o presas de un capitalism o voraz que no aguanta ni un espacio que escape de su sistem a de valor mercantil. En el caso cahab on er o, sus cam bi o s estratégic os se definen en relación a la evolución del abanic o de alternativas concretas y locales de un capitalism o m ó vil, cam biante: el m od o de lucha de hoy ya no puede ser él de ayer, ya que si el proble m a de la Tierra sigue esencial, su configuración política y econ ó m i c a ha cam biad o, pasando del contexto de la sob eranía privatizada de la Hacienda sobre los peones al contexto de la sob eranía de un Estado militarizado, liberalizándos e econ ó m i c a m e nt e sobre ciudadan os. Perdiendo las elecci on e s de 200 3, el presidente de la asociaci ón se presenta de nuev o para las elecci on e s de 200 7, pero por desacuerdos con el partido de izquierda, con cierto desencanto, iba a aliarse con un partido de centro- derecha. Parece que la interm e diaci ón clásica por partidos, sindicatos, estaba muy deficiente: “Realm ente nosotros so m o s muy local, no tene m o s presencia a nivel nacional y departam ental, para hacer llegar nuestras propuestas” (entrevista personal con el presidente de la asociaci ón]. Sin em b arg o, por la recién formaci ó n del m o vi m i e nt o indígena Winaq, que presenta Rigoberta Menchú 23

“La política y el gobiern o ahora están trabajando much o en alquiler, y el alquiler no es buen o según lo ve m o s nosotros. Ponen un présta m o del gobiern o para alquilar, pero es temp oral, y tienes que pagar esa deuda, pagar, y después esa gente no está quedand o con ningún pedazo de tierra. Y esos son el proble m a que hem o s visto, eso es la política del gobiern o.” (entrevista personal con el presidente de la asociación). 24

Sergio BAIERLE.« L'ère des contrats: les ONG et l'insoutenabl e marchandisation de la solidarité. » en Mouvem ents , sept- déc 2006, N°47/48, pp. 1 1 8 - 1 27, p. 1 1 9.

co m o candidata a la Presidencia – intentando lo que hasta hoy nunca se ha logrado: presentar un candidato indígena – no se sabe a esa hora si la asociaci ón cam biara su afiliación. Mientras constaba un desencanto hacia las instituciones tradicionales de la política, parece que está pasando un sobresalto, los m o vi m i e nt os indígenas de Guatemala intentando, de nuev o, digerir el concepto de “partido”, co m o en otros lugares de América latina.

En conclusión, nos parece indispensable, cuando se trata de entender las organizacion es indígenas y sus relaciones con sus donantes, tomar en cuenta la dim ensión conflictiva del contexto local, y cruzar los datos a la vez históricos y “culturales”. Al mis m o tiemp o, hay que matizar el carácter de los donantes – muy diferentes - en función de su posición ideoló gica y de su experiencia. En el caso que estudia m o s, constata m o s que las “m o d as ” de los donantes acarrean un sinfín de ambigüedad es en el manej o de ciertos proyect os, tanto los que tratan de discriminación étnica y de géner o, así co m o los, cada vez men os importantes, que apoyan la resolución de los conflictos de tierra. Al cab o y al final, la trayectoria de la asociación indígena pasa por cierta dispersión, al mis m o tiemp o que una profesionalización y una inserción en la lógica de un Estado y un mercad o que antes co m b atía. Sergio Baierle diría que en esto se está perdiend o, porque ya no pondrían en debate los funda m e nt os del Estado y del Capitalism o. Pero éstos evolucionan y se encarnan de manera particular en las relacion es locales de poder. En la articulación de lo local con lo global, el trabajo de traductor de la asociaci ón “indíg ena” bien toma camin os distorsionantes, ya que no se pueden reducir los desafíos locales en las categ orías políticas y econ ó m i c a s occidentales. La entrada en la campaña electoral actual de la lideresa indígena Rigoberta Menchú Tum, em ble m a del vínculo entre indígenas mayas y ayuda internacional, augura quizás una nueva etapa de la relación entre las palabras del desarrollo occidental y las palabras del “levantarse” local.

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.