Asociación de Reducción de Daños de la Argentina

Asociación de Reducción de Daños de la Argentina 1 2 Asociación de Reducción de Daños de la Argentina ÍNDICE REDUCCIÓN DE DAÑOS 5 Intervencion
Author:  Elvira Rojas Paz

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MIRADAS DE LA ARGENTINA
Bibliografía AA. VV. 1988. América y España: el encuentro de dos mundos. Ángel Estrada y Cía. S.A. Buenos Aires. AA. VV. 1999. Arte y Paisaje en Cueva

Revista Argentina de Cardiología ISSN: Sociedad Argentina de Cardiología Argentina
Revista Argentina de Cardiología ISSN: 0034-7000 [email protected] Sociedad Argentina de Cardiología Argentina Traverso, Sonia S.; Redruello, Marcel

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ÍNDICE REDUCCIÓN DE DAÑOS

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Intervenciones en Reducción de Daños La Consejería

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El Promotor y su tarea La capacitación La confiabilidad Labor del Promotor Comunitario Formación del promotor en reducción de daños Estrategias de Comunicación para el Trabajo Comunitario.

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DROGAS/HIV/SIDA/REDUCCION DE DAÑOS/PREVENCIÓN Trabajo de Calle Formación del promotor en reducción de daños Daños asociados al consumo de drogas IMPORTANTE Introducción RRdDD en usuarios de marihuana RRdDD en usuarios de cocaína RRdDD en usuarios de hongos y LSD MEZCLAS Y ABUSOS ASPECTOS LEGALES del USO de DROGAS

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Prevención. Estrategia de Atención Primaria de Salud

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NUEVAS RESPUESTAS A VIEJOS PROBLEMAS. PROGRAMA DE REDUCCIÓN DE DAÑOS Y PREVENCIÓN DEL VIH/SIDA EN USUARIOS DE DROGAS DE LA CIUDAD DE ROSARIO 20 Un poco de historia 22 Conclusión 30 Declaración de apoyo a la despenalización de la tenencia de drogas para consumo personal y fundamentos de la propuesta de derogación del art. 14 de la ley 23.737 de la Asociación de Reducción de Daños de la Argentina (ARDA) 2001* ** 31 BIBLIOGRAFÍA

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Reducción de Daños La Reducción de Daños es una política pública que posibilita formas de inclusión en lo afectivo, en la salud, lo laboral, lo social y derechos ciudadanos, para poblaciones con prácticas de riesgo. Esta forma de abordaje del uso de drogas contempla dichos objetivos a partir de la disminución de daños relacionados con el consumo e incluso aunque no necesariamente a través del abandono del mismo. La Reducción de Daños consiste en la práctica de nuevas estrategias e intervenciones dirigidas a la población vulnerable y excluida de usuarios de drogas; y posibilita que estos sujetos tengan a su disponibilidad herramientas de prevención y cuidado de la salud, en relación a las infecciones de transmisión sanguínea y/o sexual y otros daños asociados a sus prácticas de consumo de sustancias. Así, mediante sus intervenciones se pretende mejorar la calidad de vida, favorecer la accesibilidad a los servicios asistenciales, prevenir enfermedades transmisibles y disminuir la morbilidad y mortalidad.

Intervenciones en Reducción de Daños Las estrategias de intervención en el marco de la Reducción de Daños apuntan a: 1) No limitar el abordaje solo a la abstención de consumo, ampliando la oferta de estrategias estableciendo objetivos intermedios. 2) Lograr un consumo controlado. 3) Adaptar las intervenciones a las características particulares de los distintos usuarios de drogas y a su historia individual. 4) Lograr una relación profesional- usuario de drogas más igualitaria. amigable y flexible, en donde éstos últimos participen en la toma de decisiones. Esto se traduce en una serie de acciones posibles, entre las cuales podemos mencionar: 1) Promover el consumo de menor riesgo: proporcionando educación sanitaria, muchas veces en el mismo entorno de los lugares de consumo. Incluye los programas de distribución e intercambio de jeringas para usuarios de drogas inyectables. 2) Promoción de prácticas sexuales seguras: educación sexual, prevención y acceso a preservativos. 3) Facilitar acceso a la red socio – sanitaria: a través de servicios de ayuda social y sanitaria adaptados a los estilos de vida de los usuarios. 4) Reemplazo de sustancias ilegales por otras de prescripción médica: por ejemplo, los programas de mantenimiento con metadona. 5) Promover el trabajo entre pares y la organización autogestionaria de los usuarios de drogas: protagonismo de los usuarios como agentes de prevención y la defensa de sus derechos ciudadanos. 6) Facilitar el acceso al sistema de salud a través de la realización del test del VIH/SIDA e ITS’s, controles de carga viral, tratamiento, adherencia a los mismos, y prevención en la transmisión vertical.

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Muchas de estas acciones se pueden abordar, por ejemplo, en el entorno propio de los lugares de consumo o bien dentro de las instituciones del sistema de salud a través de talleres, de la labor de promotores comunitarios especialmente formados, servicios de consejería, asesoramiento, testéo, vacunación, asesoramiento jurídico, asistencia social, asistencia médica y/o psicológica etc.

La Consejería La Consejería en Reducción de Daños es un servicio que ofrecido a toda persona que considere necesita ser aconsejado en los temas que atañen a las problemáticas subjetivas relacionadas con las adicciones y/o el VIH/SIDA, Hepatitis y otras infecciones de transmisión sexual y sanguinea. Este dispositivo es de suma importancia porque proporciona a estos sujetos información, contención y elementos que se carecen para la resolución de la dificultad que motiva la consulta; por ejemplo se puede recomendar la realización voluntaria del test, derivaciones a otros profesionales, en general promover la prevención y el cuidado de la salud. Las Consejerías están a cargo de un profesional de la salud formado en la temática (psicólogo, médico, enfermero, trabajador social, etc.), se puede integrar a la asistencia un promotor. Esta actividad requiere de una ambientación personalizada que facilite la intimidad, la confiabilidad y el tiempo necesario para su adecuada realización. El espacio de la Consejería está cubierto por la confidencialidad profesional.

Objetivos de una asesoría: 1) Informar claramente (los aspectos relacionados con la infección por VIH y el SIDA: sexo, inyección, etc.). 2) Informar y explicar aspectos sobre la confidencialidad y la dirección de la información. 3) Evaluar las posibles reacciones del consultante (implicaciones psicológicas y sociales acerca de la prueba, la prevención, el descuido, el cuidado, etc.). a partir de ésto establecer con precisión los recursos propios y la red de apoyo que se brinda. Se necesita: privacidad, confidencialidad, y no dar consejos sin escuchar.

¿Para qué?: Prevenir la transmisión de la infección por VIH/Sida. Conocer la condición serológica frente al VIH. Clarificar confusiones, temores y prejuicios relacionados con la infección y las prácticas de usuarios. Estimular el cambio de actitudes que exponen a las personas al riesgo de infección. Dar apoyo psicológico, médico y social a las personas afectadas, pareja, amigos, familiares. Promover la calidad de vida y la tolerancia frente a las dificultades e inconvenientes causados por la enfermedad y el consumo, del sujeto y su medio. Informar acerca de los derechos y responsabilidades de las personas que viven con VIH/Sida y que se drogan. Apoyar la autonomía en la toma de decisiones.

A quiénes se dirige: 6

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- Para aquellos que dudan, desconocen o teman sobre sus prácticas y consecuencias. - Para personas que se preocupen por situaciones de riesgo a que se hayan expuesto. - A todo aquel que le interese informarse sobre temas específicox. - A personas que quieran someterse a una prueba de detección de VIH. - A quienes se han realizado pruebas de detección y su resultado fue positivo o negativo. - A mujeres embarazadas o planeando tener un hijo. - A quienes comparten agujas o jeringas. - A aquellos que han desarrollado SIDA. - Para la familia, allegados, pareja, amigos, en el proceso de aceptación de la infección, la enfermedad o el consumo de sustancias.

¿Dónde y cuándo? -Explicar claramente a la gente sobre las condiciones y características de los centros de salud para su derivación.

¿Cómo? (técnicas): Escuchar activamente: - Prestar atención a todo lo que dice, hace y expresa su consultante. - Mantener contacto visual e incluso el manejo de la gestualidad a fin de hacer más afectivo la comunicación. - Parafrasear y sintetizar lo que la persona le ha comunicado, de acuerdo a lo que usted interpreta y entiende. Realizar preguntas eficaces: - Detrás de cada pregunta está la posibilidad de obtener información y facilitar la comunicación de sentimiento, actitudes y pensamientos. - Hacer preguntas abiertas que permiten indagar más ampliamente (Por ejemplo, ¿cómo es la relación con su pareja?). Evitar que la respuesta sea “si” o “no”. - Puede ser útil retomar lo que la persona estaba contando. Hacer una pequeña síntesis que enmarque la pregunta abierta. Facilitar la resolución de los problemas: - La asesoría es un espacio que facilita al que consulta la resolución de problemas. - Permitir siempre que la persona exprese lo que le preocupa y/o confunde. - Explorar juntos alternativas de solución. - Facilitar la toma de decisiones analizando posibles dudas, temores u obstáculos. Recordar que a pesar de la angustia que trae debe ser él/ella quien resuelva los problemas. El consejero facilita este proceso. Usar adecuadamente el silencio: -El silencio estimula los pensamientos y la reflexión. - Permite asimilar sin interferencias las intervenciones que usted realice como asesor. - A pesar de lo prolongado del silencio, uno considera en qué momento es útil en función del proceso. Expresar lo que observa:

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- Observar y sentir actitudes y maneras de interactuar típicas del consultante en su medio externo. - Si alguna de estas actitudes se plantea como problemática, se puede retomar la manera cómo ha actuado en sesión y utilizarla como herramienta de análisis. Informar clara y concisamente: - En el marco de la asesoría para adicciones y SIDA hay que brindar información que clarifique y amplíe lo que su consultante sabe. - Reformular lo que trae la persona. - ayuda a clarificar a usted y al consultante a concretar lo que le preocupa. - Al lograr clarificar y establecer qué es lo prioritario a analizar, se empieza a hablar en “los mismos términos” y se facilita establecer una meta común durante las sesiones de asesoría. Identificar y aclarar: - La persona que llega a pedir ayuda puede estar confundida. Usted está allí para clarificar lo que se expresa. - Se puede trabajar sobre temores o inquietudes que la persona tiene. Cuando se logran identificar los temores y lo que la persona define como algo problemático puede reducir notablemente la ansiedad. Tranquilizar: - Se tranquiliza al consultante cuando valida sus sentimientos y temores, cuando éstos son racionales y corresponder a una reacción “normal”. Expresar esto abiertamente: universalización y normalización. - También queda tranquilizada cuando demuestra con su actitud que no teme tenerlo de frente con una práctica de usuario, con temas de historia delictiva, o siendo portador de VIH/Sida. - Tranquiliza también poder informar y aclarar posibles ideas o conceptos erróneos que la persona maneje. Sinceridad: - Ante la realidad de una actitud transgresora, adictiva, o de una infección por HIV, muchos asesores pueden sentir la necesidad de simplificar la realidad o generar falsas expectativas en las personas. - Es necesario convertirse en un “puente” hacia la realidad. Luego se verá si opera la negación como un mecanismo oportuno frente a realidades dolorosas. El consejero está allí para confirmar una realidad y para facilitar que la persona la acepte, para luego poder hacerse cargo, responsabilizarse y así poder comenzar a trabajar en el mejoramiento de su calidad de vida. No olvidar que la empatía es un requisito y que se debe evaluar en qué momento la persona está un poco más fortalecida y comenzar a trabajar en ello. Confrontar: - La negación y la distorsión de la realidad son reacciones típicas de momentos de crisis (peligro y oportunidad [chino], decisión y discernimiento [gr.]). -Se debe confrontar a la persona con actitudes y conductas que pongan en juego su bienestar (o la falta) físico o psíquico, o el de otros. Mantener el hilo: - Es función primordial del consejero mantener el hilo de la discusión ya que en ciertos estados afectivos es muy fácil que el sujeto se disperse. Sintetizar:

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- Al finalizar la sesión es conveniente realizar un breve resumen de lo que se habló y lo que se concluyó. - Si es importante continuar con otro tema durante la sesión, es aconsejable sintetizar e introducir el nuevo tema. Como vemos el promotor puede utilizar una variedad de técnicas para lograr su objetivo principal: que esa persona con la que se está comunicando cuide su salud.

El Promotor y su tarea La capacitación El promotor debe estar debidamente capacitado y tener información “científica y teórica” sobre las dolencias que pueden sufrir las personas cuando sus acciones ponen en riesgo su salud, debe saber las medidas de prevención posibles para evitarlas, debe saber los ámbitos, más allá de él, donde el solicitante pueda acudir para su asistencia. Seguramente optimizará su tarea que tenga folletería, preservativos y quit´s de inyección para distribuir. Pero su tarea fundamental será entablar una buena relación con aquellos que están en riesgo y así intervenir con la finalidad de mejorar su calidad de vida. Para esta compleja tarea consideramos importantes los siguientes puntos: La posición subjetiva del promotor: Es decir, sus más íntimos pensamientos o sus posiciones morales y éticas frente a la vida, también están en juego en cada intervención o comunicación con aquellos que se acerquen a él. Cada persona puede elegir sus amigos, pero ningún agente de salud puede “seleccionar” a quienes se le van a acercar en busca de ayuda. Teniendo en cuenta ésto es sumamente importante predisponer a ampliar nuestra capacidad de aceptación de los otros en sus contrastes religiosos, políticos, sexuales y de su accionar en cualquier sentido. Por ejemplo: incrementar la tolerancia, aceptar las diferencias de actitudes y pensamientos en cada persona, no discriminar ni rechazarlas por estas diferencias. Como agentes de salud el objetivo de nuestro trabajo es evitar que esa persona que nos consulta sufra enfermedades y dolencias que perjudiquen su salud. Dicho así suena obvio, pero es una tarea muy difícil separar lo personal de lo que importa. Esto va a posibilitar un acto de salud en sí mismo o un camino abierto para una adecuada derivación a la red de servicios.

La confiabilidad El promotor en Reducción de Daños trabaja, en general, con poblaciones marginadas. El uso de drogas en nuestro país es considerado ilegal, y sean o no ilegales sus actividades, la sociedad los ha estigmatizado en un lugar de desmedro y desconfianza. Esta misma desconfianza y desmedro de sus vidas se transforma, la mayor de las veces, en desconfianza a los otros, no pudiendo diferenciar ni tomar aquello que sería benéfico para ellos, como ejemplo: su ingreso al sistema de salud pública.

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En resumen el Promotor tendrá que trabajar con algunas personas que desconfían o rechazan su presencia, y con muchas que no pueden o no quieren cambiar los hábitos que los ponen en riesgo. No es ésta una tarea de un día, sino de plazos prologados y el promotor tendrá que convertirse en referente de su zona de trabajo o barrio. Referente es alguien que por sus acciones nos significa confianza en sus saberes y posibilidades, alguien en quien se puede confiar, y se puede poner a su cuidado él mismo o alguien de sus afectos. El promotor entonces será una persona comprometida con su palabra y que los otros reconocen como confiable y útil (en este caso para saber sobre el cuidado de la salud).

Labor del Promotor Comunitario El Promotor Comunitario es parte integrante de un equipo de trabajo de acercamiento, en éste tipo de trabajo la población es contactada en su propio entorno, a diferencia de los servicios asistenciales (en los que se apoya la labor de acercamiento) en donde la gente tiene que ir por sí misma a solicitar asistencia. En nuestro país, al ser la posesión de drogas penada por la ley sus usuarios se resisten a entrar en contacto con la autoridades sanitarias. En síntesis, el trabajo de acercamiento es un método para contactar activamente a los usuarios en su propio entorno, para mejorar su situación a través del apoyo social, la promoción de intereses y ayudándolos a hacer uso de otros servicios comunitarios Dentro de este esquema, la función del promotor comunitario es la de hacer contacto con los usuarios, familiares y amigos, llegar hasta ellos para intervenir informando acerca de las medidas preventivas y realizar entrega de material. Esto se realiza para aumentar las posibilidades y actitudes de prevención en el cuidado de su salud y favorecer la integración en la red de servicios de salud de los usuarios de drogas. Informar acerca de la oferta de charlas, talleres, consejería, entrevistas psicológicas y/o médicas se cuentan entre sus funciones. También es importante la entrega de folletería adecuada, jeringas, preservativos, lavandina para esterilización (kits o elementos diversos acordes a la problemática de la población con la que está trabajando). Los Promotores deben trabajar apoyados en un equipo profesional, el cual debe procurar aportar estrategias válidas para la prevención (primaria, secundaria) de la drogadicción y el VIH/SIDA en la población a la que van dirigidas las acciones. Más específicamente, el Equipo profesional debe: 1) Aportar conocimientos sobre las consecuencias de la falta de prevención en infecciones como hepatitis, ITS´s, VIH/SIDA. 2) Profundizar la prevención del VIH/SIDA, hepatitis y otras ITS´s en poblaciones vulnerables. 3) Formar promotores de salud que multipliquen las tareas de prevención en terreno, sobre adicciones con conocimiento de sustancias, uso y prácticas de inyección más seguras. 4) Promover la toma de conciencia de los daños en el propio cuerpo (infecciones, abcesos, lesiones, etc) y en la subjetividad (angustia, “bajones”, paranoias, “mambos negros”, etc). Así como también la importancia de los cuidados personales, higiene, asepsias y riesgos en las relaciones sexuales. 5) Favorecer la inclusión o aproximación al sistema de salud.

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6) Promover la salud desde la participación comunitaria, incentivando el protagonismo en la elaboración de proyectos y estrategias.

Formación del promotor en reducción de daños Los requisitos básicos de un promotor son: - Conocimiento y comprensión del uso de drogas (problemas, norma, cultura) - Una actitud personal que no juzgue a los usuarios. - Familiaridad con los sistemas de tratamiento en relación a las drogas. - Sana curiosidad por la cultura de las drogas. Dada la dificultad de las tareas propias de la Reducción de Daños y las características específicas de la población de usuarios de drogas, que por razones subjetivas resiste al cuidado de su salud, es necesaria una formación y entrenamiento específicos previos de los promotores en cuestiones teóricas y prácticas. En primer término es importante una predisposición a la acción comunitaria, un interés por el otro y su calidad de vida. En segundo lugar es necesario estar debidamente informado acerca de los perjuicios del consumo de drogas, el VIH/SIDA, ITS´s, etc. Por último adquirir experiencia en tareas de inserción y ablandamiento del terreno. La aproximación gradual a la población, con contacto con líderes zonales por acercamientos escalados es fundamental, para forjar la necesaria confianza que genere la inclusión de estos colectivos en las tareas a realizar (UDIs y no UDIs). Cualquier programa basado en “outreach”, sea el cambio de jeringas o una encuesta científica, ha de ser “amigable para el usuario”, y “orientada al paciente” Sujata Rana – Katmandú. Porque el principio fundamental de un trabajo de calle dirigido a usuarios de drogas es “llegar adonde ellos viven”. La inserción en la zona otorga mayor confianza a los usuarios que están más apremiados por sus necesidades y no por las nuestras. Se debe incentivar esta perspectiva de amigabilidad, que se verá incrementada en tanto el equipo acuda a la zona en tanto requerimiento del grupo cuanto mayor sea su padecimiento. Es fundamental también realizar en lo posible acercamientos con diversas autoridades zonales, incluída la policía para evitar la deserción de usuarios por temor a la persecución. Además abrir espacios de reflexión para la comprensión y acompañamiento de la experiencia: son elementos de importancia a la hora de prever el éxito de nuestro trabajo en terreno. Sostener en el tiempo estas operaciones tiende a favorecer la construcción de una red solidaria con nuestras acciones que permita una correcta detección de las problemáticas por un reconocimiento adecuado de los padeceres de los sujetos o los grupos. Esto apunta a mejorar la tarea asistencial de la zona. A partir del conocimiento de sus problemáticas, agudización o complejidad, los propios actores sociales pueden relevarlas y adecuar la derivación más conveniente a la red de salud.

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Estrategias de Comunicación para el Trabajo Comunitario. Lic. Romina Trincheri Comunicación: Es un proceso de producción de sentido a partir de la negociación en la que se ponen en juego intereses y necesidades. Todo lo que somos y pensamos como grupo se pone a funcionar, por eso es el espacio clave de la transformación. COMUNICACIÓN: • Participación. • Relaciones interpersonales. • Procesos de construcción de saberes. • Acciones.

CODIGOS VERBALES CODIGOS NO VERBALES • Orales • Escritos • Símbolos • Dibujos • Gestos/Señas • Vestimentas • Bailes

FORMAS DE COMUNICAR: Formales (Llamados telefónicos, reuniones programadas.) Informales (Encuentros casuales/ rumores) Conversaciones: Espacio de construcción conjunta mediante acuerdos. Conversaciones para crear posibilidades. (afirmaciones y declaraciones) Conversaciones para la acción.(promesa, pedidos, ofertas) CONVERSACIONES - COMPROMISO- CONFIANZA

COMUNICACIÓN BARRIAL Actores ¿Quiénes? Espacios y circuitos: Lugares de circulación: Son los lugares por donde la gente pasa: pasillos, calles, pasajes, avenidas, esquinas, etc. (Espacios por los que pasamos sin detenernos) Lugares de Concentración: Son los espacios en los que las personas se juntan para lograr un objetivo, pero en los que no necesariamente se comunican entre sí para hacerlo: parada de colectivo, la verdulería, la salida de la escuela, la sala de espera del centro de salud, etc.) Lugares de Reunión: Son los espacios en los que se reúnen grupos de mayor o menor envergadura, organizados, conocidos, que necesitan comunicarse para el logro de un objetivo en común(las iglesias, las escuelas, las vecinales, los clubes de barrios, los centros comunitarios) Estos

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distintos espacios, de acuerdo a sus características particulares, nos brindan la posibilidad de utilizar distintas herramientas de comunicación. Los Soportes: Afiches, volantes, boletines, pasacalles, murales, grafitis, radios abiertas, espectáculos callejeros, murgas, etc. Historia del Barrio: Rescatar la historia del Barrio, junto a los vecinos, contribuye a la creación de una comunicación comunitaria. COMUNICACIÓN COMUNITARIA La comunicación comunitaria centra su eje en los temas y problemas sobre los cuales los vecinos y vecinas se movilizan y organizan, o simplemente comparten.

DROGAS/HIV/SIDA/REDUCCION DE DAÑOS/PREVENCIÓN ¿Cuál es la mejor forma de acercarnos a la población para tratar estos temas? - La respuesta está en cada uno/a de nosotros/as, ya que somos quienes conocemos a la gente del barrio, sus formas de pensar, si están interesados o no, los lugares de circulación, los distintos tipos de usos de drogas, etc.

Trabajo de Calle Objetivo del equipo de calle: Hacer contacto con los usuarios, familiares y amigos, llegar hasta ellos para intervenir informando acerca de las medidas preventivas y entregar material. ¿Para qué?: aumentar las posibilidades y actitudes de prevención en el cuidado de su salud y favorecer la integración en la red de servicios de salud. ¿Con qué?: oferta de charlas, talleres, consejería, entrevistas psicológicas y/o médicas. También es importante la entrega de folletería adecuada, jeringas, preservativos, lavandina para esterilización (kits o elementos diversos acordes a la problemática de la población). Objetivo general: aportar estrategias válidas para la prevención (primaria, secundaria) de la drogadicción y el VIH/Sida en la población a la que van dirigidas las acciones. Más específicamente: 1) Aportar conocimientos sobre las consecuencias de la falta de prevención en infecciones como hepatitis, ITS´s, VIH/Sida. 2) Profundizar la prevención del VIH/Sida, hepatitis y otras ITS´s en poblaciones vulnerables. 3) Formar promotores de salud que multipliquen las tareas de prevención en terreno, sobre adicciones con conocimiento de sustancias, uso y prácticas de inyección más seguras. 4) Toma de conciencia de los daños en el propio cuerpo (infecciones, abscesos, lesiones, etc) y en la subjetividad (angustia, “bajones”, paranoias, “mambos negros”, etc.). Así como también la importancia de los cuidados personales, higiene, asepsias y riesgos en las relaciones sexuales. 5) Desde la información sobre los servicios favorecer la inclusión o aproximación al sistema de salud. Asociación de Reducción de Daños de la Argentina

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6) Promover la salud desde la participación comunitaria, incentivando el protagonismo en la elaboración de proyectos y estrategias.

Formación del promotor en reducción de daños Dada la dificultad de las tareas propias de la Reducción de Daños y las características específicas de la población de usuarios de drogas, que por razones subjetivas resiste al cuidado de su salud, es necesaria una formación y entrenamiento específicos previos de los promotores en cuestiones teóricas y prácticas. En primer término es importante una predisposición a la acción comunitaria, un interés por el otro y su calidad de vida. En segundo lugar es necesario estar debidamente informado acerca de los perjuicios del consumo de drogas, el VIH/Sida, ITS´s, etc. Por último adquirir experiencia en tareas de inserción y ablandamiento del terreno. ¿Cómo?: Con aproximación gradual en contacto con líderes zonales por acercamientos escalados. ¿Para qué?: Para generar la necesaria confianza que genere la inclusión de estos colectivos en las tareas a realizar (UDIs y no UDIs). Cualquier programa basado en “outreach”, sea el cambio de jeringas o una encuesta científica, ha de ser “amigable para el usuario”, y “orientada al paciente” Sujato Rano – Katmandú. ¿Por qué?: Porque el principio fundamental de un trabajo de calle dirigido a usuarios de drogas es “llegar adonde ellos viven”. Ambientación: La inserción en la zona otorga mayor confianza a los usuarios que están más apremiados por sus necesidades y no por las nuestras. Se debe incentivar esta perspectiva de amigabilidad, que se verá incrementada en tanto el equipo acuda a la zona en tanto requerimiento del grupo cuanto mayor sea su padecimiento. Tiempos: Importante regular los tiempos de trabajo en las áreas más convenientes. Seguridad: Realizar en lo posible acercamientos con diversas autoridades zonales, incluída la policía para evitar la deserción de usuarios por temor a la persecución. Fortalecimiento comunitario: Contacto con la policía. Apertura de temática que nos lleva en encuentros con la comunidad circundante. Abrir espacios de reflexión para la comprensión y acompañamiento de la experiencia: son elementos de importancia a la hora de prever el éxito de nuestro trabajo en terreno. Efectos: Sostener en el tiempo estas operaciones tiende a favorecer la construcción de una red solidaria con nuestras acciones que permita una correcta detección de las problemáticas por un reconocimiento adecuado de los padeceres de los sujetos o los grupos. Esto apunta a mejorar la tarea asistencial de la zona. ¿Cómo?: A partir del conocimiento de sus problemáticas, agudización o complejidad, los propios actores sociales pueden relevarlas y adecuar la derivación más conveniente a la red de salud.

Daños asociados al consumo de drogas IMPORTANTE Todo lo volcado en el presente documento es para uso único y exclusivo de los profesionales y promotores comunitarios que abordan la problemática de la

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drogadependencias en terreno. Y estimamos su utilidad en tanto transmisión de conocimientos a usuarios de drogas con el propósito de reducir riesgos asociados al consumo de drogas. Introducción El consumo de diferentes drogas, el policonsumo y las conductas identificadas de riesgo en estas prácticas han provocado una situación insalubre donde el contagio de enfermedades como el VIH/SIDA, la hepatitis y la tuberculosis ha ido tomando protagonismo. Esto se incrementa en tanto los usuarios de drogas continúan con conductas de consumos riesgosas, como puede ser el uso compartido de equipos de inyección, compartir canutos para aspirar sustancias y el consumo deliberado de otras sustancias, sin poseer el mínimo de información que se necesita para no profundizar los riesgos asociados a tales consumos. En tal sentido, se han incorporado una serie de recomendaciones tendientes a reducir los daños para transmitir a los usuarios de drogas que no pueden o no quieren abandonar el consumo.

RRdDD en usuarios de marihuana La marihuana ha ido cobrando protagonismo entre los usuarios de drogas hasta convertirse en una de las drogas más populares del mercado. A partir de ahí se ha podido identificar que circulan diferentes variedades que varían en el precio y en la calidad. Siempre es importante tener en cuenta que cualquier tipo de sustancias, incluida la marihuana, produce menos daños cuando su calidad es alta, Los denominados cortes de sustancias y en el caso específico de la marihuana, suelen estar relacionados con productos químicos o venenosos, como es el caso del gamexan (veneno para ratas), orina u otras sustancias. De manera se hace necesario saber que el consumo de marihuana “plateada”, como se dice en la jerga callejera, pude producir efectos colaterales no deseados. Ante estos casos se recomienda contactarse con un vendedor que ofrezca calidad y no perder ese contacto. El uso de vaporizadores también es un hábito tendiente a reducir los daños en usuarios de marihuana, ya que su sistema permite inhalar sólo el THC, dejando en el recipiente todos los demás productos que puedan resultar aun más perjudiciales para la salud, además de evitar el consumo acentuado de papel. Con el prolongado uso de marihuana, los usuarios de ésta sustancia han ido incorporando conductas “prácticas” para determinados momentos, pero que a largo plazo implica mayores riesgos para la salud. Por ejemplo: fumar de las denominadas “tucas”, generalmente utilizando para tal fin “tuqueras” hechas de cartón, papel aluminio, canutos de plástico, canutos de cobre, etc. El uso sistemático provoca daños en el sistema respiratorio ya que la ingesta de restos de aluminio, cartón o cobre es considerado de alto riesgo. Sabemos que fumar las “tucas”es una parte del ritual de usuarios de marihuana bastante incorporada al consumo, pero recomendamos abandonar su consumo: las tucas son conocidas por su alta concentración de resina y alta temperatura, lo que provoca que dicha resina ingrese a nuestro sistema respiratorio en forma de humo, pero una vez dentro, retorna a su estado natural resinoso, lo que provocaría de

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acuerdo al nivel de consumo acumulación de cálculos de resina enquistados en nuestro organismo. La mezcla indiscriminada de marihuana con otras sustancias como el alcohol, las pastillas y el tabaco también pueden producir efectos no deseados y contraproducentes. El fumar el lugares cerrados y con gente que no conocemos puede acentuar un estado paranoico a veces muy difícil de controlar.

RRdDD en usuarios de cocaína La familiarización entre los usuarios de cocaína ha generado que los usuarios adquieran conductas tendientes a profundizar los daños asociados a su consumo. Es el caso del uso compartido de equipos de inyección, latas para fumar o de canutos con los cuales aspirar la sustancia. La gravedad de este tipo de conductas muchas veces no es aceptada o tomada en cuenta por parte de los usuarios, acentuando las posibilidades de adquirir, a través del contagio enfermedades como el VIH-SIDA y la hepatitis. El consumo acentuado de cocaína esnifada (aspirada) provoca lesiones en las fosas nasales dejando muchas veces heridas abiertas y sangrantes. Compartir el “canuto” o “birulo” se torna un hábito de alto riesgo para la salud, ya que por vía sanguínea, se pueden contagiar las enfermedades mencionadas. Lo mismo sucede con el uso compartido de equipos de inyección y las latas de aluminio desde donde se fuma cocaína procesada o pasta base, vía las heridas que se producen. Es importante tener siempre en cuenta esta información e incorporar, al consumo, prácticas que nos lleven a reducir los daños que ya de por sí trae el hecho de consumir sustancias psicoactivas, abandonando definitivamente el uso compartido de canutos, latas y equipos de inyección. El nivel de pureza de la sustancia también es otro dato a tener en cuenta a la hora de minimizar los riesgos, ya que, como dijimos anteriormente, los denominados cortes de las sustancias son de alto riesgo para los usuarios de drogas. Generalmente la cocaína suele ser fraccionada por los distribuidores con anfetaminas, nuevamente veneno para ratas, polvo de los tubos fluorescentes, pastillas molidas, aspirinas, etc. Ésto puede traer más complicaciones que la que de por si trae el hecho del consumo de cocaína. Para comprobar la calidad de la cocaína, se utiliza cloro sobre una pequeña porción separada de la sustancia (que luego se descarta), si ésta adquiere un color azul es de alto grado de pureza, si aparecen otros colores como el amarillo, por ejemplo, indican que la sustancia no es lo esperable. El excesivo consumo, el descontrol y toda manera o hábito de consumo que este signado por el abuso puede ser muy peligroso en usuarios de todo tipo de droga y en especial en usuarios de cocaína, debido a su alto grado adictivo. Cuando la situación de consumo se escapa de nuestras manos es importante pedir ayuda a tiempo.

RRdDD en usuarios de hongos y LSD

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Aunque el consumo de hongos alucinógenos ha ido cobrando protagonismo en los últimos tiempos debido a la escasez de otras drogas, estas sustancias no son denominadas de consumo masivo como si lo puede ser el alcohol o la marihuana. En cuanto a lo que a hongos se refiere, es de fundamental importancia saber que éstos deben ser seleccionados con conocimiento previo a la hora de la recolección, ya que es frecuente encontrar hongos venenosos que podrían ocasionar la muerte de quien los consuma. Por otro lado, los hongos suelen adquirir el estado de putrefacción muy rápidamente, de manera que una vez obtenidas las dosis es fundamental que se los diseque de inmediato ya que consumirlos en estado de putrefacción podría ocasionar la muerte inmediata por intoxicación. El LSD no está exento de los cortes de sustancias antes mencionados, ya que es muy frecuente encontrar ejemplos de esta sustancia adulteradas con otras sustancias perjudiciales para la salud. Además es muy frecuente encontrar cartones de LSD vencidos.

MEZCLAS Y ABUSOS Las combinaciones de sustancias a la hora del consumo es muy peligrosa para la salud. Un usuarios mezclar diferentes drogas en búsqueda de un efecto determinado, pero, generalmente no tiene en cuenta que esta misma mezcla otros efectos orgánicos que produce esta ingesta. Es muy frecuente la mezcla de alcohol con otras drogas. Ejemplo de esto es sumarle alcohol a la cocaína, el efecto esperado es provocar una nivelación en el “mambo” propio del consumo, ésto implica que tal vez necesitemos consumir más cocaína para seguir nivelando y así formar una cadena adictiva muy perjudicial para la salud. La mezcla entre alcohol y LSD u hongos es muy peligrosa también. Cierto es también que estando el exceso presente en cualquiera de nuestras actividades cotidianas, ya sea en materia de droga o de cualquier otro tipo de actividad, como el trabajo, por ejemplo, es causa de complicaciones y alteraciones en nuestro sistema nervioso central. El abuso de drogas, por ejemplo, es considerado de alto riesgo, ya que una persona en cuestión de meses o semanas inmersa en este tipo de abuso puede estar en serias dificultades. Se recomienda no perder el control de la situación y buscar ayuda confiable.

ASPECTOS LEGALES del USO de DROGAS El Artículo Nro. 19 de nuestra Constitución dice: “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están solo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados” Sin embargo los sujetos que consumen sustancias ilegales son perseguidos por la crítica social y la policía, ya que en nuestro país está penada la tenencia de drogas.

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Aceptar ésto, significa renunciar a un derecho constitucional. Y nos podríamos preguntar por la paradoja que propone esta legislación ¿Cómo se puede usar sin tener?, ¿Cómo se puede consumir sin tener qué consumir? No es un delito auto-lesionarse y, por ende, a nadie se le ocurriría condenar este tipo de acciones, aunque ellas perjudiquen a una persona mucho más que el consumo de drogas. Tampoco la ley es ciega respecto a quienes son los que consumen. En un régimen impune como el instalado en nuestra sociedad existen las personas que están “protegidas” y hay personas “criminalizadas” cual quiera sean sus acciones, la diferencia radica sólo en su poder adquisitivo o su aspecto físico. La ley, la policía va a controlar, detener y condenar a los más débiles. Es decir que el Estado en su incapacidad suma, a los daños propios del consumo de drogas, otros como la pena moral, la discriminación, la detención y hasta el encarcelamiento, des-socializando a millones de jóvenes. Hasta se llega a escusar diciendo que la detención de los usuarios y adictos tiene por función la futura detención de los grandes traficantes, pero la realidad nos termina mostrando que en cárceles y comisarías encontramos muchos “burros” y prácticamente ningún traficante de importancia. La ley podría, con el mismo objetivo, tomarlos como testigos y protegerlos. Sin embargo la ley 23.737 condena hasta dos años de prisión por Tenencia para Consumo Personal y hasta seis años la Tenencia Simple. Las leyes civiles y/o administrativas se ocupa de diferenciar los hechos según su gravedad, así analiza la desproporción entre las acciones que están prohibidas y las acciones pasibles de penalización. Basados en el Artículo de la constitución, citado anteriormente, es obvio considerar el consumo de drogas ilegales como un hecho que no reviste gravedad si no es para si mismo, y es por esto que instituciones en el mundo realizamos una lucha a favor de la “despenalización” del consumo de drogas, es decir que éste accionar deje de ser penado. Es importante diferenciar la “despenalización” de la “legalización” del consumo de drogas, ésto último significaría la venta libre de drogas. Medidas de tal calibre requieren de un concierto mundial porque de no ser así seguramente habría graves problemas de fronteras ante leyes diferentes e implicaría un infierno comercial. Sabemos que todo aquello que es ilegal aumenta notablemente su precio e implica grandes negociados. Es también de trascendencia comprender la diferencia entre “inducir” a otros al consumo de sustancias. Por esto es que un promotor debe ser muy cuidadoso en este sentido. Las campañas serán focalizadas y los talleres, folletería y las charlas personalizadas tendrán la sutiliza de diseñarse específicamente para la población a la que se dirigen. Así nos aseguramos que hacemos prevención y reducción de daños y no cometer el error de preconizar o hacer apología del uso de estupefacientes. Toma en la clase especial interés la figura de testigo de un arresto por drogas que es pensado por el alumnado como “en contra”, si se podían negar y que era una molestia. El orador, Dr. Gustavo Francesquetti, aclara que ser testigo no es a favor ni en contra sino que alguien atestiguará sobre lo que vió y sólo lo que vio o escuchó. Por otro lado, ser testigo es una carga pública desde los 14 años y que negarse a ella es pasible de sanción. Sí se puede negar a declarar en la comisaría y hacerlo directamente en los Tribunales.

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Lo más importante a destacar es que, más allá de las molestias que pueda ocasionar, la necesariedad que indica la ley de convocar a testigos de un arresto es un derecho ganado de transcendencia a las arbitrariedades de un sistema de poder y en defensa de los derechos del detenido. EN DEFENSA DE LOS DERECHOS CIUDADANOS, NO TE OLVIDES QUE: Podés realizar una “denuncia” ante el Juez, Fiscal o la Policía, que esta denuncia se puede realizar en forma verbal o escrita y debe contener detalles de los hechos, participantes, lugar y fecha, damnificados y testigos si los hay. Que si se produce una detención ésta puede ser sólo con orden judicial (salvo que la detención tenga lugar durante el delito). No olvides que siempre tenemos derecho a ser defendido por un abogado. Si sos víctima de violencia policial, tenés derecho a denunciarlo. También es importante exigir la presencia de testigos. En caso de que el detenido sea menor de edad, se debe comunicar a los padres o tutores inmediatamente. El detenido está liberado de declarar en contra de si mismo.

Prevención. Estrategia de Atención Primaria de Salud Niveles en la prevención del uso problemático de drogas. Relación con el modelo de Reducción de Daños. Debemos pensar la prevención como intervención entre la abstinencia y el uso problemático de drogas. Para ello se deben adaptar las tácticas que permitirán maniobrar adecuadamente según requiera la ocasión. Entonces, pensando que en términos de salud, “prevención” es enfrentar las causas sociales de los padecimientos, y es también la búsqueda de soluciones con el conjunto de la población y su plena participación en ella; es que podemos conceptualizar para su utilización los diferentes niveles de prevención en que operaremos en relación a los sujetos o grupos objetivo. Prevención Primaria: es anticiparse, actuar antes de que se produzca el consumo. Objetivo: impedir o retrasar la aparición del uso de drogas, es decir, disminuir la incidencia o nuevos casos de padecimiento, que ocurren durante un período específico, en una población determinada expuesta al riesgo durante ese período. Los factores de riesgo son los que acercan a un sujeto al padecimiento o a agravarlo. El sentido del riesgo tiene que ver con la historia personal de cada sujeto y es un riesgo social en tanto son actitudes de relación con los otros, el grupo o colectivo de pertenencia. Prevención Secundaria: Es la intervención cuando ya se han producido los primeros contactos con el consumo de drogas. Objetivo: evitar la instauración de usos problemáticos, aminorar la duración de los casos probados del padecimiento, es decir, la prevalencia. Se trata de la asistencia con un accionar rápido y adecuado a la demanda. Tiende a evitar el mayor daño que produce el diferimiento de la atención. A disminuir las “consecuencias negativas” del consumo de sustancias.

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Prevención Terciaria: Este es un servicio que intenta reducir los daños posteriores a un consumo problemático de drogas, mermar el agravamiento, disminuir las secuelas. Es la intención recuperar la capacidad productiva de los sujetos, restañar los lazos sociales deteriorados y favorecer así la reinserción. Es importante en este nivel la creación de espacios de contención, instancias alternativas a la situación histórica que envió al sujeto a esa experiencia problemática de consumo. Debemos favorecer el trabajo con familiares cercanos, informándolos correctamente, asesorándolos para el esclarecimiento de la problemática en dirección a una adecuada participación que favorezca la “rehabilitación” del usuario.

NUEVAS RESPUESTAS A VIEJOS PROBLEMAS. PROGRAMA DE REDUCCIÓN DE DAÑOS Y PREVENCIÓN DEL VIH/SIDA EN USUARIOS DE DROGAS DE LA CIUDAD DE ROSARIO por Silvia Inchaurraga “... primum non nocere” Hipócrates. Capitulo Introducción del Libro “Drogas: haciendo posible lo imposible. Experiencia de reducción de daños en Argentina”, CEADS-UNR, Rosario 2003. El auténtico problema de las drogas, a diferencia de lo que muchos sostienen, no está en las drogas en sí, sino en las políticas que las criminalizan, en el sujeto que las consume y en las condiciones en que lo hace. Condiciones de ilegalidad, marginalidad, estigmatización, insalubridad y desinformación. También radica en las políticas que pretendiendo resolver el problema, lo agravan. Esta perspectiva permite incluir una nueva modalidad de enfrentar a los problemas no ya como causados “por” las drogas, sino asociados a ellas. Y de reconocer alternativas para aquellos que no pueden o no quieren dejar de consumirlas. No obstante, digamos que en Argentina hasta fines de los años ‘90, las políticas públicas en materia de drogas han estado dominadas por: la lógica de la sustancia y los abordajes centrados en ella; la represión, las políticas legislativas y de las administraciones nacionales y locales; y por la abstinencia, las políticas de salud. La epidemia del VIH/SIDA actuó al modo de aquel que corre el telón en el teatro. El SIDA fue, sin duda, el principal responsable de la posibilidad de reconocer la existencia de problemas mayores que los problemas ocasionados por la droga misma. La alta incidencia del VIH/SIDA en usuarios de drogas por vía intravenosa (UDI’s) en un país donde aproximadamente el 40% de los casos de SIDA corresponden a ellos y la baja adhesión en general de los sujetos usuarios de drogas a los programas asistenciales basados en la abstinencia han evidenciado simultáneamente los fracasos de las políticas públicas tradicionales. Esta realidad nos llevó en Rosario hace más de una década a pensar y delinear nuevas respuestas. Respuestas que sólo pueden entenderse desde una lógica diferente: la del respeto a las diferencias y los derechos humanos de todos los ciudadanos, consuman o no drogas. Esto define una política que es la que desde la Asociación de Reducción de Daños de la Argentina (ARDA) venimos impulsando en el país; una política de salud incluyente y no excluyente, que resuelva o al menos 20

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reduzca los problemas y los daños asociados al uso de drogas y que, fundamentalmente, no los incremente. El modelo de reducción de daños Si coincidimos en que el respeto a los derechos humanos reduce la vulnerabilidad al VIH/SIDA, no podemos ignorar a los usuarios de drogas y cómo el VIH/SIDA los afecta. No podemos desconocer que más del 22% de la población mundial con VIH/SIDA se inyecta drogas. Ni hasta qué punto las condiciones en que las personas consumen drogas las expone incluso en ocasiones a mayores riesgos y daños que los que pueden causar las drogas. Condiciones de desinformación, pobreza, desigualdad, ilegalidad, encierro, estigmatización, criminalización. El año pasado por primera vez la Asamblea General de las Naciones Unidas tuvo una sesión especial sobre un tema de salud pública: el VIH/SIDA. El mayor problema registrado en la historia de la salud pública del mundo. Actualmente 114 países han reportado infección por VIH entre UDIs y sabemos que mas del 10% de todas las infecciones por VIH en el mundo están asociadas al uso compartido de jeringas y otros elementos de inyección. Algunos países han podido evitar una epidemia de VIH en UDIs como Australia y el Reino Unido, o lo están haciendo como Suiza y Holanda, a través de políticas y programas de reducción de daños. Una mirada retrospectiva nos permite hoy reflexionar sobre los alcances y efectos de un nuevo modelo de abordaje en Argentina. Hablar de los problemas asociados al consumo de drogas era a inicios de los ´90 –cuando se concibe la experiencia de la cuál da cuenta este libro- no sólo superador, sino también revolucionario. Era superador del enfoque reduccionista de hablar de los problemas y los males que causa la droga (vegetal o sintética). Era un otro enfoque particularmente evidente en los mensajes preventivos que defendíamos y en principios tales como: “El VIH/SIDA no se transmite por la droga o por su consumo, ni siquiera por el uso inyectable, sino que el VIH/SIDA se transmite por el uso compartido de los equipos de inyección infectados”. Y este enfoque era revolucionario del orden establecido donde todo abordaje no dirigido a evitar el consumo cuestionaba inaceptablemente para muchos el dogmático “No a las drogas” instalado y arraigado en las políticas públicas. Además del impacto del SIDA, debemos considerar por otro lado que los aportes de los derechos humanos venían a reforzar nuestros argumentos y a apoyar decididamente al modelo de reducción de daños, del que algunos pocos empezábamos a hablar en Argentina allá por los años 1990-1991. No obstante las políticas legislativas y las políticas de salud oficiales seguían -y siguen- basadas en la represión desde la lógica importada de la “guerra contra las drogas”. Con ellas la prevención se sostiene en discursos demonizantes de las drogas y en el terror, y la asistencia en modelos hegemónicos de perfil abstencionista, en su gran mayoría de Comunidades Terapéuticas. En este contexto, nuestra apuesta fue reivindicar la importancia del sujeto que consume (quién, por qué, cómo) y sus circunstancias y no la causalidad en las drogas. En la conjugación droga-sujeto-contexto, sin duda la prohibición, la represión, la desinformación y la intolerancia son variables claves, a pesar de su escasa visibilidad social para los poderes públicos y la “opinión publicada” . El modelo de reducción de daños define tanto una política social como una política de salud que pretende reducir los problemas relacionados con las drogas. Problemas sociales y de salud como la marginalidad, criminalización, las infecciones y enfermedades asociadas al consumo por vía intravenosa, los abscesos, las

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sobredosis. La metodología para evitar o disminuir estos problemas podrá incluir modificaciones legales, sanitarias o sociales. Acá debemos señalar un rasgo distintivo de la reducción de daños según es pensada en ARDA, donde se enfatiza la importancia que tienen los daños sociales derivados de la vulnerabilidad de los derechos individuales y del derecho a la privacidad como es la penalización de la tenencia para consumo personal. Por ello, si bien la reducción de daños se fortalece en el marco de la prevención del SIDA en UDIs, no puede ni debe reducirse al campo del SIDA ni siquiera al de la salud. La reducción de daños abarca diversas estrategias: programas de sustitución opiácea (por ejemplo los programas de metadona, que nacieron en 1950 en Canadá y Estados Unidos, o los programas de buprenorfina), programas de administración médica de drogas (como, por ejemplo, el programa de heroína que evidencia buenos resultados en Suiza); áreas de tolerancia; trabajo de calle; educación e información sobre las drogas; distribución de preservativos; programas de distribución o cambio de jeringas; e instituciones de “bajo umbral de exigencias” con objetivos intermedios a la abstinencia. De este modo, reducción de daños no se reduce a las estrategias relacionadas con la distribución de jeringas, aunque ellas hayan sido las que más han contribuido tanto a la difusión como a la resistencia al modelo. Efectivamente, esta fue la estrategia que más nos costó incluir en Argentina. Aunque hoy estamos lejos aún de pensar en las áreas de tolerancia, las salas de inyección y la prescripción médica de drogas, según lo evidencian los obstáculos para instalar el debate sobre los usos terapéuticos de la marihuana. Los programas de jeringas existen desde 1984 en los Países Bajos y Australia y han demostrado excelentes resultados, tanto en disminución de riesgos como el uso compartido de jeringas como en disminución de daños como la incidencia del VIH y las hepatitis. Reducción de daños es una política y es una práctica, la de dar información y formas de evitar el VIH y otros daños mientras el sujeto no puede o no quiere dejar de consumir drogas. Reducción de daños es programas de jeringas, es trabajo de calle, consejería, tratamiento adecuado, programas de sustitución. Hoy estamos haciendo todo esto en la Ciudad de Rosario, habiendo logrado también incluir programas en áreas marginales y cárceles. Y reducción de daños es también modificar las leyes cuando estas aumentan los daños relacionados con las drogas. Actualmente ARDA está desarrollando un estudio nacional de opinión publica sobre la ley de drogas. Los resultados en la ciudad de Rosario muestran que el 45 % de la población general acuerda con despenalizar la tenencia de drogas para consumo personal.

Un poco de historia “Seamos realistas, pidamos lo imposible” Mayo ´68 Reconozco que el proceso no ha sido fácil en Argentina. Se inició en un hospital provincial, el Hospital de Salud Mental “Dr. Agudo Ávila” de la ciudad de Rosario a partir del Centro de Estudios Avanzados en Drogadependencias y SIDA de la Universidad Nacional de Rosario (CEADS-UNR). Debió enfrentar prejuicios y muchos obstáculos, hacer un trabajo serio y constante, con escasez de recursos pero gran dedicación.

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Los profesionales del CEADS-UNR supimos con perseverancia –aun en tiempos de fuertes discursos represivos- sostener que el modelo de reducción de daños servía y era necesario, y fuimos convincentes. Convencimos de por qué distribuir preservativos y jeringas no aumenta el sexo o el consumo de drogas pero sí disminuye las ETS, el SIDA, las hepatitis. Así logramos hacia fines de la década pasada el apoyo de los Ministerios de Salud provincial y nacional. Teníamos datos de estudios del CEADS-UNR que daban cuenta que el 70% de los UDIs de la ciudad compartían los equipos de inyección, también sabíamos que Rosario tenía la más alta correlación entre SIDA y uso de drogas inyectables del país. Los ministerios de salud nacional y provincial aceptaron la evidencia apoyando la propuesta. Rosario, podemos decir con orgullo, ha sido pionera en la implementación de este modelo de reducción de daños en el hospital público a través de la instalación de un dispositivo asistencial para aquellos que quieren dejar las drogas, pero también para aquellos que no pueden o que incluso no quieren dejarlas. La Universidad ha sido pionera en instalar el primer programa con apoyo oficial y distribución de equipos de inyección. Y la Provincia de Santa Fe ha sido pionera también en Argentina en instalar en su agenda de salud pública este tema. ( Para ello se ha firmado un convenio entre este Ministerio de Salud y la Universidad Nacional de Rosario, al cual haremos referencia posteriormente). Rosario disputa con Córdoba el lugar de segunda ciudad en importancia del país, y encabeza con el área conocida como Gran Rosario la lista de la incidencia nacional de la desocupación. Nuestros estudios indican que más del 60% de los UDIs de esta ciudad están infectados por el virus del VIH/SIDA. La situación es alarmante también en contextos donde domina la correlación droga–pobreza y la venta en pequeñas cantidades permite sostener una adicción o precarias economías de subsistencia y la droga de preferencia para el uso inyectable es la cocaína, una sustancia que se inyecta con alta frecuencia exponiendo a grandes riesgos. Datos relevados por el CEADS en la Fase II del Estudio Multicéntrico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que estamos desarrollando en Gran Rosario indican hasta 30 inyecciones de cocaína diarias por usuario. La evidencia bastante oculta sobre las muertes asociadas a sobredosis de drogas impuras mezcladas con cualquier cosa, pero especialmente la evidencia inocultable de las muertes por SIDA de los UDIs señalan que para que el sujeto tenga alguna posibilidad de emerger como tal (con la posibilidad de ser escuchado, tratado, ayudado, etc.) es absolutamente necesario que el usuario de drogas no muera. En 1994 los Talleres de Reducción de Daños para usuarios de drogas inyectables con desinfección de los equipos de inyección se definen ya como una alternativa que permite trabajar grupalmente con información sobre formas seguras de inyección y que los UDIs aprendan a desinfectar agujas y jeringas. “Las técnicas de desinfección se han demostrado necesarias en el contexto de la falta de disponibilidad y acceso a jeringas nuevas y dadas las particularidades del consumo de cocaína intravenosa”. En 1998 se creó el Programa Piloto de Sustitución con buprenorfina, experiencia única hasta la actualidad en América Latina. Ya para ese entonces, esta experiencia del CEADS en su conjunto fue seleccionada por la Red Latinoamericana de Reducción de Daños (RELARD) como un Caso de Buena Práctica en contexto abstencionista y presentada a ONUSIDA.

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En 1999 el Programa de Reducción de Daños y Prevención del VIH/SIDA en usuarios de drogas de la ciudad de Rosario del CEADS-UNR fue declarado de interés provincial por el Señor Ministro de Gobierno de la provincia de Santa Fe y el Señor Gobernador de la provincia. En 1999 también en un contexto básicamente abstencionista, el CEADS conjuntamente con ARDA elaboró un Documento de Apoyo a los Programas de Jeringas con un petitorio que remarcaba la necesidad de modificar mitos y estereotipos que son los principales obstáculos a la implementación de estas estrategias que han demostrado su eficacia en la disminución de la incidencia del VIH en usuarios de drogas en otros lugares del mundo. Las tareas de defensoría de estos Programas así como las adhesiones al Documento tuvieron un rol clave como facilitadores de las primeras acciones de distribución de jeringas. Remarcábamos en ese entonces que era necesario estar abiertos a alternativas pragmáticas y realistas que han demostrado su eficacia en la reducción de riesgos, en la reducción de daños y en la reducción de costos. Por lo tanto se trató de garantizar preservativos y equipos de inyección para los usuarios de drogas inyectables, y también de garantizar el acceso a información honesta sobre las drogas, a programas asistenciales de bajo umbral de exigencias para los que no pueden o no quieren dejar de consumir; programas de mantenimiento/sustitución de drogas, y de garantizar el acceso a la medicación antiretroviral para los usuarios de drogas viviendo con el VIH/SIDA. Partíamos de reconocer el valor del trabajo de calle, reivindicando la importancia del protagonismo de los mismos usuarios de drogas, que frecuentemente se constituyen en la única alternativa para que el sistema de salud llegue a aquellos que no llegan a él. Por todo esto defendimos la necesidad de que la reducción de daños esté incluida en las políticas públicas de los Estados, y no sólo en sus esfuerzos o intenciones, sino en sus programas y fundamentalmente en sus presupuestos. Lo hecho hasta hoy ha marcado un movimiento muy significativo hacia la modificación de las políticas, pudiendo hoy abrirnos a un abordaje más comprensivo y tolerante de las personas que consumen drogas. Reducción de Daños y Distribución de equipos de inyección para usuarios de drogas inyectables con apoyo oficial El Programa de Reducción de Daños y Prevención del VIH/SIDA en usuarios de drogas de la ciudad de Rosario contó en el periodo 2000/2001 con el financiamiento del Proyecto de Control del SIDA y ETS - LUSIDA, Ministerio de Salud de la Nación. Se trató, entonces, de un punto de ruptura con lo hasta entonces logrado. Por un lado, significó la validación y legitimación oficial de un modelo y una experiencia de más de ocho años de vida en Rosario y en la UNR. Por otro lado, se trató del primer programa que con apoyo y financiamiento oficial inició la distribución de equipos de inyección para evitar –entre otras cosas- el contagio de SIDA en usuarios de drogas. Recordemos que los estudios realizados estimaban aproximadamente 7000 usuarios de drogas inyectables. Recientes estudios de Evaluación y Respuesta Rápida realizados por el CEADSUNR en el marco del Estudio Multicéntrico de la OMS en Rosario y Gran Rosario ratifican los riesgos a los que está expuesta la población usuaria de drogas inyectables. El bajo contacto con el sistema de salud, la asociación pobrezaconsumo-venta de drogas, el crecimiento de fenómenos como las cocinas de pasta base en el Gran Rosario y del poli-consumo. Datos previos ya indicaban el nivel de gravedad del problema, por lo cual el CEADS-UNR junto con ARDA fundamentaron y defendieron la implementación de esta etapa del Programa y de este Proyecto que fuera finalmente aprobado y subsidiado. Aproximadamente el 90% de los usuarios

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de drogas inyectables de la ciudad de Rosario sin contacto con el sistema de salud, más del 60% VIH positivo y un altísimo porcentaje que comparte los equipos de inyección. Este Proyecto, nació con el “objetivo general de realizar actividades tendientes a la reducción de daños y modificación de actitudes y conductas de riesgo relacionadas con el VIH/SIDA, las hepatitis, sobredosis y otras en usuarios de drogas y particularmente en usuarios de drogas por vía inyectable proporcionándoles asesoramiento, información y asistencia, así como acceso a equipos de inyección y preservativos”. Incluye estrategias innovadoras para el acercamiento y contacto con la población objetivo. Tal como la implementación de un Bus itinerante de reducción de daños por la noche rosarina para recorrer escenas urbanas relacionadas con el consumo y venta de drogas, incluyendo las áreas marginales, así como plazas y lugares de diversión nocturna. Al tiempo que se recorría la noche rosarina se brindaba información pragmática sobre las drogas, folletos con preservativos y explicación sobre los dispositivos en marcha y servicios que se ofrecen. El Programa incluye también entre sus actividades: talleres de reducción de daños, capacitación de usuarios de drogas como promotores comunitarios e intervenciones en terreno que incluyen la distribución de material informativo, folletería, preservativos y material de inyección para usuarios de drogas por vía inyectable. En total se distribuyeron sólo en el período 2000/2001 50.000 folletos y 25.000 preservativos a través de las diversas actividades. El material de inyección forma parte de un kit llamado “La Cajita” que incluye dos jeringas, agujas, un recipiente estéril para preparar la droga, dos sobres de algodón con alcohol, dos aguas destiladas y dos preservativos. Esto se acompaña de un Manual de Inyección que fuera elaborado por el CEADS y ARDA en el marco de la Campaña Focalizada para usuarios de drogas de LUSIDA. El Manual con el mensaje “Si te vas a picar, corré menos riesgos” se constituye en el primer material de este tipo en castellano de América Latina. Este material, en cuya elaboración colaboraron usuarios de drogas inyectables, advierte –con lenguaje específico y claro- sobre precauciones al preparar la droga y lugares de inyección, cómo evitar abscesos y sobredosis, no compartir agujas, jeringas, el agua o el recipiente en el que se prepara la droga, y proporciona información especifica relacionada con los riesgos del consumo de cocaína por vía inyectable como la verificación de la calidad, cantidad e intervalos entre “pico” y “pico”, cómo tomarse el pulso o utilizar un filtro, así como sobre la utilización del preservativo y el VIH/SIDA. Se difunden los teléfonos del servicio de emergencias, del Servicio Asistencial del CEADS en el Centro Regional de Salud Mental “Dr. Agudo Ávila” y de LUSIDA. Este material también se distribuye a través del contacto directo con UDIs en actividades de reducción de daños del CEADS-UNR y en diversas áreas de Rosario y Gran Rosario y a través de los mismos usuarios de drogas y de la Red Argentina en Defensa de los Derechos de los Usuarios de Drogas (RADDUD). Además es de señalar que LUSIDA lanzó hacia fines del año 2000 una campaña de comunicación focalizada dirigida a usuarios de drogas y usuarios de drogas inyectables. ARDA llevó a cabo esta campaña, conjuntamente con dos de las instituciones que forman parte de la asociación; la Fundación Red en Buenos Aires y el CEADS en Rosario. Esta campaña focalizada se inscribe también en esta línea inédita hasta finales del año 2000 para el Ministerio de Salud que es la de la reducción de daños. El material elaborado por ARDA y la Fundación Red consiste en un adhesivo con el mensaje “Hagas lo que hagas” y un desplegable de cinco caras

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con el mensaje “ Si estas usando; cocaína, alcohol, éxtasis, LSD, fármacos, podemos darte una mano en el Programa de reducción de daños“ e información relacionada con estas sustancias, la cantidad y pureza de la misma, consumo por vía inyectable, riesgos relacionados con la combinación de sustancias y VIH/SIDA. En Rosario y Gran Rosario el material se distribuyó a través del Programa, de contactos directos, y de instituciones de salud. Contexto político y legislativo El consumo de drogas es un problema social y de salud, no un asunto de la Justicia Criminal. Las políticas represivas, la instalación del tema de la tenencia personal en el ámbito del Derecho Penal y la criminalización de las conductas de tenencia y/o consumo de drogas convierten a los usuarios de drogas en delincuentes, lo que los aleja del sistema de salud y aumenta los riesgos de transmisión del VIH/SIDA y otras enfermedades en esta población y en sus parejas sexuales. La ley 23.737 que criminaliza la conducta de tenencia de drogas para consumo personal ha evidenciado su fracaso en Argentina. El consumo de drogas sigue aumentando en el país, tal como lo reconoce la propia Secretaría de Programación de la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR) y la respuesta penal condiciona el contacto del usuario de drogas con las instituciones de salud en razón de representarse la posibilidad cierta de ser detenidos. Como ha argumentado ARDA en su propuesta de derogación del artículo 14 de la ley de drogas: “De esta forma esta población aparece privada en gran medida no solamente de la acción terapéutica que pudiera necesitar en relación al consumo, sino también de la atención médica que urgen otras patologías (hepatitis, SIDA, cáncer, endocarditis, embolias, abscesos, problemas pulmonares, etc) y de la posibilidad de recibir información acerca de cómo evitarlas (por ejemplo, con relación al virus VIH, el uso de preservativos, descontaminación de jeringas, accesibilidad a equipos de inyección estériles, etc.). El articulo 14 que penaliza la tenencia de drogas para consumo personal determina no sólo daños sociales como la criminalización y estigmatización de los usuarios de drogas, sino que también contribuye a su exclusión. Incluso las medidas de seguridad curativas que indican la obligatoriedad del tratamiento se evidencian paradojalmente como obstaculizadoras del mismo, en lo que unos colegas argentinos han definido como “laberintos de obediencia fingida” Por todo esto es que la Asociación de Reducción de Daños de la Argentina sostiene que “el Estado debe adoptar una política respetuosa de los derechos humanos, descriminalizando a los usuarios de drogas, que nuestra legislación considera ilegales, para que libres de persecución penal puedan acceder a mayores ofertas de ayuda y a la igualdad legal con respecto a los consumidores de drogas legales, para que puedan -independientemente del consumo de sustancias ilegales-, integrarse a un sistema de protección.” Entre los objetivos de ARDA está “bregar por un cambio en la legislación sobre drogas que avance en la despenalización de las figuras de "tenencia de estupefacientes para consumo personal" y "tenencia simple"“ y “contar con una legislación que favorezca la lucha contra la proliferación de la pandemia del VIH/SIDA, en particular entre los usuarios de drogas y que facilite la implementación de medidas de reducción de daños”. En el último período se han venido produciendo algunos debates en torno a las políticas legislativas en materia de drogas, muchos de ellos impulsados por ARDA y por el CEADS-UNR.

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En julio del 2000 surge la Resolución 351 del SEDRONAR, gestionada por el Proyecto LUSIDA. Según palabras del entonces Secretario Dr. Lorenzo Cortese “este año las Naciones Unidas se pronunciaron haciendo lugar a la teoría de la reducción del daño y debemos ser respetuosos de lo que resuelven los organismos internacionales a los que estamos adheridos”. De lo contrario los fondos para prevención del SIDA que corresponden a prestamos del Banco Mundial, “se verían comprometidos si la Argentina no se adecuara a las recomendaciones de la comunidad internacional”. La Resolución 351 se refiere a los casos de personas adictas que “no esté integrada o atendida en los servicios y programas existentes o que haya fracasado repetidas veces en los mismos” y “este expuesta a un alto riesgo de daño grave a su salud por enfermedades infecciosas que se relacionan con el abuso de drogas y que también pueda producir accidentes fatales” en los que recomienda al Ministerio de Salud “la adopción de programas y/o medidas”...”a fin de lograr reducir los riesgos para su salud”. Esta resolución de SEDRONAR indudablemente contribuye a la implementación de algunas estrategias de reducción de daños, pero desconoce la importancia de estos programas a los que hace referencia también para casos en que la persona esté atendida “en los programas existentes”, lo que implica de alguna forma desconocer los derechos de las personas que consumen drogas y no reconocer el valor de otra de las estrategias de reducción de daños como son las instituciones de “bajo umbral de exigencias” donde las personas consuman o no drogas tienen derecho a un tratamiento, entendido el mismo, no exclusivamente como “desintoxicación” o “deshabituación” sino como mejoramiento de su calidad de vida y reducción de riesgos y daños sociales y de salud y en el marco del cual el acceso a equipos de inyección, información sobre formas de consumo etc. es muy importante. Este tipo de tratamiento podrán ser de sustitución, mantenimiento, psico-farmacológicos, psicoterapéuticos, psicoanalíticos. De todas maneras, es de señalar que la Resolución 351 acompaña las recomendaciones de la comunidad internacional y en particular del Programa de SIDA de Naciones Unidas (ONUSIDA) y deja entrever nuevas perspectivas. Recordemos que ya en 1988 ONUSIDA indicaba: “Se debe contar con un conjunto integral de medidas para prevenir la propagación del VIH entre usuarios de drogas intravenosas. Entre estas medidas figuran suministrar material estéril para inyección, educar a los consumidores de drogas intravenosas y a su pareja sexual acerca de los riesgos del VIH y de las prácticas seguras y aumentar su sensibilización a ese respecto; facilitar programas de tratamientos medicamentosos; proporcionar acceso a servicios de consejería, asistencia y apoyo a los consumidores de drogas intravenosas infectados por el VIH, al tratamiento de las enfermedades de transmisión sexual y a otros servicios de atención de la salud y distribuir preservativos. Es importante movilizar y hacer participar plenamente a las comunidades locales incluida obviamente la propia comunidad de usuarios de drogas intravenosas- para que estas medidas surtan efecto. Ningún elemento individual del conjunto de medidas resultará eficaz si se pone en marcha sin los demás. Pero el elemento más importante es facilitar material estéril para inyección a los usuarios de drogas intravenosas” Este párrafo ha sido justamente incluido en el reverso de La Cajita para darle legitimidad. En el mismo sentido, es de señalar que la misma lleva estampados en su tapa los logos de la Universidad Nacional de Rosario, de LUSIDA Ministerio de Salud de la Nación y la explicitación de que cuenta con el aval de la Asociación de

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Reducción de Daños de la Argentina. Por otra parte la Cámara de Diputados ha dado media sanción a fines del 2001 a un proyecto de ley en el que se propone la incorporación del articulo 28 bis a la ley 23.737 que dice textualmente: “serán exceptuados del cumplimiento del articulo 28 en lo referente a impartir instrucciones acerca del uso de estupefacientes los integrantes de equipos de salud habilitados por las autoridades sanitarias competentes de cada jurisdicción, cuya tarea consista en implementar programas de reducción de daños dirigidos al control de enfermedades infecciosas transmisibles por vía sanguínea”. No voy a profundizar en esta cuestión, sin embargo considero necesario remarcar que las intervenciones se hallan amparadas suficientemente por la Resolución 351 ya mencionada, y la impartición de instrucciones relativas al consumo informado y seguro de drogas no puede entenderse como incentivo del mismo, no siendo necesario permitir aquello que no está prohibido. La distribución de jeringas o equipos de inyección así como los programas de reducción de daños son legítimos y legales. En este contexto la implementación del Programa de Rosario marca un movimiento muy significativo hacia la modificación de las políticas públicas. La distribución de jeringas es la estrategia más resistida, a pesar de ser la más evaluada a nivel internacional en cuanto a su eficacia. (29) En relación con las resistencias y obstáculos en nuestro país es de señalar que el período en que se comenzó con la distribución del kit coincidió con una causa por apología del delito contra la Facultad de Ciencias Medicas de Rosario por transmitir información sobre el aborto en el marco del tema de la salud reproductiva y las problemáticas del embarazo adolescente, sin especificar – en este material de una Universidad americana- que el mismo estaba penado por la ley argentina. El equipo de trabajo evaluó con sus asesores legales el posible impacto de un razonamiento en serie con el anterior y, aunque diversos materiales del CEADS y de ARDA que se distribuyen en el Programa incluyen información sobre la ley de drogas como un asunto clave de los daños sociales a intentar reducir, se consideró prudente incluir también esta información en La Cajita. Así se elaboró un sello que en el interior de la tapa dice: “Advertencia: La ley argentina 23.737 penaliza la tenencia de drogas aunque sea para consumo personal”. Esto permitió, por ejemplo, que se incluyera en el Curso de Capacitación de los usuarios como promotores el tema de la importancia de conseguir primero el equipo y luego la droga, por un lado para evitar problemas con la policía y la ley, por el otro para reducir riesgos de compartir el equipo en situaciones de urgencia de consumo. En cuanto al rol del promotor los mismos usuarios consideran el tema de su responsabilidad con lo que llaman “estar limpios” y lúcidos a la hora del trabajo de calle. De todas maneras como dice el documento elaborado por los usuarios de drogas de RADDUD –algunos de los cuales participaron del Programa- “Nosotros no estamos ni a favor ni en contra de las drogas, estamos por reducir los daños”. La evidencia científica de que estos programas no incentivan el consumo fue relevada con atención como una estrategia para fundamentar el trabajo que se realiza, en el cual como señala uno de los promotores “No le decimos ni no lo hagas, ni andá a drogarte; es un condicional, si lo haces, cuidate, informate etc etc” Impacto, Repercusión y Balance El Programa tuvo su mayor difusión a partir de la distribución de equipos de inyección y de la etapa del Proyecto LUSIDA. Desde el inicio este Proyecto en particular tuvo muy buena repercusión en la prensa nacional y extranjera. Los titulares de los medios anunciaron: “La UNR repartirá jeringas y condones a los adictos”; “Plan oficial para reducir el riesgo de SIDA, En Rosario se darán jeringas a los adictos”; “Un cambio para evitar el contagio; En Rosario

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entregaran jeringas a adictos”; “Se pone en marcha en Rosario un programa de reducción de daños. Repartirán jeringas”; “SIDA; el Programa de reducción de daños ya visita la noche rosarina”; “La reducción de daños debe ser parte de una política oficial”; “Un paso adelante en Argentina” El Programa de Reducción de daños repartió en el mes de noviembre 2001 1300 equipos de inyección entre UDIs de la ciudad, siendo lo más significativo para el equipo técnico del mismo el contacto directo que se estableció. Según las estimaciones realizadas se calcula que cerca del 30 % de los UDIs contactados durante esta etapa han establecido una relación con el sistema de salud a través del Programa, ingresando a tratamiento de sustitución, psicológico o psiquiátrico, a los talleres o a consejería y pruebas de detección del VIH/SIDA. La distribución de los equipos de inyección está a cargo de los usuarios de drogas capacitados como promotores comunitarios que implementan los distintos subprogramas en las zonas, en particular en “villas miserias” y lugares donde se releva alta incidencia de uso inyectable, conductas de riesgo como reutilización y uso compartido de jeringas y una alta correlación pobrezaconsumo-venta de drogas. Coherente con las experiencias de otros países que muestran la importancia del protagonismo de los usuarios de drogas como agentes de salud en las actividades de prevención, se demuestra que los usuarios de drogas capacitados pueden llegar mejor a contactar a sus pares y a intervenir en contextos de alta marginalidad y aislamiento en los cuales se hace casi imposible el acceso del equipo de salud. El Programa también distribuye los equipos a través del Servicio en Drogadependencias y SIDA en el Centro Regional de Salud Mental lo que refleja una apuesta por la instalación de este dispositivo en las instituciones públicas de salud. Este Programa tiene las limitaciones propias de un financiamiento a corto plazo, con recursos limitados, lo que contribuye a impedir la evaluación de resultados en términos del impacto en la seroprevalencia del VIH/SIDA en esta población. Sin embargo consideramos que contribuye sostenidamente con el movimiento necesario para modificar el cuadro alarmante de situación que se debía y debe enfrentar: el contacto con los usuarios de drogas inyectables. En este sentido, cada uno de los Sub-programas implementados en la última etapa ha logrado mantener un vínculo directo y permanente con al menos 4 de cada 10 UDIs contactados, la mayoría de los cuales vive en asentamientos urbanos irregulares. El impacto del Programa en general y de la etapa 2000/2001 ha determinado que el Programa Provincial de ETS/SIDA y el Ministerio de Salud de la Provincia de Santa Fe se hayan comprometido a darle continuidad en toda la provincia en el año 2002, en el marco de un Convenio firmado con la UNR. En el marco del mismo se ha lanzado recientemente la Campaña de Reducción de daños para instituciones de salud de toda la provincia "Reduzcamos riesgos: Jeringas y Preservativos”. Otro de los efectos claves del proceso que el Programa de Reducción de daños tuvo en la ciudad de Rosario fue la constitución en el año 2000 de la primer organización de usuarios de Argentina, RADDUD que tuvo su nacimiento como Club de Usuarios integrado por promotores del Programa de Rosario preocupados por sus derechos y por mejorar su calidad de vida. El protagonismo de los usuarios de drogas resultó un elemento clave. A mediados del año 2001 otra campaña focalizada de ARDA “Si te das, hacela bien” pero dirigida a UDIs de asentamientos urbanos irregulares se presenta como facilitadora del Programa. Los materiales de esta Campaña en desarrollo en Rosario

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además de en Córdoba, y Buenos Aires muestran cómo el Programa produce un feed-back con otras intervenciones. Las evidencias sobre los daños asociados con la ley de drogas en particular en contextos de gran exclusión social y sobre los riesgos de la combinatoria de las llamadas “drogas de la pobreza” (pasta base y crack) orientan la folletería y afiches incluyendo información sobre la ley de drogas y las sustancias de mayor consumo en los contextos de pobreza.

Conclusión Considero importante finalmente remarcar que tanto el Programa de Reducción de Daños desde sus inicios como el Proyecto financiado por LUSIDA que le da particular consistencia son llevados adelante por la Universidad. Indudablemente, es responsabilidad de nuestras Universidades formar profesionales capacitados para intervenir en el campo del uso de drogas y en las problemáticas aso-ciadas a él, teniendo en cuenta fundamentalmente las modalida-des actuales del mismo. Y es también responsabilidad de nuestras Universidades aportar desde el estudio y la investigación interdisciplinaria a producir intervenciones preventivas, asistenciales y de reducción de daños en la comunidad, así como nuevas políticas públicas, en estos tiempos de SIDA. El tema de las drogas nos enfrenta a nuevos desafíos y a encarar temas difíciles; fundamentalmente los obstáculos de las leyes represivas, la relación con la pobreza y el VIH/SIDA. La reducción de daños se presenta como una buena alternativa para encararlos. En la actualidad este Programa se está replicando en diversas zonas y en asentamientos urbanos irregulares de la ciudad con el apoyo respectivo de ARDA, del Programa de ETS/SIDA de la Provincia de Santa Fe, y del Proyecto LUSIDA del Ministerio de Salud de la Nación a través de la Campaña “Si te das, hacela bien” ya mencionada. En mayo del 2002 fue monitoreado por ONUSIDA, recibiendo la visita de una misión oficial que se ha comprometido con darle apoyo financiero para su continuidad en el próximo período. La experiencia de Rosario indica que la reducción de daños no sólo es necesaria sino que también es posible en Argentina. Aunque no sin dificultades. Como otros programas en estos tiempos de profunda crisis en Argentina diríamos -no sin dolorque sobrevive. Y sobrevivir no es poca cosa actualmente. No es poco cuando el Estado se ha fragmentado, la pobreza y el hambre crecen y la lógica de la mano dura se cierne cada vez más sobre los excluidos, los pobres, los usuarios de drogas. Es justamente todo esto lo que fundamenta y justifica la importancia de dar continuidad a la experiencia de Rosario y a nuestro Programa de Reducción de Daños. Para terminar, antes de invitar al lector a recorrer los capítulos que dan cuenta de esta experiencia, sus dispositivos y vicisitudes, quisiera compartir una reflexión de Pat O´Hare, director de la Asociación Internacional de Reducción de Daños (IHRA) : “La reducción de daños se basa en el pragmatismo, la tolerancia y la diversidad. Resumiendo, es tanto un producto como una medida de nuestra humanidad “ El padre de la medicina, Hipócrates dijo “Primero, no dañar” y es ese el espíritu que nos lleva a asegurar el compromiso con el trabajo emprendido para que las personas, consuman drogas o no, tengan garantizado el derecho a la salud.

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Declaración de apoyo a la despenalización de la tenencia de drogas para consumo personal y fundamentos de la propuesta de derogación del art. 14 de la ley 23.737 de la Asociación de Reducción de Daños de la Argentina (ARDA) 2001* ** La despenalización de la tenencia de drogas para uso personal: un remedio necesario para garantizar el derecho a la salud de los usuarios de drogas. La Asociación de Reducción de Daños de la Argentina ARDA en atención a que se encuentra en vigor la ley 23737 que criminaliza la tenencia de drogas para consumo personal (Art. 14, 2do. párrafo) y la inercia de los organismos legisferantes para modificar dicha norma penal, entiende necesario proponer la derogación de dicho artículo y la despenalización de la tenencia de drogas para consumo personal, propuesta fundamentada en las siguientes consideraciones : Que la incriminación de la tenencia de drogas para uso personal es responsable de gran parte de los daños sociales relacionados directa o indirectamente con el consumo. Que no obstante que la referida ley lleva más de diez años en vigencia, no se necesita demasiada sagacidad para advertir el fracaso de dicho instrumento legal en relación al bien jurídico que busca proteger: la Salud Pública. Que a pesar de que por ejemplo en el primer semestre de 2000, las fuerzas de seguridad detuvieron a 11.817 personas en todo el país por la causal de tenencia, y que más del 70% de las causas que se instruyen en la Justicia Federal por infracción a la ley 23737 corresponde al delito de tenencia simple o tenencia para uso personal, lo cierto es que sigue en aumento el consumo de drogas, como lo reconoce la Secretaría de Programación de la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR). Que la mencionada norma penal convierte al usuario de drogas en “delincuente”, condición que lo marginaliza y lo clandestiniza, haciendo muy difícil cualquier intervención en materia de asistencia y prevención. Que la respuesta penal condiciona el contacto del usuario de drogas y el drogadependiente con las instituciones sanitarias u otros organismos en razón de representarse la posibilidad cierta de ser detenidos. Que ello trae aparejado que una porción importante de usuarios de drogas no se acerque voluntariamente a los centros de salud, privándolos no solamente de la acción terapéutica que pudiera necesitar en relación al consumo, sino también de la atención médica que urgen otras patologías (hepatitis, SIDA, cáncer, endocarditis, embolias, abscesos, problemas pulmonares, etc.), y la posibilidad de recibir información acerca de como poder evitarlas (por ejemplo en relación al virus HIV, el uso de preservativos, descontaminación de jeringas), y el suministro de materiales que reduzcan los riesgos de contraerlas (entrega de equipos de inyección estériles o de materiales descontaminantes, etc.). Que los órganos de gobierno, garantes de nuestra salud, no pueden desconocer que aproximadamente el 40% de los casos de SIDA se debe a la utilización compartida de material de inyección, porcentaje que irá en aumento sino se produce un cambio legislativo que despenalice la tenencia. Que no sólo en el primer mundo, sino que también otros países en América Latina han avanzado en esta modificación y que por ejemplo Uruguay, Colombia, Perú y Bolivia no penalizan la tenencia para consumo personal.

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Que el artículo 14 vulnera abiertamente el artículo 19 de la Constitución Nacional que establece que “las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados”. La ley 23.737 a través de la persecución penal de la tenencia de drogas para consumo personal realiza una intromisión inaceptable en el ámbito de la privacidad. Que por otra parte no puede obviarse las graves consecuencias que trae aparejado ingresar a los usuarios de drogas al sistema penal, que implica como la realidad nos demuestra, no sólo poner en peligro su integridad física y en situación de ser objeto de extorsión o de coacciones, sino también colgarles un antecedente que le impedirá conseguir un trabajo en un país donde la desocupación orilla el 20%. Que consciente de los efectos negativos de la penalización de modo directo o indirecto del consumo de estupefacientes, el “Comité sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales”, creado en el marco del “Pacto Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales” (que integra nuestra Carta Magna, por imperio de lo prescripto en el Art. 75, inc. 22), ha observado que la drogadependencia no puede resolverse mediante el recurso a medidas represivas y que debe reconocerse la existencia de otros problemas como la pobreza extrema o la desigualdad, recomendando el referido Comité de que los adictos a las drogas no deben ser considerados necesariamente delincuentes, sino más bien víctimas o pacientes. Que el Estado, por tanto, debe adoptar una política respetuosa de los Derechos Humanos, descriminalizando a los usuarios de drogas, que nuestra legislación considera ilegales, para libres de persecución penal, puedan acceder a mayores ofertas de ayuda y a la igualdad legal con respecto a los consumidores de drogas legales para que puedan, -independientemente del consumo de sustancias ilegalesintegrarse a un sistema de protección. SI UD. ESTÁ DE ACUERDO CON LA PROPUESTA DE ARDA, LE AGRADECEMOS SU FIRMA: ASOCIACIÓN DE REDUCCIÓN DE DAÑOS DE LA ARGENTINA (ARDA)

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