C. LA CIGARRA Y LA HORMIGA

C. LA CIGARRA Y LA HORMIGA. I. QUÉ CUENTAN LAS FÁBULAS Cantando la cigarra nunca conoció el daño pasó el verano entero, nunca supo temerlo. sin h

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C. LA CIGARRA Y LA HORMIGA. I. QUÉ CUENTAN LAS FÁBULAS

Cantando la cigarra

nunca conoció el daño

pasó el verano entero,

nunca supo temerlo.

sin hacer provisiones

No dudéis en prestarme,

allá para el invierno.

que fielmente prometo

Los fríos la obligaron

pagaros con ganancias,

a guardar el silencio

por el nombre que tengo.”

y acogerse al abrigo

La codiciosa hormiga

de su estrecho aposento.

respondió con denuedo,

Vióse desproveída

ocultando a la espalda

del preciso sustento,

las llaves del granero:

sin moscas y sin gusanos,

“¿Yo prestar lo que gano

sin trigo y sin centeno.

con un trabajo inmenso!

Habitaba la hormiga

Dime, pues, holgazana:

allí tabique en medio

¿Qué

has

hecho

en

el

tiempo?” y con mil expresiones

“Yo- dijo la cigarra-,

de atención y respeto

a todo pasajero

le dijo: Doña Hormiga,

cantaba alegremente,

pues que en vuestro graneros

sin cesar ni un momento.”

sobran las provisiones

“¡Hola! ¿Con que cantabas

para vuestro alimento,

cuando yo andaba al remo?

prestad alguna cosa

¡Pues ahora que yo como,

con que viva este invierno

baila, pese a tu cuerpo!”

esta triste cigarra que, alegre en otro tiempo,

(Samaniego)

buen

Muchas fábulas contienen elementos de la vida diaria narrando hechos que pasan desapercibidos para la mayor parte de las personas y sólo quienes tienen la sensibilidad suficiente pueden engrandecer esas actividades y darles caracteres de fuente de inspiración. De esta forma y con estas premisas se fundamenta un grupo de fábulas que nos dirige la mirada hacia cosas insignificantes, sin importancia aparente pero que pasadas por el tamiz del género literario adquieren un gran peso específico en el mundo de la enseñanza moral fabulística. En este ámbito podemos incluir temas como las actividades profesionales; las canciones o determinadas posturas y movimientos

monótonos

que

acompañan

a

esas

actividades;

las

comparaciones que se hacen entre quienes ejercen esas actividades. La justificación de incluir la fábula de la cigarra y la hormiga no es otra que la de asociar ciertos comportamientos animales similares a los humanos. No olvidemos que muchas profesiones se aderezaban con cánticos de los participantes en avatares ordinarios: la recolección con sus cantos; las mujeres bordando al sol con sus coplas; las lavanderas, por citar otro grupo, y siempre algún adolescente aprendiendo cómo ejercitarlo cuando fuera mayor. La vida de los charlatanes ha tenido una gran repercusión y a su son y dinamismo se concentraban las gentes para adquirir mercerías y otras cosas sin valor. -Si cualquiera de ustedes se da por las paredes o arroja de un tejado, y queda, a buen librar, descostillado, yo me reiré muy bien: importa un pito, como tenga mi bálsamo exquisito. Con esta relación un cacharrero gana opinión y más dinero; pues el vulgo, pendiente de sus labios, más quiere a un Charlatán que a veinte sabios...

Además de esta versión de Samaniego, (libro II, nº 12) existe la de La Fonataine (libro VI, nº 19). Pero no nos quedemos con este ejemplo en el que la vida discurre en la ensoñación de la mayoría. El cuento de la lechera y fábula del mismo nombre posee la misma condición para agruparla en este apartado de apólogos referidos a la vida diaria. En elcuento de la lechera no debemos olvidar el “Cuento de Doña Truhana”, de el conde Lucanor, de Don Juan Manuel. ... –Señor conde Lucanor, siempre oí decir que era prudente atenerse a la realidad y no a lo que imaginamos, pues muchas veces sucede a los que confían en su imaginación lo mismo que sucedió a doña Truhana. El conde preguntó qué le había sucedido. -Señor conde -dijo Patronio-, hubo una mujer llamada Truhana, más pobre que rica, que un día iba al mercado llevando sobre su cabeza una olla de miel. Yendo por el camino empezó a pensar que vendería aquella olla de miel y que compraría con lo dinero una partida de huevos, de los cuales nacerían gallinas, y que luego, con el dinero en que vendería las gallinas compraría ovejas, y que así fue comprando con las ganancias hasta que se vio más rica que ninguna de las vecinas. Luego pensó que con aquella riqueza que pensaba tener casaría a sus hijos e hijas e iría acompañada por la calle de yernos y nueras, oyendo a las gentes celebrar su buena ventura, que le había traído a tanta prosperidad desde la pobreza en que antes vivía. Pensando en esto empezó a reír con la alegría que le bullía en el cuerpo, y, al reírse, se dio con la mano un golpe en la frente, con lo que cayó la olla en tierra y se partió en pedazos. Cuando vio la olla rota, empezó a lamentarse como si hubiera perdido lo que pensaba haber logrado si no se rompiera. De modo que, por poner su confianza en los que imaginaba, no logró nada de lo que quería... ...Al conde agradó mucho lo que dijo Patronio, hízolo así y le salió muy bien. Y como don Juan gustó de este ejemplo, lo mandó poner en este libro y escribió estos versos. En las cosas ciertas confiad y las fantásticas evitad.

II. TIPO DE FÁBULA.

La presente fábula puede encuadrarse dentro del tipo 3 C, esto es, corresponde a las que intervienen únicamente animales, que nos enseñan un camino a seguir o un ejemplo a imitar. La fábula de la cigarra y la hormiga, es un fábula literaria en estrofa de romancillo heptasílabo1. Pero no es la única, Iriarte en sus fábulas literarias, y más concretamente en la fábula la criada y la escoba, nº 56 incluye dos sextas rimas con verso de arte menor propio de la época aunque sea de procedencia italiana. Cierta criada la casa barría con una escoba puerca y muy vieja. “Reniego yo de esta escoba –decía-: pues con la basura y pedazos que deja allí donde pasa, más ensucia que limpia la casa.” Los remendones, que escritos ajenos Corregir piensan acaso de errores, süelen dejarlos diez veces más llenos... Mas no haya miedo que de estos señores dijere yo nada: que se lo repita por mí la criada. Hay correctores de obras ajenas que añaden más errores de los que corrigen.

Pero no todas las fábulas con este signo tienen que ser de la categoría de literarias, de hecho, podemos citar personajes y con ellos sus profesiones que nada tienen que ver con las literarias. Así, el pastor, el pescador, herrero, zapatero, labrador, carretero, cazador, encajera, etc. son temas propios de este capítulo en que se mezcla lo meramente popular y ordinario con otros conceptos de carácter literario. 1

Fábulas. F. M. Samaniego. Ed. Anaya. Edición, apéndice y notas. Emilio Pascual

III. MOTIVO, TEMA Y PERSONAJES

El motivo de esta fábula no es otro que la enseñanza de prever el futuro. Su centro de interés se ubica en dos animales completamente diferentes; por una parte la representación de la constancia por parte de la hormiga y en el lado opuesto la pereza y la ociosidad de la cigarra. Las cualidades de estos animales protagonistas se circunscriben en oposición; como ocurre en la mayoría de las fábulas uno se responsabiliza de los aspectos positivos y el otro de los negativos. En cuanto al tema de esta fábula se encuentra dentro de los cánones del concepto fábula. Representa una acción completa, con el principio, medio y desenlace; pero toda fábula debe contener algún elemento sorprendente que la diferencie de las demás, ya sea un hecho aislado o el cómputo de toda la fábula la que impresione al lector de manera sorprendente. Ya se ha comentado la actitud de los animales que genéricamente mantienen en cada fábula. Los caracteres de estos personajes son de la previsión y de la ociosidad, como ya se ha comentado; pero ante todo, cada uno utiliza imágenes suficientes para hacer efectivo la enseñanza.

IV. ANÁLISIS SIMBÓLICO

Este capítulo intenta desentrañar comportamientos atípicos de algunos seres. Estos seres, animales, que superficialmente aparentan ser inútiles para su condición y para el grupo en que tienen que desarrollar su trabajo del depende toda la colectividad. Entre todos los seres de ese grupo siempre hay alguien que intenta, por su sensibilidad, aislarse en beneficio de todos los demás y en puntuales ocasiones son los verdaderos protagonistas del bien de todos. No ocurre así en la fábula de La Cigarra y la Hormiga, en donde se analiza y se contrapone la vida ociosa a la trabajadora, insistiendo en ola grandeza del trabajo y denunciando la vagancia. Como se ofrece en el libro Diccionario de Símbolos de J. E. Cirlot, la hormiga representa un atributo de Ceres diosa de la agricultura, aunque por su número es considerada de carácter desfavorable para el género humano. En su relación con la agricultura es un ser a imitar por su laboriosidad y previsión como ha de hacer el género humano para saber qué ocurre con sus tareas agrícolas. La interpretación de la cigarra de la misma fábula conlleva una complejidad mayor ya que la actividad de la cigarra en el estío con su sonido ininterrumpido que penetra en los oídos con evidente malestar para el oyente. Aún así, la conjunción de estos animales es la respuesta a la actividad agrícola que se lleva a cabo en el verano; no olvidemos que Ceres tenía su fiesta en julio.

Si analizamos estos dos personajes (cigarra y hormiga) según la concepción de ellos a través de la historia podemos asegurar que a partir del Renacimiento se les debe estudiar no como animales espirituales, sino como animales visto desde el punto biológico y por tanto aportando valores o defectos a los humanos. Por ello hemos de reconocer la estructura social de la hormiga en oposición a la anarquía de la hormiga.

EL PRINCIPIO DE PLACER FRENTE AL PRINCIPIO DE REALIDAD.

En la fábula La cigarra y la hormiga, están definidos estos dos principios, el principio de placer en la cigarra busca la gratificación inmediata olvidándose del futuro; el de la realidad representado en la hormiga consciente en todo momento del presente, pasado y futuro. Pero ambas tienen valor porque conviven, de lo contrario, sin esa convivencia, sin las comparaciones que establecen no tendrían ningún valor. De la misma manera que estos dos principios existen en esta fábula, en los cuentos de hadas se repiten con mucha frecuencia.

V. LITERATURA COMPARADA. CON QUÉ OTRO TEXTOS PUEDE RELACIONARSE FREDERICK Frederick2 es una fábula que recuerda la muy conocida “La cigarra y la hormiga”. El álbum ilustrado de Frederick, realizado a base de collages en los que muestra a una familia de ratones que recoge provisiones para el invierno y uno de ellos, mientras los demás trabajan, como la cigarra, no recoge los frutos materiales que necesitarán más tarde. ¿Por qué no trabajas Frederick? Todos de manera solidaria se dedican a recoger los frutos del verano para guardarlo para el invierno. Todos trabajan menos Frederick que recoge todas aquellas cosas aparentemente inútiles. Recoge colores y palabras; sensaciones, en definitiva. Hay un distanciamiento entre la fábula clásica y la que nos propone Leo Leonni ya que la cigarra continúa con su ineficaz utilidad en todo el relato; no así el ratón poeta que se hace necesario cuando sus compañeros le demandan soluciones al aburrimiento, al frío, al hambre. ¿Qué pasa con tus provisiones, Frederick? En la largas horas de los días de invierno cuando se han agotado las provisiones y el silo cada vez está más vacío, Frederick conforta a sus compañeros con imágenes; y de esta forma, habla a sus compañeros de los tibios rayos del sol, de los colores de las flores. Estudio de los personajes: a) Los ratones y la hormiga. Tanto los ratones como la hormiga tienen la característica de ser los trabajadores con lo que han de ser los “buenos” que quieren representar en la fábula.

2

Frederick. Leo Leonni. Ed. Lumen

b) Sus cualidades son las mismas tanto en una como en otra fábula: perseverancia, constancia, esfuerzo, trabajo solidario. c) La cigarra y Frederick. Hay un evidente paralelismo entre ambos personajes. Los dos son los que no trabajan, y por lo tanto, representan la holgazanería, lo efímero, lo pasajero. Leo Leonni con habilidad invierte el significado del ratón Frederick y se hace necesario para el grupo. Su necesidad no es la útil y práctica que de él se espera; pero si se hará necesaria en las largas horas de invierno. d) El ratón poeta. Las ilustraciones sencillas e ingenuas que propone Leo Leonni muestran la mejor faceta de Frederick. Tiene que descubrir que es poeta. Él ya lo sabe, pero no su familia y será en el invierno cuando se descubra y les proponga: “¿Quién hace brotar en junio la cuarta hoja del trébol? ¿Quién nubla la luz del día? ¿Quién enciende la luna?”3 La moraleja o enseñanza que puede observarse en esta fábula tiene que ver con la necesidad de los creadores y artistas en la sociedad. ¿Qué sería de una sociedad sin estos personajes que van más allá de lo mundano? ¿De qué forma se educaría en lo estético? El álbum de Frederick está lleno de lirismo. En él hay un perfecta conjunción entre lo visual (imágenes) y auditivo (la prosa poética). De esta forma, los niños como destinatarios del álbum pueden tomar conciencia de: la necesidad de profesiones nada materialistas, de una educación visual, por la belleza de sus imágenes; y del texto poético, por el ritmo que denota. Igualmente esta álbum tiene un gran valor para los adultos sena padres o maestros que intervienen en la educación de los niños ya que les advierten de posibles peligros que puede tener un sociedad únicamente materialista.

3

Ver nota 31

OTROS CUENTOS DE ANIMALES: LA HORMIGUITA Y LA RATITA PRESUMIDA.

En ambas fábulas se mantiene la constante de los cuentos de animales de comer y/o de ser comido. Tanto una como otra fábula están dentro de la primera premisa que es la de comer. Las hormigas o ratones fabulados recogen provisiones que guardan para tiempos de escasez con lo que tienen la comida asegurada. Además hay que añadir, estudiando las versiones de los cuentos de animales en las compilaciones de Curiel Merchán4 y de A. Rodríguez Almodóvar5 se identifican con el mismo cuento y los mismos personajes. La hormiguita es sustituida por la ratita (La Ratita Presumida) y se come al ratoncito que se cayó a la olla de agua hirviendo. Julio Camarena6 presenta la versión “A MERLA I-A FORMIGA” y Maxime Chevalier7 La cigarra y la hormiga basada en: De fábulas y de cuentos de María Goiry de Menéndez Pidal. CON QUÉ OTROS TEMAS PUEDE RELACIONARSE La presencia de estos animales incluye dos conceptos que todavía no han sido expuestos en este trabajo: el principio de soledad, la cigarra; frente a la cooperación y la vida comunal que rige la vida de un hormiguero. De esta forma podemos asociar estos términos de soledad de la cigarra, a si canto, el pago por su entretenimiento a los juglares, a los ciegos y buhoneros, a la literatura del cordel y todo lo que de popular y populista tiene este apartado de la literatura. En la otra orilla el cooperativismo; una de las corrientes que con mayor extensión se da dentro de la Literatura Infantil tiene como concepto la cooperación entre sus intervinientes. 4

Cuentos extremeños. M. Curiel Merchán ERE Cuentos al amor de la lumbre. A. Rodríguez Almodóvar. Anaya 6 Catálogo tipológico del cuento folklórico español. J. Camarena. Gredos 5

La pandilla es un ejemplo que aclara todo lo anteriormente dicho y máxime cuando están apoyadas por algún animal que les supera en astucia, valor y hasta en inteligencia. Las fábulas con la finalidad de educar, modelar o convencer se acercan a ese concepto de ayuda. En los cuentos se mantiene la misma opinión; los músicos de Bremen, sin ir más lejos están dentro de estas aspiraciones. La música es otra manifestación de interés para la expresión con protagonismo de la cigarra. María Elena Waslh con la letra y la música y Víctor Heredia junto a Mercedes Sosa cantan: Cantando al sol como la cigarra / después de un año bajo la tierra / como los supervivientes / que vienen de la guerra. En común tienen ambos animales la desaparición momentánea durante el periodo invernal. De esos animales del suelo y del subsuelo; como de todos es conocido su actividad principal se encuentra en el estío y no olvidemos que la festividad de la agricultura se encuentre en la plenitud de esta época del año. Un poco más lejos encontramos dentro de las fábulas mitológicas la fábula, leyenda de Orfeo, teólogo, poeta y músico. A Orfeo, la música le servia de relax después de sus ocupaciones. Inventó la lira o más bien la perfeccionó añadiéndole dos nuevas cuerdas. Su voz unida al sonido embelesaba a los hombres, y toda la naturaleza se conmovía a sus acordes. Desconsolado, Orfeo, por la muerte de su esposa Eurídice imploró a las divinidades del cielo y del infierno para recuperar a su esposa que no recupera por haber infligido la promesa de no mirar hasta que su esposa hubiese traspasado los confines del mundo de los muertos.

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Cuentos folklóricos españoles del siglo de oro. M. Chevalier. Ed. Crítica.

En diversas obras se recurre a las hormigas para formar una imagen que nos transporta desde su concepción de animal invertebrado hasta los más dispares conceptos. Ramón Gómez de la Serna expone con notoriedad qué o qué representa una hormiga en la greguería que se cita a continuación: “A veces las hormigas tienen una cosa espectral como si fuesen minúsculas reencarnaciones de los ejércitos muertos”. En esta greguería se reúnen como si Ramón Gómez de la Serna se lo hubiera propuesta los dos postulados que alumbran las características de la Cigarra y la Hormiga, la soledad y la compañía de los soldados muertos.

VI. AMPLIAR INFORMACIÓN

BIBLIOGRAFÍA 1. El conde Lucanor. Don Juan Manuel. Ediciones Castalia. 2. Greguerías. Ramón Gómez de la Serna. Ed. Cátedra. 3. Historia y crítica de la literatura española. Tomo IV. Editorial Crítica. 4. Psicoanálisis de los Cuentos de Hadas. B. Bettlheim. Ed. Crítica. INTERNET. 1. www.canciones.com.ar/canciones/com_la_cigarra.html CORRESPONDENCIAS. Animales del suelo y del suelo. El canto Orfeo. Las comunas. FÁBULAS PARA SER CANTADAS DE HARTZENBUSCH

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