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AUTOCONOCIMIENTO: UN CAMINO PARA CONSTRUIR PRODUCTIVIDAD EMPRESARIAL María Alexandra Suárez, experta en gestión de proyectos y desarrollo humano comparte las diversas maneras en que una persona puede alcanzar la productividad mediante la comunicación, el autocontrol y otros aspectos. ¿Cuál es la relación entre el autocontrol, la autogestión y la productividad? En la actualidad se habla de autocontrol, autogestión y productividad, sin embargo, en algunos casos no es tan evidente cómo se logran los cambios al interior de las empresas cuando los jefes y los empleados construyen una comunidad basada en el autocontrol y la autogestión. Para poder definir y dar claridad sobre la relación existente deseo plantear que el camino para tener una mayor productividad en la empresa es el autoconocimiento. Por medio del autoconocimiento un ser humano puede “conocer” la forma de actuar y cómo ésta afecta a su propio bienestar. Es decir, cuando una persona conoce su forma de expresarse ante el mundo que lo rodea, la forma de interpretar su entorno y los sentimientos que se producen en él a partir de su relación con el exterior puede comenzar a cambiar su conducta de sufrimiento a una conducta más armónica con él mismo y con el exterior. De esta manera, el individuo puede empezar a desarrollar inteligencia interpersonal, inteligencia emocional e inteligencia relacional haciéndose evidente en el autocontrol y la autogestión en su conducta. Ahora bien, para lograr un autocontrol es necesario conocerse a sí mismo, es claro que nadie controla lo que no sabe y más aún para saberlo es necesario conocer en profundidad un tema.
Para gestionar de manera eficiente algo es imperante conocer la calidad, las cualidades y las cantidades de los elementos que se van a gestionar. Es así como el autoconocimiento se vuelve una herramienta para reconocer los valores, comportamientos, conocimientos, experiencias que debemos controlar y gestionar. Estos son los mismos con los cuales nos permitimos juzgar y cuestionar la validez de las experiencias de las otras personas. En la mayoría de casos las personas llegan a pensar que la única forma de hacer las cosas es la manera en la que ellas las realizan y se menosprecia la forma de expresión de otros afectando de manera directa la autoestima de quienes son descalificados bajo las propias creencias.
Cuando accedemos a reconocer nuestras creencias, entendidas como: los valores, los comportamientos de autoridad o afecto, los conocimientos naturales o adquiridos y las experiencias vividas podemos ver con qué escala estamos midiendo e interpretando a los demás y logramos darnos el beneficio de la duda de que posiblemente el otro tiene algo de razón bajo su propio sistema de creencia. En este instante nos permitimos desactivar la reacción inmediata que se genera desde el instinto o desde la creencia del ego frente a la idea que siempre tenemos la razón. Es así, como se inicia una relación desde un punto de conciencia donde el respeto por el otro prima y las relaciones de autoridad y afecto son más armónicas, luego que se controlan las emociones, construyendo relaciones de confianza y no de miedo.
¿Es el miedo el que afecta la productividad? Si. El miedo lleva a las personas a niveles de estrés donde su productividad es baja o incluso mínima, así mismo, el miedo bien sea al jefe o a perder el puesto reduce de manera significativa la motivación y el bienestar de los colaboradores de la empresa impactando no solo la productividad de la empresa, sino la competitividad de la misma.
Es necesario recalcar que todos los seres humanos tenemos miedo a algo. En este sentido desarrollar las habilidades para controlar nuestras emociones y manejar de manera adecuada las relaciones con el entorno van a permitir que el clima laboral, la motivación e incluso el bienestar de los empleados se incremente generando un ambiente adecuado para trabajar.
¿Podemos profundizar en los aspectos de motivación y bienestar? Si. Cuando hablamos de motivación y bienestar en los empleados no podemos olvidar que existen factores que el mismo empleador debe como tal dar al empleado y estos no lo van a motivar, pero en caso de no proveerlos si lo van a desmotivar. Ejemplo de ello: dar una dotación adecuada como uniformes, elementos de protección y puestos de trabajo adecuados a la salud del empleado (sillas ergonómicas y lugares con buena luz, entre otros). También, como empleador es necesario entregar al empleado las condiciones relacionadas con seguridad y confianza, es decir, firmar un contrato, seguridad social, pago a tiempo de sus honorarios, respaldo en caso de enfermedad, entre otros. Además existen factores o elementos que motivan al empleado desde un aspecto emocional como son el reconocimiento, la auto-realización y afinidad al lugar de trabajo. Cuando una empresa trabaja por generar y mantener un sistema de evaluación, reconocimiento y compensación acorde a los objetivos individuales se permite crear un sistema virtuoso de motivación y bienestar.
Ahora bien, cuando hablo de bienestar a nivel empresarial es propio destacar que lo traducimos en Bien= Feliz (no sufrir) y estar= querer permanecer, es decir, ser feliz en el puesto de trabajo. Quiero aclarar que no sufrir no es lo mismo que no tener dolor. Como seres humanos siempre podemos tener dolor, pero el sufrimiento es optativo, es una interpretación mental de algo que nos pasó y lo seguimos recreando generando que el dolor se perpetúe. Existe un planteamiento muy interesante para medir el bienestar que considero importante introducirlo en las empresas y en la vida diaria. Cuando una persona tiene bienestar goza de buena salud, es capaz de generar relaciones armónicas, es una persona adaptable y logra gestionar de una manera adecuada y eficiente los recursos, entre estos tanto el dinero como el tiempo. Todo esto se logra porque es una persona feliz y en paz consigo mismo, esto es un indicador que no es una persona que se perturba con su realidad. A lo que voy es que si una persona logra ser feliz es una persona que va a trasmitir felicidad, reflejará su bienestar y no necesita que otros la motiven porque seguramente ha logrado encontrar su motivación de vida. El desafío de las empresas es que estas sean generadores de bienestar, que incentiven, promuevan y permitan a sus empleados a tener buena salud. Esto comienza con respetar el tiempo para almorzar, para hacer ejercicio, para el descanso en la jornada de la mañana y en la de la tarde, acompañado de tener espacios de trabajo saludables y prácticas para reducir el estrés y los riesgos psicosociales. Con respecto a la salud mental la empresa debe incluir el respeto por el tiempo para su vida privada, para compartir con su familia y desarrollar su vida social. Esto evita la saturación en su jornada de trabajo y la persona estará propensa a ser más comprometida y motivada dentro de su vida laboral. Las empresas deben entender que el respeto por la persona no solo tiene que ver con el buen trato, sino que incluye el respeto a su vida personal, familiar y apoyo en el desarrollo laboral. Es necesario cambiar el modelo de éxito. Éxito no es solo ser exitoso en la vida laboral, es tener un equilibrio entre vida laboral, personal, familiar y social. Manteniendo un esquema de vida integral se mejora la calidad de vida de los individuos de la empresa y se va a traducir en personas más motivadas, productivas y competitivas. Esto se reflejará en la disponibilidad para trabajar de manera eficiente y concentrada gestionando mejor el tiempo de trabajo y reduciendo los espacios de improductividad.
¿Cuál es la importancia de saber tener relaciones interpersonales con los compañeros de trabajo y cómo se ve reflejado esto en la productividad? La relevancia de las relaciones interpersonales radica que son la forma directa de construir relaciones sanas o no, es decir, la forma de comunicarnos afecta la autoestima, autovaloración y la interpretación de las personas con las que nos relacionamos. Una persona con baja autoestima y valoración tiene baja autoconfianza y suele ser menos eficiente y productiva que una persona con alta autoconfianza, autoestima y valoración. Las relaciones interpersonales llenan nuestras vidas, están presentes en todos los ámbitos en que nos manejemos, siendo un aspecto básico y esencial de nosotros. Son esas conexiones que entablamos con otras personas, y el que tengamos buenas o malas relaciones con ellas, en un gran porcentaje depende de cada uno, constituyéndose así, las relaciones interpersonales, en una habilidad personal con la que nacemos, pero que se debe desarrollar y perfeccionar en todo momento de la vida, para que cada día sea mejor y más provechosa.
Buenas Relaciones Interpersonales
En el mundo laboral, donde existe una importante gama de relaciones interpersonales (relaciones de compañeros de trabajo, de empleado-jefe, con clientes, directores, proveedores, etc), la habilidad de construir buenas interacciones, termina siendo una competencia que no se debe descuidar, formando una importante base para un mejor rendimiento laboral y empresarial.
Desde este punto de vista laboral, podemos afirmar que las relaciones interpersonales se entienden como la capacidad que tiene la persona de cooperar y trabajar con sus compañeros, estableciendo una meta a conseguir y organizando el trabajo diario para no entorpecer el desempeño del resto. Las relaciones entre compañeros de trabajo deben basarse en el respeto, el buen trato y cooperación. Y por su parte, las relaciones entre empleado-jefe, tienen un sustento en base a la efectividad, productividad, utilidad y obediencia, pero todo en límites precisos, ya que si se torna excesivo puede devenir en estrés, acoso laboral (mobbing) y otros inconvenientes de este estilo.
Las claves para lograr buenas Relaciones Interpersonales Potenciar esta habilidad y llegar a tener excelentes interacciones es una herramienta esencial para nuestro progreso, entendido éste desde todo punto de vista (personal, laboral, educacional, etc). La vida se maneja por medio de las relaciones, y según como éstas se vayan dando, dependerá el resultado final. De nada sirve que, por ejemplo, en el trabajo nos llevemos mal con compañeros, menos aún con jefes, por eso la actitud, predisposición y respeto que se tenga en el feedback de la relación, es esencial. Si bien existe mucha gente malhumorada, difícil y hostil, tú debes controlar y manejar las emociones negativas que ellos te impartan, demostrando que tú, en esa relación, no eres el problema.
Aprender a controlar las emociones negativas Para que el objetivo de conseguir y mantener relaciones favorables se cumpla, debes basarlas siempre en el respeto, debes comunicarte y actuar con sinceridad, y nunca referirte a la otra persona con tono agresivo ni acusador. Hay que aceptar que las personas somos diferentes, y no tratar de cambiarlas. Si se pone la atención en los actuares ajenos, tratando de amoldarlos a cómo uno lo desee, no se podrá arribar a buen término en esas relaciones. Lo que se debe hacer, contrariamente a los impulsos que se suelen tener por querer que las cosas sean a las maneras de uno, es enfocarse, justamente, en uno mismo, cambiando las actitudes propias hacia la otra persona, y seguramente las respuestas de ella también cambiarán. Otra de las claves esta en invertir el tiempo que la relación demande, tomándola como un verdadero compromiso. Hay que cuidarla, incentivarla, y en caso de que haya malos entendidos en dicha relación, se debe tomar el tiempo que requiera para limarlo, aunque este sea mucho. Demasiadas veces son las que se dejan pasar situaciones que no agradan, o palabras que disgustan, y, justamente, por no dedicarle el tiempo a esas sensaciones que nos provocaron, las relaciones terminan desgastando y tornándose progresivamente más áspera, porque en
realidad, esas sensaciones no se fueron, siguen estando y haciendo eco en nosotros. Por ello, tómense todo el tiempo que sea necesario para cuidar las relaciones. Los malos entendidos en el trabajo son usuales y pueden provocar un ambiente para nada grato, más entre compañeros, resultando perjudicial para todos.
Otro punto de atención está en escuchar y comprender que en las relaciones no somos los únicos participes. No hay relación interpersonal que se pueda mantener en donde solo uno sea el que se exprese. Toda interacción tiene, por lo menos, dos partes que deben interactuar. Si uno no sabe escuchar, la comunicación se tornará unilateral, y no se puede basar una buena relación de esta manera. Generar un ambiente constructivo, donde todos se sientan parte, también será de gran ayuda para potenciar las relaciones. Si se está en un ambiente de trabajo, donde hay personal de muy variadas edades, se debe escuchar a todos, y no desmerecer opiniones ni ideas por que las haya manifestado un joven o alguien más grande. Lo imprescindible es contar con una comunicación abierta, sincera y respetuosa. Se debe demostrar una actitud que inspire confianza en todo sentido, tanto en los dichos como en las acciones que se realizan. De esta manera, la base con la que se formen las relaciones interpersonales, no podrán ser malas. Al conseguir este objetivo, óptimas relaciones interpersonales, las únicas sensaciones que se tendrán son; satisfacción, autenticidad, compañerismo y efectividad, entre otras, logrando mejores resultados y rendimientos en el trabajo. Por el contrario, si la actitud de una persona no permite llegar a buenas interacciones laborales, se experimentarán sensaciones de frustración, ansiedad, agresividad y enojo, conduciendo al peor de los resultados; la deserción laboral por su parte o, peor aún, el despido por parte de la empresa.
Puntos a considerar para mejorar las Relaciones Interpersonales Como se habrán dado cuenta, las Relaciones que cada uno logre tener, marcará, en gran medida, los aciertos o fracasos, tanto laborales como en otros ámbitos. Para que puedan hacer un autoanálisis de cómo interactúan, y conducir sus propias relaciones a mejores términos, les propongo que lean y practiquen los siguientes puntos:
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Comuníquense respetuosamente, meditando sus palabras Aprendan a separar las cuestiones personales de las laborales No proyecten enojo hacia las otras personas. El consejo de respirar profundo y Escuchen y presten atención cuando le hablan. Demuestren interés No den por sentado algo que estén pensando. NO piensen por el otro, pregunten y reafirmen sus pensamientos, no deben quedarse con dudas e inquietudes Tengan presente que el cuerpo habla. Para buenas relaciones es importante conocer cómo se comunica nuestro físico para que seamos un todo coherente Sean precavidos, pidan perdón cuando se equivocan Busquen puntos en común con las otras personas, no se centren en las diferencias Ayuden, sean solidarios y cooperen Tenga una actitud positiva, predispuesta, y mucho buen humor
Artículo extraído de: www.gestionhumana.com http://www.gestionhumana.com/gh4/BancoConocimiento/A/autoconocimient o-productividad-empresarial/autoconocimiento-productividadempresarial.asp?VistaPrevia=1
http://www.buscarempleo.es/formacion/la-esencia-de-las-buenas-relacionesinterpersonales.html