Algunos lienzos y cartografía colonial en el Istmo

Algunos lienzos y cartografía colonial en el Istmo [email protected] Avendano Lukas La tradición oral de los zapotecas contemporáneos en Teh
Author:  Silvia Tebar Ortiz

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Algunos lienzos y cartografía colonial en el Istmo [email protected] Avendano Lukas

La tradición oral de los zapotecas contemporáneos en Tehuantepec y Juchitán mantiene viva la idea de que el territorio que se posee se ganó en una lucha cuerpo a cuerpo contra el imperio azteca,1 después se repelerían a los mixtecos y se intentó el control territorial mediante negociaciones ideológicas y las encomiendas con Hernán Cortes, 2 sólo que aquí, dicho pacto resultó contraproducente desde el momento en que el señor Cosijopi fue acusado de idolatría, tal suposición devendría en su muerte en 1563 después de un largo juicio en la Cd. de México. Pero ¿a qué se debió que Tehuantepec apareciera en los intereses de los señoríos prehispánicos y coloniales? Quizás esto se pueda responder considerando dos características principales, siendo una de ellas su carácter de puente terrestre que unía el centro y el sur de Mesoamérica, rico en tributo; y para los colonizadores, la importancia de las vías marítimas como medio de trasporte y comunicación. El Istmo aparece por sus características geográficas como un puente natural en la unión de dos océanos -imagen V-, no obstante debe apuntarse que esta respuesta parece simplista, dada la complejidad de la historia en esta región, por tanto, pensando un poco en las estrategia de la guerra, se recuerda que muchos señoríos mantenían su hegemonía con base en un carácter beligerante por ende es imposible abstenerse de pensar en estrategias y tácticas militares. En un conflicto por el control del territorio en la época prehispánica habrá que considerar estrategias tanto ofensivas como defensivas determinadas por las 1

Joyce Marcus. “Aztec Military Campaingns against the Zapotec: Teha Documentary Evidence”. en: The Cloud People Divergent Evolution of the Zapotec and Mixtec Civilizations. Kent V. Flannery y Joyce Marcus (Edited). Museum of Anthropology, University of Michigan, Academia Press, New Cork, 1983, p. 314- 317. 2 “Desde que los españoles llegaron a Nueva España, los indios debieron pagar un tributo, condición indispensable para considerarlos vasallos del rey”. Laura Machuca Gallegos. “Haremos Tehuantepec”. Una historia colonial (siglos XVI- XVIII). Colección diálogos pueblos originarios de Oaxaca, Culturas Populares, CONACULTA, Secretaria de Cultura, Gob. de Oax., CIESAS, Oax., México, 2008, p. 67.

características del terreno,3 es decir, se establecen de acuerdo con las circunstancias, pero lo que no está determinado de esta manera es el asunto de las provisiones: si tienes un ejército en batalla con alta moral, si las condiciones atmosféricas son favorables, si el terreno favorece desplazamientos y posicionamientos económicos, si una fuerza armada cuenta con buenos comandantes y la doctrina es sólida, tienes ganada la guerra dice Sun Tzu,4 a lo que agregaría que el no tener que preocuparse por las provisiones energéticas es determinante, y que tiene su vigencia aún hoy cuando “el alza de precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente,”5 como dice Julio Boltvinik. El entorno de Tehuantepec fue ambicionado y peleado una y otra vez por los mixes (ayuuk), los zoques, los ikoots,6 los mixtecos e incluso por los aztecas.7 Sí, en función del lugar geoestratégico privilegiado de la región, pero además por ser rica como abastecedora de alimentos y de recursos para la conservación de éstos, donde sus lagunas costeras aún ofrecen oportunidad para la pesca y para la extracción de sal, 8 sus fértiles suelos aluviales de la planicie aunados a los constantes desbordamientos del río de los Perros, el Ostuta, Niltepec y Tehuantepec, cuyas acumulaciones fluviales mantienen un alto rango de actividades agrícolas.9 Por tanto los aztecas fueron solamente los penúltimos de una serie de grupos prehispánicos en Mesoamérica que tuvieron intereses políticos, económicos, ideológicos en tierras lejanas, y para los cuales el Istmo de Tehuantepec era un corredor vial y su suelo una fuente de productos

3

David A. Paterson. “Guingola: fortaleza zapoteca en el istmo de Tehuantepec”. en: Lecturas Históricas del Estado de Oaxaca. Marcus C. Winter (compilador). Vol. I, Colección regiones de México, INAH, Gob. del Edo. de Oax. 1990. 4 Sun Tzu. El arte de la guerra. Colofón S.A, México, 2002. 5 Julio Boltvinik. “De la autodeterminación a la globaliobediencia.” Economía Moral La Jornada Virtual. 22, de marzo de 2003. 6 Conocidos regionalmente como “huaves o mareños”, pero para ellos esta designación tienen connotación despectiva por su significado a “podrido por la humedad”. Por tanto, se evita su uso optando por el de ikoots, que es la forma como ellos se reconocen: “somos nosotros”. 7 Kent Flannery. “Zapotec Warfare: Archaeological Evidence for the Battles of Huitzo and Guiengola”. en: The Cloud People Divergent Evolution of the Zapotec and Mixtec Civilizations. Kent V. Flannery y Joyce Marcus (Edited). Museum of Anthropology, University of Michigan, Academia Press, New Cork, 1983, p. 318- 322. 8 Laura Machuca Gallegos. Comercio de sal y redes de poder en Tehuantepec durante la época colonial. Publicaciones de la casa chata, CIESAS, Fomento Cultural Banamex, México, 2007. 9 Zeitlin. Op. cit.

deseados, lo cual se corrobora incluso en la colonia cuando Hernán Cortés se adjudica Tehuantepec desde 1522 y en 1527 la integra al marquesado del Valle.10 El registro que nos ha de documentar este encuentro ideológico político zapotecas/españoles es el Lienzo de Guevea, fechado el original en 1540. Existen varias interpretaciones del mismo, pero para los intereses de esta investigación me habré de sujetar iconográficamente de la copia A, con referencias textuales de la copia B -imagen VI-.11 El Lienzo de Guevea también es conocido como Genealogía de los señores zapotecos, Códice Petela, Lienzo de Petapa, o Códice Zaachila. Por sus características de contenido y de composición pictográfica está clasificado como cartográfico- histórico y su localización está en el hoy municipio de Santiago Guevea de Humboldt y un segundo en Sto. Domingo Petapa. El lienzo está pintado sobre telas y sus dimensiones son de 309 x 98.5 cms. El lienzo está dividido en mitad superior y mitad inferior. La inferior es de carácter histórico por dar cuenta de la genealogía del señorío zapoteca de Zaachila12 como el centro político, administrativo y militar de los zapotecas, donde aparecen dos filas paralelas en forma ascendente separadas por un camino de huellas de pie, la fila del lado derecho inicia con el símbolo de un cerro detrás una pirámide escalonada de seis cuerpos y la glosa de Sachila; en sucesión ascendente están sentados 7 personajes con la vestimenta del dios Xipe, y sentado en cojines de jaguar y su símbolo onomástico que sale a sus espaldas, e inmediatamente una serie de alfileres que representan dos

10

Laura Machuca Gallegos. Op.cit, p. 33. Michael Oudijk y Cansen Maarten. “Tributo y territorio en el Lienzo de Guevea”. en: Cuadernos del sur, Año 5, No. 12, IISUABJO, CIESAS-Oax., INAH-Oax., INI-Oax.,1998. 12 John Paddock. “Commensts on the Lienzos of Huilotepec and Guevea”. en: The cloud people Divergent Evolution of the Zapotec and Mixtec Civilizations. Kent V. Flannery y Joyce Marcus (Edited), Museum of Anthropology, University of Michigan, Academia Press, New Cork, 1983, p. 308- 313. 11

banderas y lanzas, lo que algunos autores han interpretado como el tiempo de su autoridad o reinado -imagen VII-.13 El personaje cinco en glosa castellana tiene el nombre de Pirobiya, que se une al personaje seis de nombre Cosiobi por medio de un camino de pies, este personaje en especial tiene a sus espaldas la iconografía de un cerro con una cabeza de felino. Concentrándonos en estos personajes que se mencionan, es la ilustración del momento en que Cosijoeza señor de Zaachila envía a su hijo Cosijopi acompañado de su hermana Pinopia como señores de Tehuantepec, otras interpretaciones dicen que en algún momento, ante el acoso mixteco, el mismo Cosijoeza traslada su administración a Tehuantepec.14 Arriba del personaje seis con nombre de Cosiobi aparece el personaje siete con el nombre de Cosihueza, y detrás del mismo un dibujo que pareciera un templo de donde salen volutas; en interpretaciones lo señala como el cambio de administración de Zaachila a Tehuantepec, o la tumba que hace referencia a la muerte del señor principal Cosijoeza. Lorenzo Gamio rescató los contenidos de tres tumbas elites abarcando los periodos Clásico y Posclásico cerca de Laollaga, Tehuantepec y Salina Cruz15 y el saqueo de otra en Tehuantepec.16 Frente a estos mismos personajes seis y siete aparecen otros elementos que dan cuenta del recibimiento del tributo de otros pueblos de la misma región sujetos al señorío zapoteca de Cosijopi, entre las cosas que aparecen como tributo hay: cuentas de jade, cántaros, plumas, mantas, animales y hombres para su servicio. Al otro lado del camino de pies que parte en dos verticalmente la parte inferior del lienzo aparecen ocho personajes sentados, los primeros cuatro en orden ascendente sólo aparecen cubiertos 13

Marcus Joyce. “The Reconstructed Chronology of the Later Zapoyec Rulers, A.C. 1415 – 1563”. en: The cloud people Divergent Evolution of the Zapotec and Mixtec Civilizations. Kent V. Flannery y Joyce Marcus (Edited). Museum of Anthropology, University of Michigan, Academia Press, New Cork, 1983, p. 301- 307. 14 Francisco Burgoa. Geográfica descripción de la parte septentrional del Polo Ártico de la América. coedición del Instituto Oaxaqueño de las Culturas, Instituto de Investigaciones Antropológicas, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Biblioteca Francisco Burgoa y Grupo Editorial Miguel Ángel Porrúa, 1997. 15 Zeitlin. Op. cit., p. 398. 16 Teobert Maler. “Descubrimiento de una tumba real zapoteca en Tehuantepec, en el año de 1875”. en: El México antiguo, Tomo VI, 1942.

con una tilma y su símbolo onomástico a sus espaldas, los siguientes cuatro además de estos elementos mencionados tienen otro carácter más que incluye un escudo con un apéndice alargado que pareciera una lanza o mazo con incrustaciones de navajas de obsidiana.17 El personaje ocho que aparece con el nombre de Logobicha, la tradición oral18 y los documentos del archivo de los Bienes Comunales de Santo Domingo Petapa, dicen fue el fundador del hasta hoy municipio de Santo Domingo Petapa, y hermano del señor Rigola Guevea fundador del municipio de Santiago Guevea de Humboldt. Todo esto ha sucedido previo al encuentro con los españoles, pero la novedad del lienzo salta a la vista cuando arriba del personaje siete –Cosihuesa- de los señores zapotecos de Zaachila aparece un personaje más sentado en una silla con espaldar, vestido a la usanza española y con las glosas que indican su nombre como Dn. Juan Cortés, siendo éste el nombre que se le adjudica al señor Cosijopi al momento de recibir las aguas bautismales de los frailes dominicos. Precisamente es este el dibujo que documental la historia del señorío zapoteca de Cosijopi, al de cacique19 de la provincia de Tehuantepec al que le garantizarán el derecho a ciertas canonjías específicas de su ordenanza.20 Respecto a la mitad superior, se une por el camino de huellas de pies que divide la parte inferior verticalmente en dos, corresponde al carácter cartográfico del lienzo, se ve en el jeroglífico de Guevea, un cacique sentado dentro de una casa y dos iglesias. Se encuentra rodeado de dieciocho jeroglíficos de lugar, con inscripciones tanto en zapoteco como en castellano. Un texto de la copia “B” los identifica como mojoneras 17

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Eduardo Seler. “Plano jeroglífico de Santiago Guevea”. Guchachi´ reza, A.C. 1986.

Lázaro Guzmán Castillo. Breve historia de la hermandad entre Guevea de Humbolt y Santo Domingo Petapa. 465 años de hermandad. 70 años de intercambio de velas. Santo Domingo Petapa, Oaxaca, 4 de agosto 2005, (folleto). 19 Margarita Bornemann Menegus. “El cacicazgo en Nueva España”. en: El cacicazgo en Nueva España y Filipinas. Margarita Menegus Bornemann y Rodolfo Aguirre Salvador (Coord.). Centro de Estudios sobre la Universidad, UANAM, Plaza y Valdés, S.A. de C.V., México, 2005. 20 Juan de Córdova. Vocabulario en lengua zapoteca. México, 1942, en: Razas y clases de la Oaxaca colonial. John K. Chance. Instituto Nacional Indigenista, México, 1982.

establecidas en 1540, que en la actualidad se toman como referencias de mojoneras de los límites de las tierras comunales tanto de Santiago Guevea como de Santo Domingo Petapa. También se opina que estos jeroglíficos podían representar los lugares donde se celebraban las fiestas de los dieciocho meses del año prehispánico -imagen VIII-.21 Al documento que nos vincula entre lo prehispánico y la instauración de la autoridad colonial, le suceden una serie de producciones cartográficas. La primera de ellas es el mapa del área de Tehuantepec (pintura), hoy en la Benson Latin American Collection de la UTX,22 donde se señala a Tehuantepec al centro del mapa con una iglesia y el cerro donde aparece apostado un jaguar, y se lee en castellano “Cerro del Tigre”, el mapa señala los caminos y rutas que conectaran a los valles centrales de Oaxaca, las salinas del Mar del Sur (Océano Pacífico), los caminos viejos a Juchitán y que llevaran a la región del Soconusco, de igual forma aparecen conectados los diferentes pueblos de la región a Tehuantepec. Este mapa en particular señala los asentamientos existentes desde la época prehispánica, ahora apareciendo como pueblos y algunos con nombres de santos católicos -cuadro VI-. El siguiente mapa es el del Mar del Sur, para señalar las salinas propiedad del rey, ya que a Cosijopi se le respetaron algunas canonjía, entre de ellas el usufructo de las salinas,23 éstas eran propiedad del rey, que también lo fueron de Marqués del Valle, y de ahí la costumbre de anteponer el nombre del lugar y el título de nobiliario de su poseedor, como hasta la actualidad se repite, Salinas del Marqués y Xalapa del Marqués -imagen IX-.

21

Víctor de la Cruz. Genealogía de los gobernantes de Zaachila. Una primera lectura del Lienzo de Guevea, Oaxaca. Coedición de la Unidad Regional Oaxaca de la Dirección General de las Culturas Populares y S.E.P, Oaxaca, S/F. 22

Bajo el registro JGI, XXV-4; mapa y pintura, bajo números 34 y 35. René Acuña (edición). Relaciones Geográficas del siglo XVI: Antequera. T. II, Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM. 23 Laura Machuca Gallegos. “Como la sal en el agua”: la decadencia del cacicazgo de Tehuantepec (siglos XVI – XVIII)”. en: El cacicazgo en Nueva España y Filipinas. Margarita Menegus Bornemann y Rodolfo Aguirre Salvador (Coord.). Centro de Estudios sobre la Universidad, UNAM, Plaza y Valdés, S.A. de C.V., México, 2005.

Existen otros mapas menos extensos en comparación al mapa de Tehuantepec, pero siempre haciendo alusión a esta ciudad como sucede con el Mapa de Huilotepec, Mapa de San Dionisio del Mar, Mapa de Juchitán, Mapa de Sanatepeque, Mapa de Guamelula, Mapa de Iztactepec y el Mapa de Tzanaltepec24. La existencia de estos documentos dado su número y entre pueblos tan cercanos en la misma región, nos da un indicador de que fueron “realizados originalmente como apoyo documental en las demandas que las comunidades presentaron en la Real Audiencia para conservar su autonomía territorial y política.”25

24

Consultados en la mapoteca del Archivo General de la Nación. Judith Francis Zeitlin. “Recordando a los reyes. El Lienzo de Guevea y el discurso histórico de la época colonial”. en: Escritura Zapoteca 2, 500 años de historia. María de los Ángeles Romero Frizzi (coord.). CIESAS, CONACULTAINAH, México, 2003, p. 267. 25

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