ANÁLISIS DE LA INTERPRETACIÓNDE FORMAS EXPRESADAS POR ESCRITO Y GRÁFICAMENTE

XVI CONGRESO INTERNACIONAL DE INGENIERÍA GRÁFICA ANÁLISIS DE LA INTERPRETACIÓNDE FORMAS EXPRESADAS POR ESCRITO Y GRÁFICAMENTE MARTÍNEZ CASAS, Irene (
Author:  Hugo Rico Quiroga

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XVI CONGRESO INTERNACIONAL DE INGENIERÍA GRÁFICA

ANÁLISIS DE LA INTERPRETACIÓNDE FORMAS EXPRESADAS POR ESCRITO Y GRÁFICAMENTE MARTÍNEZ CASAS, Irene (1); FADON SALAZAR, Fernando (2); VILLAR DEL FRESNO, Ricardo (3) (1) (2) (3) Universidad de CANTABRIA, ESPAÑA Departamento de INGENIERÍA GEOGRÁFICA Y TÉCNICAS DE EXPRESIÓN GRÁFICA Correo electrónico: fado [email protected]

RESUMEN En el presente trabajo se analiza la relación entre la concepción del Templo de Salomón que se da en la Biblia y algunas de las interpretaciones más notables que se han hecho. Se trata de observar como se han definido o descrito las formas que el Templo tiene, sin que se conozcan documentos gráficos originales que muestren con mayor precisión como era. Para ello, se analiza la interpretación que hace Juan Bautista Villalpando sobre el Templo de Salomón, según el relato que hace el profeta Ezequiel, así como otros documentos de autores que realizan este análisis, con el objeto de conocer si la descripción escrita del Templo es suficientemente clara y concisa, o puede dar lugar a muy diversas interpretaciones. Palabras clave: Interpretación de formas, dibujos, escritos.

ABSTRACT In the present work the relation between the conceptions of the Temple of Salomón in the Bible and some of the most remarkable interpretations that they have become, is analyzed. One is to observe since they have been defined or described the forms that the Temple has, without original drawings are known that show more accurately like was. For it, the interpretation that J. B. Villalpando makes on the Temple of Salomón is analyzed, according to the story that Ezequiel prophet does, as well as other documents of authors who make this analysis, with the intention of knowing if the written description of the Temple is sufficiently clear and concise, or can give rise to very diverse interpretations. Key words: Interpretation of forms, drawings, written.

1. Introducción. La descripción por medio de imágenes, para la descripción precisa de la idea, es necesaria tal y como se aprecia en los documentos y medios de comunicación que usualmente se emplean. Sin embargo, es frecuente en la bibliografía antigua la descripción de edificios y objetos de forma escrita. Bien por falta de medios, bien porque las técnicas de representación no resultaban suficientemente explícitas. Se presenta un análisis de la descripción del Templo de Jerusalén, realizada por diferentes autores a lo largo de la historia, a partir de los relatos que hay en la Biblia (como la del profeta Ezequiel según la visión revelada por Yahvé, el cual debía ser un edificio majestuoso y de formas perfectas), de cómo había sido, o en su caso, cómo debía ser, mostrando resultados muy diferentes, consecuencia de las limitaciones descriptivas del lenguaje, así como de las diferencias culturales que se dan a lo largo del tiempo. Hubo dos templos edificados en Jerusalén: El primero, construido por Salomón de acuerdo con las indicaciones dadas por Yahvé al rey David. Dicho templo fue edificado en el año 968 a.C. y destruido por Nabucodonosor en el 586 a.C. El segundo Templo, reconstruido por Herodes a finales del S. I a.C. y destruido por Tito en el año 70 d.C., es descrito minuciosamente en obras judías, como “La guerra de los judíos” de Flavio Josefo, y el “Libro de las Medidas” de la Misnah. Se presenta como a lo largo de la historia, se han ido sucediendo diferentes planteamientos arquitectónicos del templo de Jerusalén, en muchas ocasiones subordinados al contexto religioso de la época.

2. El templo de Jerusalén. Según la religión cristiana, el Templo de Salomón, que había sido inspirado por Yahvé, debía ser un edificio perfecto, pues definía la grandeza y perfección de la Iglesia. Sin embargo, las fuentes bíblicas atribuían al Templo unas dimensiones reducidas que no eran merecedoras de simbolizar a la Iglesia de Jesucristo. (El edificio principal del templo se consideraba de una gran belleza, pero era comparativamente pequeño, 11 m de ancho y 33 m de largo, sin contar la entrada y los aposentos adicionale s). Por su parte los Jesuitas se fijaron en la descripción que el profeta Ezequiel da sobre el Templo, un edificio majestuoso y proyectado por Dios. El estudio de dicho Templo lo realiza Juan Bautista Villalpando, Jesuita cordobés del siglo XVI, discípulo de Juan de Herrera y estudioso de Vitruvio (tratadista romano). Villalpando realiz ó una síntesis de la descripción de Ezequiel y de los principios de Vitruvio, a partir de la cual desarrolla un estudio detallado del Templo de Salomón, en el que se incluyen descripciones y planos [5].

Obra de Villalpando La obra de Juan Bautista Villalpando [4] y Jerónimo Prado, “In Ezechielem Explanationes et Apparatus Urbis ac Templi Hierosolymitani, comentariis et imaginibus illustratus”, en total, tres volúmenes que fueron editados entre 1598 y 1606, a pesar de que tienen fecha el primero en 1596 y los dos últimos en 1604. La obra fue publicada en Roma, gracias al mecenazgo de Felipe II, quien ya era conocedor del planteamiento de Villalpando sobre el Templo antes de su publicación. Lo que desarrolla Villalpando a lo largo de su obra (J. Prado muere antes de su culminación), es una interpretación de la visión de Ezequiel, trasladando esa descripción mística a unos planos. Entendía que para comprender bien el Templo de Salomón, no bastaba con la lectura de su descripción, sino que era necesario hacer una representación gráfica del Templo, todo ello a partir de las medidas que Ezequiel describe. El Templo que muestra en su obra (figura1) era de planta cuadrada de 500 x 500 codos, y atribuye dicha forma a la distribución de las tribus de Israel en el desierto. Así, los cuadrados menores de la planta que representan las torres del Templo de 50 codos de lado en la base, simbolizan las tiendas de cada una de las doce tribus de Israel. El conjunto del Templo está dividido en siete atrios cuadrados de 100 codos de lado, y un rectángulo central de 100 x 200 codos, donde estaría ubicado el templum. El templum o santuario, aparece muy bien representado, con planos de sus tres pla ntas, un alzado de la cara oriental, y una sección de los muros de la bóveda del santuario. Los patios de las cocinas de 30 x 40 codos, se situarían en los sótanos del edificio. Villalpando relaciona la forma y dimensiones del Templo con las proporciones del cuerpo humano, siguiendo uno de los principios de Vitruvio, principal tratadista romano que ha llegado a la actualidad. Villalpando, en sus escritos, da gran importancia a la labor del arquitecto en el diseño y construcción de los edificios. La descripción que da Ezequiel en su visión es muy detallada e incluye las medidas de los muros, puertas, dependencias, decoración... Pero en dicha descripción hay medidas que dan lugar a error o no dejan del todo claro a que parte del edificio se refieren, y Villalpando las interpreta a su voluntad para ajustarlas al edificio majestuoso que debía reflejar la grandiosidad de la Iglesia.1

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Veamos en este cas o como Ezequiel describe “...un muro por el exterior alrededor de la casa... Y midió la anchura en una caña y la altura en una caña” (Ez. 40.5) que Villalpando interpreta como un antepecho que rodeaba toda la casa, los pórticos y los atrios. Por otro lado, en Ez.40.6, podemos leer “...y midió el umbral de la puerta, una caña de anchura...”, y Villalpando lo interpreta como el espesor del muro del atrio de los gentiles.

Fig.1 Templo descrito por Villalpando.

Una de las acusaciones que se vertieron contra Villalpando fue que el Templo que describía tenía unas dimensiones enormes y resultaba un proyecto inviable, pues no cabía en el Monte Mória, ubicación del Templo de Salomón en Jerusalén.[5] Villalpando se defendió con la fe, argumentando que la descripción de Ezequiel pretendía completar las medidas del Templo que Dios había dado al rey David y que se habían materializado en el Templo de Salomón.

Otras interpretaciones. Existen otros autores que no están de acuerdo con el simbolismo religioso que se daba al Templo, y atacaban la interpretación de Villalpando.

A lo largo de la historia se han barajado tres posibles plantas para el Templo: la cuadrada, propuesta por Villalpando, la rectangular, defendida por otros autores, y la circular, menos popular.[2] Entre los que defie nden la planta rectangular del templo, encontramos a los seguidores de la línea de Flavio Josefo, historiador judeo-romano del siglo I d.C. que escribió sobre el Templo, a partir de la Biblia y de manuscritos ya desaparecidos; y de la Misnah, el núcleo del Talmud, Libro Sagrado de los Judíos. Ya en el siglo XII aparece la primera representación gráfica del Templo de Herodes de la mano de Maimónides (1135-1204), filósofo y matemático cordobés, que escribió importantes obras sobre la ley judía, relacionadas con la Misnah en árabe y en hebreo, relacionó dicho Templo con el de Salomón, mediante la construcción intermedia que levantaron los exiliados de Babilonia [5]. Las medidas del Templo son de 159 x 279 codos, pero la disposición de los elementos no guardan una relación métrica, sino mas bien topológica. Claude Perrault, traductor de Vitruvio, en 1678 elaboró las ilustraciones del Código de Maimónides, obra del converso Louis Compiegne de Veil. El Templo de Perrault, de 350 x 150 codos, tendría 5 puertas, al igual que proponían otros autores contemporáneos a él, como Jacob Judá León, rabino sefardí, y Samuel Lee, orientalista inglés. Esta afirmación se basa en las fuentes judías y no en la idea de perfección y simetría de la Iglesia, reflejada en el Templo según Villalpando. Lo que llevó a cabo Perrault fue la colocación del santuario ligeramente desviado del eje de simetría del edificio, no en un lateral, como indicaban otros autores, ni tampoco en el centro. Además situó tres muros paralelos circundando el santuario por tres de sus lados, de forma similar a la propuesta de Maimónides [3]. En 1331, Nicolás de Lyra, franciscano normando y profesor de teología en París, hace una reconstrucción del Templo de Ezequiel influenciado por la arquitectura civil francesa de dicho siglo [3]. Su planta rectangular mediría 500 x 300 codos. (figura 2). Sigue la línea espiritual de reconstrucción del Templo, similar a Villalpando, evitando citar fuentes hebreas que le lleven a ser ta chado de judío. En 1572, Benito Arias Montano realiza una nueva interpretación del Templo (figura 3) basándose en las descripciones de Josefo, en la Misnah, y en el esquema de Nicolás de Lyra. Su propuesta, de planta rectangular, tendría el santuario (figura 4) al fondo y centrado, siendo un edificio longitudinal de una única nave con una torre de varios pisos y circundado por los diferentes atrios [4]. Para Arias Montano, conocedor de los bocetos de Villalpando antes de su publicación, era inconcebible la idea de asimilar el Templo de Salomón con el de Ezequiel, pues este último no había sido construido.

Fig. 2. Templo según Nicolás de Lyra.

Fig.3. Templo según Arias Montano.

Fig.4. Santuario y Planta del Templosegún Arias Montano En 1540, Francois Vatable , filólogo y exegeta, profesor de hebreo y del Antiguo Testamento en París. Aunque no nos ha llegado nada de su obra, uno de sus alumnos, Robert Estienne , incluyó comentarios de su maestro en su traducción de la Biblia, donde identifica el Templo de Ezequiel con el de Salomón, prefigurando ya las teorías de Villalpando. La planta del Templo era de forma rectangular, como la de Josefo, con los patios a lo largo de un eje y el templo al fondo (figura 5) [3]. En 1551, Sebastián Castalion, helenista y teólogo protestante francés, representa únicamente el santuario del Templo de Salomón, pues considera que el resto es similar al de Ezequiel. Coloca dicho santuario en el centro del atrio interior, y el atrio exterior lo divide en cuatro espacios de 200 codos con los patios de las cocinas en cada esquina, simbolizando una cruz perfecta (figura 6) [5]. Otra interpretación del Templo es la de Johann Coccejus en 1669, teólogo alemán, en su obra Prophetia Ezequielis cum comentario Johannis Coccei [5]. En ella rebaja la superficie de la base del edificio con la intención de ganar espacio para los decorados de los muros exteriores del Templo (figura 7). El propósito de Coccejus era el estudio de la Biblia, sin eludir las contradicciones que se dieran en ella al describir el Templo. Sus dimensiones serían de 400 x 500 codos en lugar del cuadrado perfecto de Villalpando, un atrio interior de 200 x 150 codos y el altar estaría desplazado hacia un lado del santuario.

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Fig.5. Templo según Vatable y Estienne

Fig.6 Planta del Templo por Sebastián Castalion.

Fig.7. Templo de Jerusalén por Johannes Coccejus. Juan de Caramuel de Lobkowitz, conocido como Caramuel, fue un obispo cisterciense, lingüista y filósofo. Seguidor de Villalpando, intentó sistematizar la arquitectura oblicua en el Templo (figura 8) y desplazó el santuario hacia uno de los lados [1].

Fig. 8. Templo de Jerusalén según Caramuel Estos son algunos de los autores dedicados al estudio del Templo de Jerusalén. Es de señalar que prevalece la planta rectangular sobre la cuadrada propuesta por Villalpando. Sin embargo no debe obviarse el contexto histórico del siglo XVI: en 1563, con el Concilio de Trento, se suprimieron todas las fuentes de información judías, con lo cual, los católicos comenzaron a darle importancia al templo de planta cuadrada propuesto por Villalpando, y abandonaron el Templo rectangular descrito por Flavio Josefo y defendido por Arias Montano y sus seguidores.

Por último existe otra interpretación menos extendida, la planta circular (figura 9), utilizada por los Templarios en la construcción de iglesias. Si aceptamos la idea de que el Templo de Jerusalén era un proyecto divino que simbolizaba a la Iglesia, ¿por qué no aceptar la planta circular, considerada infinita y perfecta? [2].

Fig.9. Vista general de Jerusalén y su Templo, de planta redonda.

3. Conclusiones y consideraciones finales. Se ha realizado una visión general por las distintas interpretaciones que se han dado del Templo de Jerusalén. No se conoce cual de todas es la verdadera, dado que los testimonios arqueológicos que nos han llegado son limitados, por tanto no se puede descartar ninguna posibilidad. En cualquier caso, queda claro que están condicionadas por la arquitectura de la época en que se hicieron y, por supuesto, por la religión. Por un lado, la planta rectangular, defendida por los discípulos de la Misnah y de Josefo, que abogaban por un análisis histórico del Templo de Salomón. Dicho análisis histórico invalida el Templo descrito por Ezequiel pues no ha existido. Por otro, el Templo de planta cuadrada propuesto por Villalpando, que respaldando la grandeza de la Iglesia de Jesucristo, ela boró el Templo perfecto a partir de la visión de Ezequiel. Y por último, la planta circular, representada en las iglesias de los Templarios, también muy válida pero menos acogida por los estudiosos para la descripción del Templo de Jerusalén. A lo largo del tiempo se han realizado las diversas interpretaciones que se han indicado sucintamente y que se han hecho más concisas al acompañarlas de dibujos y planos que dan una idea más clara de la interpretación realizada. El desarrollo de las técnicas de representación, viene motivado por la necesidad imperiosa de ser más precisos en la descripción de la idea, lo cual ha llevado a su desarrollo , de modo que faciliten la interpretación prácticamente única de lo representado.

Referencias [1] CARAMUEL, JUAN; “Arquitectura Civil Recta y Oblicua” Tomo I y III., Editorial Turner , Madrid, 1984. [2] RAMÍREZ, J.A.,“Cinco lecciones sobre arquitectura y utopía”, Málaga, 1981. [3] RAMÍREZ, J.A., “Dios Arquitecto”, Ediciones Siruela, Madrid, 1994. [4] VILLALPANDO, J.B., “El Tratado de la Arquitectura Perfecta en la última visión del profeta Ezequiel”,Tomo II. Servicio de Publicaciones. Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid. Patrimonio Nacional, Madrid, 1990. [5] http://sapiens.ya.com/jrcuadra/jrtempl1.htm Autor: Juan Rafael de la Cuadra Blanco, Dr. Arquitecto. [6] “Biblia de Jerusalén” Ed. Desclee de Brouwer, Barcelona, 1971.

Anexo: Medidas . El codo sagrado, es la distancia del codo al dedo medio de la palma extendida. Era el utilizado en la Biblia, y se diferencia del codo vulgar, más pequeño, pues era la medida desde el codo al puño cerrado. Villalpando, al aplicar las medidas de Ezequiel, utiliza el codo sagrado, de 79´23 cm., y la caña que equivale a seis codos y un palmo. Siendo el palmo, la cuarta parte de un codo. En el Renacimiento y casi hasta el Siglo XIX, las medidas se tomaban en codos, pies y palmos. Cada autor atribuye un valor diferente al codo, que medía del orden de 50 cm.

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