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CANCIONERO MARIANO DE SIERO DE LA REINA (LEÓN)
VIRGEN DE LA INMACULADA. SIERO
1.ª PARTE: MES DE MAYO
AÑO 2013
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DATOS TÉCNICOS DE EDICIÓN
INFORMANTE: Juana Fuente Fernández (67 años) LUGAR: Siero de la Reina (León) AÑO: 2013 MEDIO: Cuaderno manuscrito de su propiedad EDICIÓN: Los criterios de edición son los siguientes: - Reproducción en el mismo orden en que las composiciones están copiadas - Adecuación al vigente sistema ortográfico. - Respeto al léxico utilizado. - Las correcciones se señalan a pie de página. EDITOR: Francisco Javier Fuente Fernández
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A LA VIRGEN MARÍA. MAYO
1 Madre mía que estás en el cielo, envía consuelo a mi corazón. Cuando triste llorando te llame, tu mano derrame feliz bendición. [Se repiten los dos últimos versos] A tus pies afligido me llego, recógeme luego contigo a vivir, que del mundo la pompa he dejado y a tus pies postrado deseo morir. [Se repiten los dos últimos versos] En ti sola dirijo confianza, mi dulce esperanza fijé toda en ti. Siempre, ¡oh, madre!, tu amparo reciba y en tanto que viva llorando aquí. [Se repite el último verso]
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2 ¡Oh, Virgen María; oh, madre y señora, quiero yo en toda hora vuestro amor cantar! El himno del ángel, que alegra los cielos, 1 los aires, la tierra y el mar. [Se repiten los dos últimos versos] Sois, celestial Virgen, sin par, heroína; sois arca divina que encierra a Jesús, Jesús nuestro padre, hermano y amigo, que al hombre ha salvado muriendo en la cruz.
[Se repiten los dos últimos versos] El avemaría, cristianos, cantemos y siempre adoremos a la Trinidad, que el ser ignorar madre tan excelsa a purificarnos su amor y bondad. [Se repiten los dos últimos versos]
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resuenan en el manuscrito.
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3 Tú eres la sin mancilla, Virgen de amores; tú eres la maravilla, flor de las flores. [Se repite el último verso] ¿Quién te mira que aparta de ti los ojos? ¿Quién está en tu presencia si no es de hinojos? [Se repite el último verso] Cuando canta tus glorias, Señora, el hombre, ¿dónde hay sino más dulce que el de tu nombre?
[Se repite el último verso]
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4 Madre de castos amores, recibe el ramo de flores que venimos a dejar, afligidos pecadores, sobre el ara de tu altar. [Se repite el último verso]
Fragantes, cándidas, bellas son, Señora, todas ellas, pero su bondad mayor, si te dignas concederlas una mirada de amor. [Se repite el último verso] Madre de castos amores, no desprecies los primores de nuestro sencillo don y recibe con las flores nuestro pobre corazón. [Se repite el último verso]
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5 ¡Oh, qué mayo fecundo amanece! Acudimos, María, a tu altar y las flores, que pródiga ofrecemos, a tus plantas queremos posar. [Se repiten los dos últimos versos] Hoy el campo su manto de flores viste alegre y sus galas ostenta y a tus pies por ofrenda presenta, Virgen pura, la tierra en edén. [Se repiten los dos últimos versos] Deja, pues, amorosa Señora, que hoy nosotros tus glorias cantemos y que, puras de amor, presentemos nuestra ofrenda a tus plantas también. [Se repiten los dos últimos versos]
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6 Salve de los cielos, Reina incomparable, salve de los hombres, amorosa madre. [Se repite el último verso] Salve de David, torre inexpugnable, olivo que anuncia paz a los mortales.
[Se repite el último verso] Salve, flor hermosa de aromas fragantes, salve rosa bella que alegra los valles. [Se repite el último verso]
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7 Plácida reina del paraíso, joya de oriente, cándida flor, que en tu hermosura ciegan mis ojos y desfallece mi corazón. [Se repite el último verso] Donde tú pisas brotan flores, como la espuma brota del mar, como la arena de clara fuente brota debajo de su cristal. [Se repite el último verso] Cuando a las gradas de tu santuario buscando alivio triste llegué, cuando a mi pena consuelo diste sin esquivarme sola una vez. (Se repite el último verso)
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8 — Hermosa Virgen de la montaña, que de alegría mi pecho baña, flor de las flores, casto alhelí, hermosa Virgen, ¿qué hacéis aquí? [Se repite el último verso] — Estoy velando desde la altura de mis amados por la aventura, para que todos vengan a mí. Siempre, amorosa, me encuentro aquí. [Se repite el último verso] Por estas flores que me dedicas te doy las gracias que santificas. Por estos lirios que tú me das te doy la eterna felicidad. [Se repite el último verso]
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9 Es toda pura y toda bella, es toda blanca y celestial; fragante flor, brillante estrella es nuestra madre virginal. [Se repite el último verso] El santo nombre de nuestra Reina escrito sea por doquier; acudan raudos a sus destellos fortaleciendo nuestra fe. [Se repite el último verso] El que ofendiere a nuestra madre cruel también nos herirá; quien valeroso la defendiere con él luchando nos verá. [Se repite el último verso] Eres María la Inmaculada, la preservada por el Señor; eres, oh madre, la estrella hermosa que al orbe entero iluminó. [Se repite el último verso]
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10 Más hermosa que el sol, más bella que las perlas que ocultan los mares, tú sola fuiste entre tantos mortales quien del pecado de Adán se libró. [Se repiten los dos últimos versos] De solícita madre piadosa es su dulce y sin par corazón y de Reina, también poderosa, bien podéis esperar protección. [Se repiten los dos últimos versos] Es inmensa su augusta grandeza, porque es madre del Dios eternal y tan pura y gentil su belleza que, cual ella, jamás hubo igual. [Se repiten los dos últimos versos]
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11 ¡Oh, dulce Virgen María, madre de divino amor, vida y esperanza nuestra refugio del pecador! [Se repite el último verso] Eres sol inmaculado, de esplendente majestad, do refulgen las virtudes de tu corona inmortal. [Se repite el último verso] Eres del jardín del cielo la más delicada flor en donde los serafines liban encendio amor. [Se repite el último verso] En este valle de lágrimas no hay esperanza sin ti y después de este destierro contigo queremos ir. [Se repite el último verso]
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12 Bellas flores que esmaltan el prado, el monte y collado las lucen también. Los fragantes aromas que vierten la tierra convierte en el mágico edén. [Se repite el último verso] A tus pies afligido me llego, recógeme luego contigo a vivir, que del mundo la pompa he dejado y a tus pies postrado deseo morir. [Se repite el último verso] En ti sola dirijo confianza, mi dulce esperanza fijé toda en ti. Siempre, ¡oh, madre!, tu amparo reciba y en tanto que viva llorándote aquí. [Se repite el último verso]
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13 Adiós madre, adiós Virgen querida, otro día esperamos volver a ofrecerte las más bellas rosas de esperanza, de amor y de fe. [Se repite el último verso] Tú eres centro de todas las gracias y del agua divina canal, eres puerta dichosa del cielo, eres puerto de vida en el mar. [Se repite el último verso] Cada día vendremos a honrarte, casta madre del más puro amor, refrigerio de nuestras heridas y consuelo de nuestra aflicción. [Se repite el último verso] En tus brazos divinos quisiera, perdonado y contento, morir; quiero ver tu divina hermosura y a tu lado en la gloria vivir [Se repite el último verso]
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14 El 13 de mayo de 1917 la Virgen María se apareció por primera vez en Fátima (Portugal) a tres pastorcitos (Lucía, Francisco y Jacinta) en el paraje llamado Cova de Iría, donde los niños solían llevar frecuentemente a apacentar sus ovejas. En otras cinco ocasiones se les volvió a aparecer hasta el 13 de octubre. Dichas apariciones han generado abundante literatura, entre la que se halla posiblemente la canción más conocida y que comienza El trece de mayo. La ofrecemos en la versión recogida en el Cancionero mariano de Siero de la Reina (León) por Juana Fuente Fernández. Se cantaba al realizar este día la ofrenda floral que diariamente se realizaba a la Virgen durante el mes de mayo. Por ello, estas canciones recibían el nombre de flores y la ceremonia cantar las flores.
El trece de mayo la Virgen María bajó de los cielos a Cova de Iría. Ave, ave, ave, María, ave, ave, ave, María. A tres pastorcitos la madre de Dios descubre el misterio de su corazón. Ave, ave, ave, María, ave, ave, ave, María. ¡Qué bella y qué pura se ofrece María, qué bella y qué pura en Cova de Iría! Ave, ave, ave, María, ave, ave, ave, María.
COMENTARIO MÉTRICO Esta versión de Siero, como se habrá podido comprobar a través de su lectura, consta solamente de tres estrofas y sus respectivos estribillos. Se convierte así en una de las más cortas del repertorio, donde la versión más general es la de cuatro estrofas, aunque las haya que llegan hasta las treinta y cinco.
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Las dos primeras estrofas están formadas por versos hexasílabos (arte menor) con rima asonante en los versos pares (ía-ía, ó-ó), constituyendo dos coplas tradicionales (señalemos que el verso más usual de la copla es el octosílabo, el verso popular español por excelencia). Esta disposición estrófica se encuentra ya en las jarchas hispanohebreas de los siglos XI y XII. Desde entonces ha estado presente en el devenir de la poesía española tradicional hasta nuestros días. La tercera estrofa difiere de las anteriores y se convierte en rasgo original de esta versión. No forma parte del repertorio general de esta canción mariana. Coincide con las anteriores en el uso del metro hexasílabo, aunque su agrupación estrófica es diferente: la copla ha sido sustituida por la cuarteta de rimas trabadas (abab), también presente en los inicios de la poesía española, y la rima asonante por la consonante (ura-ía-ura-ía), por lo que se puede suponer una mano culta detrás de ella. Para los interesados en la métrica española se pueden consultar las dos obras de conjunto siguientes: - Tomás Navarro Tomás, Métrica española, Madrid-Barcelona, Guadarrama, 1974 (Es la tercera edición corregida y aumentada. Es la mejor obra de conjunto sobre la métrica de la poesía española). - Rudolf Baehr, Manual de versificación española, Madrid, Gredos, 1970.
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15 No cesará mi lengua cantando noche y día de celebrar tus glorias, ¡oh, dulce madre mía! [Se repite el último verso] ¡Oh, celestial hechizo; oh, graciosa María, bendícela mil veces, bendícela alma mía! [Se repite el último verso] Una mirada pides de tus benignos ojos; fieles hijos son tuyos, son de tu amor despojos. [Se repite el último verso] Protégenos, Señora, protégenos, en tanto, bajo el seguro abrigo de tu piadoso manto. [Se repite el último verso] Algún día contigo al cielo volaremos y flores sempiternas allí te ofreceremos. [Se repite el último verso] Bajo tu dulce amparo vivir en una gloria, llorar regalo y dicha, morir palma y victoria. [Se repite el último verso]
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16 Tú eres la sin mancilla, Virgen de amores; tú eres la maravilla, flor de las flores [Se repite el último verso] ¿Cuándo pudo tu gracia soñar el hombre? ¿Dónde hay ritmo más dulce que el de tu nombre?
[Se repite el último verso] Sobre el mundo se posan tus plantas bellas; venturoso el que imprime su labio en ellas. [Se repite el último verso] ¿Quién te mira que aparta de ti los ojos? ¿Quién está en tu presencia, si no es de hinojos? [Se repite el último verso] Vedla cuál pide al hijo de sus amores el perdón para todos los pecadores. [Se repite el último verso]
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17 Salve, salve cantad a María, que es más pura y más bella que el sol y en el cielo una voz repetía más que tú solo Dios, solo Dios. [Se repite el último verso] Con torrentes de luz que te inundan los arcángeles besan tus pies, las estrellas tu frente circundan y hasta Dios complacido se ve.
[Se repite el último verso] Pues llamándote pura y sin mancha de rodillas los mundos están y tu espíritu arroba y ensancha tanta fe, tanto amor, tanto afán. [Se repite el último verso] ¡Ay, bendito el Señor, que en la tierra pura y limpia te pudo formar como forma el diamante la sierra, como cuaja las perlas el mar! [Se repite el último verso]
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18 Santa María, madre de Dios, prenda segura de salvación, tú, que eres madre, ruega por nos. ¡Oh, dulce Virgen María, madre del divino amor, vida y esperanza nuestra, refugio del pecador! [Se repite el último verso] Eres sol inmaculado de esplendente majestad, do refulgen las virtudes de tu corona inmortal. [Se repite el último verso] Eres del jardín del cielo la más delicada flor, en la que los serafines liban encendido amor. [Se repite el último verso] En este valle de penas no hay esperanza sin ti y después de este destierro contigo queremos ir. [Se repite el último verso]
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19 De místicas flores tejed a porfía guirnalda a María, que es linda sin par. [Se repite el último verso] En alas del Céfiro ya mayo ha venido de 2 ceñido, clavel y azahar. [Se repite el último verso] Tributo a María llevó de su mano y el pie soberano postrose a besar. [Se repite el último verso] Belleza tan mágica dejole hechizado; en monte y en prado la intenta copiar. [Se repite el último verso] En vano, que copia fiel de este modelo tampoco en el cielo se puede encontrar. [Se repite el último verso] Tu boca es más pura que cáliz de rosa, tu risa graciosa de miel es raudal. [Se repite el último verso]
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vida en el manuscrito.
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20 Del cielo ha bajado la madre de Dios, cantemos el ave a su concepción: ave, ave, ave, María; ave, ave, ave, María. La reina del cielo, la madre de Dios, en Lourdes de Francia su trono fijó. [Se repite el último verso] Cantemos, pues, todos con dulce armonía que viva María y quien la crió. [Se repite el último verso] Tu nombre dichoso, ¡oh, Virgen María!, de paz y alegría al orbe llenó. [Se repite el último verso] ¡Oh, Virgen del cielo!, tú siempre serás todo mi consuelo, tú me salvarás. [Se repite el último verso]
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21 Dulcísima Virgen, del cielo delicia, la flor que te ofrezco recibe propicia. [Se repite el último verso] Los valles 3, benéfico rayo del sol que engalana las flores de mayo. [Se repite el último verso] Risueñas se abren y el cáliz asoma y esparcen en torno balsámico aroma. [Se repite el último verso] Mostrad hoy a gala mayor lozanía que va a recibirnos la Virgen María. [Se repite el último verso] Mi afecto sencillo recibe amorosa tú que en áureo solio nos miras piadosa. [Se repite el último verso] El alma, Señora, yo, aunque pobre soy, con todas mis ansias, bendita, te doy. [Se repite el último verso]
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alegra en el manuscrito.
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22 ¡Oh, María, madre mía; oh, consuelo del mortal, amparadme y guiadme a la patria celestial! [Se repite el último verso] Con el ángel de María las grandezas 4; transportados de alegría sus finezas publicad. [Se repite el último verso] Salve, júbilo del cielo, del Excelso dulce imán; salve, hechizo de este suelo, triunfadora de Satán. [Se repite el último verso] De sus gracias tesorera te ha nombrado el Redentor; con tal madre y mediadora nada tememos, pecador. [Se repite el último verso] Pues 5 con fe viva, muestra, ¡oh, madre!, tu bondad y a mí vuelve compasiva esos ojos de piedad. [Se repite el último verso]
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celebrar en el manuscrito. tu llanto en el manuscrito.
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23 Venid y vamos todos con flores a porfía, con flores a María, que madre nuestra es. [Se repite el último verso] De nuevo aquí nos tienes, purísima doncella, más que los cielos, bella, postrados a tus pies. [Se repite el último verso] Venimos a ofrecerte flores del bajo suelo; ¡con qué 6 anhelo, señora, tú lo ves! [Se repite el último verso] Humildes te rogamos, si no lo desmerecen, las que en la gloria crecen, en cambio, tú nos des [Se repite el último verso] Con ellas te ofrecemos rendidos corazones pidiendo los dones que rica tú 7. [Se repite el último verso] En tus benignas manos vida y salud ponemos; al puerto llegaremos y a nuestro lado estés. [Se repite el último verso]
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fial en el manuscrito. poseas en el manuscrito.