Bartolozzi Museo de Navarra. Pamplona Marzo - Julio 2015 Museu d Art Modern. Tarragona Noviembre Febrero 2016

Bartolozzi 1943 - 2009 Museo de Navarra. Pamplona Marzo - Julio 2015 Museu d’Art Modern. Tarragona Noviembre 2015 - Febrero 2016 GOBIERNO DE NAVARR

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Bartolozzi 1943 - 2009

Museo de Navarra. Pamplona Marzo - Julio 2015 Museu d’Art Modern. Tarragona Noviembre 2015 - Febrero 2016

GOBIERNO DE NAVARRA

EXPOSICIÓN

CATÁLOGO

PRESIDENTA Yolanda Barcina Angulo

ORGANIZACIÓN Y PRODUCCIÓN Museo de Navarra Museu d’Art Modern de Tarragona

EDICIÓN. GOBIERNO DE NAVARRA. Departamento de Cultura, Turismo y Relaciones Institucionales

CONSEJERO DE CULTURA, TURISMO Y RELACIONES INSTITUCIONALES Juan Luis Sánchez de Muniáin Lacasia DIRECTORA GENERAL DE CULTURA – INSTITUCIÓN PRÍNCIPE DE VIANA Ana Zabalegui Reclusa DIRECTORA DEL SERVICIO DE MUSEOS Carmen Valdés Sagüés

COMISARIA Raquel Medina de Vargas TRANSPORTE Luis Navarro Sangüesa SEGURO Marsh

JEFA DE LA SECCIÓN DE MUSEO DE NAVARRA Mercedes Jover Hernando

EXPOSICIÓN en Pamplona Museo de Navarra C/ Santo Domingo, 47 31001 PAMPLONA (NAVARRA) www.museodenavarra.navarra.es

Diputación de Tarragona

COORDINACIÓN Mercedes Jover Hernando

PRESIDENTE: Josep Poblet i Tous Vicepresidente Delegado del Àrea de Atención al Ciudadano Albert Vallvé Navarro Jefa del Àrea de Atención al Ciudadano: Pilar Casas Rom Directora del Museu d’Art Modern: Rosa M. Ricomà Vallhonrat

TEXTOS Raquel Medina de Vargas Mª del Mar Lozano Bartolozzi FOTOGRAFÍAS Nil Bartolozzi DISEÑO Y COORDINACIÓN EDITORIAL Nil Bartolozzi IMPRESIÓN Gráficas BIAK S.L.

DIFUSIÓN Marta Arriola Rodríguez

PROMOCIÓN Y DISTRIBUCIÓN Fondo de Publicaciones del Gobierno de Navarra Navas de Tolosa, 21 31002 Pamplona T: 848 42 71 21 F: 848 42 71 23 [email protected] www.cfnavarra.es/publicaciones

FOTOGRAFIADO Larrión & Pimoulier

D.L.: NA 387-2015 I.S.B.N. 978-84-235-3384-8

MONTAJE Moreno Vallés Transportaarte

© de la presente edición Gobierno de Navarra Pamplona 2015

CONSERVACIÓN Ana Elena Redín Armañanzas Berta Baldúz Azcárate

PINTURA Galán, S.L. ILUMINACIÓN Félix Mendía Villanueva EXPOSICIÓN en Tarragona Museu d’Art Modern C/ Santa Anna, 8 43003 – Tarragona www.dipta.cat/mamt COORDINACIÓN Rosa M. Ricomà Vallhonrat DIFUSIÓN MAMT Pedagògic: Marisa Suárez Barral Núria Serra Medina MONTAJE - ILUMINACIÓN Enric Hernández Sotorra Equipo del Museu d’ Art Modern

© del texto: los autores © de las fotografías: los autores

La naturaleza es tan viva que crea la muerte para su continuidad. Rafael Bartolozzi

El Museo de Navarra presenta la exposición temporal “Bartolozzi 1943-2009” dedicada al artista navarro Rafael [Lozano] Bartolozzi (Pamplona, 1943–Tarragona 2009). La muestra ha sido coproducida con el Museu d’Art Modern de Tarragona, tierra donde el artista residió durante buena parte de su vida. Constituye el regreso a su ciudad de nacimiento de un artista que nunca ha dejado de estar presente en su tierra natal, aunque su temperamento y sus inquietudes le llevaran fuera de nuestras mugas. Navarra siempre ha estado en su corazón, como demostró en su exposición “Duguna” en la Galería Lekune de Pamplona en 1998. Fue la última vez que expuso obra en Navarra. “Bartolozzi 1943-2009” reúne una cincuentena de obras pictóricas y escultóricas de Bartolozzi. Tiene vocación de revisión antológica de la obra producida a lo largo de una vida artística que se truncó demasiado pronto. Ahí radica buena parte de su interés pues las visiones de conjunto son fundamentales para la correcta valoración de un artista. Rafael Bartolozzi fue un artista complejo. Integrado en la generación de los catalanes Zush, Llimós, Gerard Sala, o Arranz Bravo, con quien compartió aventuras plásticas durante la ilusionante y dinámica década 19651975. Este trabajo (Arranz Bravo–Bartolozzi) pudo verse en los Pabellones de Arte de la Ciudadela en primavera de 1970. Incluía la pintura “Máscara casa Garden” (1970) que posee el Museo de Navarra. Su obra, de difícil encasillamiento por su multiplicidad de inquietudes plásticas, mantiene conexiones con artistas como Gordillo o Arroyo fuera del ámbito catalán. La exposición está articulada en tres partes. Se comienza presentando sus orígenes, sustrato y raíces ancestrales, donde se combinan rasgos culturales navarros y mediterráneos -Italia más la Cataluña rural-, para transitar por su figuración poética y metafórica en torno a Eros y lo humano, y terminar en su mundo cosmológico y lúdico, derivado de su amor a la Naturaleza y la fabulación.

Los textos del catálogo editado con motivo de esta exposición, firmados por la catedrática de Historia del Arte, Mª del Mar Lozano Bartolozzi -que suma a su cátedra el ser hermana del pintor, lo que le permite desvelarnos muchos aspectos del lado humano, de la personalidad y de la vida del artista- y por Raquel Medina de Vargas, comisaria de la exposición, experta en arte contemporáneo y vinculada a Tarragona -que conoció a Rafael Bartolozzi y siguió de cerca su trayectoria- son otro excelente atractivo de la muestra. Cuando el Museo de Navarra cumple 25 años de la reapertura de su remodelación, conviene recordar que en 1990 Rafael Bartolozzi fue invitado a exponer en el renovado Museo y que lo hizo con una muestra doble. De una parte su entonces obra reciente (1980-1989), y de otra “Encierro. Supervivencia del Museo” en la que reflexiona sobre el apasionante mundo de nuestra cultura y nuestros mitos. Sirva la muestra que glosamos aquí, de reconocimiento in memoriam a un creador, Rafael Bartolozzi, cuyo arte está posado en el centro de la ciudad de Pamplona, en la por todos conocida Plaza de la Paz. No sería justo terminar estas breves líneas sin reconocer y agradecer el trabajo de cuantos han hecho posible la exposición y el libro. De manera muy especial a la Familia del artista, su esposa y su hijo, -prestatarios de la mayoria de las obras, muchas de las cuales se exponen por vez primera-, y al Museu d’Art Modern de Tarragona y a la Diputación de Tarragona todas las facilidades que nos han dado en este trabajo conjunto.

Juan Luis Sánchez de Muniáin Lacasia Consejero de Cultura, Turismo y Relaciones Institucionales Gobierno de Navarra

Bartolozzi supo crear mundos de belleza, de pensamiento, de crítica y de reacción. De hecho esta capacidad de fabricar mundos es la esencia y la justificación de porqué una persona se convierte en creador. A partir de esa invención de ámbitos, es la sociedad, las personas de una u otra cultura, de hoy o del mañana, las que son invitadas a entrar y a participar de todo aquello que se nos ha ofrecido de manera generosa. Nunca agradeceremos suficientemente la riqueza que los creadores ponen en nuestras manos, a menudo sin esperar una recompensa real. Pero allí queda, la obra y sus valores. Hace cinco años, ya casi seis, que Rafael Bartolozzi nos dejó, cerrando definitivamente, su obra creativa. Siempre se convierte en un deleite la contemplación o la reflexión de los cuadros o las esculturas de un autor pero en este caso, este acercamiento a la biografía y obra del autor, el acto adquiere una atención especial. La memoria del personaje es del todo viva, cercana, y la ausencia es aún sobrecogedora. Ahora bien, tenemos su obra y el ejemplo de su trabajo. Las herencias son siempre un bálsamo que alivia la pérdida. Ahora quiero pensar en su obra, expuesta en tantos museos o publicada en libros y catálogos. También quiero recordar Vespella de Gaià, el pueblo del que fue alcalde y que transformó de manera radical, no porque alzara grandes obras o hiciera converger hechos extraordinarios, simplemente porque supo poner Vespella de Gaià en las rutas del arte. En este caso son los museos de Navarra y Tarragona quienes toman la obra de Bartolozzi y la ponen en circulación, en un festejo -como él quería- de la vida y de los sentidos. Creo que es el mejor homenaje que podemos hacerle y, al mismo tiempo, el mejor regalo que podemos hacernos a nosotros mismos, disfrutando de aquella oferta de mundos que él creó para nosotros. La Diputación de Tarragona se siente honrada y orgullosa de participar en este homenaje a su figura y obra. Tuvimos el placer de dedicarle un volumen de la colección Tamarit, 1993, escrito por Baltasar Porcel. Y, también, varios catálogos, como el de la muestra pictórica que hizo el castillo monasterio de Escornalbou, en 2002. El nuevo catálogo que ahora tengo el placer de presentar, se añade a este largo reconocimiento institucional a su obra, en la confianza, por supuesto, que no será el último. Josep Poblet i Tous Presidente de la Diputación de Tarragona

Bartolozzi, celebración de la vida Arte, juego y fabulación Aquel pequeño querubín rubio de ojos azules y cabello rizado que tantas veces dibujó su madre, la muy notable artista Francis Bartolozzi1, contempló siempre la vida con la mirada de un niño travieso, libre, lleno de curiosidad hacia su entorno. Nada podía restringir sus ansias de crear (jugar), de disfrutar del sol, la noche estrellada, los placeres sencillos que brinda la vida sin costo alguno, todo aquello que no se puede comprar. Jugar y crear, dos vertientes de una misma actitud que enciende esa chispa de la inteligencia que permite mantener toda una vida la capacidad de sorpresa, de asombro, consustancial al artista. El juego, junto a la intuición e incluso el azar, tan apreciados por los surrealistas, fue siempre algo innato e inherente a su quehacer2; de hecho, el juego entendido desde una visión cósmica como una energía creadora, la del demiurgo como artífice supremo, hacedor de maravillas o mago transformador de las cosas, constituirá el sustrato de su cosmología lúdica3. Pertenecer a una saga familiar de artistas le predestinaba a la que fue su dedicación absoluta: biznieto de Lucca Bartolozzi, natural de Lucca, en la Toscana, y nieto de Salvador Bartolozzi, un gran personaje inmortalizado por Gutiérrez Solana en su conocido cuadro conservado en el Reina Sofía Tertulia del café Pombo (1920) junto a Ramón Gómez de la Serna o José Bergamín, entre otros intelectuales. Fue dibujante, ilustrador, escenógrafo, gran fabulador, creador de los más famosos personajes de la narrativa infantil de los años veinte y director artístico de la editorial Calleja. El padre de Rafael, Pedro Lozano de Sotés fue asimismo pintor destacado de la escuela realista navarra y junto a su madre Francis (Pitti) trabajaba también como escenógrafo y muralista. Creció, por tanto, rodeado de cuentos, colores, dibujos, lo que le hizo sentir y entender la vida en el goce constante de la creatividad impulsada por la inagotable imaginación, en la emoción y la aventura del descubrimiento incesante. Un bagaje de extraordinario valor que unido a su talento innato le aportó una gran ventaja en su carrera artística. En 1964 inicia los estudios de Bellas Artes en Barcelona y pronto sobrepasa a sus propios profesores, y ya en 1967, con sólo 23 años, logra exponer en la emblemática Galería Gaspar de Barcelona, la de Picasso, Miró y Tàpies, y ratifica su decisión irrevocable de dedicarse para siempre y en exclusiva a la creación pura. El arte, en efecto, siempre fue algo primordial en la vida de

1. Hace ahora dos años el Museo de Navarra le dedicó una selecta exposición sobre sus dibujos de guerra, algunos de los cuales se encuentran depositados en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. 2. Corredor –Matheos, uno de los críticos que han seguido desde el principio la trayectoria del artista confirma: “El arte de Bartolozzi ha tenido siempre entre otros rasgos, carácter de juego. En el mejor de los sentidos el juego es connatural, no sólo a la condición humana, sino en visiones sagradas ajenas a la nuestra, a la misma divinidad. El universo entero, la naturaleza, es así un gran juego cósmico” Bartolozzi metamorfosi de la natura, Generalitat-ICEM 1995, p. 17

Dibujo de Rafael bebé por su madre Pitti. 3. “Realidades imposibles, espacios físicos amueblados fragmentariamente, objetos raros y extrañas figuras animadas, nos obligan a penetrar en un sueño creador, en la capacidad inventiva de un artista que pinta con la pretensión de conformar nuevos seres, de convertir lo inanimado en orgánico y vital. Sus obras son un juego intuitivo (…) entre el orden y el desorden. “María del Mar Bartolozzi, catálogo de Duguna, galería Lekune, Pamplona 1998.

Bartolozzi. Observaba su entorno y lo expresaba a través de una energía creativa total, absoluta, inmediata, sin mistificaciones ni dogmas. Consideraba que la pintura tenía que salir de dentro de una manera primitiva, natural, como el garabatear de un niño con una tiza en la mano, y es esta expresión directa, la del garabato o el monigote, la base de todo. Para él el arte consistía en comunicar emociones sencillamente, sin petulancia, dejando brotar libremente la imaginación, la creatividad más genuina. Desde la perspectiva que nos brindan los seis años transcurridos desde su fallecimiento, una de las posibles interpretaciones que nos ofrece la trayectoria vital y artística de Bartolozzi en su conjunto es una verdadera celebración de la existencia. Una existencia que él vivió con plenitud e intensidad hasta el último momento, aceptando la muerte como una parte de ella, tal como expresó en uno de los numerosísimos haikus que escribió diariamente de 2000 a 2003 a propuesta de su amigo y vecino en Vespella el cineasta Bigas Luna: “la naturaleza es tan viva que crea la muerte para su continuidad”. Ese himno o loa a la vida que queda plasmado plenamente en toda su obra constituye el leitmotiv de esta exposición, fue una especie de filosofía personal ajena a pretensiones intelectualistas que implica una imbricación de lo contingente con lo trascendente, de lo temporal con lo intemporal como manera de enfatizar lo substancial de la vida sin separarlo de la experiencia cotidiana. Bartolozzi pertenece a la misma promoción de Bellas Artes de Llimós, Gerard Sala, Artigau o Arranz Bravo4; con éste último compartió aventuras plásticas durante más de diez años, ambos formaron un célebre tándem en pleno momento de rebeldía hippie, proclive a la superación de la individualidad y a compartir ideales (como otros colectivos o equipos artísticos que surgieron entonces) cuando con la transición y el estreno de las libertades no parecían existir límites a los sueños juveniles. Compartieron los estudios de Vallvidrera, Vespella o Cadaqués, expusieron conjuntamente y realizaron trabajos de pintura mural en equipo como el macro proyecto de 2.000 metros cuadrados del edificio de la fábrica Tipel en Parets del Vallès —convertida en un juguete tan insólito como inmenso— y otros como la casa-biblioteca de Cela y el edificio Magalluf en Mallorca, o la fachada del Centro Internacional de Fotografía en Barcelona; no obstante, cada uno desarrolló y realizó su propia obra manteniendo su individualidad. Aquella fue una generación que pretendía hacer un arte sin perder nunca de vista la realidad cotidiana; por tanto, no destinado a la intelectualidad, sino al alcance de cualquiera, como la música pop. Eran ingenuamente ambiciosos, aventureros, querían comerse el mundo, conquistarlo y reinar sobre los universos que inventaban, sus “ínsulas Baratarias”, por encima de la prosaica realidad, pero no por encima de la gente corriente. Fuera del ámbito catalán, su obra mantiene conexiones con artistas tan reconocidos como Gordillo o

Arroyo, aunque —como bien señalan Baltasar Porcel o Joan Abelló— a pesar de sus éxitos quedaron en parte eclipsados por el arte oficial que primaba en Cataluña. A veces la adusta ortodoxia de quienes se erigen en jueces de lo que es o no es vanguardia artística margina tendencias que se apartan de su estrecha visión. Seguramente eran demasiado optimistas, anárquicos y excesivamente amantes de la pintura para militar en el arte oficial. Bartolozzi siempre huyó de cualquier dogmatismo. Sabía que la espontaneidad del juego, de la creatividad intuitiva, automática, muere ante cualquier normativa impuesta, como sucedió con el surrealismo. Cabe señalar en este aspecto su activa participación en numerosos happenings, performances y acciones (ej. “Granollers happening”, 1972), e incluso los títulos, que mezclan idiomas e ignoran normas ortográficas, forman parte de ese divertimento que siempre estuvo en el núcleo de su idea del arte. Ciertamente, la abstracción convertida en un elitismo dogmático ajeno a lo apasionante de la realidad del momento, producía cierto hastío en las nuevas generaciones e incluso condujo al abandono del informalismo a algunos de sus más insignes representantes. Había que recobrar la figuración para acercarse a la realidad de la gente de la calle, de ahí surgieron en la Península nuevas tendencias figurativas conocedoras del pop inglés, que también recuperaba esa vinculación con el entorno. Hockney y Hamilton, artistas británicos del erotismo y los contextos cotidianos, eran los referentes que también inspiraron a Bartolozzi, mientras otros artistas en España so-

4. Todos ellos participaron en la reveladora exposición “Nuevas expresiones” de 1966 en la Sala Gaspar, que aportó un destello estimulante y rompedor con el panorama del momento. Refiriéndose a este grupo y sus intenciones, el propio Bartolozzi afirma: “El pop, y sobretodo nosotros, rompimos el mundo tan elitista y panfletario de los «entendidos»”. Baltasar Porcel, Bartolozzi a Margodí. Barcelona: Diputación de Tarragona, Columna, 1993, p. 26.

5. Como dice Albert Mercader:”Esta simbiosis entre neofiguración y onirismo pop dota de contenido y personalidad una obra profundamente existencial: el cuerpo como expresión de los oscuros rincones del inconsciente humano”. Catálogo colección Bassat 1970-79 , p. 27, CMAC, Mataró, 2013.

bradamente conocidos se inclinaron hacia una vertiente pop de reivindicación sociopolítica. La suya fue una figuración libre, particular, rabiosamente joven, no le interesaba la abstracción precisamente porque le interesaba más la vida, pero no hay un rechazo cuando esa abstracción fluye espontáneamente y por eso en su obra se mezcla con total naturalidad con lo figurativo. En esos años tan determinantes cultivó predominantemente la temática erótica como narrativa personal dentro del marco de una reivindicación vitalista de la libertad en un contexto sociológico propicio. El cuerpo desnudo como estandarte y a la vez como vehículo de expresión de emociones y conflictos relativos a la condición humana, sometido por ello no sólo al influjo surreal sino también a deformaciones a menudo no ajenas a ciertos desvaríos baconianos que parecen revelar una inquietud existencial5. Fundamentos de un lenguaje singular La pintura de Bartolozzi es intuitiva, festiva, emocional, exploraba la realidad con ojos nuevos, sabía ver y registrar todas las cosas de un modo diferente y a partir de ahí elaboró una especie de fabulación mágica capaz de metamorfosear de la realidad donde lo imaginativo y lo poético se fusionan con el referente real en curiosas metáforas.

Hay en su obra una patente simbiosis entre el arte y la vida que se manifiesta en una valoración de la esfera de lo íntimo y lo cotidiano que engloba familia, mascotas, muebles, el jardín, el paisaje y la pequeña fauna que le rodeó en su finca Margodí. Cualquier objeto doméstico se mezcla con la naturaleza sin solución de continuidad, no hay diferencia entre lo inerte y lo vivo, lo orgánico y lo inorgánico. La vida, eje de su filosofía artística y vital, constituye el aglutinante que lo une todo y, más allá del mero hedonismo, la celebra en toda su dimensión: sentimientos, sensaciones, amistad, amor, sexo…. Creó el cuadro a partir de imágenes “reencontradas” del inconsciente que constituyen el argumento, el punto de partida, al que añade luego elementos simbólicos (algunos de aparición frecuente con claro significado, como las peculiares cadenas del escudo navarro) signos de un alfabeto ignoto, geometrías, formas orgánicas y grafismos, goterones, retículas, circuitos, estructuras, marañas, líneas en zigzag o quebradas. Todo surgido de una imaginación que fluye icónica y caprichosa, a veces grotesca, que transforma el referente real dotándolo de un componente onírico que si en ciertos momentos es realmente sofisticado, en otros se manifiesta claramente primitivo. No es exacto hablar de composición en la mayoría de sus obras, sino más bien de asociación (o disociación) sintáctica basada generalmente en la yuxtaposición de elementos dispares en una concepción predominantemente planimétrica, bidimensional, del lienzo que se divide en formas y zonas limítrofes. Con frecuencia el horror vacui le lleva a rellenar todo el espacio disponible hasta el último rincón con sus típicos grafismos all over a modo de retículas o de estampados textiles. El tratamiento del espacio es igualmente original, abundan las pseudoperspectivas y la confusión entre fondo y forma. La línea, definida y enérgica, desempeña una función esencial en su obra no sólo descriptiva, sino tremendamente expresiva y siempre mantiene un papel preeminente asociado al del color, aunque manteniendo cada uno su independencia, incluso con respecto a la forma. Bartolozzi trabajaba lenta y esmeradamente cada obra pero lograba que en el resultado final sólo prevaleciera la frescura y la potencia. Tal como le comentó a Porcel, “la fuerza de mis cuadros no sale de que yo mime mucho el cuadro, que lo hago, sino del big-bang intuición-consecuencia iniciales”6,un proceso para el que se aislaba completamente en su estudio, convertido en un lugar inviolable y casi sagrado. Así nos lo confirma su familia y

nos lo revela él mismo en otro de sus haikus que aparecen salpicados en este texto en homenaje a su poética y su pensamiento: “El estudio es ermita y capilla dominical, los pinceles feligreses manchados de colores concelebrando mitos pictóricos ancestrales.”

6. Baltasar Porcel, op. cit., p. 23.

Cor-enfant. 1991

A lo largo del tiempo, se produce una continua multiplicación de recursos y resortes. Poseía una inmensa capacidad de fabulación y de mezclar elementos que conviven en la misma obra en resueltas yuxtaposiciones: claroscuros, veladuras y transparencias de sutiles matices con colores planos, industriales, el trazo sinuoso elegante y ágil frente a la mancha estentórea. Le apasionaba lo contradictorio, la dialéctica de lo inverso, por ello fusionaba sin ambages, además de abstracción y figuración, lo real y lo irreal, lo animado y lo inanimado, o dimensiones contrapuestas como lo profundo y lo plano. Buscaba deliberadamente provocar la tensión, establecer una confrontación de elementos contrarios a la que se refería asiduamente calificando su estilo de “minimalismo barroco” y entendiendo el oxímoron como principio inspirador de su quehacer. Lo simple y lo excesivo cohabitan en su lógica personal heterodoxa y ecléctica. No es de extrañar en este contexto de pensamiento, por otra parte tan postmoderno, que su admiración por figuras como Beuys o John Cage y ciertos aspectos del arte conceptual fuera compatible con su proximidad a los postulados de la transvanguardia italiana de Achille Bonito Oliva, con quien mantuvo frecuentes contactos, ya que compartía las premisas de un nuevo manierismo que asume el pasado incorporándolo ad libitum, reconquista la individualidad, el imaginario y territorio geográfico propio, la libertad y la ironía. Lleno de iniciativa y entusiasmo, en su afán de probarlo todo experimentó constantemente las más variadas disciplinas,

Fábrica Tipel.

materiales y prácticas artísticas al servicio de un impulso expresivo irrefrenable (“La creación da múltiples ideas, confunde y las paraliza peligrosamente, necesito un antivirus del virus creativo”) y ejecuta esculturas en las más diversas materias, assemblages, poemas objeto, proyectos urbanísticos como el de la plaza de la Paz, esculturas monumentales como la colosal Alfa & Omega anclada en el mar frente a la playa de Torredembarra, happenings, acciones, performances, instalaciones, diseño gráfico… Actividades todas ellas proyectadas y realizadas con idéntica entrega, y, dada su relevancia, ampliamente recogidas y documentadas en diversas publicaciones. Cabe incluir en este punto lo que él mismo consideraba el happening más duradero de la historia, su etapa de doce años como alcalde electo de Vespella de Gaià, por una candidatura independiente, durante tres mandatos consecutivos (1991-2002), cargo que desempeñó sin menoscabo alguno de sus obligaciones como máximo representante del municipio y de sus habitantes pero al mismo tiempo entendiendo su tarea como una “acción” prolongada en el tiempo, una experiencia a la vez vital y artística. Esa circunstancia en la que se ve in-

7 Jordi Cervera, “Nou diari”, Quadern, 5 gener 1991, pgs. 4-5

8. Joan Abelló. Bartolozzi 1991-2004. Barcelona: Àmbit, 2004. Conversación con Bigas Luna, p. 88.

merso casi sin haberla buscado le proporciona un interesante feedback, puesto que después de tantos años de vinculación con el municipio se le ofrece la oportunidad de devolver algo de lo positivo que había recibido de ese entorno, de influir sobre aquello que a él tanto le había influido. Fue un alcalde insólito, artista y amante de la naturaleza que decidió mejorar visiblemente el minúsculo pueblo y su amplio territorio y poner el nombre de Vespella en el mapa, convirtiéndolo en sede y punto de encuentro de actividades artísticas de todo tipo. No en vano le llamaban popularmente el alcalde “farigola” (‘tomillo’ en catalán), lo que pone de manifiesto la percepción de su compromiso con la naturaleza más sencilla y doméstica. El crítico y estrecho colaborador en tantas iniciativas Joan Abelló ha dejado en sus numerosos escritos fiel constancia de todas y cada una de sus aventuras creativas y personales de esa etapa, entre ellas el certamen de poesía visual Joan Brossa, con el que colaboró activamente el propio fundador de Dau al Set, entre otras personalidades, o algo nuevamente tan lúdico como pintar las casas en un tono de azul que Bigas Luna calificó de “azul Bartolozzi” o diseñar alguna de sus fuentes. La pertenencia cada vez más sentida al entorno que le ofrece Vespella incide de manera determinante en la evolución de su obra. En una amplia entrevista con motivo de su toma de posesión como alcalde7, declara que su obra se ha vuelto menos figurativa y más infantil, posiblemente influenciada por la convivencia con el pequeño Nil, que sin duda le evoca su propia infancia y le confirma en su idea del juego como motor de la creatividad: ”estoy viviendo unos momentos que me llevan al primitivismo, a practicar un arte más intuitivo, más visceral”, afirma; asimismo, atribuye el cambio al entorno y la cultura romana, y cita a Miró como paradigma de ese influjo del entorno que deseaba potenciar para instaurar en Vespella un punto de encuentro de artistas de las más diversas disciplinas. Trayectoria: De la neofiguración a la cosmovisión ecléctica El propio artista distinguía en la conversación filmada que mantuvo con Bigas Luna8 cuatro etapas básicas en su evolución. La de infancia hasta 1955, con la influencia familiar y de lugares tan emblemáticos como el bosque de Irati. Después, la de estudios en Barcelona desde 1962 hasta 1966, cuando alcanza la profesionalidad. La tercera la comparte con Arranz Bravo y culmina con la participación en la Bienal de Venecia de 1980. La cuarta viene marcada por su instalación permanente en Vespella, su matrimonio con Núria Aymamí en 1983 y el nacimiento de su hijo Nil; desde ese momento conjuga una vida familiar y campestre con frecuentes viajes, especialmente a Italia. Su compromiso como alcalde (19912003) compatible con su actividad artística constituiría la quinta, que entonces iniciaba, mientras la sexta y última se correspondería con la convivencia con la enfermedad hasta su fallecimiento, sin dejar de crear hasta el último momento.

Guerrero, 1997.

Después de unos inicios influidos por la brillantez de la generación informalista española, pronto descubre su propio camino en ese despertar de una nueva figuración, en la eclo-

sión jubilosa de nuevos postulados. Los primeros trabajos que permitieron calibrar su verdadera personalidad y valía corresponden a los años 1967-1968, presentan enigmáticas formas desarticuladas o fragmentadas de figuras o animales con cierto aire baconiano resueltas en suaves y sutiles transparencias evanescentes (Salto mono) ya dotadas con un peculiar trasfondo poético. Se apodera de él una intensa fiebre creativa que da lugar a las tan representativas producciones correspondientes a los años setenta y primeros ochenta que constituyen una celebración del erotismo y del disfrute de la vida; son obras sensuales y sofisticadas, meticulosamente elaboradas con grafismos y veladuras que temáticamente incluyen, además del erotismo, autorretratos y retratos de familia. Maneja con soltura los grandes formatos y la composición de escenas surreales y fantásticas que transgreden con audacia la realidad y que aún hoy transmiten la misma sensación de vitalidad y modernidad. El cuerpo humano, habitualmente desnudo o casi desnudo, alcanza un destacado protagonismo de resonancias clásicas tanto en figuras femeninas como masculinas, solas, en pareja o frecuentemente en escenas de grupo, generalmente sometidas a características deformidades o mutilaciones que no eclipsan la carga estética del cuadro realmente exquisita en muchas piezas . En un determinado momento, el desnudo se nos aparece atado, como aquellos esclavos de Miguel Ángel, constreñido ante el ansia de vivir, con ligaduras que se revelan incapaces de limitar la libertad intrínseca del individuo, de contener su fuerza y sus anhelos más profundos; en acertadas palabras de Baltasar Porcel, “titanes prisioneros de un peso invisible”. En ocasiones parece mutilado por la violencia, la antítesis de esa libertad, como en las figuras de la plaza de la Paz de Pamplona. , que Vázquez Montalbán interpretó agudamente como una deliberada mutilación de los cánones académicos por parte del artista9. Esta fase figurativa se completa con un conjunto de obras correspondientes a un período especialmente destacable a finales de los ochenta en que, recuperando la sutileza de aquellas obras de la segunda mitad de los sesenta, lo imaginativo y lo lírico se fusionan y alcanzan cotas insospechadas de una sutil y exquisita poética impregnada de elementos metafóricos. A ese periodo pertenecen, entre muchas otras, piezas tan deliciosas como Corazón cayendo por las escaleras.

Plaza de la Paz, detalle.

ducción no refleja ruptura alguna entre lo urbano y lo rural, lo moderno y lo intemporal. Sin embargo, a raíz de fundar su propia familia con el consiguiente asentamiento en una feliz y sosegada vida campestre, su obra se irá transformando poco a poco en detrimento del protagonismo de la figura, de modo que la naturaleza tomará el relevo como temática principal. 9. Manuel Vázquez Montalbán “Sea vd. Virgen” en Aventuras maravillosas de Bartolozzi, March ed. Barcelona, 2005, p. 120. 10. Con referencia a este influjo tanto en Miró como en Picasso, se recomienda consultar los libros de la colección Tamarit de la Diputación de Tarragona: Joan Perucho, Picasso, el cubismo y Horta de Sant Joan. Barcelona: Columna, 1993; Daniel GiraltMiracle.El grito de la tierra. Joan Miró y el Camp de Tarragona. Barcelona: Columna, 1994.

El establecimiento en su finca de Vespella de Gaià, llamada Margodí, no fue repentino, se remontan los primeros contactos con el lugar a los primeros años setenta y por ello su pro-

Fauna d’horts XXII, 2005.

Progresivamente interiorizó el paisaje que le rodeaba en el Camp de Tarragona, exento de espectáculo y majestuosidad, poblado de arbustos, pinos, encinas y algarrobos, con el referente del mar en el horizonte. El Mediterráneo se había compenetrado con su mirada azul y esa línea de horizonte era ya una presencia imprescindible en su mundo cotidiano. Necesitaba partir de lo sencillo y primitivo como Miró, quien afirmó: “debemos pegarnos a la tierra, hay que escuchar el grito de la tierra”, y para recordar esa premisa llevaba siempre en el bolsillo una algarroba. Curioso el influjo de los algarrobos también sobre Bartolozzi, quien solía hacer notar que siempre miran al mar y muy de destacar la influencia de las comarcas de Tarragona en el arte contemporáneo:10 Mont-roig, Horta, Siurana, vieron nacer el cubismo de Picasso y el simbolismo sígnico de Miró. Un paisaje inspirador que transmite la autenticidad de la tierra primigenia que en su austeridad incitó nuevas maneras de interpretar la naturaleza y el universo. Esta compenetración con el entorno del campo tarraconense, un espacio de sosiego donde pudo generar un ámbito favorable de reflexión, será muy duradera y fecunda en Bartolozzi y se prolongó hasta su muerte. Allí, en su finca Margodí, afirmó todo su bagaje a partir del cual evolucionó de una manera cada vez más libre, fluida y primitiva que somete la realidad a la metamorfosis de la fabulación y la interiorización del sentimiento. A partir de los noventa, se consolida ese creciente protagonismo del medio y desarrolla una mitología mediterránea plenamente subjetiva, una naturaleza imaginada, reinterpretada, reinventada mediante un imaginario intuitivo, un código anárquico que establece curiosos nexos e incluye asociaciones figurativas simbólicas, componentes de azar, fusión de ideas y de objetos en una especie de poética visual. Así surge toda una cosmogonía, un caldo primigenio de donde va emergiendo todo un bestiario festivo formado por todo tipo de animales existentes, inventados o metamorfoseados: caracoles, lagartijas, insectos, todo un catálogo de monstruos zoomórficos inofensivos y alegres que cohabitan amigablemente. Se trata de un ecosistema singularísimo “margodinense” con sus propios especímenes, un colorido paraíso terrenal

hecho a su medida y a la de su familia, pero abierto a sus amigos, colegas, conciudadanos y visitantes, con los que tan a menudo lo compartía. El terrible incendio forestal (agosto de 1993) que arrasó el municipio, y sus trágicas consecuencias en vidas humanas, fue un suceso devastador para el artista. Las llamas redujeron a cenizas esa Arcadia feliz, esa comunión idílica con la vida natural que venía nutriendo todo su quehacer vital y artístico. El tremendo impacto emocional se refleja en una serie de obras desgarradoras realizadas sobre lona asfáltica recogidas en una destacada exposición itinerante,11 las cuales constituyen un paréntesis de cariz hondamente expresionista. Fuera de esta etapa singular, el expresionismo aparece también en un par de piezas, igualmente ligadas a experiencias personales traumáticas. Pintura y escultura comparten en esta época este universo de símbolos, tótems míticos y arcaicos, signos y artefactos antropomórficos. A destacar en este sentido el amplio conjunto de piezas tridimensionales datadas en 1994-1995, assemblages

de diversos elementos resultado de la recuperación de moldes de una desaparecida fábrica de cerámica a partir de los cuales desplegó nuevamente su vena más lúdica, creando una metafórica galería de fascinantes personajes a los que se unieron seguidamente otros en mármol, dotados de una singularísima vivacidad (Núria, Convidat). El nuevo siglo lo inicia trabajando en obras de una sorprendente abstracción geométrica que se mezcla con elementos orgánicos y animales reales o fantásticos. Hacia 2002 la exposición “Emprius”12 recoge un nuevo y pletórico canto a la naturaleza en la que conjuga el realismo descriptivo de la vegetación de su jardín, de su huerto y del campo contiguo, representada con exuberante cromatismo, con figuras antropomórficas de filiación casi mironiana (Prometatge); más tarde el referente real queda casi oculto en obras enigmáticas prácticamente abstractas, aunque igualmente inspiradas en su entorno, ricas en recursos muy diversos (serie Fauna d’horts y posteriores), una ecléctica cosmovisión en la que el signo, el simbolismo hermético y cierto esoterismo cobran mayor relevancia y se articulan estableciendo su propia sintaxis. 11. Palau Robert (Barcelona) y universidades de Girona, Lleida y Rovira i Virgili. Institut Català d’Estudis Mediterranis, Barcelona, 1995.

12. Torre Vella de Salou, 2002.

Sofà Blau, 1978.

Fuente de Vespella de Gaià, 1994. Foto: J. M. Guinovart

Algunas quedarían interrumpidas por su muerte, ya que pese a la enfermedad no dejó de pintar, y mantuvo hasta el final ese impulso creador que definió su existencia. (“Maravillosa ventana de Vespella de Gaià, mortis morte, la muerte da muerte a la muerte con su propia muerte.”) Su obra, como la de Picasso, otro ineludible referente, se mantuvo —desde aquel pop inicial al que contribuyó con un sensitivo y soberbio enfoque propio hasta el lenguaje fabulado y lúdico del oxímoron— en perpetuo cambio, en constante búsqueda, rechazando siempre la repetición de lo ya conseguido, pero al mismo tiempo nutriéndose del substrato de un conocimiento asumido de la memoria del arte del pasado y de sus raíces sentimentales. Creó su burbuja, su territorio en el que desarrolló su propia narrativa existencial en la que se da una confluencia y unicidad de lo humano, la naturaleza, la vida, el pensamiento y el arte; res cogitans y res extensa indisolublemente unidas al servicio de su pasión creadora.

A la hora de glosar ese territorio mental y sentimental propio, esa celebración de la vida, me vienen a la mente ciertas analogías con aquella enigmática civilización etrusca que se desarrolló precisamente en la misma zona de procedencia de sus orígenes italianos. En sus pinturas los etruscos reflejaron ese mismo talante jovial, las escenas familiares lúdicas y festivas recrearon profusamente el paisaje que tenían a su alrededor, el entorno tanto natural como social y doméstico. Sus magníficas esculturas de caballos reflejan con expresivo realismo su fascinación por los seres vivos. Pero lo que cabría destacar especialmente es la semejanza en la actitud existencial reflejada en sarcófagos tan célebres como la Tumba de los esposos en la que se hicieron retratar cómodamente reclinados, abrazados y eternamente sonrientes, celebrando placenteramente la vida y la muerte como parte de ella. Una lección intemporal de humanidad a la que también nos remite la vida y la obra de Rafael Bartolozzi. Raquel Medina de Vargas Doctora en Hª del Arte Comisaria de la exposición

Rafael Bartolozzi. Una memoria redefinida plásticamente por las emociones vitales. Cartografía de una memoria “La globalización del día se salva por los detalles más íntimos” (R.B.) Entre Navarra y Tarragona, entre Irati y Margodí, entre Bartolozzi y Lozano de Sotés, entre Fra Filippo Lippi y John Cage… el artista Rafael [Lozano] Bartolozzi fue compulsivamente intrusivo en el propio recorrido de la memoria de lo que él llamaba su “extraña” aventura de vivir. Las referencias de mi hermano Rafa se movieron en un bascular constante y emotivo, sintiéndose cada vez más religado a un pasado que fue recuperando progresivamente. Su sensibilidad, alegría de vivir y sensualidad se volcaron en la estética de sus obras plásticas desde que empezara a pintar y comenzara la experiencia de la emancipación vital. Porque aunque Rafa siempre, como el resto de los hermanos, quiso inventar y fantasear -recuerdo unos muñecos de papel que recortaba y pintaba para ser además movidos por hilos, que nos sorprendían y divertían por su vivacidad- empezó a plantearse la pintura sin interferencias de otra profesión llegada ya la juventud, tras los inicios de sus estudios universitarios para una futura carrera de Aparejador en Madrid, que fue trocada por la de Bellas Artes en Barcelona. No era extraño en nuestro ambiente de antepasados y progenitores dedicados al modelado y las reproducciones de esculturas singulares de la historia del arte, a la ilustración de revistas gráficas como La Esfera, Blanco y Negro, Nuevo Mundo, Crónica, y de libros escritos por Ramón Gómez de la Serna o Fernández Flórez, a la escenografía para obras de Valle Inclán o García Lorca, a escribir cuentos infantiles, a dibujar y pintar, y a la enseñanza del dibujo, que conformaron sus genes y su identidad sociocultural. Veíamos en casa las reproducciones y algún original de mi abuelo Salvador Bartolozzi, de la serie Madrid en el Recuerdo realizadas en México D.F.1, cuya sensibilidad y refi-

Francis Bartolozzi y Pedro Lozano de Sotés pintando un mural en la ermita de la Virgen de las Nieves en la selva de Irati (Navarra). 1956.

Salvador Bartolozzi: Tres chulas. C. 1948. Colección particular México D. F.

1. Bartolozzi. Monografia De Su Obra, Prólogo de Antonio Espina, Editorial Unión, México D.F. 1951. La mayor parte de los dibujos originales de esta serie fueron depositados tras su muerte en el Museo Municipal de Madrid, hoy Museo de Historia de Madrid. 2. Mª Mar Lozano Bartolozzi, Salvador Bartolozzi (18821950). Dibujante castizo y cosmopolita, Museos de Madrid. Arte Contemporáneo, Madrid, 2007. 3. Pedro Lozano Bartolozzi, Pedro y Pitti, Ayuntamiento de Pamplona. Pamplona, 1986. Pedro Luis Lozano Uriz, Un matrimonio de artistas: Vida y obra de Pedro Lozano de Sotés y Francis Bartolozzi, Gobierno de Navarra, Pamplona, 2007. 4. Jesús Basiano y Emilio Sánchez Cayuela (Gutxi), eran pintores pamploneses coetáneos y amigos del matrimonio Lozano de Sotés/ Bartolozzi, que con lenguajes diferentes constituyen piezas fundamentales del arte navarro.

nado trazo de expresionistas líneas transgresoras y elegantes con matizados colores, fueron antecedentes de las de Rafa; y leíamos y visualizábamos los cuentos de Pinocho y Chapete de la editorial Calleja o de Pipo y Pipa en Estampa, obras igualmente suyas2. También íbamos al taller de reproducciones artísticas de los sótanos de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, cuando en la infancia viajábamos a Madrid, donde los yesos de los vaciados de esculturas de la antigüedad clásica o de Donatello eran conformados y manipulados por la saga familiar de los Bartolozzi y los Sánchez. Y visitábamos a la tía Paquita, hermana de Salvador, alegre y divertida, amiga de los disfraces, de las chinerías que fue adquiriendo en el rastro con su marido Arturo Arias, igualmente aficionado a los objetos exóticos. Pero sobre todo convivíamos con los lápices, los pinceles, la cola de conejo, las tintas y los botes de témpera para los dibujos y pinturas de los propios padres, dedicados profesionalmente a dar clases, pintar murales y cuadros, dibujar portadas de revistas, historietas de héroes como el capitán Trompeta, ilustraciones, hacer decorados y figurines de teatro. La cotidianeidad de nuestra casa era ver dibujar a mis padres, Pedro y Pitti (Francis); o acompañarlos en verano a realizar los encargos de murales en edificios civiles y religiosos de Corella, Irati, Eugui, Arnotegui, Eibar y otros lugares de la geografía española3, sin olvidar los encuentros por la calle con el pintor Jesús Basiano o cuando venía Gutxi a casa4.

Lozano Bartolozzi antes que Rafael Bartolozzi “De repente todo está quieto menos la mirada” (R.B.) Rafa comenzó siendo un artista figurativo que analizaba las formas como ejercicios de observación y búsqueda de expresivi-

dad plástica y de un lenguaje propio. Las vistas panorámicas de Pamplona, los paisajes del entorno de la Navarra Media: Sorauren, San Cristóbal… el etno-foklore navarro, que lo conducían a lo que tantas veces nuestro padre dibujó o pintó, fueron sus primeras temáticas además de los retratos y apuntes de todo tipo. Pero ¿dónde se situaba estética y formalmente? Empezó con las ceras, el óleo y el lápiz, deformando figuraciones y construyendo mundos poliédricos postcubistas, desde una memoria local en la que el paisaje elaborado a partir de la naturaleza o las vistas de pueblos y la ciudad de Pamplona eran herramienta de aprendizaje de sus largas pinceladas que formaban y desmaterializaban los volúmenes vazquezdianos y matizaban de luces y sombras las distintas gamas de color logrando siempre armonías inéditas. Destaca de estos años el óleo Bueyes, que representa el arrastre de piedra por estos animales, un deporte de zonas rurales como el de los aitzkolaris, muy extendido en el mundo vasconavarro. En la pintura, de tonos vaporosos, con pinceladas superpuestas y evidentes, la yunta de bueyes es conducida por varios aldeanos o arreadores (akullaris) que llevan sus pantalones azules y boinas negras, para arrastrar una pesada piedra. Rafa asocia este deporte con su entorno vasco que definía la identidad de una parte de Navarra y era glosada e investigada por los amigos de la peña literaria, tertuliana y cafeteril de «Pregón»5 (cuyos componentes participaban en la edición de la Revista Pregón), colaboradores de la Institución “Príncipe de Viana”; entre ellos Tomás López Sellés (Masito)6, etnólogo e intimo amigo de mi padre, Vicente Galbete, José María Iribarren, Faustino Corella…o el más senior Ignacio Baleztena. Un grupo de amigos e intelectuales, de diferentes procedencias, que rodearon también nuestra infancia. Un detalle imperceptible para algunos es cómo en un dibujo esquemático con un toro, del fascículo que explica el proyecto de una instalación de Rafa en el museo de Navarra sobre el Encierro, realizada simultáneamenzte a la exposición del año 1990 en el mismo museo, escribió a lápiz: “Encierro, Museo –Santo Domingo, El rincón de Pedro y Masito. Ruido. Miedo Antiguo- Amanecer, luz, piedras, suelo, geometría…”. Pues ambos amigos presumían de ver y sentir los toros subiendo por la mismísima cuesta de Santo Domingo arrimados junto a la pared. Además mi padre tenía un buen bagaje de fotografías de estos acontecimientos, que igualmente veíamos en las exhibiciones de la plaza de toros.

Plaza de la Paz, Pamplona. 5. Vicente Galbete Guerendiain, “López Sellés, Tomás: montañero y arqueólogo navarro (1906-1976)”, en Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra, Año VIII (1976), n. 24, Institución Príncipe de Viana, p. 551. 6. Ibíd, pp. 537580.

Pedro Lozano de Sotés en la exposición Arranz Bravo-Bartolozzi de la Ciudadela de Pamplona. 1975.

La suerte está echada “Enseñar con entusiasmo tu trabajo a la autoridad competente te convierte en vendedor de sueños” (R.B.) A las vivencias navarras se unieron las del ambiente de Madrid en el comienzo de los sesenta, visitando las galerías de entonces para admirar a los artistas informalistas del Paso como Antonio Saura o Millares; estas nuevas orientaciones explican el análisis matérico desarrollado en otra pintura temprana: la Virgen de Soterraña o Virgen de Nieva, venerada en varias localidades navarras pero también en Uterga, que Rafa conservó en su colección como recuerdo simbólico de un pueblo igualmente sentido por los padres y hermanos que apreciábamos sus costumbres y ritos, y los amigos que vivían allí. Y las de sus compañeros de la Escuela de Bellas Artes en Barcelona o en San Cugat del Vallés: Llimós, Artigau, Arranz Bravo, con el interés por Tápies o la visita a Salvador Dalí en Portlligat, sin olvidar su admiración por el primer Gordillo. Más las de sus viajes al extranjero: Suecia, Italia, sobre todo Italia, lugar reincidente a lo largo de la vida (no en vano su mujer Nuria Aymamí es también una entusiasta del país más atractivo por la cultura del Renacimiento), Torino, Lucca (los bisabuelos nacieron en Casabasciana, una pedanía de Lucca), y la impactante, según me contaba muchas veces, parada en Orvieto donde los frescos de Lucca da Signorelli, inspirados en la Divina Comedia de Dante, le parecieron una locura artística, con sus desnudos de dinámicos y fantásticos escorzos llenos de expresividad y dramatismo. No olvidemos que él interpretó numerosas veces cuerpos desnudos en versiones pictóricas o escultóricas, que basaban su originalidad en la mezcla de lo explícito con una ambientación surrealizante y bella, en un espacio de colores de gran sensibilidad y efectos luminosos. Pero también le impactó escuchar a John Cage en los Encuentros de Pamplona (1972), en los que además participó, como el grupo ZAJ; o ser amigo de Joan Brossa, creando, con Joan Abelló, el Premio Nacional de Poesía Visual “Joan Brossa” en Vespella, todo lo cual alimentó su vena conceptual. Muy pronto se fraguó su versión neofigurativa y Pop Art, sensual y etérea, y se produjeron los éxitos de las pinturas murales en tándem con Eduardo Arranz Bravo, las exposiciones en la sala Gaspar (Barcelona), Vandrés (Madrid), Miguel Marcos (Zaragoza), las ediciones de libros con estampas gráficas, las esculturas públicas y un amplio recorrido nacional e internacional con cambios experimentales de registros plásticos, en una trayectoria

Rafael Bartolozzi: fragmento elaborado por el artista dentro de la pintura mural de la ermita de Arnotegui, realizada por Pedro Lozano de Sotés y Francis Bartolozzi. 1965.

Rafael Bartolozzi: dibujo del proyecto instalación Encierros (Supervivencia del Museo). Museo de Navarra. 1990.

7. Mª Mar LozanoBartolozzi, “El imaginario navarro en la obra artística de Rafael Bartolozzi”, en: Pulchrum Script varia in honorem Mª Concepción García Gaínza, Gobierno de Navarra, Universidad de Navarra, Pamplona, 2011, p. 499.

cuajada de neosurrealismos diversos que surgieron de su mundo intelectual con algo de psicoanalítico y periférico. Todo un mundo narrativo y onírico en ocasiones semiabstracto con símbolos de germinación, fuerte erotismo y mucha luz gracias a las veladuras y los vivos, sabios y personales colores. Asimismo el apellido de la madre fue el adoptado definitivamente para su firma y más adelante para su hijo Nil. Pero a su vez amó la naturaleza y cada vez se sentía mejor en los pequeños espacios como Cadaqués y en el bosque mediterráneo de Vespella de Gaiá con su flora y fauna. Así mismo se recreaba en los recuerdos reticentes de su querida Navarra, y su folklore asociado igualmente a las representaciones del ballet Duguna -siendo él junto a su hermano Pedro protagonista de una puesta en escena en los años de la infancia, disfrazados de sapos, en un aquelarre brujeril-, o a los cortejos de salacencos participantes en la romería de la Virgen de las Nieves en el Irati. Además cabe resaltar su entusiasmo por los Sanfermines corriendo en el encierro y viendo los toros desde la adolescencia en la grada del club Oberena que fuera impulsado por don Santos Beguiristain

8. El Hermes griego o Mercurio romano, es el dios mensajero de los dioses, además del comercio, y protegía a los pastores y a los viajeros, siendo representado con su sombrero, el caduceo y las alas en las sandalias, pero también en compañía de algunos animales como el gallo y la cabra. Dibujos de Rafael entre los 2 y 4 años de edad.

como tantos otros proyectos, entre ellos los de la citada ermita de las Nieves en Irati, pintada por los padres o las pinturas en la ermita de Arnotegui en Obanos (1965), donde ya colaboró Rafael, como podemos observar en el cortejo de Guillén de Aquitania, representándose asimismo como un príncipe del Renacimiento, pues Rafa se autorretrató muchas veces por un cierto narcisismo, con sutiles capas de color. Por eso se consideró un iniciado en el paisaje elaborado y antropizado por él y su familia, gracias a las citadas experiencias que acompañaban a la realización de las numerosas pinturas de los padres, y a sus ilusiones cada vez más simbolistas y no siempre conseguidas que formaban un cordón umbilical en progresiva tensión. Los temas y los “disfraces” se sucedieron, la suite Pamplona en la exposición de la Ciudadela del año 1975, nos dejó la visión mágica de su casa de Pamplona7, de los Gigantes y otros temas que tenían el denominador común al plasmarlos en los óleos, del detalle de una pernera de pantalón y zapatilla corriendo en el encierro, situado en un lateral. Muy diferente ya es el Txistulari pintado en 1986, que con el txistu y el tamboril, parece una ménade de un Scopas transvanguardista, siendo seguramente un nuevo “mercurio” acompañado por el gallo (heraldo del nuevo día)8, con garabatos que le aportan un áura inmaterial algo angélica. Una diferencia en la que pudo influir la inflexión que supusieron algunos acontecimientos familiares del año 1985, conducentes a sentimientos límites, como la muerte de nuestro padre y el nacimiento de su hijo Nil, o la pérdida posterior de un nuevo hijo en gestación.

9. Mª Mar Lozano Bartolozzi, “El imaginario navarro en la obra artística de Rafael Bartolozzi”, op. cit., p. 501.

San Ignacio 14, 5º C. Suite Pamplona. 1975. Colección particular, Pamplona. Francis Bartolozzi rodeada de hijos y nietos.

bas remiten a figuras de la tierra, el hombre como levantador de piedra –deporte vasco-, la mujer como recuperación de la mitología clásica y sus significados, también en los orígenes navarros. Están situadas en sendas isletas. A su alrededor unos tubos metálicos de perfil sinuoso, como los garabatos que se superponían en sus cuadros figurativos a modo de gesto automático y onírico, surtían agua (después fueron eliminados). Completan el conjunto de dimensiones monumentales, cinco txistus/farolas de 8 m de altura, recurso de recuerdo local omnipresente en la obra de nuestro artista, como vamos viendo.

Ángeles y visiones más trágicas empezarán a poblar un nuevo universo iconológico. Bartolozzi siempre ha observado la realidad transformándola y convirtiéndola en metáfora, y parte de la metaforización del mundo navarro se manifestó en el proyecto de la plaza de la Paz (realizada en 1987)9 , dejada sin terminar por estériles polémicas corporativistas y de cambios políticos municipales, luego remodelada por él mismo el año 2001. Una intervención encargada por el Ayuntamiento el año 1986, que supuso un reto no solamente estético sino también urbanístico. El artista insertó elementos escultóricos y arquitectónicos en la encrucijada de dos avenidas, con la creación de un paisaje artístico, si bien durante los primeros años de su realización se alzaba una cornisa azul añil, de fibra de vidrio y estructura metálica de 32 m de largo, sobre dos columnas de hormigón de 12 metros de altura, de cuya parte inferior deberían haber vertido cortinas de agua, en armonía con otras fuentes que constituían un recorrido secuencial de plazas hacia el interior de Pamplona. El conjunto formaba una gran puerta de entrada a la ciudad (años después se eliminó la cornisa y no se llegaron a instalar las cortinas de agua. Las columnas se remataron con sendos cubos de acero inoxidable con la palabra Paz escrita en bajo relieve, y en varios idiomas;). Se suman los dos grandes protagonistas, las esculturas que representan un hombre y una mujer de mármol de Carrara, con estética deconstruida de surrealistas mutilaciones y símbolos oximorianos. Am-

Fotografías de Rafael Bartolozzi.

Mientras que la evocación del citado ballet Duguna (1997) dio pie a otra exposición con títulos como Príncipe, Irati y Bailarín pastor, con personajes de leyendas navarras, extraña fauna de dragantes, truchas e insectos y paisajes de húmedos verdes o cálidas atmósferas, donde el erotismo ha sido sustituido por la fertilidad de la boscosa naturaleza, metafóricas representaciones de un bestiario navarro, o una interpretación de mitos y símbolos de un intelecto neoplatónico, enriquecidos por él, con abstracciones a partir de recursos imaginativos de trazos geométricos o campos de color fenomenológicos con fondos espaciales de multiplicidad y versatilidad plástica de cierto barroquismo en el insistente “horror vacui”. No dudó tampoco en vestirse de fraile en Arnotegui, de pamplonica en inauguraciones expositivas, o de roncalés en su boda, a modo de distintas performances secuenciales en recurrentes flashbacks.

Un pasado que se fue oscureciendo y conceptualizando “Impartiré el silencio más lleno que os pueda dar” (R.B.) Y la vivencia del pasado, como narración liberadora de conflictos y dramas, y con magia propia, fue cada vez más somatizada, no siendo ajeno a ello el incendio que asoló el municipio de Vespella el año 1993. Palpar que todo lo que antes era vida se podía convertir en un espacio infértil y desolado le marcó profundamente y supuso la presencia del negro, del no color, en su trayectoria sucesiva. Así emergió con los años un tiempo anterior idealizado, que protegía los fantasmas del abismo de la muerte. Una muerte que fue anunciándose poco a poco, y nos hacía olvidar al saberle pintando y dibujando hasta los últimos días del pálpito vital, como hiciera nuestra madre; para ello Nil, ya artista practicante y más cómplice que nunca, le llevó al hospital una caja de 100 pasteles de todos los colores y papel negro de amapolas, sobre el que realizó sus últimos oxímoros fruto de su minimalismo barroco10, experiencia liberadora, descarga de recuerdos y del bullir imaginativo y experto de unas mentes tan proteicas. Por ello las performances festivas y happenings participativos de los primeros años, dieron lugar a su querer descubrirse en objetos reduccionistas, dibujos (acuarelas sobre papel oscuro, con el pulular de seres orgánicos y garabatos de un nuevo cosmos) y sintéticos haikus como los que acompañan a nuestros títulos. Para reencontrarse en una intimidad feliz, que se remontaba a vivencias intangibles más que a descripciones locales, aunque se entremezclaran con ellas. Como en Estiu Ochagavia (2005), dos danzantes ochagaviarras, que habitualmente ofrecen su ritual danza de palos entorno al bobo con colorineros trajes y gorro en forma de cono, el 8 de septiembre junto al Santuario de Nuestra Señora de Muskilda, lugar donde se accede a la selva de Irati; que él ya oscureció en vez de llenarlos de la anterior luz. Porque quizás tomando las afirmaciones del escritor Miguel Fernández Campón, es interesante reflexionar sobre cómo “Retornar al origen es pretender vivir hacia delante a partir de un pasado reinterpretado. [Por lo que] Hemos de caminar hacia la cavidad uterina, y permanecer allí, porque quizá sea allí donde encontremos una esfera de felicidad”11. Lo entendió muy bien José Corredor Matheos cuando escribió: “Bartolozzi está siempre un poco por encima del suelo sin tocarlo. Lo real y la plasmación simbólica de los problemas de nuestro tiempo los encontraremos también; pero en su encarnación, los temas tal como se plantean y son vistos, se sitúan en una zona ideal. La estética está decantada”12. Porque Bartolozzi buscaba siempre un paraíso: familiar, artístico, de ángeles celestes o caídos, pues: “El Paraíso es algo a que tenemos perfecto derecho, y la privación a que se nos somete es una injusticia que espera reparación”13. Quizás la reparación que nos aporta Rafa es que entendamos su extraordinaria autocensura estética con lo que ya había alcanzado aunque fuera exitoso, incomprendida para muchos que no aprobaban su alejamiento de la eclosión vitalista lograda con una pintura transparente aunque turbadora, y su empeño en transmitir poco a poco un mundo propio más dramático, aún sin perder la sonrisa, como debe hacer todo artista que quiera ser fiel a sí mismo y a su pasado de fuerzas creativas acrisoladas.

10. A Rafael le gustaba insistir sobre este lenguaje que consideraba muy personal en el que lo metafórico surgía del enfrentamiento de elementos contrapuestos, creando un universo nuevo y rico expresivamente.

Alfa & Omega, 1999.

11. Miguel Fernández Campón, “Hacia otro origen: el artista, la placenta y la pérdida de la subjetividad”, en NORBA-revista de Arte, vol. XXVIIIXXIX (2008-2009), 2009, pp. 267 y 268. 12. José Corredor Matheos, Arranz bravo & Bartolozzi, Ibérico Europea de Ediciones, Madrid, 1977, p. 10. 13. Ibíd.

Mª del Mar Lozano Bartolozzi Catedrática de Hª del Arte Universidad de Extremadura

BARTOLOZZI 1943 - 2009

OBRA

Pamplona 1960 óleo s/ cartón 31x123 cm

Virgen de Soterraña 1961 óleo s/tela 80x60 cm

Bueyes 1962 óleo s/tela 56x110 cm

Salto Mono 1967 óleo s/tela 81x81 cm

Dulce país Agric 1969 óleo s/tela 146x114 cm

La Maison 1969 óleo s/tela 60x81 cm

Mascara Casa Garden 1970 óleo s/tela 130x97 cm Colección Museo de Navarra. Foto: Larrión & Pimoulier

La Paloma y la Modelo 1972 acrílico s/tela 146x114 cm

Dos Gracias Cerámica 1973 óleo s/tela 162x130 cm

Playa Sombra 1973 óleo s/tela 100x100 cm

Retrato trozos 1973 óleo s/tela 162x130 cm

Finestra Carn 1974 óleo s/tela 200x200 cm

Rodilla 1974 óleo s/tela 65x54 cm

Autorretrato camiseta cama 1976 óleo s/tela 162x130 cm

Figura equable 1978 óleo s/tela 92x73 cm

Figura penombra 1978 óleo s/tela 46x38 cm

Magalluf 1980 óleo s/tela 160x195 cm

Passeig amb gossa 1982 óleo s/tela 215x170 cm

Simi amb rosa 1981 óleo s/tela 92x73 cm

Txistulari 1986 óleo s/tela 195x130 cm

L’única 1987 óleo s/tela 100x81 cm

More estable 1987 óleo s/tela 146x114 cm

Hombre Pamplona (Pl. de la Paz) 1986 Bronce 51x27x13 cm

Mujer Pamplona (Pl. de la Paz) 1986 Bronce 37x28x24 cm

Billar 1988 óleo s/tela 100x81 cm

Oxell de Paper 1988 óleo s/tela 100x81 cm

Reboca d’Or 1989 óleo s/tela 93x73 cm

Operació in blue 1989 óleo s/tela 130x195 cm

Koko Bany 1988 óleo s/tela 195x130 cm

Corazón cayendo por las escaleras 1990 óleo s/tela 116x89 cm

Déu-Foc 1994 mixta s/ lona asfáltica 347x120 cm

Lluna 1993 mixta s/ lona asfáltica 146x114 cm

David 1994 mármol y latón 26x18x11 cm

Núria 1994 madera 110x105x40 cm

Pregoner 1995 madera 45x43x10 cm

Convidat 1994 mármol 50x12x20 cm

Amics 1996 mixta s/madera 62X62 cm

Adam i Eva 1993 óleo s/tela 195x130 cm

Bailarín Pastor 1997 óleo s/ tela 195x250 cm

Irati 1997 óleo s/ tela 162x130 cm

Príncipe 1997 acrílico s/ tela 65x55 cm

Pa-rroc 2000 mixta s/ tela 89x130 cm

Fauna d’horts VII 2004 mixta s/ tela 97x146 cm

Cala-mara 2001 mixta s/ tela 146x97 cm

Prometatge 2002 mixta s/ tela 146x114 cm

Estiu Ochagavía 2005 mixta s/ tela 43x146 cm

ópera-acció VII 2006 mixta s/ tela 55x46 cm

Misteri d’ Elx 2007 mixta s/ tela 61x46 cm

Doctor X 2007 mixta s/ tela 60x46 cm

Núvia Rosmar II 2007 mixta s/ tela 160x97 cm

Cruzado 2007 mixta s/ tela 46x61 cm

Contrarios 2007 mixta s/ tela 89x146 cm

Postguernica 2007 mixta s/ tela 89x130 cm

Obra en constante evolución I 2009 mixta s/ tela 160x130 cm

BARTOLOZZI (1943-2009) Notas biográficas Rafael Bartolozzi, hijo de los pintores Francis Bartolozzi y Pedro Lozano de Sotés, y nieto del célebre dibujante y escritor Salvador Bartolozzi, se trasladó de su Pamplona natal a Barcelona en 1964 donde estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Jorge y en la Escuela de Pintura mural de Sant Cugat del Vallés. Pertenece a la generación de los 60, integrada por artistas afines que preconizan la recuperación de la figuración y el Pop Art, movimiento del que es unánimemente considerado figura clave en España y al que contribuyó con un soberbio y personal enfoque. Con sólo 23 años pudo sumarse al destacado elenco de artistas de la barcelonesa Sala Gaspar y posteriormente trabajó además con otras relevantes galerías. Formó con Arranz Bravo un célebre tándem artístico durante diez años (1970-80) al que se deben obras tan emblemáticas como el edificio pintado (más de 2.000 m.) de la fábrica Tipel (1970) de Parets del Vallés entre otros macro proyectos de pintura mural en Mallorca y Barcelona. Aunque compartían estudio y exponían juntos cada uno mantuvo su propia obra individual. Exposiciones institucionales como las realizadas en La Ciudadela de Pamplona en 1975, el Saló del Tinelll de Barcelona (1979), Palau Solleric i Llotja de Mallorca (1980) permitieron calibrar en su conjunto esa aclamada fase de su producción caracterizada por una neofiguración vinculada temáticamente al erotismo y al entorno cotidiano desde un enfoque poético y fantástico. Su participación como representante español en la Bienal de Venecia (1980) cierra una etapa y marca un cambio decisivo en su trayecto vital y artístico. Se instala permanentemente en Vespella de Gaià un pequeño pueblo tarraconense donde tenía estudio desde 1972, se casa con Nuria Aymamí (1983) con quien tiene a su hijo Nil y viajan frecuentemente a Italia y otros destinos. La vida familiar, el nuevo entorno rural y campestre influyen decisivamente en su evolución y progresivamente sustituye el dominio de la figuración por una interpretación de la naturaleza mediterránea muy libre fluida y primitiva que incorpora la abstracción, la fabulación y el símbolo. Su rico imaginario surreal unido al influjo manierista y ecléctico de la transvanguardia italiana, y el eco de sus raíces sentimentales navarras se mezclan en obras de sorprendente potencia, que, especialmente a partir de los 90, se basan en una constante dialéctica de contrarios que él, entusiasta del oxímoron, definía a menudo de “minimalismo barroco” actitud que por otra parte encajaba perfectamente en el contexto postmoderno. Además de la pintura, que fue su actividad preferente, practicó la escultura en los más diversos formatos y materiales incluyendo la obra urbanística (Plaza de la Paz, Pamplona) y monumental (Alfa y Omega, anclada en el mar frente a la playa de Torredembarra, 1999). Asimismo

fue pionero en la realización de happenings en Cataluña y a lo largo de su trayectoria desarrolló todo tipo de experimentaciones y prácticas artísticas que incluyen a menudo lo conceptual. Entre ellas cabria incluir su periodo como alcalde electo de Vespella durante tres legislaturas (1991-2003) en el que llevó a cabo iniciativas como las sucesivas ediciones del Premio Nacional de Poesía Visual “Joan Brossa”. Exposiciones en torno a esa época como la antológica del Museo de Navarra (1990), Bartolozzi al Castell de Torredembarra, 1992) y Colección Margodí, en el Museo de Arte Moderno de Tarragona (1993) nos muestran ese momento de madurez exultante de vitalidad y recursos expresivos en el que desarrolla un bestiario festivo y lleno de color. La destrucción de ese idílico paraíso por un trágico incendio forestal (1993) que arrasó el municipio y se llevó seis vidas, provocó en Bartolozzi un gran impacto emocional que se refleja en una serie de obras desgarradoras que constituyen un paréntesis expresionista en su evolución (Metamorfosis de la natura, Palau Robert 1995). La vida renace entre las cenizas y también en su obra que refleja de nuevo esa eclosión de la naturaleza. Tras una nutrida serie de assemblages antropomórficos (1994-95) de expresiva vivacidad, su última etapa que se extiende hasta su fallecimiento en 2009 la conforman en su mayoría obras enigmáticas, prácticamente abstractas, en las que domina un simbolismo hermético y cierto esoterismo. (Fauna d’Horts,Institut d’etudes catalans, Université de la sorbonne, Paris 2005). Las piezas que realizó en sus últimos días se mostraron a título póstumo en el museo Juan Cabré de Calaceite en 2009. R.Medina

Obra en museos y colecciones públicas

Colección Institut d‘Estudis Catalans- Barcelona

Museo de Arte Contemporáneo – Sevilla

Colección Ayuntamiento de Pamplona

Museo de Arte Contemporáneo – Las Palmas de Gran Canaria

Colección Ayuntamiento de Salou

Museo de Arte Contemporáneo – Pamplona

Museo de Arte Moderno - Tel Aviv Ashdod Art Museum - Israel

Museo de Villafamés – Castellò

Monografías

Museo de Bellas Artes de Alava – Vitória -Gasteiz

Baltasar Porcel Bartolozzi a Margodí. Barcelona: Diputación de Tarragona, Columna, 1993

agosto al 15 septiembre. 2003 Nihil Prius in Fidem “Vestigium” (*). Museo Camon Aznar, Zaragoza. Del 13 de febrero al 13 de abril. Galeria de Arte Luca, Lleida. Del 24 de enero al 5 de marzo. 2002 Recull Monàstic (*). Castell Monestir d’Escornalbou. Del 7 de julio al 15 de septiembre. Emprius (*). Torre Vella, Salou. Del 2 de agosto al 1 de septiembre.

Propuestas de Arte, Barcelona. Del 2 de julio al 9 de agosto.(*) Bartolozzi a Cambrils. Sala Àgora, 15 de julio. (*) Texto del artista. Ayuntamiento de Cambrils (Tarragona). Metamorfosi de la Natura. Capella de Sant Joan, Sala de los Trinitarios, Museo de Vilafranca y Capilla de Sant Pelegrí. (*) Textos de Joan Abelló, J. Corredor-Matheos, Daniel Giralt-Miracle y Dietrich Mahlow. Vilafranca del Penedés (Barcelona). Del 29 de marzo al 14 de abril.

1995 Metamorfosi de la Natura. Universidad de Girona. (*) Textos de Joan Abelló, J. Museo de Salvador Allende – Santiago 2001 Corredor-Matheos, Daniel Giralt-Miracle y de Chile J. Abelló y Bigas Luna Bartolozzi, 1991El Secret del Port (*). Tinglado 2 del Mue- Dietrich Mahlow. 2004, Ambit, Barcelona, 2004 lle de Costa del Puerto de Tarragona. Tex- Metamorfosi de la Natura. Universidad Museo de Nicaragua – Managua tos de Carles Hac-Mor & Esther Xargay y de Lérida. (*) Textos de Joan Abelló, J. VV.AA. Aventuras maravillosas de Bartolo- Vicenç Altaió. Del 3 de mayo a julio. Corredor-Matheos, Daniel Giralt-Miracle Museo d’Art Contemporani d’Eïvissa – zzi (March Editor),Barcelona, 2005 Suite Piscis (*). Galería B4, Barcelona. y Dietrich Mahlow. Del 23 de mayo al 25 Ibiza Texto de Bigas Luna. Del 22 de noviemde junio. bre a enero de 2002. Disseminats. Galería Oda, Barcelona. (*). Museo Vostell Malpartida - Malpartida de Principales exposiciones individuales Texto de Cesáreo Rodríguez Aguilera. Cáceres (*) Indica publicación de catálogo 2000 Abril-mayo. Suite Blaugrana. Museo F.C. Barcelona. Metamorfosi de la Natura. Palau Robert, Museo de Cadaqués – Cadaqués 2015 Del 8 de junio a octubre. Barcelona. (*) Textos de Joan Abelló, J. BARTOLOZZI 1943-2009. (*) Museo de Obra sobre papel. Galería de Arte Bourg- Corredor-Matheos, Daniel Giralt-Miracle y Museo de Granollers – Granollers Navarra, Pamplona. Marzo-Junio 2015 Madame, Oficina de Turismo. Del 7 de Dietrich Mahlow. Abril-mayo. BARTOLOZZI 1943-2009. (*) Museu d’ septiembre al 30 de octubre. Convidats. Galería Telax, Reus. EneroMuseo de Girona – Girona Art Modern, Tarragona. Noviembre 2015 febrero. Febrero 2016 1999 Exposición Galería de Lérida. Fundació Privada Vila Casas Incendis-Araceli. Museo Comarcal de la 2009 Garrotxa, Olot (Girona). Del 8 de octubre 1994 A.C.A. – Santa Cruz de Tenerife BARTOLOZZI BRUTAL. (*) Museo Juan al 1 de noviembre. Galería Ferran Cano, Ciudad de Mallorca. Cabré, Calaceite. Del 4 de abril al 31 de Agosto-septiembre. Museo Nacional Centro de Arte Reina mayo 2009. 1998 L’Incendi. Voltes del Pallol, Antiga AudiènSofia – Madrid BARTOLOZZI A CADAQUES. Marges-U Florileus. Bachquatre Arte Contemporácia y Torre dels Advocats. Universidad galería, Cadaqués (Girona). Abril-Mayo neo. Barcelona. Del 17 de diciembre de Rovira i Virgili. Tarragona. Del 26 de julio MACBA – Barcelona 2009. 1997 al 15 de enero de 1998. al 30 de agosto. Casa de Cultura. Alforja (Tarragona). Del Palacio Camarena, Colegio de ArquitecMuseo de Arte Moderno - Tarragona 2008 4 al 19 de julio. tos de Cáceres, Cáceres. (*) Textos de RAFAELBARTOLOZZI. (*)Lametro, ValenRosa M. Perales y María del Mar Lozano ColecciónTestimoni de “La Caixa” - Barcia. 24/04/08 al 12/06/08. 1997 Bartolozzi. Mayo. celona DUDADANCE. (*) Galeria d’Art Joan Pla- Bartolozzi al Casino. Suite Cubana. GraObra litográfica, 1973-1994. Casa de Culnelles, Tossa de Mar (Girona). 31 de mayo nollers (Barcelona). Del 13 al 18 de mayo. tura Can Ricart, Sant Feliu de Llobregat. Colección Fons d’Art del Diari Avui al 30 de junio 2008. Galería Eva Bauro. Andorra la Vella. Del Marzo-abril. Barcelona Misteris. Museu d’Art Contemporani d’Elx 17 de abril al 31 de mayo. (Alicante). Oct-Nov 2008. El Cercle. Girona. Del 2 de julio al 9 de 1993 Colección Fons d’Art de la Xarxa Cultural agosto. Casa de Cultura, San Lorenzo del – Barcelona 2007 Bartolozzi. Alfabet Pictòric. Centro Cultural Escorial. Instituto Catalán de Estudios Cicatrius. La Cerverina d’Art, Cervera Can Sisteré, Santa Coloma de Gramanet Mediterráneos. Curso de Verano. Colección Ajuntament de Ciutat de (Lleida). Junio 2007. (Barcelona). (*) Libro ilustrado, escrito Galería Palma XII, Vilafranca del PeneMallorca Núvies. Born en Ribera, Barcelona. Nov por Pedro Lozano Bartolozzi. Del 23 de dés. Del 3 de mayo al 20 de junio. Texto 2007 octubre al 30 de noviembre. Ayuntamiento de Joan M. Pujals. Colección Ajuntament de l’Hospitalet de Homenatge a La Nou, Castell de La Nou de Santa Coloma de Gramanet. Papel du Cel au Femme ExposiciónLlobregat de Gaià (Tarragona). 2007 Recolección Muy Cariñosa. EEGEE-3 acción-homenaje a Joan Miró. Casal de Galería de Arte, Madrid. NoviembreVespella de Gaià. Del 8 al 18 de mayo. Colección Ciutat de Terrassa 2005 diciembre. Flora y fauna del Tarragonés. Patio del TAKLA Viatge profund. (*) AA Antic Duguna. Galería Lekune, Pamplona. (*) Palau de la Diputación de Tarragona, del Colección Ajuntament de Torredembarra Ajuntament de Tarragona. Del 16 sept al Textos de María del Mar Lozano Bartolo- 27 de febrero al 11 de abril (*). 16 oct 2005. zzi. Del 27 de noviembre de 1997 al 9 de Colección Margodí. Museo de Arte MoColección Opera House - Amsterdam Bartolozzi sur l’herbe. Centre d’Études enero de 1998. derno de Tarragona. (*) Texto de Baltasar Catalanes, Université de Paris Sorbonne Porcel. Del 27 de febrero al 11 de abril. Colección Universitat de Lleida Paris IV. Del 12 de oct al 3 de nov. 2005 1996 Alfabeto Pictórico de Bartolozzi. Planetario 1992 Colección Universitat Rovira i Virgili (Reus- 2004 de Pamplona. 25 de octubre. (*) Libro Bartolozzi el Castillo de Torredembarra Tarragona) Bartolozzi 1991-2004. (*) Galería Ambit, ilustrado, escrito por Pedro Lozano “Big Sizes”, Torredembarra. Agosto-sepBarcelona. Noviembre 2004 – Enero Bartolozzi. tiembre. (*) Textos de Joan Abelló, Rafael Colección Museu Club de Futbol Barce2005. Art-Cris García. Sant Feliu de Llobregat Bartolozzi y F. Xavier Ricomà. lona Agosto. Giogio Serafini, Calafell. Del 1 (Barcelona). 25 de abril. Pabellón de Cataluña “Expo’92, Sevilla”.

Del 13 al 19 de julio. (*)Texto de Joan Abelló. Galería AB, Granollers. Abril. 1991 Guillén & Tresserra Galería de Arte, Barcelona. Diciembre 1990- enero. (*) Texto de Joan Abelló. 1990 Galería Can Norat, Girona. Del 23 de noviembre al 15 de diciembre. Museo de Navarra, Pamplona. Del 11 de mayo al 4 de junio. (*)Textos de Inmaculada Julián, Joan Abelló y Rafael Bartolozzi. Galería Casa Siglo XV, Segovia. Del 24 de marzo al 24 de abril. 1989 Galería La Sirena, Cadaqués. Septiembre. Galería M. Pous, Granollers. Abril. Texto de Lourdes Cirlot. Galería Arteunido, Barcelona. Abrilmayo. (*) Texto de Cesáreo Rodríguez Aguilera. 1988 Capilla del Antiguo Hospital, Sant Sadurní d’Anoia. septiembre. 1987 Galería Miguel Marcos, Zaragoza. Diciembre-enero 1988. 1986 Galería El Setze, Martorell. Del 26 de abril al 26 de mayo. Galería Arteunido, Barcelona. Del 6 de marzo al 11 de abril. 1984 Idus angelicus suavissimae memoriae, Sala Gaspar, Barcelona. Marzo-abril. (*) Textos de Luis Guembe y Antonio Fernández Molina. 1983 Quadragessimo anno*, Galería Cadaqués, Cadaqués. Del 25 de julio al 5 de agosto. Galería Tórculo, Madrid. Del 14 de enero al 5 de febrero. 1982 Galería Z, Zaragoza. Noviembre. (*) Textos de Luis J. García Vandrés y R. Bartolozzi. Galería Montgo, Denia. Del 3 al 31 de julio. Texto de Camilo José Cela. Galería 4 Gats, Ciudad de Mallorca. Abril-mayo. (*) Textos de Camilo José Cela y Cesáreo Rodríguez Aguilera. Reus-Groc. Escuela Taller de Arte, Reus. Marzo. (*) Texto de J. CorredorMatheos. Sala de Arte Contratalla, Tarragona. Marzo. Textos de Federico Torralba Soriano y Joan Obiols. Centre de Lectura, Reus. Del 22 de enero al 3 de febrero.

Galería Hypohop, Alemanya. 1981 Galería Val y 30, Valencia. Galería Leyendecker, Santa Cruz de Tenerife. 1980 Galería Vandrés, Madrid. Octubre (*). Sa Llotja, Ciudad de Mallorca. Julioagosto. (*) Texto de Cesáreo Rodríguez Aguilera. Palau Solleric, Ciudad de Mallorca. Julio-agosto. (*) Texto de Cesáreo Rodríguez Aguilera. Caixa d’Estalvis Laietana, Mataró. Del 17 de enero al 3 de febrero. Texto de Francesc Parcerisas. 1979 Galerie d’Eendt, Amsterdam. Del 15 de septiembre al 2 de noviembre (*). Galería A, Vilafranca del Penedés. Septiembre. Centre Agrícola, Vilafranca del Penedés. Septiembre. Galería Torre Nueva, Diputación Provincial, Zaragoza. Mayo. (*) Texto de Federico Torralba Soriano. Sala Libros, Zaragoza. Mayo. (*) Texto de Federico Torralba Soriano. Galería Atenas, Zaragoza. Mayo. (*) Texto de Federico Torralba Soriano. Mides Universals. Saló del Tinell, Barcelona. Enero. (*)Textos de A-B. y R.F. Obres inèdites. Sala Gaspar, Barcelona. Enero (*). 1978 Eclipsi. Galería Cadaqués, Cadaqués. Del 26 de agosto al 3 de septiembre. Obres a 2 mans. Galería Xiris, Tarragona. Del 4 al 28 de febrero. (*) Texto de Daniel Giralt-Miracle. Galería Lucas, Gandia. Del 27 de enero al 16 de febrero. Texto de Rausell. 1977 Galerie Defet, Nuremberg (Alemania). Del 23 de septiembre al 3 de noviembre. (*) Texto de Dieter Mahlow. Galería Casa Siglo XV, Segovia. Del 8 al 21 de octubre. Sala Gaspar, Barcelona. Inauguración 6 de octubre. (*) Texto de Joan Obiols. Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias, Delegación de Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife. Del 12 de mayo al 12 de junio. Galería Tantra, Gijón. Mayo (*). Galerie Birgerjarl, Estocolm (Suecia). Inaugurada 9 de marzo. Neue Arbeiten Aus 1976. Galerie Dreiseitel, Colonia (Alemania). Febreromarzo. Libreto-to y Obra Gráfica. Galería Vandrés, Madrid. Inaugurada 11 de enero. 1976 Galería de Arte 3 y 5, Girona. Del 20 de noviembre al 8 de diciembre. Texto de Luis Romero.

Libreto-to. Galería Eude, Barcelona. Inaugurada 5 de noviembre. Libreto-to. Galería Cadaqués, Cadaqués. Inaugurada 2 de octubre. Galería Gabos, Tarragona. Inaugurada 22 de septiembre (*). Stadtischen Galerie Heimathaus, Herne-Mitte (Alemanya). Del 27 de agosto al 30 de septiembre. Texto d’Hans-Engelbert Nellissen. 1975 1965-1975, Pabellones de Arte de la Ciudadela, Caja de Ahorros Municipal de Pamplona, Pamplona. Mayo-junio. (*) Texto de J. Corredor-Matheos. Galería Rayuela, Madrid. Marzo. La capital. Galería Vandrés, Madrid. Del 27 de febrero al 19 de abril. (*) Texto de Francesc Parcerisas. Galería Canem, Castellón. Del 14 al 28 de enero. 1974 La gallina y l’adolescent enterrant l’Artista sota el galliner. Arranz Bravo, Bartolozzi y Llimós, Galería Trece, Barcelona. Inaugurada 21 de noviembre. (*) Texto de Francesc Parcerisas. Exposición de planos, fotografias, etc., del edificio Nova 2 de Magalluf, Galería 4 Gats, Ciudad de Mallorca. Del 19 al 30 de noviembre. (*) Texto de Francesc Parcerisas. Galería de la Rambla, Tarragona. Casas es copia, Sala Vinçon, Barcelona, del 14 al 31 de octubre Cadaqués negro, Galería Cadaqués, Cadaqués. Agosto. Galería Vallribera, Ibiza. Inaugurada 25 de mayo. (*) Texto de Francesc Parcerisas. Pintura, escultura, dibujo, edificios, litografía, Galería Temps, Valencia, febrero-marzo. (*) Textos y poemas de Joan Fuster. Litos, Galleri Heland, Estocolm (Suecia). Del 23 de febrero al 13 de marzo. 1973 Galería Larsson, Gaule (Suecia). Diciembre. Oliva. Galería Trece, Barcelona. Octubre. AB. y B. en la playa. Galería Juana de Aizpuru, Sevilla. Del 8 al 27 de octubre. Granollers fulla baixa. Sala Gaspar, Barcelona. Inaugurada el 15 de mayo. (**) Texto de Francesc Parcerisas. AB. & B. Mäleri, skulptur, och graphic, Galleri Gripen, Karlstad (Suecia), del 13 al 29 de enero. 1972 Galerie Glauner, Pforzheim (Alemania). diciembre-enero 1973 (*). Galería Ariel, Ciudad de Mallorca, del 2 al 21 de noviembre. La Casa del Siglo XV, Segovia, del 5 al 23 de agosto. Piso soleado, tres dormitorios, comedor, living, Colegio de Arquitectos de

Barcelona, Barcelona. Inaugurada el 20 de junio. Il Fauno Galería de Arte, Torino. Del 26 de abril al 14 de mayo. (*) Texto de Mariano de la Cruz. AB. & B. Mäleri, gouacher, skulturer, Galerie Bleue, Estocolm (Suecia). Abrilmayo. Texto de Ralf Hermann. Galleria Il Fauno Grafica, Torino. Inaugurada el 26 de abril. Galería Vandrés, Madrid. Del 22 de febrero al 18 de marzo. (*) Texto de Francesc Parcerisas. Dibuix topogràfic, Escuela Eina, Barcelona 10 de febrero. 1971 Galería Ariel, Ciudad de Mallorca. Del 15 de octubre al 3 de noviembre. Spanish Institute, Nueva York (Estados Unidos), octubre. Exposició Jardí 1971, Vallvidrera. 25 de junio. Texto de J. Corredor-Matheos. 1970 Tauromaquia, Sala Pelaires, Ciudad de Mallorca. Del 6 al 31 de agosto. Texto de Miguel Ángel Colomar. Galería Ivan Spence, Ibiza. Inaugurada el 6 de junio. Tres tauromaquias, Goya, Picaso, Arranz Bravo-Bartolozzi Galerie Bleue, Estocolm (Suecia). Inaugurada el 6 de junio. De toros de muerte. Juego y rito Antonio Ordóñez, Galería Ianua, Barcelona. Del 21 de enero al 20 de febrero. De toros de muerte. Juego y rito Antonio Ordóñez. Sala Gaspar, Barcelona. 20 de enero-febrero. (*) Texto de Mariano de la Cruz. 1969 La Casa del Siglo XV, Segovia. Del 27 de septiembre al 9 de octubre. Sala Vallribera, Ibiza. Del 16 al 30 de septiembre. Esculturas de mar, Vallvidrera. Junio. 1968 Amics de les Arts, Terrassa. Del 28 de diciembre al 10 de enero de 1969. 1967 Exposición Jardí de Vallvidrera. 27 de junio. 1966 Skövde, Suecia, octubre. 1963 Caja de Ahorros Municipal de Pamplona, Pamplona. Diciembre. 1962 Caja de Ahorros Municipal de Pamplona, Pamplona. Del 29 de diciembre al 13 de enero de 1963.

TRADUCCIONS

El Museu de Navarra presenta l’exposició temporal “Bartolozzi 1943-2009” dedicada a l’artista navarrès Rafael [Lozano] Bartolozzi (Pamplona,1943-Tarragona 2009). La mostra ha estat coproduïda amb el Museu d’Art Modern de Tarragona, terra on l’artista va residir durant bona part de la seva vida. Constitueix el retorn a la seva ciutat de naixement d’un artista que mai ha deixat d’estar present a la seva terra natal, encara que el seu temperament i les seves inquietuds li portessin fora de les nostres “mugas”. Navarra sempre ha estat en el seu cor, com va demostrar en la seva exposició “Duguna” a la Galeria Lekune de Pamplona en 1998. Va ser l’última vegada que va exposar obra a Navarra. “Bartolozzi 1943-2009” reuneix una cinquantena d’obres pictòriques i escultòriques de Bartolozzi. Té vocació de revisió antològica de l’obra produïda al llarg d’una vida artística que es va truncar massa aviat. Aquí rau bona part del seu interès ja que les visions de conjunt són fonamentals per a la correcta valoració d’un artista. Rafael Bartolozzi va ser un artista complex. Integrat en la generació dels catalans Zush, Llimós, Gerard Sala, o Arranz Bravo, amb qui va compartir aventures plàstiques durant la il·lusionant i dinàmica dècada 1965-1975. Aquest treball (Arranz Bravo-Bartolozzi) es va poder veure en els Pavellons d’Art de la Ciutadella a la primavera de 1970. Incloïa la pintura “Màscara casa Garden” (1970) que posseeix el Museu de Navarra. La seva obra, de difícil encasellament per la seva multiplicitat d’inquietuds plàstiques, manté connexions amb artistes com Gordillo o Arroyo fora de l’àmbit català. L’exposició està articulada en tres parts. Es comença presentant els seus orígens, substrat i arrels ancestrals, on es combinen trets culturals navarresos i mediterranis -Itàlia més la Catalunya rural-, per transitar per la seva figuració poètica i metafòrica al voltant de Eros i l’humà, i acabar en el seu món cosmològic i lúdic, derivat del seu amor a la Natura i fabulació. Els textos del catàleg editat amb motiu d’aquesta exposició, signats per la catedràtica d’Història de l’Art, Mª del Mar Lozano Bartolozzi -que suma a la seva càtedra el ser germana del pintor, el que li permet desvetllar molts aspectes del costat humà, de la personalitat i de la vida de l’artista- i per Raquel Medina de Vargas, comissària de l’exposició, experta en art contemporani i vinculada a Tarragona -que va conèixer Rafael Bartolozzi i va seguir de prop la seva àmplia trajectòria professional - són un altre excel·lent atractiu de la mostra.

Quan el Museu de Navarra compleix 25 anys de la reobertura de la seva remodelació, convé recordar que el 1990 Rafael Bartolozzi va ser convidat a exposar al renovat Museu i que ho va fer amb una mostra doble. D’una part la seva obra recent (1980-1989) de llavors, i d’una altra “Tancament. Supervivència del Museu “en què reflexiona sobre l’apassionant món de la nostra cultura i els nostres mites. Serveixi la mostra que glossem aquí, de reconeixement in memoriam a un creador, Rafael Bartolozzi, l’art està posat al centre de la ciutat de Pamplona, a la per tots coneguda Plaça de la Pau. No seria just acabar aquestes breus línies sense reconèixer i agrair el treball de tots els qui han fet possible l’exposició i el llibre. De manera molt especial a la Família de l’artista, la seva esposa i el seu fill, -prestataris de la majoria de les obres, moltes de les quals s’exposen per primera vegada- , i al Museu d’Art Modern de Tarragona i la Diputació de Tarragona totes les facilitats que ens han donat en aquest treball conjunt. Juan Luis Sánchez de Muniáin Lacasia Conseller de Cultura, Turisme i Relacions Institucionals Govern de Navarra

Bartolozzi va saber crear mons de bellesa, de pensament, de crítica i de reacció. De fet aquesta capacitat de fabricar mons és l’essència i la justificació de perquè una persona esdevé creador. A partir d’aquesta invenció d’àmbits, és la societat, les persones d’una o altra cultura, d’avui o del demà, les que són invitades a entrar-hi i a participar de tot allò que se’ns ha ofert, de manera generosa. Mai agrairem prou la riquesa que els creadors posen a les nostres mans, sovint sense esperar una recompensa real. Però allà queda, l’obra i els seus valors. Fa cinc anys, gairebé sis, que Rafael Bartolozzi ens va deixar, tancant, ja definitivament, la seva obra creativa. Sempre esdevé un gaudi la contemplació o la reflexió dels quadres o les escultures d’un autor però, com en aquest cas, en l’escaiença d’un aniversari, aquest apropament a la biografia i obra de l’autor, l’acte adquireix una atenció especial. La memòria del personatge és del tot viva, propera, i l’absència és encara colpidora. Ara bé, tenim la seva obra i l’exemple del seu treball. Les herències són sempre un bàlsam que alleugera el trencament. Ara vull pensar en la seva obra, exposada en tants museus o publicada en llibres i catàlegs. També vull recordar Vespella de Gaià, el poble del qual en fou alcalde i que va transformar de manera radical, no pas perquè alcés grans obres o hi fes convergir fets extraordinaris, simplement perquè va saber posar Vespella de Gaià en les rutes de l’art. En aquest cas són els museus de Navarra y Tarragona qui prenen l’obra de Bartolozzi i el posen en circulació, en un festeig –com ell volia– de la vida i dels sentits. Crec que és el millor homenatge que podem fer-li i, alhora, el millor regal que podem fer-nos a nosaltres mateixos, gaudint d’aquella oferta de mons que ell va crear per a nosaltres. La Diputació de Tarragona se sent honorada i orgullosa de participar en aquest homenatge a la seva figura i obra. Vam tenir el goig de dedicar-li un volum de la col·lecció Tamarit, l’any 1993, escrit per Baltasar Porcel. I, també, diversos catàlegs, com el de la mostra pictòrica que va fer al castell monestir d’Escornalbou, el 2002. El nou catàleg que ara tinc el goig de presentar, s’afegeix a aquest llarg reconeixement institucional a la seva obra, en la confiança, ben segur, que no serà el darrer.

Josep Poblet i Tous President de la Diputació de Tarragona

TRADUCCIONS Bartolozzi, celebració de la vida Art, joc i fabulació Aquell petit querubí ros d’ulls blaus i cabells arrissats que tantes vegades va dibuixar la seva mare, la molt notable artista Francis Bartolozzi, va contemplar sempre la vida amb la mirada d’un nen entremaliat, lliure, ple de curiositat cap al seu entorn. Res no podia restringir les seves ànsies de crear (jugar), de gaudir del sol, de la nit estrellada, dels plaers senzills que ofereix la vida sense cap cost, tot allò que no es pot comprar. Jugar i crear, dues vessants d’una mateixa actitud que encén aquesta espurna de la intel·ligència que permet mantenir tota una vida la capacitat de sorpresa, consubstancial a l’artista. El joc, al costat de la intuïció i fins i tot l’atzar, tan apreciats pels surrealistes, va ser sempre una cosa innata i inherent al seu quefer; de fet, el joc, entès des d’una visió còsmica com una energia creadora, la del demiürg com a artífex suprem, creador de meravelles o mag transformador de les coses, constituirà el substrat de la seva cosmologia lúdica. Pertànyer a una saga familiar d’artistes el predestinava a la que va ser la seva dedicació absoluta. Besnét de Lucca Bartolozzi, natural de Lucca, a la Toscana, i nét de Salvador Bartolozzi, un gran personatge immortalitzat per Gutiérrez Solana en el seu conegut quadre conservat al Reina Sofia Tertúlia del cafè Pombo (1920) al costat de Ramón Gómez de la Serna o José Bergamín, entre d’altres. Va ser dibuixant, il·lustrador, escenògraf, gran fabulador, creador dels més famosos personatges de la narrativa infantil dels anys vint i director artístic de l’editorial Calleja. El pare de Rafael, Pedro Lozano de Sotés va ser, així mateix, pintor destacat de l’escola realista navarresa i amb la seva mare Francis (Pitti) treballava també com a escenògraf i muralista. Va créixer, per tant, envoltat de contes, colors, dibuixos, la qual cosa li va fer sentir i entendre la vida en el gaudi constant de la creativitat impulsada per la inesgotable imaginació, en l’emoció i l’aventura del descobriment incessant. Un bagatge d’extraordinari valor que, unit al seu talent innat, li va aportar un gran avantatge en la seva carrera artística. El 1962 inicia els estudis de Belles Arts a Barcelona i aviat sobrepassa els seus professors, i ja el 1967, amb només 23 anys, aconsegueix exposar a l’emblemàtica Galeria Gaspar de Barcelona —la de Picasso, Miró i Tàpies— i ratifica la seva decisió irrevocable de dedicar-se per sempre i en exclusiva a la creació pura. L’art, en efecte,sempre va ser una cosa primordial en la vida de Bartolozzi. Observava el seu entorn i ho expressava a través d’una energia creativa total, absoluta, immediata, sense mistificacions ni dogmes. Considerava que la pintura havia de sortir de dins d’una manera primitiva, natural, com el gargotejar d’un nen amb un guix a la mà, i és aquesta expressió directa, la del gargot o el ninot, la base de tot. Per a ell l’art consistia a comunicar emocions senzillament, sense petulància, deixant brollar lliurement la imaginació, la creativitat més genuïna. Des de la perspectiva que ens brinden els sis anys transcorreguts des de la seva mort, una de les possibles interpretacions que ens ofereix la trajectòria vital i artística de Bartolozzi en conjunt és una veritable celebració de l’existència. Una existència

que ell va viure amb plenitud i intensitat fins a l’últim moment, acceptant la mort com una part d’ella, tal com va expressar en un dels nombrosíssims haikus que va escriure diàriament de l’any 2000 al 2003 a proposta del seu amic i veí a Vespella, el cineasta Bigas Luna: “la natura és tan viva que crea la mort per a la seva pròpia continuïtat”. Aquest himne o lloa a la vida que queda plasmat plenament en tota la seva obra constitueix el leitmotiv d’aquesta exposició, va ser una mena de filosofia personal aliena a pretensions intel·lectualistes que implica una imbricació de la contingència amb la transcendència, del que és temporal amb el que és intemporal com a manera d’emfatitzar allò substancial de la vida sense separar-ho de l’experiència quotidiana. Bartolozzi pertany a la mateixa promoció de Belles Arts de Llimós, Gerard Sala, Artigau o Arranz Bravo; amb aquest últim va compartir aventures plàstiques durant més de deu anys, tots dos van formar un cèlebre tàndem en ple moment de rebel·lia hippie, procliu a la superació de la individualitat i a compartir ideals (com altres col·lectius o equips artístics que van sorgir aleshores) quan amb la transició i l’estrena de les llibertats no semblava que existissin límits als somnis juvenils. Van compartir els estudis de Vallvidrera, Vespella o Cadaqués, van exposar conjuntament i van realitzar treballs especials en equip com el macroprojecte de 2.000 metres quadrats de l’edifici de la fàbrica Tipel a Parets del Vallès —convertida en una joguina tan insòlita com immensa— i altres com la casabiblioteca de Cela a Mallorca, o la façana del Centre Internacional de Fotografia a Barcelona. Cadascú, però, va desenvolupar i realitzar la seva obra mantenint la individualitat. Aquella va ser una generació que pretenia fer un art sense perdre mai de vista la realitat quotidiana; per tant, no destinat a la intel·lectualitat, sinó a l’abast de qualsevol, com la música pop. Eren ingènuament ambiciosos, aventurers, volien menjar-se el món, conquerir i regnar sobre els universos que inventaven, les seves “ínsulas Baratarias”, per sobre de la prosaica realitat, però no per sobre de la gent corrent. Fora de l’àmbit català, la seva obra manté connexions amb artistes tan reconeguts com Gordillo o Arroyo, encara que —com bé assenyalen Baltasar Porcel o Joan Abelló—, malgrat els seus èxits, van quedar en part eclipsats per l’art oficial que prevalia a Catalunya. A vegades l’adusta ortodòxia dels que s’erigeixen jutges del que és o no és avantguarda artística margina tendències que s’aparten de la seva estreta visió. Segurament eren massa optimistes, anàrquics i excessivament amants de la pintura per militar en l’art oficial. Bartolozzi sempre va fugir de qualsevol dogmatisme. Sabia que l’espontaneïtat del joc, de la creativitat intuïtiva, automàtica, mor davant qualsevol normativa imposada, com va passar amb el surrealisme. Fins i tot els títols, que barregen idiomes i ignoren normes ortogràfiques, formen part d’aquest divertimento que sempre va estar al centre de la seva idea de l’art. Certament, l’abstracció convertida en un elitisme dogmàtic aliè a l’apassionant realitat d’aleshores produïa un cert tedi en les noves generacions i fins i tot va conduir alguns dels més insignes representants a l’abandó de l’informalisme. Calia recuperar la figuració per apropar-se a la realitat de

la gent del carrer, d’aquí van sorgir a la Península noves tendències figuratives coneixedores del pop anglès, que també recuperava aquesta vinculació amb l’entorn. Hockney i Hamilton, artistes britànics de l’erotisme i els contextos quotidians, eren els referents que també van inspirar Bartolozzi, mentre altres artistes a Espanya ben coneguts es van inclinar cap a una vessant pop de reivindicació sociopolítica. La seva va ser una figuració lliure, en particular, rabiosament jove, no li interessava l’abstracció precisament perquè li interessava més la vida, però no hi ha un rebuig quan aquesta abstracció flueix espontàniament i per això en la seva obra es barreja, amb total naturalitat, amb el figuratiu. En aquests anys tan determinants va conrear predominantment la temàtica eròtica com a narrativa personal dins del marc d’una reivindicació vitalista de la llibertat en un context sociològic favorable. El cos nu com a bandera i al mateix temps com a vehicle d’expressió d’emocions i conflictes relatius a la condició humana, sotmès en aquest sentit no només a l’influx surreal sinó també a deformacions sovint no alienes a certs deliris baconians que semblen reflectir una inquietud existencial . Fonaments d’un llenguatge singular La pintura de Bartolozzi és intuïtiva, festiva, emocional, explorava la realitat amb ulls nous, sabia veure i registrar totes les coses d’una manera diferent i, a partir d’aquí, elaborar una mena de fabulació màgica capaç de metamorfosar la realitat, on la imaginació i la poesia es fusionen amb el referent real en curioses metàfores. Hi ha en la seva obra una patent simbiosi entre l’art i la vida que es manifesta en una valoració de l’esfera de la intimitat i la quotidianitat que engloba família, mascotes, mobles, jardí, el paisatge i la petita fauna que el va envoltar en la seva finca Margodí. Qualsevol objecte domèstic es barreja amb la natura sense solució de continuïtat, no hi ha diferència entre l’inert i el viu, l’orgànic i l’inorgànic. La vida, eix de la seva filosofia artística i vital, constitueix l’aglutinant que ho uneix tot i, més enllà del mer hedonisme, la celebra en tota la seva dimensió: sentiments, sensacions, amistat, amor, sexe ... Va crear el quadre a partir d’imatges “retrobades” de l’inconscient que constitueixen l’argument, el punt de partida, al qual afegeix després elements simbòlics (alguns d’aparició freqüent amb significat clar, com les peculiars cadenes de l’escut navarrès), signes d’un alfabet ignot, geometries, formes orgàniques i grafismes, degotejos, retícules, circuits, estructures, embulls, línies en ziga-zaga o trencades. Tot sorgit d’una imaginació que flueix icònica i capritxosa, de vegades grotesca, que transforma i deforma el referent real i el dota d’un component oníric que si en certs moments és realment sofisticat, en altres es manifesta clarament primitiu. No és exacte parlar de composició en la majoria de les seves obres, sinó més aviat d’associació (o dissociació) sintàctica basada generalment en la juxtaposició d’elements dispars en una concepció predominantment planimètrica, bidimensional, del llenç que es divideix en formes i zones limítrofes. Sovint l’horror vacui el porta a omplir tot l’espai disponible fins a l’últim

racó amb els seus típics grafismes all over a tall de retícules o d’estampats tèxtils. El tractament de l’espai és igualment original, hi abunden les pseudoperspectives i la confusió entre fons i forma. La línia, definida i enèrgica, exerceix una funció essencial en la seva obra no solament descriptiva, sinó tremendament expressiva i sempre manté un paper preeminent associat al del color encara que mantenint cadascun la seva independència, fins i tot pel que fa a la forma. Bartolozzi treballava molt acuradament i lentament cada obra, però aconseguia que en el resultat final només hi prevalgués la frescor i la potència. Tal com li va comentar a Porcel, “la força dels meus quadres no surt perquè jo mimi molt el quadre, que ho faig, sinó del big-bang intuïció-conseqüència inicials” ,un procés per al qual s’aïllava completament a l’estudi, convertit en un lloc inviolable i gairebé sagrat. Així ens ho revela en un altre dels seus haikus (que apareixen esquitxats en aquest text en homenatge a la seva poètica i el seu pensament): “L’estudi és ermita i capella dominical, els pinzells feligresos tacats de colors concelebren mites pictòrics ancestrals.” Al llarg del temps es produeix una contínua multiplicació de recursos i ressorts. Posseïa una immensa capacitat de fabulació i de barrejar elements que conviuen en la mateixa obra en resoltes juxtaposicions: clarobscurs, veladures i transparències de subtils matisos amb colors plans, industrials, el traç sinuós elegant i àgil davant la taca estentòria. L’apassionava el contradictori, la dialèctica d’allò invers, per això fusionava sense embuts, a més d’abstracció i figuració, la realitat i la irrealitat, l’animat i l’inanimat, o dimensions contraposades com profund i pla. Buscava deliberadament provocar la tensió, establir una confrontació d’elements contraris a la qual es referia assíduament qualificant el seu estil de “minimalisme barroc” i tot prenent l’oxímoron com a principi inspirador del seu quefer. Simplicitat i excessivitat cohabiten en la seva lògica personal heterodoxa i eclèctica. No és estrany en aquest context de pensament, d’altra banda tan postmodern, que la seva admiració per figures com Beuys o John Cage i certs aspectes de l’art conceptual fos compatible amb la seva proximitat als postulats de la transavantguarda italiana d’Achille Bonito Oliva, amb qui va mantenir contactes freqüents, ja que compartia les premisses d’un nou manierisme que assumeix el passat tot incorporant-lo ad libitum, reconquesta la individualitat, l’imaginari i el territori geogràfic propi, la llibertat i la ironia. Ple d’iniciativa i entusiasme, en el seu afany de provar-ho tot experimentà constantment les més variades disciplines, materials i pràctiques artístiques al servei d’un impuls expressiu irrefrenable (“La creació dóna moltes idees, les confon i les paralitza perillosament, necessito un antivirus del virus creatiu”) i executà escultures en les més diverses matèries, assemblages, poemes objecte, projectes urbanístics com el de la plaça de la Paz, escultures monumentals com la colossal Alfa & Omega ancorada al mar de la Platja de Torredembarra, happenings (Granollers happening, 1972), accions, performances, instal·lacions, disseny gràfic, activitats totes projectades i realitzades amb la mateixa dedicació, i, atesa la rellevància, àmpliament recollides i documentades en diverses publicacions. Cal incloure en

aquest punt la seva etapa de dotze anys com a alcalde electe de Vespella de Gaià, per una candidatura independent, durant tres mandats consecutius (1991-2002), càrrec que va exercir sense menyscabament de les seves obligacions com a màxim representant del municipi i dels seus habitants, però a la vegada entenent la seva tasca com una “acció” perllongada en el temps, una experiència alhora vital i artística que considerava el happening amb major duració de la història . Aquesta circumstància en la qual es veu immers sense gairebé haver-la buscat li proporciona un interessant feedback, ja que després de tants anys de vinculació amb el municipi se li ofereix l’oportunitat de tornar una mica del positiu que havia rebut d’aquest entorn, d’influir sobre allò que a ell tant li havia influït. Va ser un alcalde insòlit, artista i amant de la natura que va decidir millorar visiblement el minúscul poble i el seu ampli territori i posar el nom de Vespella al mapa per convertir-lo en seu i punt de trobada d’activitats artístiques de tota mena. No en va li deien popularment l’alcalde “farigola”, fet que posa de manifest la percepció del seu compromís amb la natura més senzilla i domèstica. El crític i estret col·laborador en tantes iniciatives Joan Abelló ha deixat en els seus nombrosos escrits una constància fidel de totes les seves aventures creatives i personals d’aquesta etapa, entre les quals el certamen de poesia visual Joan Brossa, amb el qual va col·laborar activament el propi fundador de Dau al Set, entre altres personalitats, o una cosa de nou tan lúdica com pintar les cases en un to de blau que Bigas Luna va qualificar de “blau Bartolozzi” i o dissenyar alguna de les seves fonts. La pertinença cada vegada més sentida a l’entorn que li ofereix Vespella incideix de manera determinant en l’evolució de la seva obra. En una àmplia entrevista amb motiu de la seva presa de possessió com a alcalde, declara que la seva obra és cada vegada més figurativa i més infantil, possiblement influenciada per la convivència amb el petit Nil, que sens dubte li evoca la infància i el confirma en la seva idea del joc com a motor de la creativitat: “estic vivint uns moments que em porten al primitivisme, a practicar un art més intuïtiu, més visceral”, afirma; així mateix, atribueix el canvi a l’entorn i la cultura romana, i cita Miró com a paradigma d’aquest influx de l’entorn que desitjava potenciar per instaurar a Vespella un punt de trobada d’artistes de les disciplines més diverses. Trajectòria: de la neofiguració a la cosmovisió eclèctica El mateix artista distingia en la conversa filmada que va mantenir amb Bigas Luna quatre etapes bàsiques en la seva evolució. La d’infància fins al 1955, amb la influència familiar i de llocs tan emblemàtics com el bosc d’Irati. Després, la d’estudis a Barcelona des del 1962 fins al 1966, quan arriba a la professionalitat. La tercera la comparteix amb Arranz Bravo i culmina amb la participació en la Biennal de Venècia de 1980. La quarta ve marcada per la instal·lació permanent a Vespella, el matrimoni amb Núria Aymamí el 1983 i el naixement del seu fill Nil; des d’aquest moment, conjuga una vida familiar i campestre amb viatges freqüents, especialment a Itàlia. El seu compromís com a alcalde (1991-2003), compatible amb la seva activitat artística, constituiria la cinquena, que llavors iniciava, mentre la sisena i última

es correspon amb la convivència amb la malaltia fins a la mort, sense deixar de crear fins a l’últim moment. Després d’uns inicis influïts per la brillantor de la generació informalista, aviat descobreix el seu camí en aquest despertar d’una nova figuració, en l’eclosió joiosa de nous postulats. Els primers treballs que van permetre calibrar la seva veritable personalitat i vàlua corresponen als anys 1967-1968, presenten enigmàtiques formes desarticulades o fragmentades de figures o animals amb cert aire baconià resoltes en suaus i subtils transparències evanescents (Salto mono), ja dotades amb un peculiar rerefons poètic. S’apodera d’ell una intensa febre creativa que dóna lloc a les tan representatives produccions corresponents als anys setanta i primers anys vuitanta que constitueixen una celebració de l’erotisme i del gaudi de la vida, són obres sensuals i sofisticades, meticulosament elaborades amb grafismes i veladures que temàticament inclouen, a més de l’erotisme, autoretrats i retrats de família. Maneja amb soltesa els grans formats i la composició d’escenes surrealistes i fantàstiques que transgredeixen amb audàcia la realitat i que encara avui transmeten la mateixa sensació de vitalitat i modernitat. El cos humà, habitualment nu o gairebé nu, arriba a un destacat protagonisme de ressonàncies clàssiques tant en figures femenines com masculines, soles, en parella o freqüentment en escenes de grup, generalment sotmeses a característiques deformitats o mutilacions que no eclipsen la càrrega estètica del quadre, realment exquisida en moltes obres. En un determinat moment, el nu se’ns apareix lligat, com aquells esclaus de Miquel Àngel, constret davant l’ànsia de viure, amb lligams que es revelen incapaços de limitar la llibertat intrínseca de l’individu, de contenir la seva força i els seus anhels més profunds; en encertades paraules de Baltasar Porcel: “titans presoners d’un pes invisible”. De vegades sembla mutilat per la violència, l’antítesi d’aquesta llibertat, com en les figures de la plaça de la Paz de Pamplona. Aquesta fase figurativa es completa amb un conjunt d’obres corresponents a un període especialment destacable a finals dels vuitanta en què, recuperant la subtilesa d’aquelles obres de la segona meitat dels seixanta, la imaginació i la lírica es fusionen i arriben a cotes insospitades d’una subtil i exquisida poètica impregnada d’elements metafòrics. A aquest període hi pertanyen, entre moltes altres, peces tan delicioses com Corazón cayendo por las escaleras. L’establiment a la seva finca de Vespella de Gaià, anomenada Margodí, no va ser sobtat, els primers contactes amb el lloc es remunten als primers anys setanta i per això la seva producció no reflecteix cap ruptura entre l’urbà i el rural, el modern i l’intemporal. No obstant això, arran de fundar la seva família amb el consegüent assentament en una feliç i assossegada vida campestre, la seva obra s’anirà transformant a poc a poc en detriment del protagonisme de la figura de manera que la natura prendrà el relleu com a temàtica principal. Progressivament va anar interioritzant el paisatge que l’envoltava al Camp de Tarragona, exempt d’espectacle i majestuositat, poblat d’arbustos, pins, alzines i garrofers, amb el referent de la mar a l’horitzó. El Me-

diterrani s’havia compenetrat amb la seva mirada blava i aquesta línia d’horitzó era ja una presència imprescindible en el seu món quotidià. Necessitava partir del que és senzill i primitiu, com Miró, que va afirmar: “hem d’enganxar-nos a la terra, cal escoltar el crit de la terra”, i per recordar aquesta premissa portava sempre a la butxaca una garrofa. Curiós, l’influx dels garrofers també sobre Bartolozzi, que solia fer notar que sempre miren al mar, i era molt de destacar la influència de les comarques de Tarragona en l’art contemporani: Montroig, Horta, Siurana, van veure néixer el cubisme de Picasso i el simbolisme sígnic de Miró. Un paisatge inspirador que transmet l’autenticitat de la terra primigènia que en la seva austeritat incita noves maneres d’interpretar la naturalesa i l’univers. Aquesta compenetració amb l’entorn del camp tarragoní, un espai d’assossec on va poder generar un àmbit favorable de reflexió, serà molt duradora i fecunda en Bartolozzi i es va perllongar fins a la mort. Allà, a la seva finca Margodí, afirmà tot el seu bagatge a partir del qual va evolucionar d’una manera cada vegada més lliure, fluida i primitiva, que sotmet la realitat a la metamorfosi de la fabulació i la interiorització del sentiment. A partir dels noranta es consolida aquest protagonisme creixent del medi i desenvolupa una mitologia mediterrània plenament subjectiva, una naturalesa imaginada, reinterpretada, reinventada mitjançant un imaginari intuïtiu, un codi anàrquic que estableix nexes curiosos i inclou associacions figuratives simbòliques, components d’atzar, fusió d’idees i d’objectes en una mena de poètica visual. Així sorgeix tota una cosmogonia, un brou primigeni d’on va emergint tot un bestiari festiu format per tota mena d’animals existents, inventats o metamorfosats: cargols, sargantanes, insectes, tot un catàleg de monstres zoomòrfics inofensius i alegres que cohabiten amigablement. Es tracta d’un ecosistema singularíssim “margodinenc” amb els seus propis espècimens, un colorit paradís terrenal fet a la seva mida i a la de la seva família, però obert als amics, col·legues, conciutadans i visitants, amb qui tan sovint el compartia. El terrible incendi forestal (agost del 1993) que va arrasar el municipi, i les seves tràgiques conseqüències en vides humanes, va ser un succés devastador per a l’artista. Les flames van reduir a cendres aquesta Arcàdia feliç, aquesta comunió idíl·lica amb la vida natural que anava nodrint tot el seu quefer vital i artístic. El gran impacte emocional es reflecteix en una sèrie d’obres punyents realitzades sobre lona asfàltica recollides en una destacada exposició itinerant, les quals constitueixen un parèntesi de caire profundament expressionista. Fora d’aquesta etapa singular, l’expressionisme apareix també en un parell de peces, igualment lligades a experiències personals traumàtiques. Pintura i escultura comparteixen en aquesta època aquest univers de símbols, tòtems mítics i arcaics, signes i artefactes antropomòrfics. Cal destacar en aquest sentit l’ampli conjunt de peces tridimensionals datades entre els anys 1994 i 1995, assemblages de diversos elements resultat de la recuperació de motlles d’una desapareguda fàbrica de ceràmica a partir dels quals va desplegar novament la seva vena més lúdica i va crear una metafòrica galeria de fascinants personatges, als quals es van unir uns altres en marbre, tots dotats d’una

singularíssima vivacitat (Núria, Convidat). El nou segle l’inicia treballant en obres d’una abstracció geomètrica sorprenent que es barreja amb elements orgànics i animals reals o fantàstics. Cap al 2002, l’exposició “Emprius” recull un nou i pletòric cant a la natura en què conjuga el realisme descriptiu de la vegetació del seu jardí, del seu hort i del camp adjacent, representada amb exuberant cromatisme, amb figures antropomòrfiques de filiació gairebé mironiana (Prometatge); més tard, el referent real queda gairebé ocult en obres enigmàtiques, pràcticament abstractes, encara que igualment inspirades en el seu entorn, i riques en recursos molt diversos (sèrie Fauna d’horts i posteriors), una eclèctica cosmovisió en què el signe, el simbolisme hermètic i un cert esoterisme cobren més rellevància i s’articulen per establir una sintaxi pròpia. N’hi ha que van quedar interrompudes per la seva mort, ja que, malgrat la malaltia, no va deixar de pintar i va mantenir fins al final aquest impuls creador que va definir la seva existència. (“Meravellosa finestra de Vespella de Gaià, mortis morte, la mort dóna mort a la mort amb la seva pròpia mort”). La seva obra, com la de Picasso, un altre ineludible referent, es va mantenir —des d’aquell pop inicial al qual va contribuir amb un sensitiu i superb enfocament propi fins al llenguatge de faula i lúdic de l’oxímoron— en perpetu canvi, en recerca constant, rebutjant sempre la repetició d’allò ja aconseguit, però al mateix temps nodrint-se del substrat d’un coneixement assumit de la memòria de l’art del passat i de les seves arrels sentimentals. Va crear la seva bombolla, el seu territori en el qual va desenvolupar una narrativa existencial pròpia en què es dóna una confluència i unicitat d’humanitat, natura, vida, pensament i art; res cogitans i res extensa indissolublement unides al servei de la seva passió creadora. A l’hora de glossar aquest territori mental i sentimental propi, aquesta celebració de la vida, em vénen a la ment certes analogies amb aquella enigmàtica civilització etrusca que es va desenvolupar precisament en la mateixa zona de procedència dels seus orígens italians. En les seves pintures, els etruscos van reflectir aquest mateix tarannà jovial, les escenes familiars lúdiques i festives van recrear profusament el paisatge que tenien al seu voltant, tant l’entorn com el social i domèstic. Les seves magnífiques escultures de cavalls reflecteixen amb expressiu realisme la fascinació que sentia pels éssers vius. Però el que caldria destacar especialment és la semblança en l’actitud existencial reflectida en sarcòfags tan cèlebres com la Tomba dels espossos, en què es van fer retratar còmodament reclinats, abraçats i eternament somrients, celebrant amb placidesa la vida i la mort com a part d’ella mateixa. Una lliçó intemporal d’humanitat a la qual també ens remet la vida i l’obra de Rafael Bartolozzi. Raquel Medina de Vargas Doctora en Hª de l’art. Comissària de l’exposició

TRADUCCIONS

Rafael Bartolozzi. Una memòria redefinida plàsticament per les emocions vitals

i elegants amb colors matisats van ser antecedents de les del Rafa; i llegíem i visualitzàvem els contes de Pinotxo i Chapete de l’editorial Calleja o de Pipo y Pipa a Estampa, obres igualment Cartografia d’una memòria seves. També anàvem al taller de reproduccions artístiques dels soterranis “La globalització del dia se salva pels de l’Acadèmia de Belles Arts de San detalls més íntims” (R.B.) Fernando, quan a la infància viatjàvem a Madrid, on els guixos dels buidats Entre Navarra i Tarragona, entre Irati i d’escultures de l’antiguitat clàssica o de Margodí, entre Bartolozzi i Lozano de Donatello eren conformats i manipulats Sotés, entre Fra Filippo Lippi i John Cage, l’artista Rafael [Lozano] Bartolo- per la saga familiar dels Bartolozzi i els Sánchez. Però sobretot convivíem zzi va ser compulsivament intrusiu en amb els llapis, els pinzells, la cua de el recorregut de la memòria del que ell conill, les tintes i els pots de pintura al anomenava la seva“estranya”aventura tremp per als dibuixos i pintures dels de viure. pares, dedicats professionalment a fer classes, pintar murals i quadres, Les referències del meu germà Rafa dibuixar portades de revistes, histoes van moure en un bascular consrietes d’altres herois com el capità tant i emotiu, se sentia cada vegada Trompeta, il•lustracions, fer decorats més relligat a un passat que va anar i figurins de teatre. La quotidianitat de recuperant progressivament. La seva sensibilitat, alegria de viure i sensualitat casa era veure dibuixar els meus pares, es van abocar en l’estètica de les seves Pedro i Pitti (Francis), o acompanyarobres plàstiques des que va començar los a l’estiu a realitzar els encàrrecs de murals en edificis civils i religiosos de a pintar i va iniciar l’experiència de Corella, Irati, Eugui, Arnotegui, Eibar i l’emancipació vital. Perquè encara altres llocs de la geografia espanyola. que el Rafa sempre, com la resta dels germans, va voler inventar i fantasiejar —recordo uns ninots de paper que reta- Lozano Bartolozzi abans que Rafael Bartolozzi llava i pintava per ser, a més, moguts per fils, que ens sorprenien i divertien per la seva vivacitat—, començà a plan- “De sobte tot està quiet menys la mirada” (R. B.) tejar-se la pintura sense interferències d’altra professió arribada ja la joventut, El Rafa va començar sent un artista després dels inicis dels seus estudis figuratiu que analitzava les formes universitaris per a una futura carrera d’Aparellador a Madrid, que va canviar com a exercicis d’observació i recerca d’expressivitat plàstica i d’un llenguatper la de Belles Arts a Barcelona. ge propi. Les vistes panoràmiques de Pamplona, els paisatges de l’entorn No era estrany en el nostre ambient de la Navarra Mitjana —Sorauren, San d’avantpassats i progenitors dediCristóbal…—,l’etnofoklore navarrès, cats al modelatge i les reproduccions que el conduïen a allò que tantes vegad’escultures singulars de la història de des el nostre pare va dibuixar o pintar, l’art, a la il•lustració de revistes gràfivan ser les seves primeres temàtiques, ques com La Esfera, Blanco y Negro, a més dels retrats i apunts de tot tipus. Nuevo Mundo, Crónica, i de llibres esPerò on se situava estèticament i forcrits per Ramón Gómez de la Serna o Fernández Flórez, a l’escenografia per malment? Va començar amb les ceres, a obres de Valle Inclán o García Lorca, l’oli i el llapis, deformant figuracions i construint mons polièdrics postcubistes, a escriure contes infantils, a dibuixar i pintar, i a l’ensenyament del dibuix, que des d’una memòria local en què el paisatge elaborat a partir de la naturalesa van conformar els seus gens i la seva o les vistes de pobles i la ciutat de identitat sociocultural. Vèiem a casa Pamplona eren eina d’aprenentatge les reproduccions i algun original del meu avi Salvador Bartolozzi, de la sèrie deles seves llargues pinzellades que formaven i desmaterialitzaven els Madrid en el recuerdo, realitzades a Mèxic DF. La sensibilitat i el traç refinat volums vazquezdians i matisaven de d’expressionistes línies transgressores llums i ombres les diferents gammes de

color per aconseguir sempre harmonies una pedania de Lucca) i la impactant, inèdites. segons m’explicava moltes vegades, parada a Orvieto, on els frescos de Destaca d’aquests anys l’oli Bueyes, Lucca Signorelli, inspirats en la Divina que representa l’arrossegament de comèdia de Dante, li van semblar pedra per aquests animals, un esport una bogeria artística, amb uns nus de zones rurals com el dels aitzkolaris, de dinàmics i fantàstics escorços molt estès en el món basc i navarrès. plens d’expressivitat i dramatisme. No En la pintura, de tons vaporosos, amb oblidem que ell va interpretar unes pinzellades superposades i evidents, quantes vegades cossos nus en verla parella de bous és conduïda per disions pictòriques o escultòriques, que versos vilatans o fustigadors (akullaris) basaven l’originalitat en la barreja de que porten els seus pantalons blaus i l’explícit amb una ambientació bella i de boines negres, per arrossegar una petons surrealistes, en un espai de colors dra pesada. Rafa associa aquest esport de gran sensibilitat i efectes lluminosos. amb el seu entorn basc, que definia Però també va impactar escoltar John la identitat d’una part de Navarra i era Cage en els Encuentros de Pamplona glossada i investigada pels amics de (1972), en què a més va participar, com la penya literària, tertuliana i cafetera el grup ZAJ; o ser amic de Joan Brossa del Pregón , ja que tots presumien de i crear, amb Joan Abelló, el Premi Naveure i sentir els toros pujant per la ma- cional de Poesia Visual “Joan Brossa” teixa costa de Santo Domingo acostats a Vespella, la qual cosa va alimentar la a la paret. seva vena conceptual. La sort ja ha estat tirada

Molt aviat es va forjar la seva versió neofigurativa i pop art, sensual i etèria, “Ensenyar amb entusiasme el teu trei es van produir els èxits de les pintures ball a l’autoritat competent et converteix murals en tàndem amb Eduardo Arranz en venedor de somnis” (R. B.) Bravo, les exposicions a la Sala Gaspar (Barcelona), Vandrés (Madrid), Miguel A les vivències navarreses s’hi van unir Marcos (Saragossa), les edicions de les de l’ambient de Madrid al comença- llibres amb estampes gràfiques, les ment dels seixanta, visitant les galeries escultures públiques i un ampli recorred’aleshores per admirar els artistes gut nacional i internacional amb canvis informalistes d’El Paso com Antonio experimentals de registres plàstics, en Saura o Millares; aquestes noves una trajectòria plena de neosurrealisorientacions expliquen l’anàlisi matèrica mes diversos que van sorgir del seu desenvolupada en una altra pintura món intel·lectual amb tocs psicoanaprimerenca: la Mare de Déu de Soterra- lítics i perifèrics. Tot un món narratiu i ña o Mare de Déu de Nieva, venerada oníric de vegades semiabstracte amb a diverses localitats navarreses però símbols de germinació, fort erotisme també aUterga, que Rafa va conservar i molta llum gràcies a les veladures i en la seva col·lecció com a record sim- els colors vius, savis i personals. Així bòlic d’un poble igualment sentit pels mateix, el cognom de la mare va ser pares i germans del qual apreciàvem l’adoptat definitivament per a la signatuels costums i ritus, i els amics que hi ra i, més endavant, per al seu fill Nil. vivien. I les dels seus companys de l’Escola de Belles Arts a Barcelona oa Però al seu torn estimà la natura i cada Sant Cugat del Vallès: Llimós, Artigau, vegada se sentia millor en els petits Arranz Bravo, amb l’interès per Tàpies espais com Cadaqués i al bosc mediteo la visita a Salvador Dalí a Portlligat, rrani de Vespella de Gaià amb la seva sense oblidar la seva admiració pel flora i fauna. Així mateix, es recreava primer Gordillo. També les dels seus en els records reticents de la seva estiviatges a l’estranger: Suècia, Itàlia, mada Navarra, i el seu folklore associat sobretot Itàlia, lloc reincident al llarg de igualment a les representacions del bala vida (no en va la seva dona, Núria llet Duguna—ell,junt amb el seu germà Aymamí, és també una entusiasta Pedro, havia estat protagonista d’una del país més atractiu per a la cultura posada en escena els anys de la infàndel Renaixement), Torino, Lucca (els cia, disfressats de gripaus, en un aquebesavis van néixer a Casabasciana, larre de bruixots—, o als seguicis de

salacencos participants en la romeria de la Mare de Déu de les Neus a Irati. A més, cal ressaltar el seu entusiasme pels Sanfermines, on corria en la tancada i veia els toros des de l’adolescència a la grada del club Oberena, que fou impulsat per Santos Beguiristain com tants altres projectes, entre els quals els de l’esmentada ermita de les Neus a Irati, pintada pels pares, o les pintures a l’ermita d’Arnotegui a Obanos (1965), on ja va col•laborar Rafael, com podem observar en el seguici de Santa Felícia, on es representava, ell mateix, com un príncep del Renaixement, ja que el Rafa s’autoretratà moltes vegades per un cert narcisisme, amb subtils capes de color. Per això es va considerar un iniciat en el paisatge elaborat i antropitzat per ell i la seva família, gràcies a les esmentades experiències que acompanyaven la realització de les nombroses pintures dels pares, i ales seves il•lusions cada vegada més simbolistes i no sempre aconseguides que formaven un cordó umbilical en tensió progressiva. Els temes i les“disfresses” es van succeir, la Suite Pamplona en l’exposició a la Ciutadella de l’any 1975 ens va deixar la visió màgica de casa de Pamplona, dels Gegants i altres temes que tenien el denominador comú en plasmar-los en els olis, del detall d’un camall de pantaló i sabatilla corrent en el tancament, situat en un lateral. Molt diferent ja és el Txistulari pintat el 1986, que amb el txistu i el tamborí, sembla una mènada d’un Scopastransvanguardista, i és segurament un nou “mercuri” acompanyat pel gall (herald del nou dia), amb gargots que li aporten una aura immaterial una micaangèlica. Una diferència en la qual va poder influir la inflexió que van suposar alguns esdeveniments familiars de l’any 1985, que conduïen a sentiments límit, com la mort del pare i el naixement del seu fill Nil, o la pèrdua posterior d’un nou fill en gestació. Àngels i visions més tràgiques començaran a poblar un nou univers iconològic.

remodelada per ell mateix l’any 2001. Va ser una intervenció encarregada per l’Ajuntament l’any 1986, que va suposar un repte no solament estètic, sinó també urbanístic. L’artista va inserir elements escultòrics i arquitectònics a la cruïlla de dues avingudes, amb la creació d’un paisatge artístic, si bé durant els primers anys de realització s’alçava una cornisa de color blau anyil, de fibra de vidre i estructura metàl•lica de 32 m de llarg, sobre dues columnes de formigó de 12 metres d’altura, de la part inferior de les quals n’haurien d’haver sortit cortines d’aigua, en harmonia amb altres fonts que constituïen un recorregut seqüencial de places cap a l’interior de Pamplona. El conjunt formava una gran porta d’entrada a la ciutat (anys després es va eliminar la cornisa i no s’hi va arribar a instal•lar les cortines d’aigua. Les columnes es van rematar amb sengles cubs d’acer inoxidable amb la paraula “pau” escrita en baix relleu, i en diversos idiomes). S’hi sumen els dos grans protagonistes, les escultures que representen un home i una dona de marbre de Carrara, amb estètica deconstruïda de surrealistes mutilacions i símbols oximorònics. Les dues remeten a figures de la terra: l’home com a aixecador de pedra —esport basc—, la dona com a recuperació de la mitologia clàssica i els seus significats, també en els orígens navarresos. Estan situades en sengles illots. Al seu voltant, uns tubs metàl·lics de perfil sinuós, com els gargots que se superposaven als quadres figuratius a manera de gest automàtic i oníric, assortien aigua (després van ser eliminats). Completen el conjunt de dimensions monumentals, cinc txistus/fanals de 8 m d’alçada, recurs de record local omnipresent en l’obra del nostre artista, com anem veient.

a partir de recursos imaginatius de traços geomètrics o camps de color fenomenològics amb fons espacials de multiplicitat i versatilitat plàstica de cert barroquisme en l’insistent horror vacui. No va dubtar tampoc a vestir-se de frare aArnotegui, de pamplonès en inauguracions expositives o de roncalès en el seu casament, a manera de diferents performances seqüencials en recurrents flashbacks. Un passat que es va anar enfosquint i conceptualitzant “Impartiré el silenci més ple que us pugui donar” (R. B.)

I la vivència del passat, com a narració alliberadora de conflictes i drames, i amb màgia pròpia, va ser cada vegada més somatitzada; no és aliè a això l’incendi que va assolar el municipi de Vespella l’any 1993. Palpar que tot el que abans era vida es podia convertir en un espai infèrtil i desolat va marcar-lo profundament i va suposar la presència del negre, del no-color, en la seva trajectòria successiva. Així va emergir amb els anys un temps anterior idealitzat, que protegia els fantasmes de l’abisme de la mort. Una mort que es va anar anunciant a poc a poc, i ens feia oblidar el fet de saber que continuava pintant i dibuixant fins als últims dies del batec vital, com va fer la nostra mare; per això el Nil, ja artista practicant i més còmplice que mai, li va portar a l’hospital una capsa de 100 pastels de tots els colors i paper negre de roselles, sobre el qual va realitzar els seus últims oxímorons fruit del seu minimalisme barroc, experiència alliberadora, descàrrega de records i del bullir imaginatiu i expert d’unes ments tan proteiques. Per això les performances festives i happenings participatius L’evocació de l’esmentat ballet Duguna dels primers anys van donar lloc al seu (1997) va donar peu a una altra exvoler descobrir-se en objectes reducposició amb títols com Príncipe, Irati i cionistes, dibuixos (aquarel·les sobre Bailarín pastor, amb personatges de lle- paper fosc, amb el pul·lular d’éssers gendes navarreses, estranya fauna de orgànics i gargots d’un nou cosmos) i Bartolozzi sempre ha observat la readragants, truites i insectes i paisatges sintètics haikus com els que acompanlitat per transformar-la i convertir-la en de verds humits o càlides atmosferes, yen els nostres títols. Per retrobar-se metàfora, i part de la metaforització del on l’erotisme ha estat substituït per la en una intimitat feliç, que es remuntava món navarrès es va manifestar en el fertilitat de la natura boscosa, metaa vivències intangibles, més que a projecte de la plaça de la Paz (acabada fòriques representacions d’un bestiari descripcions locals, encara que s’hi enel 1987), deixada sense completar per navarrès o una interpretació de mites tremesclessin. Com a Estiu Ochagavia estèrils polèmiques corporativistes i de i símbols d’un intel·lecte neoplatònic, (2005), dos dansaires ochagaviarras, canvis polítics municipals, i després enriquits per ell, amb abstraccions que habitualment ofereixen el seu ritual

de dansa de pals entorn del babau amb colorineros vestits i gorra en forma de con, el 8 de setembre al costat del Santuari de Nostra Senyora de Muskilda, lloc on s’accedeix a la selva d’Irati, que ell ja va enfosquir en lloc d’omplir-los de la llum anterior. Perquè potser prenent les afirmacions de l’escriptor Miguel Fernández Campón, és interessant reflexionar sobre com “retornar a l’origen és pretendre viure cap endavant a partir d’un passat reinterpretat. [Per laqual cosa] Hem de caminar cap a la cavitat uterina, i quedarnos-hi, perquè potser és allà on trobem una esfera de felicitat”. Ho va entendre molt bé José CorredorMatheos quan va escriure: “Bartolozzi està sempre una mica per damunt del terra sense tocar-lo. La realitat i la plasmació simbòlica dels problemes del nostre temps els trobarem també; però en la seva encarnació, els temes, tal com es plantegen i són vistos, se situen en una zona ideal. L’estètica està decantada.” Perquè Bartolozzi buscava sempre un paradís: familiar, artístic, d’àngels celestes o zcaiguts, ja que“el Paradís és una cosa a la qual tenim tot el dret, i la privació a què se’ns sotmet és una injustícia que espera reparació”. Potser la reparació que ens aporta el Rafa és que entenguem la seva extraordinària autocensura estètica amb el que ja havia aconseguit encara que fos reeixit, incompresa per molts, que no aprovaven el seu allunyament de l’eclosió vitalista aconseguida amb una pintura transparent encara que torbadora, i la seva obstinació a transmetre a poc a poc un món propi més dramàtic, encara sense perdre el somriure, com ha de fer tot artista que vulgui ser fidel a si mateix i al seu passat de forces creatives purificades. M. del Mar Lozano Bartolozzi Catedràtica en Hª de l’Art. Universitat d’Extremadura

ACERCA DE RAFAEL BARTOLOZZI

En el camino terciario de tu vida. Principio del gran viaje Preparándote y planificando Tus próximas aventuras Ya estas con tus dedos Extensiones de tus pinceles Dándole cuerda al reloj Que mueve las manecillas del mundo Próxima parada Museo de Navarra Objetivo tus postreros deseos. Te gustan las aventuras Y si no las tienes te las inventas Puesto que nadie mejor que tu Sabe que la vida es producto de una charca Donde se crea la vida Y se gesta la muerte. En el largo camino iniciado te encuentras Punto final de una corta aventura Pero no por corta menos intensa Tienes el enorme privilegio De ser un elegido de la diosa fortuna. Esa que da fama prestigio y aliento En grandes bocanadas, bucanero de las más bellas artes Eres pintor por propia naturaleza los colores son tu propia luz Eres visionario a la vez que renovador Eres Alfa y Omega. En el silencio imperturbable de Vespella Ese sur Romano y pagano Donde tú te encierras Donde nacen tus ideas Donde el horizonte te ilumina Creas vida das formas nacen proyectos Ilusiones de todos los cuentos. Artista de amplia cultura que no de culto Artista de lo simple matérico Artista cabal y no viejo trilero De esos que hoy inundan el mercado del arte. Oxímoron de la vida eres Imperturbable entre tus Algarrobos Paseante bajo tus olivos Ojos que todo lo ven todo lo mira Curioso impenitente eres una flor Bella por su rareza, escasa entre las flores. Antonio Ferrer Taratiel

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