Año II. - Núm Diciembre 1920

DIRECTORENRIQUE CASAL PROPIETARIO: (LEON-BOYD) S. M. el Rey ha concedido la Gran Cruz de Beneficencia a la marquesa de Zafra, reconociendo la import

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DIRECTORENRIQUE CASAL

PROPIETARIO: (LEON-BOYD)

S. M. el Rey ha concedido la Gran Cruz de Beneficencia a la marquesa de Zafra, reconociendo la importancia y la eficacia de la piadosa fundación instituida por la noble dama en memoria de su tío, el anterior poseedor de este título. Y nosotros, que hemos sentido siempre admiración por esa ilustre familia, queremos asociarnos hoy, desde la primera página de esta revista, al regio homenaje.

Año II. - Núm. 36 30 Diciembre 1920

FIESTAS

DE FIN DE AÑO

me ha producido cierta impresión de tristeza el fin de un año. ¿No le ha pasado a usted algo parecido, amigo Casal? Todo lo que acaba, por muy bien que acabe — y si ha sido bueno, con tanto más motivo—, produce en el ánimo una indefinible sensación de melancolía. Cierto que, acaso precisamente por lo mismo, llega siempre el fin de año acompañado de alegres cánticos de Navidad, de bromas de Inocentes y de esperanzas fundadas en doce piadosas uvas; pero eso no es suficiente para que todo espíritu un poco soñador — y usted perdone si, a fuerza de ser sincero, parezco cursi— deje de evocar, sin querer, los versos del poeta: Todo acaba, todo muere, todo pasa... IEMPRE

tro del Trabajo y la señora de Cañal, el duque de Tovar y el marqués de Hoyos. También asistió una numerosa representación de la colonia inglesa. A l terminar la cena, que fué espléndidamente servida, pasaron las señoras al hall, donde se había instalado un monumental árbol de Navidad, y fueron obsequiadas con graciosos regalos. Después se celebró un animado baile, en el que la gente joven se divirtió extraordinariamente. En distintas casas particulares se han celebrado también, durante estos días, pequeñas fiestas infantiles, que han tenido todo el encanto de su ingenuidad.

Victoria es una niña encantadora, que todos los años gusta de obsequiar a sus pequeños amiguitos con un árbol de Noel, que reparte entre ellos abundantes juguetes. Y este año, como los anteriores, en uno de los saloncitos del hotel de los señores de Sanford, se ha elevado el consabido árbol, alrededor del cual se colocó una alegre chiquillería. ¡Cuánto contento en aquellos rostros infantiles, conforme les iban llegando juguetes y juguetes! ¡Dichosa edad, en la que un juguetito colma nuestras ilusiones! Entre los niños allí reunidos figuraban los de Cejuela, Peláez, Crespo (D. Servando), Tejada, Orozco, León, Leboucher, Argota, Tercero, Jgena, Gamboa (E. y C.) y Casal. En total: un conjunto de veintitrés :riaturas, que parecían veintitrés angeitos. Asistieron también algunos padres de os niños, que pasaron un rato delicioso iendo disfrutar a los pequeños, y sienlo objeto de muchas amabilidades por •arte de los señores de Sanford. Grandes y chicos fueron obsequiados on espléndida merienda. También, coincidiendo con las fiestas le Navidad, ha habido actos de otro :arácter, que merecen ser comentados. Fiestas de caridad! ¿No es hermoso íablar de eso? ¿ Y qué fiesta de caridad nás representativa que la que se celebró :n el salón de columnas de Palacio, prendida por la Reina, para distribuir entre os pobres de Madrid lotes del Ropero le Santa Victoria? ¿Ha leído usted la crónica de Ortega Víunilla describiendo el acto? Tiene párafos que merecen ser reproducidos: «Algunos de los menesterosos que iban i recibir la dádiva que ha de librarles del frío en este invierno terrible de 1920 se arrodillaban, llenos de veneración. Era preciso ayudarles a incorporarse. Y la Reina les otorgaba, no sólo el regalo de los trajes, sino palabras de aliento. Aquella garganta prodigiosa, en la que los vocablos españoles, perfectamente pronunciados, tomaban sonoridades de canción evangélica, añadía a la generosidad el honor. Y los curas párrocos, que acompañaban a los míseros, apenas podían expresar a la Reina el reconocimiento: tan honda era la impresión que recibían los que conocen mejor que nadie la miseria de la capital.

Por fortuna, la conmemoración de la Natividad del Señor es bulliciosa y alegre para que, por un instante, olvidemos sensiblerías y nos sumemos al regocijo de los que cantan y brincan. La Nochebuena ha sido siempre —¡a quién se lo cuento!— una de las fechas más marcadas para nuestra sociedad aristocrática. No obstante, la Nochebuena de este año ha transcurrido en los salones madrileños sin la menor animación. Aquellas cenas brillantes de los Fernán-Núñez, de los Molíns, de los C h i rel, de los Squilache, de tantas otras casas de Madrid, pasaron ya, y ahora la fiesta de la Nochebuena ha sido una fiesta familiar e íntima, desprovista de todo carácter de crónica mundana. Hasta en el hogar de los condes de Romanones, tan feliz y tan dichoso antes, hubo una nota tierna y melancólica, llena de poesía, de cariño y de sentimiento. En la alcoba misma donde tantos y tantos sueños recibiera el hijo del ilustre matrimonio, D . José de Figueroa, muerto recientemente por certera bala enemiga, se ha instalado un oratorio, que aquella noche se inauguró. Y con la sola compañía de las personas de la familia y con el recuerdo constante del hijo perdido para siempre, celebróse la misa y tomóse la comunión. Todo correspondía al propósito de la No hubo, pues, en la Nochebuena Reina Victoria, a quien se debe esta fiesta ninguna aristocrática. Fué una noiniciativa brillantísima desarrollada. Proche tranquila, con sus misas familiares y págase por el país. Damas generosas essus deseos de ventura y felicidad para tablecen en todas partes sucursales del la Patria. Ropero de Santa Victoria. Y es de espeClaro es que la gente joven que quiMaría del Pilar 'Royo Villanova, hija del ilustre senador y catedrático don rar que, en breve, no haya una sola poso divertirse pudo hacerlo, y bien a sus Antonio, fué siempre una niña preciosa. Pero ahora ya es algo más: es una blación española donde no funcione un anchas. ¿Para qué existen los grandes mujer bella y elegante, que ya ha vestido, por vez primera, de largo y brillará organismo semejante. hoteles? ¿Para qué están el Ritz y el mucho, seguramente, en nuestras fiestas de sociedad. Solemnidad tal debía ser celebrada, Palace? Ambos se han visto, no sólo a ser posible, en sitio en el que pudieran aquella noche, sino durante todas las presenciarla las multitudes. Porque, así, la propafiestas de Navidad, concurridísimos, hermanándose Entre ellas merece consignarse el árbol de Noel ganda del amor se difundiría infinitamente.» en ellos, muy gentilmente, la elegancia y la animacon que la linda Marichu Argota, hija de los señoTiene razón el ilustre escritor. Estas fiestas de ción. res de Argota (D. José), obsequió a sus pequeños caridad debieran tener condiciones que hicieran amigos, colmándoles de juguetes. En el Ritz comieron, una de las noches de moda, eficaz su ejemplaridad. Marichu Argota, que es encantadora —no en ballos condes de Arge con los de Calhariz y los de la Debieran ser—y en muchos casos lo son—, adede es hija de su mamá—, hizo los honores como una Quinta de la Enjarada; con los marqueses de Selva más, el complemento de las demás fiestas que celeNevada, la señorita Blanca de Borbón, conde de la mujercita de su casa, y obsequió a sus pequebra la sociedad de Madrid; esta sociedad que, preños amigos, no sólo con los numerosos juguetes Vega del Ren, marqués de Balboa y Sr. Bahía. E n sidida por una Real Familia eminentemente caritadel árbol, sino también con una espléndida meuna mesa de diplomáticos estaban M . y Mme. Dunn, tiva, da constantes pruebas de sus piadosos senrienda. Mr. Caffery y M . Lathuy. timientos. Entre los niños congregados alrededor de la genTambién estaban, entre otras muchas personas, el Por eso son siempre simpáticas las fiestas de N a tilísima Marichu figuraban: un hijo de los condes de nuevo ministro de Venezuela y su esposa, míster y vidad, que son fiestas de unidad y de amor. Gondomar, dos de los marqueses de Santa María del Mrs. Palmer, Sres. de Bascaran, Sres. de Casamsús, Sin embargo, esos días pasaron. Ahora se aproxiministro de Suiza y S r a . de Mengotti, ministro de Villar y los hijos de los señores de Fernández de man otros, los de primero de año: grandes fiestas en Córdoba, Alcocer, Crespo (D. Servando), Sanford, Holanda, M . Vollenhoven; Sr. Taylor y otros diploCortezo Gamboa, Lezcano, Ortueta y Casal. máticos y personas conocidas. el Ritz y en el Palace. La Legación del Brasil, la duL a chiquillería pasó unas horas deliciosas, saltanquesa viuda de Valencia, preparan obsequios para E l baile que siguió a la comida, al que concurriedo y brincando a sus anchas, y con la chiquillería sus ron otras muchas personas, resultó muy animado. sus amigos. Espero verle por allí. padres, para los que la bellísima señora de Argota L a gran cena de Pascua en el Palace también fué Mientras tanto, querido Enrique, por si no nos y su esposo tuvieron también amables atenciones. una brillante fiesta. Fué amenizada por la admirable vemos, feliz entrada de año. Para usted y para toTambién en casa de los señores de Sanford hubo orquesta de los Boldi, tan celebrada siempre. dos los lectores de V I D A ARISTOCRÁTICA. una fiestecita del mismo género. Todas las mesas estaban ocupadas por distinguiEL CABALLERO ENCANTADO ¿Usted conoce a María Victoria Sanford? María dos comensales, entre los cuales figuraban el minis-

UÁNTOS r e n g l o n e s se h a b r á n

d o las q u e b r a n t a d a s e n e r g í a s d e l c u e r p o y

escrito, en prosa y en verso,

d e l espíritu, e n e l s o s i e g o de l a N a t u r a l e z a .

|) de ese f a m o s o C a s t a ñ a r , d e

P a r a u n o s y p a r a o t r o s ofrece deleite i n a -

j, ese t r o z o de m o n t e t o l e d a -

g o t a b l e l a finca d e l C a s t a ñ a r , q u e e n l a p r o -

jj, n o , q u e D . F r a n c i s c o de

vincia de Toledo poseen los condes de F i -

Rojas inmortalizó c o n los v e r s o s de s u f a m o s a c o m e d i a !

nat, c u y a s g r a n d e s c a c e r í a s

figuran

entre

l a s m á s b r i l l a n t e s y d i v e r t i d a s q u e e n esta é p o c a se o r g a n i z a n .

«Aqueste es el Castañar que más estimo, Señor...»

P a r a l o s e n t u s i a s t a s d e l a caza, p o r q u e e n el e s p l é n d i d o c o t o t o l e d a n o a b u n d a n

como

P e r o , p o r m u c h o q u e se h a b l e de esta

e n e l q u e m á s p e r d i c e s y l i e b r e s , a d e m á s de

finca, q u e es h o y p r o p i e d a d y o r g u l l o de l o s

caza m a y o r ; para los amadores d e l c a m p o ,

c o n d e s de F i n a t , n u n c a el estro d e l p o e t a

p o r q u e e n l a d i l a t a d a finca, c o n s u b e l l o p a -

ni l a p l u m a del cronista habrán dicho todo

lacio, para levantar el cual tomó inspiracio-

ció, a veces las privaciones. P e r o todo lo

lo q u e m e r e c e n l a s bellezas de a q u e l p a i s a -

nes

soportaba c o n gusto el cazador a ultranza,

el arquitecto Saldaña

d e l c a s t i l l o de

Casa del Castañar.—Sonseca

(Toledo).

j e c l á s i c a m e n t e e s p a ñ o l , q u e es a l

y a q u e m a t a r e r a p a r a él e l s u p r e -

m i s m o t i e m p o u n t r o z o de n u e s t r a

mo goce.

Historia.

Estas

modernas

cacerías s o n

D e s d e h a c e a ñ o s se s u c e d e n en

c o m o elegantes fiestas c a m p e s t r e s ,

el Castañar importantes cacerías, a

e n l a s q u e se r e c i b e h o s p i t a l i d a d

las q u e a c u d e n , i n v i t a d o s a m a b l e -

a m a b l e y g r a t a y se p a s a n d í a s e n -

mente p o r los condes de Finat, las

cantadores,

más distinguidas personas

c a d a c a z a d o r e l n ú m e r o de p i e z a s

de l a

s o c i e d a d m a d r i l e ñ a . C u a n t o s caza

a d e m á s de a p u n t a r s e

q u e s u h a b i l i d a d le o t o r g a , p u e s t o

d o r e s r e g r e s a n de allí, se m u e s t r a n

q u e l a a b u n d a n c i a d e c a z a es g r a n -

e n c a n t a d o s d e l a s a m a b i l i d a d e s de

de. E s t o q u e d e c i m o s

l o s d u e ñ o s de l a f i n c a , y a d m i r a d o s

ferirse m u y e s p e c i a l m e n t e a l C a s -

de l a h e r m o s u r a d e l C a s t a ñ a r .

tañar.

E n este a ñ o se h a n c e l e b r a d o allí

Casa del Castañar.—

varias cacerías, todas a c u a l m á s

puede re-

* * *

Vista general.

L a e x c u r s i ó n se h a c e

cómoda-

interesante, todas a c u a l m á s a n i m a d a . A

Walter

gozarse

mente, bien en automóvil o en tren hasta

u n a de l a s ú l t i m a s c o n c u r r i ó Mascarilla,

el

todas las delicias de l a v i d a c a m p e s i n a , s i n

T o l e d o , t o m a n d o allí l o s a u t o s p a r a l a finca.

i l u s t r e e s c r i t o r . Y , c o m o s i e m p r e , dejó refle-

e c h a r de m e n o s n i n g u n a de l a s c o m o d i d a -

jadas en las cuartillas las impresiones q u e

des,

había recibido durante s u estancia en el fa-

v i d a de l a c i u d a d .

moso coto. L a a m e n a c r ó n i c a de Mascarilla, sensación

n i n g u n o de los refinamientos de l a

U n a v e z p a s a d o e l p u e n t e de A l c á n t a r a , s i g u e n l o s c o c h e s p o r l a c a r r e t e r a de C i u dad Real, subiendo la l l a m a d a «cuesta de

L a s cacerías de otro tiempo llevaban u n i -

los palos»; pasan por L a y o s , donde los c o n -

das, c o n el m a d r u g ó n , l a fatiga, el c a n s a n -

des de M o r a a c a b a n de t e r m i n a r l a s o b r a s

de l o

de s u p a l a c i o , y a p o c o p e -

deliciosas

netran en los predios del

horas transcurridas al ca-

Castañar, que alcanzan u n a

l o r de l a a m a b l e h o s p i t a l i -

extensión

d a d de los condes de F i -

21.000 fanegas.

que

perfecta

da la

Scott, en E s c o c i a , pueden

s o n esas

nat.

no

menor

de

H a c i a e l c e n t r o d e l a fin-

Estamos seguros de q u e

ca,

sobre

u n a pequeña

nuestros lectores agradece-

e m i n e n c i a , n o se t a r d a e n

rán l a o c a s i ó n q u e les b r i n -

descubrir el bello palacio,

d a m o s d e leer esta a f o r t u -

de s e ñ o r i a l a s p e c t o ,

n a d a d e s c r i p c i ó n d e l a fin-

q u e a d o p o r e l e g a n t e s -to-

ca y de s u s cacerías.

rres.

D i c e a s í la c r ó n i c a de

L o s criados, vestidos de

Mascarilla: «En e l d e p o r t e

librea, cinegé-

acuden

al

punto

para auxiliar a los cazado-

tico h a y que d i s t i n g u i r d o s clases

flan-

res y r e c o g e r s u s e s c o p e -

de aficionados: el

tas y t o d o e l h e t e r o g é n e o

cazador que todo lo sacri-

equipaje

fica a s u a f á n d e a p u n t a r -

cinegético hace preciso.

se p i e z a s e n e l carnet,

que el

deporte

y

E n e l g r a n hall, q u e r e -

el a m a n t e d e l a v i d a c a m -

c u e r d a c o n s u artística d e -

pestre, q u e a p r o v e c h a las

coración el patio d e l tole-

c a c e r í a s p a r a d i s f r u t a r las

dano

delicias del campo,

Cruz, reciben cordialmente

lejos

d e l tráfago d i a r i o , r e p a r a n -

Un rincón del «hall».

Hospital

de Santa

a sus huéspedes los c o n -

tiempo espléndido. L o s tiradores se m u e s tran encantados, porque l a Caza es a b u n dante. Desde el sosegado palacio, entre los. bellos jardines, que hacen recordar los de Lenótre, se escucha el incesante tiroteo. Se interrumpe la caza para regresar al palacio, d o n d e espera el almuerzo, que es y a deseado c o n satisfacción, y al c u a l se hacen los debidos honores.

des de F i n a t , c o n s u encantadora hija B l a n quita y sus hijos varones. L a tibia temperatura d e l palacio conforta pronto a los cazadores, b o r r a n d o l a impresión de l a frescura de la noche, acentuada p o r l a v e l o c i d a d de los autos. E l d e l simpático conde de Artaza, en el que el cronista encontró amable acogida, llevaba u n a v e l o c i d a d de sesenta kilómetros a l a h o r a , que es u n a media bastante decentita. E n otros coches llegaron los demás expedicionarios.

Y otra vez v u e l v e n los cazadores a los ojeos. Perdices y liebres v a n c a y e n d o s i n cesar, formando montones. Más de seiscientas perdices y dos docenas de liebres en día y medio de caza.

E l conde de Finat conduce a los cazadores a sus respectivas habitaciones, decoradas por W a r i n g c o n ese arte sencillo y de b u e n de gusto de los artistas ingleses. L o s muebles s o n : en unas, de roble claro, de elegantes líneas; en otras, blancos. C a d a cuarto tiene s u baño; no puede pedirse más comodidad. L o s viajeros c a m b i a n de traje y se dispon e n para l a c o m i d a , que a poco es servida . en el magnífico comedor, c o n todos los perfiles que p u e d e n apreciarse e n u n a casa c o m o esa. L a s blancas cartulinas, en c u y a parte s u p e r i o r campea el l i n d o grabado de Sterne, c o n l a v i s t a del palacio, brindan u n menú espléndido que se sirve en graciosa vajilla de Talavera. L a grata sobremesa, entretenida c o n amen a conversación, se interrumpe para retirarse a descansar. H a y que prepararse para los ojeos d e l día siguiente, c o n unas horas de reposo...

* **

C e r c a y a el anochecer, los cazadores retornan en los coches a l palacio. L o s últimos rayos del s o l d o r a n levemente las lomas. P o r las veredas tornan a sus rediles los rebaños de l a finca, a l s o n de sus pausadas esquilas. U n a paz solemne se extiende por el campo.

E n el salón de billar se sirve el te, m i e n tras se c o m e n t a n los incidentes de la cacería y se recuerdan anécdotas graciosas. E s tando en l a reunión Paco Agustín S i l v e l a , no faltan cuentos y chascarrillos. Nuestra Señora de la Blanca.

su hija B l a n q u i t a y sus hijos varones, los demás cazadores de M a d r i d . S o n éstos el d u q u e de Seo de U r g e l , el conde de A r t a z a , los marqueses de J u r a Real y Santa María de Silvela y los señores

E n estas elegantes cacerías toda i n c o m o d i d a d y toda molestia están, como queda

D. J u a n López Dóriga, D. Andrés Castillo, D . Justo S a n M i g u e l y Valdeiglesias.

d i c h o , desterradas. Se trata p o r todos los medios de hacer grata l a estancia al huésped. N o se m a d r u -

C o m i e n z a n los ojeos, favorecidos p o r u n

ga m u c h o , n i h a y que i n comodarse a l marchar a los puestos

en los cuarteles

señalados para el ojeo; que para eso están los coches y autos. L o s cazadores se levantan a h o r a c o n v e n i e n se c o n el tibio baño, t o m a n el d e s a y u n o s i n prisa. L o s m u y aficionados a l a caza se i m p a c i e n t a n u n poco,

L o s cuadros últimamente adquiridos, las antiguas telas, los retratos, las tallas, las armas, s o n objeto de examen.

esperando el momento d e l ojeo. L o s demás están encantados de l a v i d a . De l a v e c i n a finca d e l Sotillo, llega l a encantadora B l a n q u i t a Casal, s o b r i n a de los Finat, c o n sus herDe otras

fincas,

propietarios amigos, como el S r . Santiváñez y D . V i cente A l o n s o . Con

ellos

se reúnen

También s o n comentados los aciertos de Justo S a n M i g u e l , a q u i e n en esta expedición se h a d a d o el espaldarazo de gran cazador. Otro j o v e n que promete serlo también es Andrés J u r a Real. L o s aficionados a las obras de arte a p r o v e c h a n los momentos para a d m i rar nuevamente las que e n el palacio se encuentran.

te, y después de entonar-

manos.

Nota interesante de esta cacería es l a presencia en ella de dos gentiles cazadoras, las dos B l a n q u i t a s (pudiérase decir las d o s D i a n a s ) . Rubia l a u n a , morena l a otra, y ambas graciosamente vestidas M u y aficionadas a l a caza, demuestran gran entusiasmo y verdadera habilidad. E n algunos ojeos llegan a apuntarse ocho y diez perdices cada u n a . B i e n es verdad que ambas, m u y acostumbradas a la v i d a d e l campo, tienen sendos cotos en los que adiéstranse.

}

además del conde de Finat,

Un detalle de la Biblioteca.

Entusiastas d e l arte l o s Finat, ofrecen siempre a l g u n a n u e v a adquisición. U n palacio como e l d e l Castañar, n o puede i m p r o v i s a r s e , y requiere atención constante para s u perfeccionamiento. E l primer año dedicaron

los dueños de la finca toda s u atención al

hall,

mientos de piedad y de arte de los due-

de tan bella traza, sobre c u y a

ños d e l Castañar, se h a colocado l a s i -

chimenea u n caballero del Greco evoca

guiente inscripción:

la tradición del arte toledano. L o s retra-

«En esta amena soledad y tristes r u i -

tos del gran d u q u e de A l b a y s u esposa,

nas estuvo el convento del Castañar,

de

la Emperatriz Isabel, de A m b r o s i o

que desde 1485 fué por tres años resi-

Spínola y otros forman parte de l a de-

dencia de F r a y F r a n c i s c o Ximénez de

coración.

Cisneros. A q u í v i v i ó s u espíritu s u m i d o

A h o r a se a d m i r a n allí, entre otras pre-

en alta contemplación. A q u í maceró s u

ciosas tallas, u n magnífico g r u p o de l a

cuerpo en grandes penitencias. E l v e c i -

Piedad.

no monte sirvióle de áspero retiro. L o s

E s t a vez le h a tocado al salón de la

cercanos pueblos a d m i r a r o n sus v i r t u -

Biblioteca, que en v e r d a d resulta ahora

des sublimes. Y a cardenal de España,

la m á s bella habitación del palacio.

arzobispo de Toledo y Regente del R e i -

L a casualidad hizo que el conde de F i -

no, siempre el egregio F r a n c i s c a n o guar-

nat tropezara en casa de u n anticuario

dó d e l Castañar u n recuerdo m u y amo-

c o n u n magnífico retablo, procedente de

roso. S u m e m o r i a será eterna, y c o n ella

la iglesia de u n pueblo de V a l l a d o l i d ,

la de estos apartados parajes.»

acaso obra de Berruguete, y c o n él se

E l Castañar perteneció en la E d a d M e -

formaron los artísticos estantes, en cuyas

dia a l a O r d e n d e l Temple, y a l e x t i n -

tablas se a p i l a n los libros de antiguas

guirse ésta, pasó a ser poderío de los P a -

e n c u a d e m a c i o n e s , que esta es otra de las aficiones del conde.

l o m e q u e de Olías, primero, y de los RamíDon Ambrosio Spínola, primer marqués

L a s estanterías, c u y o basamento forman las policromadas esculturas del retablo, son notables.

** * L a expedición se da p o r terminada a l siguiente día, después del almuerzo. L o s autos hállanse y a dispuestos para c o n d u c i r

de los Balbases.

Doña J u a n a Palomeque y D . J u a n R a L o s condes de Finat h a n dado u n a prue-

mírez de Guzmán desearon restablecer el c u l -

ba de cultura y de b u e n gusto tributando,

to que en u n a ermita dieran a l a V i r g e n los

dentro de s u finca, u n homenaje a l a me-

que más tarde fueron Jerónimos d e l con-

m o r i a del i n s i g n e cardenal.

vento de S a n Bartolomé, de L u p i a n a , y a l

C o n m o t i v o de l a conmemoración d e l cuarto

centenario

del natalicio de F r a y

otra vez a M a d r i d a los cazadores.

efecto, l l a m a r o n a los h u m i l d e s hijos del Serafín de A s í s , para que establecieran j u n to a ella el modesto

E l de l a partida es el único momento desagradable

rez de Guzmán y de los Rojas, más tarde.

conventículo que,

agrandado después por la piedad de s u s

en estas expediciones deli-

sucesores, había de servir de codicioso re-

ciosas, que l a a m a b i l i d a d de los condes de

tiro a l ascético espíritu de F r a y F r a n c i s c o .

F i n a t hace m á s deseables.

Estas frases pertenecen al discurso que

¡Con cuánto disgusto se a b a n d o n a aque-

c o n el título de «Cisneros en el Castañar»

lla apacible v i d a , en l a que n o falta detalle

leyó el conde de Casal, c o n ocasión d e l cen-

a l g u n o de c o m o d i d a d y refinamiento! ¡Con

tenario d e l cardenal, en la A c a d e m i a de Be-

qué desagrado se v u e l v e a l a c i u d a d , a la

llas Artes y Ciencias Históricas, de T o l e d o .

l u c h a diaria, evocando el recuerdo de unas

E l conde de Casal, p o r ser hermano de l a

cuantas horas de descanso y de paz!...'»

condesa de F i n a t , propietaria de la finca, y por s u competencia en estas cuestiones, es

Hasta aquí l a crónica de «Mascarilla»,

el que mejor conoce h o y las vicisitudes por

que, como habrá visto el lector, refleja per-

que h a pasado el Castañar, la historia d e l

fectamente lo que s o n estas cacerías del

C o n v e n t o y las penitencias a que se entre-

Castañar.

gaban sus moradores.

De lo que n o h a b l a en este artículo el

Cuantos h a n visitado el Castañar n o h a n

ilustre cronista es de otro aspecto de l a

p o d i d o reprimir sus elogios para los c o n -

misma finca, a que se h a referido en otros

des de Finat, p o r el delicado rasgo h o n r a n -

amenos trabajos.

do la m e m o r i a de Cisneros.

Sabido es que en el Castañar — e n lo que

H e aquí como pueden compenetrarse las

es h o y señorial p o s e s i ó n — , se alzaba el

fiestas cinegéticas y los actos que h a b l a n

Un aspecto de los jardines.

exclusivamente a l sentimiento.

convento en que el cardenal D . F r a n c i s c o Ximénez de Cisneros, se refugió para h a cer v i d a ejemplar de cenobita. A h o r a , el convento, que es u n trozo de

F r a n c i s c o , q u i s i e r o n perpetuar s u nombre

Durante las cacerías, muchas veces los

erigiendo u n m o n u m e n t o , sencillo y artísti-

dueños de l a finca agasajan a sus i n v i t a d o s

co, entre las r u i n a s del convento.

s i r v i e n d o el almuerzo entre las propias r u i nas d e l convento. E s u n espectáculo n u e v o

historia, se halla en ruinas. ¡Cuántos re-

Consiste el m o n u m e n t o en u n a pirámide

cuerdos sugiere s u vista! ¡Cuántas emocio-

de piedra, sobre u n sencillo basamento. E n

que agradece todo el que, además de caza-

nes r e v i v e n al contemplar estas venerandas

el centro, u n medallón, c o n el busto del

dor, es amante d e l campo y aficionado a l

r u i n a s , m u d o s y agrietados testigos d e

gran F r a n c i s c a n o en altorrelieve; en torno,

arte.

la h u m i l d a d y del talento de q u i e n

un lindo jardincillo, y

dando sombra a l

C o n lo c u a l resulta que las i n v i t a c i o n e s

en días de g l o r i a y poderío, ser p r i n c i p a l

conjunto, u n c o p u d o álamo. E n torno se al-

de los condes de Finat suponen esparci-

figura en u n a nación grande! ¿Cómo no re-

zan las ruinas del Monasterio, por las que

miento físico y espiritual. Fiestas de s a l u d

cordar las páginas aprendidas de niño ante

trepa la hiedra, aumentando s u poesía.

para el cuerpo y para el alma. Acumulación

estas piedras de evocación?

supo,

E n el m o n u m e n t o , prueba de los senti-

de energías y de sensaciones artísticas.

L a m a r q u e s a ti© VillaviciO Í: y e l duque de P e ñ a r a n d a :3

muumüiuuiiiiiiUuwiiuUimumuiüiiuHi^ b r a p o r l a a n t i g ü e d a d d e s u s árb o l e s ; e l P r i n c i p a l , g r a n d e y bello, con s u s cuadros enmarcados p o r azulejos a z u l e s ; el de L a s R e . j a s de D o n G ó m e z , a l q u e p u d i e r a n a p l i c a r s e estos o t r o s versos de D . A n g e l S a a v e d r a :

S*7 ^ E R D A D E R O acontecimiento fué (, I / para Za aristocracia española la boda de. la bella marquesa de Villaviciosa, hija de los marqueses de Viana, con el duque de Peñaranda, conde de Montijo. Fué la solemne ceremonia en Córdoba, siendo testigo presencial de ella el ilustre cronista Monte Cristo. ¿Qué mejor homenaje puede rendir'ViDA A R I S T O C R Á T I C A a los nuevos esposos que insertar la bella descripción que de la boda hizo el distinguido escritor? Con satisfacción, pues, lo hacemos. Lector, lectora, ve siguiendo al cronista:

Delicadísimo encaje de hierro, cuyas labores, transparente cortinaje, o leve y s u t i l celaje, son p a r a los amadores.

«Entre arbustos y entre flores de vivísimos colores, u n a fuente, cuyo p i c o de plata, m u r m u r a amores.

Y otros más, pues el palacio c u e n t a hasta catorce p a t i o s c o n jardines. H e r m o s o s los salones del piso bajo, restaurados c o n amor y con E L DUQUE DE RIVAS. i n t e l i g e n c i a d e artista p o r e l act u a l m a r q u é s d e V i a n a ; intereE s t a b e l l a estrofa d e l i n m o r t a l santísimo u n o d e ellos, c o n p i n a u t o r de.Don Alvaro y otras m á s jq los jardines de la Casa de las Rejas de Don Gómez, en Córdoba, turas m u r a l e s q u e r e p r e s e n t a n l a de s u p o e s í a La cancela, l a s i b a propicio lugar para una boda. historia de T o b í a s y el Arcángel, rememorando m i memoria cuanr e s t a u r a d a s c o n d e l i c a d o e s m e r o ; espléndid o , s e p a r a d o d e l cortejo n u p c i a l , d e l q u e N a t u r a l e z a p r ó d i g a d e r r a m a , b r i l l a n c u a l fantásticas l u m i n a r i a s a l o s p á l i d o s r a y o s d o s l o s d e l p i s o p r i n c i p a l , c o n s u s soberf o r m a b a parte p o r fueros de l a a m i s t a d del s o l p o n i e n t e ; el de L o s B o j s , q u e a s o m bios artesonados de l a época d e l Renaci— v i e j a y l e a l a m i s t a d de m u c h o s l u s t r o s m i e n t o , u n o s ; otros, e n c o n las familias de L a g u n a y V i a n a — , l o s q u e d o m i n a e l estilo y n o p o r m i s e s c a s o s méritos d e c r o del r e i n a d o de Carlos IV, nista, quise embriagarme unos instanq u e s u p r o p i e t a r i o h a tet e s — l o s breves instantes que precedien i d o e l b u e n g u s t o de r o n a l a c e r e m o n i a — e n e l poético a m alhajar c o n u n mobiliabiente de los jardines d e l palacio de r i o a u t é n t i c o de l a é p o c a , l a s Rejas d e D o n G ó m e z , e m b a l s a m a d o y , e n fin, e l q u e h a b í a p o r e l a r o m a d e l a s flores y d e l o s de s e r v i r d e f o n d o a l a naranjos. c e r e m o n i a n u p c i a l , tapiAllá dentro, e n los salones y e n las z a d o d e viejos d a m a s c o s g a l e r í a s d e l a histórica m a n s i ó n d e de c o l o r prelado, y e n D o n G ó m e z de F i g u e r o a , colgados de c u y o m u r o c e n t r a l se a l viejos tapices y adornados de plantas z a b a u n a n t i g u o retablo y d e flores, i b a n r e u n i é n d o s e l o s p a d r i del s i g l o x v m , c o n u n a n o s y los testigos, c u y o s n o m b r e s i l u s b e l l a i m a g e n de S a n A n tres se e s t a m p a r í a n l u e g o e n e l a c t a t o n i o , d e talla p o l i c r o matrimonial d e l descendiente de los m a d a , y t o d o s los. objeB e r w i c k s y los A l b a s — h e r m a n o m e n o r tos l i t ú r g i c o s d e a n t i g u a del d u q u e actual y portador del c o n d a plata repujada. do de M o n t i j o , célebre e n l a historia T a l e l m a r c o artístico contemporánea por haberlo llevado la madre de l a augusta señora no h a m u en c u y o centro i b a a c h o fallecida — y de l a marquesa de d e s t a c a r s e l a bellísima V i l l a v i c i o s a , b i z n i e t a d e l genial poeta figura de l a m a r q u e s a q u e l e g ó a l a p o s t e r i d a d , entre u n r i c o de V i l l a v i c i o s a . bagaje d e o b r a s l i t e r a r i a s , q u e s o n g a l a ... ¿Qué armonía, del habla española, el vigoroso drama c u a l vago aroma los espacios q u e l l e v a p o r título La fuerza del sino. [llena e

a q u í

¿Qué mágico esplendor m i a l R á p i d a h u b o d e ser m i e x c u r s i ó n p o r [ m a extasía? aquellos hermosos patios ENRIQUE DE SAAVEDRA. de los siglos x i v y x v , e v o c a d o r e s d e poéticas O t r a v e z l a m u s a próleyendas: el patio de L a diga de l a preclara famiM a d a m a , e n c u y o centro l i a m e a m p a r a c o n el esu n a estatua d e m á r m o l pléndido manto de sus s u r g e m e l a n c ó l i c a bajo estrofas i n m o r t a l e s ; y es las f r o n d a s d e l o s á r b o q u e , a t r a v e s a n d o los s a les c e n t e n a r i o s , m i e n t r a s l o n e s , a p o y a d a en el b r a parece e s c u c h a r atento zo d e s u p a d r e , e l cabael i n t e r m i n a b l e s u s u r r o llerizo m a y o r d e l R e y , de l a fuente q u e b a ñ a marqués de V i a n a , apas u s a l b a s v e s t i d u r a s ; el rece l a g e n t i l d e s p o s a d a de L o s N a r a n j o s , c u y o s e n v u e l t a en la nube d o r a d o s frutos, q u e l a b l a n c a d e las galas n u p La marquesa de Villaviciosa y el duque de Peñaranda, sonríen felices después de su enlace.

cíales. S u traje es u n a m a r a v i l l a d e arte y d e e l e g a n c i a ; dijérase e l d e u n a rica h e m b r a de las que antaño m o r a b a n e n las s u n t u o s a s estancias d e l p a i a c i o d e D o n G ó m e z ; t o d o d e terc i o p e l o b l a n c o ; alto el c u a d r a d o escote; e s t r e c h a s las m a n g a s , q u e se c i e rran sobre la muñeca; extensa la cola, que a m a n e r a de manto pende de l o s h o m b r o s , y s o b r e la c o l a , d e s c e n d i e n d o el v e l o d e t u l b l a n c o , c e ñ i d o a l a frente, y c a y e n d o a a m b o s l a d o s d e l rostro, a l que forman delicioso marco; el t u l tiene l a o r i g i n a l i d a d d e estar t o d o e s m a l t a d o d e p é t a l o s de a z a h a r , q u e p a r e c e n h a b e r c a í d o sobre él e n lluvia prodigiosa. *

n o v i o s , p a d r i n o s y testigos firmaron e l a c t a m a t r i m o n i a l , a c t u a n d o de j u e z el S r . A r a n d a . E n u n o de los salones d e l palacio los n o v i o s r e c i b i e r o n las f e l i c i t a c i o n e s de l o s c o n c u r r e n t e s a l a b o d a , q u i e nes, a las seis de l a tarde, se t r a s l a d a b a n , e n tren e s p e c i a l , a M o r a t a l l a , e n c u y a magnífica residencia, propiedad de l o s m a r q u e s e s d e V i a n a , tantas veces h o n r a d a c o n l a presencia de la R e a l familia, eran obsequiados c o n u n a espléndida c o m i d a .

E l m a r q u é s de V i a n a , a d e m á s d e De j o y a s , u n a sola: el collar histólos m a g n í f i c o s r e g a l o s h e c h o s a s u rico de perlas y esmeraldas q u e el h i j a , l a o b s e q u i ó el d í a d e l a b o d a S h a h d e P e r s i a ofreció a l a e m p e r a con u n soberbio hilo de brillantes, triz E u g e n i a c u a n d o f u é a i n a u g u r a r firmado C a r t i e r . el c a n a l de Suez, y que s u heredero L a marquesa la había regalado u n el conde de M o n t i j o h a ofrecido a l a s u n t u o s o hilo de perlas. q u e e n a d e l a n t e llevará e l histórico — L o mismo en Córdoba que en título d e a q u e l l a h e r m o s u r a i m p e r i a l . M o r a t a l l a y otros p u e b l o s e n d o n d e D e s p u é s entró e l d u q u e d e P e ñ a radican s u s ' propiedades, los marranda, dando el brazo a s u hermana q u e s e s de V i a n a h a n h e c h o n u m e r o l a d u q u e s a d e S a n t o ñ a , q u e c o n el sas y c u a n t i o s í s i m a s l i m o s n a s . marqués de V i a n a representaban, co— E n l a plaza de D o n Gómez y c a m o padrinos, a Sus Majestades. lles a d y a c e n t e s a l p a l a c i o a g r u p á b a s e el e l e m e n t o p o p u l a r . L o s testigos e r a n : p o r parte d e ella, s u h e r m a n o , el j o v e n g u a r d i a m a r i n a Este aclamó entusiastamente a los m a r q u é s d e C o q u i l l a ; s u tío, el d u q u e n o v i o s e n diferentes o c a s i o n e s , s a de l a R o c a ; e l m i n i s t r o d e E s p a ñ a e n Los duques de Peñaranda, condes de Montijo, con la marquesal u d a n d o c o n c a r i ñ o s a s frases a l o s de Viana. Bélgica, marqués de Villalobar; el d u marqueses de V i a n a . que de Arión y el conde de Gavia; — L o s duques de Peñaranda, cony p o r parte d e é l , s u h e r m a n o e l d u q u e d e des d e M o n t i j o , se t r a s l a d a r o n d e s d e esta mosa, hermana de l a novia, l a duquesa de A l b a , s u h e r m a n o político e l d u q u e d e c i u d a d a l a h e r m o s a finca d e G u a d a l A r i ó n , l a m a r q u e s a de Riscal y s u encantaSantoña, s u p r i m o el d u q u e de T a m a m e s , peral, cercana a T o l e d o , e n donde el d o r a hija l a m a r q u e s a de Sofraga, l a marel d u q u e de S a n P e d r o de Galatino y d o n novio cuenta c o n u n a preciosa casa de q u e s a d e l Mérito, l a c o n d e s a d e R e q u e n a , A l v a r o Urzáiz, h i j o de l a c o n d e s a d e l P u e r t o . campo. l a s e ñ o r i t a C r i s t i n a Martínez d e I r u j o , m i s s H i l d e s H o l l i n g s , l o s s e ñ o r e s d e Mitjáns, e l A los votos que por s u felicidad hacen Dio a l o s n o v i o s l a b e n d i c i ó n e l p á r r o c o m a r q u é s d e l a V e g a - I n c l á n , D . José y d o n todos sus amigos, únanse los que de coracastrense, q u i e n p r o n u n c i ó d e s p u é s u n a A l v a r o López de Carrizosa y el guardia zón formula el amigo y cronista b r e v e y s e n t i d a plática. m a r i n a D . José L u i s G a r n í c a . A d e m á s d e l a s p e r s o n a s citadas, p r e s e n MONTE-CRISTO M o m e n t o s d e s p u é s , ante u n a m e s a c u ciaron la ceremonia, con la marquesa de Córdoba, diciembre 1920. bierta p o r u n v i e j o tapiz d e l s i g l o x v , l o s V i a n a y l a b e l l í s i m a c o n d e s a de T o r r e H e r -

Dos preciosos aspectos del Palacio de los marqueses de Viana: un ángulo del patio de entrada y las famosas «Rejas de Don Gómez», que dan nombre a la cas

la a u g u s t a señora ostentó en España antes de ser elegida p o r Napoleón III para ser E m p e r a t r i z de los franceses. Sean c o m p l e m e n t o de l a b e l l a crónica E s , a d e m á s , m a r q u é s de V a l d e r r á b a n o , del S r . Rodríguez E s c a l e r a a l g u n o s detalles G r a n d e de España, caballero de l a M a e s acerca de los n u e v o s esposos y de s u s i l u s tranza d e S e v i l l a y g e n t i l h o m b r e de cámara tres familias. de S. M . , c o n ejercicio y s e r v i d u m b r e . ¿Quién n o conoce l a c a s a de Rivas? E l d u c a d o de Peñaranda de D u e r o fué ¿Quién i g n o r a l a a l c u r n i a de l o s A l b a y de c o n c e d i d o el 22 de m a y o de 1608 a D. J u a n los Montijo? de Z ú ñ i g a y A v e l l a n e d a , c o n d e de M i r a n d a , E n esta b o d a se h a d a d o e l caso de e n T r e c e de S a n t i a g o , lazarse dos de las v i r r e y de Cataluña familias m á s i l u s y Ñapóles y P r e s i tres de E s p a ñ a , y dente d e l C o n s e j o así, a pesar de s u S u p e r i o r de C a s t i carácter íntimo, h a lla y del de Italia. sido l a ceremonia El c o n d a d o de u n verdadero a c o n M o n t i j o fué creado t e c i m i e n t o para el 13 de d i c i e m b r e nuestra aristode 1599 para d o n cracia. Juan Portocarrero. L a n o v i a encanL a G r a n d e z a de E s tadora, María d e l paña le fué conceC a r m e n de Saaved i d a en 1697 a d o n dra y C o l l a d o , marCristóbal P o r t o c a quesa d e V i lia v i rrero, m a r q u é s de ciosa, es l a hija se la A l g a b a , de A r d a g u n d a d e l actual les y de ValderráCaballerizo y M o n bano, caballero de tero M a y o r de S u Santiago y Capitán Majestad el R e y , general de E x t r e D . José de Saavemadura L a decladra y Salamanca, ración de l a G r a n que desde 1900 osdeza de p r i m e r a tenta el título de clase se otorgó a m a r q u é s de V i a n a • D. Felipe PortocaLa marquesa de Villaviciosa firmando el acta, acompañada por el duque de Peñaranda y sus padrinos y testigos y antes l l e v a b a el rrero Palafox, m a de c o n d e de U r b a r i d o de l a c o n d e s a de M o n t i j o . y l o l l e v a l a n o v i a desde 1916. H e r m a n o s sa, y de doña Mencía C o l l a d o y del Alcázar, de l a n u e v a c o n d e s a de M o n t i j o s o n l a c o n P o r lo q u e se refiere a l d u q u e de A l b a y m a r q u e s a d e l V a l l e de l a P a l o m a , hija de a l a d u q u e s a de Santoña, h e r m a n o s d e l desa de T o r r e H e r m o s a — o t r a aristocrática los d i f u n t o s marqueses de l a L a g u n a . conde de M o n t i j o , s a b i d o s s o n l a reciente b e l l e z a — y el m a r q u é s de C o q u i l l a . E l m a r q u é s de V i a n a , c o m o hijo d e l p r i b o d a d e l p r i m e r o c o n l a m a r q u e s a de S a n E n c u a n t o a l d u q u e de Peñaranda, remer c o n d e de U r b a s a , d o n F a u s t o Saavedra V i c e n t e d e l B a r c o y el m a t r i m o n i o de l a secientemente — c o n ocasión de l a b o d a d e l y C u e t o , es nieto d e l ilustre d u q u e de R i v a s , g u n d a c o n D . J u a n Mitjans y Manzanedo,. d u q u e de A l b a — h e m o s h a b l a d o de l o s títercero d e l título, d o n A n g e l Ramírez de d u q u e de Santoña, h i j o de l a m a r q u e s a d e tulos de s u ilustre casa y de s u s preclaros S a a v e d r a , m a r q u é s de A n d í a , de l a R i v e r a Manzanedo. antecesores. S u genealogía es p a t r i m o n i o de T a j u ñ a y de V i l l a s i n d a , señor d e l antiL a E m p e r a t r i z E u g e n i a profesaba a l d u de l a historia de España. g u o C a s t i l l o de R i v a s y de l o s montes de que de Peñaranda u n g r a n cariño. E r a éste,, D . H e r n a n d o F i t z James Falcó, d u q u e U r b a s a , de V i a n a y de V i l l a l o b a r , p r e s i d e n n o solo el heredero de s u p r i m i t i v o título, de P e ñ a r a n d a de D u e r o y conde de M o n t i te q u e fué del Consejo y m i n i s t r o de l a G o s i n o u n a de las personas a quienes m á s bernación y M a r i n a , embajador de S u M a - j o , es h e r m a n o d e l d u q u e de B e r w i c k y de afecto tenía. A l b a y de l a d u q u e s a de Santoña. S o b r i n o j e s t a d e n París y director perpetuo de l a Recientemente, c o n ocasión de l a v i s i t a de l a E m p e r a t r i z E u g e n i a , lleva el título que Real A c a d e m i a Española, etcétera. de l a E m p e r a t r i z , E l título de a E s p a ñ a , se p u m a r q u é s de V i a sieron b i e n p a n a l o heredó el tentemente de r e a c t u a l poseedor lieve esos s e n t i de s u tío D . T e o mientos. A h o r a , , baldo, a quien S u si v i v i e s e , l a Majestad el R e y a u g u s t a señora Don Alfonso X I I sonreiría satisfese l o otorgó e n cha al ver en 1875; n o t u v o s u quién h a recaído cesión de s u m a el título q u e ella trimonio con llevó en s u j u d o ñ a María d e l ventud. C a r m e n Pérez de E n adelante l a B a r r a d a s , marc o n d e s a de M o n q u e s a v i u d a de tijo l o s e r á esa V i l l a s e c a y hern o v i a g e n t i l de m a n a de l a d u a h o r a , c u y a beq u e s a A n g e l a de l l e z a h a sabido Medinaceli. alegrar en es tosLa m a r q u e s a días de i n v i e r n o , del Valle d e l a c o m o antaño l a Paloma es h i j a E m p e r a t r i z , las del s e g u n d o maralamedas de u n q u é s de l a L a g u (Fots. Marín Ortiz) jardín andaluz.

L a s

f a m i l i a s

e n l a z a d a s .

C o l l a d o y E c h a g ü e (hermano de la m a r q u e sa de Castrejón y v i u d a de Bailen) y de s u esposa, doña María de l a C o n c e p c i ó n d e l Alcázar y d e l Ñero, c o n d e s a de M o n t a l b o , h e r m a n a d e l a c t u a l d u q u e de l a Roca. H e r m a n a s s u y a s s o n la condesa de V i llaseñor y m a r q u e s a d e l R i s c a l , la m a r q u e sa de T e n o r i o y l a c o n d e s a de R e q u e n a . E l título de m a r q u e s a de V i l l a v i c i o s a pertenece a l a casa de los d u q u e s de l a R o c a

1

n a d o n F ermín de

£

o s

nuevos esposos, después de la ceremonia, con la duquesa de Santoña y el marqués

de Viana.

y

Se encuentra entre nosotros una distinguida dama lusitana, perteneciente a la más alta aristocracia de Portugal. Nosotros queremos, desde estas páginas, saludar a la noble señora, que es, además, una escritora brillante. Para ello no hallamos nada mejor que dejar paso a la pluma de Caballero de Puga, el notable escritor.

D

OÑA Mecia Mouzinho de Albuquerque, de nobilísimo abolengo, puesto que el fundador de su linaje lo fué D. Alfonso Sanches, hijo del Rey D . Dionis y Señor de A l b u querque, es, además, una insigne escritora lusitana que maneja a maravilla el idioma de Camoens, y a quien la instauración de la República en Portugal hizo formar parte de la ilustre pléyade de nobles portugueses que buscaron u n refugio en las hospitalarias tierras españolas. Mujer de grandes iniciativas y f e c u n d a en abnegaciones; amiga devotísima de la reina A m e l i a ; católica y monárquica por nacimiento y por convicción acrisolada en la desgracia, al ver que la nueva forma de gobierno llenó las cárceles de su patria con presos que no habían cometido otro delito que el de ser realistas, concibió y llevó a l a práctica, en unión de otras aristocráticas damas de su país, la fundación de una Sociedad, que aun funciona, titulada: Subsidios y Rentas de cuartos para Monárquicos Necesitados. Predi-

cando con el ejemplo, dotó a la nueva entidad de todos los recursos que pudo y cedió en su beneficio cuanto produjera la venta de su poema La Tecedeira y del volumen titulado Facmentos históricos. Poseedora de una gran cultura que la permite estudiar con discretísimo acierto l o s tipos reales de la vida, es autora de las novelas cortas La sonámbula, Lisbonenses y provincianos, El alquiler de la casa, Mará, Ley inexorable, Lita, La confesión de Blanca y Si lajeneusse savait..., que son unas verdaderas joyas literarias. Recientemente, a instancias de a m i g o s q u e allí residen, acaba de publicar en París u n pequeño poema dedicado a doña A m e l i a de Portugal, titulado Reynay mártir, en que, testigo presencial, relata al v i v o , en b r i llantes estrofas, la fatal tragedia. Doña Mecia Mouzinho de A l buquerque llegó a España con el temor de lo desconocido, y hoy es una entusiasta de nuestra patria. Doña Mecia Mouzinho de Albuquerque.

E D U A R D O C A B A L L E R O DE P U G A

yo te lo adivinaba de una sola mirada, y tú te avergonzabas viéndome sonreír. Las músicas evocan como nada el momento en que las escuchamos. ¿Recuerdas, alma mía? Unas veces, oyéndolas, fueron remordimiento, otras, íntimo gozo; todas, melancolía.

A veces, el suspiro de un violín nos llena del recuerdo angustioso de una tarde en que fuimos crueles hasta verla llorar, y nos dio pena y juramos volver... y nunca más volvimos.

La canción de los niños, gozosa y saltarina, es a sí que recuerda lejanías dichosas! aquello de: ¡es un chico más malo que la quina! y aquello de: ¿te fijas, las niñas qué juiciosas?

E l piano en la noche que tocan unas manos de mujer, mientras todo se ha dormido en la casa, dice de los obscuros hoteles provincianos enfermos de una murria que nunca se les pasa.

Los gritos callejeros de Navidad, acaso fueron vanos testigos de la última inocencia, cuando en vela esperábamos, junto al balcón, el paso de los tres reyes Santos, como nuestra paciencia. Aquel vals tan romántico, ya pasado de moda, te la trajo despacio, muy despacio, a la mente, ¿cuánto tiempo hace ya?, ¿quién te habló de su boda? ¡qué importa!, es el pasado que da risa al presente. Aquella musiquilla, doliente y apagada de la alta noche, amiga, ¡cuánto te hizo sufrir!;

Lo que ya está marchito para siempre es el eco del aristón aquel del pobre viejecito; el aristón gangoso, acatarrado y hueco que, como el propietario, siempre estaba en un grito. ¡Músicas, dondequiera que lleguéis al oído, nos traeréis un recuerdo como un niño perdido! FRANCISCO

Diciembre, 1920.

ESCRIVÁ D E ROMANÍ

Andante caballero de arrogante mirada, de continente altivo, de apostura altanera; deja ya de luchar y cuelga tu rodela, la adarga y la coraza, el yelmo y la celada. Que hogaño, aqueste empeño no te sirve de nada; ya no hay justas ni cañas y en lides y en amores no son los más valientes, ni son los más señores los que vencen y logran el amor de la amada. ¡Loco inmortal, sublime, de la Triste Figura! ¡Desfacedor de entuertos!, yo admiro tu locura que en lucha con el mal dignificó tu mote. Tú fuiste caballero, recio, fuerte y humano: en vida buen Quijote, siendo sólo Quijano, y al morir, buen Quijano, después de ser Quijote. ALFONSO

Diciembre, 1920.

ROCA DE TOGORES

L

A vida de sociedad en Madrid ha entrado ya en un período de plena animación. Se han sucedido las reuniones, los almuerzos, los tes. Y la nota dominante en todas estas fiestas ha sido la del agrado y la simpatía. En el palacio de Liria, noble mansión de los duqnes de A l b a , se celebró un banquete en honor de SS. M M . los Reyes Don Alfonso y Doña Victoria, que se habían dignado apadrinarles en su boda. No hay que decir que fué servido con la esplendidez propia de los ilustres anfitriones. L a mesa se adornaba con artísticos grupos de porcelana antigua, entre profusión de rosas y claveles. Y fueron los comensales con el Rey, con la Reina y con la duquesa y el duque de Alba, la duquesa de San Carlos y el marqués de la Torrecilla, jefes de Palacio, las duquesas de Arión y de Mandas, la duquesa y el duque de Dúrcal, la marquesa y el marqués de Urquijo, la vizcondesa y el vizconde de Bahía-Honda, el duque de San Pedro de Galatino, los marqueses de Pons y Santa Cruz y el conde de Peña Ramiro. L a Reina, espléndida de hermosura, vestía elegante traje color esmeralda y se adornaba con-soberbio collar de perlas; brocado de oro era el traje de la joven duquesa de A l b a , que por joyas llevaba también varios hilos de perlas, y perlas suntuosas eran las que lucía la marquesa de Urquijo. Mientras los caballeros—que vestían frac azul, con condecoraciones—saboreaban los habanos, S. M . la Reina, que había mostrado deseos de ver los regalos de boda ofrecidos a la duquesa de Alba, los admiraba en el salón de baile. A las doce terminó tan agradable reunión, siendo despedidos los Reyes al pie de la escalera por los dueños de la espléndida residencia. En las Embajadas y Legaciones extranjeras, las fiestas han sido elegantes y agradabilísimas. E l ministro de los Países Bajos, M . Van Vollenhoven, sigue obsequiando a sus amigos con simpáticos tes, a los que concurren distinguidas personas de la sociedad y del Cuerpo diplomático. A l último asistieron el nuncio apostólico, monseñor Ragonesi; la duquesa viuda de Sotomayor y la señorita de Martínez de Irujo, duquesa y duque de Mandas, el general y la duquesa de Santa Elena, duquesa y duque de la Unión de Cuba, duquesa de Baena y sus hijos la marquesa de Villamanrique y el vizconde de Mamblas, duquesa y duque de la Victo • ria, el ministro de Estado, señor marqués de Lema; el ex ministro conde de Gimeno y su señora, la marquesa de la Ribera y la señorita de Sandoval, la condesa de Alcubierre y sus hijos la marquesa de Espinardo y el conde de Glimes de Brabante, la marquesa y el marqués de Benicarló y la señorita de San Miílán, las condesas de Pardo Bazán y de Torre de Cela, don Domingo Merry del V a l con su señora y su hija, el ministro de Rumania, señor Cretziano; la condesa de Castilleja de Guzmán y la señorita de Rodríguez de Rivas, la señora de Núñez de Prado, el consejero de la Embajada de Francia y madame de Vienne, los señores de Miláns del Bosch y otros. Son estas reuniones, que la amabilidad del señor Van Vollenhoven hace más gratas, verdaderamente amenas, en las que se toma el te con los consabidos cakes, servidos en antiguas bandejas de plata holandesa, o se fuman cigarrillos egipcios, o se habla de arte, de viajes, de sociedad. L a casa del ministro de Holanda, un hotelito escondido en la solitaria calle del Pinar, tiene una fisonomía interesante, como todas las residencias de diplomáticos que son coleccionistas. Cada país tiene en ellas un recuerdo, una representación de su arte, y así, estas residencias vienen a ser como pequeños museos internacionales. Sin duda, la vida del diplomático de carrera, sujeta a tantos cambios y mudanzas, es un tanto azarosa. Tiene también sus compensaciones, y para los aficionados a las obras de arte y a las antigüedades, la de encontrar objetos nuevos. M . de Vollenhoven, coleccionista inteligente, ha sabido aprovechar sus viajes. Rusia, Bélgica, Francia y otros países tienen en su casa interensantísimos recuerdos. En los salones del elegante hotel se admiran numerosos objetos de arte, entre ellos obras capitales, cual los tapices de la fábrica de los Gobelinos, que adquirió en Bruselas. Adornan también las estancias antiguos armarios flamencos, de los que aun se conservan algunos en

España, rememorando nuestra dominación; ricas tallas, lámparas de cobre, terciopelos y damascos bordados, miniaturas, porcelanas, armas... De la pasada guerra conserva el ministro holandés un arsenal de recuerdos, en el que figuran cascos prusianos y fusiles y granadas y armas de diferentes países beligerantes. En Bruselas, donde representó últimamente a su país, M . de Vollenhoven prestó, como nuestro marqués de Villalobar, eminentes servicios al pueblo belga, y la heroica nación le mostró su gratitud con delicados homenajes y obsequios. Recuerdos gratos de aquella noble gestión son un notable busto del distinguido diplomático, copia del que se acordó colocar en el Parlamento belga; un

La señorita María del Carmen Conrote y Heraud, perteneciente a distinguida familia, que acaba de vestir su primer traje de mujer. centro de plata repujada, representando un asunto mitológico; libros de pergamino llenos de firmas, etc. En aquel ambiente artístico, suavemente evocador, pasaron las horas deliciosamente, quedando los invitados encantados de la amabilidad del ministro de Holanda. También en la Embajada de los Estados Unidos se ha celebrado una pequeña reunión, a la que, con el pretexto de tomar una taza de te, invitaron a algunas de sus amistades, el embajador norteamericano y Mrs. Willard. Entre las personas que asistieron figuraban los duques de Montellano y sus hijos, la Princesa Pío de Saboya, la duquesa de Baena y los marqueses de la Mina con sus hijos, la duquesa viuda de Sotomayor con la señorita de Irujo, la duquesa de T'Serclaes con la condesa de Ribadavia, el ministro de Bélgica y baronesa de Borchgrave, el ministro de Rumania y la señorita de Cretziano, la duquesa de Mandas, las condesas de Casa Valencia, Torre Arias, Salinas y Castilleja de Guzmán; marquesa de Valdeolmos y los señores de Caro y Pérez de Guzmán. Para despedir al conde de Saint Aulaire y su bella esposa, que vinieron a Madrid a cumplimentar al Rey y al Gobierno antes de partir para Londres, se celebraron dos banquetes en la Embajada de la Gran Bretaña y en la Legación de Bélgica. En la Embajada inglesa fué una comida.

Con el representante del Rey Jorge y lady H o ward se sentaron a la mesa, además de los condes de Saint Aulaire, el ministro de Estado, señor marqués de Lema; el ministro de Bélgica y la baronesa Borchgrave, el de Suecia, barón Beck Friis; el encargado de Negocios de Polonia y la señora Tomaszewska, el segundo introductor de embajadores y la duquesa de Vistahermosa, el primero, señor conde de Velle; el director general de Correos y condesa de Colombí, el consejero de Francia y madame de Vienne, el de Inglaterra y mistress Wingfield, el agregado de Francia vizconde de Couberville, el jefe del Gabinete diplomático del ministerio de Estado, señor García Conde, y los secretarios de Inglaterra M r . Cecil y M r . Perrone. En la Legación belga fué un almuerzo. Con el ministro y la baronesa de Borchgrave y su hija se sentaron a la mesa, además de los condes de Saint Aulaire, el embajador de Inglaterra, Sir Esme W . Howard; el ministro de Rumania y la señorita de Cretziano, el ministro de Holanda, M . Van Vollenhoven; el consejero de Francia y Mme. de Vienne, el consejero de Bélgica y la condesa de Oultremont, y el secretario, M . Lathuy. E l almuerzo fué servido con esplendidez y buen gusto. E l ministro de Rumania ha dado también una elegante comida. Sentáronse a la mesa, además de su hija, la señorita de Cretziano, el embajador de los Estados Unidos con mistress y miss Willard, la condesa y el conde de Arge, marquesa y marqués de Rafal, condesa y conde de Oultremont, la señorita de Castellanos, el vizconde de Mamblas, el conde de Calharis y el secretario de la Embajada de Italia, señor Macario. Y en la Embajada de Alemania se ha celebrado la primera de las recepciones oficiales para la presentación al nuevo embajador del personal diplomático y los elementos civil y militar de los centros ministeriales. De otras fiestas agradables nos encanta dar cuenta. Una de las más animadas y elegantes ha sido el te con que la señora de Merry del V a l (D. Domingo) ha obsequiado a algunas de las amigas de su encantadora hija. L a distinguida y amable dama alterna en las invitaciones para estas pequeñas fiestas que se celebran en su casa quincenalmente. A la última asistieron, entre otras damas, las duquesas de la Vega, viuda de Sotomayor y Santa Elena; marquesas del Salar, R i bera, Benicarló, Salinas y San Vicente; condesas de Cabrillas, Portalegre y Casal; baronesa de Torrellas, y señoras y señoritas de Carvajal y Colón, Pérez del Pulgar, San Millán, Tovar, Sandoval, Castellanos, Escrivá de Romaní, Collantes, Valdeiglesias, Escobar y muchas más. En casa de los marqueses de Casa Pizarro se ha celebrado otra pequeña fiesta, con motivo de haber ingresado como alumno en la Escuela de Ingenieros Navales un hijo de aquéllos, D . Ramiro Alonso Castillo y Mausi. L a fiesta fué muy animada, concurriendo, entre otras señoritas, las de González Tablas, San Martino, vizcondesa de Torre Almirante, Hernández Délas, Peña y Peña, A l b a , Costi, Gómez Acebo, Aznar y Romeo. Fiesta tan grata duró hasta las cuatro de la madrugada. También la encantadora señorita Sara San Millán, hija de los marqueses de Benicarló, ha obsequiado con un te a un grupo de sus jóvenes amigas. Se bailó durante toda la tarde y las horas se pasaron muy agradablemente. Entre otras señoritas, asistieron la marquesa de Espinardo, condesa de Portalegre, Carvajal y Carvajal, Ximénez de Sandoval, Carvajal y Colón, Ozores,. Merry del V a l , Moreno Osorio, Covarrubias, Collantes, Alvarez de las Asturias Bohorques, Bermejillo, Rúspoli, Figueroa y Bermejillo, Castillo y Caballero, Casal, Valdeiglesias, Chicheri, Bernaldo de Quirós, Olivares, Marichalar y Escobar y Buiza. También estaban la duquesa de Santa Elena, marquesas de Jura Real, Villatoya, Llano de San Javier, Santa Cristina; condesas de Cabrillas y Torre de Cela; vizcondesa de Eza, y señoras de López Chicheri, Moreno Osorio y viuda de Núñez de Prado. Con esto y con decir que las comidas de moda del Ritz y los tes del Palace siguen viéndose concurridísimos, hacemos punto por hoy, congratulándonos de que la sociedad madrileña nos dé a diario muestras de su animación y de su buen gusto.

en plena época de bodas: las parejas felices van pasando ante nuestros ojos como en una fantástica visión cinematográfica. E l amor sigue triunfando en los pechos juveniles, y la Iglesia, prudente, sabia y complaciente, va sellando, con su bendición, las uniones que el amor inicia. En Barcelona se ha celebrado recientemente una simpática boda. Fué en la catedral, y eran los novios la bella señorita Norah Rodríguez Villanueva y el distinguido oficial de la Armada D . José González Hontoria. A la ceremonia asistieron solo los íntimos, a causa del reciente luto de la familia del novio. Asistieron a la boda, como testigos por parte de la novia, su tío el conde de Baquer, el conde de Güell, en representación del Príncipe Pignatelli de Aragón, y D . Fernando Vidal Quadras, y por parte del novio, D. Luis Bausós, D. Francisco G i l de S o l a y D.José Cabarrús. Padrinos fueron la señora Maruri de Villanueva y D . Diego González Hontoria. Asistieron, además, la archiduquesa de Austria y sus hijas las Princesas doña Dolores y doña Inmaculada; las señoras de Cabarrús, de Bausa, de Gil de Sola y de Allende y las bellas señoritas de Maruri y de Isasi. También estaban los señores D . Carlos Vidal Quadras, Rodríguez Villanueva, (D.José María) y su primo D . Luis Vidal Quadras, Allende, Albert Despujol y Maruri. Terminada la ceremonia religiosa, los asistentes fueron obsequiados con un espléndido almuerzo. Los recién casados, por cuya ventura hacemos sinceros votos, emprendieron un viaje por España, para fijar, a su regreso, su residencia en Barcelona. STAMOS

Antonio Calvo, y apadrinaron a los contrayentes la condesa viuda de Troncoso y el conde de Nava. Suscribieron el acta matrimonial, por parte de la novia, el conde de la Revilla, el director general de Seguridad, D . Fernando de Torres Almunia; don José Manuel y D. G a briel de Aristizábal, y por la del novio, D . Antonio Maura, D. César de la Mora y el conde de San Martín de Quiroga. La ceremonia se celebró en familia y, entre otros, concurrieron los señores marqués de Azas, Mora, Sarabia, Abellán, Valentín, Aristizábal, Garamendi, Gamazo, Bautista, Gregorio y otros muchos. Terminado el acto se sirvió un espléndido almuerzo en el hotel Ritz. Los novios salieron para Limpias y otras poblaciones del Norte. Les deseamos eternas felicidades. Don José González

Otra boda se celebró en la iglesia parroquial de Santa Bárbara: la de la bella señorita María Díaz y Jiménez de Cisneros con el joven ingeniero de Caminos, Canales y Puertos D . Jesús Martín Buitrago y de Bruna. Bendijo la unión el sabio y virtuoso sacerdote, párroco de San Ginés, D Bonifacio Sedeño de Oro, quien, después de la ceremonia, pronunció una sentida y elocuente plática. Apadrinaron a los contrayentes la señora doña Encarnación de Bruna, viuda de Martín Buitrago, madre del novio, y en su representación, su hija Gloria, señora de Hernández, y D . Manuel Díaz Muñoz, general de Intendencia, padre de la novia. Actuaron como testigos: por parte de la novia, el marqués de Legarda, inspector general de ingenieros de Caminos; el Dr. Velázquez de Castro y Ayensa, el director de La Epoca y diputado a Cortes don Mariano Marfil y el comandante de Intendencia D. Antonio Mico, y por parte del novio, el coronel del Regimiento de Saboya, D . Federico Berenguer, En Madrid, y en el aristocrático templo de San Jerónimo el Real, se ha celebrado el enlace de la hermano del alto comisario; el comandante de Estado Mayor D. Eduardo Escartín y Lartiga, profesor bella condesa de Troncoso con D . Cándido Pimende SS. A A . RR. los hijos del Infante D . Fernando; tel y Gamazo, primogénito del conde de Nava. Bendijo la unión el párroco de San Jerónimo, don

el capitán de Infantería D . Adolfo Hernández y Lói'/ * 11 • pez, ihermano político del novio, y el capitán de Infantería, alumno de la Escuela Superior de Guerra, D. Adolfo Lodo Vázquez. La novia lucía elegantísimo traje blanco de charmeuse con encajes Chantilly. La cola era llevada por las preciosas niñas Emilita Barrera y Campos, hija del comandante general de Larache, y Glorita Hernández, sobrina del novio. Este vestía el brillante uniforme de Ingenieros de Caminos. E l acto se celebró en familia, por el reciente luto del novio. La concurrencia fué obsequiada con un espléndido lunch en el Ritz. Los novios salieron para Andalucia. Sean muy felices. *

La señorita Norah Rodríguez

Villanueva.

*

En casa de la señora viuda de Fernández Maquieira, y en la más estricta intimidad, se ha celebrado el enlace de su bella hija Fressia con el marqués de Perales, siendo

Hontoria.

apadrinados los contrayentes por la condesa de Adanero y D . Federico Fernández Maquieira, y firmando el acta como testigos los marqueses de Castelar y de Corpa, el duque de Gor y el Dr. Fuertes Arias. Los nuevos esposos han pasado luego unos días en una finca próxima a Madrid, desde la que emprendieron un viaje por Andalucía y Levante. Hacemos fervientes votos por su felicidad.

También en Segovia ha habido un simpático enlace: el de la encantadora señorita Guadalupe Castro, hija del ex director de Bellas Artes y mayordomo de S. M . D . Alejandro de Castro, con el ilustrado capitán de Artillería Sr. Peña, siendo apadrinados por el padre del novio y la madre de la novia. Dio a los contrayentes la bendición nupcial el deán de la catedral de Segovia. Para asistir a la ceremonia fueron desde Madrid varias distinguidas personas, como la condesa de Torre-Arias, los señores de Saavedra (D. Alonso), hermanos de nuestro ministro en Bélgica, marqués de Villalobar, y doña Pilar de Castro. Los recién casados, a quienes deseamos muchas felicidades, pasaron luego en Madrid los primeros días de su luna de miel. Después fijaron su residencia en Segovia, de cuya academia es profesor el señor Peña. *

* *

¿Nos permiten ustedes que hablemos un poquito de bodas próximas? Pues digamos que ha sido pedida la mano de la bella señorita Dolores Mitjáns para el distinguido médico D . Antonio Fernández Chacón, hijo del ilustre catedrático de la Facultad de Medicina del mismo nombre. L a boda se celebrará en breve. También han sido pedidas las manos: de la señorita Conchita Fontes y Díaz de Mendoza, hija de los marqueses de Torre Pacheco, para el comandante de Artillería D . Francisco de Jáudenes y Lozano, hijo de la marquesa de Zanoni; de la señorita Mercedes Peironcelly y Puig de la Bellacasa, hija del ingeniero director adjunto de los ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y a Alicante, D . Ramón, para el notable arquitecto D . Pedro Muguruza, catedrático de la Escuela de Arquitectura y de la señorita Carmen Poggio, hija del director general de Primera enseñanza, para el ingeniero de Minas D . Carlos Franco.

C

la Reina Doña Victoria el día de su santo y ello fué motivo para que recibiera el homenaje del cariño de todas las clases sociales. L a augusta señora se ha hecho acreedora a ese cariño y es natural que, cada vez que llega una fecha grata para ella, se evidencien los sentimientos sinceros de sus subditos. ELEBRÓ

T J L ex subsecretario de la Presidencia Sr. Llanos y Torriglia, está recibiendo muchas felicitaciones por su apunte histórico acerca de «La Casa de Heros», que leyó en la Academia de Jurisprudencia ante un distinguido público, en el que figuraban ilustres personalidades políticas. «La Casa de Heros» es el nombre conque vulgarmente se conocía el edificio que ocupó la antigua Presidencia del Consejo, en la calle de Alcalá, y el motivo que decidió al Sr. Llanos a hacer este trabajo fué el haber donado el conde de Cerrajería al Estado, para que figurase, como ya figura en la nueva Presidencia, una lápida conteniendo la inscripción «Año de 1891», que ostentaba sobre su puerta principal la Casa de Heros. Conocidas son la erudición y la donosura de estilo que caracterizan al ilustre ex subsecretario de la Presidencia; así es que huelga decir que su documentadísimo estudio fué escuchado con fervorosa atención y aplaudido calurosamente. Evocó el conferenciante lo que era Madrid a fines del siglo xvm, cuando fué construido el edificio, y las distintas transformaciones sufridas por éste y usos a que fué destinado desde que fué propiedad particular de D . Juan Antonio de los Heros, que lo mandó construir, hasta que pasó a ser dominio del Real Patrimonio y del Estado después, siendo sucesivamente almacén de la Real Fábrica de Cristales, estudio del pintor D . José de Madrazo, residencia del príncipe D . Sebastián Gabriel, ministerio de Ultramar, palacio de la Regencia y, últimamente, Presidencia del Consejo de ministros, como lo hemos conocido hasta el año de 1910. Describió el Sr. Llanos y Torriglia las fiestas en que se reunió la sociedad madrileña en aquella casa durante la Regencia del general Serrano e hizo una descripción de lo que vio pasar ante ella la Presidencia antigua. Nos proponemos publicar algunos párrafos íntegros del notable trabajo; pero no queremos que deje de ir por delante nuestra felicitación al Sr. Llanos y Torriglia. TI^N el hotel del ilustre doctor Compaired y de su ~ * distinguida esposa se ha celebrado la ceremonia de la entronización del Sagrado Corazón de Jesús, oficiando el P. Curieses, de San Fermín de los Navarros, y el P . Arrinda, secretario general de la Orden de los Franciscanos. A los acordes del «Largo», de Handel, y del «Ave-María», de Gounod, fué llevada la imagen procesionalmente a la capilla del hotel, adornada con profusión de flores naturales y en la que se venera ya una Virgen del Pilar, de plata, hermosa obra de artistas zaragozanos, y en cuyos muros se admiran, entre otras obras pictóricas, dos cuadros de la Virgen, uno del inmortal Murillo y otro de Sasoferrato. L a ceremonia fué solemne y a ella concurrieron algunos amigos de los Sres. de Compaired, entre ellos el doctor polaco Sajacbonof, de paso por Madrid actualmente. Los Sres. de Compaired obsequiaron a sus amigos con un espléndido te, haciendo los honores de la casa con su acostumbrada amabilidad. C * N Jerez ha terminado el interesante campeonato de galgos allí verificado para disputar la Copa de L a Ina, en el cual han tomado parte magníficos ejemplares de aficionados de Madrid, Sevilla, Jerez y otros puntos, entre ellos los de Su Alteza la Infanta doña Luisa. Las pruebas de este campeonato, que siempre despierta gran interés entre los deportistas, resultaron muy brillantes. E l último día se vieron 18 liebres, de las cuales se persiguieron a 15, y los galgos cobraron 11.

Para la última carrera quedaron luchando «Revoltosa», del marqués de Perales, y «Diana», de don Manuel Saro. Reñido en los primeros momentos, en las últimas defensas de la liebre se patentizó la superioridad de la perra del marqués de Perales, gracias a su enorme resistencia y buenas facultades para los regates, que prueban una concienzuda preparación. «Revoltosa» ganó, pues, la gran Copa de L a Ina, la cual fué entregada al marqués de Perales, entre grandes aplausos, por S. A . el Príncipe Raniero de Borbón, que había presenciado las pruebas. THN

la residencia de la duquesa de San Carlos se ha admirado estos días una nueva obra de arte. Se trata de un retrato de S. M . la Reina, regalado a su camarera mayor por la Soberana, y es una obra acabada y admirable del pintor húngaro Felipe A l e jo Laszlo, en la que aparece Su Majestad con toda su delicada belleza, ciñendo el rubio cabello una greca de brillantes y destacando sobre el nacarado descote los hilos de un collar de perlas. saber cual es el secreto del éxito que sin QUERÉIS cesar obtienen los sortijeros de alabastro de

La Duquesita? Pues su elegancia y su lujo, que les hace ser el regalo ideal encerrando los dulces y bombones de una boda. C IGUEN en Doñana las magníficas cacerías. En la última fueron huéspedes de los duques de Tarifa, los de Medinaceli, Aímazán y Arión; marqueses de Scala y Mérito, e hijos de éste, Ricardo y Pepe; los condes de Ribadavia, San Antonio de Vista Alegre y Campo Rey, y D . Patricio Medina Garvey. Se cobraron 80 piezas, de ellas 65 venados y 15 jabalíes. Batió el record como tirador el hijo segundo de los marqueses del Mérito y Valparaíso, D.José, que cobró 12 ciervos y un jabalí. E l duque de Medinaceli mató ocho venados y cinco jabalíes. A Sociedad benéfico-higiénica Protección Esco~ ? lar, que tanto trabaja por el bien de los niños, instalando y costeando los baños-duchas en las escuelas Nacionales, organizó recientemente un reparto de ropas, simpático acto que tuvo celebración en el grupo escolar Reina Victoria, de la calle de Príncipe de Vergara, presidido por el obispo de Madrid, el alcalde y otras personalidades, además de todas las señoras que componen la junta. E l acto resultó altamente interesante, procediéndose al reparto de ropas, bollos y caramelos, que todo había que tenerlo en cuenta tratándose de niños, después de entonar éstos el Himno a la Bandera y varias canciones populares españolas. Los chicos tuvieron un rato de alegría; pero no fué menor la que experimentaron los que pudieron proporcionarla. • marqués de Fontalba ha cedido a su hijo primogénito, D . Felipe de Cubas y Urquijo, el título de duque de Cubas, recibiendo con este motivo muchas enhorabuenas el nuevo duque. TZJ"L

A bella condesa de Revillagigedo ha dado a luz con felicidad a su hijo primogénito. Reciban los padres y abuelas nuestra cariñosa enhorabuena. las jóvenes y bellas debutantes que se han puesto de largo en estos días, figura Lolita Campuzano, digna heredera de la belleza de su madre. También han vestido sus primeros trajecitos de mujer: en Madrid, la encantadora Matilde González Rothwos, hija del secretario del Consejo de Estado; y en Barcelona, la no menos bella Mercedes Churruca y Dotres, hija de la condesa viuda de Churruca. IpNTRE

X J A sido nombrado cónsul de Chile en esta corte el Sr. D.Joaquín de Osma, hijo de la condesa viuda de Vistaflorida. E l marqués de Espeja ha sido nombrado mayordomo de Su Majestad. ISJ' OSOTROS hemos sentido siempre viva admiración por D . José Ortega Munilla. Por eso nos ha de parecer poco cuanto se haga por enaltecerle y agasajarle. Los homenajes que se le han tributado en Marruecos, Jos que le han hecho los funcionarios de Correos y, por último, la concesión de la Gran Cruz del Mérito Militar, blanca, son recompensa a una labor patriótica y ejemplar, hecha por la persona de los prestigios literarios del ilustre académico.

Q

no recuerda al caballeroso y culto marqués de González? ¿Quién olvida la satisfacción que reflejaba recientemente su rostro, cuando al ser nombrado ministro de España en Méjico se le presentaba nueva ocasión de prestar un servicio a su patria? Nosotros, los que fuimos buenos amigos del distinguido diplomático, le vimos partir con pena; porque siempre es penoso ver que se alejan las personas que se estima y se quiere. Pero, ¿cómo podíamos figurarnos que no habíamos de ver más al marqués de González? Y , sin embargo, la realidad, esa triste realidad que de vez en cuando nos pone de pronto frente a frente de las tristezas de la vida, nos ha hecho ver que el amigo ilustre no habrá de tornar a este suelo, donde tantas amistades y simpatías dejó. La noticia de su muerte ha causado en nuestra sociedad gran sentimiento. Don Joaquín González y González, marqués de González, tenía cincuenta y cinco años y había desempeñado en su carrera numerosos puestos con inteligencia y celo. Fué secretario en Berlín, Lima, La Haya, Londres y Roma. Era también gentilhombre de cámara de Su Majestad, con ejercicio, y académico correspondiente de la Real de la Historia. Poseía distintas condecoraciones, entre ellas las cruces del Mérito Militar y Naval y la de la Legión de Honor. E l puesto de ministro de España en Méjico lo venía desempeñando con notable acierto. Descanse en paz y reciba su distinguida familia la expresión de nuestro pesar hondamente sentido. UIÉN

' I "AMBIÉN nos ha abandonado otro querido amigo: ~ el subdirector general de Seguridad D . Guillermo Gullón y García Prieto. Desde hace algunos días encontrábase en cama por haber sufrido un nuevo ataque de apoplegía. Como se recordará, recientemente sufrió otro ataque, que puso en grave peligro su vida. L a muerte del Sr. Gullón ha sido profundamente sentida, pues gozaba generales simpatías en Madrid. Contaba cuarenta y seis años de edad, y había hecho una brillante carrera, prestando excelentes servicios en los diversos cargos que desempeñó. Poseía la cruz de la Orden civil de Beneficencia. E l finado era sobrino del ex presidente del Consejo señor marqués de Alhucemas. Nosotros, que profesábamos al Sr. Gullón sincero afecto y le estimábamos en lo mucho que valía, hemos sentido profundamente su muerte y acompañamos a sus hijos y a toda su familia en estos momentos de intenso dolor. T C N esta corte ha rendido su tributo a la muerte la señora doña Borja Estrada y Espinosa de los Monteros, viuda de Cannedo. Tanto la finada como su hermana doña A n a , viuda de D.José Echegaray, figuraron mucho en la sociedad madrileña a mediados del pasado siglo, siendo ambas de gran belleza. Descanse en paz la distinguida señora. distinguida dama ha fallecido en Madrid N*^ después de larga y cruel enfermedad: doña María Luisa de Torre Isunza y Falcón, que era estimadísima por su distinción y sus virtudes. A los señores de Torre Isunza (D. Pedro), sus hermanos, y a sus sobrinos D . Pedro y D . Ramón damos nuestro pésame sincero y cariñoso. /^\TRA

L N Jerez de la Frontera ha fallecido la distinguida "*T* señora marquesa de Bonanza, perteneciente a una de las familias más aristocráticas de aquella ciudad y persona muy estimada por sus virtudes. Enviamos nuestro sentido pésame a su viudo, don Manuel C . González Soto, marqués de Bonanza, y a su familia. Para cuantos amigos nuestros fallecieron durante el año, para cuantos nos abandonaron, dejando hogares, antes felices, sin consuelo, sean, en esta hora, nuestras oraciones. Para las familias que lloran, sea el tributo de nuestro pesar. Nosotros, que también conocimos el dolor, con ellas lloramos. Gráficas Reunidas, S. A .-Madrid.

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D I A R I O

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B E T I N A

S E N T I M E N T A L

«... T o d a l a culpa h a sido de aquel traje Verdaderamente, la v i d a nos pone en unos verde con palmas de plata... E l verde es u n conflictos tan graves... Parece imposible color maléfico, tiene sobre nosotras una i n que l a suerte pueda ensañarse tanto con fluencia extraña. A l principio de m i v i d a una persona... y sólo por un traje verde en el m u n d o — y llamo «el mundo» a lo que con palmas de plata... A q u e l l a noche se deno es m i dormitorio del Colegio, el refectorio cidieron los dos. y las tocas de Madre María Teresa—oí con Los dos me hablaron con s u voz aterverdadera sorpresa a María hablar con verciopelada y varonil; Julián, primero, en u n dadero horror de las «cosas verdes». ¿Para hx-trot. Después, Enrique, en u n rag-time. qué, entonces, me compraron este traje; este Cuando Julián me hablaba, yo pensaba en traje que tiene la culpa de todo...? H a y que confesar, que el m u y picaro.me favorece horrores. E l rabio de mis cabellos, m i cutis sonrosado y hasta este mismo azul verdoso de mis ojos armonizan con él de u n modo perfecto... Julián me dijo que parezco con él u n a de esas hadas que se visten con las hojitas nuevas de l a P r i mavera, y E n r i q u e , con esa sonrisa que tiene que parece que se está «quedando» conmigo—¡vaya!, ¡ya solté l a palabreja! — me dijo otra cosa m u y bonita... E s u s t e d como aquellos venenos que los Príncipes en I t a l i a encerraban dentro de u n a esmeralda... Los dos, son unos chicos m u y simpátiE n r i q u e . Cuando E n r i q u e , me dijo, ¡al fin!, cos... ¡Ay!, ¡demasiado simpáticos...! Y o quique me quería, yo recordaba melancólicasiera que uno de ellos fuese defectuoso o desmente a q u e l b i g o t e negro de Julián... agradable... pero nada, no me lo parece n i n Me encuentro sin saber qué hacer. Les he guno de los dos... Julián tiene el cutis atezado pedido u n plazo para responder, para con¿y el bigote negro, u n tachón de t i n t a c h i n a sultar mis sentimientos, y aquí estoy, mareasobre los dientes terriblemente blancos... da, confusa, nerviosísima. Según dice mamá, E s fascinadora l a sonrisa de Julián debajo que no sabe nada de esto, insoportable... Pero de ese bigote... Pero... ¿y los ojos de E n r i q u e ? es que m a m á carece de i n q u i e t u d espiritual... Los ojos de E n r i q u e son u n a cosa estupenda— E s u n a pobre señora u n poco antigua y en ¡bueno, otra palabreja que se me h a pegado! — sus tiempos no le ponían a u n a los hombres Se parecen u n poco a los míos. E l dice que se en estos trances... parecen a fuerza de mirarlos. Y o no lo creo... Tengo miedo... tengo mucho miedo al por¡si apenas me mira...! L o s dos son altos, fuervenir ¿gustándome ambos de igual modo tes, sonrientes; los dos p a t i n a n con destreza, cómo y por cuál me decido? Puede dejarlo bailan «superiormente»—¡vaya por Dios! — al azar, consultárselo a las varillas del abaLos dos están guapísimos con el jersey y el gorro blanco de alpinistas, con el smoking, nico, a las hojas de u n a margarita... A u n a perra gorda... —¡una perra gorda!, ¡qué orcon el traje del tennis... y los dos juegan m a dinarieces d i g o . . . ! — S i son pares, Julián, si ravillosamente al tennis... ¿Por cuál me deson nones, Enrique...¡Eso es!, ¡está decidido!. . cido? ¡Por cuál! ¡Dios mío!

¡Pero, y si son pares...! ¿Qué es esto, Betina?; ¿esta exclamación habrá sido u n indicio? ¿Me gustará, acaso, más Enrique? A ver. E x a m i n e m o s : Ojos, magníficos. N a r i z , correcta. B o c a , bien dibujada, i n teresantemente irónica. F i g u r a , novelesca. Carácter, dulce, afable, apasionado e infantil... Veamos ahora a Julián: Ojos, profundos. N a r i z enérgica, pero incorrecta; sí, incorrecta, no me había f i jado... algo acaballada. E s t o le d a u n gesto duro... y el carácter es dominante, un poco violento... Tiene las cejas demasiado unidas... ¡Pero t a m b i é n me gusta «un rato largo»! — decididamente yo tengo que ponerme en cura; este lenguaje nc es natural... ¡Dios mío!, ¡ilumíname! ¿Qué echo de menos en E n r i q u e ? ¿Qué me fascina en Julián? ¡Horrible d u da que me acongoja! ¡Qué noche he p a sado cielos!, ¡qué noche!, ¡qué pesadillas! Julián y E n r i q u e se batían p o r mí con dos tenedores de ostras, mientras u n a orquesta de tzi ganes

tocaba el fox-trot de

las Campanas! Y yo recortaba los ojos de E n r i q u e y el bigote de Julián y los pegaba juntos en u n cartoncito...! Gracias a Dios que he despertado! ¿Qué h o r a será?

Indudablemente, el baño es u n a cosa m a ravillosa. ¡Cómo despierta las ideas!, ¡cómo conforta! D e veras que he pasado horas bien inútiles, de sobresalto. L a solución es sencillísima. L o que me gustaba de Julián era e l bigote... pues, con hacer que E n r i q u e no se lo afeite hemos terminado. Y E n r i q u e queda un muchacho m u y completo. . ¡Con qué gusto se acogen el «toast» l a mermelada y el té, después de haber tomado u n a resolución trascendental...!

Matilde Muñoz. Diciembre, 1920.

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