CANTAR DE LOS CANTARES

PROGRAMA No. 0783 CANTAR DE LOS CANTARES Introducción En nuestro programa anterior, amigo oyente, intentamos presentar una breve introducción a est
Author:  Gerardo Cruz Godoy

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El cantar de los cantares CONTENIDO Introducción Seccion uno: La búsqueda inicial y la satisfacción Seccion dos: El llamado a ser librados del yo Secc

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PROGRAMA No. 0783

CANTAR DE LOS CANTARES

Introducción

En nuestro programa anterior, amigo oyente, intentamos presentar una breve introducción a este libro de Cantar de los Cantares, y considerando el tamaño de este pequeño libro fue algo bastante largo lo que hablamos. Pero, para decir verdad, amigo oyente, aún no hemos finalizado con esa introducción. Antes de entrar de lleno en este texto para ver cómo se relaciona con el creyente y la Iglesia, quisiéramos que usted note la historia que se nos cuenta aquí.

Esto ha sido interpretado por muchas personas (y esto nos viene principalmente de las escuelas racionalistas alemanas del último siglo, cuando el liberalismo se introdujo por primera vez en la iglesia. Y esto era simplemente incredulidad), esta gente pues, trató de decir que lo que uno tiene aquí es lo siguiente: que esta muchacha sulamita había sido raptada por Salomón y que probablemente al principio ella no quería eso, pero que luego finalmente lo hizo. Esto, estamos seguros, para un hijo de Dios que ve aquí la maravillosa relación que existe entre Cristo y la Iglesia, es algo que no se puede aceptar. Rutherford, McCheney y Moody, grandes expositores de la Biblia, indicaron que éste era su libro favorito, y ellos nunca aceptaron esa clase de idea.

Luego, el Dr. Ironside, otro estudioso y expositor de la Palabra de Dios, dijo que al leer este libro sobre el Cantar de los Cantares, que él no podía aceptar ese punto de vista y TTB 4749

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por tanto cayó de rodillas ante Dios y le pidió una interpretación. Y en el día de hoy, nosotros vamos a compartir con usted esa interpretación. No es algo nuestro propio. No queremos dar esa impresión. Queremos darle crédito a quien lo merece. Por lo menos tratamos de hacer eso.

También debemos mencionar que tenemos ante nosotros ese maravilloso libro sobre el Cantar de los Cantares escrito por A. Moody Stewart, un gran expositor bíblico y éste tampoco por supuesto, acepta ese punto de vista expresado. Él encuentra en este libro de Cantar de los Cantares, un significado espiritual maravilloso.

De modo que la

interpretación, es decir, la historia básica que se nos cuenta aquí, y que creemos que es necesario tener ante nosotros, sería algo como lo siguiente.

Mencionamos en nuestro

estudio anterior, que tenemos aquí en esta historia, la persona que está hablando. Y esto es antifonal. Tenemos a la esposa y a las hijas de Jerusalén. Y luego tenemos a la esposa y al esposo. Pero aquí tenemos a la familia de la sulamita. Y en esta familia tenemos a varias personas que es necesario destacar. Uno de ellos es el padre. Y de paso debemos decir que él ha muerto. También tenemos a la madre. Luego hay dos hijas, también tenemos a dos hijos o más. La hija mayor que se menciona aquí era lo que podemos llamar una cenicienta. Y vamos a ver lo que ella dijo en el versículo 6 del capítulo primero. Y vamos a tratar de presentar esta historia de la mejor forma que podamos en el día de hoy. Luego, en el próximo estudio, Dios mediante, vamos a tratar de observar aquí la relación que existe hacia el creyente y la Iglesia. Bien, ella dice de sí misma aquí: “No reparéis en que soy morena”. Ahora, ¿qué es lo que quiere decir con eso? Bueno, quiere decir que ella ha sido tostada por el sol. “Porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mí; me pusieron a guardar las viñas; y mi viña, que era mía, no guardé”. Lo que ella está diciendo aquí es sencillamente lo siguiente: en esta hija mayor uno puede apreciar lo que podemos decir es una cenicienta, y ella ha sido obligada a trabajar en la viña. Aparentemente esta familia vivía en la zona montañosa de Efraín, y eran agricultores. Ellos no eran los dueños de la tierra en la cual TTB 4749

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trabajaban. En el capítulo 8, versículo 11 se nos dice lo siguiente: “Salomón tuvo una viña en Baal-hamón, la cual entregó a guardas, cada uno de los cuales debía traer mil monedas de plata por su fruto”. Bien, esta era una de las familias inquilinas en esta tierra. Y ese es uno de los lugares donde ocurre lo que aquí se nos menciona, y aquí tenemos la primera representación. Ella nos está diciendo que ha sido tostada por el sol. En aquel día esto era una desgracia. Quería decir que ella era una muchacha que trabajaba, y las mujeres en la corte, trataban de mantener su piel tan blanca como fuera posible.

En los tiempos modernos las jóvenes van a las playas y se pasan todo el día en el sol para lograr ser tostadas o bronceadas como ellas dicen. Y esto no es para ellas ninguna desgracia. Pero lo es, si uno no logra conseguir ser bien tostado por el sol. Pero en aquellos días esto era un poco diferente, como podemos apreciar. Así es que aquí tenemos a esta muchacha diciendo eso, haciendo esa declaración. Ella nos dice aquí: “Soy morena. Yo he sido tostada por el sol y me han obligado a cuidar la viña”. Pero luego ella dice: “Y mi viña, que era mía, no guardé”. Ahora, ¿qué es lo que quiere decir con esto? Bueno, ella está hablando de sí misma y quiere decir que no ha podido ir al salón de belleza. No ha podido tener cuidado de su propia belleza.

En realidad, ella era una joven muy

hermosa, pero no había podido cuidarse a sí misma. Es una muchacha que ha tenido que trabajar a la intemperie – una muchacha que ha tenido que trabajar muy duro. Ella es el cuadro que tenemos aquí. Y sus hermanos le hicieron hacer no sólo eso, sino que también la hicieron cuidar las ovejas. Ella nos dice eso en el capitulo 1 versículo 8, escuche usted: 8

Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres,

Ve, sigue las huellas del rebaño, Y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores. (Can. 1:8)

En sus actividades diarias ella se encontraba cerca de las rutas que seguían las caravanas por esa zona montañosa. Si usted ha tenido la oportunidad de visitar esa zona se habrá dado cuenta TTB 4749

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de lo escarpada que es. Por ese lugar transita un ómnibus que lleva a los turistas hoy, y la mayoría de ellos pasan por ese lugar cuando van a visitar otra zona. De modo que, esta muchacha ha estado trabajando en la viña. Esa zona es muy buena para las uvas, podemos afirmar. Y ella también tenía que cuidar las ovejas. Ya que ella se encontraba en ese lugar donde pasaban las caravanas, podía apreciar a estos que iban de Jerusalén a Damasco. Estas caravanas pasaban por esta zona. Ahora, en el capítulo 3, versículo 6, vemos la reacción de ella al observar lo que pasaba por ese lugar; dice: “¿Quién es esta que sube del desierto como columna de humo, sahumada de mirra y de incienso y de todo polvo aromático?”

Bueno, ¿quien era? Es una caravana de un mercader y allí también se encuentran las hermosas mujeres que pertenecían a la corte. Ellas eran las que no se habían tostado por el sol. Ellas tenían sobre sí un dosel que las resguardaba del sol en ese largo viaje que ellas efectuaban en camellos o en elefantes. Esas hermosas jóvenes lucían joyas y hermosos vestidos, y esta muchacha las podía ver. Ella nunca había tenido nada así, y soñaba con cosas como esas. Ella podía apreciar el perfume de mirra y de incienso que tenían estas muchachas. Y vamos a ver, amigo oyente, qué cuadro más maravilloso es este del Señor Jesucristo en Su nacimiento y en Su muerte. Usted sabe que a Él le trajeron mirra cuando nació. Y que cuando Él había muerto, también le trajeron mirra para ponerle en su cuerpo. Ah, amigo oyente, hay tanto aquí que es espiritual y tan maravilloso, que hará que usted se acerque más a la persona de Cristo.

Bien, tenemos aquí a esta muchacha, y un día mientras ella está cuidando a las ovejas se le aparece un pastor de muy buena figura, de muy buena presencia y él se enamora de esta muchacha. Aquí tenemos un cuadro. Y nosotros no nos deberíamos adelantar en decir esto, pero este es un cuadro de Cristo y de la Iglesia. Y aquí tenemos lo que él le dijo a ella; leamos el capítulo 2, versículo 2: 2

Como el lirio entre los espinos,

Así es mi amiga entre las doncellas. (Can. 2:2) TTB 4749

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Cristo amó a la Iglesia, amigo oyente. Él se entregó a sí mismo por ella. Y El dice en el capítulo 4, versículo 1 de este mismo libro de Cantar de los Cantares, lo siguiente: 1

He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa;

Tus ojos entre tus guedejas como de paloma; Tus cabellos como manada de cabras Que se recuestan en las laderas de Galaad. (Can. 4:1)

Este lenguaje es muy poético. Es hermoso. Y aquí tenemos en realidad que esto es un cuadro del amor de Cristo por la Iglesia. Cristo amó a la Iglesia. Se entregó a sí mismo por ella. Luego, finalmente, ella da a él su corazón. Y en el capítulo 2, la primera parte del versículo 3, leemos: 3

Como el manzano entre los árboles silvestres,

Así es mi amado entre los jóvenes; (Can. 2:3a)

Y luego, este versículo finaliza diciendo en su segunda parte:

Bajo la sombra del deseado me senté, Y su fruto fue dulce a mi paladar. (Can. 2:3b) Cristo dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados que Yo os haré descansar”.

¿Sabe usted, amigo oyente, lo que es en realidad, el descansar en el Señor

Jesucristo? ¿Es Él una realidad para usted? ¿Descansa usted en Él? Ah, amigo oyente, cuán maravilloso podría ser todo esto para usted. Aquí no estamos hablando de religión ahora. No estamos hablando acerca de una organización. TTB 4749

Estamos hablando, amigo oyente, de una

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relación personal, una relación de amor con el Señor Jesucristo.

Luego que ella le entrega su corazón, ambos quedan completamente enamorados. Y no hay nada como el amor matrimonial. Y en el capítulo 2, versículo 16 podemos leer: “Mi amado es mío, y yo soy suya; Él apacienta entre lirios”. ¡Cuán hermoso es esto, amigo oyente! Y esto nos demuestra aquí que existe esa maravillosa relación personal. Luego vemos que él la llevó a comer en una oportunidad, cuando aparentemente él viajaba por esa zona. Todo lo que ella sabía de él era que él era un pastor, pero era un pastor muy prominente, eso es algo evidente. Leamos en el capítulo 2 versículo 4, lo que dice: 4

Me llevó a la casa del banquete,

Y su bandera sobre mí fue amor. (Can. 2:4) Así es que él la llevó a cenar. Bien, ese era un pastor muy peculiar. Él en realidad no tenía ningunas ovejas que ella pudiera ver. Las otras ovejas no eran de esa dehesa, como podemos apreciar. Pero ella no podía ver a esas ovejas. Y ella le había preguntado algo en el primer capítulo de este libro en el versículo 7 donde dice: 7

Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma,

Dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía; Pues ¿por qué había de estar yo como errante Junto a los rebaños de tus compañeros? (Can. 1:7)

O sea, ¿dónde están tus ovejas? Él es un pastor un poco extraño. Luego, un día Él anunció que se iba a ir. Y Él dijo que iba a regresar. Él dijo: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho, voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuera y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” Bien, ya pasó ese día y ella esperaba, y finalmente su familia y sus amigos comenzaron a ponerla en ridículo. Ellos le decían: “Tú eres una muchacha campesina, sencilla que ha sido engatusada TTB 4749

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por él”. Y observe usted lo que dice el Apóstol Pedro, allá en su segunda carta universal, capítulo 3, versículo 3; dice él: “Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿dónde está la promesa de su advenimiento?”. Bueno, ella confiaba en él. Ella le amaba. Ella soñaba con él, digamos de paso. Y en el capítulo 3, versículo 1 de este libro el Cantar de los Cantares, se nos menciona un sueño; allí dice: 1

Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma;

Lo busqué, y no lo hallé. (Can. 3:1)

Permítanos ahora hacerle una pregunta, amigo oyente, que es muy personal. Es tan personal que quizá ni usted ni yo deberíamos responderla, y es la siguiente: ¿Extraña usted en realidad a Cristo? ¿Desea usted estar con El? Bien, sigamos adelante.

Cierta noche ella se encontraba inquieta sobre un sofá y a la habitación entró el aroma de cierto perfume. Era la costumbre en aquellos días que el enamorado iba a visitar a su novia, y había una ventanilla en la puerta donde uno podía meter la mano para asir la manecilla del cerrojo, y el enamorado pondría mirra o incienso, algún perfume allí. Y ella podría oler ese perfume. Y veamos el versículo 5 del capítulo 5, que dice: 5

Yo me levanté para abrir a mi amado,

Y mis manos gotearon mirra, Y mis dedos mirra, que corría Sobre la manecilla del cerrojo. (Can. 5:5)

Como usted puede apreciar, amigo oyente, ella sabía que él había estado allí. Ella se daba cuenta que él en realidad no la había olvidado.

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¿Tiene usted, amigo oyente, la evidencia en su vida de la fragancia y el perfume de Cristo hoy? Ah, amigo oyente, no se deje satisfacer con algunos ardides que circulan en la actualidad y que parecen hacer de usted un supersanto. ¿Por qué no ir al punto céntrico del asunto ¿Qué significa Cristo para usted ahora mismo? ¿Existe una fragancia de Cristo en su vida, amigo oyente? Ahora, ella sabía que él estaba cerca. Y Él dijo: “He aquí yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo.” Y el Apóstol Pablo podía decir en la prisión: “El Señor estuvo conmigo”. El Señor Jesucristo dijo: “no te dejaré ni te desampararé.”

Amigo oyente, la prueba verdadera ahora no es en realidad la fe. Sino que es el servicio y el sacrificio y los dones. Usted recuerda lo que Él le dijo a Simón Pedro. Jesús le dijo a Pedro: “¿Me amas más que éstos?” Notemos ahora lo que dice el versículo 6, del capítulo 4: 6

Hasta que apunte el día y huyan las sombras,

Me iré al monte de la mirra, Y al collado del incienso. (Can. 4:6)

Me voy a la pradera de la montaña. Voy a buscar esas ovejas que se han perdido. Voy a hacer algo por ellas. Amigo oyente, esto es algo muy importante.

Y cierto día ella se encuentra trabajando en la viña. Y cuando está trabajando ocurre algo. Escuche usted lo que dice aquí, el versículo 15, del capítulo 2, del Cantar de los Cantares: 15

Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas;

Porque nuestras viñas están en cierne. (Can. 2:15)

Ella estaba arreglando las viñas para que las zorras no pudieran alcanzarlas. Ella tenía que levantar las plantas un poco. Si usted conoce algo de lo que ocurre en esa tierra, entonces TTB 4749

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usted sabe que esta gente hace crecer las uvas sobre la superficie misma de la tierra. Todo lo que hacen es poner una roca o una piedra debajo de la viña. No las levantan y las amarran en algún armazón como se hace en algunos países. Así es que ella las está levantando aquí un poco para que las zorras no puedan alcanzar las uvas. Y luego, más adelante leemos que por el camino se puede observar una columna de humo. Leamos el versículo 6, del capítulo 3: 6

¿Quién es ésta que sube del desierto como columna de humo,

Sahumada de mirra y de incienso Y de todo polvo aromático? (Can. 3:6) Por todas partes se escucha la llamada “He aquí, el rey Salomón se acerca”. Pero ella está ocupada y no conoce al rey Salomón, y alguien se acerca a la muchacha que está trabajando y le dice apresuradamente: “Oye, el rey Salomón te está llamando”. A lo cual ella contesta: “¿Me está llamando a mí? Yo no conozco al rey Salomón. Yo nunca le he conocido a él, por qué me va a estar llamando?” Escuchemos lo que dicen los versículos 8 al 10 del capítulo 2, 8

¡La voz de mi amado! He aquí él viene

Saltando sobre los montes, Brincando sobre los collados. 9

Mi amado es semejante al corzo,

O al cervatillo. Helo aquí, está tras nuestra pared, Mirando por las ventanas, Atisbando por las celosías. 10

Mi amado habló, y me dijo:

Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. (Can. 2:8-10)

Así que, ella es llevada a la presencia del rey Salomón. ¿Y sabe usted quien es el rey Salomón? Bueno, es su pastor, y él la ha venido a buscar. “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las TTB 4749

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conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Porque el Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero”. Y ella va con Él porque se acerca la gran tribulación. Veamos en el capítulo 2, los versículos 11 al 13: 11

Porque he aquí ha pasado el invierno,

Se ha mudado, la lluvia se fue; 12

Se han mostrado las flores en la tierra,

El tiempo de la canción ha venido, Y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola. 13

La higuera ha echado sus higos,

Y las vides en cierne dieron olor; Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. (Can. 2:11-13)

Uno de estos días Él nos sacará de este mundo. Permítanos preguntarle, amigo oyente: ¿Cuánta participación tiene usted en las cosas de este mundo? ¿Quebrantará acaso su corazón si el Señor Jesucristo viniera ahora mismo y nos llevara a todos? Pensamos que hay algunas personas que están tan satisfechas aquí y haciendo tantas cosas buenas en la sociedad en que vivimos que si Él viniera ahora, ellos irían al cielo llorando. Llorarían por todo el camino. Esa podría ser su experiencia porque tienen tantas cosas aquí. Pero, Él dice en los versículos 13 y 14: 13

Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven.

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Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, (Can. 2:13-14)

Allí es donde ella nos coloca a nosotros. Y en las hendiduras de la peña hasta que pase la tormenta. En la segunda parte del versículo 14, leemos:

en lo escondido de escarpados parajes, TTB 4749

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Muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; Porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto. (Can. 2:14) ¡Cuán glorioso es todo esto, amigo oyente! Y luego, donde comenzamos hoy leímos: “Me llevó a la casa del banquete, y su bandera sobre mí fue amor”. La salvación es un asunto de amor, amigo oyente. Nosotros le amamos a Él porque Él nos amó primero.

Y eso es lo que

este pequeño libro de Cantar de los Cantares nos está diciendo. Bien, hemos visto la historia. Y vamos a comenzar, Dios mediante, con el texto mismo en nuestro próximo estudio. Hasta entonces, pues, amigo oyente, ¡que el Señor le bendiga es nuestra ferviente oración!

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